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VIII. POBLACION Y CULTURA JURIDICA Objetive general * Describir las principales relaciones entre las instituciones juridicas y las opiniones, actitudes y significados que la poblacién tiene acerca del derecho, Objetives particulares * Delinir el concepto de cultura juridica y sus variantes. * Ejemplificar la relacién entre cultura de la legalidad e ins- tituciones juridicas desde distintas perspectivas tedricas ¥ metodolagicas. InrRonuceian Discutir la relacién entre poblaciém y cultura juridica es una ieza central de las relaciones entre derecho y sociedad, es decir, de las conexiones entre las instituciones del sistema ju- ridico y el contexto social en el que éste opera, Se trata de re- flexionar acerca de la incidencia entre ambos niveles, o de su mutua constitucién, reflejando tanto el impacto de las opi- niones y el comportamiento de la poblacién en el funciona- miento institucional, come la orientacién de las actitudes y las conductas ciudadanas como consecuencia de los incenti- vos ¥ las experiencias derivadas de su encuentro con las insti- tuciones juridicas. Bajo tal premisa abordaremos, en primer lugar, el concepto de cultura de la legalidad, que forma parte del mas amplio de cultura juridica, una idea que ha sido muy exitosa en la sociologia del derecho para generar una varie- dad de investigaciones acerca de la articulacién entre dere- cho y¥ sociedad. POBLACION ¥ CULTURA JURIDICA 155 CUATRO VARIANTES DE LA CULTURA FURIDICA; CULTURA BE LA LEGALINAD, CULTURA DEL INCUMPLIMIENTD, TUSTICIA PROCESAL Y CONCIENCIA JURIDICA, {Qué es la cultura de la legalidad” En un sentide general, en- tendemos por “cultura de Ia legalidad” al conjunta de conoci- mientes, razones, opiniones v mativaciones relacionadas con las leves vy su cumplimiento en la sociedad, En su semtide mas cotidiano, la cultura de [a legalidad se refiere al grado de avan- ce de una sociedad respecto de su aprecio y respeto a las leves, Y donde este aprecio y este respelo no existen, o son deficien- tes, cl concepte conlleva la necesidad de realizar la difusién del patrimonio juridico, esto es, de los valores incorporados en la Constitucion y las leyes de esa sociedad, a fin de que di cho conocimicnte contribuya a generar mayor aprecio, reape- toy cumplimiento del orden juridico, El planteamiento anterior se refleja, por ejemplo, en el libro de Gerardo Laveaga que se titula precisamente La cul- fare de ja legalidad? Este autor examina los mecanismos de “socializacién juridica” formal, no formal ¢ informal que exisien en México, la que incluye las conecimientos que se imparten en diversos cursos de educacién basica obligatoria, pero también los esfuerzos que realizan distinies organismos e instituciones especializados, como cl Instituto Nacional Electoral (ive) ola Comision Nacional de los Derechos Huma- nos (cNbH), para educar a los ciudadanos en la cultura de les derechos cuya custodia y garantia tienen cnoomendados, La educacién informal cargo fundamentalmente, septin el auter, de los medios de comunicacién —la radio y la televisidn—, aunque cada vez tiene mas influencia la informa- cidn que las personas reciben de Internet y de las liamadas “redes sociales” (Facebook, Twitter y otras), Una perspectiva mas amplia, como la que cultivan la so- ciologia y la economia, nos revela que la existencia de unacul- tura de Ia legalidad en el sentido arriba apuntado no depende El desarrollo dy eate tema se apoyd en Héctor Fix-Fie heen anegle y wn mal plete. Encuesne Nacional de tes 2015, pp oLy ss. ? Gerardo Laveawa, La cola de he legalidad, 2° ed, uxam, México, M106 eer aif, Ente vont , Uxas, Méxice, 156 ACTORES ¥ PROCESOS JURIDICOS: solamente del conocimiento de fas leves sino de muchos otros factores, algunos de caracter institucional y otros de tipo cul- tural, Desde el punto de vista de Jas ciencias sociales, tam im- ponante és el estudio de los factores que promueven el apego a fa legalidad como el de los elementos que lo inhiben u obsta- culizan, En este sentido, los secidlogas del derecho prefieren hablar, de manera mas amplia, de la “cultura juridica" como el conjunte de opiniones, actitudes y percepciones que tienen la poblacién ¥ los operadores juridicos respecto del derecho y de las instituciones juridicas. Lawrence Friedman, por ¢jem- plo, considera que desde un punto de vista socioldgico el siste- ma juridice esta compueste por tres elementos: la sustancia o materia {las normas), la estructura (las instituciones y los pro- cedimientos, asi coma los actores sociales que los hacen fun- cionar), ¥ la cultura juridica, Esta dltima se desdebla en cultu- ra juridica “externa”, que corresponde a la de Ja poblacién en general (y, en este sentido, equivalente a “cultura de la legali- dad”), y cultura juridica “interna”, que es propia de los opera- widicas, como jucces ¥ abogados.* Al igual que otros espacios diferenciades y con saberes es- pecializades de las sociedades comtemporineas, en el sisterna juridico existe una apreciable divergencia entre ambas dimen- siones de su cultura, lo que, a su vez, provoca desencuenirs ¥ malentendides entre los operadores juridicos y los ciudadanos. No se trata solamente de que, en general, éstox desconocen lo que las leves ¥ los eddigos prescriben, permiten o prohiben exactamente (el conocimiento de los mismos juristas abarca cada ver menos al conjunto del orden juridico), sino de que hay modos cistintos de entender y acerearse al fendmen juri- dico por ambos grupos sociales. Asi, por ejemplo, a quienes no se han especializado en el estudio profesional del derecho les cuesta mucho trabajo entender y aceptar que, con frecuencia, las disposiciones juridicas —aparentemente redactadas en un ianc—no dicen lo que dicen, sino que, por obra tacién y la argumentacién profesionales, se pre- tende que digan to que convenga.a Jos imtereses de los jueces:y, sobre todo, de los abogados y sus clientes. Por eso es que los * Lawrence M. Friedman, The Lege! Syren. A Social Science Perspective, Ruscell Sage Foundation, Nueva York, 1978, pp. Vy 88, 193 yas, POBLACION Y CULTURA JURE A 157 abogados son objeto de toda clase de criticas, bromas y chis- tes, los cuales no reflejan mas que su rol dominante come inter: mediarios entre la poblacién y las instituciones juridicas.