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Antropología social y política.

La política y el Estado moderno: doctrinas y conceptos básicos del pensamiento


burgués
CONTRA LA IDEA DE ESTADO NATURAL
La política en antropología antes de la antropología política: Sir Henry Maine, Lewis Henry
Morgan y Robert H. Lowie.
Los pensadores de la filosofía política del siglo XVII entre los que se destacan
Hobbes, Locke o Rousseau. desarrollaron una crítica profunda a la doctrina del derecho
divino Frente a esta idea, afirmaron que el poder civil era en cambio el resultado de un
establecimiento humano cuya fuente no se encontraba en dios sino en convenciones
sociales LA CIUDADANÍA DECIDÍA, CREABA AL ESTADO EN UN CONTRATO SOCIAL
LIBRE Y ACORDADO.
La autoridad y la soberanía eran, en consecuencia, fruto de un acuerdo entre los hombres
de manera que la sociedad política o el estado civil. Se concibe al estado de forma
reificada e idealizada. Fue pensado como el resultado de un pacto preestablecido por
el que los hombres se unen de manera voluntaria dejando de lado una parte de su
libertad a un tercero: el soberano.
Los Estados modernos pretenden generalmente ser la encarnación política de una
comunidad supuestamente preexistente conocida como la ‘nación’. En los hechos, sin
embargo, son los propios Estados los que, en etapas tempranas de su desarrollo, dan forma
a la representación de la nación que dicen encarnar y, a la vez, naturalizan esa imagen,
dándole apariencia de realidad.
Norberto Bobbio (1985) distingue en la historia de la filosofía política dos ‘modelos’
respecto del origen y el fundamento del Estado, es decir, dos creaciones intelectuales
que no describen formaciones histórico-sociales que hayan existido realmente sino que
presentan visiones normativas o prescriptivas.
El más antiguo es el modelo ‘aristotélico’, que presenta al Estado como el producto
histórico del desarrollo ‘natural’ de las sociedades precedentes. Por condiciones de vida y
evolución de estas.
El segundo es el modelo ‘iusnaturalista’ o doctrina del derecho natural, que presenta al
Estado, en cambio, como la antítesis ‘artificial’ ―en tanto creado por el hombre― de un
‘estado de naturaleza’ precedente. Constituye una crítica de la ‘Doctrina del derecho divino’
de los reyes
Este es el principio del contrato social que funda la autoridad política.:. Esta razón se
encarna en los principios de la ley natural -en tanto derechos fundamentales a la condición
humana- en la afirmación de la libertad e igualdad de los hombres. Así la filosofía política
clásica distinguió dos estados sucesivos: el estado de naturaleza en el que los individuos
son libres frente a sí mismos –lo que da lugar a una situación de anarquía (1)- y un estado
civil del que deriva el contrato social al que correspondían el gobierno y la política que eran
producto de la civilización.

Perspectivas antropológicas sobre la política: de las ‘sociedades primitivas’ o


‘simples’ a las ‘complejas’
Henry Maine y Lewis Morgan van a emprender una fuerte discusión con la noción
de estado de naturaleza y la forma en que se entiende el origen del Estado y la política.
Contraponiendo a un procedimiento basado en la “especulación” otro que se vale del
“método científico” elaboraron dos grandes obras que tienen una unidad en sus
preocupaciones: englobar en sus investigaciones un conjunto vasto de sociedades
repartidas sobre la superficie del globo a partir de dos grandes principios de
organización política desde los que se discute el origen del Estado y la política.
Se trata de Anciet Law (El derecho primitivo) escrita por Maine y publicada en 1861 y
Ancient Society (La Sociedad Primitiva) elaborada por Morgan y publicada en 1877.
La primera, escrita por Maine, establece una distinción entre sociedades humanas
organizadas en el parentesco y sociedades organizadas en base a la comunidad territorial.
En el caso de la segunda, escrita por Morgan, esta distinción se expresa como dos sistemas
de gobierno: organización social fundando en tribus, fratrias y organización política
fundando en el territorio y la propiedad.
Maine: Desde un enfoque evolucionista Maine sostuvo que la evolución tendía a la
secularización y a una organización basada en la territorialidad (“contigüidad local”)
que servía de base para la acción política.
Así, a partir de un estudio comparativo de las instituciones define el desarrollo de “dos
revoluciones” que se corresponden una a la otra en el “devenir” de las sociedades:
1) el pasaje de las sociedades basadas en el status a las sociedades establecidas por el
contrato;
2) el pasaje de las organizaciones sociales centradas en el parentesco a las organizaciones
sociales dependientes de otro principio que llama “continuidad local” y define las bases de la
acción política común.
Esta distinción se relaciona con su preocupación por explicar la naturaleza de la ley en ese
“estado rudimentario” que define por oposición al “estado político moderno”.
Este último surgía para el autor con el marco territorial, sustituyendo a los lazos de
parentesco como fundamento del sistema político.
Una cuestión importante a señalar, entonces, es que para Maine no existe una
sociedad sin política en tanto la primera organización de este tipo está constituida
por las relaciones de sangre, el parentesco consanguíneo, a través de la
descendencia masculina. Esta forma organizativa se caracteriza, según el autor, por
una relación comunitaria respecto de la tierra

ambas son políticas solo que una


depende del territorio y la otra del parentesco.
.Así, para Maine la primera sociedad política es la familia y el primer poder político es el
poder patriarcal. En esta organización no existe el consenso porque son estructuras de
poder basadas en el status.
Según Maine, esta asociación de miembros naturalmente determinada se va a desmoronar
al incorporar nuevos miembros vía la ficción legal dando lugar al desarrollo de una nueva
ideología política donde la pertenencia a una sociedad estará dada por la contigüidad local y
no por relaciones consanguíneas.
Este desenvolvimiento del status al contrato como base de criterio de adscripción es para
Maine la revolución fundamental de la sociedad que instaura el orden basado en el
contrato a partir de la identificación de un individuo con un territorio determinado.
. Mientras que para los filósofos del derecho natural la aparición del lazo político
implica un acto fundador, una decisión de los sujetos libres que se ponen de acuerdo para
asociarse, para Maine la asociación es una característica de la sociedad primitiva, siendo la
familia organizada y jerárquica la unidad de base. Así, la diferencia que establece entre
sociedades arcaicas y modernas inaugura un nuevo enfoque del hecho político en tanto
supone considerar que éste es un hecho inherente al ser social presente en todas las
sociedades.
En este sentido, aunque marcada por una visión evolucionista y colonialista, el
pensamiento de Maine representa un aporte de relevancia en el enfoque
antropológico sobre la política: su presencia inevitable en el seno de toda sociedad,
incluyendo las más antiguas y “primitivas” que en el caso de estas últimas se
expresaba imbricada a las relaciones de parentesco. Lo que define la naturaleza
política a estos vínculos es justamente el hecho de que a través de ellos se ejerzan
reglas de autoridad.

