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PREFACIO

Esta obra está dirigida a alumnos universitarios de grado o posgrado que


hayan pasado por un curso inicial de lógica. Pretende ser un compendio de lógicas
alternativas a la lógica clásica, con la cual presuponemos que el lector está
familiarizado. En esta primera parte se presentan una serie de extensiones suyas (las
lógicas modales), mientras que la segunda y tercera partes examinan diversas lógicas
rivales a ella: las lógicas multivaluadas de la familia FDE en la segunda, y las
lógicas intuicionistas y relevantes en la tercera.

Cada capítulo examina una lógica (o una familia de lógicas) desde diversos
aspectos. Al inicio de cada uno se da una breve introducción, luego se presenta el
aparato técnico (en general comenzando con la semántica y siguiendo con el sistema
de tableaux), y por último se examinan problemas filosóficos relacionados con
dichos sistemas. Para esto último, en algunos casos obtuvimos colaboración externa
(se consignará claramente cuando sea así). En todos los casos, por motivos de
alcance y simplicidad, nos mantendremos en el plano proposicional. Una
presentación de las versiones cuantificacionales de los sistemas aquí tratados puede
encontrarse en Priest (2008). También pueden encontrarse allí las pruebas
correspondientes de completitud y corrección entre las presentaciones semánticas y
las sintácticas de los sistemas aquí tratados (nuevamente por simplicidad y alcance,
nosotros las obviaremos).

Las motivaciones para estudiar estos sistemas son de diversa índole, y en


cada capítulo profundizaremos sobre ellos más particularmente. Sin embargo, de
modo más general, puede decirse aquí lo siguiente

En primer lugar, cualquiera que haya enseñado o tomado un curso de lógica


inicial sabe que hay ciertos postulados o principios de la lógica clásica que resultan
dudosos u objetables a los alumnos, y que chocan con las intuiciones preteóricas y el
sentido común. Por ejemplo, el hecho de que un condicional con antecedente falso
sea verdadero -sin importar el valor de verdad del consecuente- suele despertar
objeciones entre los alumnos. Desde el punto de vista sintáctico esto está
relacionado con la validación de principios que, preteóricamente nuevamente, no
querríamos que nuestra lógica valide; como ser, ⊢ A ͻ (B ͻ A) ("si A es verdadero,
entonces cualquier cosa implica que A") .
Del mismo modo, la historia de la filosofía pone en cuestión otros varios
principios de la lógica clásica, como ser, el principio de tercero excluido (⊢ A ˅ ¬A)
o el principio de no contradicción (⊢ ¬(A ˄ ¬A)). Desde la antigüedad se ha
argumentado, por ejemplo, que las afirmaciones sobre futuros contingentes no tienen
un valor de verdad determinado hoy (no son ni verdaderas ni falsas, violando tercero
excluido).

Si se piensa además que la lógica es la disciplina más fundamental, aquella


que debe ser aplicable en cualquier contexto, y cuyos principios deben ser
respetados por toda forma de razonamiento legítima, entonces la existencia de este
tipo de contextos, en los que dichos principios no valen, parece poner en cuestión la
legitimidad de la lógica clásica. Los sistemas de lógica no-clásicos son un intento de
lidiar con este tipo de problemas, salvando a la vez las mayores ventajas de la lógica
clásica, que son su claridad, su precisión y su utilidad.

Por supuesto que modificar la lógica no será una tarea sencilla. Lo cierto es
que no hay (al menos no aun) ningún sistema que pueda capturar a todas nuestras
intuiciones, o a todo lo que a priori querríamos de un sistema de lógica. Modificar
algo en un lugar usualmente tiene efectos indeseados en otro lugar, debiendo buscar
entonces cierto equilibrio o cierto nivel de compromiso que resulte aceptable según
los objetivos del lógico.

De hecho puede argumentarse, de modo aun más fuerte, que el conjunto de


nuestras "intuiciones" no puede ser satisfecho por ningún sistema (no solo que no lo
ha sido aun). Considérese el siguiente caso. El "principio de explosión" ((A ˄ ¬A) ⊢
B) no parece ser preteóricamente válido. Si se hace una encuesta preguntando a la
gente si la inferencia que va de "llueve y no llueve" a "Papá Noel existe" es correcta
el resultado probablemente será un abrumador "No". Sin embargo, los siguientes
principios parecen intuitivamente poco dudosos:

Pero, si uno acepta estos principios, entonces tiene disponible la siguiente


demostración del principio de explosión:

1. A y ¬A Premisa
2. A Por (a), sobre 1.
3. A o B Por (c), sobre 2.
4. ¬A Por (b), sobre 1.
5. B Por (d), sobre 3. y 4.
Parece entonces que nuestras intuiciones son contradictorias entre sí. Por un
lado queremos que valgan (a)-(d), pero por otro no nos gusta lo que se sigue de ellas.
Esta es una posición inestable. No puede haber ningún sistema lógico que logre
capturar a todos estos requerimientos al mismo tiempo. Si se aceptan (a)-(d) como
inferencias válidas entonces el principio de explosión se sigue. En cambio, si uno
hace ajustes para invalidar el principio de explosión, alguno (o algunos) de estos
principios saldrán como inválidos.

Por supuesto que podría objetarse que las "intuiciones" (que no son más que
opiniones no informadas) deban ser tomadas como criterio último de decisión acerca
de la validez de una inferencia, o como criterio para juzgar la adecuación de un
sistema lógico. Quizás el principio de explosión sea realmente válido y lo que esté
mal sean nuestras intuiciones. A lo sumo pueden funcionar como punto de partida,
podría decirse, ya que de algún lado hay que partir, pero eso es todo. Es decir, quizás
un lógico clásico contestaría a esto que lo que está mal son nuestras intuiciones y no
su sistema (probablemente motivando adicionalmente esto diferenciando entre
validez y solidez de un razonamiento), y que la lógica es una disciplina normativa y
no descriptiva. Este tipo de problemas son los que surgen en estas discusiones, y van
a ser tratados con mayor detalle en los capítulos siguientes.

En segundo lugar, no sólo puede objetársele a la lógica clásica que no trata


adecuadamente ciertas cuestiones, sino también que no trata suficientemente otras.
Y es cierto que la lógica proposicional clásica no pretende capturar a todos los
argumentos válidos como tales, sino sólo a aquellos cuya validez depende de
expresiones como "y", "o", "si... entonces", "si y solo si" y "no" (además de las
expresiones cuantificacionales en las presentaciones de primer orden). Es decir,
parece haber razonamientos válidos cuya validez depende del rol "estructural" que
juegan otro tipo de expresiones, como "es necesario" o "es posible". La lógica
clásica no nos dice el modo como podemos razonar legítimamente con estas
expresiones. Un proyecto de extensión suya podría ser entonces el de ampliarla
incorporando constantes para representar dichas nociones. Esto es precisamente lo
que hacen las diversas lógicas modales.

Obtener una lógica (o lógicas) que lidie con estas nociones es importante
tanto para los lógicos como para los filósofos en general. Desde un primer momento
las nociones de "necesidad" y "posibilidad" parecen centrales al campo de la lógica.
Por ejemplo, nuestra noción preteórica de la noción de validez suele involucrar a
algo así como la idea de que "es necesario que la conclusión sea verdadera si las
premisas lo son", o "no es posible que las premisas sean verdaderas y la conclusión
no lo sea" -oraciones ambas que contienen expresiones modales.
De la misma manera las nociones de necesidad y posibilidad se han mostrado
como centrales a la historia de la filosofía en general, y el proyecto de elucidarlas -
tanto mostrándonos cómo podemos operar inferencialmente con ellas, como
mostrándonos el modo como enunciados en los que figuran pueden adquirir valor de
verdad- parece ser un proyecto valioso.

Por otra parte, el aparato técnico que introduciremos en la semántica (las


semánticas de mundos posibles) tienen aplicaciones por fuera de los intereses de la
lógica modal -que van desde las lógicas no clásicas, hasta a cuestiones de metafísica,
de filosofía del lenguaje, e incluso hasta aplicaciones en el ámbito de la
computación. Con lo cual, las nociones técnicas aprendidas en esta primera sección
servirán luego en el resto del libro, y quizás en la vida profesional como filósofo del
lector.

Queremos agradecer especialmente al Dr. Eduardo Barrio, quien fue el


impulsor de este proyecto, que surge a partir de la cursada de un seminario de grado
bajo su tutela. Esperamos que el texto resulte claro, ameno y provechoso para el
lector.

Ariel Roffé y Bruno Da Ré.


INTRODUCCIÓN

Tableaux para la lógica proposicional clásica

Antes de comenzar con nuestra exploración de algunos sistemas de lógica no


clásica, será conveniente presentar otro aparato deductivo para la lógica
proposicional clásica. En los cursos iniciales de lógica se suelen ver presentaciones
axiomáticas y/o en deducción natural. Ofrecemos aquí una tercera presentación
llamada método de tableaux.

Un tableaux tiene una estructura de este tipo:

. .

. . .

El tableaux se lee desde arriba hacia abajo. Los puntos se denominan nodos
(en los nodos van fórmulas, como se verá más adelante). El nodo superior es
llamado raíz mientras que los inferiores son llamados puntas (tips). Una rama es
cualquier camino unido por flechas que va desde la raíz hasta una de las puntas.

. Raíz

. .

. . . Puntas

Rama

Al modo de flechar se lo puede entender intuitivamente de la siguiente


manera

A A Como
Como “A y B” "(A y B) o (A y C)”
B B C
Es decir, una flecha hacia abajo representa una conjunción. Cuando a partir
de un nodo se abren dos flechas puede pensárselo como la introducción de una
disyunción. De todos modos hay que advertir que esto tiene fines puramente
didácticos. Los tableaux son herramientas puramente sintácticas y como tales no
interpretadas.

Las demostraciones en tableaux operan siempre por absurdo. Por ejemplo, si


lo que se quiere es testear la validez de:

(A ˄ B) ͻ (C ˄ D)
(A ˄ B)
(C ˄ D)

La lista inicial de nodos del tableaux consiste en:

(A ˄ B) ͻ (C ˄ D)

(A ˄ B)

¬(C ˄ D)

Se ponen “en conjunción” las premisas y la negación de la conclusión. A


partir de esto se continúa el tableaux mediante la aplicación de reglas. Un tableaux
está completo cuando toda regla que puede ser aplicada ha sido aplicada.

Las reglas son las siguientes:

(R1) A˅B (R2) ¬(A ˅ B)

A B ¬A

¬B

(R3) A˄B (R4) ¬(A ˄ B)

A ¬A ¬B

B
(R5) AͻB (R6) ¬(A ͻ B)

¬A B A

¬B

(R7) A≡B (R8) ¬(A ≡ B)

A ¬A A ¬A

B ¬B ¬B B

(R9) ¬¬A

Las reglas son intuitivas. Tómese por ejemplo R2: una disyunción es falsa si
y sólo si ambos disyuntos son falsos (si alguno fuera verdadero, la disyunción lo
sería). Esto es representado en la regla por medio de dos flechas hacia abajo, que
interpretamos intuitivamente como conjunciones, por lo que la rama “diría” algo así
como "¬(A ˅ B), y ¬A, y ¬B".

Obsérvese además que no se dan reglas de introducción y eliminación para


cada conectiva sino que toda regla es de eliminación. Se da una regla para la
conectiva y otra para la conectiva negada (además de la regla de doble negación), de
modo que lo que queda en las puntas es siempre una fórmula de la forma A, o de la
forma ¬A.

Una rama está cerrada sii ocurre en uno de sus nodos la fórmula A y en otro
de ellos la fórmula ¬A. Esto se indica escribiendo una X bajo la punta de la rama.
Caso contrario, la rama está abierta. El tableaux está cerrado sii todas sus ramas
están cerradas. Caso contrario, está abierto.

