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MAURICIO ALEJANDRO ROJAS RAIGOZA

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GRUPO 07

EVALUACIÓN FINAL
DERECHOS ADMINISTRATIVO GENERAL

1. Explicar el concepto de administración reglada y citar dos ejemplos.

Administración reglada
Se da cuando las facultades o poderes de que se encuentra investido el órgano
administrativo se hallan preestablecidos en la ley, no solo señalando la autoridad
competente para obrar, sino también su obligación de obrar y cómo debe obrar, en forma
que no deja margen alguno para la apreciación subjetiva del agente sobre la circunstancia
del acto, decimos que nos hallamos frente a facultades o poderes totalmente reglados,
vinculados o ligados a la Ley (Enciclopedia Jurídica Omeba, 1981, pp. 807 – 808).
Ahora bien, mientras tanto, el acto administrativo esta fundado en la ley. Esto quiere decir
que todo acto debe ser ejercido de una potestad legalmente regulada. La ley acostumbra
regular las potestades determinando el motivo y el contenido del acto que es su objeto.
Cuando se dice que hay competencia para realizar un acto, generalmente se piensa en una
atribución de potestad que define su contenido o su motivo, o ambos a la vez.
Por un lado, el acto reglado es el de motivo y contenido determinado en forma precisa por
la ley, en razón de emplear conceptos de sentido común, técnicos o de valor, cuyo
significado está dado por la misma ley, que indica el criterio para comprenderlos. Este
criterio se da generalmente para interpretar conceptos cuya realización admite grados de
cantidad y consiste en una verdadera unidad de medida para saber cuándo ese grado se ha
dado y cuando no (Ortiz Ortiz, 2002, pp. 421 – 422).
La naturaleza reglada del acto es muy importante para su régimen jurídico y de la misma
dependen las siguientes consecuencias:
a) Si el acto es reglado en cuanto a motivo, no puede ser revocado, porque la ley lo
reputa siempre oportuno y necesario.
b) El acto reglado es anulable por violación de la ley que determina su motivo y
contenido, o cualquier otro aspecto del mismo.
c) El acto reglado no puede estar viciado por exceso de poder. Concretamente, el acto
reglado por el motivo o el contenido no puede padecer el vicio de desviación de
poder entendido como la desviación del móvil del funcionario respecto del fin legal
del acto.
d) El juez puede sustituirse a la Administración en los aspectos regulados de la
conducta de ésta, pero no en los aspectos discrecionales (Ortiz Ortiz, 2002, pp. 422
– 423).

Ejemplo 1. Según el Artículo 2.2.2.3.1.3 del Decreto 1076 de 2015, sobre el concepto y
alcance de la licencia ambiental se debe tener en cuenta el concepto y alcance de la licencia
ambiental previsto, la cual se entiende como “la autorización que otorga la autoridad
ambiental competente para la ejecución de un proyecto, obra o actividad, que, de acuerdo
con la ley y los reglamentos, pueda producir deterioro grave a los recursos naturales
renovables o al medio ambiente o introducir modificaciones considerables o notorias al
paisaje”. De lo anterior se colige que la Licencia ambiental se otorga mediante petición que
formula el interesado en la obtención de una autorización expresamente prevista en la ley
para realizar un proyecto, que puede generar deterioro grave a los recursos naturales y al
paisaje y que por tanto debe ser regulado por la administración de conformidad con las
reglas particulares contenidas en el Decreto 1076 de 2015. Para el procedimiento de
obtención y/o modificación de la licencia ambiental, la ley no hizo mención sobre la
suspensión de los trámites administrativos tendientes al otorgamiento y modificación del
Instrumento de Control y Manejo Ambiental.
Sumado a ello, según el Inciso Segundo del Artículo 107 de la Ley 99 de 1993.debe tenerse
en cuenta que las normas ambientales son de orden público y como consecuencia de ello,
no podrán ser objeto de transacción o a la renuncia en su aplicación por parte de las
autoridades ambientales y los particulares.
Bajo esa perspectiva y de conformidad con lo previsto en la ley, como primera medida se
puede decir que el trámite de obtención de licencia ambiental es rogado y es el
RESULTADO DE UN PROCESO ADMINISTRATIVO REGLADO y complejo que
permite la participación ciudadana, que tiene simultáneamente un carácter técnico en donde
se evalúan aspectos relacionados con el Estudio de Impacto Ambiental, (EIA) que se
concretan con la expedición de un acto administrativo de carácter especial, el cual puede
ser modificado por petición de parte o unilateralmente por la administración e incluso
revocarlo sin consentimiento previo, expreso y escrito de su titular, cuando se advierta el
incumplimiento de los términos que condicionan la autorización, según lo manifestado en
la Sentencia C-746 de 2012, sobre la constitucionalidad del Numeral 9 del Artículo 52 de la
Ley 99 de 1993, relacionado con la competencia del Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible frente a las actividades de licenciamiento que afecten el Sistema de Parques
Nacionales Naturales.

Ejemplo 2. El Decreto 478 de 2021, “el cual se modifica y adiciona el Capítulo 6 del
Título 1 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto 1079 de 2015, Único Reglamentario del
Sector Transporte”. Como se hace en el Artículo 2 cuando adiciona el parágrafo 3º al
artículo 2.2.1.6.3.1. del Capítulo 6 del Título 1 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto 1079
de 2015, Único Reglamentario del Sector Transporte, así: “Los contratos suscritos para la
prestación del Servicio Público de Transporte Terrestre Automotor Especial estarán
sometidos a la LEY 2024 DEL 23 DE JULIO DE 2020, a lo REGLADO AL
RESPECTO EN EL CÓDIGO DE COMERCIO O LAS NORMAS QUE LAS
ADICIONEN, MODIFIQUEN O SUSTITUYAN.”