MORGAN:
Morgan también plantea desde la perspectiva evolucionista. dice en un tratado
general sobre la evolución humana escrito bajo la inspiración de la concepción según la cual
esta era de carácter moral y estaba predeterminada desde la creación por la voluntad
divina. (?) El autor afirma que la “experiencia humana... ha desarrollado sólo dos planes de
gobierno”, es decir, dos “organizaciones definidas y sistemáticas de la sociedad”
● primer plan, escribe, fue “una organización social, asentada sobre las
gentes, fratrias y tribus” —esto es, sobre el tipo de agrupamientos parentesco
que, décadas más tarde, los antropólogos llegarían a llamar „grupos de
filiación unilineal‟—
● mientras que el segundo y posterior fue “una organización política, afirmada
sobre territorio y propiedad” Tal como lo sugieren sus denominaciones,
ambos planes se distinguen en cuanto el segundo tiene un carácter político
del que el primero carece por basarse sobre relaciones personales:
Lowie:
Va a criticar al evolucionismo. Lowie argumentaba en contra de la distinción entre
sociedades basadas en el parentesco y sociedades basadas en la contigüidad local
que trazara Maine y fuera adoptada por Morgan. Sus objeciones se centraban en la
cronología que ubicaba a las primeras como previas a las segundas y, más ampliamente, en
la idea de que ambas formas de organización se excluyeran mutuamente de una manera
necesaria.
Aunque comparte el esquema: La solidez de la posición adoptada por Maine y Morgan al
trazar una marcada distinción entre organización de parentesco (tribal) y territorial (política)
es incuestionable.
El problema reside en saber hasta qué punto equivale la distinción entre culturas toscas y
avanzadas. El interrogante reside en determinar con qué frecuencia existe un régimen que
excluya el factor territorial de lo que suele considerarse como relaciones políticas.
Entonces, para Lowie, si bien era posible que algunas sociedades tuvieran formas de
gobierno basadas exclusivamente en el parentesco, ello distaba de ser lo normal o,
siquiera, frecuente.
En cambio, lo normal era encontrar que en las sociedades primitivas el parentesco
fuera solamente un elemento de organización entre otros que, en cambio, serían de
naturaleza territorial. Así, incluso en niveles culturales muy modestos, la contigüidad
es uno de los elementos dominantes de la solidaridad social, con independencia de la
relación consanguíneal.
Se trata de otras formas de estratificación social relativas a la edad, el sexo, el estado civil,
etc., que serían independientes del parentesco y unirían a un conjunto de individuos sobre
una base territorial. Lowie se refiere a todas estas formas de organización como
“asociaciones‟,
Por lo tanto y debido a la inexistencia en las sociedades llamadas primitivas de instituciones
comparables con las reconocidas como instituciones políticas‘ en las sociedades
occidentales, los antropólogos del período que se extiende entre mediados del siglo XIX y la
década de 1920 se encontraron ante tres alternativas:
(i) la de considerar, como Morgan, que en aquellas sociedades la política no existía;
(ii) la de dar por sentado, contrariamente, que la política era un fenómeno universal en
términos de su forma y substancia, tal como lo hizo Lowie
(iii) la de entender, cómo Maine, que la política existía en todas las sociedades pero asumía
formas fundamentalmente diferentes en las sociedades civilizadas o modernas y en las
primitivas y antiguas.
También he dicho ya que la primera alternativa fue la adoptada por la mayoría de los
antropólogos durante ese período. Los escritos de Lowie, que datan de la segunda década
del siglo pasado son, en ese sentido, contrarios a la corriente dominante.
Algunos de sus más destacados contemporáneos que se ocuparon de los problemas que
Lowie identificaba con el tema de las funciones de gobierno tendieron, más bien, a enfatizar
el análisis de los fundamentos jurídicos del orden social, sin dar el paso de considerar a
dicho orden como fundado en alguna forma de política‘. Así, A.R. RadcliffeBrown se centró
en el estudio del parentesco atendiendo a su dimensión jurídica, es decir, al modo en que
permitía transmitir de una manera ordenada derechos —que, necesariamente, conllevan
deberes implícitos cuestión que consideraba fundamental para el mantenimiento del orden
social.
Ya hemos visto: (a) que Lewis Henry Morgan había establecido una diferencia entre las
sociedades como las nuestras, donde existe la política, y aquellas en que, por estar
organizadas en base al parentesco, aquella se encontraría ausente; (b) que Robert Lowie
había objetado que probablemente ninguna sociedad se base solamente en el parentesco y
que, en cambio, todas tienen una dimensión territorial/política distinguible de aquella; y (c),
que los antropólogos del período que nos ocupa tendieron generalmente a seguir el punto
de vista de Morgan —o, si reconocían que toda sociedad tenía una dimensión política,
consideraban que en las sociedades primitivas ella era irrelevante— y que el análisis del
parentesco bastaba para responder la pregunta respecto del mantenimiento del orden
social.

En la antropología clásica

El estudio de las reglas y las normas sociales cobró centralidad buscando identificar
las regularidades en las sociedades estudiadas, tal como puede observarse tanto en el
trabajo de Marcel Mauss como de Bronislaw Malinowski, que en ambos casos, partieron de
una perspectiva que enfatizaba la pertenencia de las sociedades primitivas a la humanidad
y por lo tanto afirmaba el carácter necesariamente racional y regulado de la vida social.
La principal preocupación tenía que ver con la cohesión social y los principios que
regulaban la vida colectiva, los cuales en la interpretación de ambos autores, pasaban por
la creación de obligaciones reciprocas.Es decir, aun cuando las sociedades se definían
en contraposición a occidente (nosotros/otros)
se buscó señalar la pertenencia a una misma humanidad: dirán que no es una vida
desenfrenada sino que está regulada por normas y tiene un orden.
El interés se centraba en establecer los rasgos de la ‘estructura’ o ‘morfología’ de cada
sociedad y en determinar la ‘función’ (o las funciones) desempeñada en ese contexto por
cada forma de relación social, institución o creencia. El supuesto básico de estos estudios
era que la condición normal de las sociedades era un estado de ‘equilibrio’,

MAUSS: ENSAYO SOBRE EL DON


Cuáles son las formas de sociabilidad en sociedades donde se producen acuerdos
pero no hay ni ley ni un estado que formalice tal acuerdo. ¿Cuál es la razón de
obligatoriedad?
En esta lectura de la antropología en singular presente en el Ensayo es que el ejercicio que
emprende consiste en desnaturalizar estos fenómenos para interrogar su carácter
social. Mauss toma como punto de partida esta aparente contradicción entre carácter libre
u obligatorio del dar, entre desinterés e interés en los intercambios, y a partir de allí va
construyendo el problema que luego sintetiza en las preguntas de investigación ¿Cuál es la
norma del derecho y de interés que ha hecho que en las sociedades de tipo arcaico el
regalo recibido haya de ser obligatoriamente devuelto? Y ¿Qué fuerza tiene la cosa que se
da, que obliga al donatario (quien recibe) a devolverla? Su objetivo era discutir la idea de
una “economía natural”, del trueque como una forma de cambio sin valor.
Para contestar esta idea utilitarista se preocupa por mostrar que en los sistemas de
prestaciones estudiados: - quienes cambian y contratan no son individuos sino
colectividades; las personas que están presentes en el contrato son
personas morales o grupos: clanes, tribus, familias que se enfrentan y oponen (en algunos
casos a través de un jefe). - Lo que se intercambia no son sólo bienes o riquezas, cosas
útiles económicamente, sino sobre todo gentilezas, ritos, mujeres, niños, danzas y el
mercado ocupa sólo uno de los momentos y la circulación de la riqueza es sólo uno de los
términos de un contrato que es mucho más general y permanente. - Los intercambios están
reglados y son por ello obligatorios; las prestaciones y contraprestaciones pueden surgir de
forma espontánea pero son obligatorias, la contracara, o sea la negación del dar, es la
guerra, la ruptura del vínculo social.
-está mostrando la complejidad de estos sistemas que son a la vez voluntarios y
obligatorios. En base a este desplazamiento está elaborando una teoría relativa a las
obligaciones sociales: el circuito de dar, recibir y devolver como lenguaje social, como un
principio de creación de lazos sociales por el que las personas quedan obligadas
(vinculadas) socialmente unas a otras. Y en consecuencia también define cuando se
quiebra el vínculo.
¿Cómo tiene lugar cierto tipo de acuerdo no formalizado? Sostiene la cohesión
social.
El circuito de dar, recibir y devolver como lenguaje social, como un principio de
creación de lazos sociales por el que las personas quedan obligadas (vinculadas)
socialmente unas a otras. Y en consecuencia también define cuando se quiebra el vínculo.
Mauss va construyendo su tesis sobre estos sistemas de prestaciones a partir de un
ejercicio de contrastación de evidencias empíricas (recogidas por otros colegas) en base a
las que va abstrayendo elementos generales o regularidades que le permiten construir una
teoría sobre las obligaciones sociales, introduciendo la categoría analítica hecho social total.
Además, incorpora en su explicación elementos de las teorías nativas sobre esos
fenómenos de intercambio, como las ideas de hau o maná.

