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El poema describe la juventud como un tesoro que se va para no volver. Habla sobre las diferentes experiencias amorosas del poeta en su juventud, incluyendo amores apasionados pero también decepciones. Finalmente reconoce que a pesar del paso del tiempo, su sed de amor no tiene fin y sigue buscando el amor entre los rosales del jardín.
El poema describe la juventud como un tesoro que se va para no volver. Habla sobre las diferentes experiencias amorosas del poeta en su juventud, incluyendo amores apasionados pero también decepciones. Finalmente reconoce que a pesar del paso del tiempo, su sed de amor no tiene fin y sigue buscando el amor entre los rosales del jardín.
El poema describe la juventud como un tesoro que se va para no volver. Habla sobre las diferentes experiencias amorosas del poeta en su juventud, incluyendo amores apasionados pero también decepciones. Finalmente reconoce que a pesar del paso del tiempo, su sed de amor no tiene fin y sigue buscando el amor entre los rosales del jardín.
Juventud, divino tesoro, Otra juzgó que era mi boca
¡ya te vas para no volver! el estuche de su pasión; Cuando quiero llorar, no lloro... y que me roería, loca, y a veces lloro sin querer... con sus dientes el corazón.
Plural ha sido la celeste Poniendo en un amor de exceso
historia de mi corazón. la mira de su voluntad, Era una dulce niña, en este mientras eran abrazo y beso mundo de duelo y de aflicción. síntesis de la eternidad;
Miraba como el alba pura; y de nuestra carne ligera
sonreía como una flor. imaginar siempre un Edén, Era su cabellera obscura sin pensar que la Primavera hecha de noche y de dolor. y la carne acaban también...
Yo era tímido como un niño. Juventud, divino tesoro,
Ella, naturalmente, fue, ¡ya te vas para no volver! para mi amor hecho de armiño, Cuando quiero llorar, no lloro... Herodías y Salomé... y a veces lloro sin querer.
Juventud, divino tesoro, ¡Y las demás! En tantos climas,
¡ya te vas para no volver! en tantas tierras siempre son, Cuando quiero llorar, no lloro... si no pretextos de mis rimas y a veces lloro sin querer... fantasmas de mi corazón.
Y más consoladora y más En vano busqué a la princesa
halagadora y expresiva, que estaba triste de esperar. la otra fue más sensitiva La vida es dura. Amarga y pesa. cual no pensé encontrar jamás. ¡Ya no hay princesa que cantar!
Pues a su continua ternura Mas a pesar del tiempo terco,
una pasión violenta unía. mi sed de amor no tiene fin; En un peplo de gasa pura con el cabello gris, me acerco una bacante se envolvía... a los rosales del jardín...
En sus brazos tomó mi ensueño Juventud, divino tesoro,
y lo arrulló como a un bebé... ¡ya te vas para no volver! Y te mató, triste y pequeño, Cuando quiero llorar, no lloro... falto de luz, falto de fe... y a veces lloro sin querer... ¡Mas es mía el Alba de oro! Juventud, divino tesoro, ¡te fuiste para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer...