Butcher N Blackbird - Brynne Weaver Removed

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LISTA DE REPRODUCCIÓN
Disponible tanto en Apple Music como en Spotify:

música de manzana
Lista de reproducción de Spotify
Capítulo 1 Ichigo, Ichiee

Estresado veintiún pilotos
Mejor con las drogas Jim Bryson
Capítulo 2 Diversión y juegos

Rojo Delaney Jane
Esquiva una bala Greg Laswell
Olas Fuego rubio
Capítulo 3 Ventricular
Fácil de amar Bryce Savage
Obsesión Joywave
Capítulo 4 Taller
Territorio Sueño de invierno
Náufrago País de los graneros
Capítulo 5 Certeza
Jerome Día de Zella
Tratando de no caer Jonathan Brook
Capítulo 6 Susana
Asesino Valerie Broussard
Desaparición NO ES UN JUGUETE
Capítulo 7 Era del cubismo

Demonios Campanas de trineo
Ni siquiera me importas MISSIO
Capítulo 8 Bajo el cristal

Cumpleañera Fletcher
NEGRO CLD XLYØ
Donde han volado los pájaros de las nieves : una película muda
Capítulo 9 Creance
Addicted (hazaña. Greg Laswell) Morgan Page El
enemigo Andrew Belle Into the
Fire Trece sentidos
Capítulo 10 Dijon
Costa Oeste MISSIO
Corazón De Un Animal Los Dears
Capítulo 11 Discordia
Cuchillos fuera Radiohead
Camina por Noosa
Ahogado Emily Jane White
Capítulo 12 Rompecabezas
Olvídate Marina y los diamantes
Shine Terrores nocturnos de 1927
Sal de la sombra The Perishers
Capítulo 13 Explosión erosionada por

la humanidad Joywave
Kids Sleigh Bells
Shimmy (con Blackillac) MISSIO
Capítulo 14 Destrozado
Indestructible Robyn
San Valentín mortal Charlotte Gainsbourg
Ámame ciego Gruesos como ladrones
Capítulo 15 Huellas
Mejores amigos Los perecedores
Novocaína Terrores nocturnos de 1927
Pecados sentimentales Matt Mays
Capítulo 16 Revelaciones rotas

Fundido en ti Los últimos miembros de la realeza
Entre el diablo y el mar azul profundo XYLØ
Para ti Greg Laswell
Capítulo 17 Hermoso paraíso de

desastres Julia Michaels
Never Be like You (con Kai) Flume
Capítulo 18 Detonar
AL MENOS SOY BUENA EN ESO NERIAH
Cuerpo Mojado
Anhelo Dylan Dunlap
Capítulo 19 Reservas
Adiós Greg Laswell
Cucharada de azúcar Matt Mays
Capítulo 20 Torre
Oscuro al lado del amanecer Adam Baldwin
Lobo errante Ola y Roma
Dónde ir Oradores
Capítulo 21 Claves
Cuidarte Aron Wright
Heroína Lana Del Ray
Capítulo 22 Finesse
Vagabond (feat. Czarface) MISSIO Burn the
Witch Radiohead Half Your Age
Joywave
Capítulo 23 Pigmento
Huesos Búsqueda del tesoro
No creas en las estrellas Trent Dabbs
Capítulo 24 Desplumado
Somos todo lo que necesitamos Joywave
El fin de todos los tiempos : estrellas del atletismo
Epílogo
Hace toda la vida Greg Laswell
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PRÓLOGO
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ICHIGO, ICHIEE
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SLOANO
Ser un asesino en serie que mata asesinos en serie es un gran hobby…

Hasta que te encuentres encerrado en una jaula.
Por tres días.
Con un cadáver.
En el verano de Luisiana.
Sin aire acondicionado.
Miro con furia el cadáver plagado de moscas que yace más allá de la puerta cerrada
de mi jaula. Los botones de la camisa de Albert Briscoe presionan contra la hinchazón de
su distendido estómago gris verdoso. Su estómago en movimiento , la fina piel ondulando
sobre los gases y gusanos que mastican la carne debajo. El hedor a descomposición, el
zumbido de los insectos, el olor a mierda y orina que han abandonado su cuerpo, es
jodidamente repugnante. Y no soy aprensivo.
Pero tengo estándares. Prefiero mis cadáveres frescos. Sólo quiero tomar mis trofeos y
montar mi escena e irme, no quedarme mirando cómo se licuan.
Como si fuera una señal, se oye un suave sonido de desgarro, como si un papel mojado se rompiera.
"No..."
Casi puedo oír a Albert desde más allá de la tumba: Sí.
"Oh, no, no, no..."
Está sucediendo. Esto es por matarme, maldita perra.
La piel se abre y cae una masa blanca de gusanos, como pequeñas pastas de orzo.
Excepto que una cantidad significativa de esas pastas se arrastran hacia mí a un ritmo
glacial, buscando un lugar tranquilo para completar la siguiente etapa de su ciclo de vida
lleno de gusanos.
"Jesús, maldito Cristo". Me arrastro sobre el trasero sobre el sucio suelo de piedra de mi
jaula para hacerme un ovillo. Mi frente presiona mis rodillas hasta que me duele el cerebro.
Empiezo a tararear con la esperanza de ahogar los sonidos que de repente son demasiado
fuertes a mi alrededor. Mi melodía se hace cada vez más fuerte, hasta que mis labios agrietados
comienzan a formar alguna palabra ocasional. Nadie aquí puede amarme ni comprenderme…
Mirlo, adiós, adiós… Tarareo y canto hasta que las
palabras se desvanecen, y la melodía también.
“Renuncio a mis malos caminos”, digo después de que la canción se desintegra entre las
motas de polvo y el zumbido de las alas de los insectos opalescentes.
"Es una pena. Apuesto a que me gustarían tus malos modales”.
Me sobresalto ante el sonido de la voz profunda y suave de un hombre, la cadencia de un
leve acento irlandés que calienta cada nota. Mis maldiciones cortan el aire húmedo cuando mi
cabeza se estrella contra una barra transversal de hierro de mi pequeña celda mientras me
escabullo fuera del alcance del hombre que se adentra en el fino hilo de luz de la estrecha
ventana, el vidrio opaco por la mierda de mosca.
"Parece que estás en una situación difícil", dice. Una sonrisa torcida se cuela en su rostro,
el resto de sus rasgos están envueltos en sombras. Da unos pasos hacia la habitación para mirar
el cadáver y se inclina para verlo más de cerca.
"¿Cómo te llamas?"
Estoy en el tercer día sin café. Sin comida. Probablemente mi estómago implosionó y
succionó otros órganos al vacío. Un fuerte coro de monólogo interno desesperadamente
hambriento está tratando de convencerme de que, de hecho, esas son pequeñas pastas de orzo
que marchan hacia mí y que podrían ser simplemente comestibles.
No puedo lidiar con esta mierda.

"No creo que él vaya a responderte", le digo.
El hombre se ríe. “No jodas. De todos modos ya sé quién es. Albert Briscoe, la Bestia del
Pantano. La mirada del hombre se detiene en el cadáver durante un largo momento antes de
centrar su atención en mí. "¿Pero quien eres tú?"
No respondo y me quedo quieto mientras el hombre da pasos cuidadosos y medidos
alrededor de la esquina de la jaula para verme mejor donde estoy acurrucado en las sombras.
Cuando está lo más cerca que le permiten las barras, se agacha. Intento esconderme debajo de
mi cabello enredado y mis extremidades dobladas, dándole solo mis ojos.
Y como mi suerte es la peor, él, por supuesto, es deslumbrante.

Pelo corto y castaño, ingeniosamente despeinado. Rasgos fuertes, pero no severos. Una
sonrisa maliciosa con dientes perfectos y una cicatriz recta que le atraviesa el labio superior.
Labios que son demasiado atractivos dado mi actual estado de cautiverio, el de abajo un poco
más lleno que el de arriba. No debería estar pensando en cómo me gustaría morderlo. De
nada.
Pero yo soy.
Y por mi parte, soy jodidamente asqueroso.
Pelo anudado. Ropa manchada y ensangrentada. El peor aliento que jamás haya existido
respirado en la historia de la respiración.
"No eres el tipo habitual de Albert", dice.
"¿Qué sabes sobre su tipo habitual?"
"Que eres demasiado mayor para serlo".
El tiene razón. No es que sea viejo, sólo tengo veintitrés años. Pero este tipo sabe tanto
como yo que soy demasiado mayor para los gustos de Albert.
“¿Y cómo sabes eso exactamente?”
La mirada del hombre se desliza hacia el cadáver mientras una leve mirada de disgusto
pasa por sus rasgos ensombrecidos. "Porque me he encargado de saberlo".
Me mira una vez más y sonríe. “Supongo que tú también lo convertiste en tu asunto, a juzgar
por la calidad del cuchillo de caza clavado en su garganta.
Acero damasco hecho a mano. ¿De dónde lo conseguiste?
Yo suspiro. Mi mirada se detiene en el cuerpo y en mi espada favorita antes de presionar
mis mejillas contra mis rodillas dobladas. "Etsy."
El chico se ríe y recojo una pequeña piedra de mi recinto para dejarla caer al suelo.
"Soy Rowan", dice mientras extiende una mano dentro de la jaula. Lo miro y tiro otra
piedra, y aunque no hago ningún movimiento para aceptar su gesto, él todavía mantiene su
mano levantada hacia mí. "Quizás me conozcas como el Carnicero de Boston".
Sacudo la cabeza.
“¿La masacre de la misa…?”
Sacudo la cabeza de nuevo.
“¿El fantasma de la costa este…?”
Yo suspiro.
He oído hablar de todos esos nombres, aunque no se lo voy a decir .
Pero por dentro, mi corazón impulsa la sangre a través de mis venas. Me alegro de que
no pueda ver cómo enciende mis mejillas con una llama carmesí. Sé exactamente los nombres
por los que lo llaman y que no es tan diferente a mí.
—Un cazador que favorece lo peor que la sociedad puede sacar de las profundidades del infierno.
Rowan finalmente retira su mano de mi jaula y su sonrisa adquiere un tono abatido. "Es una
pena, pensé que podrías reconocer mis pequeños apodos". Se golpea las rodillas con las manos y
se levanta. “Bueno, será mejor que me vaya. Un placer casi conocerte, cautivo sin nombre. Toda
la suerte."
Con una última y fugaz sonrisa, Rowan se da vuelta y camina hacia la puerta.
"¡Esperar! Esperar. Por favor." Me levanto a gritos para agarrar las frías barras justo cuando él
alcanza el umbral. “Sloane. Mi nombre es Sloane. El Tejedor de Orbes”.
Hay un momento de quietud entre nosotros. El único sonido que llena el espacio es el zumbido
de las moscas y el trabajo constante de los gusanos mientras consumen carne en descomposición.
Rowan gira la cabeza y echa un solo ojo por encima del hombro.
Y en un instante él está allí, justo frente a mí, su movimiento tan rápido que me sobresalta de
los barrotes, no antes de que tome mi mano para estrecharla vigorosamente.
"Ay dios mío. Lo sabía. Sabía que se habían equivocado. Tenía que ser una mujer. ¡El tejedor
de orbes! Qué nombre tan genial. El intrincado hilo de pescar, los malditos globos oculares.
Asombroso. Soy un gran admirador”.
“Uhh…” Rowan continúa estrechándome la mano a pesar de mi esfuerzo por apartarla.
"Gracias, supongo…?"
“¿Se te ocurrió ese nombre? ¿El Tejedor de Orbes?
“Sí…” Libero mi mano para poder alejarme de este irlandés extrañamente entusiasta. Me
sonríe como si estuviera asombrado y si no tuviera sesenta capas de suciedad en mi piel, estoy
seguro de que sería capaz de ver la llama del rubor en mis mejillas por segunda vez. "¿No crees
que es una tontería?"
“No, es genial. La Masacre de Misa es tonta. El Orb Weaver es bastante genial”.
Me encojo de hombros. "Creo que suena como un superhéroe tonto".

“Es mejor eso que que las autoridades te inventen algo. Confía en mí." La mirada de Rowan
se dirige al cadáver y viceversa, inclinando la cabeza mientras me mira. Asiente una vez en
dirección a Albert. “Realmente debe haber estado actuando como un gusano. ¿Consíguelo?"
Hay una larga pausa, el silencio entre nosotros está marcado por el zumbido de las alas de
los insectos.
"No. No."
Rowan hace un gesto con la mano. “Dicho irlandés, que significa que estaba haciendo
travesuras. Pero fue una broma bastante inteligente, dadas las circunstancias”, dice, con el
pecho hinchado de orgullo mientras señala con el pulgar el cadáver. “Sin embargo, surge la
pregunta: ¿cómo terminaste en la jaula mientras él está muerto con tu espada afuera? ¿Lo
apuñalaste entre los barrotes?
Miro mi camisa antes blanca y la huella de la bota sucia que se esconde debajo de la
salpicadura de sangre. "Supongo que se podría decir que fue un momento de mal momento".
"Hmm", dice Rowan asintiendo sabiamente. “Podría haber tenido uno o dos de
esos yo mismo en el pasado”.
"¿Quieres decir que te han encerrado en una jaula con un cadáver y una pequeña infantería
de pastas orzo marchando hacia ti?"
Rowan mira hacia el espacio que nos rodea y frunce el ceño. "No. No puedo decir que sí”.
"No lo creo", murmuro con un suspiro cansado. Me limpio las manos con mis sucios
pantalones cortos de mezclilla y doy un último paso hacia atrás mientras levanto la cadera. Estoy
empezando a enojarme con este intruso que parece no hacer más que retrasar mi lenta muerte
por inanición. Estoy bastante seguro de que está un poco loco y no tengo la impresión de que
esté tan interesado en dejarme salir de aquí.
Bien podría seguir adelante.

"Bien…?"
"Están haciendo un progreso decente, los pequeños orzos", dice Rowan, más para sí mismo
que para mí mientras su mirada permanece atrapada en el rastro de pequeños gusanos blancos
que se dirigen hacia mí. Cuando sus ojos se levantan del suelo, se encuentran con los míos con
una sonrisa ansiosa. "¿Quieres almorzar?"
Le dirijo a este extraño una mirada fija mientras señalo mi camisa ensangrentada con
estampado de botas. “A menos que quieras enviarnos a ambos a la cárcel inmediatamente… ¿no…?”
"Correcto", dice con el ceño fruncido antes de caminar hacia el cadáver de Albert. Busca en
los bolsillos y los encuentra vacíos. Cuando mira el cuello hinchado, deja escapar un pequeño
sonido de triunfo, liberando mi espada antes de tirar de una cadena de plata, los eslabones se
rompen con el rápido asalto de su fuerte agarre. Vuelve su sonrisa hacia mí mientras se levanta,
sus dedos se despliegan alrededor de la llave que descansa en su palma.
"Tomar una ducha. Te buscaré algo de ropa. Luego quemaremos la casa”.

Rowan abre la puerta y extiende una mano hacia las sombras de mi

jaula.
“Vamos, Mirlo. Estoy de humor para una barbacoa. ¿Qué dices?"
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DIVERSIÓN Y JUEGOS
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SERBAL
t El tejedor de orbes.
Estoy sentado al otro lado de la mesa del maldito Orb Weaver.
Y ella es jodidamente hermosa.
Pelo de cuervo. Cálidos ojos color avellana. Una serie de pecas sobre sus mejillas y una naricita
que se ha puesto un poco roja. Se aclara la garganta y toma un largo sorbo de cerveza y luego frunce
el ceño, con los ojos fijos en el vaso mientras lo aparta.
"Estás enfermo", le digo.

Los ojos de Sloane se encuentran con los míos con una mirada cautelosa antes de que su
atención se desvíe hacia el restaurante. Su aguda mirada se posa en una mesa de clientes por sólo un
momento antes de flotar hacia la siguiente. Sloane es una persona nerviosa.
Probablemente justificado, considerando todo.

“Tres días en ese infierno seguramente me pasarían factura. Gracias a Dios que tenía agua allí”.
Coge el dispensador de servilletas y saca un pañuelo para sonarse la nariz. Su mirada encuentra la
mía nuevamente pero no permanece en mí por mucho tiempo. "Gracias por dejarme salir".
Me encojo de hombros y tomo un sorbo de mi cerveza, y observo en silencio cómo su mirada se

desvía hacia un camarero que sale de la cocina con el pedido de otra mesa. Sloane pidió una mesa a
mitad de la ventana y señaló exactamente la que quería cuando la anfitriona nos condujo a la habitación.
Ahora entiendo por qué. Está equidistante entre la entrada principal, la salida de emergencia de los
baños y la cocina.
¿Siempre es tan voluble o el tiempo que pasó en la jaula de Albert la asustó? ¿O soy yo?
Es prudente tener cuidado.

Mis ojos permanecen fijos en ella y aprovecho la oportunidad para evaluar abiertamente a mi
compañera de cena mientras ella inspecciona el restaurante. Sloane se pasa el pelo húmedo por encima
del hombro y mi mirada se dirige a su pecho, como lo ha hecho cada dos minutos desde que salió del
baño de Albert Briscoe con una camiseta de Pink Floyd y sin sostén.
Sin sujetador.
El pensamiento resuena en mi cerebro como las campanas de una iglesia en una luminosa mañana
de domingo.
Su cuerpo es curvilíneo y fuerte, haciendo algún tipo de brujería en su ropa robada que no debería
verse nada sexy dado que proviene del armario de Briscoe. Incluso hace que sus jeans luzcan bien, los
dobladillos de las largas piernas enrollados hasta sus tobillos y la cintura holgada ceñida con dos
pañuelos rojos atados para formar un cinturón improvisado. Anudó la parte inferior de la camiseta para
que se ajustara a su cintura, mostrando una franja de piel tentadora y su ombligo perforado cuando se
recuesta contra la cabina con un suspiro de cansancio.
Sin sujetador.
Necesito ordenar mis cosas. Ella es la Tejedora de Orbes, por el amor de Dios. Si me pilla
comiéndome con los ojos, podría sacarme los ojos de la cabeza y enredarme en un hilo de pescar antes
de que diga las palabras "sin sujetador".
Sloane gira un hombro, haciendo poco para ayudarme en mi misión de renunciar a mi mantra sin
sujetador . Sus dedos encuentran la articulación mientras una pequeña mueca de dolor arruga sus
rasgos. Ella frunce el ceño cuando sus ojos se encuentran con los míos.
"Me pateó", explica, su toque persiste en la parte superior de su hombro con su respuesta a mi
pregunta silenciosa. "Mi hombro golpeó el borde de la jaula cuando caí".
Mis manos se cierran en puños apretados debajo de la mesa mientras una rabia candente arde en
mis venas. "Cabron."
"Bueno, lo apuñalé en el cuello, así que supongo que estaba justificado". La palma de Sloane se
desliza por su brazo y ella solloza y arruga la nariz. Jodidamente adorable. “Él logró encerrarme antes
de caer. Incluso se rió”.
El camarero se acerca con dos platos de costillas y uno de patatas fritas, ganándose una mirada
hambrienta de Sloane. Cuando colocan el plato frente a ella, sonríe y un pequeño hoyuelo aparece junto
a su labio.
Agradecemos al camarero que se queda un momento en la periferia antes de que Sloane confirme
que tenemos todo lo que necesitamos. Cuando la mujer se marcha, Sloane se ríe disimuladamente y
ese hoyuelo se profundiza. “No me digas
Lo obtienes con tanta frecuencia que ni siquiera lo registras en tu cerebro. Eso es simplemente
deprimente”.
"Consigue qué…?"
La mirada de Sloane se dirige al camarero y sigo su línea de visión hasta la mujer que lanza
una sonrisa a nuestra mesa por encima del hombro. “Dios mío, realmente no se registra. En
absoluto”. Sloane sacude la cabeza y arranca una costilla de la rejilla humeante de su plato. “Bueno,
prepárate, niño bonito. Mi estómago ha estado comiendo órganos cercanos durante los últimos tres
días y voy a devorar estas malditas costillas de la manera menos femenina posible”.
No digo nada, fascinada por la vista de sus dientes perfectos mientras desgarra la carne
humeante que se desliza del hueso gris. Una gota de salsa barbacoa se acumula en la comisura de
sus labios y su lengua sale disparada para reclamarla, y quiero morirme.
“Entonces…” Me aclaro la garganta con la esperanza de que mi voz no se quiebre. La frente

de Sloane se arruga mientras le da otro bocado a la carne. "¿Cómo es que no Blackbird?"
"¿Eh?" Se mete el extremo de la costilla en la boca y chupa la carne del hueso para pasarla
por los labios con los dedos manchados de salsa. Mi polla se tensa contra mi cremallera con solo
ver sus mejillas hundirse.
Imagínate lo que podría hacer con esa maldita boca.
Tomo un sorbo de cerveza y miro mi plato. "Tu nombre", respondo antes de comenzar con una
costilla, simplemente para distraer ciertas partes del cuerpo que se están volviendo bastante
insistentes sobre lo que quieren. “¿Cómo es que no elegiste un nombre con Blackbird? Cabello
azabache, naturaleza voluble, la canción... Voy a arriesgarme a adivinar que es de tu infancia,
¿verdad? Te oí cantarla en la jaula.
La masticación de Sloane se detiene por un momento mientras me mira con un pensativo paso
de su pulgar sobre su labio inferior. Es la primera vez que su mirada realmente se fija en mí y se
hunde directamente en mi cráneo. “Eso es para mí”, dice. "Orb Weaver es para ellos".
Los ojos de Sloane se han oscurecido, y con sólo un parpadeo ha pasado de ser una belleza
sexy, mocosa y hambrienta a una asesina malvada, despiadada y con voluntad de hierro.
Asiento con la cabeza. "Lo entiendo."
Puede que yo sea la única persona que lo haga.

Sloane mantiene su mirada fija fija en mí. "¿Cuál es tu problema, chico bonito?"
"¿Mi trato?"
"Me escuchas. Apareces en la casa del idiota, me dejas salir de su jaula, quemas su casa y
me llevas por costillas y cerveza. Sin embargo, básicamente no sé nada sobre ti. Entonces, ¿cuál
es tu problema? ¿Por qué estabas en casa de Briscoe?
Me encojo de hombros. “Vine a cortarle las extremidades y disfrutar de su muerte agonizantemente
lenta”.
“¿Pero por qué él? Estamos un poco lejos de Boston. Estoy seguro de que hay muchos
traficantes de drogas de poca monta para entretenerse allí arriba y no es necesario llegar tan
lejos por un solo tipo”.
Un silencio pesado espesa el aire, ambos nos detenemos con las costillas dirigiéndose hacia
la boca. Una sonrisa maliciosa se extiende por mis labios mientras el rostro de Sloane cae.
" Sabes totalmente quién soy".

"Ay dios mío."
"Tú haces. Sabes lo que me gusta cazar en mi territorio. ¿Cuánto tiempo llevas siendo fan?
“Querido Cristo, detente”.

Me río entre dientes mientras Sloane deja caer su frente sobre la parte posterior de sus
muñecas dobladas, con una costilla todavía apretada entre sus dedos pegajosos. "¿Cuál fue tu
favorita?" Pregunto. “¿El tipo al que desollé y colgué en la proa de ese barco en Griffin's Warf?
¿O qué pasa con el tipo al que suspendí de la grúa? Ese parecía popular”.
"Ya puedo decir que eres el peor". Sloane mantiene las manos en alto en un esfuerzo inútil
por cubrir el rubor llameante que enciende sus mejillas. Sus ojos color avellana bailan a pesar de
la mirada que intenta lanzarme. "Envíame de regreso a la celda de Briscoe".
"Tu deseo es mi comando."

Miro hacia la estación de servicio y levanto la mano a la camarera, quien tarda un segundo
en verme antes de comenzar a dirigirse hacia nosotros con una sonrisa cada vez mayor.
"Serbal…?"
"¿Qué? Dijiste que querías volver a casa de Briscoe, así que regresaremos.
"Estaba bromeando, psicópata..."

“No te preocupes, Mirlo. Te llevaré de regreso a tu pequeña jaula maloliente. Estoy seguro
de que sigue en pie a pesar del fuego. ¿Crees que sobrevivió algún gusano? Si es así, puedes
picotearlos de las cenizas”.
"Rowan..." La mano de Sloane se lanza y rodea mi muñeca, dejando huellas dactilares

pegajosas en mi piel. Una descarga eléctrica cruje a través de mi carne ante su toque. Apenas
puedo contener mi diversión ante el creciente pánico en sus ojos.
“¿Algo anda mal, Mirlo?”

La camarera se detiene junto a nuestra mesa con una brillante sonrisa. "¿Puedo traerle
algo?"
Mantengo mis ojos en Sloane, levantando las cejas mientras su mirada salvaje se mueve entre
las salidas y yo. "Dos cervezas más, por favor", digo. La mirada de Sloane se vuelve plana cuando
se posa sobre mí, con los ojos entrecerrados hasta convertirse en finas rendijas.
"Ya viene."
"Como dije", se queja Sloane mientras despliega sus dedos de mi pulso.
"Lo peor."
Le doy una sonrisa torcida. La mirada de Sloane se fija en mi sonrisa y su mirada se
suaviza aunque puedo decir que ella no quiere hacerlo. "Me amarás algún día", ronroneo,
manteniendo sus ojos cuando alcanzan los míos. Mi lengua pasa lentamente lamiendo la
salsa que dejó en mi piel. Los ojos de Sloane brillan bajo la cálida luz de la tarde que se filtra
a través de las ventanas del restaurante, ese hoyuelo junto a su labio es una sombra de la
diversión que no puede contener.
"No lo creo, carnicero".

