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Y LA EVALUACIÓN
EN LA CLASE
DE ELE
Edita
Universidad Internacional de Valencia
Leyendas
Los términos resaltados a lo largo del contenido en color naranja se recogen en el apartado GLOSARIO.
Índice
1.1.2. Diseño del programa por medio de los contenidos y los recursos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
2.3. El diccionario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
5.2. Portafolio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
5.3. Exámenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
6.3. L
os niveles comunes de referencia y la competencia comunicativa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
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La programación y la evaluación en la clase de ELE
GLOSARIO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
ENLACES DE INTERÉS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
BIBLIOGRAFÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
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Capítulo 1. La programación general de la materia: diseño de unidades y programación del aula
Capítulo 1
(…) un plan de trabajo para un curso concreto: descripción de los objetivos, selección y
secuenciación de los contenidos y de las actividades, especificación de la metodología
y forma de evaluación. Traslada la filosofía del currículo a un plan detallado de enseñanza
que variará en función de las características de los aprendientes y de la situación de ense-
ñanza-aprendizaje. A partir de un mismo currículo pueden derivarse diferentes programas.
(Martín, 2008c).
El enfoque será la base teórica del método que considere, desde un punto de vista u otro, la naturaleza de la
lengua y su enseñanza-aprendizaje. Hay que distinguir entre dos enfoques para hacer el programa.
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La programación y la evaluación en la clase de ELE
Según Wilkins (1976), existe la posibilidad de programar desde un punto de vista sintético o desde uno analí-
tico. El primero secciona la lengua en elementos lingüísticos aislados, los cuales serán enseñados cada uno
por un lado. El alumno los va asimilando gradualmente hasta completar la estructura de la lengua.
Por otro lado, los programas analíticos presentan la lengua en su estado natural, sin ser modificada o mani-
pulada según niveles. Este es un enfoque deductivo en el que el alumno va incorporando la lengua después
de ir trazando analogías lingüísticas.
Enlaces de interés
En el Diccionario de términos clave de ELE del Instituto Cervantes puedes encontrar también la defi-
nición de programa sintético y analítico:
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/programasintetico.htm
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/programaanalitico.htm
También distinguimos entre programas centrados en el producto o en el proceso. Además, se puede distin-
guir entre programas centrados en el contenido o en la metodología. El enfoque natural, la respuesta física
total, los programas de inmersión lingüística y los basados en tareas se centran en el proceso de aprendi-
zaje. Por otro lado, el enfoque estructural-situacional, el audiolingüístico, el nociofuncional y los programas
de fines específicos parten de los contenidos.
Son programas sintéticos los que se centran en el producto y los contenidos, y analíticos los que lo hacen
en la metodología y el proceso. Podemos distinguir una serie de programas que han sido las tendencias prin-
cipales en el diseño de la enseñanza de lenguas, aunque lo normal es que los rasgos de los modelos se
combinen dentro del aula, sobre todo a partir del reconocimiento de las necesidades subjetivas del alum-
nado, que requieren flexibilidad, adaptación y negociación por parte del profesorado.
Los métodos más antiguos partían de la gramática tradicional y evolucionaron hacia el estructuralismo en
un primer momento y hacia la lingüística cognitiva después. La novedad vino de la mano del concepto de
lenguaje como objeto de estudio interdisciplinar, en el que la función comunicativa ocupaba un lugar primor-
dial. La gramática pasó de ser el fin a ser el medio.
En la década de los 70 la escuela lingüística británica puso el énfasis en el enfoque comunicativo, de modo
que los actos de habla se sistematizaron en programas centrados en los usos y las funciones situacionales,
insistiendo así en los contenidos frente al método.
El enfoque estructural-situacional presentaba las pautas de la lengua para, tras ello, trabajar con el texto. En
la misma década, el enfoque nociofuncional se desarrolló a partir de los trabajos realizados en el Consejo
de Europa, el cual inició una sistematización de la enseñanza de las lenguas del territorio.
Se fue abandonando paulatinamente la enseñanza centrada en la estructura gramatical para abarcar las
categorías nocionales y de función comunicativa, aunque en la práctica este proceso fue lento y no se
abandonó del todo la presentación sistemática en fórmulas, estructuras y reglas gramaticales.
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Capítulo 1. La programación general de la materia: diseño de unidades y programación del aula
En la década de los 80, los nuevos enfoques tendían a conceder importancia a los procesos psicológicos a
la hora de aprender nuevas lenguas. Se empezaron a incluir factores que implicaban cada vez más al alumno.
El programa se fue abriendo a nuevos ámbitos como la dimensión social y cultural de la lengua, con una
tendencia cada vez mayor al enfoque metodológico, donde conocer la lengua se entendía como un
conjunto de competencias recíprocas de la comunicación.
a. Programa gramatical: la lengua se toma como un sistema compuesto por estructuras, reglas y cate-
gorías susceptibles de ser descritas. Es un enfoque sintético donde prima el producto sobre el proce-
so y que parte de los contenidos frente a la metodología. Responde al enfoque más antiguo en la
enseñanza de lenguas, por lo que se conoce como método tradicional-gramatical, y suele proceder
comenzando por la traducción en un primer momento para ir derivando hacia un método audio-oral,
procedente del estructuralismo y el conductismo estadounidense de mediados del siglo xx, que con-
sidera el proceso de adquisición como un proceso mecánico de adquisición de hábitos por análisis
contrastivo y analogía.
c. Programa natural: la clase se centra en la comunicación en sí antes que en las estructuras, y el profe-
sor tiene el papel de guiar al alumno, en el que la competencia lingüística va germinando poco a poco.
La corrección del error o de la interferencia se centra en el significado y no en la forma. Responde a
un enfoque analítico donde el proceso prima sobre el producto y la metodología sobre el contenido.
La idea es que la lengua se adquiere por medio de su uso, más que aprenderse.
Se ha ido desarrollando hasta derivar en una programación por proyectos que engloba finalidades
más amplias.
f. Derivado del anterior, el Marco común europeo de referencia para las lenguas (MCERL) aboga por un
“enfoque orientado a la acción”. Supone un uso real de la lengua y considera al alumno como pleno
agente social, por lo que las actividades fuera del aula y en contextos reales serán las idóneas (Institu-
to Cervantes, 2002).
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La programación y la evaluación en la clase de ELE
1.1.2. Diseño del programa por medio de los contenidos y los recursos
Hay una serie de procesos que se deben tener en cuenta en el desarrollo del diseño del curso (Regueiro,
2014).
En primera instancia, hay que analizar las necesidades y competencias que se persiguen. Segui-
damente, habrá que definir los objetivos y las destrezas que se pretenden desarrollar en el alumno
para, con base en ello, seleccionar los contenidos, los materiales y recursos necesarios para
alcanzar las metas de aprendizaje.
El diseño de la organización del programa variará en función de las necesidades y las características del
curso, pues habrá que tener en cuenta también los medios disponibles y el tiempo material del que se
dispondrá. Habrá que plantearse para qué enseñar, qué enseñar, cómo hacerlo y cómo evaluarlo. Igual-
mente, habrá que trabajar con todas las competencias y las competencias transversales para fomentar la
interacción real teniendo una visión global de la enseñanza.
1. Análisis de las situaciones meta: lo que el alumno necesita para desenvolverse en una situación.
2. Análisis de las deficiencias del alumno o de la situación presente: la comparación entre lo que el
alumno necesita saber para las situaciones meta y el nivel que presenta.
3. Análisis de las estrategias: las que el alumno como estudiante posee para aprender.
Definir los objetivos nos hace conscientes de las intenciones que deben guiarnos como profesores para
alcanzar las metas pedagógicas; además, nos ayuda a orientar la planificación, a seleccionar el material
idóneo y a la hora de la evaluación del aprendizaje. Los objetivos han de plantearse en infinitivo, mientras
que los contenidos serán enunciados con sustantivos a la hora de su exposición. Siguiendo a Tyler (1949),
hay cuatro maneras de plantear los objetivos del aula:
3. Patrones de comportamiento que se van a desarrollar, como “pensamiento crítico” o “interacción so-
cial”.
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Capítulo 1. La programación general de la materia: diseño de unidades y programación del aula
Los objetivos de actuación o de conducta ayudan a definir el programa, pues implican ciertas actividades
dadas en unas condiciones que permitan alcanzar el nivel esperado. En los objetivos generales del PCIC (Plan
curricular del Instituto Cervantes, 2006) se toma en consideración al estudiante desde tres dimensiones:
como agente social que se desenvuelve en las situaciones de comunicación, como hablante intercultural
que establece puentes entre su cultura de origen y la que aprende, y como aprendiente autónomo que tiene
responsabilidad y está implicado en su propio proceso de asimilación.
El lenguaje es una actividad cognitiva compleja con una base comunicativa y sociocultural, y en su apren-
dizaje es donde el profesor actúa como mediador y promotor del desarrollo y de la autonomía del alumno
en los procesos de integración y fijación de la información y el conocimiento. La taxonomía de objetivos de
Bloom (1971) establece que en el estudiante la esfera cognitiva (conocer, comprender, analizar, sintetizar),
la procedimental (aplicación de la expresión, adecuación) y la actitudinal (disposición al diálogo, a hacer
valoraciones) responden al dominio de las capacidades de asimilación, aplicación y evaluación de los conte-
nidos. Incluir los procesos de estas esferas a la hora de establecer los objetivos implica directamente al
alumno y lo que se espera de él.
Richards (1990) plantea objetivos del aula basados en otros aspectos, como las destrezas, los conocimientos
o las actitudes:
1. Objetivos basados en las microdestrezas que constituyen las cuatro macrodestrezas: comprensión
y expresión oral y escrita; leer, escribir, hablar y escuchar.
El currículo se entiende como plan de estudios e interpreta los factores que inciden en la enseñanza y el
aprendizaje como procesos. El plan de estudios puede estar estructurado en cursos, y estos en programas
que incorporan una gradación de los contenidos desarrollados en material, actividades y experiencia general
de aprendizaje. Es decir, el programa o syllabus gramatical estará enfocado desde un método concreto que
abarque los contenidos y donde estén seleccionadas y organizadas las actividades.