Podemos ahora definir consecuencia sintáctica del siguiente modo:


- A es consecuencia sintáctica de Г (Г ⊢ A) sii existe un tableaux cerrado cuya
lista inicial consiste en los miembros de Г y la negación de A.
- A es un teorema (⊢ A) sii ∅ ⊢ A, es decir, si existe un tableaux cerrado cuya
lista inicial consta sólo de ¬A.

Un ejemplo de demostración del argumento de la página anterior:

(A ˄ B) ͻ (C ˄ D) (premisa)

(A ˄ B) (premisa)

¬(C ˄ D) (conclusión negada)

¬(A ˄ B) (C ˄ D)

¬A ¬B C
X X
D

¬C ¬D
X X

Los primeros dos nodos son las premisas y la negación de la conclusión. Los
siguientes dos surgen por aplicación de R3 al segundo nodo. Las ramas que se abren
luego se deben a R5 aplicada sobre el primer nodo. En la rama de la izquierda se
aplica R4, mientras que en la derecha R3 sobre (C ˄ D), seguida de R4 sobre
¬(C ˄ D). Como puede verse, todas las ramas están cerradas, lo cual implica que
dicho argumento es sintácticamente válido.

Algunos consejos útiles para realizar demostraciones en tableaux son:


- No suelen anotarse las flechas individuales hacia abajo (para ahorrar
espacio). Sólo se anotan flechas cuando se abren ramas distintas.
- El orden de aplicación de reglas da igual (no va a alterar el resultado del
test). De modo que es conveniente primero aplicar las reglas que no nos obligan a
dividir ramas.
- Para no olvidar cuáles son las reglas que ya fueron aplicadas, puede ser
conveniente poner un tick a la derecha de una fórmula tras aplicar la regla
correspondiente a ella.
- Una vez que una rama está cerrada no hace falta continuar desarrollándola.

Por último, damos indicaciones sobre cómo leer un contramodelo a partir de


un tableaux abierto (ya que, recuérdese, esta presentación es correcta y completa
respecto de la semántica) Supóngase que estamos testeando la validez de la
inferencia (A ͻ B) ∴ (B ͻ A). El tableaux correspondiente es el siguiente:

(A ͻ B) ⇃
¬(B ͻ A) ⇃
B
¬A

¬A B

El tercero y cuarto nodos surgen de aplicar R6 sobre el segundo nodo,


mientras que las siguientes dos ramas se abren por aplicación de R5 sobre el primer
nodo. Puede observarse que las fórmulas que quedaron sin tickear son todas de la
forma C o de la forma ¬C, lo cual implica que toda regla que podía ser aplicada ha
sido aplicada, y que el tableaux está completo.

Para leer un contramodelo a partir de un tableaux abierto, tómese una rama


abierta cualquiera. Para toda formula atómica F que aparezca en un nodo de la rama
establezca v(F) = 1; si ¬F aparece en la rama, v(F) = 0. Para fórmulas atómicas F tales
que ni F ni ¬F aparecen en la rama, v(F) = 0.
En este caso, tomamos v(B) = 1 y v(A) = 0. De este modo, como puede
comprobarse fácilmente V(A ͻ B) = 1 y V(B ͻ A) = 0.

Un dato a tener en cuenta es que A y B son metavariables, con lo cual, si bien


el esquema de inferencia presentado no es válido en general, alguna instancia suya
podría serlo (por ejemplo, el caso en el que A = p y B = p).
Ejercicios

Los ejercicios precedidos por un (*) presentan una dificultad mayor y no


consideramos indispensable su resolución para la lectura de los capítulos siguientes.

1. Observe los siguientes tableaux y determine:


1)¿Cuántas puntas tiene cada uno? ¿Cuántas ramas? ¿Cuántas y cuáles de ellas se
encuentran abiertas y cuántas cerradas? ¿Están los tableaux mismos abiertos o
cerrados? y consiguientemente, ¿Son los argumentos válidos o no lo son?
2) Qué reglas se aplicaron en cada paso

(a) (A ≡ C), (A ˅ B) ∴ C

A≡C
A˅B
¬C

A B

A ¬A A ¬A
C ¬C C ¬C
(b) (A ≡ B), (B ≡ (C ˄ D)) ∴ (A ≡ D)

A≡B
B ≡ (C ˄ D)
¬(A ≡ D)

A ¬A
B ¬B

B ¬B B ¬B
(C ˄ D) ¬(C ˄ D) (C ˄ D) ¬(C ˄ D)
C
D ¬A A
D ¬D
A ¬A
¬D D ¬C ¬D

2. Determine, utilizando el método de tableaux, si las siguientes afirmaciones son


verdaderas. En caso de que no lo sean, brinde un contramodelo a partir de una rama
abierta.

1) (A ͻ B), ¬B ⊢ ¬A
2) (A ͻ B), B ⊢ A
3) (A ˄ ¬A) ⊢ B
4) ⊢ A ˅ ¬A
5) ⊢ (A ͻ B) ͻ (B ͻ A)
6) (A ˅ B), ¬A ⊢ (B ˄ ¬C)
7) ¬(A ˅ B) ⊢ (¬A ˄ ¬B)
8) ¬(A ͻ B), (B ˅ C) ⊢ C
9) ⊢ ((A ͻ B) ͻ (B ͻ (A ͻ B)))
10) ((A ˅ B) ͻ (C ≡ ¬D)), A, D ⊢ ¬C
11) (A ͻ ¬A), (B ͻ (C ˄ D)), ¬(D ≡ A) ⊢ ¬B
12) ¬(A ≡ B), ((C ˅ D) ͻ A), (E ˄ C) ⊢ ¬B

(*)3. ¿Cuál sería una estrategia posible para probar que una presentación por
tableaux y una mediante axiomas son equivalentes?
Soluciones
1. a) 1) 4 puntas, 4 ramas, 3 cerradas y una abierta (la última de la derecha), abierto,
inválido.
2) Bajo la siguiente numeración:

(1)A ≡ C
(2)A ˅ B
(3)¬C

(4)A (5)B

(6)A (7)¬A (8)A (9)¬A


(10)C (11)¬C (12)C (13)¬C

(1) y (2) son premisas; (3) es la conclusión negada; (4) y (5) surgen de aplicar R1
sobre (2); (6), (10) y (7), (11) surgen de aplicar R7 sobre (1); lo mismo con (8), (12),
(9) y (13).

b) 1) 7 puntas, 7 ramas, 6 cerradas y una abierta (la última de la derecha), abierto,


inválido.
2) Bajo la siguiente numeración:

(1)A ≡ B
(2)B ≡ (C ˄ D)
(3)¬(A ≡ D)

(4)A (5)¬A
(6)B (7)¬B

(8)B (9)¬B (10)B (11)¬B


(12)(C ˄ D) (13)¬(C ˄ D) (14)(C ˄ D) (15)¬(C ˄ D)
(16) C
(17)D (18)¬A (19)A
(20)D (21)¬D
(22)A (23)¬A
(24)¬D (25)D (26)¬C (27)¬D
(1) y (2) son premisas; (3) es la conclusión negada; (4)-(7) surgen de aplicar R7 a
(1); (8)-(15) surgen de aplicar R7 a (2); (16) y (17) de aplicar R3 a (12); (18)-(20) de
aplicar R8 a (3), y lo mismo con (22)-(25); (26) y (27) surgen de aplicar R4 a (15).

2. 1) (A ͻ B), ¬B ⊢ ¬A - Verdadero
(A ͻ B)
¬B
¬¬A
A

¬A B
X X

2) (A ͻ B), B ⊢ A - Falso
(A ͻ B)
B
¬A

¬A B
Contramodelo: v(A) = 0, v(B) = 1.

3) (A ˄ ¬A) ⊢ B - Verdadero
(A ˄ ¬A)
¬B
A
¬A
X

4) ⊢ A ˅ ¬A -Verdadero
¬(A ˅ ¬A)
¬A
¬¬A
A
X
5) ⊢ (A ͻ B) ͻ (B ͻ A) - Falso
¬((A ͻ B) ͻ (B ͻ A))
(A ͻ B)
¬(B ͻ A)
B
¬A

¬A B
Contramodelo: v(A) = 0, v(B) = 1

6) (A ˅ B), ¬A ⊢ (B ˄ ¬C) - Falso


(A ˅ B)
¬A
¬(B ˄ ¬C)

A B
X
¬B ¬¬C
X C
Contramodelo: v(A) = 0, v(B) = 1, v(C) = 1
7) ¬(A ˅ B) ⊢ (¬A ˄ ¬B) - Verdadero
¬(A ˅ B)
¬(¬A ˄ ¬B)
¬A
¬B

¬¬A ¬¬B
A B
X X

8) ¬(A ͻ B), (B ˅ C) ⊢ C - Verdadero


¬(A ͻ B)
(B ˅ C)
¬C
A
¬B

B C
X X
9) ⊢ ((A ͻ B) ͻ (B ͻ (A ͻ B))) - Verdadero
¬((A ͻ B) ͻ (B ͻ (A ͻ B)))
(A ͻ B)
¬(B ͻ (A ͻ B))
B
¬(A ͻ B)
A
¬B
X

10) ((A ˅ B) ͻ (C ≡ ¬D)), A, D ⊢ ¬C - Verdadero


((A ˅ B) ͻ (C ≡ ¬D))
A
D
¬¬C
C

¬(A ˅ B) (C ≡ ¬D)
¬A
¬B C ¬C
X ¬D ¬¬D
X X

11) (A ͻ ¬A), (B ͻ (C ˄ D)), ¬(D ≡ A) ⊢ ¬B - Falso


(A ͻ ¬A)
(B ͻ (C ˄ D))
¬(D ≡ A)
¬¬B
B

¬A ¬A

¬B (C ˄ D) ¬B (C ˄ D)
X C X C
D D

¬D D ¬D D
A ¬A A ¬A
X X
Contramodelo: v(A) = 0, v(B) = 1, v(C) = 1, V(D) = 1

12) ¬(A ≡ B), ((C ˅ D) ͻ A), (E ˄ C) ⊢ ¬B


¬(A ≡ B)
((C ˅ D) ͻ A)
(E ˄ C)
¬¬B
B
E
C

A ¬A
¬B B
X
(C ˅ D) A
¬C X
¬D
X

3. Hay diversas estrategias posibles. Una de ellas sería, por ejemplo, probar
que los tableaux son correctos y completos con respecto a la semántica usual. Es
decir, usando ⊢T para "existe un tableaux cerrado cuya lista inicial consta de Г y la
negación de A", probando que Г ⊢T A ⇔ Г ⊨ A. Puesto que sabemos que Г ⊢A A ⇔
Г ⊨ A (siendo ⊢A una demostración en un sistema axiomático de A a partir de Г), por
transitividad obtenemos que Г ⊢A A ⇔ Г ⊢T A.

Otra alternativa sería la de construir tableaux cerrados para las negaciones de


todos los axiomas y probando mediante tableaux las reglas de inferencia usadas en la
presentación axiomática (usualmente, modus ponens), y viceversa, probando
axiomáticamente las "traducciones" todas las reglas (R1-R9).
CAPÍTULO 1: LÓGICAS MODALES NORMALES

1. Introducción

La lógica proposicional clásica se ocupa de esquemas de argumento cuya


validez depende del significado de las expresiones y, o, si… entonces, si y sólo si,
no. Esto podría no ser suficiente para caracterizar la validez de todo argumento
posible. Una motivación para introducir los cuantificadores de la lógica de primer
orden, era poder capturar la validez de argumentos como:

Todos los hombres son mortales


Sócrates es hombre
Sócrates es mortal

Es decir, poder analizar la validez para argumentos que contienen


expresiones cuantificadoras dentro. Algo similar ocurre con las lógicas modales. Los
siguientes esquemas de argumento también nos parecen “intuitivamente” válidos,
sin embargo la lógica proposicional clásica los declara inválidos:

p Es necesario que p Es posible que no-p


Es posible que p Es posible que p No es necesario que p

Las lógicas modales se ocupan de los esquemas de argumento cuya validez


depende de las expresiones “es necesario” y “es posible”. Nótese que la situación
podría ser más compleja que en el caso de la lógica de primer orden, ya que
“necesario” (y por consiguiente “posible”) se dicen de muchas maneras, lo cual
resultará en que haya distintas extensiones modales posibles para la lógica
proposicional. Los distintos sentidos de necesidad incluyen la necesidad lógica,
metafísica, nómica, determinista, etc. Retornaremos más adelante a la pregunta de
qué sistema modal es adecuado para elucidar qué sentido de necesidad.

