El estrés engorda y enferma Anatomía del cerebro Nuestro cerebro está constituido por tres partes: En primer lugar, la corteza cerebral, nuestro cerebro consciente, el que maneja nuestra conciencia, memoria, control de movimientos e intelecto. En segundo lugar, y debajo de la corteza, tenemos nuestro sistema límbico, que controla nuestras emociones; es propio de los mamíferos y aquí encontramos el tálamo, el hipotálamo, las amígdalas y el hipocampo, y, por último, más abajo tenemos el cerebro primario, primate o reptiliano, que es autónomo y controla la supervivencia y funciones básicas como la temperatura, la respiración y la frecuencia cardiaca. Este cerebro es 250 veces más rápido que el cerebro racional, utiliza el 90 % de la energía de todo el cerebro y aquí se encuentra el tallo o tronco cerebral, el bulbo raquídeo, la protuberancia y el sistema reticular activante. El cerebro reptiliano o de reptil es nuestro sistema nervioso autónomo, que controla las funciones básicas e involuntarias como la frecuencia cardiaca, la tensión arterial, la temperatura, la frecuencia respiratoria, el movimiento de las vísceras, la digestión, la salivación, la sudoración, la dilatación de pupilas y la micción. Se divide en 2 subsistemas: el sistema nervioso simpático y el parasimpático; y ambos cumplen un papel preponderante en la homeostasis fisiológica de nuestro cuerpo. En este capítulo hablaremos de nuestro sistema nervioso simpático y cómo su activación persistente, prolongada y duradera nos mantiene estresados, causa la enfermedad metabólica, cerebral y psiquiátrica, y además nos hace subir de peso. El sistema nervioso simpático y su relación con el estrés Al activar el estrés, el sistema simpático activa la glándula suprarrenal, una glándula importante que se encuentra en el polo superior del riñón y que genera todas las hormonas esteroideas en su corteza: el cortisol (zona fascicular), las hormonas sexuales (zona reticular) y todas las catecolaminas, la adrenalina y la noradrenalina en su médula. Así, cuando nos estresamos, se activa la médula suprarrenal,