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E.E.T.P Nª 460 “Guillermo Lehmann”

Espacio Curricular: Historia.


Curso: 3ero.
Profesora: Inés Mathieu.

SÍNTESIS DE NUESTRA HISTORIA( 1810 - 1880)

Argentina indígena: La población del actual territorio argentino a la llegada de los españoles a
principios del siglo XVI sumaba unas 330.000 personas agrupadas en una veintena de grupos étnicos.
Los habitantes del Noroeste, de las Sierras Centrales y de la Mesopotamia practicaban la agricultura,
mientras que el resto del territorio estaba ocupado por grupos de cazadores-recolectores. Las
culturas más extendidas fueron los diaguitas al Noroeste, los guaraníes, los tupíes, los tobas y los
guaycurúes en el Noreste, los pampas en el centro y los tehuelches, mapuches y onas en el Sur.
Conquista y colonia (1492-1776): En 1536 Don Pedro de Mendoza fundó Santa María de los Buenos
Ayres, la primera ciudad argentina. La miseria y el hambre doblegaron a Mendoza y su gente y
Buenos Aires quedó despoblada hasta su segunda fundación por Juan de Garay en 1580. Las
ciudades argentinas fueron fundadas por conquistadores que provenían de distintas zonas de
América. La corriente pobladora del este, llegada desde España, tomó como base de operaciones la
ciudad de Asunción y fundó las ciudades litorales. La que vino desde el Perú ocupó el Tucumán,
como se llamaba entonces a todo el Noroeste argentino. Las ciudades cuyanas fueron fundadas por
la corriente proveniente de Chile.
Virreinato (1776-1810): Lo que hoy es la Argentina perteneció al virreinato del Perú hasta que en
1776 el rey Carlos III creó el Virreinato del Río de la Plata, cuyo primer virrey fue Pedro de Ceballos.
La capital, Buenos Aires, se convirtió en un gran puerto comercial y se incrementó notablemente la
exportación de cueros, tasajo y de la plata proveniente de las minas del Potosí. El sistema de
monopolio impuesto por España prohibía comerciar con otro país que no fuera la propia España.
Esto encarecía notablemente los productos y complicaba la exportación al tiempo que fomentaba el
contrabando a gran escala. En 1806 y 1807 se produjeron dos invasiones inglesas, que fueron
rechazadas por el pueblo de Buenos Aires, alistado en milicias de criollos y españoles. En cada
milicia, los jefes y oficiales fueron elegidos democráticamente por sus integrantes. Las milicias se
transformaron en centros de discusión política.
Revolución e Independencia (1810-1820): Las invasiones inglesas demostraron que España estaba
seriamente debilitada y que no podía ni abastecer correctamente ni defender a sus colonias. La
ocupación francesa de España por Napoleón, la captura del Rey Carlos IV y su hijo Fernando VII y la
caída de la Junta Central de Sevilla decidieron a los criollos a actuar. El 25 de mayo de 1810 se formó
la Primera Junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra, que puso fin al período virreinal.
Mariano Moreno, secretario de la Junta, llevó adelante una política revolucionaria tendiente a
fomentar el libre comercio y a sentar las bases para una futura independencia.
Entre 1810 y 1820 se vive un clima de gran inestabilidad política. Se suceden los gobiernos (Primera
Junta (1810), Junta Grande (1811), Triunviratos (1811-1814) y el Directorio (1814-1820) que no
pueden consolidar su poder y deben hacer frente a la guerra contra España. En esta lucha se
destacaron Manuel Belgrano, José de San Martín, llegado al país en 1812, y Martín Miguel de
Güemes. Las campañas sanmartinianas terminaron, tras liberar a Chile, con el centro del poder
español de Lima. El 9 de julio de 1816 un congreso de diputados de las Provincias Unidas proclamó la
independencia y en 1819 dictó una constitución centralista que despertó el enojo de las provincias,
celosas de su autonomía.
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Era de Rivadavia (1820-1829):A partir de 1819 en el país se fueron definiendo claramente dos
tendencias políticas: los federales, partidarios de las autonomías provinciales, y los unitarios,
partidarios del poder central de Buenos Aires. Estas disputas políticas desembocaron en una larga
guerra civil cuyo primer episodio fue la batalla de Cepeda en febrero de 1820, cuando los caudillos
federales de Santa Fe, Estanislao López, y de Entre Ríos, Francisco Ramírez, derrocaron al directorio.
A partir de entonces, cada provincia se gobernó por su cuenta. La principal beneficiada por la
situación fue Buenos Aires, la provincia más rica, que retuvo para sí las rentas de la Aduana y los
negocios del puerto.
Época de Rosas (1829-1852): En 1829 uno de los estancieros más poderosos de la provincia, Juan
Manuel de Rosas, asumió la gobernación de Buenos Aires y ejerció una enorme influencia sobre
todo el país. A partir de entonces y hasta su caída en 1852, retuvo el poder en forma autoritaria,
persiguiendo duramente a sus opositores y censurando a la prensa, aunque contando con el apoyo
de amplios sectores del pueblo y de las clases altas porteñas. Durante el rosismo creció
enormemente la actividad ganadera bonaerense, las exportaciones y algunas industrias del interior
que fueron protegidas gracias a la Ley de Aduanas. Rosas se opuso a la organización nacional y a la
sanción de una constitución, porque ello hubiera significado el reparto de las rentas aduaneras al
resto del país y la pérdida de la hegemonía porteña.
Buenos Aires y la Confederación (1852-1862): Justo José de Urquiza era gobernador de Entre Ríos,
una provincia productora de ganado como Buenos Aires que se veía seriamente perjudicada por la
política de Rosas, que no permitía la libre navegación de los ríos y frenaba el comercio y el desarrollo
provinciales. En 1851, Urquiza se pronunció contra Rosas y formó, con ayuda brasileña, el Ejército
Grande con el que derrotó definitivamente a Rosas en Caseros el 3 de febrero de 1852. Urquiza
convocó a un Congreso Constituyente en Santa Fe que en mayo de 1853 sancionó la Constitución
Nacional. Pero aunque ya no estaba Rosas, los intereses de la clase alta porteña seguían siendo los
mismos y Bartolomé Mitre y Adolfo Alsina dieron un golpe de estado, conocido como la «Revolución
del 11 de Septiembre de 1852». A partir de entonces, el país quedó por casi diez años dividido en
dos: el Estado de Buenos Aires y la Confederación (el resto de las provincias con capital en Paraná).
La separación duró casi diez años, hasta que en septiembre de 1861, el líder porteño Bartolomé
Mitre derrotó a Urquiza en Pavón y unificó al país bajo la tutela porteña.
Organización nacional (1862-1880): Luego de la batalla de Pavón se sucedieron los gobiernos de
Bartolomé Mitre (1862-68), Domingo F. Sarmiento (1868-1874) y Nicolás Avellaneda (1874-1880),
quienes concretaron la derrota de las oposiciones del interior, la ocupación del todo el territorio
nacional y la organización institucional del país fomentando la educación, la agricultura, las
comunicaciones, los transportes, la inmigración y la incorporación de la Argentina al mercado
mundial como proveedora de materias primas y compradora de manufacturas.

Bibliografía : Pigna, Felipe. El historiador. El historiador.


https://www.elhistoriador.com.ar/sintesis-de-la-historia-argentina/

Actividades:
1) Lee el texto y subraya las ideas principales.
2) Selecciona palabras claves para cada período histórico.
3) Elabora una línea de tiempo sobre la etapa analizada e incluye las palabras claves.
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Tema 2: Expansión del capitalismo: imperialismo, liberalismo económico y


nuevas ideologías
La Segunda Revolución Industrial
La industrialización europea en el siglo XIX La primera etapa de la Revolución industrial se había
desarrollado en torno a la industria textil, fundamentalmente en Inglaterra, pero comenzó a declinar
hacia 1840. Sin embargo, ya había comenzado una segunda fase, impulsada por la revolución en los
transportes (el buque a vapor, pero sobre todo, la industria del ferrocarril), que dinamizaría a otros
sectores de la economía: las industrias del carbón, el hierro y el acero. Esta etapa sigue teniendo
como fuerza motriz fundamental a la máquina de vapor, aunque se comenzarán a desarrollar
equipos para aprovechar fuentes alternativas de energía, como la electricidad y el petróleo. Con la
expansión de su industria (tenía un millón de mineros antes de la Primera Guerra Mundial,
ferrocarriles de su producción y capitales en gran parte del planeta), Gran Bretaña creía tener
asegurado su puesto como líder industrial. Sin embargo, no siempre se preocupó en el
perfeccionamiento de sus industrias; sus maquinarias se estaban volviendo viejas en comparación
con los nuevos desarrollos (entre otros, los alemanes y norteamericanos) y fue perdiendo ventajas
competitivas. Tras una gran crisis –la primera Gran Depresión– que sufrió el capitalismo mundial en
1873, muchas empresas quebraron y fueron adquiridas por otras más poderosas, dando lugar a un
fenómeno titulado «concentración de capitales».
En este momento, cuando se transforma el capitalismo, con nuevas organizaciones empresariales y
financieras, comienza una nueva etapa, que se denomina generalmente Segunda Revolución
Industrial. Aunque siguen subsistiendo motores a vapor, e incluso métodos de transporte
preindustriales –como los buques a vela que recién a fines del siglo XIX dejaron de ser mayoría (ya
que los buques a vapor debían llevar carbón, lo que les restaba espacio de carga)– comienzan a
aplicarse para uso industrial nuevas fuentes de energía, como la electricidad y el petróleo. El
desarrollo industrial en Europa no era parejo. Los primeros países que se habían sumado a la
Revolución fueron Francia (cuya producción de hierro se triplicó a partir de 1825 y había
desarrollado un moderno sistema bancario) y Bélgica. Alemania consolidó la Revolución Industrial
tras la unificación; los grandes propietarios rurales (los junkers) se aseguraron un lugar preeminente
en la nueva sociedad capitalista. Ya con la formación del Zollverein (unión aduanera), se había
desarrollado una importante red ferroviaria; el progreso posterior fue posible por la disponibilidad
de carbón, hierro, capitales y la protección estatal. En Italia la industria comenzó a prosperar
también después de la unidad (especialmente en el norte, ya que se observaban grandes
desigualdades en su progreso, teniendo el sur una agricultura atrasada) ayudada por la expansión de
los ferrocarriles que contribuyeron a apuntalar un mercado interno. En Rusia, si bien comenzaron a
instalarse industrias de tipo capitalista a finales del siglo XIX, el 55% de las mismas tenían capitales
de origen belga, francés, alemán y británico. La mayoría de la población era campesina, y la
emancipación de la servidumbre recién se dio en 1861, conservando gran parte de la propiedad de la
tierra una estructura semi feudal. De todos modos, esos campesinos liberados proporcionaron una
abundante mano de obra a la creciente industrialización del país. Estados Unidos tuvo un fuerte
impulso industrial al consolidarse el Estado tras la Guerra de Secesión (este tema se trata más
adelante), pero sin embargo ya había comenzado su mecanización previamente. Con grandes
extensiones de tierra para producir por su expansión hacia el oeste y poca mano de obra, fueron los
primeros (si no los únicos) en aplicar la máquina a vapor en el arado y en la cosechadora. Las mismas
diferencias se observan en la modernización de la agricultura. En la región norte de Europa (Gran
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Bretaña, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Escandinavia, Alemania, Suiza y el norte de Francia) se


aplicaban las innovaciones técnicas y la especialización de la agricultura para el mercado. En el
centro europeo (Austria-Hungría, Rumania y Rusia), donde persistían las estructuras feudales, se
empleaba a mano de obra barata para sembrar grandes extensiones. En el sur (Portugal, España, sur
de Francia e Italia, y Grecia) se utilizaba parcialmente la modernización en las técnicas, ya que había
producción diversificada fundamentalmente para el propio consumo.
El ferrocarril fue transformando, a lo largo del siglo XIX, la vida económica de los diferentes países.
Para los países extensos con pocas vías fluviales que sirvieran como vías de transporte, el tren
cumplió un papel fundamental acortando las distancias, integrando las producciones de los pueblos
más distantes a la economía nacional e internacional. En los EE.UU. logró unir en 1869 el este con el
oeste; en la Argentina, posibilitó el abaratamiento de los fletes, y los cereales se convirtieron en una
de las exportaciones básicas de nuestro país.
Las transformaciones a que estaba dando la Revolución Industrial impactaron sobre el progreso
científico, que fue apoyado desde los diferentes Estados, creando instituciones para la investigación.
Al mismo tiempo, la industria aplicó lentamente los resultados de estas investigaciones y de la nueva
tecnología en la producción. Por ejemplo, con relación a la electricidad, en el siglo XVIII habían hecho
importantes estudios el norteamericano Benjamin Franklin (inventor del pararrayos) y los físicos
italianos Galvani y Volta. Este último en 1800 había construido una pila eléctrica o batería.
Numerosos científicos continuaron las investigaciones, y en 1831 Faraday trabajó sobre la inducción
electromagnética. Otros demostraron que los circuitos eléctricos cumplen la ley de conservación de
la energía, y que la electricidad es una forma de energía. Las aplicaciones prácticas de la teoría
electromagnética llevaron al diseño de la dinamo (Siemens, 1856, perfeccionada luego por otros), y
ésta y la pila suministraron durante muchos años la energía eléctrica que circulaba en hilos de cobre
para transmitir mensajes telegráficos. Un método similar se diseñó años más tarde para las
comunicaciones telefónicas (Graham Bell, 1876).
En el siglo XVIII se había establecido la exportación de productos a nivel mundial, pero todavía este
intercambio tenía muchas limitaciones; se trataba en general de mercaderías de alto valor y
pequeño volumen, que eran vendidas en general en las costas de los otros continentes, ya que el
transporte terrestre hacia el interior era caro, dificultoso o acarreaba riesgos.
El ferrocarril contribuyó a la creación de este mercado mundial, estimulando la venta de productos
metalúrgicos y carbón. De este modo, se instalaron –en países como EE.UU. o Rusia– industrias a lo
largo del ferrocarril, o se favoreció el traslado de materias primas para la alimentación o la industria
de países europeos (como en Argentina). El trazado de las redes ferroviarias, convergiendo hacia los
puertos, denotan este objetivo de exportación-importación. La formación del mercado mundial se
dio, entonces, en el contexto de la Revolución Industrial,5 con la revolución en los transportes.

La división internacional del trabajo Así como Adam Smith había teorizado sobre la división del
trabajo en la fábrica, para que la especialización hiciera más rentable la explotación, del mismo
modo se planteó en el siglo XIX la división del trabajo entre las distintas naciones del globo. Según
las teorías europeas –adoptadas por países no europeos, como el nuestro– Europa, que tenía gran
cantidad de población, capitales y recursos minerales, debía dedicarse a la industria. En cambio, las
antiguas colonias –cuya independencia era apoyada por los economistas, a fin de que entren en el
sistema de librecambio– tenían tierras más baratas, lo que las hacía más aptas para la producción de
materias primas y alimentos para la Europa industrializada. Pese a la resistencia de los productores
agropecuarios europeos a aceptar el librecambio, porque esto significaba su desprotección frente a
otros productos de menor precio, primaron los intereses de los industriales. A éstos les convenía que
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bajaran los precios de los alimentos básicos porque, como a los obreros se les pagaba un salario
equivalente a la comida que necesitaban para alimentarse, al depreciarse el trigo y la carne, podrían
al mismo tiempo disminuir los sueldos y aumentarían sus ganancias. A quienes no les convenía la
división internacional del trabajo era a los pueblos no industrializados: la materia prima –según lo
que ya había afirmado Adam Smith– no es la verdadera riqueza de las naciones, sino los productos
elaborados, que daban trabajo a mayor cantidad de personas y producían acumulación de capitales.
Pero esto no fue visualizado en muchos países –el nuestro, por ejemplo– porque las clases
propietarias prefirieron la ganancia fácil, sin mucha inversión, que les proporcionaba la explotación
agropecuaria en las grandes extensiones de tierra que poseían. Y la acumulación de capital que estas
ganancias (extraordinarias, en las dos últimas décadas del siglo XIX) no fue invertida en general
productivamente en industrias –que daban menor margen de beneficio que el campo– sino en
artículos de lujo y de placer. Ya en el siglo XX los precios de las materias primas bajaron y los de los
productos manufacturados siguieron elevándose, y la balanza comercial de estos países se deterioró.
Para sumarse a la división internacional del trabajo y con el objetivo de «modernizarse», los países
productores de materias primas debieron transformar su estructura: instalar ferrocarriles, construir
mejores puertos, mejorar los medios de comunicación. El ferrocarril se transformó en el «símbolo
del progreso», y todos los estados latinoamericanos del siglo XIX comenzaron la construcción de vías
férreas. Esto se hizo, siendo nuevamente beneficiados los países industrializados con los préstamos
que se otorgaron a los gobiernos, con la exportación de ferrocarriles y demás implementos, y con la
exportación de mano de obra, que buscaba trabajo en los nuevos países.

