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La Geotermia para las viviendas

unifamiliares como solución


idónea de futuro
Publicado el 24 enero 2017
Si hablamos de arquitectura sostenible, no podemos obviar el uso de energías
renovables como una opción a tener en cuenta a la hora de plantear los proyectos. En
otros post, ya hablamos de energía eólica, energía solar térmica, energía solar
fotovoltaica y aerotermia.

En este sentido, queremos hablaros de geotermia, la energía renovable del suelo. Se


trata de una fuente energética que aprovecha el calor del subsuelo para producir
agua caliente, calefacción y climatización.

Cuando me han pedido opinión sobre el tipo de energía respetuosa con el


medioambiente que recomendaría para la construcción de una vivienda unifamiliar
siempre les contesto que, sin lugar a dudas, opten por la geotermia para cubrir las
necesidades de calefacción, agua caliente sanitaria (ACS) y refrigeración.

Es cierto que inicialmente los costes de instalación pueden llegar a ser casi el triple de
los de las instalaciones convencionales de gas natural o de gasoil; por esta razón no se
están incluyendo en los proyectos de las actuales promociones de este tipo de
viviendas, pero si analizamos el coste del ciclo de vida (CCV) de la instalación,
resultan muchísimo más rentables. Una vez trascurridos de 7 a 10 años y, amortizada
la inversión inicial, obtenemos unos ahorros de un 45 % (con relación al consumo de
gas natural) a un 60 % si lo comparamos con una instalación de gasoil.

La pregunta entonces es:

¿Por qué no existe mucha más divulgación de este tipo de energía que, además de
ser respetuosa con el medio ambiente, es más rentable a largo plazo?
A iniciativa de la Comunidad de Madrid, se ha publicado una Guía de la Energía
Geotérmica elaborada por los Doctores Ingenieros de Minas de la UPM, Guillermo Llopis
Trillo y Vicente Rodrigo Angulo. Basándome en esta guía, y en publicaciones de blogs
especializados en la materia, entre los que destaco el de Click Renovable, os voy a hacer
un pequeño resumen de este tipo de instalaciones y sus resultados.
En primer lugar, vamos a definir en qué consiste la energía geotérmica y la
climatización geotérmica. Tal y como se indica en los documentos mencionados, se
define la energía geotérmica como la energía almacenada en forma de calor por
debajo de la superficie sólida de la tierra.

Esta energía (calor) es muy elevada en algunas regiones de la tierra donde existen
volcanes y donde abundan los geiser o manantiales de aguas calientes. En estos
lugares se utiliza la energía proporcionada por la tierra para suministrar agua caliente y
calefacción a los hogares, ero en la mayor parte del planeta esto no ocurre y la
temperatura de la tierra en el subsuelo, a pocos metros de la superficie, se mantiene
estable entre los 7 ºC y los 14 ºC, gracias al calor suministrado por su núcleo
incandescente a unos 6.300 km de profundidad.

Esta circunstancia, junto a la enorme inercia térmica del subsuelo, es decir, a su


resistencia a que cambie esa temperatura, nos permite disponer de una fuente o
sumidero de calor a una temperatura constante, ya sea invierno o verano. Esta es
la base de la llamada climatización geotérmica, que nos permite calentar la casa en
invierno y refrescarla en verano con un gasto energético (generalmente eléctrico)
mínimo.

Para ello es necesario instalar a cierta profundidad del terreno una red de tubos
captadores por los que circulará un fluido refrigerante que captará el calor del terreno
(entre 7 ºC Y 14 ºC, como hemos dicho). Mediante una bomba, cuyo funcionamiento se
describe más adelante, se hará circular este fluido de tal modo que, o bien se elevará su
temperatura hasta los 25 o 26ºC para que caliente la vivienda en invierno, o bien se
dejará como está, sobre los 14ºC, para que la refresque en verano. Este pequeño
esfuerzo de subir la temperatura unos 10 ºC o 12 ºC en invierno y de “trasladar el
fresco” en verano se realiza mediante la utilización de un aparato de alta
eficiencia energética (consume poca energía y produce mucha energía) llamado
“bomba de calor”.

Esta red de tubos captadores puede ser de tres tipos:

1. Red horizontal (captadores horizontales). Es la solución más económica


siempre que se disponga de espacio exterior suficiente. Consiste en una red de
tubos de polietileno, de entre 25 y 40 mm de diámetro, colocados
horizontalmente sobre el terreno a unos 3 o 4 metros de profundidad, por las
que circula un fluido refrigerante que capta el calor acumulado en el terreno.
Para una vivienda bien aislada, la superficie de este campo de colectores suele
ser de 1,5 veces la superficie habitable de la vivienda a la que sirve. Dependiendo
del terreno, el rendimiento energético viene a estar entre los 20 y 30 W por metro
cuadrado.

