Está en la página 1de 2

BUENOS DIAS SOFIA

ESCENA I

Sofía ya de edad adulta cuenta con ayuda de una psicóloga para ahondar en los sucesos de su niñez.

Psicóloga: Cuéntame ¿Que escuchabas?

Sofía: cada mañana, al despertarme, una voz de mujer me decía al oído suavente, (pausa) buenos días
Sofía. (Con nostalgia)

Psicóloga: Sofía cuéntame ¿cómo te hacía sentir?

Sofía: pasó por tanto tiempo, que me acostumbre a escucharla, (pausa) fue mi compañía.

Psicóloga: quieres decir que te alegraba escucharla.

Sofía: si, ya era parte de mi familia (graciosa)

Psicóloga: Hablaste de esto con tus padres, un amigo, algún otro familiar.

Sofía: No, sabía que no me entenderían, es raro escuchar a alguien que no existe, además ellos nunca
estaban, no me hablaban, estaba sola.

Psicóloga: ¿sabes que no es normal escuchar voces sin algún estimulo exterior? ¿Es por eso que
decidiste venir?

Sofía: ahora sé que no es normal, cuando era niña para mí era lo más normal del mundo, pero vine
porque ya no me saluda, perdí parte de mi familia, sin ella estoy sola nuevamente.

Psicóloga: Entiendo, pero sabes que lo normal es no escucharla, sé que no es lo que quieres escuchar,
pero en el mundo hay gente que puede estar contigo realmente, solo debes dejar que ellos se
acerquen, hay gente buena que te ama y mucha más que podría amarte.

Sofía: el día que se fue, sabía que no la volvería, me dijo al oído muy cerca, la luna me conto un secreto,
debo irme para que sigas viviendo…

Psicóloga: debes creer que fue cruel de su parte, pero pensó que era lo mejor para ti.

Sofía: sabe, nunca entendí porque mis padres no me querían, creí que era mi culpa por ser diferente,
ellos tenían los ojos muy oscuros como la noche y los míos, bueno azules como el mar.

Psicóloga: es normal puesto que no eran tus padres biológicos

Sofía: bueno yo no lo sabía, era muy niña, y muy tonta.

Psicóloga: no eras ni eres tonta, eras una niña con la inocencia con la que llegamos todos a este
mundo.

Sofía: Un día me di cuenta, que yo no pertenecía allí, me encontré unos ojos azules, observándome, al
instante su saludo, buenos días Sofía y entendí que alguien me amaba, alguien como yo.

Psicóloga: ¿Quién es ese alguien, Sofía?

Page 1 of 2
Sofía: quisiera creer que era madre que nunca se fue.

Page 2 of 2

También podría gustarte