* No obstante la divergencia apuntada, v a pesar de que no hay acuerdo sobre el impacto especifico de cada factor, los sa- cidlogos del derecho consideran que ambas dimensiones de la cultura juridica estén interrelacionadas, que ejercen influen- cia reciproca y que, en conjunte, ambas contribuyen a ex] car el funcionamiente del sistema juridico en una sociedad determinada. A su vez, el debate sobre la importancia de la cultura juridica en el funcionamiento de dicho sistema se ins- cribe en una discusién socioligica mas amplia: la de la rela- cidén entre “estructura” y “cultura”, o mejor, entre “institucio- y “cultura”. ¢No es acaso la cultura mas amplia de una sociedad la que va madelande el tipo de instituciones que se implantan en clla, asi como su funcionamiento particular? Prueba de ello es que las “mistmas” instituciones —por ejem- plo, los parlamentos © los tribunales— funcionan de modo muy diferente en sociedades con culturas diversas, come la mexicana o la estadunidense. En este sentido, son clisicas las observaciones de Alexis de Tocqueville (1805-1859) sobre el diverso funcionamiente del federalismo en los Estados U dos y en México en las primeras décadas del siglo x0x: La Constitucién de los Estados Unidos se parece a esas bellas creaciones de Ia industria humana que colman de gloria y de bic nes s quienes las inventan, pero que son estériles en otras manos. Esto es lo que México ha demostrado en nuestros dias Los habitantes de México, queriendo establecer el sistema federative, tomaron por modelo y copiaron casi cntcramente la constituchin federal de los angloamericanos, sus vecinos, Pero al trasladar a su patria Ia letra de la ley, no pudieron transportar al mismo tiempo el espiritu que la vivifica.” Esta cita de De Tocqueville es interesante tanto por lo que revela como por Io que oculta. Sin duda, demuestra que Ia 4 Véase, por ejemplo, Marc Galanter, Lowering the Bar, Lawver Jokes avd Legal Culture, University of Wisconsin Press, Madison, 2005. S Alexis de Tocqueville, Le democracia ew América, wal. 1, Alianza Edito. vial, Madrid, 1998, p, 154. 158 ACTORES Y PROCESOS JURIDICOS. cultura influye en el funcionamiento de las instituciones vy, clertamente, también deja en claro que, a diferencia de lo que sucede con los textos juridicas, no es posible trasladar, de un territorio @ otro, ef “espiritu” (la cultura) que anima a agqué- llas, pero en ningtin higar esti escrito que esas instituciones deban funcionar exactamente de la misma manera en una so- ciedad distinta a la que les dio origen. De Tocqueville no ex- plora la idea de que el sistema federal modlerno —que, efecti- varmnente, surgid en los Estados los Vo que, en apariencia, fue copiado en su totalidad por los constituyentes mexicanos de 1824—, pudiera tener también otras rafees institucionales ¥ culturales y, sobne todo, que cumpliera hunciones particula- res ¥ propias, ¢ igualmente valiosas, en la sociedad de recep- cidn, Ademas, en la época de De Tocqueville quizd no-era tan evidente alge que es palmario en la actualidad: la modernidad implica una cultura global institucionalizada que promueve la circulacion y adopeién de modelos institucionales legitimadas por esa misma cultura. con la comsecuencia del surgimiento de una brecha considerable entre el modelo y la realidad sa- cial en que se inserta, Pero de la misma manera como la cultura modela y mo- dula la adopcidn y el funcionamiento de las instituciones, con Independencia de que sean originarias o no de una sociedad, tampoco puede ponerse en dada que, al ser capaces de una accion planeada y organizada, tales instituciones logran ofre- cer incentivos especificos y eficaces que afectan las expeciati- vas y el comportamiento de las personas, inhibiende incluso las formas de actuacién provenientes de la cultura en que se han socializado, Un ejemplo que se menciona con frecuencia se refere al ciudadano mexicana que cambia su comporta- miento en cuanto cruza la Frontera de México hacia los Esta- dos Unidos, abandonando casi instantdneamente algunas de fas malas costumbres que se le achacan, come la de arrojar basura en la calle 0 la de infringir los limites de velocidad en la carretera. La explicacion parece evidente: este ciudadano sabe que la probahilidad de ser objeto de uma fuerte sancién es elevada, porque en esa naciGn las instituciones gozan de una legitimidad y de un grade de eficacia que estdn ausentes en su pats de origen. Ademas, se encuentra aislado y sin de- fensa ante las autoridades y los ciudadanos, que representan POBLACION Y CULTURA JURIDICA 159 otra cultura distinta a la que conoce y en la que se mueve con facilidad, Tenemos, por tanto, una relacion cfrenlar que depende de una diferencia de perspectiva segim cl mensaje que pretenda transmitir el andlisis: resaltar el peso y la continuidad de fa historia en la evelucion de las instituciones; por un lado, o bien poner énfasis en la capacidad transformadora de la ac- cidén institucional sobre la sociedad, por el otro. Por ejemplo, Erhard Blankenburg sostiene que son las instituciones las que moldean las expectativas y el comporta- miento de la poblacién, Prueba de ello es la comparacion que realizé entre las culturas juridicas de los Paises Bajos