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Arturo Damián López Herrera

Letras Portuguesas, FFyL-UNAM.

(Auto)Infantofagia: Ensayo sobre Revoluciones.

“Es posible que, cuando se publique este libro, mis puntos de vista sobre el
régimen soviético se hayan generalizado. Pero ¿y qué? Cambiar una
ortodoxia por otra no supone necesariamente un avance”. George Orwell.

La historia universal se ha construido bajo cimientos fuertes que la sostienen, observables en su

pasado y palpables en su futuro. Uno de ellos es, sin duda, la lucha continua de sus individuos, los

humanos, para mejorar sus condiciones. Sin embargo, han sustentado sus convivencias y

convergencias en estructuras sociales abstractas con poder y corporalidad tangibles (más adelante

llamadas statu quo). La lucha empieza cuando esas estructuras ultrapasan su poder y los individuos

se ven subyugados por esas abstracciones, que ellos mismo dotaron de poder y legitimidad, a

manera gramsciana. Entonces ocurre de manera natural lo que llamamos: la revolución.

Las revoluciones son procesos nacidos de manera orgánica por un aglomerado de personas

contra su statu quo; para ello engendran la rebelión, es decir, una nueva estructura para acabar con

la anterior. Lo paradójico de esto es que la revolución quiebra una por la autoridad que le otorgan

sus gestantes, y por esa misma, en sentimiento materno, genera una nueva que no necesariamente

y no muchas veces es diferente a la anterior. Lo que hace a la revolución hija y madre de los

revolucionarios y crea su relación de (auto)infantofagia. En estos procesos, bajo mi observación,

se pueden destacar en un modelo de tres momentos coyunturales para explicar su desarrollo y su

característica cíclica, la cual más adelante le llamaremos Desarrollo.

He de señalar que dentro de la pragmática de este ensayo se usan las palabras “rebelión” y

“revolución” como sinónimos; aunque reconozca sus características proprias e individuales en

praxis y semántica. Una comienza y la otra solo es la consecuencia de la anterior. ¿Cuál es la que

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inicia y cuál es la que termina? No puedo decirlo con seguridad, por eso se significan aquí como

sinónimos.

Ese modelo y esa paradoja son aplicables a todos los procesos revolucionarios, cualesquiera

que sean y de donde provengan, y son la base de este trabajo. No desarrollaré ningún proceso

revolucionario de la historia universal, aunque fueron grandes bases para la consolidar mi modelo

de observación; sino que me enfocaré en un pequeño(?) proceso en el cual estoy inmerso. Lo que

busco demostrar es que la revolución, en su desarrollo cíclico, comete el acto de (auto)infantofagia

como acto de supervivencia, pero también como suicidio.

¿Cuándo es el momento en el que nace una revolución? Es una pregunta bastante difícil de

contestar. Puesto que no hay un momento claro y especifico en el cual los rebeldes digan “¡ha

nacido la revolución!”; sino que se va desarrollando a lo largo de una sucesión de eventos hasta

que su presencia no puede negarse. A esta sucesión de eventos la vamos a llamar Desarrollo, sin

más adorno morfológico, que se da a partir de coyunturas. Las cuales podemos reconocer en tres

momentos. En el primero: los antecedentes, el impulso y la ignition start; en el segundo: el

desarrollo, la estabilidad y el Estado nuevo; y, en el tercero: el quiebre, la temporada de terror, la

continuación y el final(?). Los dos primeros son procesos que toda rebelión pasa porque son de

forma “lineal”. Sin embargo, el ultimo proceso puede darse de distintas maneras, pero siempre

acontece, y es el que dota a la revolución de su carácter cíclico y de (auto)infantofagia.

<< “Hablar de una revolución sin comenzar por sus actores políticos, es un acto de traición.

Como lo es no reconocer cuáles son sus antecedentes”. Recuerdo que decía una activista en alguna

asamblea durante mi adolescencia. Asamblea impulsada después de lo ocurrido el 3 de septiembre

del 2018. La idea me parecía bastante correcta>>. Toda revolución comienza con sus antecedentes.

