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TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD

Enrique Dussel

Pertenezco a una generación latinoamericana presente la sujeción inamovible del modelo de


cuyo inicio intelectual se situó a finales de la filosofía europea (y en ese tiempo en Argentina,
llamada II Guerra Mundial, en la década de los aún sin ninguna referencia a Estados Unidos).
50s. Para nosotros no había en Argentina de Alemania y Francia tenían hegemonía comple-
esa época ninguna duda de que éramos parte ta, en especial en Sudamérica no así en México,
de la cultura occidental. Por ello ciertos juicios Centro América o el Caribe hispánico, francés
tajantes posteriores son propios de alguien que o británico.
se opone a sí mismo. En filosofía de la cultura se hacía refe-
La filosofía que estudiábamos partía de rencia a Oswald Spengler, Arnold Toynbee, Al-
los griegos a quienes veíamos como nuestros fred Weber, Kroeber, Ortega y Gasset o Braudel
orígenes más remotos. El mundo amerindio no y después a William McNeill. Pero siempre para
tenía ninguna presencia en nuestros programas comprender el fenómeno griego (con las céle-
y ninguno de nuestros profesores hubiera podi- bres obras tales como la Paideia o el Aristóteles
do articular el origen de la filosofía con ellos1. de Jaeger), la disputa en torno a la Edad Media
Además el ideal del filósofo era el que conocía en (desde la revalorización autorizada de Etienne
detalles particulares y precisos las obras de los Gilson) y el sentido de la cultura occidental
filósofos clásicos occidentales y sus desarrollos (europea) como contexto para comprender la
contemporáneos. Ninguna posibilidad siquiera filosofía moderna y contemporánea. Aristóte-
de la pregunta de una filosofía específica des- les, Santo Tomás, Descartes, Kant, Heidegger,
de América Latina. Es difícil hacer sentir en el Scheler era las figuras señeras. Era una visión

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sustancialista de las culturas, sin fisuras, cro- le encontrar su lugar en la historia universal (a
nológica del Este hacia el Oeste como lo exigía lo Toynbee) y discerniendo niveles de profundi-
la visión hegeliana de la historia universal. dad, inspirado principalmente en el nombrado
Con mi viaje a Europa –en mi caso en Ricoeur, pero igualmente en Max Weber, Soro-
1957, cruzando el Atlántico en barco–, nos des- kin, Jaspers, Sombart, etc..
cubríamos latinoamericanos o no ya europeos, En este momento ya había prácticamen-
desde que desembarcamos en Lisboa o Barce- te escrito dos libros: El humanismo helénico –es-
lona. Las diferencias saltaban a la vista y eran crito en 1961–, El humanismo semita –escrito en
inocultables. Por ello el problema cultural se 1964–, y tenía los materiales que aparecerán
me presentó como obsesivo, humana, filosófica con el título de El dualismo en la antropología de
y existencialmente: ¿Quiénes somos culturalmen- la cristiandad –escrito finalmente en 1968–. Ha-
te? ¿Cuál es nuestra identidad histórica?. No era bía hecho una reconstrucción creadora de lo que
una pregunta sobre la posibilidad de describir llamaba la protohistoria latinoamericana, la de
objetivamente dicha identidad; era algo ante- Cristóbal Colón o Hernán Cortés.
rior. Era saber quién es uno mismo como an- Organizamos una Semana Latinoame-
gustia existencial. ricana en diciembre de 1964, con estudiantes
Tanto en España como en Israel –donde latinoamericanos que estudiaban en varios
estuve desde 1957 a 1961, buscando siempre países europeos. Fue una experiencia funda-
la respuesta a la pregunta por lo latinoameri- cional. Josué de Castro, Germán Arciniegas,
cano– mis estudios se encaminaban al desafío François Houtart y muchos otros intelectuales
de un tal cuestionamiento. El modelo teórico incluyendo Ricoeur expusieron su visión sobre
de cultura seguirá siendo inevitablemente el el asunto3. El tema fue la toma de conciencia
mismo por muchos años todavía. El impacto de (prise de conscience) de la existencia de una cul-
Paul Ricoeur en sus clases a las que asistía en tura latinoamericana. Rafael Braun Menéndez
la Sorbonne, su artículo tantas veces referido o Natalio Botana se oponían a la existencia de
de Civilización universal y cultura nacional2, res- tal concepto.
pondía al modelo sustancialista y en el fondo En el mismo año publicaba un artículo
eurocéntrico. Aunque civilización no tenía ya la en la revista de Ortega y Gasset de Madrid4
significación spengleriana del momento deca- que se oponía a las reducciones historicistas de
dente de una cultura sino que denotaba más nuestra realidad latinoamericana. Contra el
bien las estructuras universales y técnicas del revolucionario, que lucha por el comienzo de la
progreso humano-instrumental en su conjunto historia en el futuro; contra el liberal que mis-
(cuyo actor principal durante los últimos siglos tifica la emancipación nacional contra España
había sido Occidente), la cultura era el conteni- al comienzo del siglo XIX; contra los conserva-
do valorativo-mítico de una nación o conjunto dores que por su parte mitifican el esplendor
de ellas. Este fue el primer modelo que utiliza- de la época colonial; contra los indigenistas que
mos para situar a América Latina en esos años. niegan todo lo posterior a las grandes culturas
Con esta visión culturalista inicié mis primeras amerindias, proponía la necesidad de recons-
interpretaciones de América Latina queriéndo- truir en su integridad, y desde el marco de la

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historia mundial, la identidad histórica de deggeriana) intentaba siempre ir situando (loca-


América Latina. Respondían estos trabajos fi- tion) a América Latina. En ese curso, Hipótesis
losóficos a un período de investigación históri- para el estudio de Latinoamérica en la Historia
ca-empírica de 1963 en adelante, paralela –por Universal6, se intentaba elaborar una historia
una beca que usufructué en Maguncia durante de las culturas a partir del núcleo ético-mítico
varios años– en vista de una tesis de historia (noyau éthico-mythique de Ricoeur) de cada una
hispanoamericana que defendí en La Sorbonne de ellas. Para intentar el diálogo intercultural
en 1967. había que comenzar por hacer un diagnóstico
A diferencia de muchos que hablan de de los contenidos últimos de las narrativas míti-
la cultura y de la cultura latinoamericana en cas, de los supuestos ontológicos y de la estruc-
particular, tuve la oportunidad durante cuatro tura ético-política de cada una de ellas. Se pasa
años de permanencia en el Archivo General de muy pronto a teorizar el diálogo, sin conocer
Indias de Sevilla, de estudiar las obras funda- en concreto los temas posibles de un tal diálo-
mentales históricas para la comprensión cien- go. Por ello ese Curso de 1966, con una extensa
tífico-positiva del siglo XVI latinoamericano, el introducción metodológica, y con una descrip-
comienzo de la época colonial, lo que llenó a mi ción mínima de las grandes culturas teniendo
cerebro de una cantidad impresionante de refe- en cuenta, criticando e integrando las visiones
rencias concretas de todo el continente latino- de Hegel, Danilevsky, Dilthey, Spengler, Alfred
americano (desde la California mexicana hasta Weber, Jaspers, Toynbee, Teilhard de Chardin
el sur de Chile ya que me interné igualmente y muchos otros y en referencia a las más im-
en los siglos XVII y XVIII). Para mi hablar de portantes historias mundiales de ese momento
cultura latinoamericana eran referencias a pue- me permitió situar, como he dicho, a América
blos indígenas, luchas de conquista, procesos de Latina en el proceso del desarrollo de la huma-
adoctrinamientos, fundación de ciudades, de nidad desde su origen -desde la especie homo-
reducciones, de cabildos, concilios provinciales, pasando por el paleolítico y neolítico, hasta
sínodos diocesanos, diezmos de las haciendas, el tiempo de la invasión de América por parte
pago de las minas,etc5. del Occidente. Desde Mesopotamia y Egipto
Un curso de Historia de la Cultura en la hasta la India y China, cruzando el Pacífico
Universidad del Nordeste (Resistencia, Chaco, se encuentran las grandes culturas neolíticas
Argentina) –durante cuatro meses de febril americanas, una vertiente de la proto-historia
trabajo, de agosto a diciembre de 1966, ya que latinoamericana. El enfrentamiento entre pue-
dejando Maguncia en Alemania regresaba a fin blos sedentarios agrícolas con los indoeuropeos
de ese año nuevamente a Europa (mi primer de las estepas euroasiáticas, entre ellos los grie-
viaje en avión sobre el Atlántico) para defender gos y romanos y de estos con los semitas proce-
la segunda tesis doctoral en febrero de 1967 en dentes del desierto arábigo, me daban una clave
Paris– me dio la oportunidad de tener ante mi de la historia del núcleo ético-mítico que pasando
vista una visión panorámica de la Historia mun- por el mundo bizantino y musulmán llegaban a
dial a la manera de Hegel o Toynbee, donde por la península ibérica romanizada en la otra ver-
medio de una reconstrucción (des-strucción hei- tiente de nuestra proto-historia latinoamericana.

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En marzo de 1967 de retorno a Latino- La impresión que causaba en la audien-


américa, cuando el barco pasó por Barcelona, cia era inmensa, profunda, desquiciante para
el editor de Nova Terra me entregó en mano unos, de esperanza en una nueva época inter-
mi primer libro: Hipótesis para una historia de la pretativa al final para todos9. En un curso dicta-
iglesia en América Latina. En esta obra se veía do en Buenos Aires en 196910 iniciaba con Para
plasmada una filosofía de la cultura en el nivel una filosofía de la cultura cuestión que culmina-
religioso de nuestro continente cultural. Esta ba con un parágrafo titulado Toma de conciencia
pequeña obra haría historia porque se trataba de América Latina, se escuchaba como un grito
de la primera reinterpretación de una historia generacional: Es ya habitual decir que nuestro pa-
religiosa desde el punto de la historia mundial sado cultural es heterogéneo y a veces incoherente,
de las culturas. En la tradición historiográfica la dispar y hasta en cierta manera marginal a la cul-
cuestión se formulaba: ¿Cuáles fueron las relacio- tura europea. Pero lo trágico es que se desconozca
nes de iglesia y estado?. su existencia, ya que lo relevante es que de todos
Ahora en cambio se definía: Choque modos hay una cultura en América Latina. Aunque
entre culturas y situación de la Iglesia7. La crisis lo nieguen algunos, su originalidad es evidente, en
de la emancipación contra España (en torno al el arte, en su estilo de vida11. Ya como profesor
1810) se la describía como “el pasaje de un mo- en la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza,
delo de cristiandad al de una sociedad pluralista Argentina) vertí de manera estrictamente filo-
y profana”. Era ya una nueva historia cultural de sófica dicha reconstrucción histórica. Se trata
América Latina –no sólo de la iglesia– no ya de una trilogía, en un nivel antropológico (en
eurocéntrica, pero todavía desarrollista. cuestiones tales como la conceptualización del
Es por ello que en la conferencia progra- alma-cuerpo e inmortalidad del alma; o carne-
mática que pronuncié el 25 de mayo de 1967 espíritu, persona, resurrección, etc.) siempre
Cultura, Cultura latinoamericana y cultura nacio- teniendo en cuenta la cuestión de los orígenes
nal8 –en la misma Universidad del Nordeste– de la cultura latinoamericana en las obras El hu-
era como un Manifiesto, una toma de conciencia manismo helénico12, El humanismo semita13 y El
generacional. Releyéndola encuentro en ella dualismo en la antropología de la cristiandad14.
bosquejado muchos aspectos que de una u otra En esta última obra se cerraba el Curso
manera, serán modificados o ampliados duran- de 1966, que terminaba en el siglo V de la Cris-
te más de treinta años. tiandad latino-germánica con el tratamiento de
En septiembre de ese mismo año co- Europa hasta su entronque con su expansión en
menzaban mis cursos semestrales en un Insti- América Latina. Nuevamente reconstruí toda
tuto fundado en Quito (Ecuador) donde ante la esta historia de las Cristiandades (armenia,
presencia de más de 80 participantes adultos georgiana, bizantina, copta, latino-germánica,
de casi todos los países latinoamericanos inclu- etc.), describiendo también el choque del mun-
yendo el Caribe y los latinos en Estados Unidos, do islámico en Hispania (desde el 711 hasta el
podía exponer esta nueva visión reconstructiva 1492) en otras obras posteriores15.
de la historia de la cultura latinoamericana en La obsesión era no dejar siglo sin po-
toda su amplitud. der integrar en una visión tal de la Historia

