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THE MAN OF STARS 1

Esta es una traducción hecha por fans y para


fans. El grupo de The Man Of Stars realiza este
trabajo sin ánimo de lucro y para dar a conocer
estas historias y a sus autores en habla
hispana. Si llegaran a editar a esta autora al
idioma español, por favor apoyarla adquiriendo
su obra. Esperamos que disfruten de la lectura.

STAFF DE TRADUCCIÓN Y EDICIÓN

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SINOPSIS
Sola. Enferma. Hará cualquier cosa para encontrar a sus
hijas. Amanda Kallson, está desesperada porque sus dos
hijas han sido capturadas por los Lathar y su casa
destruida en el proceso. Sin nada más que la ate a la
Tierra, hará cualquier cosa por recuperarlas... Incluso la
locura de tomar a un guerrero alienígena. Dicho guerrero
es alto y guapo como el infierno. Pero Fenriis no es el único
guerrero que tiene los ojos puestos en Amanda...
Pequeña. Exquisita. Se arriesgará a la ira del Emperador
para hacerla suya. Después de un ataque en la Tierra,
Fenriis se ve obligado a bajar a la superficie para
asegurarse de que no queden fuerzas enemigas. Pero
cuando escucha a una mujer llorar, suplicando ayuda... a
sus dioses, le ofrece su ayuda. Es la cosa más hermosa
que jamás ha visto y todo lo que quiere es encontrar a sus
hijas. Ya que están en su planeta, ¿cómo puede rehusarse
a ayudarla especialmente cuando acepta ser su compañera
a cambio?
Pero, en la sociedad Latharian, a veces no es el enemigo al
que puedes ver, es el cuál debes vigilar. A veces el peor
ataque viene del último lugar que te esperas.

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CONTENIDO

Capítulo 1…………………………………………………… 5
Capítulo 2………………………………………………….. 19
Capítulo 3………………………………………………….. 33
Capítulo 4…………………………………………………. 46
Capítulo 5…………………………………………………. 53
Capítulo 6………………………………………………….. 63
Capítulo 7………………………………………………….. 81
Capítulo 8………………………………………………….. 93
Capítulo 9………………………………………………… 107
Capítulo 10……………………………………………….. 118
Capítulo 11……………………………………………….. 130
Epílogo……………………………………………………. 146

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Capítulo 1

Esos bastardos alienígenas se lo habían arrebatado todo.


Todo.
Amanda Kallson miró alrededor de los restos de su casa
con horror. Donde antes había estado una pequeña y
ordenada casa de tres dormitorios, que estaba
modestamente decorada con buen gusto, ahora era poco
más que la concha de una casa. Las paredes y el techo
seguían intactos en su mayoría, pero eso era todo.
Una vez que había cruzado la puerta principal, cualquier
ilusión de normalidad quedó destrozada. Como sus
muebles. Había caminado hacía delante, abriéndose
camino a través de la destrucción y los escombros,
silenciosa como un fantasma. Desafortunadamente, Roger
estaba detrás, que la había acompañado a su cita con el
médico, no estaba tan tranquilo.
- Dios mío, Mandy, este lugar es un desastre ¿Tienes un
buen seguro? Por favor, ¿dime que tienes seguro?
Se estremeció cuando acortó su nombre. No importaba
cuantas veces le había dicho que no le gustaba que lo
acortara de esa manera, todavía insistía en llamarla Mandy.
Miró a la sartén de freír que había recogido de las ruinas de
la cocina y la estudió ociosamente ¿La dejaría libre un juez
por circunstancias atenuantes?
"Bueno, verás, su Señoría... me seguía llamando Mandy y
nunca ponía un rollo de papel higiénico nuevo en el soporte
en el baño..."
Suspiró mientras dejaba caer la sartén, escuchando el
ruido sordo que ya que golpeaba el suelo. El mango se

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rompió y la parte redondeada de la sartén se fue rodando.
Genial. Sólo jodidamente genial.
- El seguro es el menor de mis problemas en este
momento, Roger -Se escuchó a sí misma decir
debidamente mientras estaba de pie en la puerta de lo que
había sido la habitación de Lizzie.
Toda la casa fue destruida pero parecía que esta
habitación se había llevado la peor parte. Las paredes
estaban plagadas de lo que parecían agujeros de bala
masivas y marcas de quemaduras, como que la madre de
todas las batallas se había librado aquí. Pero no eran
agujeros de bala, eran marcas de blaster...
Las fuerzas terranas no usaban explosivos. Los alienígenas
usaban blasters.
La cama de Lizzie estaba vacía. Era lo único en la
habitación que estaba intacto, un oasis de normalidad en
toda la destrucción. Tan pronto como abrió la puerta
principal y vio la devastación, había corrido aquí, su
corazón se detuvo hasta que había visto la cama.
Todo. Sin daños. No hay sangre en ella.
Se habían llevado a Lizzie. Probablemente a Jac también.
La culpa la golpeó fuerte y rápido. Habrían venido por
Lizzie. Simplemente lo sabía. Tenían a su hermana y no
dejaría ir a Jess, así que ¿por qué no querrían a Lizzie?
Jac había quedado atrapada en el fuego cruzado y era todo
culpa de Amanda.
Miró a su alrededor, recogiendo manchas oscuras en la
alfombra donde algo pesado había yacido. Oh, mierda, ¿y
si Jac hubiera sido herida... o estaba muerta? Grandes
parches oscuros que su mente evitaba. Era sangre, sabía
que lo era, pero en cantidades significativas quienquiera

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que haya… muerto. Simplemente había demasiada sangre
para algo más.
- ¿Cómo puedes ser tan indiferente sobre el seguro,
Mandy? -Roger demandó, agarrando su brazo y girándola-
Tu casa está destruida y no tienes dónde vivir. Vas a
mudarte con mi madre y conmigo, por supuesto, al menos
hasta después de la boda. Entonces tendremos un lugar
propio. Si tienes suficiente del seguro de este lugar.
Se interrumpió, mirándola con una mirada miope. Se vio
forzada a apretar los dientes para detener su genio
hirviente. Roger y ella habían estado saliendo casualmente
por un par de meses, muy casualmente, pero parecía que
tenía una idea muy diferente de dónde se dirigían.
- ¿Espera? ¿Casarse? -Lo miró en shock cuando su
cerebro se encontró con lo que estaba diciendo. Al principio
había estado enojada con su suposición de que se mudaría
con su madre y él...
- Bueno, sí. Quiero decir, asumí que era donde nos
encaminábamos -Se sonrojó, fanfarroneando- ¿Por qué
tendríamos se... sexo de lo contrario?
Se vio obligada a contener su suspiro cuando pronunció la
palabra sexo, como si fuera algo sucio. Sabía que era un
poco puritano pero esto era otra cosa.
- Bueno... ¿Porque es divertido? ¿Para aliviar el estrés? -
Intentó una broma, pero cayó plana contra su expresión
confusa- Oh dios, Roger, ¿por favor no me digas que estas
hablando en serio?
- Mortalmente -Su expresión era firme y le soltó el brazo
para arrodillarse. Gracias a su poco fiable rodilla izquierda;
juego retorcido de bádminton, había dicho. Le tomó un

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tiempo, pero luego allí estaba, metiendo la mano en el
bolsillo.
- Por favor, Roger, no -Rogó, desesperada por detenerlo de
hacer el tonto. No había manera de que le dijera sí.
Aunque, era alto, de hombros anchos y su cabeza aún
llena de pelo rubio. Roger era el típico niño de mamá.
Nunca se mudó de casa y solo tuvo una novia seria antes
de ella. Sandra, a la que a menudo se refería como Sandy,
había muerto en un accidente automovilístico cuando
ambos tenían veinte. Aparentemente había estado
desconsolado, solo aventurándose en la escena del
noviazgo de nuevo hace unos años.
Teniendo en cuenta que tenía casi cincuenta y cinco años,
ese fue un gran período de recuperación. Pero… Amanda
sospechaba que tenía mucho más que ver con su madre,
manteniéndolo atado a las cuerdas del delantal
convenientemente ya que Sandy había sido el único amor
verdadero de su vida.
Mierda de toro. La vieja bruja era solo una arpía
controladora. No había forma de que Amanda se mudara
con ella. Jamás.
- Amanda Kallson, ¿me harías el honor de convertirme en
mi esposa? -Roger sonrió mientras abría la pequeña caja
que había sacado de su bolsillo.
Su rostro se endureció mientras miraba automáticamente el
anillo del interior. Lo reconoció, por supuesto. Lo había
visto a menudo en el "santuario" de Sandy Rogers que su
madre había erigido en la habitación de invitados.
- ¿Me lo propones con el anillo de tu novia muerta? -
Preguntó, con la garganta apretada, no con la alegría que

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normalmente se espera que sea la reacción a una
propuesta, pero con enojo- ¿De verdad?
Roger parpadeó, un color púrpura comenzó a arrastrarse
desde los bordes de su cara.
- Es el pensamiento lo que cuenta, Amanda -Dijo
rígidamente mientras se ponía de pie- No pensé que fueras
una criatura tan poco profunda que esperas que me gaste
dinero extra cuando ya tengo un anillo perfectamente
bueno.
Alcanzó su mano, sacando el anillo de la caja y tratando de
deslizarlo en su dedo. Retrocedió, golpeando sus manos
para que la suelte y retrocedió.
- Joder, Roger, si no te das cuenta de lo que está mal con
esto, ¡no tiene sentido que te lo diga! -peligrosamente cerca
del nivel de arpía- Y mientras estamos en el tema ¡Qué hay
de lo inapropiado de proponérmelo cuando mi casa acaba
de ser destruida y mi hija secuestrada! Te acuerdas de ella,
¿verdad? -Le espetó cuando Roger parpadeó, su mirada
de repente yendo a la cama detrás de Amanda.
- Si, la que estaba enferma.
La expresión de Roger cambió, incapaz de encontrar su
mirada como un pequeño colegial travieso.
- ¿Qué? -Exigió, empujando sus manos en sus caderas. Se
encogió de hombros.
- Bueno, tal vez sea lo mejor. Madre sugirió que sería mejor
enviarla lejos. Algún lado donde podrían...
- No digas otra palabra -No había pensado que pudiera
posiblemente enojarse más. Pero pudo. Su furia se volvió
ardiente y por un momento deseó que los alienígenas
estuvieran todavía alrededor para que explotaran su

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maldita tonta cabeza- Vete -Ordeno- Ahora. Antes de haga
algo que vaya a lamentar.
Roger abrió y cerró la boca como un pececillo. Parecía no
saber qué decir. Finalmente miró al anillo que tenía en la
mano.
- ¿Así que estás diciendo que no?
- ¡Dadle a este hombre una jodida medalla! -Gritó, lanzando
las manos arriba hacia los cielos- No, Roger, no me casaría
contigo ni aunque fueras el último hombre en la tierra.
Ahora vete a la mierda de mi casa. No quiero volver a verte
nunca más ¡JAMÁS!
Para crédito de Roger, se fue sin decir una palabra. Era
probablemente el instinto de supervivencia, reflexionó,
dando unos pasos hacia atrás para sentarse en la cama.
Incluso el más ensimismado de los hombres a menudo
sabía cuándo una mujer estaba en el borde. A menudo
luego hacía un corte sobre si estaba en su período o no. El
juez probablemente vio muchos de esos casos también...
Se habían llevado a sus hijas. Jess y Lizzie se habían ido.
Cerró los ojos, una lágrima recorrió su mejilla por el dolor
que la comía, dejando un agujero irregular en su pecho
¿Que hacía ahora? ¿Cómo recuperaba a sus hijas? Los
alienígenas ni siquiera se supone que estan aquí abajo en
la superficie. Se suponía que todavía estaban hablando
con el gobierno en el espacio... pero algunos de ellos
obviamente habían estado aquí abajo y habían robado a su
hija.
Otra vez.
Dejó escapar un suspiro tembloroso e inclinó la cara hacia
el cielo.

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- Sé que no te hablo mucho -Susurró- Y ni siquiera estoy
segura de si eres real o... sí, ya sabes. Pero estoy
desesperada. Tienen a mis chicas, los Lathar... ¿Tienes
incluso la jurisdicción sobre los extraterrestres también? No
lo sé. No sé nada más aparte del hecho de que haré
cualquier cosa para recuperarlas de nuevo. Por favor...
ayúdame y haré lo que quieras o necesites ¿Misionera por
el resto de mi vida en las colonias exteriores? Lo entiendes.
Solo por favor... ayúdame...
Su voz se apagó en el susurro mientras más lágrimas
bajaban por sus mejillas y escuchó con los ojos cerrados.
Nada. Silencio. Suspiró. Por supuesto que no funcionaria si
dios existiera, probablemente había dejado de escucharla
hace años. No había ido a la iglesia desde que era una
niña y aunque había intentado vivir una buena vida, era
obviamente tan malvada si estaba siendo castigada de esta
manera.
- ¡Típicamente jodido! -Murmuró y luego en su garganta
comenzó un picazón.
Envolviendo sus brazos alrededor de su pecho, tratando de
respirar jadeos poco profundos, intentando no toser. No era
bueno, la presión se acumuló y luego sucedió. La tos la
atormentaba su pequeña constitución, desgarrando sus
pulmones y casi rompiéndole las costillas.
Nuevas lágrimas corrían por su rostro mientras tosía. Era
una agonía, cada expansión de sus costillas más dolorosa
que la anterior. El doctor Chambers dijo que solo tenía un
virus y que su cuerpo se curaría solo con el tiempo. Se
estremeció débilmente cuando terminó el ataque. El doctor
Chambers era un gilipollas. Sabía que había algo mal, algo
realmente malo en el fondo... algo que significaba que no
tendría mucho tiempo para encontrar a sus hijas.

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- Por favor... -Susurró en un impulso. Había otros dioses
por ahí, ¿verdad?- Si alguien está escuchando, haré
cualquier cosa...

***

Fenriis nunca había escuchado el sonido de las lágrimas de


una mujer. Era la cosa más hermosa que había escuchado.
Sonaba como si su corazón se estuviera rompiendo. No
había tenido la intención de revelarse a sí mismo. Su plan
había sido pasar, verificar que la mujer Kallson estuviera
viva, ilesa y estuviera cuidada por alguien. Entonces,
cuando escuchó voces, se ocultó rápidamente. No estaba
seguro si se encontraría con resistencia, había elegido usar
una armadura corporal por si acaso. Un movimiento sonoro
desde el refractario camuflaje de su armadura y las
sombras de las ruinas del edificio había permitido que los
dos humanos pasaran junto a él.
Pero no los había visto. Se había apartado de la puerta en
la habitación en la que había estado y aunque el camuflaje
era bueno, no era perfecto. Los ojos humanos eran como
los de los Lathar... los de un depredador superior, atraídos
por el movimiento. Se había quedado inmóvil, incapaz de
ver pero capaz de escuchar todo lo ocurrido entre los
humanos. Un hombre y una mujer... una pareja, se había
dado cuenta rápidamente cuando el macho le había pedido
a la hembra que se convirtiera en su esposa. Su
compañero, rápidamente tradujo de humano a Lathar.

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Luego hizo una mueca por la reacción de la mujer. Sí, no
era el mejor con las hembras, dado que los Lathar ya no
tenían ninguna, pero incluso sabía... Draanth, cualquier
macho de cualquier especie con algo que se aproxime al
sentido común se habría dado cuenta... que proponerse a
una mujer con algo de un compañero anterior era una mala
idea.
Como muy mal. Apocalípticamente malo.
Había pensado que la hembra estaba a punto de desterrar
al macho en ese punto, usando solo la frialdad de su voz.
Había mantenido su risa entre dientes ante la respuesta
despistada del hombre. Los machos humanos eran densos.
La realización le hizo sentir un poco menos culpable por
robarse a sus mujeres. Los draanthic no las merecen de
todos modos. Los machos Latharian serían compañeros
mucho mejores.
El macho se había marchado furioso, dejando a la hembra
sola en las ruinas de su morada.
Fenriis debería haberse ido. Sabia que debería haber ido, a
pesar de que la sombra del Emperador le ordenó recoger a
la mujer Kallson, sus órdenes permanentes eran las del
Emperador. No debía hacer nada que pusiera en peligro las
próximas negociaciones. Secuestrando a una mujer
humana...
Definitivamente un problema ¿Solo comprobar que estaba
bien? Si, eso caía dentro de su deber de cuidador por los
guerreros Latharian que habían destruido la casa. Era justo
que se acercara y se asegurara de que estaba bien.
Asegurarse de que ninguno de los imbéciles aún estuviera
ahí para causar problemas.

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Así que avanzó sigilosamente, todavía oculto por lo que
permaneció detrás una puerta, deteniéndose en seco
cuando la oyó susurrar ¿Que estaba haciendo? ¿Sonaba
como si ella estuviera... rezando?
- ...Ni siquiera estoy seguro de si eres real... Estoy
desesperada. Tienen a mis chicas... haré lo que sea para
recuperarlas. Por favor... hare lo que quieras... ayúdame...
Se quedó inmóvil mientras escuchaba el sonido de un
tosco ataque de tos a través de ella. Echando un vistazo
alrededor del marco de la puerta, aspiró un aliento fuerte.
La mujer más pequeña que había visto casi se doblaba
sobre la cama, tosiendo. No podía ver su cara por la forma
en que estaba sentada, pero... Draanth, no se había dado
cuenta de que las mujeres humanas eran tan pequeñas.
Sería un bruto pesado al lado de ella,
Y esa tos... frunció el ceño de nuevo, la preocupación
rodando en él. Esa tos no sonaba bien. Sonaba profunda y
dolorosa ¿Por qué los sanadores humanos no se habían
ocupado de eso antes? Le arrancó el corazón escuchar su
lucha por respirar mientras terminaba el ataque.
- Por favor... -Susurró ella, su voz débil mientras se
incorporaba- Si alguien está escuchando. Haré cualquier
cosa...
Eso lo hizo. Fenriis salió de la puerta casi antes de que
tomara su decisión. Sus ojos seguían cerrados por lo que
no recogió el movimiento. Deteniéndose a unos pasos de
ella, desactivó el camuflaje de su armadura.
Fue una mala idea. Sabía que era una mala idea, pero su
mayor razonamiento no estaba involucrado aquí. Sus
instintos habían pateado y todo lo que podía ver era a la
diminuta mujer sentada frente a él, cada impulso masculino

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primordial le decía que la agarrara, la tiraba sobre su
hombro y la llevarla de vuelta a su nave.
Y todo eso antes de verle la cara.
- ¿Cualquier cosa? -Exigió, la palabra más dura y áspera
de lo que había querido que fuera.
Al sonido de su voz, levantó la cabeza y lo miró con total
sorpresa en su rostro. Una hermosa cara con forma de
corazón y grandes ojos oscuros que parecían ver hasta su
alma. Se congeló, duro y listo en un instante, su polla
latiendo contra el interior de su armadura. Al instante
descubrió que la armadura de combate no era la más
cómodo de llevar puesto con una furiosa erección.
Había oído hablar de las mujeres humanas, por supuesto,
¿qué guerrero en el imperio no? Pero nadie había dicho lo
bellas que eran.
No es de extrañar que los guerreros de la corte cayeran
como jodidas moscas.
- Quien ar... -Su mirada bajó a su armadura y al fusil de
pulso colgado en su espalda. Sus ojos se ensancharon, su
cara de repente palideció.
- ¡Eres uno de ellos! -En lugar del miedo que había
esperado, o que corriera de él, en cambio, la pequeña
humana se lanzó hacia él.
- ¡Que te jodan bastardo, devolverme a mis hijas! -Siseó
ella, sus brazos y piernas agitándose salvajemente cuando
lo atacó.
Gruñó de sorpresa cuando se vio obligado a contrarrestar
una sorprendentemente bien coordinada ráfaga de golpes.
Claro que no era posible que realmente pudiera lastimarlo,

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incluso si no hubiera tenido su armadura, pero alguien, en
algún lugar, le había enseñado a pelear.
Bloqueó la mayoría de sus golpes y luego marcó las
piernas cada vez que golpeaba su armadura y sentía que
era una mierda porque se estaba lastimando a sí misma.
Moviéndose con la velocidad que se había ganado de una
reputación feroz primero en el campo de batalla y luego
como un comandante de guerra, esquivó el siguiente
ataque, usó su propio impulso para hacerla girar y luego
subió detrás de ella. Eso fue el trabajo de un segundo para
envolverla en sus brazos, tirando de ella de vuelta contra
su pecho ancho y duro.
Pero, en lugar de admitir que golpearle no era de una
sensata persona, solo le gritó más y arqueó la espalda,
intentando golpearle con la parte posterior de su cráneo en
su nariz. Suspiró, levantándola fuera de sus pies para que
pudiera conseguir aplacarla. Su plan funcionó. Hasta que
comenzó a patearlo.
- ¡Suéltame, bastardo alienígena! -Gritó ella, pero pudo
escuchar las lágrimas en su voz. No era solo frustración...
estaba con el corazón roto. Sobre sus hijas, se dio cuenta,
procesando las palabras anteriores
- Cálmese -Ordenó suavemente mientras la abrazaba con
fuerza- No te voy a lastimar, pero te vas a lastimar a ti
misma si continuas.
Escupió algo ininteligible contra él y luchó como una cosa
salvaje. Eventualmente, sin embargo, su movimiento
frenético provocó otro ataque de tos y no podía luchar
contra él. Aflojó su agarrare, abrazándola con suavidad y
frunciendo el ceño ante los espasmódicos espasmos que
sacudieron su pequeño cuerpo. Finalmente, descansó
contra su pecho, su energía gastada.

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- Dijo anteriormente que haría cualquier cosa para
recuperar a sus hijas -Murmuró en voz baja, tratando de no
estar afectado por la suavidad de sus curvas contra él.
Ansiaba levantar una mano y ver si la piel de su cuello era
tan suave como parecía, pero resistió la tentación. Podría
provocar una mala reacción, que en un giro podría
desencadenar un ataque de tos. No quería eso. Cualquiera
podía ver que sólo corría con nervios y vapores. Lo había
visto en guerreros en el borde antes. No podía seguir así.
Si lo hiciera, se pondría muy, muy enferma. Y no quería
eso.
- ¿Qué? -Su voz, ahora que no estaba gritándole, era
suave y melódica, un sonido más agradable que las voces
de los guerreros que había escuchado toda su vida. Sólo
escucharla era agradable para sus oídos.
- Antes -Repitió- Cuando estabas hablando con tus dioses.
Dijiste que harías cualquier cosa que tu dios quisiera si
pudieras obtener a tus chicas de vuelta ¿Esa era una oferta
solo para tu deidad?
No respondió al principio, pero sabía que tenía toda su
atención. Sus pequeñas manos se apretaron con más
fuerza donde estaban apretadas alrededor de la parte
inferior de sus brazos para apoyarse, su pequeño pie
envuelto alrededor de una de sus piernas mientras se
tambaleaba sobre los dedos de los pies. Sin equilibrio,
necesitándolo de apoyo. Encontró que le gustaba que le
necesitara...
Giró la cabeza, encontrándose con su mirada fuera de la
esquina de su ojo. Leyó fácilmente la sorpresa y la
determinación en sus pequeñas características.
- Haría cualquier cosa para recuperarlas. Cualquier cosa.

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- ¿Qué pasaría si pudiera regresarte con tus chicas? -Dejó
caer su voz para susurrar en su oído- ¿Qué me ofrecerías,
dado que no soy uno de tus dioses?
La esperanza llenó su expresión. Aflojó su agarre lo
suficiente como para que pudiese medio girarse en sus
brazos y mirarlo.
- ¿Qué querrías? -Preguntó ella, mordiéndose el labio
mientras estudiaba su rostro.
Sabía que debía parecerle extraño. Aunque su pelo estaba
cortado como muchos machos humanos, que era donde la
similitud terminaba. Tenía los rasgos duros del clan
nómada de su padre, el pelo negro y sus ojos no tenían un
color como los de ella pero oscuros. Tan oscuros que
parecían totalmente negros, las pupilas verticales casi
indistinguibles en sus iris.
Se estremeció pero no gritó. No podría ser desagradable o
aterrador para ella. Bien, porque para lo que quería,
realmente no necesitaba que le tuviera miedo.
- Quiero una compañera -Dijo sin rodeos- Acepta mi
reclamo, conviértete en mi compañera... mi esposa... y te
llevaré con tus hijas.

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Capítulo 2

- ¿Qué?
Amanda se quedó inmóvil, completamente inmóvil. De
todas las personas en el mundo, demonios, la galaxia, que
le ofrecerían ayuda, no esperaba que fuera de un guerrero
Latharian. Pero entonces, ¿quién podría ser mejor para
ayudarla a recuperar a sus hijas que uno de los mismos
extraterrestres que las habían tomado?
- Conviértete en mi compañera -Repitió, su nivel de voz y
su mirada constante sobre la de ella- Y te devolveré von tus
hijas. Esta es mi promesa.
- Uh huh -Asintió, todavía con los ojos abiertos y sin
atreverse a moverse- ¿Me veo como una idiota? ¿Quién
eres tú? ¿Puedes hacer ese tipo de promesa... o estás
mintiendo para que acepte ser tu compañera y luego no me
vengas con la mercancía?
Frunció el ceño, sus cejas oscuras se juntaron sobre
aquellos ojos oscuros.
- Si yo fuera ese tipo de hombre deshonroso, no te habría
dado una opción. Yo te hubiera echado encima de mi
hombro y te llevaría de vuelta a mi nave.
No respondió por un momento, pero luego inclinó la
cabeza, admitiendo que tenía un punto.
- Está bien... entonces, ¿quién eres? ¿Puedes devolverme
a mis hijas?
Negó con la cabeza y contuvo el aliento, su incipiente
esperanza comenzó a morir justo allí en su pecho.

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- Nadie puede obtener a tus hijas de vuelta. Lady Jessica
está emparejada... casada... con el sobrino del Emperador.
Lord sanador Laarn nunca la dejará ir, no ahora.
No pudo evitar la lágrima que se deslizaba por su mejilla y
luchó de nuevo, su genio volvió.
- Entonces, ¿por qué decir que podrías?
- Oye... ¡cálmate! -Su agarre en ella se tensó de nuevo y se
encontró a sí misma casi aplastada contra su amplio pecho,
su aliento abanicándose sobre su cuello. Era alto,
fácilmente un pie y un medio más alto que ella y mucho
más fuerte. No había manera de que pudiese escapar.
El cosquilleo comenzó de nuevo en su garganta, apretando
su pecho en una advertencia y así, su energía la dejó
mientras se desplomaba de vuelta contra él.
- No dije que pudieras recuperar a tus hijas -Dijo en su
oído- Dije que podía llevarte con tus hijas.
Había dicho eso. Asintió levemente, un pequeño
movimiento de su cabeza para indicar que estaba
escuchando.
- ¿Y tú puedes?
Su agarre en ella lentamente se relajó un poco, pero no se
movió. Estaba demasiado cansada.
- Por favor... -Odiaba la nota débil y llorosa en su voz- No
juegues juegos. O puedes o no puedes. Si puedes...
entonces sí, haré lo que quieras.
Su agarre se apretó un poco, casi como una acción
reflexiva.
- Aceptarás mi reclamo, ¿te iras de aquí para convertirte en
mi compañera?

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Cerró los ojos y asintió. Dios sabía por qué la quería... tenía
hijas adultas por el amor de Dios... pero no le importaba.
Haría lo que fuera necesario para volver con sus hijas.
- Si puedes llevarme con mis hijas, entonces sí -Susurró-
Estoy de acuerdo en ser tu compañera.
Un profundo estruendo de triunfo y aprobación vibró de su
pecho a través de su espalda y la soltó lo suficiente para
llevarla de regreso.
Ahora que no la mantenía encarcelada, podía ver lo grande
que era en realidad Un escalofrío la golpeó, mariposas
revoloteando bajo su estomago.
- Soy Fenriis K’Vass -Dijo con esa voz tan sexy como de
pecado mientras le tendía la mano- Soy un comandante de
guerra, comandando del Veral’vias, y ahora, tu compañero,
¿si quieres aceptar mi reclamo?
Las palabras sonaban formales. Sintiéndose como una
adolescente en su primer baile, puso sus dedos en los
suyos.
- Amanda Kallson. Err... Acepto tu reclamo, en el que estoy
entendiendo que me reunirás con mis hijas -Respondió,
esperando que su respuesta fuera correcta. Sonrió, un
destello rápido de dientes blancos y brillantes en su
bronceada piel.
- Amanda K’Vass ahora -La corrigió y tiró de ella
encerrándola. Se puso rígida, no esperando el abrazo tan
pronto.
- Relájate -Murmuró él, envolviendo sus brazos alrededor
de ella- No tengo el hábito de obligar a las mujeres.
Cuando te lleve a mi cama. Créeme, querrás estar allí.