En primer lugar se detiene en Polinesia (Samoa y N. Zelanda) donde va a encontrar


explicación a su pregunta ¿qué fuerza tiene la cosa que se da que obliga al donatario a
devolverla? Del análisis de los datos va a señalar dos elementos fundamentales que
caracterizan estos sistemas de intercambio:
1) el honor y el prestigio contenido en las cosas; la riqueza confiere un mana, una fuerza
sobrenatural o mágica que enviste a quien las posee.
2) el hau o espíritu de las cosas que fuerza a la obligación absoluta de devolver esos dones
bajo pena de perder el mana, la autoridad, ese talismán (poder) y esa fuente de riqueza que
es la misma autoridad.
Aquí advierte que en ese contexto, las “cosas” no son meras cosas,, sino que portan una
carga sentimental sacralizada, producen un sentimiento social. Esta institución tiene un
aspecto mítico, religioso y mágico que expresan la mezcla de las cosas, los valores,
los contratos y los hombres.
organiza la vida social ya que reúne y concretiza todo tipo de instituciones; “invade la vida
económica, tribal y moral de los trobriandeses
Mauss formula entonces una serie de principios básicos de este régimen de dones: - Tanto
la vida material y moral como el cambio actúan bajo una forma desinteresada y obligatoria
al mismo tiempo. - Estas obligaciones se expresan en forma mítica e imaginaria, simbólica y
colectiva, adoptando la forma de interés que se otorga a las cosas que se cambian, que no
se desprenden nunca completamente de las personas que las cambian. - La comunión y
alianza que crean son relativamente indisolubles: los subgrupos de estas sociedades
quedan continuamente implicados unos con otros en una continua sensación de deuda.

MALINOWSKI
EL DERECHO PRIMITIVO Y EL ORDEN
EL KULA ULA-
ESTUDIA SOBRE LA LEY CUMPLIDA
OBLIGACIONES VINCULANTES DE RECIPROCIDAD
Busca explicar el establecimiento del orden social en sociedades que tienen una base
estructural de parentesco.
Normas de derecho civiles- obligación de alguien y derecho de otro.
SI NO SE CUMPLE SE ROMPE EL LAZO SOCIAL. ESA ES LA PENA MORAL Y DE
STATUS TAMBIÉN.
LAS TRANSACCIONES SON PÚBLICAS Y CEREMONIALES, NUNCA PRIVADAS.
pregunta por qué ciertas reglas de conducta, por duras, molestas o desagradables que
sean, son obedecidas; qué es lo que hace transcurrir tan fácilmente la vida privada, la
cooperación económica y los sucesos públicos, en qué consisten la fuerza de la ley y el
orden en la sociedad salvaje.
El salvaje está muy lejos de ser la criatura libré y despreocupada que nos pinta la
imaginación de Rousseau. Por el contrario, se halla cercado por las costumbres de su
pueblo, encadenado por tradiciones, no sólo en sus relaciones sociales, sino también en su
religión, su medicina, su industria, su arte, en cada aspecto de su vida.
Malinowski estudiaba sistemas jurídicos( deberes y obligaciones, privilegios, sanciones,
servicios)
Su objetivo es demostrar la obligatoriedad y función de intercambios como el
intercambio ceremonial “kula” que responde a una organización jurídica primitiva.
. La amenaza de coerción y el miedo al castigo no afectan al hombre medio, tanto
"salvaje" como "civilizado", mientras que por otra parte son indispensables para
ciertos elementos turbulentos o criminales de una y otra sociedad.
LA FUNCIÓN ES REAFIRMAR LA ESTRUCTURA SOCIAL Y CONSOLIDAR LA
COHESIÓN.
Además plantea la ineficacia de pensar economías como la de las islas Tabiard en sentidos
occidentales como “Comunismo” por su falta de Propiedad privada. y da un ejemplo de las
obligaciones que conlleva tener una canoa y el sistema que lo integra, El sentido de
propiedad está vinculado a un sistema de deberes, privilegios y servicios mutuos que unen
a los asociados entre sí y al objeto en cuestión, en este caso, las canoas.
Institución del kula:
La palabra Kula quiere decir “circulo” y describe el modo en que estas tribus están
conectados en el tiempo y el espacio en un movimiento regular en torno a ese círculo.
El Kula está reservado a los jefes y se ejerce de forma noble, aparentemente desinteresada
y modesta. Se distingue del simple intercambio económico de mercancías útiles (Gimwali)
que se practica en las grandes ferias y los pequeños mercados y donde según Malinowski,
se acostumbra regatear, práctica indigna en el Kula.
Al igual que el Potlatch consiste para unos en dar y para otros en recibir: los que hoy son
donatarios a la vez siguiente serán donantes. La donación misma, el acto mismo de donar
adopta formas solemnes. El objeto principal de los cambios-donaciones son los vaygu’a
(que toman forma de brazaletes o collares hechos de conchas de mar en general). Según
Malinowski estos están dotados de un movimiento circular (un tipo circula de oeste a
este y el otro a la inversa). El principio de circulación de estos “signos de riqueza” es
incesante. No se deben conservar por mucho tiempo y deben ser devueltos, no hay que ser
lento en devolverlos. Solo pueden darse en un sentido determinado “el sentido del collar”.
Se tienen entre un kula y el otro enorgulleciendo a la comunidad que lo ha obtenido alguno
de sus jefes. Se goza de propiedad sobre los regalos recibidos pero es una propiedad que
tiene un carácter especial que recoge los derechos que las sociedades modernas hemos
ido separando: es propiedad y posesión, es regalo y cosa alquilada, es cosa vendida y
comprada, se entrega solo con la condición de que sea usada por otro o transmitirla a un
tercero.. El Kula es un momento, el más solemne del amplio sistema de prestaciones y
contraprestaciones que engloba toda la vida económica y civil de los trobriandeses. No se
trata de un intercambio meramente utilitario, sino que organiza la vida social ya que reúne y
concretiza todo tipo de instituciones; “invade la vida económica, tribal y moral de los
trobriandeses”
Hay todavía otra fuerza que hace los deberes más obligatorios. Ya he mencionado el
aspecto ceremonial de las transacciones
De este modo hemos podido penetrar algo en la naturaleza de las fuerzas mentales y
sociales que convierten ciertas reglas de conducta en leyes obligatorias. Y la fuerza
obligatoria no es superflua ni mucho menos, ya que cuando el nativo puede evadirse de sus
obligaciones sin pérdida de prestigio o sin posible riesgo de sus ganancias, lo hace,
exactamente como lo haría cualquier hombre de negocios civilizado. Cuando se estudia
más de cerca la "regularidad automática" en el cumplimiento de las obligaciones que tan a
menudo se atribuye a los melanesios, se hace patente que hay tropiezos constantes en las
transacciones
—------------------
- Esta manera de abordar el problema del orden social en las sociedades primitivas recién
cambia como efecto del hecho que, durante la década de 1930, los antropólogos británicos
empiezan a hacer sus trabajos de campo predominantemente en África, pasando a ser
minoritarios los estudios centrados en Oceanía. Allí, antropólogos como Edward Evan
Evans-Pritchard, Meyer Fortes, Sigfried F. Nadel, Isaac Schapera, Audrey Richards y Max
Gluckman se encontraron trabajando en sociedades de escalas mucho mayores: mucha
más población (decenas y hasta cientos de miles de personas) en territorios mucho más
grandes. Los mecanismos de control social identificados por los etnógrafos de la generación
de Malinowski y Radcliffe-Brown en sociedades de pequeña escala — obligaciones
recíprocas, intercambios, controles mágicos— constituían apenas una pequeña parte del
mecanismo gubernamental de las tribus y naciones extendidas, dispersas y de gran tamaño
que la siguiente generación analizó en África, porque solamente permitían entender cómo
se regulaban las relaciones sociales en cada pequeña aldea o localidad pero no cómo se
mantenía el orden, más abarcador, de una sociedad en su totalidad, que en estos casos
estaba compuesta por un gran número de grupos locales extendidos por un vasto territorio.
En este sentido, comienza a parecer que, para explicar cómo cada una de esas sociedades
se mantenía unida y cómo se garantizaba la cooperación entre sus partes en el marco de
un estado de equilibrio entendido como estable, no era suficiente con analizar el dominio de
las relaciones interpersonales (diádicas) de parentesco sino que hacía falta examinar la
constitución y regulación de las relaciones entre grupos de base territorial, es decir, aquellos
que controlan porciones del territorio

