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Estos dos últimos años hemos estado pasando por una situación bastante complicada, el virus
que inicialmente no era tan alarmante se convirtió en pandemia, y con esto nos obligó a tomar
distintas medidas de prevención para evitar el contagio de este.
El COVID-19 o también conocido como coronavirus nos obligó a quedarnos en casa durante
mas un año. Afortunadamente ya existe una vacuna para este virus, pero ahora viene la
pregunta, ¿Es capaz el estado peruano de distribuir esta vacuna a todos los habitantes del
territorio peruano?
Es muy importante investigar este tema debido a que debemos pensar nuevas estrategias de
cobertura para que todos los peruanos puedan recibir su respectiva vacunación contra en
COVID-19.
Primero enfoquémonos en el plan de vacunación básico que ofrece el estado peruano a los
niños de 1 año. Entre 2016 y 2017 se realizó un estudio observacional analítico transversal
tomando datos de la encuesta demográfica y de salud familiar, en este se estudió a 2225 niños
de 1 año en total y se pudo ver que el 11,1% de estos no contaban con la vacunación básica.
Esta cifra de niños sin vacunar tiene muchos motivos, como por ejemplo características
ambientales, sociodemográficas, Gineco-obstétricas y la accesibilidad a los servicios de salud
en la que se ven envueltos los niños.
En Apurímac la cobertura de vacunación básica es baja, siendo menos del 80% de los niños los
que están vacunados, e incluso existen distritos en esta ciudad que tienen un 0% de cobertura
para algunas vacunas. Se realizo un estudio de casos y controles en niños de 6 y 36 meses que
residen en la comunidad Taquebambba. Al final de este estudio se pudo concluir que, en esta
comunidad e la sierra peruana, el factor que tuvo más asociación con la vacunación incompleta
fue que la edad del cuidador era menor a 19 años, teniendo en cuenta que en el Perú 12 de
cada 100 adolescentes están embarazadas o ya son madres este dato es muy preocupante.
Como podemos ver, por distintos factores no se puede realizar la vacunación básica en el 100%
de los niños; con el tema del virus COVID-19 necesitamos ser más estrictos, tendríamos que
poder vacunar al 100% de la población peruana, o por lo menos al 100% de cada fase para que
las vacunas puedan lograr un cambio en los contagios del COVID-19.
Además de las dificultades para la vacunación antes mencionadas, se suma el tema de las
conspiraciones. Muchas personas actualmente piensan cosas descabelladas como que el
coronavirus no existe, o que las vacunas están hechas para controlarnos; este tipo de
pensamientos hacen que algunas personas no quieran vacunarse y también que no se cuiden
de este virus, lo cual es muy peligroso ya que no solo se ponen en riesgo a ellos, sino que
también al resto de la población peruana. Esto dificulta el objetivo de cobertura de vacunas en
el Perú.
Teniendo en cuenta todo lo mencionado anteriormente tenemos razones para pensar que la
cobertura de la vacuna contra en COVID-19 en el Perú no será buena. El estado peruano tiene
que tomar medidas más extremas para poder tener la cobertura que necesitamos de la vacuna
contra el COVID-19. Así mismo se necesita concientizar a la gente sobre este virus y controlar
más la información que sale a la luz. Este será un trabajo muy difícil, pero no imposible. Si el
estado da lo mejor de si, podemos lograrlo.
Marco teórico
Antecedentes
Como bien sabemos, el proceso de la creación de una vacuna es muy extenso y de larga
duración debido al indispensable proceso de desarrollo, esto sin contar el proceso de
investigación que puede variar. Este proceso de desarrollo consta de 5 fases que duran
aproximadamente 10 años.
El primer paso para la aprobación de una vacuna es la fase preclínica la cual consta de
experimentos de la eficacia y tolerancia de la vacuna en animales, como ratas o
monos, evaluando así su capacidad seguridad y capacidad inmunológica.
El segundo paso es la fase 1, en esta etapa se hace la evaluación de la seguridad y los
efectos biológicos de la vacuna en los humanos, para esto se testa la nueva vacuna en
un reducido grupo de humanos, generalmente 100 o menos adultos.
La fase 2 es el tercer paso de la aprobación de la nueva vacuna, y esta consta de la
testa de la nueva vacuna en un grupo de humanos más grandes, generalmente entre
200 y 500 adultos. Este procedimiento se hace con el propósito de nuevo monitorear
la seguridad y eficacia de la vacuna, además de esto también se estudia la dosis
propuesta y el método de administración de esta.
