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MI VOLUNTAD DE SER JUDIO

Según la Halajá, " ..judío es aquél que nace de madre judía...", yo siempre me sentí
(y me siento) judío, a pesar de no haber nacido de madre judía.

Aunque mi participación dentro de los usos y costumbres judíos no haya sido


periódica, el hecho de que los primeros años de mi vida hayan transcurrido en el seno de
familias judías, que me brindaron amor, protección y alimento, fue algo que marcó un
hito muy importante en mi persona. Estas familias judías también me introdujeron en la
vida judía y me otorgaron el uso de su tradición, como la kipá y la participación en la
historia de las familias y del pueblo judío a través de sus costumbres.

Admito que siempre me sentí judío y que nunca necesité explicarme el porqué. Es
un sentimiento muy profundo y hoy tengo la necesidad de afianzarme aún más en él a
través de la práctica de los usos, costumbres y religión, como asimismo de la participación
comunitaria. Este sentimiento siempre presente en mí ser es lo que me lleva hoy, luego
de haber meditado profundamente sobre ello, a convertirme. Admito también que, "el solo
hecho de sentirlo podría llegar a ser suficiente", pero mi deseo va más allá, ya que
necesito educarme como judío, para también identificarme aún más con los valores de la
vida comunitaria y participar en esta como buen judío, respetando sus usos, costumbres,
y religión.

Cuando en el año 2000 tuve oportunidad de conocer Israel, sentí que había
llegado a "mi casa", mas que ello a "mi hogar", porque si bien todo era desconocido,
para mí era natural y me sentí vivo. Viví como se entiende y se siente allí el respeto
por la dignidad del ser humano. A partir de ese viaje me resignifiqué con la historia
(mi historia) y encuentro las verdades ocultas que estaban en mi vida, a través del
sentimiento de plenitud y completud que se instala en mi persona y que trato desde
entonces, por naturaleza, de proyectar en los demás.

Juan Carlos Lopapa.

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