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Mundial que nos permitiera poder entender el me expresaba así en un parágrafo sobre Más allá
origen, el desarrollo y el contenido de la cultura del culturalismo: Las situaciones cambiantes de la
latinoamericana. La exigencia existencial y la hegemonía, dentro de los bloques históricos bien
filosofía todavía eurocéntrica buscaba la iden- definidos, y en relación a formaciones ideológicas
tidad cultural. Pero ahí comenzó a producirse de las diversas clases y fracciones, era imposible de
una fractura. descubrir para la visión estructuralista del cultu-
ralismo [...]. Faltaba también al culturalismo las
Centro y periferia cultural. El categorías de sociedad política (en último término
problema de la liberación el Estado) y sociedad civil [...]17.
La filosofía latinoamericana como Filo-
Desde los finales de la década del 60, y como sofía de la Liberación descubría su condiciona-
fruto del surgimiento de las ciencias sociales miento cultural y se pensaba desde una cultura
críticas latinoamericanas (en especial la Teoría determinada pero además articulado explícita
de la Dependencia16) y por la lectura de Totalidad e o implícitamente desde los intereses de clases,
infinito de Emmanuel Levinas y principalmente grupos, sexos, razas, etc. determinadas. La
por los movimientos populares y estudiantiles location había sido descubierta y era el primer
del 1968 en el mundo, pero fundamentalmente tema filosófico a ser tratado. El diálogo inter-
en Argentina y América Latina, se produjo en cultural había perdido su ingenuidad y se sabía
el campo de la filosofía y por ello en la filoso- sobredeterminado por toda la edad colonial. De
fía de la cultura, una ruptura histórica. Lo que hecho en 1974 iniciamos un diálogo intercon-
había sido el mundo metropolitano y el mundo tinental Sur-Sur entre pensadores del Africa,
colonial, ahora desde la terminología todavía Asia y América Latina, cuyo primer encuen-
desarrollista de Raúl Presbisch en la CEPAL tro se efectuó en Dar-es-Salam (Tanzania) en
se categorizaba como centro y periferia. A esto 197618. Estos encuentros nos dieron un nuevo
habrá que agregar todo un horizonte categorial panorama directo de las grandes culturas de la
que procede de la economía crítica que exigía la humanidad19.
incorporación de las clases sociales como acto- La nueva visión sobre la cultura se dejó
res intersubjetivos a integrarse en una defini- ver en el último encuentro llevado a cabo en la
ción de cultura. Universidad del Salvador de Buenos Aires ya en
Se trataba no de una mera cuestión pleno desarrollo de la Filosofía de la Liberación
terminológica sino conceptual que permitía bajo el título Cultura imperial, cultura ilustrada
escindir el concepto substancialista de cultura y liberación de la cultura popular 20. Era un ataque
y comenzar a descubrir sus fracturas internas frontal a la posición de Domingo Sarmiento, un
dentro de cada cultura y entre ellas no sólo eminente político y pedagogo argentino autor
como diálogo o choque intercultural sino más de la obra Facundo: Civilización o barbarie. La ci-
estrictamente como dominación y explotación de vilización era la cultura norteamericana, la bar-
una sobre otras. La asimetría de los actores ha- barie la de los caudillos federales que luchaban
bía que tenerla en cuenta en todos los niveles. por las autonomías regionales contra el puerto
La etapa culturalista había concluido. En 1983 de Buenos Aires,correa de transmisión de la do-

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minación inglesa. Se trataba del comienzo de la de una liberación de la cultura popular: Una es
demitificación de los héroes nacionales que ha- la revolución patriótica de la liberación nacional,
bían concebido el modelo neocolonial de país otra la revolución social de la liberación de las cla-
que mostraba ya su agotamiento21. ses oprimidas, y la tercera es la revolución cultural.
Una cultura imperial o del centro, que se Esta última se encuentra en el nivel pedagógico, el
había originado con la invasión de América en de la juventud y el de la cultura22. Esa cultura pe-
1492, se enfrentaba a las culturas periféricas en riférica oprimida por la cultura imperial debe
América Latina, Africa, Asia y Europa oriental. ser el punto de partida del diálogo intercultu-
No era un diálogo simétrico, era de dominación, ral. Escribíamos en el 1973:
de explotación, de aniquilamiento. Además, en La cultura como cultura popular, lejos de
las culturas periféricas había élites educadas ser una cultura menor, es el centro más inconta-
por los imperios que como escribía Jean Paul minado e irradiativo de la resistencia del oprimido
Sartre en la introducción a Los condenados de contra el opresor [...] Para crear algo nuevo ha de
la tierra de Franz Fanon, repetían como eco lo tenerse una palabra nueva que irrumpe a partir de
aprendido en Paris o Londres. Elites ilustradas la exterioridad. Esta exterioridad es el propio pue-
neocoloniales, fieles a los imperios de turno que blo que, aunque oprimido por el sistema, es lo más
se distanciaban de su propio pueblo y que lo uti- extraño a él23.
lizaban como rehén de su política dependiente. El proyecto de liberación cultural24 parte
Había entonces asimetrías de domina- de la cultura popular todavía pensada en la Fi-
ción en el plano mundial: a) una cultura (la losofía de la Liberación en el contexto latino-
civilización de Ricoeur), la occidental, metro- americano. Se había superado el desarrollismo
politana, eurocéntrica dominaba y pretendía culturalista que opinaba que de una cultura
aniquilar todas las culturas periféricas; y b) las tradicional se podría pasar a una cultura secu-
culturas poscoloniales (América Latina des- lar y pluralista. Pero igualmente había todavía
de domienzo del siglo XIX y Asia y Africa con que radicalizar el análisis equívoco de lo popular
posterioridad a la llamada II Guerra mundial) (lo mejor) ya que en su seno existía igualmente
escindidas internamente entre 1) grupos arti- el núcleo que albergará al populismo y al fun-
culados a los imperios de turno, élites ilustradas damentalismo (lo peor). Será necesario dar un
cuyo domino significaba dar la espalda a la an- paso más.
cestral cultura regional y 2) la mayoría popu-
lar afincada en sus tradiciones, y defendiendo La cultura popular: no es simple
frecuentemente de manera fundamentalista, populismo
lo propio contra lo impuesto desde una cultura
técnica, económicamente capitalista. En un artículo de 1984, Cultura latinoamericana
La Filosofía de la Liberación como fi- y Filosofía de la Liberación (Cultura popular revolu-
losofía crítica de la cultura debía generar una cionaria: más allá del populismo y del dogmatismo)
nueva élite cuya ilustración se articulara a los 25
, debí una vez más aclarar la diferencia entre
intereses del bloque social de los oprimidos que el pueblo y lo popular y el populismo (tomando
para Gramsci era el popolo. Por ello se hablaba este último diversos rostros: desde el populismo

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tatcherista”en el Reino Unido –sugerido por Er- un modo o un sistema de tipos de trabajo. No en
nesto Laclau y estudiado en Birmingham por vano la agri-cultura era estrictamente el trabajo
Richard Hall– hasta la figura actual del funda- de la tierra –ya que cultura viene etimológica-
mentalismo musulmán; fundamentalismo que mente en latín de cultus en su sentido de consa-
se hace presente igualmente por ejemplo, en gración de la tierra. La poiética material (fruto
el cristianismo sectario norteamericano de un físico del trabajo) y mítica (creación simbólica)
George W. Bush. son pro-ducción cultural (un poner fuera obje-
En ese artículo dividíamos la materia tivamente, lo subjetivo, o mejor intersubjetivo,
en cuatro parágrafos. En el primero26, recons- comunitario). De esta manera lo económico sin
truyendo posiciones desde la década del 60 caer en el economicismo, era rescatado.
mostrábamos la importancia de superar los En un tercer apartado30 se analizaban
límites reductivistas (de los revolucionarios los diversos momentos ahora fracturados de
ahistóricos, de las historias liberales, hispáni- la experiencia cultural en una visión postcul-
co-conservadoras o meramente indigenistas) turalista o post-spengleriana. La cultura bur-
reconstruyendo la historia cultural latinoame- guesa se la estudiaba ante la cultura proletaria
ricana dentro del marco de la historia mundial en abstracto; la cultura de los países del centro se
(desde el Asia nuestro componente amerindio; la analizaba ante la cultura de los países perifé-
la proto-historia asiático-afro-europea hasta ricos (en el orden mundial del sistema-mundo);
la cristiandad hispana; la cristiandad colonial la cultura multinacional o imperialismo cultural se
hasta la cultura latinoamericana dependiente, la describía en relación a la cultura de masas o
postcolonial o neocolonial). El todo remataba cultura alienada –globalizada–; la cultura nacio-
en un proyecto de una cultura popular post-ca- nal o del populismo cultural se la articulaba con la
pitalista27: Cuando estábamos en la montaña –es- cultura de la élite ilustrada y se la contraponía a
cribía Tomás Borge sobre los campesinos– y los la cultura popular31 o la resistencia como creación
oíamos hablar con su corazón puro, limpio, con un cultural. Evidentemente esta tipología cultural,
lenguaje simple y poético, percibíamos cuanto ta- y sus criterios categoriales suponían una larga
lento habíamos perdido [las élites neocoloniales] a lucha epistemológica, crítica, propia de las cien-
lo largo de los siglos. cias sociales nuevas de América Latina y de la
Esto exigía un nuevo punto de partida Filosofía de la Liberación. Estas distinciones la
para la descripción de la cultura como tal –tema habíamos propuesto ya mucho antes, pero aho-
del segundo parágrafo28 –. ra se perfilaban definitivamente.
Desde una relectura cuidadosa y arqueo- El gráfico siguiente recoge estas catego-
lógica de Marx (desde sus obras juveniles de rías analíticas y las correlaciona o incluye/se-
1835 a 188229 indicábamos que toda cultura es grega una de otra de las culturas mencionadas:

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Cultura Capitalista Cultura Multinacional


Cultura Central
Capitalista-
Burguesa Cultura Capitalista Cultura Ilustrada
Periferica

Cultura de
Cultura del Trabajador Cultura del Trabajador Masas
Cultura Proletaria Industrial Campesino Cultura
Nacional
Cultura
Etnias artesanos Popular

Culturas Externas32 Marginales


Otros

En 1977, en el tomo III de Para una ética de la respetar nuestra propia historia y no amputarla.
liberación latinoamericana, habíamos escrito: Mas respetar una historia significa conferirle el lu-
La cultura imperial33 (pretendidamente universal) gar que le corresponde, significa respetar su desa-
no es lo mismo que la cultura nacional (que no es rrollo [...] 36 . Mao distingue en esta obrita entre
idéntica a la popular), que la cultura ilustrada de antigua y vieja cultura; entre cultura dominante,
la élite neocolonial (que no siempre es burguesa, vigente, imperialista, semifeudal, reaccionaria, de
pero si oligárquica), que la cultura de masas (que nueva democracia, cultura de las masas populares,
es alienante y unidimensional tanto en el centro cultura nacional, revolucionaria, etc.
como en la periferia), ni que la cultura popular 34. La cultura popular latinoamericana –escri-
Y se agregaba: A la cultura imperial, a la ilustrada bíamos en el nombrado artículo de 1984– sólo
y a la de masas (en la que debe incluirse la cultura se esclarece, decanta, se autentifica en el proceso
proletaria como negatividad) son los momentos de liberación (de liberación económica del capitalis-
internos imperantes a la totalidad dominante. La mo, liberación política de la opresión) instaurando
cultura nacional, sin embargo, es todavía equívoca un nuevo tipo democrático, siendo así liberación
aunque tiene importancia [....] La cultura popular cultural, dando un paso creativo en la línea de la
es la noción clave para una liberación [cultural]. En tradición histórico-cultural del pueblo oprimido y
los 80s, con la presencia activa del FSLN en Nica- ahora protagonista de la revolución.
ragua y muchas otras experiencias en toda América En esa época se hablaba del sujeto his-
Latina, la cultura creadora era concebida como la tórico de la cultura revolucionaria: el pueblo,
cultura popular revolucionaria35. como bloque social de los oprimidos, cuando co-
Escribía Mao Tse-tung: Es un imperativo bra conciencia subjetiva de su función histórico-
separar la excelente cultura antigua popular, o sea, revolucionaria 37.
la que posee un carácter más o menos democrático La cultura popular no era populista. Po-
y revolucionario, de toda la putrefacción propia de pulista indicaba la inclusión en la cultura nacio-
la vieja clase dominante feudal [...] La actual nue- nal de la cultura burguesa u oligárquica de su
va cultura proviene de la antigua, por ello debemos élite y la cultura del proletariado, del campesi-

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no, de todos los habitantes del suelo organizado ropa, que Edward Said muestra en su famosa
bajo un Estado (que en Francia se denominó el obra de 1978, Orientalismo) era un defecto ar-
bonapartismo). Lo popular en cambio, era todo ticulado y simultáneo al occidentalismo (inter-
un sector social de una nación en cuanto explo- pretación errada de la misma cultura europea).
tado u oprimido, pero que guardaba igualmente Las hipótesis que nos habían permitido negar la
una cierta exterioridad como veremos más ade- inexistencia de la cultura latinoamericana nos
lante. Oprimidos en el sistema estatal, alterna- llevaban ahora al descubrimiento de una nueva
tivos y libres en aquellos momentos culturales visión crítica de las culturas periféricas, e in-
simplemente despreciados por el dominador, clusive de Europa misma. Esta tarea iba siendo
como el folklore38, la música, la comida, la ves- emprendida casi simultáneamente en todos los
timenta, las fiestas, la memoria de sus héroes, ámbitos de las culturas poscoloniales periféri-
las gestas emancipatorias, las organizaciones cas (Asia, Africa y América Latina), aunque por
sociales y políticas, etc. Como puede verse la desgracia en menor medida en Europa y Esta-
visión sustancialista monolítica de una cultura dos Unidos mismos.
latinoamericana había sido dejada atrás, y las En efecto, a partir de la problemática
fisuras internas culturales crecían gracias a la postmoderna sobre la naturaleza de la Moder-
misma revolución cultural. nidad –que en último término es todavía una
visión todavía europea de la Modernidad–,
Modernidad, globalización del comenzamos a advertir que, lo que nosotros
occidentalismo, multiculturalismo mismos habíamos llamado postmoderno40, era
liberal y el imperio militar de la guerra algo distinto a lo que aludían los Postmoder-
preventiva nos de los 80s (al menos daban otra definición
del fenómeno de la Modernidad tal como yo lo
Lentamente, aunque la cuestión había sido vis- había entendido desde los trabajos efectuados
lumbrada intuitivamente desde finales de la para situar a América Latina en confrontación
década de los 50s., se pasa de una obsesión por a una cultura moderna vista desde la periferia
situar América Latina en la historia mundial –lo colonial). Por ello, nos vimos en la necesidad de
que exigió reconstruir totalmente la visión de reconstruir desde una perspectiva exterior, es
dicha historia mundial– a poner en cuestión la decir: mundial (no provinciana como eran las
visión standard (de la generación hegeliana) de europeas), el concepto de Modernidad, que tenía
la misma historia universal que nos había ex- y sigue teniendo en Europa y Estados Unidos
cluido ya que al ser eurocéntrica construía una una clara connotación eurocéntrica, notoria
interpretación distorsionada 39 44 no sólo de desde Lyotard o Vattimo hasta Habermas y de
las culturas no-europeas sino que y esta con- otra manera más sutil en el mismo Wallerstein
clusión era imprevisible en los 50s y no había en lo que hemos denominado un segundo euro-
sido esperada a priori, igualmente interpretaba centrismo. El estudio de esta cadena argumen-
inadecuadamente a la misma cultura occiden- tativa nos permitió vislumbrar un horizonte
tal. El orientalismo (defecto de la interpretación problemático y categorial que relanzó nueva-
europea de todas las culturas al oriente de Eu- mente el tema de la cultura ahora como crítica

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de la multiculturalidad liberal (a la manera de un La modificación radical de esta hipóte-


John Rawls, por ejemplo en The Law of people) y sis por la propuesta de Andre Gunder Frank del
también como crítica del optimismo superficial sistema de los cinco mil años –que se me impuso
de una pretendida facilidad con la que se expone de inmediato porque era exactamente mi pro-
la posibilidad de la comunicación o del diálo- pia cronología– cambió el panorama. Si debe
go multicultural, suponiendo ingenuamente o reconocerse que hubieron contactos firmes por
cínicamente, una simetría inexistente en reali- las indicadas estepas y desiertos del norte del
dad entre los argumentantes. Asia oriental (la llamada ruta de la seda), fue la
Ahora no se trata ya de localizar a región de la antigua Persia, helenizada primero
América Latina. Ahora se trata de situar a to- (en torno a Seleukon, no lejos de las ruinas de
das las culturas que inevitablemente se enfrentan Babilonia) y después islamizada (Samarkanda
hoy en todos los niveles de la vida cotidiana, de o Bagdad), la placa giratoria del mundo asiático-
la comunicación, la educación, la investigación, afro-mediterráneo. La Europa latino-germana
las políticas de expansión o de resistencia cul- fue siempre periférica –aunque en el Sur tenía
tural o hasta militar. Los sistemas culturales, un peso propio por la presencia del antiguo Im-
acuñados durante milenios pueden despeda- perio romano–, pero nunca fue centro de esa
zarse en decenios, o desarrollarse por el enfren- inmensa masa continental.
tamiento con otras culturas. Ninguna cultura El mundo musulmán (desde Mindanao en
tiene asegurada de antemano la sobrevivencia. Filipinas, Malaka, Delhi, el corazón del mundo mu-
Todo esto se ha incrementado hoy, siendo un sulmán, hasta el Magreb con Fes en Marruecos o
momento crucial en la historia de las culturas la Andalucía de la Córdoba averroista) era una cul-
del planeta. tura mercantilista mucho más desarrollada cien-
En nuestra visión del curso de Hipóte- tífica, teórica, económica y culturalmente que la
sis para el estudio de Latinoamérica en la Histo- Europa latino-germana después de la hecatombe
ria Universal y en los primeros trabajos de esa de las invasiones germanas41 y las mismas inva-
época, tendía a mostrar el desarrollo de cada siones islámicas desde el siglo VII DC. Contra Max
cultura como un todo autónomo o indepen- Weber debe aceptarse una gran diferencia civili-
diente. Había zonas de contactos (como el Me- zatoria entre la futura cultura europea, todavía
diterráneo oriental, el Océano Pacífico y las subdesarrollada, con respecto a la cultura islámi-
estepas euroasiáticas desde el Gobi hasta el ca hasta el siglo XIII en que las invasiones turcas
Mar Caspio) pero explícitamente dejaba hasta siberianas troncharán la gran cultura árabe.
la expansión portuguesa por el Atlántico Sur En el Occidente la Modernidad, que se
y hacia el Océano Indico o hasta el descubri- inicia con la invasión de América por parte de
miento de América por España, el comienzo del los españoles, cultura heredera de los musulma-
despliegue del sistema-mundo y la conexión por nes del Mediterráneo –por Andalucía– y del Re-
primera vez de las grandes ecumenes culturales nacimiento italiano –por la presencia catalana
independientes (desde Amerindia, China, el In- en el sur de Italia– 42 es inversa. Es decir, Italia
dostán, el mundo islámico, la cultura bizantina renacentista es todavía mediterránea y antigua
y la latino-germánica). mietras España es atlántica y moderna.

