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GRUPO 07
EVALUACIÓN FINAL
DERECHOS ADMINISTRATIVO GENERAL
Administración reglada
Se da cuando las facultades o poderes de que se encuentra investido el órgano
administrativo se hallan preestablecidos en la ley, no solo señalando la autoridad
competente para obrar, sino también su obligación de obrar y cómo debe obrar, en forma
que no deja margen alguno para la apreciación subjetiva del agente sobre la circunstancia
del acto, decimos que nos hallamos frente a facultades o poderes totalmente reglados,
vinculados o ligados a la Ley (Enciclopedia Jurídica Omeba, 1981, pp. 807 – 808).
Ahora bien, mientras tanto, el acto administrativo esta fundado en la ley. Esto quiere decir
que todo acto debe ser ejercido de una potestad legalmente regulada. La ley acostumbra
regular las potestades determinando el motivo y el contenido del acto que es su objeto.
Cuando se dice que hay competencia para realizar un acto, generalmente se piensa en una
atribución de potestad que define su contenido o su motivo, o ambos a la vez.
Por un lado, el acto reglado es el de motivo y contenido determinado en forma precisa por
la ley, en razón de emplear conceptos de sentido común, técnicos o de valor, cuyo
significado está dado por la misma ley, que indica el criterio para comprenderlos. Este
criterio se da generalmente para interpretar conceptos cuya realización admite grados de
cantidad y consiste en una verdadera unidad de medida para saber cuándo ese grado se ha
dado y cuando no (Ortiz Ortiz, 2002, pp. 421 – 422).
La naturaleza reglada del acto es muy importante para su régimen jurídico y de la misma
dependen las siguientes consecuencias:
a) Si el acto es reglado en cuanto a motivo, no puede ser revocado, porque la ley lo
reputa siempre oportuno y necesario.
b) El acto reglado es anulable por violación de la ley que determina su motivo y
contenido, o cualquier otro aspecto del mismo.
c) El acto reglado no puede estar viciado por exceso de poder. Concretamente, el acto
reglado por el motivo o el contenido no puede padecer el vicio de desviación de
poder entendido como la desviación del móvil del funcionario respecto del fin legal
del acto.
d) El juez puede sustituirse a la Administración en los aspectos regulados de la
conducta de ésta, pero no en los aspectos discrecionales (Ortiz Ortiz, 2002, pp. 422
– 423).
Ejemplo 1. Según el Artículo 2.2.2.3.1.3 del Decreto 1076 de 2015, sobre el concepto y
alcance de la licencia ambiental se debe tener en cuenta el concepto y alcance de la licencia
ambiental previsto, la cual se entiende como “la autorización que otorga la autoridad
ambiental competente para la ejecución de un proyecto, obra o actividad, que, de acuerdo
con la ley y los reglamentos, pueda producir deterioro grave a los recursos naturales
renovables o al medio ambiente o introducir modificaciones considerables o notorias al
paisaje”. De lo anterior se colige que la Licencia ambiental se otorga mediante petición que
formula el interesado en la obtención de una autorización expresamente prevista en la ley
para realizar un proyecto, que puede generar deterioro grave a los recursos naturales y al
paisaje y que por tanto debe ser regulado por la administración de conformidad con las
reglas particulares contenidas en el Decreto 1076 de 2015. Para el procedimiento de
obtención y/o modificación de la licencia ambiental, la ley no hizo mención sobre la
suspensión de los trámites administrativos tendientes al otorgamiento y modificación del
Instrumento de Control y Manejo Ambiental.
Sumado a ello, según el Inciso Segundo del Artículo 107 de la Ley 99 de 1993.debe tenerse
en cuenta que las normas ambientales son de orden público y como consecuencia de ello,
no podrán ser objeto de transacción o a la renuncia en su aplicación por parte de las
autoridades ambientales y los particulares.
Bajo esa perspectiva y de conformidad con lo previsto en la ley, como primera medida se
puede decir que el trámite de obtención de licencia ambiental es rogado y es el
RESULTADO DE UN PROCESO ADMINISTRATIVO REGLADO y complejo que
permite la participación ciudadana, que tiene simultáneamente un carácter técnico en donde
se evalúan aspectos relacionados con el Estudio de Impacto Ambiental, (EIA) que se
concretan con la expedición de un acto administrativo de carácter especial, el cual puede
ser modificado por petición de parte o unilateralmente por la administración e incluso
revocarlo sin consentimiento previo, expreso y escrito de su titular, cuando se advierta el
incumplimiento de los términos que condicionan la autorización, según lo manifestado en
la Sentencia C-746 de 2012, sobre la constitucionalidad del Numeral 9 del Artículo 52 de la
Ley 99 de 1993, relacionado con la competencia del Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible frente a las actividades de licenciamiento que afecten el Sistema de Parques
Nacionales Naturales.