La programación debe tener en cuenta los condicionantes del contexto sociocultural de los alumnos y
su diversidad, su entorno, su lengua materna, sus necesidades objetivas y subjetivas, y el nivel que se va a
impartir. El esquema de los condicionantes será el siguiente:
2. Contenidos: las unidades didácticas en relación con los contenidos y su distribución temporal. Com-
prensión y expresión oral y escrita, gramática y léxico. Contenidos socioculturales (de cultura culta y
de cultura popular).
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La programación y la evaluación en la clase de ELE
El diseño es el nivel de análisis en el que se especifica la relación que guardan en un método las teorías de
la lengua y su aprendizaje con la selección y organización del contenido y la tipología de las tareas, las acti-
vidades y los materiales, además de los roles de los alumnos y del profesor. Engloba el enfoque y los crite-
rios del método y del procedimiento, el cual abarca las técnicas y las prácticas de clase. El diseño ha de ser
coherente con el programa y los objetivos y en su procedimiento y actividades.
Diseñar tanto la programación como las unidades didácticas que la componen supone delimitar el trata-
miento y el desempeño de los contenidos en situaciones de enseñanza-aprendizaje de acuerdo con el nivel
de lengua del alumno. Las unidades didácticas están constituidas por las técnicas y las estrategias en el
tratamiento de los contenidos de forma funcional, es decir, dentro del aula, y enfocadas a la comunicación
real fuera de ella, de modo que adquieran verdadero sentido significativo como parte de un todo.
Las unidades didácticas conforman la planificación del proceso secuencial que ha de hacerse conforme a la
coherencia estructural del programa general. La unidad didáctica, en su definición:
(…) está compuesta de una serie de horas de clase centradas en un tema de interés para los
alumnos. (…) Tiene como objetivo desarrollar los conocimientos instrumentales y formales
necesarios para que los alumnos puedan realizar algo en la lengua extranjera que antes no
podían hacer, o (…) mejor de lo que lo hacían (…). En una palabra, tiene como objetivo ampliar
su competencia comunicativa en todas sus dimensiones: lingüística, pragmática, sociolin-
güística y estratégica. El trabajo en el aula está organizado como una secuencia de tareas
de comunicación y de apoyo lingüístico (…) que conducen de una forma coherente y lógica
(…) a la realización de una tarea final. (Estaire, 2009, p. 23).
Las unidades didácticas se pueden organizar con base en estructuras lingüísticas profundas y superfi-
ciales, nociones, funciones y actividades, empleando recursos para poder dominar estructuras y voca-
bulario en actuaciones lingüísticas reales. Los elementos que componen la lengua se pueden estudiar
aisladamente, pero tan solo cobran sentido en un contexto que las integre.
Dependiendo del tiempo material del que se disponga en el curso, se hará un número determinado de
unidades didácticas, que normalmente engloban varias sesiones. En la unidad didáctica se planifica la ense-
ñanza respondiendo a un criterio de coherencia que relaciona el conjunto de elementos que, como parte de
la lengua, interactúan entre sí.
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Capítulo 1. La programación general de la materia: diseño de unidades y programación del aula
Para seleccionar los contenidos se atiende a las competencias que se van a desarrollar como parte de los
objetivos; en este sentido, la unidad didáctica es una organización específica del currículo, el cual es defi-
nido por el Diccionario de términos clave de ELE como el:
Diseñar las unidades didácticas es programar el aprendizaje a lo largo de las sesiones de clase, sin perder
el referente de la tarea final como objetivo en toda la organización de la unidad didáctica. El currículo viene
dado exteriormente, y conforme a él se establece la programación. En la progresión de la programación
es conveniente incluir unidades didácticas escala que sirvan de repaso de los conocimientos cada tres,
cuatro o cinco unidades. Asimismo, las estrategias, las técnicas, los recursos y las actividades se adaptarán a
los contenidos, y de acuerdo con ellos se diseñará la evaluación.
El diseño de la unidad didáctica de la programación toma un contenido temático central y las competencias
vinculadas a él. La unidad didáctica es sistémica por cuanto los elementos que la componen interactúan
entre sí y con el entorno. Por ello, el núcleo de la unidad didáctica suele ser principalmente un texto que
remite a una situación comunicativa verbal y, por tanto, a una situación en sentido amplio. Permite el desa-
rrollo de las macrodestrezas en las diversas modalidades de actividad que suscita. Además, permite el desa-
rrollo del elemento significativo por medio del léxico y del elemento funcional por la pragmática cultural que
se desprende de él. Los contenidos gramaticales permiten el desarrollo de los procesos cognitivos lingüís-
ticos.
Habrá una fase inductiva en la que el alumnado construya el aprendizaje por medio de las actividades
secuenciales propuestas por el profesor (técnica didáctica). Con la observación, el análisis y la compa-
ración guiada, el alumno podrá abstraer procesos generales (estrategia didáctica). La fase deductiva del
modelo PPP será primordial para la fijación a través de la trasposición, que verificará, con ejemplos y aplica-
ciones en nuevas composiciones de expresión, escrita u oral, la construcción del conocimiento (estrategia
de aprendizaje) y la ejecución de la acción comunicativa.
Siguiendo a Martínez-Atienza y Zamorano (2018), hay una serie de sugerencias que conviene tener en
cuenta en la enseñanza de español y que conviene tener presentes a la hora de diseñar la unidad didáctica:
3. Permitir que sea el alumno el que descubra las reglas gramaticales por sí mismo, y promover más tar-
de su utilización. Esto responde al principio de aprendizaje autónomo contemplado en el MCERL.
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La programación y la evaluación en la clase de ELE
5. Utilizar la inteligibilidad como criterio fundamental para el tratamiento del error y promover una co-
rrección positiva y variada.
7. Intentar conectar los aspectos lingüísticos entre diferentes clases o, en su defecto, dedicar tiempo a
su revisión al inicio de la clase.
9. Evitar la monotonía y ser creativo en los materiales, así como en las técnicas y las actividades.
10. Promover la exposición a la lengua oral y escrita en sus variedades regionales y registros sociales
más frecuentes.
12. Las explicaciones para el desarrollo de las actividades deben ser lo más claras posibles.
13. Definir los criterios y las herramientas de evaluación y darlos a conocer al alumno.
1. Componente fonético-fonológico.
2. Componente gramatical.
3. Componente léxico-semántico.
4. Componente pragmático.02+36
Estos componentes quedarán expuestos en la unidad didáctica, conjugados en los objetivos y las destrezas
que se van a desarrollar en ella. El centro de la unidad didáctica será el texto que nos permita hilvanar la
comprensión y la expresión de la gramática y el léxico, además del componente pragmático y la fonética.
1. Texto que integre los contenidos y las competencias: puede ser descriptivo, narrativo, dialógico,
expositivo o argumentativo.
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Capítulo 1. La programación general de la materia: diseño de unidades y programación del aula
Comprensión
oral
Expresión Desarrollo de
las destrezas Expresión
e interacción escrita comunicativas e interacción oral
Comprensión lectora
Vocabulario,
semántica,
marcadores, variantes
dialectales,
tecnicismos, etc.
Léxico
Fonética y Morfosintaxis
entonación Comprensión y Texto: integrador Gramática Rasgos
Pragmática expresión oral de contenidos y y usos del español de
sociocultural competencias
América
Comprensión
y expresión escrita
Descripciones,
narraciones, resúmenes,
ensayos, etc.
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La programación y la evaluación en la clase de ELE
Para poder identificar los principios metodológicos y la coherencia en el diseño, cabe preguntarse si el texto
es auténtico, procedente de la lengua meta real o sintético, cómo se introduce la gramática, cómo es el tipo
de actividad (de repetición, de memoria, para completar, de comprensión, interactiva o creativa), cómo se
suceden las fases de la lección respecto a su estructura, etc.
Enlace de interés
En el siguiente enlace podrás encontrar ejemplos de programaciones y unidades didácticas de varias
fuentes, entre ellas, el Instituto Cervantes y la Fundación Comillas:
http://www.avueltasconele.com/didactica/
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Capítulo 1. La programación general de la materia: diseño de unidades y programación del aula
Capítulo 2
Los recursos para el aula de ELE son muy variados. Podemos distinguir entre los personales, los ambien-
tales, los materiales en sí, los lexicográficos, los bibliográficos y los electrónicos y los multimedia (TIC).
Además de la televisión, la radio e Internet como principales medios de comunicación, en el aula podemos
servirnos de elementos como las láminas, el proyector o la pizarra. El material ayuda y sirve de apoyo a la
hora de enseñar una lengua por cuanto informa acerca de ella. El material auténtico nos permite introducir al
estudiante en el contexto real de la lengua, aunque muchas veces habrá que adaptarlo, pues no se puede
universalizar. La adaptación de los materiales dependerá de los objetivos y contenidos que se busquen,
además de las características del alumnado. El material es una fuente de interés que ha de motivar al alumno
en el proceso de aprendizaje de la lengua como instrumento comunicativo.
La elección de un manual de apoyo vendrá condicionada por el análisis de cada unidad didáctica y los obje-
tivos, así como por la estructura del mismo y su relación con nuestra programación. La elección del material
en general siempre conlleva una reflexión y un análisis, y la elaboración del material supondrá la considera-
ción del método y el enfoque. Asimismo, los materiales han de ser motivadores y de interés para el alumnado,
lo que implica el análisis de las necesidades concretas y una extensión proporcional.
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La programación y la evaluación en la clase de ELE
El material ha de guardar una lógica con lo que el alumno conoce y con la funcionalidad de lo que
va a aprender.
Por ello, se promueve la interacción en el aula, que fomentará en el alumno la competencia socio-
lingüística y la competencia discursiva, de modo que el nivel exija de él un intento de comunicar
significados para los que aún no posee recursos del código lingüístico, es decir, competencia
gramatical, potenciando sus procesos neuropsicológicos comunicativos implicados en la compe-
tencia estratégica.
Estas cuatro competencias comunicativas interrelacionadas fueron descritas por Canale y Swain
(1980, p. 29). Más tarde, Van Ek (1986, p. 59) incluyó la competencia sociocultural y la compe-
tencia social.
