Está en la página 1de 24

República Bolivariana de Venezuela

U.E.P Colegio Alemán de Maracaibo


Área de Investigación: Arte y Patrimonio
Maracaibo-Estado Zulia

La Evolución de la Arquitectura Civil en Venezuela entre los Siglos XIX, XX y


XXI

Autores Docente Tutor

Fernández Romero, Edixo David Prof. Yessiree Rivera

Méndez Añez, José Alberto Año y Sección

Romero Osorio, Jesús Andrés 1er Año B

Maracaibo, febrero 2023


El Maravilloso Mundo del Arte Venezolano
INTRODUCCIÓN

La arquitectura es uno de los elementos de la cultura más importantes que


existen en cualquier sociedad humana. Esta no solamente se encuentra en función
de satisfacer necesidades materiales como la vivienda, la vialidad, la industria y
más, también es el eje de una expresión simbólica que contiene las distintas formas
de un pueblo apreciar y asumir su lugar en el mundo. Por esto, los distintos cambios
económicos, sociales y culturales de una sociedad determinada pueden ser
apreciados a través de sus expresiones arquitectónicas. Los cambios, permanencias
y transformaciones en los estilos de la arquitectura son uno de los mejores
testimonios con los que se cuentan para comprender el devenir de una nación.
Partiendo de estas ideas, nuestra investigación tiene como propósito precisar
y analizar la evolución de los estilos que la arquitectura civil ha tenido los últimos
doscientos años en Venezuela. Teniendo en cuenta que las distintas expresiones en
la arquitectura criolla han sido el resultado de un proceso socio-histórico de
mestizaje cultural que se inició en América a finales del siglo XV y se ha extendido
por más de quinientos años, convergiendo un matiz de expresiones artístico,
técnicas, europeas, asiáticas y africanas con los estilos indígenas adaptados por
siglos a esta parte del mundo, pretendemos comprender cómo pueden interpretarse
estas transformaciones en una de las modalidades de la arquitectura con más
presencia y extensión: la arquitectura civil.
En este sentido, los periodos que se proponen estudiar comprenden los siglos
XIX, XX y XXI, tiempo durante el cual se gestó la construcción de una República y
una identidad propiamente venezolana, sin renunciar al ámbito cultural europeo que
siguió siendo el punto de referencia de los nuevos ideales de modernidad y progreso
sobre los que se gestó la nación. Atendiendo a los estudios que desde la Historia y
la Historia del Arte se han realizado de la evolución arquitectónica civil durante estos
periodos, precisaremos a la luz de la arquitectura cuáles han sido las
transformaciones en los estilos, sus influencias y adaptaciones a las realidades de
nuestro país. Se pretende dar así una visión de conjunto sobre lo que es la
arquitectura venezolana, viéndola desde una perspectiva histórica, cultural y
patrimonial.
CONTENIDO

Introducción
Objetivos
1. Criterios Teóricos-Conceptuales
2. Antecedentes de la Arquitectura en Venezuela
3. Conceptos Generales
4. Arquitectura Civil En Venezuela
4.1. Siglo XIX
4.2. Siglo XX
4.3. Siglo XXI
Conclusiones
Referencias Bibliográficas
Anexos
OBJETIVO

Objetivo General:
Conocer cada período de la Arquitectura Civil en Venezuela y los autores con
sus obras más influyentes durante los Siglos XIX, XX y XXI.
1. Criterios Teóricos-Conceptuales
Toda investigación debe necesariamente teorizar acerca de su objeto de
estudio, ello implica establecer con claridad el marco teórico para evitar la
innecesaria acumulación de datos y un texto plagado de equívocos que apenas
sirvan como fachada. En consideración de ello, se establecen los criterios teóricos a
través de una primera revisión de los trabajos que anteceden nuestra investigación
en Venezuela, para lograr contextualizar el abordaje que la historiografía y la historia
del arte, han hecho sobre la evolución arquitectónica venezolana. Luego, se
mencionarán las categorías conceptuales sobre las que se van dando forma a la
investigación, teniendo en cuenta que a medida que ésta avance, se irán
incorporando otras nuevas.
Igualmente, se abordará la investigación desde el punto de vista del arte,
dedicado a estudiar la evolución de las expresiones artísticas a través del tiempo,
considerando a la arquitectura como una de las "artes principales” junto con la
pintura, la escultura, la música, la danza, entre otros, por su propósito estético
además de utilitario. Sobre estas ideas se han construido los diferentes estudios de
la arquitectura civil en Venezuela, para comprender mejor esta visión en conjunto, se
mencionan algunos de estos que sirve de antecedente a nuestra investigación

