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Especialización en Comunicación y Lenguajes Digitales

Curso: Aportes para el análisis del discurso


Trabajo Final

Autora: Lic. Natalia Amani Cánovas


Docente: Prof. Dra. Marta Palacio
Año: 2022
Justificación

El Análisis del Discurso se ha erigido desde mediados del siglo XX en


una herramienta metodológica que permite su asociación con diferentes
constructos teóricos y perspectivas. Si bien, a lo largo del tiempo la Retórica, la
Hermenéutica y el Análisis de Contenido han buscado analizar los discursos
que circulaban en la sociedad, la interpretación de los mismos quedaba
restringida por el tipo de datos que utilizaba. El Análisis del Discurso en todas
sus variantes ha posibilitado dar cuenta de los sentidos implícitos detrás de las
estructuras lingüísticas al incluir dentro del análisis a las condiciones de
producción y recepción para así abordar el texto como el resultado dinámico de
una serie de estrategias discursivas que ponen de relieve las tensiones que se
producen dentro de las relaciones sociales. (Sayago 2014, p. 3)

Este trabajo presenta una reflexión sobre la elección de un artículo que


se publicó en el marco del 1er ENCONTRO DA ALESDE en Brasil en el año
2008. Consideramos que ese texto, cuyos autores son Pablo Alabarces, José
Garriga Zucal y María Victoria Moreira, fue apropiado para realizar nuestro
análisis porque aborda la problemática planteada desde una perspectiva
interdisciplinaria que incluye a la Sociología, la Antropología y el Análisis del
Discurso. La investigación analiza los significados que los integrantes de las
hinchadas de fútbol argentinas dan a las acciones violentas a través de la
categoría de aguante. Es decir, la representación discursiva del fenómeno de la
violencia en el fútbol.

Explicitación de las categorías de análisis realizado.

Para el análisis del discurso se estableció como principal categoría de


análisis el aguante en tanto significante organizador de las prácticas dentro y
fuera de la cancha.

Como ya explicitamos en la actividad anterior, esta categoría es definida


en el marco de la investigación como una categoría polisémica que conjuga
diferentes significados, pero que en la cultura del fútbol indica
indefectiblemente la puesta en acción del cuerpo. El corpus de análisis está
conformado por los dichos de los participantes en entrevistas y por los cánticos
realizados durante los partidos en las canchas. También se tomaron crónicas
periodísticas y las coberturas televisivas de los eventos deportivos,
especialmente aquellos en los que se habían suscitado hechos de violencia. De
esta manera se entrecruzaron discursos provenientes de diversos ámbitos.

De acuerdo con lo planteado por Sayago en la bibliografía propuesta,


sobre este corpus se utilizó una estrategia cualitativa en la que se puso
especial atención en los enunciados producidos por los diferentes actores y
cómo esos enunciados tienen un correlato directo con las luchas que se
originan fuera de los estadios entre las barras enfrentadas.

Tal como lo propone Sayago (2014 p. 5) el análisis comienza con un


proceso de codificación que consiste en el etiquetamiento y la desagregación
de pasajes textuales de acuerdo con la categoría buscada. Así encontramos
que son tomadas expresiones tales como: “muchas veces nos bancamos la
lluvia, los palos de la yuta y todo eso por vos”, “Aguantar es pararse siempre,
en desventaja, quedarse y poner el pecho”, “tener aguante es mostrarle al otro
que tenés huevos” “que sos macho, que te la bancás” “agarrarse a piñas”.
También recuperan las expresiones con las que los periodistas deportivos se
refieren a estos grupos, a saber: “los inadaptados de siempre”, “bárbaros”, “las
bestias”. En este sentido, lo podemos pensar como una clase de capital en
juego, cuya acumulación es fundamental. Podemos rastrear en los
presupuestos del análisis que la teoría de Pierre Bourdieu se utilizó como
marco interpretativo de los discursos y de las prácticas. Así concluyen que el
aguante es un capital social y simbólico cuya lógica es la que organiza el
campo. De esta manera, la investigación constituye una tarea altamente
reflexiva en la medida que permite desvelar y desnaturalizar la mirada con
respecto a los sentidos que circulan en torno a la violencia en el fútbol.

