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Parroquia Nuestra Señora de Lourdes

Catequesis Familiar
Encuentro Nº 3
Jesús Nace entre Nosotros
Hace mucho, pero que mucho tiempo, una joven de Nazaret llamada, María, recibió la visita de un
arcángel, de nombre Gabriel. El arcángel le anunció lo siguiente:
– María, no te asustes, vengo a traerte una buena noticia.
Ella, al ver al arcángel, al principio sí se asustó un poco, pero su dulce voz y su intensa luz le tranquilizó.
– María: has sido elegida para traer al mundo al hijo de Dios– continuó hablando el arcángel-. Bendito
sea tu vientre.
La joven, ahora sí, tembló. ¿Qué le acababa de decir aquel arcángel? ¿Que estaba embarazada? ¿Y
que su hijo sería el hijo de Dios? ¿Cómo se lo diría a su novio, José, el carpintero?
Pero entonces llegó José y le dijo:
– ¡María! ¡Un ángel acaba de visitarme y me ha contado la noticia! ¡Vamos a tener un hijo! ¡Y ese hijo
será el hijo de Dios!
La joven María se tranquilizó. José estaba ilusionado ante la noticia, así que sabía que iba a apoyarla en
todo momento.
Pasaron los meses, y ya, en el noveno mes de embarazo, José y María tuvieron que partir desde
Nazaret hacia Belén, ya que el Emperador Augusto ordeno que se hiciera un censo y debían inscribirse
donde había nacido su padre. José era de este lugar, y por ley, el bebé debía nacer en la misma población
en donde nació su padre.
El camino era largo, y debían atravesar todo el desierto. María iba encima de una pequeña mula, mientras
que José tenía que ir andando por la arena.
Después de muchas horas, al fin llegaron a Belén. Pero María estaba a punto de dar a luz, y se
encontraba agotada del viaje. José decidió buscar un hostal y una buena cama para que pudiera
descansar, y llamó a la primera posada de Belén, la más grande y lujosa:
– Por favor- gritó José- ¡Necesitamos morada! Mi mujer está muy cansada y está a punto de tener un
bebé.
El dueño de la posada, al verles con esas túnicas tan humildes, no quiso dejarles pasar:
– Fuera de aquí, truhanes. ¡No aceptamos pordioseros!
José y María siguieron caminando hasta la siguiente posada. José lo intentó de nuevo:
– ¡Caridad, hermano! ¡Necesito una cama para mi mujer, que está embarazada!
Se abrió una puerta y el posadero les miró de arriba a abajo:
– Me temo que no hay habitaciones para vosotros. ¡Largo de aquí ahora mismo!
José y María, desesperados, fueron hasta el albergue de Belén, con la esperanza de encontrar
habitación. Entonces, salió el dueño del albergue:
– ¿Qué buscáis, forasteros?
– Por favor- contestó José- Venimos de Nazaret, de muy lejos, y mi mujer está muy cansada y a punto de
tener un bebé. Necesitamos una habitación y una cama.
– ¿Desde Nazaret, dices? ¡Son muchos kilómetros! Estaréis agotados… Ojalá pudiera ofreceros una
cama, pero justo hoy tengo todo el albergue ocupado. Sin embargo, se me ocurre algo… Puedo adecentar
el establo que hay junto al albergue.
– ¿De veras? ¡Le estamos tan agradecidos!- dijo María emocionada.
– Siento, buena mujer, no poder ofrecerle otra cosa mejor. Pero haré todo lo posible por que pueda
descansar.
El hombre preparó el pesebre, en donde dormía un buey, y allí pudo hacer con paja un par de camas.
También preparó una hoguera para que no pasaran frío.
Y esa misma noche, en ese humilde pesebre de Belén, nació el niño Dios, a quien María y José
decidieron poner de nombre, Jesús.
En ese momento, tras el nacimiento del niño Jesús, una estrella comenzó a brillar con mucha más
intensidad que el resto en lo alto del cielo, indicando justo el lugar en donde se encontraba el pesebre.
Unos ángeles fueron anunciando a los pastores y todos los habitantes de Belén la feliz noticia, y unos
sabios astrónomos, originarios de distintos puntos de Oriente, se encontraron, siguiendo la estela de la
estrella de Belén, para llevar sus regalos al niño Dios: oro, incienso y mirra.
Aquel día, señalado en el calendario como el 24 de diciembre, nació el niño Dios, el Salvador.
Reflexiones sobre la Historia del nacimiento de Jesús
Imagina por un momento lo que tuvo que significar para María recibir de boca de un arcángel una
noticia así. Para ella tuvo que originar un cúmulo de emociones encontradas, de miedos y dudas, y de
amor, mucho amor, al aceptar al fin la noticia.

 Un viaje agotador y una dura prueba: El viaje de Nazaret (en Israel) a Belén (Palestina) tuvo que
ser agotador, ya que les separan más de 100 kilómetros de desierto, que ellos hicieron a pie y en
burro. Por si eso fuera poco, fueron tratados como extranjeros al llegar a Belén, ya que nadie
quería al principio dejarles pasar a ninguna pensión. Sufrieron el rechazo y la angustia de no
encontrar un lugar donde descansar, hasta que encontraron a una persona bondadosa.
 Los valores de la Navidad: La noticia del nacimiento del niño Jesús también tuvo que ser todo un
acontecimiento en un lugar tan pequeño como Belén. Todos se enteraron rápidamente del
nacimiento de Jesús. Todos quisieron entonces llevarle un regalo. Y hasta fueron a verle tres
Reyes de Oriente, sabios y expertos en astronomía: Melchor, Gaspar y Baltasar. El nacimiento del
niño Jesús es uno de los pilares básicos del cristianismo (junto con la Resurrección), un
motivo de alegría, y la primera razón por la que celebramos la Navidad, unas fiestas en donde
valores como la solidaridad, la caridad y la bondad, cobran protagonismo.
Cada 24de diciembre, se recuerda el momento en el que nacía el niño Jesús, y de cómo Dios quiso que
naciera entre los humildes, para llevar a todos, al crecer, sus enseñanzas y valores.
La navidad es un tiempo de celebración del nacimiento de Jesús, que abarca desde la Nochebuena del 24
de diciembre hasta la fiesta de Bautismo del Señor.
Actividad

a) “Emmanuel” significa ( ) la Nuche buena del 24 de Diciembre hasta la fiesta del bautismo.
b) La navidad abarca desde ( ) y vivió entre nosotros .
c ) Celebramos que Jesús, se hizo hombre ( ) Dios con nosotros.

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