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El trastorno de personalidad antisocial se caracteriza por ignorar la distinción entre el bien y el mal, no respetar los derechos de los demás y tratarlos con crueldad o indiferencia, mostrando síntomas como mentir, manipular a otros para su propio beneficio, problemas con la ley, agresividad y no sentir culpa por dañar a otros.
El trastorno de personalidad antisocial se caracteriza por ignorar la distinción entre el bien y el mal, no respetar los derechos de los demás y tratarlos con crueldad o indiferencia, mostrando síntomas como mentir, manipular a otros para su propio beneficio, problemas con la ley, agresividad y no sentir culpa por dañar a otros.
El trastorno de personalidad antisocial se caracteriza por ignorar la distinción entre el bien y el mal, no respetar los derechos de los demás y tratarlos con crueldad o indiferencia, mostrando síntomas como mentir, manipular a otros para su propio beneficio, problemas con la ley, agresividad y no sentir culpa por dañar a otros.
El trastorno de la personalidad antisocial, a veces llamado sociopatía, es una enfermedad de la
salud mental en la cual una persona no demuestra discernimiento entre el bien y el mal e ignora los derechos y sentimientos de los demás manipulan o tratan a los demás con crueldad o indiferencia.
Los síntomas del trastorno de personalidad antisocial incluyen repetidamente lo siguiente:
Ignorar qué está bien y qué está mal.
Decir mentiras para aprovecharse de los demás. Ser insensible o no respetar a otras personas. Usar el encanto o el ingenio para manipular a otros para beneficio o placer personal. Tener un sentido de superioridad y ser extremadamente obstinado. Tener problemas con la ley, incluidas conductas delictivas. Ser hostil, agresivo, violento o amenazante con los demás. No sentir culpa por herir a otros. Hacer cosas peligrosas sin tener en cuenta la seguridad propia ni la ajena. Ser irresponsable y no cumplir con las obligaciones laborales o financieras.