y el Land aleman de Renania del Norte-Westfalia, regiones muy 5 milares en lo sacial y lo econémico, pero que presentaban fuertes diferencias en cuanto a niveles de litigiosidad, La expli- cacién, segin Blankenburg, se encuentra en una mayor oferta de mecanismos extrajudiciales de solucitn de conflictos en los Paises Bajos y no en las actitudes de la poblacion.? Por otro Jado, desde un campo de investigacién diverse, Daniel Brinks argumenta que la respuesta diferencial por par te de las instituciones de justicia penal en Brasil, Argentina y Uruguay, ante lns casos de policias acusadns de hamicidio, de- pende de los contextos sociales y politicos en los que operan ¥ no del diseio institucional o los recurses con los que cuen- tan.” Luego de analizar, para cada lugar, el nivel de desarrollo institucional del sistema de justicia, el pluralismoa del merca- do politico y el nivel de marginalizacion de las victimnas, * Erhard Blankenburg, “The Infrastructure for Aveiding Civil Litigation: Comparing Cultures of Legal Behavior in The Netherlands and West Germa- fety Review, 28 (4); 7e4-Hdd, 1994, La postura de Blankenburg se cncuentea em polémica con la de Feiedn en Cuante este sostiene que la cultura juridica (externa) es la clave ent la expli- cacién del funcionamiénte de Lox instituciones juridicas, por cuanto es deci slin de lo cludadanta hacer uso 0 no de sus servichos, Por supucste, 00 68 po~ sible xanjar coo facilidad la discusién, y ex probable que ba fancies che la cultura juridica puedo ser distints en Europa en comparaciin con hos Exta- dos Unidos, de acuerdo com algunas diferencias soclokigicas relewantes entre itnbos comtinentes. Daniel M. Hrinks, The Judicial Responve to Police Killings a Latin slmeri- ea Fneyuratity enuf dhe Rede of Law, Cambridge University Press, Nueva York, 2008, leo ACTORES ¥ PROCESOS JURIDICOS, Brinks encuentra que es este dltime factor el que determina las tasas de impunidad de los casos. ¥ las muy bajas condenas que se oblienen cuanda la victima perienece a los sectores marginales estdn asociadas a la tolerancia de la sociedad, asi come de la politica respecto de los casos de ejecuciones extra- judiciales, cuando el sospechose es presentade como un “la- drén” o “delincuente”. Sélo en cl caso de Uruguay, con la tasa de violencia policial mas baja y de condena midis alta, se des- cribe una sociedad que, en ténminos relatives, muestra una menor tolerancia, asi como mayor movilizacidn social y vi bilidad priblica, de los casos que se encaminan hacia la impu- nidad. El sistema de justicia recibe, por tanto, el impacto de las actitudes y comportamientos histéricamente desarrollados de la sociedad en Ja que se inscribe, La sociologia del derecho ha elaborado diversos concep- tos y perspectivas sobre Ja relacién entre la cultura juridica de fa poblacin y las instituciones, Los fundamentos de teoria sa- cial y la disciplina de los que parte cada perspectiva (ciencia politica, sociologia, psicologia social, antropologia, etc.), tie~ nen consecuencias sobre los enfoques de investigacién a los que se recurre. A continuacién presentamos cuatro estudios representatives del tema que, sin pretender exhaustividad, muestran diferentes perspectivas tedricas y metodoligicas, En primer lugar, una serie de encuestas de opinién desarrolla- das por el Area (ahora Departamento) de Investigacion Apli- cada vy Opinidn del Institute de Investigaciones Juridicas de la UNAM peomiten una descopelén general de importantes di- mensiones de la cultura de Ja legalidad. En segundo lugar, po- demos contrastar los resultados de esas encuestas con el estu- dio de la cultura y las précticas de incumplimiento de ta ley que nos propone Mauricio Garcia Villegas desde una preocu- pacién mas cercana a los problemas de las sociedades latina- americanas," En tercer término, los estudios de “justicia pro- © por dempks, Mauricie Garcia Villegas, “Ne sifle de mercado vive Ia democracia, Bl fenémenc del (in icumplimienta del desecho v su relaciéin eon cl desarrollo, la justicia y la demecracia’, Bevis de Eoonomna frsiiencio nai, 6 (1D) 95-134, 2008; Normas de papel, tar cultura uel iraccuneptinnienior de noms, Siglo del Hombre Editores, Bogota, 2009: cultura del incumplimiento de reglas en América Latina”, en César Rodriguce POBLACION ¥ CULTURA FURIDICA 161 cesal” de Tom Tyler y otros,* shordan la relacin entre las creencias, lag actitudes v los comportamientos de los ciudada- nos y los procedimientos juridicas; éstos deben cumplir con supuestos que encarnan valores centrales de la cultura liberal limparcialidad, voz, ratamiente respetuase) para lograr obte- ner la legitimidad necesaria que conduce a la obediencia. Por ultimo, al interior de Jos estudios de “conciencia juridica’™ destaca la investigacién de Patricia Ewick y Susan 5, Silbey sobre “el lugar comin del derecho”; en ella, las auteras desa- rrollan um concepto de cultura juridica basada en tres tipos de relaciones entre los individuos y el derecho: el derecho como algo ante lo que se encuentran las personas (before Wie law), como alge con lo que se involucran (with the law) @ corna lo que luchan (against the faw),"! Estudios de opinidn sobre cultura de lo levatided Los estuciios sobre opiniones, actitudes y valores acerca del derecho v sus instituciones son un campo de investigacién consolidade en la sociologia del derecho. No buscan evaluar si la ciudadania conoce contenidas normatives especificos, va. Garavito (coord), Elulerechi er Amérioa Lating. Che mapa pare ef pensamienio Juridica del siglo xar, Sigh XXU Belitores, Buienos Aires, 2001 * Tom R Tyler, Wir Reume Girey rhe Law: Procedural dustice, Leaitimacy and Compliance, Yale University Press, New Haven, 19%; Tom Tyler, La abe diencia del derecho, Siglo del Hombre