Las actividades y las experiencias de aprendizaje han de ser coherentes con los objetivos, los contenidos
y la metodología, y han de estar contextualizadas y bien explicadas respecto a las condiciones en las que
se llevarán a cabo, trasmitiendo lo que se espera como respuesta y trabajando en las habilidades de inter-
pretación y de expresión contenidas en las cuatro destrezas que mejorarán todas estas competencias.
Los materiales responden a criterios de selección, de organización y graduales. Igualmente, las actividades
serán secuenciales en el sentido de que irán clasificadas por niveles. Podemos trabajar con la clase en su
totalidad, por grupos, por parejas o de forma individual.
También podemos distinguir entre actividades de escritura y exposición, de lectura y de comunicación dialó-
gica.
Las actividades irán divididas en secciones enfocadas al descubrimiento del funcionamiento de las reglas
en procesos contextualizados y al afianzamiento de los usos, para que el alumno pueda recurrir a los
recursos dados en otras situaciones comunicacionales. Por tanto, las actividades no se realizarán de forma
mecánica, sino que irán ligadas a la posibilidad de trasposiciones futuras y al aprendizaje autónomo.
Nunan (1988) entiende que las actividades se basan en distintos enfoques, que pueden ser el gramatical, el
funcional, el de aprendizaje, el cognitivo, el cultural o el temático. También afirma que pueden clasificarse
según respondan a una situación de la vida real o a una interna del aula; igualmente, pueden inspirarse en el
objetivo o producto resultante del aprendizaje o en el proceso mismo.
Richards (1990) nos invita a preguntarnos si los materiales serán la principal fuente de información de la
lengua o solo un complemento del aula, si serán incorporados al programa adaptándolos, si serán materiales
editados o elaborados para el programa concreto y si habrá formas establecidas para su desarrollo y evalua-
ción.
Graves (1996) aconseja ir de lo más sencillo a lo más complejo, tanto en factores gramaticales como en los
cognitivos. Igualmente, se procederá de lo más concreto a lo más abierto y se plantearán en primer lugar
actividades introductorias que preparen al alumnado para las siguientes.
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Capítulo 2. La elaboración y la adaptación de materiales para el aula de ELE
Estaire y Zanón (1990) establecen una distinción entre tareas posibilitadoras, que permiten el conocimiento
formal, y tareas de comunicación, en las que se ejecuta dicho conocimiento; las primeras son la base de las
segundas.
Siguiendo el reciente estudio de Martínez-Atienza y Zamorano (2018), la progresión de las actividades debe
comenzar por las más controladas, contextualizadas y mecanizadas, en correspondencia con la fase de
reflexión lingüística, y terminar en las tareas más libres y significativas, ligadas a la fase productiva. Así, se
planterán primero las actividades de presentación, seguidas de una fase productiva, y se terminará con la
fase interactiva, más cercana a lo real.
Estos autores establecen que la planificación a medio plazo del uso de los procedimientos metodológicos
gira en torno a tres bloques de actividades:
3. Práctica libre: corresponde a la fase autónoma del aprendizaje, que requiere exposición y práctica
creativa y espontánea, la cual será la base para la generación de destrezas lingüísticas procedimen-
tales.
1. Preactividad o presentación: se trata de la preparación por medio del establecimiento del objetivo y
la dotación de recursos lingüísticos y conceptuales de contextualización. Esta fase integra muestras
de lengua explícitas que permitan un análisis que facilite la adquisición y toma de conciencia de los
fenómenos lingüísticos a través de actividades posteriores de conceptualización del sistema formal.
Esta fase corresponde a lo que se denomina input.
3. Posactividad o producción: pueden ser de práctica, de reflexión y de evaluación, con tareas signifi-
cativas que muestren el producto de la tarea final, a la que se llega por medio de las actividades pre-
vias, derivadas, capacitadoras y posibilitadoras.
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La programación y la evaluación en la clase de ELE
El material se organiza en referencia a las macrodestrezas que refuerza. El MCERL establece las cuatro
clásicas (entender y expresarse oralmente y por escrito en la lengua meta), y divide la expresión oral en la
capacidad de comunicar y la capacidad de interactuar conversacionalmente.
Ejemplo
Lo ideal es que las destrezas se intercalen en las actividades. Por ejemplo, tras la lectura de un
texto, se puede realizar un comentario oral de intercambio comunicativo entre los alumnos, esta-
bleciendo algún tipo de debate.
Igualmente, las actividades han de ir orientadas a trabajar las competencias comunicativas (lingüística,
discursiva, gramatical, estratégica y sociocultural). La competencia comunicativa comprende conoci-
mientos lingüísticos y funcionales, pero también socioculturales, estratégicos y discursivos, por lo que la
integración de las destrezas en el aula y en las tareas ha de estar orientada a la actividad comunicativa, que
no se presenta de forma segmentada en la vida real.
El estudio de Willis y Willis (2007, p.154) establece algunos criterios respecto a las tareas que debemos tener
en cuenta:
3. Hay que tener en cuenta las necesidades comunicativas, las habilidades y las estrategias del alum-
no.
6. Promover el feedback para aumentar la conciencia del proceso de aprendizaje del alumno.
7. Dar preferencia a las actividades cuyo resultado sea de aplicación y efectividad comunicativa más
allá del aula.
Las tareas o actividades se organizan en secciones donde, de diversas maneras, se utilizará la lengua como
instrumento mismo del proceso de adquisición de dicha lengua. De hecho, el objetivo de la tarea se corres-
ponde con la ejecución de esta. Las tareas son la columna vertebral de la unidad didáctica y la finalidad
de la misma, e integran el uso y la competencia comunicativa expresados en las diversas destrezas comu-
nicativas con la atención a la forma y al significado. Para ello, es conveniente que tanto el objetivo como los
recursos que se van a aplicar estén perfectamente expuestos y explicados. Tales indicaciones explicitarán
la función de la tarea, los elementos gramaticales que servirán como recursos, los elementos léxicos de los
que se puede y se debe disponer, ampliando el vocabulario y los campos semánticos de forma paralela a los
recursos gramaticales y, asimismo, los elementos culturales y pragmáticos.
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Capítulo 2. La elaboración y la adaptación de materiales para el aula de ELE
Martínez-Atienza y Zamorano (2018) señalan que el precepto principal de las actividades y del proceso de
aprendizaje de una lengua es que el procesamiento consciente del lenguaje a través de la realización de
dichas tareas haga que el estudiante interiorice los principios de uso inconscientemente para que pueda
utilizarlos en situaciones de comunicación espontánea y naturalmente, que el conocimiento explícito de la
tarea se transforme en implícito y en manipulación automática de la lengua. Sugieren, a este respecto, que la
naturaleza de las tareas ha de reunir una serie de características del ideal que se persigue con ellas:
1. Priorizar el contenido sobre la forma, pues debe primar la expresión de significado, ya que la adquisi-
ción de la competencia comunicativa es el objetivo final. Así, los diálogos pivotarán sobre las funcio-
nes comunicativas.
9. Evitar la monotonía y primar lo creativo sobre lo repetitivo y memorístico. Las actividades deben ser
de carácter motivador, de manera que resulten atractivas e interesantes para el alumno.
10. Proporcionar las condiciones necesarias para el uso significativo de la lengua y la interacción.
12. Las actividades deben incluir la posibilidad de adaptarlas a las distintas capacidades del alumnado,
implicándolo en el proceso de aprendizaje, atendiendo a sus características y necesidades.
García (2000) adapta una escala para medir el potencial comunicativo de los ejercicios a partir de lo esta-
blecido por Dublin y Olshtain (1987). Esta escala va desde un grado 1, que sería el más interactivo-comunica-
tivo, a un grado 7, que sería el menos interactivo.
2. El grado 2 corresponde a aquel en el que se expresa la nueva información proporcionando otra nue-
va, como se hace, por ejemplo, al escribir una redacción.
20
La programación y la evaluación en la clase de ELE
3. El grado 3 es aquel donde la nueva información tan solo se usa o se aplica extrayéndola de un mate-
rial anterior.
5. El grado 5 corresponde a aquel en el que hay recepción de información sin que haya reacción verbal.
Por ejemplo, cuando se siguen instrucciones o se dan respuestas físicas.
6. El grado 6 es aquel en el que se procesa la información, pero el énfasis está en la forma; es decir,
cuando se realizan operaciones mecánicas como ordenar, combinar, añadir, sustituir o leer en voz
alta.
7. El grado 7 es donde simplemente se recibe la nueva información, como ocurre al escuchar un audio
o ver la televisión, es decir, sin que requiera una respuesta por parte del receptor.
Este autor recoge de los citados Dublin y Olshtain otra gradación para medir el potencial cognitivo de
los ejercicios, de nuevo de siete niveles o grados. El primero es el de evaluación, en el que se expresan
juicios sobre un tema. El segundo es el de síntesis, donde se puede resolver un problema de forma creativa
y original. El tercero corresponde al análisis, donde se puede resolver un problema a la luz del conocimiento
consciente, como ocurre al jugar a un juego de cartas. El cuarto es la aplicación, donde se puede resolver
un problema que exija identificación y selección. El quinto corresponde a la interpretación, en el que se
descubren relaciones, generalizaciones o definiciones. El sexto es la traslación, como ocurre al extraer la
información de un texto. El séptimo es la memorización, en el que se recuerda o se reconoce información.
Conviene trabajar con un español actual y auténtico en los distintos niveles de espontaneidad para buscar
reproducir la realidad de la comunicación en diferentes tipos de discurso y de formalidad.
Es muy útil trabajar con el formato vídeo, pero también son muy recurrentes las audiciones. Se puede
trabajar con diverso material sonoro, como canciones en las que completar palabras que falten en una ficha,
conversaciones telefónicas o megafonías de centros públicos, monólogos y declaraciones, discusiones y
debates, chistes, etc.
Cassany, Luna y Sanz (1994) establecieron un esquema de los tipos de actividades de la destreza de
comprensión oral:
21
Capítulo 2. La elaboración y la adaptación de materiales para el aula de ELE
Benítez, Bueso y Gelabert (2002) hacen la siguiente división de actividades de comprensión oral:
• Comprender la forma del discurso, la estructura y sus partes. Identificar las palabras que marcan
dicha organización.
• Identificar las variantes dialectales y el registro del discurso, además de la entonación y su signifi-
cado.
4. Actividades para inferir los datos del emisor del discurso, del contexto comunicativo y de los códigos
no verbales.