2. Explique el concepto de derecho administrativo y clasifíquelo en el


derecho público o privado argumentando su clasificación

Derecho Administrativo
Es aquella parte del Derecho público que tiene por objeto la organización, los medios y las
formas de la actividad de las administraciones públicas y las consiguientes relaciones
jurídicas entre aquéllas y otros sujetos (Parada, 2011, p. 11).
Adicionalmente, las normas administrativas tienen como destinatario a la Administración
Pública de forma tal que no se entienden o no son tales sin esa presencia. Pero esto no
supone que las administraciones públicas no puedan utilizar o formar parte de relaciones
jurídicas reguladas por normas no administrativas, puesto que una cosa es utilizar una
determinada normativa y otra, muy distinta, que la normativa se halle destinada o
presuponga, en todo caso, su aplicación a un determinado sujeto (Parada, 2011, p. 11).
Las normas del Derecho Privado que regulan la propiedad o las obligaciones y contratos
afectan a todos los sujetos jurídicos en general, sean personas físicas o jurídicas o
administraciones públicas; otras normas del Derecho Civil presuponen que sus destinatarios
sean personas físicas, como, por ejemplo, las normas sobre matrimonio y familia. Hay
normas, pues, destinadas a los sujetos jurídicos en general y otras que presuponen su
afectación o destino en todo caso a unos determinados sujetos. Igual sucede con el Derecho
Comercial, cuyas normas están destinadas a determinados sujetos en tanto que
comerciantes, o con el Derecho Laboral, concebido como un Derecho por y para los
trabajadores, y, en fin, con el Derecho Administrativo como Derecho de las
Administraciones Públicas, porque las normas de unos y otros presuponen que en la clase
de relaciones que regulan intervendrán necesariamente esas categorías de sujetos. En este
sentido, el Derecho Administrativo es un Derecho Estatutario, el Derecho de las
Administraciones Públicas (Parada, 2011, p. 12).
Así pues, una norma administrativa tiene como sujeto destinatario una Administración
Pública admite diversas variedades: En unos casos, la norma tiene como destinatario único
y preferente a la Administración Pública, y así acontece con las normas que regulan la
organización administrativa, cuya efectividad y aplicación no reclama la presencia de otro
sujeto. Otro tipo de normas administrativas están destinadas a ser cumplidas por la
Administración, pero su aplicación y efectividad no se concibe sin la simultánea presencia
de los administrados o ciudadanos; así, las normas que regulan los contratos
administrativos o la expropiación forzosa, los impuestos o los servicios públicos. Ante las
cuales presuponen siempre que una Administración Pública este de por medio, pero
también un particular: Contratante, expropiado, contribuyente o usuario del servicio
(Parada, 2011, p. 12).
Por último, en un tercer tipo de normas administrativas los destinatarios directos son los
particulares o administrados, pero presuponen la presencia vigilante de la Administración
como garante de su efectividad. Son aquellas normas de intervención en las relaciones entre
particulares que la Administración no ha de cumplir, pero a la cual se responsabiliza de que
las cumplan los particulares destinatarios, atribuyéndole una potestad sancionadora o
arbitral para conseguir su efectividad. Es decir, asignándole, en cierto modo, el papel del
juez penal o civil. A este grupo pertenecen, entre otras, las normas de regulación de precios
o de la libre competencia, y cuyos destinatarios inmediatos son los particulares, como
compradores o vendedores, y que en tal sentido son normas de Derecho Privado, pero que
afectan también a la Administración, no como sujeto, sino como vigilante y poder
sancionador en caso de incumplimiento (Parada, 2011, pp. 12 -13).
Derecho Administrativo como Derecho Público y Derecho Garantizador
La norma administrativa se encuentra destinada a la Administración Pública, como se
mencionó antes, por tales razones es considerada como norma de Derecho público, según la
clásica definición de Ulpiano, recogida en las Instituciones de Justiniano: Ius publicum est
quod ad statum rei Romanae Spectat, privatum quod ad singulorum utilitatem pertinet
(El derecho público es lo que pertenece al estado del estado romano, la propiedad
privada pertenece a los intereses del individuo). La dualidad Derecho público-Derecho
privado esta indudablemente caracterizado en el Derecho Administrativo, siempre y cuando
no se entienda el Derecho Público como conjunto de normas aplicables sólo al Estado o a
las administraciones públicas, y el Derecho privado como únicamente aplicable a los
particulares (Parada, 2011, p. 13).
Se hace necesario insistir en que no es la posibilidad de la aplicación de la norma a unos u
otros sujetos, sino el destino de la norma lo que es decisivo. Pues, las normas de Derecho
privado son, pues, las que tienen por destinatario a todos los sujetos en general, aunque
algunas de ellas sólo puedan ser aplicables a las personas físicas, por ejemplo, las que
regulan el nacimiento a las relaciones familiares, y normas de Derecho público, las que
presuponen siempre como destinatario al Estado o las Administraciones Públicas, como
sujetos de Derecho (Parada, 2011, p. 13).
En definitiva, el Derecho Administrativo es el Derecho Público Común y General, el
verdadero Derecho público de cuya concepción tradicional, en reserva, habría que excluir
aquellas ramas del Derecho que están por encima del Derecho Público y del Privado. Así
ocurre, en primer lugar, con el Derecho “Legislativo”, es decir, aquella parte del
ordenamiento que regula el sistema de fuentes, los modos en que el Derecho se produce y
el distinto valor de unas u otras normas; todo lo cual constituye el contenido fundamental
del Derecho Constitucional, esencialmente relacionado con el estudio de la “Normación
sobre la normación” del jurista italiano Achile Donato Giannini, o “Derecho que regula
cómo se crea y cuál es el efecto del Derecho” del jurista austríaco Hans Kelsen (Parada,
2011, p. 13).
Desde lo funcional, se debe considerar también por encima de la clasificación Derecho
Público-Derecho Privado donde cuya finalidad de las normas simplemente garantizan el
cumplimiento del Derecho Sustantivo, que regula relaciones inter partes, tanto de las que
se juntan entre particulares como de éstos con el Estado que integran el Derecho Penal y
Procesal. Y es que las leyes procesales y penales, a las que ajusta perfectamente el
calificativo de Derecho Garantizador, no están destinadas al Estado como sujeto de
Derecho, sino como garante del mismo, y en garantía de todo el Derecho, tanto del público
como del privado. Partiendo de lo anterior el Derecho administrativo, a diferencia del
Derecho Privado (Civil, Comercial o Laboral) es, de una parte, Derecho Sustantivo y
Público, en cuanto regula relaciones entre el Estado y los particulares y, de otra, Derecho
Garantizador porque en él se incluye también el estudio de aquellas normas destinadas al
Estado en garantía de su cumplimiento, como las que regulan los recursos administrativos,
el proceso contencioso administrativo, la ejecutoriedad forzosa de los actos administrativos
y la potestad sancionadora o arbitral de las administraciones públicas (Parada, 2011, pp. 13
- 14).
3. Explique la diferencia entre acto regla y acto subjetivo. Citar dos
ejemplos.

