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Comisionado de Derechos Humanos para la Policía Nacional

ACTUACIONES DE RESPETO, GARANTIA Y PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS


DE LAS PERSONAS QUE PARTICIPAN EN EL DERECHO DE REUNIÓN PACIFICA
Y EN LA ATENCIÓN DE LA MANIFESTACIÓN PÚBLICA

El Comisionado de Derechos Humanos para la Policía Nacional, en el marco de las atribuciones


conferidas por el artículo 22 del Decreto 113 de 25 enero de 2022 y en cumplimiento de los deberes y
obligaciones Convencionales en materia de derechos humanos y particularmente el “Código de
Conducta para los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley, los Principios Básicos del
Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley”,
especialmente teniendo en cuenta lo dispuesto en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos que a través del Comité de Derechos Humanos, el 17 de septiembre de 2020 estableció
la Observación general núm. 37 (2020), relativa al derecho de reunión pacífica (artículo 21) en lo
referente a literal Iii.Obligación De Los Estados Partes con Respecto al Derecho De Reunión
Pacífica en su numeral 25
“Los Estados deben velar por que las leyes y su interpretación y aplicación no den lugar
a discriminación en el disfrute del derecho de reunión pacífica, por ejemplo, por motivos
de raza, color, origen étnico, edad, sexo, idioma, patrimonio, religión o creencias, opinión
política o de otra índole, origen nacional o social, nacimiento, minoría, condición indígena
o de otra índole, discapacidad, orientación sexual o identidad de género u otra condición.
Hay que poner especial empeño en garantizar la facilitación y la protección equitativa y
efectiva del derecho de reunión pacífica de las personas que pertenezcan a grupos que
experimentan o han experimentado discriminación o que puedan tener especiales
dificultades para participar en las reuniones. Además, los Estados tienen el deber de
proteger a los participantes de todas las formas de malos tratos y ataques
discriminatorios.”

Es así que, el derecho de reunión pacífica es importante por sí mismo, puesto que los funcionarios de
la Policía Nacional tienen la obligación de promover, respetar, garantizar y proteger el derecho de
reunión y manifestación pública y pacífica, para lo cual deben tener en cuenta los siguientes
lineamientos:

1. Una reunión no puede considerarse violenta solo porque implica la interrupción del movimiento
o las actividades diarias, tampoco es violenta porque los organizadores no hayan cumplido con
los requisitos legales internos que se aplican a las reuniones; porque ocurren actos aislados de
violencia; o porque las autoridades de policía, miembros del público o los participantes contra
manifestaciones utilizan la violencia contra quienes participan de la reunión.

2. Los desafíos a las autoridades o llamados a cambios democráticos de gobierno, no deben


utilizarse para reprimir el derecho a la reunión pacífica, no se puede intervenir una reunión
pacifica solo por que provoque una reacción hostil del público.

3. Las restricciones de las reuniones basadas en la seguridad pública están permitidas, solo
cuando se establezca que una reunión crea un riesgo real y significativo para la vida o seguridad
de las personas, un riesgo similar de daños graves a la propiedad.

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4. La falta de notificación no debe convertir una reunión en ilegal, ni utilizarse como base para
dispersar la reunión o imponer sanciones penales a los participantes u organizadores.

5. Al realizar la atención de reuniones, las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley deben
tratar de apaciguar las situaciones que puedan resultar en violencia, en tal sentido, los
funcionarios de la Policía Nacional emplearán la comunicación y el diálogo antes de que sea
absolutamente necesario recurrir al uso de la fuerza.

6. Las reuniones solo pueden dispersarse en casos excepcionales, cuando una reunión ya no sea
pacifica o cuando exista pruebas claras de una amenaza inminente de violencia grave que no
pueda abordarse por otros medios, como detenciones selectivas. Al dispersar las reuniones se
debe evitar la fuerza y solamente se debe usar la fuerza mínima necesaria.

7. En todas las actuaciones de los funcionarios de la Policía Nacional, se respetará y protegerá la


dignidad humana, mantendrán presentes y defenderán los derechos humanos de todas las
personas, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, origen étnico, edad, sexo,
idioma, patrimonio, religión o creencias, opinión política o de otra índole, origen nacional o
social, nacimiento, minoría, condición indígena o de otra índole, discapacidad, orientación
sexual o identidad de género u otra condición.

8. Los funcionarios de la Policía Nacional no podrán emitir órdenes que conduzcan


manifiestamente a la violación de la Constitución Política, la ley, los derechos humanos, las
normas institucionales o las órdenes legítimas superiores. Si la orden llegase a ser ilegítima y
tuvieron una oportunidad razonable de negarse a cumplirla, el subalterno no está obligado a
obedecerla. En caso de hacerlo la responsabilidad recaerá sobre el superior que emite la orden
y el subalterno que la cumple o ejecuta.

9. Los funcionarios de la Policía Nacional no podrán causar intencionalmente daño a la integridad


de las personas o de los bienes, como consecuencia del exceso en el uso de la fuerza, de las
armas y de los demás medios coercitivos o con otros elementos no reglamentarios.

10. El servidor de la Policía Nacional no podrá portar o usar armas o municiones diferentes a las
que se asignen como dotación, o alterar las armas y elementos de dotación.

11. El servidor de la Policía Nacional sólo podrá hacer uso de armas de letalidad reducida y de
fuego, salvo en defensa propia o de otras personas, contra un peligro inminente de muerte o
lesiones graves o con el propósito de evitar la comisión de un delito particularmente grave que
entrañe una seria amenaza para la vida o con el objeto de detener a una persona que represente
ese peligro y oponga resistencia a su autoridad.

12. El servidor de la Policía Nacional no podrá privar ilegalmente de la libertad a una persona,
demorar injustificadamente su conducción ante la autoridad competente o negar información
sobre su paradero y particularmente en los casos de traslado por protección.

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13. Los funcionarios de la Policía Nacional no podrán realizar sobre una persona conducta indebida,
que implique tocamientos de naturaleza o contenido sexual, violencia sexual verbal y actos que
menoscaben los derechos de las personas.

14. Los funcionarios de la Policía Nacional no podrán impedir a las personas y periodistas la
grabación, por cualquier medio tecnológico de información y comunicación, de los
procedimientos de policía sin justificación legal, encontrándose en servicio o acceder o
manipularlos para eliminar su contenido.

15. Los funcionarios de la Policía Nacional no podrán proferir en público o mediante el uso de
medios sociales, prensa o cualquier otro medio tecnológico expresiones injuriosas o
calumniosas contra la institución; personas naturales, jurídicas o servidores públicos.

16. El servidor de la Policía Nacional no podrá realizar actos tendientes a ocultar la identificación
dispuesta por la institución en los uniformes vehículos o accesorios.

17. Los funcionarios de la Policía Nacional no podrán obstaculizar la labor del Ministerio Público,
para la verificación de las condiciones de detención de las personas bajo su custodia.

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