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¿Qué siente un infante y/o adolescente sufrir un acoso escolar o bullying?

INTRODUCCIÓN

Hay acoso en cualquier escuela ya sea en kínder, primaria, secundaria preparatoria y/o universidad provocando por alumnos o
maestros el acoso es cuando una persona desea ganar poder sobre otra por medio de agresiones físicas o mentales. Las
características más relevantes del bullying en cualquier lugar son en el agresor al practicar algún deporte jugar sucio o hacerle burla
por algún motivo. Como, por ejemplo, la manera de vestir, reírse de la víctima y hacer comentarios hirientes hacia su persona,
inventar rumores y mentiras sobre otras.
DESARROLLO
El acoso escolar es un problema grave que ataca a niños y jóvenes, minando su autoestima y confianza, provocando en muchos casos
ansiedad y depresión, dejando en la persona serias dificultades para adaptarse a la sociedad .

Afecta negativamente la salud y bienestar de los estudiantes, convirtiendo el entorno educativo en un espacio inseguro para ellos.

El bullying constituye las diferentes acciones agresivas hacia una persona que pueden llegar a perjudicarla tanto física como
psicológicamente, lo que puede contribuir a que la víctima se deprima, sufra de temor, se le dificulte socializar y adopte conductas
agresivas por la constante represión.

El bullying no es una broma ni una etapa. Puede ser perjudicial para la vida de una persona, ya que atenta directamente contra la
dignidad.

Es difícil estimar la prevalencia del acoso escolar, pero los expertos en la materia coinciden en señalar que se trata de un problema muy
frecuente. "Se estima que entre un 15% y un 50% de los niños y los adolescentes pueden haber sido víctimas de acoso escolar en algún
momento", señala Covadonga Díaz-Caneja, investigadora del Instituto de Psiquiatría del Hospital Universitario Gregorio Marañón.
"Los datos de prevalencia son muy variables porque dependen mucho de los estudios y de los instrumentos que se utilicen. Hay
medidas que se basan en lo que dice el alumno; en lo que dicen el resto de compañeros…". En todo caso, agrega, "la mayor parte de
las personas tenemos riesgo de estar expuestas a este problema a lo largo de la vida".

El bullying escolar se suele producir durante el recreo, en la fila para entrar a clase, en los baños, los pasillos, los cambios de clase, al
entrar y salir del centro, en el transporte escolar o en el comedor. También puede ocurrir en el aula, cuando el profesor está escribiendo
en el pizarrón o mientras está atendiendo a otros alumnos, en otros casos también suele suceder que los estudiantes son insultados
por los mismos docentes, o también pueden ser acosados socialmente entre compañeros, acosados sexualmente, otros colegiados son
más vulnerables y tienen mayor riesgo de ser víctimas de acoso escolar como las personas percibidas como diferentes, como los niños
con discapacidad, trastornos del espectro autista (TEA), obesidad o dificultades de integración social.

El acoso escolar o bullying es la exposición que sufre un niño a daños físicos y psicológicos de forma intencionada y reiterada por parte
de otro, o de un grupo de ellos, cuando acude al colegio.

El acosado se siente indefenso y puede desarrollar una serie de trastornos psicológicos que afectan directamente a su salud o incluso,
en situaciones extremas, conductas autodestructivas.

¿Cuántos casos de bullying hay en centro américa?

Según el Plan Internacional de la Unesco, “se estima que 246 millones de niños y adolescentes podrían ser víctimas de la violencia al
interior y alrededor de sus escuelas”. Una situación que además tiende a afectar con mayor fuerza a las niñas y adolescentes, así como
a los grupos minoritarios que no se ajustan a las normas de género predominantes.

En América Latina, las estadísticas por acoso escolar se consideran preocupantes, ya que la situación parece ir en aumento:

En Centroamérica, el 22.8% de los adolescentes afirman haber sido acosados


25.6% se ha visto involucrado en peleas físicas.
20.5% ha sido agredido físicamente sin razón aparente.
Por su parte, la organización internacional Bullying sin fronteras, ha elaborado el primer mapa estadístico mundial de acoso escolar, en
donde se puede observar que México ocupa el primer lugar, con un 70% de casos de bullying entre niños y adolescentes.