Ejemplo 2. El Decreto 478 de 2021, “el cual se modifica y adiciona el Capítulo 6 del
Título 1 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto 1079 de 2015, Único Reglamentario del
Sector Transporte”. Como se hace en el Artículo 2 cuando adiciona el parágrafo 3º al
artículo 2.2.1.6.3.1. del Capítulo 6 del Título 1 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto 1079
de 2015, Único Reglamentario del Sector Transporte, así: “Los contratos suscritos para la
prestación del Servicio Público de Transporte Terrestre Automotor Especial estarán
sometidos a la LEY 2024 DEL 23 DE JULIO DE 2020, a lo REGLADO AL
RESPECTO EN EL CÓDIGO DE COMERCIO O LAS NORMAS QUE LAS
ADICIONEN, MODIFIQUEN O SUSTITUYAN.”
Derecho Administrativo
Es aquella parte del Derecho público que tiene por objeto la organización, los medios y las
formas de la actividad de las administraciones públicas y las consiguientes relaciones
jurídicas entre aquéllas y otros sujetos (Parada, 2011, p. 11).
Adicionalmente, las normas administrativas tienen como destinatario a la Administración
Pública de forma tal que no se entienden o no son tales sin esa presencia. Pero esto no
supone que las administraciones públicas no puedan utilizar o formar parte de relaciones
jurídicas reguladas por normas no administrativas, puesto que una cosa es utilizar una
determinada normativa y otra, muy distinta, que la normativa se halle destinada o
presuponga, en todo caso, su aplicación a un determinado sujeto (Parada, 2011, p. 11).
Las normas del Derecho Privado que regulan la propiedad o las obligaciones y contratos
afectan a todos los sujetos jurídicos en general, sean personas físicas o jurídicas o
administraciones públicas; otras normas del Derecho Civil presuponen que sus destinatarios
sean personas físicas, como, por ejemplo, las normas sobre matrimonio y familia. Hay
normas, pues, destinadas a los sujetos jurídicos en general y otras que presuponen su
afectación o destino en todo caso a unos determinados sujetos. Igual sucede con el Derecho
Comercial, cuyas normas están destinadas a determinados sujetos en tanto que
comerciantes, o con el Derecho Laboral, concebido como un Derecho por y para los
trabajadores, y, en fin, con el Derecho Administrativo como Derecho de las
Administraciones Públicas, porque las normas de unos y otros presuponen que en la clase
de relaciones que regulan intervendrán necesariamente esas categorías de sujetos. En este
sentido, el Derecho Administrativo es un Derecho Estatutario, el Derecho de las
Administraciones Públicas (Parada, 2011, p. 12).
Así pues, una norma administrativa tiene como sujeto destinatario una Administración
Pública admite diversas variedades: En unos casos, la norma tiene como destinatario único
y preferente a la Administración Pública, y así acontece con las normas que regulan la
organización administrativa, cuya efectividad y aplicación no reclama la presencia de otro
sujeto. Otro tipo de normas administrativas están destinadas a ser cumplidas por la
Administración, pero su aplicación y efectividad no se concibe sin la simultánea presencia
de los administrados o ciudadanos; así, las normas que regulan los contratos
administrativos o la expropiación forzosa, los impuestos o los servicios públicos. Ante las
cuales presuponen siempre que una Administración Pública este de por medio, pero
también un particular: Contratante, expropiado, contribuyente o usuario del servicio
(Parada, 2011, p. 12).
Por último, en un tercer tipo de normas administrativas los destinatarios directos son los
particulares o administrados, pero presuponen la presencia vigilante de la Administración
como garante de su efectividad. Son aquellas normas de intervención en las relaciones entre
particulares que la Administración no ha de cumplir, pero a la cual se responsabiliza de que
las cumplan los particulares destinatarios, atribuyéndole una potestad sancionadora o
arbitral para conseguir su efectividad. Es decir, asignándole, en cierto modo, el papel del
juez penal o civil. A este grupo pertenecen, entre otras, las normas de regulación de precios
o de la libre competencia, y cuyos destinatarios inmediatos son los particulares, como
compradores o vendedores, y que en tal sentido son normas de Derecho Privado, pero que
afectan también a la Administración, no como sujeto, sino como vigilante y poder
sancionador en caso de incumplimiento (Parada, 2011, pp. 12 -13).