Editores/Universidad de Ins AndexPon Iificia Universidad Javeriano, Bogeth, 2014) Tom R. Tyler y Robert Falger “Distributional and Procedural Aspects of Satisfaction with Citizen-Patice Encounters’, Basie and Applied Sacial Prychafogy, | (4}: 281-292, 1980; Steven L. Blader y Tor &, Trler, “A Four-Compenent Model of Procestural Justice: Defining the Meaning af a Fait" Process", Personaidity nel Social Perebalogy Bullesin, 29 (6): 747-758, 2003 ™ Patricia Ewick y Susan S, Silbey, “Contormity, Contestation, and Resis- tance: An Accomm af Legal Consciousness", New En 2613) 71-749, 1992: David Engel, "Origin Myths Narratives of Authority, Resis tance, Disability, and Law", Lew and Socier Review, 27 (d}. T8S-B26, 1993; Alan Hunt, Explnratieris im Law aed Sockets: Towwrls a Conrtitaaden Theary of Seetety, Routledge, Nueva York, 1993; Austin Sarat y Thormas R. Kewrts feds}, Low in Evenefay Life, University of Michigan Press, Ann Arbar, 1993 ' Pasricia Ewick y Susun 8. Siibey, The Common Place af Law: Stories of Everrday Life, University of Chicago Press, Chicago, 1998, ta2 ACTORES ¥ PROCESOS JURIDIOOS. que, ante la complejidad del entramado juridico moderna, lo esperable es el desconocimiento. No es racional para el indivi duo acumular conocimicntos juridicos, a menos, claro est. de que se wate de una actividad profesional o de que tenga que ver habitualmente con un cierto tipo de asuntos juridicos, Basta, por el contrario, saber que todo el derecho esta escrito y que se puede conocer (con ayuda profesional) en caso de necesidad. Bl individuo ya no reconece al derecho come asun- to propia, sino en la medida en que afecte a sus derechos € intereses personales; en lo dems, incluso resulta racional no preccuparse por conocerlo." No obstante. existen ciertos campos juridicos, como la esfera intima o la publica, en los que todes tenemos algin interés. Por cllo, cl comocimiento o desconocimiento del derecho en estes campos —si na del con- tenido especifico de las normas, si al menos de los valores ¥ expectativas sociales hasicos que incorporan— tienen un sig- nificade mucho mas amplia y profundo para el desarrolle de Ia comunidad politica. Ejemplos de este tipo de estudios son ls Encuesta Nacio- nal de Cultura Constitucional que el Instituto de Investigacio- nes Juridicas de la vnam ha impulsade en tres oportunidades,'* asi como la Encuesta Nacional de Justicia 2015," La continui- dad de estes estudios, aunque abarcan temas mds amplios, permite obtener resultados acerca de la evolucién de las opi niones y actitudes en relacién con dimensiones relevantes de la cultura de ta lepalidad. A modo de ejemplo, comentamos brevemente dos temas explorados en la Encuesta Nacional de Justicia 2015: las razones para obedecer la ley y la aprobacién de acciones violatorias de los derechos humanos para comba- tir la delincuencia. En relacién con el primer tema, a partir de una pregunta sobre las razones para obedecer la ley, se clasifica a los entre- vistados en tres grupos." Quienes piensan que la obediencia a las leyes acarrea un indudable bencficio colective ("cumplir la * Niklas Luhmann, 4 Sociological Theury of Law, Ped., Routledge, Abing- don-Nueva York, 2014, pp, M4 y 193, © Hector Fix-Fierro et al, (cuvards,), Las peniemies 9 ser Comstinieeteiny, Tee cere Encuesta Nacional de Culture Constitucional, uzun, México, 2007 * Héctor Fix-Fierro et al, Entre ae buen ervegic..., ap cit, © Tbider, pp. 78 58, POBLACION Y CULTURA JURIDICA 163 ley nos beneficia a todos") recihen La etiqueta de “pragmiti- cos” o “utilitaristas". El segundo grupo esta compuesto por quienes consideran que obedecer la ley es un deber moral, es decir, han internalizado las obligaciones externas de la ley como deberes asumidos personalmente (“kantianos”), El ter- cer grupo esta conformade por quienes encuentran mizones de conveniencia u oportunidad para cumplir las leyes, princi- palmente para evitar castigos, dafos o criticas a su persona 0 a familiares v amistades, Llaman a este grupo “maximizade- res racionales” u “oportunistas”. La realizacién de la misma pregunta en 2003, 2011 ¥ 2015 nos permite observar la varia- cidn del porcentaje de cada categoria, El primer grupo (utili- taristas) es cl que siempre presenta un mayor porcentaje, pero tuve una disminucién significativa en 2015, El segundo grupo (kantianos) se mantuve estable en las tres mediciones y es el tercer grupo (oportunistas) el que aumenta en 2015. Junto con una tendencia similar en otras preguntas acerca de la obediencia o desobediencia a distintas fuentes de autoridad, los resultados muestran el posible desarrollo de un individua- lismo oportunista con relacion a las autoridades juridicas o sociales, alimentado, en el caso de México, por la creciente ola de delitos ¢ ilicitos, en los dltimos afios, que en su mayoria permanecen impunes, El segundo tema, la tolerancia a actos ilegales de las fuer- zas de seguridad en el marco de los abjetivos de prevencidn y represion de la delincuencia, en particular de la delincuencia organizada, mostré una tendencia similar. Al respecto, la en- cuesta planted una pregunta referida al acuerdo o desacuerdo con torturar a una persona detenida por pertenecer a un gru- po de narcotraficantes, y una segunda pregunta que indaga el acuerdo o desacuerdo con matar a una persona miembro de la delincuencia organizada, aunque exista la posibilidad de pre- sentarlo ante la justicia.” La opeién mds frecuente es el “des- acuerdo" para ambas preguntas, pero con relacién al mismo cuestionamients en 2011, aumenta de manera significativa el porcentaje de entrevistados que no se comprometen con nin- guna posicién (“ni de acuerdo ni en desacuerdo”). Se tata de resultados consistentes Con posturas que aceptan o no la lega- © fbidew, pp. M72 lod