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Su confianza fácil la hizo querer balbucear, pero la atrajo
hacia él con un duro brazo alrededor de la parte posterior
de su cintura y murmuró:
- Cierra tus ojos. El salto será más fácil así para ti.
Estaba a punto de preguntar qué quería decir cuando una
burbuja azul estalló alrededor de ellos. Al momento
siguiente fueron a toda velocidad hacia arriba, pasando por
las ruinas de su techo y subiendo al cielo. Un grito de susto
se le escapó y se pegó contra él, aferrándose con fuerza.
Apretó los ojos con fuerza mientras su mundo se convirtió
en una masa apresurada de colores y sonido ensordecedor
que nunca parecía terminar.
Luego hubo una sacudida tan violenta que casi la arrancó
de los brazos del alienígena. La apretó más fuerte, hasta
que su mejilla se apoyó contra la coraza de su armadura.
Finalmente hubo un estallido y todo se quedó en silencio.
- ¿Amanda? -Fenriis incitó- Puedes abrir los ojos ahora...
Lo hizo y se ensancharon mientras miraba a su alrededor.
Estaban en un gran hangar de algún tipo y estaban
rodeados.
Saltó, reprimiendo su chillido de sorpresa. Los enormes
guerreros la rodearon por todos lados, el interés en sus
ojos multicolores mientras la miraban.
- Fenriis -Susurró- Cuando dijiste tu compañera, lo hiciste
solo para referirte a ti, ¿verdad? Los Lathar no tenéis
múltiples matrimonios o algo así, ¿verdad?
Se río entre dientes, un profundo retumbar por la diversión
mucho más atractivo de lo que quería admitir.
- Lo hacemos, pero es muy raro en estos días. No, mi
pequeña compañera, no debes preocuparte. No comparto.

THE MAN OF STARS 22


Tendrás que perdonarlos. Nunca han visto a una mujer
humana antes.
- Es tan pequeña...
- Supongo que ha crecido completamente.
- ¡Quiero una!
A pesar de la seguridad de Fenriis, se acercó más a él,
chirriando cuando uno de los hombres grandes se acercó y
enganchó un mechón de su cabello rubio. Un gruñido
salvaje sonó y saltó de nuevo, casi le arranca el cabello
mientras se daba la vuelta, esperando a ver algún tipo de
monstruo alienígena que se abalanzaba sobre ella.
En cambio, Fenriis tenía su gran mano sujeta alrededor de
la muñeca del tipo alienígena que se había apoderado de
su cabello. La cara de Fenriis estaba torcida en un gruñido
de rabia, sus ojos oscuros tan fríos que eran aterradores.
- Nunca vuelvas a tocar a mi compañera, Danaar -Siseó, lo
manifestó hasta que Danaar le soltó el pelo. Empujando la
mano del otro hombre lejos, Fenriis la atrajo hacia su
costado, transfiriendo su oscura mirada a todos los
hombres a su alrededor.
- Es mía, ¿entendéis? Lo que significa que no voy a
desafiar a cualquier hombre que incluso la mire de la
manera equivocada, lo mataré. Lo haré... lentamente. ¿Me
entendéis?
- ¡Sí señor!
La respuesta fue instantánea y en gritos, como soldados
respondiendo a una orden de su oficial. Saltó al sonido y su
pecho se apretó de nuevo. Esta vez sabía que no lo había
atrapado a tiempo y se dobló cuando comenzó a toser de
nuevo.

THE MAN OF STARS 23


- ¡Draanth! Danaar, ponnos en marcha -Escuchó a Fenriis
ordenar y al momento siguiente se encontró a sí misma
amarrada contra su amplio pecho. Pasillos extraños y
oscuros pasaron en un borrón mientras se apresuraron a
través de ellos y antes de que lo supiera, estaban en una
habitación bien iluminada.
- ¿Cuándo comenzó esto? -Preguntó otro hombre,
emergiendo desde las sombras, Fenriis la colocó
suavemente en una cama. Si no había estado tosiendo tan
mal, se había quedado sin aliento al verlo,
Estaba cubierto de cicatrices. Desde el costado de su cara
todo el camino por su pecho y abdominales donde estaban
reveladas por su abierta chaqueta. Incluso sus manos
estaban cicatrizadas cuando se acercó a ella.
Esta vez Fenriis no amenazó al hombre, su cara en su
lugar era una máscara de preocupación mientras la miraba.
- Zaan es nuestro sanador -Le dijo a ella- Te cuidará.
Sanara la tos antes...
Se calló, pero sabía lo que quería decir; antes de que se
rompiera una costilla o se le saltara un pulmón tosiendo.
Sabía que había algo malo, muy adentro, pero Doctor
Chambers le había dicho necesitaba descansar, no más
pruebas. Transfirió su atención al sanador cicatrizado
mientras la apoyaba contra la sección de apoyo de la cama
con manos sorprendentemente suaves.
Sus rasgos duros se arrugaron en una expresión severa
cuando las luces se encendieron sobre ella. Miró con
asombro entre toses como el contorno de un cuerpo se
formaba sobre ella, como un cruce entre una radiografía y
un dibujo esquemático. Había salido con un arquitecto una

THE MAN OF STARS 24


vez mucho antes de que tuviera a sus hijas... Había tenido
imágenes así en su oficina.
Su tos se alivió y se recostó, agotada de nuevo. Cada vez
era peor, como si le consumiera toda la energía que tenía.
Eso era lo que la asustaba. La falta de energía. Mientras
miraba, una masa oscura se formó en el dibujo sobre ella.
No necesitaba la mirada feroz en el rostro del sanador para
saber que era malo.
- ¿Cómo han dejado sus sanadores que esto se ponga tan
mal? -Exigió, mirándola con una mirada dura- Usted tiene
tres tumores aquí. Y son desagradables. No es de extrañar
que tengas esa tos. Deberían haberse tratado esto hace
meses.
- ¿Lo tengo? -Preguntó ella, pero podía verlos se dio
cuenta, encima de ella. Sabía que algo estaba mal.
- Sí. Idiotas draanthic -Siseó- Se ha comenzado a difundir
en tus estructuras esqueléticas también.
Su corazón casi se detuvo. De acuerdo, así que sentirlo en
sus huesos tenía sentido porque realmente estaba en sus
huesos. Pero su triunfo en tener razón fue de corta
duración. Incluso sabía que los tumores que se propagaban
en otros lugares como los huesos era algo malo.
- ¿Cuánto tiempo tengo? -Susurró ella, su expresión
sorprendida mientras miraba a Fenriis ¿Sería tiempo
suficiente para que pudiese ver a sus hijas por última vez?
- ¿Cuánto tiempo? -La frente de Zaan se arrugó mientras
estudiaba las imágenes en medio del aire por encima de
ella- Yo diría que alrededor de tres semanas. Quédese
quieta -Ordenó y presionó algo contra su brazo. Apenas
sintió la punzada en su brazo con sus pensamientos tan

THE MAN OF STARS 25


caóticos, cuando la presión alrededor de su pecho que
había estado allí durante meses se alivió.
Tres semanas. Santa mierda... Cerró los ojos, un pequeño
gemido de pánico escapó de ella cuando todo su mundo se
vino abajo. Bueno, iba a estar enferma, o se desmayaría o
ambas cosas.
- ¿Amanda? Amanda, ¿estás bien? -Fenriis estaba a su
lado en un instante y se volvió hacia él, encontrando el
consuelo de sus brazos cuando se los ofreció. Claro que
era un extraterrestre, pero en este momento, tomaría todo
lo que pudiera conseguir y un abrazo era un abrazo.
- Tres semanas... -Logró decir, su voz tensa con lágrimas-
Yo... sabía que algo estaba mal pero, solo tres semanas -
Lo miró levantado, afectada- ¿Podremos ver a mis chicas
antes...? ¿Hay tiempo para llegar a ellas?
- ¿Antes de qué? -Frunció el ceño, confundido.
- Tengo tres semanas -Dijo, lanzando una mirada hacia el
médico extraterrestre. No había oído lo que el chico había
dicho- Solo t... ¿Por qué te ríes?
Las lágrimas brotaron de sus ojos cuando los labios de
Fenriis comenzaron a curvarse en un sonrisa,
- Me estoy muriendo ¡No seas tan cruel!
- Humanos... -Comentó Zaan secamente y luego se
encogió de hombros- Fenriis. Es tu compañera. Se lo
explicas.
Y con eso, se arrastró a algún lugar en las sombras más
allá del foco de atención, gruñendo en voz baja. El silbido
de una puerta indicaba que estaban solos de nuevo.

THE MAN OF STARS 26


- ¿Explicar qué? -Se volvió hacia Fenriis, solo para
atraparlo con una pequeña sonrisa en su rostro- ¿Qué me
estoy perdiendo?
- No te estás muriendo, pequeña -Se estiró para estirar un
pequeño mechón de pelo detrás de la oreja. Sus ojos
oscuros se fijaron en el rizo a medida que se movía, como
si estuviera fascinado por su cabello y luego la miró a ella
otra vez- Zaan quería decir que le llevaría tres semanas
curarte.
Parpadeó, las palabras tardaron un poco en procesarse.
- ¿Me curará? Dijo que tenía tumores y que se estaban
extendiendo...

***

Fenriis se vio obligado a ocultar su sonrisa ante su aturdida


mirada. Quizás todo era humano, pero por alguna razón la
encontró completamente adorable. La necesidad de
protegerla brotó en el centro de su amplio pecho y todo lo
que quería hacer era arrastrarla más cerca y anidarla en su
contra. Protégela con su cuerpo más grande.
- Sí -Dijo, tratando de mantener la aspereza fuera de su
voz.
Dioses, ¿no se daba cuenta de cómo se veía con sus ojos
grandes y sus curvas suaves? Y sus labios... todo lo que
quería hacer era agachar la cabeza y reclamarlos con los
suyos.

THE MAN OF STARS 27


- Nuestra medicina es mucho más avanzada que la tuya. Si
Zaan dice que puede curarte, puede.
- ¿Puede?
Sus ojos se llenaron de esperanza, su mano se curvó
alrededor de su muñeca mientras tocaba su cabello, una
hebra pálida envuelta alrededor de su dedo. Era tan suave
y delicada... nunca había visto un cabello de ese color
antes, Era tan pálido, con motas de oro y plata, como la luz
del sol y la luz de la luna, todas juntas. Los preciosos
metales no podían compararse a la belleza de la mujer en
sus brazos.
Haciendo caso omiso de las necesidades más bajas de su
cuerpo mientras rugían y trataban de alcanzarlo, asintió.
- Puede. Junto a Lord sanador Laarn, el compañero de tu
hija, Zaan es uno de los sanadores mejor cualificados en el
imperio -Lo dijo con mucho orgullo- Zaan es joven pero un
feroz guerrero y también mi primo.
- Este Laarn ¿Es él... bueno con ella? ¿Con Jess?
Sus ojos brillaron ante el fragmento de información sobre
su hija, su agarre apretando en Fenriis que asintió.
- Al parecer, está enamorado de ella. Tiene marcas de
apareamiento... -Asintió con la cabeza hacia sus propias
muñecas, de repente el anhelo de tener las mismas marcas
en su propia piel elevándose- Lo que significa que los
dioses han bendecido su unión.
Cortó allí mismo. No muchos sabían fuera de la corte que
la unión del señor sanador con su delicada dama humana
había sido bendecido no solo con marcas de apareamiento
sino también con una niña. Si eso saliera, habría caos. La
posibilidad de tener descendencia... cada macho correría
allí para reclamar una mujer propia.

THE MAN OF STARS 28


Exactamente como lo hiciste, una vocecita en la parte de
atrás de su cabeza le recordó. Viste la oportunidad y la
aprovechaste. Ahora es tuya ¡Así que reclámala! Ya ha
aceptado ser tu compañera.
- Entonces tus dioses están... obviamente prestando más...
atención que el mío -Dijo ella, devolviéndole su atención.
Estaba cansada, sus párpados caían de vez en cuando,
pero los sacudía abriéndolos para seguir mirándolo. Aun
así, podía decir que no estaba realmente con él, sus
cálidos ojos marrones desenfocados.
- Duerme, Amanda -Ordenó suavemente, levantándola
suavemente en sus brazos- Estás a salvo aquí.
Con eso, se alejó de la sala médica. La inyección que le
puso Zaan dado que contenía un chip de diagnóstico, así
como medicamentos para empezar a curarla. Lo había
visto activarse en los monitores. Eso enviaría información
sobre su condición a Zaan en la sala médica no importa
dónde estuviera en la nave.
Así que no había razón para que se quedara allí y además,
tenía muchas ganas de meterla en su cama. Descansar.
Nada más. Nada todavía. No estaba lista ni física ni
emocionalmente para que iniciara ese lado de su relación.
Pero podría empezar a conseguir que se acostumbrara a él
haciéndola dormir en su cama, rodeada por su olor.
La forma en que se acurrucó confiadamente contra él, sus
brazos alrededor de su cuello y su suave aliento
abanicando en un lado de su cuello, alimentaba su ego
masculino. El hecho de que se deslizara fácilmente en un
medio sueño en sus brazos dijo que confiaba en él para
protegerla cuando era vulnerable, Era una sensación
embriagadora. Se esforzó por no pensar en la suavidad de

THE MAN OF STARS 29


su pequeña forma presionada contra él, se alegró de que
tuviera su armadura en este momento. Si hubiera estado
solo en sus cueros y hubiese sido presionada contra él... si
hubiera sentido su piel suave contra la suya. Se
estremeció. Tal vez, si tuviera suerte, confiaría en él lo
suficiente como para dormir en sus brazos. Envuelta de
forma protectora piel con piel.
Se mordió un gemido cuando su polla, semi-dura desde
que la había encontrado, cobró vida en sus pantalones. Iba
a tener que hablar con sus ingenieros sobre un nuevo
diseño de armadura. No había manera de que pudiera
caminar correctamente, y mucho menos correr, saltar o
cualquier otra cosa que necesitara en tal condición.
Tómala entonces, la vocecita lo volvió a tentar. Saca la
necesidad de tu sistema o tu enfoque se dividirá. El
enfoque de un buen comandante de guerra nunca se
divide.
Ignoró la voz de la tentación cuando tomó el siguiente
corredor a la izquierda. Dos bots de combate en sus
alcobas lo siguieron con sus ojos rojos. Como debería ser.
Esta sección de la nave contenía los cuartos de todos sus
guerreros de alto rango, por lo que la seguridad era alta.
Estaría protegida aquí. A pesar de que casi le había
quitado la mano a Danaar por intentar tocarla, confiaba en
sus hombres. Todos ellos darían sus vidas para protegerla.
Al registrar su presencia, las puertas de sus aposentos se
abrieron.
Tan pronto como se acercaron y caminó a través de ellos.
Eran extensos, como corresponde a un comandante de
guerra. Las paredes de la primera cámara estan llenas con
su armamento personal. Era donde se relajaba, su espacio
personal. Tenía sofás largos y bajos, pequeñas mesas y

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estantes que contenían pads de datos llenos de texto que
le gustaba estudiar en su tiempo libre.
¿Le gustaba leer a su Amanda? Se preguntó mientras
caminaba a través de las habitaciones exteriores a su
dormitorio. Era escaso y utilitario, la gran cama metida
debajo de la ventana grande que se extendía hasta la
mitad del techo.
La cama había estado originalmente al otro lado de la
habitación, pero la había movido, prefiriendo una vista de
las estrellas sobre su cabeza mientras dormía. Le
recordaba a su infancia en las arenas del desierto de su
planeta natal. No podía esperar para despertarse con la
vista y su nueva pequeña compañera en sus brazos.
Temblando con el pensamiento de ese placer en el futuro,
la acostó suavemente en su cama. Murmuró en su sueño y
luego se acurrucó contra las suaves cubiertas. El suave
puchero de sus labios volvió a llamar su atención y tuvo
que resistir la tentación de reclamar sus labios. Pero…
quería hacer eso por primera vez cuando estuviera
despierta y pudiese devolverle el beso.
Alejando su mente de tales pensamientos, le quitó los
zapatos suaves y congelados. Fascinado, sus pies eran
diminutos y perfectamente formados, las uñas pintadas de
un suave color rosa. Gimió mientras los tocaba y estaba a
punto de alejarse, preocupado de que la hubiera lastimado,
cuando levantó la vista para descubrir que lo estaba
mirando con sus ojos oscurecidos por el sueño. No estaba
realmente despierta, se dio cuenta. Su toque la había
despertado lo suficiente como para abrir los ojos, pero eso
era todo.
- ¿Te gusta eso, pequeña? -Murmuró, su voz tan suave
como pudo hacerlo para evitar despertarla más. Dio un

THE MAN OF STARS 31


pequeño asentimiento, sus pequeños dedos de los pies se
separaron de placer cuando envolvió una gran mano
alrededor de su pie.
- Ve más despacio -Susurró ella, arrastrando las palabras
un poco. Lo que sea que Zaan le había dado, obviamente,
la hizo sentir muy relajada- Hazlo más.
Así que Fenriis, comandante de guerra de los K'Vass y
temido guerrero de las arenas negras, se encontró sentado
en el borde de su propia cama, con los pies pequeños de
una hembra humana en su regazo mientras los frotaba
suavemente.
Su piel era tan suave, se maravilló, y sus pies tan
delicados. Sintió los huesos en su interior. Tuvo que
moderar su fuerza, sabiendo que, al menos, podría herirla y
algo peor, romper uno de esos delicados huesos.
Gimió, echando la cabeza hacia atrás contra las almohadas
mientras corría su pulgar suavemente de arriba a abajo por
el arco. Los suaves sonidos de placer enviaron su
excitación al cielo de nuevo y no lo podía evitar imagínala
haciendo esos sonidos cuando se excitara, con sus bolas
enterradas profundamente en su bienvenida suavidad
cuando la reclamara.
Reprimió la sensación, frotándole los pies con dulzura
hasta que las drogas en su sistema y su toque trabajaron
su magia y se durmió otra vez. Le sostuvo los pies un poco
más de tiempo, mientras la observaba dormir antes de
obligarse a si mismo a arroparla y salir de la habitación.
Tenía muchos planes que hacer si iba a mantener la
promesa a su pequeña compañera.

THE MAN OF STARS 32


Capítulo 3

- ¿Y cómo sabemos que mantendrás tu palabra en eso?


Fenriis contuvo su suspiro, apretando los dientes ante la
demanda del general de la Tierra "sentado" frente a él en la
habitación de la conferencia.
A través de la magia de la tecnología superior, el General
Hopkins no estaba realmente presente, sino simplemente
era una proyección holográfica del hombre. Estaba, en
cambio, sentado a salvo a bordo de su propia nave,
manteniendo su pequeña posición un poco alejada del
puente del Veral’vias. Al menos, parecía pensar que estaba
a salvo, lo cual lo había llevado a más de una parte justa de
exceso de confianza y arrogancia.
- Porque he dado mi palabra y la palabra de un
comandante de guerra es válida en todo el Imperio -
Respondió. Rápidamente había llegado a la evaluación de
que Hopkins era un asno. Y peor aún, un culo miope, que
parecía pensar que su ejército era lo mejor de la existencia.
Hopkins frunció el ceño.
- Ah, sí... pero la Tierra no es parte de tu Imperio, no
importa lo que pienses.
Fenriis vio que Danaar, sentado a su lado, se sobresaltó y
sacudió la cabeza ligeramente a Danaar, mientras que un
excelente señor guerrero y uno de sus mejores activos en
el campo de batalla, era un poco demasiado contundente y
sin concesiones para tales negociaciones delicadas.
En verdad, Fenriis no estaba muy seguro de por qué el
Emperador le había encomendado las sesiones de
apertura. No era un diplomático él mismo. Era un guerrero
del desierto, uno que se había elevado mucho más alto de

THE MAN OF STARS 33


lo que jamás había creído posible, el mando de un
destructor. Pero lo había traído aquí, para encontrar a su
pequeña Amanda y por que estaba agradecido incluso si
tenía que sentarse aquí y escuchar mentiras.
- La Tierra está actualmente bajo la protección del
Imperio...
Hopkins lo interrumpió con un gesto desdeñoso.
- Si, lo has dicho varias veces. Ponernos "bajo su
protección" es muy conveniente ya que tenéis puesto el ojo
en nuestras mujeres ¿No es así?
Oh, este macho era un completo idiota de draanthic. Fenriis
contuvo un replica y miró a Hopkins levemente, pero el
humano no lo estaba haciendo.
- De hecho, estoy pensando que podría ser de interés para
nosotros que los intereses de otra especie que no son los
Lathar podrían estar más en línea con la nuestra -
Reflexionó, frotándose la barbilla en un movimiento,
Fenriis asumió que el pensamiento del humano es que lo
hacía parecer inteligente. No lo hacía. Solo lo hacía parecer
el idiota que era.
- ¿En serio? -Ante eso, Fenriis no pudo contener su
incredulidad- ¿De verdad quieres acercarte a alguien más
para protegeros? ¡Somos la misma maldita especie,
arrogante, engreído tonto!
- No -Hopkins parecía que se había tragado un Kinorris, el
insecto venenoso amarillos y negro que plagaba algunas
áreas de Lathar Prime, su expresión terca- Somos
humanos. Ustedes son Lathar. No somos lo mismo.
- Oh, bueno, entonces está bien -Fenriis se recostó en su
silla, su mirada aguda mientras miraba al general humano-

THE MAN OF STARS 34


¿Debo enumerar a otras especies y qué deberías esperar
de ellas?
Los otros guerreros alrededor de la mesa tenían caras
sombrías como Fenriis comenzó a enumerarlos.
- Deberíamos empezar con el Ovverta. Aquellos draanthics
estan en la caza. Caen en un planeta y aniquilaban a todas
las especies de un planeta. No porque tengan un problema
con ellos, o quieran el planeta o cualquier cosa. Ni siquiera
porque están cazando por comida. No, lo hacen por
diversión. Eliminan otras especies porque les divierte.
Los hombros de Danaar se habían apretado mientras
hablaba, por lo que agregó.
- Pero no, no puedes acercarte a Ovverta para obtener
ayuda porque intentó eliminar a la especie equivocada y
casi fueron aniquilada. Fueron perseguidos hasta los
límites del universo e incluso ahora si uno muestra su
rostro, son cazados hasta la muerte,
Hopkins parpadeó.
- ¿Quién les hizo eso a ellos? ¿Con cuál especie intentaron
acabar?
Fenriis sonrió, pero la expresión no contenía humor.
- Con nosotros.
Los humanos alrededor de la mesa comenzaron
sorprendidos, pero ocultó su diversión ante su reacción y
continuó.
- Entonces ahí están los Krin. Nacen en vainas, y
generalmente son más altas que el guerrero Latharian más
alto, masivamente potente y fuerte ¿Y sabes cuál es su
perversión?

THE MAN OF STARS 35


Los humanos sacudieron sus cabezas, sus ojos se
agrandaron como los jóvenes a los que les cuentan
historias de fantasmas.
- Les gusta comer otras especies -Danaar suministró con
brutalidad en su voz. Toda la atención cambió al gran
guerrero mayor- Una vez tuvieron que despejar una colonia
que había sido golpeada por uno de sus ataques. Eso fue
una fiesta para ellos -Gruñó- Habían llegado en masa y
capturaron a los colonos. La mayoría estaban muertos, sus
cuerpos vacíos arrojados aparte como envoltorios de
comida, pero algunos todavía estaban vivos... apenas. Los
restos destrozados de seres que faltan partes de ellos
mismos necesarios para sobrevivir.
El almirante al lado de Hopkins parecía que iba a ponerse
enfermos.
- ¿Quieres decir... que estaban vivos cuando estos Krin se
los comieron?
Fenriis asintió con gravedad.
- Los Krin dicen que los gritos y el dolor añade sabor a la
carne. Han desarrollado formas de mantener sus alimentos
vivos incluso cuando los cortan, incluso cuando devoran
órganos y sistemas que son necesarios para vivir. Se han
vuelto absolutamente expertos en mantener vivas a otras
especies. Si se encuentran a esos draanthics en la Tierra,
serías el mejor buffet de todos los que pueda comer en la
historia.
- Santo cielo. Necesitamos aumentar nuestras defensas.
Danaar se encogió de hombros.
- No te hará ningún bien ¿En que colonia fue?
- Era uno de las nuestras.

THE MAN OF STARS 36


- ¿Son esos los únicos de los que debemos tener cuidado?
-Otro ser humano tuvo el coraje de preguntar, tratando de
ocultar el temblor en su voz. La mayoría de ellos eran
machos viejos, hasta ahora Fenriis no podía entender cómo
serían efectivos al mando en el campo de batalla ¿Qué
pasaría cuando necesitaban inspirar a sus hombres? Los
machos de esta edad apenas podían levantar sus propios
bolígrafos, no digas un arma.
- No -Declaró sin rodeos- No olvidemos a los Seratovianos.
Cambiadores de formas -Añadió a sus miradas en blanco-
No lo sabrías incluso si estan entre ustedes hasta que uno
cambiara y en un impulso de sed de sangre se alimentara
dejando una ola de asesinatos. Afortunadamente, no
suelen viajar fuera de sus sistemas domésticos. Entonces...
tenemos a los Krynassis. Son una especie de lagartos casi
tan capaces como nosotros ¿Si a una reina colmena le
gustan el planeta? -Se encogió de hombros y extendió sus
manos- Digamos que a diferencia de los Krin o los Ovverta,
son generosos. Probablemente te dará... doce horas para
desocupar la superficie antes de que sus guerreros
comenzaran a acabar con vosotros.
- Doce horas... Eso es... -El viejo hombre tartamudeó.
- Así que lo que estás diciendo -Intervino una hembra, una
que había guardado silencio hasta ahora- Es que os
necesitamos.
En un traje elegante, era la única representante no militar
entre el grupo. Fenriis echó un vistazo por encima de las
notas que le habían dado. Madison Cole, vicepresidenta de
Terran y sus colonias. Si tenía su estructura correcta, era el
segundo humano más poderoso en su imperio. El heredero
del "trono" del presidente Halland.