Derecho Administrativo como Derecho Público y Derecho Garantizador
La norma administrativa se encuentra destinada a la Administración Pública, como se
mencionó antes, por tales razones es considerada como norma de Derecho público, según la
clásica definición de Ulpiano, recogida en las Instituciones de Justiniano: Ius publicum est
quod ad statum rei Romanae Spectat, privatum quod ad singulorum utilitatem pertinet
(El derecho público es lo que pertenece al estado del estado romano, la propiedad
privada pertenece a los intereses del individuo). La dualidad Derecho público-Derecho
privado esta indudablemente caracterizado en el Derecho Administrativo, siempre y cuando
no se entienda el Derecho Público como conjunto de normas aplicables sólo al Estado o a
las administraciones públicas, y el Derecho privado como únicamente aplicable a los
particulares (Parada, 2011, p. 13).
Se hace necesario insistir en que no es la posibilidad de la aplicación de la norma a unos u
otros sujetos, sino el destino de la norma lo que es decisivo. Pues, las normas de Derecho
privado son, pues, las que tienen por destinatario a todos los sujetos en general, aunque
algunas de ellas sólo puedan ser aplicables a las personas físicas, por ejemplo, las que
regulan el nacimiento a las relaciones familiares, y normas de Derecho público, las que
presuponen siempre como destinatario al Estado o las Administraciones Públicas, como
sujetos de Derecho (Parada, 2011, p. 13).
En definitiva, el Derecho Administrativo es el Derecho Público Común y General, el
verdadero Derecho público de cuya concepción tradicional, en reserva, habría que excluir
aquellas ramas del Derecho que están por encima del Derecho Público y del Privado. Así
ocurre, en primer lugar, con el Derecho “Legislativo”, es decir, aquella parte del
ordenamiento que regula el sistema de fuentes, los modos en que el Derecho se produce y
el distinto valor de unas u otras normas; todo lo cual constituye el contenido fundamental
del Derecho Constitucional, esencialmente relacionado con el estudio de la “Normación
sobre la normación” del jurista italiano Achile Donato Giannini, o “Derecho que regula
cómo se crea y cuál es el efecto del Derecho” del jurista austríaco Hans Kelsen (Parada,
2011, p. 13).
Desde lo funcional, se debe considerar también por encima de la clasificación Derecho
Público-Derecho Privado donde cuya finalidad de las normas simplemente garantizan el
cumplimiento del Derecho Sustantivo, que regula relaciones inter partes, tanto de las que
se juntan entre particulares como de éstos con el Estado que integran el Derecho Penal y
Procesal. Y es que las leyes procesales y penales, a las que ajusta perfectamente el
calificativo de Derecho Garantizador, no están destinadas al Estado como sujeto de
Derecho, sino como garante del mismo, y en garantía de todo el Derecho, tanto del público
como del privado. Partiendo de lo anterior el Derecho administrativo, a diferencia del
Derecho Privado (Civil, Comercial o Laboral) es, de una parte, Derecho Sustantivo y
Público, en cuanto regula relaciones entre el Estado y los particulares y, de otra, Derecho
Garantizador porque en él se incluye también el estudio de aquellas normas destinadas al
Estado en garantía de su cumplimiento, como las que regulan los recursos administrativos,
el proceso contencioso administrativo, la ejecutoriedad forzosa de los actos administrativos
y la potestad sancionadora o arbitral de las administraciones públicas (Parada, 2011, pp. 13
- 14).
3. Explique la diferencia entre acto regla y acto subjetivo. Citar dos
ejemplos.
El típico ejercicio de la función administrativa, como uno de los medios a través de los
cuales el Estado realiza sus cometidos, señalados en el artículo 2º de la Constitución
Política, está dada por la facultad que tienen las autoridades estatales, y excepcionalmente,
los particulares, cuando pueden ejercer esta clase de funciones, para tomar decisiones
unilaterales obligatorias, mediante la expedición de actos administrativos, que
corresponden, precisamente, a una manifestación de voluntad unilateral, en ejercicio de
función administrativa, que crea, modifica o extingue una situación jurídica de carácter
general o de carácter particular o concreto, investida de la presunción de legalidad y que
goza de ejecutividad y ejecutoriedad.