El típico ejercicio de la función administrativa, como uno de los medios a través de los
cuales el Estado realiza sus cometidos, señalados en el artículo 2º de la Constitución
Política, está dada por la facultad que tienen las autoridades estatales, y excepcionalmente,
los particulares, cuando pueden ejercer esta clase de funciones, para tomar decisiones
unilaterales obligatorias, mediante la expedición de actos administrativos, que
corresponden, precisamente, a una manifestación de voluntad unilateral, en ejercicio de
función administrativa, que crea, modifica o extingue una situación jurídica de carácter
general o de carácter particular o concreto, investida de la presunción de legalidad y que
goza de ejecutividad y ejecutoriedad.
De acuerdo con el contenido material del acto administrativo, desde el punto de vista de sus
efectos, el mismo se clasifica en acto administrativo de carácter general (acto regla) o
acto administrativo de carácter particular y concreto (acto subjetivo), siendo este
último, aquel a través del cual se toma una decisión que crea, modifica o extingue una
situación jurídica particular, individual y concreta, es decir, que afecta la órbita jurídica de
una o unas personas identificadas y determinadas en el mismo acto.

Acto Regla Acto Subjetivo


Son considerados como reglamentos, más El acto administrativo de carácter
que un acto propiamente dicho. particular es aquel que produce efectos
Adicionalmente, contiene una disposición jurídicos concretos, por cuanto crea,
objetiva, que crea, modifica o extingue una modifica, extingue o afecta una situación
situación general, impersonal y abstracta, jurídica personal, individual o subjetiva; lo
es decir que no afecta en forma directa o que significa que tiene efectos directos y
inmediata a una determinada persona o específicos respecto de una persona o
personas. personas identificadas individualmente.
Por otro lado, en relación con el acto Por lo tanto, tal y como lo ha sostenido la
administrativo general, se hace la jurisprudencia:
distinción entre el que es propiamente “[E]l carácter individual de un acto no está
normativo, con vocación de permanencia y dado por la posibilidad de que los sujetos a
que, por lo tanto, entra a hacer parte del los cuales está dirigido sean fácil o
ordenamiento jurídico. difícilmente individualizables o
Un ejemplo, son los decretos identificables, sino que ellos están
reglamentarios, cuyos supuestos efectivamente individualizados e
normativos son hipotéticos y abstractos, identificados, de tal manera que el
dadas que las consecuencias o previsiones contenido del acto sea aplicable
normativas que contemplan no están exclusivamente a esas personas y no a otras
referidos a nadie individualmente que puedan encontrarse en la misma
identificado, sino que les son aplicables situación. De no entenderse así, todos los
indistintamente a cualquier persona o cosa actos podrían ser calificados de
que llegare a encontrarse dentro de los individuales o subjetivos en la medida en
supuestos descritos en el mismo. Mientras que, por principio, los actos de las
que, el acto administrativo general que no autoridades públicas tienen vocación de
es normativo, por cuanto tiene una aplicación individual a quienes se
vigencia transitoria y se enfoca a un objeto encuentren en la situación prevista en el
específico y concreto, terminando los acto”.
efectos una vez aquel se realiza, como De acuerdo con la jurisprudencia del
sucede, por ejemplo, con el pliego de Consejo de Estado, son actos
condiciones que rige una determinada administrativos de carácter particular
licitación pública. (subjetivo), por ejemplo, el que decide una
Incluso, las complejidades que presenta la petición de indulto; aquel por el cual se
diferenciación entre actos administrativos adjudica la prestación del servicio público
generales y particulares, sus implicaciones de transporte terrestre automotor de
no pueden pasarse por alto. Así, mientras pasajeros por carretera; el acto por medio
que estos últimos crean, modifican o del cual se decomisa una mercancía; el acto
