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Novedades Educativas. Año 13, Nº 128.

Problemas de aprendizaje/ Problemas de enseñanza:


la necesidad de recontextualizar “el problema”.

Daniel Valdez

¿A qué se llama “problema de aprendizaje” en el contexto escolar?


¿Cuántas veces los llamados problemas de aprendizaje encubren otro tipo de
problemáticas relativas a contextos sociales desfavorables, pobreza, imposibilidad
de acceso a bienes materiales o simbólicos de la cultura?
¿Por qué difícilmente se hable de “problemas de enseñanza”?
¿Por qué se hace referencia con mayor frecuencia al “alumno-problema” que a los
problemas del alumno?
¿Cómo se explica que lo que para algunos alumnos en algunas instituciones
constituya un problema, no lo sea en otras? ¿Deja de ser el alumno “portador del
problema” según de qué escuela se trate?
Los interrogantes siguen multiplicándose a la hora de situarnos ante la temática.
Afirma Stephen Gould (1984): “Los taxonomistas suelen confundir la invención de
un nombre con la solución de un problema”. En nuestras prácticas percibimos con
inusitada frecuencia la proliferación de “etiquetas” y “clasificaciones” diversas. La
etiqueta de “déficit atencional” o la de “hiperactividad” , por ejemplo, que pretenden
presentarse como omniexplicativas. Una vez hallado el rótulo comienza un circuito
azaroso de derivaciones. Pero para el trabajo de los docentes y los alumnos, la
etiqueta no ha solucionado ningún problema y más aún, en ciertos casos obtura la
búsqueda de soluciones y alternativas posibles de encuentros interpersonales que
favorezcan el complejo proceso de enseñanza y aprendizaje.
En cualquier caso y como señalamos en otro lugar (Valdez, 2001) se hace
necesario recontextualizar la temática de “los problemas de aprendizaje” a la luz
de –entre otros- los siguientes aspectos:
a) Superar la hegemonía del modelo médico/ psicopatológico para plantear una
descripción y explicación del problema contextualizado en la comunidad educativa:
la evaluación es una práctica social y la excelencia escolar, al decir de Perrenoud
(1990) aunque se defina en abstracto como la apropiación del currículo formal
supone, en la práctica, el ejercicio calificado del oficio de alumno. Ser buen
alumno significa actuar en el contexto escolar conforme a las expectativas de la
institución –en el seno de la cual los juicios de excelencia se fabrican-. Las
desviaciones de las normas socioculturalmente construidas son sancionadas de
diversos modos y en diferente grado (configurando criterios para la continuidad del
alumno en el sistema o su exclusión del sistema escolar común).
b) Cambiar la mirada centrada en el individuo para focalizarla sobre sistemas
sociales: profundizando lo planteado en el punto anterior, es posible afirmar que
los llamados “problemas de aprendizaje” o “problemas de conducta” no pueden
ser descriptos, analizados y comprendidos fuera del dispositivo en que se
generan. No se trata de “un sujeto que no aprende” sino de un sujeto educativo
que en un aula junto a otros compañeros de clase y su maestra/o se apropia –con
mayor o menor nivel de dificultad- de determinados contenidos curriculares, en las
condiciones específicas de trabajo que la escuela impone. Cabe destacar que no
debe ser omitido el análisis de los sistemas y subsitemas (funcionamiento en el
aula, relación con pares, relación con el docente, funcionamiento en pequeños
grupos y en el grupo aúlico, en recreos, etc.) tanto escolares como de la
comunidad educativa toda (incluyendo relaciones familia-escuela) si se pretende
un abordaje integral, superador del enfoque individual(ista), correctivo y
asistencialista.
c) Construir equipos de trabajo interdisciplinarios: Cada uno de los actores de la
comunidad educativa ha de comprometerse en la propia definición del problema,
su análisis, su comprensión y las posibles alternativas a seguir en el contexto de
una institución escolar no expulsiva. La consideración del sistemas de relaciones
instituidas, de la propia dinámica de la actividad cognitiva intrasubjetiva y sus
avatares y de las relaciones entre ambas no puede ser soslayada al momento de
estudiar los fenómenos educativos. Los “problemas de aprendizaje” se
resignificarán en este contexto, abandonando un destino solipsista y
estigmatizador, en aras de un marco de comprensión (que no de mero control) de
los mismos. En el paisaje de nuestras escuelas todos , en tanto sujetos
educativos, tenemos necesidades educativas específicas. Un abordaje
psicoeducativo interdisciplinario supone la optimización de los recursos humanos y
materiales a los fines de estar atentos a la vasta diversidad de necesidades
educativas que se manifiestan día a día en nuestro quehacer como docentes,
directivos, psicopedagogos, psicólogos y demás actores que constituyan la
comunidad escolar.

GOULD, Stephen (1984) La falsa medida del hombre. Barcelona: Antoni Bosch.

PERRENOUD, Philippe (1996) La construcción del éxito y del fracaso escolar. Madrid: Morata.

VALDEZ, Daniel (2001) El psicólogo educacional: estrategias de intervención en contextos


escolares. En ELICHIRY (comp.) ¿Dónde y cómo se aprende? Temas de Psicología
Educacional. Buenos Aires: Eudeba.

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