De acuerdo con el contenido material del acto administrativo, desde el punto de vista de sus
efectos, el mismo se clasifica en acto administrativo de carácter general (acto regla) o
acto administrativo de carácter particular y concreto (acto subjetivo), siendo este
último, aquel a través del cual se toma una decisión que crea, modifica o extingue una
situación jurídica particular, individual y concreta, es decir, que afecta la órbita jurídica de
una o unas personas identificadas y determinadas en el mismo acto.
Según el Consejo de Estado, hacía referencia que la Sentencia 00408 de 2016 cuyo
Magistrado Ponente era William Hernández Gómez. El Artículo 64 del Código
Contencioso Administrativo, prevé que salvo norma expresa en contrario, los actos en
firme son suficientes por sí mismos, para que la administración pueda ejecutar de
“inmediato” las operaciones materiales necesarias para su cumplimiento, aún en contra de
la voluntad de los administrados.
En concordancia con lo anterior, el Artículo 66 del mismo Código, consagra de una parte la
regla general según la cual, los actos administrativos son obligatorios mientras no hayan
sido anulados o suspendidos por la jurisdicción Contencioso Administrativa y de otra, la
figura de la pérdida de fuerza ejecutoria como una excepción que afecta la eficacia de los
mismos, es decir, su capacidad de producir efectos jurídicos. La cual dice:
“Artículo. 66.- Pérdida de fuerza ejecutoria. Salvo norma expresa en contrario, los actos
administrativos serán obligatorios mientras no hayan sido anulados o suspendidos por la
jurisdicción en lo contencioso administrativo, pero perderán su fuerza ejecutoria en los
siguientes casos:
1. Por suspensión provisional.
2. Cuando desaparezcan sus fundamentos de hecho o de derecho.
3. Cuando al cabo de cinco (5) años de estar en firme, la administración no ha realizado
los actos que le correspondan para ejecutarlos.
4. Cuando se cumpla la condición resolutoria a que se encuentre sometido el acto.
5. Cuando pierdan su vigencia”.
Por otro lado, en los términos del Artículo 91 del CPACA la fuerza ejecutoria de los actos
administrativos es la capacidad de que goza la administración para hacer cumplir por sí
mismo sus propios actos, es decir, que tal cumplimiento no depende de la intervención de
autoridad distinta a la de la misma administración.
Debe precisarse que la pérdida de la fuerza ejecutoria hace relación a la imposibilidad de
ejecutar los actos propios de la administración para cumplir lo ordenado por ella misma. En
efecto, en los términos del Artículo 92 del CPACA, los afectados pueden oponerse a la
ejecución de un acto administrativo a través de la excepción de pérdida de fuerza
ejecutoria, lo cual debe realizarse antes de su ejecución, o dentro del término establecido
por la Ley para atacar los actos en sede judicial, siempre y cuando la situación particular no
se encuentre consolidada, de lo contrario no son afectados por la decisión anulada.
Es de señalar además que esta jurisdicción puede pronunciarse sobre la legalidad de los
actos que sufrieron el decaimiento, en razón a los efectos que se dieron cuando el mismo
estuvo vigente, no obstante, para que ello ocurra, el acto administrativo de carácter
particular y concreto debe ser demandado en el término señalado por la ley.
EJEMPLO 1: En el Concepto 1861 de 2007 de la Sala de Consulta y Servicio Civil del
Consejo de Estado cuyo Consejero Ponente es Enrique José Perdomo Arboleda,
mediante el cual se debatía sobre el caso concreto sometido a consideración de la Sala,
donde se observa que el acto administrativo ordenaba la restitución de un bien de uso
público dentro de un proceso de policía, el cual quedó en firme el 5 de enero de 1999, sin
que hasta la fecha se haya podido obtener la restitución del mismo, por las razones que el
señor Ministro relacionó en la solicitud de consulta, en los siguientes términos:
“El 17 de marzo de 1999, la inspectora municipal realizó una diligencia de verificación de
cumplimiento a la resolución, en la que determinó la necesidad de establecer en forma
precisa el área a restituir de la carretera antigua.
En los oficios 759 de 1999 y 102 de 2000, se solicitó a la oficina de planeación municipal
un concepto técnico y al Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) los planos, mapas o
cartografías correspondientes. Esta solicitud se reiteró mediante auto del 24 de septiembre
de 2000 expedido por la Inspectora del municipio.