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Enrique Dussel

La apertura geopolítica de Europa al tura más avanzada de su época y en la inicial


Atlántico es el despliegue y control del sistema- modernidad europea45. La primera gramática
mundo en sentido estricto –por los océanos y de una lengua romance fue la castellana, edi-
no ya por las lentas y peligrosas caravanas con- tada por Nebrija en 1492. En 1521 es aplastada
tinentales– y la invención del sistema colonial, por Carlos V la primera revolución burguesa en
durante 300 años irá inclinando lentamente la Castilla, los comuneros que luchan por la defen-
balanza económica-política a favor de la anti- sa de sus fueros urbanos. Surge la primera mo-
gua Europa aislada y periférica. Todo lo cual es neda mundial –la moneda de plata de México y
simultáneo al origen y desarrollo del capitalis- Perú–, que pasaba por Sevilla y se acumulaba
mo, mercantil en su inicio, de mera acumula- finalmente en China. Es una modernidad mer-
ción originaria de dinero. Es decir: modernidad, cantil, preburguesa, humanista, que comienza
colonialismo, sistema-mundo y capitalismo son la expansión europea.
aspectos de una misma realidad simultánea y Sólo la segunda Modernidad se desarro-
mutuamente constituyente. lla en las Provincias Unidas de los Países Bajos,
Si esto es así, España es entonces la primera provincia española hasta comienzo del siglo
nación moderna. Esta hipótesis se opone a todas XVII46, un nuevo desarrollo de la Modernidad,
las interpretaciones de la Modernidad, del cen- ahora propiamente burguesa (1630-1688). La
tro de Europa y Estados Unidos, y aún es con- tercera Modernidad, inglesa y posteriormente
traria a la opinión de la inmensa mayoría de los francesa, despliega el modelo anterior filosófi-
intelectuales españoles hoy en día. Sin embargo camente iniciado por Descartes o Spinoza, des-
se nos impone cada vez con mayor fuerza, a me- plegándose con mayor coherencia práctica en
dida que vamos encontrando nuevos argumen- el individualismo posesivo de Hobbes, Locke o
tos. En efecto, la primera Modernidad ibérica del Hume. Con la Revolución industrial y la Ilus-
1492 a 1630 aproximadamente, tiene matices tración la Modernidad alcanzaba su plenitud,
musulmanes por Andalucía –la región que había y al mismo tiempo se afianzaba el colonialismo
sido la más culta del Mediterráneo43 en el siglo expandiéndose Europa del Norte por el Asia
XII–, se inspira en el Renacimiento humanista primero y posteriormente por el África. La Mo-
italiano implantado firmemente por la actuación dernidad habría tenido cinco siglos, lo mismo
del cardenal Cisneros y la reforma universitaria que el sistema-mundo y era coextensivo al do-
de los dominicos salmantinos, cuya Segunda Es- mino europeo sobre el planeta, del cual había
colástica es ya moderna y no meramente medieval sido el centro desde 1492. América Latina por su
y en especial poco después, por la cultura barroca parte, fue un momento constitutivo de esa Mo-
jesuítica, que en la figura filosófica de Francisco dernidad. El sistema colonial no pudo ser feudal
Suárez inaugura en sentido estricto el pensa- –cuestión central para las ciencias sociales en
miento metafísico moderno44. general, demostrada por Sergio Bagú–, sino pe-
El Quijote es la primera obra literaria riférico de un mundo capitalista moderno y por
moderna de su tipo en Europa, cuyos persona- lo tanto él mismo moderno En este contexto se
jes tienen cada pie en un mundo distinto: en el efectuó una crítica a la posición ingenua que
sur islámico y en el norte cristiano, en la cul- definía el diálogo entre las culturas como una

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TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD

posibilidad simétrica multicultural, idealizada vestidos, vehículos, etc.), aunque por otro lado
en parte, y donde la comunicación pareciera ser se pretende salvar dichas culturas valorando
posible para seres racionales. aisladamente elementos folklóricos o momen-
La Etica del Discurso adoptaba esta po- tos culturales secundarios. Una trasnacional
sición optimista. Rorty –y con diferencias de la alimentación puede subsumir entre sus
McIntyre– mostraba o la completa inconmen- menús un plato propio de una cultura culinaria
surabilidad de una comunicación imposible como el Taco Bell y esto pasa por respeto a las
o su extrema dificultad. De todas maneras se otras culturas.
prescindía de situar a las culturas –sin nom- Este tipo de multiculturalismo altruista
brarlas en concreto ni estudiar su historia y sus queda claramente formulado en el overlapping
contenidos estructurales– en una situación asi- consensus de John Rawls, que exige la acepta-
métrica que se originaba por sus respectivas po- ción de ciertos principios procedimentales –que
siciones en el sistema colonial mismo. La cultura son inadvertidamente profundamente cultura-
occidental con su occidentalismo obvio, situaba les, occidentales– que deben ser aceptados por
a todas las otras culturas como más primitivas, todos los miembros de una comunidad política
pre-modernas, tradicionales, subdesarrolladas. y permitiendo al mismo tiempo la diversidad
En el momento de elaborar una teoría del diálo- valorativa cultural o religiosa. Políticamente
go entre culturas pareciera que todas las culturas esto supondría en los que establecen el diálogo,
tienen simétricas condiciones. aceptar un Estado liberal multicultural, no ad-
O por medio de una antropología ad hoc virtiendo que la estructura misma de ese Esta-
se efectúa la tarea de la observación descom- do multicultural tal como se institucionaliza en
prometida –o en el mejor de los casos compro- el presente es la expresión de la cultura occiden-
metida– de las culturas primitivas. En este caso tal y restringe la posibilidad de sobrevivencia
existen las culturas superiores (aquellas del de todas las demás culturas.
antropólogo cultural universitario) y las otras Subrepticiamente se ha impuesto una
(primitivas). Entre ambos extremos están las estructura cultural en nombre de elementos
culturas desarrolladas simétricamente y las puramente formales de la convivencia que han
otras, que ni siquiera pueden situárselas asimé- sido expresión del desarrollo de una cultura
tricamente por el abismo cultural infranquea- determinada. Además, no se tiene clara con-
ble. Es el caso de Durkheim o de Habermas. ciencia que la estructura económica de fondo
Ante la posición observacional de la es el capitalismo trasnacional que funda ese
antropología no puede haber diálogo cultural tipo de Estado liberal, y que ha limado en las
con China, India, el mundo islámico, etc., que culturas incorporadas, gracias al indicado over-
no son culturas ilustradas ni primitivas. Están lapping consensus como acción de vaciamiento
en la tierra de nadie. A esas culturas que no son previo de los elementos críticos anticapitalistas
ni metropolitanas ni primitivas se las va destru- de esas culturas, diferencias anti-occidentales
yendo por medio de la propaganda, de la venta inaceptables.
de mercancías, productos materiales que son Este tipo aséptico de diálogo multicul-
siempre culturales (como bebidas, comidas, tural que es frecuente también entre las reli-

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Enrique Dussel

giones universales, se vuelve en ciertos casos permita comprender más dramáticamente la


una política cultural agresiva, como cuando coyuntura actual de la historia mundial bajo
Huntington, en su obra El choque de civilizacio- la hegemonía militar del Estado norteamerica-
nes, aboga directamente por la defensa de la no (el home-state de las grandes corporaciones
cultura occidental por medio de instrumentos trasnacionales, que lentamente, como cuando
militares, en especial contra el fundamentalis- en la República romana Cesar atravesó el Ru-
mo islámico, bajo cuyo suelo se olvida de indicar bicón) va transformando a los Estados Unidos
que existen los mayores yacimientos petroleros de una república en un imperio, dominación
del planeta y sin referirse a la presencia de un posterior al final de la Guerra Fría (1989), que
fundamentalismo cristiano especialmente en intenta encaminarse a una gestión monopolar
Estados Unidos, de igual signo y estructura. del Poder Global.
De nuevo no se advierte que el funda- ¿A qué queda reducido el diálogo mul-
mentalismo del mercado –como lo denomina ticultural que una cierta visión ingenua de las
George Soros– funda ese fundamentalismo mi- asimetrías entre los dialogantes? ¿Cómo es po-
litar agresivo, de las guerras preventivas, que se sible imaginar un diálogo simétrico ante tama-
los disfraza de enfrentamientos culturales o de ña distancia en la posibilidad de empuñar los
expansión de una cultura política democrática. instrumentos tecnológicos de un capitalismo
Se ha pasado así de la pretensión de un diálogo fundado en la expansión militar? ¿No estará
simétrico del multiculturalismo a la supresión todo perdido y la imposición de un cierto oc-
simple y llana de todo diálogo, y a la imposi- cidentalismo, cada vez más identificado con el
ción por la fuerza de la tecnología militar de la americanismo norteamericano borrará de la faz
propia cultura occidental –al menos este es el de la tierra a todas las culturas universales que
pretexto–, ya que hemos sugerido que se trata se han ido desarrollando en los últimos mile-
meramente del cumplimiento de intereses eco- nios? ¿No será el inglés la única lengua clásica
nómicos, del petróleo como en la guerra de Irak que se impondrá a la humanidad, que agobiada
de inicios del siglo XX, ante la pasiva posición deberá olvidar sus propias tradiciones?
del Congreso (¿no pareciera ser un ejemplo de
la trágica inoperancia del Senado romano en Transversalidad del diálogo
tiempos de Cicerón, centro de la República ro- Intercultural Transmoderno: mutua
mana?), el Departamento de Estado y el equipo liberación de las culturas universales
del Presidente George W.Bush toman todas las postcoloniales
decisiones en la indicada Guerra de Irák (¿cómo
Julio Cesar que instala el Imperio, figura jurídi- Llegamos así a una última etapa de madura-
ca e institución política inexistente con anterio- ción anticipada en intuiciones previas, a partir
ridad en Roma?). de nuevas hipótesis de André Gunder Frank.
En su obra Imperio Negri y Hardt sostie- Su obra ReORIENT: global economy in the Asian
nen una cierta visión postmoderna de la estruc- Age 47 (y la más compleja argumentación de
tura globalizada del sistema-mundo. A ella es Kenneth Pomeranz en The Great Divergence:
necesario anteponerle una interpretación que China, Europe ande the Making of the Modern

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TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD

World Economy 48) nuevamente nos permite Europa comenzó a ser centro del mercado
desplegar una problemática ampliada y crítica, mundial –y extender por ello el sistema-mundo
que debe retomar las claves interpretativas del a todo el planeta– desde la revolución indus-
problema de la cultura de la década de los 60 trial; que en el plano cultural produce el fenó-
alcanzando ahora una nueva implantación que meno de la Ilustración, cuyo origen in the long
hemos querido denominar transmoderna como run, debemos ir a buscarlo –según las hipótesis
superación explícita del concepto de postmo- que consideraremos a continuación del filósofo
dernidad (postmodernidad que es todavía un marroquí Al-Yabri– en la filosofía averroísta
momento final de la modernidad). La reciente del califato de Córdoba. La hegemonía central
nueva hipótesis de trabajo puede formularse e ilustrada de Europa no tiene sino dos siglos
simplificadamente de la siguiente manera : la (1789-1989). ¡Sólo dos siglos! Demasiado corto
Modernidad (el capitalismo, el colonialismo, plazo para poder transformar en profundidad el
el primer sistema-mundo) no es coetánea a núcleo ético-mítico para expresarnos con Ricoeur,
la hegemonía mundial de Europa, jugando la de culturas universales y milenarias como la
función de centro del mercado con respecto a china y otras del extremo oriente como la japo-
las restantes culturas. Centralidad del mercado nesa, coreana, vietnamita, etc., la indostánica,
mundial y Modernidad no son fenómenos sin- la islámica, la bizantino-rusa y aún la bantú o la
crónicos. La Europa moderna llega a ser cen- latinoamericana,de diferente composición e in-
tro después de ser moderna. Para Wallerstein tegración estructural. Esas culturas han sido en
ambos fenómenos son coextensivos y por ello parte colonizadas pero en la mejor estructura de
posterga la Modernidad y su centralidad en el sus valores han sido más bien excluidas, despre-
mercado mundial hasta la Ilustración y el sur- ciadas, negadas, ignoradas mas que aniquiladas.
gimiento del liberalismo. Por mi parte pienso Se ha dominado el sistema económico y político
que los cuatro fenómenos (capitalismo, siste- para poder ejercer el poder colonial y acumular
ma-mundo, colonialidad y modernidad) son riqueza gigantescas, pero se ha evaluado a esas
coetáneos pero no la centralidad del mercado culturas como despreciables, insignificantes,
mundial. Hoy entonces, debo indicar que has- no importantes, no útiles. Ese desprecio sin
ta 1789 (por dar una fecha simbólica a finales embargo, ha permitido que ellas sobrevivieran
del siglo XVIII) la China y la región indostá- en el silencio, en la oscuridad, en el desprecio
nica tenían tal peso productivo-económico en simultáneo de sus propias élites modernizadas
el mercado mundial –produciendo las mercan- y occidentalizadas. Esa exterioridad negada, esa
cías más importantes de dicho mercado tales alteridad siempre existente y latente indica la
como la porcelana, la tela de seda, etc.– que existencia de una riqueza cultural insospechada
Europa no podía de ninguna manera igualar. que lentamente renace como las llamas del fue-
Europa no podía vender nada en el mercado go de las brasas sepultadas por el mar de cenizas
extremo oriental. Sólo había podido comprar centenarias del colonialismo. Esa exterioridad
en dicho mercado chino durante tres siglos cultural no es una mera identidad sustantiva
gracias a la plata de América Latina, del Perú y incontaminada y eterna. Ha ido evolucionando
México principalmente. ante la Modernidad misma; se trata de una iden-

