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Universidad Nacional Autónoma De México

Facultad De Ciencias Políticas Y Sociales

Participación Política y Movimientos Sociales

TEMA: Construyendo ciudadanía en las democracias contemporáneas

ACTIVIDAD: Migraciones globales y ciudadanía

ALUMNO
Uriel Hernández Bernardino

DOCENTE
Alexandra Aguilar Bellamy

GRUPO
G9222

29/Febrero/2024
Migraciones globales y ciudadanía

Introducción

La identidad social, nacional e individual es tanto una característica como un largo y


complejo proceso atemporal que ha dado forma a las estructuras que al día de hoy el
hombre conoce. Si lo vemos desde un punto de vista analítico, esta es una de las tantas
variables que ha ayudado a que tanto en la edad clásica como en esta propia edad
contemporánea y en lapsos de tiempo como el siglo corto se construya una
multiculturalidad global, una riqueza social que nos brinda una vista excepcional e
innegable de las tantas formas en que el intelecto del ser humano se expresa. Al día de hoy
y bajo un mundo globalizado, esta amplia variedad social se ha enfrentado a ciertas
problemáticas que se han hecho visibles bajo debates e investigaciones, los limites entre
fronteras.

El concepto y actividad de migración no es algo que surgiera hace poco o que se


atribuya a todos esos movimientos socio-políticos del siglo pasado, ¿fue más marcado en
estos periodos de tiempo?, sin duda fue un movimiento que causa más cambios e interés
dentro de estos marcos de referencia pero que, su historia es tan larga como el propio
concepto de extranjero que ya era usado dentro de las antiguas ciudades griegas. En
ciudades como Roma se ve reflejado el problema que a continuación se va a desarrollar; en
estas polis el peso de un extranjero era tal que incluso disfrutaba de los mismos derechos
que un ciudadano romano; este debate es el que ha trascendido hasta nuestros días
preguntándonos ¿los ciudadanos migrantes deben mantener los derechos de su país natal o
adoptar los de su nueva nacionalidad?

El nuevo concepto de ciudadanía

Todo integrante de una sociedad toma un lugar importante dentro del sistema
democrático del país en el que reside como ciudadano natural. Este papel de actor político
remarca tanto sus responsabilidades como sus derechos. En México con el simple hecho de

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haber nacido en el país y registrado como ciudadano, de forma inmediata se obtienen estas
garantías individuales, las cuales, a pesar de estar fuera de los límites territoriales de este,
siguen protegiendo la integridad de un ciudadano mexicano. Este ejemplo hace referencia
al fenómeno migratorio entre México y Estados Unidos, sin embargo, en los últimos años
dentro del propio país se han vivido ambas perspectivas del fenómeno migrante a raíz de
las caravanas de personas provenientes de Centro y Sudamérica. Bajo este contexto,
México ha tenido que ser un país que protege tanto los derechos de sus ciudadanos en el
extranjero como los de aquellos extranjeros dentro del país, respetando institucionalmente
tanto como pueda aquellas barreras o limitaciones que las relaciones políticas globales le
permitan.

Es importante resaltar esta condición social a la cual se enfrenta un migrante y que


no se le ha dado la importancia o el enfoque de estudio que se merece. Naturalmente, este
sigue siendo un ciudadano que genera interacciones tanto políticas como culturales y
sociales en cualquiera de las dos naciones a las que pertenece, este comportamiento que
nace de las relaciones políticas entre dos naciones que protegen los mismos individuos
podemos describirlo como una ciudadanía transnacional, la cual puede distinguirse bajo
los siguientes factores:

a) El proceso debe envolver a una proporción importante de personas de un


universo relevante.
b) Las actividades no deben ser eventuales o esporádicas, deben poseer cierta
estabilidad y resistencia a través del tiempo.
c) El contenido de esas actividades no debe ser acogido por algún otro concepto
preexistente, haciendo que el transnacionalismo resulte redundante. (Herrera,
2009: Parra, 2003)