Los cuales son sus actores políticos, toda la carga histórica que hay detrás y que producen, como

resultado, un primer quiebre a la estructura en la que se vive. Esas tres características forman parte
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de los antecedentes: sus actores políticos son los que se encargan de mantener ese statu quo y,

también, los que los cuestionan; la carga histórica es todo aquello que puede relacionarse hasta el

momento del impulso. El impulso es ese momento en el que el statu quo deja ver todo lo inestable

que es y que ya no es sostenible. Se basa en dos: en ese primer cuestionamiento, que es parte

también de los tres puntos anteriores, y en ese momento de inestabilidad. <<Ese momento, ese

ataque porril mandado por los directores del CCH, el 3 de septiembre del 2018 en CU de la UNAM,

para frenar, sin éxito, el movimiento estudiantil de uno de sus planteles>>.

El último punto de esta primera parte del Desarrollo es la ignition start. Se decidió usar esa

expresión por la analogía del despegue de un cohete; porque es el momento de “cuenta regresiva”

en el que se ve si estalla o no algo y cómo lo hace. <<No recuerdo cómo, pero esa asamblea cambio

todo. La cuenta regresiva había empezado el 3. El statu quo comenzó el conteo. Y el 4, en la

asamblea, quienes lo cuestionamos y ya no lo queríamos llegamos al 0. Ahí empezó todo: más de

40 planteles tomados>>.

El segundo momento del Desarrollo se ubica después de la ignition start. Tiene tres

momentos clave. El desarrollo es el cómo, empieza cuando las personas se reúnen y comienzan a

organizarse en contra de un mal común, y forman en consenso sus ideas y métodos. Hasta este

punto la presencia de la revolución ya es innegable, pudo haberse nombrado en cualquiera de los

procesos anteriores, pero no se le reconoce como tal hasta ahora. La estabilidad se encuentra

cuando una vez consolidadas esas bases comienzan a moverse, ampliar y masificar sus demandas.

La infancia y juventud. El desarrollo de la autoridad. Empieza a tener hijos nuevos. El Estado

nuevo se encuentra cuando logra colocarse en un punto importante, ya sea en lugar del statu quo

anterior o en contracorriente. Es decir, en este punto la revolución no solo ya fue hija de los

primeros, sino que es madre de los nuevos. Empieza su autoridad y comienza a actuar a través de

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ella. Sin embargo, la idea de la revolución y revolución-madre son solo un ente abstracto, porque

quienes están detrás de ellas son todos los agentes, los rebeldes, “los hijos”.

<<Éramos muchos. Bueno, así se sentía. Tomamos un salón y de ahí salían los acuerdos:

cuando iba a ser la próxima asamblea, la próxima marcha; quienes iban a ser voceros, seguridad,

que política íbamos a seguir, ¿somos negros? ¿Rojos? Acción directa o muerte. Ganamos muchas

victorias. La Interuniversitaria ganaba fuerza, tenía presencia de los 40 planteles en paro de la

UNAM, 10 planteles del IPN, 5 de la UACM y también alguno que otro vocero de la UAM, de

Chapingo y de la asamblea de profesores. También tuvimos bajas. Nosotros tuvimos a una

compañera amenazada y apuñalada, nos golpearon el 10 de octubre. Pero al final conseguimos

posicionarnos. La revolución se posicionó, pero se basó en distintas rebeliones. Ese fue el error.

Ahora ya no era todos por todos, era yo por los míos, por mis causas, métodos y formas. Eras o no

eras. Te reconocían como suyo o como traidor o como enemigo. Eras separatista o adora… Todo

se quebró y cada uno éramos víctima de los otros y de nosotros mismos>>.

Después empieza el tercer momento. El proceso lineal quedó hasta la consolidación del

Estado nuevo. Ahora dependiendo de como se haya desarrollado hasta este punto la revolución

puede tener dos vías: 1) El Estado nuevo se conserva y se desarrolla, o, 2) La rebelión se sectarizó.

En el primer caso el Estado nuevo se consolida como un nuevo statu quo que funciona para todos,

por un determinado tiempo. En el segundo caso, ese intento de Estado nuevo no brindó lo pertinente

para todos o no todos tenían ese mismo fin. En este caso comienza en la inmediatez el tercer

proceso. El quiebre se produce cuando los acuerdos se rompen y ya no son concesos. Si ese proceso

rebelde no funcionó se comienza otro, es decir regresamos al primer momento. Aquí se produce la

característica circular de este modelo, en dos sentidos, regresamos al principio o se inicia la

temporada del terror que es la misma cacería de brujas, la guillotina de la revolución francesa, los

procesos de ver quién es más revolucionario y menos traidor. Esta tiene dos bases la primera es que
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una ideología dentro de la revolución impero sobre otra, o la segunda, se reproducen de manera

inconsciente o consciente maneras del statu quo anterior, maneras cuestionas al comienzo.