THE MAN OF STARS 37


La estudió con interés. No era tan alta como los hombres,
pero sin duda más alta que su Amanda, su ropa era
prácticamente un uniforme propio, el corte severo insinuaba
la forma femenina debajo. Su cabello de color claro estaba
recogido de su rostro y los inteligentes ojos azules lo
estudiaron atentamente. La peculiaridad de sus labios
dijeron que sabía que la estaba evaluando, tal como lo
estaba evaluándolo a él.
- Sinceramente, sí -Asintió- Dado que en realidad somos de
la misma especie, tenemos un gran interés en asegurar la
supervivencia de la raza humana -Simplemente no saben
cuánto todavía- Tanto que nuestro emperador, Daaynal
K'Saan, ha extendido su protección personal a toda su
especie.
- Sí -Madison sonrió y se aferró a eso- Vamos a hablar
acerca de eso ¿Qué significa eso realmente? Somos
conscientes de las mujeres que tomó de Sentinel Five y de
su historia con respecto a interacciones con otras razas. A
saber, con su hábito de robar mujeres...
Draanth. Realmente no había querido entrar en esto aquí.
Esto era una mierda de alto nivel que Daaynal necesitaba
estar respondiendo.
- Como raza, sí, previamente habíamos intentado aliviar
nuestra problemas reproductivos mediante el secuestro de
hembras compatibles de otras especies -Comenzó con
cuidado- Pero esta práctica ha cesado.
Se había detenido tan pronto como se corrió la voz acerca
de los humanos. Madison inclinó la cabeza hacia un lado.
- ¿Y por qué es eso?
- Tú -Danaar interrumpió, su profundo estruendo hizo que
la hembra transfiriera su atención a él. El hecho de que el

THE MAN OF STARS 38


gran guerrero no podía apartar sus ojos de ella, era obvio.
Había estado mirándola desde que se conectó, su forma
holográfica justo enfrente de él.
- ¿Yo? -Los labios de la hembra se fruncieron y Fenriis
prácticamente escuchó el gemido que todos sus hombres
reprimieron. Fue una táctica inteligente, incluyendo a una
hembra. Casi aseguraba que sus guerreros mayores se
distrajeran. Aunque él no. Tan atractiva como era la mujer
terrana... Tenía a su Amanda. Sus gustos corrían a lo
minúsculo y delicado en estos días
- Sí... -La voz de Danaar era áspera- Sólo queremos
hembras humanas ahora... y el Emperador dice que todos
ustedes están bajo su protección. Así que tenemos que
portarnos bien. Entonces podríamos permitirnos venir y
cortéjalas.
Parpadeó ante sus palabras. Eran directos, como si Danaar
se refiriera a los dos. Entonces se río un poco, en voz tan
alta y delicada que era hipnotizarte.
- Oh, vamos, ¿seguramente un hombre no sostiene ese
tipo de poder?
- Daaynal K'Saan es un Emperador guerrero -Fenriis dijo
llanamente- También es un Emperador nato en una
sociedad donde el asesinato es un opción de avance de
carrera viable. Se rumorea que mató a su primer equipo de
asesinos cuando tenía nueve años... y ha defendido su
trono durante más tiempo que mi vida.
Frunció los labios, pareciendo impresionada, pero se
apresuró a controlarse.
- Bueno. Eso significa que no vais a aterrizar en masa y
empezar a rodearnos. Es bueno saberlo ¿Que me puedes
hablar del incidente en Stanton? Tenemos informes de que

THE MAN OF STARS 39


sus guerreros en la destrucción de suelo y propiedad. Tres
mujeres han sido listadas como desaparecidas: Jacqueline
Wright, Amanda Kallson y Elizabeth Kallson.
Fenriis hizo una pausa. No podía mentir aquí porque si lo
hacía y la mentira fuera descubierta, podría matar cualquier
posibilidad de un tratado, en un punto muerto antes de que
las conversaciones hayan comenzado. Además, ¿cómo
explicaría la presencia de Amanda en su nave? No podía
esconderla y no había manera de que dejara que se la
quitaran. Quemaría todo el maldito sistema en polvo antes
de que eso sucediera.
- Recibimos inteligencia de que podría haber una no
terrana presencia en la superficie, por lo que enviamos un
equipo de especialistas para comprobarlo.
Ahí. No estaba mintiendo, en realidad no. Xaandryn había
sido un asesino y era un comandante de guerra... no eran
guerreros normales por cualquier tramo de la imaginación.
- Tres hembras fueron encontradas en el sitio, requiriendo
asistencia médica. Fueron retiradas para tratamiento...
- ¿Secuestraste a algunas de nuestras mujeres? -Hopkins
saltó a su pies, su voz llena de indignación- ¡Esto es
absurdo! ¡Vas a devolverlas inmediatamente!
- ¡General! -La voz de Madison cortó el aire como un látigo
y la mirada que le dirigió a Hopkins cortándolo. Cuando el
macho se sentó, volvió su atención a Fenriis, su mirada
expectante.
- ¿Comandante de guerra?
Asintió, impresionado por su aplomo y cortesía. Incluso
había sido capaz de decir su rango correcto.

THE MAN OF STARS 40


- Lamentablemente, no estaremos devolviendo alguna de
ellas en un próximo futuro. Dos de ellas han sido enviadas
a nuestro salón de sanadores en Lathar Prime porque no
tengo las facilidades para tratarlas a bordo.
Le dio una suave sonrisa en respuesta.
- Totalmente comprensible. Gracias por recibirlos durante
su hora de necesidad ¿Y la tercera mujer?
- Amanda Kallson tampoco será devuelta -Solo decir su
antiguo nombre hizo que su voz retumbara en la parte
posterior de su garganta- Como ha aceptado ser mi
compañera, ahora es Amanda K’Vass.

***

Por una vez, Amanda no se despertó en un ataque de tos


que se sentía como si los pulmones estuvieran tratando de
salir de su cuerpo por sí mismos. En cambio, un murmullo
silencioso dejó sus labios y se estiró tranquilamente, cálida
y cómoda en su capullo soñoliento.
Era tan raro que no se despertara con dolor, quería
saborear la sensación un poco más pero el sonido de una
ducha rompió a través de su cómodo pequeño ensueño y
frunció el ceño. Mientras se duchaba en su pequeño cuarto
de baño, Roger rara vez se quedaba...
Roger.
Sus ojos se abrieron de golpe cuando los recuerdos de
ayer la atraparon. Roger se propuso, siendo un imbécil y

THE MAN OF STARS 41


girándose hacia abajo... El extraterrestre grande y sexy que
la había llevado hasta su nave.
Fenriis.
Sus ojos se abrieron más grandes mientras miraba a su
alrededor. Estaba en la cama más grande que había visto,
envuelta cómodamente en suaves y cálidas mantas tan
acogedoras que sintió el impulso de acurrucarse debajo de
ellas. Rápidamente, agarró el borde para mirar debajo.
Todavía vestida. Alguien obviamente la había acostado en
algún momento pero se había detenido antes de quitarle la
ropa mientras estaba inconsciente. Bueno. La idea de que
alguien la mirara mientras estaba inconsciente... se
estremeció y no de buena manera.
El sonido de la ducha corriendo llamó su atención de nuevo
y miró a su alrededor. La puerta principal era fácil de
detectar, la vista a través de él, dándole un vistazo de un
espacio vital, por lo que su atención se volvió hacia la
puerta a su derecha. El sonido del agua venía desde allí.
Con cautela, se deslizó de la cama tan silenciosamente
como pudo. Ahí no había nada que pudiera usar como
arma, así que cogió uno de sus zapatos del suelo junto a la
cama. Alguien se los quitó de los pies y los colocó
cuidadosamente donde podría encontrarlos. Claro, un ballet
no era la cosa más aterradora en el mundo pero ahora
mismo, tomaría lo que pudiera conseguir.
Agarrando el zapato firmemente en su mano, se arrastró
hacia la puerta. La alfombra era profunda y lujosa contra
sus pies desnudos, por lo que sus pasos eran silenciosos
cuando se acercó. Había aceptado convertirse en la
compañera de Fenriis, por lo que era lógico pensar que
estos eran sus aposentos.

THE MAN OF STARS 42


Dada la forma en que había reaccionado cuando Danaar
había intentado tocar su cabello, dudaba que permitiera a
otro hombre aquí con ella. Especialmente mientras estaba
dormida.
Lo que significaba que probablemente era Fenriis el que
estaba en la ducha...
Se mordió el labio mientras le llegaba la idea en su mente
del gran alienígena en la ducha. Era grande, como el resto
de los Lathar, oscuro, una mirada sexy que la hacia
estremecerse y queremos agradecer a la creación que
haya nacido mujer... pero solo había visto su cuerpo
pesado con la armadura que algunos de ellos parecían
llevar ¿Era musculoso como los demás? ¿Como el doctor
con todas sus cicatrices o Danaar, el guerrero que había
intentado tocar su cabello?
Intentó imaginarlo mientras mariposas revoloteaban en su
estómago pero no pudo. Así que hizo lo único que una
mujer de sangre caliente que se respeta a sí misma haría.
Se escabulló hasta el borde de la puerta y miró a su
alrededor.
Era Fenriis en la ducha. Se quedó sin aliento ante la vista y
luego se mordió el labio, esperando que el sonido hubiera
sido sofocado bajo el agua corriente. El baño era familiar y
al mismo tiempo, con paredes de azulejos y unidades de
tocador y lo que tenía que ser un inodoro. Huh, parecía que
sólo había tantos diseños como galaxias...
Pero nada de eso llamaba su atención. Estaba toda
reservada para el hombre de pie, desnudo en el rincón, con
el agua cayendo en cascada por su piel desnuda. No había
cabina de ducha, toda la habitación parecía ser una
habitación húmeda. Fenriis estaba de espaldas a ella, sus

THE MAN OF STARS 43


manos se apoyaron sobre las baldosas hexagonales con la
cabeza bajo el agua.
Contuvo un pequeño gemido mientras su mirada vagaba
por su cuerpo. Desde el cabello pegado al cráneo, por la
parte posterior de su cabeza. Su cuello fuerte a los
hombros anchos. Su espalda estaba cubierta de músculo,
tallada bruscamente y sabía lo suficiente sobre culturismo
desde un viejo novio del pasado para saber que ese tipo de
músculo tomaba mucho trabajo duro para construirlo.
Mucho.
Mordiéndose el labio, le prestó atención deslizándose más
abajo hacia una cintura estrecha y caderas magras. Pero
su culo... Oh dios, presiono sus muslos juntos. Su culo
sería eminentemente apretado, rogando por ser agarrado
mientras entraba en ella.
Por el amor de Dios, muchacha, contrólate, se dijo a sí
misma firmemente. Cualquiera pensaría que no lo habías
tenido sexo durante años, en lugar de prácticamente estar
comprometida con Roger.
Pensando en su deseo, el niño de mamá desapareció de
su mente mientras miraba al viril guerrero Latharian.
Algo le dijo que el sexo con él nunca sería olvidable.
Posiblemente podría ser digno de gritar y no era de las
gritonas.
Se giró justo cuando estaba admirando sus piernas
musculosas y se mordió el labio de nuevo. Duro. Jodido
infierno, la vista desde el frente era aún mejor.
Como había sospechado, era tan musculoso como
cualquiera de los otros, con un pecho ancho y tabla de
abdominales en peligro de hacer que babeara justo allí y
entonces cuando su mirada vago hacia abajo y vio la

THE MAN OF STARS 44


enorme polla que tenía en su mano, su cerebro
simplemente dejó de funcionar. Su mano se movió y sus
ojos se ensancharon. No estaba... Oh, joder. Estaba.

THE MAN OF STARS 45


Capítulo 4

Su pequeña hembra lo estaba mirando.


Fenriis no debería presumir. Sabía que no debía, pero
sabiendo que Amanda lo estaba mirando era demasiada
tentación.
Sabía desde el momento en que se había despertado, su
aguda audición fácilmente recogió sus soplos
deliciosamente somnolientos. No había esperado que se
despertara tan pronto. Zaan había dicho que dormiría por
horas con lo que le había dado, y que era lo mejor.
Necesitaba desesperadamente el sueño para que su
cuerpo comenzara a curarse.
Con ese pensamiento, de que necesitaba sanar, su
corazón se apretó. Zaan le había dado una pista después
de la reunión con los humanos de lo enferma que había
estado... lo ineptos que eran los sanadores de la Tierra. La
muy real posibilidad de que hubiera muerto antes de que la
encontrara asustada en niveles que nunca se había dado
cuenta de que existían.
El sonido de ella deslizándose del abrazo de las sábanas.
Sin embargo, cuando se dirigía a la puerta llamó toda su
atención. Y su pequeña tomó aire cuando llegó. Lo vio.
Joder... No había sido tan difícil pensar en ella en su cama,
no lo habría sido con ese pequeño sonido. Totalmente
femenino y lleno de asombro, alimentó su ego masculino
como nada que hubiera sentido antes.
Ya había lavado el sudor de su entrenamiento, así que se
había quedado quieto por un tiempo. Dejando que mirara
como el agua caía en cascada sobre su cuerpo. Le gustaba

THE MAN OF STARS 46


que lo mirara, su cuerpo vivo como si realmente lo
estuviera tocando y no solo con su mirada.
No había podido resistir la tentación de darse la vuelta y
recostarse contra las baldosas, su polla en mano mientras
el agua jugaba sobre su cuerpo. Estaba en forma, bien
musculoso y viril... un hombre en lo mejor de su vida.
Mantuvo los ojos cerrados, reprimiendo una sonrisa
satisfecha mientras daba otro de esos pequeños jadeos
que estaba empezando a amar rápidamente, y se acarició
a lo largo de su longitud rígida. Un rugido áspero se levantó
de su garganta cuando se imaginó que era su delicada y
pequeña mano alrededor de él. Agarrándolo, Acariciándolo.
El placer se arqueaba a través de él, instantáneo y casi lo
consumía todo. Quería eso. Quería su mano sobre él...
Más que eso. Quería que lo deseara. Quería que quisiera
venir a su cama y no solo porque hicieron un trato. Quería
que quisiera estar allí por su propio deseo. Y por los dioses,
haría que pasara.
Así que se acarició, imaginando su toque, escuchando con
avidez los pequeños jadeos que intentó sofocar ¿Qué haría
si abriera sus ojos? ¿Huir? ¿Ocultarse y fingir que no lo
había visto complaciéndose a sí mismo? O se mantendría
firme, mirándolo audazmente... ¿Ella... incluso se acercaría
y lo tocaría por si misma?
El pensamiento casi lo puso de rodillas, un áspero grito en
la parte de atrás de su garganta mientras su mano se
movía más rápido en su polla. Esto ya no se trataba de que
estuviera mirando, aunque eso lo convirtió en más de lo
que jamás podría haber imaginado. Se trataba de la
fantasía corriendo por su cabeza. La idea de que tendría
finalmente una mujer propia para amar y cuidar... para
proteger y cuidar... Para tocar y hacer el amor a...

THE MAN OF STARS 47


La imagen de ella extendida sobre su cama, desnuda, con
una sonrisa de bienvenida en su rostro llenó su mente. No
la había desnudado, a pesar de que había querido...
desesperadamente quería hacerlo, así que no tenía ni idea
de cómo se veía bajo la fea ropa. Pero era curvilínea y
suave, y tenía una maldita buena imaginación.
Sería toda una piel suave y cremosa, decidió, y se
estremecería mientras pasaba las manos callosas por el
combate sobre ella. Olerá tentadora y femenina, a flores
que no podía esperar nombrar y ese único olor delicado
que era únicamente suyo.
Jadearía y mordería su labio inferior mientras la empujaba
debajo de él, sus muslos cremosos se separarían cuando
se instalara entre ellos. No puedo evitar abrir los ojos
cuando el placer se apresuró, bloqueando la mirada en la
de ella mientras se venía duro y rápido. Su puño se movió
rápidamente, la cabeza de su polla destelló entre los
rápidos golpes. Se sacudió y palpitó con su eyaculación,
salpicando sus abdominales con su semilla un segundo
antes de que fuera arrastrada por el agua tibia. Incluso el
rocío contra su carne sensible era erótico. Una tortura
mientras lo miraba. Especialmente mientras estaba
mirándolo pero no desapareció como había esperado. Para
su crédito, se mantuvo firme, con la barbilla levantada y
mirándolo a los ojos incluso cuando se vino sobre su propia
mano.
- ¿Te gusta lo que ves? -Preguntó cuando se controló lo
suficiente para hablar, su voz emergió más baja y áspera
de lo normal- ¿Te gusta mirar o te gustaría unirte también?
Sus mejillas se sonrojaron pero se mantuvo firme cuando
caminó hacia ella, deteniéndose para susurrar en su oído.

THE MAN OF STARS 48


- Porque un día, estarás haciendo más que ver. Te tomaré
y te haré mía contra esas baldosas.
Antes de que pudiera decir algo en respuesta, pasó a su
lado al dormitorio.

***

Oh mi dios, eso realmente acababa de suceder.


Amanda estaba en la puerta, las palabras de Fenriis
resonaban en sus oídos mientras trataba de pensar en algo
que decir. Pero no pudo.
Sus labios estaban separados pero ningún sonido salió
cuando se volvió, viéndolo vestirse boquiabierta como un
maldito pez. Acababa de salir justo delante de ella,
prácticamente la desafió a tocarlo ella misma. Los hombres
que se parecían a él simplemente no hacían eso delante de
mujeres como ella...
Sí, bordeando alrededor del tema aquí, ¿no? Uno
desagradable, dijo una pequeña voz en su cabeza. Era una
mujer lo suficientemente mayor para ser su madre ¿Tiene
que estar en sus veinte?
Sus labios se curvaron cuando notó su atención,
obviamente no se molesto en absoluto por su desnudez, no
es que tuviera algo sobre lo que estar avergonzado.
Mierda, un caballo no habría estado avergonzado por lo
que había acampando entre sus piernas.
- Cuidado, pequeña hembra. O podría empezar a pensar
que te gusta lo que ves -Retumbó mientras se ponía los

THE MAN OF STARS 49


pantalones de cuero, deslizándolos sobre los pesados
muslos de jinete antes de abotonarlos arriba. Podía ver el
contorno de su polla, aún semidura a través del cuero
suave.
- ¿Y qué si lo hago? -Preguntó, levantando la barbilla en un
desafío- Soy una mujer adulta... más que crecida. No hay
nada malo en apreciar cómo esta construido un hombre. Y
no me llames, pequeña hembra. No es agradable.
Sus ojos brillaron peligrosamente mientras caminaba hacia
ella.
- Siempre y cuando yo sea el único hombre cuya
"constitución" estés apreciando, esta todo bien.
Se detuvo justo delante de ella, tan cerca que podía
alcanzarla y tocar ese pecho duro lleno de músculo tallado,
sólido.
- ¿Por qué no? -Se acercó a ella, inclinándose para
susurrar las palabras en su oído- Eres mujer y más
pequeña que yo... Es completamente exacto.
Contuvo el escalofrío, medio esperando que intentara
besarla, pero no lo hizo. En cambio, levantó una chaqueta
de los ganchos de la puerta y se deslizó, sus movimientos
una sinfonía de piel satinada sobre músculos pesados
- Y me gusta que sean ambos -Dijo rudamente, mirando
hacia ella- Pero prefiero llamarte mía.
Inclinó la cabeza hacia atrás, tuvo que hacerlo para
encontrarse con sus ojos.
- ¿Pensaste que ese era el punto de todo esto? -Hizo un
gesto entre los dos. Dios sabía por qué la había deseado
cuando apareció- Un acuerdo de negocios. Me llevas con
mis hijas en intercambio en sea tu compañera.

THE MAN OF STARS 50


Sus fosas nasales se ensancharon, el calor en sus ojos
oscuros.
- No. No es un negocio, sino un acuerdo de todos modos -
Su declaración fue contundente y honesta- Ya eres mía.
Pero, dado que no estás acostumbrada a mi especie,
esperaba que necesitaras un poco tiempo para
acostumbrarte a la idea.
Su percepción y consideración la tomaron por un momento
desconcertada. Los medios de comunicación habían
retratado a los Lathar como neandertales de la era
espacial, llevándose a las mujeres por el pelo a sus cuevas
para aparearse con ellas, pero nada podría estar más lejos
de la verdad. Sus ojos se estrecharon en sospecha.
- Bueno ¿No serás de los del tipo de sexo perverso? ¿No
hay tentáculos de pollas sobre las que deba saber o algo?
- ¿Tentáculos de polla? -Parpadeó, con sorpresa en sus
ojos. Entonces, de todas las cosas, se rio. El profundo
sonido de su diversión rodó alrededor de la habitación- No,
has visto todo lo que tengo. Pero eres más que bienvenida
a inspeccionar más... de cerca si es tu deseo.
Apretó los labios.
- Estoy bien por ahora, gracias.
- Por ahora, ¿eh? -Sonrió, una sonrisa masculina muy
engreída- ¿Podemos esperar ese placer en el futuro
entonces?
Parecía estar disfrutando a fondo de sus bromas ligeras.
Se cruzó de brazos y lo miró con suspicacia.
- Tal vez. No respondiste mis preguntas sobre el sexo
pervertido...

THE MAN OF STARS 51


Apenas había llegado al final de su oración cuando golpeó
sus manos contra la pared a cada lado de su cabeza,
haciéndola saltar. La mirada en sus ojos oscuros la hizo
estremecerse y querer presiona sus muslos juntos.
- He visto lo que tu especie considera... excitante -Sus
palabras fueron susurradas justo al lado de su oídos- Los
videos 'porno' transmitidos en sus canales de
entretenimiento. Si eso es lo que quieres... puedo ser tan
perverso como quieras, con una excepción. Nunca te
compartiré con otro.
Asintió, su respiración casi se detuvo. De alguna manera
logro exprimir algunas palabras.
- La pornografía es lo que miran los hombres -Susurró- Y
algo de eso es enfermo. Realmente enfermo. No miro esas
cosas. Pero algo de eso está bien... No soy una puritana.
Me gusta el sexo.
Asintió, susurrando sus labios sobre el lado de su cuello, lo
que se sintió como una suave caricia que casi doblo sus
rodillas bajo ella. Se controló, forzando el acero en su
espina dorsal, permaneciendo rígida bajo su toque. Dios,
era tan mala como una joven chica con su primer
enamoramiento.
- Bueno. También me gusta el sexo. Y sé que me gustará
contigo -retumbó, retrocediendo mientras se oía lo que
sonaba como una alarma en la habitación- Draanth... típico
sangriento momento. Tienes una cita con Zaan pronto. Solo
hay tiempo suficiente para que utilices las instalaciones si
lo deseas - Señaló hacia el baño con una ceja arqueada-
Entonces te llevaré a la sala médica.

THE MAN OF STARS 52


Capítulo 5

Al final resultó que, tuvo tiempo para tomar una ducha y


cambiarse de ropa antes de salir de las habitaciones de
Fenriis.
- Supongo que no tienes ninguna mujer en el barco,
¿entonces?
Tiró del puño enrollando del uniforme de la nave que había
colocado en la cama para ella. Cuando se unió a él en el
pasillo fuera, por toda su fanfarronada y la reputación de su
especie, rápidamente se dio cuenta de que cuando dijo que
le daría tiempo, quiso decir eso. No la había espiado en la
ducha como lo había hecho ella y se aseguró de que
tuviera privacidad para cambiarme.
- ¿Qué te hace decir eso? -Arqueó una ceja mientras le
ofreció su brazo.
Tenía que admitir, fuera de la armadura de combate y lo
qué parecía pasar por un uniforme entre los guerreros
Latharian, los pantalones eran deliberadamente hermosos.
No había prestado mucha atención a los informes de las
noticias, o los pocos clips que las autoridades de la Tierra
tenían de los guerreros alienígenas, pero ahora que los
había visto podía entender por qué había "fiestas de
secuestro" en la Tierra, llenas de mujeres con la esperanza
de que vengan una horda de Lathar y las secuestre.
Pero no Fenriis, la vocecita en el fondo de su cabeza.
Gruñó ¡Es todo mío!
Se obligó a bajar la vocecita, en caso de que los Lathar
fueran telepáticos. No lo creía, pero debía tener cuidado,
especialmente cuando se trataba de lo desconocido. Y

THE MAN OF STARS 53


estaba tan metida en lo desconocido que podría haber sido
una de las primeras exploradoras coloniales.
- Bueno, no he visto ninguna todavía, y para la ropa de
repuesto que me has ofrecido de los propios trajes de la
nave -Explicó, gesticulando hacia sus brazos y piernas.
Para que el traje le quedara bien, había tenido que
enrollarse los puños hasta que quedaron gruesos fajos de
tela mientras el cinturón de cuero de los propios pantalones
mantuvo el material apretado alrededor de su cintura.
Inclinó la cabeza y supo que tenía razón.
- No tenemos hembras a bordo. Ni siquiera Oonat... nuestra
especie sirviente -Explicó rápidamente- Es un tipo de raza
presa plácida. No altamente inteligente. Los usamos para
atender nuestras necesidades... -Se calló rápidamente, una
mirada de incomodidad y posiblemente de disgusto en su
rostro- Algunos de los hombres las usan por placer, pero yo
no. Y no lo permito en mi nave.
Solo asintió, sin saber lo suficiente sobre los Lathar o los
Oonat para comentar. Como sea, parecía que tenía
principios. Eso era una buena señal.
Pasaron junto a otros Lathar en el corredor mientras hacían
su camino hacia la sala médica. La mayoría de ellos le
ofrecieron a Fenriis un saludo o algún tipo de saludo y
algunos de ellos incluso le ofrecieron una pequeña sonrisa
también, apartando la mirada rápidamente. A pesar de que
eran mucho más grande que ella, no se sentía amenazada
por ninguno de ellos.
Hasta que doblaron por una esquina y un pequeño grupo
de guerreros pasó. Todos saludaron a Fenriis, pero el de
atrás captó su mirada y la sostuvo. Se estremeció, no le
gustaba la mirada en sus ojos mientras caminaba y se

THE MAN OF STARS 54


acercó a Fenriis. Miró hacia ella, con una sonrisa
complacida en sus labios mientras obviamente interpretó el
movimiento como que quería estar más cerca de él. Lo cual
estaba bien. Se quedaría pegada a su lado si no tenía que
ver a ese otro guerrero nunca más.
Las puertas dobles de la bahía médica se alzaron y miró
con interés cuando entraron. La última vez que fue traída
aquí había estado teniendo un ataque de tos que la dejó
sin apenas poder respirar, mucho menos en realidad
prestar atención de dónde estaba. Así que esta vez era
todo ojos, mirando alrededor y tratando de notar todo. Al
parecer su hija, Jess, se había apareado con un sanador y
quería saber más sobre ellos.
- Mi señor -Un sanador apareció de uno de los nichos como
por magia- El sanador Zaan está ocupado actualmente con
una lesión de entrenamiento, así que te pide que lo esperes
en la bahía siete.
- Por supuesto -Fenriis inclinó la cabeza y le hizo un gesto
hacia delante a una bahía con una cama en ella. Asumió
que era la número siete, ya que no había nada que
indicaría un número que pudiera ver.
- ¿Qué pasa con todas las cicatrices? -Murmuró en voz
baja para él mientras el sanador se despidió. Como Zaan
ayer, estaba cubierto en cicatrices horrendas. Había
asumido que el otro sanador acababa de tener en un grave
accidente, pero ahora, mirando hacia la bahía médica
mientras estaba ocupado, se dio cuenta de que todo el
personal médico estaba marcado de una manera similar.
Algunos solo tenían cicatrices leves por aquí y allá pero
podía ver hombres con cicatrices más extensas.
- ¿Seguramente con su medicina avanzada pueden
deshacerse de ellas? -Esperaba que sí. Tenía una cicatriz

THE MAN OF STARS 55


en el tobillo de un choque con el coche en su adolescencia,
daría cualquier cosa por deshacerse de ella. Puramente por
vanidad, por supuesto. Era vieja y no le impedía el
movimiento, pero todavía le gustaría deshacerse de ella.
Fenriis evitó a los hombres que se encontraban fuera de la
bahía con una rápida mirada mientras la impulsaba a
sentarse en la cama. En serio, ¿no tenían muebles de
tamaño normal? Se sentía como una maldita niña todo el
tiempo. Se encogió de hombros.
- Podríamos, pero el punto es que sean vistas. Sus
cicatrices provienen de las pruebas de sanador... -Hizo
una pausa como si buscara una palabra- ¿Al igual que las
pruebas que toman para convertirse los sanadores?
Cuantas más cicatrices tengan, mayor será la experiencia y
mejor entrenados estan. Zaan es uno de los mejores. Solo
el sanador Lord Laarn tiene más.
Asintió, con los ojos muy abiertos.
- Esas pruebas deben ser completamente brutales para
dañarlos tanto.
- Uh-huh -Su voz estaba cerca y se volvió para encontrarlo.
Justo al lado de ella, atenta a sus oscuros ojos. Sus ojos se
ensancharon, y su respiración casi se detuvo cuando
extendió una gran mano lentamente. Se deslizó entre sus
rodillas, apartando sus muslos y sus labios se separaron en
un pequeño suspiro mientras insertaba sus caderas entre
ellos.
Su mano había subido por su muslo, deslizándose por la
parte posterior de sus caderas para facilitar su abrazo.
Señor, era tan grande y cálido. Todos sus instintos
femeninos clamaron a la vez cuando se congeló, la mirada
fija en sus labios mientras la miraba.

THE MAN OF STARS 56


- Eres tan pequeña y hermosa -Murmuró- Perdóname…
Frunció el ceño, sin saber de qué se trataba.
- ¿Por qué?
- Por esto.
Inclinó la cabeza y reclamó sus labios. Saltó ante el
inesperado contacto, con las manos en las sus brazos
pesadamente musculosos, pero luego su jadeo se convirtió
en un suave gemido cuando saqueaba sus labios. No fue
un beso suave y tierno. En cambio, era un asalto sensual a
sus sentidos.
Cubriendo sus labios con los suyos, los separó y gimió
mientras se conducía hacia adentro. Sus labios eran
cálidos y firmes, el cepillo caliente de su lengua eléctrica.
Murmuró en la parte posterior de su garganta mientras
encontró su lengua, deslizando la suya a lo largo de ella. La
provocaba y la atormentaba con el deslizamiento erótico
mientras su mano se pasaba por la espalda a sus caderas
atrayéndola hacia él. Tan cerca que sintió lo dura barra de
su polla presionada entre sus labios vaginales. Siseó por el
calor que rodaba de él, incluso con su ropa entre ellos. Se
alejó rápidamente.
- ¡Draanth! Amanda, ¿te hice daño?
Sacudió la cabeza rápidamente, luchando por controlar sus
pensamientos.
- Sí, estoy bien... mejor que bien -Se río entre dientes
suavemente- Solo... los hombres como tú normalmente no
besan a las mujeres como yo.
Frunció el ceño hacia ella.
- ¿Por qué no? ¿Qué hay de malo en ellos?