2. Antecedentes de la Arquitectura en Venezuela


La evolución arquitectónica en Venezuela ha estado unida a la propia
conformación de la Nación, sus permanencias y cambios de estilo son uno de los
principales testimonios del devenir histórico del país, basta con observar la mezcla
de modalidades arquitectónicas indígenas, europeas y criollas, para tener una idea
del mestizaje cultural que caracteriza la nación venezolana. De ahí que, por ejemplo,
uno de los periodos más estudiado ha sido el de la arquitectura colonial, durante el
cual se impusieron a lo largo de tres siglos los estilos europeos en mayor o menor
medida, según los recursos económicos de cada región.
No obstante, el periodo republicano también ha sido de interés para los
investigadores, debido a que durante este tiempo la construcción de la Estado-
Nación y la idea de la modernidad demandaron la adopción de nuevos estilos en la
arquitectura civil, que estuvieran a la par de los avances de las naciones europeas,
esta vez además de España, también de Francia y Gran Bretaña. A continuación,
mencionaremos algunos de estos trabajos.
- Los paisajes de la modernidad de Aura Guerreo (Guerrero, 2009), aborda el
proceso de modernización en Venezuela desde distintas ópticas, entre ellas, la
arquitectura. La autora analiza los cambios en la arquitectura venezolana en un
periodo que va desde la independencia en 1811 hasta la consolidación de la
Venezuela urbana y petrolera en 1960. Nos sirve esta investigación para tener en
cuenta cómo los estilos, desde los afrancesados propios del guzmancismo hasta los
modernos de mediados del siglo XX, como una forma de transformación del paisaje
y la vida de los venezolanos.
- Arquitectura y obras públicas en Venezuela de Zawisza Lesekc, (Lesekc,
1988), estudia de manera muy especial la búsqueda de realización de una
arquitectura original venezolana, centrándose en el siglo XIX, periodo durante el cual
comienza a conformarse una naciente identidad nacional. La noción de mimesis
domina casi todas las descripciones de las edificaciones, tanto como considera la
actuación de los arquitectos que las erigieron, progresando en la reproducción. No
es casualidad, por tanto, que Zawisza examine el siglo XIX, la época del
historicismo, la era de la racionalización de la mimesis en la teoría y en la práctica de
la arquitectura.
- Historia de la arquitectura del siglo XX de Juan Pedro Posani, trata
artísticamente a todo el medio ambiente construido a mediados del siglo XX,
particularmente en Caracas, en la que la arquitectura es su propia fuente explicativa
de la historia. Introduce una noción de crítica acompañada de un sentido
pedagógico, al punto de formarle una conciencia y una sensibilidad hacia los
problemas urbanos y arquitectónicos resultantes del mercantilismo.
- Caracas a través de la arquitectura, también de Juan Pedro Posani (Posani,
1969), da cuenta de la evolución arquitectónica en Caracas, desde el periodo
colonial hasta la mitad del siglo XX. Describe los cambios en la arquitectura
religiosa, civil y militar.
- Malaussena: Arquitectura académica en la Venezuela moderna de Silvia
Hernández de Lasala, es un estudio de la obra del arquitecto de origen francés
Antonio Malaussena Lebrero, en la realización de algunas obras realizada en
Caracas durante el periodo guzmancista.
- Arquitectura popular venezolana Louise Margolies. (Margolies, 1991), es un
recuento de las trasformaciones que la vivienda venezolana ha sufrido desde
mediados del siglo XX, haciendo hincapié en que durante este periodo la
arquitectura se ha transformado más rápidamente que en los cinco siglos que la
anteceden.
- Arquitectura como cultura de Fruto Vivas (Vivas, 2013), es conjunto de
conferencias de este arquitecto venezolano sobre la arquitectura popular venezolana
y sus cambios a través de cinco siglos.
- La Casas más sencillas de Venezuela, también de Fruto Vivas, describe los
distintos estilos de las viviendas populares, pasando desde las construcciones
indígenas, las casas de bahareque de los campesinos mestizos hasta las viviendas
populares de los ámbitos urbanos modernos.
- Arquitectura de Henrique Hernández, 1988 de Raúl Díaz (Díaz, 2006), es
una aproximación general a la arquitectura venezolana, vistos a través de la
experiencia profesional del propio autor, es un repaso por algunos paradigmas de la
arquitectura venezolana, sobre todo en lo que corresponde con el siglo XX.
- Arquitectura e historia: curso de historia de la arquitectura de Manuel
Antonio López Villa, es un estudio de la historia de la arquitectura universal, aunque
dedica su octavo capítulo al periodo venezolano que comprenden los siglos XIX y
XX.
Como puede observarse, los estudios de la arquitectura en Venezuela no han
sido pocos y las ópticas con las que se ha abordado el tema han sido múltiples.
Visto esto, los periodos que se pretenden estudiar reciben particular atención,
debido al tamaño y la aceleración en los cambios de estilo que trajo el urbanismo y
la revolución industrial en los últimos siglos.