2. Lógica modal K

El sistema modal más básico y el que resulta pedagógicamente más sencillo


de enseñar es el sistema denominado K (por Kripke, quien brindó las semánticas que
presentaremos a continuación). En este sistema, agregamos al vocabulario de la
lógica proposicional clásica las constantes lógicas □ y ◊, también llamados
“operadores modales”. Intuitivamente □A significará “es necesario que A” y ◊A “es
posible que A”.
Se agrega además la siguiente cláusula a la definición recursiva de fórmula
bien formada: “Si A es una fórmula bien formada, entonces □A y ◊A son fórmulas
bien formadas”.

2.1 Semántica
Una interpretación para este lenguaje consiste en un triplo < W, R, v >, tal
que:
- W es un conjunto no vacío, a cuyos miembros suele llamárselos “mundos
posibles”. Un “mundo posible”, que simbolizaremos con letras w minúsculas
indexadas (wi), puede ser pensado como un conjunto maximal de proposiciones, tal
que para toda fórmula atómica A, o bien A es verdadera en wi, o bien ¬A es verdadera
en wi. Puede entendérselo así como una “descripción completa de un estado de
cosas” (de ahí el nombre de “mundo posible”).
- R es una relación diádica R ⊆ W2, es decir, es una relación entre mundos
posibles. Suele llamársela relación de “accesibilidad”. Que un mundo w1 “accede” a
un mundo w2 (lo notamos w1Rw2) quiere decir, al menos por ahora, que al estado de
cosas w1 puede sucederlo el estado de cosas w2. Nótese que podría darse que w1Rw1
en cuyo caso, “las cosas pueden mantenerse iguales a como están”.
- v es una función diádica de valuación, tal que, v: W x FBF → {0; 1}, donde
FBF es el conjunto de las fórmulas bien formadas del lenguaje. A diferencia de la
lógica proposicional clásica las valuaciones se encuentran ahora relativizadas a un
mundo posible (así como en la lógica de primer orden se encuentran relativizadas a
un modelo). De modo que es posible que para una fórmula p, v(w1, p) = 1 y v(w2, p)
= 0 a la vez. En dicho caso, p es verdadera en el mundo 1 y falsa en el mundo 2. Para
abreviar, escribimos vW1(p) = 1 y vW2(p) = 0.

Así como en la lógica clásica, hay además ciertos requisitos adicionales para
la función valuación v, que establecen las condiciones de verdad para oraciones
moleculares dado el valor de verdad de las fórmulas atómicas. Estas son las
siguientes.

Para las conectivas clásicas, los requisitos se mantienen idénticos, solo que
relativizando v a un mundo posible:
- vW(¬B) = 1 sii vW(B) = 0 (léase: la negación de una proposición es verdadera
en un mundo w si y solo si la proposición misma es falsa en ese mundo)
- vW(B˄C) = 1 sii vW(B) = 1 y vW(C)=1
- vW(B˅C) = 1 sii vW(B) = 1 o vW(C)=1
- vW(BͻC) = 1 sii vW(B) = 0 o vW(C)=1

Las cláusulas novedosas son las de los operadores modales:


vW (□B) = 1 sii para todo w’ ∈ W (si wRw’ entonces vW’(B) = 1)
vW (◊B) = 1 sii existe un w’ ∈ W tal que (wRw’ y vW’(B) = 1)

Es decir, en un mundo w, □B ("es necesario que B") es verdadero si y solo si


en todo posible estado de cosas sucesor de w, B es verdadero. En otras palabras,
dado el estado "actual" de cosas en w, B es necesario en w si y solo si el estado
siguiente será tal que B ocurrirá en él. A diferencia de lo que ocurre con la verdad de
proposiciones que solo contienen a las conectivas clásicas, evaluar la verdad de una
fórmula de la forma □B puede requerir “salir” del mundo en el que se está evaluando
y verificar la verdad de la proposición B en otros mundos. Nótese además que si w
no tiene sucesores, entonces
vW (□B) = 1 y vW (◊B) = 0

Pongamos un ejemplo. Sea <W, R, v> una interpretación de K tal que: W =


{w1, w2, w3}; las relaciones de accesibilidad son w1Rw2, w1Rw3, w3Rw3; y las
valuaciones vW1(p) = 0 y vW1(q) = 0, vW2(p) = 1 y vW2(q) = 1, vW3(p) = 1 y vW3(q) = 0.
Podemos representar gráficamente toda esta información de la manera siguiente:

w2
(p, q)
w1
(¬p, ¬q)
w3
(p, ¬q)

Puesto que p y q son falsas en w1, ¬p y ¬q son verdaderas en él. Esto lo


representamos escribiendo ¬p y ¬q entre paréntesis debajo suyo. Las flechas
representan las relaciones de accesibilidad entre mundos.
Analicemos entonces la valuación de algunas fórmulas modales en esta
interpretación.
vW1(□p) = 1 – a pesar de que p misma es falsa en w1, todo mundo al que w1
accede es tal que p es verdadera.
vW1(□q) = 0 – ya que existe un mundo al que w1 accede en el que q es falsa
(w3).
vW1(◊q) = 1 – ya que existe un mundo al que w1 accede en el que q es
verdadera (w2)
vW1(◊(p ˄ q)) = 1 – ya que existe un mundo en el que (p ˄ q) es verdadera
(w2).
Obsérvese también que vW2(□¬p) = 1 y vW2(¬◊¬p) = 1. Podría parecer extraño
que en w2 ¬p fuera necesario e imposible a la vez. Esto se debe a que w2 no accede a
ningún mundo. Las condiciones de verdad para □¬p en w2 indican que ella es
verdadera sii para todo w’ ∈ W (si wRw’ entonces vW’(A) = 1), pero el antecedente del
condicional es siempre falso, y por lo tanto el condicional es verdadero para todo w’.
En cambio, las condiciones de verdad para ◊¬p en w2 indican que ella es verdadera
sii existe un w’ ∈ W tal que (wRw’ y vW’(A) = 1), pero el primer conyunto es siempre
falso, por lo que el existencial también lo es.

Por último, veamos qué ocurre cuando se anidan operadores modales.


vW1(◊□¬p) = 1 – ya que, como vimos, vW2(□¬p) = 1, con lo cual existe un
mundo posible al que w1 accede en el que □¬p es verdadero.
vW1(□□p) = 1 – ya que en todo mundo al que w1 accede □p es verdadero (lo es
en w2 y en w3).

Puede verse que anidar operadores modales nos envía más y más adelante
“hacia el futuro”. Es decir, evaluar la verdad en wi de una fórmula con dos
operadores modales anidados requiere que evaluemos fórmulas en los mundos a los
que acceden los mundos a los que accede wi.

Podemos entonces definir la noción de consecuencia semántica de la


siguiente manera:
Г ⊨K A sii [ para toda interpretación <W, R, v> y todo w ∈ W, (si vW(Г) = 1
entonces vW(A) = 1) ]; donde vW(Г) = 1 significa que para toda fórmula B ∈ Г, vW(B) =
1 (un conjunto de premisas es verdadero sii toda premisa lo es). Utilizamos además
el subíndice K en Г ⊨K A para indicar que estamos utilizando la noción de
consecuencia del sistema K.

Por tanto, para que A sea consecuencia lógica de Г todos los conjuntos de
mundos posibles (sean cuales sean sus relaciones de accesibilidad, y sea cual sea la
valuación de las fórmulas atómicas en ellos) y para cada mundo posible en
particular perteneciente a esos conjuntos w, si Г es verdadero en él, también lo es
A.
De modo análogo, ⊨K A sii para toda interpretación <W, R, v> y todo w ∈ W,
vW(A) = 1. Un ejemplo sería ⊨K □(A˅¬A). Dadas las cláusulas de la función v, sea
cual sea el conjunto de mundos posibles W, la relación R y las valuaciones que se
asignen a las fórmulas atómicas, no se dará para ninguno de los mundos posibles w
pertenecientes a W que vW(□(A˅¬A)) = 0. Esto se debe a que A˅¬A es una tautología
clásica. Puesto que las cláusulas para las conectivas se mantienen idénticas, el
conjunto de las tautologías clásicas se mantienen como verdades lógicas en la lógica
modal K (en parte por eso decimos que K es una extensión conservativa de la lógica
clásica, véase la sección 4.1). Puesto que A˅¬A será verdadera en todo mundo,
□(A˅¬A) también lo será, dado que sean como sean las relaciones de accesibilidad,
siempre será el caso que todos los mundos a los cuales acceda un determinado
mundo satisfacen A˅¬A (o bien, si no acceden a ninguno, toda fórmula de la forma
□A será verdadera).

2.2 Tableaux y consecuencia sintáctica


Para brindar un sistema de tableaux para K, modificamos los de la lógica
proposicional de la siguiente manera. En todo nodo hay:
- o bien una fórmula, al igual que antes, sólo que ahora se le agrega un
número a la derecha, representando intuitivamente el mundo posible en el que es
verdadera.
- o bien algo de la forma iRj donde i y j son números naturales, lo cual
representa intuitivamente “i accede a j”.

Las reglas para las conectivas clásicas son iguales a las de la lógica
proposicional, con el agregado de que el número asociado a una fórmula se asocia
también a sus descendientes. Por ejemplo:

(R1) A ˅ B, n

A, n B, n

Agregamos además dos reglas más para cada uno de los operadores modales
□ y ◊:

(R10) □A, n (R11) ¬□A, n


nRm
◊¬A, n
A, m

(R12) ◊A, n (R13) ¬◊A, n

nRm - con m arbitrario □¬A, n


A, m
Nótese que R10 requiere que en la rama ya ocurran ambas □A, n y nRm antes
de poder ser aplicada. En cambio R12 sólo requiere la ocurrencia de ◊A, n tras lo
cual puede ser aplicada a un m arbitrario (véase el ejercicio 5). Para ser arbitrario, m
debe ser nuevo, no debe aparecer antes en la rama. Una rama está cerrada sii ocurren
a la vez A, i y ¬A, i en ella.

Por ejemplo, si quiere testearse si: ⊢K ◊(A˄B) ͻ (◊A˄◊B), el tableaux


correspondiente es el siguiente:

¬(◊(A˄B) ͻ (◊A˄◊B)), 1
◊(A˄B), 1
¬(◊A˄◊B), 1
1R2 (1)
A˄B, 2 (1)
A, 2
B, 2

¬◊A, 1 ¬◊B, 1
□¬A, 1 □¬B, 1
¬A, 2 ¬B, 2 (2)
X X

Al igual que antes, omitimos las flechas verticales cuando una rama no se
divide en dos. El paso marcado con (1) surge de aplicar R12 al nodo ◊(A˄B), 1. El
paso (2) de aplicar R10 a los nodos inmediatamente anteriores, y a 1R2, que ocurría
en ambas ramas.

