Ezequiel capítulo 7

Ezequiel detalla una serie de visiones que predicen el fin de Judá como nación debido a su
idolatría y corrupción.

En el capítulo 8 Se registra que Ezequiel es llevado en visiones desde Babilonia al templo

de Jerusalén para ver la gran maldad que ahí se practicaba.

En capítulo 9 se cuenta de un mensajero angelical a quien el Señor mandó poner “una

señal” en los justos para protegerlos de la destrucción.

En el capítulo 10 Ezequiel es testigo de uno de los acontecimientos más significativos en la

historia de Israel: la salida de la presencia y la gloria de Dios del templo en Jerusalén.

En el capítulo 11 se brinda algo de esperanza para generaciones futuras con la profecía de

que el Señor recogerá a Su pueblo hacia las tierras de promisión y renovará Su relación de
convenio con él.

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Capítulo 12

La suerte corrida por Sedequías se correspondía con la acción simbólica llevada a cabo por
Ezequiel, ilustrando lo que iba a pasar al rey Sedequías y al pueblo que permanecía en
Jerusalén. Esto era para mostrar al pueblo que no debían confiar ni en su rey ni en su ciudad
capital para que los salvara del ejército babilónico: solo Dios podía hacerlo.
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