Ya veremos, dice mi sonrisa.
Las cejas oscuras de Sloane se mueven como si estuviera lanzando un desafío, luego
dirige su atención a su comida. "Todavía no has respondido realmente a mi pregunta sobre
Briscoe".
"Sí, lo hice. Cortar extremidades. Disfrutando de la agonía”.
“¿Pero por qué él?”
Me encojo de hombros. “Supongo que es la misma razón por la que lo elegiste. Era un pedazo de
mierda”.
"¿Cómo sabes que por eso lo elegí?" —Pregunta Sloane.

“¿Por qué no lo sería?” Respondo mientras apoyo mis antebrazos contra el borde de
aluminio de la mesa de fórmica. Sloane levanta la barbilla con expresión indignada.
"Tal vez tenía buenos ojos".

Una risa brota de mi pecho mientras recojo otra costilla. Dejo que el silencio se prolongue
y le doy un mordisco antes de responder. "No es por eso que les sacas los ojos del cráneo".
La cabeza de Sloane se inclina hacia un lado, sus ojos brillan mientras me evalúa.
"¿No?"
"No. Definitivamente no."
"Entonces, ¿por qué haría eso?"
Me encojo de hombros, no lista para mirarla a los ojos a pesar de la forma en que me
llama. "Los ojos son las ventanas del alma, ¿supongo?"
Sloane se burla y levanto la vista para captar su movimiento de cabeza. “Más bien ,
'cuida a un cuervo y te sacará los ojos'”.
Mi cabeza se inclina mientras trato de descifrar su significado. Se sabe muy poco sobre
Sloane, o al menos muy poco llega a la prensa. Se especializa en otros asesinos en serie y
abandona una intrincada escena del crimen.
Eso es practicamente todo. Cualquier otra teoría que el FBI pueda tener sobre Orb Weaver
está a medias. Por lo que he leído, la idea de que el escurridizo justiciero sea una mujer ni
siquiera ha abordado sus pequeños y predecibles cerebros. Cualquiera que sea su pasado
y sus motivaciones, lo que sea que quiera decir con su comentario, todo sigue bajo llave.
Desde el momento en que nos conocimos, ella despertó mi curiosidad, avivando

brasas en carbones encendidos, y ahora ha encendido el primer hilo de llama.
Quiero saber. Quiero la verdad.
Y tal vez quiero que ella sienta la misma curiosidad por mí.
"¿Sabías que fui yo quien mató a Tony Watson, el Harbor Slasher?" Pregunto.
Ella baja el vaso de cerveza de sus labios, sus movimientos son lentos, sus ojos
encerrado en el mío. "¿Ese eras tú?"
Asiento con la cabeza.
"Pensé que se había peleado con alguien a quien estaba tratando de matar".
Supongo que esa parte de la historia no está mal. Se metió en una pelea y
definitivamente hizo todo lo posible por matarme, pero no lo logró”. Ese pedazo de mierda
de Watson. Lo golpeé hasta que su cráneo se partió y su cuerpo se agarrotó, luego observé
cómo un último aliento sangriento y gorgoteante pasaba entre sus dientes rotos y sus labios
partidos. Cuando su cuerpo se calmó, lo dejé en el callejón para que las ratas lo mordieran.
No fue una matanza agradable. No fue elegante. No hubo nada escenificado o

inteligente al respecto. Fue visceral y crudo.
Y disfruté cada puto segundo.
“Watson no era tan estúpido como pensaba. Me pilló siguiéndolo.
Intentó tenderme una emboscada”.
Un hmm pensativo sale de los labios fruncidos de Sloane. "Estoy desanimado".

“¿Desanimado por qué, porque no me mató primero? Duro, mirlo. Estoy herido”.
“No”, dice tras una risa ladrada. “Es sólo que tenía un plan genial para él. Los cuerpos de sus últimos
cinco asesinatos ya estaban mapeados en mi web”, dice. Sus dedos pegajosos bailan en mi dirección
como si trazaran un patrón en el aire. Ella ni siquiera levanta la vista. Es como si esto no fuera una
revelación gigante que acaba de dejar caer sobre la mesa entre nosotros.
Un mapa. En la web.
“No es que hubiera importado, supongo. No es que los idiotas del FBI se hayan dado cuenta de eso
todavía. Pero aun así… fuiste y lo arruinaste”, continúa Sloane, sin levantar la vista del siguiente hueso
que arranca del cadáver que tiene delante. Un profundo suspiro se derrama sobre la carne que se lleva a
los labios. “Supongo que debería estar agradecido. Quizás también subestimé a Watson. Dado que
Briscoe me metió en su jaula a patadas con tanta facilidad y que era un capullo vago, no estoy seguro de
que hubiera luchado contra Watson tan bien como lo hiciste tú.
Sus ojos brillantes e inusuales encuentran los míos a través de mechones de cabello negro que han caído
sobre su frente mientras una mirada encantadora desolla mi alma ennegrecida. “Por cierto, me duele
físicamente admitir eso. Pero no dejes que se te suba a la cabeza, muchacho bonito.
Una sonrisa se arrastra por mis labios. "Tu piensas que soy linda."
“Literalmente solo dije que no dejaras que lo de Watson se te suba a la cabeza. También se aplica a
tu belleza”, dice Sloane poniendo los ojos en blanco y uno de sus párpados temblando. "Además, ya lo
sabes".
Mi sonrisa se hace un poco más amplia antes de esconderla detrás del borde de mi vaso. Nuestras
miradas permanecen fijas hasta que Sloane finalmente rompe el trance y mira hacia otro lado, con un
toque de color infundiendo sus mejillas pecosas. "Bueno, llegaste a Bill Fairbanks antes que yo", digo, "así
que creo que estamos empatados".
Los ojos de Sloane se abren y sus espesas y oscuras pestañas se abren en abanico hacia sus cejas.
“¿Estabas detrás de él?” pregunta mientras yo asiento con la cabeza y levanto un hombro. Solía irritarme
haber perdido a Fairbanks, incluso si fuera a manos de Orb Weaver, a quien consideraba una especie de
ídolo. ¿Pero ahora? ¿Conocer a la mujer detrás de la web? Volvería a perder contra ella al ver la forma en
que ilumina sus ojos con orgullo. Quizás incluso más de una vez.
El borde del labio inferior de Sloane se dobla entre sus dientes mientras intenta anclar su sonrisa
malvada contra sus bordes afilados. "No tenía idea de que estabas cazando a Fairbanks".
"Lo estuve siguiendo durante dos años".

"¿En realidad?"
“Planeé llevarlo el año antes de que lo consiguieras, pero él se levantó y se mudó antes de que
yo tuviera la oportunidad. Me tomó unos meses encontrarlo de nuevo.
Luego, bajo y he aquí, trozos de su cuerpo fueron colgados en hilo de pescar y le arrancaron los
globos oculares”.
Sloane resopla, pero puedo ver la chispa que brilla en sus ojos cansados. Se sienta un poco
más erguida y se mueve en su asiento. “Yo no los arranqué , Carnicero. Los arranqué . Delicadamente.
Como una dama." Sloane se mete el dedo en la boca y lo presiona contra la mejilla mientras lo
envuelve con los labios solo para sacarlo con un pop. "Así."
Resoplo y Sloane me regala una sonrisa radiante. "Culpa mía."

Sloane vuelve su sonrisa hacia la mesa antes de que los nervios parezcan apoderarse de ella y
su mirada revolotea por la habitación. Toma unas cuantas papas fritas, sus ojos todavía recorren a
los clientes y sale, antes de empujar su plato de costillas hacia el borde de la mesa.
Ella va a despegar.
Y si lo hace, nunca la volveré a ver. Ella se asegurará de eso.
Me aclaro la garganta. “¿Alguna vez has oído hablar de una serie de asesinatos en el ámbito nacional?
¿Parques en Oregón y Washington?”
La atención de Sloane vuelve a mí con los ojos entrecerrados. Una leve arruga aparece entre
sus cejas oscuras. Un pequeño movimiento de cabeza es la única respuesta que da.
“El asesino es un fantasma. Uno prolífico. Exigente y muy, muy cuidadoso”, prosigo. “Él prefiere
a los excursionistas. Campistas. Nómadas con pocas conexiones en su zona de caza. Los tortura
antes de colocar cada cuerpo mirando hacia el este en áreas densamente boscosas, ungidos en la
frente con una cruz”.
La fina máscara de Sloane flaquea. Ella es toda una depredadora debajo, oliendo un rastro. I
Casi puedo ver sus pensamientos girando en espiral en los confines de su cráneo.
Estos detalles son pistas que cualquier cazador talentoso puede seguir.
"¿Cuántas muertes hasta ahora?"
“Doce, aunque podrían ser más. Pero se ha mantenido bastante tranquilo”.
El ceño de Sloane se frunce. Hay una chispa en las profundidades verdes y doradas de sus ojos
color avellana. "¿Por qué? ¿Por miedo a asustar al asesino?
"Probablemente."
“¿Y cómo lo sabes? ”
“De la misma manera que supiste quién era la Bestia del Pantano. Es mi responsabilidad
saberlo”. Le guiño un ojo. La mirada de Sloane se fija en mis labios para descansar en mi cicatriz
antes de volver a subir a mis ojos. Apoyo mis antebrazos sobre la mesa y me inclino más cerca.
“¿Qué dirías de una competición amistosa? El primero que gane lo matará”.
Su espalda descansa contra el cojín de vinilo de la cabina mientras Sloane tamborilea con
su manicura descascarada y de color rojo sangre sobre la mesa. Se muerde el labio inferior
agrietado durante un largo y silencioso momento mientras deja que su atención fluya sobre mis rasgos.
Lo siento en mi piel. Toca mi carne. Enciende una sensación que siempre estoy persiguiendo
pero que nunca soy capaz de captar.
Nunca hay suficiente riesgo para asustarme. Nunca hay suficiente recompensa para
saciarme.
Hasta ahora.
El tamborileo de sus dedos cesa.
“¿Qué tipo de competencia?” —Pregunta Sloane.
Le hago señas a la camarera y le hago un gesto para pedir la cuenta cuando me pilla.
ojo. “Sólo un pequeño juego. Vamos a tomar un helado y lo hablaremos”.
Cuando me enfrento a Sloane una vez más, mi sonrisa es de conspiración.
Malvado y deseoso.
…Tortuoso.
“Ya sabes lo que dicen, Mirlo. "Todo es diversión y juegos hasta que
alguien pierde un ojo'”, susurro. "Y ahí es cuando comienza la verdadera diversión".
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VENTRICULAR
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SLOANO
UN AÑO DESPUÉS…
t El necesita.
Comienza como una picazón. Irritación debajo de mi piel. Nada de lo que hago libera el
constante susurro en mi carne. Se mete en mi mente y no me suelta.
Se convierte en dolor.
Cuanto más lo niego, más me arrastra al abismo.
Debo detenerlo. Haré lo que sea.
Y sólo hay una cosa que funciona.
Asesinato.
"Necesito ordenar mis cosas", murmuro mientras miro mi teléfono desechable por quincuagésima
vez hoy. Mi pulgar se desliza sobre el cristal liso mientras me desplazo por mi breve intercambio de
textos con el único contacto.
Carnicero, dice debajo de la foto que elegí para el perfil de Rowan: una única salchicha humeante
en la punta de un tenedor para barbacoa.
Decido no desentrañar las diversas razones por las que elegí esa foto y recurro
a visualizarme apuñalándolo en la polla con el tenedor.
Apuesto a que también es una polla muy bonita. Como el resto de él.
"Jesucristo. Necesito ayuda”, siseo.
El hombre sentado en mi mesa de acero inoxidable interrumpe mi ocupada mente mientras lucha
contra las ataduras que le atan las muñecas y los tobillos, la cabeza y el torso, los muslos y los
brazos. Una mordaza apretada atrapa sus súplicas en su boca abierta, parecida a la de un pez.
Tal vez sea excesivo sujetarlo tan a fondo. No es como si fuera a ninguna parte. Pero el golpe de la
carne contra el acero me irrita, avivando la picazón hasta convertirla en un tormento punzante como
garras que raspan mi materia gris.
Me doy la vuelta, teléfono en mano, mientras reviso el puñado de mensajes que Rowan y yo
hemos intercambiado en el último año desde el día en que nos conocimos y aceptamos esta
competencia ciertamente loca. ¿Quizás hay algo que me he perdido en nuestras limitadas
conversaciones durante los últimos doce meses? ¿Hay alguna indicación de cómo se supone que
se desarrollará este juego?
¿De alguna manera podría estar mejor preparado? No tengo ni puta idea, pero me está dando un
dolor de cabeza épico.
Camino hacia el fregadero, tomo una botella de ibuprofeno del estante y dejo mi teléfono en el
mostrador mientras toco dos pastillas en mi mano enguantada, revisando nuestros mensajes de
texto de principios de semana, aunque probablemente podría recitarlos de memoria. .
Te enviaré un mensaje de texto con los detalles el sábado.
¿Cómo sé que no vas a tener una ventaja para ganar esta ronda?
Supongo que tendrás que confiar en mí...
Eso suena tonto.
¡Y diversión! *Jadea* sabes cómo divertirte, ¿verdad…?
Callate.
Mi cara BONITA, ¿quieres decir?
…puaj.
¡Sábado! ¡Mantén tu teléfono a mano!
Y he hecho exactamente eso. He mantenido mi teléfono en la mano durante la mayor parte del
día y ahora son las 8:12 p.m. El tictac del enorme reloj de pared, que en verdad sólo está montado
en la pared frente a la mesa para torturar aún más a mis víctimas, ahora me está torturando. Cada
tic vibra a través de mi cráneo. Cada segundo quema mis venas con un pulso de necesidad.
No me di cuenta de lo mucho que esperaba este juego hasta que

La anticipación echó raíces en mis pensamientos.
El hombre sentado en mi mesa se sobresalta cuando abro el grifo y el agua cae sobre el
fregadero de acero inoxidable. "Calma tus tetas", lanzo por encima del hombro mientras lleno un
vaso. "Ni siquiera hemos llegado a la parte divertida todavía".
Gemidos y quejidos, súplicas ahogadas. Su miedo y su súplica me excitan y me frustran
mientras trago el ibuprofeno y bebo el vaso de agua para
Coloque el recipiente vacío sobre el mostrador con un ruido sordo.

Reviso mi teléfono desechable nuevamente. 20:13.
"Maldito infierno".
Mi teléfono personal suena en mi bolsillo y lo saco para leer la notificación. Alondra. Su
mensaje es sólo un emoji de cuchillo y un signo de interrogación.
En lugar de responderle un mensaje de texto, saco mis AirPods del bolsillo y la llamo, dejando
mis manos libres para mi trabajo.
"Hola, cariño", dice, respondiendo al primer tono. “¿Ya hay algo del tipo Carnicero?”
Disfruto de la voz del sol de verano de Lark por un momento antes de dejar que el peso de
un suspiro abandone mis pulmones. Aparte del malvado trabajo de mis manos, Lark Montague
es lo único en este mundo que me brinda claridad cuando mi mente desciende a otra dimensión
de oscuridad.
"Nada aún."
Lark tararea una nota pensativa. "¿Cómo te sientes?"
"Inquieto." Un pequeño sonido de reflexión pasa por la línea, pero Lark simplemente espera.
Ella no presiona ni da su opinión sobre lo que debo o no debo hacer. Ella escucha. Ella escucha
como nadie más puede hacerlo. “No sé si esta es una idea épicamente estúpida, ¿sabes? No
es que conozca a Rowan. Esto podría ser algo imprudente e impulsivo”.
"¿Qué hay de malo en ser impulsivo?"

"Es peligroso."
"Pero también es divertido, ¿verdad?"
Un fino hilo de aliento pasa a través de mis labios fruncidos. "Tal vez…?"
La risa tintineante de Lark llena mis oídos mientras me dirijo a las filas de implementos
pulidos que se alinean en el mostrador, los cuchillos, escalpelos, tornillos y sierras brillando bajo
las luces fluorescentes.
"Tu idea actual de... diversión..." dice Lark, su voz se apaga como si pudiera ver el bisturí
que recojo y examino. “¿Sigue siendo lo suficientemente divertido para ti?”
"Supongo", digo encogiéndome de hombros. Dejé la hoja en el soporte del instrumento

junto a unas tijeras quirúrgicas, un paquete de gasas y un kit de sutura. "Pero siento que falta
algo, ¿sabes?"
"¿Es eso porque el FBI no está descubriendo las pistas que estás dejando?"
¿Detrás del hilo de pescar?
“No, eventualmente la recibirán y, si no, les enviaré una carta anónima. 'Consultad las
webs, malditos idiotas'”.
Lark se ríe. "Los archivos están en la computadora", dice, citando a Zoolander. Ella
nunca deja de intervenir con una línea de película aleatoria pero relevante.
Me río disimuladamente mientras Lark se ríe de su broma, el brillo de su luz brillante

infunde los fríos confines de mi contenedor de almacenamiento modificado como si se
hubiera enchufado al circuito eléctrico. La frivolidad entre nosotros se desvanece cuando
agarro los bordes de la bandeja y la hago girar hacia mi cautivo. “Hay algo en esta
competencia que resulta… inspirador, supongo. Como una aventura. Nada había sucedido
realmente que me emocionara tanto en mucho tiempo.
Y creo, o espero, que Rowan ya habría intentado matarme si hubiera querido. No sé por
qué, y esta es quizás la parte más imprudente e impulsiva de toda esta idea, pero creo
que él siente lo mismo que yo, como si estuviera buscando algo para aliviar una picazón
que cada vez es más difícil de rascar”.
Lark tararea de nuevo, pero esta vez el sonido es más profundo, más oscuro. He
hablado con ella sobre esto antes. Ella sabe dónde estoy. Es más difícil encontrar alivio
con cada muerte. No dura tanto. Algo falta.
Precisamente por eso tengo este pedazo de pedo de mierda en mi mesa.
“¿Qué pasa con ese escurridizo asesino de la costa oeste del que te habló Rowan?
¿Has encontrado algún detalle sobre él?
Frunzo el ceño y el dolor de cabeza me pincha los ojos. "No precisamente. Leí sobre
un asesinato que creo que podría ser suyo hace dos meses, en Oregon. Fue un
excursionista el que fue asesinado en Ainsworth Park. Pero no hubo ningún detalle sobre
la unción como la que describió Rowan. Tal vez tenga razón, tal vez las autoridades
estén manteniendo las cosas en secreto para no asustar al asesino”. El hombre en la
mesa deja escapar un gemido quejoso alrededor de su mordaza y yo golpeo la bandeja
con la palma, haciendo sonar los instrumentos. "Tio Cállate. Quejarse no va a ayudar”.
“Seguro que hoy estás de muy buen humor, Sloaney. ¿Estás seguro de que no...?
"No." Sé lo que Lark quiere preguntar, pero no estoy dando vueltas. No estoy
devolviendo. No estoy fuera de control. “Una vez que esta competencia comience
oficialmente, estaré bien. Sólo quiero saber los detalles del primer objetivo, ¿sabes?
No llevo bien la espera. Necesito relajarme, eso es todo.
"Siempre y cuando tengas cuidado".
"Con seguridad. Siempre —digo mientras hago girar la máquina de succión hacia el
hombre mientras intenta liberarse de las implacables correas de cuero. Presiono el
interruptor y lo enciendo mientras los gemidos desesperados del hombre se elevan a un
tono más alto. Una fina película de sudor cubre su piel. Sus ojos muy abiertos derraman lágrimas
desde las esquinas arrugadas mientras intenta sacudir la cabeza, su lengua trabajando contra la
mordaza atada a su boca. Entrecierro los ojos mientras observo sus rasgos tensos, su
desesperación filtrándose a través de sus poros como almizcle.
"Hoy tengo un invitado digno, ¿eh?" Pregunta Lark mientras el pánico del hombre se filtra a
través de la conexión.
"Seguro hazlo." El mango metálico de mi bisturí SwannMorton favorito enfría mis dedos a
través de los guantes de látex, un beso reconfortante contra mi piel caliente. La tensión de la
concentración diluye mi voz hasta convertirla en un hilo mientras me concentro en colocar el filo
del cuchillo debajo de la nuez del hombre. "Es un completo idiota".
Guío la punta afilada de la hoja a través de la piel del hombre, manteniendo una línea recta
mientras presiono y la paso a través de su carne. Grita dentro de la esfera de silicona atrapada en
su boca.
"Esto se llama las consecuencias de tus acciones, Michael". Limpio la sangre que gotea a lo
largo de la incisión. “¿Quieres hablar con niños menores de edad en línea? ¿Mostrarles tus fotos
de pollas arrugadas? ¿Atraer a los niños del vecindario con promesas de cachorros y dulces? Ya
que te gusta tanto hablar, tomaré tu voz primero —digo mientras presiono mi bisturí en el vacío de
carne dividida en la garganta de Michael Northman para un segundo corte más profundo para
poder acceder a su voz y ventricular. pliegues. La máquina de succión gorgotea mientras succiona
su sangre a través de la válvula de control que sostengo en mi mano libre. “Y luego tomaré tus
dedos por cada mensaje repugnante y amenaza que hayas enviado, y te los meteré en tu puto
trasero. Si tienes suerte, me aburriré y te mataré antes de llegar a tus pies”.
"Jesús, Sloane", dice Lark, su risa oscura burbujea a través de la línea.

“Sí, ¿sabes qué? Creo que realmente deberías hacer esta competencia con el tipo Carnicero.
Tienes que dejar salir algo de agresión reprimida, señorita.
Sí, no podría estar más de acuerdo.

Los últimos gritos de Michael Northman inundan mi sala de matanza mientras me despido de
mi mejor amigo y desconecto tanto la llamada como las cuerdas vocales de mi presa.
Cuando finaliza el procedimiento quirúrgico, sutura la herida sin otra razón que darle una falsa
esperanza de supervivencia, y le indico a Michael que mantenga la vista en el reloj antes de
volverme hacia mi bandeja de instrumentos para agarrar mis pinzas para cortar huesos Liston. Tal
vez no escuche mis órdenes, pero he aprendido lo suficiente sobre la frágil mente humana en
esta sala como para saber que querrá algo en qué concentrarse en las próximas horas, y nada es
ambas cosas.
Más tentador e implacable que ver cómo el tiempo avanza lentamente hacia tu perdición.
Estoy a punto de regresar con el hombre atado a mi mesa cuando mi teléfono desechable suena en mi
bolsillo.
Mi hermano Lachlan va a dibujar con un sombrero. Nos enviará un mensaje de

texto a ambos con la ubicación. Tan pronto como lo haga, el juego comenzará.
El primero en matar gana. Si ninguno de nosotros encuentra el objetivo en
siete días, es empate. Entonces supongo que tendremos que piedra,
papel o tijera con esa perra.
Una fuerte sacudida golpea mis costillas mientras mi ritmo cardíaco aumenta.
Tienes una ventaja ridícula.
Veo los puntos parpadear en nuestra conversación mientras Rowan escribe su respuesta a mi mensaje.
Créeme cuando digo que Lachlan quiere que ganes tú, no yo. No tengo ninguna
ventaja aquí. No me ha dicho una mierda.
Mi sonrisa se extiende. La paliza desesperada de Michael Northman y

Las respiraciones aceleradas caen en un fondo brumoso mientras tecleo mi respuesta.
No te conozco lo suficiente como para confiar en ti. Y si descubro que te

está dando información, te patearé el trasero. Simplemente lo expongo ahora
para que estemos en la misma página, ¿sabes?
El aire frío parece más pesado en el contenedor de almacenamiento mientras observo los círculos
grises palpitar en la esquina inferior izquierda de la pantalla.
Creo que tal vez quiera que tú también ganes ahora, así que estoy de acuerdo
con eso...
Eres lo peor.
Tal vez… ¡pero al menos piensas que soy bonita!
Jesús H. Cristo.
Sé que estoy sonriendo al dispositivo en mis manos. Debería sentirme estúpido por eso. Debería
parecer tan peligroso como es. Pero lo único que siento es un alivio que se instala en mi médula, una
excitación que carga las cámaras de mi corazón. Es una corriente que empapa de luz cada célula.
Estoy a punto de dejar el teléfono y concentrarme en mi cautivo cuando suena en mi mano un

timbre de un remitente desconocido.
Ivydale, Virginia Occidental.
Y buena suerte, señora araña globo ocular, o como diablos te llames.

Piénsalo, hermanito: tu título de perdedor está a punto de ser oficial.
Mi sonrisa se amplía. Un mensaje de texto de Butcher llega inmediatamente después del mensaje
de Lachlan.
¿Ver? Te lo dije. Nos vemos en Virginia Occidental, Blackbird.
Dejé las pinzas a cambio del bisturí ensangrentado.

