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SANSON Y SUS MALAS DECISIONES

JUECES 14:1-9

La mayoría de nosotros quizás ha escuchado, ese canto infantil que a muchos niños
les fascina y dice así: Fuerte como Sansón, valiente como David, Sabio como
salomón, la humildad de Oseas, el amor de Juan, y la fe y la virtud de Moisés. Suena
bien no?, una melodía que resalta todas las virtudes principales de estos
personajes, pero quizás sería bueno ver la otra parte de la historia, y es que la
mayoría de todos los mencionados en este canto, cuando indagamos un poco más
en sus vidas, nos vamos a dar cuenta que no eran moneditas de oro para brillar en
todo momento, eran hombres tan comunes y corrientes como nosotros, con un sinfín
de defectos, que no todos supieron cómo superarlos. Ejemplo claro de esto fue
SANSON, quien gobernó por 20 años en el último periodo de los jueces.
Para entender un poco esta parte de la historia que hemos leído, hablemos un poco
del contexto en que se desarrolla.
Primeramente El Libro de los Jueces narra el período que va desde la muerte
de Josué hasta el nacimiento de Samuel, un tiempo en que los judíos han
abandonado su vida nómada y comienzan a instalarse en su nuevo hogar y a ser
agricultores. Esta época de los jueces es la trágica continuación del libro de Josué,
pues a diferencia de ese pueblo obediente que conquisto la tierra prometida, ahora
vemos a un pueblo desobediente, idólatra y frecuentemente derrotado. Hubo en
estos casi 300 años opresión hacia el pueblo de Israel producto de su olvido a Dios,
un ir y venir entre pecado a salvación.

Entonces Sansón fue el último juez oficialmente de Israel, este gobernó por 20 años,
El capítulo 13 de Jueces nos dice que fue hijo de Manoa de la tribu de Dan, su
esposa era estéril, hasta que un día se le aparecía El Ángel de Jehová, y le hablo
diciendo que iba a concebir un hijo, así que le dio ciertas instrucciones a seguir entre
ellas: que durante el embarazo la madre no debía beber vino ni sidra, ni comer cosa
inmunda, y una vez nacido no debía pasarle navaja sobre su cabeza, todo esto
Porque el NIÑO SERÍA NAZAREO (Del hebreo Nazir: Dedicado o separado), lo cual
implicaba un voto de consagración para el servicio del Señor, así que no podía
tomar productos de la vid, ni cortarse el cabello o tocar cadáveres. Esto era lo que
regía a los Nazareos. Sin embargo conforme leemos la historia de Sansón nos
damos cuenta de que más de una vez sansón omitió estas restricciones.
En el Capítulo 14 vemos como Sansón se encuentra en Timnat y empieza a tomar
una serie de decisiones que van a poner en juego su consagración, por no ser
obediente:
En primer lugar Sansón peca Mirando a una mujer filistea: Aunque los
filisteos no estaban dentro de las 7 naciones con la que se les había prohibido
casarse a los judíos, Sansón peco al elegir a una mujer ajena a su nación por
todo lo que esto implicaba (ningún temor al Dios de Israel). Fue débil en su
carne, porque incluso rogo que se la tomaran por mujer, imaginen a Sansón
haciéndole berrinche a sus papás para que le tomaran por esposa a esa
filistea.
En segundo lugar Sansón cuando el León joven venia rugiendo hacia él,
haciéndose el súper poderoso lo despedazo como quien despedaza a un
cabrito. Recordemos que una de las reglas para los Nazareos era no tocar
cadáveres. Algunos eruditos sugieren que Sansón violó esta regla, aunque
muchos otros dicen que número 6 especifica que esta prohibición está
enfocada al cuerpo muerto de una persona.
Versículo 7 nos dice que Sansón Hablo con esta mujer Filistea: Tal
conversación en privado estaba prohibida, a menos que una pareja estuviera
desposada. Normalmente este tipo de desposorio tardaba un año hasta la
boda.
Y por último Sansón no solo mato al León, si no que después todavía se dio
a la tarea de volver a pasar por donde dejo su cuerpo, y al ver un panal de
abejas este lo tomó y sin decirle nada a sus padres les compartió de la miel.
Les mintió no declarando de donde obtuvo el panal.
Entonces, solo en estas cuatro situaciones podemos ver a un Sansón muy fuerte
físicamente, muy atractivo quizás, llamativo ante los ojos de las mujeres, pero
totalmente débil a nivel espiritual, su fascinante coqueteo con lo prohibido lo llevó a
cometer casi siempre el mismo error. A este hombre le encantaban las mujeres, no
solo cayo en los brazos de esta Filistea de Timnat, sino que también se metió con
una prostituta y quién no recuerda a Dalila, el error que le costó la humillación total.
Ahora bien como aplicaríamos este pasaje a nuestros días: Al igual que en los
tiempos de los Jueces, la humanidad e incluso muchos de nosotros como cristianos
volvemos hacer lo malo delante de Jehová, olvidándonos así como el pueblo de
Israel, de donde nos ha sacado. Muchos pecamos mirando lo que nos es prohibido,
no solo a los filisteos, si no también lo que es grato a nuestros ojos pero no a los
ojos de Dios, hacemos nuestro berrinche como Sansón, los más jóvenes manipulan
a sus padres con tal de conseguir lo que desean, sin importar si el costo es la
pérdida de su consagración. Al igual que para Sansón, hay prohibiciones para los
hijos de Dios, con el fin de mantenernos puros para su servicio, sin embargo muchos
de nosotros más de una vez nos hacemos de la vista gorda, mentimos a nuestra
conveniencia.
Pero hay algo que debemos saber, a Dios no se le escapa nada, si él dice que
debemos ser apartados, así tiene que ser. El libro de los jueces termina con estas
palabras tan crudas: “EN ESTOS DIAS NO HABÍA REY EN ISRAEL; CADA UNO
HACIA LO QUE BIEN LE PARECÍA” (Jueces 21:25). QUE REALIDAD TAN
TRISTE, UNA ÉPOCA SOMBRIA SIN DIOS, A CAUSA DE LA DESOBEDIENCIA.
Sansón pagó el precio de sus deleites, Dios lo humillo dejándolo a expensas de sus
enemigos, pero en su soberanía, permitió que destruyera a ese pueblo impío. Al
final el Señor cumplió su propósito más allá de lo que Sansón pudo ser.
Ahora nosotros tenemos que reflejarnos en esta historia, al igual que en el tiempo
de los jueces, se está viviendo una total oscuridad espiritual, podemos consagrarnos
para la obra de Dios o perdernos en nuestros deleites. ¿Qué decides tú?.

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