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Hidrología para el
manejo de cuencas.
Unidad 1
UNIDAD 1. CONCEPTOS BÁSICOS DE LA HIDROLOGÍA
1.1.1 Definición
La hidrología se puede sub-dividir por estratos horizontales y verticales, como por ejemplo:
Hidrología superficial: la cual estudia las corrientes de agua que riegan la superficie
de la tierra y su almacenamiento en depósitos naturales (lagos, lagunas, ciénagas).
Hidrología subterránea: en la que se incluyen los estudios del agua subterránea
(acuíferos).
Sin embargo, la hidrología considera los flujos y reservorios de agua de todo el ciclo
hidrológico desde los océanos a la atmosfera, la vegetación, los suelos, y la geología. Por lo
tanto, la hidrología se entiende como una ciencia holística o integral del agua.
Consecuentemente, sean las obras para el aprovechamiento del agua o para la protección
de su comportamiento, se puede considerar que los métodos de la hidrología recolectan y
procesan información histórica, programan, analizan y ejecutan actividades de campo en
topografía, batimetrías, aforos líquidos y sólidos, toma y análisis de muestras de agua y
sedimentos, entre otros. Los resultados de éstos producen información sobre los siguientes
aspectos:
Características climatológicas y morfométricas de las cuencas que tienen influencia
sobre el área del proyecto.
Selección y capacidad de la fuente que suministrará el caudal que se entregará a los
beneficiarios del proyecto.
Magnitud de los eventos extremos (Avenidas y sequías), que pueden poner en
peligro la estabilidad de las obras civiles, o a los procesos de navegación o el
suministro confiable de agua a los usuarios.
Transporte de sedimentos hacia las obras de captación y almacenamiento, o erosión
de cauces naturales.
La necesidad de tomar acciones para la demanda futura del agua para sus diversos
usos, utilizando los métodos y análisis que permitan el “uso múltiple, óptimo,
eficiente, reutilización y escenarios del cambio climático”.
Son aquellas que se encuentran o se movilizan sobre la superficie del suelo. Esta se produce
por la escorrentía generada a partir de las precipitaciones, por el derretimiento de nevados
y glaciares o por el afloramiento de aguas subterráneas. Pueden presentarse en
movimiento, como en el caso de corrientes, ríos y arroyos, o quietas si se trata de lagos,
reservorios, embalses, lagunas, humedales, bofedales y estuarios. Las aguas superficiales se
pueden clasificar en:
a) Aguas lóticas o corrientes: Son las masas de agua que se mueven siempre en una
misma dirección como ríos, manantiales, riachuelos, arroyos.
b) Aguas lénticas: Se denominan aguas lénticas a las interiores quietas o estancadas
tales como los lagos, lagunas, charcas, humedales y pantanos
Para propósitos regulatorios, suele definirse al agua superficial como toda agua abierta a la
atmósfera y sujeta a movimiento superficial sobre el suelo. Una vez producida, el agua
superficial sigue el recorrido que le ofrece menor resistencia. Una serie de arroyos,
riachuelos, corrientes y ríos llevan el agua desde áreas con pendiente descendente hacia un
curso de agua principal, al mar o lagos.
El agua subterránea representa una fracción importante de la masa de agua presente en los
continentes, y se aloja en los acuíferos bajo la superficie de la Tierra, puede ser a diferentes
profundidades. Se tiene conocimiento que el volumen del agua subterránea es mucho más
importante que la masa de agua retenida en lagos o circulante, y aunque es menor al de los
mayores glaciares, las masas más extensas pueden alcanzar un millón o más de kilómetros
cuadrados (como el Acuífero Guaraní).
El agua del subsuelo es un recurso importante y de este se abastece a una tercera parte de
la población mundial, pero es de difícil gestión, por su sensibilidad a la contaminación y a la
sobreexplotación. El agua subterránea es parte de la precipitación que se filtra a través del
suelo hasta llegar al material rocoso que está saturado de agua. El agua subterránea en la
zona saturada, se mueve lentamente hacia los niveles bajos, generalmente en ángulos
inclinados (debido a la gravedad) y eventualmente pueden llegar a los arroyos, los ríos, los
lagos y los océanos. Las aguas subterráneas forman grandes depósitos, que en muchos
lugares constituyen la única fuente de agua potable o para riego, disponible. A veces,
cuando circulan bajo tierra, forman grandes sistemas de cuevas y galerías (Ver figura 1). En
algunos lugares regresan a la superficie, brotando de la tierra en forma de fuentes o
manantiales. Otras, hay que aprovecharlas desde distintas profundidades excavando pozos
abiertos y tubulares.
Figura 1: Formaciones calcáreas para facilitar el movimiento de aguas subterráneas
Fuente: http://www.areaciencias.com/ecologia/aguas-subterraneas.html
1.4.1. Acuíferos
La diferencia entre la cantidad de precipitación y la cantidad de agua arrastrada por los ríos
se filtra bajo el suelo y forma los acuíferos. La filtración depende de las características físicas
de las rocas. La porosidad no es sinónimo de permeabilidad, pues determinadas rocas como
las arcillosas, aunque tienen una gran porosidad, son prácticamente impermeables ya que
no disponen de conductos que se comuniquen.