3. Conceptos Generales
Arquitectura: Según Díaz (2006), el término arquitectura» proviene del griego
opy- (arch- raíz de la palabra 'jefe' o "autoridad"), y τέκτων (tekton 'constructor). Su
significado y su tarea no es sólo reflejar la construcción y absorber una función, si
por función se entiende la de la utilidad pura y simple, la del confort y la elegancia
práctica. La arquitectura es arte en su sentido más elevado, es orden matemático, es
teoría pura, armonía completa gracias a la exacta proporción de todas las
relaciones: ésta es la "función" de la arquitectura
Arquitectura civil: Según Vivas (2013), es la rama de la arquitectura que se
dedica al diseño de construcciones con propósitos civiles, diferenciándose de lo
militar y religioso. La arquitectura civil puede abarcar desde las obras públicas
llevadas a cabo por el Estado, hasta las viviendas personales realizadas por el
sector privado, de acuerdo con estilos preestablecidos.
Arquitectura venezolana: Para Vivas (2013), La arquitectura de Venezuela
es el arte edificado tanto en Venezuela, como por arquitectos venezolanos en otras
partes del mundo. La arquitectura venezolana es una mezcla de la cultura autóctona
indígena venezolana y de las adoptadas en el país por la transculturización artística
de las distintas culturas arquitectónicas que se comenzaron a proyectar en
Venezuela desde la llegada de los españoles a territorio venezolano.
Barroco: Según López (2012), el término Barroco, derivado del portugués
"barru", "perla de forma diferente o irregular", se utilizó en un primer momento de
forma despectiva para indicar la falta de regularidad y orden del nuevo estilo. La
característica principal de la arquitectura barroca fue la utilización de composiciones
basadas en puntos, curvas, elipses y espirales, así como figuras policéntricas
complejas compuestas de motivos que se intersecaban unos con otros. La
arquitectura se valió de la pintura, la escultura y los estucados para crear conjuntos
artísticos teatrales y exuberantes que sirviesen para ensalzar a los monarcas que los
habían encargado.
Estilo arquitectónico: El estilo arquitectónico para López (2012), es el
conjunto de características que identifican la tendencia artística de una época o de
un autor. La clasificación estilística suele basarse en la forma de los elementos
arquitectónicos, el método de construcción. los materiales de construcción
empleados o el carácter regional. La mayoría de la arquitectura puede ser clasificada
según una cronología de estilos que ha ido variando con el tiempo, reflejando modas
cambiantes, creencias y religiones, o la aparición de nuevas ideas, tecnologías o
materiales que hacen que el nuevo estilo sea posible.
Gótico: La arquitectura gótica, según López (2012), puso especial énfasis en
la ligereza estructural y la iluminación de las naves del interior de los edificios. Surgió
del románico, pero acabó oponiéndose a los volúmenes masivos y a la escasa
iluminación interior de sus iglesias. Se desarrolló fundamentalmente en la
arquitectura religiosa (monasterios e iglesias), teniendo su mayor éxito en la
construcción de grandes catedrales, secular tarea en que competían las ciudades
rivales; aunque también tuvieron importancia la arquitectura civil (palacios, lonjas
comerciales, ayuntamientos, universidades, hospitales y viviendas particulares).
Historia de la arquitectura: Según Posani (1966), es una subdivisión de la
Historia del Arte, encargada del estudio de la evolución histórica de la arquitectura,
sus principios, ideas y realizaciones. Esta disciplina, así como cualquier otra forma
de conocimiento histórico, está sujeta a las limitaciones y fortalezas de la historia
como ciencia: existen diversas perspectivas en relación a su estudio, la mayor parte
de las cuales son occidentales.
Modernismo: Para López (2012), se caracterizó por la simplificación de las
formas, la ausencia de ornamento y la renuncia consciente a la composición
académica clásica, que fue sustituida por una estética con referencias a las distintas
tendencias del denominado arte moderno (cubismo, expresionismo, neoplasticismo,
futurismo, etc.). Pero fue, sobre todo, el uso de los nuevos materiales como el acero
y el hormigón armado, así como la aplicación de las tecnologías asociadas, el hecho
determinante que cambió la manera de proyectar y construir los edificios o los
espacios para la vida y la actividad humana.