El siguiente paso es la fase 3, la cual consiste en la prueba de la vacuna en miles de
personas. Lo que hace especial a esta fase es que en esta se utilizan también placebos
(sustancia que no tiene acción curativa alguna pero que puede resultar terapéutico si
el paciente cree que es un medicamento eficaz) de manera aleatoria.
Una vez aprobada, en uno o varios países, la vacuna sigue revisión regulatoria, en esta
se evalúa como es que la vacuna funciona en el “mundo real”
Una vez terminado el proceso de desarrollo de la vacuna, recién se puede iniciar el proceso de
producción de esta. En nuestro país la fase 3 se realizó en septiembre del año 2020 en la cual
participaron 12 mil voluntarios.
Sin embargo, antes de que las vacunas empiecen su producción muchas personas contrajeron
el virus y, debido a la gran desinformación del tema, comenzaron a automedicarse pensando
que esto podría combatir el virus o aliviar los síntomas de este. El Seguro Social de Salud
(Essalud) informó que la adquisición de corticoides y antibióticos durante el estado de
emergencia nacional en el país aumentó en un 50% y 70%. Este acto de automedicarse es muy
peligroso; hubo muchos casos donde consumieron corticoides durante os primeros días de la
enfermedad, y esto, por el contrario de ayudar, empeoró las cosas debido a que este fármaco,
en pacientes con COVID-19, en la fase inicial, reduce la capacidad de respuesta del sistema
inmunológico, lo que hace que el virus pueda avanzar mucho más rápido de lo que
normalmente haría. Todo esto ha provocado que jóvenes con COVID-19, que no son
vulnerables y pueden desarrollar la primera fase del virus de manera leve, compliquen su
condición y terminen en la unidad de cuidados intensivos (UCI) debido a la automedicación.
A vista de todo esto la Organización Mundial de la Salud (OMS) ideó un mecanismo para el
acceso mundial a las vacunas contra la COVID-19 llamado COVAX, el cual congrega a todos los
países para la distribución de la vacuna. Este mecanismo prometía proporcionar vacunas para
por lo menos el 20% de la población de cada país, en el cual se les dará prioridad a ciertos
grupos demográficos como trabajadores de primera línea en el ámbito sanitario y de la
asistencia social, personas mayores de 65 años y personas que tengan enfermedades que las
hagan mas vulnerables ante el virus, la cual vendría siendo la primera fase de vacunación.
Un gran problema que pudimos observar el proceso de obtención de las vacunas contra la
COVID-19 es que había muchas incertidumbres, como por ejemplo la llegada de estas; el 6 de
enero se informó la adquisición de 37 millones de dosis, pero no sabía cuando es que estas
llegarían. Aquí se puede notar la gran desorganización que se estaba teniendo respecto a las
vacunas.
Además, a esto se le suma el hecho de que exista muchísima información falsa en internet, y
que las personas las crean. Lo que ocasiona esto es que muchas personas no saben diferenciar
entre información verídica e información falsa ya que no suelen fijarse en las fuentes de las
que dichas informaciones proceden, y así es como las personas empiezan a dudar de la
efectividad o seguridad de la vacuna. Este tipo de información empezó a rondar por el internet
incluso antes de que la vacuna contra la COVID-19 se aprobara para poder ser producida para
todo el mundo, lo que ha provocado que muchas personas le tengan desconfianza a esta
vacuna y se nieguen a vacunarse. Teniendo en cuenta que para que la vacunación esté
completa se necesitan dos dosis esto es aún peor ya que puede que una persona tenga la
primera dosis, pero se entera de una de estas informaciones falsas y decida no ponerse la
segunda dosis; en primer lugar, se estaría desperdiciando una vacuna, y eso es algo que no
podemos permitirnos, y en segundo lugar, como y bien sabemos, no estaremos seguros hasta
que todos estén seguros, y si hay personas sin vacunar, terminar con la pandemia será más
difícil.
Como es conocido, se han hecho muchas vacunas a lo largo de toda la pandemia y estas
cuentan con distintos porcentajes de efectividad. Estas son:
Por otro lado, el Perú también hizo estudios para el desarrollo de una vacuna, todo parecía
prometedor, el 19 de mayo de 2020 se vacuno a una gallina, Esperanza. Las investigaciones de
esta vacuna fueron hechas por científicos de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y
FARVET, un laboratorio que se dedica a producir vacunas de uso veterinario. El 23 de mayo de
2020 se vacuno a tres alpacas para continuar con los ensayos de la vacuna, y mientras tanto
también se hacían pruebas en doscientos ratones para poder determinar la seguridad de la
vacuna. Poco después se anunció que se iniciarían las pruebas en humanos dentro de 45 o 60
días. Sin embargo, el 14 de diciembre de 2020, salió a la luz que FERVET se encontraba en
conversaciones con laboratorios de Inglaterra y Alemania para poder iniciar la fase clínica, la
DIGEMID aprobó la Norma Técnica de Salud que regula las Buenas Prácticas de Laboratorio
para Estudios Preclínicos (BPL-PC) en la Investigación y Desarrollo de Productos Farmacéuticos.