Mediante los oficios 520-2000 del 27 de septiembre de 2000 y 610-00 del 20 de noviembre
de 2000, se insistió al IGAC en la necesidad de contar con la información técnica para
cumplir con lo ordenado en el acto administrativo de restitución.
La Secretaría de Gobierno, Oficina de asuntos policivos, en el acta de verificación del 26 de
septiembre de 2002, constató que no se había dado cumplimiento a la resolución de
restitución y reiteró la importancia del levantamiento topográfico para determinar en forma
precisa el área del bien objeto de la restitución.
El 25 de septiembre de 2003, el Alcalde Municipal solicitó nuevamente al IGAC apoyo
para delimitar las zonas objeto del proceso de restitución.
Mediante auto del 23 de agosto de 2004, el Alcalde Municipal ordenó requerir al IGAC
para que diera respuesta a las solicitudes enviadas por ese despacho y solicitar el apoyo del
Centro Administrativo Provincial de la Gobernación de Cundinamarca, para efectuar el
levantamiento topográfico respectivo. En cumplimiento de lo dispuesto en este auto se
envió el oficio 274 del 23 de agosto de 2000.
El centro administrativo provincial de la Gobernación de Cundinamarca, a través de la
comunicación 187 del 6 de septiembre de 2004, respondió que no disponen de un topógrafo
para prestar el apoyo referido a la Alcaldía de Villapinzón.
De acuerdo con los antecedentes descritos en la consulta, considera esta Sala, que la
administración municipal al solicitar los documentos técnicos que se requieren para
precisar el área del bien de uso público a restituir y requerir el soporte y apoyo de las
entidades que cuentan con la información para efectuar el levantamiento topográfico, ha
realizado las gestiones pertinentes para cumplir la resolución que ordenó la restitución de la
vía o camino antiguo entre Tunja y Bogotá y proteger el patrimonio del Estado que en
dicho bien de uso público está representado.
Por tanto, el presupuesto normativo de inactividad en la realización de los actos que le
correspondan para la ejecución de la resolución de la referencia, que exige la causal de
pérdida de ejecutoria del numeral 3º del artículo 66 del C.C.A., no se puede predicar en el
presente caso.
Lo anterior, debe entenderse sin perjuicio de la obligación que tiene la administración de
implementar otros mecanismos que le permitan alcanzar el cometido que con el
procedimiento policivo se persigue, pues está de por medio el interés colectivo de
garantizar el uso público de la vía o camino, el cual, se encuentra plenamente identificado
como cuerpo cierto.
Por último, considera esta Sala que el silencio que ha guardado el Instituto Geográfico
Agustín Codazzi, frente a la insistencia de la administración municipal sobre la necesidad
de contar con los documentos y el soporte técnico que se requiere para efectuar el
levantamiento topográfico, es contrario al deber constitucional y legal de colaboración
armónica que tienen las entidades administrativas, quienes deben coordinar sus actuaciones
para el adecuado cumplimiento de los fines del Estado, facilitando el ejercicio de sus
funciones y absteniéndose de estorbar o impedir su cumplimiento (artículos 209 C.P. y 6º
de la ley 489 de 1998). Sin embargo, la apreciación de los efectos disciplinarios que se
puedan derivar de esta conducta, debe establecerse por el órgano de control competente
frente a los soportes documentales que existan en el expediente que ordenó la restitución”.
Doctrina
BERROCAL, L. E. (2016). Manual del Acto Administrativo. Bogotá: Ediciones del Profesional
LTDA.
GORDILLO, A. (2004). Tratado de Derecho Administrativo. Tomo III. Buenos Aires: Fundación
de Derecho Administrativo.
ORTIZ ORTIZ, E. (2002). Tesis de Derecho Administrativo. Biblioteca Jurídica Diké. Tomo II.
San José.
PARADA, R. (2012). Concepto y fuentes del Derecho Administrativo. Buenos Aires: Marcial Pons.
PENAGOS, G. (2011). El Acto Administrativo. Tomo I. Bogotá: Ediciones Doctrina y Ley LTDA.
Normatividad
Decreto 1076 de 2015. “Esta versión incorpora las modificaciones introducidas al Decreto Único
Reglamentario del Sector Ambiente y Desarrollo Sostenible a partir de la fecha de su expedición”.
Decreto 478 de 2021, “Por el cual se modifica y adiciona el Capítulo 6 del Título 1 de la Parte 2 del
Libro 2 del Decreto 1079 de 2015, Único Reglamentario del Sector Transporte”.
Jurisprudencia