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Enrique Dussel

tidad en sentido de proceso y crecimiento pero claramente en cuenta las asimetrías existentes
siempre como exterioridad. Esas culturas uni- (no es lo mismo ser un centro-imperial a ser par-
versales, asimétricas de un punto de vista de sus te del coro-central semiperiférico –como Europa
condiciones económicas, políticas, científicas, hoy y más desde la Guerra de Irak en 2003– que
tecnológicas, militares, guardan entonces una mundo postcolonial y periférico). Pero un mun-
alteridad con respecto a la propia Moderindad do postcolonial y periférico como la India, en
europea, con la que han convivido y han apren- una asimetría abismal con respecto al centro-
dido a responder a su manera sus desafíos. No metropolitano de la época colonial no por ello
están muertas sino vivas y en la actualidad en deja de ser un núcleo creativo de renovación de
pleno proceso de renacimiento, buscando –y una cultura milenaria y decisivamente distin-
también inevitablemente equivocando– cami- ta a todas las otras, con capacidad de proponer
nos nuevos para su desarrollo futuro. Por no ser respuestas novedosas y necesarias a los angus-
modernas esas culturas tampoco pueden ser tiosos desafíos que nos lanza el planeta en el
postmodernas. Son premodernas y más antiguas inicio del siglo XXI.
que la modernidad, coetáneas a la Modernidad Un diálogo intercultural deber ser
y próximamente transmodernas. El postmoder- transversal50 es decir, debe partir de otro lugar
nismo es una etapa final de la cultura moderna que el mero diálogo entre los eruditos del mun-
europeo-norteamericana, el centro de la Moder- do académico o institucionalmente dominante.
nidad. Las culturas chinas o vedantas no podrán Debe ser un diálogo multicultural que no presu-
nunca ser postmoderno-europeas sino otra cosa pone la ilusión de la simetría inexistente entre
muy distinta y a partir de sus propias raíces. las culturas. Veamos algunos aspectos de este
Así el concepto estricto de transmoder- diálogo crítico intercultural con intención de
no49 quiere indicar esa radical novedad que sig- trans-modernidad.
nifica la irrupción, como desde la Nada, desde la Tomemos como hilo conductor de
Exterioridad alterativa de lo siempre Distinto, nuestra exposición una obra de la cultura islá-
de culturas universales en proceso de desarrollo mica en el nivel filosófico. Mohammed Abed Al-
que asumen los desafíos de la Modernidad y aún Yabri, en sus obras Crítica de la razón árabe51 y El
de la Postmodernidad europeo-norteamericana legado filosófico árabe52 es un excelente ejemplo
pero que responden desde otro lugar, other Loca- de lo que deseamos explicar. Al-Yabri –filósofo
tion. Desde el lugar de sus propias experiencias magrebí es decir, de una región cultural bajo el
culturales, distinta a la europeo-norteamerica- influjo del pensamiento del Califato de Córdoba
na y por ello con capacidad de responder con en su edad clásica– comienza la deconstrucción
soluciones absolutamente imposibles para la de su tradición árabe53 que culminó en una au-
cultura moderna. Una futura cultura trans- téntica Ilustración filosófica –antecedente direc-
moderna que asume los momentos positivos de to de la renovación latino-germánica del Paris
la Modernidad –pero evaluados con criterios del siglo XIII y por ello aún es un antecedente
distintos desde otras culturas milenarias– ten- directo de la Aufklaerung europea del siglo XVIII
drá una pluriversidad rica y será fruto de un (averroísta según las hipótesis de Al-Yabri)–.
auténtico diálogo intercultural que debe tomar Afirmación de la exterioridad despreciada. Todo

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TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD

comienza por una afirmación. La negación de la matices desconocidos y lo hace desde la filo-
negación es el segundo momento. ¿Cómo podrá sofía hermenéutica francesa contemporánea
negarse el desprecio de lo propio sino iniciando que ha estudiado como todo magrebí. Expone
el camino con el autodescubrimiento del propio así positivamente el pensamiento de Alfarabi,
valor? Afirmación de una “identidad” procesual Avicena, Avempace, Averroes, Abenjaldún pero
y reactiva ante la misma Modernidad. Las cul- no es meramente una pura afirmación ingenua
turas poscoloniales deben efectivamente desco- y apologista.
lonizarse, pero para ello deben comenzar por En el plano de la cultura popular, otro
autovalorarse. ejemplo, Rigoberta Menchú en Me llamo Rigo-
Pero hay diferentes maneras de afirmar- berta Menchú y así me nació la conciencia57, dedi-
se; entre ellas hay maneras equivocadas de la ca largos capítulos a describir la cultura de su
propia afirmación. Por ello, a partir del ejemplo pueblo maya de Guatemala. Parte de una afir-
indicado y en primer lugar, Al-Yabri critica las mación autovaliosa de sí misma. Es la reflexión
propias interpretaciones o “lecturas” herme- originaria sobre la que edificará todo el edificio.
néuticas de la tradición islámica de la filosofía Contra los juicios ya hecho habituales, es nece-
árabe contemporánea en el mundo musulmán. sario comenzar desde el origen positivo de la
La primer línea interpretativa es la del funda- propia tradición cultural. Este primer paso es
mentalismo (salafís 54). Dicha interpretación un recuerdo del pasado desde una identidad o
tiene una intención afirmativa, como todas las que ha sido anterior a la Modernidad o que ha
restantes, ya que intenta recuperar la antigua evolucionando imperceptiblemente en el con-
tradición árabe en el presente. Pero para Al- tacto inevitable y secreto con la Modernidad.
Yabri dicha corriente es ahistórica, meramente Pero la única manera de poder crecer desde la
apologética y tradicionalista. Otra línea de in- propia tradición es efectuar una crítica desde
terpretación es la liberal, europeísta, pretende los supuestos de la propia cultura. Es necesario
ser meramente moderna, pero al final niega el encontrar en ella los momentos originarios de
pasado o no sabe como reconstruirlo. La terce- una autocrítica.
ra es la interpretación izquierdista (el salafismo De manera sumamente original y auto-
marxista)55. La pregunta ante estas tres herme- rizada Al-Yabri muestra que las ciencias filosófi-
néuticas presentes del pasado, es: ¿De qué modo cas griegas llegaron a transformarse en filosofía,
[podemos] reconstruir [hoy] nuestro legado?56. teología y jurisprudencia islámica gracias a
Con toda evidencia, el primer paso es cuatro corrientes filosóficas: La primera es la
estudiar afirmativamente dicho legado. Al- representada por los traductores y secretarios de
Yabri, lector desde el dominio de la lectura ára- origen iránico [...], el modelo oriental (persa) del
be como lengua materna, y aprendiz desde su neoplatonismo. La segunda es la representada
niñez de la cultura islámica, tiene una enorme por los médicos y traductores cristianos llegados
ventaja sobre todos los especialistas europeos o de la escuela persa de Yundisapur [... que] además
norteamericanos que estudian al mundo árabe de los maestros nestorianos albergó a un grupo
como un objeto científico y como una cultura de maestros de la escuela de Atenas [...] el modelo
extranjera. Lee entonces los clásicos, vislumbra neoplatónico occidental. La tercera corriente [la

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Enrique Dussel

más importante], oriental, es la representada por ra pero igualmente la tradición fatimita de El


los traductores, maestros y sabios harraníes [...] La Cairo, con pensadores tales como Alfarabi y
cuarta, la occidental, es la que aparece finalmente Avicena, se inclinaron sin embargo hacia un
con la llegada de la Academia de Alejandría 58 . La pensamiento neoplatónico con matices teoló-
Academia se instaló 50 años en la ciudad de los gico-místicos como el concepto de iluminación.
sabios de Harrán. Esta escuela es fundamental Por el contrario –enseña Al-Yabri contra mu-
ya que significa una síntesis del pensamiento chos expositores de la historia de la filosofía
persa, neoplatónico y aristotélico59 , cuestión árabe–, la filosofía propiamente occidental an-
poco estudiada fuera del mundo filosófico árabe daluz-magrebí (en torno a las grandes capitales
ya que exige uan bibliografía sin traducciones a culturales de Córdoba al norte y Fez60 al sur),
lenguas occidentales. Los Hermanos de la Pureza significó una ruptura original que tendrá dura-
dependen de la tradición de Harrán. dera herencia. Por motivos tanto políticos como
Es así que Al-Yabri efectúa una decons- económicos –y aquí el filósofo marroquí utiliza
trucción de su propia tradición con elementos instrumentos críticos de la filosofía moderna
críticos de ella misma y con otros tomados de la europea– el califato cordobés, occidental como
misma Modernidad. No es la Modernidad la que hemos indicado, rompió con la visión teologi-
le impone al intelectual crítico sus instrumen- zante del pensamiento oriental e inauguró una
tos; es el intelectual crítico el que controla, ma- clara distinción entre razón natural (que cono-
neja la elección de los instrumentos modernos ce científicamente por observación, y desarrolla
que le serán útiles para la reconstrucción crítica la física, la mecánica y la matemática de nueva
de su propia tradición, no como sustancia fija. manera) y la razón iluminada por la fe. Se dis-
Al-Yabri muestra así que las escuelas orientales tingue entre razón y fe, ni se las confunde ni se
del mundo árabe (las escuelas en relación con las niega, se las articula de manera novedosa.
Bagdad son las propiamente orientales, más Para Avempace la perfección humana no
próximas al gnosticismo persa y las relaciona- consiste en la contemplación extática del sufis-
das con El Cairo, de tradición neoplatónica ale- mo sino en la vida del hombre solitario que como
jandrina son ya occidentales, dentro del Oriente brote en la ciudad imperfecta anhela la ciudad
islámico, como veremos) debieron inicialmente perfecta, por el estudio racional de las ciencias
oponerse frontalmente a su enemigo principal: filosóficas, el acto del intelecto agente por exce-
el pensamiento gnóstico persa. lencia, el del saber del sabio, que es espiritual y
Los mu’tazilíes crearon estrictamente divino. Al-Yabri dedica excelentes páginas so-
el primer pensamiento teórico islámico (anti- bre Avempace en su tratado de la felicidad del
persa) con componentes propios del El Korán, sabio, que inspirándose en el último Aristóteles
subsumiendo igualmente de manera creadora lo desarrolla61.
momentos de la cultura griego-bizantina con Fue el filósofo Ibn-Abdun quien llevó
el fin político de justificar la legitimidad del a Alándalus la orientación racionalista de la
Estado califal. Nacieron así las tradiciones escuela de Bagdad contraria a la posición de
orientales. Las escuelas abasíes de Bagdad y sus Alkindi, Alfarabi y Avicena. Una segunda ge-
regiones aledañas como Samarkanda o Búja- neración, al comienzo del siglo V de la hégira