extinguen una situación jurídica individual administrativo por medio del cual se
y concreta, aquellos encerrarán siempre reconoce una pensión de jubilación; el acto
una norma jurídica, de modo que con que impone una sanción disciplinaria; el
independencia del número de personas que acto administrativo que reconoce unas
sean sus destinatarios o de los efectos cesantías los actos de terminación,
positivos o negativos que supongan sobre interpretación o modificación unilateral de
ellos, representan siempre una innovación un contrato; el acto de liquidación
del ordenamiento jurídico establecida en unilateral de un contrato; el otorgamiento
términos impersonales y abstractos, esto de un permiso; el acto administrativo por
es, sin consideración de ninguna persona medio del cual se adjudica un terreno
específica ni de ningún caso en particular. baldío; el acto que impone una sanción por
De aquí que durante su vigencia un acto incumplimiento de obligaciones tributarias;
administrativo general o reglamento sea el acto que realiza la liquidación oficial de
susceptible de aplicarse a un número un impuesto; el acto por medio del cual se
indeterminado de supuestos: Sea uno o designa el rector de una universidad, etc.
sean múltiples, las reglas fijadas serán Se trata de decisiones tomadas por
aplicables mientras estén vigentes y autoridades estatales en ejercicio de la
deberán considerarse en todos aquellos función administrativa, que recaen en
eventos que se enmarquen en las cabeza de una persona o personas
condiciones fácticas y jurídicas que determinadas, respecto de las cuales se
constituyen su ámbito de aplicación. El modifica una situación jurídica que las
acto administrativo particular, en afecta en forma positiva o negativa de
contraste, al no contener una norma manera directa, en tanto reconocen o
jurídica sino una decisión adoptada para niegan derechos, o imponen obligaciones o
un caso concreto tiene un alcance sanciones, o, en fin, producen una
limitado, no solo porque crea un vínculo afectación en la esfera jurídica de sus
entre sujetos determinados (semejante al destinatarios, en forma inmediata y directa.
que ocurre en presencia de un contrato o Por lo tanto, la impugnación de esta clase
de cualquier negocio jurídico), sino de decisiones, sí exige una legitimación
también que obliga a que una vez agotado para su demanda ante la Jurisdicción
su cumplimiento sea necesario adoptar Contencioso Administrativa, en cuanto
nuevas decisiones para ocasiones sólo estará legitimado por activa quien se
semejantes que se presentan en el futuro. sienta lesionado por el acto administrativo,
Por su generalidad, los actos en un derecho subjetivo amparado en una
administrativos, que entran a modificar el norma jurídica, tal y como lo dispone el
ordenamiento jurídico a ese nivel, artículo 138 del CPACA. Y así mismo, en
mediante hipótesis abstractas que, de caso de garantizar la estabilidad de las
concretarse, involucran consecuencias actuaciones administrativas y la seguridad
particulares para los administrados, se jurídica, se limita temporalmente el
justifica que cualquier persona interesada derecho a empezar la acción, por lo cual,
en la preservación de dicho ordenamiento como regla general y a falta de normas
jurídico, pueda impugnar, en cualquier especiales que dispongan otra cosa, Literal
momento, una decisión de tal naturaleza d, numeral 2º, Artículo 164 del CPACA, la
que lo pueda vulnerar, a través de la demanda en la que se pretenda la nulidad y
acción o medio de control de simple restablecimiento del derecho, se deberá
nulidad, instituido, precisamente, en el presentar dentro de los 4 meses contados a
solo interés de la defensa de la legalidad partir del día siguiente a la comunicación,
frente a las actuaciones administrativas. notificación, ejecución o publicación del
acto administrativo, según el caso.

4. Explique la diferencia entre la ejecutoriedad y la fuerza ejecutoria del


acto administrativo

Para esto inicialmente se pasará a definir los conceptos de ejecutoriedad y fuerza