A continuación, establecen el esquema ideal para trabajar las actividades de comprensión auditiva (Benítez,
Bueso y Gelabert, 2002, p. 17):
1. Trabajo de preaudición:
• Actividades de motivación.
22
La programación y la evaluación en la clase de ELE
6. Actividades de posaudición:
• Trabajo léxico.
Richards y Schmidt (1983), por su lado, proponen distintos tipos de modelos de actividades para la
comprensión auditiva:
1. Actividades de relación o distinción: donde se elige una forma entre varias propuestas, la que más se
corresponda con el discurso escuchado.
2. Actividades de transferencia: el alumno recibe una información que plasma en una representación
tipo esquema de lo escuchado.
5. Actividades de ampliación, donde se va más allá del discurso escuchado y se propone un título.
6. Actividades de condensación, en las que se reduce el contenido a una lista de notas o un resumen.
La expresión oral es la destreza que consiste en expresar mensajes orales y mantener conversaciones. La
expresión oral tiene unas peculiaridades muy concretas, y exige que se preste especial atención a la pronun-
ciación y a la entonación. Es una producción inmediata que surge de lo espontáneo e implica la interacción
y la inmediata retroalimentación del interlocutor.
Benítez, Bueso y Gelabert (2002, p. 37) proponen diversas actividades que suscitan el intercambio oral en el
aula:
1. Juegos de tablero, con temáticas como personajes y desempeño de roles o profesiones, de descu-
brimiento a través de preguntas.
23
Capítulo 2. La elaboración y la adaptación de materiales para el aula de ELE
El MCERL propone las siguientes prácticas para mejorar la pronunciación (Instituto Cervantes, 2002, p. 163):
• El profesor.
Enlace de interés
Te proponemos la lectura de “La enseñanza de la pronunciación en la clase de ELE”, de Irene Villaes-
cusa (Universidad de Hong Kong), artículo que encontrarás en el siguiente enlace:
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/publicaciones_centros/pdf/manila_2009/10_
investigaciones_03.pdf
El enfoque comunicativo considera la comprensión escrita como un fin en sí mismo. Hay materiales autén-
ticos (periódicos, revistas, publicaciones, anuncios, folletos, libros, etc.) y materiales graduados y adap-
tados por niveles que pueden ayudarnos en el cumplimiento de nuestros objetivos y propósitos en el aula.
Las disciplinas cercanas al análisis del discurso enfatizaron la importancia de las características intrínsecas
textuales, como la organización, la forma de las construcciones, las finalidades, los propósitos implícitos y
los parámetros clasificatorios como el género del texto. Esta misma línea ha seguido el enfoque por tareas,
donde prima el material auténtico con fines reales para desarrollar la competencia y la estrategia lectora en
el estudiante motivado. A la hora de llevar textos al aula, conviene no perder de vista ciertos factores, como
el nivel de lengua y la dificultad gramatical y lingüística, el tema, las destrezas implícitas en el texto, el tamaño
y el formato.
24
La programación y la evaluación en la clase de ELE
Resulta contraproducente invitar a los alumnos a leer en voz alta, pues así estos se centrarán más en la
producción correcta de su fonética que en la comprensión global del texto. Es más conveniente utilizar el
texto de acuerdo con un enfoque integrador e interactivo que fomente las estrategias del estudiante para
la comprensión. Esta será la labor del docente: proponer actividades relacionadas con el texto que pongan
en marcha la activación de esas estrategias que facilitan la comprensión total, global o de los detalles del
texto.
Benítez, Bueso y Gelabert (2002, p. 27) proponen el siguiente esquema para trabajar la destreza de la
comprensión lectora:
1. Trabajo de prelectura:
• Actividades de motivación.
6. Evaluación de la actividad.
7. Actividades de poslectura:
25
Capítulo 2. La elaboración y la adaptación de materiales para el aula de ELE
• Trabajo léxico.
• Juegos, etc.
Eres y Tiba Rádis (2010) señalan la importancia de ofrecer al estudiante información acerca de la naturaleza
de los textos. Señalan como imprescindible para contextualizarlos los siguientes elementos:
3. Tipo de situación en la que el texto está inserto (privada, pública, solemne, etc.).
2. Resumen.
5. Titular el texto.
Estas ideas de actividades enlazan con la destreza de la comunicación escrita, la cual incluye distintas
funciones que Cassany (2004, p. 326) denomina intrapersonales e interpersonales, que a su vez se subdi-
viden del siguiente modo:
a. Intrapersonales: el que produce la escritura lo hace con una finalidad que le concierne tan solo a él.
1. Registrativa: una información es plasmada para ser guardada y conservada con distintas finalida-
des.
26
La programación y la evaluación en la clase de ELE
1. Comunicativa: esta función tendrá un emisor y un receptor, al estilo del esquema de comunicación
de Roman Jackobson.
Estas funciones de la lengua escrita también pueden abarcar la función lúdica, que podrá ser intrapersonal
e interpersonal. En la elaboración de textos por parte del alumno, habrá que atender a la planificación de la
estructura, organizando las ideas con elementos y recursos de cohesión. Se puede establecer una diná-
mica de producción y de interacción haciendo redacciones colectivas, donde los estudiantes se impliquen
a la hora de negociar sentidos y aclarar dudas.
La expresión escrita se puede trabajar enfocándola desde la práctica de contenidos gramaticales y nocio-
funcionales, atendiendo a la forma y el estilo, pero también al contenido. Las actividades serán controladas o
de expresión libre.
Giovannini, Martín, Rodríguez y Simón (1996) proponen diversas actividades y juegos enfocados en el obje-
tivo que se quiere consolidar:
• Elaborar campos léxicos y hacer ejercicios de sinonimia o de homonimia para trabajar la cohesión
léxica: sustituir palabras repetidas.
27
Capítulo 2. La elaboración y la adaptación de materiales para el aula de ELE
• Escribir una composición utilizando párrafos para indicar las unidades principales de información:
en cada un párrafo una idea…
5. Actividades de integración: son aquellas en las que conjugamos muchas o todas las actividades an-
teriormente mencionadas.
Ejemplo
• Escribir un resumen.
• Hacer un memorándum.
Benítez, Bueso y Gelabert (2002, p. 47) proponen el siguiente esquema para trabajar la destreza de la expre-
sión escrita:
1. Preactividad/es:
• Actividades de motivación.
28
La programación y la evaluación en la clase de ELE
2. Exposición clara del objetivo de la actividad y de los pasos que se van a seguir para realizarla.
3. El proceso de la escritura.
5. Posactividad/es:
• Trabajo léxico.
• Juegos, etc.
2.3. El diccionario
Este es un material indispensable en el aula y fuera de ella para el estudiante de segundas lenguas. Por la
diversidad de orígenes lingüísticos y, por tanto, alfabéticos de nuestros alumnos, como profesores tenemos
que cerciorarnos de que el estudiante conoce el alfabeto.
Tras ello, conviene que reparen un momento en las abreviaturas y los símbolos de las entradas del diccio-
nario, lo cual les ayudará para conocer la palabra no solo en su ámbito léxico-semántico, sino también foné-
tico y morfológico.
Respecto al léxico, ya que una de las funciones que cubrirá el diccionario será la léxica, el MCERL establece
distintas formas en las que el estudiante desarrollará su vocabulario (Instituto Cervantes, 2002, p. 159):
a. Mediante la simple exposición a palabras y expresiones hechas utilizadas en textos auténticos de ca-
rácter hablado y escrito.
b. Mediante la búsqueda en diccionarios por parte del alumno, o preguntando el vocabulario a los alum-
nos, etc., según sea necesario en tareas y actividades concretas.
Ejemplo
Se puede incluir vocabulario en contexto en textos del manual, y, de este modo, puede darse la
subsiguiente reutilización de ese vocabulario en ejercicios, actividades de explotación didáctica,
etc.
29
Capítulo 2. La elaboración y la adaptación de materiales para el aula de ELE
Ejemplo
Las palabras se pueden acompañar de imágenes, gestos y mímica, acciones demostrativas, repre-
sentaciones de objetos reales, etc.
g. Enseñando a los alumnos a usar diccionarios bilingües, diccionarios de sinónimos y otras obras de
consulta.
Ejemplo
i. Mediante el estudio más o menos sistemático de la distinta distribución de los rasgos semánticos en la
L1 y en la L2 (semántica contrastiva).
30
La programación y la evaluación en la clase de ELE
Capítulo 3
La evaluación es intrínseca a los procesos de enseñanza y de aprendizaje por cuanto conviene que estos
sean evaluados para que alumnos y profesores puedan ser conscientes del progreso de ambos. Asimismo,
la evaluación conforma una información sobre el resultado didáctico y su adecuación a los objetivos plan-
teados a priori, con los que está inmediatamente ligada. El procedimiento y el criterio de evaluación han de
ser descritos en la programación didáctica. Conviene ser precisos a la hora de establecer las pautas de
evaluación, atendiendo a cómo se evalúa, cuándo y qué exactamente.
La evaluación es siempre bidireccional. Por un lado, arroja información acerca de cómo los
alumnos han alcanzado los objetivos propuestos por la programación, pero también obtendremos
información acerca de cómo el programa se ha adecuado a las necesidades del alumnado y cómo
de pertinente y eficaz resulta la labor del docente. En esta línea, la evaluación está orientada hacia
el producto, o resultado, y hacia el proceso y su desarrollo.
Richards, Platt y Weber (1985) proponen que la evaluación englobe los siguientes parámetros:
31
Capítulo 3. La importancia de la evaluación. La evaluación desde diferentes enfoques
A la hora de evaluar, hay que tener en cuenta el fin que se persigue para escoger conforme a él entre los
distintos recursos existentes. Además, habrá que tener en cuenta el contexto en el que se va a realizar la
evaluación, los destinatarios y los usos que se puedan derivar de los resultados obtenidos.
1. Validez: significa medir, de modo apropiado y tan exacto como sea posible, las habilidades sometidas
a evaluación. La validez ha de ser del criterio y del instrumento de evaluación: validez del contenido
del instrumento evaluador y validez del constructo, por cuanto se puede medir un concepto por me-
dio de la observación de un comportamiento a él asociado. Lo que se debe evaluar es la capacidad
del instrumento evaluador de llevar a cabo su función.