El problema del mantenimiento del orden social y el supuesto del equilibrio estable

Durkheim: Solidaridad como condición de la existencia social. Estructuralismo y coso.

En el marco de una sociología positivista en la Europa convulsionada del último cuarto del
siglo XIX, la principal preocupación de Durkheim fue el orden social, entendiendo la
sociedad como un orden moral que se nos impone.
Su pregunta fue cómo se mantiene ese orden, qué es lo que liga a los individuos y que
según él hace que sean solidarios en el sentido de cooperación mutua, que los une o
asocia. Esta solidaridad es lo que asegura la cohesión social. El tipo de solidaridad se
diferencia en las sociedades tradicionales como “solidaridad mecánica”, que se basa en la
homogeneidad y reciprocidad y a la que le corresponde un derecho represivo; y aparece
como “solidaridad orgánica” en la sociedad moderna, que se basa en la diferenciación
social, un creciente individualismo, la industrialización, la secularización, la división del
trabajo, y le corresponde el derecho cooperativo. En cambio, en las sociedades “simples” la
solidaridad se basa en la semejanza mutua, los sentimientos y creencias comunes están en
la base de la cohesión social, y las personas aparecen absorbidas o indefinidas al interior
del grupo. Aquí resulta clave el concepto de “conciencia colectiva” que -para Durkheim-
tiene una propiedad diferente que la conciencia individual y refiere al conjunto de creencias,
representaciones y sentimientos comunes al término medio de los miembros de una
sociedad, que constituyen un sistema con vida propia y ligan a las personas a lo largo de
generaciones.
En esta obra, Durkheim desarrolló una serie de ejemplos etnográficos y de su sociedad para
mostrar que la división social del trabajo (característica propia de las “modernas sociedades
civilizadas” y ausente entre las “primitivas”)
Para Durkheim la explicación sobre la división social del trabajo reside en su
función, es decir, su papel social La función está pensada como una relación de
correspondencia respecto de una necesidad social.
. De ahí que en este libro se pregunta a qué necesidad corresponde dicha división o cuál es
el papel de la división del trabajo. La respuesta a esta pregunta es el establecimiento de un
orden social y moral. Es un orden que liga a los individuos y hace que sean solidarios. Esta
solidaridad no actúa sólo en el momento en que cambian servicios. Trascendiendo los
aspectos económicos, para Durkheim la división social del trabajo cumpliría la función
de asegurar la cohesión de las sociedades. La hipótesis central es que de la división
social del trabajo deriva la solidaridad social. La función de la división del trabajo es crear un
nuevo tipo de solidaridad, la solidaridad orgánica. La importancia de la solidaridad social,
reside en que de ella
. La solidaridad mecánica; de derecho represivo. Sería característica de las sociedades
primitivas y es una forma que habría existido durante casi toda la historia. Durkheim la
ejemplifica con el caso de los iroqueses. Este tipo de solidaridad corresponde a sociedades
segmentarias, es decir, organizadas por grupos o segmentos semejantes con elementos
homogéneos en la que los individuos “están fuertemente cohesionados al grupo”, son
“intercambiables”. Tienen división sexual, por edad y étnica. Esta forma de solidaridad se
basa en la semejanza, en la homogeneidad, en la reciprocidad y a ella corresponde el
derecho represivo. Entre sus características se destacan: 1) los individuos se agrupan por
sus relaciones de descendencia y parentesco; 2) la religión penetra toda la vida social, la
vida social está constituida por creencias y prácticas con adhesión unánime y fuerza
colectiva. Otras características son el derecho de propiedad de la comunidad, la jefatura
elevada por encima de los demás, para Durkheim la autoridad es fuerte porque emana de la
conciencia colectiva o común. La estructura social está caracterizada por segmentos
homogéneos y semejantes entre sí.
La solidaridad orgánica,Derecho penal. en cambio, sería característica de las sociedades
“avanzadas”. En la visión de Durkheim se ha generalizado la división social del trabajo y la
diferenciación, es la solidaridad de las sociedades modernas y el derecho es cooperativo.
La sociedad está constituida por órganos con funciones diferentes. Los individuos se
agrupan de acuerdo a la actividad que desempeñan, su medio no es el natural sino el
profesional; no es la consanguinidad real o ficticia sino la función social de cada uno. La
antigua estructura se opone a esta forma por eso debe desaparecer: una progresa a
expensas de la otra. Aparecen nuevas instituciones, comenzando a predominar una
organización social y política con base profesional. Para Durkheim debía recuperarse la
solidaridad mecánica para el equilibrio de las instituciones. Evans Pritchard se basa en esta
concepción de la sociedad mecánica entendiendo que se trata de sociedades de segmentos
que actúan por semejanza, donde todos están en un plano de igualdad y hay una ausencia
de centralización. Ante la pregunta de cómo se sostiene el orden moral en ausencia de una
autoridad centralizada, tal como la que provee el estado, no identifica posiciones que
centralicen el poder y la autoridad. Para él la dinámica de segmentación es el resultante de
plantear un modelo diferente a los definidos hasta el momento. En consecuencia, lo político
se define como las relaciones entre grupos, las relaciones interaldea e intraldea en tanto
grupos cooperativos.