Pozos y manantiales
Un manantial es un flujo natural de agua que surge del interior de la tierra desde un solo
punto o por un área pequeña. Pueden aparecer en tierra firme o ir a dar a cursos de agua,
lagunas o lagos. Los manantiales pueden ser permanentes o intermitentes, y tener su origen
en el agua de lluvia que se filtra o tener un origen ígneo, dando lugar a manantiales de agua
caliente.
La composición del agua de los manantiales varía según la naturaleza del suelo o la roca de
su lecho. El caudal de los manantiales depende de la estación del año y del volumen de las
precipitaciones. Los manantiales de filtración se secan a menudo en periodos secos o de
escasas precipitaciones; sin embargo, otros tienen un caudal copioso y constante que
proporciona un importante suministro de agua local.
Los pozos artesianos, donde el agua brota superficialmente como un surtidor, son el
resultado de perforar un acuífero confinado cuyo nivel freático es superior al nivel del suelo.
Cuando estas fuentes son termales (de agua caliente), se denominan caldas o termas. A las
sales minerales que llevan disueltas las caldas se le reconocen propiedades medicinales,
motivo por el cual se han construido en esas zonas muchos balnearios. Esta práctica es
antigua, y ya en tiempos de los romanos eran muy apreciados los baños públicos con aguas
minerales. Consultado el 9 de julio, 2017; en
http://www.astromia.com/tierraluna/aguasubterraneas.htm
Estructura de un acuífero
Tipos de acuíferos
a) Según su textura
Desde el punto de vista textural, se dividen también en dos grandes grupos: los porosos y
fisurales.
En los acuíferos porosos el agua subterránea se encuentra como embebida en una esponja,
dentro de unos poros intercomunicados entre sí, cuya textura motiva que existe
"permeabilidad" (transmisión interna de agua), frente a un simple almacenamiento.
Aunque las arcillas presentan una máxima porosidad y almacenamiento, pero una nula
transmisión o permeabilidad. Como ejemplo de acuíferos porosos, tenemos las formaciones
de arenas y gravas aluviales
En los acuíferos fisurales, el agua se encuentra ubicada sobre fisuras o diaclasas, también
intercomunicadas entre sí; pero a diferencia de los acuíferos porosos, su distribución hace
que los flujos internos de agua se comporten de una manera heterogénea, por direcciones
preferenciales. Como representantes principales del tipo fisural podemos citar a los
acuíferos kársticos.
Por último, desde un punto de vista hidrodinámico, de la movilidad del agua, podemos
denominar, en sentido estricto:
Acuífero subestimado o libre. Es aquel acuífero que se encuentra en contacto directo con
la zona subsaturada del suelo. En este acuífero la presión de agua en la zona superior es
igual a la presión atmosférica, aumentando en profundidad a medida que aumenta el
espesor saturado.
Acuífero cautivo o confinado. Son aquellas formaciones en las que el agua subterránea se
encuentra encerrada entre dos capas impermeables y es sometida a una presión distinta a
la atmosférica (superior). Sólo recibe el agua de lluvia por una zona en la que existen
materiales permeables, recarga externa donde el área de recarga se encuentra alejada del
punto de medición, y puede ser directa o indirecta dependiendo de si es agua de lluvia que
entra en contacto directo con un afloramiento del agua subterránea, o las precipitaciones
deben atravesar las diferentes capas de suelo antes de ser integrada al agua subterránea.
A las zonas de recarga se les puede llamar zonas de alimentación. Debido a las capas
impermeables que encierran al acuífero, nunca se evidenciarán recargas autóctonas
(situación en la que el agua proviene de un área de recarga situada sobre el acuífero), caso
típico de los acuíferos semiconfinados y los no confinados o libres (freáticos).
Acuíferos costeros. Los acuíferos costeros pueden ser libres, confinados o semiconfinados.
Lo que los diferencia es la presencia de fluidos con dos densidades diferentes: agua dulce,
con una densidad menor, con relación al agua salada del mar o del océano. Esta diferencia
de densidad hace que, en la zona de la costa, el agua dulce se encuentra sobrepuesta al
agua salada. El agua salada se introduce en el continente en forma de una cuña salina que
se va profundizando a medida que se introduce en el continente.
El agua del suelo se renueva en general por procesos activos de recarga desde la superficie.
La renovación se produce lentamente cuando la comparamos con la de los depósitos
superficiales, como los lagos, y los cursos de agua. El tiempo de la renovación hidráulica (el
periodo necesario para renovar por completo un depósito a su tasa de renovación normal)
es muy largo. En algunos casos la renovación está interrumpida por la impermeabilidad de
las formaciones geológicas superiores (acuitardos), por compactación del suelo o por
circunstancias climáticas asociadas a la aridez.
En ciertos casos se habla de acuíferos fósiles, estos son bolsones de agua subterránea,
formados en épocas geológicas pasadas, y que, a causa de variaciones climáticas ya no
tienen actualmente recarga.
