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La Hidrología es una rama de las ciencias de la Tierra que estudia el agua en todos sus estados, su
cantidad, calidad , distribución temporal y espacial, circulación, propiedades físicas, químicas y
mecánicas, en la superficie terrestre, en mares y océanos, y en la atmósfera.
Esto incluye las precipitaciones, las escorrentías superficiales y subterráneas, la humedad del suelo, la
evapotranspiración y el equilibrio de las masas glaciares.
La Hidrología aplicada abarca distintos aspectos según el enfoque con los que se desarrollen los
estudios y determinaciones, así por ejemplo la podemos clasificar como:
Hidrología cualitativa
La hidrología cualitativa, en donde el énfasis está dado en la descripción de los procesos. Por
ejemplo en los estudios de los procesos erosivos o sedimentológicos, o las causas que provocan la
formación de bancos de niebla en ríos o carreteras.
Hidrología hidrométrica
La hidrología hidrométrica, o hidrometría, se centra en las mediciones de las variables hidrológicas.
Consiste en la realización de trabajos de campo puntuales o sistemáticos para la obtención de datos
de las variables en estudio realizados con instrumental de medición especifico, en lugares
seleccionados adecuadamente, y la realización de trabajos de gabinete para la interpretación de las
mediciones y la obtención de resultados cuantitativos (datos) para su posterior tratamiento
estadístico. La rigurosidad en la metodología de las mediciones es fundamental para la calidad de la
información recabada. Como ejemplo podemos mencionar las estaciones de aforo en cauces,
estaciones limnimétricas, estaciones meteorológicas, nivométricas, featimétricas, etc.
Hidrología cuantitativa
El objetivo de la hidrología cuantitativa es determinar magnitudes de parámetros en estudio, poniendo
énfasis en el estudio cuantitativo de la distribución temporal y espacial de los recursos hídricos en una
determinada cuenca hidrográfica. Los instrumentos más utilizados en esta rama de la hidrología son
los instrumentos matemáticos, modelos estadísticos y modelos conceptuales. Permite hacer
predicciones como por ejemplo predecir los caudales de un río de régimen nival en función de las
mediciones de la nieve caída en el periodo invernal precedente.
Aproximadamente el 97% del agua existente en la Tierra está en el mar, esto es, se trata de agua
salada. Mientras que sólo el 3% restante es agua dulce. De ese 3%, el 77,6% se encuentra como nieve
o hielo; 21,5% en reservorios subterráneos; y 0,9% se ubica en fuentes superficiales, de las cuales los
ríos y lagos contienen el 0,57% de ese porcentaje, y la humedad del suelo otro 0,33%. América del
Sur es importante en el contexto global porque el 28% de los recursos mundiales de agua dulce se
encuentran en la región.
La Argentina cuenta con abundantes recursos hídricos, ya que tiene un caudal medio anual del orden
de los 26 mil metros cúbicos por segundo, que puede ser aprovechado para distintos usos.
La distribución de estos recursos es irregular, por las variadas características geográficas y la
diversidad de climas que presenta el territorio.
El 85% del agua superficial corresponde a la cuenca del Río de la Plata, integrada por las subcuencas
de los ríos Pilcomayo, Bermejo, Paraná, Paraguay, Iguazú, Uruguay, y otras subcuencas.
Actualmente, el país aprovecha solo una quinta parte de los recursos hídricos para la generación
eléctrica, es decir que el potencial para el desarrollo de nuevas represas hidroeléctricas todavía es
enorme.
La disponibilidad de agua es una cuestión que preocupa a todos. Argentina tiene este recurso en
cantidad suficiente, pero distribuida de manera desigual entre sus regiones.
El país dispone de un caudal medio de 26.000 m3/s de agua superficial de buena calidad.
Considerando una población de 40.117.000 habitantes, tiene una disponibilidad media anual de
18.850 m3/habitante/año. El 85% del agua superficial corresponde a los territorios argentinos de la
cuenca del Río de la Plata (más de un tercio de la superficie continental del país) con 22.000 m 3/s,
incluyendo los ríos Bermejo, Paraguay, Uruguay y Paraná entre sus cursos de agua principales, y con
la mayor concentración de su población y actividad productiva.