¿Cómo saber si un niño está siendo acosado?

Existen una serie de indicadores que el niño acosado puede presentar y alertar a los padres y profesores en caso de que esté sufriendo
bullying escolar:
• Problemas de memoria, dificultad en la concentración y atención y descenso del rendimiento escolar.
Depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de apetito, dolor de cabeza, malestar generalizado, cansancio, sensación de ahogo,
etc.
• Dificultades para dormir, pesadillas o insomnio.

• Aislamiento social, apatía e introversión.


• Mantenerse en estado de alerta de manera constante.
• No querer ir al colegio, ni juntarse con otros niños.
• Faltar al colegio de forma recurrente.
• Sentimientos de culpa y asunción de responsabilidad de los hechos.
• Conductas de huida y evitación.
• Negación de los hechos e incongruencias.
• Llanto incontrolado, respuestas emocionales extremas.
• Síntomas como temblores, palpitaciones, inquietud, nerviosismo, pesimismo, etc.
• Ideas e intentos de suicidio.

¿Cómo prevenir el bullying?

Muchas escuelas públicas cuentan con programas de orientación para saber cómo prevenir el bullying entre sus estudiantes. Sin
embargo, las estadísticas confirman que el acoso escolar sigue siendo uno de los principales temas a resolver y que hoy, más que
nunca, hacen falta medidas efectivas para enfrentarlo.
En toda Latinoamérica, las instituciones y ministerios de educación destinan cientos de recursos anualmente para lanzar campañas
contra el bullying en las escuela.

1.Estar siempre atentos.

Debemos considerar que en la mayoría de los casos el bullying sucede fuera de la vista de los docentes. Incluso en mitad de una clase
los acosadores tienden a ser muy discretos y generar algún tipo de agresión psicológica, la cual puede ser muy dañina por el grado de
violencia socioemocional que genera.

Es por eso que toda la comunidad escolar (docentes, orientadores, administrativos y directivos) debe estar alerta ante cualquier posible
amenaza de bullying y evidenciarlo en el momento en que ya no haya dudas al respecto.

No se trata solamente estar alerta esperando a que suceda un acto de acoso en cualquier momento, también implica estar al tanto de
las repercusiones que deja el acoso: los cambios de humor de los estudiantes violentados, o una baja repentina en el aprovechamiento
académico.

2.Escuchar atentamente sin desestimar la situación.

Nada puede ser más desalentador para un estudiante que ser ignorado cuando intenta denunciar un problema de bullying contra él u
otra persona. Si esto ocurre con frecuencia, se sentirá desamparado y la situación no hará más que empeorar.
Hay muchos factores por los que un docente puede ignorar la llamada de auxilio de un estudiante: ya sea por falta de tiempo, porque
carece de las habilidades asertivas para atender la situación o simplemente por falta de interés al considerar que no es un área de su
competencia.

Afortunadamente, la mayoría de los docentes latinoamericanos tienen un alto sentido de la vocación y el interés genuino para escuchar
sin juzgar o subestimar la situación, por lo que es muy importante apoyarlo desde el área administrativa y de apoyo conductual.

3.Romper con la tendencia a normalizar el bullying.

Por increíble que parezca, y a pesar de los avances que se han hecho en los últimos años para combatir el acoso escolar, aún persiste
una cultura de la violencia que tiende a minimizar el bullying por considerarlo una práctica “natural” en la interacción de los
estudiantes; es decir, “cosas de niños y adolescentes”.

Un estudio de García Martorell sobre las causas y prevención del bullying, señala que muchas escuelas en Latinoamérica tienden a
minimizar la gravedad del acoso por las siguientes razones:

Los docentes y directivos consideran que son situaciones “inevitables” entre la población estudiantil.
Asumen que muchos conflictos entre estudiantes son una oportunidad para que aprendan a resolver sus propios problemas sin la
intervención de un adulto: afirman que eso los ayuda a “hacerse más fuertes”.
El 37.6 % de los alumnos (principalmente hombres) reproducen las conductas violentas porque asumen que si no devuelven los golpes,
los demás los considerarán cobardes.

