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Función emotiva o expresiva La función emotiva o expresiva del lenguaje se enfoca en el

emisor y en cómo éste expresa sus emociones, sentimientos o estados de ánimo. Es una función
subjetiva, ya que refleja la perspectiva y la subjetividad del emisor. En esta función, lo importante no
es tanto lo que se dice, sino quién lo dice y cómo lo dice.

Un ejemplo de la función emotiva o expresiva es la siguiente frase: “Las personas que me gusta
tener en mi círculo íntimo son personas honestas y que me hacen sentir que son dignas de mi
confianza”. En esta frase, el emisor expresa sus preferencias y sentimientos hacia las personas que
forman parte de su círculo íntimo, y lo hace de manera subjetiva, basándose en sus propias
emociones y percepciones.

Función conativa o apelativa La función conativa o apelativa se enfoca en el receptor, en la


persona a la que se dirige el mensaje, y busca influir en su comportamiento o actitud. En esta
función, se utilizan órdenes, pedidos o exhortaciones, y se resalta el uso de palabras como “tú” o
“usted”. Además, se utiliza el tiempo verbal imperativo para dar órdenes o instrucciones.

Un ejemplo de la función conativa o apelativa del lenguaje es la siguiente frase: “Tú José, pásame
el libro”. En esta frase, el emisor dirige su mensaje a José y utiliza la función conativa para pedirle
que le pase el libro.

Otro ejemplo de esta función es: “Estudiantes, presten atención y miren hacia dónde estoy”. En este
caso, el emisor se dirige a un grupo de estudiantes y utiliza la función conativa para pedirles que
presten atención y miren hacia donde él está señalando. También se usa el tiempo verbal
imperativo, qué es a través del cual se dan órdenes por ejemplo, “Te ves muy estresada, trata de
hacer ejercicio, ejercicio y meditar.”

Función referencial, representativa o informativa, denotativa o cognitiva La función


referencial, también conocida como representativa o informativa, se caracteriza por ser objetiva y
precisa, ya que se enfoca en transmitir información verificable y descriptiva sobre un objeto, hecho o
acontecimiento. Esta función utiliza un lenguaje denotativo o cognitivo, que se centra en el
significado literal de las palabras y está libre de la subjetividad del emisor.

Un ejemplo de la función referencial es la siguiente frase: “Venezuela es uno de los países mega
diversos del mundo y con mayores reservas de petróleo”. En esta frase, el emisor utiliza un lenguaje
descriptivo y objetivo para informar sobre las características de Venezuela, su diversidad biológica y
sus reservas petroleras, sin agregar ninguna valoración personal o subjetividad.

Esta función se utiliza en diferentes contextos, como la ciencia, la tecnología, la educación, entre
otros, y tiene como objetivo principal transmitir información clara y precisa sobre un tema específico.

Función fáctica La función fática del lenguaje se enfoca en verificar si la comunicación se está
llevando a cabo y en establecer, prolongar o interrumpir la comunicación. Su propósito es asegurar
que el interlocutor esté presente y participando en el proceso comunicativo, evitando que la
comunicación se pierda.
Un ejemplo de la función fática es la siguiente frase: “Sí, dígame”. En esta frase, el emisor utiliza la
función fática para asegurarse de que la comunicación está en curso y que el receptor está presente
y escuchando.

Otro ejemplo es: “Hola, ¿sigues al teléfono?” En esta frase, el emisor utiliza la función fática para
verificar si el receptor está aún al teléfono y disponible para continuar la conversación.

La función fática se utiliza en diferentes contextos, como en una conversación telefónica, en una
reunión o en una conversación informal. Su objetivo principal es establecer y mantener la
comunicación, asegurando la presencia y la atención del receptor.

Función metalingüística La función metalingüística del lenguaje se enfoca en el propio lenguaje


y tiene como objetivo explicar los términos, definiciones, reglas gramaticales o cualquier otra
información relacionada con el código lingüístico que se está utilizando. Esta función es
fundamental para comprender y utilizar correctamente el lenguaje, ya que permite reflexionar sobre
su estructura y uso.

Un ejemplo de la función metalingüística es la siguiente frase: “El habla es la manifestación


personal y subjetiva del lenguaje”. En esta frase, el emisor utiliza la función metalingüística para
explicar el significado del término “habla” y su relación con el lenguaje, aportando información
adicional que facilita la comprensión del concepto.

La función metalingüística se encuentra presente en diferentes contextos, como en los diccionarios,


los glosarios de términos, los manuales de gramática, entre otros, y su objetivo principal es brindar
explicaciones sobre el código lingüístico, los significados de sus palabras y cómo se usan.

Función poética o estética La función poética o estética del lenguaje se enfoca en el


contenido del mensaje y tiene como objetivo producir una comunicación estética, utilizando recursos
literarios como las figuras retóricas, la metáfora, la ironía, entre otros. Esta función busca impactar
emocionalmente al receptor del mensaje, creando un efecto estético o artístico en el lenguaje.

Un ejemplo de la función poética o estética es un poema, ya que en él se utilizan recursos literarios


para crear un efecto estético y emocional en el lector. En un poema, el lenguaje se utiliza de
manera creativa para expresar emociones, sentimientos, reflexiones o ideas de manera artística.

La función poética o estética no solo se encuentra presente en la literatura, sino también en otras
formas de comunicación, como en la publicidad, la música, el cine, entre otros. Su objetivo principal
es crear un impacto emocional y estético en el receptor del mensaje, utilizando el lenguaje de
manera creativa y artística.

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