4. Arquitectura Civil en Venezuela


La arquitectura es una disciplina definida como el arte y la técnica de
proyectar y construir edificios para satisfacer las necesidades del ser humano, a
través de la forma, la funcionalidad y los preceptos estéticos, es considerada una de
las bellas artes. De acuerdo a González (2021), con cada periodo histórico, la
arquitectura incorpora elementos que reflejan la estética y los valores sociales y
culturales, diferenciándola dentro de las distintas corrientes de estilo, las cuales
podemos observar en la actualidad.
De la misma manera, la arquitectura es una disciplina intrínsecamente ligada
a la historia y así como cualquier otra forma de conocimiento histórico, está sujeta a
las limitaciones y fortalezas de la ciencia. Existen diversas perspectivas en relación a
su estudio, los periodos estudiados corren paralelos a los de la historia del arte.
En este orden de ideas, la arquitectura de Venezuela, según Marín (2021), es
el arte edificado tanto en Venezuela, como por arquitectos venezolanos en otras
partes del mundo. De este modo, la arquitectura venezolana es una mezcla de la
cultura autóctona indígena venezolana y de las adoptadas en el país por la
transculturización artística de las distintas culturas arquitectónicas que se
comenzaron a proyectar en Venezuela desde la llegada de los españoles a territorio
venezolano.
4.1. Siglo XIX
Los cambios en las construcciones arquitectónicas en Venezuela, luego de
lograda la independencia, fueron lentos y complicados debido el estado económico y
social que habría causado la guerra de emancipación. Debido a ello, el naciente país
debió construirse sobre las casas y edificios que se habían creado en el periodo
colonial. Así, por ejemplo, como sedes del nuevo gobierno se ocuparon los antiguos
cabildos y edificios como la antigua Casa de la Compañía Guipuzcoana ubicada en
La Guaira.
Estas construcciones, según Margolies (1991, p. 22), se realizaron siguiendo
el patrón de arquitectura andaluza, muy común en todo el territorio venezolano, el
cual consistía en la edificación de casas amplias, por lo general de una sola planta,
con un jardín interno que ofrece ventilación en climas calurosos. Predominaba un
estilo barroco, asentadas en columnas cilíndricas de plantas circulares directamente
sobre el suelo, ventanales grandes y aleros extendidos. Muchas de estas
edificaciones aún se encuentran en ciudades como Caracas, Coro, Puerto Cabello,
Maracaibo, Mérida y Trujillo.
Estos estilos se mantienen las primeras décadas del siglo XIX. En 1831 se
creó la Academia de Matemática de Caracas bajo la dirección de Juan Manuel
Cajigal. Aunque no existía ni existió en todo este siglo la profesión formal de
arquitecto en Venezuela, esta institución se encargó de impartir enseñanza sobre
dibujo técnico, levantamiento de planos y construcción civil.
De acuerdo a Posani (1969, p. 32), uno de los graduados de la Academia,
Olegario Meneses, diseñó en 1840 la parte sur de la entonces Universidad de
Caracas en forma de un patio abierto hacia la calle, con pórticos en arcos de dos
pisos con semicolumnas toscanas u jónicas adosadas a pilastras, primer proyecto de
importancia en la Venezuela republicana. La arquitectura de Meneses es
marcadamente neoclásica y mantenida dentro de los parámetros del buen gusto.
Otro ingeniero destacado de la época, según Posani (1969, p. 41), es Alberto
Lutowki, al cual se debe el diseño de los mercados de Valencia y San Jacinto de
Caracas, ambos de tres pabellones con tres pisos cada uno, utilizando mampostería
y madera, limitando el uso del hierro que debía ser importado. Hasta 1870 apenas
estas son las obras más relevantes edificadas en el territorio nacional, junto con las
catedrales de Mérida, Ciudad Bolívar y Barquisimeto.
Con la llegada de Antonio Guzmán Blanco al poder, el proyecto modernizador
da un vigoroso impulso a las construcciones públicas, especialmente en Caracas.
Iniciando por el Palacio Legislativo, en 1872, diseñado por Luciano Urdaneta, hijo de
Rafael Urdaneta. Este edificio igualmente es de un estilo neoclásico, con columnas
toscanas y ventanales amplios. Por su parte, el Palacio Federal, terminado en 1877
es mucho más barroco, con sus columnas corintias y su cúpula ovalada, barandas y
enrejados de hierro traídos de Inglaterra. Este fue el edificio más importante del
periodo guzmancista. No obstante, el más prolífico arquitecto del guzmancismo fue
Juan Hurtado Manrique, quien diseña la fachada de la Universidad Central en 1876
bajo un estilo neogótico, aunque este es bastante modesto en Venezuela,
considerado como una típica imitación de la arquitectura francesa. Este estilo lo
mantiene Hurtado hasta la edificación del Arco de la Federación y la Casa Amarilla,
bajo el gobierno de Joaquin Crespo.
Fuera de Caracas, no fueron muchas las obras de relevancia durante el
periodo guzmancista. En Valencia, el arquitecto francés Antonio Malaussena
proyecta la columna conmemorativa de Carabobo y el Teatro Municipal en 1890,
ambas con un estilo neobarroco. En Maracaibo, el arquitecto cubano Manuel
Obando diseña el Teatro Baralt y el mercado de la ciudad, con un simple estilo
neogótico. A finales de siglo se construyó el Palacio de Miraflores diseñado por el
italiano José Orsi de Mombello.