Con base en los propósitos que se pretenden alcanzar, la evaluación estará enfocada de un modo u otro,
pues evaluar no es equivalente a examinar o calificar.
a. DELE (Diploma de Español como Lengua Extranjera), emitido por el Instituto Cervantes y avalado
por el Ministerio de Educación de España en colaboración con la Universidad de Salamanca.
Desde los años 90, esta prueba integral supone una evaluación de rigor y con reconocimiento inter-
nacional.
32
La programación y la evaluación en la clase de ELE
b. CELU (Certificado de Español: Lengua y Usos), expedido por el Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología de la República de Argentina.
c. EPLE (Examen de Posesión de la Lengua Española) y CELA (Certificado de Español como Lengua
Adicional), ambos del Centro de Enseñanza para Extranjeros de la Universidad Nacional Autónoma de
México.
d. SIELE (Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española), promovido por el Instituto Cer-
vantes, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Salamanca.
Enlace de interés
En el siguiente enlace puedes acceder a la página del Instituto Cervantes donde se explica en qué
consisten los exámenes DELE:
https://examenes.cervantes.es/es/dele/que-es
Así, el método tradicional de la enseñanza de lenguas entendía que la evaluación estaba ligada irremediable-
mente a un examen escrito final. Los métodos tradicionales provenían de la enseñanza de lenguas clásicas,
por lo que abordaban la didáctica desde un estudio pormenorizado del sistema gramatical y la traducción de
textos, evidentemente escritos, al tratarse de lenguas no habladas (latín y griego clásico).
Por su parte, el método audio-oral, de raíz estructuralista y conductista, daba preferencia a las destrezas
orales, como no podía ser de otro modo. Estos modelos resultaban incompletos a la hora de reflejar un
verdadero conocimiento y manejo de la lengua.
33
Capítulo 3. La importancia de la evaluación. La evaluación desde diferentes enfoques
3. Se emite un juicio con base en los dos puntos anteriores, que implica una subsiguiente toma de deci-
siones respecto al mismo sistema didáctico, el cual puede ser modificado tras la identificación de
errores y dificultades reiteradas. Del mismo modo, el alumno toma conciencia de su grado de apren-
dizaje y de sus dificultades y los errores que debe subsanar.
La evaluación constará de una serie de actividades programadas previamente, con el objetivo de recoger
y analizar la información de la forma más técnica posible a través de unos instrumentos que permitan el rigor
sistemático y la calidad. Para llevar a cabo la evaluación, existen una serie de actividades que resultan muy
útiles y son utilizadas de forma común.
Martínez-Atienza y Zamorano (2018) puntualizan que estas actividades pueden articularse en el formato
de evaluación integrado en el portafolio, instrumento en el que los objetivos y los contenidos forman parte
conjunta y en el que se implica la conciencia evaluadora del alumno; esquematizan dichas actividades de la
siguiente forma:
1. La observación por escalas, listas de control o por registro. La observación permite evaluar de for-
ma habitual distintos procedimientos y actitudes. Las técnicas de observación no pretenden obtener
el máximo de información; lo que registran es el comportamiento natural del estudiante en contextos
espontáneos que pueden ser controlados o no, por lo que el alumno no tiene plena conciencia de
estar siendo evaluado y así no altera su comportamiento.
La observación con listas de control permite sistematizar los elementos atendidos, como la utilización
del vocabulario específico; la utilización de las ideas adquiridas; la organización de la información; la
elaboración de las conclusiones; si el alumno lee, estudia y escucha; si realiza anotaciones y utiliza el
material auxiliar; si comprueba su propio progreso; si resuelve sus propias dificultades, y si muestra
coherencia entre pensamiento y acción.
Las escalas de valoración son un listado de rasgos graduados con base en el hábito de realización de
dichos rasgos.
2. La revisión de tareas por medio de fichas. Permite igualmente llevar a cabo una evaluación habitual y
de forma continua sobre procedimientos y actitudes, y de forma especial sobre los conceptos. Esta
forma de evaluación es el reflejo del trabajo diario y de la constancia. Se observa si el estudiante
toma apuntes correctos y su nivel de expresión escrita, así como su capacidad de comprensión, de
abstracción y de síntesis.
3. Los diálogos y las entrevistas son formas estructuradas que permiten evaluar las actitudes y los pro-
cedimientos. Las entrevistas permiten conocer la motivación del alumno mediante la creación de un
clima adecuado, evitando los juicios de valor por parte del profesor y estableciendo el objetivo de la
entrevista a priori.
4. Las pruebas específicas son los exámenes tradicionales (orales y escritos) que suelen llevarse a
cabo al final de una fase didáctica completa, como puede ser el final de unidad didáctica. Este méto-
do permite evaluar contenidos relacionados con conceptos y procedimientos.
34
La programación y la evaluación en la clase de ELE
Las pruebas como técnica tratan de medir resultados máximos con base en un estándar por medio
de pruebas uniformes. El alumnado es plenamente consciente de ser evaluado. Implican capacidades
como poder recordar contenidos y poder establecer relaciones, poder expresar opiniones y poder
ejercitar la capacidad de síntesis.
Las pruebas de composición y ensayo pretenden que el alumno organice, seleccione y exprese ideas
relacionadas con la temática trabajada. Permiten al alumno analizar, comentar y hacer juicios críticos
sobre cualquier texto o actividad. Lo susceptible de evaluar en estas pruebas es la lógica intrínseca
a la reflexión del alumno, las capacidades de comprensión y de expresión, el procedimiento de su
análisis y la coherencia de sus conclusiones.
5. Los cuestionarios con listas de preguntas (de respuestas cerradas o abiertas, cortas o desarrolladas,
de texto incompleto, de correspondencia textual, de opción múltiple y de verdadero o falso) permiten
conocer conceptos y procedimientos normalmente al inicio de la fase didáctica o a modo de autoe-
valuación. Las pruebas objetivas de respuesta única son corregidas de forma mecánica.
La evaluación será sistémica, por cuanto responde a la planificación general didáctica. Cada contenido (qué
evaluar) puede requerir un procedimiento de evaluación (cómo evaluar), y puede centrarse en los conoci-
mientos o en las actuaciones.
A la hora de diseñar las pruebas, también hay que tener en cuenta qué tipo de memoria van a implicar. Es
muy útil la evaluación de diagnóstico previo para valorar las condiciones y los conocimientos previos a la
enseñanza. También se puede utilizar la evaluación formativa durante el desarrollo de la unidad didáctica o
de la programación, o la evaluación sumativa al final de la misma (aunque estas dos modalidades no tienen
por qué coincidir siempre con estos momentos).
El MCERL establece una gran variedad de tipos de evaluación, por ejemplo, de aprovechamiento
respecto al alcance de los objetivos específicos y de dominio del conocimiento aplicado al mundo
real, con referencia a la norma o a un criterio.
Evaluación continua es la que no valora una única prueba sino el conjunto del proceso, o en un
momento dado si consiste en una prueba concreta y puntual.
Será evaluación formativa en cuanto forma parte del proceso de aprendizaje, por lo que toma
gran importancia el concepto de retroalimentación de la evaluación. Para que se dé esta retro-
alimentación, el alumno ha de ser un receptor que esté en condiciones de prestar la atención
necesaria para notar el error, recibirlo aisladamente del resto de información y ser capaz de inter-
pretarlo e integrarlo entendiéndolo (Instituto Cervantes, 2002, p. 186).
En este sentido, la autoevaluación permite la reflexión por parte del alumno acerca de los errores
cometidos.
>>>
35
Capítulo 3. La importancia de la evaluación. La evaluación desde diferentes enfoques
>>>
La coevaluación propone que ambos, profesor y alumno, valoren el proceso y el resultado, lo cual
constituye una herramienta para adecuar las estrategias y las técnicas didácticas.
Existen muchos criterios, como podemos observar, a la hora de establecer el tipo de evaluación, pero hemos
destacado los más reseñables. Sin embargo, debemos tener en cuenta que existen más tipos (subjetiva,
objetiva, global, analítica, en serie, por categorías, etc.).
La evaluación supone un registro formal y sistemático que arroja información sobre la evolución respecto a
los objetivos alcanzados o aquellos que hay que trabajar y reforzar, por eso a veces se opta por la evaluación
por escalas, por ejemplo, temporales (“siempre”, “con frecuencia”, “a veces”), para concienciar al alumno de
su propio trabajo. Es un modo parecido la lista de control que evalúa distintos aspectos desempeñados en
una actividad.
36
La programación y la evaluación en la clase de ELE
Capítulo 4
La evaluación es un sistema de retroalimentación que nos mejora a ambas partes. Conviene que sea
continua, sistemática y formativa. Por parte del alumno, será autoevaluación y, por parte del profesor, hete-
roevaluación, la cual se llevará a cabo por medio de la observación directa e indirecta. Las unidades didác-
ticas serán evaluadas por medio de las tareas que se persiguen como fines. La evaluación cualitativa es
más formativa que la cuantitativa por cuanto no se limita a medir el grado de logro de los resultados en
relación con los objetivos preplanteados, sino que se centra en el proceso y no en el resultado final. Además,
la evaluación cualitativa facilita la reflexión del alumno acerca de su aprendizaje como experiencia. La cuan-
titativa remite a valores estadísticos y cuantificables; la cualitativa es una evaluación que valora, además, la
motivación, el interés y la necesidad del alumnado. Podemos distinguir entre dos tipos fundamentales:
1. Hay un tipo de evaluación que ha venido a identificarse con un primer momento: es la formativa o
procesal, que se realiza en el progreso y la evolución del aprendizaje y sirve de guía para corregir los
defectos o fallos y superar dificultades y confusiones. La evaluación de progreso o formativa permite
tener un control de la evolución en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
2. Por otro lado, la evaluación sumativa o acumulativa es la que resulta al cabo de un proceso, para
someter a comprobación los resultados, los conocimientos obtenidos y asimilados y los logros del
proceso de cara a una calificación de destrezas y habilidades superadas y asimiladas. Por medio de
este tipo de evaluación se averigua el nivel logrado.