ejecutiva. Inicialmente, el concepto de ejecutoriedad, es una característica para la
ejecución de los actos administrativos. Este concepto en la legislación colombiana empezó
a proyectarse a partir de la Ley 153 de 1887, que en su Artículo 12 señaló “Las órdenes y
demás actos ejecutivos del gobierno [expedidos en ejercicio de la potestad reglamentaria],
tienen fuerza obligatoria, y serán aplicados mientras no sean contrarios a la Constitución, a
las leyes [ni a la doctrina legal más probable]”. Aparte declarados inexequibles mediante la
Sentencia C-037 de 26 de enero de 2000. Corte Constitucional. Magistrado Ponente
Vladimiro Naranjo. Cuya disposición normativa les imprimen fuerza ejecutoria a las
decisiones adoptadas por la administración.
Más tarde, con la entrada en vigencia del Decreto 01 de 1984, en el Artículo 64, se incluyó
el “Carácter ejecutivo y ejecutorio de los actos administrativos”, al expresar que “Salvo
norma expresa en contrario, los actos que queden en firme al concluir el procedimiento
administrativo, serán suficientes, por sí mismos, para que la administración pueda ejecutar
de inmediato los actos necesarios para su cumplimiento. La firmeza de tales actos es
indispensable para la ejecución contra la voluntad de los interesados”.
Con el actual Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo
(CPACA), el carácter ejecutorio de los actos administrativos no fue modificado y mantuvo
su esencia, y confirió a la administración la facultad de ejecutar por sí misma sus propias
decisiones.
Con el propósito de definir la característica de ejecutoriedad de las decisiones
administrativas se consultó la jurisprudencia del Consejo de Estado que, en 1988, mediante
el Auto de 12 de octubre de 1988 por la Magistrada Ponente Consuelo Sarria Oleos, señaló
que los actos administrativos tienen como atributos característicos la presunción de
legalidad y ejecutoriedad, situación que hace que el acto produzca los efectos jurídicos
buscados por la
autoridad que los expida, mientras no sea desvirtuada dicha presunción y no sean
suspendidos
provisionalmente sus efectos o sean anulados mediante decisión definitiva. En el mismo
orden señaló que dentro de la legislación nacional, aquella característica se encontraba
regulada en el Artículo 64 del Decreto 01 de 1984, norma que consagraba la ejecutoriedad
de los actos administrativos.
De igual manera, en el 2000, el Consejo de Estado por medio de la Sentencia de 3 de agosto
de 2000 realizada por la Magistrada Ponente Olga Inés Navarrete Barrero, expreso que la
ejecutoriedad o fuerza ejecutoria del acto administrativo está circunscrita al hecho de la
producción de efectos jurídicos, aún en contra de la voluntad del administrado, según lo
establecía el artículo 64 del Código Contencioso Administrativo, pues se presume su
legitimidad hasta tanto exista un pronunciamiento judicial que decrete su nulidad.
Asimismo, el Consejo de Estado en la Sentencia de 11 de noviembre de 2009, cuyo
Magistrado Ponente era Enrique Gil Botero, precisó que el carácter ejecutorio de los actos
administrativos corresponde a una facultad que tiene la Administración, que consiste en que
esta no requiere de la intervención de un tercero imparcial (juez) para imponer las
manifestaciones de voluntad que de ella emanan; en otras palabras, el querer del aparato
administrativo no debe someterse a un juicio de carácter declarativo para buscar el
cumplimiento de sus decisiones que son asumidas por quienes desempeñan funciones de
carácter administrativo.
En el mismo sentido, la Corte Constitucional mediante la Sentencia C-069 del 23 de febrero
de 1995, cuyo Magistrado Ponente es Hernando Herrera Vergara expresó que la
ejecutoriedad del acto administrativo está limitada a la facultad que tiene la administración
de producir los efectos jurídicos del acto, aún en contra de la voluntad de los administrados.
La doctrina, por su parte, como es el caso del jurista argentino, Juan Carlos Cassagne ha
expresado que la noción de ejecutoriedad debe ser lo más genérica que sea posible,
entendida como una facultad atribuida por el ordenamiento jurídico a los órganos estatales
que ejercen la función administrativa, para disponer la realización o cumplimiento del acto
administrativo sin intervención judicial, con la posibilidad de acudir al empleo de medidas
de ejecución ser necesario.
Por su parte, el autor argentino Agustín Gordillo indicó que el acto administrativo es
ejecutorio cuando radique en cabeza de la administración la facultad expresa o
razonablemente implícita para hacer cumplir la decisión administrativa, por coerción
directa o indirecta (Gordillo, 2004).
Dentro de la doctrina nacional, el jurista Gustavo Penagos explicó que, una vez expedido el
acto de acuerdo con la ley, goza de presunción de legalidad y sobre ella se fundamenta la
ejecutoriedad. En tal sentido, el acto ejecutorio es aquel que, una vez proferido, tiene la
posibilidad de cumplirse o remitirse al órgano competente para que lo cumpla conforme a
la Ley (Penagos, 2011). Así mismo, expone que la ejecutoriedad, es lo que los franceses y
la jurisprudencia del Consejo de Estado de Francia ha denominado el “Privilege du
prealable”, es decir, el privilegio de la decisión previa.
Ahora bien, para el doctrinante colombiano Luis Enrique Berrocal Guerrero, la
ejecutoriedad también llamada fuerza ejecutoria es la suficiencia jurídica del acto
administrativo para que por sí mismo, sin sujeción a requisito o formalidad adicional, la
autoridad que lo profirió pueda efectuar de manera inmediata y directa, sin más
formalidades y requisitos, las actuaciones necesarias para su cumplimiento (Berrocal,
2016).
De acuerdo con todo lo anterior, se considera que la ejecutoriedad es la facultad con la que
cuenta la administración para hacer cumplir por sí misma lo dispuesto en el acto
administrativo sin necesidad de acudir a la rama judicial.
En conclusión, para hacer referencia sobre la pérdida de ejecutoriedad de un acto
administrativo es necesario referirse la fuerza ejecutoria del mismo. Por ello, la fuerza
ejecutoria de un acto administrativo no es más que la facultad que tiene la administración
para que se dé el cumplimiento de este una vez se encuentre en firme, es decir, se encuentra
en cabeza de la administración darle la efectividad al acto ejecutándolo. Ya que, el carácter
ejecutorio de los actos administrativos se encuentra consagrado en el Artículo 89 del
CPACA, el cual señala lo siguiente:
“Salvo disposición legal en contrario, los actos en firme serán suficientes para que las
autoridades, por sí mismas, puedan ejecutarlos de inmediato. En consecuencia, su
ejecución material procederá sin mediación de otra autoridad. Para tal efecto podrá
requerirse, si fuere necesario, el apoyo o la colaboración de la Policía Nacional”.
Solo puede haber carácter ejecutorio del acto administrativo cuando este se encuentre en
firme, no antes. Y mientras un acto administrativo no haya sido anulado por la jurisdicción
contenciosa administrativa sigue teniendo fuerza ejecutoria, por ende, es obligatorio y la
autoridad administrativa lo puede hacer cumplir.

