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Parábola de la viuda y el juez injusto.

Lucas 18:1-9

Personajes: la mujer (que era viuda), un juez y un enemigo.


V1: El Señor nos habla acerca de la oración.
V2: Un juez injusto. Sin honra a Dios.
V3: Mujer viuda con un enemigo. Buscaba justicia.
V4y5: al principio estaba negado en responderle a su petición. Luego por cansancio, y por su insistencia, decidió
actuar a su favor.
V6y7: ¿La justicia de Dios no es mejor para aquellos que claman noche y día?
V8: pronto habrá justicia divina para nosotros. Para los que sufren a causa del evangelio. Pero necesitamos tener fe.

Si bien este pasaje habla de esta justicia divina que recibiremos cuando el Señor nos lleve a su presencia, por medio
de esta parábola podemos destacar varias enseñanzas:

 Lo primero que el Señor nos enseña es sobre la persistencia en la oración. Col 4:2. Perseverad en la oración,
velando en ella con acción de gracias.
Persistir: Mantenerse firme o constante en una cosa. Su palabra nos manda a ser constantes.
Pero no se trata de llegar al punto de cansar o molestar a Dios. Ni tampoco de pensar que Dios se olvida de nuestras
necesidades o aflicciones porque no es así. Si no que habla de una constancia en la oración. La oración debe tener un
carácter obligatorio en la vida del creyente. No podemos vivir sin oración. Es la herramienta fundamental que ayuda
a tener cercanía a Dios. Juan 15:7. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho.

 A veces nos preguntamos: ¿Cuántas veces oramos por la misma petición? ¿Es necesario seguir orando?

El seguir orando, persistiendo, demuestra que uno depende totalmente de Dios. A su vez, manifiesta ser una
persona madura, que entiende el propósito de Dios y que está dispuesta a recibir la respuesta de acuerdo a la
voluntad de Dios.

 A través de la oración uno aprende a entender la dirección de Dios. A veces uno empieza pidiendo una cosa
y luego la dirección cambia.
Por ejemplo: Podemos pedir por sanidad. Luego entendemos que Dios no nos quiere sanar, y ya no pedimos por
sanidad, sino por fuerzas para sobrellevar la enfermedad.
Pedimos por un familiar para que llegue a la iglesia, luego pedimos para que Dios obre, luego para que Dios obre en
mí para ser ejemplo, pero siempre seguimos orando.
Jesús oró por sus discípulos, sabiendo el propósito de Dios, el oró cuando sabía que iban a quedar solos, entonces su
dirección cambió.

 Lo segundo que Dios hace entender es sobre la paciencia. Sgo 5:7 Por tanto hermanos, tened paciencia
hasta la venida del Señor. Mirad como el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con
paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. A veces ocurre que la respuesta es tardía.
Hablamos de una tardanza divina: que prueba el valor y paciencia.

 Lo tercero que el Señor enseña es sobre su bondad y misericordia. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo
haré. Juan 14:14. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aun hablan, yo habré oído. Is. 65:24
Vemos que, si un malo es capaz de actuar a nuestro favor, cuanto mas aquel que es justo y recto y perfecto en hacer
lo que hace. Mateo 7:10-11 ¿Quién de ustedes si su hijo le pide pan le dará una piedra? Dios es incapaz de ser
injusto con sus escogidos.

 Lo cuarto que el Señor hace hincapié es en la fe. Mateo 17:20. Por vuestra poca fe; porque de cierto os
digo, que, si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará, y
nada os será imposible. “Señor auméntanos la fe” La fe se pide también. Debemos hacerla crecer/aumentar.

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