ESTRUCTURAL FUNCIONALISMO
RADLIFF-BROWN.
Radcliffe Brown representante del estructural funcionalismo inglés, concebía la
antropología como una sociología comparativa dedicada al estudio de la sociedad humana
(a diferencia de quienes la definían como el estudio de la cultura) apoyada en métodos
similares a los de las ciencias naturales. Escuela Durkheiniana. RETOMA “FUNCIÓN” DE
DURKHEIM. Se pregunta por las condiciones necesarias de existencia que dependen de las
funciones y determinan el funcionalismo de una estructura social, preservan su continuidad
y hace a la vida de un todo social.
la estructura: Es una serie de relaciones entre entidades unificadas, que su continuidad vital
se mantiene por las actividades de las unidades constitutivas (FUNCIONES)
LA DE RB ES Una ciencia orientada a la investigación de las formas de asociación
entre los seres humanos a partir de la observación directa de sus comportamientos, actos
hablados y resultados materiales de acciones pasadas, pero entendiendo que estos seres
humanos están conectados en una compleja red de relaciones sociales, y que las
relaciones entre dos personas existen sólo como parte de una amplia red que llamó
“estructura social” y que definía el objeto de estudio de la antropología social.
Desde su perspectiva, la estructura es una realidad concreta, de existencia real
directamente observable que tiene una continuidad no estática sino dinámica, al igual que
la continuidad orgánica de un cuerpo humano, dado que la vida social la renueva
constantemente. Va a denominar forma estructural a lo que, puede permanecer
relativamente constante. Si bien en la vida social se producen cambios en las relaciones
mutuas por múltiples cuestiones (y de ahí el dinamismo de la continuidad de la estructura),
la constancia de la forma estructural es producto de que los tipos de relaciones tienen pocos
cambios. El estructural-funcionalismo se interesa particularmente por aquello que
perdura en la sociedad. Y lo que nunca perdura son los individuos, que son efímeros, por
eso lo importante es el rol que ocupa el sujeto, los tipos de relaciones que mantiene.
Asimismo, R. Brown establece una distinción entre el concepto de organización y el de
estructura social señalando que, si bien ambos conceptos están íntimamente ligados no son
lo mismo. Cuando habla de estructura social refiere a una ordenación de personas en
relaciones institucionalmente controladas o definidas, como las relaciones entre rey y
súbdito o marido y mujer, mientras que el concepto de organización refiere a un
ordenamiento de actividades, por ejemplo, la disposición de las diversas actividades que
realizan quienes componen una fábrica. Es decir que con sistema estructural, refiere a un
sistema de posiciones sociales, con organización, en cambio, refiere a un sistema de
papeles o roles.
el pasaje del enfoque malinowskiano al estructuralismo sociológico de R-B, que implicó una
supremacía de la mirada en las estructuras sociales sobre los aspectos psico-biológicos y
culturales. Este desplazamiento estableció una verdadera ruptura con la tradición
norteamericana (donde primaba la escuela de la personalidad), una brecha que será
saldada recién a partir de la década de 1960 con el desarrollo de la escuela de Manchester
(Gulckman)
en, una vez planteado el problema ¿Cuál es la explicación que propone Radcliffe-Brown?
Esta explicación apela a los valores morales, las creencias, las costumbres, en una palabra
“el orden moral” desde una perspectiva durkheimiana que modela el enfoque de los
sistemas políticos.
Aquí, lo que Radcliffe-Brown estaba destacando es que en las “sociedades
primitivas” la coerción, las formas de castigo, están mediadas por la “coerción
moral”, el “sentir público” y las “sanciones rituales” o “sobrenaturales”, por ejemplo
la idea de que ciertas acciones consideradas delitos pueden traer consigo desgracias a la
persona culpable como la enfermedad o la muerte.
se definen como instituciones cuya función es regular los conflictos, y por lo tanto
mantener el orden y restaurar el equilibrio.
. Pues este autor entiende, retomando la perspectiva de Durkheim sobre la solidaridad
social, sobre la existencia de un orden moral (como conjunto de reglas sociales o códigos
que posibilitan la convivencia), que la función social se refiere a la contribución que
cualquier rasgo de un sistema hace al funcionamiento y mantenimiento del mismo) y, así,
que cada institución cumple una función y es necesaria para el desarrollo de la vida social o,
lo que es lo mismo, que cada una de ellas es condición de posibilidad de la estructura. De
esta forma, Radcliffe-Brown se distancia de Malinowsky y de un concepto de función ligado
a necesidades biológicas o psicológicas individuales y se refiere a funciones
estructurales. Es a través de éstas que una estructura social se mantendría a sí misma en
un estado de cohesión y solidaridad, es decir, en un estado en que las relaciones sociales
entre las personas que la constituyen se caracterizarían por su armonía, dándole a la
estructura su necesaria unidad y consistencia a lo largo del tiempo.

Bien, a partir de esta perspectiva de búsqueda y pregunta por el mantenimiento del


orden social
Fortes y Evans-Pritchard
elaboran una tipología sobre los sistemas políticos africanos que explica y sintetiza “los
principios básicos de organización política” en esta región. Esta clasificación se organiza en
base a la presencia o ausencia de autoridad centralizada: HACEN UNA INVESTIGACIÓN
DE TIPO COMPARACIÓN
El libro Sistemas Políticos Africanos es de hecho considerado un texto fundante de la
“antropología política” MARCA UNA CORRIENTE
Se preocupan por las similitudes de estructura incluso en sociedades con diversa
cultura y viceversa.
SOCIEDADES GRUPO “A” - Autoridad centralizada e instituciones jurídicas. Estado
primitivo del tipo territorial
SOCIEDADES GRUPO “B” sin Estado, no delimitado por el territorio si no por LINAJE

La sociedad más desarrollada tiene más heterogeneidad cultural.


EL EQUILIBRIO AUTORREGULADO
Destacaron que en las sociedades africanas, el equilibrio en la competencia por el
poder se mantenía a través de sistemas de regulación social y ritualización. Estos
mecanismos permitían la coexistencia de líderes y facciones poderosas sin que la sociedad
se desintegre en conflictos violentos.
Esta comprensión es esencial para apreciar cómo las sociedades africanas tradicionales
lograban mantener la estabilidad a pesar de las tensiones políticas internas.
"LAS SOCIEDADES SIN SISTEMA POLÍTICO DE AUTORIDAD E INSTITUCIONES DE
GOBIERNO SERÍA MENOS PERMEABLE A LA COLONIZACIÓN.
En la mayor parte de esas sociedades no había Estados e incluso muchas de ellas
no tenían ninguna clase de instituciones políticas especializadas (por ejemplo, jefaturas),
pero Fortes, Evans-Pritchard y otros autores entendieron que se conseguía mantener el
orden a través de un ‘sistema político’, es decir, un sistema estable, duradero, de
relaciones entre grupos que tenían el control de porciones del territorio, el cual
proporcionaba el armazón general de la sociedad.
Al adoptar este tipo de perspectiva, estos estudios fueron los primeros análisis
antropológicos que se centraron en la política considerada como el factor clave para
explicar cómo se mantenía el orden social.
Radcliffe-Brown Hace el prefacio de su libro y explicita la forma de entender a la política
que subyace a estos análisis: “Al estudiar la organización política, tenemos que ocuparnos
del mantenimiento y de la instauración del orden social, dentro de un marco territorial,
lograda mediante el ejercicio organizado de la autoridad coercitiva a través del uso —o la
posibilidad de uso— de la fuerza física”
Las menciones del mantenimiento del orden, el marco territorial y el uso de la fuerza como
medio revelan que se trata de la concepción de la política subyacente a las
representaciones hegemónicas sobre los Estados modernos: en efecto, ya desde el
iusnaturalismo se asocia la posibilidad de existencia de la sociedad política con el
establecimiento y el mantenimiento de un orden que posibilite la convivencia entre quienes
habitan un territorio a través del establecimiento de un poder coercitivo (unidad 1)
Un supuesto fundamental del enfoque de autores como Radcliffe-Brown,
Evans-Pritchard y Fortes: el equilibrio de la sociedad depende de la coherencia y el
equilibrio del cuerpo de normas que rigen su organización y funcionamiento