Los movimientos de los trabajadores en la primera mitad del siglo XIX

La Revolución Industrial había transformado la sociedad, destruyendo el modo de vida tradicional de


los campesinos. Con los cercamientos de las antiguas tierras comunales y la maquinización del
trabajo rural, muchos quedaron sin empleo, y debieron ir a ofrecerse como mano de obra a las
ciudades o a las propiedades de los grandes terratenientes o de los arrendatarios capitalistas. Pero al
haber perdido la comunidad rural su vínculo –que estaba dado por la explotación común de los
espacios abiertos–, les fue más difícil organizarse. Sin embargo, hicieron numerosas revueltas
violentas, incendiando cosechas, mutilando ganado y destruyendo maquinaria, especialmente
trilladoras que habían traído los arrendatarios y que disminuían la mano de obra a contratar. Los
liberales acusaron a los campesinos de reaccionarios, de negar el progreso capitalista, pero estos
últimos en realidad estaban luchando en contra del liberalismo económico y político de la burguesía,
que agravaba sus problemas, y trataban de obtener tierras de este modo.7 Los conflictos más
característicos de la Revolución Industrial fueron los urbanos, ya que los nuevos trabajadores fueron
tomando conciencia de clase –la clase obrera o proletariado– y buscando nuevos modos de lucha.
Para evitar estos conflictos, la burguesía hizo leyes antiasociativas, que prohibían la formación de
asociaciones obreras o gremiales. En Francia fue la ley Le Chapelier (sancionada durante la
Revolución Francesa y con vigencia durante un siglo) y en Inglaterra las Combination Acts de 1799-
1800. La clase obrera reaccionó activamente contra estas leyes: el sindicalismo o tradeunionismo
creó sindicatos que en ese momento eran ilegales, y que siguieron teniendo vigencia después de que
estas leyes fueron levantadas definitivamente en 1825. Las ideas y prácticas más populares dentro
del movimiento obrero en la segunda década del siglo XIX, que fueron imitadas en Francia, eran las
del ludismo. Violento, el movimiento ludista procedió al ataque de fábricas, incendiándose o
destruyendo máquinas y telares que ahorraban mano de obra. Tuvieron un alto grado de
organización y disciplina, y lucharon por una legislación que limitara los abusos y arbitrariedades de
los patrones. El cartismo surgió en Londres en 1838, cuando la Asociación de Trabajadores de
Londres redactó la Carta del Pueblo, donde pedían, entre otras cosas, sufragio universal masculino,
voto secreto, pago a diputados, etc. Sus peticiones fueron acompañadas de revueltas, huelgas y
manifestaciones populares. Fracasó en muchos de sus objetivos al mismo tiempo que lo hacían las
revoluciones de 1848 en el continente europeo, pero ayudó a la consolidación del movimiento
obrero inglés y logró una ley que reducía la jornada laboral a diez horas.8 2.
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La organización de los trabajadores

Los sindicatos fueron aceptados en Inglaterra, dijimos, a partir de 1825; en Francia recién fue
anulada su prohibición en 1864 –ya que Napoleón III permitió a partir de 1860 un mayor desarrollo
sindical, para ganarse el apoyo de los obreros–, y en Alemania en 1869. A finales del siglo XIX son
reconocidos como representantes legítimos de los trabajadores, que ya se organizan en gremios
locales, regionales, nacionales, e incluso en una unión internacional. Los sindicatos son asociaciones
que comenzaron siendo obreras y se extendieron luego a otros trabajadores (empleados, rurales, de
diferentes servicios) en los que la agrupación se realiza por rama de ocupación u oficio, y su objetivo
es obtener mejores condiciones de trabajo y de vida por medio de contratos o convenios colectivos
en los que se determinan los salarios, los horarios, las vacaciones, la protección contra el despido
arbitrario, y la organización para crear fondos en casos críticos (solventar huelgas y la alimentación
básica de los compañeros), mejorar su sistema de salud y todo lo que se pueda hacer para el
bienestar de los trabajadores y sus familias. La primera Asociación Internacional de Trabajadores
(AIT) surgió en 1864 con la unión entre asociaciones obreras inglesas (más fuertes) y francesas,
quienes habían enviado una delegación obrera a la Exposición Universal de Londres de 1862, y con la
representación belga y suiza. El papel de Carlos Marx (de quien hablaremos más adelante) en esta
asociación fue muy importante, porque quería fortalecer a través de la misma al movimiento obrero.
Los exhortó a la unión: «Proletarios del mundo: uníos!». Esta I Internacional reunía los delegados en
congresos anuales en diferentes ciudades europeas, y tenía su sede del Consejo General en Londres.
Se disolvió después de las disidencias con los anarquistas y su escisión en 1872. En 1889 se formó la
II Internacional, con sede en Bruselas, y que duró hasta la Primera Guerra Mundial. A fines del siglo
pasado, las asociaciones obreras se diferenciaron ideológicamente en tres tendencias básicas: las
sindicalistas revolucionarias, las socialistas y las anarquistas. 3.

El sindicalismo revolucionario

El sindicalismo revolucionario reaccionó contra la intervención de los sindicatos en la lucha política


partidaria. Desconfiaban de los intelectuales y de los dirigentes parlamentarios, que eran reformistas
–es decir, que proponían cambios superficiales, que no transformarían la sociedad, por lo que los
problemas de fondo no quedarían solucionados–. El sindicalismo francés, con su principal dirigente
George Sorel, propugnaba la toma del poder mediante la huelga general, y luego el gobierno
mediante los mismos sindicatos. Algunas de sus ideas fueron tomadas por el líder del fascismo
italiano Benito Mussolini en el siglo XX

Los primeros socialistas Los abusos de los capitalistas sobre los obreros, la miseria y la
desprotección en los que éstos vivían, llevó a distintos pensadores y dirigentes políticos a buscar la
transformación del sistema capitalista de propiedad privada, para lograr una sociedad más justa. El
socialismo que surgió en el siglo XIX, (aun con diferencias organizativas e ideológicas más o menos
importantes entre las distintas tendencias) sostiene que el derecho de propiedad debe estar
fuertemente limitado; que los obreros deben controlar los principales recursos económicos, y que
esto se debe llevar a cabo para que exista una igualdad no sólo jurídica y política (como afirman los
liberales) sino fundamentalmente social, para que haya una real igualdad de oportunidades entre los
seres humanos. Porque muchas de las libertades individuales del liberalismo (como la de estudiar y
formarse, elegir entre diferentes modos de vida o de trabajo, el derecho de propiedad) pueden ser
detentadas por quienes tienen cierta capacidad económica mínima. El término comunismo comenzó
a usarse como sinónimo de socialismo en Francia en 18399 . También en esta época comenzó a
denominarse socialistas utópicos a los socialistas, pero el término «utópico10» fue instalado cuando
Marx y Engels denominaron «socialistas utópicos» a los primeros socialistas, en contraste con el
«socialismo científico» que ellos propugnaban.
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El socialismo de la segunda mitad del siglo XIX fue proclamado «científico» por Carlos Marx (1818-
1883) y Federico Engels (1820-1895) en contraposición a los socialismos anteriores, que no tenían
base teórica seria ni profunda.

• Algunos conceptos de la teoría marxista Ambos elaboraron una explicación del mundo –el
materialismo dialéctico– y una explicación de la historia, el materialismo histórico. Según la primera
el mundo es material, su conocimiento es posible, y su naturaleza está en constante cambio y
movimiento, con contradicciones internas que surgen de la lucha entre aquello que nace y se
desarrolla, y aquello que declina y muere. De acuerdo al materialismo histórico, el curso de la
historia se desarrolla siguiendo leyes precisas, teniendo bases materiales. Afirma que la estructura
social y la vida colectiva son determinadas por la estructura económica. Postuló la lucha de clases
como motor de la historia y de la transformación de la sociedad. Según la teoría de Marx, en el
capitalismo el hombre está alienado por la «deshumanización» del trabajo en la fábrica, en la cual el
hombre ya no es dueño de su trabajo creativo.

. El anarquismo

El revolucionario ruso Mijail A. Bakunin (1814-1876) fue uno de los fundadores del anarquismo
moderno. Había sido condenado a muerte por la Rusia zarista pero, tras su destierro en Siberia, logra
ir a Londres, donde conoce a Marx e integra con él la I Internacional. Pero pronto chocarán, porque
Bakunin lucha por la destrucción de toda autoridad política o religiosa –incluso la disolución del
Consejo General de la Internacional, ya que éste consideraba que las distintas seccionales nacionales
y locales debían tener un carácter autónomo– y prefiere no colaborar con políticos o movimientos
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burgueses. En cambio, Marx prefería apoyar a los movimientos burgueses siempre que éstos
favorecieron los intereses de los trabajadores.18 Los anarquistas intentaron fundar una nueva
Internacional, después de la disolución de la primera, pero fracasaron. Sin embargo, se fue
propagando su accionar en el movimiento obrero organizado, formando grupos secretos para la
acción directa. Ésta consistía en el asesinato político de jefes de gobiernos, reyes o personas con
gran poder político, social o económico. En 1881 un atentado anarquista asesinó al zar ruso
Alejandro II; los hechos terroristas ocurrían en toda Europa, pero eran más frecuentes en Italia y
España. Ejercían «propaganda por el hecho», pero se trataba en general de acciones individuales. De
todos modos, el anarquismo sumó numerosos trabajadores industriales, que comenzaron a
organizarse no ya por oficio sino por rama industrial, para luchar por los derechos de los
trabajadores. Había diferencia entre los objetivos de distintas corrientes anarquistas; algunas
propiciaban más la acción individual y otras más la huelga general, la revolución, o simplemente la
acción mutualista para beneficio de los obreros. Los países con mayor predominio anarquista entre
los obreros fueron España, Italia, Francia y Estados Unidos; los gobiernos, aterrorizados, procedieron
a la represión indiscriminada, ejecutando a sospechosos. Por ejemplo, en 1886, se asesinó en
Chicago a cuatro dirigentes anarquistas, y en 1927 se ejecutó a los anarquistas Sacco y Vanzetti,
acusados de un asesinato que no habían cometido (recién cincuenta años después se reconoció su
inocencia). A la Argentina llegaron anarquistas, socialistas y sindicalistas revolucionarios con la gran
inmigración de finales del siglo XIX; incidieron en la organización de la clase obrera argentina, que se
vio reflejada la lucha entre las distintas tendencias y en las primeras leyes para el obrero en el siglo
XX. Fueron reprimidos y repudiados por los gobiernos, que hicieron leyes para expulsarlos de los
países adonde inmigraban.

Bibliografìa: Eggers-Brass, Teresa. Historia mundial contemporánea. Maipue, 2010.

Los Imperialismos
Entenderemos por Imperialismo al periodo histórico en el que las principales potencias
establecieron dominación efectiva sobre amplios territorios, organizando su administración
y afrontando costosas guerras y otros gastos para asegurar su posesión. Este periodo
comienza con la madurez del capitalismo hacia 1880 y con diversas variantes se prolonga
hasta los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, donde tuvo lugar el proceso de
descolonización e independencia de los países africanos y asiáticos.
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En https://elpasadodeltiempohmc.wordpress.com/2018/12/16/la-era-del-imperialismo-1870-1914/

Factores que impulsaron al Imperialismo:


Económicos: las nuevas necesidades que imprimió a las naciones europeas el desarrollo de la
industrialización, desde mediados del siglo XVIII, demostraron la limitación que presentaban los
mercados internos, es decir dentro de sus países. Era necesario abastecerse de materias primas,
cada vez más baratas y abundantes, para mantener el ritmo de crecimiento y producción, y
satisfacer así la creciente demanda de los mercados europeos, a la par de la necesidad de encontrar
nuevos puntos de distribución de los excedentes (lo que le sobraba) de producción a las
manufacturas (o sea los productos) , como un mecanismo para controlar los precios.
Culturales: La expansión determinó el desarrollo de una lógica de dominación, ya no sustentada en
el principio religioso solamente, sino en supuestos científicos e ideológicos, que presentaban a la
Europa occidental como la cúspide del desarrollo y el progreso, obligándola a dirigir una “misión” de
civilización mundial. El hombre blanco artífice de este desarrollo, ofrecía una vida de confort y
bienestar material a los no blancos.
Demográficas: A lo largo de los siglos XVIII y XIX, el mundo experimentó un crecimiento poblacional
espectacular, lo que obligo a reubicar en distintas partes del orbe los excedentes de población,
iniciándose una serie de migraciones desde el viejo continente, hacia América primero, y luego hacia
África, Oceanía y Asia. Se desarrolló el concepto del espacio vital. Los avances en la medicina,
disminuyeron considerablemente la mortalidad de la población. El bienestar general, logrado en las
primeras fases de la revolución industrial aceleró el crecimiento, aportando abundante mano de
obra y mercados de consumo, pero
determinando a su vez, una mayor demanda de productos.
Políticas: La expansión entregó prestigio internacional; mientras más posesiones se tenía, mayor
potencia expresaba la nación. En gran medida, la conquista de nuevos territorios también se utilizó
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como instrumento político al desviar la atención de la población hacia conflictos externos, liberando
a las clases dirigentes de la presión social que implicaban las graves desigualdades que provocó la
industrialización y la migración.
Tecnológicas: El desarrollo de redes de comunicación cada vez más eficientes, como el ferrocarril, la
navegación a vapor, el telégrafo y el teléfono, ampliaron el horizonte nacional hacia realidades
distantes, pero que se fueron integrando progresivamente a la propia, unificándolas.

Consecuencias del Imperialismo: Consecuencias para los pueblos colonizados


En el orden político, la colonización introdujo elementos de la civilización europea: las bases de una
administración moderna y un modelo de organización política. Pero se trazaron las fronteras de los
imperios sin tener en cuenta las diferencias tribales, lingüísticas o religiosas de las poblaciones
autóctonas, lo que provocó conflictos tras la descolonización.
En el orden económico se impuso una economía basada en la agricultura de plantación y en la
explotación de las minas. Los campesinos indígenas fueron desposeídos de sus tierras por las
compañías privadas y los artesanos no pudieron resistir la competencia de los productos europeos.
En el orden social, la colonización provocó la ruptura de la sociedad tradicional. Una burguesía
europea se instaló en los niveles más altos de la escala social y los indígenas, considerados seres
inferiores, fueron marginados: se los obligó a vivir en barrios separados, se les prohibió la entrada en
ciertos lugares, etc. Como dato positivo, la mortalidad disminuyó al introducirse las prácticas
sanitarias europeas.
En el orden cultural, la imposición de la civilización occidental en las colonias originó una profunda
crisis de las culturas autóctonas. Además, las elites indígenas estudiaron en universidades europeas
y se occidentalizaron. Curiosamente, de esta elite occidentalizada surgieron los líderes del
movimiento descolonizador.

Consecuencias para los pueblos colonizadores


En el orden económico, la expansión imperialista permitió a las potencias continuar su crecimiento.
Las metrópolis se aprovisionaron de materias primas en las colonias, a las que vendieron sus
manufacturas; y obtuvieron enormes beneficios con la construcción de ferrocarriles, carreteras y
puertos en Asia y África, y con la explotación de las plantaciones.
En el orden cultural, la expansión colonial extendió la cultura occidental por todos los continentes y
permitió, también, el conocimiento de otras civilizaciones. Sin embargo, las culturas de los pueblos
colonizados no siempre fueron valoradas en su justa medida y esta ignorancia contribuyó a
confirmar en los occidentales su sentimiento de superioridad.
Consecuencias Internacionales
Los intereses coloniales jugaron un papel cada vez mayor en las relaciones entre las grandes
potencias, creando enfrentamientos que contribuyeron al estallido de la Primera Guerra Mundial en
1914.
La «teoría del equilibrio» iniciada en el siglo XVIII se alteró tras la unificación de Alemania. Además,
la política exterior de Guillermo II se centró en conseguir un imperio colonial.
Inglaterra percibió la actitud alemana como una amenaza a su hegemonía mundial y se acercó a
Francia. En la década de 1890 se alcanzaron pactos que dividieron el continente en dos bloques. Los
países parecían prepararse para la guerra: incrementaron los gastos militares y la duración del
servicio militar, y fomentaron el belicismo y la exacerbación del patriotismo nacionalista desde la
11

prensa y las escuelas. A la vez, aumentaron los conflictos de carácter limitado (en Marruecos, en los
Balcanes, etc)

TEMA 2: LA ARGENTINA CONSERVADORA


Breve introducción:
Mirá el video: LINK: https://www.youtube.com/watch?v=rkdyP-AyyNQ
Y lee el texto:

En 1880 llegó al poder el general Julio A. Roca, quien consolidó el modelo económico
agroexportador y el modelo político conservador basado en el fraude electoral y la exclusión de la
mayoría de la población de la vida política. Se incrementaron notablemente las inversiones inglesas
en bancos, frigoríficos y ferrocarriles y creció nuestra deuda externa. En 1890 se produjo una grave
crisis financiera en la que se cristalizaron distintas oposiciones al régimen gobernante. Por el lado
político, la Unión Cívica Radical luchaba por la limpieza electoral y contra la corrupción, mientras
que, por el lado social, el movimiento obrero peleaba por la dignidad de los trabajadores desde los
gremios socialistas y anarquistas. La lucha radical, expresada en las revoluciones de 1893 y 1905, y el
creciente descontento social, expresado por innumerables huelgas, llevaron a un sector de la clase
dominante a impulsar una reforma electoral para calmar los ánimos y trasladar la discusión política
12

de las calles al parlamento. En 1912, el presidente Roque Sáenz Peña logró la sanción de la ley que
lleva su nombre y que estableció el voto secreto y obligatorio.