Hay que tener cuidado si se tickean las fórmulas luego de aplicar las reglas
correspondientes, ya que puede ser necesario utilizar más de una vez las reglas R10
y R12. El hecho de poder aplicar más de una vez una regla a un mismo nodo genera
otro problema: la posibilidad de tableaux infinitos, que no cierran nunca.
Considérese, por ejemplo, la siguiente fórmula: (□p ˄ ◊q) ͻ r. Si quiere
testearse si es un teorema, su tableaux se vería así:
¬(□p ˄ ◊q) ͻ r, 1
(□p ˄ ◊q), 1
r, 0
□p, 1
◊q, 1
1R2 (1)
q, 2 (1)
p, 2 (2)
1R3 (3)
q, 3 (3)
p, 3 (4)
etc.

Los nodos marcados con (1) y (3) surgen de la aplicación de R12 al nodo
◊q, 1. (2) y (4) surgen de aplicar R10 a □p, 1 y 1R2 o 1R3 respectivamente. Dado
que R12 (aplicada aquí sobre ◊q, 1) permite generar siempre nuevos nodos con
mundos arbitrarios, es fácil ver que podríamos continuar aplicando R12 y R10 de la
misma manera, al infinito, sin llegar nunca a una contradicción.

Las nociones de consecuencia sintáctica y teoremicidad quedan definidas de


la misma manera que en el apartado anterior:
- Г ⊢ A sii existe un tableaux cerrado cuya lista inicial consiste en los
miembros de Г y la negación de A.
- A es un teorema (⊢ A) sii ∅ ⊢ A, es decir, si existe un tableaux cerrado cuya
lista inicial consta sólo de ¬A.

Por último, los contramodelos pueden leerse a partir de una rama abierta de
un tableaux de manera semejante a la lógica proposicional. Por ejemplo, puesto que
⊬K □p ͻ p

¬(□p ͻ p), 1
□p, 1
¬p, 1

El contramodelo puede establecerse de la siguiente manera:


W= {w1} - sólo hacen falta tantos mundos posibles como números a la derecha
de fórmulas haya en el tableaux. R = ∅ - sólo se establecen las relaciones indicadas
por los nodos de la forma iRj (en este caso no hay ninguna). En cuanto a v, sólo se
establecerán como verdaderas en un mundo aquellas fórmulas atómicas –o
negaciones de fórmulas atómicas- que ocurran en la rama, en ese mundo (en este
caso, vW1(¬p) = 1). El contramodelo consistirá entonces, en este caso, en una
estructura con un solo mundo, en el que p es falsa, y en el cual la relación de
accesibilidad es vacía.

3. Extensiones de K

Pueden obtenerse otros sistemas modales a partir del sistema básico K de dos
maneras: mediante el agregado de axiomas (o reglas de tableaux) extra, o mediante
la imposición de ciertas condiciones o restricciones a la interpretación de R.

Por ejemplo, el sistema T puede obtenerse agregando a K la siguiente regla


de tableaux:
el mundo accede a sí
(R14) . mismo

nRn - para cualquier n que ocurra en la rama

Esto permite probar, respecto de cualquier mundo que aparezca en el


tableaux, que este accede a sí mismo. Por lo tanto, una manera equivalente de
presentar T sería imponer a R la condición de ser reflexiva: para todo w, wRw.

Agregar reglas o axiomas a un sistema (mientras que no sean equivalentes a


otras, primitivas o derivadas, que ya pertenezcan a él) permite ampliar la capacidad
de prueba, es decir, probar como teoremas cosas que antes no se podían probar. Sin
embargo, a la vez, esto restringe las interpretaciones que serán modelos del sistema.
Es decir, no todo triplo <W, R, v> cumplirá con los requisitos adicionales que ahora
se le imponen a R (o hará verdaderos a los axiomas o reglas adicionales). Por
ejemplo, el contramodelo a ¬(□p ͻ p) analizado en la sección anterior, que consistía
en W= w1; R = ∅; vW1(¬p) = 1 resulta no ser un modelo de T, ya que w1 no accede a sí
mismo. De hecho T valida ⊨T ¬(□p ͻ p) –véase el ejercicio 4.6).

Teoremas Interpretaciones
T K K T

Otro modo de ver esto sería el siguiente: si algo cumple con ciertas
condiciones restringidas entonces cumple con condiciones más generales, es decir,
toda interpretación de T también es una interpretación de K. Lo inverso sucede con
los teoremas, todo teorema de K es también un teorema de T, ya que T mantiene
todas las reglas que permiten a K probar todos sus teoremas.

Otras restricciones y reglas importantes son las siguientes:

Regla semántica Regla de tableaux


Simetría: para todo w1, w2, si w1Rw2 (R15) nRm
entonces w2Rw1
mRn

Transitividad: para todo w1, w2, w3 (R16) iRj


si w1Rw2 y w2Rw3, entonces w1Rw3 jRk

iRk

Extensibilidad: para todo w1 existe un w2 tal (R17) .


que w1Rw2,
iRj
(con j nuevo en la rama)

Estos requisitos y reglas pueden además combinarse de modos diversos,


dando lugar a una multiplicidad de sistemas. No nos detendremos en esta
multiplicidad. Daremos solo un ejemplo más de un sistema importante, el llamado
sistema S5. S5 pone como requisitos para R la reflexividad, simetría y transitividad.
Es decir, en S5, R es una relación de equivalencia. Ahora bien, puede probarse que
S5 es equivalente a un sistema en el cual vale la siguiente restricción: todos los
mundos se relacionan con (acceden a) todos (la prueba puede encontrarse en Priest,
2008, apartado 3.7.5). Un ejemplo gráfico:

w2

w1 w3

w4
Por tanto, en S5 no hace falta especificar R, ya que una vez interpretado W, R
queda automáticamente determinada. Una interpretación de S5 consiste solamente
en el par <W, v>. Las cláusulas de □ y ◊ para la función v pasan a ser sencillamente
[vw(□A)= 1 sii para todo w’, vw’(A) =1] y [vw(◊A)= 1 sii para algún w’, vw’(A) =1]. Los
tableaux también se simplifican, ya que pueden obviarse los nodos de la forma nRm
(sería vacuo agregarlo ya que todos se relacionan con todos). La regla para ◊A,n se
aplica de manera semejante a la anterior, obteniéndose A,m con m nuevo. En cambio
la regla para □A,n puede ser aplicada a cualquier otro mundo que aparezca en la
rama (al momento de aplicar la regla). Las reglas R14-R16 pueden entonces ser
obviadas para S5.

4. Problemas filosóficos

4.1 Divergencia y extensiones. Rivalidad y suplementariedad

En este apartado nos encargaremos de estudiar diversas relaciones que puede


haber entre sistemas lógicos. Para ello, comenzaremos con una caracterización la
noción de “sistema lógico”. Decimos que S es un sistema lógico si consiste en un
par ordenado <L, ⇒> en donde L es un lenguaje formal (un conjunto no vacío de
formulas bien formadas, comúnmente especificado a partir de un stock enumerable
de símbolos y reglas recursivas de formación), y ⇒ una relación Lᶰ × L
representando la relación de consecuencia. Esta puede ser especificada de diferentes
maneras, desde una teoría de la prueba (mediante axiomas, tableaux, secuentes, etc.)
o desde un punto de vista semántico (por medio de funciones de valuación, tablas de
verdad, semánticas de mundos posibles, etc.). Esta caracterización podría no ser
totalmente adecuada, ya que excluye a lógicas que permiten múltiples conclusiones
y a lógicas infinitarias, pero será suficiente para nuestros propósitos.

Puede introducirse entonces un primer modo en que dos sistemas pueden


relacionarse. Decimos que un sistema S 1 es una sublógica de otro S2 (o que S2 es
una extensión de S1) sii (i) L1 ⊂ L2 –o, para simplificar, S2 agrega vocabulario nuevo
y reglas de formación (cláusulas recursivas) nuevas para ese vocabulario–;
(ii) ⇒1 ⊂ ⇒2 –las inferencias que S1 declara válidas también lo son por S2, pero S2
agrega nuevas–; y las todas las inferencias nuevas contienen al vocabulario
adicional. Como ejemplo, el sistema K sería una extensión de la lógica
proposicional.

Dos sistemas S1 y S2 son divergentes sii ⇒1 ⊂ ⇒2 (nuevamente S2 es


conservativo respecto de S1) y al menos una de las inferencias nuevas no contienen
vocabulario adicional al de S1. A modo de ejemplo, K y S5 son sistemas
divergentes: la regla □A ⇒ □□A es válida en S5 e inválida en K.

Por último, diremos que S 1 y S2 son fuertemente divergentes sii S1 tiene al


menos una regla válida formulada en el vocabulario compartido con S 2, que no es
válida en S2, y viceversa. Ningún par de sistemas estudiados hasta aquí cae en esta
categoría.

A diferencia de lo que podría parecer a primera vista, el hecho de que dos


sistemas sean divergentes (o incluso fuertemente divergentes) no significa que sean
rivales; ni tampoco el hecho de que un sistema extienda a otro significa que sea un
suplemento para aquel. Decimos que S2 es rival a S1 si se pretende que S2 sea usado
en lugar de S1, que lo reemplace. En cambio, dos sistemas son suplementarios si no
son vistos como mutuamente excluyentes sino que se tolera su coexistencia.

La distinción entre rivalidad y suplementariedad entre sistemas es más difícil


de trazar ya que, como se ve en las definiciones anteriores, depende
fundamentalmente de las intenciones de sus proponentes. De modo que algunos
autores (los autores de esta ficha incluidos) sugerirían que esta distinción no puede
ser trazada de manera absoluta.

Analicemos como ejemplo a la relación entre la lógica proposicional (Lprop


en adelante) y el sistema K. Como se dijo, K es una extensión de Lprop. Y las
motivaciones originales parecen haber sido las de brindar un suplemento a la lógica
clásica, algo que pueda ser aplicado en nuevos ámbitos, sin reemplazar a Lprop en
su contexto original (así se la presentó, por ejemplo, en la introducción a este
capítulo).

Sin embargo, otros han argumentado que Lprop es inadecuada incluso dentro
de su contexto original. Por ejemplo, como veremos en un capítulo posterior, los
lógicos relevantes sostienen que el condicional material de la Lprop no representa
adecuadamente al condicional del lenguaje natural –y por lo tanto que debe ser
reemplazada, incluso en “contextos proposicionales” a los que Lprop pretendía
aplicarse. Por ejemplo, según estos lógicos, el condicional material da lugar a
“paradojas” tales como A ⊢Lprop (B ͻ A) y ¬A ⊢Lprop (A ͻ B), que parecen
“intuitivamente” inadecuadas (si A es verdadero, ¿cualquier cosa implica que A?; si
A es falso, ¿implica cualquier cosa?).

Esto se debe a que en Lprop las condiciones de verdad para el condicional


son veritativo-funcionales. Así, un condicional que tiene tanto antecedente como
consecuente verdaderos es verdadero, como por ejemplo “si Moby Dick es una
ballena entonces Buenos Aires es la capital de la Argentina”. Pero lo que
intuitivamente objetaríamos a esto es que el vínculo entre ambas es contingente –el
antecedente podría haber sido verdadero y el consecuente falso– y por lo tanto el
condicional no puede ser verdadero.

Esto sugiere inmediatamente otro condicional, que simbolizaremos ⥽,


formulado en el marco de la lógica modal y que llamaremos el “condicional
estricto”. No hace falta introducir ⥽ al vocabulario de K sino que puede tomárselo
como un definido, del siguiente modo: A⥽ B siidef □(A ͻ B). Puede advertirse que los
casos problemáticos introducidos arriba son solucionados por el condicional estricto,
ya que A ⊬K (B ⥽ A) y ¬A ⊬K (A ⥽ B) (dejamos la verificación de este hecho como
ejercicio para el lector). De modo que, si se sugiere que las instancias de
condicionales en el lenguaje natural sean formalizadas mediante un condicional
estricto en lugar de uno material, K compite con Lprop ya que se pretende que la
reemplace en un ámbito en donde esta pretendía aplicarse.
claveee
Para finalizar, podemos preguntarnos si los diversos sistemas modales son
rivales entre sí. A diferencia de K y Lprop los diversos sistemas modales son
divergentes entre sí (y no extensiones de K). Al igual que en el caso anterior,
responder a esta pregunta involucrará analizar los ámbitos en los que pretende
aplicarse cada una, lo cual haremos en el próximo apartado.

