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CRISTO, EL AGUA QUE CALMA NUESTRA SED.

Pues derramaré agua para calmar tu sed y para regar tus campos
resecos; derramaré mi Espíritu sobre tus descendientes, y mi bendición
sobre tus hijos.

Isaías 44:3 NTV

Debemos de saber que esta promesa tuvo su cumplimiento en Cristo.

Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por
medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios.

2 Corintios 1:20 NVI

Esta profecía de Isaías comienza con una bella promesa, hecha realidad en
nuestro Señor Jesucristo, como él se lo manifestó en su encuentro con la
mujer samaritana.

…pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás,
sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que
brotará vida eterna.

Juan 4:14 NVI

El encuentro de Jesús con la mujer samaritana, deja en manifiesto una


característica propia de nosotras las mujeres, ser escondedoras, el si no
hubiera sido por el Señor que contó con la revelación dada por el Espíritu
Santo, ella no se hubiera abierto a contar cual era la realidad en la que se
encontraba:

“…No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: «No tengo marido»,
porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido

Juan 4:16

Muchas veces nosotras nos guardamos partes de nuestras vivencias, a


veces por vergüenza, también por apariencia o porque sentimos que no
calificamos ante los demás.
No estoy hablando de salir y abrirle el corazón y contarle toda nuestra vida
al primero que se nos cruce, la Biblia nos dice: “sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón”, pero hay alguien con el que no podemos ocultarnos,
“sus ojos son como llamas de fuego que todo lo ve”

Alguien dijo una vez: “caras vemos, corazones no conocemos”, pero a


nuestro Dios nada se le escapa.

El problema cuando nosotros nos guardamos “algunas cosas” de nuestra


vida y no se las entregamos a Dios, es porque pensamos resolverlas
nosotras y ese es la raíz de nuestros conflictos.

Cuando hablamos de resolverlo nosotras mismas, esto quiere decir


sencillamente resolverlo en nuestra carne.

Debemos de saber que en nuestro interior coexisten dos naturalezas, la


vieja mujer y la de la nueva mujer, es decir la de Adán y la naturaleza de
Cristo.

El Apóstol Pablo declaro: “…en mi carne no mora el bien” también dijo: “el
mal que no quiero eso hago”, el Apóstol nos hablaba de su carne. (Rom. 7)

Desde el huerto del Edén tras la caída de Adán y Eva, el hombre paso a
estar gobernado por su alma, por eso las escrituras nos enseñan:

Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente

1 Corintios 15:45

En el alma se encuentra:

Mente = yo pienso

Voluntad = yo quiero

Emociones = yo siento

El alma es toda expresión en independencia de Dios, es la vida que mueve


el viejo hombre y que se alimenta del “árbol del conocimiento del bien y
del mal”, el alma es altamente influenciada por nuestros sentidos y cuando
esa vida nos gobierna nos transformamos en “personas almáticas”
Así como Adán comió del “árbol del conocimiento del bien y del mal”
nuestra carne nuestra tiene la tendencia natural de alimentarse, por eso va
a suceder que algunas cosas que decidas en la carne estén bien, pero
ausentes de Cristo, pueden que algunos pensamientos y acciones sean
hasta justos, pero ausentes de Cristo.

Por eso es un error analizar si las decisiones y acciones que tomamos


están “bien o mal”, nosotras debemos juzgar si está Cristo presente o sino
está presente.

El propio Señor nos lo enseño:

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos,


sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en
tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí;
apartaos de mí, hacedores de maldad.

Lucas 7:21 al 23

¿Profetizar está mal o bien? ¿Echar fuera demonios está mal o bien? ¿Sanar
enfermos está mal o bien?

Todo eso está bien, pero sin embargo se puede hacer todo eso y ausentes
de Cristo, es decir no hacer la voluntad de Dios.

La respuesta fue: “Nunca os conocí…”, porque el Padre reconoce solo lo


que está en Cristo, fue tan contundente la respuesta, que a los que habían
hecho “lo bueno” los llamo “hacedores de maldad”

Si nuestras “buenas obras” están ausentes de Cristo, esa será la


respuesta que recibiremos.

La pregunta que nos debemos de hacer entonces es:

¿Cómo gestiono mi vida cotidiana?

Tené paz el Espíritu Santo es quien nos guía a toda verdad

No estás sola, en esta noche veremos que Dios nos provee lo necesario
para gestionar una vida plena en Cristo.
Así como Dios nos provee la “sangre de Cristo” para limpiarnos de
nuestros pecados, nos provee de la obra de la Cruz para librarnos de
nuestra carne (naturaleza pecaminosa)

Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que


Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el
Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Gálatas 2:20 NTV

La solución que Dios nos provee para tener victoria sobre nuestra carne es
la Cruz, la solución es MORIR, no hay otra posibilidad.

Ahora bien vos me vas a decir que ya tomaste la decisión de estar


crucificada junto con Cristo, está bien pero esa es una decisión de cada día.

Debemos de tener en claro que si bien en nuestro interior coexisten dos


naturalezas, la de Adán y la de Cristo, la que toma la decisión de en que
naturaleza vamos a gestionar nuestra vida es nuestra ALMA.

¿Pero cómo sabemos que nuestra alma va a tomar la decisión


correcta?

Sencillamente, la naturaleza que más alimentamos será que la prevalecerá

Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida.
Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza
pecaminosa.

Gálatas 5:16 NTV

Tu problema no es con tu esposo, tu problema no son tus hijos, tu


problema no es tu salud… Tu problema es con tu CARNE

Cada uno de esos problemas ya fuerón resueltos en Cristo, solo tenes que
mantenerte en Cristo juntamente crucificada.

y por medio de él, Dios reconcilió consigo todas las cosas. Hizo la paz con
todo lo que existe en el cielo y en la tierra, por medio de la sangre de Cristo
en la cruz.

Colosenses 1:20 NTV


Esta es la noche para que tomes la decisión de entregarle al Señor el
control de tu vida, es necesario que pases tu vida por la Cruz.

Si pasas por la Cruz el te hace partícipe de esa NUEVA VIDA que necesitas
expresar en tu vivir diario

Pues hemos muerto y fuimos sepultados con Cristo mediante el bautismo; y


tal como Cristo fue levantado de los muertos por el poder glorioso del
Padre, ahora nosotros también podemos vivir una vida nueva

Romanos 6:4 NTV

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