La integración de la Argentina al mercado mundial como país agroexportador La consolidación del


Estado Nacional creó las condiciones necesarias para la inserción de la Argentina en la economía
mundial como productor y exportador de materias primas y alimentos. Desde mediados del siglo
XIX, el Estado se encargó de desalojar y exterminar a los pueblos originarios de las tierras fértiles de
la región pampeana. Esas tierras, aptas para la producción agropecuaria, rápidamente quedaron en
manos de los sectores más poderosos, dando lugar a propiedades de gran extensión (latifundios)
conocidas con el nombre de estancias. También fue el Estado quien estableció normas que
regulaban las transacciones económicas y protegían las inversiones extranjeras, y quien se encargó
de sancionar leyes que estimularon la llegada de inmigrantes europeos, imprescindibles para
aumentar la mano de obra disponible en un territorio escasamente poblado.
El primer producto que en este período le abrió la puerta de los mercados europeos fue la lana, y
cuando los precios dejaron de ser convenientes, gracias a la implementación de barcos con cámaras
refrigerantes comenzaron los envíos de carne vacuna a Europa que fueron en aumento desde
mediados de la década de 1880. La expansión de la ganadería en las fértiles tierras de la pampa
húmeda fue acompañada por el desarrollo de la producción agrícola, que en la misma época se
extendió desde la provincia de Santa Fe hacia Córdoba, Entre Ríos y el norte y oeste de Buenos Aires.
En 1914, la Argentina era uno de los principales productores mundiales de cereales (trigo y maíz) y
de oleaginosas (como el lino y el girasol).
Un gobierno de pocos: la República Conservadora: Si bien la Constitución Nacional promulgada en
1853 establecía que los gobernantes debían ser elegidos por el pueblo a través del sufragio, el
régimen político que se organizó en 1880 aseguró a una minoría o élite el ejercicio del poder. A
través del Partido Autonomista Nacional (PAN), los sectores más poderosos del país lograron
imponer sus candidatos a presidente, gobernadores y legisladores durante varias décadas. Desde el
punto de vista económico, esta élite era liberal, ya que garantiza desde el Estado la libertad de
comercio imprescindible para el desarrollo del modelo agro exportador. Sin embargo, desde el
punto de vista político fue conservadora y oligárquica, porque construyó un sistema de democracia
restringida en manos de unos pocos que, por su riqueza y su saber, se consideraban los únicos
capacitados para gobernar.
13

Aunque en este sistema se cumplía con las formalidades electorales, la mayoría de la población
estaba excluida de las decisiones políticas, ya que desde el Estado se implementaron una serie de
mecanismos para garantizar la victoria del PAN y obstaculizar a la oposición el acceso al poder. Entre
los recursos más usuales se encontraba el fraude electoral, que consistía en realizar distintas
maniobras tendientes a falsear el resultado de las elecciones: se excluía a los opositores del padrón
electoral, se falseaban identidades, se ejercían presiones sobre el sufragante –dado que el voto no
era secreto sino “cantado”– y, si lo consideraban necesario, hasta se cambiaban las urnas o se
alteraban los resultados del escrutinio. En muchas ocasiones, el Gobierno Nacional intervenía los
gobiernos provinciales para asegurar el resultado de una elección. Estas prácticas políticas le
quitaron legitimidad a la democracia.
La crisis del régimen oligárquico
A fines de la década de 1880, los efectos de una grave crisis económica mundial repercutieron
seriamente en nuestro país. La expansión económica se detuvo, provocando la disminución de los
salarios, el aumento de la desocupación y el empeoramiento de las condiciones de vida de los
trabajadores. Al mismo tiempo, la élite gobernante se dividió, debido a que el poder de decisión se
había concentrado cada vez más en un pequeño grupo liderado por el entonces presidente de la
nación, Miguel Juárez Celman, quien además ocupaba la presidencia del PAN. En 1889, la oposición
al gobierno dio lugar al surgimiento de una nueva agrupación, la Unión Cívica.En 1890, la Unión
Cívica llevó a cabo la “Revolución del Parque”, que constituyó el primer cuestionamiento violento al
orden imperante desde 1880. Si bien la Revolución del Parque fue derrotada, el presidente Juárez
Celman tuvo que renunciar al cargo. La presidencia fue asumida por el entonces vicepresidente,
Carlos Pellegrini.
Luego de la Revolución, aparecieron fuertes tensiones entre los miembros de la Unión Cívica. Por
esta razón, en 1891 Alem y los sectores que lo apoyaban crearon la Unión Cívica Radical (UCR), que
exigió la vigencia plena de la Constitución, elecciones limpias y honestidad en la administración
pública. El movimiento se extendió desde Buenos Aires a distintas ciudades del país, y en 1893 y
1905 encabezó dos revoluciones armadas contra el gobierno que no lograron su objetivo. A
principios del siglo XX, la UCR amplió su base social con la incorporación de vastos sectores de las
nuevas clases medias que fueron surgiendo como producto de los cambios económicos y sociales:
pequeños comerciantes, empleados, chacareros.
El sector de la élite que llegó al gobierno en 1910 había entendido que “debía cambiar algo para no
perderlo todo”. Una de las reformas más urgentes estaba relacionada con la participación del pueblo
en la elección de los gobernantes, es decir, con el sistema electoral. El presidente Roque Sáenz Peña
impulsó en 1912 la sanción de la Ley General de Elecciones conocida como “Ley Sáenz Peña” que
estableció el voto secreto, universal y obligatorio para todos los ciudadanos varones de la República
Argentina.
La élite dirigente pensaba que la nueva ley daría legitimidad al sistema político dado que, por
primera vez, sería posible la participación de las minorías en el gobierno. Desde su perspectiva, las
nuevas fuerzas políticas del radicalismo y el socialismo se integrarían al sistema como tales, mientras
que los grupos conservadores tradicionales mantendrían el poder. Sin embargo, en 1916, en las
primeras elecciones nacionales realizadas de acuerdo

con la nueva ley electoral, se impuso la Unión Cívica Radical. Su principal dirigente, Hipólito Yrigoyen,
asumió la presidencia de la nación. El país comenzó así a transitar un nuevo camino hacia la
participación ampliada.
14

Actividades:
a- ¿Por qué los gobiernos de este período fueron conservadores en lo Político y liberales en lo
económico? ¿Qué significa “gobierno de unos pocos”?
b- ¿Cuál era el pensamiento de la generación del 80? ¿Qué medidas favorecieron? Ejemplificar.
c- ¿Qué recursos utilizaron para perpetuarse en el poder? Caracterizar brevemente.
d- ¿Cuáles son las causas de la Crisis del Régimen Oligárquico? ¿A qué se llamó Revolución del
Parque? ¿Qué consecuencias provocó?
e- ¿Qué partido político importante surge en 1890? ¿Qué ideas plantea?
f- ¿Qué establecía la Ley Sáenz Peña?
g-Según lo leído, quienes sancionaron esta Ley ¿pensaron que iba a terminar con la elección de un
presidente radical?

Para cerrar el tema:


“La república sabe que el nuevo partido ha inscrito en su bandera de principios la honradez
administrativa, la libertad de sufragio, el régimen municipal, la autonomía de las provincias y el
castigo del fraude electoral y de las malversaciones del tesoro público. Este programa amplísimo,
progresista e impregnado de un espíritu esencialmente nacional, lejos de lesionar los derechos e
intereses de ninguna provincia, hará la felicidad de todas, puesto que se propone realizar las más
adelantadas conquistas del derecho políticos.
Fuente: Leandro N. Alem, Alem, su vida, su obra, tragedia de su muerte, las doctrinas democráticas
del fundador de la Unión Cívica Radical a través de documentos, discursos y escritos, Buenos Aires,
Editorial Alem, 1928, págs. 77-81. Agosto, 1890.

TEMA 3: LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL y LA REVOLUCIÓN RUSA.

Para conocer los hechos observa el siguiente video: LA GRAN GUERRA


(https://www.youtube.com/watch?v=3XtXgH4YSrU– (7 min) (Clickear sobre el vínculo) y completa el
cuadro con las ideas principales.

Analiza los siguientes documentos:


15

1. Lean atentamente las interpretaciones propuestas e indiquen cómo explican los autores el
estallido de la Primera Guerra Mundial. Establezcan en qué aspectos ponen el acento a la
hora de dar su explicación de la guerra (económicos y culturales). Responda y luego citen un
fragmento para justificar su respuesta.
2. El mapa a) muestra a Europa antes de 1914 mientras que el mapa b) muestra a Europa luego
de la Primera Guerra Mundial: ¡¿Qué modificaciones observas en el mapa de 1919?

La Revolución Rusa
Lee el texto:
La Revolución Rusa es uno de los acontecimientos con mayor trascendencia en toda la Edad
Contemporánea y se le denomina así al conjunto de sucesos acontecidos entre febrero y octubre de
1917 que conlleva la destitución del régimen zarista y el establecimiento del comunismo como
nuevo sistema de gobierno.
16

Desarrollo de la Revolución Rusa (1917 -1941)


En el proceso revolucionario se distinguen dos etapas:
Primera etapa: la Revolución de Febrero de 1917 Cuando estalló la Primera Guerra Mundial en 1914,
Rusia decidió participar en la guerra formando parte de la Triple Entente. Esto hecho hizo que
muchas de las fábricas se convirtieran en industrias de guerra y la movilización de los campesinos
hizo disminuir la producción agraria, por lo que provocaron manifestaciones ante la carestía de los
productos A ello hay que sumarle las continuas derrotas ante Alemania y que Rusia no pudo
controlar. Ante tal situación el Zar Nicolás II se vio obligado a abdicar del poder. En los meses
posteriores se estableció una República liderada por Alejandro Kerenski. Sin embargo su gobierno
duró poco porque quiso de alguna manera u otra continuar la guerra contra Alemania, aparte de que
no realizó ninguna reforma beneficiosa para el pueblo.
Segunda etapa: la Revolución de Octubre de 1917 (octubre rojo) Lenin fue el causante de esta
revolución bolchevique ya que fue quien incitó a los obreros, campesinos y soldados a ir contra el
gobierno provisional. Además contó con la ayuda de León Trotsky, jefe de la Guardia Roja, una
unidad armada impulsada por los soviets. Tras varios combates, Kerenski se vio obligado a huir, de
modo que Lenin fue proclamado por los Soviets primer ministro, es decir, asumir el gobierno de
Rusia.
El gobierno de Lenin:
Lenin entre otras muchas cosas optó por organizar el Estado en República Socialista Federal dirigida
por los Soviets, igualmente confiscó muchas tierras pasando a ser dueños los campesinos y abolió la
propiedad privada. Por lo que respecta a la Primera Guerra Mundial firmó un armisticio tanto con
Alemania como con el Imperio Austrohúngaro (Tratado de Brest – Litovosk) en 1918, de esta manera
se retiraba de la guerra.
De Lenin a Stalin:
Lenin, con el tiempo, consiguió restaurar completamente el sistema político económico de Rusia
mediante la instauración de un gobierno comunista que pasó a denominarse Unión de las Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS). En 1924 muere Lenin y a este le sucede Jósef Stalin quien acabo
instaurando un gobierno totalitario y dictatorial cuyos objetivos a nivel económico fueron convertir a
Rusia en una gran potencia industrial y militar, establecer la colectivización masiva de la agricultura
en la explotación de tierras y difundir los ideales del comunismo por toda Europa, para ello se creó la
Tercera Internacional que agrupaba a todos los partidos comunistas existentes.
Consecuencias de la Revolución Rusa
Algunas de las consecuencias que trajo consigo el fin de la Revolución Rusa fueron:

★ La caída de la monarquía absoluta de los zares y el establecimiento del comunismo como


nuevo sistema de gobierno que desde 1923 pasó a denominarse Unión de las Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS).
★ En la década de 1930 Rusia pasó a ser una de las grandes potencias no solo industriales sino
también política, económica y científica.
★ Frente a dos ideas económicas rivales: Capitalismo y el Comunismo, surgió un mundo bipolar
que estalló en un conflicto, la Guerra Fría.

Busca el significado de las siguientes palabras: a. Abdicar b.


Abolir c. Soviets.
Determina cuál fue el momento más importante de la
Revolución. Fundamentà.

TEMA 4: LA ETAPA RADICAL


17

Primera Presidencia de Hipólito Yrigoyen (1916-1922)


La aplicación de la Ley Sáenz Peña permitió la llegada del radicalismo al poder. En 1916 ganó las
elecciones la fórmula radical encabezada por Hipólito Yrigoyen-Pelagio Luna. La democracia
restringida dio paso a un sistema más amplio de participación democrática de los sectores
medios y populares, que durante décadas habían sido excluidos de las cuestiones políticas.El
radicalismo llegaba al gobierno luego de 25 años de lucha política. La consigna de Yrigoyen fue la
“reparación nacional”, es decir, enmendar las injusticias impuestas por el Régimen
conservador. Esto implicaba la democratización política y la plena vigencia de la Constitución:
terminar con la corrupción política preexistente y dar garantías a la libre elección de los
gobernantes.Oposición en el Congreso Los radicales no contaban con todo el poder. Los
representantes del Régimen Conservador tenían la mayoría en el Congreso y el Poder Judicial,
mientras que el radicalismo tenía minoría en la Cámara de Diputados y Senadores. De este modo,
los numerosos proyectos de gobierno de Yrigoyen quedaron sin sanción debido a la fuerte oposición
de los conservadores.

Actividades:
a)¿De qué forma llega al poder el radicalismo? ¿Qué sectores sociales apoyaban al nuevo gobierno?
b)¿Qué implicaba la consigna de Yrigoyen la “reparación nacional”?c) ¿Por qué los proyectos de ley
del gobierno quedaban sin sanción en el Congreso?4.La Reforma Universitaria:a)¿A qué se llamó la
Reforma Universitaria? ¿Qué reclamaban los estudiantes universitarios?b)¿Qué ideas justificaban las
peticiones de los estudiantes? ¿Qué querían cambiar?c)¿Cuál fue la importancia de este movimiento
estudiantil en la historia de la Educación superior?

Los Conflictos Sociales


18

Durante el primer gobierno de Yrigoyen tuvieron lugar numerosos conflictos sociales y


numerosas huelgas obreras. En nuestro país, especialmente en Buenos Aires y Rosario, se
había desarrollado un movimiento obrero combativo en el que prevalecían ideas
revolucionarias anarquistas.
En relación con los conflictos obreros, la primera actitud del gobierno fue no responder de forma
represiva y mediar en las tensiones entre patrones y empleados. También impuso una
legislación de protección social y mejora de las condiciones de trabajo, especialmente en la
segunda presidencia de Yrigoyen, se aprobó la jornada laboral de 8 horas.
Por otra parte, el gobierno radical no anuló la Ley de Residencia (1902), pero, finalmente
utilizó métodos represivos para poner fin a las huelgas obreras. Los términos del problema quedan
más claros en el análisis de dos hechos de gran repercusión: la Semana Trágica y la Patagonia
Trágica.

Los trabajadores de los “Talleres Metalúrgicos Pedro Vasena e hijos”, se habían declarado en huelga
en diciembre de 1918 procurando una mejora salarial y la reducción de la jornada laboral a ocho
horas. La industria metalúrgica se había visto profundamente afectada por la Primera Guerra
Mundial e intentaba bajar costos. Los obreros, a su vez, pretendían obtener mejoras en sus
condiciones de trabajo y en sus salarios. La huelga pronto se convirtió en un conflicto sindical
generalizado que pasó a la historia como la Semana Trágica.
Vasena tenía sus depósitos en el barrio de Nueva Pompeya y sus talleres se encontraban en
Cochabamba y Rioja, barrio de San Cristóbal; en Pompeya es donde se desataron los primeros
enfrentamientos entre los huelguistas y las fuerzas de seguridad - policías y bomberos- que
secundaban la acción de los rompehuelgas y que dejaron el primer día cuatro muertos y cuarenta
heridos, todos del lado obrero.
El conflicto escaló, impulsado por la intransigencia patronal y de la Federación Obrera de la Región
Argentina (FORA) del V Congreso de tendencia anarquista, así como el accionar violento de
rompehuelgas contratados por las patronales, hasta que se desató la represión abierta por grupos
parapoliciales amparados por el gobierno, la policía y el Ejército, asesinando, deteniendo y
torturando a miles de personas, mientras las población respondía con una pueblada generalizada.
Los episodios de la llamada Semana Trágica en su totalidad dejan un terrible saldo cercano a las mil
víctimas y más de cuatro mil heridos entre la acción de las fuerzas represivas y los grupos civiles
armados opositores a las protestas obreras, como la Liga Patriótica Argentina que integraban, entre
otros, Manuel Carlés, Domeq García o el bisabuelo de José Alfredo Martínez de Hoz, y en la cual se
juntaban algunos de los miembros más conspicuos de la sociedad embebidos en ideas
conservadoras, católicas y nacionalistas.
El mismo gobierno que reprimió tuvo luego que reconocer la justicia del reclamo y días después
accedió a lo solicitado por los obreros.

