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Mantener las bibliotecas escolares seguras es importante tanto para los bibliotecarios como
para los alumnos. Durante la actual pandemia de COVID-19, las preguntas sobre cómo
hacerlo, particularmente en lo que respecta a materiales y superficies, tienen respuestas
complicadas; para ello, empezaremos explicando las formas de contagio.
Las enfermedades pueden transmitirse por vía directa o indirecta.
Las de contagio directo se propagan cuando los microorganismos pasan de la persona
infectada a la persona sana por contacto directo, es decir cuando los individuos se tocan,
mantienen relaciones sexuales o se contaminan con secreciones o heridas de la persona
infectada.
Otras enfermedades no necesitan el contacto directo entre individuo infectado y sano, sino
que se transmiten de forma indirecta por la propagación en el aire de partículas
microscópicas de saliva o agua producidas por la persona infectada al toser o estornudar.
Esas gotas pueden recorrer pequeñas distancias, habitualmente no más de dos metros desde
el emisor. También pueden permanecer suspendidas en el aire durante varias horas, como
es el caso del sarampión.
Sin embargo, la mayoría de estas gotas microscópicas entran en contacto con superficies
próximas como un teléfono móvil, un vaso o un producto colocado en la estantería de un
supermercado. Lógicamente, todos los objetos que rodean a las personas enfermas pueden
ser un foco de infección y los virus pasan a los individuos sanos que han tomado contacto
con los objetos contaminados y después han tocado con las manos sus ojos, la nariz o la
boca. Las enfermedades que se trasmiten por esta vía son, entre otras, la varicela, el
resfriado común, la conjuntivitis, el sarampión y el COVID-19.
Los libros pueden ser transmisores indirectos de la enfermedad siempre que hayan estado
en contacto con personas enfermas. Sin embargo, el virus no puede permanecer efectivo
durante largo tiempo y el tratamiento con viricidas de las superficies contaminadas es una
medida efectiva para su control, aunque, en la práctica, no es recomendable para los
materiales culturales.