4.2 Sentidos de necesidad

Como se dijo al inicio del capítulo, "es necesario" y "es posible" se dicen de
muchas maneras. Por ejemplo, son distintos los sentidos que se usan cuando se dicen
cosas como que "es necesario que p o no-p", "es necesario que 4 > 2", "es necesario
que ningún objeto pueda viajar más rápido que la luz" o "es necesario que mañana
llueva". La primera de las oraciones parece corresponderse con la necesidad lógica y
es el tipo más fuerte de necesidad que hay. Algo que es lógicamente necesario debe
además ser necesario en todos los otros sentidos.

La segunda parece un tipo de necesidad algo más débil. Recuérdese que,


entendiendo a la oración como una oración formal perteneciente a un sistema
axiomático, "2" y "4" son meras constantes de individuo y ">" es un predicado
diádico. En otras palabras, si se nos pidiera formalizar "4 > 2" podríamos hacerlo
así: "Rbc" (en una lógica de primer orden). Pero "Rbc" no es verdadera (ni mucho
menos necesaria) bajo toda interpretación, sino que sólo lo es cuando -por ejemplo-
se interpreta a b como el número 4 y a c como el número 2. Entonces, "4 > 2" no
sería lógicamente necesaria; aun así pareciera que hay algo acerca de las
proposiciones verdaderas de la matemática que las hace verdaderas en todo mundo
posible (es difícil imaginar mundos en los que no valen las leyes de la aritmética).
Llamemos a esto "necesidad metafísica".

La tercera oración es verdadera en virtud de las leyes de la física. Las leyes


de las ciencias naturales no son ni lógicamente necesarias, ni metafísicamente
necesarias -ya que es perfectamente posible concebir otros mundos posibles en
donde las leyes de la física son otras- (esto es una simplificación. En qué medida qué
mundos son posibles y cuáles no depende de lo que nosotros podamos concebir o no
es un problema que aquí se dejará abierto). Usualmente se dice que son
"nómicamente necesarias".

Por último, la cuarta oración no parece entrar en ninguna de las categorías


anteriores. Aun así supongamos que el estado del mundo actual es tal que en todos
los mundos futuros posibles es cierto que lloverá. Esta necesidad puede ser
entendida como una necesidad determinística (como algo determinado por "el
destino").

Entonces, tenemos distintos sentidos de los términos "es necesario" y "es


posible", y distintos sistemas modales posibles (hasta aquí hemos visto a K y sus
extensiones). La pregunta que cabe hacerse ahora es cuáles de esos sistemas se
corresponden o permiten elucidar precisamente, cada uno de esos sentidos. Nótese
que estas son cuestiones abiertas a debate y lo que se examinará aquí no es más que
un conjunto parcial de respuestas posibles a la cuestión. clave
Comencemos con la necesidad lógica y la metafísica. Hay aquí dos
posiciones posibles que se pueden tomar. La primera de ellas consiste en sostener
que el sistema S5 brinda una elucidación del sentido lógico de necesidad. Como se
dijo, dado que en S5 todo mundo se relaciona con todo otro mundo, las relaciones de
accesibilidad pueden obviarse de la especificación del modelo y la cláusula para □A
se simplifica a "A es verdadera en todo mundo posible". Que A es lógicamente
necesaria parecería a primera vista significar no más que esto, que A es verdadera en
todo mundo posible.

Sin embargo, se plantea la siguiente objeción. Supóngase una interpretación


de S5 en la que W = {w1}, y vW1(p) = 1. Por las cláusulas recién mencionadas, en
dicho modelo vW1(□p)= 1 . Pero es obvio que p no es lógicamente necesaria. Por lo
tanto, el símbolo □ de S5 no puede representar a la necesidad lógica.

El objetor podría continuar diciendo que el sentido lógico de necesidad es


aquel que es elucidado por la lógica proposicional clásica. Si se recuerda la
"definición intuitiva" de validez que suele darse en el comienzo de un curso de
Lógica 1, esta dice algo así como "es imposible que las premisas sean verdaderas y
la conclusión sea falsa". Hay ahí una noción modal que es eliminada de la definición
estricta, que está planteada en términos de "para toda valuación" o de "existe una
derivación". Es decir, este concepto lógico de necesidad/posibilidad quedaría
aclarado o elucidado con las nociones cuantificacionales que se usan en las
definiciones de consecuencia lógica de la lógica clásica.

El símbolo □ de S5, dirá el objetor, representa en cambio a la necesidad


metafísica. Aquello que S5 declara como necesario, es aquello que es verdadero en
todos los mundos posibles. Es decir, si la interpretación dada anteriormente fuese la
interpretación "verdadera" respecto de nuestro universo, el hecho de que □p sea
verdadera significaría que no hay ningún mundo alternativo que sea posible/estable
en el cual p sea falsa (como no parece haberlo para "4 > 2").
clave defensa de s5
Sin embargo, el proponente de S5 como el sistema que elucida a la noción
lógica de necesidad puede responder de la siguiente manera. Lo que hay que
observar no son modelos aislados, sino que son los teoremas (o equivalentemente,
las valideces semánticas). Estos son aquellos que son verdaderos en todos los
mundos posibles de todos los modelos posibles. Es decir, a pesar de que hay un
modelo que consta sólo de w1, hay otros que constan de muchos mundos más,
incluso de todos ellos. De este modo, a pesar de que □p es verdadera en una
interpretación, no es un teorema, y por lo tanto, S5 no declara a p como lógicamente
necesaria.

Esto tiene la ventaja (o el inconveniente, depende de cómo se lo vea) de


permitir probar como lógicamente necesarias a cosas que involucran a la necesidad
lógica misma. Por ejemplo, S5 prueba como teorema a □□(A˅¬A). Esto implicaría
que S5 prueba que el lógicamente necesario que sea lógicamente necesario que
A˅¬A.

Para finalizar, obviaremos las disquisiciones acerca de la necesidad nómica y


nos centraremos en la necesidad determinística. Por el modo en que se introdujo al
sistema K (en parte, por motivos pedagógicos), entendiendo a la relación de
accesibilidad como una relación de "sucesión temporal de estados de cosas", podría
parecer que este sistema brinda la mejor elucidación de este sentido. Cabe
mencionar sin embargo que el problema es más complejo, existiendo toda una serie
de extensiones de K diseñadas para hacerla lidiar con nociones temporales, llamadas
por lo común "lógicas tensas".

Una extensión natural de K se obtiene agregando constantes que son paralelas


a □ y ◊, pero que miran "hacia el pasado" en lugar de "hacia el futuro". Así, suele
representarse a □ y ◊ como □F y ◊F, y a estas nociones nuevas como □P y ◊P.
Intuitivamente, □PA y ◊PA significan "para todo tiempo antecesor a w, se da A", y
"para algún tiempo antecesor a w se da A". Formalmente, sus requisitos para la
función valuación son similares:

vW([P]A) =1 sii para todo w' tal que w'Rw vW'(A) = 1


vW(<P>A) = 1 sii para algún w' tal que w*Rw vW'(A) = 1

También suelen agregarse una serie de requisitos adicionales sobre R que


describen la estructura de la relación de sucesión temporal. Si xRy significa
intuitivamente que el instante de tiempo x es anterior al instante de tiempo y, es fácil
ver que deben agregarse como requisitos el que R sea antireflexiva (∀x ¬xRx, o
"ningún instante de tiempo es anterior a si mismo"), antisimetrica (∀x ∀y (xRy →
¬yRx), "si x es anterior a y, y no es anterior a x") y transitiva (∀x ∀y ∀z ((xRy ˄ yRz)
→ xRz), es decir, "si x es anterior a y, e y es anterior a z, entonces x es anterior a z").
Una representación gráfica de R podría verse, por ejemplo, así:

Estos tres requisitos evitan también los círculos temporales; por ejemplo, que
en el gráfico superior valga w3Rw1. Si valiera, entonces se violaría antisimetría, ya
que, por transitividad, todos los tiempos m anteriores a n son tales que vale mRn.

Otros requisitos que podrían agregarse (que no son tan obvios ya) son los
siguientes: ∀x∃y xRy y ∀x∃y¬∃z (xRz ˄ zRy). Estos dirían que todo momento de
tiempo tiene un momento sucesor (que no hay un "final de los tiempos"), y que el
tiempo es discreto y no denso (que todo momento tiene otro inmediatamente
sucesor), respectivamente.De la misma manera, pueden agregarse requisitos para
prohibir líneas temporales divergentes, etc.

Ha sido debatido si estas lógicas, que parecen tener requisitos metafísicos


concernientes a la naturaleza del tiempo, son o no realmente lógicas, dado que, suele
decirse, la lógica debe ser "neutral respecto del tópico"; es decir, la lógica no debe
hacer afirmaciones concernientes a la estructura de la realidad sino que debe ser
puramente formal para poder ser universal. Dejamos estas cuestiones a
consideración del lector.
5. Ejercicios

1. Dada la siguiente representación gráfica de una interpretación del sistema K,

w1 w2 w4
(p, q) (¬p,q) (p,q)

w3 w5
(¬p,¬q) (¬p,¬q)

Determine el valor para las siguientes instancias de la función v:


1) vw5(q)
2) vw2(□p)
3) vw2(◊p)
4) vw1(◊□¬q)
5) vw3(□□◊p)
6) vw4(◊(p˄q))
7) vw2(◊□(p˄◊q))
8) vw1(□(◊p˄◊¬q))
9) vw5(□□□□□p)
10) vw2(◊◊◊(¬p˄q))

2. Brinde un contramodelo en forma de gráfico a las siguientes inferencias o


principios inválidos en el sistema K:
1) ⊭ (p ͻ □p)
2) ⊭ (□p ͻ p)
3) ⊭ (□p ͻ ◊p)
4) p, □(p ͻ q) ⊭ q
5) ⊭ ◊□(p ˅ ¬p)
6) □□(p ˅ q), □◊¬q ⊭ □□p
7) ¬◊(p ͻ q), □□p ⊭ □□¬q
8) ⊭ □◊□◊□◊p
9) ¬□p ⊭ ¬◊¬¬p
10) p, □p, □□p, □□□p ⊭ □□□□p

3. Pruebe los siguientes metateoremas:


1) ¬□¬A y ◊A son semánticamente equivalentes en el sistema K
2) ¬◊A y □¬A son semánticamente equivalentes en el sistema K
3) Si vw(□A) = 1 para algún w en una interpretación de S5, entonces vw(□□A) = 1
4) Si vw(A) = 1 para algún w en una interpretación de S5, entonces vw(◊A) = 1

4. Pruebe por medio del método de tableaux las siguientes inferencias y principios
1) ⊢K (◊A ≡ ¬□¬A) (contrapartida sintáctica del ejercicio 3.1)
2) ⊢K (□A ≡ ¬◊¬A)
3) (□A ˄ □B) ⊢K □(A ˄ B)
4) □(A ͻ B) ⊢K (◊A ͻ ◊B)
5) ⊢K □A ≡ □(¬A ͻ A)
6) ⊢T (□A ͻ A) (recuérdese que para el sistema T puede usarse la regla de simetría)
7) □(A ͻ B), □(B ͻ C) ⊢T (A ͻ C)
8) ⊢T ((◊¬A ˅ ◊¬B) ˅ ◊(A ˅ B))
9) (A ͻ (B ˄ C)) ⊢T ((□A ͻ ◊B) ˄ (□A ͻ ◊C))
10) ◊A ⊢S5 ◊◊A (recuérdese el modo como cambian los tableaux de S5)
11) ◊A ⊢S5 □◊A
12) ⊢S5 (□(□A ͻ □B) ˅ □(□B ͻ □A))
13) ⊢S5 (□(◊A ͻ B) ≡ □(A ͻ □B))