El impacto de la Primera Guerra Mundial en la Economía Argentina

Desde el punto de vista económico, el primer gobierno de Yrigoyen debió enfrentar los problemas
derivados de la Gran Guerra. Su política fue mantener la neutralidad, que implicaba
económicamente continuar con el abastecimiento a los aliados, que demandaban
alimentos baratos (carne enlatada) y artículos industriales, como frazadas. Pero, se
estancaron las exportaciones de maíz y carne refrigerada.La guerra también significó la paralización
de las importaciones de bienes industriales y de capitales externos, especialmente de Europa. El
gobierno nacional procuró proteger la industria, con el fin de favorecer el proceso de sustitución de
importaciones, que trajo como resultado un relativo desarrollo industrial vinculado a la elaboración
de productos alimenticios, a labores textiles y mecánicas. Al finalizar la guerra, se reanudaron
las importaciones y nuevamente quedó relegada la industria nacional.La imposibilidad de importar
19

combustible actuó como un estímulo para la explotación petrolera. En 1922, con el objetivo de
lograr el autoabastecimiento de petróleo, el gobierno de Yrigoyen creó Yacimientos Petrolíferos
Fiscales (YPF). Aunque la producción aumentó, la mayor parte provenía de compañías extranjeras
como la Standard Oil de Estados Unidos, y la Shell, británica y en escasa medida, YPF.
El petróleo se convirtió en una cuestión política, la nacionalización del petróleo, es decir, la
exclusión de las empresas petroleras, fue un proyecto político dela segunda presidencia de
Yrigoyen (1928).

Gobierno de Marcelo T. de Alvear(1922-1928)


En 1922, Yrigoyen finalizó su mandato, en ese momento la Constitución no permitía la
reelección inmediata del presidente, el radicalismo debió presentar un nuevo candidato,
Marcelo T. de Alvear, como presidente y Elpidio González como vicepresidente. La
fórmula radical triunfó en las elecciones, frente a los candidatos del Partido Conservador, el
Partido Demócrata Progresista y el Partido Socialista. Marcelo T. de Alvear asumió la presidencia en
octubre de 1922.
Durante la gestión de Alvear se profundizó la crisis interna dentro de la Unión Cívica Radical y
el distanciamiento entre el grupo azul o antipersonalistas, que apoyaban a Alvear y los
yrigoyenistas o personalistas, seguidores de Yrigoyen, constituida mayormente por la clase
media. Los yrigoyenistas llamaban “galeritas”a los defensores de Alvear, sus dirigentes eran
miembros de familias adineradas y los denunciaban de alejarse de los ideales democráticos.
Mientras que los alvearistas, criticaban la adhesión incondicional de los seguidores a su líder,
Yrigoyen. En 1925, surgió la Unión Cívica Radical Antipersonalista, que se enfrentó al movimiento
yrigoyenista.Situación Económica. En la década de 1920, se produjo un gran cambio en el
comercio exterior de nuestro país. La Argentina comenzó a importar productos
manufacturados de Estados Unidos (automóviles y máquinas industriales) y disminuyeron las
importaciones inglesas. Se instalaron en el país empresas como General Motors (automotriz) y
Química Bayer(farmacéutica). En contraste con la relación económica recíproca con Gran
Bretaña, con Estados Unidos se generó una relación desequilibrada, ya que no existía una
reciprocidad comercial, porque Estados Unidos vendía los mismos productos (cereales y carne) que
Argentina e incluso, competían por el mercado europeo. En 1927, desde la Sociedad Rural comenzó
a extenderse la consigna:” Comprara quien nos compra”. Esta postura reflejaba la preocupación
por mantener la relación comercial con Gran Bretaña, para evitar que ésta disminuyera sus
compras de carne argentina.

Actividades:
.Explique brevemente el impacto de la Primera Guerra Mundial en la economía argentina.
¿Cuál fue el conflicto político interno sucedido durante la gestión de Alvear? ¿Por qué se llevó a
cabo la división del radicalismo?
¿Cuáles fueron los cambios que se dieron en la economía del país después de 1920?
Explique el significado de la consigna: “Comprar a quien nos compra”.

Segunda Presidencia de Hipólito Yrigoyen (1928-1930)


En marzo de 1928 se realizaron las elecciones presidenciales en las que la fórmula radical
Hipólito Yrigoyen –Francisco Beiró obtuvo una victoria contundente. Aunque, fue un breve gobierno.
Yrigoyen comenzó a gobernar en octubre de 1928; las circunstancias nacionales e
internacionales eran difíciles. En 1929 le tocó enfrentar la crisis económica más grave del
sistema capitalista, que provocó la caída del comercio mundial y los precios internacionales, dio
comienzo al estancamiento del modelo agroexportador. El desempleo, el ascenso de los
precios y la caída de los ingresos aumentaron significativamente. Esta situación provocó un gran
20

malestar social que llevó a huelgas, entre otras cosas. El gobierno comenzó a perder apoyo político.
La oposición responsabilizó por la crisis económica a la administración del gobierno radical. Yrigoyen
representaba una amenaza para los intereses de los sectores económicos dominantes, que lo veían
muy permisivo ante las demandas obreras.En la sociedad surgieron tendencias antidemocráticas
que veían como ejemplar los regímenes autoritarios europeos (fascismo italiano); estas ideas
autoritarias tuvieron eco entre los conservadores tradicionales, quienes sentían temor por
el avance del comunismo en el mundo.
A partir de una conspiración entre grupos cívico-militares, comenzaron a conformarse las
condiciones para el derrocamiento del gobierno radical.El 6 de septiembre de 1930, el general
José Félix Uriburu, director del Colegio Militar, encabezó un movimiento con apoyo de cadetes
del Colegio Militar y una cantidad de civiles que se volcó a las calles en su apoyo, obtuvieron la
renuncia de Yrigoyen. Quedaba inaugurado un peculiar período de la historia del país.
Actividades:
Según el texto, ¿Cuáles fueron los problemas económicos, sociales y políticos que afectaron al
segundo gobierno de Yrigoyen? ¿Qué tendencias antidemocráticas surgieron y que sectores
opositores conspiraron para lograr el Golpe de Estado de 1930?

TEMA 5: El Período de Entreguerras: Crisis del 30.

Los años locos


Con tal término se designa en Europa occidental a la segunda mitad de la década de 1920 y en EEUU
a toda ella. Fueron años de crecimiento económico y de transformaciones políticas, sociales y
culturales. El crack bursátil de Nueva York de 1929 y el inicio de la crisis de los treinta pudo un
abrupto final a esos “felices veinte”.
La economía norteamericana, ahora la más grande y la más rica en términos per capita, se
encontraba inmersa en una fase expansiva como consecuencia de la difusión generalizada de las
innovaciones resultantes de la Segunda Revolución Industrial a la producción (acero barato y de
calidad, electricidad, maquinaria agrícola e industrial autopropulsada, etc.) y al consumo de las
familias (automóvil, electrodomésticos, teléfono, etc.). En buena medida, los “felices veinte”
norteamericanos anticiparon pautas de consumo que veremos extenderse, primero, por Europa
occidental en la “Edad de oro” del crecimiento económico de la segunda posguerra mundial (1950-
1973) y, más tarde por el resto del mundo. El dinamismo de la sociedad norteamericana es también
perceptible en otras manifestaciones (cultura, costumbres, etc.). Ell crecimiento económico de la
segunda mitad de los años veinte no se circunscribió a Estados Unidos.
En este contexto más favorable, en algunos países se comenzó a considerar seriamente la
posibilidad de abandonar los tipos de cambio flotantes –es decir, no fijos- y retornar a ese símbolo
de un pasado mejor representado por el patrón oro.
En 1930, casi la totalidad de países con economías de cierta importancia habían retornado al patrón
21

oro. Una importante novedad político-económica de los años veinte es el creciente papel económico
del Estado respecto a la época del laissez faire prebélico. Anticipando lo que ocurrirá en versión
ampliada en la segunda posguerra mundial, el gasto público tendió a aumentar, particularmente en
sus capítulos más sociales (pensiones, desempleo, salud, educación y vivienda). En una muestra en la
que figuran las economías más avanzadas, el gasto público pasó de representar el 11% del PIB en
1870 al 13% en 1913 y 23% en 1937.
El entramado trabajosamente construido durante la difícil posguerra comenzó a resquebrajarse
cuando, desde 1928, los inversores norteamericanos, atraídos por la burbuja financiera que estaba
expandiéndose en la Bolsa de Valores neoyorquina, comenzaron a dejar de invertir en el exterior.

La crisis del 30:


El período situado entre el fin de la Primera y la Segunda Guerra Mundial se caracteriza por grandes
desequilibrios económicos, que desembocaron en la crisis más grave que ha conocido el sistema
capitalista. Comenzó en Estados Unidos y debido a las estrechas relaciones que había entre los
países capitalistas, afectó a todo el mundo, produciendo un gran número de cesantes. La primera
manifestación de la crisis se produjo en la bolsa de Nueva York, cuando la cotización de las acciones
comenzó a bajar y el 24 de octubre cundió el pánico entre los inversores y el mercado del dinero se
derrumbó. La crisis también afectó a nuestro país y sus consecuencias fueron desastrosas para miles
de obreros y para nuestro sistema económico en general.

1.1-Observa el video: El crack del 29 y la Gran Depresión

Para profundizar y entender: ¿Cómo funciona la bolsa? https://www.youtube.com/watch?


v=rAcf_UloqhY

1.2-Lee los testimonios que se refieren a la grave crisis económica de 1929. 1.3-Responde: a- Explica
el significado del concepto “Gran Depresión”. b- ¿Cómo se puede explicar la Gran Depresión según el
Presidente norteamericano? c- ¿En qué se diferencia la apreciación del Presidente Hoover y el
economista británico Keynes? d- ¿Qué opinas del testimonio que entrega el accionista Groucho
22

Marx acerca del colapso de la economía norteamericana en 1929?

1.1-teniendo en cuenta lo observado en el video y los documentos realiza un Informe periodístico


sobre la CRISIS DEL 30. La misma deberá contener: a- TÍTULO ATRACTIVO O LLAMATIVO, al estilo de
nota periodística. b- Si lo deseas subtítulo. c- Una imagen (buscar en internet) Un relato breve sobre
la temática analizada.

Los regímenes totalitarios


23

1- Observa las imágenes y responde:


a- ¿Qué sabes de los personajes de las fotografías? ¿Qué representan?
b- ¿qué impresión te causa los carteles propagandísticos? ¿A qué países pertenecerán?
c- Teniendo en cuenta el concepto de Totalitarismos: ¿Cuál crees que fue el objetivo de quienes
crearon los carteles?
24

2- Analiza los siguientes documentos sobre el Fascismo y del Nazismo y responde:


a- Menciona las ideas o conceptos más relevantes presentes en los documentos sobre el Fascismo y
el Nazismo.
b- ¿Qué piensa Mussolini acerca de la violencia?
c- ¿Cuál es según Hitler el rol del Estado?
d- ¿Qué opinas de las leyes de Nuremberg decretadas por Hitler?
e- Según del documento 4 ¿Cuál es la relación entre Hitler y Mussolini?

3) Elabora un cuadro sinóptico que contenga: Fecha de inicio y cierre/ Países intervinientes
(Alianzas)/Causas/Etapas/Consecuencias.
25

La Segunda Guerra Mundial:


Para muchos historiadores, el fin de la Primera Guerra Mundial fue en realidad el inicio de la
Segunda, ya que con el Tratado de Versalles, en 1919, no lograron resolverse equitativamente los
problemas entre las diferentes potencias, generándose incluso nuevos conflictos. Por un lado,
provocó un gran resentimiento y descontento en Alemania, por la obligación de pagar
indemnizaciones de guerra que superaban absolutamente sus posibilidades económicas. Por su
parte, los italianos se sentían defraudados al no ser beneficiados con territorios que esperaban
recibir. En ambos países se inició un fuerte nacionalismo, acentuado por la compleja situación
económica derivada de la crisis del capitalismo mundial, todo lo cual culminó con la llegada de
gobiernos totalitarios al poder. En este contexto, Alemania, Italia y Japón iniciaron una agresiva
política expansionista en Europa y Asia, ante lo cual los países europeos se mostraron expectantes.
Francia e Inglaterra miraban con recelo a Alemania, pero su anticomunismo ofrecía un contrapeso al
avance de la URSS.
El Pacto de No Agresión entre Alemania y la Unión Soviética (1939) sorprendió al mundo, pues dos
potencias de ideologías contrarias y enemigas acordaron abstenerse de toda guerra y de integrar 26
bloques contrarios a una u otra nación. Además, por una cláusula secreta acordaron distribuirse las
regiones de Polonia que les habían pertenecido hasta el término de la 1ª Guerra. Con esta alianza,
Gran Bretaña y Francia quedaron sin el apoyo de Rusia y Alemania libre para continuar su expansión
territorial. Garantizada la neutralidad rusa, Alemania procedió a invadir Polonia, ante lo cual Gran
Bretaña y Francia declararon la guerra a Alemania. Italia por su pacto con Alemania entró al lado de
ésta.
Tras ocupar extensos territorios y sin previa declaración de guerra Hitler traicionó el pacto con Rusia
y la atacó. Rápidamente ocuparon todo el sur hasta la ciudad de Stalingrado. Por el norte,
Leningrado (San Petersburgo) fue también sitiada. Al finalizar 1941 Alemania e Italia triunfaban en
Europa.
El conflicto se hacía mundial al intervenir Japón y Estados Unidos. Japón como aliado de Italia y
Alemania. Estados Unidos del lado de Francia e Inglaterra. En 1941, Japón atacó la base
norteamericana de Pearl Harbor. Estados Unidos declaró que existía un estado de guerra contra el
Japón. Gran Bretaña también le declaró la guerra. El conflicto ya era mundial. En Rusia, los alemanes
fueron rechazados en Stalingrado en el invierno de 1942, en lo que se considera el comienzo del fin,
e iniciaron la contraofensiva. El régimen fascista de Mussolini se derrumbó y los aliados pudieron
entrar en Roma (1944). Los aliados finalmente desembarcaron en Normandía, iniciando la liberación
de Francia. Alemania se vio atacada desde tres frentes: Rusia, Italia y Francia. Los bombardeos
aliados arrasaron ciudades, zonas de fábricas de armamentos y bases del territorio alemán.
Alemania se rindió en 1945. Hitler y algunos de sus más íntimos colaboradores se suicidaron. Japón
prosiguió la lucha. La guerra parecía interminable. Para abreviar el conflicto, el Presidente de EE.UU.
decidió arrojar la bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima y Nagasaki. Ante ello Japón se rindió
y sus islas fueron ocupadas.
En 1945, próxima a finalizar la guerra, se reunieron el presidente norteamericano Roosevelt, el
primer ministro británico Churchill y el primer ministro soviético Stalin en la ciudad rusa de Yalta.
Allí, acordaron dividir a Alemania, liquidar el nazifascismo y crear un organismo internacional para
evitar futuras guerras.
Cuando terminó la guerra con Alemania, las tres potencias se reunieron en la ciudad alemana de
Postdam, para acordar la forma de vencer totalmente al Japón y sobre la reestructuración de
Europa. Como resultado de dichos acuerdos, los vencidos perdieron territorios: Alemania quedó
26

reducida y dividida en cuatro zonas de ocupación entre norteamericanos, ingleses, franceses y rusos.
La capital, Berlín, fue igualmente dividida entre los cuatro vencedores. Italia perdió porciones
limítrofes de su territorio y todas sus colonias. Japón fue despojado de todo lo conquistado durante
la guerra y también de Manchuria y Corea. Algunas de sus islas fueron entregadas a la Unión
Soviética. Consecuencias del conflicto: Costo Humano: La guerra dejó el trágico saldo de millones de
muertos y de heridos. De ellos, la mayoría correspondió a población civil, cuyas ciudades fueron
arrasadas por bombardeos y por las tropas aliadas o del eje. A ellos se sumaron millones de personas
que debieron abandonar sus hogares tras el avance de las tropas nazis, o bien retornar a Alemania
tras la liberación de Europa del 27 Este. Además, se produjeron exterminios masivos de población,
como los llevados a cabo por el régimen nazi, y que quedaron al descubierto tras la caída del
régimen. Impacto económico: La destrucción de las ciudades y de la infraestructura productiva y de
transporte provocó serios problemas para la reconstrucción europea. La guerra ocasionó el
desabastecimiento de alimentos, la subida de los precios y el desamparo de la población civil.
En el plano financiero, las mayores dificultades provinieron del alto endeudamiento que se había
contraído para poder pagar la guerra. Cambios políticos: En Europa occidental se produjo un retorno
a los regímenes democráticos, que adoptaron posturas partidarias de una mayor intervención del
Estado en áreas sociales. En Europa del Este, la influencia del Ejército Rojo fue fundamental para que
se establecieran gobiernos al estilo soviético. Surgimiento de nuevas potencias: La guerra terminó
por socavar el poderío europeo, lo que llevó al surgimiento de dos nuevas potencias: EE. UU. y la
URSS. Pero, además, el debilitamiento europeo provocó que muchas de las colonias en África y Asia
iniciaran el camino para consolidarse como países independientes.
Extraído de: https://saladehistoriacl.files.wordpress.com/2018/09/14203gm.pdf

CONSECUENCIAS
27
28

Los Aliados tomaron la decisión de utilizar la bomba atómica como medio para poner fin al
conflicto bélico que había comenzado en 1939. La bomba se lanzó sobre Japón el cual estaba unido
a las potencias que apoyaban a Hitler. Debes recordar que en 1941 Japón había atacado las bases
navales de Estados Unidos en los que se conoce como ataque a Pearl Harvor, por ello la bomba
también significaba una forma de demostrar la venganza...