37
Capítulo 4. Tipos de evaluación: cuantitativa/cualitativa y sumativa
Sin embargo, es muy importante considerar que la función del tipo de evaluación no es siempre
paralela al momento en el que se lleva a cabo. Para empezar, toda evaluación será formativa por
cuanto forma parte de un proceso, y toda evaluación arrojará luz sobre los aspectos que debemos
modificar y ajustar en nuestra labor docente.
Ambos tipos de evaluación se llevarán a cabo por medio de procedimientos cualitativos, como
informes, diarios y cuestionarios de registro de valoraciones hechas por medio de la observación
y que tienen en cuenta la especificidad del alumno como sujeto. Ambos tipos también implicarán
procedimientos cuantitativos, donde primará la medición de los datos de forma objetiva sobre la
observación, con pruebas o exámenes tradicionales.
Respecto a la evaluación formativa o procesal, conviene puntualizar el tratamiento del error, que no siempre
será gramatical, también puede ser de adecuación.
Respecto a las causas que lo ocasionan, a menudo los errores de producción vienen dados por errores de
comprensión. Para evitarlos, conviene tener la posibilidad de establecer preguntas de comprensión sobre la
actividad o tarea que se está ejecutando.
Así, podemos proponer cuestiones de comprensión global del texto o que requieran deducción por parte del
estudiante. De la misma manera, es muy importante realizar previamente tareas de contextualización sobre la
actividad que se va a realizar, como puede ser comentar el tema en cuestión, preguntar opiniones y explicar
con claridad lo que se les pide en el ejercicio y los objetivos del mismo. La comprensión, a menudo, minimi-
zará el margen de error en la producción.
Su tratamiento dependerá del enfoque y del método didáctico al que nos estemos adscribiendo, por lo que,
si nuestro enfoque tiene como centro al alumno, se valdrá de su autonomía a la hora de reflexionar sobre
su fallo. Evidentemente, esto no ocurrirá sin una indicación pertinente por nuestra parte para que no le pase
desapercibido; de otro modo, no cometería el fallo.
Cometido el error lingüístico en sí, se pueden dar ejemplos, muestras análogas y explicaciones claras, breves
y oportunas, pero no todos los errores resultan igual de graves.
38
La programación y la evaluación en la clase de ELE
Hay diversidad de opiniones respecto a cuándo y cómo corregir al alumno, pues puede resultar contra-
producente interrumpir la producción oral, por ejemplo, continuamente, rompiendo la proyección de la
exposición del alumno. Los errores que se van a corregir pueden ser expuestos después de su interven-
ción, ofreciendo estructuras correctas a la hora de responder o volviendo a preguntar sobre el uso indebido
para que no se produzca la fosilización de los errores, que resultan mucho más difíciles de extirpar una vez
asimilados en el constructo mental del estudiante. Para evitar esta fosilización, hay que llamar la atención del
estudiante sobre el error, informarle sobre su tipología y sobre su importancia para concienciarle. Conviene
crear momentos de reflexión sobre el uso o la forma correcta.
Fernández (2002, p. 6) nos habla de las distintas causas y los orígenes del error. Estos pueden ser:
1. Interferencias de la lengua materna o de otras lenguas extranjeras sobre la lengua que se está em-
pleando.
2. Analogía con formas o estructuras ya conocidas, que son aplicadas a otras que le resultan semejan-
tes por no ser conocidas o no estar consolidadas.
3. Hipergeneralización, por la que el estudiante hace uso de una regla conocida sin reparar en su ade-
cuación o confrontación con otra regla.
4. Hipercorrección, por la que emplea una regla debido al prejuicio de que es más correcta.
5. Neutralización ante varias posibilidades, de entre las cuales el estudiante hace uso solo de una.
6. Influencia de una forma determinada, por la que una forma menos marcada puede imponerse a una
que sí lo está.
Además, hay otras causas de errores que señalan Eres y Tiba Rádis (2010, p. 24), como el uso de una meto-
dología poco adecuada, el poco tiempo empleado para un tema concreto, el escaso número de activi-
dades practicadas, la poca atención del estudiante, etc.
39
Capítulo 1. La programación general de la materia: diseño de unidades y programación del aula
Capítulo 5
El MCERL entiende la evaluación como “la valoración del grado de dominio lingüístico que tiene el usuario”
(Instituto Cervantes, 2002, p. 177). Hay dos procedimientos que facilitan la evaluación y permiten observar
el tiempo empleado para la ejecución de la tarea y el grado de interiorización del aprendizaje: son los docu-
mentos o parrillas que exponen los criterios y el portafolio. Las parrillas ofrecidas por el MCERL, cuyo
capítulo noveno está dedicado a la evaluación (Instituto Cervantes, 2002, p. 186), establecen descriptores
nivelados que han sido desarrollados por el PCIC de la manera que expondremos en los siguientes apar-
tados.
1. Usuario competente.
C2. Es capaz de comprender con facilidad prácticamente todo lo que oye o lee.
>>>
40
La programación y la evaluación en la clase de ELE
>>>
Sabe reconstruir la información y los argumentos procedentes de diversas fuentes,
ya sean en lengua hablada o escrita, y presentarlos de manera coherente y resumida.
Puede expresarse espontáneamente, con gran fluidez y con un grado de precisión que
le permite diferenciar pequeños matices de significado incluso en situaciones de mayor
complejidad.
C1. Es capaz de comprender una amplia variedad de textos extensos y con cierto
nivel de exigencia, así como reconocer en ellos sentidos implícitos. Sabe expresarse
de forma fluida y espontánea sin muestras muy evidentes de esfuerzo para encontrar
la expresión adecuada. Puede hacer un uso flexible y efectivo del idioma para fines
sociales, académicos y profesionales. Puede producir textos claros, bien estructurados
y detallados sobre temas de cierta complejidad, mostrando un uso correcto de los
mecanismos de organización, articulación y cohesión del texto.
2. Usuario independiente.
B2. Es capaz de entender las ideas principales de textos complejos que traten de temas
tanto concretos como abstractos, incluso si son de carácter técnico siempre que estén
dentro de su campo de especialización. Puede relacionarse con hablantes nativos con
un grado suficiente de fluidez y naturalidad de modo que la comunicación se realice sin
esfuerzo por parte de ninguno de los interlocutores. Puede producir textos claros y deta-
llados sobre temas diversos así como defender un punto de vista sobre temas generales
indicando los pros y los contras de las distintas opciones.
B1. Es capaz de comprender los puntos principales de textos claros y en lengua estándar
si tratan sobre cuestiones que le son conocidas, ya sea en situaciones de trabajo, de
estudio o de ocio. Sabe desenvolverse en la mayor parte de las situaciones que pueden
surgir durante un viaje por zonas donde se utiliza la lengua. Es capaz de producir textos
sencillos y coherentes sobre temas que le son familiares o en los que tiene un interés
personal. Puede describir experiencias, acontecimientos, deseos y aspiraciones, así
como justificar brevemente sus opiniones o explicar sus planes.
3. Usuario básico.
A1. Es capaz de comprender y utilizar expresiones cotidianas de uso muy frecuente así
como frases sencillas destinadas a satisfacer necesidades de tipo inmediato. Puede
presentarse a sí mismo y a otros, pedir y dar información personal básica sobre su
domicilio, sus pertenencias y las personas que conoce. Puede relacionarse de forma
>>>
41
Capítulo 5. Instrumentos de evaluación. Diseño de pruebas de evaluación
>>>
elemental siempre que su interlocutor hable despacio y con claridad y esté dispuesto a
cooperar.
5.2. Portafolio
El portafolio (Instituto Cervantes, 2002, p. 173) es un registro del proceso de aprendizaje que supone una
toma de conciencia de dicho proceso. Este procedimiento se enfoca en la autonomía del aprendizaje por
parte del alumno, lo que implica una autoevaluación y permite la clasificación de los recursos aprendidos,
sus utilidades, etc. Este registro se puede llevar a cabo por medio de fichas al final de la sesión y al final de
las unidades didácticas.
Barragán (2005, p. 132) sistematiza las relaciones del portafolio respecto a su uso:
5. Organización de las actividades del proceso y de la relación entre ellas de forma integral y coheren-
te.
7. Aportación de ideas y sugerencias personales que respondan a la creatividad del alumno, que selec-
ciona la tarea, el formato y su organización.
8. Implicación, participación y compromiso del alumno con su aprendizaje, lo cual es registrado con su
asistencia al aula, a las actividades, etc.
42
La programación y la evaluación en la clase de ELE
Hay que señalar que existe el Portafolio Europeo de las Lenguas (PEL) (2000), una acción de política
lingüística desarrollada por el Consejo de Europa, y relacionada con el MCERL, para desarrollar la autonomía
del alumno, la conciencia intercultural y el plurilingüismo. El Diccionario de términos clave de ELE (Martín,
2008b) señala como parte de sus funciones:
4. Fomentar la autoevaluación.
El PEL es un documento personal que puede ser virtual o físico, y es su titular el que describe y reflexiona
en él sobre su experiencia y proceso de aprendizaje, documentando sus logros a modo de un currículum
lingüístico en el que registra sus competencias de acuerdo con los parámetros del MCERL. Este documento
sigue un estándar común a todos los países de la Unión Europea. La versión en lengua española es editada
por el Ministerio de Educación, y consta de preguntas y actividades en distintas versiones según la edad y el
nivel educativo del propietario. Está organizado en torno a tres ejes principales: el pasaporte, la biografía y el
dosier.
1. Pasaporte: es una tarjeta de identificación. Consta a su vez de las siguientes partes: el perfil lingüísti-
co, una autoevaluación del nivel de cada lengua según las escalas dadas por el MCERL; un listado de
las experiencias lingüísticas y culturales, formales y informales, de las que el portador ha podido ser
partícipe; enumeración de los certificados y diplomas obtenidos.
2. Biografía lingüística: está dividida a su vez en cuatro apartados: (1) mis lenguas y (2) otras lenguas,
(3) mi manera de aprender y (4) mis planes de aprendizaje.
3. Dosier: contiene dos sobres, uno con los certificados y otro con el resto de documentos acreditati-
vos de las habilidades y las experiencias del titular del PEL.
El PEL está enfocado desde una visión de la evaluación por tareas que atiende a actividades lingüísticas
auténticas basadas en la actuación en un contexto real, pues registra el aprendizaje de las lenguas y las
experiencias vividas a través de ella.
