Es aquel acto a través del cual una persona, en su testamento, decide
transmitir bienes concretos de su patrimonio, a una persona determinada, recibiendo ésta la denominación de legataria. Es toda disposición testamentaria que no atribuye la cualidad de heredero. Es decir, toda disposición a título particular, cualquiera sea su contenido, que constituya una disminución de la herencia; una disposición a cargo del heredero o de un tercero; una liberalidad; un lucro para el favorecido o también una carga. El Legado solamente se instituye por testamento y el legatario debe tener la misma capacidad que el heredero. Lo fundamental dentro del testamento es la voluntad del testador; por lo tanto, se puede dejar un legado tanto a un heredero como a un tercero. De lo dicho se puede deducir que existen tres acepciones de legado en materia testamentaria: 1) Disposición liberal del testador, contenida en una cláusula testamentaria. 2) Acto jurídico mediante el cual se transmite una cosa o un derecho, del patrimonio del causante a una o más personas (legatarios) 3) La cosa o el objeto mismo transmitido. ELEMENTOS PERSONALES: Se entiende por estos elementos del legado, a los sujetos que intervienen en esta institución, que son, a saber, tres (para que exista el legado es necesario la concurrencia de tres personas): El que ordena o dispone, que es el testador. Aquél a favor de quien se instituye el legado, o sea el legatario o beneficiario y la persona que debe pagarlo o gravado que por lo general es el heredero (Arts. 932 y 933 C.C.). El sujeto activo del legado es toda persona que tenga capacidad de testar, y el sujeto pasivo será quien haya sido designado por el testador, siempre que sea persona cierta y capaz de recibir (Art. 898, Ord. 1 y 2 C.C.); no importando que éste tenga a su vez la cualidad de heredero, ya que nada impide que pueda designarse legatario a un llamado a la herencia, sea testamentario o ab intestato; en cuyo caso se reúnen en la persona los títulos de heredero y legatario. ELEMENTOS REALES: Se encuentran una serie de bienes tanto muebles como inmuebles que constituyen el objeto del legado, los cuales son susceptibles de valoración económica, entre los cuales se encuentran: Cosas muebles: dinero, créditos, pensiones alimentarias (comida, vestido, habitación, etc.), otras cosas de determinadas especies (un traje, un auto, una joya, etc.). Cosas inmuebles: Casas, fincas, apartamentos, terrenos, et NULIDAD DEL LEGADO: El legado puede devenir ineficaz por extinción, por nulidad o por caducidad. a) Será ineficaz (nulo) si la cosa objeto del legado se extingue o perece completamente, en vida del testador o después de la muerte de éste; siempre en este último caso, que no haya habido hecho o culpa del heredero obligado, aunque éste haya incurrido en mora respecto de la entrega. O si la cosa perece en manos del legatario (Art. 957 C.C.). Debiendo señalarse que los materiales o residuos de la cosa extinguida no pertenecerán al legatario; tanto porque la Ley determina expresamente la eficacia del legado, como también porque estos restos o materiales son cosa distinta del objeto; y el legado no puede extenderse a otra cosa diferente de la determinada, salvo expresa disposición del testador. b) La nulidad del legado también resulta cuando la disposición testamentaria es nula, sea por que el testamento es nulo o porque la cláusula testamentaria que instituye el legado resulte nula o anulable. c) Igualmente queda sin efecto el legado en caso de caducidad, entendiéndose por tal la ineficacia de una disposición testamentaria por causa sobrevenida; es decir, cuando surge un obstáculo que no existía para el tiempo de otorgarse el testamento, y que de haber existido habría determinado la nulidad de la manifestación de última voluntad. Así pues, el legado será ineficaz si el favorecido no sobrevive al testador, salvo el caso de representación (Art. 953 C.C.) Por último caduca la disposición testamentaria para el legatario que renuncia a ella (Art. 954 C.C.).