Lee atentamente el testimonio y resuelve:


«Era temprano y la mañana aparecía cálida y hermosa... Vestido con una camiseta y un pantalón,
estaba tendido sobre el suelo del salón, exhausto porque había estado de guardia en el hospital y no
había dormido en toda la noche. De repente, un destello cegador me sobresaltó. Las sombras del
jardín desaparecieron y la luz, que había sido muy intensa y brillante durante un segundo, dio paso a
una gran oscuridad ( ). Con sorpresa descubrí que estaba completamente desnudo. ¡Qué raro!
¿Dónde estaban mi camiseta y mi pantalón? ¿Qué había sucedido? Tenía la parte derecha del cuerpo
con cortes y sangre; una astilla de madera sobresalía de mi cadera y algo caliente me vino a la boca.
Tenía una herida en la mejilla y un grueso trozo de cristal clavado en el cuello... Nuestra propia casa
comenzó a moverse y se derrumbó entre una nube de polvo (...). El fuego se extendía y un viento
abrasador comenzó a soplar (...). Había unas siluetas humanas (...) que se movían como
espantapájaros, reflejando un gran dolor y manteniendo los brazos separados de sus cuerpos. Estas
gentes me inquietaron hasta que descubrí que estaban quemados y que mantenían sus brazos
separados del cuerpo para evitar el doloroso roce de las superficies en carne viva. En verdad, una 30
cosa era común a todo el mundo. Un completo silencio.» (Mickihiko Hachiya, médico de un hospital
de Hiroshima en 1945, Diario de Híroshima.) En: Prats, Historia del Mundo Contemporáneo, Edit. A
a- ¿Consideras legítima la decisión tomada por los Aliados para poner fin a la guerra? Fundamenta tu
respuesta.
b- ¿Qué impresión te causa el testimonio del ciudadano japonés? Vuelve a observar la imagen sobre
el tema, ¿qué relación existe entre la fotografía y el documento?
c- Crees que hoy la comunidad internacional (la opinión pública y los gobiernos) apoyaría a un país
lanzar contra su enemigo el arma más mortífera que exista.

TEMA 6: LA DÉCADA INFAME


Principales características del Período:

El golpe de estado del general José Félix Uriburu, perpetrado el 6 de septiembre de 1930, inauguró
un período de trece años en el que ocuparon la presidencia, gracias al fraude electoral, el general
Agustín P. Justo, el radical alvearista Roberto Marcelino Ortiz y el conservador Castillo.
Esta etapa de nuestra historia, conocida popularmente como «la década infame», se caracterizó por
la ausencia de la participación popular, la persecución a la oposición, el fraude electoral, la tortura a
los detenidos políticos, la creciente dependencia de nuestro país y la proliferación de los negociados.

La intervención del Estado en la economía se limitó durante este período de profunda crisis
económica y social, a resguardar con fondos públicos los intereses privados de los grandes grupos
económicos, desentendiéndose del hambre, la desocupación y la miseria que soportaban un alto
porcentaje de las familias argentinas. Este manejo discrecional de los presupuestos por parte del
gobierno, fomentó la corrupción y los negociados, grandes protagonistas de esta década infame. La
mayoría de los negociados tenían su origen en el gobierno y sus funcionarios.
29

Extraído de: https://www.elhistoriador.com.ar/categoria/archivo/articulos/decadainfame

Que el mundo fue y será una porquería, ya lo ¡Qué falta de respeto, qué atropello a la
sé razón!
En el 510 y en el 2000 también Cualquiera es un señor, cualquiera es un
Que siempre ha habido chorros, maquiavelos ladrón
y estafaos Mezcla'o con Toscanini, va Escarfaso y
Contentos y amarga'os, valores y doblé Napoleón
Pero que el siglo 20 es un despliegue Don Bosco y La Mignón, Carnera y San Martín
De maldad insolente, ya no hay quien lo Igual que en la vidriera irrespetuosa
niegue De los cambalaches se ha mezcla'o la vida
Vivimos revolca'os en un merengue Y herida por un sable sin remaches
Y, en el mismo lodo, todos manosea'os Ves llorar la Biblia junto a un calefón

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que Siglo veinte, cambalache problemático y febril
traidor
Ignorante, sabio o chorro, pretencioso El que no llora no mama y el que no afana es
estafador un gil
Todo es igual, nada es mejor Dale nomás, dale que va
Lo mismo un burro que un gran profesor Que allá en el horno se vamo' a encontrar
No hay aplaza'os, ¿qué va a haber? Ni No pienses más, sentate a un la'o
escalafón Que a nadie importa si naciste honra'o
Los inmorales nos han iguala'o Si es lo mismo el que laburaNoche y día como
Si uno vive en la impostura y otro afana en su un buey
ambición Que el que vive de las minas
Da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de Que el que mata, que el que cura
bastos O está fuera de la ley
Caradura o polizón Fuente: Musixmatch - Compositores: Enrique
30

Santos Discepolo - Letra de Cambalache

El Pacto Roca-Runciman

Durante la presidencia del general Justo, se persiguieran fines de beneficio privado».


firmó el Tratado de Londres entre nuestro Lisandro de la Torre, denunciando este
vicepresidente Roca y el representante inglés acuerdo, afirmaba: «En estas condiciones, no
W. Runciman en 1933. El pacto fue llevado a podría decirse que la Argentina se haya
cabo para beneficiar a un solo sector social convertido en un dominio británico, porque
(los exportadores ganaderos), pero perjudicó Inglaterra no se toma la libertad de imponer a
a todo el resto del país. Según el escritor los dominios británicos semejantes
Arturo Jauretche, el «Pacto Roca-Runciman» humillaciones. Los dominios británicos tienen
puede ser considerado como el «Estatuto cada uno su cuota y la administran ellos. La
legal del coloniaje», es decir, la disposición Argentina es la que no podrá administrar su
legal mediante la cual aceptamos ser colonia. cuota». Además la Argentina admitía quitarle
En julio de 1932 Gran Bretaña se reunió en los derechos de importación al carbón inglés
Ottawa con los integrantes del (perjudicando en ese momento al petróleo
Commonwealth o «Comunidad Británica de argentino y a nuestra recaudación impositiva)
Naciones» (conjunto de países vinculados por y a varias manufacturas británicas; darle trato
lazos históricos y culturales con Gran Bretaña, benévolo a las inversiones británicas (es decir,
casi todas sus ex colonias). Éstas le favorecerlas en relación a las propias o a las
reclamaban a Inglaterra un trato preferencial estadounidenses); contratar préstamos en
frente a la crisis: querían que les dieran Inglaterra para que las empresas inglesas en
prioridad para venderle a la madre patria sus la Argentina pudieran remitir a Gran Bretaña
productos –que eran los mismos que nosotros sus ganancias (no lo podían hacer debido a
le exportamos: carne y cereales–. El Pacto de que, por la crisis, nos faltaban divisas en el
Ottawa, así firmado, era una barrera país) –es decir, nos endeudamos para que se
defensiva que afectaba a la Argentina, beneficien las empresas británicas, en lugar
reemplazada como principal proveedor no de exigirles que invirtieran sus utilidades en
perteneciente al Commonwealth. A fin de que nuestro país–.
Inglaterra nos tuviera en cuenta, nuestro Pero lo más vergonzoso es que se admitieron
Vicepresidente no tuvo empacho en afirmar: cláusulas secretas en el tratado, concediendo
«La República Argentina, por su beneficios que, por lo infames, no se podían
interdependencia recíproca, es, desde el decir abiertamente. Una de ellas fue la
punto de vista económico, una parte Coordinación de Transportes. Los ingleses
integrante del Imperio Británico». poseían en nuestro país las compañías de
¿Qué se aceptó en dicho pacto? A cambio de subterráneos, tranvías y trenes, pero los
que Inglaterra no disminuyera sus compras a argentinos habían inventado el colectivo que
la Argentina con relación a 1931/32 –excepto les hacía competencia. Algunos taxistas, que
un 10% que Inglaterra se reservaba para tenían pocos clientes y mucho ingenio, habían
«circunstancias imprevistas»–, aceptamos que ido estableciendo recorridos fijos y
esas compras se hicieran en un 85% aumentando el tamaño del vehículo. Estos se
exclusivamente a frigoríficos ingleses o volvieron muy populares por el precio de su
asociados en nuestro territorio; el restante boleto, por tener mayor frecuencia y amplitud
15% era para frigoríficos argentinos «que no de horario, y por comprender numerosos
31

trayectos. Para beneficiar a la compañía Banco Central que se creaba le imponía al


británica propietaria del Subte «A» se le Estado obligaciones (debía poner la mitad de
concedió por ley el monopolio por 56 años de los capitales) pero no derechos: no tenía
los transportes urbanos, transformando a los poder de decisión (sólo cinco directores entre
antiguos dueños de colectivos en peones o doce) ni la capacidad de tomar préstamos
empleados. Con el escándalo que se desató, para el Gobierno Nacional, Provincial o
esta ley no tuvo mayor aplicación. La otra Municipal. En suma, protegía los intereses
cláusula secreta establecía la creación de un privados para que el Estado no los perjudique,
Banco Central Mixto donde se le otorgaba a la y favorecía el endeudamiento externo del
banca privada de capital, predominantemente país.
británico, el control financiero del país. El

https://www.elhistoriador.com.ar/tulio-halperin-donghi/

Tema: LA ETAPA PERONISTA (1943-1955)

Grandes cambios se avecinan Durante más de una década (1943-1955) la figura de Juan Domingo
Perón dominó la escena política argentina. Eran años de grandes cambios y profundas
transformaciones. El gobierno peronista logró la inclusión de la clase trabajadora a la vida política
nacional y la formación de una verdadera identidad obrera. Sin embargo, su manera de manejar las
cuestiones políticas y económicas le valieron muchos opositores y enemigos. Su figura y la de su
esposa María Eva Duarte de Perón generaron los más extremos sentimientos: idolatría por una parte
y rechazo visceral por la otra. A través del estudio de este período, tan importante de la historia
argentina, podrás elaborar tus propias conclusiones.

Para ver:
https://www.youtube.com/watch?v=fceo8TCwxWw
https://www.youtube.com/watch?v=5tNVgcsHBNg
Para leer:
32

Extraído de: https://www.elhistoriador.com.ar/juan-domingo-peron/ y


https://www.educ.ar/recursos/92150/las-presidencias-de-peron-1946-1955

En 1943, el coronel Juan Domingo Perón participó activamente del golpe militar que derrocó al
gobierno conservador de Ramón Castillo. Producido el recambio en el aparato gubernativo, Perón
ocupó el Departamento Nacional del Trabajo. Desde allí Perón iniciaba su carrera política.
Perón desarrolló una intensa tarea desde la recientemente creada Secretaría de Trabajo y Previsión
tendiente a captar la voluntad política de los trabajadores. Hizo aprobar decretos-ley de vital
importancia en el campo laboral. El poder de Perón iría creciendo junto con su popularidad. En 1944
el general Edelmiro Farrell desplazó de la presidencia al general Pedro Ramírez y nombró a Perón
Ministro de Guerra primero y Vicepresidente cinco meses después. Algunos sectores militares vieron
con preocupación la creciente influencia del Coronel.
Perón fue obligado a renunciar a principios de octubre y fue detenido y trasladado a la Isla Martín
García. El 17 de octubre de 1945 miles de trabajadores provenientes del cordón industrial del Gran
Buenos Aires ocuparon la Plaza de Mayo decididos a no moverse hasta que Perón apareciera en los
balcones de la Casa Rosada. Por la noche finalmente el Coronel pudo estrenar su saludo con los
brazos en alto. Perón se había impuesto y ya ocupaba un lugar destacado en la política nacional.
Pocos días después, ocurrieron dos hechos significativos para la historia del peronismo: la creación
del Partido Laborista por parte de los sindicatos adeptos para lanzar la candidatura de Perón y el
casamiento de éste con Eva Duarte, una joven actriz de radio con quien convivía desde hacía
algunos meses.

Fuente 1

Discurso de Perón
“Con la creación de la Secretaría de Trabajo y Previsión se inicia la era de la política social
argentina. Atrás quedará para siempre la época de la inestabilidad y del desorden en que estaban
sumidas las relaciones entre patrones y trabajadores. De ahora en adelante, las empresas podrán
trazar sus previsiones para el futuro desarrollo de sus actividades, tendrán la garantía de que si las
retribuciones y el trato que otorgan a su personal concuerdan con las sanas reglas de convivencia
humana, no habrán de encontrar por parte del estado sino el reconocimiento en pro del
mejoramiento y de la economía general, y, por consiguiente, del engrandecimiento del país. Los
obreros, por su parte, tendrán la garantía de que las normas de trabajo que se establezcan,
enumerando los derechos y deberes de cada cual, habrán de ser exigidas por las autoridades del
trabajo con el mayor celo, y sancionado con inflexibilidad su incumplimiento. Unos y toros deberán
persuadirse de que ni bajo la astucia ni la violencia podrán ejercitarse en la vida del trabajo,
porque una voluntad inquebrantable exigirá por igual el disfrute de los derechos y el cumplimiento
de las obligaciones”.

Discurso de Perón del 2 de diciembre de 1943.

Fuente 2
33

El Estatuto del Peón

“La medida más avanzada, y cuyas consecuencias políticas y sociales resultaron más importantes,
fue sin duda el Estatuto del Peón, instaurado por el decreto 28.169/44. En apariencia, nada en él
resultaba muy revolucionario. El decreto establecía un salario mínimo, condiciones mínimas de
alimentación y de vivienda, y precisaba también las obligaciones de las partes en materia de
horarios de trabajo, indemnizaciones por despido y asistencia médica; establecía además la
obligatoriedad del descanso dominical y de las vacaciones pagas.

Las clases dirigentes podían aceptar que los trabajadores urbanos obtuvieran ciertos beneficios
sociales por la intervención del gobierno, pero consideraban que el sector rural, sostén del poder
oligárquico, era intocable y escapaba a la acción estatal. El estatuto intentaba reemplazar la
buena voluntad del patrón y modificaba las relaciones sociales paternalistas del campo argentino.
El Estado penetraba en las estancias, cometiendo así una verdadera violación de la propiedad
privada. El estatuto protegía al peón que ya no dependía sólo del patrón sino de una voluntad
superior a la de éste. Ese decreto, que no introducía grandes cambios en el terreno económico ni
en las condiciones de vida de los peones, fue recibido entonces como una verdadera revolución y
provocó el odio social tenaz de los grandes propietarios contra Perón.”

Rouquié, Alan. Poder militar y sociedad política en la Argentina. 1943-1973. Tomo 2, Buenos Aires,
Hyspamérica, 1983.

Fuente 3

La posición del Partido Comunista

“Si las empresas monopolistas, los grandes industriales y los grandes productores agropecuarios se
resisten a la política ´obrerista´ de Perón no es tanto porque realmente afecte sus ganancias ya
que ellos controlan precios y tarifas, sino que se debe a que la Secretaría de Trabajo y Previsión se
inmiscuye en la administración de la empresa o estancia, trata de imponer en las fábricas o
haciendas a sus dirigentes sindicales leales y, de ese modo, perturba la disciplina en el trabajo. En
aquellos casos en que esa Secretaría ha obligado a los patrones a conceder mejoras en los salarios,
lo ha hecho con el fin de obligar a los obreros a ingresar en las organizaciones sindicales
controladas por ella para hacerlos servir a sus fines políticos. Por otra parte, entre los patrones
progresistas cunde la inquietud porque la formación de esos sindicatos gubernamentales de tipo
fascista va acompañado del surgimiento del pistolerismo sindical. En lugar del dirigente sindical
que educa, organiza y orienta a los obreros y empleados, enseñándoles principios de organización
de disciplina, de conciencia de clase y de lucha organizada para obtener sus reivindicaciones, el
peronismo hace aparecer al dirigente sindical pistolero, a la cabeza de bandas armadas, que
extorsiona e impone su voluntad a obreros y patrones.”

Codovila, Victorio. Dirigente del Partido Comunista Argentino. “Plan para extirpar la amenaza
fascista en la Argentina. Hay que derrocar a la camarilla del GOU.” 1944.

Fuente 4
La postura del Partido Socialista
“Con el pretexto de iniciar en el país la política social, desconocida, según él, por todos los que lo
habían precedido, el coronel buscó prosélitos y preparó sus huestes por medio de una vasta
organización electoral, que denominó Secretaría de Trabajo y Previsión”.
34

Nicolás Repetto. Dirigente del Partido Socialista.