Cuando me vuelvo hacia el hombre atado a mi mesa, sus ojos están muy abiertos con el tipo de
miedo que me trae paz. Su rostro está pálido por el estrés y el dolor.
La sangre y la saliva se deslizan por la comisura de sus labios. Intenta negar con la cabeza mientras
giro el bisturí bajo la luz artificial.
"Tengo lugares donde estar, así que supongo que tenemos que acortar esto, si me disculpan el
juego de palabras", le digo antes de clavar mi espada debajo de su oreja. La sangre cae en cascada
sobre la mesa en un torrente carmesí.
"Es noche de juegos".
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TALLER
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SERBAL
"¿Qué estás haciendo?" Pregunta Fionn mientras entra en mi habitación, con

una zanahoria mordiendo entre sus muelas. "¿Ir de viaje?"
Pongo los ojos en blanco y hago un gesto hacia la zanahoria. "Qué demonios. ¿Es esta una nueva
fase en tu adoctrinamiento de Crossfit, caminar con tubérculos crudos?
“Betacaroteno, hijo de puta. Antioxidantes. estoy ayudando a mi cuerpo

eliminar los radicales libres”.
“Toma una vitamina. Pareces un imbécil”.
"Para responder a su pregunta, Dr. Kane, Rowan se va a una pequeña expedición de caza con un
alma de ideas afines", interviene Lachlan mientras se deja caer en uno de los sillones de cuero en la
esquina de la habitación. “Pero al más puro estilo Rowan, ha decidido convertirlo en una competición.
Me obligó a encontrar una presa adecuada que fuera una sorpresa suficiente para ambos. Entonces,
esencialmente, le van a entregar el trasero como la pequeña perra masoquista que es”.
Le lanzo a Lachlan una mirada asesina, pero él simplemente sonríe por encima del borde de su
vaso, tomando un largo sorbo de bourbon mientras golpea un anillo de plata contra el borde de cristal.
"¿Dónde?" pregunta Fionn.

"Virginia del Oeste."
"…¿Por qué?"
Lachlan suelta una carcajada. “Yo diría que porque está tratando de salir
de la zona de amigos, pero no creo que esté siquiera en una zona a este ritmo”.
Fionn da otro mordisco crujiente a su zanahoria, llenándose la boca mientras
Deja escapar una risa tonta como un jodido niño tonto.
Así que hago lo que cualquier hombre adulto y razonable le haría a su hermano
pequeño.
Le quito la zanahoria de la mano y luego se la tiro a Lachlan, golpeándolo en la frente
con un golpe satisfactorio.
Mis hermanos protestan al unísono y yo le sonrío a mi equipaje mientras meto otro
par de jeans en mi equipaje de mano.
“No creo que hayas hecho tanto esfuerzo por una mujer desde… nunca.
¿Hace cuánto que no la ves? ¿Un año? Pregunta Lachlan, sin perder el ritmo.
El sonido de la tos ahogada de Fionn llena la habitación. Lachlan y yo observamos
cómo atrapa motas de naranja en su puño apretado. "¿Qué? ¿ Un maldito año? ¿Por qué
recién me entero de esto ahora?
"Te has metido la cabeza en el culo jugando al médico de la ciudad en ninguna parte,
por eso", se ríe Lachlan. “Vuelve a Boston, Fionn. Deja de revolcarte como una película
de Hallmark Sad Man Cinder y vuelve a casa para practicar algo de medicina de verdad ”.
"Prick", decimos Fionn y yo al unísono.

Lachlan sonríe y deja su vaso en la mesa auxiliar, sacando una navaja con mango
de perla de su bolsillo antes de inclinarse hacia atrás para desabrochar la tira adicional de
cuero desgastado del cinturón personalizado en su cintura. Enrolla el anillo de metal en el
extremo flojo del cinturón alrededor de su dedo medio y estira el cuero, luego comienza a
afilar la hoja en el borde áspero de la piel. Es algo que ha hecho desde que éramos niños,
algo que lo tranquiliza. Lachlan puede disfrutar burlándose de Fionn y de mí, pero sé que
está estresado porque nuestro hermano menor ya no vive en la misma ciudad que
nosotros, y ahora porque yo me voy a jugar un loco juego de muerte con un asesino en
serie que apenas conozco. “No me equivoco”, dice tras unas cuantas pasadas de la hoja
sobre la piel de vaca. “Nebraska está demasiado lejos, chico. Además, claramente te estás
perdiendo todos los buenos detalles de la inexistente y cómicamente triste vida amorosa
de Rowan".
"Es cierto", admite Fionn. Su mirada pensativa cae hacia la madera mientras se cruza
de brazos y se apoya en la cómoda. Probablemente esté asignando valores numéricos a
conocer los chismes versus estar fuera del circuito, y está sopesando la probabilidad
estadística de su felicidad dividida por pi.
Maldito nerd.
"¿La has visto?" Fionn pregunta mientras sale de su neblina analítica.
Mirando directamente a Lachlan como si ni siquiera estuviera aquí.
"Sólo en unas pocas fotos." Lachlan toma un sorbo de su bebida mientras sonríe ante
mi mirada letal. “Ella es jodidamente buena. Definitivamente tiene un lado oscuro: le gusta
tomar los globos oculares de sus víctimas mientras aún están vivas. Los federales la llaman
Orb Weaver. Su verdadero nombre es Sloane Sutherland.
"Mantén su maldito nombre fuera de tu boca", gruñí.
La risa estruendosa de Lachlan llena la habitación. Se lleva la mano que agarra la
navaja a la boca mientras el sonido de sus diversiones inunda el espacio entre nosotros. El
listillo sin duda me está recordando que, de nosotros dos, él es el que tiene un arma lista.
Si la hoja afilada no estuviera en su mano, ya estaría

golpeando su maldita cara engreída.
"Digamos que logras abrirte camino hasta la zona de amigos, y luego, por algún puto
milagro, logras superar eso y agradar a la dama araña sin perder un ojo, ¿cómo te gustaría
que me refiera a ella?"
“No lo sé, imbécil. ¿Qué tal Reina? O, Su Alteza. Vete a la mierda."
Gimo cuando la risa de Lachlan nos rodea de nuevo, incluso más fuerte que antes.
“Vete a la mierda. 'Encantado de conocerte, vete a la mierda. Soy tu cuñado, bienvenido a
la familia, vete a la mierda'”.
Estoy a punto de lanzarme a Lachlan cuando mi teléfono desechable suena en mi
bolsillo.
Aprovechandolo al máximo.
Hay una foto de los delicados dedos de Sloane alrededor de una copa de champán en
clase ejecutiva en un avión, su manicura rojo sangre brillando a la luz artificial de la cabina.
Mi corazón golpea contra mis costillas.

Casi puedo sentir esas uñas raspando mi pecho y bajando por mis abdominales,
envolviendo mi polla con una fuerza engañosa. Puedo imaginar el calor de esos ojos color
avellana fijos en los míos, su aliento calentando mi cuello mientras me susurra al oído.
Lachlan se ríe como si pudiera leer cada uno de mis pensamientos y me aclaro la
garganta.
Veo que ya estás en el avión. Genial…

De hecho yo soy. Y claramente no lo eres. ¡Te veré si finalmente te pones al día!

¡Pero no aguantaré la respiración!
Mis mejillas se sonrojan mientras mis pulgares se ciernen sobre el teclado.
¿Es demasiado tarde para pedir un reinicio?
La respuesta de Sloane es inmediata.
Absolutamente jodidamente.
Un gruñido vibra a través de mi pecho mientras duplico mis esfuerzos para empacar, aunque
sé que no me llevará a un avión más rápido.
“¿Estás bien ahí, hermanito? ¿O Fuck Off ya mató a tu objetivo?
Considero arrojar mi equipaje a medio hacer al rostro sonriente de Lachlan cuando suena su
teléfono. Cualquier rastro de humor se desintegra de sus rasgos como ceniza que cae de un tronco
carbonizado, dejando solo carbón resquebrajado.
"Este es Lachlan", dice. Su voz es áspera mientras responde a la persona que llama con
respuestas entrecortadas de "sí" y "no", y su timbre es bajo. Giro la camisa que estoy enrollando
hasta formar un rollo apretado hasta que mis nudillos se blanquean. Mis ojos están fusionados con
mi hermano mayor, pero él no levanta la vista de la navaja que gira en su mano. "Voy a estar allí.
Dame treinta minutos”.
Cuando me mira a los ojos, la breve sonrisa de Lachlan es sombría.
"¿Turno nocturno?" Pregunto.
“Turno de noche”, responde.
Durante el día, Lachlan dirige Kane Atelier, su estudio especializado en peletería donde crea
belleza a partir de la piel de la muerte. Pero por la noche, cada vez que Leander Mayes llama, mi
hermano se convierte en la herramienta despiadada del diablo.
Personalmente, disfruto quitarle la vida a cualquier cabrón que se me presente en la sopa
infernal de la sociedad moderna.
¿Lachlan…? No sé si disfruta mucho de algo estos días. Mata con un propósito pero se
envuelve en un frío desapego. A menos que esté tallando pieles con sus manos o burlándose de
Fionn y de mí, no creo que la vida le importe en absoluto.
Una punzada golpea mi pecho cuando Lachlan se levanta de su silla, guarda su espada en el
bolsillo y se cruje el cuello mientras se coloca el cinturón en su cintura. Un leve rastro de su sonrisa
regresa cuando cae sobre mí.
"Cuídate, idiota", dice.
"Tú también, imbécil."

Lachlan se burla, pero aun así me da una cálida mano en el hombro al pasar. Presiona
su cabeza contra la mía para respirar y luego se va, dirigiéndose hacia la puerta para hacer
lo mismo con Fionn. Nuestro hermano menor nunca ha sido bueno ocultando sus
preocupaciones. Fionn muestra todos los matices de tristeza y preocupación en sus ojos
azul claro, y observa a Lachlan alejarse con una preocupación dolorosa reflejada en sus
rasgos juveniles.
"Hasta luego, niños", dice Lachlan mientras cruza el umbral y
Desaparece por el pasillo poco iluminado. "Y vete a casa, Fionn".
"Pase difícil", responde Fionn, y una risa responde desde la oscuridad antes de que la
pesada puerta de mi apartamento se cierre con un ruido sordo. Fionn se vuelve hacia mí,
esa ansiedad todavía grabada como un pliegue en el espacio entre sus cejas.
“¿Estás seguro de que este viaje tuyo es una buena idea? Quiero decir, ¿qué tan bien
conoces a Sloane?
Bajo la mirada de Fionn, sonriendo mientras abrocho el cierre de mi bolsa de lona y me la coloco
sobre el hombro.
“Nada bien. La he visto sólo una vez”.

La nerviosa saliva de Fionn es casi audible. "¿Una vez? ¿Cómo conociste a?"
"Realmente no quieres saberlo".

“Esto suena un poco impulsivo, Rowan, incluso para ti. Sé que tienes todo eso del hijo
del medio”, dice, agitando una mano en mi dirección como él y Lachlan siempre hacen para
explicar mi comportamiento salvaje y mis decisiones imprudentes. "Reunirse con una
asesina en serie con la que sólo has hablado una vez hace un año es... no es normal".
Mi risa parece hacer poco para tranquilizarlo. “Nada en nosotros es normal, pero estaré
bien. Tengo un instinto visceral sobre ella”.
El teléfono desechable suena en mi bolsillo.
Estoy a punto de despegar. Si esto fuera una carrera, ya estarías atrás.
Oh, espera… ¡ES una carrera! Mira eso. Espero que te gusten
los globos oculares desarticulados porque voy a acabar con esta mierda,
juego de palabras. ¡Buen viaje y vete a la mierda! xo
"Sí, Fionn", digo con una sonrisa brillante mientras deslizo mi teléfono nuevamente en
mi bolsillo y me dirijo hacia la puerta. "Creo que estaré bien".
CERTEZA
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SLOANO
t lo suyo es absurdo. Soy absurdo.

Estoy sentado en el vestíbulo del Cunningham Inn, tratando de concentrarme
en la misma página de mi lector electrónico en la que he estado atrapado durante los
últimos cinco minutos mientras delibera entre salir corriendo o quedarme.
¿Qué carajo estoy haciendo con mi vida?
Esto es peligroso.
Y estúpido.
Absurdo.
Pero parece que no puedo obligarme a irme.
Mis pulmones se llenan con el aroma de PineSol y malas decisiones mientras un
profundo y nervioso suspiro pasa por mis labios. Renuncio a mi libro, me siento y
contemplo el tranquilo vestíbulo donde mi única compañía es un malhumorado gato
gris que me mira desde un sillón de cuero junto a la chimenea apagada. La habitación
es anticuada pero cómoda, con paneles de roble oscuro y una alfombra estampada
antigua que alguna vez fue de color burdeos. Los muebles antiguos no combinan, pero
están pulidos y relucientes. Un par de búhos disecados en pleno vuelo hacen guardia
sobre las reproducciones blanqueadas por el sol de pinturas de Rodin y herramientas
heredadas de ferrocarril y minería esparcidas por las paredes.
Suspiro de nuevo y miro mi reloj. Son casi las dos de la mañana y debería estar
cansada, pero no lo estoy. Esta noche hubo muchas prisas, entre cortar el cuerpo de
Michael Northman y meterlo en mi congelador mientras reservaba un vuelo desde
Raleigh, hacer las maletas en un tiempo récord de treinta minutos y alquilar un coche
para llegar a Virginia Occidental mientras Lark Me llevó al aeropuerto. Cuando me
lamenté de que toda esta escapada fuera una estupidez
idea, su respuesta fue: "Tal vez, pero necesitas salir y hacer más amigos".
“Tengo un amigo”, dije. "Tú."

"Necesitas más de uno, Sloane".
“¿Pero este amigo en particular? ¿Este chico cualquiera, Rowan? …¿En realidad?"
Todavía puedo escuchar la cadencia resonante de la risita de Lark mientras miraba mi
confusión con una suave sonrisa. "Tener otro amigo que pueda entenderte, tu verdadero yo, tal
vez no sea algo malo", dijo encogiéndose de hombros, su sonrisa intacta ante el escrutinio de mi
mirada inquebrantable. “No has saltado del vehículo en movimiento. Todavía nos dirigimos al
aeropuerto.
Así que sí, supongo que este chico cualquiera, Rowan, es tu amigo ahora”.
Quizás debería haber saltado del auto.
Gimo mientras me deslizo más hacia las profundidades de mi silla. “Su razonamiento ni
siquiera tenía sentido lógico”, le digo al gato mientras repito esa conversación con Lark, el felino
me mira con furia latente y crítica.
“¿Tratando de consumir su alma, Blackbird?”

Dejo caer mi lector electrónico mientras me sobresalto y me giro hacia la fuente del sutil
acento irlandés con una mano apretada contra mi corazón. "Jesucristo", siseo mientras Rowan
emerge de las sombras junto a la puerta con una sonrisa. Mi respiración se detiene cuando me
doy cuenta de que él está aquí, realmente aquí. Rowan luce exactamente igual que hace un año.
Puede que me vea un poco mejor que en nuestro primer encuentro, ya que no he pasado los
últimos días en una jaula repugnante mientras un cuerpo se pudre a unos metros de distancia.
No estoy seguro de si le importaría tanto mi falta de maquillaje, mi pelo enredado o mis labios
agrietados, considerando que pasaba tanto tiempo mirando mis tetas. El recuerdo me hace
sonrojar, y no por vergüenza.
Me trago un repentino estallido de nervios. “Tal vez debería consumir el

alma de gato. El mío acaba de abandonar mi cuerpo”.
“Me imaginé que así era como adquiriste tus pecas. Robar almas”.
"Veo que estás tan gracioso como la primera vez que nos conocimos". Pongo los ojos en
blanco y me muevo para coger mi lector electrónico, pero Rowan llega primero. “Dámelo, niño
bonito”, le digo mientras me da una sonrisa magnética que llena mis sentidos y apaga mis
preocupaciones con un tipo diferente de ansiedad. La cicatriz recta que atraviesa su labio parece
iluminarse a medida que su sonrisa se vuelve libertina.
“¿Qué le gusta leer a mi pequeño y nervioso Mirlo, me pregunto?” él
—bromea mientras agita el dispositivo hacia mí.
Un resoplido desdeñoso sale de mis labios, a pesar de que sus palabras se arrastran por mis venas
e inyectan en mis mejillas un calor carmesí. "Porno de monstruos, claramente", respondo. Rowan se ríe
y logro arrebatarle el dispositivo, lo que sólo lo hace reír más fuerte. “El hombre dragón sensible tiene
dos pollas y sabe cómo usarlas. Una lengua bífida también. Y una cola muy talentosa.
Así que no te burles”.
“Devuélveme eso. Mi televisor está roto en mi habitación y ese es el tipo de

entretenimiento que necesito en mi vida”.
"Vete a la mierda, carnicero". Deslizo el lector electrónico debajo de mi nalga izquierda y le doy a
Rowan una mirada letal. "Espera un segundo. ¿Tu televisor está roto?
¿Cuándo llegaste aquí?"
Se encoge de hombros y deja caer su mochila al suelo con un ruido sordo mientras me da una
sonrisa maliciosa, doblando su cuerpo en la silla junto a la mía. “Hace unos cuarenta y cinco minutos.
Debes haber estado en tu habitación. Dejé el mío para buscar algo de alcohol. Por cierto, soy tu vecina
de al lado.
"Fantástico", digo inexpresivamente poniendo los ojos en blanco, lo que solo lo hace sonreír.
Rowan abre la bolsa y la abre lo suficiente para mostrar la botella de
Vino tinto que reposa en su interior.
“Son las dos de la mañana. ¿No están todas las tiendas cerradas?
"No en la cocina".
"La cocina también está cerrada".
"Lo es...? Culpa mía." Rowan saca la botella de su bolso y abre la tapa de rosca, su mirada
fusionada con la mía mientras toma un largo sorbo. Mis ojos se estrechan hasta convertirse en rendijas
cuando me guiña un ojo. "No me digas que estás molesto por un pequeño robo".
"No", me burlo. Se me pone la piel de gallina en el brazo en el breve momento en que nuestros
dedos se entrelazan alrededor del vaso frío mientras le arranco la botella de la mano.
“Me molesta que estés tardando demasiado en pasar la botella. Y estás contagiando los gérmenes de tu
hijo por todas partes. Probablemente estás tratando de infectarme para que esté enfermo en mi habitación
con tu viruela humana mientras tú vas y ganas nuestra pequeña competencia”.
"Viruela humana". Rowan resopla mientras tomo un largo sorbo y le devuelvo la botella.
Mantiene mi mirada furiosa mientras toma un trago, la sonrisa en su expresión aún brilla en sus ojos.
"Bueno", dice, presentando la botella con una floritura mientras me la entrega, "ahora tengo tus piojos de
niña, así que estamos empatados".
Intento no sonreír, pero sucede de todos modos, y tan pronto como esa sonrisa se cuela en mis
labios, los ojos de Rowan se iluminan como si estuviera reflejando mi
la diversión vuelve a mí. No sólo eso, sino amplificarlo .

Mientras me recuesto en mi asiento, me doy cuenta de que es como si nos hubiéramos
visto ayer. Es tan fácil con él, incluso cuando no quiero que lo sea, como cuando nos sentamos
en el restaurante hace un año. A pesar de lo mucho que había intentado forzar mi atención a
otra parte, seguía regresando a él. Y ahora no es diferente. Me atrae, un pinchazo de luz
constante en la oscuridad estática.
“¿Alguna idea de para quién estamos aquí?” —Pregunta Rowan, alejándome de los
pensamientos que me han arrastrado. Tomo un sorbo de vino y lo miro con cautela.
"Seguro."
"Por 'seguro', te refieres a 'en absoluto', ¿verdad?"
“Más o menos. ¿Tú?"
"No."
“¿Cómo se le ocurrió a Lachlan esta ubicación? y como hago
¿Sabes que no te va a dar información para ayudarte a ganar?
Rowan suelta una risa burlona y me quita la botella de los dedos, tomando un largo trago
antes de responder. “Porque, como dije, mi hermano no tiene ningún interés en verme triunfar.
Si pierdo, podrá restregármelo en la cara durante un año y disfrutará cada segundo”. Cuando
Rowan me devuelve la botella, mira alrededor de la habitación, su mirada recorre
cuidadosamente los rasgos como si estuviera buscando cámaras ocultas o invitados que no
notó. Ya sé que somos los únicos que nos registramos. Aparte del propietario, un tipo llamado
Francis que vive en una casa bien cuidada de estilo Segundo Imperio con vista a la posada,
somos los únicos en la propiedad. Estoy seguro de que Rowan también lo sabe, pero tiene
razón en tener cuidado. "En cuanto a cómo se le ocurrió Virginia Occidental, bueno... digamos
que tiene conexiones con ciertas personas que pueden acceder a ciertos archivos de ciertas
agencias gubernamentales, y algunos asociados que pueden llenar los vacíos".
"Eso ciertamente suena dudoso, seguro", digo, sonriendo cuando Rowan pone los ojos
en blanco ante mis burlas. “¿A qué se dedica tu hermano en el trabajo?”
Rowan se recuesta en su silla y golpea el reposabrazos mientras sus ojos siguen las
curvas y ángulos de mi cara. Su caricia azul marino provoca un sonrojo en mis mejillas. Me
mira de una manera que nadie más lo hace, como si no estuviera simplemente tratando de
descifrar mis pensamientos y motivaciones. Es como si estuviera tratando de memorizar los
detalles más pequeños de mi piel, de descubrir cada secreto atrapado detrás de mi carne.
"Nuestro pasatiempo", dice cuando parece darse cuenta de que puedo compartir esto con seguridad.
responder con. “Para Lachlan no es un pasatiempo. Es una profesión”.
Asiento con la cabeza. Ahora tiene sentido para mí cómo podría tener acceso a información
sobre investigaciones criminales. O trabaja para el ejército o para individuos peligrosos y bien
conectados.
"Así que estás seguro de que él no te ayudará a hacer trampa", le digo.
"En todo caso, encontraría una manera de ayudarte a hacer trampa".
"Ya me gusta". Mi sonrisa se ilumina cuando Rowan me lanza una mirada falsa. Tomo un
sorbo de la botella y se lo paso. "¿Qué pasa contigo? ¿Disfrutas del negocio de los restaurantes?
Rowan me dirige una sonrisa maliciosa. "¿Has estado buscándome, Blackbird?"
"Como si no hubieras estado haciendo lo mismo conmigo", respondo.

“Culpable de los cargos”. Rowan toma un largo trago de vino y balancea la botella sobre su
rodilla. Me mira por un momento antes de asentir, su sonrisa un poco melancólica. "Sí lo hago.
Me encanta tener mi propia cocina. Me gusta el ritmo. Puede ser frenético, pero lo disfruto. Me
va bien con un poco de caos. Quizás por eso me gustas”, dice con un guiño.
Resoplo y pongo los ojos en blanco. Este hombre. Podía hacer que cualquier cosa pareciera
coqueta. "¿Qué pasa con el nombre?" Pregunto, y aunque evito su comentario, no parece
molestarle en lo más mínimo. "¿Por qué elegiste 3 en clase turista?"
“Hermanos míos”, dice Rowan, su sonrisa adquiere esa cualidad nostálgica una vez más
mientras su mirada cae hacia la botella que tiene en la mano. “Éramos adolescentes cuando
dejamos Sligo y vinimos a Estados Unidos. Recuerdo que Lachlan compró las entradas. Tres en
clase turista. Fue el comienzo de otra vida para nosotros”.
"Igual que el restaurante", digo, terminando el rastro de pensamiento que me dejó seguir.
Sus ojos se iluminan cuando asiente. "Me gusta eso."
Rowan me pasa la botella. Nuestros dedos se rozan alrededor del cristal frío. Nuestro
contacto dura un momento más de lo que debería, pero por alguna razón, encuentro que todavía
es menos tiempo del que me gustaría.
Esto es absurdo, me recuerdo. No conoces a este hombre.
Reafirmo mi postura, cambio mi línea de visión hacia la recepción para darle a Rowan solo
el rabillo del ojo cuando bebo de la botella. Las paredes son buenas. Los límites son necesarios.
Es el tipo de persona que los atravesará con una excavadora si bajo la guardia. Y, después de
todo, esto sigue siendo una competición. Sólo debería buscar información que me ayude a ganar.
En mi periferia, veo la mano de Rowan acercándose sigilosamente a mi silla y me giro

para clavarle una mirada furiosa. El cabrón descarado me regala su máscara más inocente.
"¿Qué demonios estás haciendo?"

“Voy a robar tu lector electrónico. Quiero leer sobre el hombre dragón de dos pollas”.
“Estoy sentado en él. Toca mi trasero y te romperé la mano —digo, sin poder contener
una risa mientras él empuja rítmicamente mi brazo.
“No lo haré. Te empujaré y lo agarraré, luego me reiré como un maníaco mientras corro.
a mi habitación triunfante”.
"Simplemente descarga la aplicación como una persona normal y léela en tu teléfono,
bicho raro".
"Piedra, papel o tijera para ello".
"De ninguna manera."
“Vamos, Mirlo. Necesito algo de DP de dragonman”.