4.Zonificar las áreas de riesgo.

Es muy común que en una situación de acoso escolar, los últimos en enterarse sean los docentes, directivos y padres de familia. Esto
se debe en gran medida a que los acosadores suelen buscar espacios en donde los adultos no estén presentes.

Es por eso que muchas escuelas cuentan con mapas que les permiten zonificar las áreas de riesgo, de tal manera que sea mucho más
fácil identificarlas y poder actuar con mayor rapidez ante un evento de acoso.

Los lugares donde se produce el acoso escolar con mayor frecuencia son, evidentemente, los lugares de menor afluencia, como los
sanitarios, laboratorios o salones de clase vacíos. Pero así también hay recurrencia en los espacios abiertos como los patios, canchas
deportivas y estacionamientos.

5.Educar en el uso de protocolos de acción.

Los docentes sabemos que no es posible defender todo el tiempo a todos los alumnos de los acosadores, ya que esta función solo es
reactiva y temporal, enfocada en atender una situación, pero no la causa que lo origina.

Además, en varios casos, la defensa del alumno violentado puede ser contraproducente, pues le envía al acosador un mensaje de
indefensión por parte de la víctima, provocando que se sienta incluso más confiado en sus agresiones.

De ahí radica la importancia de que los alumnos aprendan a romper con esa cultura del “pacto de silencio” y sigan ciertos pasos para
defenderse contra el acoso:

Hacer de la denuncia la mejor defensa: la escuela tiene la obligación de investigar e iniciar un protocolo de acción para resolver la
situación de acoso.
Actuar de manera inmediata: evitar a toda costa que los eventos de acoso escolar sean tan frecuentes que terminen por normalizarse.
1. No responder con violencia: como parte de la presión social impuesta por los abusadores, muchos estudiantes se sienten
presionados para responder a la agresión como parte de la cultura de la violencia. En ningún caso es recomendable seguir
esta práctica, porque no soluciona el problema y, por el contrario, perpetúa el ciclo de agresión.
Las escuelas públicas tienen actualmente el gran reto de encontrar acciones cada vez más efectivas para entender cómo prevenir el
bullying y una de ellas –quizá la más importante– consiste en hacerle saber a los alumnos que sufren de acoso escolar que no están
solos, que toda la comunidad educativa está de su parte y está decidida a brindarles la ayuda que necesitan.

En mi opinión, en el medio que me rodea no he visto ningún caso de bullying, sin embargo, he notado actitudes negativas con los
compañeros de clase es decir juegan muy pesado entre ellos se molestan entre ellos, pero en sí eso no es bullying, ya que el niño que
está siendo molestado se defiende con actitudes negativas y el mismo niño también molesta a otros. Sin embargo, es un es una acción
que debemos tomar en cuenta, los maestros deberían hablar con ellos, platicar sobre qué tienen que llevarse bien entre ellos, tratar
de mejorar ese mal hábito, ya que con el tiempo puede convertirse en una adicción y poder molestar a gente que no le guste ese tipo
de actitudes y pueda terminar en una tragedia. Malo es poco. Es uno de los peores actos que puede hacer una persona a otra, sea niño
o adulto. Pervierte al que lo hace, destruye al que lo sufre y corrompe al que lo permite. Es la señal de degradación mayor que puede
haber en una juventud, dentro de una sociedad cualquiera.

Este es un caso delicado debería ser tratada con la atención adecuada para este tipo de casos para tratar de mejorar esos hábitos y
crear un ambiente sano para los alumnos y que todos pueden llevarse bien convivir juntos, platicar entre otras cosas. El cambio está
en nosotros para crear un lugar seguro para todos nosotros.