THE MAN OF STARS 57


Resopló. Al decir que el primer instinto de un alienígena era
cuestionar qué estaba mal con los hombres, en lugar de
qué estaba mal con ella.
- No estoy... -Mierda ¿Cómo explicó esto? ¿Como
explicaría que la cultura humana estaba muy basada en la
apariencia y el atractivo, y que las mujeres a menudo se
vuelven invisibles después de los treinta y cinco años?
Levantó la barbilla y se encontró con su mirada de frente.
- Soy demasiado vieja para la mayoría de ellos -Finalmente
se decidió- No estoy en mis veinte años con tetas falsas
por aquí y piernas hasta mis axilas. Tengo hijos adultos,
probablemente ropa más vieja de lo que tú eres y una
buena dosis de independencia que significa que no me
importa una jodida mierda lo que la mayoría de la gente
piensa.
Suspiró y se estiró para pasar una mano por su cabello,
rastrillándolo de su cara. Había tratado de mantenerlo seco
durante su ducha, pero algunas hebras estaban húmedas
alrededor de sus sienes y cuello.
- Oh diablos... Esto podría estar disparándome en el pie,
pero si querías una compañera para tener hijos, entonces
no lo soy. Me temo que los días de tener hijos ya pasaron.
Estarías mejor con una compañera diferente.
Lo miró, evaluando su reacción ¿Estaría molesto que de
alguna manera lo hubiera engañado? Aunque, para ser
justos, cuando había hecho el trato con ella, los niños
nunca habían sido mencionados. Buscó sus ojos por un
largo tiempo.
- ¿Eso es por lo que estas preocupada? ¿Que eres
demasiado vieja? ¿Y crees que estaré molesto porque
crees que eres demasiado vieja para tener un joven?

THE MAN OF STARS 58


Asintió, mordiéndose el labio. Su sonrisa se ensanchó y
extendió la mano hacia la parte de atrás de su cuello con
una mano grande, inclinando su cabeza hasta un mejor
ángulo para su beso.
- No lo estoy. Preocupado por tu edad o si puedes darme
un joven -Susurró entre suaves besos. Se alejó para
mirarla de nuevo, con sus ojos oscuros atentos- He estado
al mando de esta nave de guerra por... cuarenta y dos años
de tu Tierra. Lo cual, creo que probablemente me haga
mayor que tú de todas formas. Pero incluso si yo fuera el
guerrero joven más verde que hay, no me hubiera
importado. Tan pronto como te vi supe que tenía que
hacerte mía, no importara el qué.
Sus palabras hicieron que las mariposas en su estómago
entraran sobre marcha. Estaba diciendo todas las palabras
correctas ¿Porque los hombres no existen así en la tierra?
- ¿Y la cosa del bebé? -Mordió su labio inferior, el pequeño
dolor con placer haciéndola perder su tren de pensamiento
completamente
- Medicina avanzada, ¿recuerdas? Tenemos todo tipo de
opciones... si quisieras intentarlo. Y seré honesto. No
puedo pensar en nada más sexy que tú cargando a mi
joven -Murmuró y reclamó sus labios de nuevo.
El beso fue duro y hambriento, como si fuera un hombre
hambriento con un banquete dispuesto delante de él. Se
quedó sin aliento cuando se separó sus labios de nuevo,
conduciéndose dentro para saborearla. Su lengua empujó
cuando presionó sus caderas contra ella, sin dejarla dudar
en cuanto a la dirección carnal que habían tomado sus
pensamientos.

THE MAN OF STARS 59


Un suave gemido salió de su garganta y se estaba
besando. Regresó con toda la desesperación en su alma.
Era como si hubiera sido una planta hambrienta de agua y
luz solar que finalmente consiguiera tanto para hartarse de
ello. No pudo acercarse lo suficiente, presionando contra él
desde el pecho hasta las caderas, ansiosa por cada toque
y beso.
- ¡Ohh! No la reclames en mi bahía médica -La voz aguda
de Zaan rompió a través de su abrazo- Tienes tu propio
alojamiento para mierda como esta.
Con las mejillas en llamas, rompió el beso, inclinando la
frente contra el ancho hombro de Fenriis por un momento
mientras trataba de controlarse. Prácticamente lo habían
estado haciendo en la cama.
Demonios... les dan un par de minutos más y lo habrían
estado, no había duda en su mente acerca de eso. Sin
duda alguna, Fenriis se limitó a sonreírle, con una risita en
su garganta mientras pasaba una mano por su espalda.
- Entonces echa un vistazo a Amanda ya y nos quitaremos
del medio.
El gran sanador se movió alrededor de la cama,
chasqueando en la parte posterior de su garganta mientras
empujaba a Fenriis a un lado e hizo que Amanda se
acostara. Para su crédito, a pesar del hecho de que
obviamente fue molestado, su toque era suave.
- Gracias -Murmuró ella mientras sacaba una almohada de
algún lugar debajo de la cama y la metiera detrás de su
cabeza. Ahí no había habido almohadas en las camas en
ninguna de las otras bahías cuando se asomó, por lo que
obviamente no era un lujo para todos sus pacientes.

THE MAN OF STARS 60


Lo miró, su expresión un poco sorprendida y luego sonrió.
La expresión calentó sus ojos y se dio cuenta de dos
cosas; a pesar de las cicatrices era un hombre muy guapo
y también era mucho más joven de lo que había pensado.
- De nada -Respondió, moviéndose de nuevo hacia el otro
lado de la cama y el panel de control.
Se quedó quieta cuando la máquina arrancó y las luces
parpadearon a la vida sobre ella. Esta vez sabía qué
esperar, su mirada fue a la zona del tórax y pulmón del
esquema. Succiono un aliento fuerte. Las masas oscuras
que había notado antes eran significativamente más
pequeñas de lo que habían sido.
- Estás respondiendo bien al tratamiento -Dijo Zaan, su voz
llena de satisfacción- Tendremos estos desaparecidos en
un momento ¿Cómo te sientes?
- Me siento bien -Dijo- Mi pecho no duele tanto y ya no
siento que haya una banda dura alrededor.
- Excelente -La expresión y la manera de Zaan eran las
mismas que cualquier médico con el que se haya
encontrado en la Tierra, su mirada entusiasta cuando
estudiaba las lecturas en la consola. Las luces encima de
ella cambiando, los puntitos brevemente brillando en sus
ojos- Sus otros signos vitales se ven bien ¿Qué tal la tos?
- En realidad, no la he tenido -La sorpresa la llenó al darse
cuenta- Ni una vez.
Zaan no parecía sorprendido. En cambio, parecía
complacido.
- Bueno. Esperaba que tuviera efecto rápidamente, pero
eso es prometedor.
- ¿Me diste algo para detener la tos?

THE MAN OF STARS 61


Asintió.
- No quería que tu cuerpo estuviera estresado más de lo
que ya estaba. Necesitas tiempo para descansar y sanar...
Hizo hincapié en las últimas palabras, mirando fijamente a
Fenriis, quien solo sonrió en respuesta. Su expresión era
totalmente sin arrepentimientos mientras se estiraba para
acariciar el cabello de Amanda, un toque posesivo, tierno
que hizo que las mariposas aletearan en su estómago de
nuevo.
- ¿Comandante?
Su pequeño ensueño fue interrumpido por el sonido de una
voz masculina desde fuera del cubículo. Un joven guerrero
estaba parado allí, su mirada curiosa la recorrió hasta que
Fenriis se movió, un rumor de advertencia en la parte
posterior de su garganta. Al instante, la pared a la izquierda
de Amanda se convirtió en la vista más interesante del
mundo.
- Lamento molestarlo, mi señor, pero la nave humana se ha
puesto en contacto. Les gustaría tomar el tour que les
ofreciste.
Fenriis había dejado de gruñir, volviendo sus modales al de
un oficial al mando.
- Bueno ¿Cuando?
- Planean llegar en una hora, mi señor.

THE MAN OF STARS 62


Capítulo 6

Fenriis no estaba feliz en absoluto de que los humanos


habían considerado oportuno dictarle cuándo llegarían en
su nave, sino más bien para mostrarles esto, absorbió y
escondió su ira mientras caminaba con Amanda de vuelta a
sus aposentos.
Claro, podría haber conseguido que uno de sus hombres la
llevara de vuelta, pero no quería. Era suya para cuidar y
además, le gustaba que ella, no solo lo tocara en su brazo
sino de los otros pequeños toques que le daba, estaba
seguros de que ni siquiera era consciente de... como
estiraba para tocar su brazo cuando le hablaba y se
acercaba para que el lado de su pecho se rozara contra su
brazo mientras caminaban.
Toques suaves e inocentes, pero lo tenían más duro que
un joven verde ante su primera hembra. Todo lo que quería
hacer era reclamarla, luchando contra la necesidad de
presionarla contra el mamparo más cercano, despojarla de
ese maldito traje feo de su pequeño cuerpo delicioso y
enterrarse profundamente en ella hasta las bolas en la
suavidad de su bienvenida. Pero se contuvo, para no
asustarla antes de que bajara la guardia, no llamaría al
juego.
- ¿Puedo quedarme aquí, si quieres? -Dijo suavemente
mientras las puertas de sus cuartos se abrieron delante de
ellos.
- ¿Eh? ¿Qué? ¿Por qué? -Atrapado en sus ensueños, fue
un poco más agudo de lo que pretendía ser. La detuvo y la
giró para enfrentarla, tomando nota de la pequeña línea
preocupada entre sus cejas- ¿Por qué querría que te

THE MAN OF STARS 63


quedaras aquí? Eres mi compañera... Quiero presumir de ti
incluso con los humanos.
Su confusión era adorable y enloquecedora al mismo
tiempo. La idea de que pensara que querría ocultar su
relación basado puramente en un número trajo una
profunda ira desde su núcleo.
¿Qué tan atrasada es la sociedad humana si deciden que
las mujeres no son nada cuando llegan a una edad
totalmente arbitraria?
Draanthic no era la palabra.
Sacudió el pensamiento para acercarla a él.
- Por supuesto que quiero mostrarte a ellos. Eres mía, y
quiero que todos lo sepan.
Su sonrisa rivalizaba con la belleza del amanecer en
cualquier planeta que hubiera alguna vez visitado. Quería
tomar el sol y olvidarse de todos los invitados, pero en
cambio se apartó con un suspiro.
- Luego -Prometió, su pequeño puchero de decepción
calmando su ego. Escondió su sonrisa. Así que a su
pequeña hembra le gustaron sus besos, ¿verdad? Eso
estaba bien... muy bien.
Su mirada cayó sobre la cama y la condujo hacia ella. Ahí,
situado en el suelo en la parte inferior, estaba el baúl que
había ordenado recuperar del almacenamiento a largo
plazo en la bodega. Era cuestión de un momento presionar
con el pulgar en el escáner e ingresar su código de
identificación. La tapa hizo clic y la abrió con cuidado.
Jadeó.
- ¿Son esas... ropas? ¿Vestidos?

THE MAN OF STARS 64


Asintió mientras levantaba unos cuantos, entregándoselos.
- Eran de mi abuela. Sedas Ketariana -Explicó- Nunca
envejecen o se degradan, y nuestras modas… bueno, sin
mujeres, no han cambiado desde que se usaron por última
vez.
Sacudió el primer vestido, con expresión de curiosidad y
asombro cuando lo sostuvo contra sí misma. Carmesí
profundo, se adaptaba a su coloración, dando vida a su
piel.
- Te queda bien -Dijo, su voz áspera mientras luchaba
contra el impulso. Se agachó y se reajusto en sus
pantalones. En serio, ¿que estaba mal con él si la idea de
ella en un vestido era suficiente para ponerlo duro?
- Ve, pruébatelo -Ofreció, asintiendo hacia las instalaciones
después de notó la manera reverente en que tocaba la tela.
No necesitaba más indicaciones, desapareciendo a través
de la puerta en un remolino de rizos rubios y seda carmesí.
Continuó mirando en el baúl, revolviendo entre los vestidos
de todos los colores hasta que encontró lo que estaba
buscando. Una gran caja de madera.
- ¿Así es como va?
Se giró al oír su voz y se detuvo en seco, su boca
entreabierta para contestar.
Ella. Estaba. Maravillosa.
La seda carmesí le quedaba como un guante. Las correas
enjoyadas destacaban la delicada fragilidad de sus
hombros, la línea de su clavícula simplemente invitando a
sus caricias, y el color de la seda hacia que su piel luciera
radiante. Se moldeaba alrededor de su figura con curvas,
aferrándose a sus pechos como un amante celoso antes de

THE MAN OF STARS 65


envolverse alrededor de su cintura y para luego deslizarse
sobre sus caderas y caer en una cascada de tela hasta el
suelo.
- Y... Y... -Era todo lo que podía manejar.
- ¿Te gusta?
Sus labios se torcieron y levantó las faldas para dar un
pequeño giro. Contuvo su gemido, su polla se sacudió
salvajemente en sus pantalones con la vista. El vestido
estaba sin espalda, revelando la elegante línea de su
espaldas y todo en lo que podía pensar era en caer en la
cama quitándole la seda de su cuerpo. Se detuvo frente a
él, con sus pequeñas manos en la seda.
- Aunque es un poco extraño, debo admitir. La tela esta
abierta aquí y aquí, Quiero decir... permanece cerrado pero
le falta una costura o ¿alguna cosa?
Miró hacia arriba, con un pequeño "oh" de sorpresa en sus
labios cuando se dio cuenta de lo cerca que estaba.
- No. No falta nada -Le dijo, corriendo su dedo a lo largo de
su clavícula. Dioses, era tan pequeña y delicada. La
lastimaría si no tuviera cuidado. Sus dedos jugaron con el
clip en la correa, su otra mano haciendo lo mismo con el
enjoyado broche en su cadera.
- Están diseñados para ser fáciles de quitar... para el
compañero de la dama. Si desabrocho estos, la seda se
cae para que te me reveles.
- Oh... -Sus mejillas se sonrojaron- ¿Revelando... como,
como desnuda?
- Uh, huh -Asintió- Las hembras Latharian no usan...
¿Cómo lo llamáis... ropa interior?
Asintió.

THE MAN OF STARS 66


- Me preguntaba sobre eso. Aunque... -Miró hacia su
escote- Este vestido tiene un apoyo increíble. De verdad
aumenta el... uhm... mi...
Sonrió, metiendo su dedo bajo su barbilla y haciéndola
mirarlo
- Te ves impresionante. Pero te falta un poco alguna cosa.
Ven aquí.
Su expresión estaba llena de curiosidad mientras lo seguía
de vuelta a la cama. No se perdió su pequeña mirada, ni la
rápida mirada se le escapó y su polla se hinchó aún más.
Si solo no tuvieran esta maldita visita, ya la tendría gritando
de placer debajo de él antes de que la hiciera suya
finalmente.
Guardando ese pensamiento antes de que se pusiera tan
mal que no pudiera caminar, abrió la caja y sacó un collar
brillante de diamantes carmesí a juego con su vestido
brillando en la luz del techo cuando lo sostuvo en alto.
- Oh, eso es hermoso -Murmuró, su expresión llena de
asombro cuando extendió una yema del dedo para
acariciar el delicado ajuste. El collar fue diseñado para
parecerse a rosas armelianas, tan delicado como lo era
ella.
- No tan hermoso como eres tú -Respondió ásperamente,
le dio una señal para que se diera la vuelta.
- No puedo usar eso -Discutió, deteniéndose en seco- Se
ve demasiado costoso.
Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa. Mientras
dormía antes, no solo había entrenado, sino que también
había leído sobre su especie y cultura ¿Se dio cuenta de
que estaba tratando de rechazar la versión de su especie
de un anillo de compromiso humano?

THE MAN OF STARS 67


- Bueno, si no lo quieres -Bromeó, haciendo como si lo
pusiera alrededor de su propio cuello. Comenzó a sonreír y
le devolvió la sonrisa a ella, deteniéndose con ella contra
su cuello- ¿Qué piensas? No es realmente mi color,
¿verdad?
Negó con la cabeza, los ojos arrugados con diversión
mientras reía. El sonido era tan despreocupado y
encantador que tuvo que hacer una pausa por un momento
para escuchar.
- Ven acá -Ordenó con brusquedad, girándola con una
suave mano en el brazo y envolvió el collar alrededor de su
cuello. Ayudó levantando su pelo para que pudiera
sujetarlo. Por impulso se inclinó y le dio un beso en la nuca.
- Este fue el collar de reclamo de mi abuela -Le dijo a ella,
su voz íntima. Solo entre los dos- Ahora es tuyo. Para
demostrarles a todos que eres mía.
El pequeño escalofrío que le dio con su toque fue suficiente
para romper su control. Incapaz de detenerse, la giró
suavemente y tiró de ella a sus brazos
- ¿Pensé que teníamos que prepararnos para esta visita?
Su voz era suave cuando la atrajo a sus brazos. La
facilidad con la que se acurrucó contra él fue seductora,
haciendo que la sangre en su cuerpo rugiera de necesidad.
- Pueden esperar. No todos los días un hombre ve a su
mujer con su collar de reclamación por primera vez -
Murmuró contra sus labios. Cepillando contra ellos, no del
todo besándola. Provocándola. Trató de seguirlo, trató de
obtener el beso y su suave resoplido de frustración lo hizo
sentir piedad por ella y por reclamarla.
Mientras lo hacía, sus manos no estaban inactivas,
alisando su cuerpo. La sensación de su suave piel bajo sus

THE MAN OF STARS 68


manos envió una emoción a través de su cuerpo,
calentando su sangre. Un gruñido de necesidad se
construyó en medio de su pecho pero lo retuvo. En cambio,
se concentró en besarla... Tocándola. Dejando que el fuego
y la tensión se acumulara entre ellos.
Deslizando una mano hacia arriba para ahuecar la parte
posterior de su cuello, deslizó la otra alrededor del frente de
su cuerpo, encima de su cintura. Jadeó, un pequeño tirón
en su respiración contra sus labios mientras ahuecaba su
pecho. El gruñido se liberó al sentir el calor del peso en la
mano. Para una mujer tan pequeña, era más que suficiente
para llenar su mano. Le gustó eso, realmente le gustó eso.
Su lengua palpó la costura de sus labios con un suave
cepillo y gruñó de nuevo cuando separó sus labios,
abriéndose para él inmediatamente. Entonces, surgió,
reclamándola con su boca mientras quería con su cuerpo.
Frotó su pulgar sobre su pezón. Se formó una cuenca
instantáneamente, volvió a arquearse para ofrecer más de
sí misma a sus manos. A su toque. Saboreó su pequeño
gemido, el sonido de su necesidad lo llevó a besarla más
profundamente, por más tiempo. Para dejarla sentir un
poco más de la pasión. Y necesitaba que se contuviera.
Gimió de nuevo, presionándose contra él mientras sus
manos barrieron por sus brazos y hombros. Rompió lo que
quedaba de su control y la apretó más contra él. Su mano
se deslizó bajo su pecho, sobre su suave estómago y
encontró las partes abiertas en la tela de su vestido.
Se congeló por un segundo cuando registró su toque contra
su muslo. Cuando no se retiró, siguió besándola,
deslizando su mano más alto. Murmuró de placer, sus
dedos pasando a través del pelo corto en la nuca de su
cuello y un rayo de lujuria y triunfo le atravesó.

THE MAN OF STARS 69


Le gustaba esto, con él. Totalmente.
Su beso se hizo más caliente mientras le separaba los
muslos, encontrando sus labios vaginales y deslizando sus
dedos entre ellos. Estaba caliente y mojada ya, sus dedos
resbalaban con su esencia mientras los deslizaba hacia
adelante para encontrar su clítoris.
Tragó su suave gemido, sus labios aplastados debajo de
los suyos. Mientras la acariciaba con hábiles toques. Se
arqueó hacia él, así que su respuesta que casi lo dejó sin
dotación allí y entonces su mano en su cuello se deslizó
hasta enredarse en su cabello, sosteniéndola firmemente
mientras tomaba lo que ambos querían, con sus labios y su
mano.
Sus caderas se mecieron contra las suyas cuando la tocó,
dando vueltas y acariciando su clítoris. Las diminutas
manos sobre sus hombros y cuello se agarraron más
fuertemente mientras se aferraba a él. No se contuvo, ni
actuó tímida. En vez de eso, se impulsó con pequeñas
oscilaciones de sus caderas contra su mano, regalándole
su placer en pequeños gemidos que se tragó con avidez.
Normalmente habría extendido su placer. La provocó con
su liberación, no dejándola tenerla hasta que la hubiera
llevado al borde una y otra vez. Pero no tenían tiempo para
que se la acercar más, su pequeña forma curvilínea
apoyada contra él, con su mano enterrada entre sus
suaves muslos.
Gruñó en la parte posterior de su garganta mientras
empujaba lentamente un dedo grueso y profundo en el
abrazo de su cuerpo. Su vaina de seda se apretó a su
alrededor y se apartó para maldecir contra sus labios.
Draanth, estaba tan tensa... se sentiría tan bien apretada
alrededor de su polla, pero tendría que tener cuidado de no

THE MAN OF STARS 70


lastimarla. Los Lathar estaban construidos mucho más
grandes que sus homólogos humanos.
Pero esto era sobre ella, no él. Dejo esos pensamientos en
su mente y apretó su pulgar contra su clítoris. Trabajó su
dulce coño, bombeando con uno, luego dos dedos mientras
presionaba contra su clítoris con su pulgar.
Jadeó y gimió, un pequeño cuerpo retorciéndose contra el
de él, hasta que... finalmente... se separó de su beso. Su
grito de placer fue agudo y lo llenó de salvaje triunfo
masculino cuando se vino con fuerza sobre sus dedos.
Era suya. Le había dado placer y cuando estuvieran de
vuelta... la estaba haciendo suya.

***

Los guerreros alienígenas bárbaros eran en realidad


excesivamente educados. Amanda estaba al lado de
Fenriis, rodeada por el resto de sus guerreros mientras
esperaban la llegada del transbordador humano. Eran
enormes, altos y bien musculosos como Fenriis, pero,
como había descubierto, extremadamente educados y
corteses cuando se trataba de ella.
Cada uno de ellos la había saludado con una pequeña
sonrisa y asintió cuando Fenriis los había presentado y

THE MAN OF STARS 71


luego se dispusieron a rodearlos y el alto guerrero con su
brazo enroscado libremente alrededor de su cintura.
Le echó un vistazo por encima de sus pestañas. Su cuerpo
todavía zumbaba por el asombroso orgasmo que la había
dado, sus piernas débiles por el recuerdo.
La había sostenido allí mismo, frente a la cama, en un lugar
protector abrazándola, sus manos acariciándola bajo las
faldas de su vestido.
Sus mejillas se sonrojaron con calor. El mismo vestido que
llevaba ahora. Todo lo que había hecho era acariciarla
debajo de las faldas de vestido y cuando su respiración
había regresado a algo casi normal, la había llevado desde
sus habitaciones y a través de la nave hasta la bahía de
transbordadores.
A pesar de todo, no había dicho nada, pero cuando la
atrapó mirándolo, le guiñó un ojo, sus ojos oscuros llenos
de promesa y calor. El rubor se intensificó ¿Cómo pudo
hacer eso con solo una mirada?
Miró hacia otro lado, estudiando sus alrededores mientras
trataba de recomponerse. Había un contingente de
guerreros alrededor de ellos, todos en cuero y fuertemente
armados, que parecían ser la norma para los Lathar,
incluso a bordo de la seguridad de su propia nave.
La mayoría de ellos tenían su atención en las grandes
puertas de la bahía delante de ellos, pero uno de ellos
estaba mirando hacia ella.
Le llamó la atención y al instante miró hacia otro lado. Era
el guerrero de ojos muertos que la había mirado en el
pasillo. Su casi mirada negra le recordaba a un tiburón. Se
estremeció y se movió más cerca de Fenriis. Tal vez fue

THE MAN OF STARS 72


solo porque la mayoría de los Lathar no había visto a una
mujer por años, pero esa le puso los pelos de punta.
Fenriis le sonrió mientras se acercaba, su brazo apretando
alrededor de su cintura. Su toque en su espalda baja era a
la vez reconfortante y posesivo. Esta vez su escalofrío fue
uno de placer que le recordaba el suave golpe de sus
dedos en su pequeña cita en sus habitaciones. Aunque
había dicho que le daría tiempo, no era ingenua. La
oscuridad y el calor en sus ojos decían que ese tiempo se
estaba acabando rápido.
No podía correr lo suficientemente rápido...
- Están en su aproximación final ahora -Danaar anunció, su
atención en el dispositivo atado a su muñeca. De lo que
podía ver que era una especie de enlace a la computadora
de la nave, un sistema incorporado en un brazalete de
muñeca.
Efectivamente, casi antes de que terminara de hablar, las
luces de advertencia al final de la bahía se iluminaron y la
pesada puerta comenzó a abrirse. Aspiró rápidamente,
instintivo temor por no tener nada entre ellos y el espacio
frío y duro casi sacando lo mejor de ella.
- Hay un campo de fuerza de adaptación en su lugar -
Fenriis murmuró, su voz baja para que solo ella pudiera
oírlo- ¿Ves ese ligero brillo? Permitirá la entrada del
transbordador, pero nada para fuera. Como el aire que
estamos respirando.
Asintió, centrándose en la brecha cada vez mayor cuando
la gran puerta metálica se elevó. Efectivamente, hubo una
ligera ondulación en el aire y un brillo iridiscente que le
recordaba a un ala de mariposa. El alivio la llenó y soltó el
aliento que había estado conteniendo.

THE MAN OF STARS 73


Sus dedos se desenroscaron de un agarre mortal que
había tenido en la espalda de la chaqueta de Fenriis. La
puerta estaba completamente abierta ahora y por un
momento miró hacia el espacio con temor. Nunca había
estado en el espacio. Ni siquiera en ninguna de las
colonias. De hecho, lo más cerca que había llegado al
espacio eran las fotos que Jess le había enviado de sus
asignaciones.
Y ahora, pensar que disfrutaba con una vista en primera fila
de la lanzadera Terrana que redondeaba el costado del
casco de la nave Latharian. Casi se estremeció al ver la
pequeña nave mientras avanzaba hacia las puertas
abiertas. Aunque sabía que era de tecnología avanzada
por los medios de comunicación, había habido cobertura de
pared a pared cuando la nueva flota terrana se había
lanzado a principios de año, parecía como el juguete de un
niño al lado de la elegante letalidad de la nave alienígena.
El ligero arrastre de los guerreros a su alrededor, mientras
esperaban, decía que los Lathar a su alrededor se estaban
aburriendo esperando que la lanzadera terrana llegara a su
destino. Podía entender eso. Estaba lista para que
aterrizaran, sus nervios pendiendo de un hilo.
Finalmente, lo hizo a través de las puertas de la bahía, el
campo de fuerza se partió para crear un sello hermético. El
rugido de los motores casi los ensordecían a medida que
se reducía lentamente a la cubierta.
- No hay supresores de ruido -Danaar tuvo que gritar sobre
el ruido y se tapó los oídos hasta que la lanzadera se
apagó.
La puerta del lado se abrió, levantándose lentamente para
revelar un escuadrón de marines. Mientras estaban
armados, todas sus armas estaban colgadas a través de

THE MAN OF STARS 74


sus espaldas. Estaban tensos y vigilantes cuando rodearon
la compuerta del transbordador.
La mujer que salió a continuación explicaba la guardia de
honor. Llevaba un traje de camisa ajustado que
aprovechaba al máximo su figura alta y delgada y con unos
poderosos tacones que llenaron de envidia a Amanda.
Nunca podría haber caminado en algo tan alto.
- Vicepresidente Cole -Murmuró a Fenriis y Danaar- Es
dura como las uñas… no toma prisioneros. Es conocida por
hacer que sus opositores políticos lloren.
- ¿De verdad? -No era Fenriis sino Danaar, de pie junto a
ella, quien contestó- No me parece una mujer que asuste
fácilmente.
Amanda negó con la cabeza.
- Ex reportera de guerra antes de que entrara en la política.
Es auténtica.
Varios hombres uniformados siguieron a la mujer alta a
través de la cubierta hacia Fenriis y su grupo de guerreros
que esperaban.
Era fácil ver que la vicepresidenta estaba al mando, y así
como era fácil de ver, no se sentía bien con los militares de
alto rango detrás de ella. Estaban resplandecientes en sus
joyas y trenzas con aspecto de niños jugando a los
disfraces en comparación con el cuero sin adornos de los
guerreros de Latharian.
Amanda miró de reojo a Fenriis. A pesar de que estaba al
mando de toda la nave, iba vestido como el resto de sus
hombres. No podía ver ninguna señal externa de rango en
ninguno de ellos.