Me está dando otro golpe en mi bíceps y me río cuando un sonido extraño entra en
nuestro dominio. De repente nos sentimos como si estuviéramos en una burbuja que acaba
de estallar. No es normal para mí, y la aparición de Francis en la recepción es un shock para
mi sistema. Normalmente soy muy consciente de lo que me rodea. Pero Rowan me tenía
encerrada en otro reino, como si no existiera nada más que nosotros. Y por alguna razón,
eso se sintió como un alivio, un descanso de la presión constante de buscar el peligro que
acechaba en las sombras.
"Hey hombre. Espero que no hayamos entretenido a nadie”, dice Rowan. Ni siquiera
intenta esconder la botella de vino que mantiene en equilibrio sobre su rodilla, con la otra
mano alrededor del reposabrazos de mi silla.
Los ojos de Francis van del vino a Rowan, sus labios apretados en una sonrisa tensa.
"No, en absoluto. Sois los únicos invitados aquí. Sólo venía a pasar la noche a recoger a
Winston Church”, responde mientras señala con la cabeza al gato que todavía está
acurrucado en la silla junto a la chimenea. Francis desliza su mano por su corbata rosa y
sus ojos saltan entre nosotros. “No tenemos mucho tráfico por aquí, no con algunos de los
lugares más nuevos que están apareciendo en el área.
Ahora todo el mundo tiene un AirBnB y trata de ganar dinero extra”.
Hago un gesto hacia el vestíbulo. "Me gusta aquí. Tiene encanto. Aunque parece que
Winston podría arrancarme la cara si me acerco demasiado.
"No, es inofensivo". Francis se pasa una mano por el mechón de pelo oscuro y se
acerca al gato, que le lanza una mirada asesina y un silbido antes de dirigir sus ojos amarillos
felinos hacia mí. No estoy seguro si quiere la salvación.
de Francis o simplemente quiere seguir mirándome, pero sus quejas se pierden cuando Francis
levanta su cuerpo gris en sus brazos. “¿Están visitando a alguien en el área? ¿O simplemente de
paso?
“Es nuestro viaje de senderismo anual”, me ofrezco. “Elegimos un lugar nuevo cada
año, generalmente en algún lugar un poco 'fuera de lo común', por así decirlo”.
Francis asiente y acaricia la cabeza del gato. «Hay algunos senderos locales fantásticos.
Elk River es un buen lugar para comenzar. The Bridges es un circuito panorámico. Solo tenga
cuidado si se dirige hacia Davis Creek. Es fácil perderse. Un excursionista desapareció el año
pasado por allí y nunca fue encontrado. Tampoco sería la primera vez”.
"Gracias hombre. Nos aseguraremos de tener cuidado”, dice Rowan en un tono que dice
cortésmente 'por favor, vete a la mierda ahora'. Francis capta la indirecta y asiente a cada uno de
nosotros.
“Que tengan una gran noche, amigos. No dudes en llamar si necesitas algo”, dijo.
dice, luego agita la pata de Winston hacia nosotros antes de partir.
Nuestras palabras de agradecimiento lo siguen mientras desaparece por un pasillo a la
derecha del vestíbulo. Un momento después nos llega el sonido de una puerta lejana cerrándose.
"Parece que debería estar tratando de ligar chicas con un avatar tonto que literalmente no
se parece en nada a él mientras transmite en Twitch o algo así, no administrar un hotel en
ninguna parte, Virginia Occidental", se queja Rowan. Mantiene su mirada fija en el pasillo mientras
tira del apoyabrazos de mi silla en un intento de acercarlo.
"¿Cual es tu problema?" Pregunto entre risas mientras él me acerca más.

"¿Estás celoso de su corbata rosa o algo así?"
Rowan se burla y me dirige esa mirada dura mientras tira de mi silla.
de nuevo. "No. Cristo. Ahora dame esa polla de dragón, Blackbird.
"De ninguna manera." Me las arreglo para levantarme de la silla con el lector electrónico
antes de que pueda agarrarme, agitándolo hacia él a modo de burla mientras retrocedo hacia
nuestras habitaciones. “Buenas noches, bicho raro. Me voy a la cama. Quien madruga se lleva el
gusano, ¿sabes? Podría planificarme un viaje de senderismo en solitario a Davis Creek. No se
permiten niños a menos que tengan escamas y un problema de reproducción.
"De todos los momentos para olvidar mi mameluco de dinosaurio en casa". Rowan suspira,
luego inclina su botella hacia mí antes de recostarse en su silla. Su sonrisa es cálida y sus ojos
brillan a pesar de lo tarde que es. "Nos vemos mañana, mirlo".
Con un último saludo, me giro y me dirijo a mi habitación.

Estoy acostado en la cama, mirando al techo cuando mi teléfono suena con un mensaje de
texto.
Bien entrada la noche. No dejes que las chinches te piquen.
Estoy bastante seguro de que hay chinches.
Sonrío en la oscuridad. Y luego me quedo dormido.
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SUSANA
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SERBAL
Lo malo es que todavía no he descubierto a quién diablos perseguimos.

Por el lado positivo, Sloane tampoco.
Doble ventaja: odia cuando le señalo eso.
Llamo a la puerta de Sloane y meto las manos en los bolsillos, tratando de parecer
indiferente a pesar de la tormenta de excitación que ilumina mi pecho. Cuando lo abre,
su rostro inmediatamente muestra un ceño oscuro.
"¿Esperas a alguien más?" Pregunto con una sonrisa.
“No”, resopla, como si fuera la idea más ridícula que algún otro tipo pudiera querer
venir a las nueve en punto de un jueves por la noche. Supongo que las ganancias son
un poco escasas en el pueblo de Ivydale. "Sólo sé que estás aquí para regodearte".
Dejé escapar un grito ahogado teatralmente. "Yo nunca." Mi sonrisa se extiende y

la mirada de Sloane cae hasta mis labios. A ella le gusta fingir que realmente no quiere
conocerme, pero cada vez que sus ojos se fusionan con mi cicatriz, una pequeña arruga
parpadea entre sus cejas. "Si me dejas entrar, te diré cómo me hice esa cicatriz que no
puedes evitar mirar".
La mirada que me lanza es de puro horror. El rubor sube por su cuello e ilumina sus
mejillas. "Yo no... yo no..." Ella resopla y levanta la barbilla. "Eres lo peor."
Toda esa furia combinada con toda esa timidez, toda su habilidad letal envuelta en
un paquete que fácilmente se pone nervioso. Ella es tan jodidamente adorable. Se
necesita todo lo que tengo para no reírme, y ella lo nota.
Sloane se inclina sobre el umbral, con los dedos agarrados al borde de la puerta
mientras intenta evitar que vea el interior de su habitación. Su mirada furiosa recorre mi
rostro. "Soy una asesina en serie, ¿sabes?", sisea. “Podría romper
"Entra en tu habitación mientras duermes y te chupa los ojos con la aspiradora industrial que Francis
usa para limpiar el pelo de gato de la horrible alfombra del vestíbulo".
“Estoy seguro de que podrías, Blackbird. No hay duda." Mi sonrisa se extiende y levanto las
manos en una tregua, aunque Sloane no parece convencida. "Entonces, ¿me invitarás a pasar o qué?"
"No actualmente." Sloane saca la tarjeta de acceso del soporte al lado de la puerta y la mete en
el bolsillo trasero de sus jeans mientras pasa a mi lado. La puerta se cierra detrás de ella con un fuerte
clic. "Tengo que estar en algún lugar".
Mis pies parecen pegados al suelo mientras observo a Sloane caminar por la
pasillo, arrojándose la correa de su bolso sobre su cuerpo mientras avanza.
"Tiene que ser... ¿ qué?" Corro tras ella y sigo su paso, examinando su perfil mientras camina
por el pasillo con una sonrisa de come mierda. “'¿Estar en algún lugar?' ¿Dónde?"
“En algún lugar, Rowan. ¿O olvidaste que esto es una competencia? ella pregunta.
Intenta ocultar esa creciente sonrisa pero no puede.
Mi corazón golpea la pared de mi pecho cuando me doy cuenta de que está un poco más
cansada de lo habitual. Un suéter de cachemira blanco. Su maquillaje es el mismo que ha usado los
últimos tres días desde que llegamos, con delineador de ojos alado, rímel negro y lápiz labial rojo
mate, pero ha cambiado sus múltiples aretes por un conjunto diferente de piezas de oro, algunas con
piedras que brillan debajo de ella. cerraduras oscuras.
Mi boca se seca hasta los huesos.

"¿Vas a tener una cita?" Pregunto mientras doblamos una esquina y nos dirigimos hacia la
Amplia escalera que conduce al lobby.
Sloane suspira. "Yo no lo llamaría una cita, per se..."
“Entonces, ¿adónde vas? Ya sabes, por motivos de seguridad y todo eso…”
Sloane resopla. “¿Crees que necesito tu protección, niño bonito?”

No. Pero también sí.
“Debería ir contigo, por si acaso. No quisiera que volviera a suceder algo como lo de Briscoe —
digo mientras entramos al vestíbulo. Sloane se detiene y se vuelve hacia mí.
“No, Rowan, no puedes venir. ¿Y si es una cita? Sería muy incómodo”. Ella me da palmaditas en
el pecho y sonríe. "No te preocupes, te contaré todos los detalles sangrientos más tarde".
Con un golpe final en mi pecho que en realidad es más como una bofetada, se da vuelta y
se aleja.
"Pero... yo era quien se suponía que debía regodearse", le llamo mientras llega a la salida
del vestíbulo.
"Lo siento, no lo siento", dice ella. Ella me da la vuelta antes de resbalar
a través de las puertas, dejando sólo un ruido sordo detrás.
Me quedo tras ella, atónito. Una ola de confusión, preocupación y celos me atraviesa el
pecho. De un solo golpe, me he llenado con un maldito océano.
¿Qué carajo?
"Sloane", la llamo, marchando hacia la puerta. La abrí con más fuerza de la necesaria y dejé
que golpeara el tope de la puerta con un satisfactorio golpe de madera contra el metal recubierto
de goma. "Sloane, maldita sea..."
Miro a izquierda y derecha. Aguanto la respiración y escucho.
Nada.
Mi mano pasa por mi cabello. No estoy seguro de si estoy más irritado porque podría ser el
perdedor de nuestro primer juego, o porque Sloane tal vez esté en una cita con algún imbécil de
ninguna parte.
Me esfuerzo por oír algo que no sean grillos, pero todavía no hay señales de Sloane.
"Mierda."
Me apresuro hacia la puerta del vestíbulo y la abro con más fuerza de la necesaria mientras
regreso al hotel y me dirijo a mi habitación. Camino allí durante un rato mientras considero mis
opciones. Tal vez debería salir y buscar el pub local y enojarme. ¿Pero qué pasa si se topa con
alguien como Briscoe o Watson? Briscoe debió haber dado un golpe de suerte: el tipo era tan
sedentario como una maldita roca. Pero Watson era un bastardo astuto. ¿Y si está acorralada
por alguien así? ¿Qué pasa si está atrapada y no puedo encontrarla? ¿Qué pasa si ella pide
ayuda y yo estoy borracho y enojado en la taberna cantando Country Roads?
Nunca esperé que estaría dando vueltas por mi habitación mientras me estresaba por el
paradero de la maldita Orb Weaver, con el corazón acelerado y las palmas de las manos
sudorosas, preocupada por si podría lastimarse.
El sonido de un mensaje de texto entrante es lo único que me impide hacer un agujero en el
suelo.
Estoy bien.
Resoplé.
No estaba preocupado.
Una completa mentira, obviamente. Me siento en el borde de la cama mientras trato de resistirme.
La necesidad de continuar mi camino a través de la habitación, mi rodilla rebotando.
Oh Dios.
En ese caso, ¡no esperes despierto!
“¿Qué carajo…”
Apenas controlo el impulso de arrojar mi teléfono contra la pared, eligiendo agarrarlo con fuerza
y golpear el colchón. Por cierto, es tremendamente insatisfactorio golpear un maldito colchón.
Entonces sigo paseando.

Después de un tiempo, dejo de caminar e intento investigar un poco en el área local, pero no
encuentro casi nada, al igual que todos mis esfuerzos durante los últimos tres días. Lo único que he
encontrado significativo son un puñado de artículos de noticias. Historias aleatorias, nada que vincule
las piezas con un sospechoso. Un excursionista desaparecido, como dijo Francisco. Otro cadáver en
un barranco. Un automóvil con placas de Nueva York dragado del río Kanawha. Cómo diablos logró
Lachlan que hay un asesino en serie en la zona, no tengo idea. De hecho, estoy empezando a pensar
que nos envió aquí como un engaño.
Me rindo y me dejo caer en mi cama para mirar el techo.

Han pasado tres horas cuando finalmente escucho el suave clic de la puerta de Sloane cerrándose
mientras ella entra a su habitación junto a la mía.
Tres malditas horas.
Además del hecho de que ella podría haber ganado nuestro juego en ese tiempo, también podría
haber hecho todo tipo de otras cosas. He estado en una cita, por ejemplo. Tal vez cenó en otro lugar
que no sea este hotel con los guisantes congelados de Francis y unas chuletas de cerdo demasiado
cocidas y sin condimentar que probablemente me romperé un diente antes de que termine la semana.
…Tal vez ella se enganchó con algún chico.

Un gemido retumba en mi garganta y me giro para asfixiarme con el estampado floral del edredón
de poliéster barato.
"Rowan, maldito idiota", gruñí en el colchón indiferente. "Este
El juego ya te está explotando la cara y es el tercer día”.
Como si fuera una señal, el sonido de la música llega desde la puerta de al lado.
El volumen es bajo, pero puedo distinguir algunas de las letras a través de las paredes finas
como el papel y luego el sonido de la voz de Sloane mientras canta.
con algún que otro compás de la canción.

Aunque me alivia que haya regresado sana y salva, todavía me pongo una almohada
en la cabeza y trato de amortiguar el sonido, más que nada para evitar ir hacia allí y exigirle
que me diga qué estaba haciendo, a pesar de que no es nada de eso. Mi puto negocio y
tal vez no quiera saberlo.
La almohada no sirve, por supuesto. Y no sólo porque sea tan fino como un puto
pañuelo de papel. Probablemente sea porque me esfuerzo por escuchar aunque pretendo
no hacerlo.
La canción cambia y la tranquila voz de Sloane desaparece.
La ausencia de su presencia se prolonga y me araña el cráneo.
En contra de mi buen juicio, me levanto de la cama y me dirijo a la pared que nos separa
antes de inclinarme hacia adelante para presionar mi oreja contra el papel tapiz de damasco
descolorido.
La música es un poco más clara y el volumen sigue bajo. Oigo crujir su colchón. Y
luego un suave zumbido.
"Jesús, María y José", susurro, arrastrando mis manos por mi cara. Lo que no daría
por estar en esa habitación ahora mismo. El gemido ronco de Sloane hace que mi sangre
arda. Mi polla ya está jodidamente dura.
Estoy a punto de alejarme de la pared. Realmente soy. Estoy empezando a alejarme
cuando escucho una sola palabra salir de sus labios.
Serbal.
O tal vez coser. O Cohen. O samoano. Realmente no puedo estar seguro. Iré con
Rowan.
Mi sangre es jodidamente volcánica. Mi corazón truena. Cada célula de mi cuerpo
grita de necesidad. Se necesita todo lo que hay en mí para empezar a alejarme de nuevo,
pero entonces escucho algo extraño que viene desde más abajo en la pared.
Un gemido silencioso.
Me arrastro hacia la fuente del sonido.
Otro gemido. Un susurro confuso. Cuando presiono mi oreja contra la superficie,
todavía capto el leve zumbido del juguete de Sloane. Pero mucho más cerca está el sonido
distintivo de alguien masturbándose.
Me alejo de la pared y observo la estructura. Aproximadamente dos tercios más abajo,
hacia donde se une a la parte trasera de la habitación, hay un ángulo recto donde la pared
se adentra más en el espacio habitable. Así que me dirijo hacia allí, cada paso cuidadoso
y silencioso.
Tacón. Dedo del pie. Tacón. Dedo del pie.
Me detengo en el saliente de la pared y presiono mi oreja junto al marco de latón de un

retrato.
El susurro de un hombre me encuentra por encima del sonido rítmico de una mano que
bombea una erección. “Sí, cariño… así de simple…”
La rabia inunda mis venas.
Doy un paso atrás y escaneo la habitación en busca de algo que pueda usar para destruir
la maldita pared antes de tener que recurrir al uso de mis manos desnudas. Mi mirada se posa
en la mesa de noche y se queda allí. Si los objetos inanimados tuvieran sentimientos, la
lámpara de latón al lado de la cama se estaría cagando.
Camino hacia él y lo arranco del enchufe, agarrando su largo cuerpo como un bate de
béisbol mientras me giro hacia la sección de la pared donde está escondido el pervertido. Estoy
a punto de dar mi primer golpe cuando los ojos del cuadro se abren. Un par de ojos humanos
reales me miran fijamente y se abren con alarma.
"Oh, mierda", susurra la voz de un hombre.

Mi instante de shock se disuelve en furia cuando los ojos desaparecen, dejando agujeros
oscuros y vacíos detrás. "Hijo de puta."
Me apresuro hacia la pared y rompo la pintura con mi arma, dando bandazos hasta la
mitad de la pequeña y escondida habitación cuando el delgado lienzo cede sin nada detrás. Ni
siquiera veo al otro hombre; sólo puedo oírlo escabullirse como la maldita rata que es.
El grito de Sloane se eleva por encima del caos de la habitación de al lado, su serie de
palabrotas se fusiona en una cascada de vitriolo.
"Rowan Kane, maldito bicho raro pervertido irlandés. ¿QUÉ MIERDA estás haciendo? Te
voy a JODIR—"
"No, no, no", protesto, aunque ella no me escucha debido a la continua serie de maldiciones
y ahora estallidos de sonido. Debe estar arrojando sus pertenencias contra la pared. Mi
imaginación me lleva instantáneamente directamente al vibrador que estaba usando cuando
un fuerte golpe golpea contra el panel de yeso.
Tropezo hacia atrás en mi habitación y salgo al pasillo, con la lámpara todavía agarrada en mi
mano mientras corro hacia su habitación y golpeo la puerta. Se abre antes de que haya
terminado el tercer golpe.
Sloane está furiosa.
"Había un hombre en la pared", espeto.
"Lo sé", gruñe mientras me empuja con ambas manos. "Su nombre es Rowan Kane y no
tiene límites porque es un maldito bicho raro pervertido..."
"No, lo juro"
"¿Me estabas espiando para correrme?"
"No", protesto, pero ella me mira como si no estuviera del todo convencida de que esté
diciendo la verdad. No ayuda en mi caso que ella esté usando un pequeño par de pantalones
cortos para dormir y una camiseta sin mangas con tirantes finos, y probablemente sea capaz
de escuchar la alarma de no usar sostén resonando a todo volumen en mi cabeza. “Está bien,
te escuché pero me alejé de la pared…”
"Serbal"
"Y luego escuché algo más", digo, agarrando su muñeca con mi mano libre.
La remolque detrás de mí. Ella se retuerce y protesta, pero me niego a dejarla ir.
“Tienes razón, había alguien mirándote en la pared. Y se fue antes de que yo
tuviera oportunidad de verle la cara, y mucho menos de golpearla con una
lámpara.
Nos detenemos en el enorme agujero donde el cuadro en ruinas cuelga torcido y dejo
caer la muñeca de Sloane para que pueda mirar dentro de la estrecha habitación. Se inclina
y se gira para evaluar el punto de salida a un corredor oculto en la pared del fondo.
"Hijo de puta", susurra.
"¿Bien? Eso es lo que dije."
Sloane se vuelve hacia mí, con los brazos cruzados sobre el pecho. Espero
ver ira o sospecha persistentes, no sus ojos bailando en la penumbra y la sonrisa
asesina que se cuela en sus labios. "Lo sabía."
Un instante después, Sloane pasa a mi lado.
"Espera... ¿qué está pasando?" La sigo y me detengo en su puerta mientras
ella se pone una camisa a cuadros, sin molestarse en abrocharse los botones.
Se pone sus zapatillas y levanta su espada de caza envainada del suelo, y luego
vuelve a pasarme a empujones para caminar por el pasillo hacia las escaleras.
Tiro la lámpara a su habitación con un estrépito de vidrios rotos y corro tras ella,
alcanzándola mientras baja apresuradamente las escaleras.
"¿Qué estás haciendo?"
“Estoy boquiabierto, Rowan. ¿Cómo se ve?"
"¿Tú eres qué?"
"Perseguir a ese hijo de puta, eso es".
"¿OMS?"
"Francis", dice mientras atraviesa el vestíbulo. "Francisco Ross".
Todas las piezas encajan en su lugar y la imagen aparece a la vista. El
coche en el río. Los platos de Nueva York. Cuando las víctimas adecuadas hicieron el
decisiones equivocadas y terminaron en el Cunningham Inn, los observó.

Y a veces los mataba.
Observó a Sloane. Quizás él también habría intentado matarla.
La rabia tiñe mi visión de rojo mientras salimos del vestíbulo y nos adentramos en la
noche.
La idea de que podría haberla lastimado choca con otra comprensión, lo que me
detiene en seco en el estacionamiento mientras Sloane avanza por un camino pavimentado
que serpentea por el costado del hotel y conduce hacia la casa del conserje. “¿Ese aspirante
a cabrón emo con corbata rosa es el asesino? ¿Y tuviste una cita con ese imbécil?
Sloane suelta una carcajada pero no se detiene. "Bruto."

"Sloane"
"Es una competencia, Carnicero", dice mientras llega a la esquina del hotel. Ni siquiera
mira por encima del hombro mientras me señala con el dedo y me deja con dos palabras
de despedida: "Vete a la mierda".
Sloane dobla la esquina con una carcajada diabólica, sus pasos corriendo consumidos
por las sombras.
"Como el infierno", siseo.
Y luego salgo tras ella hasta bien entrada la noche.
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ERA DEL CUBISMO
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SERBAL
La figura de Sloane es poco más que una silueta mientras corre cuesta arriba hacia
una vieja casa negra, con las empinadas puntas del techo sobresaliendo hacia
la luna como jabalinas. Rayos de luz amarilla se derraman desde las ventanas,
bajando por el empinado jardín y el sendero que lo atraviesa, dándome la iluminación
suficiente para detectar a mi presa.
Mi sonrisa es salvaje mientras como la distancia entre nosotros.
Corro con toda mi fuerza hacia Sloane y la elimino en una entrada de rugby. Nos
giramos en el aire así que sufro la peor parte del golpe. La hierba y la grava me golpean
los antebrazos mientras me detengo y nos hago girar para sujetarla debajo de mí.
La pesada respiración de Sloane inunda mis sentidos con jengibre y vainilla. Se quita
un mechón de pelo de los ojos y me mira antes de retorcerse bajo mi peso. “Vete a la
mierda. El es mio."
"No puedo hacerlo, Melocotones".
"Llámame así otra vez y te juro por Dios que te cortaré las pelotas".
"Lo que tú digas, Mirlo". Sonrío y le doy un rápido beso en la mejilla, la sensación de
su carne suave y flexible queda grabada en mi memoria en el momento en que mis labios
tocan su piel. "Nos vemos."
Me alejo y corro, el delicioso sonido de su protesta frustrada
La melodía más hermosa detrás de mí.
Mi corazón late con fuerza y mis piernas arden mientras corro cuesta arriba por la
empinada colina. Estoy casi en la valla baja de hierro forjado que rodea la casa cuando
el sonido de un motor atraviesa la noche.
Francisco corre.
Me desvío y sigo la línea de la valla hacia el camino de entrada, donde la luz cae
sobre el asfalto desde el vehículo en el garaje. llego al
borde del pavimento y recoge una piedra del borde justo cuando la puerta del garaje se abre y el
auto sale disparado del edificio.
Entonces hago lo que haría cualquier persona en su sano juicio.
Salto sobre el maldito capó.

Sloane grita mi nombre. Los neumáticos chirrían. Cierro los ojos con el conductor como si fuera suyo.
El pánico choca con mi determinación.
Con mi cuerpo apoyado contra el capó, agarro el borde con una mano y golpeo mi piedra
contra el parabrisas con la otra. No me detengo, no cuando cogemos velocidad, ni siquiera cuando
el coche se desvía cuando el conductor intenta desalojarme. Doy golpe tras golpe. El vidrio se
desmorona con mis repetidos golpes.
Me muerde los nudillos. Se desliza dentro de mi piel cuando golpeo hacia el otro lado y dejo caer
la piedra para alcanzar el volante.
Un grito de pánico se eleva por encima del caos.
"¡Árbol amargoso!"
Saco mi brazo del parabrisas y suelto el capó para deslizarme fuera del vehículo y aterrizar
con fuerza sobre mi costado. Mi gruñido de dolor es tragado por una sinfonía de metal cuando el
parachoques delantero se pliega alrededor de un roble.
Estoy de pie en un instante. Respiraciones pesadas salen de mi pecho. La rabia desciende
como una cortina roja mientras observo el movimiento lento y laborioso del conductor desorientado
dentro del trozo de metal humeante.
"Jesús, jodido Cristo, Rowan, ¿estás..."
La preocupación de Sloane se interrumpe cuando me giro hacia ella para agarrarle la
garganta con mi mano pegajosa. Lleno su espacio, la empujo hacia atrás con cada paso mientras
la alarma y el desafío se agitan en sus ojos. Ella agarra mi brazo con ambas manos pero no
intenta luchar contra mí mientras la obligo a alejarse del auto. Sólo cuando ella está fuera del
camino de entrada y protegida por las profundas sombras de un árbol, me detengo. Pero no la
dejo ir.
Una percusión retumba detrás de mí, un golpe metronómico ahogado por el velo de los
latidos de mi corazón resonando en mis oídos mientras miro los ojos vidriosos de Sloane. La
delicada columna de su garganta se mueve bajo mi palma ensangrentada.
"Rowan", susurra.
"Mío."
Sus ojos brillan a la luz de la luna. "Bueno." Ella asiente en mi agarre. "Él es tuyo".
La acerco más y miro fijamente el oscuro abismo de su miedo y fortaleza, sin parar hasta que
sus cálidas exhalaciones recorren mi rostro. El
Los cortes que recubren mi antebrazo arden mientras su pecho roza la carne arruinada con cada
respiración. “Sloane…”
Un gemido de metal deformado y una serie de maldiciones ponen fin a los golpes en el trasero.
a mí.
"Quédate aquí", le digo, y con un dedo a la vez, la libero de mis manos.
Le doy una última mirada, mi sangre es poco más que un color negro brillante.
Unto su piel, antes de girar sobre mis talones y alejarme.
Mi paso se acelera cuando veo mi premio mientras sale cojeando del vehículo.
Un pie raspa detrás de él, un brazo roto agarrado a su pecho. Se gira cuando mis pasos se acercan,
sus ojos se abren cuando se posan en mi sonrisa malvada.
"Me va a encantar cada puto segundo de esto", digo.
Francis ya está suplicando clemencia cuando agarro la parte de atrás de su camisa.
Agarro su horrible corbata rosa en mi puño para estrangularlo con ella, pero se suelta de su cuello.
Miro la tela hecha una bola en mi puño. Luego en Francisco. Luego de nuevo.
“¿Un maldito clip? ¿Cuántos años tienes? ¿Doce?
"Ppor favor hombre, déjame ir", suplica debajo de mí. Las lágrimas cristalizan sus ojos.
Mientras tiro la corbata al camino de entrada y lo agarro con ambas manos.
Mi rabia me quema la garganta pero me la trago. “Dime qué estabas haciendo en la pared”.
Sus ojos se mueven hacia nuestro entorno, tal vez buscando a Sloane, tal vez buscando un
salvador. "No iba a lastimarla", dice cuando su atención se centra en mí. "Estaba jsolo mirando".
Su miedo es como una droga que invade cada célula de mi cuerpo, cada deseo corriendo por
mis venas. Una lenta sonrisa se arrastra por mis labios mientras él lucha cuando cambio mi agarre
y atrapo su garganta. "Dos cosas. Primero, no te creo. Creo que ibas a vigilarla y luego tu plan era
matarla. No sería la primera vez, ¿verdad, Francis?
"No, lo juro"
"En segundo lugar, y esta es la parte más importante, así que escucha, hijo de puta". Levanto
su cuerpo tembloroso del asfalto hasta que su oreja queda junto a mis labios. “¿Esa mujer que
estabas mirando…?”
Mis dedos se aprietan alrededor de su garganta mientras él asiente desesperadamente.
"Ella es mía."
Estoy seguro de que suplica. Pero no escucho sus súplicas. Son jodidamente inútiles
palabras que no lo salvarán ahora.
Dejo a Francis en el pavimento y caigo tras él enloqueciendo.