1) Lean la fuente 1 y respondan: ¿cuál es el rol que le atribuye Perón al Estado? ¿Qué ruptura marca
con el pasado?
2) ¿Por qué el Estatuto del Peón Rural causó tanta conmoción? ¿Qué intereses afectaba? ¿Por qué?
3) ¿Cuál es la visión que tienen el comunismo y el socialismo del peronismo?

El 17 de Octubre

¿Perón se despide?

“Si la revolución se conformara con dar comicios libres, no habría realizado sino una gestión a
favor de un partido político.
Esto no pudo, no puede, ni podrá ser la finalidad exclusiva de la revolución… La obra social
cumplida es de una consistencia tan firme que no cederá ante nada y la aprecian no los que la
denigran sino los obreros que la sienten. Esta obra social que sólo los trabajadores la aprecian en
su verdadero valor debe ser también defendida por ellos en todos los terrenos… Dejo firmado un
decreto de una importancia extraordinaria para los trabajadores. Es el que se refiere al aumento
de sueldos y salarios, implementación del salario mínimo, vital y básico y la participación en las
ganancias… Y ahora, como ciudadano, al alejarme de la función pública, al dejar esta casa que
para mi tiene tan gratos recuerdos, deseo manifestar una vez más la firmeza de mi fe en una
democracia perfecta, tal como la entendemos aquí. Dentro de esa democracia fijamos nuestra
posición incorruptible e indomable, frente a la oligarquía… Yo les pido que en esta lucha me
escuchen. No se vence con la violencia; se vence con la inteligencia y la organización. Por eso les
pido también que conserven una calma absoluta y cumplan con lo que es nuestro lema de siempre:
del trabajo a la casa y de casa al trabajo… Pido orden para que sigamos adelante en nuestra
marcha triunfal; pero si es necesario algún día pediré la guerra.”

Discurso de Perón en su despedida de la Secretaría de Trabajo. 10 de octubre de 1945.

1. Lean el siguiente discurso de Perón y respondan:

a) ¿Cuál era el pensamiento de Perón?


b) ¿Consideran que él impulsó la movilización obrera? Justifiquen su respuesta.
35

FUENTE 1

“Un conato de revolución militar obligó a Perón a retirarse transitoriamente del poder y permitió la
cuidadosa organización de su retorno a la vida pública en condiciones excepcionales que
demostraban el trasfondo de su política y sus planes. Con la colaboración desembozada de fuertes
grupos militares y de la policía se organizó el 17 de octubre de 1945 una marcha sobre Buenos Aires
para exigir la ´libertad´ de Perón. El movimiento tenía –en gran escala- la misma estructura interna
de otros que anteriormente había organizado la policía para otorgar un poco de calor popular a los
actos de gobierno de la revolución de 1943; pero era inequívoco que ahora existía también un
movimiento espontáneo de masas populares para las cuales el nombre de Perón se había
transformado en bandera de un movimiento social.”

José Luis Romero. Las ideas políticas en la Argentina. Buenos Aires, 1981.

FUENTE 2

“No hay nada en nuestra historia que se parezca a lo del 17 de octubre. Porque lo más singular del
17 de octubre fue la violenta y desnuda presentación de una nueva realidad humana que era
expresión auténtica de una nueva realidad nacional. Y eso es lo que le resultó más chocante a esta
Buenos Aires orgullosa de su rostro europeo: reconocer en esa horda desaforada que tenía el color
de la tierra una caricatura vergonzosa de su propia imagen. Caras, voces, coros, tonos desconocidos:
la ciudad los vio con la misma aprensión con que vería a los marcianos desembarcando en nuestro
planeta. Argentinos periféricos, ignorados, omitidos, apenas presumidos, que de súbito aparecieron
en el centro mismo de la urbe para imponerse arrolladoramente. Por eso lo del 17 de octubre
provocó un rechazo instintivo, visceral, por parte de quienes miraban desde las veredas el paso de las
turbulentas columnas. Empezaba la mañana cuando comenzaron a llegar rotundos, desafiantes,
caminando o en vehículos que habían tomado alegremente por asalto y cuyos costados repetían
hasta el hartazgo el nombre de Perón en tiza, cal y carbón. A medida que avanzaban, las cortinas de
los negocios se bajaban abruptamente. Nadie los conducía, todos eran capitanes.”

Felix Luna. El 45. Buenos Aires, 1982.


36

Realicen una comparación de las visiones existentes acerca de lo sucedido en esa fecha. Extraigan y
sinteticen de cada fuente las opiniones encontradas acerca de:

a) ¿quiénes organizaron la movilización?


b) ¿fue organizada o fue espontánea?
c) ¿cómo se valora a los protagonistas de esos hechos. Citen ejemplos (los
adjetivos y sustantivos utilizados pueden ser buenos indicadores).
d) ¿qué clases sociales apoyarían cada una de las visiones? ¿por qué?
Primera presidencia
La preparación para las elecciones dividió a la sociedad argentina. Los sindicatos crearon el Partido
Laborista, que tuvo el apoyo de parte de las Fuerzas Armadas y de la Iglesia. Postularon a Perón
como candidato a presidente. Por otra parte, los opositores como la Sociedad Rural, la Unión
Industrial, la Bolsa de Comercio y hasta la Embajada de los Estados Unidos encabezaron la Unión
Democrática que postulaban a los radicales José Tamborini y Enrique Mosca. “La campaña llegó a su
culminación dos semanas antes de los comicios, cuando los Estados Unidos dieron a publicidad el
“Libro Azul” sobre la Argentina. El documento acusaba a Perón y a sus allegados de colaborar con el
nazismo, (...). Perón sacó provecho del ataque al presentar los comicios como una opción entre él o
Braden, el ex embajador (...) a quien se debía la publicación del libro”.
En las elecciones de febrero de 1946, Perón se impuso obteniendo casi los dos tercios de la Cámara
de Diputados, la mayoría de los puestos del Senado y casi todas las gobernaciones provinciales.
Perón se propuso concretar tres grandes objetivos a partir del inicio de su mandato: Independencia
Económica, Soberanía política y Justicia Social.
Es importante recordar, que el mundo estaba dividido al finalizar la segunda guerra mundial (1945),
en dos grandes bloques. Era el período de la Guerra Fría, en el que los Estados Unidos y la Unión
Soviética se enfrentaban en forma indirecta a través de conflictos o guerras periféricas. Frente al
contexto de la Guerra Fría, Perón establece entonces, su Tercera Posición, “Ni Yanquis ni Marxistas,
peronistas”, en la que instaura un claro distanciamiento de la política bipolar que dividía al mundo.
Para lograr la soberanía política se debía promover la independencia económica. A su vez, el estado
en forma novedosa, ligaría la economía a los aspectos sociales. Se intentaba impulsar el desarrollo
de la economía generando, a su vez, el bienestar social. Las ideas centrales del pensamiento
peronista, doctrina a la que Perón llamó justicialista, se presentaba como una alternativa ante los
dos grandes sistemas políticos e ideológicos existentes, el capitalista, liderado por los Estados Unidos
y el comunista, encabezado por la Unión Soviética.

La Tercera Posición: “En el orden político, la Tercera Posición implica la soberanía de las naciones
al servicio de la humanidad en un sistema cooperativo de gobierno mundial. En el orden
económico, la Tercera Posición es el abandono de la economía libre y de la economía dirigida por
un sistema de economía social al que se llega poniendo el capital al servicio de la economía. En el
orden social, la Tercera Posición entre el individualismo y el colectivismo es la adopción de un
sistema intermedio cuyo instrumento básico es la justicia social. Esta es nuestra Tercera Posición,
que ofrecemos al mundo como una solución para la paz”. Mensaje del Presidente Perón al
inaugurar las sesiones del Congreso Nacional, 1° de Mayo de 1950

Al asumir la presidencia Perón elaboró un Plan Quinquenal (Primer Plan) que intentó transformar la
estructura económica del país fomentando la industria y estimulando el mercado interno.
37

Paralelamente, el Estado peronista emprendía una importante política de estatizaciones acorde con
una corriente mundial en ese sentido. Pese a las buenas intenciones, el peronismo no logró
transformar a la industria en la principal fuente de ingresos del Estado, cuyas divisas seguían
proviniendo de la exportación de granos y carnes.
Una difícil situación internacional, con mercados cerrados, el fuerte boicot norteamericano contra
nuestro país y dos malas cosechas consecutivas obligaron a Perón a replantear su política
económica. En 1949, promediando su primera presidencia, Perón convocó a elecciones para una
Asamblea Constituyente. El amplio triunfo peronista permitió incluir en el texto de la constitución la
posibilidad de la reelección del presidente y los derechos del trabajador. Se establecieron también
los derechos del Estado sobre las fuentes de energía y el fomento de la intervención estatal en la
economía.
Fue muy activa su política en materia de salud, asimismo se organizaron las obras sociales basadas
en los aportes de los trabajadores, los patrones y el Estado, bajo control sindical. También se
extendió el sistema de jubilaciones. Otro avance importante, en materia social, fue la
implementación de las vacaciones anuales pagas y el desarrollo de la hotelería gremial y el turismo
social. Estos avances permitieron a muchas familias acceder a las vacaciones en las playas o en la
sierra. Perón intentó mantener el apoyo de las Fuerzas Armadas, presentándose como un hombre
del ejército y satisfaciendo sus demandas profesionales. Crecieron los cargos en los rangos más altos
del ejército, se incrementó el presupuesto y se modernizó su equipamiento. La Iglesia apoyó a Perón
durante sus primeros años de gobierno. Por su parte, Perón mantuvo la enseñanza religiosa en las
escuelas, integró a su gobierno militantes católicos a desempeñar cargos públicos y aumentó su
presupuesto. Perón estuvo acompañado en su labor de gobierno por Eva Perón quien se fue
transformando en un verdadero nexo entre el pueblo y Perón. Esto generaba alrededor de su figura
grandes odios por parte de los sectores opositores al peronismo, la alta burguesía, sectores medios,
la iglesia y parte de las Fuerzas Armadas, que veían con recelo el carisma y los importantes espacios
de poder que iba ocupando. Eva Perón propició la sanción de la Ley de Sufragio Femenino que se
convirtió en realidad en 1947. En las elecciones de 1952 las mujeres pudieron, por primera vez en la
Argentina, hacer efectivo el derecho al voto.
Sin embargo, a pesar de toda la obra desarrollada en su gestión, Perón reforzó el gobierno con una
serie de medidas de control y represión. Los miembros de la Corte Suprema fueron reemplazados
por jueces cercanos al gobierno. Muchos profesores fueron despedidos de las universidades, las
emisoras de radio fueron paulatinamente adquiridas por personas cercanas a Perón y se impuso en
ellas el discurso oficial; además los periódicos oficiales fueron censurados e incluso expropiados,
como La Prensa en 1951. Se reforma la Constitución Nacional En 1949, durante su primera
presidencia, Perón convocó a elecciones para elegir a los futuros constituyentes. Estos integrarían la
Asamblea Constituyente que tendría por objeto reformar la Constitución Nacional.
Al cumplirse el primer mandato de Perón, el gobierno se preparó para presentarse en las próximas
elecciones de 1952. Eva Perón nunca ocupó un cargo político, sin embargo en 1951 fue propuesta
por los sindicatos como candidata a la vicepresidencia. Este proyecto no llegó a buen término
porque su candidatura fue impugnada por distintos sectores de la oposición, entre ellos las Fuerzas
Armadas. Por otra parte, estaba muy enferma y terminó falleciendo el 26 de julio de 1952. Sus restos
fueron despedidos por una multitud pocas veces vista. Con su muerte Perón perdió un apoyo
realmente sólido de su gestión.

Segunda presidencia.
38

La reforma constitucional, junto con la Ley de Voto Femenino, sancionada gracias al impulso de
Evita, llevarían en 1951 a Perón a un amplio triunfo electoral y a un segundo período de gobierno.
Perón logra llegar a ocupar por segunda vez la presidencia, con el 62 % de los votos, antes del
fallecimiento de su esposa. Sin embargo, el contexto en el que asumía era muy diferente al del año
1946. La oposición, sectores conservadores, parte de las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica, los
intelectuales entre otros, fue tomando más fuerza y hubo algunos intentos de levantamiento militar,
entre 1951 y 1952, que fueron desarticulados. Frente a estos hechos la política del gobierno se
endureció y provocó que la oposición visualizara, aún más, al peronismo como autoritario y deseara
con tenacidad su caída.
El Segundo Plan Quinquenal planteaba volver a una economía más tradicional y la aplicación de
ajustes en los salarios y las políticas sociales. Las bases del modelo peronista comenzaban a
tambalear y se produjo un acercamiento con los EEUU materializado en el polémico contrato
petrolero firmado con la Standard Oil de California, que contradecía gran parte de los principios
doctrinarios peronistas y daba enormes ventajas a la compañía norteamericana.
El peronismo tuvo ciertas características autoritarias y personalistas que irritaba a la oposición.
Durante gran parte del gobierno de Perón fue muy difícil poder expresar ideas opositoras con
libertad. La mayoría de los medios de comunicación estaban en manos del Estado y los restantes
sufrían permanentes clausuras. En las universidades, los estudiantes protestaban por el bajo nivel
educativo y la importante presencia de profesores de tendencias fascistas. Líderes como el radical
Ricardo Balbín y el Socialista Alfredo Palacios sufrieron la cárcel y el exilio.
La crisis desatada en 1952, coincidente con la muerte de Eva Perón, debilitó notablemente al
modelo peronista y le fue restando apoyos.
En 1954, estalló el conflicto con la Iglesia Argentina cuando ésta decidió apoyar la creación de un
partido Demócrata Cristiano, siguiendo las orientaciones mundiales del Vaticano. Perón se ofendió
porque consideraba a su partido democrático y cristiano, y no veía la necesidad de crear otro. De
aquí en más las pasiones se desataron. Perón sancionó una Ley de Divorcio, legalizó los prostíbulos y
suprimió la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas. La Iglesia encabezó la oposición
y, el 11 de junio de 1955, la tradicional procesión de Corpus Christi se transformó en una
multitudinaria manifestación antiperonista. El descontento eclesiástico alentó la disconformidad
militar y comenzó a prepararse un nuevo golpe cívico militar.
El primer intento golpista se concretaría el 16 de junio con el bombardeo de la Plaza de Mayo por
parte de la Marina con el objetivo de matar a Perón. La acción causó más de trescientos muertos.
Por la noche, grupos de peronistas quemaron en represalia las principales iglesias de la Capital.
Perón intentó parar la ola de violencia pero ya era tarde. El 16 de septiembre las fuerzas armadas
tomaron el poder expulsando a Perón quien finalmente marcharía al exilio por 18 años.

Con ayuda de de los videos y el material de lectura completa el siguiente cuadro:

ETAPA PERONISTA

FECHA 1946- 1952 1952 - 1955

Aspecto Político
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Aspecto Económico

Aspecto social

Para entender y analizar el peronismo pongo a disposición la interpretación de varios historiadores.

El historiador argentino Mariano Plotkin es Licenciado en Economía, Profesor de Historia y Doctor en


Historia (Universidad de California, Berkeley). Investigador independiente del CONICET
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José Luis Romero fue un historiador e intelectual argentino, considerado como el máximo
representante de la corriente de renovación historiográfica que, a mediados de la década de 1950,
introdujo las perspectivas de la Historia social en la Argentina.

3.1- ¿Por qué para Mariano Plotkin Perón tuvo una concepción autoritaria de la política?
3.2- Según Romero,¿qué finalidad tenía la propaganda durante la etapa peronista? ¿Qué rol cumplía
la oposición? ¿Por qué te parece que dice “reducida” oposición? ¿Qué recursos, más allá de la
propaganda, se utilizaban?

