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Psicopatología II – Unidad III

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PSICOPATOLOGÍA II
UNIDAD III

LECTURA FREUDIANA Y LACANIANA DE LAS


PERVERSIONES.

La perversión no aparece tan como estructura en Freud, sí en Lacan. El primero


en abordar científica y no moralmente el tema de la psicopatía sexual fue Kraft Ebbing, a
finales del Siglo XIX. Era un psiquiatra y médico legista que necesitaba hacer
diagnósticos diferenciales en forma rápida. Habla de desviados/invertidos lo cual remite a
una “normalidad” que después el psicoanálisis no va a mantener.

La sexualidad humana es más que la procreación. Está regida por las pulsiones
que no son instintos, no son comportamientos fijos de la especie que no pueden
modificarse. Por ello hay algo en la pulsión que permite la subversión de la misma
pulsión y de la sexualidad. El tránsito por el Complejo de Edipo es una forma de
programar, domesticar el empuje pulsional que no cesa. El objeto mítico de satisfacción
se pierde para construir la realidad, hablamos de perversión cuando ese objeto aparece
en el fantasma en forma parcial. No debe pensarse que el perverso goza siempre, Freud
señala que hace los mismos sacrificios penosos que otras estructuras.

Antes de Freud, todas las perversiones, incluída la homosexualidad, eran


consideradas patológicas. Para Freud, lo patológico tiene que ver con un índice de
padecimiento subjetivo, de displacer. En este sentido, las perversiones no serían
patológicas. Por eso se ve que en la clínica, el sujeto perverso consulta, pero no por su
perversión, sino por temas que son comunes a todas las estructuras; problemas de
pareja, familiares, etc.

En Tres Ensayos sobre una Teoría Sexual, Freud señala que la sexualidad humana
es perversa polimorfa. Perversa porque no está destinada, necesariamente, únicamente,
a la reproducción y Polimorfa porque está regida por varias pulsiones parciales. Si las
prácticas perversas complementan la sexualidad normal, no corresponde hablar de
perversión. Si, por otro lado, las prácticas perversas sustituyen la meta y/o el objeto de
la pulsión y sólo de esa manera se puede mantener una relación sexual (fijación),
entonces, sí corresponde hablar de perversión.

Las perversiones se dividen en 2 grupos:

 Las que mudan el objeto de la pulsión


 Homosexualidad
 Resignan los genitales y los reemplazan por otra parte del cuerpo
 Desplazan el cuerpo a un objeto; Fetichismo

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Necrofilia
 Las que alteran la meta de la pulsión
 Voyeurismo
 Exhibicionismo
 Sadismo
 Masoquismo

DESMENTIDA, REPRESIÓN Y RENEGACIÓN

El tránsito por los 3 tiempos del Edipo es distinto en las 3 estructuras:

En la Neurosis, hay una pregunta por el deseo. Ahí opera la falta, se inscribe la
operación simbólica de la MP (Metáfora Paterna).

En la Psicosis, la pregunta viene dada anticipadamente. Ahí no opera la falta, hay


una Forclusión, un no a lugar, un rechazo. No se inscribe la operación simbólica de la
MP.

En la la Perversión, opera la falta, de hecho el perverso tiene la certeza de que el


Otro tiene una falta y se ofrece como objeto para que la falta en el otro no exista. El
significante NP se inscribe, hubo Behajung, pero ante la castración, la ausencia del pene
en la madre, el perverso la niega. Es decir que hay cierta inscripción de la castración,
pero no se quiere saber nada de ello. La perversión toma fijación antes del desarrollo de
los diques psíquicos del asco y la vergüenza. Por esto, el perverso no asocia los diques a
lo mismo que el neurótico. En vez de angustia de castración hay una revuelta narcisista.

Es decir que, tanto en Neurosis como en Perversión, opera la lógica fálica, que no
opera en la Psicosis. El perverso no quedó entrampado en una relación dual, pasó por la
castración; hubo interdicción de la Ley aunque más deficiente que en una Neurosis.

