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¡TODO AQUEL QUE COMULGUE INDIGNAMENTE O EN PECADO MORTAL, ES

REO DE CULPA Y SE ESTÁ COMIENDO Y BEBIENDO EL CÁLIZ DE SU PROPIA


CONDENACIÓN! (1 Cor. 11, 27 al 29)
MAYO 24 - 2016 1: 15 P.M
LLAMADO URGENTE DE JESÚS SACRAMENTADO A LA HUMANIDAD
Mi paz esté con vosotros, hijos míos
A medida que van pasando los días, también se acerca más mi próxima
venida. Este mundo está tecnificado en el pecado, la maldad se ha
propagado por la tecnología y los hombres se han apartado de su
creador. ¡Qué dolor siento al ver muchas de mis casas convertidas hoy en
museos o en centros de diversión! ¡Me duele y entristece ver tanta
ingratitud y tanto olvido de parte de los que dicen ser mis familiares!

¡Cuántas profanaciones a mi Divinidad diariamente se cometen y mis hijos


no alzan su voz, ni me defienden! Millones de comuniones sacrílegas a
diario se cometen de parte de muchos de mis hijos que por falta de un
buen examen de conciencia o por ignorancia, reciben indignamente mi
cuerpo y mi sangre. La falta de evangelización en este tema, está
llevando a muchos a cometer sacrilegios. La inmensa mayoría se
comulga, sin haber pasado por un confesionario. Muchos dicen: ¡qué me
voy a confesar con un sacerdote que es un hombre pecador igual a mí! ¡Insensatos, mis predilectos son
hombres como vosotros, pero están revestidos de mi ministerio sacerdotal y solo a ellos les he dado la
potestad de perdonar o retener pecados!. Vosotros juzgáis según las apariencias humanas, más para Dios
lo que importa no es la condición humana del sacerdote, sino su ministerio sacerdotal.

Toda comunión que hagáis sin confesaros con uno de mis sacerdotes, es comunión sacrílega, y si no os
confesáis con ellos y reparáis, os aseguro que se os puede perder el alma. Todo aquel que comulgue
indignamente o en pecado mortal, es reo de culpa y se está comiendo y bebiendo el cáliz de su propia
condenación. (1 de Corintios 11, 27 al 29)

¡Qué dolor siento al ver a muchos que llevan meses sin confesarse, recibiendo mi santa comunión! Os
digo, estáis cometiendo también sacrilegio; debéis de confesaros mínimo cada mes o inmediatamente
cuando cometáis pecado mortal. Debéis de bañaros en la piscina del perdón con mayor frecuencia, porque
el que diga que está libre de pecado es un soberbio y mentiroso y ya recibirá su paga.

Todo pecado mortal debe ser confesado inmediatamente y se debe reparar por él, para que cuando
lleguéis a la eternidad no se os alargue la estadía en el purgatorio. Tened presente los pecados de
omisión para que hagáis buenas confesiones de vida. Acatad estas instrucciones, porque el día de mi
Aviso se está acercando y la inmensa mayoría por su tibieza espiritual, pecado o falta de conocimiento, va
a sufrir en su paso por la eternidad.

Hago un llamado urgente a todos aquellos que andan en la oscuridad y las tinieblas y se gozan haciéndole
el mal a su prójimo. Os digo hijos de la perdición: sino os arrepentís de corazón, os confesáis con uno de
mis sacerdotes y reparáis por todo el mal que habéis hecho, os aseguro que no regresareis más a este
mundo. La muerte eterna vais a encontrar en vuestro paso por la eternidad, por todo el pecado y maldad
con que habéis obrado en este mundo. El tiempo se os está agotando hijos de la perdición; como buen
pastor os llamo ovejas descarriadas, para que volváis a mí de corazón; acordaos que hay más alegría en el
cielo, no por los noventa y nueve justos, sino por el pecador que se arrepiente. Os estoy extendiendo mi
mano, ¿qué queréis, misericordia o justicia?; de vosotros depende la vida o la muerte eterna. ¡Decidíos de
una vez!
Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca
Vuestro Maestro, Jesús Sacramentado. El Amado que no es Amado
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.
Enoch. www.mensajesdelbuenpastorenoc.org/mensjaesrecientes

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