Eggers - Brass, Teresa:Gallego, Marisa.(2010) Historia IV. Argentina, América y el mundo en la


primera mitad del siglo XX. Bs. As. Maipué

Observa las imágenes: ¿Conoces estos diarios? ¿Qué visión tenían de la situación? ¿Estaban a favor o
en contra del Golpe de Estado? ¿Por qué te das cuenta?
41

Tema 7: Período de ilegitimidad e inestabilidad institucional (1955 a 1973)

“Revolución libertadora” (1955-1958)

En 1955 un golpe militar con amplio apoyo político y social derrocó a Perón, quien marchó al exilio.
Tras el breve interregno de Lonardi, militar de corte nacionalista y católico, un nuevo golpe de
comando puso al Ejército, representado por Pedro Eugenio Aramburu, y a la Marina, representada
por Isaac Rojas, a la cabeza de un gobierno, cuyo objetivo medular era eliminar al peronismo de la
vida nacional, apuntando fundamentalmente al movimiento obrero. El decreto 4161 y los
fusilamientos de junio de 1956, máxima expresión de la reacción, se combinaron con la reforma de
la constitución (1957) y la implementación de un proyecto económico liberal ideado por Raúl
Prebisch, que buscaba desmontar el modelo peronista y lograr la “estabilización” económica con el
respaldo del FMI. En este marco de violenta persecución, comenzó la denominada “resistencia
peronista”, que se extendió también a numerosos sectores populares no peronistas. No sin
oposición interna, el régimen militar concedió una apertura electoral que creyó controlar y que dio
paso al período de las democracias condicionadas encabezadas por gobiernos radicales.
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Frondizi e Illia (1958-1966)


En 1958 el líder de la Unión Cívica Radical Intransigente, Arturo Frondizi, llegó al gobierno tras sellar
una alianza con Perón. Sin embargo, su política desarrollista, llevada a cabo mediante la contratación
de empresas extranjeras para la extracción de petróleo y la gestión de un crédito del FMI,
condicionado a la implementación de medidas liberales, no tardaron en granjearle la hostilidad del
peronismo. Para hacer frente a las manifestaciones de descontento, el gobierno puso en marcha el
“plan Conintes”, que otorgó al Ejército la facultad de arrestar, detener e interrogar a gremialistas y
opositores. Su política exterior y el triunfo del peronismo en las elecciones de 1962 precipitaron un
nuevo golpe de estado. Procurando salvar la institucionalidad, asumió el presidente del Senado, el
radical José María Guido, cuyo gobierno estuvo tutelado desde las filas castrenses. Las elecciones
presidenciales de 1963, con proscripción del peronismo, llevaron a la presidencia a Arturo Illia, de la
Unión Cívica Radical del Pueblo. La anulación de los contratos petroleros, la Ley de Medicamentos y
un aumento en la inversión en salud y educación cosecharon hostilidad en el empresariado. El
peronismo, especialmente su base sindical, y la prensa llevaron adelante una fuerte campaña contra
el líder radical, dejando el terreno libre para que, una vez más las Fuerzas Armadas, asestaran un
nuevo golpe a la democracia. El 28 de junio de 1966, Juan Carlos Onganía asumió de facto el mando
del país. Contaba, una vez más, con amplio apoyo político y social.
La “Revolución argentina” (1966-1973)
El general Juan Carlos Onganía aplicó, con apoyo del FMI, un fuerte programa liberal orientado a
satisfacer los intereses de los grandes grupos económicos, al tiempo que, bajo los auspicios de la
Doctrina de la Seguridad Nacional impulsada por Estados Unidos, convirtió la persecución del
peronismo en la del comunismo y de las guerrillas. Implantó una rígida censura, que alcanzó a toda
la prensa y a todas las manifestaciones culturales, incluyendo la intervención de las universidades y
la expulsión de profesores opositores, que derivó en lo que se conoce como la “fuga de cerebros”.
Sin embargo, las movilizaciones estudiantiles, las insurrecciones populares (como el Cordobazo) y la
organización guerrillera debilitaron al gobierno provocando un golpe interno. En junio de 1970
asumiría Roberto Levingston, de corte nacionalista, que no lograría contener las protestas populares
y la actividad guerrillera. Una segunda manifestación popular en Córdoba, conocida como el
“Viborazo”, dio por tierra con este nuevo gobierno. En marzo de 1971, asumió Alejandro Agustín
Lanusse, quien propugnó una política conciliatoria, a través del GAN (Gran Acuerdo Nacional),
permitiendo el regreso de Juan Domingo Perón y convocando a elecciones nacionales sin
proscripciones para el peronismo. En marzo de 1973, el triunfo sería para los candidatos de esa
fuerza, Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima.
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Vuelta de Perón (1973-1976)


Entre 1973 y 1976 gobernó nuevamente el peronismo con cuatro presidentes (Cámpora, 1973;
Lastiri, 1973; Perón, 1973-1974; e Isabel Perón 1974-1976), quienes intentaron retomar algunas de
las medidas sociales del primer peronismo, como el impulso de la industria y la acción social, el
mejoramiento de los sueldos y el control de precios. Pero los conflictos internos del movimiento
peronista y la guerrilla, sumados a la crisis económica mundial de 1973, complicaron la situación,
que se agravó aún más con la muerte de Perón en 1974 y la incapacidad de su sucesora, Isabel
Perón, de conducir el país. Esta crisis fue aprovechada para terminar con el gobierno democrático y
dar un nuevo golpe militar, que contó una vez más con un amplio respaldo civil.
Dictadura (1976-1983)
La dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983 contó con el decisivo respaldo de los
grandes grupos económicos nacionales y el financiamiento permanente de los grandes bancos
internacionales y los organismos internacionales de crédito, como el Banco Mundial y el FMI. El
saldo de su gestión fue el de miles de muertos y desaparecidos, centenares de miles de exiliados, la
derrota del Ejército argentino en Malvinas, la multiplicación de la deuda externa por cinco, la
destrucción de gran parte del aparato productivo nacional y la quiebra y el vaciamiento de la
totalidad de las empresas públicas a causa de la corrupción de sus directivos y de la implementación
de una política económica que beneficiaba a los grupos económicos locales y extranjeros.

Tema: La restauración de la Democracia

El retorno a la democracia en Argentina: la Presidencia de Alfonsín

En la primera victoria sin condicionamientos políticos al peronismo, el radicalismo ganó las


elecciones con la promesa de la plena vigencia de la Constitución. La imagen de político equilibrado y
sus vínculos con los organismos de Derechos Humanos, del candidato radical Raúl Alfonsín
convencieron a la gente, que vio en algunos líderes del peronismo (como Herminio Iglesias) aspectos
poco deseables para recomenzar un período democrático.
Alfonsín asumió la Presidencia de la Nación el 10 de diciembre de 1983 ante una multitud que lo
aclamaba; todos los partidos políticos de la Multipartidaria, entre ellos el peronismo, estuvieron
presentes en la Plaza de Mayo, garantizando la gobernabilidad. Su propuesta fundamental era la
construcción de un Estado de derecho donde se castigase a los máximos culpables de los atroces
crímenes cometidos durante la última dictadura, y a partir de allí se encontrara un equilibrio en la
sociedad.
En cuanto a la economía, el ministro Bernardo Grinspun intentó redistribuir los ingresos para
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mejorar los salarios reales de los trabajadores, reactivar la economía por medio de créditos a los
empresarios medios y proveer a los sectores indigentes con los alimentos básicos para su
subsistencia.
Así nació el P.A.N. (Plan Alimentario Nacional), con las discutidas entregas de cajas, ya que se
acusaba al gobierno de hacer beneficencia en lugar de encontrar soluciones reales, y de que además
éstas servían para hacer proselitismo político. Cultural y educativamente el retorno a la democracia
significó la libertad de expresión y de creación. En confrontación con esta política, se levantaron
voces autoritarias contra el “libertinaje” o la “libertad desenfrenada”; al mismo tiempo, hubo un
“destape cultural” que se expresó también comercialmente con publicaciones pornográficas.

El condicionamiento económico
El gobierno democrático heredó una situación económica pésima, con el país en bancarrota. La
situación empeoró debido a dos factores externos: se redujeron en el mundo los precios de los
productos agrícolas (por lo que los ingresos por exportaciones disminuyeron), y además, Estados
Unidos aumentó unilateralmente el interés que Argentina debía pagar por la deuda externa, por lo
que ésta se incrementó en 600 millones de dólares. Las clases dirigentes no estaban a favor de la
suspensión del pago, que probablemente provocaría un embargo financiero internacional y
represalias a escala mundial. Buscaban la posibilidad de volver a renegociar la deuda externa. Las
renegociaciones en toda América Latina fueron impulsadas por los secretarios de Tesoro
norteamericanos, James Baker (1985-1988) y Nicholas Brady (1989). Pero implicaban una
disminución del nivel de vida para la mayoría de la población y, como consecuencia, el descontento
popular. Es decir, Alfonsín heredaba una situación económica que lo dejaba en un callejón sin salida.
El Plan Austral
Presionado por los acreedores externos, Alfonsín adoptó el Plan Baker (primer tramo del canje de
deuda por más deuda en bonos) y reemplazó en 1985 al ministro de Economía Grinspun por el
neoliberal Juan Vital Sourrouille.
Para obtener consenso, convocó a una movilización popular con el pretexto de que peligraba la
democracia, y anunció la implantación de una “economía de guerra”. Sourrouille implementó el Plan
Austral (en el que mil “pesos argentinos” eran reemplazados por un Austral), que frenó la inflación y
disminuyó compulsivamente la deuda del gobierno con los proveedores nacionales; para ello
congeló precios, tarifas públicas y salarios. El plan funcionó bien durante un año, pero en 1987 se
encontraba con serias dificultades. Tras la victoria electoral del radicalismo de 1985 para diputados,
los comicios de 1987 para gobernadores y diputados nuevamente fueron ganados por el peronismo.
La defensa de los derechos humanos
A fines de la dictadura y comienzos de la democracia, día a día se descubrían cientos de cadáveres
no identificados (NN, o non nominatus), muchos enterrados en fosas comunes. La indignación
popular iba en aumento. Alfonsín creó por decreto, en diciembre de 1983, la Comisión Nacional
sobre la Desaparición de Personas (Conadep). La Conadep, presidida por el escritor Ernesto Sábato y
compuesta por numerosas personalidades tenía como misión investigar y reunir pruebas sobre los
secuestros, la tortura, los asesinatos, el destino de los detenidosdesaparecidos y las prisiones
secretas ilegales. Durante nueve meses recogió miles de denuncias y testimonios de sobrevivientes
de los campos de concentración y de familiares y amigos de desaparecidos. Los resultados de su
investigación se sintetizaron en el emblemático informe Nunca más. Los militares comenzaron a ser
juzgados por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, pero éste se expidió ocho meses después,
diciendo que el accionar militar contra la subversión fue inobjetable. Los casos, más de diez mil,
fueron pasados a la Cámara Federal; el fiscal Julio César Strassera tomó 709 casos paradigmáticos y
el tribunal analizó 280, sobre los cuales dictó sentencia en el juicio a los nueve ex comandantes de la
última dictadura durante el año 1985. Hubo diferentes condenas: cadena perpetua al teniente
general Jorge R. Videla y al almirante Emilio E. Massera; 17 años de prisión al teniente general
Roberto E. Viola, 8 años al almirante Armando Lambruschini, 4 años y 6 meses al brigadier general
Orlando R. Agosti. El tribunal dictaminó las absoluciones para Galtieri, Graffigna, López Anaya y Lami
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Dozo. Las condenas no llegaron a satisfacer a miles de damnificados por el terrorismo de Estado. Las
Madres de Plaza de Mayo estuvieron disconformes ya que no se llegaba a conocer toda la verdad
sobre los crímenes, ni se determinaba quién dio la orden ni quién la cumplió. El fallo no contempló el
delito de “genocidio”, ni de “asociación ilícita”: se juzgó por separado a cada militar. Las Madres
afirmaban que se aceptaba en la práctica la hipótesis militar de la “guerra sucia”, partiendo de un
supuesto estado de beligerancia entre dos demonios: un demonio estaba constituido por los
militares que encarnaban al terrorismo de Estado, y otro, por los militantes políticos armados o
“subversivos”.
Sin embargo, el juicio fue importantísimo porque era la primera vez que los responsables de una
cruenta dictadura en América Latina se sentaban en el banquillo de los acusados y tenían un número
de prontuario. La opinión pública local e internacional estaba conmocionada. La sentencia disponía
el enjuiciamiento de oficiales superiores que ocuparon los comandos de zonas, subzonas y centros
clandestinos de detención. Los procesos judiciales aumentaban día a día en número, y no se
limitaron a militares, sino que también, en 1986, fue extraditado desde Miami (y murió en prisión)
José López Rega, acusado de corrupción y de conspiración terrorista por su papel en la Triple A.

Alfonsín redujo el presupuesto militar y pasó a oficiales de alto rango a retiro. Estas medidas y los
juicios provocaron reacciones de ultraderecha, como colocación de bombas, acusaciones al gobierno
de “marxista” y a las asociaciones de derechos humanos de “terroristas”, mítines contra el gobierno
por parte de amus (Familias de los Muertos por la Subversión), etcétera. Sin embargo, los juicios a
los genocidas se seguían multiplicando. Para frenarlos, en diciembre de 1986 Alfonsín promulgó la
Ley de Punto Final que imponía un límite de sesenta días para presentar acciones penales contra
integrantes de las Fuerzas Armadas o de Seguridad, o también contra personas que hubieran
cometido delitos vinculados a la instauración de formas violentas de acción política (“subversivos”)
hasta el 10 de diciembre de 1983. Más de 50.000 personas se reunieron en protesta por la Ley, pero
igualmente se implementó, por lo que las víctimas debieron hacer las denuncias antes de que se
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venciera el plazo. Pudieron receptarse miles de acusaciones de torturas y masacres colectivas antes
del marzo de 1987. Las Madres de Plaza de Mayo consideraron que era una amnistía encubierta y
lanzaron una campaña nacional con la consigna “Cárcel a los genocidas”. Los militares siguieron
disconformes, porque querían que se reivindique su accionar, en lugar de ser enjuiciados. El fin de
Semana Santa de 1987 hubo un ataque directo a la democracia: el mayor Ernesto Barreiro se
acuarteló en el Regimiento 14 de Córdoba, y, en Campo de Mayo, bajo el mando de Aldo Rico y con
la consigna Subordinación y valor, una centena de militares se embetunaron la cara en señal de
guerra y se sublevaron. Querían reivindicar la “lucha contra la subversión”, pedían amnistía,
suspensión de las citaciones judiciales y cese de la “campaña de hostigamiento a las Fuerzas
Armadas en los medios”; señalaban que no eran golpistas, sino que se consideraban militares del
“Ejército que peleó en Malvinas”. En contra de los carapintadas, cientos de miles de personas fueron
a Plaza de Mayo para dar el apoyo cívico al gobierno de Alfonsín. El Presidente instó a los sublevados
a deponer las armas; luego habló a la multitud deseándoles “Felices Pascuas” y, proclamando “La
casa está en orden. No habrá sangre en Argentina”, invitó a los concurrentes a retirarse. Aunque
Alfonsín negó siempre que hubiera prometido concesiones a los carapintadas, poco después, en
junio de 1987, el Congreso sancionó la Ley de Obediencia Debida por medio de la cual se eximía de
responsabilidad a los oficiales superiores y sus subordinados por haber obedecido órdenes ilegales
de sus superiores, e incluso cometido “excesos” como la tortura. (No se incluyeron dentro de la
“Obediencia Debida” a los delitos de violación, robo, secuestro y apropiación de niños.) De este
modo, en ese momento sólo la cúpula militar quedaba bajo condena. A estas Leyes de Punto Final y
de Obediencia Debida se las calificó como “leyes de impunidad”, porque dejaban sin castigo a gran
parte de los represores. Esa medida pretendía apaciguar al ambiente militar, aunque la ciudadanía
estaba disconforme. Algunos jueces dictaminaron la inconstitucionalidad de estas leyes, pero la
Corte Suprema de Justicia, de mayoría alfonsinista, aprobó su constitucionalidad por tres votos
contra dos. No obstante, otras dos rebeliones militares en 1988 pusieron en vilo al país. En enero, el
coronel Aldo Rico huyó de su reclusión (una casaquinta en Bella Vista) y se volvió a sublevar, esta vez
en Monte Caseros (Corrientes), aunque a diferencia de la anterior, Rico fue perseguido por el
Ejército y encarcelado. A fin de año se levantó en Villa Martelli (Gran Buenos Aires) el coronel
carapintada Mohamed Alí Seineldín, quien reclamaba una amplia amnistía para los militares
procesados y juzgados. También terminó en prisión, pero la represión alcanzó a los ciudadanos que
rodeaban a los cuarteles en repudio a la nueva prepotencia militar. La movilización popular exigió el
castigo de los represores con el cántico: “No hay rebeldes / no hay leales / los milicos son todos
criminales”. En enero de 1989 un pequeño grupo guerrillero denominado Movimiento Todos por la
Patria –liderado por Enrique Gorriarán Merlo, ex integrante del ERP– intentó copar el cuartel de la
Tablada creyendo que estaban salvando al país de un golpe militar planificado por los carapintadas.
El Ejército aprovechó para hacer una demostración de fuerza y señalar cómo ellos podían aplastar a
la subversión marxista que aún estaba viva: un gran combate contra un exiguo equipo les sirvió para
reivindicar su rol. Tras tomar el control del cuartel, las Fuerzas Armadas fusilaron a varios
guerrilleros que capturaron con vida (según imágenes captadas por la televisión española)
La relación con la Iglesia La Iglesia tuvo una creciente hostilidad hacia el gobierno radical cuando se
debatía la Ley de divorcio. Hubo amenazas de excomunión hacia los diputados que la votasen y
manifestaciones callejeras en contra. Pero la mayoría de la sociedad, católica o no, estaba de
acuerdo en la sanción de esa ley que regularizaría la situación de numerosas familias, por lo que
finalmente se promulgó en 1987. Se completó la modernización de las relaciones familiares con la
legislación referida a la patria potestad compartida, ya que antes pesaba principalmente la decisión
paterna. A cambio, la Iglesia obtuvo un lugar privilegiado en el Congreso Pedagógico que debatía las
bases de la futura Ley Federal de Educación. Defendió la enseñanza de la religión católica en las
escuelas y la incorporación de los principios cristianos dentro de la educación, aunque no fuera
religiosa.
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La consulta popular por el diferendo austral En 1978 estalló un litigio fronterizo con Chile y se
convino en someterlo al arbitraje del Papa. La decisión de Juan Pablo II daba a Chile la posesión de
las tres islas, Picton, Lennox y Nueva, frustrando ambiciones argentinas. Alfonsín prefería aceptar la
resolución papal, porque negar su laudo (ya solicitado) significaría ponerse en una postura belicista,
que volvería a darle un mayor poder al Ejército. Sin embargo, no contaba con el apoyo total del
Congreso, ya que en la Cámara de Senadores pesaba la opinión contraria a la cesión de las islas. Para
presionar al Congreso, Alfonsín convocó a una Consulta Popular (no vinculante, cuya decisión influía,
pero no era obligatoria, porque en ese momento el referéndum no estaba contemplado en la
Constitución Nacional). Pese a que no era obligatorio el voto, concurrió una gran mayoría de la
población a sufragar, y lo hizo por la aprobación del tratado. El deseo de paz había triunfado en la
población.