En el otro extremo, se sitúan las provincias áridas y semiáridas, con cuencas endorreicas (que no
tienen salida al mar) de escasa pluviosidad. Estas cuencas disponen de menos del 1% del total del
agua superficial (220 m3/s). Algunas de estas provincias, tales como Tucumán, Córdoba, y San Luis, ya
presentan disponibilidades per cápita inferiores a 1.000 m3/habitante/año, que constituye el umbral
de penuria (stress hídrico) adoptado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Amenazas Locales
Según el “Informe Nacional sobre la Gestión del Agua en Argentina”, BIRF (Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento) del año 2000, “existe una amenaza creciente a la sostenibilidad de las
fuentes de aguas superficiales y subterráneas por la alteración atrófica (proceso de degradación
originados por la acción humana) del uso del suelo en su cuenca de aporte”. Señala entre ellas, a las
prácticas agrícolas no conservacionistas, deforestación, uso de agroquímicos y cambios en el uso del
suelo, particularmente la urbanización no planificada, que perturban el balance hídrico y las
condiciones de calidad de las fuentes. “Como ejemplo de estos fenómenos puede citarse el
incremento en la cantidad de sólidos en suspensión por mayor erosión hídrica debido a procesos de
deforestación, sobrepastoreo o mal manejo de las tierras arables; la presencia de plaguicidas en
cursos superficiales; la contaminación de reservorios superficiales como el Embalse de Río Hondo, en
Santiago del Estero, o los Lagos San Roque y Los Molinos en Córdoba, el Lago Lacar en Neuquén y el
Lago Nahuel Huapi en Río Negro por aguas servidas sin tratar de asentamientos urbanos e
industriales ribereños o situados en la cuenca de aporte; la contaminación de acuíferos por
disposición de líquidos cloacales no tratados en pozos ciegos, como ocurre en la provincia de Buenos
Aires o el desarrollo urbano industrial intensivo como sucede en el cordón urbano industrial que
bordea al Río Paraná desde Rosario hasta La Plata, donde ríos en estado muy grave de contaminación
como el Matanza Riachuelo y el Reconquista, en la zona sur del Gran Buenos Aires, constituyen la
expresión más elocuente”
Para el BIRF “contribuyen a esta situación graves deficiencias en el manejo y disposición de los
residuos sólidos urbanos y tóxicos industriales, particularmente en las periferias urbanas. En el
interior del país, las grandes industrias y las actividades productivas extensivas son causa de
contaminación de fuentes de aguas superficiales y subterráneas (la industria petroquímica, la
extracción petrolera, la industria azucarera, actividades mineras, etc.).
En zonas rurales de varias provincias, se ha detectado aguas destinadas al abastecimiento de la
población con contenidos naturales (no antrópicos) de arsénico que exceden notablemente las
normas de agua potable. Los altos contenidos naturales de flúor y arsénico, así como de nitratos
originados en residuos urbanos, registrados en las aguas subterráneas explotadas para el
abastecimiento a la población, constituyen auténticos riesgos para la salud pública. En cuanto al
riego en las zonas áridas y semiáridas, el mal manejo del sistema agua de riego/manto freático/suelo
y drenaje, ha causado serios problemas. La salinización de las aguas y de los suelos representa una
grave amenaza para la sustentabilidad del sector”.
Finalmente, el estudio apunta que “la contaminación de las aguas subterráneas, producto del mal
manejo de los acuíferos (sobre-explotación generalizada o sobre-extracción localizada, falta de
medidas de protección y de conservación), y de las fallas en los sistemas de saneamiento que
contaminan directamente las fuentes de abastecimiento, es el problema de contaminación más
importante en la Argentina”.
El concepto de riesgo es muy amplio en el ámbito de los recursos hídricos y presenta a nivel de
nuestro país, existencia de toda la gama de tipologías. Por esta razón, no resulta sencillo generar un
inventario que incorpore la totalidad de los riesgos asociados al agua. No obstante, podríamos
acotarlo a distintos tipos de riesgos asociados a la cantidad y calidad:
Cantidad: Por sequías e inundaciones;
Calidad: Por contaminación física, química y biológica; y por la incidencia en la salud humana (por
ejemplo, transmisión de enfermedades como arsenicosis, diarreas, fluorosis o malaria). Sobre esta
última cuestión se puede analizar la situación generada por problemas de desarrollo no planificado
asociado a las áreas marginales de las ciudades, sin que se tenga en cuenta, por un lado, los
condicionantes del medio natural y, por otro, las necesidades en términos de infraestructura. Se
generan así una serie de problemas socio ambientales derivados de la falta de agua potable,
inundaciones, imposibilidad de higiene por falta de instalaciones sanitarias, y hacinamiento, entre
otras situaciones. El Gran Buenos Aires es un ejemplo de este crecimiento no planificado de
población.