ACTORES Y FROCESOS JURIDIOOS: lidad de manera situacional, tal come ya hemos comentado. En otra encuesta de opinidn de 2015, una pregunta acerca cel “derecho” a la justicia por mano propia, al compararse su re sultado con el de 2011, también muestra un crecimiento muy significativo la opeién “intermedia” (“tienen derecho “en par te"). También en una pregunta sebre el apoyo a la pena de muceric, al comparar las respuestas cn tres ocasiones (2044, 2011 y 2015), las opciones que crecen son las opciones de “acuerdo en parte” y "desacuerds en parte”, mientras descien- den las posturas tajante Los resultados de las preguntas de opinidén acerca de la cultura de la legalidad son importantes para la deseripeidn de los rasges y valores que asume en wna sociedad en particular Pero cobran mayor interés si buscan responder a preguntas e hipdtesis de investipacion acerca de las relaciones y el cambio entre distintas esferas de lo social y Io juridico. Una hipdtesi: al respecto es la que plantean Fix-Fierro y Lapez-Ayllén sobre el cambie juridico en México." Setin los autores, este cam- bio puede conceptualizarse come una transicién ligada prin- cipalmente a la liberalizacién politica, la que puede analizarse a partir de diferentes dimensiones, siendo una de ellas la dela cultura juridica. La transicién juridica levaria, entonces, ha- cia un mayor consenso en las expectativas y opiniones de ta poblacion sobre cl reconocimiento de la legalidad como una forma legitima de tomar decisiones. En este sentido, el balance del andlisis de la “cultura de ba legalidad” con base en las encuestas y estudios comentadas es fa de una percepcidn positiva de la legalidad como un i mente conveniente vy hasta indispensable para la convivencia en sociedad, asi como para la solucién de los principales pro- blemas gue la aquejan. Sin embargo, al explorar actitudes es- pecfficas se revela que la adhesidn a los valores del derecho y René Fimines: ¥ Carlos Silua, Percepoidis del ie shes de sdfiridad y pesticta. Enenexia Nacional de 8 sioo, HS, pp, 140-148. * Héctor Fix-Fierro y Sergio Lénea-Avtlin, “Legitimidad contra legatidad. Los dilemas de li irunsicidn juridica y el Estado de derecho en México", Palle tiva y Gobierno, WIIL (2): 347-393, 2001; Sergio Lopex-Avllin ¥ Héelor Fin-Fie- rrp, "Tan cerca, tan lejos!” Esindn de derecho y carnbin juridico en México (1970-2000)", en Héctor Fix-Fierro et af, (eds.J, Culiuras jaridicas latinas de Exvopa y Anséricn er sienpos de globufincton, usa, Mexicc, 2008, neita ele las instéracie. dau! Pridilica, NAM, Nba POBLACION ¥ CULTURA JURIDICA 165 la justicia esta lejos de ser undnime. Varias preguntas exami- nadas sugieren un aumente claro del grupo de personas que evaltian las hipdtesis que se plantean de manera situacional, al dar respuesias como “depende”, “ni de acuerdo ni en des- acuerdo” u otras semejantes, Esta actitnd maximizadara y oportunista ante la ley puede generar cierta preacupacién, pero por su caracter racional es susceptible de ser moldeada con incentives (eficaces en su aplicacidn, clare) que se ofrez- can a los ciudadanos en las situaciones en las que el cumpli- mento ono de la ley es una opcién de conducta relevante. Sin embargo, también deben plantearse las medidas necesarias para constrair formas de obeciencia ala ley que se basen en juicios de legitimidad, reconocienda los diferentes tipos de motivaciones que log actores sociales pueden tener acerca del derecho y la ley, Cultura del incurmplimienio Mauricio Garcia Villegas estudia la cultura del incumplimien- to de Jas nornmas ¢n América Latina, y llama la atencidn sobre las escasas investigaciones existentes acerca de un tema cen- tral para los problemas de eficacia y validea del derecho en la region," Considera tres perspectivas sobre el incumplimiento que se traducen en las correspondientes motivaciones para la accion. A partir de ellas, construye una propuesta multici- mensional de la cultura del incumplimiento de normas, privi- legiando sus relaciones con los rasgos socioestructurales de los paises latinoamericanos. La primer perspectiva, la mas difundida, corresponde a la vision del actor racional instrumental propio de la econo- mia, la teoria de la eleccién racional y algunas versiones del neoinstitucionalisme. El actor realiza cdleulos de costo-bene- ficio y decide qué curso de accidén tomar. Si las sanciones y su probabilidad de aplicacién no superan los beneficios que se obtienen por incumplir la norma, se le desobedece (esta pers- pectiva corresponde a la de los “oportunistas” en el andilisis de las encuestas mexicanas). La sepunda perspectiva, que Garcia cla Villegas. ubraes chtacties sein lob ACTORES ¥ PROCESOS JURIDIOOS. Villegas Hama “cultural”, corresponde a una vision valorati- vornormativa que considera a otros valores distintos a los que encarna la norma legal come mas valiosos, Estos pue- den provenir de fuentes de autoridad social distimas de la ley, como la familia, la religiin oel grupe social de pertenen- cia. La tercera perspectiva ve el incumplimiento como una forma de resistencia ante una autoridad que se considera ile- gitima. Se trata también de una perspectiva con un compo- nente valorativo en las razones para la desobediencia, de for ma similar a la anterior, sin embargo, el sentido social es de lucha politica contra el poder dominante y sus pretensiones de autoridad, A partir de estas perspectivas, Garcia Villegas utiliza eti- quetas cargadas de significade en el lenguaje popular para nombrar tres tipos ideales de mentalidades [ncumplidoras: “vivo’ seria quién desobedece por interés; ‘rebelde’, quien lo hace para defenderse de la autoricad, » ‘arrogante’, el que in- cumple en defensa de valores superiores” Cada mentalidad adquiere profundidad y significado a partir