Así como la operación que caracteriza la Neurosis es la represión y la que


caracteriza la Psicosis es la forclusión, la que caracteriza a la Perversión es la
Renegación o Desmentida. La Desmentida es de la inexistencia del pene
materno, no de la realidad. Tanto la Represión como la Desmentida requieren que
se siga reprimiendo o desmientiendo siempre, es decir que requieren un gasto
energético para el aparato.

 La Represión genera Síntomas


 La Forclusión genera Delirios
 La Desmentida genera Conductas

EDIPO, FALO Y CASTRACIÓN

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El fetiche recubre la ausencia del pene materno, lo vela, no se sabe si lo hay
o no lo hay. Sin embargo, al velarlo, pone en evidencia que hay algo allí; si repone
el pene materno, eso implica que no existe! La vida sexual del perverso está muy
guionada, muy pautada previamente, por lo que la satisfacción es muy difícil de alcanzar.

Freud habla sobre una fantasía confesada muy frecuentemente por sus
pacientes; la fantasía de que “Pegan a un Niño”, la cual se desarrolla en tres fases:

1. La primera fase es conciente. Cuando se le pide asociaciones al paciente,


este remite a una fantasía (algo que es mitad verdad mitad mentira) en la
que el padre le pega a un niño (no al paciente) y el paciente está situado
como espectador.
2. El segundo tiempo tiene que ver con algo no conciente, algo que se
reconstruye en el análisis, no se recuerda. Aquí el paciente es pegado
por su padre. Esta segunda fase, tiene consecuencias en el carácter, el
paciente se revuelve contra la persona que pudieran ubicar en la serie
paterna.
3. En el tercer tiempo, se configura, impersonalmente, la fantasía de
“Pegan a un niño”. A esta fantasía se anudan sentimientos placenteros,
que propician una satisfacción onanista.

Freud va ligando el armado de esta fantasía al Complejo de Edipo. La


reconstrucción Icc que se logra en análisis es que en tanto que soy amado, hay un
castigo por ese amor incestuoso; me pegan. Esta fantasía de tipo masoquista, se
encuentra tanto en las Perversiones como en las Neurosis. La satisfacción aparece
ligada a la fantasía y, por lo tanto, ligada al Complejo de Edipo.

El texto “Pegan a un niño”, abre la puerta al Más Allá del Principio de Placer, a
pensar que puede haber satisfacción, goce, en el sufrimiento. Por ello, Freud puede
conceptualizar el masoquismo como primario.

DESEO Y VOLUNTAD DE GOCE

Frente a la Pulsión, Freud habla de Destinos, que también son Defensas.


Esto es así porque los destinos son modos de ejercer la pulsión que marcan, señalan,
un camino que será recorrido por la pulsión en busca de su satisfacción. Al mismo
tiempo fijan la pulsión, la encarrilan y así evitan que se desparrame con lo que
constituyen una defensa.

El Yo del niño está al servicio de una exigencia pulsional, hay una vivencia
de que seguir con esa actividad traerá consecuencias graves. Entonces, el sujeto debe
decidir, elegir entre reconocer que existe el peligro y renunciar a la satisfacción o
desmentir la realidad y proseguir con la actividad que le trae satisfacción. Freud
menciona un caso en el que el niño no decide; hace ambas cosas al mismo
tiempo. Así, rechaza la realidad objetiva con ayuda de ciertos mecanismos, no se deja
prohibir; por el otro lado, reconoce el peligro de la realidad y busca defenderse de la
angustia. La pulsión retiene entonces la satisfacción y la realidad objetiva ha recibido el

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debido respeto. Pero como nada es gratis, dirá Freud, este resultado se alcanzó a costa
de una desgarradura en el Yo que no se reparará nunca. Así, frente a la amenaza de
castración ante su ferviente onanismo, producto de su conocimiento de los genitales
femeninos por seducción de una niña mayor, el niño creó un substituto del pene
femenino, un fetiche. Es decir que hubo aquí desmentida de la realidad observada y
dado que la castración no existía, no había motivo para interrumpir la masturbación. Sin
embargo, como prueba de que había reconocido el peligro, apareció simultáneamente
una angustia de ser devorado por el padre. A diferencia de lo que hubiera ocurrido
con una estructura psicótica, el niño no contradijo su percepción, no alucinó un pene ahí
donde no lo había sino que realizó un un desplazamiento transfirió el significado del pene
a otra parte del cuerpo.