El agua de las precipitaciones (lluvia, nieve,) puede tener distintos destinos una vez alcanza
el suelo. Se reparte en tres fracciones. Se llama escorrentía a la parte que se desliza por la
superficie del terreno, primero como arroyo difuso y luego como agua encauzada,
formando arroyos y ríos. Otra parte del agua se evapora desde las capas superficiales del
suelo o pasa a la atmósfera con la transpiración de los organismos, especialmente las
plantas; esta parte se denomina evapotranspiración. Por último, otra parte se infiltra en el
suelo y percola a diferentes profundidades y pasa a ser agua subterránea, convirtiéndose
en un proceso de recarga para los acuíferos, que ya han sido explotados o que naturalmente
necesitan realimentarse, siguen una tasa de renovación.
La litología (la naturaleza del material geológico que aflora a la superficie) influye a
través de su permeabilidad, la cual depende de la porosidad, del diaclasamiento
(agrietamiento) y de la mineralogía del sustrato. Por ejemplo, los minerales
arcillosos se hidratan fácilmente, hinchándose siempre en algún grado, lo que da
lugar a una reducción de la porosidad que termina por hacer al sustrato
impermeable.
Otro factor desfavorable para la infiltración es una pendiente marcada, así como la
compactación también lo limita.
La presencia de vegetación densa influye de forma compleja, porque reduce el agua
que llega al suelo (interceptación), pero extiende en el tiempo el efecto de las
precipitaciones, desprendiendo poco a poco el agua que moja el follaje, reduciendo
así la fracción de escorrentía y aumentando la de infiltración (Ver figura 3). Otro
efecto favorable de la vegetación tiene que ver con las raíces, especialmente las
raíces densas y superficiales de muchas plantas herbáceas, y con la formación de
suelo, generalmente más permeable que la mayoría de las rocas frescas.
Figura 3. Agua subterránea y las zonas de recarga
Fuente: http://www.mapama.gob.es/en/agua/temas/observatorio-nacional-de-la-
sequia/situacion-de-los-recursos/aguas_subterraneas.aspx
La velocidad a la que el agua se mueve depende del volumen de los intersticios (porosidad)
y del grado de intercomunicación entre ellos, además de la gradiente hidráulica y la
conductividad saturada y no-saturada. Los dos principales parámetros de que depende la
permeabilidad. Los acuíferos suelen ser materiales sedimentarios de grano relativamente
grueso (gravas, arenas, limos, etc.). Si los poros son suficientemente amplios, una parte del
agua circula libremente a través de ellos impulsada por la gravedad, pero otra queda fijada
por las fuerzas de la capilaridad y otras motivadas por interacciones entre ella y las
moléculas minerales.
Las instituciones y organizaciones que se encargan de compilar los datos hidrológicos a nivel
nacional varían de un país a otro, tenemos Institutos Nacionales de Hidrología, Servicios
Nacionales de Meteorología e Hidrología u otros, que tienen la responsabilidad por velar
entre otros aspectos por la calidad, cantidad y acceso para los diferentes fines del país. Cada
país tiene su norma, protocolo y requerimiento para brindar el servicio, oficialmente brinda
el respaldo técnico que sirve para estudios, trabajos e investigaciones. En el pasado mucha
de la información se presentaba en formato impreso, hoy la tendencia es que todo se
digitaliza, facilitando los servicios y el almacenamiento respectivo.
De igual manera será importante obtener mediciones (toma de muestras) sobre la calidad
del agua, inclusive hasta mediciones horarias (cuando los efluentes tienen horas
específicas). En cuanto a la calidad del agua, las mediciones pueden realizarse en los mismos
lugares de aforo, pero es importante considerar los factores causales para determinar los
sitios respectivos, igualmente deben ser georreferenciados.
Calidad del agua se refiere a las características químicas, físicas, biológicas y organolépticas
del agua. Es un factor que incide directamente en la salud de los ecosistemas y el bienestar
humano: de ella depende la biodiversidad, la calidad de los alimentos, las actividades
económicas, etc. Por tanto, la calidad del agua es también un factor influyente en la
determinación de la pobreza o riqueza de un país. Es una medida de la condición del agua
en relación con los requisitos de una o más especies bióticas o a cualquier necesidad
humana o propósito. Sobre la calidad del agua en las cuencas hidrográficas, se pueden
considerar las que conforman las aguas superficiales y las aguas subterráneas. La calidad de
las aguas en las cuencas constituye un indicador clave del buen manejo de los recursos
naturales, las actividades productivas y los servicios. Existen tres tipos de alteraciones a la
calidad del agua, que a su vez integran las más importantes, son las siguientes:
Calidad física del agua:
pH [-]: Es la medida de la acidez del agua, expresada por una escala entre 1 y 14,
de forma que el valor 1 indica condiciones de máxima acidez, y 14 de alcalinidad
extrema.
Temperatura [°C oF]: Su influencia en la calidad del agua es debido a la relación
que se establece entre los niveles de temperatura y la solubilidad de sales y gases:
a mayor temperatura mayor solubilidad de iones, y menor en gases, factores
ambos que degradan la calidad de las aguas, ya que disminuyen la capacidad de
disolución de oxígeno.