Con estos últimos párrafos construyo la idea de (auto)infantofagia. Primero el sustantivo

infantofagia: que se trata de ese comportamiento caníbal en que las madres del reino animal

devoran a sus hijos por cuestiones de supervivencia, errores genéticos etc. En nuestro caso es la

revolución comiéndose a aquellos, sus hijos, que no le sirven para sus fines, métodos o su

supervivencia. A este sustantivo le agrego el prefijo “auto” que se refiere a una acción que un agente

se produce a sí mismo. Para esto retomo dos ideas expuestas anteriormente, la primera es que la

idea de la revolución y revolución-madre son ideas abstractas porque quienes la impulsan son los

mismos revolucionarios, sus métodos e ideas en conversación con el Desarrollo; La segunda,

aunado a esto último, es que son ellos quienes le dan la autoridad de regir, le dan esa característica

de madre, que comanda, guía y actúa conforme a las ideas concesas o en contraposición. Es decir,

es (auto)infantofagia porque son los mismos revolucionarios quienes se comen a sí mismos y entre

ellos; porque gestaron una madre, la revolución, que tuvo hijos, ellos mismos, a quienes se come.

Por último, dependiendo de lo que ocurrió en el proceso anterior, puede haber una

continuación o un final(?). En la continuación, la temporada del terror tomó fuerza y es a través

de ella que la revolución continua. Quienes “sobrevivieron” son quienes comandan. En este punto

(puede) que las bases iniciales se hayan perdido en su totalidad o solo se modificaron en pro de

los asesinos. Los cuales fungen como jueces y verdugos de su engendro-madre. Aquí se recae de

nuevo en el proceso circular, el ciclo vuelve a comenzar. En el final(?), con ese signo de ironía, se

percibe por la temporada en el que: 1) la revolución no tuvo temporada de terror larga y todo se

materializó, o, 2) se trata solo de una temporada de retrospección, en el que la lucha no sigue

completamente vigente, pero, por un lado, hay quienes aún creen en la revolución asesina y hay

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quienes se detienen a cuestionarla, aunque eso implique estar en contra de lo que ayudo a

engendrar. Y eso solo es síntoma de que está siendo engullido por su madre.

<<En este punto en el que ahora me encuentro soy un hijo más devorado por su madre. Ya

no creo totalmente en ella, pero ahí estoy, resistiendo. Como todos los demás. Ya no confío

totalmente en ella, pero aquí estoy, sobreviviendo. ¿Hasta cuándo? ¿Si no creo ni confío por qué

continuo? es simple, ya di mi vida por ella. Ya es parte de mí. Es una mancha permanente en mi

piel. A través de ella vivo porque no me queda de otra. No la romantices. Aún no ves lo que hace.

Nadie sobrevive. A todos se los come>>.

Entonces hasta este punto el Desarrollo de la revolución demuestra que empieza por la

consumación de una idea, hecha de otras en conversación, que dan nacimiento a un proceso después

de un impulso. luego de la ignition start comienza el desarrollo; en él, el quiebre, la temporada de

terror etc. La continuación y el final(?) son dos resultados posibles de un proceso, aunque no son

definitivos. Para materializar su cometido, la revolución necesita por un lado autorización de los

sujetos y por otro de autoridad. La autoridad se gana a través de la autorización. Aunque después

esta no tenga que responder a la segunda para garantizar la supervivencia de la rebelión. La idea

de revolución, por lo tanto, es una idea abstracta que se alimenta y necesita de sus actores políticos

para poder fungir como y con autoridad. Lo que alimenta la idea de la revolución-madre, también

abstracta, que para garantizar su supervivencia y llegar a su cometido comete el acto de

(auto)infantofagia para mantener su idea imperante. Sin embargo, este también es un acto suicida

porque al devorar a sus hijos, devora sus bases, devora su autoridad y legitimación. Por lo que,

podemos concluir que la revolución, en su desarrollo cíclico, comete el acto de (auto)infantofagia

como acto de supervivencia, pero también como suicidio.

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