de referencias histdvicas, refranes populares, citas lite- Tarias © sucesos de actualidad que forman parte de la cultura popular de América Latins. El "vivo", la figura de mayor difu- sion, si bien és un calculador estratégico, no es un actor racio- nal universal fuera de tiempo y lugar; es un "personaje” com- plejo, enmarcado en una cultura que, en general, valora y legitima su comportamients En el caso del "rebelde", las referencias historicas y popu- lares se concentran en las diferencias entre elites privilegia- das, vistas como libres de tener que obedecer a la ley, ¥ una mayorta subordinada sobre la que recag el control de los po- derosos y de la autoridad. La consecuencia cultural de largo aliento es la aceptacién condicionada de ta desobediencia y la admiracion del “rebelde” que triunfa en un mundo injuste. El “arrogante" tiene su principal origen en elites que, al considerarse superiores moral y socialmente al resto de la ca- munidad, creem tener el derecho de ser excluidas de la obe- diencia a la ley. Se trata de una mentalidad que persiste en suciedades que en buena mecida avin orienian su comporta- = Mauricio Garcta Villegas, “Ineficacia del derecho..." opr Bh. 163, POBLACION ¥ CULTURA JURIDICA 167 micnto mais por las pasiciones y el estatus social que por los principios igualadores de fa ciudadania y el derecho.** Las motivaciones del incumplimiente varian segdn clases ¥ contextos sociales: cl “arrogante” es mas propio de las clascs altas, y el “rebelde”, de los sectores populares, El “vive” tiene presencia a lo large de toda la estratificacién social. Un segun- do eje corresponde a la diferencia postulada por Weber entre accion racional con arreglo a fines (e] estratega, el “vivo") y ac- eidn racional con arreglo a valores (el “arrogante" y el “rebel- de"). Pero se trata de categorias analiticas que en la sociedad se combinan y mantienen légicas de reforzamiento. Por ejem- plo, un Estado ineficay no solamente amplia las oportunida- des del “vive”; también erosiona la legitimidad que podia construir mediante valores de imparecialidad y universalidad, favoreciendo la rebeldia 6, avin mas, el cdleulo y la obediencia condicionada de Ja lev. En su Uhre Nermes de papel, Garcia Villegas presenta wa- rios estudios de caso en los que la cultura del incumplimiento forma parte de la regularidad del funcionamiento social! Par ejemplo, la descripeién etnografica de los vendedores ambu- lantes en Bogota muestra una realidad compleja, donde todos los actores (los estatales también) incumplen regularmente di- versas normas legales, a la vez que cumplen con otras?! ¥ lo hacen a partir de motivaciones tanto instrumentales (lograr el sustento diario} como valorativas (es justo ecupar un puesto. en la via pablica o vender mercaderia ilegal si el gobierno y la sociedad ne brindan otra oportunidad), A su vez, las logicas del incumplimiento entre Estado y 5 dad se constituyen mutuamente; por ejemplo, los abusos de policias y autoridades locales com la mercaderia de los vendedores ambulantes: per miten legitimar, como solucidn, la practica de los sobarnos. Cada uno de los estudios de caso wae consigo un llamado a abandonar las lecturas simples de un Estado bueno que busca Véose Roberts da Matta, “The Quest far Citivenship ina Re en John D, Wirth feomp,), State and Sockesy ir Brasil, Consimalsy red Change, Westview Press, Boulder 1987, énrc, Hoa 8, Bl ejemplo de ta Ciudad de México se estudia en Rodrigo. Meneses Re- yes, Levalidades priblicas: ef derecha, ef ambularitaje v les calles de ta Cindad de Miri (50-2000), uxaweme, Miéxkeo, BOLL 16s ACTORES ¥ PROCESOS JURIDICOS: regular a una sociedad mala, o de un Estado opresor que sélo quiere aprovecharse de una sociedad moralmente inmaculada, Justicia procesal Es un argumento tradicional de la sociologia sefalar que la pbediencia a la autoridad no sélo responde a la constelacién de intereses del individua, sino también a la creencia en la Je gitimidad de [a norma, que es un tema central en Ja sociologia de Max Weber (véase la leccidn n). Esta mirada es retomada en buena medida por Tom Tyler al dar un lugar relevante a la jus- ticia de los procedimientos (procedtital justice) —independiente de castigos y premios— en su explicacién de por qué la gente obedece la ley“! Las investigaciones acerca de la satisfaccion de los ciudadanos con diversos tipos de procesos judiciales dieron como resultado la presencia de dos factores explicati- vos: el reswitade del juicia (favorable o desfavorable) y la for ma en que cl juicio habia sido conducido. La hipdtesis basica es que las personas perciben la “justicia” del rato v la impar clalidad de los procedimientos de toma de decisiones de ma- nera dilerenciada respecto del resultado, ya sea éste favorable odesfavorable, y que tales percepciones afectan la legitimidad que st otorga a las instibuciones. Dicho en otras palabras: cuande participan en un proce- so ante instituciones de justi los ciudadanos estan intere- sados tanta en obtener un resultado favorable como en ser tratados de la forma en que sus valores y creencias conside- ran come justi v apropiada. Se trata de una afirmacién de gran valor, ya que su impacto va més alla de procedimientos coneretos, para alcanzar la percepcidn sobre el sistema juridi- co en general. ¥ no solamente se trata de las instituciones de justicia; por ejemplo, también es relevante para el estudio de la relacién entre las instituciones policiales y la ciudadania, va que, por sus propias lunciones, aquéllas deben asignar, con alta frecuencia, resultados negatives = la poblacin, a la vez que necesitan de su confianza y colaboracion para alcanzar niveles aceptables de eficacia.