Si hay goce –satisfacción de la pulsión- el objeto está presente, de forma


contingente, por lo tanto, no hay falta. El recorrido de la pulsión llega hasta el final. La
voluntad de goce tiene un sostén fantasmático, no es una pulsión desnuda, hay allí una
puesta en escena. El “objeto a” del que habla Lacan es el objeto irremediablemente
perdido del que habla Freud; lo perdido son los objetos oral, anal, escópico, etc. Son
objetos análogos a los dientes de leche, deben perderse, es natural, estructural que así
ocurra. El objeto a es la causa del deseo y el objeto de la pulsión, pues alrededor de él
se establece el recorrido de la pulsión, que es lo que trae la satisfacción. Al Neurótico le
cuesta quedar en la posición de objeto, le genera angustia. Cree que el Otro tiene
el objeto y quiere encontrarlo. El Perverso, por otro lado, sale de la castración con la
creencia, la certeza de que el goce puede recuperarse poniéndose en el lugar del
instrumento, objeto del goce del Otro (volver a ser el falo de la madre). Sabe que el
Otro no tiene el objeto pretende devolvérselo. El perverso busca lograr la angustia en
el Otro, su punto de quiebre; apunta al barramiento del Otro, es un provocador. No tiene
problema en ubicarse en el lugar de “rata inmunda” si desde allí puede incidir en el Otro.

Para Lacan, la cuestión pasa por la frustración. En tanto haya operado la


frustración (negación de un don), hay lugar para el deseo. La frustración es marca de
entrada en la cultura, igual que el deseo. Siempre se ama en el otro lo que le falta y es
por esa falta que uno se puede enlazar al otro. La Desmentida es del Nombre del
Padre; el perverso está constantemente reforzando la Desmentida, para no
angustiarse. Si se llega a angustiar la pasa mal, porque hay mucha fijeza en su relación
sexual, está todo muy guionado, sufre, es un circuito padeciente.

FANTASÍA Y PERVERSIÓN

La fantasía debe ser pensada como un velo, que filtra la angustia. El velo por
excelencia es el fantasma. La fantasía es importante para la Perversión, debe
representarse y es frustrante, porque en algún momento cae ese velo y el perverso se dá
cuenta de que está ante un montaje. En la Neurosis, la fantasía se puede soportar mejor.
Freud hace una lectura a partir de un “recuerdo” de Leonardo Da Vinci, registrado en
uno de sus escritos, no es una presentación clínica. Freud sostiene que dicho recuerdo,
que el autor sitúa en su más temprana infancia, es en realidad una fantasía posterior que
él trasladó a su infancia. Freud trabaja la fantasía al modo de un sueño. Descompone el
texto y lo interpreta como un trabajo de sustitución. Así, la cola del buitre sería un pene

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y el buitre que le abre la boca, representa a la madre; la fantasía hablaría del
amamantamiento, pero expresado aquí como fellatio. El hecho de que la madre tenga
pene, Freud lo adjudica a la premisa fálica, todos tienen pene, sino hay ahora, ya va a
crecer. Para el varón, el pene es algo demasiado preciado, como para no suponérselo a
la madre. La añoranza por los genitales de la madre, que el niño en principio cree es un
pene, puede ser causa de que ante el complejo de castración, ante el horror de que
ese pene no existe, ocurra un vuelco a lo contrario, que luego es causa de impotencia,
misoginia, homosexualidad o fetichismo.

En este último caso, la fijación al pene materno tan anhelado hace que el sujeto
necesite colocar en su lugar un objeto (zapato, pie, trenza, ropa interior, etc.) con
el que intenta reponer el pene que la madre no tiene. El objeto fetiche simboliza
al Falo y funciona como un mantel corto que cubre lo Real, siempre queda algo por
fuera. El perverso todo el tiempo está mostrando la falta.