Enlaces de interés
En el siguiente enlace tienes más información sobre el Portafolio Europeo de las Lenguas:
http://sepie.es/iniciativas/portfolio/index.html
43
Capítulo 5. Instrumentos de evaluación. Diseño de pruebas de evaluación
Fomentar la autoevaluación
Pasaporte
Dosier
5.3. Exámenes
A la hora de diseñar exámenes escritos, Antón (2013, p. 33) nos propone seguir los pasos establecidos por
Omaggio Hadley (2001) para orientar los exámenes hacia el enfoque comunicativo evaluando un discurso
natural a través de actividades de respuestas cerradas (rellenando los huecos de un texto, por ejemplo) y
abiertas, en las que se muestre un uso integral de la lengua:
1. Establecer un inventario del contenido que se va a evaluar, incluyendo el léxico, las estructuras y los
contenidos culturales.
3. Organizar el contenido de forma que la distribución incluya el contenido y las destrezas de forma
proporcional.
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La programación y la evaluación en la clase de ELE
Los procesos que intervienen en la comprensión escrita han sido estructurados en cinco niveles (Eres y
Tiba Rádis, 2010, p. 39):
3. Comprensión inferencial, por la que el lector aportará su propia experiencia y conocimiento del
mundo realizando conjeturas e hipótesis.
4. Lectura crítica o juicio valorativo, por el que se establecen relaciones entre la información dada y la
adquirida en otros momentos.
Es el nivel que permite la reflexión sobre la forma y el efecto de la misma, con elementos como la ironía y
los dobles sentidos.
Para evaluar la comprensión escrita, hay que especificar qué se quiere evaluar, por medio de qué textos y
a qué nivel. Habrá que determinar los objetivos y si se busca evaluar la comprensión de la lectura de forma
global, de forma selectiva o de modo detallado. Instrumentos como las preguntas o los cuestionarios tras
la lectura pueden ser utilizados para estas tres formas de evaluación de la comprensión.
Las actividades de expresión escrita deben ser abiertas para aproximarse a un discurso natural y poder
evaluar en ellas elementos supragramaticales como el registro, la cohesión y la coherencia. Habrá que tener
en cuenta la adecuación del texto respecto a los propósitos comunicativos que le conciernen.
Los elementos que se van a evaluar pueden clasificarse en una parrilla que contenga elementos clave como
los siguientes:
3. Vocabulario: variedad de lenguaje más o menos adecuado y apropiado. Si repite palabras, si las utili-
za de modo preciso y cómo adecúa el registro, el tratamiento y el estilo.
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Capítulo 5. Instrumentos de evaluación. Diseño de pruebas de evaluación
Ejemplo
Algunos ejemplos de actividades de comprensión y expresión oral y escrita pueden ser redactar
un resumen, escoger o idear un título para un texto (respuestas abiertas), identificar palabras,
ordenar párrafos en el orden de exposición del texto o indicar si una afirmación es verdadera o
falsa (respuestas cerradas).
Como técnica intermedia entre respuestas abiertas y cerradas, la técnica cloze elimina palabras
de un texto que el alumno tendrá que proponer o escoger de una lista ya propuesta. También se
pueden proponer actividades donde se relacionen oraciones o textos con imágenes o párrafos
que los sintetizan.
Habrá que pensar también si en la evaluación se atenderá a la comprensión de las ideas o si además se
pedirá el entendimiento de inferencias u otras estrategias que vayan más allá del sistema lingüístico, lo que
supone una comprensión apreciativa además de la literal.
La evaluación de las destrezas de expresión oral suele hacerse en formatos como la presentación individual
o en grupos, las descripciones de imágenes, las entrevistas y las representaciones con roles asignados.
Los elementos que se van a valorar pueden ser catalogados en una parrilla que incluya los siguientes:
1. Comprensibilidad y coherencia.
2. Pronunciación.
3. Fluidez.
4. Interacción.
5. Vocabulario.
6. Gramática.
La interacción tiene una especial importancia en la evaluación oral, pues es básica en el nivel
conversacional.
46
La programación y la evaluación en la clase de ELE
El MCERL también aporta la siguiente división por niveles para la expresión oral (Instituto Cervantes, 2002,
p. 62):
1. C2. Produce discursos claros, fluidos y bien estructurados cuya estructura lógica resulta
eficaz y ayuda al oyente a fijarse en elementos significativos y a recordarlos.
4. B1. Puede llevar a cabo con razonable fluidez una descripción sencilla de una variedad de
temas que sean de su interés, presentándolos como una secuencia lineal de elementos.
6. A1. Puede expresarse con frases sencillas y aisladas relativas a personas y lugares.
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Capítulo 1. La programación general de la materia: diseño de unidades y programación del aula
Capítulo 6
El Marco común europeo de referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza y evaluación se publicó
en inglés en 2001, coincidiendo con el Año Europeo de las Lenguas. Es un instrumento elaborado por el
Consejo de Europa de acción política lingüística que vio la luz junto al Portafolio Europeo de las Lenguas.
Estos instrumentos suponen la base de un proyecto común propuesto en 1991 en el Simposio Interguberna-
mental Transparencia y Coherencia en la Enseñanza de Lenguas en Europa: Objetivos, Evaluación, Certifica-
ción, celebrado en Rüschlikon, Suiza.
Este proyecto pretende generar una reflexión sobre los objetivos y la metodología de la
enseñanza y el aprendizaje de lenguas, así como facilitar la comunicación entre profesio-
nales y ofrecer una base común para el desarrollo curricular, la elaboración de programas,
exámenes, criterios de evaluación, (…) con el fin de facilitar la movilidad de los ciudadanos
europeos tanto en el ámbito educativo como en el profesional. Al mismo tiempo, describe
lo que tienen que aprender a hacer los estudiantes de idiomas con el fin de utilizar una
lengua para comunicarse, así como los conocimientos y destrezas que tienen que desa-
rrollar para poder actuar de manera eficaz (p. 7).
48
La programación y la evaluación en la clase de ELE
La intención que subyace a este texto es la de preservar y desarrollar el patrimonio lingüístico y cultural y
servir de base común para el establecimiento de objetivos, contenidos y métodos. Supone la unificación de
criterios de programación y de las titulaciones. La meta es facilitar la interacción comunicativa ciudadana,
favorecer la movilidad y fomentar la pluriculturalidad para conseguir la convergencia, la cooperación y la
coordinación de los Estados miembros de la Unión Europea.
Todo esto queda establecido en su capítulo primero. En el segundo capítulo se habla de un enfoque orien-
tado a la acción de los estudiantes de las lenguas como agentes sociales, al adquirir protagonismo en su
propio proceso de aprendizaje. Por eso, aprender una lengua es entrar en acción desde unas tareas contex-
tualizadas. Las lenguas son tomadas más allá de la abstracción de sus sistemas, son formas de interactuar
con el otro. La política lingüística del Consejo de Europa se propone estos fines por medio de unas medidas
que Pérez (2010, p. 6) resume del siguiente modo:
• Asegurar que todos los sectores de la población dispongan de medios eficaces para adqui-
rir el conocimiento de otros idiomas, así como las destrezas para el uso de ellos.
• Fomentar, facilitar y apoyar los esfuerzos que profesores y alumnos realizan para aplicar a
su propia situación los principios de construcción de sistemas de aprendizaje de lenguas.
Atañe a profesores y alumnos, pero también a las autoridades educativas nacionales, los diseñadores de los
materiales, los examinadores y los formadores de docentes de lenguas.
49
Capítulo 6. Aportaciones a la programación y a la evaluación del MCERL
2. Las condiciones de vida: condiciones de las viviendas, asistencia social, niveles de vida, etc.
3. Las relaciones personales: estructura social, familiar, generacional, situaciones laborales, grupos
políticos y religiosos, etc.
El MCERL (Instituto Cervantes, 2002, p. 167) toma la lengua como medio de acceso a la cultura, por lo que
habla de competencia plurilingüe y pluricultural, la cual tiende a:
3. Destacar las dimensiones pluriculturales de esta competencia múltiple, pero sin que esto
suponga necesariamente proponer nexos de unión con el desarrollo del dominio lingüís-
tico comunicativo.
50
La programación y la evaluación en la clase de ELE
La dimensión teórica que subyace al modelo centrado en la acción no es, ni mucho menos,
exclusiva del MCERL y ni tan siquiera nace en el ocaso de la centuria pasada. Muy al
contrario, encuentra su germen en estudios lingüísticos que brotaron a lo largo del siglo xx,
entre los que destaca el segundo Wittgenstein de las Investigaciones filosóficas, que, como
bien señala Bustos Guadaño (2000, p. 522), enseña a “considerar el lenguaje humano bajo
un nuevo prisma, como una realidad social y comunicativa en vez de un puro sistema de
representación del mundo y de nuestro conocimiento de él”, razonamiento que se encuentra
en la base de los presupuestos de la pragmática, que florecerá pasado el ecuador del siglo.
(Martínez-Atienza y Zamorano, 2018, p. 101).
El MCERL traza un eje vertical que secuencia los niveles progresivos del hablante en conocimientos y
destrezas, y otro eje que horizontalmente describe las categorías de uso que les corresponden.
Los niveles no son homogéneos respecto al tiempo: los niveles intermedios conllevan más horas de estudio
Sociolingüística
y práctica que los iniciales, en los que se avanza más rápido.
Gramatical
Además, las destrezas a menudo no ocupan un lugar único, sino que se van desarrollando en los distintos
niveles. Así, el hablante a veces no responde a parámetros de ubicación estática, puesto que es un progreso
dinámico.
El eje horizontal de las categorías de uso de la lengua implica elementos no siempre lingüísticos:
1. Competencias y saberes que permiten realizar una acción, como puede ser un acto de habla.
• Generales o extralingüísticas.
3. Actividades de lengua por las que se activan los conocimientos lingüísticos. Ejercicio de competen-
cia lingüística en un ámbito concreto para procesar la información de una tarea.
• Expresión oral.
• Expresión escrita.
• Comprensión auditiva.
51
Capítulo 6. Aportaciones a la programación y a la evaluación del MCERL
• Comprensión lectora.
• Comprensión audiovisual.
• Interacción oral.
• Interacción escrita.