5. Explique en qué casos los actos administrativos quedan en firme. Citar


dos ejemplos.

Según el Consejo de Estado, hacía referencia que la Sentencia 00408 de 2016 cuyo
Magistrado Ponente era William Hernández Gómez. El Artículo 64 del Código
Contencioso Administrativo, prevé que salvo norma expresa en contrario, los actos en
firme son suficientes por sí mismos, para que la administración pueda ejecutar de
“inmediato” las operaciones materiales necesarias para su cumplimiento, aún en contra de
la voluntad de los administrados.
En concordancia con lo anterior, el Artículo 66 del mismo Código, consagra de una parte la
regla general según la cual, los actos administrativos son obligatorios mientras no hayan
sido anulados o suspendidos por la jurisdicción Contencioso Administrativa y de otra, la
figura de la pérdida de fuerza ejecutoria como una excepción que afecta la eficacia de los
mismos, es decir, su capacidad de producir efectos jurídicos. La cual dice:
“Artículo. 66.- Pérdida de fuerza ejecutoria. Salvo norma expresa en contrario, los actos
administrativos serán obligatorios mientras no hayan sido anulados o suspendidos por la
jurisdicción en lo contencioso administrativo, pero perderán su fuerza ejecutoria en los
siguientes casos:
1. Por suspensión provisional.
2. Cuando desaparezcan sus fundamentos de hecho o de derecho.
3. Cuando al cabo de cinco (5) años de estar en firme, la administración no ha realizado
los actos que le correspondan para ejecutarlos.
4. Cuando se cumpla la condición resolutoria a que se encuentre sometido el acto.
5. Cuando pierdan su vigencia”.
Por otro lado, en los términos del Artículo 91 del CPACA la fuerza ejecutoria de los actos
administrativos es la capacidad de que goza la administración para hacer cumplir por sí
mismo sus propios actos, es decir, que tal cumplimiento no depende de la intervención de
autoridad distinta a la de la misma administración.
Debe precisarse que la pérdida de la fuerza ejecutoria hace relación a la imposibilidad de
ejecutar los actos propios de la administración para cumplir lo ordenado por ella misma. En
efecto, en los términos del Artículo 92 del CPACA, los afectados pueden oponerse a la
ejecución de un acto administrativo a través de la excepción de pérdida de fuerza
ejecutoria, lo cual debe realizarse antes de su ejecución, o dentro del término establecido
por la Ley para atacar los actos en sede judicial, siempre y cuando la situación particular no
se encuentre consolidada, de lo contrario no son afectados por la decisión anulada.
Es de señalar además que esta jurisdicción puede pronunciarse sobre la legalidad de los
actos que sufrieron el decaimiento, en razón a los efectos que se dieron cuando el mismo
estuvo vigente, no obstante, para que ello ocurra, el acto administrativo de carácter
particular y concreto debe ser demandado en el término señalado por la ley.
EJEMPLO 1: En el Concepto 1861 de 2007 de la Sala de Consulta y Servicio Civil del
Consejo de Estado cuyo Consejero Ponente es Enrique José Perdomo Arboleda,
mediante el cual se debatía sobre el caso concreto sometido a consideración de la Sala,
donde se observa que el acto administrativo ordenaba la restitución de un bien de uso
público dentro de un proceso de policía, el cual quedó en firme el 5 de enero de 1999, sin
que hasta la fecha se haya podido obtener la restitución del mismo, por las razones que el
señor Ministro relacionó en la solicitud de consulta, en los siguientes términos:
“El 17 de marzo de 1999, la inspectora municipal realizó una diligencia de verificación de
cumplimiento a la resolución, en la que determinó la necesidad de establecer en forma
precisa el área a restituir de la carretera antigua.
En los oficios 759 de 1999 y 102 de 2000, se solicitó a la oficina de planeación municipal
un concepto técnico y al Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) los planos, mapas o
cartografías correspondientes. Esta solicitud se reiteró mediante auto del 24 de septiembre
de 2000 expedido por la Inspectora del municipio.
Mediante los oficios 520-2000 del 27 de septiembre de 2000 y 610-00 del 20 de noviembre
de 2000, se insistió al IGAC en la necesidad de contar con la información técnica para
cumplir con lo ordenado en el acto administrativo de restitución.
La Secretaría de Gobierno, Oficina de asuntos policivos, en el acta de verificación del 26 de
septiembre de 2002, constató que no se había dado cumplimiento a la resolución de
restitución y reiteró la importancia del levantamiento topográfico para determinar en forma
precisa el área del bien objeto de la restitución.
El 25 de septiembre de 2003, el Alcalde Municipal solicitó nuevamente al IGAC apoyo
para delimitar las zonas objeto del proceso de restitución.
Mediante auto del 23 de agosto de 2004, el Alcalde Municipal ordenó requerir al IGAC
para que diera respuesta a las solicitudes enviadas por ese despacho y solicitar el apoyo del
Centro Administrativo Provincial de la Gobernación de Cundinamarca, para efectuar el
levantamiento topográfico respectivo. En cumplimiento de lo dispuesto en este auto se
envió el oficio 274 del 23 de agosto de 2000.
El centro administrativo provincial de la Gobernación de Cundinamarca, a través de la
comunicación 187 del 6 de septiembre de 2004, respondió que no disponen de un topógrafo
para prestar el apoyo referido a la Alcaldía de Villapinzón.
De acuerdo con los antecedentes descritos en la consulta, considera esta Sala, que la
administración municipal al solicitar los documentos técnicos que se requieren para
precisar el área del bien de uso público a restituir y requerir el soporte y apoyo de las
entidades que cuentan con la información para efectuar el levantamiento topográfico, ha
realizado las gestiones pertinentes para cumplir la resolución que ordenó la restitución de la
vía o camino antiguo entre Tunja y Bogotá y proteger el patrimonio del Estado que en
dicho bien de uso público está representado.
Por tanto, el presupuesto normativo de inactividad en la realización de los actos que le
correspondan para la ejecución de la resolución de la referencia, que exige la causal de
pérdida de ejecutoria del numeral 3º del artículo 66 del C.C.A., no se puede predicar en el
presente caso.
Lo anterior, debe entenderse sin perjuicio de la obligación que tiene la administración de
implementar otros mecanismos que le permitan alcanzar el cometido que con el
procedimiento policivo se persigue, pues está de por medio el interés colectivo de
garantizar el uso público de la vía o camino, el cual, se encuentra plenamente identificado
como cuerpo cierto.
Por último, considera esta Sala que el silencio que ha guardado el Instituto Geográfico
Agustín Codazzi, frente a la insistencia de la administración municipal sobre la necesidad
de contar con los documentos y el soporte técnico que se requiere para efectuar el
levantamiento topográfico, es contrario al deber constitucional y legal de colaboración
armónica que tienen las entidades administrativas, quienes deben coordinar sus actuaciones
para el adecuado cumplimiento de los fines del Estado, facilitando el ejercicio de sus
funciones y absteniéndose de estorbar o impedir su cumplimiento (artículos 209 C.P. y 6º
de la ley 489 de 1998). Sin embargo, la apreciación de los efectos disciplinarios que se
puedan derivar de esta conducta, debe establecerse por el órgano de control competente
frente a los soportes documentales que existan en el expediente que ordenó la restitución”.