* an R. Tyler, Why People Ohey she Law y La obwaticneia del devecko, op. cit ‘Tyler v Folger, “Distributional and Procedural Aspects, POBLACION ¥ CULTURA JURIDICA 169 Los estudios de justicia procesal se deslindan (o amplian} de las visiones mas proplamente econémicas de la relacidn derecho-sociedad, en las que la obediencia es la resultante de los cdlculos de costo-benehcio que realiza un actor racional maximizador. Sin descartar el impacto de tales resultados, esos estudios subrayan la importancia de la forma de los pro- cedimientos (imparcialidad, sentirse escuchado, buen trato, ete,} en la evaluacidn de la justicia. Por su base tedrica ¥ metodolégica, ¢l concepto de justicia procesal establece cercanias con el concepto de “cultura politi- ea”, propio de la ciencia politica y la psicologia social. El abor. daje metodolagico privilegiade suele ser la realizacidn de en- cuestas a la poblacién sobre sus percepciones, evaluaciones y experiencias acerca del derecho v sus instituciones. Estas pue- den aplicarse a la ciudadania en general, al universo mds res- tringide de personas que ha entrade en contacto con las imsti- tuciones de justicia o gobierno, o 2 grupos focalizados, como pueden ser abogados, jueces, legisladores, entre otras. Estudios sebre le conciencia juridica Los estudios en torno a la coneiercia jurdiew consideran las practicas y significados que las personas realizan y dan al de- recho en todos los espacios de la vida social. Su perspectiva teérica difurnina Los limites entre lo juridico y lo social? trnsformande a la “legalidad" en un rasgo constitutive de las relaciones sociales. Sostienen que la mayor parte de las inves- tigaciones saciojuridicas se interesaban en los comportamien- tos de la poblacian en espacios institucionales; es decir, que las practicas de los actores no profesionales cran de interés del investigador sélo cuando cruzaban los limites de una or ganivacién juridica para presentar una demanda o una queja, oconsultar con un especialista.” R. Tyler y Jeffrey Fagan, “Legitimacy and Cooperation: Why De People Help the Police Fight Crime in Their Communities?”, Ofer State Jourual of Crint- teal Law, 6: 231-275, 2008, * Karina Ansolabebere, “Cultura legal”, Grinownia, Revista en Cutture de fa Legulidad. | (septiembre-febrern): 133-140, 2001.20 * Patricia Ewick y Susan S. Silhey, Ta 170 ACTORES ¥ PROCESOS JURIDICOS Tal restriccién dejaba de lado la observacién y el anilisis de Ja produccién de la “legalidad" en las interacciones de la farnilia y la comunidad, en los espacios educativos vy de traba- jo, o en las organizaciones de la sociedad civil. En todos esos ambites de su vida. cotidiana, las personas pueden invocar € interpretar al derecho y sus procedimientos para dar forma y sentido 2 sus relaciones ¢ intercambios sociales, los cuales pueden devenir (0 no) en un asunto juricdice. Como han mos- trade Jos estudios sobre movilizacion del derecho, si bien mu- chos intercambias v relaciones sociales pueden volverse obje- to de conilicte juridico, muy pocas lo hacen en realicad.* | premisas tedricas sefaladas tienen implicaciones me- todoléwicas, Al querer conocer los significadas y précticas en relacién con el derecho en situaciones y contextos especificos, se privilegian las técnicas de investigacion social cualitativas, come las entrevistas en profundidad, los relatos de vida o la observacion participants (véase | Come resulta- do se obtienen narraciones o descripciones densas que perm’ ten dar cuenta de la relacidn entre las personas y la legalidad, no de forma abstracta y general —como es el caso de una encuesta—, sino situada en experencias y contextos sociales particulares. En el estudio The Conemon Place of Law (EL lugar contin del derecho), Patricia Ewick y Susan Silbey analizan 141 en- trevistas en profundidad, a partir de las cuales identifican tres tipos predominantes de “conciencia juridica’*” Cada una trae consige un conjunto de esquemas culiurales y recursos (edu- caci6n, ingreso, experiencia, acceso a profesionales del dere- cho, ete.) que establecen una particular posiciém entre el derecho y la persona; como algo que esta delante de ellos, como algo con lo que “juegan", como algo contra lo que se enfrentan. En la relacion “ante ta ley", el derecho se describe como un sistema formal, racional, jerdrquico, abstracto y superior de reglas y procedimientos, Coincide con la visién oficial do- minante gue promueven y tienen de si mismas las institucio- * William L. F, Pelsui tal, "The Emergence and Transfer Disputes; Naming, Warning, Claiming...", Law amd Soetwry Review, 15 (3-4) 631-654, 1980-1981, » Patricia Ewlek v Susan S, Silbey, The Commracer Mace af fav POBLACION ¥ CULTURA JURIDICA 7 nes. El derecho es experimentado come un elemento ajeno a la vida cotidiana, como en el ejemplo comein del distancia miento hacia una organizacién burocratica, Los procedimien- tos formales son considerados legitimes y apropiados (aun- que no necesariamente justes), pero también come una fuerza opresiva que supera a las personas ya su capacidad de accion. En la relacidn “con la ley", el derecho es descrito come un “juego” con distintas reglas que dibujan un campo donde éstas pueden ser utilizacks para fines c intereses diversos. Es ¢l lugar del actor estratégico que moviliza todas sus capacidades y re- curses (conocimiento, redes, dinero, experiencia) para obtener los beneficios que busca. Por tante, las fronteras entre fa vida cotidiana y el derecho son algo mas borrnsas. La efectividad es una preocupacién mucho mas central que la legitimidad, Finalmente, en la relacién “contra la ley" se describen si- taciones en Jas que las personas se sienten atrapadas por el derecho y realizan prieticas de resistencia en su contra. Al no encontrar titiles los esquemas de interpretacién y los recursos convencionales, “hacen lo que pueden” con