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Las primeras comunidades cristianas se reunían diariamente para escuchar las enseñanzas de los apóstoles, compartir alimentos y orar juntos. Vivían en comunidad donde compartían todo lo que tenían y ayudaban a los demás según sus necesidades. Estas comunidades crecían en número a medida que más personas se convertían al cristianismo y alababan a Dios.
Las primeras comunidades cristianas se reunían diariamente para escuchar las enseñanzas de los apóstoles, compartir alimentos y orar juntos. Vivían en comunidad donde compartían todo lo que tenían y ayudaban a los demás según sus necesidades. Estas comunidades crecían en número a medida que más personas se convertían al cristianismo y alababan a Dios.
Las primeras comunidades cristianas se reunían diariamente para escuchar las enseñanzas de los apóstoles, compartir alimentos y orar juntos. Vivían en comunidad donde compartían todo lo que tenían y ayudaban a los demás según sus necesidades. Estas comunidades crecían en número a medida que más personas se convertían al cristianismo y alababan a Dios.
Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la
fracción del pan y a las oraciones. Toda la gente estaba asombrada, ya que se multiplicaban los prodigios y milagros hechos por los apóstoles en Jerusalén. Todos los creyentes vivían unidos y compartían todo cuanto tenían. Vendían sus bienes y propiedades y se repartían de acuerdo a lo que cada uno de ellos necesitaba. Acudían diariamente al Templo con mucho entusiasmo y con un mismo espíritu y “compartían el pan” en sus casa comiendo con alegría y sencillez. Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo; y el Señor hacia que los salvados cada día se integraran a la Iglesia en mayor número. Si queremos vivir hoy, como los primeros cristianos, debemos imitarlos, actuando hoy, como la harían ellos en nuestro lugar, analizando cada una de estos ejemplos, con tu profesor, anota al costado los ejemplos de hoy.