NEUROSIS Y PERVERSIÓN. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Freud trabaja la perversión desde el fetiche, pero nunca habla de ella como
una estructura. A partir del Seminario XVI, Lacan habla de estructura perversa
como categoría gnoseológica, propone que estamos dentro del Complejo de Edipo,
pero la ve como una estructura diferente a la de la Neurosis. El perverso sabe que la
relación sexual no existe. El paradigma de la perversión aquí será el masoquismo, no el
fetichismo. La posición subjetiva del perverso está orientada a recuperar el goce
perdido y devolverlo al Otro. Esta voluntad caracteriza al perverso, que lleva a su
acción a hacerse instrumento del goce del Otro.

Perverso Neurótico Psicótico


Saber Sabe, sabe de la No sabe, duda Es el Otro el que sabe
castración y sabe que el
Otro se angustia ante su
falta
Deseo Registra el deseo del Se angustia frente al
Otro y manipula a ese deseo del Otro, se niega
Otro para que cumpla a servir a ese deseo
su deseo (ser
instrumento del goce
del Otro)
Goce El perverso necesita del El goce neurótico es
Otro, registra la falta, autoerótico y
eso no lo angustia y lo masturbatorio, con el
usa fantasma basta, no
necesita de un Otro

HOMOSEXUALIDAD

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Freud, señala que en la homosexualidad masculina se ve una ligazón erótica muy
fuerte con la figura de la madre. Esta ligazón se ve favorecida por la híper-ternura que
erotiza y alentada por la ausencia o relegamiento del padre (en el caso de Leonardo,
este era ilegítimo y sólo reaparece su padre cuando él tiene unos 5 años). El amor por la
madre se reprime y el niño se identifica con ella; posteriormente sus elecciones de objeto
serán las de que haría su madre. Hay una elección narcisista, se elije a sí mismo, en
tanto falo que completa a la madre. En el caso de Leonardo, vemos como los jóvenes de
los que rodeaba eran sustitutos de él mismo. Estamos aquí dentro de la lógica fálica,
todos tienen. El homosexual ama lo que él fue para su madre. Vemos que el homosexual
pasa por el Complejo de Edipo, pero luego hay una vuelta atrás, una regresión al
Autoerotismo. Posteriormente, Lacan señalará que la ausencia del padre no alcanza para
explicar la homosexualidad y hará una resignificación de lo dicho por Freud. Señalará que
el padre puede estar presente, pero si es la madre la que le dicta la Ley al padre, la
homosexualidad puede darse. La identificación con el padre no funciona, hay un
accidente en el 3er. Tiempo del Edipo y una perversión por cambio de objeto. El
homosexual elije a alguien que tiene pene para no verse con la castración.

Fetichismo y Homosexualidad no se relacionan directamente con la pulsión (como


el masoquismo/sadismo o el voyeurismo/exhibicionismo) sino más bien con la
identificación fálica; con poner algo en el lugar del falo de la madre o con ser el falo de la
madre.

MASOQUISMO

En “El Problema Económico del Masoquismo”, Freud ya tiene conceptualizado el


Más allá del Principio de Placer e intenta articula esto de encontrar satisfacción en el
dolor. Define el masoquismo como satisfacción no con el dolor, sino con la excitación
sexual que acompaña a ese dolor. Habla de tres formas de masoquismo:

 Masoquismo Erógeno: Se deriva del Masoquismo Primario y está dentro de la


Perversión, es una condición a la que se sujeta la realización del acto sexual.
 Masoquismo femenino: Expresión de la Naturaleza Femenina. Situaciones de
ser poseído sexualmente y de parir.
 Masoquismo moral: Norma de conducta para la vida, apreciada como un
sentimiento Icc de culpa, necesidad de ser castigado. Se trata de una relación
entre el Yo y el Superyó y el resultado es una necesidad que se satisface
mediante castigo y padecimiento.

En el masoquismo hay una fantasía en juego, las escenificaciones reales de los


perversos masoquistas responden punto por punto a esas fantasías. El contenido
manifiesto es el mismo: ser amordazado, atado, golpeado. El masoquista quiere ser
tratado como un niño desvalido y que merece castigo.