THE MAN OF STARS 75


La única diferencia era que Fenriis era el único de ellos con
el cabello corto. El resto todos tenían largos mechones que
cubrían sus hombros, la mayoría de ellos con una masa de
trenzas en un lado, los extremos decorados con cuencas
de diferentes colores. Tenía que ser algún tipo de sistema,
decidió. No eran del tipo para sentarse y trenzarse cada
uno el cabello de otro y cantar canciones.
Madison le dio una sonrisa fácil cuando los alcanzó, su
mano se extendió.
- Comandante de guerra Fenriis. Un placer que finalmente
nos veamos en persona
Antes de que Amanda pudiera murmurar que le diera la
mano, Fenriis extendió su mano a la Madison y la estrechó.
- El placer es todo mío, señora vicepresidenta -Dijo,
dándole una firme sacudida a la mano antes de soltarla. Se
propagó la aprobación a través de Amanda cuando no
intentó dominar el gesto o complacer al género de Madison
de cualquier manera... simplemente tratándola como a una
igual.
- Puedo presentar a mis guerreros de alto nivel -Indicó a los
hombres que le rodeaban- Mi segundo al mando, Danaar...
Antes de que pudiera terminar su oración, Danaar dio un
paso adelante, a diferencia de Fenriis, su actitud no era
educada y solícita. En lugar, sus modales eran
depredadores y dominantes mientras la agobiaba. Amanda
sintió más que vio la tensión rodar a través de los infantes
de marina detrás de Madison, pero se quedó con un
pequeño movimiento de su mano mientras miraba al
guerrero alto.
- Bueno, ¿no eres simplemente un Adonis? -Su voz era
baja pero controlada y no retrocedió ni una pulgada, su

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mirada fija se fijó en la suya mientras lo igualaba en busca
de su mirada- ¿Ahora quieres apartarte, guapo, o no tienes
el cerebro para respaldar esa fuerza muscular?
Danaar no parecía saber qué decir y Amanda se guardo de
nuevo su sonrisa mientras se marcaba un rictus en la
esquina de los labios de Madison.
Oh sí, tenía bien medido al gran guerrero.
Fenriis gruñó una advertencia y Danaar se hizo a un lado.
Pero no le paso desapercibido a Amanda de que no
regresó a su posición original, en su lugar, se cernía al lado
de Madison.
- Y esta es mi compañera, Amanda K'Vass... -Fenriis
continuó, como si Danaar no hubiera interrumpido. Una
mano en la parte baja de su espalda, la urgió a avanzar.
- Señora -Murmuró, sin estar segura de si debía hacer una
reverencia o algo así, pero la pequeña mirada de Fenriis la
detuvo. Había dejado de ser un sujeto de la Tierra en el
momento en que aceptó su reclamo de ella, por lo que
enderezó su espina dorsal y extendió su mano- Es un
placer conocerte.
- ¡De la misma manera! -Madison era todo sonrisas
genuinas mientras sacudía la mano de Amanda,
cubriéndola con la suya por un momento- ¿Y felicidades
por tu... boda? -Comprobó, mirando entre los dos.
Amanda abrió la boca pero se detuvo, sin saber qué decir.
Pero Fenriis vino al rescate.
- La unión... la ceremonia en sí se llevará a cabo en la corte
ante el Emperador -Dijo, deslizando un brazo alrededor de
la cintura de Amanda y tirando de ella contra su costado.
Su expresión cuando le sonrió y su corazón dió un vuelco.

THE MAN OF STARS 77


- ¿Entonces no están realmente casado? -Preguntaron los
generales detrás de Madison, su voz rozando una burla. La
temperatura alrededor de Amanda bajó varios grados, la
atención de cada guerrero en la sala del general.
- General Hopkins -La voz de Madison era como un látigo
en el aire- No podemos atribuir las normas culturales
humanas a una sociedad alienígena. Pueden, y
probablemente lo harán, hacer las cosas de manera
diferente a nosotros.
Fenriis inclinó su cabeza en lo que parecía ser en
silencioso agradecimiento por las palabras de la
vicepresidente, pero Danaar habló.
- Una vez que el reclamo de un guerrero ha sido aceptado,
es vinculante -Retumbó, mirando a Madison como si
estuviera hablando con ella y solo ella- La ceremonia es
simplemente un...
- ¿Una formalidad? -Ofreció, arqueó una ceja y sonrió
cuando él asintió.
- No todas las parejas tienen una ceremonia. No es
requerido por la ley. Siempre que la mujer jure que no fue
bajo coacción cuando aceptó la reclamación... Sigue en
pie.
- Entonces... -Amanda no pudo evitar interrumpir- Es sólo
una cuestión de dos personas que deciden estar juntas.
Intercambió miradas con Madison, haciendo caso omiso de
un Hopkins a punto de estallar, que había sido desterrado a
la parte posterior del grupo con un movimiento de la mano
de Madison.
- Parece mucho más sensible que algunas culturas
terranas, ¿no es así?

THE MAN OF STARS 78


- Oh, de hecho -Respondió la mujer más alta, volviendo su
atención a los guerreros que los rodean- Todavía tenemos
un problema con algunas culturas... que arreglan
matrimonios donde la mujer no tiene elección, niñas siendo
novias... ese tipo de cosas.
- ¿Qué? -La voz de Fenriis sonó con sorpresa- ¿Casan
niños con otros niños? ¿Por qué razón? Son niños...
Amanda negó con la cabeza tristemente, con la mano en
su brazo.
- No con otros niños, amor. A algunos hombres les gustan
mucho que sus esposas sean jóvenes. Es un problema en
las colonias exteriores con algunas de las religiones más
tradicionales. El problema, al final, es que por donde estan
es difícil para las autoridades detenerlos o detener a las
familias que viajan de la Tierra para tal propósito.
Fenriis la miró en shock, y luego sus rasgos se torcieron.
- Eso es asqueroso. Esos no son hombres dignos de ese
nombre. Nosotros no permitiríamos que tales machos
permanecieran en Lathar. Nos harían ser deshonrosos... si
les permitimos vivir en absoluto. Felizmente
encontraríamos y derrotaremos a estos hombres, si su
liderazgo nos lo permite -Dirigió a Madison, un sentimiento
que se hizo eco en sus hombres cuando todos asintieron
en acuerdo.
Justo allí, viendo su reacción genuina, el corazón de
Amanda se derritió un poco más. Lejos de los guerreros
alienígenas bárbaros que les habían dicho que eran los
Lathar, se estaba dando cuenta de que eran simplemente
diferentes Y desafortunadamente la reacción del humano
estándar a cualquier cosa diferente era temerla. Madison
inclinó la cabeza.

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- Gracias. Un día espero que nosotros seamos capaces de
combinar nuestros esfuerzos en tal empresa.

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Capítulo 7

Danaar no había dejado el lado de Madison. La estaba


siguiendo como un cachorrito cubierto de cuero.
- Creo que tiene una cosa por ella -Amanda susurró a
Fenriis, con la mano metida en su brazo mientras los
guiaba alrededor de la nave en un tour.
Hasta ahora habían visto los camarotes, con el puente
debajo de ellos, la galería central donde entrenaban los
guerreros unos contra otros y los muchos robots de
combate que se alineaban en los pasillos. Danaar los había
guiado a través de uno de los cuarteles, donde la mayoría
de los guerreros silenciosos estaban al final de sus camas,
y luego les mostró los cuarteles de los guerreros de alto
nivel. Se sorprendió al darse cuenta de que los cuartos de
Fenriis estaban exactamente en el mismo lugar; solo un par
de habitaciones y no más lujosas que el resto. Estaban
actualmente en el comedor, los humanos de la reunión
estudiaban con interés la comida que se les ofrecía. Fenriis
echó un vistazo a la alta vicepresidente, actualmente
mirando lo que parecía ser una rebanada de pastel de
chocolate en un plato en sus manos. Danaar se puso de
pie a su lado, ofreciéndole un tenedor para que pudiera
probarlo.
- Definitivamente tiene una cosa por ella -Fenriis dijo
suavemente- Si no fuera quien es, habría hecho como yo
hice contigo y la sacaría en el momento en que la vio.
Los labios de Amanda se curvaron mientras lo miraba. El
resto del grupo se había adelantado un poco. Solo Hopkins
se retrasó, pero parecía estar fascinado cuando un
guerrero explicaba cómo la comida era cuidadosamente

THE MAN OF STARS 81


preparada para cumplir los requerimientos nutricionales en
el entrenamiento de un guerrero.
No parecía estar prestándole atención a ella y a Fenriis, por
lo que se acercó, sus manos alisando su pecho desnudo
debajo de su chaqueta.
- Hasta donde recuerdo -Dijo en lo que esperaba que fuera
un sensual voz baja- Me ofreciste una opción.
Y la tomo. Había esperado hasta que hubiera aceptado su
oferta antes de llevársela de vuelta a su nave. Algo que
sospechaba no era típico de los Lathar. Pero entonces,
Fenriis parecía ser único y en gran medida un hombre que
tomaba decisiones acerca de las cosas.
Su mirada se encontró con la suya y era como si nadie más
estuviera en la habitación. Su existencia se redujo a solo
ellos dos cuando deslizó sus manos alrededor de su cintura
y la atrajo hacia sí. Sus labios se separaron en un pequeño
jadeo cuando sintió la barra gruesa y dura de su polla
presionado contra la suavidad de su vientre.
- No soy un hombre civilizado -Le murmuró, la mirada en
sus ojos oscuros robándole el aliento y poniendo su
corazón a tronar en su pecho como una manada de
elefantes en estampida- No como algunos de los otros. No
como Laarn, el compañero de tu hija... Son de una línea
mucho más civilizada que la mía. La gente de mi padre
todavía vive en los desiertos de nuestro mundo natal,
luchando contra Sandwryms y viviendo en las viejas
costumbres.
Extendió la mano para meter un mechón de cabello suelto
detrás de su oreja, una expresión de fascinación en su
rostro mientras envolvía el final alrededor de su dedo antes
de soltarlo.

THE MAN OF STARS 82


- Si te hubiera visto allí, en el desierto... te hubiera llevado,
tomándote -Admitió con voz áspera, toda pretensión
chamuscada de su expresión. Contuvo el aliento. Era como
si pudiese ver todo el camino hasta su alma- Eres tan
hermosa. Como una diosa hecha carne y enviada a tentar a
los machos mortales... y eres todo mía. Quisiera
asegurarme de ello -Bajó la cabeza y sus labios rozaron su
oreja- Quisiera derribarte, ponerte debajo de mí y
desnudarte la ropa de tu pequeño cuerpo curvilíneo... y
luego enterrar mi polla profundamente hasta mis bolas en
tu calor apretado. Reclamándote justo allí y luego con mi
cuerpo y mi semilla para que todos sepan que eres mía.
Parpadeó, el calor la llenó con sus palabras explícitas y se
apresuraron a colorear sus mejillas.
- ¿Qué... en público? -Susurró ella. No era puritana, pero la
idea de eso, tener relaciones sexuales con todos mirando,
simplemente no iba con ella.
- ¡Draanth, no! -Su respuesta fue inmediata y contundente.
La cabeza echada hacia atrás, sus fosas nasales se
ensancharon y sus ojos brillaron peligrosamente por su
sugerencia- Eres mía. Ningún otro macho conseguirá
mirarte de esa manera. Nunca más.
Contuvo su sonrisa ante la nota posesiva en su voz. Tener
a un chico que fuera todo macho alfa con ella era seductor
por derecho propio, especialmente cuando se veía cuando
Fenriis lo hacía. Llámala superficial, no le importaba, se
sentía muy bien.
- No -Continuó con un gruñido, deslizando su mano en su
cabello y la mantuvo quieta mientras inclinaba la cabeza
como para besarla. Su sangre se calentó con anticipación-
Te habría reclamado bajo mi capa. Te protegería del sol y

THE MAN OF STARS 83


de la mirada de otros machos con ella y mi propio cuerpo -
Murmuró contra sus labios y entonces, finalmente, la besó.
Comenzó suave, poco más que un roce de su boca contra
la suya pero era codiciosa. La buscaba, la necesitaba,
había tenido más problemas al principio para entender por
qué la había querido ¿Por qué este hombre aparentemente
joven y guapo estaba interesado en ella en absoluto? Pero
ahora no le importaba. Obviamente lo estaba en realidad y
no iba a mirarle los dientes al caballo regalado.
Así que lo besó, levantándose sobre los dedos de los pies
para presionarse contra él ansiosamente. Un gruñido de
aprobación en la parte posterior de su garganta decía que
se había dado cuenta y el toque de su mano a través de su
espalda baja era eléctrico. Su lengua rozó su labio inferior,
abriendo su boca para permitirle el acceso...
Entonces todo se fue a la mierda.
En algún lugar entre un beso y el siguiente, cuando parecía
que Fenriis estaba listo para empujarla a un rincón tranquilo
para ellos mismos, fue cuando los gritos de ira y disparos
rompieron el hechizo.
Si hubiera pensado que los Lathar eran rápidos antes, no
era nada en comparación con la velocidad con la que
reaccionaron ahora. Su cabeza giró cuando Fenriis la
levantó y la empujó detrás de él. Su atención al pequeño
grupo de humanos en medio del comedor dirigidos por el
general Hopkins, armados con rifles de asalto frente a los
guerreros alrededor de ellos. Guerreros que solo estaban
armados con espadas y cuchillos hasta donde podía ver. Al
menos dos estaban tirados, inmóviles en el suelo con
profundos charcos de color carmesí extendidos a su
alrededor. Jadeó, su instintiva necesidad de ir hacia ellos la
detuvo el brazo duro de Fenriis a través de su cintura.

THE MAN OF STARS 84


- ¿Qué diablos crees que estás haciendo, general? -
Madison exigió, la furia irradiando de cada línea de su
cuerpo delgado como trató de luchar contra uno de los
marines que la habían arrastrado lejos de Danaar.
- ¡Terminando con esta ridiculez ahora mismo! -Espetó
Hopkins hacia atrás, su rostro enrojecido de ira mientras
miraba a los Lathar con odio- Deberíamos estar soplando
estos culos del cielo, no hablando con ellos. Nos han
ofrecido nada más que agresión... o ¿te has olvidado de
que tomaron Sentinel Five? ¡O a ella! -Saludó a Amanda,
medio escondida detrás de Fenriis.
- ¡Abajo, general! -Ordenó Madison, su voz tensa cuando
se sacudió el agarre del marine- ¡Esto es una orden directa!
- Tengo la autorización del propio presidente -Hopkins
gruñó, asintiendo con la cabeza a los marines a ambos
lados de Madison.
- Apresarla... Se enfrentará a preguntas cuando
regresemos a la Tierra. ¡Tú! - Se volvió y señaló con su
arma de fuego hacia Amanda- Ven aquí. No te vamos a
dejar aquí con estos animales.
Amanda negó con la cabeza.
- De ninguna manera. Me quedo bien aquí.
El labio de Hopkins se curvó cuando la miró de arriba
abajo.
- Que aficionada a la polla alienígena, ¿verdad? Bueno,
estoy seguro de que los chicos del equipo pueden
recordarte por qué los hombres humanos son mejores.
- Sobre mi cadáver -Fenriis gruñó, parándose delante de
Amanda cuando Hopkins avanzó, blandiendo el arma en su
mano.

THE MAN OF STARS 85


- Oh, eso se puede arreglar. Créame -El general humano
gruñó, enfrentándose al guerrero Latharian mucho más
grande.
El corazón de Amanda saltó a su garganta, el miedo por
Fenriis la dejó sin palabras. Sabía que los Lathar eran
grandes y duros pero si golpeaba a Fenriis a quemarropa...
- ¡No! ¡Déjalo solo! -Trató de abrirse paso hacia el frente
del grupo, para meterse entre Hopkins y Fenriis, pero unas
manos duras abrazaron sus brazos. Siseó y luchó como
una gata salvaje,
Tratando de mantener sus ojos en Fenriis.
- ¡Asegura a las hembras! -Ordenó Fenriis con un pequeño
asentimiento de cabeza para Danaar.
Ambos hombres se movieron como un rayo, Danaar agarró
fácilmente a Madison del que era su escolta marine cuando
Fenriis fue a por Hopkins.
Los ojos de Amanda se agrandaron a la velocidad del gran
Lathar. Hopkins ni siquiera tuvo la oportunidad de
parpadear antes de que la mano de Fenriis se hubiese
cerrado alrededor de su muñeca. El crujido agudo de la
ruptura de los huesos llenaron el aire mientras giraba y
tiraba del general hacia él, envolviendo una gran mano
alrededor de la garganta del general, en su mano libre de la
pistola.
Los marines entraron en acción con gritos y más disparos.
Chilló, cubriéndose las orejas mientras la tiraban hacia
atrás lejos de la acción. Las luces se apagaron y no pudo
ver cualquier cosa, solo el destello de las pistolas y los
láseres rojos cortando a través del aire ahumado.

THE MAN OF STARS 86


El ruido era ensordecedor. Todo lo que podía oír era el
sonido de su propia respiración y su corazón martillando en
su pecho mientras estaba arrastrándose más hacia atrás
en la oscuridad. No luchó, permitiendo que el guerrero que
la había agarrado la llevara a un lugar seguro.
Era uno de los hombres de Fenriis, así que ella estaba a
salvo. Ciertamente más segura que en el cuerpo a cuerpo
del comedor. La forma más grande del guerrero interrumpió
su visión del caos cuando la empujó a través de una
puerta.
Soltó un suspiro de alivio, uno templado por su
preocupación por Fenriis, cuando la puerta se cerró detrás
de ellos y cortó todos el ruido.
- Gracias -Dijo, una sonrisa formándose en sus labios
mientras miraba hacia arriba, solo para congelarse en su
lugar cuando se dio cuenta de que el guerrero que la había
sacado del caos más allá de la puerta.
El guerrero de ojos muertos que le daba escalofríos se paró
enfrente de ella, su mano dura alrededor de su brazo
mientras la levantaba en su contra.
- Mía -Siseó y golpeó su boca sobre la de ella.

***

THE MAN OF STARS 87


- ¡Rodearlos! En la esquina -Fenriis gritó órdenes cuando
sus guerreros rodeaban a los soldados humanos. Estaban
ciegos en la oscuridad, dando vueltas como tontos mientras
disparaban salvajemente.
Un grito femenino hizo a Danaar rugir y alejarse en la
oscuridad. Fenriis lo dejó ir, otros guerreros llenando el
vacío. Había visto la forma en que Danaar miró a
Madison... a veces un guerrero tenía que hacer lo que tenía
que hacer.
El resto de ellos encerraron a los humanos en la esquina
del comedor. Era un juego de niños empujarlos en un
posición, alcanzados y desarmarlos. Unos pocos se
resistieron, solo para descubrirlo que los codos Latharian
eran las cosas más duras en su existencia.
Especialmente cuando se aplicaban fuertemente a las
costillas y mandíbulas.
En cuestión de minutos, sin embargo, las luces se
encendieron y los humanos parpadearon, temporalmente
cegados, solo para encontrarse a sí mismos rodeados, sus
propias armas apuntaban hacia ellos.
- ¡No puedes hacer esto! -Hopkins todavía estaba en eso,
su rostro morado cuando grito- ¡Soy el general Adam
Hopkins! Reporto directamente al ¡presidente! Tendrá tu...
- ¡Oh, cállate, HOPKINS! -Madison Cole estaba furiosa, le
grito interrumpiéndolo. Fenriis se dio media vuelta para ver
a la mujer humana caminando hacia ellos, encogiéndose
de hombros a Isan, que estaba tratando de sanar una
herida en su brazo.
- ¡Saltaste pequeño pedazo de mierda! -Siseó ella,
acertando en la cara del humano- ¡Estabas bajo órdenes

THE MAN OF STARS 88


estrictas de no causar problemas en esta misión! Mierda,
debería haberte sacado de la lista.
- ¡Tú! ¡Tú eres la razón por la que estoy aquí! -Hopkins
soltó de nuevo, la luz en sus ojos casi maníacos- Le he
estado diciendo al presidente durante semanas que
debería reemplazarte. Que tú también estás... interesada
en estos... estos... alienígenas. No es sano. Pero... -La miró
de arriba a abajo con una burla- He escuchado todas las
historias sobre ti...
Danaar gruñó, a punto de dar un paso adelante, pero la
mujer humana lo golpeó. Con el tipo de velocidad que
habría hecho a un guerrero Latharian orgulloso, golpeó,
agarrando las bolas del humano y apretando.
Chilló, con los ojos saliendo de su cabeza mientras los
músculos del brazo de Madison se tensaban.
- ¿Cuentos? ¿De verdad? ¿Es por esto que tus amiguitos y
tú se cambian en los vestuarios porque tienes miedo de la
posibilidad de una mujer con poder? Vamos a escucharlos
y será mejor que sean jodidamente buenos, General.
Fenriis resistió el impulso de presionar sus propias piernas
juntas. No tenía simpatía por el tipo, era el más bajo de los
bajos, pero el estremecimiento en sus bolas fue una
respuesta automática.
- Ah-ah... -Hopkins no tuvo respuesta, moviendo la
mandíbula mecánicamente cuando su cerebro se centró
totalmente en lo que tenía que ser un agarre aplastante en
sus bolas. Madison siseó y lo empujó lejos, volviendo a
mirar a Fenriis.
- Me disculpo, Comandante de Guerra -Dijo, de vuelta recta
cuando lo miró. Tenía que darle crédito. Rodeada de
guerreros alienígenas cuando su propia guardia acababa

THE MAN OF STARS 89


de ir a la ofensiva y todavía estaba actuando tan fría y
controlada como una emperatriz.
- Estos hombres no estaban actuando bajo mis órdenes.
Serán severamente castigados cuando volvamos a nuestra
nave.
Fenriis negó con la cabeza.
- Eso no va a estar pasando.
Se congeló, y por un momento vio la preocupación en la
parte posterior de sus ojos antes de enmascarar la
expresión.
- ¿Qué es lo que quiere decir?
- Usted abordó nuestra embarcación y nos disparó -Fenriis
pronunció la sentencia, más para los hombres detrás de
Madison que para el mujer misma- Eso es un acto de
guerra. Todos ustedes serán llevados a celdas y esperarán
la justicia de una corte de guerreros.
Palideció ante eso y se tambaleó, lo que hizo que Danaar
gruñera y diese un paso hasta su lado. Su mirada se
enfrentó con la de Fenriis.
- Está herida. No puedes ponerla en una celda.
Fenriis nunca había tenido la intención de hacerlo. Los
machos, sí, pero no a la hembra. Especialmente no cuando
estaba herida. Pero no lo sabía.
- Tendrá que ser vigilada. Después de esta traición no
podemos confiar en cualquiera de ellos…
La esquina de los labios de Danaar se curvó cuando se dio
cuenta de a lo que Fenriis jugaba. Y así debería. Los dos
habían sido amigos prácticamente desde la cuna. Habían
crecido juntos, entrenados juntos... cazaron y mataron a

THE MAN OF STARS 90


sus primeros Sandwryms juntos. El día que Danaar no
podría leerlo sería el día en que enterraría a su amigo.
- Es mía. Me haré cargo de ella -El pronunciamiento de
Danaar fue puntuado por un jadeo femenino.
- ¡No soy tuya! -Siseó ella mientras Danaar la tomaba del
brazo, todavía discutiendo mientras se la llevaba.
Fenriis los ignoró a favor de mirar alrededor de la
habitación. Ahora que las luces estaban de vuelta, podía
ver los resultados del pequeño ataque que los humanos
habían orquestado. Dos guerreros estaban parejos ahora a
cargo de los sanadores de Isan, uno ya estaba siendo
llevado lejos para el tratamiento. Observó qué guerreros
eran, no se sorprendió de que esos dos en particular se
hubiesen puesto en peligro.
Se volvió para mirar a Hopkins, deteniendo al guerrero a
punto de llevarlo a las celdas con una mirada.
- Si alguno de ellos muere debido a tus acciones, tú y tu
planeta sufrirán las consecuencias ¿No querías nuestra
protección? Pero si mueren, por los malditos dioses,
desearías haberla tenido -Asintió con la cabeza al guerrero
sosteniendo el humano- Saca al Draanth de mi visión.
Los humanos estaban ocupados por guerreros de rostro
sombrío, pero Fenriis ya no estaba interesado en ellos. En
su lugar, escaneó la habitación por Amanda, pero no
estaba a la vista.
- ¿Has visto a Amanda? -Le preguntó al guerrero más
cercano, solo para sacudir la cabeza a cambio. La
preocupación comenzó a establecerse cuando obtuvo la
misma respuesta de todos los que preguntó.
- ¡VIGILAR! -Gritó, y cada guerrero en la habitación.
Dejaron lo que estaban haciendo y lo miraron- ¿Dónde.

THE MAN OF STARS 91


Esta. Mi. Compañera? -Preguntó, mirando a cada uno de
ellos a su vez- Estaba en esta habitación. Ahora se ha ido.
No es del tipo que huye sola ¡Así que búscala!
Los guerreros miraron a su alrededor y luego uno de atrás
habló arriba.
- Fnaal se ha ido.
Un escalofrío le recorrió la espalda por el nombre. Fnaal
fue uno de esos guerreros que era reservado y nunca se
salía de la línea, pero aún así, siempre había habido algo...
extraño a cerca de él.
Siempre había sido sólido y confiable en la batalla, pero no
se integraba con los demás. De permiso, nunca frecuentó
las casas de placer con los otros guerreros y Fenriis había
oído una pareja de hombres mencionar que prefería
diferentes actividades.
En ese momento pensó que Fnaal prefería la compañía de
machos, lo que no era inaudito, pero ahora tenía una
horrible sensación que podría haberse estado equivocado
sobre eso.
- Encontrarlo ¡Ahora! -Ordenó- Rompe la maldita nave si
hay que hacerlo, ¡pero encuéntralos!

THE MAN OF STARS 92


Capítulo 8

Amanda se congeló cuando los labios del Latharian se


estrellaron sobre los de ella, tratando de separarlos.
Violentamente, apartó la cara, torciéndose para intentar
alejarse de él, pero era demasiado fuerte para ella.
- Compórtate, mujer -Siseó, su agarre en su pelo
apretándose hasta que jadeó de dolor- Harás lo que te
digan, cuando te lo diga... como debe ser una buena
compañera.
- No soy tu compañera -Jadeó, sus palabras tragadas por
un grito de dolor mientras la sacudía.
- ¡Silencio! Has sido mía desde el momento en que te vi.
Soy el elegido de Ursal-Kai... ¡mira! -Levantó el brazo y lo
empujó en frente de ella. Había algún tipo de diseño en el
interior de su antebrazo pero no un tatuaje ni nada. Parecía
que se había marcado su piel.
- Yo pertenezco a Fenriis -Argumentó, sus principios
feministas tomando un asiento trasero para sobrevivir por el
momento- Vendrá por mi.
El de los ojos muertos gruñó furioso, arrancando el collar
de su garganta y arrojándolo al suelo.
- No es elegido. Me dijeron que la primera mujer que vería
sería mía. Tú eres mía.
- Vete a la mierda, gilipollas. ¡No soy tuya!
Golpeó su rodilla contra su ingle pero se retorció en el
último momento, bloqueando su movimiento con su cadera.
La rabia retorció su cara y arremetió contra ella. El dolor
explotó en un lado de su cara y le tomó un segundo darse
cuenta de que la había golpeado.