los elementos que encuentran disponibles para diferir momentaéneamente el pa- der juridico, El repertorio de practicas puede ir desde engaiios y dilaciones hasta la realizacién de bromas como forma de resistencia. Es importante sefalar que tales practicas pueden basarse en miltiples motives: alzunas pueden atribuirse a la busqueda de un sentide de dignidad y justicia; otras, a la sim- ple finalidad instrumental de diferir costos que el derecho busca imponer; unas mds, a una finalidad mas emocional y expresiva o, por supuesto, a distintas combinaciones de las anteriores. Las formas de “conciencia juridica” que presentan las au- boras no tienen wna correspondencia con personas que son de un tipe wotro; se trata de un lenguaje analitico de relaciones y no uno de atributes individuales, En su experiencia con el de- recho, una misma persona puede articular las tres formas en funcién de los cambios en sus esquemas de interpretacion y recursos disponibles. En un estudio sobre las relaciones juridicas entre comer ciantes callejeros y autoridades de la Ciudad de México, Ro- drigo Meneses recurre, entre otras fuentes tedricas, a esta vi- sién de la legalidad como una herramienta analitica que le 12 ACTORES ¥ PROCESOS JURIDIOOS permite comprender —en su caso— cémo las regulaciones del espacio ptblico han sido entendidas y experimentadas tanto por las autoridades como por los grupos de poblacién que co- moercian en la ciudad.” Asi, identifica tres legalidades sistems- ticas por las cuales los comerciantes callejeros se relacionan con él derecho en la Ciudad de México: la disciplina represen- ta la capacidad de las autoridades de mantener y modificar los usos ¥ funciones del espacio ptiblico por intermecio de pricti- cas de sancién sobre la poblacién que trabaja en las calles; resistencia esta basada cn las motivacioncs de oposicién y re- chazo a la voluntad de la autoridad, y puede expresarse tanto en la ocupacién del espacio piblico para realizar actividades comerciales cotidianas, como en términos juridicos para de- fender dicho lugar; finalmente, entre la disciplina y la resis- tencia se encuentra la negociacidn, que el autor analiza priv legiadamente a partir de los permisos y licencias para comerciar en la calle, y de los significades y précticas con que los diferentes actores sociales los han entenclido. En cada sociedad, seran los esquemas de interpretacién existentes y la distribucién y disponibilidad de recursos mate- riales y sociales, asi como las restricciones y posibilidades ins- titucionales, las elementes que favoreceran la expresién de unos tipos de la conciencia juridica mis que otres. Se puede argumentar, desde un punto de vista socioldgico, que las tres formas se encucntran siempre presentes en una comunidad, ¢ incluso que es necesario que las tres existan, pues su combi- nacion es parte significativa de la dindmica de permanencia y cambio de un orden juridico. ConCLUSIONES Adolargo de esta leceién hemos desarrollade los conceptas de “cultura de la legalidad” y “cultura juridica”, asi como diferen- fes perspectivas metodolégicas para abordarlos. Cada pers- pectiva dibuja distintas aristas del concepto y permite estable- cer explicaciones acerca de su relacién con el funcionamiento del derecho y las instituciones juridicas, * Meneses Reves, Legalidades pribticns, .. .07, cit. POBLACION ¥ CULTURA JURIDICA 173 Los estudios de opinién permiten obtener descripciones de Ja cultura de la legalidad en distintas sociedades v de su evolucién en el tiempo en relacién con algunas de sus dimen- siones mas relevantes: cumplimiento de la ley, fuentes de au- toridad, confianza en las instituciones juridicas, Estado de- moecratico de derecho, Estako laioo, opiniones y actitudes acerca de la Constit in, ctcétera. Mientras que los estudios de opinién deseriben los princi- pales raspos de una cultura juridica particular los de justi pracesal buscan explicar las variaciones de las percepciones ¥ actitudes de los individuos hacia la ley, privilegiande su socia- lizacidn y las experiencias con los procedimientos juridicos, a la vez que observan el impacto que Genen dichas actitudes en el fancionamiento institucional, Los estudios de la conciencia juridica amplian Ja visién anterior, que ¢sta mas dirigida a la participacidn en procedi- mientos, al considerar un concepto de “legalidad” que va mas alla de los limites institucionales y se expande hacia otros es- pacios de la vida social, En todos los Ambitos de su vida cati- diana, las personas pueden invocar ¢ interpretar al derecho y sus procedimientos para dar forma y sentido a sus relaciones e intercambios sociales. Las interpretaciones varian seguin contextos sociales, y este resultado tiene consecuencias rele- vantes en dspectos clave del funcionamiento de las institucio- nes juridicas, come por ejemplo en la movilizacién (o na) del derecho €Qué conclusiones se derivan de los estudios sabre la cul- tura del incumplimiente de normas? Si las razones del incum- plimiento son muiltiples, también tienen que serla sus nese Puestas. Se trata de una conclusién que conecta claramente con cl pensamicnto de Max Weber. Es importante que la efica- cia del Estado haga conveniemte respetar las normas, pero un “orden social” solo adguiere mayor estabilidad si es comside- rado como legitimo, Asi, al Hamado a una mayor eficacia del Estado debe sumarse la construccién de instituciones més de- mocraticas ¥ participativas. Una propuesta orientada a la for ma de los procedimientos institucionales, mas que a sus resul- tados en términes de premios y sanciones, nes ofrece una conclusién que, por otros caminos, presenta una visible come- xién con los resultados de los estudios de justicia procesal.

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