Ahora bien, al pensar al aguante en tanto lógica organizadora del campo


podríamos incluir para la comprensión de su construcción discursiva, los
conceptos de “ethos” y “pathos”. Así, guiamos esta reflexión tomando las
definiciones que aportaron Maingueneau y Amossy. Ambos parten de la
siguiente definición de ethos: “la imagen de sí que construye el locutor en su
discurso para ejercer influencia sobre su alocutario.” (Charaudeau, 2005, p.
246). Para Dominique Maingueneau, la noción tradicional de ethos abarca
además de la dimensión vocal, también el conjunto de determinaciones físicas
y psíquicas que están estrechamente vinculadas por las representaciones
colectivas al personaje del orador. (Maingueneau, p.3). Veamos cómo este
concepto se relaciona con la construcción del locutor en el trabajo de
Alabarces.

La “hinchada” conforma una “comunidad” de pertenencia a la que


pertenece el locutor, en este caso colectivo, que se define por ser los
poseedores del “aguante”, los que pelean (Alabarces 2004; Garriga Zucal 2005;
Garriga Zucal y Moreira 2003). Este capital los agrupa y a la vez los diferencia.
La nominalización del verbo aguantar permite construir comunidades definidas
por la práctica; los que “tenemos aguante” y los que no lo tienen.

Además, Maingueneau agrega que “El carácter y la corporeidad del


garante se apoyan sobre un conjunto difuso de representaciones sociales
valorizadas o desvalorizadas, de estereotipos sobre los cuales la enunciación
se apoya” (maingueneau, p4) De esta manera podemos observar cómo se
repite en los dichos recogidos de los hinchas, la construcción de un “otro”, que
no comparte las prácticas, que no comparte la pasión. En este sentido, afirma
Alabarces que aguantar es poner el cuerpo, específicamente mediante el uso
de la violencia física. Podríamos pensar que, en un sentido más amplio del
término, el cuerpo puede “ponerse” de diferentes maneras, como con el aliento
a través de cánticos, viajando por todo el país, incluso fuera de él, yendo a la
cancha de local o visitante, soportando las incomodidades como la lluvia, el
frío, el calor, los viajes eternos en colectivo, las largas filas (presenciales o
virtuales) para la compra de entradas en un partido importante. Dice Alabarces:
“En todos los casos, el cuerpo aparece como protagonista”. Sin embargo, en la
representación de los hinchas la violencia física es la que otorga el sentido
dominante del aguante. Este discurso es, a su vez, refrendado por aquellos que
quedan excluidos de la categoría “aguante”, principalmente por los medios de
comunicación que se valen de estereotipos y desvalorizaciones a la hora de
referirse a estos grupos, utilizan significantes tales como “los violentos”, “los
inadaptados”, etc.

Para seguir en la línea planteada por Maingueneau, no podemos dejar


de incluir en esta reflexión, el modo con el cual el co-enunciador se relaciona
con el ethos de un discurso. De acuerdo con esto, la persuasión de un discurso
proviene del hecho de que lleva al co-enunciador a identificarse con un
conjunto de valores, ideas y representaciones del mundo históricamente
constituidas y cristalizadas.