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TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD

-siglo XI cristiano- se especializa en matemá- nosotros pongamos manos a la obra de estudiar los
ticas y medicina. La tercera generación, con libros de dichos filósofos antiguos, para que, si todo
Avempace, integra la física y la metafísica y se lo que en ellos dicen lo encontramos razonable, lo
libera del neoplatonismo gnóstico de la escuela aceptemos, y si algo hubiere irrazonable, nos sirva
oriental, invocando la argumentación racional de precaución y advertencia65.
aristotélica,depurado del neoplatonismo. Por ello, adoptar el espíritu averroísta es
Los almohades tenían por lema cultural romper con el espíritu avicenista oriental, gnóstico,
Abandonar el argumento de autoridad y volver a las y oscurantista66. Como puede verse la filosofía
fuentes. Se trata del movimiento cultural lidera- árabe practicó el método que estamos descri-
do por Ibn Túmert, en tiempos de gran cambio y biendo. Fue fiel a su tradición pero subsumió lo
por ello de gran libertad política e ímpetu racio- mejor según propios criterios de la otra cultura
nalista y crítico. Ibn Túmert critica la analogía, que en algunos aspectos era tenida por muy de-
como método que va de lo conocido a lo desco- sarrollada por ejemplo, en la elaboración de la
nocido62. Si Alfarabi y Avicena (por la multipli- ciencia lógica Rigoberta Menchú, de la misma
cidad y problemas políticos del oriente) habían manera, indaga entre las comunidades indíge-
pretendido unir63 filosofía y teología, Averroes nas hermanas la causa de su pasividad, de su
(en el occidente almohade) se propone separar- fatalismo, y comienza una crítica comunitaria
las, pero mostrando su mutua autonomía y que los llevará a comprometerse en la lucha
complementaridad. Tal fue el tema de su obra ante el gobierno mestizo y la represión mili-
Doctrina decisiva y fundamento de la concordia tar. De manera que el intelectual crítico debe
entre la revelación y la ciencia, un verdadero dis- ser alguien localizado entre (in betweeness) las
curso del método: la verdad (revelada) no puede dos culturas, la propia y la moderna. Es todo
contradecir la verdad (racional), y viceversa. En el tema de la frontera entre dos culturas, como
especial la Destrucción de la destrucción muestra lugar de un pensamiento crítico. El tema lo expo-
que no son apodícticos los argumentos con los ne largamente Walter Mignolo, en el caso de la
que Algazel intenta demostrar la irracionalidad frontera méxico-norteamericana como ámbito
de la filosofía. Fue entonces la elaboración y ex- bicultural creativo.
presión de toda la doctrina llamada de la doble Para resistir es necesario madurar. La
verdad de Averroes –que tan equívocamente fue afirmación de los propios valores exige tiem-
interpretada en el mundo latino medieval64 –. po, estudio, reflexión, retorno a los textos o
Al mismo tiempo el filósofo cordobés indicó la los símbolos y mitos constitutivos de la propia
manera de relacionarse con otras culturas: Es cultura, antes o al menos al mismo tiempo que
indudable que debemos servirnos, como de ayuda el dominio de los textos de la cultura moderna
para nuestro estudio (racional de los seres existen- hegemónica.
tes), de las investigaciones realizadas por todos los Al-Yabri muestra lo equivocado que al-
que nos han precedido [los griegos] [...] Siendo pues gunos intelectuales árabes, cuya relación con el le-
esto así, y como que realmente los filósofos antiguos gado cultural europeo parece ser más estrecha que
estudiaron ya con el mayor esmero las reglas del ra- la que llevan con el legado árabe-islámico, plantean
zonamiento (la lógica, el método), convendrá que el problema del pensamiento árabe contemporáneo

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Enrique Dussel

en estos términos: ¿cómo puede este pensamiento creadores críticos de su propia cultura ((intelec-
asimilar la experiencia del liberalismo antes o sin tuales de la frontera, entre la propia cultura y la
que el mundo árabe pase por la etapa del liberalis- Modernidad). No son de los que meramente la
mo? Abdalah Laroui, Zaki Nayib Mahmud, Mayid defienden de sus enemigos sino los que prime-
Fajri y tantos otros plantearon así la pregunta. ramente la recrean desde los supuestos críticos que
El problema sin embargo es otro: ¿Cómo se encuentran en su propia tradición cultural y
el pensamiento árabe contemporáneo puede recu- de la misma Modernidad que se globaliza. La
perar y asimilar la experiencia racionalista de su Modernidad puede servir como un catalizador
propio legado cultural para vivirla de nuevo, en una crítico (si la usa la mano experta del crítico de
perspectiva semejante a la de nuestros antepasa- la propia cultura). Pero, además no es siquiera el
dos: luchar contra el feudalismo, contra el gnosti- diálogo entre los críticos de centro metropolitano
cismo, contra el fatalismo, e instaurar la ciudad con los críticos de la periferia cultural. Es antes
de la razón y de la justicia, una ciudad árabe libre, que nada un diálogo entre los críticos de la perife-
democrática y socialista?67. ria, un diálogo intercultural Sur-Sur, antes que
Como puede observarse, un proyecto de pasar al diálogo Sur-Norte.
esta envergadura exige tenacidad, tiempo, in- Dicho diálogo es esencial. Como filóso-
teligencia, investigación, solidaridad. Se trata fo latinoamericano me agradaría comenzar una
del largo tiempo de la maduración de una nueva conversación con Al-Yabri a partir de la siguien-
respuesta en la resistencia cultural, no sólo con te pregunta: ¿Por qué decayó el pensamiento
las élites de las otras culturas, en especial las filosófico islámico en una crisis tan profunda
dominantes, sino contra el eurocentrismo de a partir del siglo XIV? Esto no se explica sólo
las propias élites de la misma cultura periférica, por la presencia lenta y creciente del Imperio
colonial, fundamentalista. Rigoberta muestra otomano. ¿Por qué se internó dicha filosofía
como ejemplo por su parte, cómo reinterpretó por el callejón sin salida del pensamiento fun-
la comunidad, al ir tomando conciencia crítica, damentalista? Habrá que echar mano de una
el cristianismo tradicional para permitir jus- interpretación histórico-mundial más amplia
tificar la lucha de las comunidades contra la para comprender que habiendo sido el mundo
dominación de las élites blancas militarizadas islámico la llave del contacto del mundo antiguo
en Guatemala. Se trata de una nueva herme- (desde Bizancio y en menor lugar de la Europa
néutica del texto constitutivo de la vida cultu- latino-germánica, hasta el Indostán y China),
ral de la comunidad (ya que el nivel simbólico inevitablemente la constitución de un sistema-
es fundamental para los amerindios, teniendo mundo por España y Portugal, por el dominio de
una vertiente maya articulada con la vertiente los Océanos, dejó lentamente al mundo musul-
cristiano-colonial). mán fuera de la zona central de contacto con las
El diálogo intercultural presente no es otras culturas universales como lo había sido
sólo ni principalmente un diálogo entre los apo- en el sistema antiguo. La pérdida de centralidad
logistas de sus propias culturas, que intentarían (y con ello de información), el empobrecimiento
mostrar a los otros las virtudes y valores de su relativo –aunque más no sea por la inflación de
propia cultura. Es ante todo el diálogo entre los la plata ante las gigantescas cantidades extraí-

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TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD

das en América Latina– y otros factores no pri- nos y aprender de los fracasos, de los logros y
mariamente culturales o filosóficos, sumió al de la justificación aún teórica de los procesos
mundo árabe en una pobreza periférica, en una de creación ante la globalización de la cultura
división y un aislacionismo político que lo triba- europeo-norteamericana, cuya pretensión de
lizó, desarticulándose en separatismos destruc- universalidad hay que deconstruir desde la
tivos en las antiguas regiones unificadas por el multifocalidad óptica de cada cultura.
derecho, la religión, la ciencia, el comercio y la Una estrategia presupone un proyec-
lengua árabe. La decadencia filosófica fue sólo to. Denominamos proyecto trans-moderno al
un momento de la decadencia de una civiliza- intento liberador que sintetiza todo lo que
ción, de una crisis económica, política y militar hemos dicho. En primer lugar indica la afirma-
de un mundo que de centro se transformó en ción como autovalorización, de los momentos
periferia. Hay entonces que ligar, por ejemplo, culturales propios negados o simplemente des-
la historia del mundo islámico con el nacien- preciados que se encuentran en la exterioridad
te sistema-mundo, con América Latina y con el de la Modernidad; que aún han quedado fuera
crecimiento de la Modernidad europea, equi- de la consideración destructiva de esa preten-
distante al peso de la cultura chino-indostánica dida cultura moderna universal. En segundo
hasta el 1800. Ello le permitirá en el siglo XIX, lugar esos valores tradicionales ignorados por
es decir después de la revolución industrial, aún la Modernidad deben ser el punto de arranque
colonizar al mundo árabe. La colonialidad cultu- de una crítica interna, desde las posibilidades
ral se expresa filosóficamente en decadencia hermenéuticas propias de la misma cultura. En
filosófica. Salazar Bondy se preguntaba de ma- tercer lugar, los críticos para serlo, son aquellos
nera semejante en América Latina en 1969: ¿Es que viviendo la biculturalidad de las fronteras
posible pensar filosófica y creativamente desde un puede crear un pensamiento crítico. En cuarto
ser colonial?68 lugar, esto supone un tiempo largo de resisten-
En el caso de Rigoberta Menchú el diá- cia, de maduración, de acumulación de fuerzas.
logo más fecundo lo realizan los criticos de Es el tiempo del cultivo acelerado y creador del
cada comunidad con las otras comunidades y desarrollo de la propia tradición cultural ahora
de las comunidades indígenas con los críticos en camino hacia una utopía trans-moderna. Se
del mundo mestizo y latinoamericano hegemó- trata de una estrategia de crecimiento y creati-
nico. Rigoberta se transforma en una interlocu- vidad de una renovada cultura no sólo descolo-
tora de muchas voces, de muchos reclamos, de nizada sino novedosa.
las feministas, ecologistas, de los movimientos El diálogo entonces, entre los creado-
antirracistas, etc. Al poder fecundarse trans- res críticos de sus propias culturas no es ya
versal, mutuamente los pensadores críticos de moderno ni postmoderno sino estrictamente
la periferia, y de los espacios de frontera como trans-moderno, porque como hemos indicado,
fruto del diálogo intercultural; al poder organi- la localización del esfuerzo creador no parte
zar redes de discusión de sus problemas especí- del interior de la Modernidad, sino desde su
ficos proceso de autoafirmación se transforma exterioridad o aún mejor de su ser fronterizo.
en un arma de liberación. Debemos informar- La exterioridad no es pura negatividad. Es posi-