4.2. Siglo XX
Venezuela entró en el siglo XX tal como había abandonado el XIX, con una
apariencia de continuidad basada en una economía agroexportadora, empobrecida
como consecuencia de la crisis internacional de los precios del café que se dio a
finales de siglo, y con la usual irrupción de caudillos militares que regentaron el país
como si de un cuartel o de su hacienda particular se tratara.
Sin embargo, para López (2012), en la segunda década del siglo naciente
todo cambió, la confirmación del aluvión petrolero, que había sido precedida por
antecedentes como el de la compañía Petrolia, en la hacienda La Alquitrana del
Táchira, a fines del siglo XIX, las primeras entregas de concesiones y las distintas
incursiones en el territorio nacional de suspicaces exploradores y de geólogos,
introdujo a Venezuela de bruces en la condición de país productor petrolero, y lo
arrojó de lleno y de una manera abrupta y acelerada en el sistema económico
mundial como país minero, con expectativas de riqueza y modernización
previamente no vislumbradas.
Por su parte, Garrido (2021), manifiesta que esa apariencia inicial de
continuidad entre ambos siglos era igualmente ficticia: el siglo XX se abrió y se cerró
en Venezuela con imágenes de provisionalidad y de incertidumbre. De los
campamentos exploratorios primigenios, y la “llegada de los andinos” al poder, se
pasó a la elección de un militar como presidente. En el medio, se produjeron los
numerosos y variados intentos de trocar en modernidad permanente la renta
petrolera, de alcanzar aquello que estaba afuera, y que el cambio de rumbo que se
dio en el país a partir de la segunda década se supone ameritaba y perseguía.
La riqueza asociada al petróleo y la identificación con esa deriva de búsqueda
de progreso se convirtieron en factores de atracción para migrantes, exiliados,
desposeídos y perseguidos, incluidos técnicos y profesionales de diversas partes del
mundo. Todos ellos se vieron forzados a dar respuesta a una dualidad planteada
metafóricamente: formar parte de “estratos” superpuestos, aislados, o de “estratos”
integrados en una nueva entidad o producto histórico.
Sumándose a inmigrantes de Europa y América, las personas del interior
comenzaron a llegar masivamente en uno de los más abruptos movimientos del
campo a la ciudad en la historia de América Latina. En opinión de Lesekc (1984),
éste súbito crecimiento en importancia transformó a Caracas, la capital del país, en
lo que Francis Violich llamó una «metrópoli instantánea». De ese prolongado lapso
que va de un siglo a otro, se decantan dos extremos que no se sitúan en el albor ni
en el final de siglo, pero que son profundamente simbólicos: la perforación en 1914
del pozo Zumaque-1, confirmación del valor comercial de la «aventura» petrolera, y
la nacionalización del petróleo el 1 de enero de 1976, escenificada por medio de un
acto celebrado en dicho pozo, constituido por tanto en lo que se suponía era la
representación más adecuada del siglo XX.
En el punto medio exacto entre esos dos extremos se halla el año de 1945, el
del final de la Segunda Guerra Mundial, lo que podría llevarnos a la tentación de
pensar en un espejo, o mejor dicho en un par de espejos en los que se refleja el
país, pero esos espejos son, uno respecto a otro, versiones, inversiones y
reversiones que tienen como eje virtual ese año medio. Y es que, tras el conflicto
bélico, Venezuela terminó jugando un rol de suprema importancia en la nueva
guerra: la Guerra Fría. Llegó a ser el mayor exportador de petróleo a nivel mundial
(hasta 1951), y el segundo productor (sólo sobrepasado por los Estados Unidos).
Adicionalmente, desde el punto de vista del mundo “desarrollado”, la
arquitectura jugaba un papel predominante en la creación de imaginarios de
modernidad. En este sentido, resultan sorprendentes los trasvases iconográfico-
arquitectónicos que se producirían en el país.
La arquitectura será, por tanto, protagonista de ese intento desaforado, en
gran parte iluso, de alcanzar la modernidad. Pero lo hará sin dejar de dar cuenta de
las tensiones existentes entre un entorno premoderno, prosecución y pervivencia de
los restos del modelo agroexportador, y el viraje direccional del petróleo, que tendrá
consecuencias en la transformación del medio físico y territorial, pero también a nivel
simbólico y del imaginario del país. La arquitectura encarnará esas contradicciones a
lo largo del siglo XX.