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- Las hembras se comportan o se disciplinan -Empujó su
cara en la de ella al sisearle. Antes de que pudiera
responder, apretó con fuerza la mano alrededor de su
muñeca y la arrastró a la oscuridad.
En unos segundos estaban fuera del corredor principal y en
una sección de la nave que no había visto en su recorrido.
En vez de pasillos limpios y bien iluminados por los que
habían caminado antes, ojos muertos la arrastró a lo largo
de los que estaban húmedos y oscuros.
Las tuberías serpenteaban por el suelo, casi tropezando
con ellas. Apenas logrando mantenerse en pie.
- ¡AYUDADME! ¡QUE ALGUIEN ME AYUDE! -Gritó para
tratar de atrapar la atención de alguien. Algo le dijo que si
ojos muertos la llevaba a donde planeaba ir, no conseguiría
huir. No viviría de todos modos. O si lo hiciera,
probablemente desearía haber muerto.
- Nadie puede oírte -Ojos muertos siseó, tirando de ella
más cerca. Su mano se cerró sobre la parte posterior de su
cuello y se detuvo para un momento de mirarla. La lujuria
en sus ojos la hizo sentir enferma de su estomago- Eres
tan hermosa... tan pequeña y delicada -Echó un vistazo por
su cuerpo- Buenas caderas, sin embargo. Van a nacen
hijos sanos para llevar mi nombre.
- ¡Ah! ¡Maldito deseo! -Siseó ella- Nunca tendré niños.
Jamás.
Su expresión se volvió tormentosa y la levantó de un tirón
hacia él, apretando sus caderas contra las de ella.
- Vas a hacerlo. Llenaré tu vientre antes de que termine la
noche.

THE MAN OF STARS 94


La gruesa barra de su polla contra su estómago hizo que
su sangre corriera fría. Gimió y sonrió, confundiendo su
reacción.
- Pensé que eso te haría cambiar de opinión. La
oportunidad estar con un verdadero macho, no esas
excusas patéticas de tu planeta... que giraría la cabeza de
cualquier mujer.
Antes de que pudiera hacer algo más, la hizo retroceder,
sujetándola contra la pared con su cuerpo más grande.
Gritó, luchando como una gata salvaje mientras rasgaba su
vestido. Empujando su mano entre sus muslos para
empujarlos, encajó sus caderas entre ellos y hurgó con su
monte. Logró liberar su mano y arremeter, rasguñándolo en
la cara.
- Pequeña Draanthic -Gruñó, levantando su puño de nuevo.
Esta vez, sin embargo, estaba lista para él. Su corazón
palpitaba en su pecho a medida que el tiempo se reducía a
un rastreo. Extendió la mano moviéndose en una
agonizante lentitud, para enganchar alrededor de la
empuñadura de la daga enfundada en su cintura. El sudor
frío se deslizaba por su espina dorsal. Tendría que ver lo
que estaba haciendo y detenerla.
Pero no lo hizo. Sus dedos se cerraron alrededor de la
empuñadura de la daga y el tiempo retrocedió, como una
banda elástica. Tiró liberando el cuchillo libre y
apuñalándolo salvajemente, todavía gritando.
La hoja se hundió en su costado con un estallido carnoso.
Gruñó doblándose cuando una ráfaga de humedad cálida
en cascada cayó sobre su mano y se tambaleó hacia atrás.
- Ohmidiosohmidiosohmidios... -Susurró ella, horrorizada
por si misma mientras retrocedía, deslizándose a lo largo

THE MAN OF STARS 95


de la pared con el sangriento cuchillo aún en su mano. Sus
ojos estaban muy abiertos mientras lo veía caer contra la
pared opuesta, su mano presionando fuertemente contra su
lado. Incluso en la poca luz podía ver la sangre corriendo
entre sus dedos.
Gimió de dolor y el ruido rompió el hechizo. Con un jadeo,
agarró su vestido rasgado, apretándolo con fuerza en si
misma y corrió.

***

- ¿Los has encontrado ya? -Fenriis exigió cuando un grupo


de guerreros entraron al comedor. Se había convertido en
un temporal centro de control para la búsqueda, equipos
que reportaban periódicamente
El líder negó con la cabeza y las tripas de Fenriis se
apretaron.
- No. Buscamos en los sectores del diecisiete al veintiuno.
Justo en los túneles de mantenimiento. No los encontramos
pero encontramos esto.
El corazón de Fenriis se detuvo en su pecho cuando el
guerrero le tendió el delicado collar contra la palma grande
del macho, las piedras rojas brillaba en las luces del techo.
Fenriis contuvo el aliento.
Era el suyo. El collar de unión que había atado alrededor
de la delgada garganta de Amanda antes. Una mancha

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oscura en las cadenas en la parte posterior le hizo fruncir el
ceño.
- ¿Es eso…?
Isan, se le adelantó, agarrando el collar y poniéndolo sobre
la mesa. Su rostro sombrío, corrió el dispositivo de escáner
manual de su botiquín portátil sobre él. Fenriis tuvo que
cerrar sus rodillas para mantenerse erguido mientras
esperaba a que el sanador anunciara los resultados.
- Es terrano -Anunció, levantando la vista para encontrarse
con la mirada de Fenriis- Las cantidades del trazo y del
patrón de la sangre, puede que la haya cortado cuando fue
sacada por la fuerza. Mira... estos enlaces estan rotos.
La rabia brotó del centro del pecho de Fenriis,
derramándose en el gruñido salvaje que escapó de sus
labios.
- Voy a matarle... Lo voy a hacer jodidamente desear que
nunca hubiera nacido. Draanth, le haré desear que su línea
completa nunca hubiera ¡existido!
Isan y los guerreros alrededor de ellos gruñeron en
aprobación. Luchar con un compañero masculino era un
asunto serio y tenía consecuencias graves. Unas mucho
más severas que incluso la cobardía en el campo de
batalla.
- ¿Pero por qué? -Preguntó Isan, su rostro envuelto en
curiosidad.
- ¿Que quieres decir con "por qué"? Se llevó a Amanda
¿Necesito otra razón?
- Sí, sí... entiendo eso -Isan hizo un gesto de despedida, el
gesto hizo que la furia de Fenriis se profundizara. La
advertencia de un gruñido en sus labios tenía al sanador

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añadiendo rápidamente- No, eso es todo lo que necesitas
para cazar al draanthic hasta los fines del universo y
destruirlo lentamente y penosamente ¿Pero mi pregunta
era por qué preocuparse por esta... esta humana?
Se mantuvo firme, con la cabeza ligeramente inclinada
hacia un lado para que sus trenzas descansaran contra su
hombro cicatrizado.
- Hay muchas hembras en la Tierra ¿Por qué no ir a tomar
otra? Los humanos actuaron primero con agresión. Nadie
discutirá nuestro derecho de vengarnos... o tu derecho a
tomar otra mujer.
- No -La respuesta de Fenriis cayó en el repentino silencio
de la habitación, cada guerrero cercano escuchaba su
conversación- No quiero otra hembra. Quiero a Amanda.
- ¿Por qué? -Isan empujó. Su expresión era abierta y
honesta y Fenriis no sintió malicia detrás de sus palabras.
El gran comandante de guerra suspiró, pasándose una
mano por su cabello corto.
- Es difícil de explicar. Es mía, tan simple como es. Lo supe
tan pronto como oí su voz.
- ¿Quieres decir que la viste?
- No -Sacudió la cabeza ante la pregunta, de uno de los
guerreros que se habían apiñado a su alrededor- Yo
estaba protegido para que no me vieran. No tenía intención
de dejarlos... Solo había ido a comprobar que no había no
terranos en el área y que la amenaza de la que la sombra
del Emperador informó había desapareció y luego salir.
Pero luego escuché a Amanda hablar... y eso fue todo. Yo
no me estaba yendo de allí sin ella.
Isan asintió.

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- Hay muchos informes en el registro histórico de eso. Los
hombres que están fascinados por la voz de una mujer en
particular. Eso causó una disputa entre el L'Nirak y el
B'Kaar hace un par de siglos, cuando uno de ellos robó a la
compañera destinada de otro.
- Sí... me enteré de eso -Un guerrero dijo desde atrás en la
habitación- ¿No terminó la hembra emparejándose con el
primer guerrero Litaan al final de todos modos? Las marcas
de compañero y todo.
- Sí -Isan volvió la cabeza y asintió de nuevo- Algunas
veces eso sucede con Litaan... forman un vínculo con la
misma hembra. Aunque es muy raro.
- ¿No tienen los humanos parejas femeninas de Litaan? -
Otra persona preguntó y todos se volvieron hacia Isan y
Fenriis. De todos ellos, habían tenido el mayor contacto con
humanos o con información sobre la humanidad.
- Aparentemente si -Fenriis confirmó- Las hijas de Amanda
son Litaans. Creo que también tuvo otro hijo, pero no sé
qué género o dónde está ese niño ahora.
Hubo un jadeo de asombro ante la revelación. No solo lo
demostraba que Amanda era fértil, sino solidificó su estatus
como madre de hembras muy preciadas.
- Mataría por tener un par de mujeres Litaans unidas de
esa manera -Vino la voz de atrás e Isan se volvió con un
ladrido de risa.
- Cara como la tuya, Keri, apenas lograrías atraer a una
pareja de Krynassis ¡Y probablemente querrían un
reembolso!
El grupo se convirtió en risitas y bromas amistosas
lanzadas hacia que Keri. Fenriis logró una pequeña

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sonrisa, que se desvaneció cuando uno de los guerreros,
Tolath, se dio la vuelta y lo fijó con una mirada de acero.
- Entonces... encontraremos a esta para tí. Entonces
regresa a la superficie para recolectar hembras para todos
nosotros
Draanth. La habitación quedó tan silenciosa que Fenriis
pudo haber oído un pin caer en los pasillos exteriores, ya
que se convirtió en el foco de cada hombre en la
habitación. Entendió su necesidad. Realmente lo hizo, por
la mayoría de ellos, Amanda era la primera mujer que
vieron en años, para algunos, y estaban justo fuera de la
órbita de un planeta repleto de mujeres. Solo un viaje a la
superficie y cada uno de ellos podría tener una hembra.
Cada uno de ellos sabía los rumores, sabía que algunos en
las filas habían empezaron a cuestionar por qué no lo
habían hecho ya.
Cuestionado por qué todos estaban todavía solos, sin la
bendición de compañerismo femenino cuando esas
hembras eran fáciles de alcanzar…
Si no tuviera cuidado, tendría un motín en sus manos.
- No podemos. El propio Emperador lo ha prohibido. La
humanidad está bajo su protección incluso si son idiotas.
Pero -dijo con rapidez- el Emperador ha indicado que
desea ser parte de las negociaciones con los humanos y
estoy seguro que el asunto de las hembras será
presentado. Si me preguntas mi opinión de los guerreros
que están aquí, en el deber de la protección, serán los
primeros en beneficiarse de todo lo que se decida al
respecto.
En ese momento, un nuevo guerrero se acercó al grupo.

THE MAN OF STARS 100


- Tenemos una llamada de la nave de los humanos -Le dijo
a Fenriis, su expresión sombría y nada impresionada.
Noticias de sus huéspedes humanos. Las acciones se
habían extendido a través de la nave como un incendio
forestal. Fuego de apertura bajo la bandera de la paz era
un acto de deshonra que la mayoría de los guerreros no
podían tolerar.
- Quieren hablar.
- Apuesto a que lo hacen -Fenriis gruñó- Pero pueden
esperar hasta que estemos listos. Diles que hablaremos
cuando hayamos decidido el destino de los humanos a
bordo.
El guerrero, uno de los tripulantes mayores del puente,
asintió.
- ¿Y si nos disparan?
- Deshabilite sus armas y su escudo para probar un punto,
pero no más. Déjalos expuestos y a nuestra merced, pero
no hagas nada -Fenriis sonrió con malicia- Déjalos sudar
por un rato sabiendo que podríamos sacarlos con una
explosión. Eso debería ablandarlos muy bien.
- Por supuesto, comandante de guerra.
El guerrero se detuvo por un momento, lo que consiguió la
atención de Fenriis.
- ¿Qué es?
- El comandante de la nave humana, señor... -La expresión
del guerrero se suavizó un poco- Es una mujer. Ha pedido
una actualización de estado sobre la vicepresidente Cole.
De ninguno de los otros -Sonrió- Tengo la sensación de
que seguramente esta más que feliz de que los miembros
del equipo humano sean nuestros "invitados". La

THE MAN OF STARS 101


comunicación no se cortó lo suficientemente rápido. Llamó
al general Hopkins algunos nombres de mi elección cuando
pensó que no estaba escuchando ¿Debería responder a su
solicitud de una actualización?
Fenriis llegó rápidamente a la conclusión de que las
hembras humanas eran mucho más lógicas que sus
homólogos masculinos. Inclinó la cabeza.
- Puedes. Hágale saber que la vicepresidenta no está
dañada y está siendo atendida, pero no regresará todavía.
- Sí señor.
El guerrero apenas había girado para irse cuando el
comunicador de Fenriis pulso para anunciar una llamada
entrante.
- Señor, la hemos encontrado. Está en el sector treinta y
dos, subnivel cuatro, por una de las uniones de
mantenimiento.
- Bueno -Respondió él mientras se giraba hacia la puerta-
Estoy en camino.
- De prisa -La voz del guerrero traicionó su preocupación y
le hizo una señal a Isan y a un par de los demás para que
lo siguieran- Es que se encajó en uno de los pozos de
acceso y está armada. No podemos acercarnos a ella pero
está herida...
El miedo corrió por la columna de Fenriis hasta sus botas
de combate y dejó de pensar. En su lugar, corrió.

***

THE MAN OF STARS 102


Había corrido tan rápido y tan lejos como pudo para
alejarse de ojos muertos.
Corrió hasta que le dolieron las piernas y le ardían los
pulmones. Corrió hasta que sintió que su corazón estallaría
directamente en su pecho. Pero no importaba como de
lejos corrió, Amanda no pudo salir de la oscuridad a la que
la había arrastrado, fuera de los túneles iluminados de las
áreas principales de la nave.
- Mierda -Siseó, girando en un círculo. Estaba en una de
las intersecciones, un cruce de caminos entre los estrechos
pasillos. Todos parecían exactamente iguales... aparte de
su mirada clavada en la sangrienta huella de su mano en
una esquina.
Era de ella. Había tropezado y casi se había caído, pero se
agarró a la pared en el último minuto. Lo que significaba
que en la última hora, había estado dando vueltas en un
maldito círculo ¿Cuanto tiempo había estado aquí abajo?
El pánico le arañó la garganta. Nunca saldría. Iba a morir
aquí como la dama medieval que recordaba de leer de la
tarea de historia de las niñas hace años. La familia había
estado jugando al escondite y ella se había escondido en
un baúl en el ático... solo que la tapa se había cerrado y la
había encerrado. Solo habían encontrado su cuerpo meses
después cuando estuvieran en movimiento o algo.
Las lágrimas llenaron sus ojos mientras se estremecía.
Esta maldita nave era su propia versión de ese horrible
baúl. Iba a morir aquí abajo, en estos oscuros corredores,
nunca volverás a ver a sus hijas.
Cerró los ojos y respiró temblorosamente.
Respirando lentamente, forzó el pánico de su mente.

THE MAN OF STARS 103


No vas a morir aquí, se dijo con firmeza. Has sobrevivido a
peores cosas que esto ¿Con tres niños menores de cinco
años? ¿Esa vez que todos tuvieron gripe Ketariana? ¿Caca
y enfermedad por todas partes? Recuérdalo, ¿si?
Conseguiste salir de eso, por tu cuenta. Puedes salir de
esto. Tienes esto, es una promesa.
Asintiendo, abrió los ojos y comenzó a caminar otra vez.
Esta vez recogió un pequeño trozo de metal tirado en una
de las esquinas y comenzó a usarlo para marcar cada
intersección que tomaba, tratando de construir un mapa
mental del lugar en su mente.
Debe haber alguna lógica en el laberinto de corredores y si
podría resolverlo, podría encontrar una manera de salir de
aquí.
No podía comenzar a golpear las tuberías para conseguir
que llamar la atención de alguien, sin embargo, ojos
muertos podría encontrarla primero. Lo había apuñalado y
se tambaleó hacia atrás, obviamente mal herido, pero luego
había corrido. No había tenido el coraje de darse la vuelta y
terminar con él. No creía que pudiera hacer eso... En
realidad terminar con la vida de alguien.
Podría haber muerto de todos modos, una vocecita en su
cabeza comentó y se detuvo, sintiéndose enferma por el
solo pensamiento. Que podría haberle hecho eso a alguien.
Matarlo.
- Pero... eso sería demasiado simple, ¿no? -No podía
asumir que estaba muerto. Tenía que asumir que estaba
aquí en los túneles con ella, por lo que no podía bajar la
guardia.
Tú puedes con esto, se recordó a sí misma.

THE MAN OF STARS 104


A pesar de toda su bravuconada y la charla, estaba
asustada. En serio, asustada, asustada. Saltando en las
sombras, su mano se envolvió firmemente alrededor de la
empuñadura del cuchillo en su mano derecha.
Miró a las sombras, asegurándose de que estuvieran
vacías. Había tardado mucho tiempo en adaptarse a la
penumbra, pero podría casi ver ahora.
¿Podrían los Lathar ver mejor que los humanos en la
oscuridad? Probablemente. Parecían tener ventaja sobre la
humanidad en todos los sentidos. No compró la línea de
que la humanidad descendía de los Lathar. Si lo fuera, los
humanos habían conseguido el extremo de mierda del palo.
La oscuridad no parecía molestarle en absoluto a ojos
muertos. Su aliento atrapado en su garganta ¿Y si estaba
arrastrándose hacia ella ahora mismo? Como si el
pensamiento lo hubiera conjurado, se oyeron pasos en los
pasillos detrás de ella.
¡Ojos muertos la había encontrado! El pánico la llenó y miró
alrededor desesperadamente por algún lugar donde
esconderse. No podía darse el lujo de quedarse atrapada a
la intemperie. Su rostro aún le dolía por el puño...
La mataría, seguro esta vez.
Un pedazo de sombra más oscura cerca del nivel del suelo
llamó su atención y se agachó, entrecerrando los ojos para
intentar ver más. Un suave resoplido de alivio escapó de
sus labios. Arrastrándose hacia adelante se dobló tan
pequeña como pudo y se arrastró lo más lejos que pudo.
Era una especie de pozo de mantenimiento, ¿pero quizás
para un robot o algo así?
No había forma de que un guerrero Lathar pudiese encajar
aquí. Era apenas lo suficientemente grande para ella.

THE MAN OF STARS 105


Retorciéndose hacia atrás tan lejos como pudo, solo se
detuvo cuando su culo golpeó algo sólido. Una pared.
Estaba bien. Estaba lo suficientemente lejos en el túnel que
no podría alcanzarla e incluso si lo intentaba, tenía su
cuchillo. Le cortaría el brazo... Le cortaría la maldita cosa si
tenía que hacerlo.
- Aquí. Está aquí.
Los pasos se acercaron, unidos por voces. No era ojos
muertos. Nunca podría olvidar su voz, sino que eran otras.
Aunque no se movió, permaneció acurrucada en el
pequeño túnel.
- ¿Dónde?
- ¿No la ves?
- El escaneo de rango cercano dice que está aquí.
Ya casi estaban encima de ella y los pies calzados se
detuvieron en la entrada del túnel frente a ella. Contuvo la
respiración, pero no se atrevió a cerrar los ojos en caso de
que escucharan el sonido.
Hubo movimiento y luego la luz apuñaló sus ojos.
Entrecerró los ojos, levantó la mano para protegerse los
ojos. Uno de ellos se había doblado para hacer brillar una
antorcha en el túnel.
- ¡Aquí! ¡Está aquí! Esta herida -Gritó y luego se inclinó
entrando y extendió una mano hacia ella- Lady Amanda,
toma mi mano. Te sacaré.
- No -Negó con la cabeza, levantando el cuchillo
amenazadoramente. Ahora todos eran corteses, pero
¿cómo sabía que ellos no serían como ojos muertos?
- No te atrevas a acercarte a mí. Trae a Fenriis. Solo saldré
con Fenriis.

THE MAN OF STARS 106


Capítulo 9

Para cuando Fenriis llegó corriendo, una multitud se había


amontonado en medio de uno de los pasillos inferiores que
se utilizaban para acceder a los tubos y conductos de los
sistemas de la nave sin estar en el camino de las
principales rutas de tráfico. Los guerreros corriendo para ir
a sus asuntos no se mezclaban bien con los ingenieros y
los robots que intentaban sus tareas. Especialmente
cuando esos mismos ingenieros eran también guerreros
armados hasta los dientes. Se ponía desordenado
rápidamente.
Fenriis ralentizó cuando llegó al grupo, notando que todos
estaban agolpados alrededor de una de las antiguas
escotillas. No se utilizaba, era un sistema antiguo que era
redundante en estos días. La Veral’vias era un antiguo
diseño de un crucero de guerra que había sido adaptado
con nueva tecnología con la insistencia de Fenriis. Con una
más pesada armadura que los diseños más nuevos, pero
con la misma potencia de fuego, le daba una gran ventaja
en cualquier combate de nave a nave. Claro que significaba
que no eran tan rápidos como otras naves, pero cuando
podías jugar al pollo con un cometa y vencer al ganador, la
pura velocidad no importaba mucho.
Los guerreros al borde del grupo se apartaron ante él e
Isan.
Estaban todos al borde, con la preocupación mostrada en
sus caras mientras sus manos flotaban sobre el
armamento. No podría ser por culpa de Fnaal. Era un
guerrero de rango y de las filas, no lo suficientemente
bueno como para preocupar seriamente a cualquiera de los
guerreros mayores. No a menos que golpeara desde las

THE MAN OF STARS 107


sombras como un cobarde... que no sorprendería a Fenriis.
No ahora. No después de esto.
No, estaban preocupados por Amanda. No porque
pensaran que el draanthic de Fnaal podría reemplazarlo
como su compañero, sino porque estaba herida y como
todos los hombres Lathar, sus instintos protectores se
habían disparado. Pero su pequeña compañera no les
permitiría tocarla. Ni siquiera para atender sus lesiones
Su pequeña hembra obstinada, maldijo mentalmente, pero
no pudo evitar la pequeña curva de aprobación en sus
labios. Un Lathar grande, aterrador... superado por una
pequeña y delicada mujer. Su expresión cayó plana. Era
sólo divertido, mientras su negativa a dejar que la traten no
le causara más daño.
El miedo le bañó la espalda. Su negativa a dejarlos tocarla,
incluso para ofrecer su ayuda, era una preocupación.
Cuando había llegado había sido abierta, aceptándolos y a
su cultura, a pesar de que casi la había secuestrado. Para
que se cierre ahora... ¿qué demonios le había hecho Fnaal
a ella? Si la hubiera lastimado...
El gruñido salió de los labios de Fenriis, haciendo saltar a
dos guerreros y escabullirse de su camino. Si Fnaal hubiera
lastimado a Amanda, lo mataría. Haría la muerte del
draanthic lenta y dolorosa... cuando viniese la venganza,
Fenriis no solo era bueno, sino que estaba jodidamente
dotado.
- ¿Está ahí? -Preguntó cuando llegó a la parte delantera del
grupo, Isan entrometiéndose detrás de él.
Hubo un enfrentamiento menor con otro de los señores
guerreros, pero el sanador magro y musculoso
simplemente gruñó una advertencia, la pesada cicatriz que

THE MAN OF STARS 108


se extendía por un lado de su cara torciendo la comisura de
sus labios. El otro guerrero retrocedió rápidamente. Nunca
era una buena idea enojar de un hombre que entendía
cómo el cuerpo se armaba junto que por lo general eran
excelentes en desmontarlo también.
- Sí, comandante de guerra -La respuesta fue instantánea.
- Bueno -Fenriis asintió y comenzó a agacharse. Sabía que
estaba en el pozo. Su pregunta había sido más sobre
anunciar su presencia y para que Amanda escuchara su
voz. Esperando tranquilizarla.
- Hola hermosa -Murmuró mientras miraba hacia el pozo.
Se había preparado a sí mismo, no estaba seguro de lo
que iba a encontrar, pero la vista de ella encogiéndose en
la parte posterior del pequeño espacio, con la daga en la
mano, protegiéndose frente a ella, casi rompió su corazón.
El guerrero en él notó su firme agarre en la hoja con
aprobación pero el hombre en él vio el miedo en sus ojos.
- Sal, cariño -Murmuró, extendiendo su brazo en el túnel y
abriendo la mano.
Lentamente extendió la mano, colocando su pequeña mano
en la suya y la sacó del túnel con cuidado. Tan pronto
como pudo, se acurrucó en sus brazos, lo más cerca que
pudo sin ser en realidad la misma persona.
- Oh, dios, me alegra que estés aquí -Susurró, sus palabras
amortiguadas contra su cuello- Pensé que me iba a matar.
Cerró los ojos ante la nota en su voz, intercambiando una
mirada con Isan sobre su cabeza inclinada. El sanador se
acercó, corriendo rápidamente una varita de diagnóstico
sobre la mujer temblando.

THE MAN OF STARS 109


Fenriis lo miró, sin apartar la vista hasta que el sanador
sacudió la su cabeza. No fue lastimada. La sangre en ella
no era la suya. Un suspiro de alivio se abrió camino del
pecho de Fenriis y se inclinó para recogerla en sus brazos.
- Estás a salvo ahora, mi amor.
Su voz era baja cuando se volvió y se abrió paso a través
de los guerreros reunidos. Se separaron frente a él,
despegando el grupo principal para acompañarlos, un
detalle protector que no había pedido, pero apreciaba.
Parecía que sus hombres habían llevado a Amanda a sus
corazones también. Un ataque contra ella era un ataque a
todos ellos.