Mi primer golpe golpea su mandíbula. El siguiente golpea su sien. Un puño tras otro.
Mandíbula. Templo. Mandíbula. Templo. Fallo y le rompo la nariz con un crujido satisfactorio y él
gime. La sangre brota de sus fosas nasales y cubre mis nudillos. Su mandíbula se rompe a
continuación con un estallido. Los dientes rotos le cortan los labios y caen al camino de entrada
como trozos de porcelana. Como recuerdos que quiero olvidar.
Así que lucho contra ellos. Aprieto los dientes y golpeo más fuerte.
El olor a sangre, orina y asfalto. El gorgoteo de respiraciones entrecortadas.
El deslizamiento de su carne dividida contra mis puños. Es un puto combustible. Pienso en él
mirándola. Pienso en su cara. Y sigo golpeando. Incluso cuando se apodera.
Incluso cuando se ahoga en su sangre.
Incluso cuando él muera.
Estoy golpeando un trozo de carne destrozada cuando finalmente me detengo. El aliento sale
de mis pulmones mientras coloco una mano sobre el cálido asfalto y me miro los nudillos, donde
el dolor palpita con cada latido del corazón. Es una sensación bienvenida. No porque lo merezca,
sino porque él lo merecía, y lo cumplí. Destrucción con mis propias manos. Sufrimiento donde
debía encontrarse.
Sólo ahora una pizca de miedo se hunde en mi pecho.

"Sloane", llamo a las sombras.
Sólo me encuentro con el silencio.
"Sloane."
Nada.
Mierda.
Mierda, mierda, mierda.
Una nueva ola de adrenalina inunda las cámaras de mi corazón mientras me inclino sobre
mis talones y escudriño cada sombra de oscuridad que me rodea. La emoción de la matanza
desaparece cuando llega una marejada de pánico.
La he asustado.
Probablemente volvió corriendo al hotel para recoger sus pertenencias y salir de aquí. El
chirrido de las llantas del auto probablemente será lo siguiente que escuche cuando ella se vaya
y nunca mire atrás.
¿Y puedo culparla?
Después de todo, ambos somos monstruos.
Diferentes monstruos, juntos en la jaula que he creado.
Sloane es calculadora y metódica. Ella espera, teje una red y atrapa a su presa. Y aunque
me gusta montar una escena de vez en cuando, mostrar
¿Un poco de teatralidad, esta muerte aquí mismo? ¿Este desastre de carne desgarrada y hueso
expuesto? Esto está en mi alma. Soy jodidamente salvaje en el fondo.
Quizás sea mejor que se aleje lo más posible de mí.
Aún así, arde en mi pecho, una aguja caliente que se deslizó entre mis costillas para alojarse
en el mismo centro de mi corazón. Es un lugar en el que nunca pensé que podría sentir dolor o
anhelo. Pero lo hace.
Me paso una mano pegajosa por el pelo mientras mis hombros caen.
"Maldita sea, Rowan, maldito idiota". Mis ojos se cierran.
“Sloane…”
"Estoy aquí."
Mi mirada se encuentra con las sombras cuando Sloane emerge de sus garras. La respiración
que tomo se siente igual que después de sumergirte demasiado profundo, sin estar seguro de
llegar a la superficie a tiempo. El alivio es celular cuando el aire llega a mis pulmones.
No me muevo cuando ella se acerca, sus pasos son vacilantes, su cuerpo iluminado por la
tenue luz que se derrama desde el auto destrozado, su garganta todavía manchada con mi
sangre. Su mirada capta cada detalle, desde la película de sudor en mi cara hasta la carne
hinchada de mis manos. Sólo cuando me evaluó y se detuvo a mi lado su atención se centró en
el cuerpo que se enfriaba en el camino de entrada.
"¿Estás bien?" ella pregunta. Ella me mira con un ligero pliegue entre las cejas.
Quiero alcanzarla, sentir el consuelo de su toque desconocido. Pero yo no. Solo miro.
“Parece un Picasso”, continúa mientras señala con la cabeza el rostro destrozado de

Francisco. Su mano fluye en su dirección con la gracia de un pájaro. “Ojos por aquí, nariz por
allá. Muy artístico, Carnicero. Abrazando tu era del cubismo. Fresco."
Todavía no respondo. No sé qué decir. Tal vez sea el creciente dolor físico. O podría ser la
disminución de la adrenalina. Pero creo que es sólo Sloane. El eco de su pérdida y el alivio de su
presencia.
Sloane me da una leve sonrisa torcida y baja hasta mi nivel, con sus ojos fijos en los míos.
Su sonrisa no dura. Su voz es tranquila, casi un susurro cuando dice: “¿El gato te comió la
lengua, niño bonito? No pensé que vería ese día”.
Un suspiro se estremece entre mis labios mientras una gota de sudor cae de mi cabello hacia
deslizarse por mi mejilla como una lágrima. "¿Estás bien?"
Sloane suelta una carcajada y su hoyuelo aparece junto a su labio. "Sí, por supuesto. ¿Por qué no
lo estaría? Sus palabras quedan suspendidas en el aire sin respuesta mientras mi mirada cae hacia el
cuerpo. La sorpresa se enciende en mi pecho cuando sus delicados dedos se posan en el dorso de mi
mano, su tacto es ligero como una pluma mientras traza un hilo de sangre que gotea de una grieta sobre
mi nudillo. "Debería preguntarte eso".
"Estoy bien", digo sacudiendo la cabeza. Ambos sabemos que es mentira, al igual que sabemos
que sus palabras también lo fueron. Ella iba a irse. No tengo duda.
Pero ella no lo hizo. Ella todavía está aquí. Quizás no por mucho tiempo, pero al menos por ahora.
"Esto va a tomar un tiempo para limpiar", dice Sloane mientras su mano deja la mía y se pone de
pie. Su mirada recorre el cadáver junto a nosotros antes de fluir hacia el auto destrozado. “Menos mal
que todavía tengo unos días libres. Probablemente lo necesitaremos”.
Sloane extiende su mano y yo miro las líneas que cruzan su palma. Vida
y muerte. Amor, pérdida y destino.
"¿Nosotros?" Pregunto.
"Sí, nosotros", dice ella. Su sonrisa tiene suavidad en los bordes. Su mano se acerca y sus dedos
se abren. "Pero será mejor que empecemos contigo primero".
Deslizo mi mano en la de ella y me levanto del camino negro.
Dejamos a Francis en el camino de entrada y nos dirigimos a su casa en silencio. Vive solo, pero
aun así tenemos cuidado. Nos separamos y recorremos la casa para encontrarnos una vez más en la
sala de estar cuando estemos seguros de que está despejado.
“¿Es aquí donde estuviste esta noche?” Pregunto mientras echo un vistazo alrededor de la
habitación. Está decorado de forma muy parecida al hotel, con antigüedades y cuadros descoloridos,
muebles con tapicería gastada pero estructura de madera brillante y detalles pulidos. Sloane asiente
cuando mi mirada se posa en ella.
"Realmente no parece su estilo".
“Sí, pensé lo mismo. Habló un poco sobre su familia. Dijo que han estado aquí durante generaciones.
Parece que estaba atrapado por los fantasmas del pasado de otra persona”, dice mientras se detiene
junto a la repisa de la chimenea y se inclina hacia una vieja lámpara de cambio de ferrocarril.
"Supongo que es el tipo de casa adecuada para los fantasmas".

Sloane se vuelve hacia mí y me muestra una rápida y débil sonrisa antes de señalar con la cabeza
hacia un pasillo. "Vamos. Vamos a arreglarte.
La sigo como un espectro tras sus talones. Nos detenemos en el baño, donde me indica que me
siente en el borde de la bañera mientras recoge suministros del botiquín. Desempaqueta un rollo de
gasa, prepara vendajes con
crema antibiótica. Cuando todo está dispuesto, empapa una gasa esterilizada con alcohol
isopropílico y se arrodilla frente a mí para limpiar la piel rota de mis nudillos.
“Vas a terminar con algunas cicatrices”, dice mientras se frota la herida más profunda, dejando
un incómodo escozor.
"Ya tengo algunos".
Sloane levanta la vista de su trabajo. Su mirada cae a mi labio antes de regresar a mi mano,
su toque es tan suave a pesar del sufrimiento que sé que podría infligir, si quisiera.
Observo en silencio cómo toma el primer vendaje del mostrador y lo coloca sobre la carne
desgarrada antes de preparar otra gasa y comenzar el proceso nuevamente con el siguiente corte.
“Me lo dio mi padre”, digo. La mirada de Sloane se dirige a la mía con una pregunta en sus
ojos. “La cicatriz en mi labio. El que sigues mirando porque es jodidamente sexy.
Sloane suelta una carcajada. Su cabello oculta la mayor parte de su rostro mientras mantiene
su atención en mi mano, pero todavía puedo ver el rubor a través de los espacios entre sus
mechones negros. “Creí haberte dicho una vez que no dejaras que tu belleza se te subiera a la
cabeza”, dice.
"Sólo tenía que comprobar que todavía piensas que soy bonita".
Sloane mantiene la cabeza gacha pero me muestra un destello de sus ojos mientras giran.
Sonrío cuando me miran con crueldad. "También te dije que eres el peor, y eso todavía suena
cierto".
“Qué cruel, Mirlo. Me hieres una vez más —digo mientras presiono mi corazón con mi mano
libre. Esto me hace ganar una sonrisa antes de que ella oculte su rostro.
Sloane coloca el siguiente vendaje en mis nudillos y no tengo el corazón para decirle que
probablemente se caerán en la ducha que pretendo tomar esta noche para aliviar mis doloridos
hombros. Decido robar el paquete de vendas restantes cuando nos vayamos para que ella no lo
sepa.
“¿Todavía está por aquí? ¿Tu papá?" Me pide que me aparte de los pensamientos sobre qué
más podría valer la pena llevar aquí, algún pequeño recuerdo de nuestro primer juego, tal vez.
"No." Yo trago. Los secretos que nunca comparto ruegan ser revelados cada vez que ella está
cerca, y este no es diferente. “Lachlan y yo lo matamos.
Fue la misma noche que me hizo esta cicatriz. Me rompí la cara con un plato roto”.
El movimiento de su mano se ralentiza mientras Sloane me mira. "¿Y tu madre?"

"Murió al dar a luz a Fionn".

Los hombros de Sloane suben y bajan con una respiración profunda y pesada. su trasero
Los labios se fruncen entre los dientes mientras sostiene mis ojos. "Lo lamento."
“No lo estés. No habría terminado aquí si todo no hubiera sucedido como sucedió”, digo. Doblo
un mechón de su cabello detrás de su oreja para poder ver sus pecas. "No me arrepiento de dónde
estoy".
Y ahí está. Ese sonrojo. Un rosa tan adictivo que me persigue. Quiero atesorar estas imágenes
de Sloane, con el rostro sonrojado, los ojos bailando y la sonrisa desesperada por ser liberada.
"Eres lo peor. ¿Lo sabes bien?"

“Técnicamente, soy el mejor. Porque acabo de ganar”.
Sloane podría gemir, pero no puede evitar soltar una carcajada también. "Y yo soy
Seguro que me lo vas a recordar con regularidad.
"Probablemente."
“Sabes, aunque no gané, lo cual es una auténtica mierda, por cierto”, dice, haciendo una pausa
para entrecerrar los ojos antes de que su expresión se suavice en una leve sonrisa, “me divertí. Me
siento bien. Mejor. Como si esto fuera lo que necesitaba. Así que… gracias, Rowan”.
Pasa lentamente el adhesivo del último vendaje sobre mi piel con un paso lento de su pulgar y
luego su toque desaparece. Luego se levanta y retrocede para detenerse en el umbral de la puerta,
con la mano alrededor de su brazo.
"Iré a empezar por el camino de entrada", dice Sloane, y con un destello final de una sonrisa
insegura, desaparece.
Espero un largo momento. Sus pasos silenciosos conducen a la puerta principal y
entonces todo sonido en la casa se apaga.
Podría escabullirse en la noche. Deja todo esto atrás. haz lo que sea
tarda en no ser encontrado nunca.
Pero durante los siguientes tres días, cada vez que pienso que podría desaparecer, me demuestra
que estoy equivocado.
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EN INVERNADERO
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SLOANO
¿Sabes lo que hice esta mañana?
*suspiro profundo*
Decoré mi strudel tostador.
Fascinante. Estoy fascinado.
Además, ¿strudel tostado? ¿No está destinado a adolescentes hormonales

que necesitan cantidades significativas de azúcar procesada para funcionar
por la mañana? Pensé que eras un hombre adulto.
Un hombre que aprecia el hojaldre y el glaseado producidos en masa que

pueden usarse para deletrear "GANADOR" en un glaseado de vainilla.
Estoy 100% seguro de que te odio.
¡Y estoy 100% seguro de que algún día me amarás!
I Han pasado seis meses.

Seis meses desde la última vez que lo vi. Seis meses de mensajes diarios. Seis meses
en los que Rowan me cuenta cómo está celebrando su victoria. Seis meses de memes,
chistes, mensajes de texto y, a veces, llamadas, sólo para saludar.
Y todos los días lo espero con ansias. Todos los días me calienta, iluminando lugares que
siempre han estado oscuros.
Y todas las noches, cuando cierro los ojos, todavía lo imagino a la luz de la luna en el
camino de entrada a Virginia Occidental, doblado sobre una rodilla, como si estuviera a punto
de hacer un juramento. Un caballero envuelto en plata y sombras.
"Creo que ibas a vigilarla y luego tu plan era matarla", había dicho. Francis suplicó
clemencia en la mano de Rowan. Y
Lo que Rowan dijo a continuación fue sólo un susurro, pero esas palabras desataron al demonio
en su corazón. No había nada entre él y la rabia que lo quemaba por dentro. No queda máscara
detrás de la cual esconderse.
"Realmente le dio una paliza", le digo a Lark mientras miro por última vez nuestro último
intercambio de mensajes de texto antes de dejar mi teléfono a un lado. Coloco un tazón de
palomitas de maíz entre nosotros y levanto a Winston para dejar caer al felino perpetuamente
descontento en mi regazo. También han pasado seis meses desde que vi a Lark.
Como suele ser habitual, le ofrecieron la oportunidad de último minuto de hacer una gira con una
banda indie y la aprovechó, y ha estado saltando de un pequeño pueblo y un local de ciudad
hípster en otro. Y ella parece feliz por ello.
Brillante.
"¿Estaba caliente?" pregunta mientras apila sus largas ondas doradas en un moño
desordenado en la parte superior de su cabeza. De alguna manera, siempre sale perfectamente
desordenado. "Suena un poco atractivo".
“Bastante caliente, sí. Aunque me preocupé por un minuto. Estoy acostumbrado a...
controlado. Y esto fue crudo. Definitivamente la antítesis del control”. Mi mirada se posa en la
manta de crochet debajo de mis piernas, una que la tía de Lark me hizo el año que dejamos
Ashborne Collegiate Institute, cuando la familia de Lark me acogió y pagó una deuda que nunca
tuvieron. Meto los dedos en los pequeños agujeros entre el hilo enrollado y, cuando vuelvo a
mirar hacia arriba, Lark me está mirando, con sus ojos azul claro fijos en el contorno de mi cara.
“Casi lo dejo allí”.
La cabeza de Lark se inclina. “¿Y te sientes mal por eso?”

"Sí."
"¿Por qué?"
"No creo que me hubiera dejado si la situación hubiera sido al revés".
"Pero no te fuiste".
Sacudo la cabeza.
"¿Por qué no?"
Me duele el pecho. Lo hace cada vez que recuerdo la forma en que pronunció mi nombre
como una oración rota. La derrotada caída de sus hombros es una imagen vívida en mi mente,
incluso ahora. “Parecía muy vulnerable, a pesar de lo que acababa de hacer. No podía dejarlo
así”.
El labio de Lark se contrae como si estuviera reprimiendo una sonrisa. "Qué lindo."
Se muerde la comisura del labio inferior y pongo los ojos en blanco. "Es dulce.
Te quedaste. Hiciste otro amigo”.
"Callarse la boca."
"Tal vez un futuro novio".

Lanzo una risa incrédula. "No."
"Tal vez un alma gemela".
"Eres mi alma gemela."
“Entonces un mejor amigo. Con beneficios."
"Por favor deje de."
“Ahora puedo verlo”, dice Lark, con los ojos brillantes mientras se endereza y sostiene
una elegante mano en alto. Ella se aclara la garganta. “Él puede mostrarte el mundo…” canta.
“Brillando algo brillante... 'Creo que nuestro amor puede hacer cualquier cosa que queramos '”.
“No se limitó a mezclar una versión masacrada de Aladdin con The Notebook. Tienes la
voz de un ángel, Lark Montague, pero eso es atroz”.
Lark se ríe y se recuesta en el sofá mientras Constantine se reproduce en mi televisor, un

telón de fondo familiar en nuestra limitada lista de películas reconfortantes. Observamos por
un momento en silencio cómo Keanu atrapa una araña debajo de un cristal. “Él podría venir a
mi casa y cazar arañas cualquier día”, dice mientras mueve los dedos hacia la pantalla.
“¿Oscuro, melancólico y gruñón? Inscríbeme."
"Estoy bastante seguro de que has dicho eso cada una de las doscientas veces que
hemos visto esto".
“Es el pico Keanu. No puedes culparme”. Lark suspira y toma un puñado de palomitas de
maíz del cuenco. “Estoy en un período de sequía. Uno pensaría que habría algunos tipos de
músicos atractivos en la gira, pero todos son demasiado emo. Sólo quiero que me sacudan un
poco. Maltratado, ¿sabes? Llámame putita sucia y estoy totalmente de acuerdo. Estos tipos
que lloran ante el micrófono no lo hacen por mí”.
Resoplo y lanzo un trozo de palomitas de maíz al aire en un intento fallido de atraparlo

con la boca. “No me hables de períodos de sequía. Voy a necesitar una supercomputadora
para calcular mis días de celibato a este ritmo”.
"O... y escúchame", dice Lark con una palmada en mi brazo cuando gimo.
“Podrías hacer un pequeño viaje a Boston para visitar a tu carnicero y ver cómo poner fin a
ese período de sequía. Llénalo bien, hermana”.
"Bruto."
“Llénelo hasta que brote. Desbordante."
"Eres perturbador".
"Apuesto a que él lo haría".
“Literalmente acabamos de pasar por esto. Somos amigos."
“Y podrían ser amigos con ventajas adicionales. No hay ningún libro de reglas que
diga que no puedes follarte a un amigo y seguir siendo amigos”, dice Lark. Intento ignorarla
y mantener mis ojos en la pantalla a pesar de que su mirada pesa como un velo caliente
contra mi mejilla. Cuando finalmente miro, su sonrisa burlona se ha convertido en una de
complicidad. "Pero tienes miedo".
Aparto la mirada de nuevo y trago.
“Lo entiendo”, dice. Su mano se dobla sobre mi muñeca y aprieta hasta que la miro.
La sonrisa de Lark es luz del sol y siempre está lista para compartir su luz brillante. "Tienes
razón."
Mi ceño se arquea. "¿Acerca de?"
“Que probablemente nunca volverás a conocer a alguien como él. Que probablemente
sea el único como tú. Que podrías estropearlo. O podría decepcionarte. O que tal vez su
amistad podría arder.
Tienes razón en cuanto a todas esas preocupaciones que rondan por tu cabeza.
Quizás todas sean ciertas. Pero tal vez no debería importar, porque todo el mundo se
equivoca. Todos nos decepcionamos unos a otros de vez en cuando. Y a veces las
mejores cosas salen del fuego”.
Mi voz es suave cuando le digo una simple verdad: "Nunca me has defraudado".
“¿Y si lo hago algún día? ¿De verdad crees que no me darías la gracia de corregir mi
error?
“Por supuesto que lo haría, Lark. Te amo."
"Entonces dale a Rowan un poco de gracia también".
Mi suspiro conflictivo no hace nada para limpiar un repentino estallido de nervios en
mi pecho. Lark empuja mi muñeca hasta que pongo los ojos en blanco. "Bien bien. Si
tengo una reunión en Boston, tal vez veré si él está libre para pasar el rato”.
“No es necesario tener ninguna excusa. Apuesto a que le encantaría verte. Solo
vamos. Aunque sea sólo para ser amigos en persona durante más de una vez al año. Lo
extrañas, ¿verdad?
Cristo, lo hago. Extraño su leve acento, su gran sonrisa y sus siempre presentes
chistes. Extraño sus burlas y su calidez y lo fácil que es ser yo mismo con él, lo agradable
que es dejar la máscara a un lado. Extraño la forma en que me hace sentir como si no
fuera una aberración, sino única.
"Sí", susurro. "Sí."
"Entonces vete", dice Lark mientras se acurruca debajo de la manta y le sonríe a
Keanu. “Ve y diviértete. Puedes hacerlo más de una vez al año, ¿sabes?
Nos quedamos en silencio mientras pienso en ello.

Y sigo pensando en ello.
…Por tres meses más.
Y ahora me quedo acurrucado en la entrada de unos grandes almacenes al otro lado de la
calle de 3 In Coach durante más tiempo del que probablemente haría cualquier persona en su
sano juicio, simplemente observando a los camareros y a los clientes mientras la prisa por el
almuerzo disminuye hasta convertirse en un murmullo de actividad más silencioso. Como un
auténtico acosador, he buscado todos los artículos sobre el restaurante desde su inauguración
hace siete años. Cada fotografía, hasta el final de los resultados de búsqueda de Google.
Cientos de reseñas. Incluso encontré los planos de la presentación del permiso de planificación.
Probablemente podría caminar por el lugar con los ojos vendados y ni siquiera he estado dentro.
Quizás sea hora de cambiar eso.
Mi labio inferior se desliza entre mis dientes mientras meto las manos en los bolsillos de
mi gabardina de lana y entro en el amargo mordisco de un viento primaveral inusualmente frío.
Al entrar al restaurante, me saluda el sonido de un estilo moderno pero sin alma.

música y una anfitriona rubia explosiva con una sonrisa brillante.
“Bienvenidos a 3 In Coach. ¿Tienes una reserva con nosotros hoy?
Una punzada de nervios recorre mi estómago mientras miro hacia el exterior.
Extensión de mesas de madera oscura y ladrillo visto. "No lo siento."
"Ningún problema. ¿Para cuantos?"
"Sólo yo."
La mirada de la mujer recorre mi cabello donde está sobre mi hombro antes de mirarme a
los ojos con una sonrisa disgustada, como si la hubieran sorprendido haciendo algo que no
debería. "Cosa segura. Justo por aquí."
Sigo a la anfitriona al comedor y antes de que pueda solicitar un lugar específico, ella me
lleva a una mesa semicircular a lo largo de la pared del fondo en lugar de a una de las mesas
más pequeñas en el centro de la sala. Retira los tres cubiertos innecesarios y comienza a
dirigirse hacia la cocina, pero entra un grupo grande, por lo que cambia de rumbo y los saluda.
La enormidad de lo estúpido que es esto comienza a filtrarse en mis venas como gusanos
retorciéndose. He dejado que estas emociones desconocidas se apoderen de mí. Cosas como
el anhelo. Y la soledad. Es como si me hubieran arrojado al océano, ahogándome en el oleaje,
y de repente me doy cuenta de que podría haber puesto los pies en el suelo todo el tiempo.
Podría haberme levantado y mantener la orientación. Todo fue sólo mi imaginación.
Debería simplemente irme. Esto es una tontería. Tonto y muy acosador. Tampoco en el sentido
de un acosador sexy. Más bien como un extraño y espeluznante asesino en serie acosador, que
rastrea. Así que necesito despegar antes de...
“Oye, mi nombre es Jenna y seré tu mesera esta tarde. ¿Puedo conseguir?
¿Tienes algo de beber?
Me siento, fingiendo que no estaba simplemente acercándome al final de la cabina, y miro a
Jenna. Es incluso más deslumbrante que la anfitriona, su rostro se ilumina con una sonrisa amplia y
genuina y su espeso cabello castaño rojizo recogido en una cola de caballo perfecta.
¿Por qué me estoy haciendo esto?