La relación con el sindicalismo Alfonsín sabía que la mayoría de los gremios eran peronistas y por lo
tanto opositores. También era cierto que estaban enquistados en las jerarquías sindicales los
mismos grupos (la “burocracia sindical”) desde hacía muchos años, y que no habían existido
elecciones gremiales realmente limpias. Trató de restringir su poder por medio de un mayor control
de los recursos económicos, y de desplazar a los viejos sectores convocando a elecciones con
supervisión estatal, pero los sindicatos resistieron la medida. La ley de reforma sindical no pudo ser
sancionada en el Senado, y los sindicatos siguieron bajo el control justicialista. En oposición a la
política económica de Alfonsín, la CGT realizó 13 paros generales. Los salarios reales después del
primer año de gobierno radical habían descendido, y la disconformidad había aumentado.
La hiperinflación
Cuando fracasó el Plan Austral, el gobierno lanzó el plan “Primavera” (agosto de 1988) para
controlar la inflación, pero no tuvo éxito. Alfonsín tuvo sus opositores no sólo en el peronismo, sino
también en los grandes capitales externos. Con la devaluación del peso en febrero, –”golpe de
mercado” impulsado por la banca extranjera con sede en el país3 – la carrera de los precios fue
infernal y la economía se descontroló. Después de largos períodos de alta inflación, se había llegado
a la hiperinflación, donde los precios se remarcaban todos los días e incluso dos veces por día: sólo el
mes de julio registró una inflación de casi el 200 por ciento.

Las elecciones presidenciales del 14 de mayo le dieron el triunfo al peronismo. El gobierno saliente
no podía esperar hasta el 10 de diciembre: era un plazo demasiado largo, y ya se había afectado la
credibilidad del equipo económico. Existieron saqueos de almacenes y supermercados por parte de
gente que estaba al borde del hambre y por otra que aprovechaba la situación, estimulados por
opositores que querían provocar una imagen caótica. El mal recuerdo de esta situación angustiosa
para la sociedad argentina fue usado durante toda la década siguiente como disciplinamiento social,
a fin de que el pueblo aceptara ajustes impopulares. Raúl Alfonsín debió anticipar la finalización de
su período, entregándole la banda presidencial a Carlos Saúl Menem, el 8 de julio de 1989.

Democracias de mercado: Presidencias de Menem (1989-1999)

La renovación en el peronismo Tras la derrota electoral de 1983, un sector importante del


peronismo impulsó la democratización de la conducción del partido, ya que algunos líderes –como
Herminio Iglesias– seguían apoyándose en sus matones para imponerse. Antonio Cafiero construyó
la renovación peronista sin olvidar las antiguas banderas de justicia social, defensa a la industria y a
la soberanía nacional, pero respetuosa de las diferentes opiniones y de la participación popular
dentro del gobierno. La renovación fue ganando posiciones dentro del peronismo en la medida en
que se hicieron elecciones internas. Cafiero debió luchar contra el poder de la estructura partidaria
desde afuera: se presentó como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires en
48

oposición a Herminio Iglesias, y le ganó en 1987. La conducción del partido justicialista fue,
entonces, renovadora.

Para las elecciones presidenciales de 1989 se hicieron elecciones internas en el peronismo en 1988.
Cafiero tuvo como opositor a Carlos Saúl Menem, quien tuvo gran capacidad para tejer alianzas con
distintos sectores desplazados por la renovación (entre ellos la “burocracia sindical”), e incluso de
grupos que habían pertenecido a la extrema derecha o a la extrema izquierda, y se ganó el apoyo de
los sectores más populares con su imagen de “Facundo Quiroga” moderno, desprejuiciado y con la
promesa de la “revolución productiva” y el “salariazo”. Menem ganó en la interna y también fue
elegido por mayoría en las elecciones presidenciales del 14 de mayo de 1989. El 8 de julio asumió la
Presidencia de la Nación, y tuvo como compañero de fórmula a Eduardo Alberto Duhalde (quien
renunció a los dos años para ser electo gobernador de la provincia de Buenos Aires)

Del peronismo al menemismo Menem tomó un rumbo completamente diferente al anunciado antes
de las elecciones, con el aval de las empresas más poderosas del país. Sus primeros ministros de
Economía fueron directivos de la mayor empresa privada del país, Bunge y Born (BB), tradicional
enemiga del peronismo por ser estatista y promotor del bienestar social.
Menem se distanció cada vez más de la política económica, social e internacional llevada a cabo por
Juan Domingo Perón, criticó a los disidentes peronistas afirmando se quedaban “en el 45”, es decir,
con la doctrina de Perón de 1945, y planteó que él se adecuaba a las condiciones económicas de la
política “de mercado” imperantes en el mundo: desde el comienzo, aceptó los criterios fijados por el
Consenso de Washington (que rigieron al país hasta el 2003).

Cavallo y el plan de Convertibilidad Para lograr la estabilidad económica, en marzo de 1991 asumió
como ministro de Economía Domingo Cavallo. Puso en marcha el plan de Convertibilidad por el cual
fijó la paridad peso-dólar (un peso reemplazaba a 10.000 australes y valía como un dólar) y el Estado
no podría emitir pesos sin su respaldo en dólares. Cavallo logró poner en práctica el plan económico
neoliberal que muchos economistas intentaron imponer sin éxito desde 1955. ¿Por qué pudo?
Menem estaba apoyado por el electorado peronista, que había sido hasta ese momento el gran
opositor a esas medidas. Los dirigentes sindicales y políticos combativos que podrían haber luchado
en contra, habían desaparecido en la última dictadura. Los sindicatos se habían debilitado por los
años de represión y por la destrucción de la industria nacional. La dirigencia política se encontraba
con los condicionamientos de la inmensa deuda externa y un país descapitalizado, y no tenía
proyectos creíbles para la mayoría de la población. Las medidas tomadas por Cavallo fueron las
clásicas del liberalismo: abolió el control de precios, incluso de los combustibles; quitó las trabas
aduaneras, eliminó la promoción industrial, paralizó las obras públicas, recortó los presupuestos de
49

salud y educación. Pero, además privatizó las grandes empresas de servicios públicos: se vendieron
ENTEL (empresa telefónica nacional), SEGBA (electricidad), Aerolíneas Argentinas (aviación), OSN
(Obras Sanitarias de la Nación), ferrocarriles, empresas siderúrgicas o petroquímicas; se cedieron
bajo concesión, rutas viales para su mantenimiento y mejoramiento, con la autorización del cobro de
un peaje, etcétera. Pese a esto, la deuda externa en 1995 se aproximaba a los 100.000 millones de
dólares. Pero la inflación bajó increíblemente para la historia económica argentina; hubo rubros en
los que se registró deflación (es decir, baja de los precios) debida a la recesión, a los precios de los
productos importados y a la falta de poder adquisitivo de la población en general. Sindicalismo y
flexibilización laboral Para poder gobernar, Menem logró quitarle poder al secretario general de la
CGT, Saúl Ubaldini; para ello contó con la ayuda de los gremialistas Jorge Triaca y Luis Barrionuevo. Si
durante el gobierno de Alfonsín hubo trece paros generales, durante el primer gobierno de Menem
casi no los hubo. Algunos gremios se opusieron a las privatizaciones de empresas del Estado con
grandes movilizaciones, pero el rechazo no fue unánime y muchos aceptaron las medidas como
hechos irreversibles. Pese a las resistencias, también se consintió en la eliminación del régimen
anterior de jubilaciones estatales y su reemplazo por la privatización de la seguridad social (las AFJP).
Los medios de comunicación no se hicieron eco de los reclamos no escuchados por el gobierno, y las
movilizaciones por los despidos masivos en empresas estatales que cerraban o en la administración
pública que reducía sus plantas fueron aisladas. Los ajustes prosiguieron con el objetivo de bajar el
costo laboral para los empresarios: en 1991 se sancionó la Ley Nacional de Empleo, que facilitó el
trabajo temporario por plazos no mayores de seis meses y creó el seguro de desempleo. La Ley de
Accidentes de Trabajo redujo los montos por indemnizaciones y se sancionaron sucesivas leyes que
flexibilizaron las normas laborales a favor de los empleadores. El gobierno quiso desregular las obras
sociales, hecho que les quitaría poder a los sindicatos y ampliaría las posibilidades de las empresas
privadas de la salud. El temor a esas leyes hizo que la central obrera se pusiera firme en ese aspecto,
en 1992 y un grupo de sindicatos más combativos (entre ellos ATE –Asociación de Trabajadores del
Estado– y CTERA –Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina–) se
escindió de la CGT creando la CTA (Congreso de Trabajadores Argentinos). Los indultos y la relación
con los militares Menem afirmaba que quería la reconciliación y la pacificación de las fuerzas
armadas, y concedió amplios indultos a los represores procesados y condenados por sus
responsabilidades en la “guerra sucia” contra la “subversión”, a los inculpados por su actuación en la
guerra de Malvinas y a los detenidos por las sublevaciones militares durante el gobierno de Alfonsín.
Los indultos fueron muy criticados por toda la sociedad, que consideraba que era otra ley más de
impunidad, pero dejaron satisfecha a la mayoría de los militares. Sin embargo, un grupo liderado por
Seineldín se lanzó el 3 de diciembre de 1990 a un nuevo levantamiento militar. Esta vez fue
severamente reprimido y Menem cosechó una mayor popularidad por la medida. Seineldín estuvo
preso hasta que el senador a cargo del Poder Ejecutivo, Eduardo Duhalde, lo indultó mayo de 2003.

El agotamiento del modelo económico En octubre de 1995 el Indec (Instituto Nacional de Estadística
y Censos) dio a conocer el más alto índice de desocupación que había tenido la Argentina: entre
desempleados y subempleados había 3.600.000 personas, la desocupación había alcanzado el
alarmante nivel del 18,6 por ciento. El ministro de Economía Domingo Cavallo redujo los aportes
patronales con el objetivo de disminuir el costo laboral, para que los empresarios pudieran contratar
más empleados. En realidad, esto significó una importante merma en los recursos del Estado que
debían volcarse hacia los jubilados y la sociedad en general. El modelo económico estaba
agotándose: se habían gastado los fondos de las privatizaciones sin disminuir la deuda externa. Los
acreedores externos presionaban constantemente para que el Estado redujera sus gastos y para que
se aplicaran políticas aun más neoliberales, que conducían a una concentración pronunciada de la
riqueza en las manos de grandes sectores capitalistas. La reducción de los aportes patronales
significó una transferencia de fondos de los más pobres (los jubilados y los que requerían ayuda
social) hacia los más ricos, que pagaron menos.
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Tráfico de armas y explosión el Río Tercero La República Argentina era uno de los países garantes de
paz en el conflicto peruanoecuatoriano. Pero fue acusada por el gobierno peruano por la venta de
armas a su contendiente, y también recibió protestas de Ecuador por la mala calidad de armamento
que recibieron. Es decir que el Estado argentino fue acusado internacionalmente por tráfico
clandestino de armas (vendidas mediante la “triangulación” con Venezuela, que figuraba como
destino de las mismas). La venta de armas había sido autorizada mediante decretos secretos
firmados por los ministros de Defensa, Relaciones Exteriores y Economía. El segundo caso de tráfico
fue la introducción de armas a Croacia entre 1991 y 1995, país afectado por el embargo de
armamento de las Naciones Unidas. Antes de conocerse estos hechos, en noviembre de 1995
estallaron cinco polvorines de la planta de Fabricaciones Militares en Córdoba, que arrasaron parte
de la ciudad de Río Tercero y provocaron varios muertos y muchos heridos. El gobierno habló de un
“accidente”, pero los análisis efectuados por peritos y los testimonios indicaron que se trataba de un
hecho intencional. Recién unos años más tarde se vinculó esta investigación con el tema de la venta
de armas: la explosión habría posibilitado la destrucción de documentación y la evidencia de
armamento faltante en los inventarios de las Fuerzas Armadas. Distintos funcionarios estuvieron
presos o procesados por el tráfico de armas, entre ellos el ex jefe del Ejército, general Balza; el
empresario Emir Yoma, el ex ministro de Defensa Erman González y el ex presidente Carlos Menem
(liberado por la Corte Suprema de Justicia tras 166 días de arresto en el año 2001).
Atentados: terrorismo internacional e inmovilismo judicial En marzo de 1992 un atentado con un
“autobomba” hizo estallar la Embajada de Israel en Buenos Aires; murieron 29 personas y hubo
cientos de heridos. Dos años más tarde otro atentado de grandes dimensiones –cuyo origen y
propósitos pueden haber sido los mismos que el anterior: sembrar el terror en la colectividad judía
internacional– conmocionó a la sociedad argentina. Ya no se trataba de un crimen dirigido a una
embajada extranjera, sino a una institución civil nacional: la Asociación Mutual Israelita Argentina,
AMIA. Causó 85 muertos y más de 300 heridos, más allá de los profundos daños psicológicos que el
terrorismo provocó en un gran sector de la población. Una impresionante movilización popular (unas
ciento cincuenta mil personas bajo la lluvia) repudió el hecho y responsabilizó al gobierno por la falta
de investigación y prevención tras el anterior atentado. El proceso judicial adoleció de gravísimos
defectos e irregularidades, que la asociación Memoria Activa semanalmente se encarga de delatar:
permanece constantemente reclamando justicia. El gobierno de Israel acusó al gobierno de Irán por
ambos atentados, y éste lo desmintió reiteradamente. Las investigaciones no fueron resueltas, pero
se sabe que el atentado nunca hubiera podido llevarse a cabo sin la complicidad de una “conexión
local” que diese apoyo material y humano a un ataque de esas características.

La reforma constitucional La Constitución Nacional necesitaba ser actualizada y Menem tenía interés
en ser reelecto. Por eso propuso la modificación de períodos –tanto de Presidente y Vicepresidente
como de Diputados y Senadores– y la reelección consecutiva. Apuró los tiempos de la reforma para
que la nueva Constitución se aprobara en 1994, a fin de poder presentar su candidatura en 1995.
Raúl Alfonsín, consciente de que Menem tenía la mayoría en el Congreso (y también la tendría en las
elecciones para Convencionales Constituyentes), por la cual podría imponer prácticamente cualquier
modificación, y temeroso de que eso sirviera para aumentar el poder presidencial ilimitadamente, se
reunió en la quinta presidencial para acordar varios puntos. El acuerdo se conoció públicamente
como el Pacto de Olivos entre Alfonsín y Menem y fue repudiado por la oposición, que consideró
que de este modo el radicalismo se integraba al oficialismo. La Convención Nacional Constituyente
sesionó en las ciudades de Santa Fe y Paraná, en 1994. Las principales reformas establecidas fueron:
la reelegibilidad del presidente por dos períodos consecutivos; el acortamiento de su período a
cuatro años y el de los senadores a seis; el agregado de un senador más por la oposición por cada
distrito electoral; la posibilidad de la consulta popular vinculante (plebiscito y referéndum); la
designación de un jefe de gabinete de ministros; la inhabilitación a perpetuidad para ocupar cargos
públicos para quienes se subleven contra el orden constitucional; la inclusión de los partidos
políticos en la Constitución; la acción de amparo, Hábeas corpus y Hábeas data como garantía de los
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derechos humanos; el derecho de los indígenas; la elección de los magistrados judiciales por medio
de un Consejo de Magistratura; el derecho de los habitantes de Capital Federal a elegir a su propio
intendente, etcétera. La reelección de Menem El 14 de mayo de 1995 Carlos Saúl Menem fue
reelegido Presidente y tuvo como Vicepresidente a Carlos Ruckauf, sin necesidad de segunda vuelta.
Con el 48 por ciento de los votos, aventajaba ampliamente al recientemente creado Frepaso, con
José O. Bordón (más del 28 por ciento), que logró una muy buena elección para la escasa estructura
partidaria que tenía. El radicalismo, que tras el Pacto de Olivos había caído en descrédito total, hizo
la peor elección de su historia: Massaccesi resultó con apenas un 17 por ciento. Menem gozaba del
consenso de una amplia capa de población, que lo votó básicamente por la estabilidad económica,
producto de la aplicación del plan de Convertibilidad.

Historia V : Argentina, América y el mundo en la segunda mitad del Siglo XX, 5º Año secundaria /
Marisa Gallego y Teresa Eggers-Brass. - a ed. - Ituzaingó : Maipue, 2011.

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