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Enrique Dussel

tividad de una tradición distinta a la Moderna. ecológico puede también integrar lo mejor de
Su afirmación es novedad, desafío y subsunción la Modernidad (no debe negar toda la Moder-
de lo mejor de la misma Modernidad. Por ejem- nidad desde una identidad sustantiva purista
plo, en las culturas indígenas de América Latina de su propia cultura), para construir aún de-
hay una afirmación de la Naturaleza completa- sarrollos científicos y tecnológicos a partir de
mente distinta y mucho más equilibrada, eco- esa experiencia de la misma Modernidad. La
lógica y hoy más necesaria que nunca, que el afirmación y desarrollo de la alteridad cultu-
modo como la Modernidad capitalista confron- ral de los pueblos postcoloniales, subsumiendo
ta dicha Naturaleza como explotable, vendible y al mismo lo mejor de la Modernidad, debería
destructible. La muerte de la Naturaleza es sui- desarrollar no un estilo cultural que tendiera a
cidio colectivo de la humanidad y sin embargo una unidad globalizada, indiferenciada o vacía,
la cultura moderna que se globaliza nada apren- sino a un pluriverso trans-moderno (con muchas
de del respeto a la Naturaleza de otras cultu- universalidades: europea, islámica, vedanta,
ras, aparentemente más primitivas o atrasadas, taoísta, budista, latinoamericana, bantú, etc.),
según parámetros desarrollistas. Este principio multicultural en diálogo crítico intercultural.

Notas
1 Nuestra provincia de Mendoza (Argentina) es verdad, 5 Lo que concluyó en nueve tomos publicados entre 1969-
era un último territorio en el sur del Imperio inca, o me- 1971 sobre El episcopado hispanoamericano. Institución
jor dicho en el valle de Uspallata, entre Argentina y Chile, misionera en defensa del indio,Colección Sondeos, CIDOC,
con un Puente del inca y Caminos del inca que pude observar Cuernavaca.
con asombro en mi juventud de andinista experto a más de 6 Editado en rotaprint por la Universidad del Nordeste, Re-
4500 metros sobre el nivel del mar. Véanse aspectos bio- sistencia (Argentina), gran formato, 265 págs. Se publica
gráfico-filosóficos de mis experiencias generacionales en por primera vez en el CD titulado: Obra Filosófica de Enrique
Hacia una simbólica latinoamericana (hasta 1969) en mi obra Dussel (1963-2003), pedidos por e-mail a dussamb@servi-
The Underside of Modernity. Apel, Ricoeur, Rorty, Taylor and dor.unam.mx. En ese curso dejé en realidad fuera de con-
the Philosophy of Liberation, Humanities Press, New York, sideración a la Europa latino-germánica, que sólo estudié
1996, pp. 77-79 y los §§ 1-3 del artículo En búsqueda del sen- hasta el siglo V.
tido (Origen y desarrollo de una Filosofía de la Liberación) en el
7 Incluida en un libro editado en 1972 (bajo el título: His-
número dedicado a mi pensamiento de la revista Anthropos
toria de la iglesia en América Latina, Nova Terra, Barcelona)
(Barcelona), 180 (1998), pp.14-19.
, pp.56ss
2 Publicado en Histoire et verité, Seuil, Paris, 1964,
8 Apareció por primera vez con ese título en: Cuyo (Mendo-
pp. 274-288. Se había publicado en 1961 en la revista
za), 4 (1968), pp. 7-40. Los anteriores arículos citados en la
Esprit,Paris,Octubre. La diferenciación entre el nivel civili-
nota 2, y éste, han sido recopilados, junto a otros, en portu-
zación, más bien en referencia a los instrumentos -técnicos,
gués (no existe de esa colección antológica una edición es-
científicos o políticos- de la cultura indica lo que hoy deno-
pañola) en un libro con el título de Oito ensaios sobre cultura
minaría una falacia desarrollista, al no advertir que todo sis-
latino-americana e libertação, Paulinas, São Paulo, 1997; el
tema instrumental (en especial el político, pero igualmente
último de ellos en pp.25-63. Antes lo había incluido, algo
el económico) ya es cultural.
modificado, en la ya citada Historia de la Iglesia en América
3 Los trabajos se publicaron en Esprit, 7-8, Octubre (1965). Latina 1972, pp.29-47.
Presenté un trabajo sobre Chrétientés latino-américaines,
9 Una síntesis de esos cursos en Quito aparecieron después
pp. 2-20 (que apareció posteriormente en polaco: Spolecz-
bajo el título Caminos de liberación latinoamericana t.I: In-
nosci Chrzescijanskie Ameriki Lacinskiej, en Znak Miesiecznik
terpretación histórico-teológica de nuestro continente latino-
(Krakow), XIX (1967), pp. 1244-1260).
americano, Latinoamérica, Buenos Aires, 1972. Reedición
4 Iberoamérica en la Historia Universal, en Revista de Occiden- aumentada en: Desintegración de la cristiandad colonial y li-
te, 25 (1965), pp.85-95. beración. Perspectiva latinoamericana, Sígueme, Salamanca,

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TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD

1978. En inglés: History and the theology of liberation. A Latin rael; viajando y dando conferencias o participando en se-
American perspective, Orbis Books, New York, 1976. minarios o congresos en 5 ocasiones en la India (de todas
En francés: Histoire et théologie de la libération. Perspective las culturas la más impresionante), en Filipinas 3 veces, en
latinoaméricaine, Editions Economie et Humanisme-Edi- Africa en numerosos eventos (en Kenya, Zimbawue, Egip-
tions Ouvrières, Paris, 1974. En portugués: Caminhos de to, Marruecos, Senegal, Etiopía, etc.) me fueron dando una
libertaçâo latino-americana, t.I: Interpretaçâo histórico-teo- percepción directa de las grandes culturas que he venerado
lógica, Paulinas, Sao Paulo, 1985. Otra versión se publicó con pasión y respeio.
como un librito: América latina y conciencia cristiana, Ipla, 20 Publicada en Oito ensayos sobre cultura latino-americana,
Quito, 1970. Eran años de gran efervescencia intelectual pp.121-152, y expuesta en plena lucha contra la dictadura
crítico-creadora. militar ante un público de cientos y cientos de participan-
10 Cultura latinoamericana e historia de la Iglesia, en L.Gera- tes. Apareció por primera vez como Cultura imperial, cultura
E.Dussel-J.Arch, Contexto de la iglesia argentina, Universi- ilustrada y liberación de la cultura popular (Conferencia dic-
dad Pontificia, Buenos Aires, pp.32-155. 12 Ibid., pp.33-47. tada en la IV Semana Académica de la Universidad de El
Salvador, Buenos Aires, el 6 de agosto de 1973), en Stroma-
11 Ibid., p.48. ta (Buenos Aires), 30 (1974), pp. 93-123, y en Dependencia
12 Eudeba, Buenos Aires, 1975 cultural y creación de la cultura en América Latina, Bonum,
13 Eudeba, Buenos Aires, 1969. Buenos Aires, 1974, pp. 43-73.
14 Obra que tienen por subtítulo: Desde los orígenes hasta an- 21 Las manifestaciones tumultuosas de diciembre de
tes de la conquista de América, Guadalupe, Buenos Aires, 1974. 2001 en Argentina, fueron ya el final del largo proceso
de vaciamiento de un país periférico, explotado por la es-
15 Por ejemplo, en la Introducción General de la Historia Ge-
tructura colonial durante tres siglos, por los préstamos y
neral de la Iglesia en América Latina, CEHILA-Sígueme, Sala-
la extracción de riqueza agrícola desde mediados del siglo
manca, t.I/1, 1983, pp.103-204. Y en muchos otros trabajos
XIX hasta el XX, y por el aceleramiento en la extracción
(como en la Etica de la Liberación, Trotta, Madrid, 1998 y más
de riqueza del modelo neoliberal implementado por Bush
largamente en la Política de Liberación que estoy elaborando
y Menem. Una generación fue físicamente eliminada en
al escribir este ensayo retomo el tema de la fundación y desa-
la Guerra sucia (1975-1984) para que pudiera ser imple-
rrollo de la Cristiandad latino-germánica o la primera etapa
mentado el modelo económico, que llevó a la miseria al
de la Europa propiamente dicha. Véase mi artículo Europa,
país más rico e industrializado de América Latina desde
Modernidad y Eurocentrismo, en Hacia una Filosofía Política
1850 a 1950.
Crítica, Desclée de Brouwer, Bilbao, 2001, pp.345-359.
Todo esto lo preveía claramente la Filosofía de la Liberación
16 Véase una historia y una reconstrucción teórica de la
desde comienzo de la década del 70, posterior a la derechi-
Teoría de la Dependencia en mi obra Towards an Unknown
zación política, que destituyó el gobierno de Cámpora, diri-
Marx. A commentary on the Manuscripts of 1861-1863, Rout-
gida por el mismo inocultable fascismo de J.D.Perón desde
ledge, London, 2001 (publicada en español en 1988), pp.
Junio de 1973.
205-230. Theotonio dos Santos volvió sobre el tema en su
obra Teoría de la Dependencia, Plaza y Janes , México, 2001, 22 Oito ensaios, p.137.
confirmando mis hipótesis enteramente. 23 Ibid., p.147.
Desde 1975 hasta fines de los 90, las ciencias sociales la- 24 En Ibid., pp.146ss.
tinoamericanas se fueron volviendo más y más escépticas 25 En Oito ensaios, pp.171-231. Apareció por primera vez
con respecto a la Teoría de la Dependencia. Yo demostré en como Cultura latinoamericana y filosofía de la liberación (Cul-
1988 en dicho texto sobre Marx que la refutación fue in- tura popular revolucionaria: más allá del populismo y del dog-
adecuada y que la Teoría de la Dependencia era la única teo- matismo), en Cristianismo y Sociedad (México), 80 (1984), pp.
ría sostenible hasta el presente. Franz Hinkelammert, en 9-45; y en Latinoamérica. Anuario de Estudios Latinoamerica-
la polémica con Karl-Otto Apel, mostrará rotundamente la nos (UNAM, México), 17 (1985), pp. 77-127.
validez de dicha Teoría.
26 Véase Oitos ensaios, pp.171ss.
17 Dussel,E., 1983, t.I/1, pp.35-36.
27 Ibid., pp.189ss. 30“La cultura del pueblo, en Habla la di-
18 Se trataba de un diálogo entre intelectuales del Tercer rección de la vanguardia, Managua, Departamento de Pro-
Mundo, que nos llevó en los años subsecuentes (y hasta la paganda del FSLN, 1981, p.116
actualidad) a participar en encuentros en Delhi, Ghana, São
Paulo, Colombo, Manila, Oaxtepec, etc. 28 Oito ensaios, pp.191ss.