“Alcohol…” digo.
Jenna sonríe, sintiendo mi ansiedad. Es algo que siempre ha funcionado a mi favor. Una mujer
como Jenna, que despliega la carta de cócteles y sugiere algunas de sus bebidas favoritas, nunca
sospecharía que yo sería capaz de asesinar a alguien.
Todo lo que ve es a un científico de datos nervioso, desconcertado por la mujer hermosa,

amigable y extrovertida que acaba de pedirme una margarita de pepino congelada que, según ella,
es su favorita. Es cierto, estoy nerviosa y extrañada, no sólo por la opción de bebida que
aparentemente acabo de pedir, sino por todo este escenario de ser un intruso en un espacio que se
siente demasiado sagrado para ceder ante mis obsesiones.
Quizás necesito engrandecerme. Pensamientos positivos, recuerda mis puntos fuertes y toda
esa mierda. Porque por mucho que parezca tranquilo y asustado por fuera, también soy un asesino
en serie al que le gusta la vivisección y un poco de cartografía.
Y también disfruto de una competencia anual de asesinatos.

Y podría sentirme cada vez más atraído por otro asesino en serie y ahora
No estoy tan seguro de que Lark tuviera razón el año pasado, de que estoy perdiendo la cabeza.
Intento aferrarme a los pensamientos racionales que todavía nadan en la sopa de ansiedad de
mi cabeza como moscas ahogadas. Puede que Rowan ni siquiera esté aquí hoy. Está bien, eso es
mentira, pirateé el horario del restaurante y él se marcó para el servicio de almuerzo. ¿Y qué si él
está aquí? Rowan está en la cocina. Si me levantara para irme ahora mismo, él ni siquiera sabría
que estuve aquí.
Camino arrastrando los pies desde el borde del cojín hasta el centro de la cabina, donde estoy
protegida por el respaldo alto y curvo. Se necesita un minuto para concentrarse lo suficiente como
para leer el menú, aunque es breve y está bien escrito.
estructurado, pero cuando Jenna regresa con mi bebida verde brillante, estoy listo para
ordenar.
Y luego cocine en silencio.
Y bebe en silencio.
Y comer en más silencio.
Saco mi teléfono desechable y contemplo enviarle un mensaje de texto a Rowan,
pero termino guardándolo cuando la presión solo me pone más ansiosa. En su lugar, opto
por un bolígrafo y mi cuaderno, y paso a una nueva hoja de papel.
Me concentro en traducir la imagen en mi mente en tinta. El universo entero puede
colapsar en una sola página. Las distracciones disminuyen y mis pensamientos siguen
las líneas de tinta negra, ideas y conversaciones que existen en trazos de oscuridad
representados por mi mano. Incluso cuando Jenna trae las coles de Bruselas carbonizadas
y la sopa de curry de coco, apenas me doy cuenta, ajena al mundo que me rodea.
Al menos lo estoy hasta que se abre la puerta y un bullicioso grupo de siete personas
entra al restaurante. Levanto la vista para mirar a los ojos a un hombre que nunca he
visto, pero cuyos rasgos son inequívocamente familiares.
Pelo oscuro. Labios carnosos inclinados en una sonrisa. Tatuajes que suben por el
costado de su cuello desde debajo del cuello. Su brazo cubre los hombros de una
pequeña mujer morena, los anillos en sus nudillos tatuados brillan bajo sus perfectas
ondas. Es alto y de constitución poderosa. Incluso con su chaqueta de cuero y su suéter
grueso puedo decir que es básicamente una pared de músculos. Y con esos ojos oscuros
y depredadores que se afilan como una espada dispuesta a cortarme, sé que es un
problema.
Un gran problema llamado Lachlan Kane.
Aparto la mirada cuando Jenna regresa a mi mesa con mi postre, un filo de higos
Napoleón. “Lo siento mucho, pero ¿puedo conseguir una caja para esto y la factura, por
favor? Ha surgido algo y tengo que irme”.
La sonrisa de Jenna no falla. “Por supuesto, no hay problema. Ya vuelvo”.
"Gracias."
Cuando mi mirada vuelve a Lachlan, su atención está en una mesa larga en el centro
de la sala donde sus amigos están buscando sus lugares, algunos ya sentados, otros
charlando mientras se quitan los abrigos. Pero en el momento en que acerco mi chaqueta
al asiento para ponérmela, sus ojos vuelven a los míos, la diversión colorea sus tonos
oscuros con el tipo de luz que me pone nerviosa.
Dejo de concentrarme en mi boceto y me obligo a no levantar la vista mientras me

pongo la chaqueta sobre los hombros y abrocho los botones con un ligero temblor en los
dedos. Jenna llega con el postre en caja y le doy dinero en efectivo más que suficiente
para cubrir la cuenta antes de que se dirija hacia la mesa de Lachlan para recoger los
pedidos de bebidas. Cuando escucho un acento irlandés entre las voces, aprovecho
para salir corriendo, no sin antes arrancar el dibujo de un cuervo del cuaderno. Una parte
de mí sólo quiere dejar atrás un pedacito de mí mismo, existir en un lugar que signifique
algo para Rowan, aunque sólo sea por un momento. Quizás Jenna lo tire a la basura. O
tal vez lo cuelgue en algún lugar de la cocina. Tal vez permanecerá aquí mucho tiempo
después de que haya encontrado un agujero en el que arrastrarme y morir.
Tan pronto como se arranca la sábana, salgo de la cabina.

Llego a mitad de camino hacia la puerta con pasos apresurados antes de que una sola palabra
me detenga en seco.
"Mirlo."
La voz se escucha por todo el restaurante y estoy bastante seguro de que ahora
todos me están mirando.
Susurro una maldición, respirando profundamente hasta el fondo de mis pulmones
en un intento inútil de librar mis mejillas de una llama carmesí. Cuando hago un giro
lento sobre mi talón, mis ojos se fijan primero en Lachlan, cuya sonrisa es nada menos
que diabólica.
Y entonces mi mirada choca con la de Rowan.
Las mangas de su chaqueta de chef están arremangadas hasta los codos, algunas
motas de naranja salpican la tela blanca, que de otro modo sería inmaculada. Las
manchas son del mismo color que mi sopa y, por alguna razón, eso hace que el rubor
arda aún más en mis mejillas. Sus pantalones negros y holgados son increíblemente
sexys y adorables al mismo tiempo. Pero es su expresión la que me aprieta la garganta.
Está lleno de shock, confusión, emoción y algo caliente, algo que me quema por dentro.
La combinación produce un cortocircuito en mi cerebro hasta que todo lo que sale de mi
boca es una sola palabra chillada.
"Ey."
Rowan casi sonríe.
…Casi.
"Meg", ladra, dirigiendo su atención a la puerta principal mientras hace un gesto
hacia mí. "¿Qué carajo?"
Meg, la anfitriona, se queda inmóvil y el color desaparece de su rostro como si le
hubieran succionado la sangre con una pajita. "Oh Dios mío, estoy tan
Lo siento, cocinero. Quería venir a decírtelo, pero me desviaron”.

La mirada de Rowan se dirige exactamente a la cabina donde yo estaba sentado y luego a
Jenna, quien se acerca con una botella de spray y un trapo. La hoja de papel que dejé se
encuentra como una prueba condenatoria sobre la mesa, cruda y obvia contra la superficie negra
brillante.
"No toques esa maldita mesa", espeta Rowan.
Los ojos de Jenna se abren cuando se mueven entre nosotros, sus labios se doblan entre
los dientes para reprimir una sonrisa mientras gira sobre sus talones y se dirige a la barra.
Rowan la mira por un momento, su ceño se profundiza cuando ella le lanza una sonrisa por
encima del hombro.
Su mirada se posa en ese maldito dibujo.
Y luego se fija en mí.
“Sloane…” dice, acercándose unos pasos cautelosamente, como si tratara de no provocar
a un animal salvaje. "¿Qué estás haciendo aquí?"
Morir una muerte agonizantemente lenta y de mortificación, claramente. "Umm... ¿comiendo?"
Los ojos azul marino de Rowan brillan, una chispa fugaz se enciende en sus profundidades.
“En Boston, Mirlo. ¿Qué estás haciendo en Boston?
“Yo… estoy aquí por trabajo. Reunión. Una reunión de trabajo. No como aquí en el
restaurante, obviamente. En la ciudad. Ciudad. Ciudad de Boston”. Querido Dios, hazme parar.
Estoy ardiendo , mi chaqueta de lana atrapa el calor de mi cuerpo y lo amplifica hasta que estoy
seguro de que mi sangre se ha convertido en lava. El sudor me pica entre los omóplatos y trato
de no inquietarme, optando por retroceder un paso hacia la puerta en lugar de quitarme la
chaqueta para rascarme la piel.
La mirada de Rowan baja a mis pies y detiene su campaña para avanzar poco a poco,
formándose una arruga entre sus cejas en un ceño pensativo. "Quédate", dice, en voz baja y
tranquila. "Podemos sentarnos en el stand".
Una risa nerviosa brota de mis labios, su color oscurecido por mis pensamientos
autocríticos. El último lugar en el mundo al que quiero ir es volver a ese puesto donde dejé un
dibujo como el de una estudiante de secundaria tímida y patética, confundida y enamorada de
su primer amor.
Así que hago lo que haría cualquier patético estudiante de secundaria. Doy otro paso hacia
atrás hacia la puerta y me acuesto boca abajo. “De hecho, tengo que irme. Pero fue genial verte”.
Le dedico a Rowan una sonrisa de disculpa antes de girarme para caminar hacia la salida
solo para ser detenido en seco por Lachlan, quien está de pie como centinela entre mi escape y
yo. Se lleva un vaso de whisky a los labios y
toma un sorbo con una sonrisa diabólica. Estaba tan absorta viendo a Rowan y luchando con mis
emociones que ni siquiera noté que recibió su bebida, se levantó de la mesa o bloqueó mi acceso a
la puerta.
Mierda.
"Bueno, bueno", dice Lachlan a través de su sonrisa de come mierda. "Mierda. Apagado."
Rowan gruñe detrás de mí. “Lachlan…”
"Si no es la esquiva Sloane Sutherland", continúa Lachlan, haciendo girar el hielo en su vaso.
"Estaba empezando a pensar que eras producto de la imaginación hiperactiva de mi hermano".
"Siéntate, Lachlan", dice Rowan. Miro por encima del hombro hacia donde está rígido a poca
distancia detrás de mí, con las manos cruzadas en puños apretados.
“Lo que tú digas, hermanito”.

Lachlan levanta su copa en un brindis simulado antes de alejarse tranquilamente en dirección
a mi puesto.
"Toca esa maldita mesa y te arrancaré las malditas manos y las usaré para limpiarme el trasero
hasta el día de mi muerte", gruñe Rowan.
Lachlan se detiene, girándose lentamente para darle a su hermano una sonrisa tortuosa antes
de encogerse de hombros y regresar a su mesa, pasando lo suficientemente cerca del hirviente chef
para darle una palmada en el hombro y susurrarle algo al oído. Los ojos de Rowan se oscurecen,
pero nunca abandonan los míos. Incluso cuando mi mirada se mueve alrededor, cada vez que se
posa en él, él está allí, esperando.
"Sloane"
Una explosión de conversación animada entra al restaurante con una corriente fría.
desde la puerta abierta.
"¡Serbal! ¿Terminaste por hoy?
Me giro para ver a una hermosa mujer rubia entrar al restaurante con dos amigas igualmente
hermosas pisándole los talones, quienes están enfrascados en una animada conversación llena de
risas y confianza. La rubia camina directamente hacia Rowan. Ella nunca duda en los tacones de
aguja que acentúan sus piernas desnudas y bronceadas, su piel brilla como si acabara de regresar
de unas costosas vacaciones en un spa. Le lanza a Rowan una amplia sonrisa, ajena a la tensión
que acaba de hacer añicos en la habitación, cuyos fragmentos me cortan hasta el fondo.
centro.
"Hola, Anna", dice. Esas dos palabras parecen llenas de resignación mientras la mujer le pasa
un brazo por los hombros en un abrazo que él no le devuelve, aunque
ella no parece darse cuenta. Cuando lo suelta, se da vuelta y me ve por primera vez.
"Oh, lo siento, acabo de irrumpir, ¿no?" Ella me ofrece lo que parece una sonrisa
genuinamente de disculpa. Puedo decir que está tratando de evaluar si soy un cliente
descontento, o tal vez un crítico gastronómico, o un vendedor que suministra carne o verduras,
no es que parezca del tipo que se dedica a la jardinería.
No, Ana. Claramente estoy aquí para morir de vergüenza.
"Anna, ella es Sloane." Rowan hace una pausa como si considerara cómo debería explicar
cómo me conoce, pero no sale nada. "Sloane, esta es mi amiga Anna".
"Oye, encantado de conocerte", dice, y su sonrisa experta se transforma de una disculpa a

una bienvenida. “¿Vas a unirte a nosotros?”
Mi garganta está en carne viva. Mi voz sale con un tono áspero, chirriante en comparación
con el tono suave y brillante de Anna. “No, pero gracias por la oferta. Tengo que irme”.
"Sloane"
“Encantado de verte, Rowan. Gracias por el almuerzo, estuvo delicioso”, digo, haciendo
sonar la caja de higos Napoleón que tengo ganas de tirar al contenedor de basura en llamas
más cercano, al que pertenece el resto de mi vida.
Me encuentro con la mirada de Rowan sólo por un momento, y me arrepiento tan pronto como lo hago.
La resignación que había en su voz hace unos momentos ha llegado a sus ojos, arremolinándose
de desesperación y consternación. Es una combinación terrible que convierte el dolor de mi
corazón en un dolor agudo y punzante.
Le doy una última y fugaz sonrisa, sin esperar a ver qué efecto podría tener. La necesidad
de correr es tan fuerte que tengo que pensar en cada paso apresurado que doy hacia la puerta.
Probablemente no me queda mucha dignidad que salvar, pero al menos puedo obligarme a
caminar.
Entonces eso es lo que hago. Me alejo. Por la puerta principal. Por la calle.
Sin saber adónde voy. Sin recordar cuando tiro la caja de postre. Sin darme cuenta cuando la
primera lágrima caliente de vergüenza cae por mi mejilla.
Continúo hasta llegar a Castle Island, donde me detengo en la orilla y contemplo el agua
oscura. Y me quedo allí por mucho tiempo. Lo suficiente como para que el camino de regreso
al hotel parezca un camino interminable, como si se hubiera gastado toda mi energía.
Tan pronto como cruzo la puerta, enciendo mi computadora portátil el tiempo suficiente
para volver a reservar mis vuelos para la salida más temprana a la mañana siguiente, luego deslizo
acostarse y caer en un sueño inquieto.
¿Podemos hablar?
Recién estoy subiendo al avión. ¿Quizás cuando llegue a casa?
Sí, por supuesto, sólo házmelo saber. Viajes seguros.
Oye, ¿llegaste bien a casa el otro día?
Sí, lo siento. Simplemente ha sido caótico. El trabajo está a tope. Estoy en reuniones todo el día
pero te enviaré un mensaje de texto cuando pueda.
Lo siento, mi semana se salió un poco de control.
Y lo siento por presentarme en tu restaurante y no comunicarme contigo primero. Eso

fue raro de mi parte.
Cada uno de los últimos diez días desde que regresé de Boston ha transcurrido
en una neblina, y cada vez que mi teléfono suena con un mensaje, mi corazón se
desboca con un estallido de nervios. He estado esforzándome para llegar a este
momento, pero mientras presiono enviar en mi mensaje más reciente y coloco mi
teléfono desechable boca abajo en mi regazo, ya me pregunto si debería intentar
recordar el texto antes de que Rowan termine. una oportunidad de leerlo. Todavía
estoy mirando mi alfombra, atravesando las profundidades de la indecisión cuando el
teléfono suena en mi regazo.
No fue raro. Ojalá hubiera sabido que estabas allí. Ojalá te hubieras quedado.
Apago el teléfono y lo dejo sobre la mesa de café, luego dejo caer la cabeza.
en mis palmas y espero que puedan absorberme a otro mundo.
Uno donde no tengo que sentir nada.
Porque la venganza es fácil.
Pero todo lo demás es difícil.
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CREANCIA
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SERBAL
Observo desde detrás del olmo al otro lado de la calle cómo el chico al que pagué llama
a la puerta amarilla del 154 de Jasmine Street. La puerta se abre un momento después
y ella está allí, con la confusión grabada en su hermoso rostro mientras mira la bolsa de
papel que el niño empuja en su dirección. No puedo entender la pregunta que ella le
hace, pero capto su pequeño encogimiento de hombros antes de correr detrás del árbol
para evitar la mirada de Sloane mientras explora el vecindario. Mi sonrisa se extiende
mientras escucho atentamente el sonido de la puerta cerrándose y los pasos del niño
arrastrando los pies mientras sale de la casa para acercarse a mi escondite.
“Ya está, señor”, dice mientras agarra su bicicleta donde la dejó apoyada contra
el árbol.
“¿Ella preguntó de quién era?”
"Sí."
“¿Le cuentas algo?”
"No."
"Buen chico." Le deslizo al chico cincuenta dólares y él mete los billetes en el
bolsillo trasero de sus vaqueros. "A la misma hora mañana. Nos encontraremos en el
buzón de la calle, ¿sí?
"Fresco. Nos vemos."
Dicho esto, el niño se va en su BMX, cien dólares más rico para gastar en dulces
o videojuegos o lo que sea que compren los niños de doce años hoy en día. Se
comportará como un pequeño demonio si cumple con nuestro acuerdo.
Dale la bolsa. Apegate al guión. Cincuenta por la entrega, cincuenta cuando esté
hecha.
Saco mi teléfono desechable y menciono mi intercambio de mensajes de texto más

reciente con Sloane.
Ojalá te hubieras quedado, decía mi último mensaje. Y ella no respondió.
Eso fue hace más de una semana. Han pasado casi tres semanas desde que estaba
parada en 3 In Coach con una mirada de absoluta mortificación en sus ojos, como si hubiera
tirado su corazón al suelo sólo para que lo pisotearan.
Me quemó de una manera que nunca esperé. Pensé que podría convencerla para que se
quedara y hablara, pero el momento no podría haber sido peor: nuestros amigos vinieron al
almuerzo de cumpleaños de Lachlan. Al estilo típico de Sloane, su primer instinto fue
despegar, como una pluma en el viento del norte.
No puedo dejar que se aleje más o se me escapará de los dedos.
y nunca la recuperaré.
Estoy mirando alrededor del tronco del árbol hacia la casa cuando el teléfono vibra en mi
mano.
¿Orzo...?
Me apoyo contra la corteza y le sonrío a mi teléfono.
???
¿Entregaste pasta orzo a mi casa?
No tengo idea de qué estás hablando.

Pero... ya que está ahí, es mejor que lo saques.
Y si hay parmesano en la bolsa, probablemente deberías
empezar a rallarlo.
Ah, y pica un poco de ajo también, si lo hay.
¿Hay setas? Quizás lavarlos.
Los espárragos van bien como acompañamiento. ¿Hay espárragos?
Suena el teléfono y me obligo a esperar un momento antes de aceptar la llamada.
“¿Puedo ayudarte, Mirlo?”

"¿Qué estás haciendo?" Su voz es cautelosa, pero todavía detecto un leve rastro de
diversión debajo de su inquietud.
"No estoy seguro de lo que quieres decir."
“¿Entregaste comida a mi casa?” Hay una pausa. Me imagino que probablemente esté
revisando las ventanas, buscando alguna señal de mí. "Tengo comida,
Serbal."
"Bien por usted. Creo que eso te califica como un adulto de pleno derecho”.
Casi puedo oír los ojos de Sloane ponerse en blanco, casi puedo sentir el calor del rubor
arrastrándose por sus mejillas, si pudiera tocar ese polvo de pecas que salpica su piel.
Su larga y constante exhalación es el único sonido entre nosotros. La voz de Sloane es

melancólica y tranquila cuando pregunta: "¿Qué estás haciendo?"
“Lo que debería haber hecho el otro día. Estoy cocinando contigo”, digo.
“Vamos a lograrlo juntos. Pon el teléfono en el altavoz y empieza a rallar el parmesano”.
Otra pausa pesa el hilo entre nosotros hasta que parece que se va a romper.
Mi voz es baja, la diversión se desvanece cuando digo: “Ojalá te hubieras quedado, Blackbird.
Te habría llevado de vuelta a la cocina. Podríamos haber hecho algo juntos”.
"Estabas ocupado. Estaba... entrometiéndome.

“Habría hecho tiempo para ti. Eres…” Trago antes de que pueda decir
más de lo que debería. "Tu eres mi amigo. Quizás algún día mi mejor amigo”.
El silencio se prolonga tanto que me saco el teléfono de la oreja para comprobar si la llamada
se ha desconectado. Cuando la voz de Sloane llega a través de la línea, es poco más que un
susurro, pero aún así es más fuerte que un grito.
“Apenas me conoces”, dice.
"¿En realidad? Porque apuesto a que conozco tus partes más oscuras mejor que nadie. Así
como tú conoces las partes más oscuras de mí. Y a pesar de eso, todavía quieres salir conmigo. La
mayor parte del tiempo, de cualquier manera." Sonrío cuando el aliento de una suave risa de Sloane
recorre la línea. "Entonces, creo que eso te convierte en mi amigo, te guste o no".
Hay un largo latido de silencio, y luego el sonido de un cajón abriéndose, cubiertos crujiendo
en sus confines.
“¿Se supone que debo rallar todo este bloque de queso? Es del tamaño de un bebé pequeño”.
Sé que debo parecer ridículo, sonriendo como un jodido lunático junto a un

árbol, pero me importa una mierda. "¿Cuánto te gusta el queso?"
"Mucho."
"Lo suficientemente rallado como para hacer la cabeza de un bebé".
"¿Hablas en serio?"
“Dijiste que te gusta el queso. Ponte a trabajar, mirlo.
Un 'okaaaay' inseguro se filtra a través de la línea, aunque estoy seguro de que está
hablando sola y no a mí. El sonido metronómico del parmesano duro contra los dientes metálicos
del rallador genera una suave percusión en mis pensamientos mientras trato de imaginar cómo
sería su cocina, con Sloane parada en el mostrador con su cabello azabache recogido en un
moño desordenado y algunos Una camiseta vieja y genial atada a la cintura. Podría estar allí
con ella, acercándome detrás de ella, atrapándola contra el mostrador, mi polla presionada
contra ese puto culo redondo que sólo quiero morder, y luego... "Después de haber rallado
queso equivalente a la cabeza de un bebé". , ¿Qué
debería hacer después?" Sloane pregunta mientras el sonido del rallador continúa de fondo.
Por un segundo me pregunto si podría haber gemido en voz alta.

Me aclaro la garganta y de repente me quedo sin ver los ingredientes que puse en la bolsa.
para ella. "Uhh, lava los espárragos y corta el extremo de los tallos".
"Bueno."
El rallador continúa con un ritmo constante. Me paso la mano por el pelo y decido
arreglarme. “Entonces, dijiste que estabas en Boston por trabajo. ¿Una reunión?"
“Umm… sí”.
“¿Qué tipo de reunión?”
"Reunión de investigadores".
"Eso suena... aterrador".
Sloane suelta una carcajada. "Si y no. No son investigadores como los investigadores
policiales . Es lo que llamamos médicos del estudio que realizan nuestros ensayos en sus
clínicas. Una reunión de investigadores es donde los capacitamos a ellos y a su personal sobre
el estudio. Las reuniones sólo dan un poco de miedo si hay que hacer una presentación. Estar
en el escenario frente a un grupo de médicos puede resultar un poco intimidante. Podría haber
cincuenta personas en el público, podría haber trescientas. He hecho muchos, pero a veces
todavía me pongo nervioso cuando los técnicos me ponen el micrófono”.
“¿Un micrófono? ¿Como todo ese asunto del tipo Madonna y Britney Spears?
Sloane se ríe. "A veces."
Demasiado para decidirme a arreglar mis cosas.
La idea de una Sloane profesional con una maldita falda de tubo que se ajusta a sus curvas
y un micrófono de Madonna, parada en el escenario mientras manda a un grupo de médicos
con su voz ronca de cantante de lounge es la fantasía que nunca supe que necesitaba.
Estoy jodidamente perdido.

"Genial, genial..." digo, cambiando mi postura mientras mi polla prácticamente me

ruega que vaya hasta su puerta y la folle en la encimera de la cocina. “¿Puedo ir a ver?”
Sloane se ríe. "No…?"