***

Amanda se acurrucó en los brazos de Fenriis y hundió su


cara en la curva de su cuello y hombro. Caminó por los
pasillos de la nave de vuelta a sus aposentos. Cuando
llegaron al dormitorio, se sentó en la cama con ella en sus
brazos. Un estremecimiento atormentó su cuerpo, sus ojos
se llenaron de lágrimas mientras se aferraba a él.
- Lo siento -Susurró ella, sintiéndose rota. Los Lathar
respetaban la fuerza ¿no es así? ¿Qué debe pensar de ella
ahora en lágrimas sobre algo de lo que una mujer Latharian
probablemente se reiría y lo ignoraría?
- ¿De qué tienes que lamentarte? -Enganchó un dedo
debajo de su barbilla e hizo que lo mirara- Esto es mi
culpa. Debería haberme dado cuenta de que Fnaal era un

THE MAN OF STARS 110


draanthic... Un gilipollas -Su expresión era preocupada,
pero debajo de ella podía ver la ira, estrechamente
controlada- Esto es mi culpa. Casi te pierdo porque no me
di cuenta que uno de mis guerreros estaba desequilibrado
¿Él...? -Su rostro apretado, un músculo palpitaba en la
esquina de su mandíbula- ¿Te ha hecho daño?
Todavía le dolía la cara y estaba bastante segura de que
uno de sus dientes posteriores estaba suelto, pero eso no
era lo que estaba preguntando.
- No -Negó con la cabeza rápidamente- Lo intentó. Seguían
diciéndome que fue elegido y que yo era su compañera
pero yo... Yo... -Tragó más allá de la repentina sequedad
en su garganta- Lo apuñalé con su propia daga.
- Buen chica -Fenriis murmuró en aprobación, con la
mirada fija en sus labios
A pesar del hecho de que acababa de ser asaltada y
estaba cubierta de sangre que no era la suya, esa mirada
oscura en sus ojos hizo que su cuerpo se agitara y su
sangre se calentara. Escalofríos rodaron sobre su piel,
acomodándose entre sus muslos. El suave susurro
mientras los apretaba juntos y la esquina de sus labios se
curvaba.
Su mano se deslizó dentro de su cabello, ahuecando la
parte de atrás de su cabeza mientras ladeaba la cara hacia
arriba. No se disculpó. Simplemente le cubrió los labios con
los suyos. Su beso no fue duro y cruel como el de ojos
muertos pero tampoco fue suave y tierno. Era firme y
posesivo.
Menos un beso y más una declaración de que era suya. Y
respondió a él como una flor abriéndose al sol. Un
murmullo en la parte posterior de su garganta, trató de

THE MAN OF STARS 111


acercarse a él, separando sus labios por la invasión de su
lengua que acarició contra la suya y se estremeció, el calor
y la necesidad explotando en ella. Lo necesitaba,
necesitaba su toque para demostrar que estaba aún viva.
Necesitaba algo para despejar los recuerdos de la pesadilla
que aún permanecían en el fondo de su mente por ojos
muertos.
Su gruñido de respuesta avivó el fuego en sus venas. Tiró
de ella más cerca, casi aplastándola contra su amplio
pecho. Su mano libre se deslizó por su muslo,
deteniéndose en la curva cerrada de su cintura antes de
deslizarse hacia arriba para ahuecar su busto. Maulló en la
parte posterior de su garganta, el sonido perdido bajo su
tórrido beso.
Su mano era grande y cálida, su toque eléctrico incluso a
través de la fina tela de su vestido. Arqueó la espalda para
presionar más a si misma en su mano. Una oferta o
demanda, no estaba segura de cual. A él tampoco parecía
importarle, otro rugido en el centro del amplio pecho contra
el que yacía. La ahuecó, acariciando con el pulgar sobre su
pezón. Se formo una cuenca instantáneamente, pidiendo
más atención y no la decepcionó. Dejándolo ir por una
fracción de segundo, deslizó su mano debajo de su vestido.
Sus manos se clavaron en su cabello mientras frotaba su
pulgar sobre su pezón, su lengua en duelo con la suya. Su
beso se hizo más caliente, más tórrido cuando la tensión se
elevó entre ellos. Gruñó y dominó el beso mientras
intentaba provocarlo, el calor entre ellos un infierno.
Su mundo se redujo a solo ellos dos. Nada importaba más
que su beso y el toque de su mano.
Se separó, apoyando su frente contra la de ella mientras
tomada un aliento desigual,

THE MAN OF STARS 112


- No soy un hombre amable. Deberíamos parar... estas
heri...
- No te atrevas a parar -Lo cortó con un gruñido propio, su
agarre apretándose en la parte posterior de su cuello. Le
dio un empujón con su nariz, besándolo a lo largo de su
barbilla y bajando por su garganta entre sus palabras- No
soy una pequeña flor delicada. No voy a romperme si me
miras de la manera equivocada. Quiero esto. Te deseo -Se
apartó para mirarlo a la cara- Hazme olvidar lo de hoy.
El endurecimiento de su expresión y la repentina llamarada
de calor en sus ojos eran las únicas advertencias que tenía.
Al instante siguiente los volcó sobre la cama, sujetándola
debajo de él y acechando sobre ella mientras reclamaba
sus labios otra vez.
Esta vez, sin embargo, los guantes estaban fuera. No se
contuvo, presionándose contra ella mientras la besaba. Su
rodilla le había separado los muslos para que pudiera
establecerse entre ellos y se balanceó contra ella. Presionó
la gruesa y dura longitud de su polla aún atrapada en sus
pantalones contra ella, justo donde ambos necesitaban que
estuviera.
Jadeó y le devolvió el beso. Sus uñas rastrillaron las suyas
de vuelta y rompió el beso para susurrar, su rostro tenso
por el deseo.
Capturando fácilmente ambas manos en una de las suyas,
las colocó encima de su cabeza. El pequeño gemido que
hizo le hizo sonreír triunfante. Su rostro, una máscara de
necesidad, tiró de las correas de su vestido.
Se tensó un poco, esperando escuchar el sonido de la tela
desgarrándose, pero en lugar de eso cayó, dejándola tan
desnuda como el día que había nacido. Se echó hacia

THE MAN OF STARS 113


atrás para mirarla. Automáticamente se tensó ¿A qué clase
de mujeres estaba acostumbrado?
Era delgada y trataba de mantenerse tonificada, pero su
estómago retuvo una pequeña sacudida de la que nunca
había podido deshacerse.
- Hermosa -Respiró, pasando una gran mano por sus
curvas. Se detuvo para trazar el zigzag de sus estrías-
Estos... me encantan estos. Son hermosos.
Se río, el sonido entrecortado y terminó en un jadeo cuando
levantó su pierna sobre su cadera y apretó su polla contra
su coño.
- La mayoría de los hombres las odian. Son un defecto -
Gruñó contra sus labios.
- Dicen que eres una madre. Que has tenido jóvenes. Son
sexys.
Su beso era boquiabierto y desesperado ahora. Perdió la
capacidad de pensar mientras arrasaba su boca. Su mano
se deslizó entre sus muslos, sus dedos inteligentes
deslizándose contra su clítoris. Gimió mientras la
acariciaba, enviándole una excitación tan alta que pensó
que nunca volvería a caer de nuevo.
- Dioses, quería tomarme esto lentamente -Murmuró
contra sus labios- Pero no puedo esperar. Tengo que
tenerte. Hacerte mía.
- Hazlo. No me romperé -Le miró a los ojos y vio en que
momento su resolución se rompió.
Con un gruñido, levantó sus caderas contra las de ella,
alcanzando entre ellas para desgarrar sus pieles. Un
segundo después, su polla se liberó, la gruesa longitud
golpeó suavemente contra su suave estómago. Su aliento

THE MAN OF STARS 114


se detuvo cuando dejó un rastro pegajoso por un segundo
antes de que agarrara la base. Un segundo después la
cabeza ancha se presionó contra ella.
Tomando aliento, se mantuvo quieta. Sus miradas
chocaron en ese momento de anticipación y se estremeció,
una oleada de calor líquido escapando de ella como si le
diera la bienvenida.
Presionó y su cuerpo se resistió... por un segundo.
Entonces lo sintió deslizarse dentro de ella media pulgada.
Su profundo gemido se unió al de ella más suave.
- Muy apretado -Gimió, levantando la presión de sus
caderas por un segundo y luego empujando de nuevo. Se
mordió el labio mientras se deslizaba más profundamente,
su cuerpo se separaba.
- Eres grande -Logró decir entre las prensiones que
acariciaban cada terminación nerviosa que tenía.
El placer recorrió su sistema, todo centrado donde se
unían. Se levantó para mirar hacia abajo, una oleada de
excitación rodando a través de ella cuando vio su enorme
polla empalándola. Su mirada atrapada en el grupo y la
flexión de sus abdominales cuando se retiró y se condujo
de nuevo.
- Oh, dios, eso se siente bien -Susurró, arqueando la
espalda y presionándose contra él.
La conversación cesó mientras se abría camino hacia ella.
El aire fue interrumpido por sus suaves jadeos y sus
gemidos más profundos hasta que finalmente, sus caderas
se encontraron con las de ella. Se detuvo sobre ella,
congelado en el lugar por un segundo mientras la miraba a
los ojos. Por un momento se sintió como podía ver todo el
camino hasta su alma...

THE MAN OF STARS 115


Se estremeció, sintiendo la agradable quemadura mientras
su cuerpo se adaptaba a su tamaño. Una cosa era segura,
cualquiera de los hombres Lathar era mucho más grande
que los hombres humanos, o Fenriis estaba dotado.
Soltando sus muñecas, plantó sus manos a ambos lados
de su cabeza. Esta vez, cuando se echó hacia atrás, entró
en ella. Jadeó cuando sintió cada centímetro y envolvió sus
brazos alrededor de sus hombros. La tomó como un
hombre hambriento y de repente se presentó como un
banquete. Su poderoso cuerpo se movió sobre el de ella,
empujando su polla profundamente dentro de ella una y
otra vez. Gimió y se retorció, moviéndose con el
movimiento de sus caderas contra él, lo urgió a ir más
profundo y más rápido.
Sus sonidos de placer se hicieron más fuertes, subrayados
por la profundidad de sus gruñidos y las bofetadas de la
piel sobre la piel. Su respiración se hizo más corta cuando
el calor entre ellos se salió de control, intensificándose lo
suficiente para rivalizar con el corazón de cualquier estrella.
Mientras su cuerpo se tensaba, lo acercó más para un
profundo y apasionado beso.
- Por favor... -Se separó para rogar- Estoy tan cerca.
Sonrió, por un gruñido de triunfo masculino que no pudo
perderse. Su respuesta fue empujar hacia arriba, sus
grandes manos alrededor de sus caderas llevándola a su
regazo. Su gemido fue casi un grito cuando cambio de
posición significaba que se deslizaba tan profundamente
que no estaba segura de dónde terminaba ella y donde
comenzaba.
Colocó una mano entre ellos, presionó su pulgar contra su
clítoris y estuvo perdida. Su orgasmo se estrelló sobre ella
sin advertencia, rodando a través de ella con la fuerza de

THE MAN OF STARS 116


una tormenta solar. Gritó, alcanzándolo mientras caía sobre
ella, su empuje más fuerte ahora mientras se apretaba y
revoloteaba alrededor de él.
El poder y la precisión, sin embargo, se perdieron, se
fracturaron en unos pocos golpes cuando se estrelló contra
ella y se puso rígido, anunciando su propia liberación con
un bramido. Su polla enterrada tan adentro hasta sus bolas,
pulsó, se sacudió y sintió el calor de su liberación cuando
se vino.
Marcándola... reclamándola como suya.
Se estremeció debajo de él cuando casi se derrumbó sobre
ella.
Ahora no había vuelta atrás. Le pertenecía.

THE MAN OF STARS 117


Capítulo 10

Amanda era increíble. Hermosa. Sexy. Y era toda suya.


Fenriis siguió a su nueva compañera mientras se movía
alrededor del puente, hablando con sus guerreros mientras
se paraba cerca del estrado de mando. Estaba vestida una
vez más como corresponde a la dama de un comandante
de guerra, en sedas que fluyen, joyas brillando en sus
oídos y alrededor de su cuello y muñecas. Su cabello
estaba recogido, dejando al descubierto el delicado arco de
su cuello. Sonrió y charló fácilmente, pero podía decir que
estaba cansada.
Debería de estarlo. La había mantenido despierta toda la
noche, solo dejándola dormir justo antes de las campanas
de la mañana. La había tomado en todos los sentidos
posible, deleitándose con la libertad de tocarla... reclamar
su cuerpo como propio. Un par de veces la había
despertado del sueño para llévala otra vez hasta que se río
de él y le dijo que la dejara dormir
Así lo hizo, pero no lo hizo. En cambio, se había acostado a
su lado, observándola y acariciando suavemente su cabello
mientras dormía acurrucada a su lado. Luego, dejándola
durmiendo en su cama, se había levantado para asistir al
entrenamiento matutino, sintiéndose más vigorizado que en
años a pesar del hecho de que no había dormido.
Un suspiro de alegría se le escapó. Todavía no podía creer
que era suya. Finalmente, tenía una compañera. Su mirada
se posó en la sus muñecas antes de que pudiera
detenerse. Viendo la piel desnuda allí, rápidamente apartó
sus ojos.
- Puede llevar un tiempo que se muestren.

THE MAN OF STARS 118


Saltó ante el sonido de la voz de Isan justo en su hombro.
Malditos dioses, el sanador era ligero sobre sus pies. Se
dio la vuelta para encontrar que la diversión iluminaba los
ojos del joven.
- Marcas de apareamiento -Isan aclaró, asintiendo con la
cabeza hacia las muñecas de Fenriis... como si no supiera
lo que quería decir el sanador- Pueden ser instantáneos o
pueden tardar años en aparecer.
- Oh cielos... dale una esperanza al macho, ¿por qué no? -
Se río entre dientes, aplaudiendo al macho en el hombro en
un gesto familiar. De todos los guerreros a bordo, en su
mayoría K'Vass, Isan, Danaar y él eran los más
estrechamente relacionados.
- Mujer, ¿harás lo que te dicen?
- ¡Cuando digas algo que sea sensato, lo haré!
Voces levantadas desde el otro lado del puente les hicieron
a ambos darse la vuelta. Danaar estaba justo en la entrada
del puente, la hembra humana Madison delante de él con
las manos en sus caderas y una expresión maliciosa en su
cara.
- Y me has dado tres razones diferentes para ello... Un
consejo, guapo. Aclara tu historia antes de intentar engañar
a alguien, ¿de acuerdo?
Madison había tenido a Danaar ahora, gruñendo en su cara
mientras lo golpeaba en el medio del pecho.
- Problemas en Paranor, allí mismo -Isan murmuró con
diversión.
Fenriis asintió con una risita. Danaar había estado recitado
sobre la hembra humana durante todo el entrenamiento de
esta mañana, diciéndoles a todos lo bien que estaba yendo

THE MAN OF STARS 119


entre ellos, que estaría aceptando su reclamo sobre ella en
poco tiempo. Como dejaría la vida en la Tierra para ser su
dama, era algo que había tenido tanto a Isan como a
Fenriis alzando las cejas. Dada la posición de Madison
tenía entre su propia gente, parecía muy poco probable que
renunciaría a eso para convertirse en una simple dama
guerrera.
- Mi señor -El oficial de comunicaciones anunció desde su
posición justo en frente de los dos guerreros-
Comunicación entrante de la nave humana ¿Debería
ponerlo en la pantalla principal? Además, debe tener en
cuenta que la nave del Emperador ahora está en nuestros
sensores de largo alcance.
Fenriis asintió, reconociendo ambos anuncios mientras se
volvió y se sentó en la silla de mando.
- Saluda la nave del Emperador con una bienvenida tan
pronto como estén dentro del alcance. Pon al comandante
humano en pantalla.
- Sí, mi señor,
Un segundo después, la pantalla en la parte delantera del
puente cambiaba de mostrar la nave humana y más allá de
ella, el tercer y cuarto planeta en el sistema terrano a una
hembra humana.
Esta era diferente a cualquiera Fenriis que hubiera visto.
Chiquita, su cabello oscuro estaba cortado corto con un
lado afeitado cerca del cuero cabelludo. Vestía un uniforme
pero no como el que Hopkins y su grupo habían usado.
Tejido liso, sin joyas ni trenzas, fácilmente lo reconoció
como un uniforme de combate. Un rápido vistazo al puente,
con los oficiales a su alrededor confirmó que todos estaban
vestidos de manera similar. Su mirada era directa y estaba

THE MAN OF STARS 120


fija con la suya. Asintió en reconocimiento de un
compañero guerrero.
- El comandante de guerra K’Vass -Dijo, su voz cortante
con su apariencia sensata- Soy el general de división
Black, ahora al mando del TSS Defiant -Su expresión feroz
se agrietó en una pequeña sonrisa, poco más que un rictus
de sus labios- Es un placer finalmente hablar contigo.
- Y con usted, General de División -Fenriis inclinó la
cabeza. Si ya no se hubiera apareado, estaría fascinado
por la mujer guerrera, ya que sintió que muchos de sus
tripulantes del puente lo estaban. Especialmente Sardaan,
el oficial de comunicaciones que había hablado con ella
antes- Aunque me gustaría que fuera bajo mejores
circunstancias. Estoy asumiendo dado que mi oficial le ha
enviado sobre las convenciones intergalácticas que unen a
todas las razas, eres ahora consciente de que las acciones
de tu general a bordo de mi nave el otro día fue un acto de
guerra.
Inclinó la cabeza.
- Si puedo hablar libremente, ¿mi señor? -Se detuvo por un
momento, esperando su asentimiento, y luego continuó- No
necesitaba ningún documento legal para decirme eso,
simplemente es sentido común. El fuego de apertura en el
buque de otra especie siempre es para causar problemas.
Sin embargo, he recibido instrucciones de informarle por
nuestro liderazgo que el General Hopkins estaba actuando
solo y estará sujeto al castigo más duro a su regreso.
Fenriis se frotó el rastrojo en la barbilla mientras
consideraba a la mujer. Para su crédito, no se inquietó ni
mostró ninguna molestia cuando se quedo en silencio. Solo
lo observaba con una mirada sin pestañear como una
serpiente liiraas.

THE MAN OF STARS 121


- Usted está, por supuesto, asumiendo que le
devolveremos a su gente. Tus machos abrieron fuego
contra nosotros, un acto de guerra punible con la muerte. Y
tu mujer... -Sonrió cuando Amanda vino a quedarse detrás
de él, junto a Isan- Bueno, tus hembras parecen preferir a
los machos Lathar.
El general Black dio la menor inclinación de cabeza, pero
no comentó, ni siquiera lanzó una mirada hacia Sardaan,
pero mantuvo su atención en Fenriis.
- Habiendo dicho eso -Respondió- Respetuosamente debo
preguntar si nos devuelves a nuestra gente para que
podamos castigarlos apropiadamente. Estoy autorizada
para ofrecerle ciertas concesiones en las próximas
conversaciones de tratado...
Dejó que la frase se fuera, una ceja se alzó ligeramente
como si esperara algún tipo de reacción de él. Por un
momento Fenriis debatió ser un imbécil, pero decidió no
hacerlo. Esta mujer no fue cortada por el mismo molde que
Hopkins y su pequeño personal. Estaba contento de que no
hubiera estado liderando el asalto de los humanos. Tenía
la sensación de que las cosas podrían haber ido muy, muy
diferente si ella lo hubiera hecho. A diferencia de otros
machos de su especie, sabía que era mejor no subestimar
a las hembras humanas.
- Vamos a devolver a su gente con una condición -
Anunciado, todavía descansando en su silla de mando.
Black asintió.
- ¿Y esa condición es?
- Que usted y su personal superior acepten una invitación a
cenar con nosotros a bordo del Veral’vias.

THE MAN OF STARS 122


Se congeló, solo por un segundo y lo vió. El ligero cambio
de su mirada a través del puente hacia las comunicaciones
de la consola.
- Aceptado. Sólo en mi nombre -Le sonrió de repente a él
con una mirada curiosa- Usted tiene a la mayoría de
nuestra cadena de mando a bordo de su barco, mi señor.
No sería un buen líder si le diera al resto, ¿no crees? Me
temo que tendré que bastar ¿Si eso es aceptable para
usted?
- Perfectamente ¿Te esperamos a las 21:00 esta noche? -
Sonrió completamente.
Nunca había estado interesado en el resto de su personal
de todos modos. Solo quería a la mujer general a bordo.
Claro, no podía dejar que sus hombres bajen a la superficie
con un grupo de asalto para conseguirse todos hembras
propias, pero eso no significaba que iba a pasar cualquier
oportunidad para que las hembras subieran a bordo de su
propia nave. Libre albedrío.
- Por supuesto -Inclinó la cabeza- ¿Devolverá a nuestra
gente en ese punto? ¿Incluida a la vicepresidente?
- Vamos a devolver a los prisioneros de antemano -
Respondió, su voz un profundo retumbar. A un lado del
puente, uno de sus guerreros se habían puesto rígidos, la
tensión escrita en amplios hombros. Pero no podía dejar
que eso lo distrajera- La vicepresidente, sin embargo,
permanecerá a bordo para la cena.
- ¿Y luego volverá conmigo? -Black presionó. Sonrió y se
encogió de hombros.
- Si alguna de ustedes desea irse. Mi punto anterior sobre
nuestros hombres sigue en pie.

THE MAN OF STARS 123


- Oh, eres bueno, mi señor -Black se río entre dientes, la
sonrisa que fluyó por su rostro transformando su severa
expresión- Pero por supuesto, te estás perdiendo un punto
importante.
Frunció el ceño.
- ¿Y qué es eso?
- No todas nuestras mujeres prefieren a los hombres -Le
guiñó un ojo- Llegaré para la cena a las 21:00. Black fuera.
No tuvo tiempo de procesar esa sorprendente declaración.
Porque en ese momento un guerrero se dirigió hacia el
puente.
- ¡Mi señor! ¡Hemos encontrado a Fnaal!

***

A los guerreros mayores les tomó menos de unos pocos


minutos llevarlo hasta la sala principal de la nave. Una gran
galería que estaba situada en el centro de la embarcación,
Amanda se había quedado en silencio con asombro la
primera vez que la había visto. Estaba segura de que nadie
podía culparla por sus altos techos desapareciendo en la
sombra por encima y los pasillos arqueados que cruzaban
el espacio elevado, le recordaban a una catedral. Parecía
servir como sala de entrenamiento y para funciones,
utilizada en cualquier momento que los Lathar a bordo
necesitaran congregarse en grandes números. Cuando

THE MAN OF STARS 124


Madison y Hopkins habían llegado para su desafortunada
visita, se había preparado para el entrenamiento de los
guerreros, pero ahora todo, las esteras, obstáculos y bots
de entrenamiento habían sido eliminados.
El centro del piso estaba despejado cuando Fenriis y sus
guerreros superiores llegaron, Amanda al lado de su
compañero. Guerreros llenaban los bordes de la habitación,
embalados en los pasillos de arriba. Levantó la vista por un
momento, su mandíbula cayendo. Sabía que se había
encontrado con una fracción de la tripulación de la nave,
sabía que prácticamente había un pequeño ejército a
bordo, pero ver a tantos guerreros congregados en un lugar
le quitó el aliento.
Y todos estaban en silencio. Aparte de uno.
Fnaal estaba de rodillas en el centro del piso despejado,
sus manos atadas a la espalda. Dos guerreros lo
flanqueaban, cada uno con una mano pesada en uno de
los hombros del hombre capturado, manteniéndolo en su
lugar cuando luchaba y trataba de levantarse. Gruñó y les
disparó en un lenguaje que no entendía. No importaba.
Podía adivinar lo que estaba diciendo no era en absoluto
halagador.
Sin embargo, tan pronto como entraron, la atención de
Fnaal se disparó a ellos. Su mirada se fijó
instantáneamente en Amanda y aulló en furia
- ¡Mujer infiel! -Gritó, luchando tan fuerte que se rompió el
agarre del guerrero a su izquierda y avanzó.
Jadeó y dio medio paso hacia atrás mientras el miedo
pasaba por su sistema, La mano de Fenriis se apretó sobre
la de ella y la abrazó en su lugar. Su sola presencia era
suficiente para detener su huida.

THE MAN OF STARS 125


- Está bien -Murmuró- Estás perfectamente segura. Mira…
Efectivamente, Fnaal no logró dar un paso más. El guerrero
del que se había separado y envolvió con un brazo duro
alrededor de su cuello, levantándolo. Más pequeño que el
su captor, la columna vertebral de Fnaal se forzó en un
arco duro, los dedos de sus pies era todo lo que
permaneció en el suelo.
Pudo haber sido restringido físicamente, pero su lengua no
lo fue.
- ¡Puta! ¡Puta! -Siseó, malevolencia en sus ojos mientras
miraba a Amanda- Los dioses decretaron que me
pertenecerías, pero has extendido sus piernas para un no
elegido. Serás castigada ¡Estarás estéril! -Gritó- ¡Los
dioses se asegurarán de que los no elegidos no tendrán
descendencia!
Contuvo el aliento, sus palabras se convirtieron sus
temores sobre su relación con Fenriis. Claro, había dicho
que no estaba molesto acerca de los niños, pero toda su
cultura parecía depender de su habilidad para tenerlos o
no. Eventualmente iba a querer algunos propios.
- Silenciar a ese idiota -Ordenó Fenriis con un gruñido- He
terminado con tus desvaríos draanthics. El valor de una
mujer no está en el joven que lleva, sino en la comodidad y
la compañía que trae a su macho. Es la luz de su
oscuridad, la sabiduría de su oscura fuerza. Sin ellas, los
guerreros estamos viviendo solo una vida a medias.
La sinceridad resonó en sus palabras y el calor se extendió
a través de su pecho. Quería decir lo que dijo, lo podía
decir. Las palabras resonaron hasta su alma cuando le
sonrió, apretando su mano La pequeña mirada que le dio le

THE MAN OF STARS 126


trajo recuerdos de la noche anterior y se sonrojó, su cuerpo
caliente.
Se inclinó, rozando un beso sobre sus labios.
- Lo que sea que es ese pensamiento, ¿puede esperar
para más tarde? -Sugirió en un profundo murmullo antes de
enderezarse.
Cuando su mirada alcanzó a Fnaal, todos los rastros de su
amante se habían ido. En su lugar, un guerrero de piedra
fría estaba en su lugar.
- Fnaal K’Vass -Anunció, su voz sosteniendo un tono grave
de juez, jurado y verdugo- Robaste la compañera de otro
macho y trataste de violarla. La asaltaste y le hiciste daño,
obligándola a defenderse. Hiciste todo esto sabiendo que
las hembras son raras y preciadas, algo para ser venerado
y protegido. Sin embargo, trataste de robar a una por tu
cuenta independientemente de su decisión en el asunto.
Has ignorado nuestras leyes más básicas de reclamar e
intentar forzarte sobre ella. Solo uno de estos crímenes es
suficiente para sentenciarte a muerte.
Fnaal gruñó, su expresión rígida.
- Los dioses han hablado. Soy elegido -Gritó, todavía
luchando contra un guardia mucho más grande- ¡Su
decisión anula cualquier decisión de una simple mujer!
Un murmullo de conmoción y disgusto rodó por la
cavernosa sala, se hizo eco de lo que sonaba como los
labios de cada guerrero presente.
- Esos crímenes juntos... solo hay un castigo lo
suficientemente grave.
La confusión rodó a través de Amanda. Si solo uno de los
crímenes de Fnaal justificaban la pena de muerte... ¿Que

THE MAN OF STARS 127


posiblemente podría ser peor? No tuvo que esperar mucho
por su respuesta.
Fenriis le soltó la mano para caminar hacia adelante. Se
detuvo unos pocos pasos de Fnaal, que se había puesto
pálido.
- No, no, no... -Gimió- ¡Fui elegido! Los dioses me eligieron.
No puedes hacer esto.
Uno por uno, los guerreros a su alrededor caminaron hasta
detenerse a unos pasos de Fnaal, rodeándolo. Ahí no
había espacio para todos ellos en el frente, por lo que se
pararon detrás de otros... fila tras fila detrás de ellos.
Entonces, como uno solo, todos le dieron la espalda al
hombre en el centro de la habitación.
- Que se sepa -Sonó la voz de Fenriis- Este Fnaal K’Vass
ya no lleva el nombre. Ya no es Lathar. Estás deshonrado.
Los guerreros se alejaron del hombre que ahora gemía en
un bulto en el medio del piso.
- Que alguien lo tire a las celdas hasta que encontremos un
lugar para dejarlo -Fenriis ordenó cuando llegó al lado de
Amanda y extendió su brazo por ella.
- ¿Qué le pasara ahora? -Preguntó ella, incapaz de
resistirse a una rápida mirada a la arrugada figura de su
atacante- No vas a ir a... -Tragó- ¿No lo vas a matar?
Las características de Fenriis se estrecharon.
- No. No lo haremos Eso sería muy amable. En lugar de
eso, lo dejarán fuera de la nave en un planeta deshabitado.
Si lograra dejarlo, ya no será reconocido entre nosotros.
Cualquier intento de contactar con uno de nuestros
planetas o colonias resultará que la sentencia de muerte
será ejecutada.

THE MAN OF STARS 128


Asintió.
- Como la excomunión… Expulsión de la sociedad.
- Exactamente. Después de lo que hizo, ya no podemos
confiar en él.
La llevó a un lado, cuando los mismos dos guardias, que
también le habían dado la espalda y arrastraron a Fnaal
más allá de ellos. Desplomado entre ellos, no levantó la
cabeza, toda la lucha fuera de él ahora.