EJEMPLO 2: En La Sentencia 00408 de 2016 del Consejo de Estado, cuyo Magistrado


Ponente era William Hernández Gómez. La Subsección A de la Sección Segunda del
Consejo de Estado, decide el recurso de apelación formulado por el apoderado del
demandante contra el auto proferido el 23 de mayo de 2013 por el Tribunal
Administrativo de Boyacá con el que rechazó de plano la demanda presente en este
asunto, por ineptitud sustantiva de la demanda.
Donde el actor instauró demanda de nulidad y restablecimiento del derecho para que se
declare la nulidad del Oficio 120-7587 de noviembre 21 de 2012 suscrito por la Alcaldesa
(e) de Sogamoso, mediante la cual se le negó la solicitud de reintegro y el pago de las
acreencias laborales a las que cree tener derecho
Analizan, la situación donde considera la Subsección que las pretensiones enunciadas por el
demandante, vistas bajo la teoría de los motivos y las finalidades , donde demuestran que el
verdadero alcance del medio de control de la referencia no es otro que revivir la posibilidad
de controvertir la legalidad de los actos de desvinculación laboral proferidos entre
diciembre de 1997 y enero de 1998, puesto que la finalidad perseguida por el demandante
es obtener el reintegro al cargo que ocupaba en la planta de personal de la Administración
Municipal de Sogamoso y recibir a título de restablecimiento o indemnización el
reconocimiento y pago de las acreencias laborales que eventualmente se generarían a causa
de ello.
En ese orden de ideas y como quiera que el administrado realmente está interesado en
controvertir la legalidad de los actos que declararon su desvinculación del ente territorial
demandado, se considera que éste ha debido instaurar la acción correspondiente contra el o
los actos de retiro dentro de la oportunidad procesal pertinente, atendiendo entre otros los
criterios jurisprudenciales fijados por esta Corporación de tiempo atrás.
En este sentido, es pertinente reiterar que los efectos de la sentencia proferida en la acción
de nulidad simple a través de la cual se anuló el Acuerdo No. 076 del 17 de diciembre de
1996, no puede constituir para el demandante el fundamento para revivir términos o plazos
que a la luz de nuestro ordenamiento jurídico ya se encuentran precluidos, por tanto,
pretender debatir una situación jurídica que se consolidó hace 19 años, está en contravía del
principio universal de la seguridad jurídica.
En efecto, esta Corporación, respecto de la declaratoria de nulidad del acto general y sus
efectos, ha manifestado que:
“[…] la declaratoria de nulidad del acto que sirvió de base para emitir la resolución que
afectó particularmente a la parte actora, no puede revivir términos más que precluidos
para intentar la demanda de nulidad y restablecimiento del derecho.
Como bien lo ha expresado esta Sección en casos análogos al del sub lite, la nulidad que
se declara, no restablece automáticamente derechos particulares, por cuanto cada
determinación de alcance particular que haya adoptado la administración, mantiene su
presunción de legalidad, la cual solo puede ser desvirtuada por sentencia judicial, amén
de lo cual debe afirmarse que la nulidad de un acto general se produce para el
mantenimiento de la legalidad abstracta y la de un acto particular, para el resarcimiento
de un derecho subjetivo.
Por esta simple razón, no es procedente interpretar que el término de caducidad haya de
contarse a partir de la nulidad del acto general”.
En otra oportunidad la jurisprudencia de esta Corporación señaló que:
En vista de que el demandante esperó hasta la declaratoria de nulidad del acto general, esto
es del Acuerdo 076 de 1997, para iniciar el proceso contencioso para solicitar su reintegro,
el mismo resulta improcedente. Por ello no es posible que el actor eleve una nueva solicitud
para revivir términos ya caducados, porque como se mencionó anteriormente, los derechos
laborales del señor “[…]” fueron lesionados en el mismo momento en que fue retirado del
servicio, esto es, entre los años 1997 y 1998.
Reitera la Sala que en el caso concreto no existe una relación o nexo entre las pretensiones
del medio de control y el acto administrativo atacado ya que este no fue el que lo separó de
su cargo, y solo la declaratoria de ilegalidad del acto desvinculación (expedido a finales de
1997 e inicios de 1998) puede conllevar su reintegro a título de restablecimiento del
derecho.
