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Psicopato
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PSICOPATOLOGÍA II
UNIDAD III
La sexualidad humana es más que la procreación. Está regida por las pulsiones
que no son instintos, no son comportamientos fijos de la especie que no pueden
modificarse. Por ello hay algo en la pulsión que permite la subversión de la misma
pulsión y de la sexualidad. El tránsito por el Complejo de Edipo es una forma de
programar, domesticar el empuje pulsional que no cesa. El objeto mítico de satisfacción
se pierde para construir la realidad, hablamos de perversión cuando ese objeto aparece
en el fantasma en forma parcial. No debe pensarse que el perverso goza siempre, Freud
señala que hace los mismos sacrificios penosos que otras estructuras.
En Tres Ensayos sobre una Teoría Sexual, Freud señala que la sexualidad humana
es perversa polimorfa. Perversa porque no está destinada, necesariamente, únicamente,
a la reproducción y Polimorfa porque está regida por varias pulsiones parciales. Si las
prácticas perversas complementan la sexualidad normal, no corresponde hablar de
perversión. Si, por otro lado, las prácticas perversas sustituyen la meta y/o el objeto de
la pulsión y sólo de esa manera se puede mantener una relación sexual (fijación),
entonces, sí corresponde hablar de perversión.
En la Neurosis, hay una pregunta por el deseo. Ahí opera la falta, se inscribe la
operación simbólica de la MP (Metáfora Paterna).
Es decir que, tanto en Neurosis como en Perversión, opera la lógica fálica, que no
opera en la Psicosis. El perverso no quedó entrampado en una relación dual, pasó por la
castración; hubo interdicción de la Ley aunque más deficiente que en una Neurosis.
Freud habla sobre una fantasía confesada muy frecuentemente por sus
pacientes; la fantasía de que “Pegan a un Niño”, la cual se desarrolla en tres fases:
El texto “Pegan a un niño”, abre la puerta al Más Allá del Principio de Placer, a
pensar que puede haber satisfacción, goce, en el sufrimiento. Por ello, Freud puede
conceptualizar el masoquismo como primario.
El Yo del niño está al servicio de una exigencia pulsional, hay una vivencia
de que seguir con esa actividad traerá consecuencias graves. Entonces, el sujeto debe
decidir, elegir entre reconocer que existe el peligro y renunciar a la satisfacción o
desmentir la realidad y proseguir con la actividad que le trae satisfacción. Freud
menciona un caso en el que el niño no decide; hace ambas cosas al mismo
tiempo. Así, rechaza la realidad objetiva con ayuda de ciertos mecanismos, no se deja
prohibir; por el otro lado, reconoce el peligro de la realidad y busca defenderse de la
angustia. La pulsión retiene entonces la satisfacción y la realidad objetiva ha recibido el
FANTASÍA Y PERVERSIÓN
La fantasía debe ser pensada como un velo, que filtra la angustia. El velo por
excelencia es el fantasma. La fantasía es importante para la Perversión, debe
representarse y es frustrante, porque en algún momento cae ese velo y el perverso se dá
cuenta de que está ante un montaje. En la Neurosis, la fantasía se puede soportar mejor.
Freud hace una lectura a partir de un “recuerdo” de Leonardo Da Vinci, registrado en
uno de sus escritos, no es una presentación clínica. Freud sostiene que dicho recuerdo,
que el autor sitúa en su más temprana infancia, es en realidad una fantasía posterior que
él trasladó a su infancia. Freud trabaja la fantasía al modo de un sueño. Descompone el
texto y lo interpreta como un trabajo de sustitución. Así, la cola del buitre sería un pene
En este último caso, la fijación al pene materno tan anhelado hace que el sujeto
necesite colocar en su lugar un objeto (zapato, pie, trenza, ropa interior, etc.) con
el que intenta reponer el pene que la madre no tiene. El objeto fetiche simboliza
al Falo y funciona como un mantel corto que cubre lo Real, siempre queda algo por
fuera. El perverso todo el tiempo está mostrando la falta.
Freud trabaja la perversión desde el fetiche, pero nunca habla de ella como
una estructura. A partir del Seminario XVI, Lacan habla de estructura perversa
como categoría gnoseológica, propone que estamos dentro del Complejo de Edipo,
pero la ve como una estructura diferente a la de la Neurosis. El perverso sabe que la
relación sexual no existe. El paradigma de la perversión aquí será el masoquismo, no el
fetichismo. La posición subjetiva del perverso está orientada a recuperar el goce
perdido y devolverlo al Otro. Esta voluntad caracteriza al perverso, que lleva a su
acción a hacerse instrumento del goce del Otro.
HOMOSEXUALIDAD
MASOQUISMO
PERVERSIONES EN LA ACTUALIDAD