(*) 5. De alguna explicación del hecho de que “R10 requiere que en la rama ya
ocurran ambas □A,n y nRm antes de poder ser aplicada. En cambio R12 sólo
requiere la ocurrencia de ◊A,n tras lo cual puede ser aplicada a un m arbitrario (m no
debe aparecer antes en la rama)”. ¿Cómo puede entenderse esto intuitivamente?
Pista: véase la formulación de las reglas para la función v concernientes a los
operadores modales.
Soluciones

1. 1) vw5(q) = 0
2) vw2(□p) = 0
3) vw2(◊p) = 1
4) vw1(◊□¬q) = 0
5) vw3(□□◊p) = 1
6) vw4(◊(p˄q)) = 0
7) vw2(◊□(p˄◊q)) = 1
8) vw1(□(◊p˄◊¬q)) = 0
9) vw5(□□□□□p) = 1 es falso
10) vw2(◊◊◊(¬p˄q)) = 1

2. 1) w1 w2 ya que vw1(p) = 1, vw1(□p) = 0


p ¬p

2) w1 w2 ya que vw1(□p) = 1, vw1(p) = 0


¬p p

3) w1 ya que vw1(□p) =1, vw1(◊p) = 0


p

4) w1 w2 ya que vw1(p) = 1, vw1(□(p ͻ q)) = 1, vw1(q) = 0


p, ¬q p, q

5) w1 ya que w1 no accede a ningún mundo y por tanto vw1(◊A) = 0


p

6) w1 w2 w3 Obsérvese w1.
¬p, q p, ¬q

7) w1 w2 w3 Obsérvese w1
p, ¬q p, q

8) w1
¬p
9) w1 w2 Obsérvese w1
¬p

w3
p

10) w1 w2 w3 w4 w5
p p p p ¬p

Obsérvese w1

3. 1) ¬□¬A y ◊A son lógicamente equivalentes en el sistema K


vw(¬□¬A) = 1 sii (por v¬) vw(□¬A) = 0 sii (por v□) existe un w' tal que wRw'
y vw'(¬A) = 0 sii (por v¬) existe un w' tal que wRw' y vw'(A) = 1 sii (por v◊) vw(◊A) = 1

2) ¬◊A y □¬A son lógicamente equivalentes en el sistema K


vw(¬◊A) = 1 sii (por v¬) vw(◊A) = 0 sii (por v◊)
O bien no existe un w' tal que wRw', en cuyo caso (por v□) vw(□B) = 1 para todo B,
y por lo tanto vw(□¬A) = 1
O bien existe al menos un w' tal que wRw', y para todo w' tal que wRw', vw'(A) = 0;
lo cual ocurre sii (por v¬) existe al menos un w' tal que wRw', y para todo w' tal que
wRw', vw'(¬A) = 1, y por lo tanto vw(□¬A) = 1

Del mismo modo, vw(□¬A) = 1 sii (por v□)


O bien no existe un w' tal que wRw', en cuyo caso (por v◊) vw(◊B) = 0 para todo,
con lo cual (por v¬) vw(¬◊B) = 1 para todo B, con lo cual vw(¬◊A) = 1
O bien existe al menos un w' tal que wRw', y para todo w' tal que wRw', v w'(¬A) = 1,
lo cual se da sii (por v¬), existe al menos un w' tal que wRw', y para todo w' tal que
wRw', vw'(A) = 0, entonces (por v◊), vw(◊A) = 0, lo cual es verdadero sii (por v¬)
vw(¬◊A) = 1.

3) Si vw(□A) = 1 para algún w en una interpretación de S5, entonces vw(□□A) = 1


Si vw(□A) = 1 entonces (por v□) todo mundo w' al que w accede es tal que vw'(A) =
1. Dado que en S5 todo mundo w ∈ W accede a todo otro mundo w ∈ W, esto
implica que para todo mundo w, vw(A) = 1.
Tómese un mundo w* arbitrario. Por la clausula de v para □ y el hecho de que w*
accede a todo mundo (incluido si mismo), lo anterior implica que vw*(□A) = 1. Y
dado que w* es un mundo arbitrario, esto significa que □A será verdadero en todo
mundo w ∈ W (i.e. que para todo w ∈ W, vw(□A) = 1). Operando del mismo modo,
se obtiene que □□A será verdadero en todo mundo.

4) Si vw(A) = 1 para algún w en una interpretación de S5, entonces vw(◊A) = 1


Supóngase que vw(A) = 1. Dado que en S5 todo mundo accede a todo mundo, wRw.
Por lo tanto, existe un w' al que accede w tal que vw'(A) = 1 (w' siendo w mismo).
Por lo tanto, por v◊, vw(◊A) = 1.

4. 1) ⊢K (◊A ≡ ¬□¬A)
¬(◊A ≡ ¬□¬A), 1

◊A, 1 ¬◊A, 1
¬¬□¬A, 1 ¬□¬A, 1
□¬A, 1 □¬A, 1
1R2 ◊¬¬A, 1
A, 2 1R2
¬A, 2 ¬¬A, 2
X A, 2
¬A, 2
X

2) ⊢K (□A ≡ ¬◊¬A)
¬(□A ≡ ¬◊¬A), 1

□A, 1 ¬□A,1
¬¬◊¬A, 1 ¬◊¬A,1
◊¬A, 1 ◊¬A,1
1R2 □¬¬A,1
¬A, 2 1R2
A, 2 ¬A, 2
X ¬¬A,2
A, 2
X

3) (□A ˄ □B) ⊢K □(A ˄ B)


(□A ˄ □B), 1
¬□(A ˄ B), 1
□A, 1
□B, 1
◊¬(A ˄ B), 1
1R2
¬(A ˄ B), 2

¬A, 2 ¬B, 2
A, 2 B, 2
X X

4) □(A ͻ B) ⊢K (◊A ͻ ◊B)


□(A ͻ B), 1
¬(◊A ͻ ◊B), 1
◊A, 1
¬◊B, 1
□¬B, 1
1R2
A, 2
¬B, 2
(A ͻ B), 2

¬A, 2 B, 2
X X

5) ⊢K □A ≡ □(¬A ͻ A)
¬(□A ≡ □(¬A ͻ A)), 1

□A, 1 ¬□A, 1
¬□(¬A ͻ A), 1 □(¬A ͻ A), 1
◊¬(¬A ͻ A), 1 ◊¬A, 1
1R2 1R2
¬(¬A ͻ A), 2 ¬A, 2
A, 2 (¬A ͻ A), 2
¬¬A, 2
¬A, 2 ¬¬A,2 A, 2
X A, 2 X
X
6) ⊢T (□A ͻ A)
¬(□A ͻ A), 1
□A, 1
¬A, 1
1R1
A, 1
X

7) □(A ͻ B), □(B ͻ C) ⊢T (A ͻ C)


□(A ͻ B), 1
□(B ͻ C), 1
¬(A ͻ C), 1
A, 1
¬C, 1
1R1
(A ͻ B), 1
(B ͻ C), 1

¬A, 1 B, 1
X
¬B, 1 C, 1
X X

8) ⊢T ((◊¬A ˅ ◊¬B) ˅ ◊(A ˅ B))


¬((◊¬A ˅ ◊¬B) ˅ ◊(A ˅ B)), 1
¬(◊¬A ˅ ◊¬B), 1
¬◊(A ˅ B), 1
□¬(A ˅ B), 1
¬◊¬A, 1
¬◊¬B, 1
□¬¬A, 1
□¬¬B, 1
1R1
¬(A ˅ B), 1
¬A, 1
¬B, 1
¬¬A, 1
¬¬B, 1
A, 1
B, 1
X

9) (A ͻ (B ˄ C)) ⊢T ((□A ͻ ◊B) ˄ (□A ͻ ◊C))


(A ͻ (B ˄ C)), 1
¬((□A ͻ ◊B) ˄ (□A ͻ ◊C)), 1

¬A, 1 (B ˄ C)), 1
B, 1
¬(□A ͻ ◊B), 1 ¬(□A ͻ ◊C), 1 C, 1
□A, 1 □A, 1
¬◊B, 1 ¬◊C, 1 ¬(□A ͻ ◊B), 1 ¬(□A ͻ ◊C), 1
□¬B, 1 □¬C, 1 □A, 1 □A, 1
1R1 1R1 ¬◊B, 1 ¬◊C, 1
A, 1 A, 1 □¬B, 1 □¬C, 1
X X 1R1 1R1
¬B, 1 ¬C, 1
X X

10) ◊A ⊢S5 ◊◊A


◊A, 1
¬◊◊A, 1
□¬◊A, 1
¬◊A, 1
□¬A, 1
A, 2
¬A, 2
X

11) ◊A ⊢S5 □◊A


◊A, 1
¬□◊A, 1
◊¬◊A, 1
A, 2
¬◊A, 3
□¬A, 3
¬A, 2
X
12) ⊢S5 (□(□A ͻ □B) ˅ □(□B ͻ □A))
¬(□(□A ͻ □B) ˅ □(□B ͻ □A)), 1
¬□(□A ͻ □B), 1
¬□(□B ͻ □A), 1
◊¬(□A ͻ □B), 1
◊¬(□B ͻ □A), 1
¬(□A ͻ □B), 2
□A, 2
¬□B, 2
¬(□B ͻ □A), 3
□B, 3
¬□A, 3
◊¬A, 3
¬A, 4
A, 4
X

13) ⊢S5 (□(◊A ͻ B) ≡ □(A ͻ □B))


¬(□(◊A ͻ B) ≡ □(A ͻ □B)), 1

□(◊A ͻ B), 1 ¬□(◊A ͻ B), 1


¬□(A ͻ □B), 1 □(A ͻ □B), 1
◊¬(A ͻ □B), 1 ◊¬(◊A ͻ B), 1
¬(A ͻ □B), 2 ¬(◊A ͻ B), 2
A, 2 ◊A, 2
¬□B, 2 ¬B, 2
◊¬B, 2 A, 3
¬B, 3 (A ͻ □B), 3
(◊A ͻ B), 3
¬A, 3 □B, 3
¬◊A, 3 B, 3 X B, 2
□¬A, 3 X X
¬A, 2
X
5. El hecho de que R12 pueda ser aplicada a un m arbitrario se debe a que si ◊A es
verdadera en un mundo n, eso nos garantiza que existe otro mundo m al cual n
accede en el que A es verdadera (dado que si n no accediese a ningún mundo, como
se mostró en la sección 2.1, v(◊A) = 0 para todo A). En cambio, □A puede ser
verdadera en n si n no accede a ningún mundo, por lo cual, la verdad de □A en un
mundo n no nos garantiza que exista otro mundo al cual n acceda y en el cual A sea
verdadera. En cambio, solo nos garantiza que si n accede a otro mundo m, entonces
A será verdadero en m. Esto queda reflejado en el hecho de que nRm sea necesario
para aplicar la regla y concluir A, m.
CAPÍTULO 2: LÓGICAS MODALES NO NORMALES

1. Introducción

Estas lógicas modales van a agregar a las anteriores un tipo de mundos


posibles distintos a los del capítulo 1. A estos se los suele denominar “mundos no
normales” o "mundos imposibles", ya que son mundos en los que la función
valuación se comporta de maneras “extrañas”. Por ejemplo, en una de las lógicas
que veremos en este capítulo (el sistema N), en los mundos no normales “nada es
necesario” y “todo es posible”. Es decir, las cláusulas de la función v para los
operadores modales se comportarán de diferente manera cuando se valúan fórmulas
en mundos no normales que en mundos normales.