Así las cosas, es claro que el acto administrativo particular por medio del cual el
demandante fue desvinculado del servicio es el derivado de los decretos expedidos en razón
del Acuerdo 076 de 1996, sin que por el hecho de que este Acuerdo fuera declarado nulo
esto conlleve a la nulidad de los actos que de él se derivaron o a retrotraer los efectos ya
causados de los mismos, es decir, continúan en firme y se presume su legalidad ya que
éstos generaron una situación consolidada que debió ser atacada y discutida dentro de los
plazos legalmente señalados para ello.
En efecto, si bien el apoderado del demandante manifiesta que no está atacando la legalidad
del acto de desvinculación, sino del que niega la petición de su pérdida de ejecutoriedad, su
pretensión no puede ser resuelta sin determinar la legalidad del acto que lo separó del
cargo, que como ya se dijo, sigue vigente y se presume legal.
Lo anterior, puesto que pese a que la respuesta a la petición formulada para hacer efectiva
la excepción de pérdida de ejecutoriedad pueda considerarse por la ley como un acto
enjuiciable a la luz del Artículo 92 del CPACA, no es menos cierto que a conforme la
teoría de los móviles y finalidades ya enunciada, no puede utilizarse este tipo de recursos
legales para revivir términos en relación las decisiones de retiro ya ejecutadas y en firme,
utilizando para ello el argumento de la declaratoria de nulidad del acto que otorgaba las
facultades con las cuales éstas se emitieron.
Ello, en la medida en que la figura jurídica solicitada (pérdida ejecutoriedad por
decaimiento del acto administrativo al desaparecer su fundamento de derecho) opera en la
práctica frente a actos que no se han ejecutado o frente a los que se ejecutan en forma
recurrente, continua o a futuro y no frente a aquellos cuya ejecución fue instantánea, es
decir, ocurrió en un momento dado y cuya situación quedó consolidada por no haber sido
cuestionada administrativa y/o judicialmente en término oportuno.
En efecto, nótese cómo la norma en comento se encuentra enmarcada dentro del capítulo de
conclusión del procedimiento administrativo, por ende, la misma no puede operar frente a
actuaciones que quedaron finiquitadas hace varios años atrás, es decir, que en relación con
los efectos causados es necesario respetar los derechos adquiridos y las situaciones
consolidadas antes de la pérdida de fuerza ejecutoria.
Es decir, que sólo las situaciones no definidas son afectadas por la decisión anulatoria ya
sea porque aún no se hubieran ejecutado o porque se encontraban en discusión en sede
administrativa o fueran objeto de demanda en sede judicial al momento de la misma.
La Subsección A de la Sección Segunda del Consejo de Estado en virtud a las
consideraciones atrás expuestas, la Subsección confirmará el auto recurrido en la medida en
que, para los efectos pretendidos, el acto enjuiciado no es susceptible de control judicial y
frente a aquellos actos que afectaron la situación particular y concreta del demandante, ha
operado el fenómeno de caducidad, por lo que sería inocuo ordenar una adecuación de la
demanda frente a ellos.
Por lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección
Segunda, Subsección A, decide confirmar la providencia de 23 de mayo de 2013
proferida por el Tribunal Administrativo de Boyacá con el que se rechazó la demanda
de nulidad y restablecimiento del derecho interpuesta por el señor Julio Roberto
Rincón Preciado contra el Municipio de Sogamoso (Boyacá).
Bibliografía

Doctrina

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Ley 1437 de 2011. “Por la cual se expide el Código de Procedimiento Administrativo y de lo


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Decreto 1076 de 2015. “Esta versión incorpora las modificaciones introducidas al Decreto Único
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Decreto 478 de 2021, “Por el cual se modifica y adiciona el Capítulo 6 del Título 1 de la Parte 2 del
Libro 2 del Decreto 1079 de 2015, Único Reglamentario del Sector Transporte”.

Jurisprudencia

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CONSEJO DE ESTADO (1988). Sección Cuarta. Auto de 12 de octubre. Magistrado Ponente:


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CONSEJO DE ESTADO (2007). Sala de Consulta y Servicio Civil. Concepto 1861 de 2007.
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Vladimiro Naranjo.

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