4.3. Siglo XXI


Venezuela, a nivel arquitectónico, es el país más urbanizado de la región
latinoamericana del mundo contemporáneo, con dos tercios de nuestros
compatriotas viviendo en áreas metropolitanas mayores de quinientos mil habitantes.
Pero es que, además, gracias al desarrollo de los medios de comunicación de
masas y, más recientemente, a la revolución impulsada por las nuevas tecnologías,
los valores de la cultura urbana han penetrado hasta los caseríos más pequeños de
la regiones más lejanas y menos desarrolladas del territorio nacional.
La afirmación del Centro Hábitat de Naciones Unidas (2001), según la cual “el
mundo está completamente urbanizado, pues el campo de fuerzas que forman las
ciudades tiene el poder de conectar todos los lugares y todas las personas en una
unidad productiva que se adapta constantemente”, cobra particular vigencia en
nuestro caso. Pero también pareciera que deterioro urbano y decadencia de la
arquitectura han terminado por convertirse en un binomio imprescindible.
En su momento, sin embargo, frente a los pobres resultados de una cierta
forma de entender la planificación urbana que alimentó el escepticismo hacia la
disciplina, hubo quien reivindicó la idea de que la clave del rescate de la ciudad
estaba en la calidad del edificio singular, tesis convincentemente refutada por
Ludovico Quaroni, uno de los arquitectos italianos más importantes de la inmediata
postguerra, quien en un texto fundamental sostenía “la imposibilidad de una labor
arquitectónica decente sin una premisa urbanística que la permita, sugiera y
defienda”.
Paradójicamente, en nuestra región el mismo ímpetu urbanizador llevó a que,
en el último tramo del siglo XX y principio del siglo XXI, se impusiera una visión
negativa de la ciudad moderna, que tuvo impactos muy desfavorables sobre las
políticas urbanas: terminando la década de 1960 Víctor Luis Urquidi, un influyente
intelectual mexicano, hablaba de “la ciudad prematura” latinoamericana, anticipo de
una futura “no ciudad”; entre los venezolanos Juan Liscano se refería en 1989 a “la
destrucción del valle” de Caracas y “el crecimiento canceroso de la urbe”; mientras
que Arturo Usar Pietri en 1990 sentenciaba: “Lo que ha ocurrido en Caracas en este
último medio siglo es irreparable”.
Hoy, se puede afirmar con certeza que esa visión correspondía a una errada
interpretación de los procesos de urbanización del siglo XX en América Latina, en
particular en Venezuela: no se apreciaba la energía implícita en un proceso que
sacó ingentes masas de población de un medio rural sumamente atrasado, en gran
medida primitivo, para incorporarlas a esa potente máquina de modernización que
son las ciudades, induciendo no sólo un cambio demográfico, sino también social y