No obstante, es necesario en este punto recurrir al concepto de “pathos”


ya que consideramos que la reflexión sobre discurso vinculado a lo deportivo y
específicamente a lo futbolístico, debe incluir la revisión de aquellos aspectos
que escapan a lo racional. El pathos se refiere a la capacidad que tienen las
palabras de provocar emociones y sentimientos en el co-enunciador y de este
modo lograr su adhesión al conjunto de ideas propuestas. Es importante
aclarar que hablamos de la emoción de alocutario, en el que se puede generar
euforia, solidaridad, empatía, etc. El objetivo es lograr que el auditorio se
identifique con los sentimientos del enunciador. Esta identificación puede
realizarse en dos niveles; el primero consiste en la explicitación de las
emociones que experimenta. El segundo es, la sugerencia de ese sentimiento
de un modo relativamente indirecto que le permitan adivinar al alocutario y

empatizar con la afectividad propuesta en el discurso. Ahora bien, esos

sentimientos siempre son objeto de una tensión entre el locutor y su alocutario,


ya la adhesión no se logra de manera incondicional, sino que es producto de
una negociación en la que ambas partes ponen en juego diferentes estrategias,
ya que como menciona Amossy (p.11), la emoción muchas veces debe
presentarse como la reacción que debe sustituir a la emoción a la emoción
experimentada por el alocutario y que es producto de diversos contradiscursos.

Volviendo al trabajo de Alabarces, podemos hacer referencia a otras


expresiones mencionadas en el trabajo, así los hinchas inscriben en sus
banderas, o “trapos”, el nombre del barrio de pertenencia o frases alegóricas de
ese sentimiento incondicional (“todas las rutas me llevan a vos”, “amor, pasión,
locura”). El trabajo, además, agrega que la barra es central en la fiesta de la
popular. Sus integrantes llevan decenas de banderas y usan bombos para
acompañar los cánticos que ellos mismos dirigen desde el centro de la tribuna.
De este modo participan junto a los hinchas militantes del aliento al equipo y de
los cantos, cargados de metáforas e imágenes de guerra, conquista y
sometimiento sexual, destinados a la hinchada rival. Observemos otros
fragmentos del discurso: “aguantártela es no correr cuando se arman los
combates, pararte…”, “sos macho, que te la bancás”. Como vemos las
emociones pueden decirse en los procedimientos sintácticos y en las
elecciones léxicas de los sujetos.

De esta manera, luego de reflexionar sobre el análisis del discurso que


presenta el trabajo de Alabarces y otros en torno a la violencia en el fútbol.
Concebir a la violencia en tanto práctica, que desde la lógica que articula el
campo es legítima. Y que además organiza el colectivo hinchado, la cual es
portadora de un capital simbólico que es el “aguante”, implica que la hinchada
no puede dejar de tener aguante. Es por esto que los autores dentro de sus
conclusiones, afirman que el aguante se ha devenido en una retórica, una
estética y una ética. Afirman que: “Es una retórica porque se estructura como
un lenguaje, como una serie de metáforas, y hasta titula un programa de
televisión”. Por otro lado, es también una estética porque se piensa como una
“estética plebeya” basada en un tipo de cuerpos que no se corresponden con
los propuestos por los modelos de cuerpos hegemónicos.

Y finalmente es una ética, porque el aguante es en definitiva una


categoría moral, una manera de estar en el mundo, de establecer amistades y
rivalidades, diferencias que solo se dirimen en la contienda, en el combate.
Desde esta perspectiva, la violencia no es punible, sino al contrario, es lo
esperable. Es lo que hay que hacer porque el código de honor del aguante, así
lo indica y es incuestionable a la hora de pertenecer a la “hinchada”. Es un
ámbito la Justicia en tanto Institución no cuenta, porque forma parte del afuera,
de la alteridad, porque no interviene, o porque no es justa a los ojos de los
hinchas que piensan que es una justicia para ladrones de gallinas: entonces, lo
que queda es la justicia por mano propia, saldar la deuda de honor en los
términos que regula el campo. El aguante tiene siempre una orientación hacia
el otro. No es solo identidad, o mejor dicho precisa del otro, de otro, de la
competencia con el otro para ver quien tiene acumulado más aguante. Así, de
acuerdo a lo que proponen los autores: “las hinchadas establecen un juego
permanente, una suerte de campeonato imaginario del aguante, donde el
ranking se mueve todos los días”

Conclusiones

Para nuestro análisis asumimos algunos de los conceptos trabajados


durante el curso. En una primera instancia, sometimos el trabajo de Pablo
Alabarces y otros a un análisis a la luz del texto “El análisis del discurso como
técnica de investigación cualitativa y cuantitativa en las ciencias sociales” de
Sebastián Sayago para hallar cómo se presentan en el trabajo las
características de la investigación propuestas por el autor.

