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Síndrome de dificultad respiratoria del recién nacido

Fue llamado en un inicio enfermedad de membrana hialina, derivado de los hallazgos de fibrina y restos
celulares en los alvéolos de niños prematuros fallecidos.

Se presenta como un cuadro de dificultad respiratoria grave, particularmente en recién nacido de pretérmino y
corresponde a la principal causa de insuficiencia respiratoria del recién nacido prematuro. Durante la
respiración espontánea o asistida en estos recién nacido se produce daño alveolar y en bronquiolos terminales
por la reapertura repetida de los alvéolos colapsados y sobre distensión de los alvéolos que se han mantenido
abiertos, junto a la acumulación de detritos y fibrina dentro de la vía aérea.

La incidencia y gravedad aumentan al disminuir la edad gestacional, presentándose una incidencia del 80 – 90%
en el menor de 28 semanas. La incidencia es mayor en varones, nacidos por cesárea y en los segundos gemelos,
también pueden presentarse este cuadro en recién nacidos de mayor edad gestacional, hijos de madre
diabética con mal control metabólico y recién nacido con asfixia perinatal. Se considera que el principal factor
de riesgo del SDR es la prematurez, pero también influyen en su presentación la asfixia perinatal, diabetes
materna, ausencia de corticoides antenatales, sexo masculino y raza blanca.

La inmadurez pulmonar del recién nacido prematuro se manifiesta tanto desde el punto de vista bioquímico,
debido a la ausencia o déficit de surfactante, como desde el funcional y morfológico por el desarrollo pulmonar
incompleto. El pulmón en estas condiciones no puede realizar una aireación e intercambio gaseoso adecuado.

Síntomas
• Color azulado de la piel y membranas mucosas (cianosis )
• Detención breve de la respiración (apnea)
• Disminución de gasto uterino
• Disnea
• Taquipnea
• Sonidos roncos mientras respira

Algunos exámenes
• Gasometría arterial: Muestra bajos niveles de oxígeno y exceso de ácido en los líquidos corporal.
• Radiografía de tórax: Muestra que los pulmones tienen una apariencia de "vidrio molido" que es típico de la
enfermedad.
• Análisis de laboratorio: Para ayudar a descartar infección como causa de los problemas respiratorios.

Tratamiento

A los bebés se les administra oxígeno húmedo y caliente. Sin embargo, este tratamiento es necesario vigilarlo
cuidadosamente para evitar los efectos secundarios por la presencia de demasiado oxígeno.
Se ha demostrado que es útil administrar un agente tensioactivo a un bebé. Sin embargo, este se administra
directamente en las vías respiratorias del bebé, por lo que existe cierto riesgo. Aún es necesario realizar más
investigación sobre cuáles bebés deben recibir este tratamiento y cuánta cantidad de la sustancia se debe
emplear.

El uso de ventilación asistida con un respirador puede salvar la vida de algunos bebés. Sin embargo, el uso de
respiradores puede dañar el tejido pulmonar, así que este tratamiento se debe evitar en lo posible. Los bebés
pueden necesitar este tratamiento si presentan:

Nivel alto de dióxido de carbono en la sangre


Bajo nivel sanguíneo de oxígeno
pH bajo en la sangre (acidez)
Pausas repetitivas en la respiración
Un tratamiento llamado presión positiva continua en la vía respiratoria (CPAP, por sus siglas en inglés) puede
evitar la necesidad de asistencia respiradora o agente tensioactivo en muchos bebés

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