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¿Qué es el cambio climático?

Según la convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático


(CMNUCC), el cambio climático es un cambio en el clima, atribuido directa o
indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la
atmósfera mundial, y que se suma a los cambios regulares que, de forma
natural, se dan en el planeta.

La Tierra tiene ciclos naturales que se cumplen cada cierto tiempo, entre los
que están los cambios climáticos. Por ejemplo, hace unos 10.000 años, el
clima de nuestro planeta era más frío que el actual y los glaciares ocupaban
un gran porcentaje de la superficie terrestre; poco a poco sucedieron
cambios que pusieron fin a ese último período glaciar.

No obstante, en las últimas décadas todos los seres vivos han sido
partícipes de la aceleración de este proceso, que ocurre de manera natural.
En vista de la gravedad de esta ocurrencia, la comunidad científica estudió
todas las posibles causas del cambio climático.

Sus conclusiones demostraron que las bruscas variaciones en el clima


están asociadas a diversos procesos industriales que requieren la quema de
combustibles fósiles, la tala masiva de masa forestal y el uso de
fertilizantes, entre otros.

A continuación, te daremos detalles de los desafíos del cambio climático.

Desafíos del cambio climático

La atmósfera terrestre está compuesta por diferentes gases que tienen


como función mantener una temperatura apropiada para la vida. A este
fenómeno natural se le llama efecto invernadero.

Es necesario que exista equilibrio en la emisión de gases de efecto


invernadero para conservar su justa proporción. Sin embargo, las
actividades humanas han aumentado la producción de estos gases
provocando el llamado calentamiento global, la principal de las causas del
cambio climático.

El ser humano es el responsable del cambio climático y sus emisiones de


gases de efecto invernadero que calientan el planeta, como veremos más
adelante. El gas más conocido es el CO2, causante del 63% del
calentamiento global, pero existen otras causas:
 Aumento desproporcionado de gases de efecto
invernadero: provocado por el uso de fertilizantes, la actividad
química para el tratamiento de aguas residuales, la quema de
combustibles fósiles, el transporte, la calefacción y el urbanismo.
 Crecimiento acelerado de la población: el aumento de la cantidad
de habitantes influye en la producción de gases que exacerban el
efecto invernadero
La generación de energía

La generación de electricidad y calor a través de los combustibles


fósiles provoca una gran cantidad de emisiones globales. La mayoría
de la electricidad se genera todavía con la combustión de carbón o
gas, lo que produce dióxido de carbono y óxido nitroso, que son
potentes gases de efecto invernadero que cubren el planeta y
atrapan el calor proveniente del sol. A nivel global, algo más de un
cuarto de la electricidad proviene de fuentes de energía renovables
eólicas y solares que, al contrario que los combustibles fósiles,
emiten poca o ninguna cantidad de gases o contaminantes en el aire.

Productos de fabricación

La industria y las fábricas producen emisiones, en su mayoría


provenientes de la quema de combustibles fósiles destinada a
generar energía para la fabricación de cemento, hierro, acero,
componentes electrónicos, ropa y otros bienes. La minería y otros
procesos industriales también generan gases, de la misma forma que
lo hace el sector de la construcción. La maquinaria utilizada en los
procesos de fabricación a menudo realizados mediante carbón,
petróleo o gas, y con algunos materiales, como los plásticos, están
compuestos de sustancias químicas derivadas de los combustibles
fósiles. La industria manufacturera es una de las que más
contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel
mundial.

La tala de los bosques

La tala de bosques a fin de crear granjas o pastos, o por otros


motivos, provoca emisiones dado que cuando se talan sus árboles se
libera el carbono que estos han estado almacenando. Cada año se
destruyen aproximadamente 12 millones de hectáreas de bosques.
Puesto que los bosques absorben el dióxido de carbono, su
destrucción también limita la capacidad de la naturaleza para
mantener estas emisiones fuera de la atmósfera. La deforestación,
junto con la agricultura y otros cambios en la utilización de los
suelos, es responsable de aproximadamente un cuarto de las
emisiones de gases de efecto invernadero.

El uso del transporte

La mayoría de camiones, barcos y aeronaves funcionan con


combustibles fósiles. Esto hace que el transporte sea uno de los
sectores que más contribuyen a generar gases de efecto
invernadero, especialmente en lo que a emisiones de dióxido de
carbono se refiere. Los vehículos terrestres son responsables de la
mayor parte, debido a la combustión de productos derivados del
petróleo, como la gasolina, en los motores de combustión interna.
Sin embargo, las emisiones provenientes de barcos y aeronaves
siguen aumentando. El transporte es responsable de cerca de un
cuarto de las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la
energía a nivel global. Y la tendencia es que continúe este
importante aumento del uso de la energía para el transporte durante
los próximos años.

La producción de alimentos

La producción de alimentos provoca emisiones de metano, dióxido


de carbono y otros gases de efecto invernadero, de diferentes
maneras, en lo que se incluye la deforestación y la roturación de
tierras para la agricultura y el pastoreo, la alimentación del ganado
bovino y ovino, la producción y uso de fertilizantes y el abono
utilizado para los cultivos, además del uso de la energía que hace
funcionar el equipo de las granjas o los barcos pesqueros, siendo
normalmente con combustibles fósiles. Todo esto hace que la
producción de alimentos sea uno de los sectores que más
contribuyen al cambio climático. Además, las emisiones de efecto
invernadero también provienen del envasado y la distribución de los
alimentos.
La energía en los edificios

A nivel global, tanto los edificios residenciales como los comerciales


consumen más de la mitad de la electricidad total. Como siguen
utilizando carbón, hidrocarburos y gas natural para los sistemas de
calefacción y climatización, emiten cantidades importantes de gases
de efecto invernadero. La creciente demanda de sistemas de
calefacción y climatización, junto con el aumento en la adquisición
de aparatos de aire acondicionado y en consumo eléctrico por parte
de aparatos de iluminación y dispositivos conectados, ha contribuido
a un aumento en las emisiones de dióxido de carbono relacionadas
con la energía y que tiene su origen en las edificaciones, en los
últimos años.