"¿Por favor?"
“No, eres raro. No puedes venir a mirar”.

"¿Por qué no? Suena atractivo y educativo”.
Su risa ronca calienta mi pecho. “Porque, por ejemplo, todo es confidencial.
Y por dos, me distraerías.
Mi corazón se ilumina con fuegos artificiales. “¿Con mi cara bonita?”
"No. No." Ese "no" es totalmente un "sí". Prácticamente puedo ver el ardor de su
sonrojo a través de la línea telefónica. Desearía poder hacerle FaceTime, pero Sloane
sabría dónde estoy, parado al otro lado de la calle como un maldito tonto enamorado,
demasiado nervioso para asustarla para ir a su puerta, pero demasiado desesperado para
estar cerca de ella como para que realmente le importe. “Tengo queso equivalente a la
cabeza de un bebé. Ahora voy a hacer los espárragos”, dice con voz suave.
"Cuando hayas terminado, pon a hervir un poco de agua con sal".
"Bueno."
El corte comienza en el fondo y se extiende a través de la ausencia de la voz de
Sloane. Cierro los ojos y apoyo la cabeza contra el árbol mientras trato de imaginarme a
Sloane con su mano expertamente envuelta alrededor del mango de un cuchillo. No sé
por qué es tan jodidamente sexy, pero lo es. Al igual que pensar en ella en el escenario
con su pequeño micrófono Madonna. Igual que la imagen de Sloane en el stand de mi
restaurante, inclinada sobre un boceto.
“¿Por qué trabajas allí?” Pregunto abruptamente.
“¿En Viamax?”
"Sí. ¿Por qué no ganarse la vida con el arte?
Hay una pausa antes de que ella resopla. El rubor en su garganta y su pecho debe
ser absolutamente carmesí. "Realmente no voy a ganar dinero vendiendo dibujos de
pájaros, Rowan".
Me sorprende que haya ido allí, después de la forma en que miró hacia el stand de 3
In Coach , como si quisiera apuntar con un lanzallamas a ese dibujo que dejó atrás, y
probablemente a todo el puto restaurante. Pero por mucho que vaya directamente a ese
momento que claramente la avergonzó, sigue siendo un desvío. “Pero podrías. Podrías
hacer otro arte, si eso es lo que quieres”.
"Que no es." Sus firmes palabras resuenan entre nosotros como si estuviera esperando
que se asienten en mi cabeza. "Me gusta lo que hago. Es diferente de la carrera que imaginé
cuando era joven. ¿Quién lo hace, verdad? No muchos de nosotros terminamos siendo
entrenadores de delfines o algo así”. Ella se ríe y hace una pausa de nuevo, pero esta vez no
la presiono, contento de esperarla. “El arte a veces trae malos recuerdos. Me encantaba pintar.
Pintaría durante horas. También comencé a experimentar con la escultura. Pero las cosas…
cambiaron. Dibujar es como la base. Es todo lo que quedó cuando el resto se quemó, lo único
que todavía disfruto. Bueno, eso y mis webs, que me parecen arte”.
Puede que estos sean sólo pequeños trozos de Sloane, pero de todos modos los
conservaré. Mi arte nunca estuvo tan empañado que no pudiera soportar crearlo.
Me hace preguntarme qué podría despojar a Sloane del arte tan completamente que ya no
puede pintar ni esculpir, reducido a monocromo.
“Siempre quise ser chef”, ofrezco. “Incluso cuando era joven”.
"¿En realidad?"
"Sí." Me miro los zapatos mientras recuerdo la cocina de la casa de mi infancia en Sligo,
comiendo alrededor de la mesa pequeña con mis hermanos, los tres normalmente solos en la
casa oscura y poco acogedora. “Lachlan encontraría la manera de llevar comida a casa. Yo lo
cocinaría. Y nuestro hermano pequeño era un pequeño idiota quisquilloso a esa edad, así que
me volví bastante bueno creando sabores decentes con recursos limitados. Cocinar se convirtió
en una especie de escape. Un lugar seguro para que mi mente corra libre y explore”.
"Arte culinario. Literalmente."

"Exactamente. Y mi habilidad para cocinar probablemente hizo que los momentos difíciles
en casa fueran un poco más fáciles”. Al menos los ataques de ira de mi padre provocados por
la borrachera o las drogas no empeoraban con el hambre. Hubo algunas ocasiones en las que
se controló lo suficiente como para empujarme a la cocina y exigirme la cena en lugar de
derribarme. La cocina se convirtió en una especie de armadura. No es infalible, pero al menos
constituye una barrera. Algo para suavizar el golpe. “Tuve suerte, supongo. Sobrevivió.
Con el tiempo, se convirtió en otro mecanismo para que mis hermanos y yo construyéramos
una vida mejor”.
Sloane hace una pausa, su voz melancólica cuando dice: “Lamento que tú y tus hermanos
hayan pasado por eso. Pero me alegro por ti que tu arte haya sobrevivido”.
"Y lamento que ya no disfrutes de tu arte".

"Yo también. Pero gracias por enseñarme el tuyo. Puede que sólo haya rallado queso
equivalente a la cabeza de un bebé, pero…” hace una pausa para respirar profundamente, mientras
aunque armándose de valor, “me estoy divirtiendo”.

Jadeo teatralmente. "No, no puedes, eso no era parte de mi plan".
Sloane se ríe y yo sonrío durante el resto de la preparación del plato. Nos quedamos
en la línea mientras ella come e insiste en que busque algo para picar para que no cene
sola. Todo lo que tengo es una barra de granola que estaba aplastada en mi equipaje de
mano, pero la como de todos modos mientras hablamos de mierda al azar.
Raleigh. Bostón. Alimento. Bebidas. Todo. Nada.
Me voy cuando termina de comer y solo salgo de mi escondite cuando sé que está
ocupada en el fregadero.
Al día siguiente vuelvo. Espero detrás del árbol mientras el niño entrega la bolsa de
compras. Gana otros cien dólares. Sloane me llama y preparamos camarones con queso
feta asados y polenta. Traigo una ensalada preparada para poder comer con ella.
Hablamos de trabajo. Sobre diversión. Un poco sobre Albert Briscoe y las consecuencias
de nuestra fortuita visita a su casa. Se le han atribuido varios asesinatos y Sloane parece
complacido. Podría haberle dado un empujón a la policía en la dirección correcta, pero
no se lo digo.
Al tercer día, me escondo detrás de un árbol diferente, un poco más cerca de la
casa, donde puedo oírla cuando abre la puerta. Sloane acribilla al niño con preguntas,
pero él se resiste. Hay que reconocerlo, es bastante confiable.
Cuando miro desde detrás del baúl, puedo ver su frustración, pero claramente tampoco
quiere asustar al niño. Mientras recoge su bicicleta, le pregunto qué va a hacer con todo
ese dinero y me dice que está ahorrando para una PlayStation. Antes de irse, le doy
doscientos dólares más.
Sloane prepara bistec, un hermoso filet mignon Wagyu, con coles de Bruselas
carbonizadas a un lado. Ella es la más nerviosa por este. Sé que ella no quiere arruinarlo.
Pero ella no lo hace. Resulta un perfecto medio cocido. Ella tararea cada bocado.
Hablamos de nuestras familias.
Bueno, hablo de mis hermanos. Ella no tiene mucho que decir sobre el suyo. Sin
hermanos. Sin primos cercanos. Sus padres se mantienen en contacto durante su
cumpleaños y Navidad, pero eso es todo. Están demasiado inmersos en sus propias
vidas y no tengo la sensación de que ella quiera compartirlas. Quizás simplemente no
haya mucho que valga la pena recordar sobre ellos. Y lo entiendo mejor que la mayoría.
Al día siguiente, me escondo detrás del árbol por un largo rato y vigilo su casa. En
un momento, abre la puerta y da unos pasos afuera. Ella mira hacia la calle con el ceño
fruncido. Me deslizo fuera de la vista cuando su mirada se dirige hacia mí mientras
evalúa el otro extremo del camino. Pero no hay ningún niño. Nada de comestibles.
Vuelve a entrar y cierra la puerta. Las cortinas se apartan de la ventana para

volver a caer.
Después de unos minutos más, me alejo. Estoy en mi auto alquilado, conduciendo
hacia el aeropuerto cuando suena un mensaje de texto en mi grabadora. Pero me
obligo a no leerlo. No hasta que regrese a mi departamento en Boston.
Porque sé que si lo hago, existe la posibilidad de que arranque la maldita puerta.
avión para regresar a Jasmine Street.
Unas horas más tarde, tengo el teléfono firmemente en la mano cuando sirvo un
generoso trago de whisky sobre los cubitos de hielo que se están rompiendo. No es
hasta que estoy sentado en mi silla de cuero favorita, con los zapatos quitados y los
pies en alto, que miro la pantalla.
Obligarme a esperar es un delicioso tormento. El alcohol me quema
Garganta mientras abro el mensaje no leído de Sloane.
Te extrañé hoy.
También me di cuenta de que no puedo cocinar ni una mierda sin ti. Después de todo, no
creo que sea un adulto de pleno derecho.
Sonrío y tomo un largo sorbo de mi bebida antes de dejarla a un lado y escribir mi

respuesta.
Yo también te extrañé. La próxima vez que regreses a Boston para

otra de esas reuniones, prepararemos higo filo Napoleón en el
restaurante.
Al principio no estoy seguro de que ella responda, dada la hora tardía y el tiempo
que he dejado para enviar una respuesta. Pero casi de inmediato veo esos tres puntos
parpadear y luego:
Me gustaría eso.
Mis ojos se cierran mientras mi cabeza se apoya contra el cuero. Sonrío al pensar
en su rostro hoy mientras estaba parada en el porche delantero y miraba en ambas
direcciones buscando la entrega que no llegó. La decepción nunca había sido tan
dulce.
Mi teléfono vibra en mi mano.
Nos vemos en unas semanas para el juego. Amigos o no, todavía

voy a patearte el trasero. Solo para que sepas…
Sonrío en la penumbra.
Cuento con ello.
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DIJÓN
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SLOANO
Es un arte acorralar a un hombre como Thorsten Harris.

El primer truco consiste en acercarse a él en un lugar en el que se sienta seguro, uno en el
que crea que es el máximo depredador de su pequeño estanque porque ya ha cazado con éxito allí
antes. Como este lugar, Orion Bar, un salón de cócteles de lujo dentro de lo que ya sé que es la gama
preferida de Thorsten.
Está lo suficientemente lejos de su casa como para que sienta que es una aventura, lo suficientemente
cerca de su casa como para que atraer a su presa allí sea viable.
El segundo paso en el proceso es aprender lo que le gusta. Lo que le emociona. Lo que detesta.
En el caso de Thorsten, le gusta el vino tinto, la cocina impecable y las cosas caras. No siempre son
cosas bonitas ; de hecho, suelen ser llamativas y pretenciosas, pero aun así caras. ¿En cuanto a lo
que odia?
Malos modales. Y ñame, aparentemente. Luego tome todo ese conocimiento y comience a establecer
una relación con él.
Y el último paso es la parte complicada: tienes que hacerle creer que eres lo suficientemente
inteligente como para ser una conquista interesante; puedes ser una presa, pero vale la pena correr el
riesgo de llevarte un trofeo. Pero también tienes que parecer lo suficientemente tonto como para
aceptar voluntariamente su invitación a cenar en su casa mañana por la noche, a pesar de que él es
esencialmente un extraño.
…O puedes tirar todo eso por la ventana y simplemente ser Rowan Kane.
Un casco de motocicleta cae en el espacio vacío a mi lado en el sofá de cuero blanco.
Al instante, mi sangre se vuelve volcánica.

"Me alegro de verte por estos lados", dice Rowan mientras se deja caer.
junto a él con una sonrisa de come mierda.
Le doy una mirada muerta en respuesta.
Mi ferocidad sólo me hace ganarme un guiño antes de que él se incline hacia adelante con su
brazo extendido sobre la mesa de café hacia el hombre sentado frente a mí.
“Hola, un placer conocerte. Soy Rowan”.
“Thorsten Harris, el placer es todo mío”, dice mi compañero mayor y bien vestido
mientras acepta el apretón de manos. He pasado los últimos cuatro días tratando de
evitar este escenario exacto en mis intentos de arrinconar a Thorsten, quien ahora
Rowan sabe que es nuestro objetivo anual, aunque no parece saber por qué.
Pensé que finalmente había escapado de Rowan cuando salí del hotel y su auto
alquilado todavía estaba en el estacionamiento.
Claramente lo juzgué mal.
Y él está jodidamente eufórico por eso.
"Lamento interrumpir", continúa Rowan, listo para encender la mecha de cada
cañón de su arsenal de encanto. Apunta su jodidamente perfecta sonrisa a mi presa,
su piel brillante y sonrojada, probablemente por la emoción de perseguirme con éxito.
“Vi el auto de mi amiga aquí cuando estaba de paso y ha pasado tanto tiempo que
pensé que debería pasar y saludarla rápidamente”.
Y luego dirige toda la fuerza de su ataque de encanto hacia mí. "Hola, amigo."
“Qué alegría tan profunda es verte aquí, Rowan. Estoy muy emocionado”. Tomo
un largo sorbo de mi vino antes de darle una sonrisa forzada. El silencio entre nosotros
se extiende. Thorsten se mueve en su asiento y reprimo un gemido, consciente de que
ya estoy superando los límites de los modales de Thorsten. “¿Te importaría unirte a
nosotros?” Pregunto rígidamente. Mi sonrisa tiene un borde cruel que claramente dice
"vete a la mierda".
Y Rowan dice: "Estaría encantado".
Al cabo de un minuto, Thorsten le sirvió una generosa copa del caro Chianti.
Al cabo de cinco minutos, Rowan lo tiene riendo a carcajadas y aplaudiendo.
Dentro de las diez, Thorsten casi se tropieza consigo mismo al invitar a Rowan a
nuestra cena en su casa mañana por la noche, algo que he pasado toda la noche
orquestando como una aventura en solitario.
Dos horas más tarde, saldremos del elegante bar uno al lado del otro tras Thorsten,
con los planes para la cena de mañana grabados en piedra.
Y estoy furioso.
"Tengo que reconocerlo", susurro mientras Thorsten sube a su auto y lo despedimos. “Tu
truco de entrega de comestibles a mi casa fue muy lindo. Casi me engañaste con eso de cocinar
juntos.
"¿Engañado?" Los ojos de Rowan me recorren, brillantes e irónicos. "No estoy seguro de lo
que quieres decir, Blackbird".
"Me engañé al pensar que no ibas a darte la vuelta y convertirte en un dolor monumental en
mi trasero en la primera oportunidad disponible para el juego de esta temporada", digo. Él suelta
una carcajada y cruzo los brazos sobre el pecho mientras lo fulmino con la mirada. "Eres un
tramposo".
"No soy."
"Me has estado siguiendo incansablemente para descubrir a quién perseguimos en lugar de
buscar por tu cuenta".
"No está en el libro de reglas que no puedo".
“No tenemos un maldito libro de reglas. Pero deberíamos hacerlo. Regla número uno:
Haz tu propia puta investigación.
"¿Por qué, cuando puedo divertirme tanto siguiéndote?" La sonrisa de Rowan sólo se vuelve
más tortuosa cuando gruño en mi imitación más precisa de Winston. "Entonces... ¿quién es ese
tipo de todos modos?"
Resoplo y pongo los ojos en blanco antes de girar sobre mis talones y pisar fuerte hacia mi
auto alquilado. "Eres el peor", siseo mientras Rowan me abre la puerta del conductor. "Tú y tu..."
Agito una mano en su dirección mientras me deslizo en mi asiento. "Trampas".
Rowan resopla mientras se inclina hacia mi vehículo, su cara tan cerca de la mía que siento
cada aliento en mi mejilla. Intento ignorar la forma en que me retuerce el vientre con un tipo
diferente de furia. “Trampas. ¿Debo tomar esto como una señal de que has pasado de la
obscenidad de dragones al porno pirata?
“Tal vez sí”.
"Sabes, eres algo adorable cuando estás indignado".
"Y sigues siendo el peor", gruño mientras libero mi puerta de su agarre.
Se las arregla para moverse antes de que le golpee la mano, pero aún así atrapo su
risa burlona y sus palabras de despedida: "Algún día me amarás".
El día siguiente no es ese día.
No, no cuando Rowan se invita a mi desayuno para uno en el restaurante del hotel. Ni
cuando aparece en el centro comercial mientras compro un conjunto, a pesar de que carga mis
bolsos y me ayuda a elegir un lindo vestido sin mangas de estilo retro. Después de todo, es sólo
una estratagema para obtener una ventaja. Hijo de puta astuto. Y algún día definitivamente no es
hoy cuando estaciono en Thorsten's.
Gran casa aislada en Calabasas y la motocicleta alquilada de Rowan ya está allí. Está apoyado
contra él, caliente como el pecado con una chaqueta de cuero negra, su mirada recorriendo
desde los dedos de mis pies hasta mis ojos con una mirada que me prende fuego, y él lo sabe.
“Buenas noches, Blackbird”, dice mientras se baja del costado de la bicicleta.

"Carnicero."
Rowan se detiene frente a mí mientras me cruzo de brazos y levanto una cadera.
“Ese es un vestido bonito. ¿Alguien te ayudó a elegir eso? Quienquiera que sea, claramente tiene
un gusto impecable”.
"Gran sabor. Límites absolutamente cero”.
Él sonríe. "Estoy muy feliz de que estemos en la misma página".
Le pongo los ojos en blanco de la manera más dramática y estoy a punto de lanzarme hacia
él cuando la puerta principal se abre y Thorsten se para en el umbral con los brazos abiertos a
modo de saludo.
“Bienvenidos, mis jóvenes amigos”, dice, pareciendo listo para recibir a invitados ilustres. Su
cabello blanco está perfectamente peinado. Su esmoquin de jacquard burdeos brilla bajo el sol
poniente. La sonrisa que nos muestra tiene un filo oculto y agudo. "Por favor, entra".
Se hace a un lado y nos indica que entremos en la casa palaciega.

Comenzamos con cócteles en la sala de estar donde nos rodean libros de primera edición,
figuras de cerámica y pinturas, y me tomo el tiempo para apreciar el arte mientras Thorsten nos
ofrece un recorrido por su colección, con sus posesiones más preciadas cuidadosamente
etiquetadas. Incluso después de que él se fue, me quedo mirando por un largo rato una impresión
firmada a punta seca y aguafuerte de Edward Hopper llamada Night Shadows. El boceto muestra
a un hombre desde arriba mientras camina solo por una calle de la ciudad, la luz de la lámpara
proyecta profundas sombras a su alrededor. Algo en él parece siniestro. Podría estar acechando.
Podría estar cazando. Y cuando miro a izquierda y derecha, veo que la narrativa emerge del arte
que me envuelve.
A mi izquierda, una fotografía en blanco y negro de Andrew Prokos llamada Fulton Oculus
#2. La imagen evoca la sensación de un ojo siniestro y que todo lo ve, hecho de acero y vidrio.
A mi derecha, un cuadro de John Singer Sargent de una mujer sentada a la mesa. Se

enfrenta al espectador, con la mano alrededor de una copa de vino tinto. Un hombre está sentado
a su lado en el extremo derecho de la imagen. Pero no mira al espectador. Él la está mirando .
Más allá, una copia de El vals, de Félix Vallotton. Representa parejas bailando, pero
parecen casi fantasmales. La mujer en la esquina inferior derecha parece estar dormida.
Después…
Miro a Rowan, coloco mi cóctel en un posavasos y lo dejo en la mesa auxiliar, intacto.
Está inmerso en una conversación con nuestro anfitrión y no me nota.
Pero Thorsten sí.

"¿No bebes a tu gusto, querida?" Thorsten pregunta con una sonrisa tensa.
“Está delicioso, gracias. Sólo me guardo para tu maravillosa
colección de vino”, respondo con una inclinación de cabeza.
Su sonrisa parece más relajada cuando deja su propia bebida y
declara que es hora de pasar al evento principal.
"No puedo expresar lo feliz que estoy de tener un chef profesional en mi mesa esta
noche", dice Thorsten, llevándonos al comedor donde suena música clásica a bajo volumen
y velas parpadean entre las flores oscuras de un elaborado habitación central. Me señala
una silla de caoba cubierta con lujoso terciopelo rojo, la aleja de la mesa y la empuja hacia
atrás mientras me siento. "Y su encantadora compañera también, por supuesto".
"Gracias", digo, lanzando una sonrisa recatada a mi lugar. No sé nada sobre porcelana
antigua, pero estoy dispuesto a apostar que a Thorsten le daría un ataque perfecto si algo
de ella se rompiera.
Dejo ese pensamiento para más tarde.
Y hacen una pareja tan encantadora. ¿Cómo os conocisteis?
"Oh, sólo somos amigos", digo al mismo tiempo que Rowan dice "un
expedición en el pantano.
Nos miramos fijamente mientras Thorsten se ríe. “Parece que tú
Podría tener opiniones diferentes sobre el tema del estado de su relación”.
"Bueno, es difícil competir con los impresionantes camareros y los adorados clientes habituales
de la alta sociedad de Rowan", digo con una sonrisa enfermizamente dulce.
"Nadie compite con Sloane". Los ojos de Rowan se fijan en los míos, arrastrándome a
las profundidades de un mar azul marino. "Ella simplemente no se ha dado cuenta todavía".
Nuestras miradas permanecen fijas durante un latido que siento demasiado pesado en mi pecho.
Pero el momento suspendido se interrumpe demasiado cuando Thorsten se ríe y el estallido
de un corcho de vino rompe la conexión entre nosotros. “Quizás esta noche lo haga.
Inspirémonos en el arte de la cocina. Porque, como dijo Longfellow, "el arte
es largo, y el tiempo es fugaz, y nuestros corazones, aunque fuertes y valientes, todavía, como
tambores sordos, tocan marchas fúnebres hacia la tumba'”.
Rowan y yo intercambiamos una mirada mientras Thorsten se concentra en servir su vino,
y logro poner los ojos en blanco y captar su fugaz sonrisa en respuesta antes de que nuestro
anfitrión pueda mirar en nuestra dirección.
Cuando decantan mi vino en una copa de cristal grabado y Thorsten se ha sentado en su
silla, levanta su copa para brindar. “A nuevos amigos.
Y para algunos de nosotros, tal vez algún día algo más que amigos”.
“Por nuevos amigos”, repetimos, y una pizca de decepción inesperada se abre paso bajo
mi piel cuando me doy cuenta de que esperaba que Rowan repitiera la última línea del brindis.
Nuestro anfitrión toma un sorbo de su vino y yo hago lo mismo, pensando que debe ser lo
suficientemente seguro para beber si toma un trago largo. Levanta su copa y sonríe al vino
rubí. “2015 Tenuta Tignanello, Reserva 'Marchese Antinori'. Me encanta un buen Chianti”,
dice. Toma otro sorbo y cierra los ojos para respirar profundamente antes de abrir los párpados.
"Empecemos."
Thorsten toma una campanita al lado de su lugar y su tintineante melodía inunda el
comedor. Un momento después, un hombre entra con pasos lentos y cuidadosos, empujando
un carrito de servicio plateado hacia la mesa. Parece tener poco más de treinta años, es alto,
atlético, con hombros anchos que se inclinan como si los músculos hubieran olvidado
recientemente que tienen un trabajo que hacer. Los restos amarillentos de los moretones en
curación bordean sus ojos vacíos.
“Este es David”, dice Thorsten mientras David coloca un plato de entremeses delante de
mí. David no levanta la vista, simplemente regresa con dificultad al carrito donde busca un
plato para Rowan. "Señor. Miller no puede hablar. Tuvo un terrible accidente recientemente,
así que lo contraté como empleado”.
"Oh, qué amable de tu parte", digo. Mi estómago se retuerce por la incomodidad.
Pensé que Rowan podría haber descubierto con quién estábamos tratando desde ayer, pero
cuando lo miro, los primeros indicios de arrepentimiento comienzan a filtrarse debajo de mi
piel. Mis cejas se levantan cuando él encuentra mis ojos. '¿Aún no lo has descubierto, niño
bonito?' Intento transmitir con nada más que mis ojos muy abiertos.
Inclina la cabeza y me da una fugaz expresión burlona, una respuesta.