Fuentes
- Tercer Informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo elaborado por el
Programa Mundial de Evaluación de Recursos Hídricos de la ONU y la Organización de Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencias y la Cultura (UNESCO).
- Agenda del Agua de las Américas.
- Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Panamericana de la Salud (OPS),
Organización de Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) y UNICEF.
Area de Q
Q Porcentaje Derrame Aporte especifico
lt/seg.
m3/seg % Hm3 Km2 Km2
VERTIENTE
ATLANTICA
Del Plata 22031 85,27 694770 3092000 7,1
Prov. Bs. As. 147 0,5700 4636 181203 0,8
Río Colorado 319 1,2400 10060 92840 3,4
Patagónicos 1941 7,5200 61211 356033 5,5
Sub Total 24438 94,6000 770677 3772076
Promedio 6,5
VERTIENTE PACÍFICO
Varios 1212 4,69 38222 33455 36,2
ENDORREICAS
Independientes 42 0,16 1325 248871 0,2
Mar Chiquita 114 0,44 3595 22030 5,2
Serrano 24 0,09 757 26555 0,9
Pampeano 6 0,02 189 600 10
Sub Total 186 0,71 5866 298052
Promedio 0,6
Descripción
Estas finalidades a su vez pueden ser clasificadas como de uso consuntivo y no consuntivo, según el
insumo agua sea consumido en el proceso o no.
En la República Argentina la utilización de los recursos hídricos aun se encuentra en un bajo nivel,
estimado en un 30% de su potencialidad.
Una aspecto destacable para el desarrollo es la generación de energía y dentro de ésta la utilización
de fuentes renovables; al respecto la Ley 26190 establece el “Régimen de fomento nacional para el
uso de fuentes renovables de energía destinada a la producción de energía eléctrica “. La ley declara
de interés nacional la generación de energía eléctrica a partir del uso de fuentes de energía
renovables con destino a la prestación de servicio público como así también la investigación para el
desarrollo tecnológico y fabricación de equipos con esa finalidad.
Establece como objetivo del presente régimen, lograr la contribución de las fuentes de energía
renovables hasta alcanzar el ocho por ciento (8%) del consumo de energía eléctrica nacional en el
plazo de DIEZ (10) años a partir de la puesta en vigencia del presente régimen.
La Secretaría de Energía de la Nación ha completado recientemente la revisión de un extenso
catálogo de proyectos de pequeños aprovechamientos hidroeléctricos (PAH). En este sentido se ha
concluido y publicado el “Estudio para la mejora del conocimiento y la promoción de oferta
hidroeléctrica de pequeños aprovechamientos” (disponible en Internet), que ha permitido no sólo
revisar la viabilidad técnica y económica de los proyectos de PAH inventariados, sino también
establecer un “ranking” u orden de mérito capaz de establecer prioridades en la concreción de los
emprendimientos más factibles.
El estudio revela la existencia de 116 proyectos en 14 provincias, con una potencia total de 425 MW
y una energía media anual del orden de 1900 GWH, que sumados a las centrales actualmente en
servicio, abastecerían cerca del 2,2% de la demanda eléctrica anual estimada hacia el 2016.
En relación a esto, es oportuno mencionar que los 35 proyectos más grandes reúnen el 80% de la
energía total de todo el inventario. Del análisis de ese subgrupo es posible señalar que: 10 proyectos
se encuentran a un nivel de Anteproyecto o Proyecto Ejecutivo (2 en fase licitatoria), 13 más a un
nivel de prefactibilidad/factibilidad que resultaría útil continuar, y otros 12 a un nivel de desarrollo
preliminar que es necesario continuar en sucesivas etapas de proyecto.
Alrededor de 25 MW adicionales podrían provenir de la reconstrucción y/o modernización de una
treintena de antiguas centrales que con el tiempo han ido quedando progresivamente desactivadas.