Hay básicamente dos motivos por los que esto nos será útil. Primero, por
motivos pedagógicos, ya que el método de mundos no normales nos volverá a ser
útil más adelante en el capítulo sobre lógicas relevantes (presente en la parte 3 de
este escrito). Allí veremos otros tipos de mundos no normales en los que, por
ejemplo, el condicional se comportará de manera diferente. Segundo, hay motivos
intrínsecos para aprender estas lógicas, ya que podrían tener algunas aplicaciones
prácticas interesantes, como ser para la elucidación de la noción de "contenido
proposicional" (y por tanto de actitudes intencionales), para hablar acerca de obras
de ficción que tienen lugar en situaciones "imposibles", etc. Por motivos de espacio,
dejaremos de lado este tipo de motivaciones. Comenzaremos, como siempre, con
una presentación del aparato técnico para volver luego sobre otras cuestiones
filosóficas hacia el final del capítulo.

2. El sistema N

2.1 Semántica
Una N-interpretación consiste en un cuádruplo ordenado <W, N, R, v>. Al
igual que en los sistemas normales, R y v representan a la relación de accesibilidad y
la función de valuación. W representa aquí al conjunto de todos los mundos
posibles, sean normales o no normales, mientras que N representa al conjunto de los
mundos normales, por lo que N ⊆ W. El conjunto de los mundos no normales queda
entonces determinado como W – N.

Las condiciones de la función v para las conectivas son las mismas que antes
para todos los mundos, y las de los operadores modales son las mismas para los
mundos normales. En cambio, si w es un mundo no normal, entonces:
VW(□A) = 0 (“nada es necesario”)
VW(◊A) = 1 (“todo es posible”)

Es decir, toda fórmula cuya constante principal es un operador de necesidad


es falsa en un mundo no normal, incluso fórmulas como □(A ˅ ¬A) o □◊A. Al
contrario, toda fórmula cuya constante principal es un operador de posibilidad es
verdadera, incluyendo a fórmulas como ◊(A ˄ ¬A) y ◊□A.

Nótese además que en los mundos no normales también valen las


equivalencias entre □¬A y ¬◊A, y entre ¬□A y ◊¬A (expresadas por las reglas de
tableaux R11 y R13 en el capítulo anterior), ya que para todo mundo no normal w:
VW(□¬A) = VW(¬◊A) = 0
VW(¬□A) = VW(◊¬A) = 1

Un ejemplo más concreto sería el siguiente: sea W= {w0, w1, w2} y N = {w0,
w1}, con relaciones de accesibilidad dadas por el siguiente gráfico:

w0 w1 w2
(p, q) (p, ¬q) (¬p, ¬q)

Entonces:
vW0(□¬q) = 1
vW0(□□¬q) = 1 ya que vW0(□□¬q) = 1 sii vW1(□¬q) =1 sii vW2(¬q) = 1.
vW0(□□□¬q) = 0 ya que vW0(□□□¬q) = 1 sii vW1(□□¬q) =1 sii vW2(□¬q) = 1 –
pero w2 es no normal y por lo tanto vW2(□¬q) = 0.
vW0(□□◊¬q) = 1 y vW0(□□◊q) = 1

Otro punto importante es que, al contrario de lo que sucede en los mundos


normales, la evaluación de fórmulas en mundos no normales no requiere en ningún
caso “salir” de ese mundo (no depende en ningún caso de verdad de fórmulas en
mundos alternativos). Por lo cual, las relaciones de accesibilidad que tienen como
primer término a mundos no normales no tienen importancia. Si la tienen en cambio
las relaciones entre mundos normales y mundos no normales (aquellas que tienen a
un mundo normal como primer término y a un mundo no normal como segundo
término), como lo muestra el ejemplo anterior.

La noción de consecuencia semántica queda ahora definida como


preservación de verdad en toda interpretación y todo mundo normal:
- Г ⊨ A sii para todo <W, N, R, v> y todo w ∈ N, (si VW(Г) = 1 entonces VW(A) = 1)
- ⊨ A sii para todo <W, N, R, v> y todo w ∈ N, VW(A) = 1

Esto no quiere decir que las valuaciones en mundos no normales no sean


importantes para la validez. Si esto fuera cierto, no tendría sentido introducir estas
complejizaciones al aparato formal ya que el conjunto de las valideces (y de formas
de argumento válidas) de N sería el mismo que el de K. El motivo por el que sí
importan se debe, nuevamente, a que los mundos normales pueden acceder a
mundos no normales, y por lo tanto, estos últimos entran en consideración al
examinar la verdad de fórmulas con operadores modales en mundos normales.

Puede verse al sistema K como una extensión del sistema N, ya que puede
obtenerse K poniendo una restricción adicional a las interpretaciones de N: que W =
N, es decir, que todos los mundos sean normales (recuérdese que restringir el
conjunto de las interpretaciones era una manera de obtener una extensión de un
sistema). Por lo tanto, al igual que antes, el sistema N es más débil que el sistema K
(prueba menos). Por ejemplo, ⊨K □□(A ˅ ¬A), mientras que ⊭N □□(A ˅ ¬A), aunque
sí vale ⊨N □(A ˅ ¬A).

Por último, pueden obtenerse otras extensiones de N (distintas de K)


imponiendo restricciones a la relación de accesibilidad de la misma manera que
como lo hicimos en el capítulo anterior sobre K (pidiendo que sea reflexiva y/o
simétrica y/o transitiva, etc.). No nos ocuparemos aquí de estas lógicas.

2.2 Tableaux y consecuencia sintáctica


Los tableaux para N son casi idénticos a los de K. Las reglas para las
conectivas se mantienen idénticas. Las reglas R10, R11 y R13 para los operadores
modales también lo hacen. Como vimos, las equivalencias expresadas por R11 y
R13 valen. En cambio, puesto que toda fórmula de la forma ◊A es verdadera en
mundos no normales, la regla R12 no puede aplicarse de manera irrestricta como
antes: la ocurrencia de ◊A, n en una rama del tableaux no nos garantiza que exista
otro mundo m en el que A sea verdadera, dado que n podría ser no normal. Por lo
tanto, hay que introducir algún tipo de restricción a la regla R12 para asegurarse de
que n sea un mundo normal antes de aplicarla.
La regla R10 tampoco podría aplicarse a mundos no normales, sin embargo
puede mantenerse idéntica. Esto se debe a que si una fórmula de la forma □A ocurre
en un mundo entonces ese mundo tiene que ser normal, ya que en mundos no
normales toda fórmula de la forma □A es falsa (y por lo tanto □A, n no podría ser un
nodo en el tableaux si n fuese no normal).
¿Cómo asegurarse entonces que un mundo es normal antes de poder aplicar
R12? Hay dos requisitos extra que se deben exigir para poder aplicar R12:

- En primer lugar, como fue notado en la introducción, el procedimiento de


tableaux opera por absurdo, o sea, asumiendo la existencia de un contramodelo. Un
contramodelo para Г ⊨ A en N debe consistir en un mundo normal en el que vW(Г) =
1 y vW(A) = 0, ya que la noción de consecuencia semántica está definida como
preservación de verdad en todo mundo normal. De modo que se asume que el
mundo 0, o aquel en el que se elija situar a la lista inicial (las premisas y la
conclusión negada) es un mundo normal. Por lo tanto, la regla R12 es aplicable al
mundo 0.
- En segundo lugar, si □B, n ocurre en una rama del tableaux, decimos que el
mundo n está □-habitado en esa rama. Si n está □-habitado entonces debe ser normal
–nuevamente, ya que en mundos no normales toda fórmula de la forma □B es falsa–.
De modo que R12 es aplicable a mundos □-habitados en esa rama.

R12 no es aplicable en ningún otro caso, ya que no hay garantías de que los
mundos en cuestión sean normales. Ejemplo: ⊭N □□(A ˅ ¬A)

¬□□ (A ˅ ¬A), 0
◊¬□ (A ˅ ¬A), 0
0R1
¬□ (A ˅ ¬A), 1
◊¬(A ˅ ¬A), 1

La regla R12 es aplicada la primera vez ya que nos encontramos en el mundo


0. Sin embargo, la segunda vez no puede ser aplicada ya que el mundo 1 no está □-
habitado en esa rama.

3. El sistema L
Así como N es una sublógica de K, L es una sublógica de N (o lo que es lo
mismo, N es una extensión de L).

Interpretaciones Teoremas
L K
N K N
L
En los mundos no normales de L la función valuación también se comporta
de manera diferente a los normales. Pero en este caso, a □A y a ◊A se les asignan
valores arbitrarios. Esto es, L no impone ningún requisito a la función valuación
para los operadores modales en mundos no normales. Puede verse que N se obtiene
a partir de L agregando los requisitos para v en mundos no normales, limitando así
las interpretaciones (el mismo procedimiento que estuvimos utilizando hasta aquí
para obtener extensiones).
Esto implica, a modo de ejemplo, que toda interpretación de L en la cual
W ≠ N (en la que hay al menos un mundo no normal) tiene una interpretación
“paralela” en la cual las valuaciones de las fórmulas modales en los mundos no
normales son exactamente las opuestas a la original.
Las reglas de tableaux son las mismas que para N, pero en este caso las reglas
para los operadores modales sólo pueden usarse en el mundo 0 (todas ellas, de R10
en adelante). El siguiente ejemplo ilustra por la vía sintáctica que N es una extensión
de L:

□◊B ⊢N □◊(A ˅ ¬A) □◊B ⊬L □◊ (A ˅ ¬A)


□◊B, 0 □◊B, 0
¬□◊(A ˅ ¬A), 0 ¬□◊(A ˅ ¬A), 0
◊¬◊(A ˅ ¬A), 0 ◊¬◊(A ˅ ¬A), 0
0R1 0R1 (2)
¬◊(A ˅ ¬A), 1 ¬◊(A ˅ ¬A), 1 (2)
□¬(A ˅ ¬A), 1 ◊B, 1 (3)
◊B, 1
1R2 (1)
B, 2 (1)
¬(A ˅ ¬A), 2
¬A, 2
¬¬A, 2
X

En el tableaux de la izquierda, en el punto marcado con (1), la regla R12 para


el nodo ◊B, 1 es aplicable ya que el mundo 1 está □-habitado en esa rama. En el de
la derecha, en los puntos (2) y (3), R12 y R10 se aplican a ◊¬◊(A ˅ ¬A), 0 y □◊B, 0
ya que ambas están en el mundo 0. Sin embargo, no pueden aplicarse más reglas
cuando se está en el mundo 1, y por tanto el tableaux queda abierto en ese paso
(teóricamente se podría seguir aplicando R12 y R10 a la primera y tercera fórmula
indefinidamente, pero puede verse fácilmente que esto no llevaría a ningún lado).
4. Discusión filosófica

4.1 ¿Qué es un mundo imposible?


Hemos estudiado, desde una perspectiva técnica, cómo pueden introducirse
distintos tipos mundos "no normales" o "imposibles" en un sistema de lógica. Sin
embargo, aun subsiste la pregunta filosófica por lo que estos sistemas (y los mundos
no normales en ellos) tienen en común entre sí para ser llamados "imposibles". Es
decir, queda pendiente la pregunta por una definición o elucidación de la noción de
"mundo imposible".
Si se hiciese una encuesta entre los lógicos respecto de la pregunta de qué es
un mundo imposible, una respuesta que se obtendría de manera frecuente sería
probablemente:

(1) Un mundo lógicamente imposible es uno donde valen A y ¬A a la vez


para alguna fórmula A; es decir, uno donde vale una contradicción.

Ahora bien, ¿qué motivo hay para pensar que las contradicciones son
imposibles? Como veremos en capítulos posteriores hay lógicas que permiten la
ocurrencia de contradicciones sin trivialidad. El motivo tras esta respuesta parece
tener que ver con que ninguna contradicción puede ser verdadera en la lógica
clásica. Pero si es que esta es la motivación que está por detrás de esa primera
definición, entonces puede extenderse a esta de manera obvia, como sigue

(2) Un mundo lógicamente imposible es uno que no hace verdadero a algún


teorema clásico.