Mi propuesta sería que todos pusiéramos de nuestra parte nosotros como alumnos obedeciendo las reglas y los maestros atendiendo
estas situaciones ya que se pueden presentar en cualquier momento estar pendientes de cualquier situación negativa en los alumnos
y poner más atención sancionar a aquellas personas que no obedezcan las reglas y así convivir sanamente.

CONCLUSION
Si el niño muestra cambios de humor o de comportamiento es importante tratar de hablar con ellos para determinar cuál es el motivo.
Deben mantener la calma y escuchar todo lo que tenga que decir, siempre confiando en que lo que cuenta es la verdad. En caso de
que el niño confiese sentirse acosado, hay que reforzar su autoestima y apoyarle, haciéndole saber que no es culpa suya.

En cuanto los educadores tengan conocimiento sobre la situación, es importante vigilar a los niños implicados en todas las situaciones
para controlar que el problema no se agrave. Deben recoger toda la información posible sobre los hechos e informar a la dirección del
centro.
Cuando se vaya a hablar con los niños, no deben limitarse únicamente al acosador y a la víctima, sino también al resto de niños
implicados, aunque no participen de forma activa en el acoso. De esta forma, consiguen educar sobre las consecuencias que puede
tener el acoso, al mismo tiempo que se resuelve el problema.

"Al final", concluye la especialista del Hospital Gregorio Marañón cree que hay la idea es actuar de forma coordinada en todos los
niveles: las familias, los colegios, salud mental, los alumnos... Proporcionarles el conocimiento adecuado y promover desde el principio
el respeto a la diversidad".

"Hay que averiguar si las personas que están implicadas tienen algún tipo de dificultad adicional y les tenemos que ofrecer un apoyo
complementario", expone la psiquiatra. "Puede ser de gran ayuda trabajar con los compañeros que están alrededor de las personas
implicadas en el bullying, pero que no han participado directamente".

En cuanto a la atención psicológica y psiquiátrica a las víctimas de acoso escolar, Díaz-Caneja insiste en la necesidad de ir caso por caso:
"Hay personas que, una vez que se resuelva la situación de acoso, no van a necesitar mucho apoyo adicional; sin embargo, otras pueden
requerirlo". Dependerá de factores como las manifestaciones clínicas o del tiempo que se haya producido la situación. "No hay un
protocolo estándar. Recomendamos a los profesores y, en general, al personal del centro escolar que estén pendientes de cómo
responde el afectado ante esa situación de acoso, pero cada persona tiene diferentes mecanismos de enfrentarse a las situaciones
negativas, es decir, distintos niveles de resiliencia". La intervención variará según el grado de afectación de la víctima, que puede
desarrollar ansiedad y fobia al colegio o episodios depresivos, entre otros trastornos.
A nivel institucional, en informes presentados por el Banco Mundial en 2014, se recomienda impartir programas de estudios a maestros
y personal administrativo en escuelas para promover la equidad y detectar abusos. Igualmente, el conocimiento de códigos de conducta
y el adiestramiento en cómo atender a los estudiantes expuestos ante el acoso, incluyendo módulos sobre la prevención del acoso
sexual y la discriminación.

BIBLIOGRAFÍA
1. INFOBAE. OPINIÓN. https:// www.elperiodicodeceuta.es/opinion-contra-el-bullying-igualdad/ https://www.infobae.com/opinion/2022/02/23/el-
bullying-es-un-problema-de-todos-no-solo-del-que-lo-sufre/
El bullying es un problema de todos, no solo del que lo sufre
2. Bullying: qué es, síntomas, tratamiento e información (marca.com)
3. https://Bullying (marca.com) /enfermedades/psicologicas/bullying.html
4. https://es.wikipedia.org/wiki/Acoso_escolar#:~:text=El%20acoso%20escolar%20es%20un,o%20un%20grupo%20de%20alumnos.Acoso escolar-
Wikipedia, la enciclopedia libre. Violence Against Women and Girls : Education Sector Brief..
5. https://blog.pearsonlatam.com/en-el-aula/inclusion-educativa-pilar-fundamental
6. https://blog.pearsonlatam.com/en-el-aula/inteligencia-emocional-que-es-como-promoverla-en-ninos

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