cultural de gran entidad. Ciertamente, él se acompañó de nuevos desequilibrios.
Pero éstos, en contraste con el estancamiento de la sociedad rural precedente, son
dinámicos y, por tanto, capaces de conducir a nuevos equilibrios; aunque estos, en
ciudades sanas, serán siempre provisorios.
En Venezuela, lamentablemente, según Burneo (2014), se ha hecho muy
poco en la dirección de la arquitectura civil. Desde el Gobierno central hay
frecuentes referencias en lo que se ha dado en llamar el “Plan de la Patria”, sustituto
de los antiguos planes de desarrollo de la nación. Pero este, además de carecer de
la estructura de lo que, en rigor, debe ser un plan, y acercándose más a un listado
de buenas intenciones, por lo demás obvio y débilmente estructurado, sin
jerarquización ni metas, sin identificación de las correspondientes unidades
ejecutoras ni de los recursos a destinar, está profundamente signado por una visión
centralista extrema que en el mundo actual ya pocos practican. Pero, además, en los
hechos, se actúa en la dirección opuesta, contrariando incluso muchos de los
postulados generales enunciados en ese mismo documento.
Puede decirse que no es hasta la década de 1950 que se empieza a dar la
verdadera y radical transformación de Caracas. Partiendo de las mismas ideas de
racionalismo y funcionalismo, se empieza a dar lugar a una nueva realidad de la
ciudad basándose en un orden de armonía. Pero, además, se iba dando una
transformación histórica basada en una nueva idea de la nación venezolana, donde
se empezaba a pensar en la creación de un sistema completo de infraestructura
básica con intervenciones urbanas, sistemas de comunicación, edificios destinados
a la educación, hospitales, casas sindicales, hoteles, entre otros. También, espacios
pensados para la comodidad y el bienestar de los obreros y la clase media,
saneando las áreas más marginales. De esta manera, la propia arquitectura
contemporánea de la ciudad, cuenta Fernando Bermúdez Herrera y reafirma
Fernando Bermúdez Ramos, comenzó a responder a una nueva concepción de los
derechos de los venezolanos y una nueva forma de vincularse con la ciudad,
pensando a esta en función de las personas.
Hoy en día, si se tiene interés en visitar Venezuela y particularmente Caracas,
es posible identificar cómo estas tendencias históricas en la arquitectura han
marcado el estilo actual de la ciudad. Algunos de los hitos arquitectónicos principales
que se pueden visitar en el país sudamericano para introducirse en su historia son:
el Parque Central, la Flor de Venezuela, el Centro Sambil San Cristóbal, el Parque
Cristal, la Iglesia del Cristo Redentor en San Cristóbal, el Hotel Caracas Palace,
entre otros.
CONCLUSIONES