19 Por mi parte, al haber vivido en Europa casi 8 años; 2 29 Que se expresará posteriormente en mi trilogía: La pro-
años entre palestinos (muchas veces musulmanes) en Is- ducción teórica de Marx, Siglo XXI, México, 1985; Hacia un

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Enrique Dussel

Marx desconocido, Siglo XXI, México, 1988 (traducido al ita- kung des Anderen. Ein Projekt der Transmoderne, Patmos Ver-
liano y al inglés), y El último Marx, Siglo XXI, México, 1990. lag, Düsseldorf, 1993 (traducción inglesa en The Invention of
30 Oito ensaios, pp.198ss the Americas. Eclipse of “the Other” and the Myth of Modernity,
Continuum Publishing, New York, 1995)
31 Véanse de la época Cultura(s) popular(es), número espe-
cial sobre el tema en Comunicación y cultura (Santiago), 10 40 En 1976, antes que Lyotard, usamos ese concepto en las
(1983); Ecléa Bosi, Cultura de massa e cultura popular, Vozes, Palabras preliminares de nuestra Filosofía de la Liberación,
Petrópolis, 1977; Osvaldo Ardiles, Ethos, cultura y liberación, cuando escribíamos: Filosofía de la liberación, filosofía post-
en obra colectiva Cultura popular y filosofía de la liberación, moderna, popular, feminista, de la juventud, de los oprimidos,
García Cambeiro, Buenos Aiires, 1975, pp.9-32; Amílcar de los condenados de la tierra....
Cabral, Cultura y liberación nacional, Cuicuilco, México, 41 Lo que estamos exponiendo se encuentra explicado en
1981; José Najenson, Cultura popular y cultura subalterna, mi artículo: “Europa, Modernidad y Eurocentrismo”, en
Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, 1979; Filosofía política crítica, Desclée de Browuer, Bilbao, 2001,
Arturo Warman, Cultura popular y cultura nacional, en Carac- pp.345ss (hay traducciones en diversas lenguas: “Europa,
terísticas de la cultura nacional, IIS-UNAM, México, 1969; Moderne und Eurozentrismus. Semantische Verfehlung
Raúl Vidales, Filosofía y política de las étnias en la última déca- des Europa-Begriffs”, en Manfred Buhr, Das Geistige Erbe
da, en Ponencias do II Congreso de Filosofía Latinoamericana, Europas, Instituto Italiano per gli Studi Filosofici 5, Vi-
USTA, Bogotá, 1982, pp.385-401; etc. viarium, Napoli, 1994, pp. 855-867; “Europe, modernité,
32 Téngase especialmente en cuenta que grupos culturales eurocentrisme”, en Francis Guibal, 1492: “Recontre” de deux
(étnias indígenas, lumpen o marginales, etc.) se encuentran mondes? Regards croisés, Editions Histoire et Anthropolo-
como fuera del orden capitalista pero dentro o en el seno del gie, Strasbourg, 1996, pp. 42-58; “Europe, Modernity, and
pueblo y pueden designarse como externas (al capitalismo) Eurocentrism”, en Nepantla. Views from South (Durham),
pero a su vez parte de la cultura popular. Vol. I, Isuee 3 (2000), pp. 465-478).

33 En 1984 la hemos denominado cultura multinacional en 42 Para los intelectuales de Europa del Norte y Estados
relación a las corporaciones multinacionales, pero en realidad Unidos, desde Habermas hasta Toulmin, la Modernidad
sería más adecuada llamarla, en 2003, la cultura dominante que sigue aproximadamente este camino geopolítico: Renaci-
se globaliza desde el centro del capitalismo post-Guerra Fría. miento (Este) → Reforma protestante (Norte) → Revolución
francesa (Oeste) → Parlamentarismo inglés. La Europa del
34 Consúltese el texto en la edición de La pedagógica lati- Mediterráneo occidental (España y Portugal) es explícita-
noamericana, Nueva América, Bogotá, 1980, p.72. 39 Ibid. mente excluida. Se trata de una miopía histórica. El mismo
35 Véase Ernesto Cardenal, Cultura revolucionaria, popu- G.Arrighi, que estudia el capital financiero genovés ignora
lar, nacional, anti-imperialista, en Nicaráuac (Managua), 1 que éste era un momento del Imperio español.
(1980), pp.163ss 43 Véase la magnifica reinterpretación de la historia de la
36 Sobre la nueva democracia, XV; en Obras completas, Edi- filosofía de Mohamed Abed Yabri, en sus dos obras: Crítica
ción en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1969, t.II, p.396). de la razón árabe, Icaria, Barcelona, 2001, y El legado filosó-
37 Textos de Sergio Ramírez, La revolución: el hecho cultural fico árabe. Alfarabi, Avicena, Avempace, Averroes, Abenjaldún.
más grande de nuestra historia, en Ventana (Managua), 30 Lecturas contemporáneas, Trotta, Madrid, 2001
(1982), p.8; Bayardo Arce, El difícil terreno de la lucha: el ideo- 44 Téngase en cuenta que René Descartes es alumno de
lógico, en Nicaráuac, 1 (1980), pp.155s La Flèche, colegio jesuita, y reconoce que la primera obra
38 Escribe A.Gramsci: El folklore no debe ser concebido como filosófica que leyó fueron las Disputaciones metafísicas de
algo ridículo, como algo extraño que causa risa, como algo pinto- F.Suárez. Véase el capítulo histórico correspondiente al
resco; debe ser concebido como algo relevante y debe considerarse tema en una obra que estoy elaborando en el presente titu-
seriamente. Así el aprendizaje será más eficaz y más formativo lada Política de Liberación.
con respecto a la cultura de las grandes masas populares (cultura 45 No olvidando que el caballero medieval (Quijote) se en-
delle grandi masse popolari),Quaderni del Carcere, I; Einaudi, frenta a los molinos, que son el símbolo de la Modernidad
Milán, 1975, p.90. (molinos procedentes del mundo islámico: Bagdad tenía
39 En aquellas afirmaciones tan evidente para todo euro- molinos en el siglos VIII d.C).
peo o norteamericano de que Europa es la culminación de la 46 Véanse de I.Wallerstein los tres primeros tomos de su
historia universal o de que la historia se desarrolla del Este obra The Modern World-System, Academic Press, New York,
hacia el Oeste, desde la niñez de la humanidad hasta su ple- 1974-1989, vol. 1-3.
nitud (Véase la primera conferencia dictada en Frankfurt, 47 University of California Press, Berkeley, 1998.
publicada en mi obra: Von der Erfindung Amerikas zur Entdec-
48 Princeton University Press, Princeton, 2000. En esta

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TRANSMODERNIDAD E INTERCULTURALIDAD

obra Pomeranz prueba que efectivamente hasta el 1800 Marruecos hasta Filipinas la filosofía del mundo musulmán
Inglaterra no tenía ningún avance significativo sobre el debe llamarse filosofía árabe, el nombre de su lengua clásica
delta del Yangzi en China (con 39 millones de personas en 54 El legado, pp.20ss. A la pregunta de ¿cómo recobrar la glo-
1750) y que después de evaluar con nuevos argumentos el ria de nuestra civilización?, ¿cómo dar nueva vida a nuestro le-
desarrollo ecológico de la explotación del suelo en ambas gado, nuestro autor responde con una exigente descripción
regiones, atribuye la posibilidad de la revolución industrial de las repuestas ambiguas, parciales o eurocéntricas. Los
en Inglaterra debido a dos factores externos o fortuitos al salafíes fueron originados por la posición de Yamal al-Din
sistema económico mismo inglés: el tener colonias y el uso al-Afgani (+1897), que luchó contra los ingleses en Afga-
del carbón. Ningún otro factor permitió la mínima ventaja nistán, residió en Istambul, se refugió en El Cairo y huyó
inicial de Inglaterra sobre la región del Delta del Yangzi que finalmente a París. Este movimiento intenta liberar y uni-
en poco tiempo se hizo gigantesca. Deja de lado entonces ficar el mundo islámico.
aún una crisis económica en China o el Indostán. El uso cre-
ciente y antiecológico del suelo exigió en China una mayor 55 He indicado más arriba que mi primer trabajo publi-
mano de obra campesina, que le impidió liberarla -como cado en 1965 consistió en criticar las interpretaciones o
Inglaterra pudo hacerlo gracias a los factores externos al hermenéuticas del hecho latinoamericano. Toda nueva inter-
sistema económico mismo indicados- hacia la industria pretación cobra conciencia y critica otras interpretaciones
capitalista naciente también en China. parciales.

49 Véase el punto 5, La Trans-modernidad como afirmación, en 56 Ibid., p.24.


mi artículo World-System and Trans-modernity, en Nepantla. 57 Siglo XXI, México, 1985.
Views from South (Duke, Durham), Vol. 3, Issue 2 (2002), pp. 58 Al-Yabri, op.cit., p.177.
221-244). Trans-modernidad indica todos los aspectos que
59 Véase, op.cit., pp.165ss.
se sitúan más-allá (y también anterior) de las estructuras
valoradas por la cultura moderna europeo-norteamericana 60 Llegó a tener 300 mil habitantes en el siglo XIII. 68 Véase
y que están vigentes en el presente en las grandes culturas Al-Yabri, El legado..., pp.226ss.
universales no-europeas y que se han puesto en movimien- 61 Véase mi artículo La ética definitiva de Aristóteles o el
to hacia una utopía pluriversa tratado moral contemporáneo al Del Alma, en Historia de la
50 Transversal indica aquí ese movimiento que va de la pe- filosofía y filosofía de la liberación, ya citada, pp. 297-314.
riferia a la periferia. Del movimiento feminista a las luchas 62 Al-Yabri muestra la asombrosa semejanza de las tesis
antirracistas y anticolonialistas. Las diferencias dialogan fundamentales de Ibn-Túmert y de Averroes (El legado...,
desde sus negatividades distintas sin necesidad de atrave- pp.323ss).
sar el centro de hegemonía. Frecuentemente las grandes
63 Es decir, confundirlas de diversas maneras no adecuadas
megalópolis tienen servicios de subterráneos que van de
para Averroes.
los barrios suburbanos hacia el centro; pero falta conexión
de los subcentros suburbanos entre ellos. Exactamente por 64 Lo notable es que el averroísmo latino, que se hizo pre-
analogía acontece con el diálogo intercultural. sente en las escuelas de artes, influenciará decisivamente
el origen de la ciencia experimental en Europa.
51 Icaria-Antrazyt, Barcelona, 2001
65 Cit. Al-Yabri, Crítica de la razón árabe, pp.157-158.
52 Trotta, Madrid, 2001.
66 Ibid., p.159.
53 El árabe, después de siglos de traducción del griego de
las obras filosóficas helénicas, debió inventar una lengua 67 Ibid., p.160.
técnico-filosófica absolutamente sofisticada. Por ello desde 68 ¿Existe una filosofía en nuestra América?, Siglo XXI, Méxi-
co, 1969.

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