2. Pozos verticales (captadores verticales). Son la alternativa cuando no se


dispone de terreno suficiente para establecer una red horizontal. Consiste en
realizar una perforación del terreno de 30 a 150 m de profundidad e insertar los
tubos por los que circulará el fluido refrigerante. Dado que la estabilidad térmica
y la temperatura aumentan con la profundidad (la temperatura aumenta a razón
de 1 ºC cada 30 m), esta modalidad suele ser más eficiente que la red horizontal.
Dependiendo del tipo de terreno, su rendimiento energético está comprendido
entre 20 y 70 W por metro lineal.

3. Captaciones freáticas. Son muy útiles cuando se dispone de un acuífero de


agua subterránea abundante y en constante renovación. En este caso se utiliza
el propio caudal de agua subterránea como el fluido que alimenta a la bomba
de calor la cual extrae la energía acumulada en el agua y luego la devuelve al
mismo acuífero. Para ello son necesarias dos perforaciones: una para recoger el
agua y otra para devolverla más fría o más caliente según sea invierno o verano.

Como se ha indicado antes, la climatización geotérmica emplea un elemento clave: la


bomba de calor geotérmica. Su principio de funcionamiento es el mismo que el de las
neveras y los aparatos de aire acondicionado. La diferencia reside en dos cuestiones
importantes:

1. Son reversibles, es decir, puede invertirse la dirección del fluido que circula por
el circuito de refrigeración y el funcionamiento del sistema. Por esto, donde
antes se producía frío (el interior de la nevera), ahora se generará calor, y donde
antes se generaba calor (la red de tubos en el panel trasero de la nevera) ahora
se generará frío.
2. Para realizar su trabajo (producir calor en invierno y frescor en verano) parten
de un foco a temperatura siempre constante (unos 15 ºC). Esta temperatura
resulta cálida en invierno (donde la temperatura ambiente puede ser inferior a
0 ºC) y bastante fresca en verano (donde la temperatura ambiente puede
superar los 35 ºC).

Esta particularidad hace que las bombas de calor geotérmicas


sean tremendamente eficientes. Con su uso se obtiene una relación de
aproximadamente 4 entre la energía calorífica (o frigorífica) entregada y la energía
eléctrica consumida. Es decir, por cada KW de energía eléctrica consumida obtenemos
unos 4 KW de energía calorífica o frigorífica para calentar o refrescar la vivienda.

¿Y cómo puede ser esto sin contradecir el principio de conservación de la energía


que postula que la energía ni se crea ni se destruye sino que, simplemente, se
transforma? Pues muy sencillo: esa energía adicional nos la ofrece gratuitamente el
enorme calor almacenado por debajo de la superficie de la tierra, captado a través de
la red de tubos captadores descritos más arriba. Esta es la energía geotérmica.

Otro elemento esencial en la climatización geotérmica es el empleo de suelo


radiante. Consiste en que, debajo del solado (preferiblemente piedra o cerámica) de la
vivienda, se tiende una red de tubos por los que circula un fluido refrigerante que
calienta o refrigera el pavimento según actúe la citada bomba de calor. La ventaja del
suelo radiante es que, en invierno, la temperatura de trabajo es de unos 25 ºC, lo que
proporciona una agradable sensación de confort, y en verano, de unos 20 ºC o inferior,
lo que permite que el suelo actúe ahora como captador del calor de la vivienda y el fluido
refrigerante ‘arrastre’ este calor hasta la mencionada red exterior de tubos que, por su
parte, actúan como sumidero de calor.

La red de tubos exterior e interior intercambian sus papeles en invierno y verano,


actuando como captadores de calor o como sumideros de calor según requiera el caso.
Y este juego lo realiza la maravillosa bomba de calor geotérmica.

La red de tubos exteriores captadores es, por lo general, distinta e independiente de la


red interior radiante. Para ello, para separar estas dos redes de tubos, se emplean los
‘intercambiadores de calor‘ que, sirven para transferir el calor de una red a otra sin
pérdida apreciable de energía. Esta separación entre las dos redes de tubos permite
simplificar las labores de mantenimiento del sistema.

Entre los beneficios que supone para el medio ambiente la climatización geotérmica
podemos destacar los siguientes:

• Se trata de una energía renovable ya que proviene del calor producido en el


interior de la tierra, el cual es prácticamente inagotable.
• Es una energía limpia ya que no se produce combustión alguna.
• Es una energía continua, sin posibles cortes.
• Es una energía que se produce localmente.
• Es una energía que resulta muy económica en su explotación.
Y es que, como comentábamos en un post anterior, la ventaja de la geotermia frente
a la aerotermia es que, independientemente de la época del año y de lo extremo
que pueda ser el clima, la fuente (y sumidero) de calor está siempre a la misma
temperatura o sujeta a muy pequeña variación (entre 7ºC y 14ºC), lo que permite a
la bomba de calor trabajar dentro de parámetros muy constantes sobre los que se
puede ajustar el sistema para que trabaje con el máximo rendimiento.

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