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Escribano: Francisco Javier Calderón Albornos

Revisor: Mario Rodríguez Portillo


Portavoz: Irene Velasco Gómez
Alumnxs: Francisco Javier Calderón Albornos , Adrián Alonso Lorente, Irene Velasco
Gómez, Mario Rodríguez Portillo, Alba Buyolo Valdivia.
Practica 1: Documental “Macacos y Humanos”
Grupo: G

Preguntas:
1. Aspectos que causaron sorpresa
Uno de los aspectos que nos ha llamado la atención es el mal uso de la genética
en las argumentaciones que aportaron el psicólogo y el biólogo al realizar la
comparación entre los humanos y los Macacus Rhexus. Realmente no hay
ningún tipo de relación entre el rol que desempeñe un hombre o un macaco
macho y los niveles de testosterona. A nivel humano, el que un hombre
“proteja” a una mujer no aporta ningún cambio hormonal ni tiene que provocar
más deseo sexual hacia el hombre. En el caso de los macacos, las hembras
eligen a machos con mayores capacidades protectoras porque aportan más
seguridad y garantizan una mayor supervivencia a la hembra, pero aún así, es
científicamente incorrecto decir que al desempeñar esos comportamientos y
roles de género aumenta los niveles de testosterona. Es incorrecto asociar el
deseo sexual a esas actitudes tanto a humanos como a macacos, los niveles de
testosterona no cambian según la conducta y tampoco que los humanos
tengamos las mismas dinámicas de atracción y emparejamiento que los macacos.
Otra parte es el determinismo presente en la argumentación, este se insinúa
mediante la aportación de datos sobre el género. También hay cierta inclinación
a perpetuar estereotipos de la masculinidad, pues se habla de la testosterona o de
ciertas actitudes violentas como propias de los hombres, dando a entender que
son las actitudes deseables.

2. Cuestiones en las que no estoy de acuerdo


Además de los aspectos mencionados previamente, consideramos que la
comparación entre las diferentes especies desde la concepción humana es
inadecuada, y podríamos incluso llamar a esta perspectiva: “etnocentrismo”,
pues no es correcto realizar estas comparaciones ya que cada animal posee unas
características y comportamientos que lo distinguen y es de esperar crear un
pensamiento desde el enfoque ajeno y no el propio. Tratar de comparar los
procesos de socialización y formación de comportamientos en los animales
equiparandolos a los humanos supone ignorar algunos de los diferentes factores
que intervienen en ello, como por ejemplo toda la cultura construida en las
distintas sociedades humanas, que no pueden extrapolarse a los grupos animales.
En este sentido, y según la argumentación y exposición de opiniones de ambos
expertos, en ocasiones parece que se está dotando a los animales, en este caso
los macacos, de intenciones y rasgos puramente humanos que deberían ser
entendidos dentro del marco de la socialización y la cultura propia de un grupo
humano, no atribuidos a animales cuya actuación está impulsada por instintos
naturales y biológicos no construidos.
También el discurso misógino de que a las mujeres se les da peor que a los
hombres crear lazos sociales, y así se les dificulta poder llegar a posiciones de
poder, es un enunciado extremadamente negativo e incorrecto. Esas
afirmaciones están basadas en un discurso de odio hacia la mujer y no se
fundamentan en nada que no sea el sexismo.
A pesar de no estar completamente de acuerdo con esta comparación en
determinados aspectos, a lo largo de la reflexión sobre las siguientes preguntas
nos adheriremos a los argumentos empleados por los dos expertos para analizar
las diferencias entre macacos y humanos.

3. Relaciones sociales de macacos y humanos ¿se rigen por los postulados de


las teorías de la integración o de la coerción? ¿Aristóteles o Maquiavelo?
Podríamos considerar las conductas de los macacos dentro de las teorías de la
coerción o del conflicto en cuanto a que se les atribuyen intenciones de
manipulación y control del grupo dominante sobre el resto de individuos
mediante la fuerza y el conflicto. En este sentido veríamos su comportamiento
como maquiavélico, entendiendo por “objetivo político” la supervivencia de su
grupo y asegurar que cuentan con el suficiente territorio, seguridad, alimento y
otros recursos que deban cubrir sus necesidades básicas.
En cuanto a las relaciones humanas, al tratarse el vídeo de una comparación
entre macacos y humanos asegurando su similitud, podemos afirmar que dentro
de esta argumentación las relaciones humanas se encuadrarían en las teorías del
conflicto. Sin embargo, hay una mayor complejidad en las relaciones humanas,
pues intervienen más factores que en la interacción de los macacos. Este poder,
control de los grupos dominantes, la opresión y la desigualdad se reflejan en
nuestra sociedad, interacciones, instituciones, cultura… Todos estos elementos
se perpetúan y acaban presentes en todos los ámbitos de nuestras vidas. Además
se aprecia con mucha más claridad el rápido cambio social como consecuencia
de este conflicto y lucha entre grupos oprimidos y grupos de poder.
4. Legitimidad, poder y autoridad.
Como punto importante se da a ver que en los macacos hay ciertas relaciones de
poder, habiendo una relación matrilineal, siendo las hembras las que no emigran,
por lo que se mantienen dentro del grupo en el que nacen y por ende las
relaciones sociales se forman en torno a ellas. Al formarse el grupo el poder se
ve legitimado. También se puede legitimar el poder a base de peleas entre grupos
por el territorio y la alimentación.
La sociedad de los Macacos Rhexus consiste en una autoridad y un poder, se
podría explicar de la siguiente manera: cuando hablamos de autoridad se
considera que ese sujeto está por encima del resto, por ende este es obedecido de
forma inconsciente o consciente por el resto del grupo, otorgando así el poder
sea o no legítimo. En el caso de los humanos nos encontramos principalmente
frente a una dominación patriarcal en la cual son las hembras las desplazadas a
posiciones inferiores y por ello no poseen ningún poder. Por lo que las
relaciones sociales son fruto del patriarcado. En la sociedad humana hay dos
formas de legitimar el poder: a través de un autoritarismo e imponiéndose como
líder frente al resto o a través de las votaciones que deciden quien es el más
adecuado para ser el líder.

5. Sexo y poder. ¿Qué reflexiones podemos hacer?


Debido al machismo en el mundo, es de esperar que las mujeres no hayan tenido
la posibilidad de llegar al poder, en cambio los hombres sí han contado con
dichas oportunidades, recursos y apoyos para obtener determinadas posiciones
de poder. Por eso eran estos los que conformaban las altas esferas y se han
considerado como dueños legítimos del poder a lo largo de toda la historia e
incluso en la actualidad.
A día de hoy podemos afirmar que hay pocos o ningún aspecto del ser que venga
condicionado por el sexo o género de una persona en cuanto a capacidades más
allá de las dadas por los procesos de socialización. Es decir, no podemos hablar
de un determinismo de género o sexo que explique la sumisión de la mujer como
resultado biológico, sino que es puramente social. En este aspecto parece poco
plausible que la sumisión actual de la mujer en la sociedad se deba a su
capacidad para salir del grupo y establecer vínculos sociales con otras personas
o permanecer en el grupo como es el caso de los macacos. En su lugar, podemos
señalar como causa de la ausencia de mujeres en puestos de poder la sumisión
de estas, que desde un primer momento hace a la mujer partir de una posición
social en la que gozan de menos derechos, recursos y oportunidades.
Por otra parte cabe señalar que los espacios de poder, especialmente los
institucionales, han sido diseñados por y para el hombre y son por lo tanto
inherentemente patriarcales, complicando a las mujeres el ejercicio de roles
políticos o de cualquier otro tipo.

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