—---------------------------------
PROCESUALISTAS- heterodoxos
En la a aparición de áreas temáticas trazadas en términos dicotómicos (ciudad y
campo, centro y periferia, sociedad nacional y comunidad local, formalidad e informalidad)
se basa en la asunción tácita de que se estaba ante “procesos de modernización‟ o „de
desarrollo‟ que se producían encapsulan una diversidad de sociedades o de culturas
locales o parciales‘.
Desde la década del 1950 del siglo con el desarrollo de la antropología política, a pesar de
la dominación del estructural-funcionalismo las investigaciones sobre este campo van a
comenzar a abrir una vía a perspectivas “conflictuales” “procesuales” y “dinámicas”
Se considera como parte del enfoque procesual a un conjunto de autores y obras
desarrolladas a partir de la década de 1950 del siglo XX cuyo eje en común consiste en
poner en el centro de sus preocupaciones el estudio de los procesos políticos y las
dinámicas de conflicto local. Al igual que el estructural-funcionalismo, este enfoque tuvo
una fuerte impronta africanista y fue desarrollado por la academia británica entre el Instituto
Rhodes-Levingstone y la Universidad de Manchester, de ahí que será conocido como “la
escuela de Manchester” siendo uno de sus principales referentes
En el campo de la antropología social, es un momento que podemos caracterizar como el
del pasaje del estudio de las macro–estructuras de sociedades que eran concebidas como
cerradas, aisladas, homogéneas y en equilibrio, hacia nuevos y heterodoxos tipos de
análisis que se centran en procesos políticos locales

Max Gluckman.
Desde el comienzo de su carrera, MAX GLUCKMAN mostró un marcado interés por
la situación contemporánea de los pueblos nativos africanos, incluyendo al contexto colonial
Aún cuando esta escuela puede ser pensada como “una etapa de transición” en la medida
en que con un brazo abrazó al estructural funcionalismo y con otro intentó soltarse
(Lewellen, 1985), esta corriente propuso una nueva dirección en el campo de la
antropología política, privilegiando un interés por los procesos históricos y sociales a
través de los que el poder emergía, se afirmaba y era cuestionado o se derrumbaba.
En efecto, a pesar de situarse al interior del estructural-funcionalismo del que Gluckman fue
discípulo, su interés no estuvo centrando en las formas en que se mantenía el orden
sino en el modo en que se expresaba y procesaba el conflicto en las sociedades
“tribales” africanas..
En 1939 se instaló en África para vivir como investigador las transformaciones sociales y la
“modernidad” estaban en el corazón de sus problemáticas.
En este marco, por primera vez los antropólogos tomarían como objeto las
interacciones entre grupos sociales y étnicos diferentes y no a las “etnias” como
sistemas culturales cerrados.
Su metodología de investigación conocida como “análisis situacional” o “estudio de
caso extendido” buscó abordar el dinamismo de las sociedades locales y las relaciones de
poder en el seno del sistema colonial.
A diferencia de las monografías que dominaban en ese momento la disciplina,
orientadas a reconstruir la cultura en su orden funcional e ideal desde una lectura atemporal
y ahistórica -tal como lo vimos previamente-, el trabajo de Gluckman se basó en
descripciones largas de situaciones concretas, como se evidencia en el célebre texto
sobre el análisis de la inauguración del puente África del Sur que integra la bibliografía
obligatoria de la Unidad. Desplegando las diferentes implicancias o posturas en relación a la
inauguración del puente a nivel local y nacional,
Gluckman desarrolló allí una lectura de un momento de la historia a la luz de
un profundo análisis de las relaciones dinámicas –de cuestionamiento y autoridad-
que caracterizan las relaciones entre blancos y negros. En este texto, buscó mostrar
el comportamiento de diferentes actores, sectores sociales de la población de
Zululandia en torno a un evento particular (en este caso la inauguración del puente)
para analizar cómo en esa situación social se expresaba la estructura social
sudafricana de aquel momento, cuales eran las fracciones, los grupos, las alianzas,
las relaciones entre esos grupos y formas de dominación.
Por “situación social” Gluckman hizo referencia al “comportamiento en
algunas ocasiones de los miembros de una comunidad como tal, analizado y
comparado con su comportamiento en otras ocasiones, de modo tal que el análisis
revele el sistema subyacente de relaciones entre la estructura social de la comunidad,
las partes de la estructura social, el ambiente físico, y la vida fisiológica de sus
miembros”
Los eventos descritos en el texto ocurren en un solo día y mayormente transcurren
en dos lugares, uno de los cuales es el puente. El análisis comienza con una descripción
etnográfica del viaje -y los acontecimientos que lo rodean- hacia la ceremonia de apertura
del primer edificio construido en Zululandia por el Departamento de Asuntos Nativos del
gobierno de Sudáfrica. Describe, por ejemplo, quién estaba en el auto, cómo estaban
sentados, cómo fueron dirigidos los visitantes en su camino por un “Zulú completamente
vestido de guerrero”, como pasaron el auto del Regente Zulú, y cómo finalmente arribaron al
puente. Luego se detiene en describir quiénes estaban presentes en el puente, qué dijeron
a cada quién, qué hicieron después de la ceremonia y cuándo se dispersaron, hacia dónde,
en su debido tiempo.
Así, mientras que en la perspectiva del estructural-funcionalismo, tal como había
afirmado RadcliffeBrown, las relaciones reales entre personas específicas -o “la conducta
de Jack y Jill”- pueden figurar en notas de campo pero lo que estudia la antropología es la
morfología social, esto es, las instituciones, los cargos, los derechos, las obligaciones, las
normas, las reglas; -> en el caso de Gluckman las conductas específicas de las
personas cobran plena relevancia. En efecto, en el análisis de una situación social no hay
incompatibilidad entre estas conductas y la norma sino que los actores sociales pueden
apelar a normas de conducta contradictorias, incompatibles, escasamente formuladas, para
promover sus intereses y dar cuenta de sus acciones —> SELECCIÓN SITUACIONAL
La incompatibilidad de las normas, la incierta acción de los hombres, se convierte en
un tema central, de allí que para Gluckman no se debe limitar el análisis al estudio de
las estructuras, sino que se debe focalizar también en las acciones de sujetos
históricos, de carne y hueso, con aspiraciones, motivos, intereses y siempre en
circunstancias específicas e históricas.
A la obra de Gluckman puede ser vista como una tentativa de abordar la
co-existencia del orden y la disputa del poder en una misma sociedad, pensar en conjunto el
equilibrio y el conflicto social.
Así, la originalidad de Gluckman fue intentar una articulación de la sociología durkhemiana,
que heredaba de sus “maestros”, con el marxismo. Esta tentativa de síntesis desembocó en
una consideración teórica particular: el conflicto puede conducir a una revolución que
supone un cambio estructural radical y supone una ruptura en las relaciones e instituciones
que las embarcan provocando cambios en la estructura política y económica, pero en las
sociedades tribales africanas toma generalmente la forma de rebelión, una disputa por el
poder que conduce al reemplazo de las personas que ocupan los puestos de autoridad sin
que el sistema de dominación cambie de naturaleza. Así, el conflicto social puede tener el
efecto paradójico de explicitar las tensiones latentes de la sociedad.
Lo importante aquí es que Gluckman entiende al equilibrio como variable en cuanto a su
naturaleza, ya sea relativamente estable o inestable. Decimos 'relativamente' porque se
trata de estados cambiantes que hay que determinar empíricamente: la estabilidad conduce
eventualmente hacia la inestabilidad y esta, a su vez, puede desembocar en una nueva
forma de estabilidad
De modo que la estabilidad puede derivar por si sola en el cambio. - A esto,
Gluckman agrega la atención a un segundo tipo de conflictos: aquellos que no pueden ser
resueltos sin ocasionar cambios en el sistema social. El autor sostiene que los conflictos
suponen el desarrollo de ‘clivajes’, es decir, líneas de división u oposición. Ahora bien,
cuando un cierto clivaje se torna central, adquiere un carácter ‘dominante’, en el sentido de
que afecta a todos los demás clivajes menores existentes, manifestándose a través de ellos.
Así, un sistema social cambiante tiende a desarrollarse en torno de las líneas de su clivaje
dominante hasta que el conflicto que lo origina sea resuelto a través de una transformación
del patrón, dando lugar al desarrollo de un nuevo sistema.