• Mediación oral.
• Mediación escrita.
5. Texto o enunciado oral o escrito, sea fin o medio del acto comunicativo. Secuencia de discurso en la
realización de una tarea que es el eje de la actividad de lengua.
6. Ámbito social de actuación: sectores del ámbito social en los que actúan los agentes sociales impli-
cados en los actos comunicativos.
• Educativo.
• Profesional.
• Público.
• Personal.
7. Estrategias y habilidades: línea de actuación organizada, intencionada y regulada, para realizar una
tarea.
De estos elementos, los que hacen de indicadores para ubicar al hablante en la dimensión vertical son las
competencias comunicativas, las estrategias y las actividades.
En la enseñanza de español como lengua extranjera, el currículo que determina los contenidos por niveles se
ha desarrollado en el Plan curricular del Instituto Cervantes (PCIC) (Instituto Cervantes, 2006), que ha
sido diseñado conforme a lo establecido por el Departamento de Política Lingüística del Consejo de Europa
en el Marco común europeo de referencia para las lenguas (MCERL).
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La programación y la evaluación en la clase de ELE
El PCIC subdivide cada nivel de usuario establecido por el MCERL en dos niveles de referencia para el
español, de modo que el nivel básico se compondría de Acceso (A1) y Plataforma (A2); el usuario inde-
pendiente tendría un nivel Umbral (B1) o Avanzado (B2), y el usuario competente podría tener un Dominio
operativo eficaz (C1) o Maestría (C2).
En cada uno de los tres volúmenes que lo componen, establece los objetivos generales para cada nivel que
se aplican en las tres dimensiones (Instituto Cervantes, 2006, p. 75) en las que toma al alumno:
• Nivel A1-A2: lleva a cabo transacciones de texto oral y escrito básicas en relación con necesidades
inmediatas; participa en interacciones sociales en esferas sociales próximas.
• Nivel B1-B2: lleva a cabo transacciones habituales de texto oral y escrito, relacionado con sus in-
tereses y en contextos cotidianos en los que participa en interacciones sociales de la comunidad
en la que se integre social, laboral y académicamente.
• Nivel C1-C2: lleva a cabo interacciones de todo tipo, participando y tomando iniciativa, desenvol-
viéndose con textos orales y escritos de cualquier tema y tipo.
• Referentes culturales.
• Gestión de recursos.
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Capítulo 6. Aportaciones a la programación y a la evaluación del MCERL
Además, el PCIC incluye doce inventarios descriptivos del material para las actividades comunicativas espe-
cificadas en las escalas de descriptores del MCERL, aportando para ello material lingüístico y no lingüístico
como “Referentes culturales”, “Saberes y comportamientos socioculturales”, “Habilidades y actitudes inter-
culturales” y “Procedimientos de aprendizaje”.
Los contenidos del currículo del PCIC se desglosan en los componentes que se detallan en la Figura 5.
Mentales
1. Con la finalidad de especificar el contenido de las pruebas de los exámenes y lo que se evalúa.
2. Para establecer criterios concretos con los que se determina la consecución del objetivo de apren-
dizaje y cómo se interpreta la actuación.
3. Para detallar los niveles de dominio lingüístico en pruebas y exámenes existentes, permitiendo eje-
cutar comparaciones entre los distintos sistemas certificados y cómo se pueden llevar a cabo las
comparaciones (Instituto Cervantes, 2002, p. 178).
El mismo texto del MCERL nos invita a usarlo como recurso de evaluación y como herramienta de diseño
de las pruebas. Para tal cometido son especialmente útiles el capítulo 4, “El uso de la lengua y el usuario o
alumno”; el capítulo 7, “Las tareas y su papel en la enseñanza de la lengua”, y el apartado 5.2, “Las competen-
cias comunicativas de la lengua”.
54
La programación y la evaluación en la clase de ELE
5. Evaluación formativa/sumativa.
6. Evaluación directa/indirecta.
8. Evaluación subjetiva/objetiva.
Además, cada nivel va acompañado de una serie de descriptores que clasifican las capacidades del estu-
diante con expresiones como: “es capaz de…”, “produce…”, “realiza…”, “puede llevar a cabo…”, “sabe hacer…”,
“sabe expresarse…”, “escribe…”. Estos descriptores están completados con los aplicados a las competencias
comunicativas de la lengua (lingüísticas, sociolingüísticas y pragmáticas), desarrolladas en el siguiente capí-
tulo del MCERL.
La competencia comunicativa como concepto aparece con Hymes (1972), frente al concepto de Chomsky
(1965, p. 3) sobre la distinción entre competencia y actuación. Siguiendo a Hymes, la comunicación comuni-
cativa engloba el saber y la habilidad en el uso de la lengua.
En este sentido, Savignon (1972) establece las cuatro características de la competencia comunicativa: el
carácter dinámico de los significados, aplicado tanto al dominio de la lengua escrita como al oral, depen-
diente de un contexto situacional y de carácter relativo entre los sujetos.
55
Capítulo 6. Aportaciones a la programación y a la evaluación del MCERL
Para Canale y Swain (1980), esta competencia es de carácter integrador entre el conocimiento de la lengua
y la habilidad de su empleo respecto a las destrezas lingüísticas de lectura, escritura, habla y escucha.
El MCERL distingue entre las competencias generales de individuo y las competencias comunica-
tivas, definiendo estas últimas como “las que posibilitan a una persona actuar utilizando específi-
camente medios lingüísticos” (Instituto Cervantes, 2002, p. 9).
1. Competencia lingüística: códigos y reglas de la sintaxis y la gramática, la semántica, además del lé-
xico y el vocabulario, la fonología, la ortoépica y la ortografía. Esta competencia, tradicionalmente
llamada gramatical, se aparta de la noción de competencia de Chomsky sobre el conocimiento del
código lingüístico.
2. Competencia sociolingüística: propósitos y registros del uso de la lengua. Incluye las subcompe-
tencias de marcadores lingüísticos de relaciones sociales (estatus, cercanía, registro), las normas
de cortesía, las expresiones de sabiduría popular, las diferencias de registro y de dialecto y acen-
tos. Consiste en la correspondencia del registro empleado con el contexto.
Este esquema que toma el MCERL proviene del modelo de competencia que establecieron Canale y Swain
(1980) y que completó más tarde Bachman (1990).
El MCERL suma, además del establecimiento de la competencia comunicativa, una serie de competencias
generales del agente que aprende como individuo:
c. Capacidad de aprender.
56
Glosario
Aprendizaje autónomo
Modo de aprender que parte de la capacidad individual del alumno. Es un concepto contemplado en el
MCERL.
Competencia comunicativa
Conjunto de destrezas y conocimientos necesarios para el desarrollo del uso de la lengua y los medios
lingüísticos.
Competencia discursiva
Competencia estratégica
Competencia gramatical
Competencia social
Competencia sociocultural
Competencia sociolingüística
Competencias transversales
Impulsan el desarrollo personal y, por tanto, son de amplio espectro. Engloban la competencia técnica
(saber), la competencia metodológica (saber hacer), la competencia participativa (saber estar) y la compe-
tencia personal (saber ser).
57
Glosario
Destrezas comunicativas
Las destrezas comunicativas o lingüísticas son habilidades comunicativas que definen la competencia de un
usuario de la lengua. Están compuestas por las macrodestrezas, y estas a su vez por las microdestrezas.
Niveles de estructura lingüística. Hay una representación abstracta y teórica de esta estructura, y la materia-
lización de esa estructura profunda se hace por medio de trasposiciones sobre la misma.
Inmersión lingüística
Input
El input es la muestra de lengua oral o escrita que recibe el estudiante y por medio de la cual va adquiriendo
la lengua. Su correlato sería el output, que corresponde a la producción de muestras de lengua que realiza el
estudiante.
Interferencia
Macrodestrezas
Son parte de las destrezas comunicativas o lingüísticas. Consisten en la comprensión oral y escrita, la expre-
sión oral y escrita, y la capacidad de interacción conversacional.
Microdestrezas
Son parte de las destrezas comunicativas o lingüísticas, como las macrodestrezas, pero las microdestrezas
son más concretas y conforman las macrodestrezas.
Modelo PPP
Forma de enseñanza gramatical de segundas lenguas que, por medio de la deducción, sigue las fases de
presentación, práctica y producción.
Ortoépica
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La programación y la evaluación en la clase de ELE
Syllabus gramatical
Programa de contenidos didácticos graduados según niveles junto con las actividades y los objetivos que se
persiguen.
Tareas posibilitadoras
Actividades que ayudan y posibilitan la ejecución de la tarea final, objetivo del enfoque por tareas.
59
Enlaces de interés
Es una obra de consulta especializada que permite distintos niveles de lectura, consulta de definiciones y
lecturas teóricas profundas.
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/default.htm
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Esta revista cuenta con más de 20.000 lectores y 3.000 suscriptores en 40 países. Publica seis números al
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Se trata de un servicio público que depende del Ministerio de Educación de España. Está destinado a profe-
sionales de la enseñanza ELE y aporta información específica sobre didáctica y formación del profesorado.
https://www.mecd.gob.es/educacion/mc/redele/portada.html
TodoELE
Creado por profesores de español con información, materiales y recursos para la enseñanza, este sitio web
contiene, además, información sobre ofertas de trabajo.
http://www.todoele.net/
ASELE
En la página de la Asociación para la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera puedes encontrar noti-
cias, información sobre congresos y publicaciones.
http://www.aselered.org/
60
La programación y la evaluación en la clase de ELE
LaclasedeELE
En este blog puedes encontrar recursos variados como vídeos, juegos y canciones enmarcadas en activi-
dades. También publica ofertas de empleo y recursos de comprensión lectora.
http://www.laclasedeele.com/
Ofrece materiales y servicios para profesores y alumnos. Mantiene portales asociados, con el Aula Virtual de
Español y el Portal de los Congresos Internacionales de Lengua Española.
https://cvc.cervantes.es/
ProfedeELE
En este sitio web se publican recursos y material online. En él encontrarás gramática, vocabulario y activi-
dades con canciones, lecturas y vídeos.
https://www.profedeele.es/
FEDELE
http://blog.fedele.org/
61
Bibliografía
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Bibliografía
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Autora
Dra. Araceli Abras Daneri