Un consumo excesivo

Su hogar, el uso que hace de la energía, el modo de desplazarse, lo


que come, lo que derrocha, todo ello afecta a la emisión de gases de
efecto invernadero. Y lo mismo ocurre con el consumo de bienes
como la ropa, los componentes electrónicos y los productos
fabricados en plástico. Un gran porcentaje de las emisiones de gases
de efecto invernadero están ligadas a los hogares particulares.
Nuestro estilo de vida tiene un profundo impacto en el planeta. Los
más ricos son los que tienen mayor responsabilidad: el 1 por ciento
de la población mundial con mayor riqueza, en conjunto genera más
emisiones de gases de efecto invernadero que el 50 por ciento más
pobre.

ACCIONES POR EL CAMBIO CLIMATICO

Acelerar la transición a las energías renovables en los PEID: treinta y


seis pequeños Estados insulares en desarrollo y sus socios se han
reunido para compartir estrategias e impulsar la transición hacia
sistemas energéticos renovables y resilientes.

Acción climática para el empleo: esta iniciativa ha elaborado una


hoja de ruta y unas estrategias regionales de acción por el clima que
sitúan el empleo y el bienestar de las personas en el centro de la
transición hacia una economía verde.

Coalición fría: el mundo une fuerzas para ofrecer una refrigeración


eficiente y respetuosa con el clima para todos, lo que incluye planes
climáticos nacionales mejorados. La coalición destaca innovaciones
prometedoras como el «papel refrigerante», que mantiene la
temperatura de los edificios.

La Alianza Mundial para la Eficiencia Energética: La alianza, una


coalición de líderes gubernamentales, empresariales y no
gubernamentales, defiende la aceleración de la eficiencia energética
y ayuda a los países a preparar hojas de ruta para impulsar la
eficiencia. El Club del Tres por Ciento establece un objetivo de
mejora anual en eficiencia energética del 3 %.

Impulsando la Alianza del Carbón: países, inversores, empresas de


servicios públicos y ciudades se encuentran entre los que trabajan
en la jubilación anticipada del carbón como fuente de energía. La
alianza contribuye a impulsar un nuevo consenso político e industrial
para la eliminación progresiva de la financiación del carbón y su uso
como fuente de energía

Acción hacia un transporte respetuoso con el clima: más de 100


organizaciones han forjado la mayor coalición de la historia dedicada
a que todas las formas de transporte alcancen las cero emisiones.
Investiga cuestiones como el acceso a las zonas rurales y cómo
hacer que la economía de la descarbonización funcione. Un curso en
línea ayuda a los líderes urbanos a desarrollar soluciones de
movilidad urbana sostenible.

Descarbonizar el transporte: Coalición para llegar a cero: La


coalición, una poderosa alianza de más de 150 empresas marítimas,
energéticas, de infraestructuras y financieras, tiene un objetivo
ambicioso: la viabilidad comercial de los buques transoceánicos con
cero emisiones para 2030. Los Estatutos para la carga marítima
(«Sea Cargo Charter») definen puntos de referencia para
descarbonizar el transporte de contenedores marítimos a granel. En
virtud de los Principios de Poseidón, 15 bancos han revelado el
grado de adecuación de las carteras de préstamos del sector
marítimo con los objetivos climáticos.
Grupo de liderazgo en la transición de la industria: : con el objetivo
de que las emisiones de carbono de la industria se eliminen en 2050,
la iniciativa ha creado grupos industriales y ha elaborado hojas de
ruta para las industrias pesadas, en las que es difícil reducir las
emisiones de carbono. Su rastreador muestra el perfil de transición
de las industrias en diversos países

Llamamiento a la acción: asumir más ambición en la adaptación y la


resiliencia al cambio climático. El llamamiento, que cuenta con el
respaldo de 130 países y 86 organizaciones, establece objetivos más
ambiciosos en materia de adaptación y resiliencia. Insta a llegar a
los vulnerables, a aumentar rápidamente la financiación y a integrar
el riesgo climático en nuestras perspectivas de futuro

Coalición por una inversión resiliente al clima: esta iniciativa


moviliza al sector financiero privado mundial, en colaboración con
instituciones privadas y públicas clave, para integrar los riesgos
climáticos en la toma de decisiones de inversión. Actualmente,
cuenta con 65 miembros con casi 10 billones de USD en activos, y ha
contribuido a desarrollar herramientas para modelar el flujo de
efectivo y las prioridades relativas a las infraestructuras en función
del riesgo.

Coalición por una infraestructura resistente a las catástrofres:


gobiernos, organizaciones de la ONU, bancos multilaterales,
empresas e instituciones del conocimiento colaboran para aumentar
la resiliencia a los riesgos climáticos y de catástrofes en las
infraestructuras. La iniciativa promueve la investigación y la
innovación mediante un programa de becas.

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