Lo que significa que mientras anunciaban que las pruebas en humanos estaban cerca, aún no
había un marco legal alguno que fiscalizara los ensayos preclínicos con los animales. Después
de esto hubo muchas contradicciones con las cosas que mencionaba el fundador de FERVET.
Por ejemplo, el 5 de enero de 2021, mencionó que las vacuna funcionaba perfectamente y que
incluso él y su familia se habían vacunado y todo iba perfecto, sin embardo un tiempo después
negó haber dicho esto y dijo que ya no continuarían con los ensayos de la vacuna, pero dos
días después FARVET emitió un comunicado diciendo que si continuarían con las
investigaciones y que además habían finalizado la fase preclínica. Todos estos problemas han
generado que hasta ahora no se haya terminado todo el proceso de desarrollo de la vacuna
peruana contra la COVID-19.
El Perú llego a acuerdos con algunos laboratorios para poder adquirir vacunas y así poder
proteger a la población. Las vacunas son:
Para que los ciudadanos puedan obtener información sobre la vacunación, en el mes de
febrero del 2021, el Ministerio de Salud (Minsa) diseñó un aplicativo móvil en el que se puede
seguir paso a paso la cobertura de la vacunación contra la COVID-19 en todo el Perú y así
poder tener conocimiento de los avances de la distribución, aplicación y monitoreo de las
vacunas y vacunados contra el virus en nuestro país. Además, el Minsa ideo dos tipos de apps;
el primero, que es el aplicativo para el vacunador, que le permite hacer un registro de las
personas vacunadas en el que el que especifica si la persona vacunada pertenece al grupo de
riesgo o no; y la segunda es la app para el usuario, en la que, registrándose con su número de
DNI, el sistema podrá visualizar sus datos y el historial de vacunaciones que tiene, incluyendo,
obviamente, la de la COVID-19; asimismo, el usuario puede obtener su certificado de
vacunación ingresando por medio de un código QR y podrá tener conocimiento de su punto de
vacunación. Este aplicativo también muestra data precisa del numero y porcentaje de
personas vacunadas divididas por región, provincias y distritos, en primera o segunda dosis.
El día 02 de marzo de 2021 se creó un nuevo proyecto de ley llamado “Ley que garantiza el
acceso oportuno a la vacuna contra la covid-19 priorizando a la población vulnerable”, que
tiene como objetivo, como bien dice su nombre, garantizar oportunamente el acceso a la
vacuna contra el COVID-19, priorizando a la población vulnerable. Esta ley también autorizaría
a los Gobiernos regionales a comprar, importar, distribuir, almacenar y aplicar gratuitamente
las vacunas contra el COVID-19 empleando su infraestructura y personal de redes de salud, con
una comunicación permanente con el Ministerio de Salud, que dirige la campaña de
vacunación. Así mismo, permite la participación del sector privado autorizando la compra,
almacenaje, importación, distribución y aplicación de la vacuna contra la COVID-19. Esta
autorización debe ser entregada por el Ministerio de Salud para cautelar el cumplimiento de
los protocolos correspondientes de la campaña de vacunación. Eta ley también explica que
debe crearse un registro en el que exista una base de datos que permita el registro de la línea
desde cualquier parte del país, y así tener control y seguimiento de las personas vacunadas
para lograr el fortalecimiento de la estrategia de la lucha contra la pandemia del COVID-19;
esta se llama Registro Único de Vacunados (RUV).
Bases teóricas
COVID-19
Análisis:
COVAX
Análisis:
Síntomas de la COVID-19
Tos
Fiebre
Cansancio
Y otros síntomas que son menos frecuentes y que pueden afectar a algunos pacientes:
Irritabilidad
Merma de la conciencia (a veces asociada a convulsiones)
Ansiedad
Depresión
Trastornos del sueño
Complicaciones neurológicas más graves y raras, como accidentes cerebrovasculares,
inflamación del cerebro, estado delirante y lesiones neurales.