THE MAN OF STARS 129


Capítulo 11

- Comandante Fenriis.
Una voz fuerte detrás de ellos que decía el nombre de
Fenriis les hizo darse la vuelta. Un guerrero estaba detrás
de ellos. Una inquietud picaba a lo largo de la columna
vertebral de Amanda ante la mirada en su rostro. Había
visto suficiente de los guerreros a bordo para saber que
generalmente trataban a su líder con respeto. Pero no
había ninguno en la cara del otro guerrero cuando miró a
su compañero.
- Tolath -Fenriis lo reconoció- ¿Tienes algo que quieres
decir?
- Lo hago -Confirmó el gran guerrero. Como Fenriis, era
alto y bien musculoso, probablemente igual a su líder en
tamaño y fuerza- Nos has fallado.
Un ligero toque en el brazo de Amanda la hizo mirar
alrededor para encontrar a Isan a su lado. Con un pequeño
tirón de cabeza, la retiró, alejándola de Fenriis unos pasos.
No le gusto la repentina tensión en la habitación, no se
quejó, tratando de averiguar qué demonios estaba
pasando.
- ¿Y cómo lo resuelves? -Fenriis respondió, su voz baja y
peligrosa.
Tolath levantó su barbilla en desafío.
- Tú eres nuestro comandante y como tal, debes tener
nuestros mejores intereses en el corazón ¿No ha sido una
orden permanente durante años que debemos encontrar
hembras, se envían inmediatamente grupos de saqueo

THE MAN OF STARS 130


para asegurar bastantes de ellas para todos los guerreros
dignos?
Fenriis asintió.
- Así se hacían las cosas, sí. Sin embargo...
Tolath lo interrumpió con un gesto de irritación.
- Sin embargo, nada. Esta orden nunca ha sido rescindida.
Revisé los archivos. Entonces, has fallado en tu deber para
con nosotros. Hemos estado en órbita de un planeta con
muchas hembras y de hecho, ¡has conseguido una para ti!
-Señaló a Amanda- Sin embargo, te negarse a permitir que
el resto de nosotros tuviéramos la misma cortesía.
- Esa es una situación diferente. Lady Amanda y yo
tenemos un acuerdo.
- No doy un draanth -Tolath gruñó- Lo que me importa es
tratar de conseguir una mujer por mi cuenta. Esta noche. O
nos dejar ir con un grupo de asalto...
- ¿O? -Solo un idiota tomaría la pregunta de Fenriis, daría
marcha atrás. La palabra era como un guante abofeteado
sobre la cara del otro guerrero.
- Llamo al desafío -Tolath dijo con finalidad, cruzando sus
brazos sobre su pecho masivo.
Un pequeño gemido escapó de los labios de Amanda. No
tenia idea en qué consistía un desafío, pero estaba
bastante segura de que no era ver un concurso de comer
chocolate caliente y malvavisco. Los Lathar era una raza
guerrera, por lo que cualquier desafío iba a contener
sangre y violencia en grandes cantidades.
- Muy bien -Fenriis comenzó a quitarse la chaqueta,
sosteniéndola, un guerrero se adelantó. Despojado hasta la
cintura, era imposible pasar por alto lo considerablemente

THE MAN OF STARS 131


musculoso que era. La expresión de Tolath no se alteró
cuando hizo lo mismo, sacarse su propia chaqueta. Pero
nadie se adelantó a tomarla. Un destello de molestia en su
rostro, miró por encima de su hombro a uno de los
guerreros más jóvenes.
- ¿Keri? -Sacudió su chaqueta con dos dedos, obviamente
esperando que el otro guerrero dé un paso adelante y la
tome. Pero Keri negó con la cabeza, con los brazos
cruzados sobre el pecho.
- No quiero ser parte de esto.
- ¿Qué? -La sorpresa fluyó sobre las características de
Tolath- Nosotros hablamos sobre esto... sobre los grupos
de saqueo ¡Estuviste de acuerdo en que deberíamos
permitirnos buscar hembras propias!
La expresión de Keri no se alteró.
- Estuve de acuerdo en que sí deberíamos, pero no accedí
a desafiar al comandante. Somos guerreros, no animales.
Obedecemos órdenes, ya tengan sentido para nosotros o
no. No romperé mi juramento al comandante. No quiero ser
parte de este reto -Repitió.
- Pero... -Tolath parecía sin palabras, con la boca abierta y
cerrándola por unos segundos- Pero somos hermanos.
Keri asintió, pero sus brazos permanecieron cruzados
sobre su pecho y su expresión establecida no cambió.
- Lo somos. Pero eso no significa que me convertiré en un
rompe juramentos. Fenriis nunca se ha equivocado al
dirigirnos. Dice que eventualmente tendremos hembras
propias y confío en su sabiduría. Estoy con mi comandante.
- Así sea.
Tolath apretó la mandíbula y se giró hacia Fenriis.

THE MAN OF STARS 132


- Te mataré y tomaré tu rango, tu posición, entonces
nosotros ¡Vamos a atacar!
Sus últimas palabras cayeron en un silencio pedregoso y
Amanda se inclinó más cerca de Isan mientras murmuraba.
- Sin duda Tolath tiene apoyo entre los demás, pero
ninguno se mostrará a sí mismos a menos que gane el
desafío.
- ¿Oh? -Preguntó ella, con el corazón latiendo en su
garganta con miedo por Fenriis. Se acababan de encontrar
el uno al otro y ahora parecía que estaba en una lucha a
muerte.
- Las peleas de desafío son siempre a muerte, para el
retador y sus partidarios -Murmuró- Qué es un dolor total
en el ogarth porque cuando Fenriis gane, significa que
tenemos que averiguar quién apoyo a Tolath y eliminarlos.
A veces el retador no es la raíz del problema, simplemente
la cabeza de la serpiente.
Pero… -Comentó, mirando a los guerreros de cara de
piedra alrededor de ellos- Esta vez creo que es solo un
guerrero pensando con su polla. Keri no es idiota y es
totalmente leal a Fenriis. Nos habría avisado sobre esto si
lo hubiera sabido.
- ¿Entonces no está tan mal? -Preguntó con la esperanza
de que los dos grandes hombres comenzaron a rodearse
entre sí.
Se movían como los depredadores que eran, sus
movimientos elegantes y letales... como los grandes felinos
que le encantaban ver en los documentales en la televisión.
Nunca había visto uno en la vida real. Todos estaban
extintos o en zonas de conservación al público. No se les
permitía acceder. La expresión de Isan era sombría.

THE MAN OF STARS 133


- Oh, es serio. Tolath sabe que tiene que matar a Fenriis si
quiere alguna posibilidad de supervivencia.
Su respiración se detuvo, su corazón se detuvo allí mismo
en su pecho.
- ¿Matarlo? ¿Puede hacer eso?
Lanzó una mirada llena de miedo hacia los combatientes
circulado aún, Tolath engañaba a Fenriis de vez en cuando,
aunque probando sus reflejos, pero su compañero no hizo
lo mismo. Simplemente desviaba los ataques del otro
hombre con movimientos fáciles, como el agua rodando por
la espalda de un pato.
- ¿Matar a Fenriis? -El sanador sonaba sorprendido-
Siempre es posible. Nadie puede predecir exactamente
cómo irá una pelea de desafío.
Extendió la mano y envolvió su mano más grande
alrededor de la de ella, dejando que su expresión se relaje
lo suficiente para ofrecerle una pequeña sonrisa
tranquilizadora
- Todo estará bien. Lo prometo. Fenriis es un comandante
de guerra... Ningún macho alcanza tales alturas por ser un
descuidado combatiente. Y si él... bueno -Tosió para cubrir
su lapso- Si algo sucede, puedes estar seguro de que
estarás bien. Fenriis me explicó su... acuerdo. Voy a tomar
su juramento para llevarte con tus hijas si cae aquí hoy.
- ¿Qué? -Cogida por sorpresa, todo lo que podía hacer era
parpadear- ¿Haría eso por mí? -Haciendo una pausa, lo
miró directamente. Si había pensado que Fenriis se veía
joven, Isan parecía estar apenas fuera de su adolescencia-
¿Eso significa que tendría que estar... contigo?
- ¿Eh? -Isan frunció el ceño en confusión, y luego su
expresión de repente se aclaró- ¡No! No habría ninguna

THE MAN OF STARS 134


expectativa de eso... Bien -Le ofreció una pequeña sonrisa-
A menos que quisieras convertirte en mi compañera, eso
es. No esperaría eso de tí.
Le ofreció una pequeña sonrisa, ocultando su suspiro de
alivio. Cuando todo lo que podía es estar aliviada de todos
modos, con Fenriis luchando solo a un pie de distancia.
Los guerreros se habían cerrado con más fuerza, con los
rostros iluminados con anticipación y fascinación. Varios
gritaron aliento para Fenriis, pero no hubo llamadas para
Tolath y se dio cuenta de que nadie podía, en caso de que
cayera y la misma espada caería sobre sus cuellos
también. De repente, realmente sintió pena por Tolath. Se
había sobrepasado y ahora iba a pagar el precio. Con su
propia vida.
- ¿Eso es todo lo que tienes, viejo? -Tolath se burló
mientras Fenriis desvió otro ataque más- ¿Estás
demasiado asustado para pelear conmigo?
- Este es vuestro comandante -Le anunció a la multitud-
¡Ahora que tiene una mujer, teme la batalla!
Fenriis lanzó su ataque sin previo aviso. Un momento
Tolath estaba posando para la multitud, al siguiente estaba
luchando por su vida. El aire a su alrededor estaba vivo con
los bordes brillantes de las hojas de Fenriis en una danza
mortal de luz. Gritó, logrando bloquear el primer par de
pases, pero en segundos era obvio que era masivamente
superado.
Fenriis gruñó, sus labios se curvaron hacia atrás de sus
dientes mientras Tolath se retorció y se agachó bajo su
brazo. Se giró para perseguirlo, atacando con la cuchilla en
su mano y pudo vislumbrar la expresión en su cara.
Pura. Controlada. Furia.

THE MAN OF STARS 135


Amanda se quedó inmóvil, con la mano en la garganta
mientras observaba a su compañero. Había sabido que era
un guerrero, pero había igualado eso con más de soldado.
Más... civilizado. Antibalas o armamento de energía en
batallas espaciales. No esta visceral, gladiadora, brutal
batalla.
- Fenriis... Fenriis,.. Fenriis... Fenriis...
La multitud comenzó a cantar, el sonido había comenzando
bajo. Un guerrero cerca de ella comenzó a estampar su pie,
solo uno y el resto lo retomó, el sonido haciendo eco
alrededor de la cavernosa sala como un trueno cada pocos
segundos.
Fenriis empujó a Tolath hacia atrás, con cara de rictus,
hasta que no quedó ningún lugar para que fuera el guerrero
más joven. Fijado contra un lado del círculo, los guerreros
en su filo no le dejaban escapar, cometió su último error.
Balanceando a Fenriis, gritó cuando la espada de su
oponente barrió y se adentro, cortando profundamente la
articulación del brazo cuando se encontró con su cuerpo.
Gruñó, el corto grito de dolor salpicado por su espada
cayendo al suelo. El siguiente segundo Fenriis tenía su
propia espada atascada en la garganta del desafiador.
- Por favor... -Amanda dio un paso adelante, su mano
extendida antes de que pensara en eso- Por favor, no lo
mates. Hoy no…
El silencio llenó el pasillo y sintió que todos los ojos se
volvían hacia ella. Mierda ¿Qué había hecho ella? La suya
era una cultura guerrera, una que realmente no entendía
Pero... Levantó la barbilla y miró directamente en Fenriis.
- En la Tierra, estaríamos en nuestra luna de miel. Es un
momento de felicidad y celebración. Seguramente la

THE MAN OF STARS 136


estupidez puede ser perdonada, especialmente desde que
los Lathar no ha visto muchas bodas o lunas de miel por
mucho tiempo -Dio un paso adelante, colocando su mano
suavemente sobre su brazo- ¿Por favor? ¿Por mí?
Fenriis gruñó y apartó su mano de la espada de la garganta
de Tolath.
- Tienes suerte de que deseo complacer a la mujer que
amo, o estarías desangrándote en este piso. Nunca me
desafíes otra vez -Extendió la mano, aterrizando en la
mano en el hombro herido de Tolath- Espero tu completa y
absoluta lealtad ¿Lo entiendes?
El otro hombre palideció y asintió, con el brazo cerca de su
pecho. La sangre adornaba su costado, fluyendo por su
pierna.
- Sí, mi señor. Mis espadas y yo son ahora y para siempre,
tuyas. Mi honor es tu honor. Esto lo juro.
Los hombres a su alrededor retumbaron en aprobación.
Miró alrededor, teniendo la sensación de que el voto de
Tolath era serio.
Pero no estaba interesada en eso. Estaba interesada en lo
que Fenriis había dicho.
La mujer que amaba...
- Isan, Keri... sacarlo de aquí -Ordenó Fenriis, girando hacia
Amanda y con una mano debajo del brazo, la sacó de la
multitud.
- ¿Quisiste decir eso? -Preguntó sin aliento, tirando de él
para que parara para que pudiera revisarlo. No había visto
un golpe de Tolath pero se habían estado moviendo tan
rápido... que tenía que estar segura.

THE MAN OF STARS 137


- ¿En serio qué, pequeña humana? -Sonrió y tomó sus
manos- No te preocupes. Estoy perfectamente bien.
Tomaría a un mucho mejor guerrero que Tolath para
superarme.
Se detuvo, los escalofríos rodaron por su piel ante su toque
y levantó la vista hacia él. Con su mirada fija en la de ella,
se sintió un poco consciente de sí misma, pero tenía que
saberlo.
- Dijiste a la mujer que amo... ¿te refieres a eso? -No
respondió por un momento y su corazón saltó de su pecho.
Quizás solo había sido una forma de hablar y no lo digo en
serio. Tal vez estaba leyendo demasiado en las cosas.
Luego asintió.
- Si. Te he amado desde el primer momento que oí tu voz.
La esperanza floreció, llenándola de calidez y emoción.
Entonces sus palabras se registraron y frunció el ceño.
- ¿No debería ser ese el primer momento me viste? Como,
¿amor a primera vista? -Sacudió la cabeza, la curva de sus
labios suavizando sus ásperas características y
tornándolas devastadoras.
- No. No siempre funciona de esa manera. Primero te
escuché y supe que eras mía. Me gustaste desde ese
momento.
- ¿De verdad? Como el amor al primer... ¿sonido? -Sonaba
fantástico pero... estaba en una nave espacial alienígena
casada con el hombre más sexy que alguna vez había
visto- ¿Es eso posible?
- Oh, sí, es posible -Metió un dedo debajo de su barbilla e
hizo que lo mirara, inclinándose hacia abajo hasta que sus
labios casi rozaran los de ella- Te quiero, Amanda y

THE MAN OF STARS 138


siempre lo haré. Un día espero que puedas amarme a
cambio.
- No un día -Admitió, su voz un poco sin aliento cuando
trató de sonreír y no llorar al mismo tiempo- Ahora. Te
quiero ahora, quiero decir. Suena estúpido. No nos
conocemos desde hace mucho, pero yo sí...
No logró decir nada más porque su sexy marido alienígena
reclamó sus labios, sellando su amor y matrimonio con un
beso de promesa tan dulce y sincero que se marcaría su
corazón por siempre.
Los aplausos lentamente detrás de ellos sacaron a Amanda
de la magia del momento. Fenriis levantó la cabeza y se
giró en el mismo movimiento, tan rápido que tuvo que
jadear cuando la empujó detrás de él.
Detrás de ellos estaba un nuevo grupo de guerreros, el
hombre más grande que Amanda había visto alguna vez
delante de ellos. El resto era casi tan grande, dos de ellos
casi idénticos, aparte del hecho de que uno estaba cubierto
de cicatrices. Un sanador, se dio cuenta, reconociendo las
marcas.
Fenriis se fijó en su atención, su puño apretado sobre su
corazón.
- Su Alteza Imperial. Nos honras con tu presencia.
Los ojos de Amanda se agrandaron mientras miraba al
gran hombre de nuevo.
El Emperador. Tenia que serlo. Contempló dar un paso
hacia un lado y esconderse detrás de Fenriis
completamente hasta que se fuera. Lo hubiera reconocido,
por lo que había recogido de la charla a bordo de la nave,
que el Emperador era un guerrero cabronazo que podía
vencerlos a todos con una mano atada a la espalda. Pero

THE MAN OF STARS 139


una cosa era saberlo y otra tenerlo parado allí en carne y
hueso.
Pero antes de que pudiera hacer algo estúpido como
intentar realmente esconderse, la mirada del Emperador se
deslizó a un lado, hacia ella. En sus sedas escarlatas
Latharian era imposible perdérsela, pasar por alto el hecho
de que no era simplemente una visitante a bordo sino que
vivía aquí ahora.
- Su Alteza, puedo presentar a mi compañera, Amanda -
Fenriis dijo simplemente, deslizando su brazo alrededor de
su cintura mientras daba un paso hacia delante para estar
a su lado- Amanda, este es Su Alteza Imperial, Daaynal
K'Saan, guerrero Emperador de todos los Lathar.
- Errr... un placer conocerte, Majestad.
Amanda sonrió al hombre más grande mientras caminaba
hacia ellos, tratando de reprimir el escalofrío que le subía
por la columna vertebral.
Hizo una reverencia. Lo consiguió. Sola. Está bien, tal vez
hubo el más pequeño de los bamboleos. Le dió una
pequeña sonrisa de disculpa.
- Me disculpo. Nunca conocí a un Emperador alienígena,
así que no estoy realmente segura de lo que debo hacer o
como llamarte.
Se sentía como si todos los ojos en la habitación estuvieran
sobre ella. Esperando a que cometiera un error y ofendiera
gravemente al Emperador. Se atoró el cerebro, tratando de
pensar en algo que le hubieran contado o escuchado sobre
la forma correcta de conocer y saludar al emperador.
Daaynal sonrió y ofreció su mano, levantando la de
Amanda a sus labios para besar la parte posterior de sus
nudillos.

THE MAN OF STARS 140


- Dado que estamos relacionados, Lady K’Vass, puedes
llamarme como tú desees.
Dio un respingo cuando se inclinó sobre su mano, con los
ojos muy abiertos cuando se encontró con la mirada de
Fenriis. Parecía tan sorprendido como ella se sentía, lo que
la hizo sentir mejor y peor. Entonces su boca se puso en
acción antes de que su cerebro pudiera intervenir.
- Lo siento... ¿relacionados?
Miró a Fenriis, que negó con la cabeza. Había dicho que
estaba relacionado con los sobrinos del Emperador, pero
no era que estuviera directamente relacionado con el
mismo Daaynal.
El Emperador se levantó a toda su altura y abrió la boca
para hablar pero fue interrumpido por una voz femenina
molesta en algún lugar más atrás en la habitación.
- Bien, sé que muchos ven enemigos en cada sombra, pero
si alguien no me deja pasar para llegar con mi madre
AHORA MISMO o habrá puta sangre derramada ¡Puedo
prometerlo!
Amanda se quedó sin aliento, el Emperador olvidado como
los guerreros detrás de él que se separaron para revelar
una figura familiar.
- ¿Jess? ¡Jess!
Amanda medio corrió, medio tropezó los últimos pies para
alcanzar a su hija, envolviéndola con fuerza en sus brazos
mientras las lágrimas caían en cascada por sus mejillas. A
pesar de que Jess había crecido completamente, siempre
sería el bebé de Amanda y había sentido su pérdida y la de
su hermana, Lizzie, agudamente. Con los ojos cerrados,
enterró la cara en la curva del hombro de Jess, incapaz de
creer que en realidad estaba aquí. Pero no la dejaría ir.

THE MAN OF STARS 141


Solo la sensación de su bebé en sus brazos, el familiar olor
de su cabello... calmó algo en el alma de Amanda. En ese
momento juró que nunca se separaría de sus hijas otra vez.
- ¡Mamá... mamá, no puedo respirar!
Riendo y llorando al mismo tiempo, Amanda relajó su
agarre, soltando un poco para mirar a su hija. La vió muy
saludable.
- Tu cabello creció. Perdiste peso -Amanda comentó,
palabras saliendo de su boca una sobre la otra- ¿Han sido
buenos contigo? ¿No te han hecho daño?
Ese había sido su miedo cuando le habían dicho que Jess
había sido tomada. Que fuera torturada o peor.
- Lo hizo. Lo he hecho y han sido más que buenos -Jess
sonrió, mirando detrás de ella.
Su mirada conectada con el alto guerrero cicatrizado y
asintió con la cabeza. Se dio la vuelta por un momento, y
cuando se volvió alrededor, sus brazos estaban llenos de
un paquete envuelto en una manta rosa.
El corazón de Amanda casi se estancó y se quedó sin
aliento, sus manos cubriéndose la boca mientras un
pequeño y regordete brazo escapaba de la manta para
agarrar el cabello del guerrero mientras fluía sobre sus
hombros.
- Mamá -Jess dijo con suavidad- Me gustaría que conozcas
a mi compañero, mi marido, Laarn. Y esta es Miisan... -Dijo
ella, retirando el borde de la manta para revelar a la niña
más bonita que Amanda había visto alguna vez. El bebé,
que había estado tirando del cabello de Laarn, se detuvo y
miró a Amanda directamente a los ojos. Entonces empujó
los dos brazos en demanda.

THE MAN OF STARS 142


Nanat...
Amanda se quedó sin aliento ante la palabra en su mente,
automáticamente buscando al bebé. Laarn la acomodó en
un confiado abrazo de Amanda con facilidad y le sonrió a la
niña.
- Ella es tu... -Amanda lo interrumpió.
- Nieta. Es mi nieta ¿Al menos supongo que 'Nanat'
significa Nana?
- De hecho lo hace -Laarn se río entre dientes- Parece que
nuestra hija ya dejó salir al gato fuera de la bolsa.
- Es hermosa... -La admiración llenó a Amanda cuando se
acomodó en los brazos de su abuela, sonriendo mientras
Fenriis se les unía- ¿Espero que no te importe ser abuelo
ya?
- ¿Abuelo? -La voz de Jess se sorprendió cuando tanto ella
como Laarn miraron a Fenriis- Tú y... ¿Quién eres?
¿Secuestraste mi madre? -Exigió, su expresión feroz
mientras redondeaba Fenriis.
- ¡No! No... -Extendió las manos en señal de rendición y
luego le dio una pequeña sonrisa triste- Está bien, bueno
tal vez un poco. Pero en mi defensa, tu casa había sido
atacada y tu Litaan secuestrada. Quería venir a buscarte.
Pero Jess no fue aplacada.
- Oh, entonces pensaste que usarías eso para que acepte
tu reclamo, ¿verdad? -Se enfadó bastante con indignación
y volvió a mirar a Amanda- Mamá, si hizo que lo aceptas
podemos arreglarlo. No puede hacer...
- En realidad, puede -Laarn interrumpió, asintiendo hacia
Fenriis.

THE MAN OF STARS 143


Fenriis se había quitado los brazaletes de la muñeca,
metiéndolos en su cinturón. Alrededor de sus muñecas
había nuevas marcas que parecían tatuajes pero no,
rodeando sus muñecas como la hiedra alrededor de una
columna de piedra.
- Marcas de apareamiento -Daaynal suspiró y luego se
abrió camino irrumpiendo con una sonrisa- ¡Parecería que
estamos doblemente bendecidos entonces! El regreso de
una Nanat a la familia y una unión bendecida con las
marcas de apareamiento ¡Esto requiere una celebración!
- Normalmente estaría de acuerdo -Laarn dijo secamente-
Pero tenemos una situación aquí con los humanos que
requiere nuestra atención...
- ¡Ah, sí! -Daaynal no pareció desconcertado al ser
corregido, una amplia sonrisa en su rostro. Cuando sonreía
era más como un cachorro grande y apenas parecía
asustarte en absoluto- Vamos a organizar una fiesta
cuando volvamos a Lathar Prime ¡Una semana de fiesta!
- Pediría un favor antes de eso, Su Alteza -Fenriis
interrumpió- Si no fuera demasiado, le pediría a Amanda y
yo volvamos a Arakaas para nuestro Encubrimiento.
- ¡Por supuesto! ¡Por supuesto! -Dijo Daaynal
inmediatamente, mirando entre los dos. Algo cambió en su
expresión- De hecho, ¿por qué no te llevas a tu novia
ahora? Con tu grupo de guerra y el mío, tenemos esta
situación más que bajo control.
- ¿Qué es un Encubrimiento? -Le susurró a Jess
suavemente, sin estar segura de lo que Fenriis estaba
pidiendo.

THE MAN OF STARS 144


- Es un... erm... -Laarn vino al rescate de Jess,
extendiéndose hacia adelante para arrojar a su hija bajo la
barbilla.
- Es la ceremonia de unión del desierto... Como una
ceremonia de boda... Sus costumbres son mucho más
antiguas y más sencillas que el resto de nosotros. La feliz
pareja se dirige al desierto donde el macho reclama a su
hembra bajo el sol y las estrellas sólo cubierto por la capa
del guerrero.
- Ohhh... -Fenriis había mencionado eso antes. El bebé en
sus brazos se retorció, alcanzando a Laarn, por lo que
entregó a Miisan y levantó la vista para encontrar a Fenriis
observándola. El calor oscuro y el amor se arremolinaban
en sus ojos y su respiración se detuvo. Le tendió la mano.
- ¿Qué dices, compañera? Me acompañas, en cuerpo y
alma, bajo el sol y las estrellas para que los dioses sepan
que eres mía para siempre.
Con una sonrisa en los labios, dio un paso adelante y
colocando su mano en la suya más grande, mirándolo
mientras la empujaba hacia la forma protectora de su
cuerpo más grande y duro.
- Mientras ellos también vean que también eres mío.
Sus labios se curvaron y se inclinaron para darle un suave
beso en los labios.
- No creo que se atrevan a no atraer la ira de mi feroz y
pequeña dama terrana.

THE MAN OF STARS 145


Epílogo

¿Cómo había tenido tanta suerte?


Fenriis entrecerró los ojos ante la feroz luz del sol mientras
sacaba su Kervasi para detenerse en un pequeño oasis.
Protegido en todos los lados de los vientos del desierto
feroz por las altas dunas, había sido un secreto guardado
por su familia por generaciones. El lugar a los que todos los
machos de su familia habían traído a sus hembras para el
Encubrimiento... hasta que no hubo más hembras.
Pero ahora tenía el honor de traer a su hembra, su Amanda
aquí.
- ¿Esto es? -Preguntó ella, mirándolo desde debajo de su
capucha. Como él, estaba envuelta en la voluminosa túnica
blanca de un nómada del desierto, y se había asegurado
de que mantuviera la capucha levantada. Su piel era pálida
y delicada. Se quemaría fácilmente con el áspero sol.
Lo último que quería era a su delicada y pequeña
compañera herida. Ni siquiera un poco quemada.
- Ciertamente así es -Dijo, levantándose para ayudarla a
salir de encima de la montura
Era tan ligera como una pluma cuando la levantó y le dio
una mirada de preocupación, pero su piel era de un rosa
sano y la tos que había tenido cuando la había conocido
por primera vez, se había ido totalmente ahora. Isan y
entonces Laarn le había dado un claro certificado de salud,
los tumores que la habían estado matando totalmente
desaparecidos.
- Estoy bien -Prometió, atrapando su mirada y sonrió,
deslizándola por la parte delantera de su cuerpo. Contuvo

THE MAN OF STARS 146


el aliento cuando registró la pesada prueba de su
excitación presionando contra su vientre. Sus ojos se
oscurecieron, la mirada seductora en ellos y su polla se
sacudió.
- Entonces... ¿es eso una espada en tu bolsillo o
simplemente te complace verme? -Bromeó, mordiéndose el
labio y su mirada clavada en su boca. Dioses, era tan sexy.
Todo lo que podía pensar era cayendo hacia las arenas y...
Se adaptó a la acción con las palabras, levantándola en
sus brazos para llevarla a las arenas cerca del borde del
oasis. Sin una pausa, se arrodilló con ella todavía en sus
brazos, rodando mientras yacía sobre su espalda para
asegurar que ninguna parte de su cuerpo tocara las arenas
calientes. Ni incluso un pie.
- ¡Te aplastaré! -Protestó ella, retorciéndose contra él, pero
estaba listo para el movimiento, sacudiendo el borde de su
capa sobre ella con un gesto practicado. En el mismo
aliento, dio la vuelta hasta que se apoyó sobre ella, su capa
la puso en lo alto para protegerlos del sol.
- Lo dudo mucho -Dijo en voz baja, una más áspera por el
deseo mientras se estiraba debajo de él, sus piernas
entrelazadas con las suyas. Su pie pequeño acarició la
parte posterior de su pantorrilla y su polla se sacudió de
nuevo cuando el movimiento lo asentó más cómodamente
en la cuna de sus caderas.
- Eres tan pequeña y ligera, como un niño de deearin.
Todas las garras de bebe y un adorable silbido, pero no
harías daño a una mosca.
- ¿En serio? -Arqueó una ceja y deslizó su mano entre
ellos, acunándolo audazmente a través de su túnica.
Diseñado para ser ligero e imperioso a los rayos mortales

THE MAN OF STARS 147


del sol, la tela era delgada como la seda. Así que sintió
cada golpe de sus talentosos dedos contra su eje.
- Pensé que estábamos aquí para esta cosa del
Encubrimiento... pero hasta ahora todo lo que oído que es
un montón de charla -Arqueó una ceja de nuevo cuando
gruñó, aferrándose a su control por un pelo- Y yo puedo
pensar en mejores cosas para hacer en el calor con un
alienígena sexy que hablar.
Gruñó, reclamando sus labios en un breve y fuerte beso
mientras rasgaba sus sedas, separándolas para que
pudiera tocar su suave piel.
- Mientras sea el único alienígena sexy con el que hagas
más que hablar.
- Lo eres -Prometió, separando sus piernas y alcanzándolo
debajo de su túnica para guiarlo hacia ella. Se hundió en
ella con un empuje duro que los tenía a ambos suspirando
de placer- Eres mi verdadero y único, por ahora y para
siempre.

FIN

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