LEACH .
Leach afirma que un sistema social en «equilibrio estable» es una ilusión fiel a su propuesta
de que la estabilidad estructural es una ficción teórica,
Leach resalta que el ritual (que expresa esa estabilidad) es siempre momentáneo. Tal
afirmación lo hace tomar distancia del mismo Durkheim:
Mito y ritual son, pues, «modos de hacer afirmaciones sobre las relaciones
estructurales» Afirman pero no lo sostienen completamente.
Una de las formas en que Leach ilustra el concepto de equilibrio es a través de la práctica
de las alianzas matrimoniales en las sociedades Kachin. Argumenta que estas alianzas
matrimoniales son una estrategia clave para mantener un equilibrio en las relaciones
sociales y políticas entre diferentes grupos y clanes en la sociedad Kachin. Cuando una
persona se casa con alguien de otro grupo o clan, se establece una alianza que crea
obligaciones mutuas y una red de relaciones. Estas alianzas matrimoniales son esenciales
para construir y mantener el equilibrio de poder en la sociedad Kachin.
Leach también utiliza ejemplos concretos de situaciones sociales y políticas en las que el
equilibrio se ve amenazado o restaurado. Por ejemplo, podría describir un escenario en el
que dos clanes o grupos están en conflicto debido a una disputa, y luego muestra cómo se
utilizan estrategias matrimoniales para restablecer el equilibrio y resolver el conflicto.
Esto implica que las alianzas matrimoniales no solo son importantes para establecer
relaciones, sino también para solucionar desequilibrios y conflictos en la sociedad Kachin.
En resumen, Leach utiliza la noción de equilibrio inestable para describir cómo las alianzas
matrimoniales y las estrategias de parentesco desempeñan un papel crucial en la
construcción y el mantenimiento de las relaciones sociales y políticas en las sociedades
Kachin.
El equilibrio se relaciona con la idea de que estas sociedades buscan mantener un orden
social a través de una red compleja de alianzas y relaciones interconectadas.
el cambio social y cultural no debería ser visto simplemente como una amenaza al
equilibrio, sino como un proceso natural en el que las sociedades se adaptan y se
transforman
A partir de allí, las etnografías Los Nuer (1992 [1940]) y Sistemas Políticos de Alta Birmania.
Una estudio de la estructura social Kachin (1976 [1954]) de Evans-Pritchard y Leach,
respectivamente, en torno al concepto de estructura, avanzan en su complejización
planteando tanto continuidades como ruptura. al elaborar una problematización de lo social
que permite abordar el cambio y la dinámica Y de esta forma el autor subraya, asimismo y
en discusión con el empirismo propio de la escuela británica, que las categorías del
entendimiento humano, que para Durkheim y Mauss tanto como para Radcliffe-Brown y
Evans-Pritchard, entre otros, serían sociales, estarían dadas a priori, es decir, no replicarían
lo social sociocultural, reconociendo allí el lugar de los actores hasta entonces ausentes
tanto en el estructural-funcionalismo británico como en el estructuralismo francés.

La antropología política del clientelismo/patronazgo. Desarrollismo


se incorpora a la agenda académica dentro de este espacio intelectual, enmarcada por el
proceso de modernización en sociedades complejas y especificándose como área
temática al construirse en torno al problema de las ‗subculturas morales y políticas
incrustadas en el Estado‘, en esos puntos de encuentro entre lo tradicional y lo
moderno, lo local y lo nacional, etc

Trabajan en comunidades que tienen Relación con el Estado Nación.

BUSCAN DEFINIR LAS ESTRUCTURAS NO INSTITUCIONALIZADAS.

WOLF
El antropólogo está profesionalmente capacitado para estudiar esas estructuras
intersticiales, suplementarias y paralelas de las sociedades complejas y explicar su
relación con las instituciones estratégicas fundamentales en las que se inscriben. En este
trabajo, quisiera referirme a tres categorías de instituciones paralelas de las sociedades
complejas, a saber, las relaciones de parentesco, de amistad y de patronazgo.

Dado que mis experiencias en trabajo de campo se han limitado a América latina y al
Mediterráneo europeo, mis ejemplos procederán en su mayor parte de esas zonas y mis
juicios se basarán fundamentalmente en dichos ejemplos. Me referiré a aquellos que, en
mi opinión, son susceptibles de ampliarse a otras regiones,: _ - Por supuesto, no debemos
concebir las estructuras de la sociedad compleja como una anarquía ordenada.

Las estructuras no institucionales de las que he hablado se superponen al


sistema y funcionan y existen en virtud de éste, que es anterior a ellas desde un punto
* Intercambio de favores y de obsequios personales para conseguir extraoficíalmente una
serie de ventajas. - Relaciones de parentesco, de amistad y de patronazgo... de vista
lógico, aunque no cronológico.

El lazo primario de la diada amistosa no es producto de una situación ya dada. La


amistad se gana. Si queremos hacer un análisis sociológico válido del vínculo amistoso,
debemos, en mi opinión, distinguir entre dos tipos de amistad.

● 1) amistad expresiva o emocional


● 2) amistad instrumental.

1- considerar la amistad como una fuerza compensatoria. Creo que podremos encontrar
amistades emocionales sobre todo en situaciones sociales en las que el individuo esté
firmemente inserto en agrupaciones solidarias, tales como comunidades y linajes, y en las
que el tipo de estructura social inhiba la movilidad geográfica y social. En tales situaciones,
el acceso del ego a los recursos—ÿnaturales y sociales— está ampliamente cubierto por la
unidad solidaria, y la amistad puede proporcionar, como mucho, distensión emocional y
catarsis frente a las tensiones y presiones que impone el desempeño del rol.

2. En este tipo de amistad, aunque el acceso a los recursos —naturales o sociales— no


constituye su objetivo principal, la búsqueda de tal acceso es un elemento consustancial a
la misma. En contraste con la amistad emocional, en la que la relación se limita a la "diada
en ella involucrada, en la amistad instrumental cada uno de los componentes de la misma
actúa como potencial eslabón de conexión con otras personas del exterior. Cada uno de los
amigos es promotor del otro.A diferencia de la amistad emocional, que va acom¬ pañada de
una limitación del círculo social, la amistad instrumental sobrepasa los límites de los grupos
ya existentes e intenta establecer cabezas de puente en nuevos grupos

Cabría especular sobre el papel que desempeña esta carga emocional. La situación de
partida de la amistad es de reciprocidad,. La relación tiene como objetivo que se dé una
amplia e indeterminada serie de prestaciones de ayuda mutua.