El aporte de esta revisión consistió en la sistematización de las


categorías de estudio presentadas, en este caso solo una, e identificar el tipo
de análisis del discurso que los autores realizaron. En esta investigación, si
bien no se utilizó el Análisis Critico del Discurso tal como lo propone T. Van
Dijk, sí encontramos un análisis del discurso multidisciplinario. En la
investigación podemos recuperar conceptos propios de los Estudios Culturales
y de la teoría de los campos de Pierre Bourdieu. Por otro lado, se incluye un
análisis de la retórica presente en los discursos de los hinchas, pero también
en el discurso de los medios de comunicación de masas.

En una segunda instancia, vinculamos la categoría que articula la


investigación con los conceptos de “ethos” y “pathos”. En el caso del “ethos”
nos permitió dar cuenta de los modos de construcción del enunciador, un
enunciador colectivo, y de las características de las cuales se inviste mediante
su discurso. En otras palabras, de cómo se representa a sí mismo el
enunciador en su discurso, cómo se inscribe y desde qué lugar construye su
legitimidad.
El “pathos” resulta sumamente prolífico a los fines de esta reflexión en la
medida que, los autores de la investigación reconocen que la lógica que
organiza este campo no es una lógica racional, sino una lógica atravesada por
las pasiones y las emociones. Desde esta perspectiva, apelar a los
sentimientos que despierta un equipo de fútbol que en muchos casos se sigue
desde niño, que está asociado a vínculos parentales y afectivos estrechos, al
territorio, etc. Esa comunión que aúna e identifica a un colectivo bajo una
bandera o “un trapo” se retroalimenta con las hipérboles, las metáforas y las
exclamaciones utilizadas por el enunciador con el fin de conmover y movilizar
al co-enunciador.
Bibliografía

Alabarces, P., Garriga Zucal, J. y Moreira, M. (2008) “El aguante y las


hinchadas argentinas: una relación violenta” 1° Encontro da ALESDE “Esporte
na América Latina: atualidade e perspectivas”, Curitiba

Amossy, Ruth (2000) L’argumentation dans la langue. París: Nathan. (Cap. 6:


El 3 pathos o el rol de las emociones en la argumentación. Cap. 7: Entre el
logos y el pathos: las figuras.)

Archetti, Eduardo (1985): Fútbol y ethos. Buenos Aires: FLACSO-Series de


investigación.

Bourdieu, Pierre (1988): “Cosas Dichas”. Gedisa

Bourdieu, Pierre (1991): “El sentido práctico”. Taurus

Charaudeau, P., & Maingueneau, D. (2005). “Diccionario de análisis del


discurso” Amorrortu

Garriga Zucal, J. y Moreira, M. (2006): “El aguante: Hinchadas de fútbol entre la


pasión y la violencia”. In MÍGUEZ, Daniel y SEMÁN, P. (eds). Entre santos,
cumbias y piquetes: Las culturas populares en la Argentina reciente. Biblos, (p.
55-73)

Maingueneau, Dominique (2002): “Problèmes d’ethos”, en Pratiques N


º113/114, junio de 2002. (Traducido y seleccionado por M. Eugenia Contursi).
[pp. 55-67].

Sayago, Sebastián (2014): “El análisis del discurso como técnica de


investigación cualitativa y cuantitativa en las ciencias sociales”, Cinta moebio
49, (pp. 1-10)

Van Dijk, Teum, (1998): “Ideología. Una aproximación multidisciplinaria”,


Gedisa.

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