La evolución arquitectónica en Venezuela ha estado íntegramente unida a


nuestra propia conformación como nación, por lo tanto, en su diversidad se puede
apreciar nuestra naturaleza mestiza, adaptada a la región del trópico, aunque con
una innegable prevalencia de los estilos europeos que marcaron la pauta de las
artes en todo Occidente. Esta breve investigación permite dar luces sobre este
particular tema, en ocasiones omitido o reducido a simples descripciones pero que,
como se puedo observar, ha sido objeto de investigaciones profundas por parte de
historiadores de distinto cuño, pero en especial dedicados a la arquitectura como
expresión artística y evidencia de las mentalidades, anhelos y propósitos de nuestra
nación en sus cinco siglos de conformación.
El periodo que decidimos abordar, el cual comprende el inicio de la
independencia y la creación de la República, es decir, los siglos XIX, XX y XXI,
aunque con las dificultades sociales y económicas del momento, supera al periodo
colonial en la diversificación y aceleración de cambios de estilos arquitectónicos,
debido en gran parte al propósito de superar nuestra condición de país rural y
conformar una sociedad cada vez más urbanizada. De esta manera, se puede
observar que, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, un conjunto de arquitectos,
muchos de ellos extranjeros, se dedicaron a importar las corrientes de moda en
España, Gran Bretaña y especialmente Francia, para construir la arquitectura civil
que daría forma a las principales ciudades del país.
Así, por ejemplo, encontramos estilos neoclásicos, neogóticos y neobarrocos
en los principales edificios públicos que lograron levantarse en este periodo
convulso. Más aún el siglo XX representó una verdadera revolución arquitectónica
en Venezuela, la riqueza petrolera significó el definitivo tránsito a un país
urbanizado. El crecimiento de las ciudades permitió la inclusión de nuevos estilos y
diseños propios, realizados por arquitectos genuinamente formados en el país, como
Carlos Raúl Villanueva, con obras como la Ciudad Universitaria en Caracas, las
Torres del Silencio o el Parque Central. No obstante, en el paisaje arquitectónico
también se hicieron evidentes las contrariedades del país, la marginalidad de los
barrios con viviendas precarias, la falta de planificación urbanística y un exagerado
desarrollismo inmobiliario, las cuales ocasionaron problemas de calidad de vida con
los que aún hoy nos enfrentamos.
Por ello, la legislación venezolana ha tratado de establecer un aparato legal
que controle y planifique la construcción en el país. Las leyes que logramos
consultar están dirigidas en primer lugar, a conservar el patrimonio arquitectónico,
teniendo en cuenta que forma parte de la herencia histórica que es preciso
conservar y destacar en la conformación de nuestra identidad, igualmente,
pretenden amilanar e incluso revertir el fenómeno de improvisación urbanística que
se impuso en Venezuela con la economía petrolera y el crecimiento vertiginoso de
las ciudades. Esto explica el por qué estas leyes provienen de la segunda mitad del
siglo XX hasta nuestros días.
Se espera que esta aproximación sirva de inicio para una profundización más
detallada sobre el tema, el cual se pretende así despertar el interés por la
compresión de la arquitectura, vista desde nuestro propio acontecer histórico, lo cual
nos permita ubicar nuestra disciplina de acuerdo con las características y
necesidades de la realidad cultural en la que nos desenvolveremos como
profesionales.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BURNEO, X. (2014). Arquitectura del siglo XXI: digital, inteligente y creativa.


https://dspace.utpl.edu.ec/
DIAZ, R. (2006). Arquitectura. Henrique Hernández. 1988. Caracas: Fundación
Editorial El Perro y La Rana.
GUERRERO, A. (2009). Los paisajes de la modernidad. Mérida-Venezuela:
Universidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones del Vicerrectorado
Académico.
HERNÁNDEZ DE LASALA, S. (1990). Malaussena: Arquitectura académica en la
Venezuela moderna. Caracas: Fundación Pampero.
MARGOLIES, L. (1986). Arquitectura popular venezolana. Caracas: Ernesto
Armitano Editor.
LESEKC, Z. (1984). Arquitectura y obras públicas en Venezuela. Caracas:
Universidad Central de Venezuela.
LÓPEZ, M. (2012). Arquitectura e historia: curso de historia de la arquitectura.
Caracas: Universidad Central de Venezuela.
POSANI, J. (1966). Historia de la arquitectura del siglo XX. Carcas: Universidad
Central de Venezuela.
POSANI, J. (1969). Caracas a través de su arquitectura. Caracas: Fundación Fina
Gómez.
VIVAS, F. (2013). Las casas más sencillas. Caracas: Fundación Editorial El Perro y
La Rana.
VIVAS, F. (2013). Arquitectura como cultura. Caracas: Fundación Editorial El Perro y
La Rana.
ANEXOS
Arquitectura del Siglo XIX

Casa Amarilla

Teatro Municipal de Valencia

Iglesia de San Martín de Tours


Arquitectura del Siglo XX

Basílica de Nuestra Señora de Coromoto

Puente General Rafael Urdaneta

Estadio Universitario de Caracas


Arquitectura del Siglo XXI

Flor de Barquisimeto

Complejo Urbanístico de la Misión Vivienda Venezuela

Edificios de la Misión Vivienda Venezuela

También podría gustarte