La carga afectiva puede considerarse, por tanto, como un instrumento para


mantener el vínculo dentro de una relación de confianza y de crédito totales

. Además, lo que en un principio puede haber comenzado como una relación de


reciprocidad simétrica entre iguales, puede, a lo largo de prestaciones recíprocas de
servicios, convertirse en una relación en la que una de las partes —debido a la suerte o a
una gestión inteligente— acceda a una posición de fuerza, en tanto que la otra se halle en
una posición de debilidad. La carga afectiva que mantiene el carácter de reciprocidad
equilibrada entre iguales puede considerarse como un instrumento para asegurar la
continuidad de la relación frente a un eventual desequilibrio ulterior. De ahí también que la
relación se vea amenazada cuando una parte explota ostensiblemente a la otra (Pitt-Rivers,
1954, página 139). Análogamente, la relación se romperá si los favores se hacen esperar,
dejando vía libre para contraer nuevos vínculos amistosos. Este tipo de amistad contiene,
por tanto, un elemento que le proporciona una sanción interna y cualquier desequilibrio en la
relación la rompe automáticamente.

James Scott cuestiona el carácter de reciprocidad.

La relación patrón-cliente —una relación de intercambio entre roles— puede ser


definida como un caso especial de lazo diádico (dos personas) que involucra una amistad
instrumental en la que un individuo de status socioeconómico más elevado (patrón) usa su
propia influencia y recursos para proveer de protección y beneficios o ambos a una persona
de status inferior (cliente), quien por su parte recíprocamente ofrece apoyo y asistencia
general, incluyendo servicios personales a su patrón.

Scott señala tres características distintivas adicionales de esta clase de relaciones:

(i) están basadas en la desigualdad;

(ii) son relaciones cara a cara;

(iii) tienen una ―flexibilidad difusa‖,

es decir, son relaciones que involucran a la totalidad de la persona y no lazos


impersonales de carácter contractual. Se trata, entonces, de relaciones entre dos personas
que tratan directamente y que contraen obligaciones recíprocas cuyo cumplimiento o
incumplimiento afecta a la totalidad de sus personalidades sociales.

Estas relaciones se fundan sobre una desigualdad preexistente, tanto material


como de estatus y, de hecho, es muy habitual que este tipo de lazo venga a superponerse
con otros previos, ya desiguales, como los que se dan entre terrateniente y arrendatarios,
empleador y trabajadores, proveedor monopólico de servicios y quienes los contratan, el
comprador exclusivo de ciertos productos y quienes los producen para venderlos, etc.

En función de esa desigualdad de origen, las relaciones patrón-cliente están


orientadas al intercambio de bienes y servicios que no son equivalentes, en una
situación en la que quien ocupa la posición inferior (el cliente) no puede acceder por sí
mismo a los que ofrece quien ocupa la posición superior (el patrón) y, precisamente por
esa razón, necesita recurrir a éste, lo que supone someterse a una relación de
dependencia.

En esas condiciones, patrón y cliente ―no intercambian ya bienes y servicios equivalentes‖


(Wolf, 1980 [1966]: 34): en efecto, lo que 5 brinda el patrón (ayuda material, favores
concretos como agilizar un trámite burocrático, conseguir un turno médico o una vacante
escolar, etc.) es más inmediatamente ‗tangible‘, en el sentido de que puede ser claramente
especificado y recordado, mientras que lo que brinda el cliente aparece como más bien
intangible (demostraciones de respeto y estima, servicios personales —entre los que
destaca la información—, apoyo político).

Esto tiene el efecto de reforzar la desigualdad en que se basa la relación pues, si bien
ambos están mutuamente obligados, siempre parece que el cliente se encuentra claramente
en deuda para con el patrón, y también porque, al no poder nunca retribuir bienes y
servicios equivalentes a los que recibe, el cliente se ve ―moralmente obligado no sólo a la
mera expresión de lealtad, sino a demostrarla cada vez que le sea posible o su patrón se lo
requiera.

Si bien esta definición permite trazar las líneas generales del fenómeno, todos sus aspectos
han sido puestos en discusión, por lo que ninguno de ellos deja de ser problemático.

Para empezar (a), la mención del carácter diádico de las relaciones patrón-cliente
implica una atención privilegiada a la interacción cara a cara entre individuos. Sin embargo,
habitualmente las relaciones patrón-cliente son consideradas no sólo como formando parte
de sistemas de relaciones sino como ejerciendo un papel de articulación entre
diferentes sistemas, perspectiva que tiende a enfatizar el desempeño de papeles de
ciertas características por parte de ambos participantes.

Por otro lado (b), la definición de Scott hace referencia explícita al carácter instrumental
de relaciones entre personas de status socioeconómicos desiguales, al tiempo que
remite implícitamente al concepto de “reciprocidad", Encontramos, pues, que en la misma
definición conviven apelaciones a la naturaleza desigual y al carácter moral de los lazos en
cuestión.

De esta forma, Scott concluye que las relaciones patrón-cliente son apenas ―relaciones de
dependencia personal entre miembros de distintas clases‖ que aparecen como legítimas a
los ojos de los clientes pero que pueden llegar a ser percibidas como relaciones de
explotación si el flujo de los intercambios deja de garantizar sus necesidades mínimas.

Estos análisis serían fundamentales para el posterior tratamiento del


clientelismo/patronazgo en cuanto un tipo de „estructura de mediación‟ entre el
Estado y las comunidades locales, desarrollado por investigadores que ya no trabajaban
en contextos coloniales sino que lo hacían en los países de Europa que eran considerados
como ̳menos modernos‘ o como relativamente atrasados en el proceso de modernización:

Un hito clave en esta línea lo representa el libro Grazalema Un pueblo de la Sierra,


donde PittRivers analiza la relación entre esa comunidad andaluza y el Estado español en
tiempos del franquismo, mostrando que la tensión entre ambos es mitigada a través del
clientelismo, que es puesto en juego por los miembros del ‗grupo dirigente‘ local.
Coincidiendo parcialmente con la propuesta contemporánea de Wolf, Pitt-Rivers encuentra
los fundamentos del mecanismo articulador entre comunidad local y Estado en la
̳institución de la amistad‘ que, en situaciones de desigualdad material, da origen a
una estructura de clientelismo.

Recapitulando, puede observarse que durante la década de 1950 y la primera mitad


de la de 1960 los estudios antropológicos de la política se van concentrando paulatinamente
en: (i) los intersticios‘ de las instituciones formales de las sociedades complejas, es decir,
los agrupamientos y entramados de relaciones sociales no formalizados que, de alguna
manera, se vinculan con aquellas; y (ii) las áreas “marginales‘ de esas sociedades
complejas, en el doble sentido de que se tiende a trabajar en aquellas sociedades que
generalmente eran consideradas como más atrasadas en términos de modernización (los
países del hemisferio sur, la periferia de Europa, etc.) y de que se lo hace en sus zonas
rurales. En la práctica, ambos factores implicaban que, en la medida en que se abocaban al
estudio de la política en sociedades complejas, los antropólogos tendían a concentrarse en
cuestiones para las que podían reivindicar una capacitación especial: las relaciones
personales, los agrupamientos y actividades no institucionalizados, y las comunidades de
pequeña escala.

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