Esta ciudadanía migrante (Herrera, 2009: Ibarra, 2007) se crea y se mueve entre
lazos no solo culturales, también económicos y políticos por lo que dependen de una
relación bilateral solida entre ambas naciones. Los alcances de esta modalidad de
ciudadanía han impulsado un cambio en la propia visión política de los países que les
brindan asilo, creando por ellos mismos una gran cantidad de reformas que les permiten
proteger sus libertades y derechos. Si bien, entre mayor sea el fenómeno migrante mayor

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será el impacto que tendrá en una estructura social interna que lo acoge, no podemos hacer
de lado el hecho que estos tienen la propia capacidad de independencia para no generar
ningún tipo de conflicto, además de generar nuevas interacciones entre lo que puede ser
visto de una manera más sencilla y técnica como un ecosistema nuevo.

Migración, efectos y mecanismos

Tras los conflictos característicos del siglo anterior, el mundo entro en lo que sería
una época caracterizada por la rigurosa limitación tanto física como institucional y ante
todo soberana de las entidades estatales, modelo visto como un sistema de clausura e
independencia global. Como principal organismo que regula el comportamiento de los
diferentes Estados con respecto a la situación migrante se destacan los tratados o pactos que
se tengan entre ellos, cuidados y regulados por las instituciones correspondientes de cada
nación, fuera de ellos, la situación no dicta más que una responsabilidad humanitaria entre
el Estado y los migrantes, lo cual desencadena diversos enfoques hacia este hecho de gran
escala en nuestro tiempo. Claro esta que organizaciones de nivel global han tratado de ser
un ente que regula la situación, sin embargo, su crecimiento y el actuar político
individualista de cada Estado limita su participación, es por ello quizá que una ciudadanía
migrante por lo regular se encuentra en un ambiente de abandono y constantes limitaciones
tanto políticas como legales.

La visión es clara, esta situación de rezago social a la cual se enfrenta la población


inmigrante en cualquiera que sea el caso ha limitado lo que podría ser un efecto de
multiculturalidad y mezcla pleno y eficiente, privando de garantías a personas que por
cualquier situación tuvieron que abandonar su país de origen. Hablamos no solo de una ya
remarcada discriminación social que al día de hoy ya no puede mantenerse por debajo del
agua, es también un rezago en la participación política hacia este sector de la sociedad.

Conclusión

Actualmente somos víctimas de lo que es un constante discurso político anti


migrantes no solo en la ya mencionada relación Estados Unidos-México, si no a nivel

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mundial. Debemos considerar que la población migrante es y será un actor político
importante en las decisiones de ambos Estados, no se trata de limitar su participación ni de
socavar el peso que tienen dentro de los ámbitos de desarrollo dentro del país que lo
acogen. Falta crear aún más herramientas que sirvan como insumos para un diálogo
democrático maduro, que no esconda la situación en la que muchos ciudadanos viven, no se
trata solo de hacer público el número de migrantes que una nación recibe a fin de mantener
una buena imagen internacional, es cuestión de generar espacios tangibles que brinden
oportunidades a este sector de la población, instituciones que se apeguen a la situación
actual de globalización.

Fuentes

Peña Echeverria, J. (2012). “Migraciones y apertura cosmopolita de la


ciudadanía”. En Universidad de Valladolid, Vol. 188, Núm. 755. Pp. 530-542.

Herrera Tapia, F. (2009). “Ciudadanía y derechos políticos de los migrantes:


diálogo en la democracia”. En Migración democracia y desarrollo: La experiencia
mexiquense. Pp.37-52.

Análisis Cuantitativo
De Ortúzar, M. (2021). “Ciudadanía y derechos humanos de migrantes
latinoamericanos en el contexto de emergencia sanitaria por COVID 19 en Argentina. En
Argentina. En Política, Globalidad y Ciudadanía, vol. 7, núm. 13, pp. 287-313

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