Sin embargo, esta definición seguramente no sería aceptada por todos los
lógicos. En particular, muchos se quejarían de que presupone algún tipo de monismo
lógico en favor del clásico -es decir, que la lógica clásica es la única lógica
"verdadera" o legitima- (véase el capítulo 3 para una introducción a la problemática
del monismo y el pluralismo). De este modo, parece ser que todos aceptarían la
definición de "mundo imposible" como "mundo en el que no valen las leyes de la
lógica", pero rechazarían que "la lógica" tenga que referirse necesariamente a la
lógica clásica.
Arribamos así a una definición aun más general de imposibilidad lógica que
no se compromete con la "verdad" de ningún sistema lógico en particular (siendo en
cambio sólo relativa a uno):

(3) Un mundo es L-imposible sii no valida algún teorema de la lógica L.


Con esta definición en mente, podemos preguntarnos ahora en qué sentido o
respecto de qué lógicas son imposibles los mundos descriptos en las secciones 2 y 3
del presente capítulo. Es claro que estos mundos no son imposibles desde el punto
de vista de la lógica clásica, ya que las cláusulas para las conectivas se mantienen
idénticas en ellos. Así, los mundos imposibles de N y L validan todas las tautologías
clásicas, solamente se comportan de maneras "extrañas" en lo que respecta a la
valuación de fórmulas modales. En consecuencia, en ambos casos los mundos serían
imposibles respecto de la lógica modal K.

Una pregunta un poco más desconcertante es si los mundos imposibles de N


y L son imposibles respecto de sus propias lógicas. Por ejemplo, si los mundos
imposibles de N son tales que no validan alguna de las reglas o teoremas del propio
sistema N. Y todo parece indicar que lo son. Por ejemplo, hemos visto que
⊨N □(A ˅ ¬A), sin embargo, hay modelos de N y mundos imposibles dentro de ellos
que hacen falsa a □(A ˅ ¬A) (de hecho todos los mundos imposibles de N harán falsa
a esa fórmula).

Quizás, teniendo esto en cuenta, pueda introducirse alguna precisión respecto


de la pregunta de qué quiere decir que una lógica tenga mundos imposibles. Bajo la
definición (3), todas las lógicas existentes contienen mundos imposibles, ya que
prácticamente todo mundo es imposible desde el punto de vista de alguna otra lógica
(por ejemplo, K contiene mundos que son imposibles para S5). La noción de
"mundo imposible" se convertiría así en una noción trivial.
Podemos en cambio decir que decirse que las verdaderas lógicas de mundos
imposibles, en un sentido más fuerte, son aquellas cuyas interpretaciones contienen
mundos que no validan a sus propias leyes. Es decir:

(4) Un mundo perteneciente a una interpretación de la lógica L es imposible


sii no valida algún teorema de L.

Otro punto importante relacionado con estas cuestiones es la falla en estos


sistemas de la llamada "regla de necesitación". Esta es la regla de inferencia que dice
que, para un sistema S:

⊨S A (lo cual no debe ser confundido con A )


⊨S □A □A

Nótese que todas las lógicas modales normales del capítulo 1 satisfacen esta
regla (de hecho, en presentaciones axiomáticas de la parte sintáctica, necesitación
suele aparecer como una regla primitiva). Además, en las lógicas modales normales,
esta regla implica que:
⊨S A
□A

Esto es, que todo teorema es necesario en cualquier mundo particular. Las
lógicas modales no normales no validan ninguna de estas dos cosas. Lo segundo es
fácil de ver, ya que, como se ha visto, de ⊨N (A ˅ ¬A) no puede concluirse que
□(A ˅ ¬A) es verdadera en un mundo cualquiera, ya que ese mundo puede ser no
normal. Lo primero (la falla de la regla de necesitación) no es tan sencillo de ver, ya
que ⊨S □A significa sólo que □A es verdadera en todo mundo normal. Sin embargo,
también hemos visto contraejemplos a esta regla, como ser, el hecho de que N valide
□(A ˅ ¬A) y no valide □□(A ˅ ¬A).

El fallo de reglas como estas puede ilustrar otro sentido en el que estas
lógicas son "extrañas" o se manejan con mundos "imposibles", ya que muestra que
algunos de sus teoremas no son declarados como necesarios por ellas mismas.
Quizás una respuesta posible a esta cuestión sea que el sentido de necesidad que
ellas elucidan no es el de necesidad lógica, con lo cual la falla de necesitación no
significaría que no declaran a sus teoremas como lógicamente necesarios (para la
cuestión de los sentidos de necesidad, véase el capítulo 1).
Ejercicios

1. Considere la siguiente interpretación

w1 w2 w3
p, ¬q ¬p, ¬q ¬p, q

w4 w5
¬p, ¬q p, q

y determine el valor de las siguientes valuaciones (a) en el sistema N, siendo


los mundos normales {w2, w3, w5}; (b) en el sistema N, siendo los mundos normales
{w1, w3, w5}; (c) en el sistema L, siendo los mundos normales {w3, w5}.

1) vW5(□¬p)
2) vW5(□□¬p)
3) vW5(□□□¬q)
4) vW5(□□□□¬q)
5) vW5(□□□◊¬q)
6) vW5(p ˄ ◊q ˄ □◊¬q ˄ ◊□□¬q)
7) vW1(□□¬q)

2. Verifique por medio de tableaux los siguientes hechos:


1) ⊢L □(p ͻ p)
2) ⊬N □□(p ͻ p)
3) □¬A ⊢L □¬(A ˄ B)
4) ⊢N □(□(A ͻ B) ͻ □(¬B ͻ ¬A))
5) ⊢N □((□(A ͻ B) ˄ □(B ͻ C)) ͻ □(A ͻ C))

(*) 3. ¿Por qué en el sistema L las reglas de tableaux para los operadores
modales solo pueden ser usadas en el mundo 0?

(*) 4. 1) Demuestre el siguiente metateorema: Si A es un una verdad lógica de


la lógica clásica (nótese ⊨CL A), entonces □A es un teorema de N (⊨N □A).
2) ¿Por qué no puede usarse la misma estrategia que ud usó probar el punto
1), para probar este otro metateorema: ⊨CL A ⇒ ⊨N □□A?
Soluciones

1. (a) Sistema N, mundos normales {w2, w3, w5}


1) vW5(□¬p) = 1
2) vW5(□□¬p) = 1
3) vW5(□□□¬q) = 1
4) vW5(□□□□¬q) = 0
5) vW5(□□□◊¬q) = 1
6) vW5(p ˄ ◊q ˄ □◊¬q ˄ ◊□□¬q) = 1
7) vW1(□□¬q) = 0

(b) Sistema N, mundos normales {w1, w3, w5}


1) vW5(□¬p) = 1
2) vW5(□□¬p) = 1
3) vW5(□□□¬q) = 0
4) vW5(□□□□¬q) = 0
5) vW5(□□□◊¬q) = 0
6) vW5(p ˄ ◊q ˄ □◊¬q ˄ ◊□□¬q) = 0
7) vW1(□□¬q) = 0

(c) Sistema L, mundos normales {w3, w5}


1) vW5(□¬p) = 1
El resto de las valuaciones requeridas no pueden ser determinadas con la
información dada. Para cada una de ellas, según cómo valúe arbitrariamente la
función valuación a las fórmulas modales, habrá algunas interpretaciones en las que
serán verdaderas y otras en las que serán falsas.

2. 1) ⊢L □(p ͻ p)
¬□(p ͻ p), 0
◊¬(p ͻ p), 0
0R1
¬(p ͻ p), 1
p, 1
¬p, 1
X
2) ⊬N □□(p ͻ p)
¬□□(p ͻ p), 0
◊¬□(p ͻ p), 0
0R1
¬□(p ͻ p), 1
◊¬(p ͻ p), 1

y R12 no puede ser aplicada sobre este último nodo, ya que 1 no está en la lista
inicial y no está □-habitado.

3) □¬A ⊢L □¬(A ˄ B)
□¬A, 0
¬□¬(A ˄ B), 0
◊¬¬(A ˄ B), 0
0R1
¬¬(A ˄ B), 1
(A ˄ B), 1
A, 1
B, 1
¬A, 1
X

4) ⊢N □(□(A ͻ B) ͻ □(¬B ͻ ¬A))


¬□(□(A ͻ B) ͻ □(¬B ͻ ¬A)), 0
◊¬(□(A ͻ B) ͻ □(¬B ͻ ¬A)), 0
0R1
¬(□(A ͻ B) ͻ □(¬B ͻ ¬A)), 1
□(A ͻ B), 1
¬□(¬B ͻ ¬A), 1
◊¬(¬B ͻ ¬A), 1
1R2
¬(¬B ͻ ¬A), 2
¬B, 2
¬¬A, 2
A, 2
(A ͻ B), 2

¬A, 2 B, 2
X X
En el octavo y noveno nodos, la regla R12 fue aplicada correctamente sobre el
septimo nodo, ya que el mundo 1 estaba □-habitado en esa rama.

5) ⊢N □((□(A ͻ B) ˄ □(B ͻ C)) ͻ □(A ͻ C))


¬□((□(A ͻ B) ˄ □(B ͻ C)) ͻ □(A ͻ C)), 0
◊¬((□(A ͻ B) ˄ □(B ͻ C)) ͻ □(A ͻ C)), 0
0R1
¬((□(A ͻ B) ˄ □(B ͻ C)) ͻ □(A ͻ C)), 1
□(A ͻ B) ˄ □(B ͻ C), 1
¬□(A ͻ C), 1
□(A ͻ B), 1
□(B ͻ C), 1
◊¬(A ͻ C), 1
1R2
¬(A ͻ C), 2
(A ͻ B), 2
(B ͻ C), 2
A, 2
¬C, 2

¬A, 2 B, 2
X
¬B, 2 C, 2
X X

3. Del mismo modo que para el sistema N, dado que el procedimiento de


tableaux opera asumiendo la existencia de un contramodelo (por absurdo), al mundo
0 se lo asume normal, con lo cual todas las relgas para los operadores son aplicables
a él.
En cambio, el hecho de que una rama esté □-habitada no nos dice nada ahora,
dado que en mundos los mundos no normales de L, fórmulas de la forma □A pueden
tener el valor 1. Del mismo modo, las equivalencias entre □¬A y ¬◊A, y entre ¬□A y
◊¬A dejan de valer, ya que las fórmulas con operadores modales toman valores
arbitrarios -por ello no pueden aplicarse las reglas R11 y R13.

4. 1) Supóngase que ⊨CL A, entonces, dado que las cláusulas de la función


valuación para las conectivas son idénticas para mundos normales y no normales, y
que la verificación de una verdad de la lógica clásica (al no contener operadores
modales), no requiere "salir" nunca del mundo en el que se está evaluando, vm(A) = 1
para todo modelo M del sistema N y todo m ∈ M (**).
Supóngase ahora que ⊭N □A. Entonces, por la definición de consecuencia
lógica para N, esto implica que existe un modelo M y un mundo normal n ∈ M tal
que vn(□A) = 0.
Por las cláusulas para la función valuación del operador modal □ en mundos
normales, esto implica que existe un mundo s tal que nRs y vs(A) = 0. Pero esto entra
en contradicción con el hecho marcado por (**).
Por lo tanto, ⊨N □A

2) La misma estrategia no puede ser usada ya que ⊭N □□A implica que existe
un modelo M y un mundo normal n ∈ M tal que vn(□□A) = 0, lo cual implica a su vez
que existe un mundo s tal que nRs y vs(□A) = 0. El problema es que, puesto que no
sabemos si s es normal o no, no puede inferirse nada relevante de este hecho.
BIBLIOGRAFIA (POR CAPÍTULO)

Introducción

Capítulo 1

Capítulo 2

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