En el ser vivo, la libido se enfrenta con la pulsión de muerte. La tarea de la libido


es volver inocua esta pulsión de muerte; lo hace desviando gran parte hacia afuera,
dirigiéndola hacia los objetos del mundo exterior. Una parte de esta pulsión queda al

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servicio de la función sexual; esa es la que constituye el sadismo propiamente dicho.
Otra parte permanece en el interior del organismo y es ligado libidinosamente a la
excitación sexual; esa es la que constituye el masoquismo erógeno. El masoquismo
erógeno acompaña en todas sus fases al desarrollo a la libido. La angustia de ser
devorado proviene de la organización oral, el deseo de ser golpeado x el padre proviene
de la organización sádico-anal, la castración interviene en las fantasías masoquistas.

PERVERSIONES EN LA ACTUALIDAD

En el texto “Liquidación de las Perversiones”, el autor habla sobre que las


perversiones hoy son líquidas, lavadas; el tiempo de la solidez ya no existe. Esta
liquidación, basada en la liquidación del significante Nombre del Padre, se da en tres
planos:

 Liquidación de la Práctica Perversa – Se pasó de una situación de


Perversión como crimen a Perversión como patología y luego a Perversión
como estructura. Schejtman se pregunta ¿a dónde han ido los perversos
de antes? Los que necesitaban velar la falta con un fetiche y por ello cortaban
trenzas, robaban bombachas, pañuelos o zapatos se vieron afectados por el
“Discurso del Capitalismo”, los derechos del hombre y la mujer y la
liquidación del significante amo -Nombre del Padre- por la ciencia. Así se
propone un sujeto insatisfecho, con la obligación de gozar, que se tiene que
alimentar del consumo, de gadgets. Sujeto insatisfecho, pero autónomo, con
todos sus derechos salvaguardados. Hoy en día, el mercado de consumo es
más amo que el padre. Se ve un empuje evidente a que cada quien explore
sus propios caminos personales, experimente todas las posibilidades y no se
prive de nada. Todo vale, ningún goce es mejor o peor que otro. El viejo
fetichismo ha sido reemplazado por la cultura de la imagen, en Internet,
por ejemplo, se puede encontrar todas las perversiones a disposición. La única
perversión que aún se salva de ser promovida legalmente es la Paidofilia (y
habría que ver qué pasa con el caso de Gral. Villegas!). Sigue siendo
considerada delito, pero a pesar de eso se la difunde con el turismo sexual,
los videos a propósito, etc. Es el niño reducido a la situación de objeto de
consumo.
 Liquidación de la Perversión del Fantasma – En tiempo de declive de la
función del padre, encontramos bastante extendida la debilidad o
inoperancia del fantasma, lo que da por resultado un polimorfismo
desbrujulado donde todo vale, no hay elección de objeto ni de posición
sexual. No hay un freno en el goce, no hay un punto de detención. Todo esto,
por supuesto, compatible con el empuje al goce propuesto por el mercado.
Las consecuencias de esta liquidación del fantasma son:
 Aburrimiento – ¿Qué queda una vez que uno ya probó todo? El deseo
ligado a cualquier forma de goce está permitido, por lo tanto el deseo se
cae a pique y sólo subsiste la depresión y el aburrimiento.

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 Cinismo – Con la liquidación del Nombre del Padre en su versión
fantasmática, como soporte de cualquier versión creyente sólo queda el
cinismo. Nadie puede decirme nada, yo hago lo que quiero.
 Liquidación de la Perversión como Categoría Gnoseológica – el término
Perversión en el DSM ha sido reemplazado por el de “parafilia”. La
Perversión como categoría gnoseológica se diluye entre “modos de vida”,
“orientaciones sexuales”, “decisiones personales”, etc. Es importante
tener en cuenta que diversas prácticas perversas en el plano
descriptivo, fenoménico, son compatibles con estructuras tanto
neuróticas como psicóticas o perversas. A la inversa, la presencia de
perversiones líquidas ofertadas por el mercado, no aseguran que no
pueda constatarse allí la posición de instrumento de goce del Otro,
que da cuenta de la perversión en un sentido de categoría gnoseológica.

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