eso simplemente dice, '...¿eh?'
No. Definitivamente no se ha dado cuenta.
Esa punzada de arrepentimiento comienza a arder.
Cuando dejan el plato de Thorsten, David se va. “Crostini de queso de cabra

con tapenade de aceitunas”, declara Thorsten. "Disfrutar."
Intento que mi suspiro de alivio no parezca demasiado obvio cuando comenzamos el primer
plato. Es legítimamente bastante bueno, tal vez un poco salado, pero al menos es un comienzo
decente. Rowan encanta a Thorsten con elogios que parecen sinceros, y los dos hablan sobre
posibles mejoras que realzarían el plato.
Rowan sugiere higo para equilibrar la dulzura, y mantengo mi atención en nuestro anfitrión para
escapar de su mirada pesada. Se apoya en mi mejilla, quemando mi piel como una marca cuando
menciona el higo filo Napoleón del menú de postres en 3 In Coach.
Sigo la conversación, asiento y me río en los lugares correctos, pero en realidad no estoy
prestando mucha atención; estoy demasiado preocupada por cómo voy a comunicarle algo a Rowan
con el poder de mis expresiones faciales. solo.
Cuando termina el plato, Thorsten vuelve a llamar a David con el timbre, y este recoge nuestros
platos para regresar con sopa de gazpacho. Esta ronda está bien, nada especial, pero Rowan parece
contento y los dos discuten las variedades de tomate que Thorsten cultiva en la propiedad.
"Me encantaría ver tu jardín", dice Rowan después de los detalles de Thorsten.
las otras hierbas y productos los cultiva en el patio trasero.
La agradable máscara de Thorsten se desliza, un brillo salvaje se enciende en sus ojos antes
de que un parpadeo se lo lleve. "Oh, estoy seguro de que eso se puede arreglar".
Rowan sonríe, pero ésta es su sonrisa secreta y la conozco bien. Al menos es consciente de
que estamos en presencia de otro asesino, así que supongo que eso es una ventaja. Por un momento
tengo la esperanza de que tal vez Rowan sepa quién es Thorsten después de todo, y simplemente lo
ha estado manteniendo en secreto con la esperanza de ganar esta ronda de nuestra competencia.
Pero cuando Thorsten descorcha una nueva botella de vino, llena nuestras copas pero no la
suya y observa con interés depredador cómo Rowan toma un largo sorbo, sé que mis esperanzas se
han desvanecido.
Supongo que debería ser feliz. Esto se perfila como una victoria fácil. En realidad, sin embargo,
mi ansiedad hace que mi pecho se sienta como si me hubieran conectado a una red eléctrica.
Agradezco el mantel horriblemente adornado que protege de la vista mis piernas temblorosas.
Rowan toma otro generoso sorbo de vino mientras continúa la discusión culinaria. Thorsten
llama a David para que regrese por los tazones de sopa vacíos y le transmite instrucciones explícitas
para que traiga el plato de ensalada de un lugar específico.
estante en la cocina. Le está repitiendo los pasos a David por tercera vez cuando Rowan
me mira por encima del borde de su copa de vino con un parpadeo inquisitivo en sus cejas,
como si estuviera preguntando qué carajo está pasando.
"Lobotomía", le digo, tratando de que parezca que me estoy rascando la frente cuando
la golpeo y asiento hacia David. La cabeza de Rowan se inclina y pongo los ojos en blanco,
apretando los dientes. 'Lobotomía.' La cabeza de Rowan
se inclina en la otra dirección, su ceño todavía fruncido pero un atisbo de sonrisa
jugando en sus labios. Me señala sutilmente y luego a sí mismo.
'¿Me amas?' él articula.
Me golpeo la cabeza.
“¿Todo bien, cariño?” Thorsten pregunta mientras David se dirige a la cocina.
"Oh si por supuesto. Acabo de recordar algo que olvidé hacer en el trabajo antes de
irme. Pero está bien, lo haré por la mañana”. Thorsten sonríe ante mi excusa, pero es frágil
en los bordes, la incertidumbre sangra en su máscara.
“Tarde en la mañana a este ritmo. Este vino es un placer”, agrego con una sonrisa
encantadora. Él observa mientras me llevo el vaso a los labios y lo trago, aunque no dejo
que nada del líquido entre en mi boca. El engaño parece apaciguarlo y dejo mi vaso,
cruzando las manos sobre mi regazo.
La sujeción de Thorsten se rompe cuando el tranvía que se acerca chirría en el pasillo,
una sonrisa radiante y hambrienta reclama sus rasgos mientras su refinada máscara se
desprende. Pero Rowan no se da cuenta. Él simplemente me sonríe, balanceándose
levemente en su silla, un brillo vidrioso cubriendo sus ojos entrecerrados.
"Te ves tan bonita, Blackbird", dice cuando David entra a la habitación con
Tres platos cubiertos en el carrito.
El rubor arde en mis mejillas. "Gracias."
“Siempre te ves bonita. Cuando viniste al restaurante, dije...
Rowan tiene hipo dos veces y luego ahoga el siguiente con un trago de vino. “Dije: 'Sloane
es la chica más hermosa del mundo'. Y luego mi hermano me llamó 'maldito idiota' porque
podía tener todo el coño que quisiera en Boston, pero en lugar de eso hice un voto de
obstinación...
"Abstinencia."
"... abstinencia por una chica que no me quiere".
Estoy bastante seguro de que el rubor ha prendido fuego a mi piel y la fuente de la
llama es mi corazón incinerado.
Thorsten sonríe en mi periferia, claramente entretenido con nuestra conversación
durante la cena. Mis labios se abren, un aliento contenido arde en mi pecho. todo lo que manejo
decir es una sola palabra: “Rowan…”

Pero su atención se ha centrado en el plato que tiene ante él.
"Beef Niçoise", repica Rowan con una sonrisa encantada mientras toma el cuchillo y el
tenedor. Miro a Thorsten, que observa a Rowan con gran atención.
"Me encanta la ternera Niçoise".
“Sí”, dice nuestro anfitrión mientras se coloca en la lengua un trozo de carne cruda, fina como
un papel, doblada. "Niçoise".
"Serbal"
“Tengo mucha curiosidad por saber qué piensa, chef”, continúa Thorsten.
"Esta es mi versión especial de la versión tradicional".
"Rowan..." siseo, pero ya es demasiado tarde. Rowan ya se llevó un bocado de ensalada
a la boca y cerró los ojos mientras saboreaba la lechuga picada, las judías verdes, los tomates
cherry y... la carne de res.
"Esto es fantástico", dice, arrastrando las palabras. Toma otro tenedor de ensalada con
mano temblorosa y se lo mete en la boca, que ya está llena. “¿Aderezo dijon casero?”
Thorsten sonríe ante el cumplido. "Sí, usé una mitad extra".

cucharadita de azúcar moreno ya que la carne está jugosa”.
"Tan bueno."
Paso una mano por mi cara mientras Rowan logra sacar una pala más.
muerde su boca antes de desmayarse boca abajo en su plato.
Hay un momento de silencio. Thorsten y yo miramos fijamente al hombre que duerme en una
cama de ensalada con filete humano crudo en finas rodajas colgando de su boca.
Cuando Thorsten me mira a los ojos, es como si saliera de una neblina de euforia.
Pensó que estaba bebiendo mi vino. Cuando no estaba lo suficientemente borracho,

probablemente pensó que podría someterme fácilmente.
Pensó mal.
Sostengo la mirada confusa de Thorsten mientras empujo el pie de mi copa de vino y la
derrumbo sobre mi plato. El cristal se hace añicos, astilla la porcelana e inunda la ensalada con
vino color sangre.
"Bueno", digo, mientras me siento en mi silla, apoyando mi mano en la superficie de la
mesa con la hoja de acero aguada en mi palma. "Supongo que ahora somos solo tú y yo".
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Mi primer pensamiento consciente es una sola palabra, una que se desliza entre mis labios como si
estuviera atrapada en un almíbar viscoso.
"Sloane."
Mi segundo pensamiento es la conciencia del ritmo constante de la música. Al principio
estaba convencido de que eran los latidos de mi corazón, pero estaba equivocado. La voz
angelical de un hombre flota sobre tambores ligeros y una melodía de guitarra de ensueño
que me recuerda el desierto al atardecer.
Sloane tararea junto con la música que se arremolina a mi alrededor. Mientras canta
sobre cocinar a alguien y aplastarle la cabeza, me doy cuenta de que reconozco la melodía.
Cuchillos fuera. Radiohead. La voz rica y ronca de Sloane me llena el pecho de alivio. Sé
que ella está bien, gracias a la mierda. Porque no estoy bien.
Los gritos llenan la habitación y abro los ojos. Aparece un candelabro vagamente
familiar, cargado de cristales llamativos. Intento concentrarme en ellos mientras el resto de
la mesa gira en los bordes de mi visión.
"Solo... quédate... quieto..." dice Sloane, pronunciando cada palabra por encima de los
gritos confusos del hombre. "Yo diría que dolería menos si dejaras de luchar, pero eso es
una total mentira".
El hombre vuelve a gritar y vuelvo la cabeza hacia el sonido. Podría ser la cosa más
difícil que he hecho en mi vida. Siento que mi cabeza pesa cien libras.
El chirrido alcanza un tono febril. Sloane me da la espalda. Está sentada a horcajadas

sobre el aterrorizado hombre sentado en la silla a la cabecera de la mesa, protegiéndolo
de la vista. Parte de la noche pasa nadando entre la sopa de vino y los sedantes que
nublan mis pensamientos. Thorsten. El hombre es Thorsten. Y me jodió.
“Sólo un pequeño recorte. Ahí tienes”.

Los gritos cesan abruptamente y los hombros de Sloane se hunden por la decepción.
"Cobarde."
Se estira hacia atrás sin darse la vuelta, con el puño enguantado cubierto de sangre, y deja caer un
globo ocular cortado junto a otro que ya descansa sobre el plato de pan junto a mi cabeza.
Tengo arcadas.
Sloane se da vuelta al oír el sonido. “En el cuenco, Rowan. Jesucristo."

Se quita los guantes mientras se baja del hombre y levanta mi torso para que pueda vomitar en un
recipiente de acero inoxidable junto a mi cara. Sus manos se aferran con fuerza a mis hombros mientras
el vino tinto y la cena abandonan mi estómago.
"Mejor afuera que adentro. Confía en mí", se queja, su tono oscuro.
"El cabrón me drogó", me las arreglo para decir cuando finalmente los vómitos
Se detiene y me limpio la boca con una servilleta, mi mano está húmeda y temblorosa.
"Claro que sí."
"¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?"

“Un par de horas”, responde ella. Me pasa una botella de agua sin abrir con una mano y con la otra
arrastra el cuenco. Sloane mira hacia la puerta del pasillo, vacilante. "Necesito deshacerme de esto, pero
David me está asustando muchísimo".
“¿Te ha amenazado? Si te ha amenazado, lo juro por Dios.

—”
"No, en absoluto", dice Sloane, empujándome hacia la silla cuando intento ponerme de pie. Mi
cuerpo se inclina hacia un lado. Intenta sonreír, creo, pero le sale como una mueca. "Parece bastante
inofensivo".
"¿Entonces, cuál es el problema?"
"Él está comiendo. En la cocina”, dice. Sacudo la cabeza, sin seguir lo que ella está acostando. “Los
próximos cursos. La comida."
“Eso es lo que come la mayoría de la gente. Alimento."
El color ha desaparecido del rostro de Sloane. "Sí... la mayoría..."
“No lo entiendo…”
"Te comiste a una maldita persona", espeta.
Parpadeo hacia Sloane una vez antes de tirar el cuenco hacia atrás para volver a levantarlo.
“ Dios mío , Rowan, fue realmente asqueroso. Lo metiste dentro. No pude conseguir suficiente”.
Tengo arcadas.
“Te desmayaste mientras masticabas. Tuve que quitártelo de la lengua para que no te ahogaras.
La miro con ojos llorosos antes de vomitar de nuevo, aunque afortunadamente no queda
mucho de qué deshacerme.
“¿Sabías que era un asado de grupa? Torturé a Thorsten hasta que me dijo
a mí. Tuve que sacarte un culo humano de la boca.
“Al menos no te lo tragaste, Sloane. ¿Por qué carajo no me detuviste?
“Lo intenté, pero lo intentaste. ¿No te acuerdas?

Mierda. Me acuerdo.
Recuerdo mucho más que eso.
Sloane me observa demasiado de cerca. No es tan apática como intenta parecer. Cuanto más
la miro, más se desmorona su máscara de indiferencia y un leve sonrojo surge debajo de las pecas
que cubren sus mejillas y nariz.
Esta maldita chica. Entrando en pánico porque le di una idea de cómo me siento. Claramente
nerviosa por una conversación que está desesperada por no tener.
Listo para volar.
Y haría cualquier cosa para mantenerla cerca, incluso si eso significa tomar un
martillo en mi propio corazón.
"No." Sacudo la cabeza mientras mi mirada se dirige hacia la pieza central. “Lo último que
recuerdo es a David entrando por la puerta con el carrito. No recuerdo nada después de eso”.
Cuando levanto la vista, los labios de Sloane se contraen. Es casi una sonrisa. Sus ojos son un
poco más suaves.
Mierda.
Tal como sospechaba. Está jodidamente aliviada.
Absorberé el veneno de esta picadura ardiente. Dejo caer mi cabeza entre mis manos. Ella
nunca sabrá que recuerdo cada segundo de mi confesión vergonzosa y no correspondida. Nunca
olvidaré la forma en que su piel se sonrojó con un bonito tono rosado cuando dije que era hermosa.
Me habría arrastrado sobre la mesa para besar esos labios regordetes cuando se fruncieron
mientras contaba mis secretos entre nosotros.
Necesito que me atraviese mi maldito cráneo grueso. Ella nunca querrá más que esto. Pero
me niego a perderla. Sloane es la única persona en el mundo que puede mirar a mi monstruo y
encontrar un amigo. Y sé que ella necesita una amiga tanto como yo. Quizás más.
"¿Estás bien?" pregunta, su voz apenas es más que un susurro.

"Sí. Son sólo las drogas”, miento de nuevo. Hago un voto en este instante
que será la última mentira que le diga a Sloane Sutherland. "Me siento como una mierda".
Verdad.
“Me imagino que sí. Sé cómo va”, dice. Ella retira el cuenco cuando parece razonablemente
segura de que ya terminé. “Bueno, no la parte de la gente que come. No sé nada de eso”.
Le doy una mirada a medias que sólo sirve para iluminar su sonrisa antes de que se dé vuelta
y lleve el cuenco para dejarlo en el pasillo, murmurando para sí misma sobre cómo ocuparse de
ello más tarde. Se oye un gemido de dolor al final de la mesa y estoy un poco agradecida por tener
algo más en qué concentrarme además del ardor en mi garganta.
Miro hacia Thorsten. Y por primera vez, realmente me concentro en la escena que me rodea.
"Orb Weaver", susurro, mi aliento se detiene en mi pecho ante el hermoso horror de una
intrincada red que brilla a la luz de las velas.
"Sloane... ¿cómo?"
Su sonrisa es tímida mientras se aleja de la mesa encogiéndose de hombros. "Tuve tiempo
para matar".
Sloane camina hacia Thorsten. Su cabeza cuelga contra su pecho mientras la sangre gotea
por su rostro desde las cavernas sin luz donde una vez estuvieron sus ojos. Se mueve un poco y
gime antes de volver a caer en la inconsciencia.
“Casi terminado”, dice, dándole una palmadita en el hombro mientras se detiene para examinar
el patrón del hilo de pescar detrás de él que se extiende desde el suelo hasta el techo.
Algunas líneas se cruzan, otras se superponen una detrás de otra. Algunos son de calibre más
grueso que otros, las líneas más delgadas están atadas en delicados nudos para sujetar el hilo más
pesado en ángulos específicos o aproximaciones de curvas. En diferentes puntos y profundidades
hay finos trozos de carne que cuelgan de la red.
Sloane saca un par de guantes de látex de una caja sobre la mesa, luego una cinta métrica y
dos trozos de hilo de pescar precortado y de calibre más fino. Tararea la música de su propia lista
de reproducción a través de un altavoz portátil mientras ata el primero de los dos hilos en la red
sobre la cabeza de Thorsten, usando la cinta métrica para distanciar un metro de la primera cuerda
para colocar la segunda. Cuando terminan las medidas, regresa a la mesa y capta mi atención
embelesada con una sonrisa tortuosa.
"Tal vez quieras mirar hacia otro lado, muchacho bonito", dice, pellizcando el borde.
del plato de pan para deslizar los globos oculares más cerca de su extremo de la mesa.
"Vete a la mierda. No soy aprensivo”.
"¿Seguro?"
Mi estómago no está seguro.
“Normalmente no soy aprensivo. Estaré bien."
Sloane se encoge de hombros y arranca uno de los ojos del plato con cuidado.
dedos delicados. “¿Cien por ciento positivo?”
"Prefiero verte hacer adornos para la piel y adornos para los ojos que ir a
a la cocina y ver cómo está Lobotomía David. Sigamos con eso”.
"Me parece bien."
Sloane regresa a la red y enrolla con cuidado el primero de los dos.
Midió hilos alrededor del ojo para atraparlo en el filamento transparente.
"¿Realmente hiciste todo esto en un par de horas?" Pregunto. El dobladillo de su vestido sube
más arriba por la parte posterior de sus muslos mientras trabaja para atar la línea con nudos. Mi
polla se endurece con solo imaginar cómo se sentiría la curva de su trasero en mis manos, la
suavidad de su carne en mis palmas.
“Primero hago cada capa en el hotel. Es más fácil pegarlas en hojas sueltas y luego enrollarlas
para poder despegarlas cuando llegue aquí”, responde mientras señala con la cabeza varios trozos
arrugados de plástico fino como el papel en el suelo junto a la pared. "Sabía que quería ponerlo en
escena en el comedor, así que encontré las medidas en los registros del agente inmobiliario".
Sloane se acerca para recuperar el otro ojo y me regala otra sonrisa tímida antes de regresar
a la red con su premio. Tal como lo hizo con el primer ojo, enrolla el fino hilo de pescar alrededor
del orbe y lo ata a su obra maestra antes de retroceder para observar su trabajo.
“¡Voilá!” exclama al oído de Thorsten, pero él no se despierta. Ella lo observa por un momento,
empujando su brazo ensangrentado que está atado a la silla. Cuando él permanece inconsciente,
ella suspira y se vuelve hacia mí. Éste no es muy duro. Esta es la quinta vez que se desmaya”.
“Para ser justos, sacaste…”

“Álmate, Rowan. Le saqué los ojos”.
“Le arrancaste los ojos. Aunque no lo sé, Blackbird... ese agujero en el ojo
a la izquierda parece un poco hendido”.
Se inclina hacia Thorsten con el ceño fruncido, examinando las cuencas vacías de los ojos
mientras yo muerdo una sonrisa. “¿Su izquierda? ¿O mi izquierda?
“Su izquierda”.
"Vete a la mierda, no parece cortado", dice. Su duda se convierte en un ceño

fruncido cuando mira hacia atrás por encima del hombro y capta la diversión en mis ojos.
"Polla."
Me río y trato de evitar la cinta métrica mientras ella me la tira a la cabeza, aunque
todavía estoy demasiado borracha y drogada para evitar que me golpeen en el brazo.
Cuando la miro a los ojos, intenta parecer enojada, pero no lo está. "Dijiste antes que es
un mapa", digo mientras me froto el antebrazo. Ella asiente. "¿Cómo?"
Sloane sonríe y se acerca, quitándose los guantes mientras me mira con brillantes
ojos color avellana. Ese hoyuelo aparece junto a la comisura de sus labios mientras
extiende la palma hacia arriba. "Te lo mostraré, si crees que puedes mantenerte erguido
sin vomitar encima".
Le doy una palmada en la palma y ella se ríe, pero la vuelve a extender y esta vez
la agarro. La habitación da vueltas mientras me levanto. No estoy tan convencido de que
pueda mantenerme en orden, pero Sloane simplemente espera, paciente y firme. Su
agarre es un ancla. Cuando dejo de balancearme, ella sigue ahí, asegurándose de que
cada paso que doy sea firme mientras me lleva a su obra de arte.
“Esta es la balanza”, me dice mientras señala los ojos situados a un metro de
distancia sobre la cabeza inconsciente de Thorsten. "Un metro equivale a diez kilómetros
en este mapa".
Sloane me acerca más. El calor irradia de su cuerpo para calentar su aroma a
jengibre y vainilla. Ella me lleva al borde de la primera capa de hilo de pescar y luego
suelta mi mano para caminar detrás de mí. Sus dedos se envuelven alrededor de mis
brazos mientras se pone de puntillas para mirar por encima de mi hombro.
“Es difícil de hacer, pero intenta imaginarlo en tres dimensiones. Una capa es para
calles. Uno es para los humedales. Otro es para los suelos”, dice. Pone una mano
delicada a cada lado de mi cabeza y me mueve para que pueda ver las capas en ángulo,
donde la carne cortada está cuidadosamente atada en puntos específicos de la red.
“Si esos investigadores idiotas tomaran cada sección del diseño y la colocaran en capas
en el software ArcGIS, tendrían suficiente para hacer un mapa topográfico.
La pieza de su cofre en el centro de la red es esta casa. Cada dos fragmentos de
Thorsten representan el último paradero conocido de las personas desaparecidas que
ha capturado o matado”. El brazo de Sloane descansa sobre mi hombro mientras señala
un trozo de piel enrollado en un hilo de pescar. Su aliento calienta la cáscara de mi oreja,
provocando que se me ponga la piel de gallina en el cuello. “Eso es para un hombre
llamado Bennett a quien mató hace dos meses. Lo tomé del bíceps de Thorsten. B de
Bennett”.
Miro a Thorsten, que empieza a moverse una vez más. Le han cortado la manga, un
trozo de carne en carne viva y expuesto donde le han quitado la piel.
"Esto es mucho trabajo", digo mientras Sloane desliza sus manos de mi cabeza y se
mueve a mi costado.
Ella me mira, un toque de rosa sube por sus mejillas antes de sonreír y poner los ojos
en blanco. “Probablemente pienses que debería empezar a hacer crochet, adquirir doce
gatos y empezar a gritarles a los niños del vecindario que se salgan de mi césped”.
"Nunca." Me giro hacia ella y sostengo su mirada cautelosa. “Bueno, tal vez los gritos
a los niños del vecindario se disipen. Siempre lo toleraré. ¿Pero esto, Mirlo? Esto es arte."
Los ojos de Sloane se suavizan. Una leve sonrisa asoma en una comisura de sus
labios. Podría fácilmente inclinarme e inhalar su aroma. Podría besarla. Pasa mi mano por
su cabello azabache. Dile que creo que es brillante, astuta y jodidamente hermosa. Que
me divierta con ella. Que aunque me siento como una completa mierda en este momento,
estoy decepcionado de que el juego de este año casi haya terminado, porque odio verla
alejarse. ¿Qué tenemos ahora? No es suficiente. Quiero
más.
Pero me temo que intentar presionar para lograrlo sólo la alejará. Con la forma en que
se fue en el restaurante y el tiempo que tomó convencerla de que regresara, es un riesgo
que no estoy dispuesto a correr.
Doy un paso atrás y enmascaro mis pensamientos detrás de una sonrisa arrogante.
“Sin embargo, me sorprende que no tengas ya doce gatos. Me pareces del tipo que
acapara gatos.
Sloane me golpea el brazo y me río. "Jódete, chico bonito".
"Podrías ganar mucho dinero como influencer de arena para gatos en Instagram".
"Iba a dejarte hacer los honores y matar a este imbécil pretencioso, pero lo retiro por
completo". Con una mirada final que no tiene ningún veneno real detrás, Sloane se da
vuelta y regresa a la mesa para ponerse otro par de guantes de látex antes de tomar un
bisturí. Thorsten se mueve y gime, pero no está completamente consciente hasta que ella
gira la tapa de un frasco de sales aromáticas y se lo pone debajo de la nariz.
"Por favor, por favor para..."

“¿Sabes qué, Thorsten… o es Jeremy? Ese es tu verdadero nombre, ¿verdad?
¿Jeremy Carmichael? Sloane se detiene junto a su hombro y mira
su red, extendiendo la mano para tocar uno de los ojos que mira a través de la habitación.
"Me recuerdas a alguien que una vez conocí".
Los gritos de Thorsten se vuelven más frenéticos cuando Sloane pasa la punta de su
espada por su cuello. Un ligero rasguño recorre su piel y sonrío mientras se agita. Conozco
su proceso típico y sus próximos movimientos. Ella hará un corte preciso en su yugular con
un solo golpe y luego lo dejará desangrándose en su silla.
El toque final de color en su lienzo perfecto.
"Este hombre atraía a la gente con promesas de seguridad y atención sólo para ofrecer
lo contrario", dice mientras mira con desdén el cuerpo tembloroso de Thorsten. “Muy
parecido a ti, de verdad. Nos atrajiste con la promesa de una comida y buena compañía
sólo para drogarnos y engañarnos. Simplemente no salió del todo como esperabas,
¿verdad?
“Te lo ruego, lo siento, de verdad, yo…”
“¿David te rogó que dejaras de hacerlo cuando decidiste jugar a Barbie Lobotomía con
su cara? Apuesto a que te suplicó y te encantó el sonido. Pero lo curioso es, Sr. Carmichael,
que usted y yo tenemos algo en común. Te contaré un pequeño secreto”, dice. Una sonrisa
devastadoramente hermosa se dibuja en sus labios mientras se inclina cerca de su oreja.
"Me encanta el sonido cuando mis víctimas también suplican".
“No, no, no lo entiendes… ¡ David! ¡David, ayúdame!

Sus peticiones de ayuda quedan sin respuesta cuando Sloane retrocede y regresa a la
mesa para cambiar su bisturí por su espada de Damasco. La cabeza de Thorsten se
balancea de un lado a otro mientras pierde la pista de su paradero bajo sus gritos
desesperados y balbuceantes. Pero Sloane no emite ningún sonido mientras se acerca a
su presa. Se mueve como un búho en vuelo, fluida, silenciosa y elegante. Depredador y
poderoso.
“El hombre al que me recuerdas presentó al mundo una máscara tan civilizada, pero
en el fondo era un demonio. Prometió la mejor educación. Las mejores oportunidades para
estudiantes talentosos en las artes. Prometió un lugar seguro para aprender y la mejor
oportunidad de ingresar a las universidades más exclusivas para aquellos de nosotros
cuyos padres eran lo suficientemente ricos como para pagar el precio. Y como los míos
nunca estuvieron presentes, no se dieron cuenta del precio que realmente pagué”.
Todas las veces que pensé que mi alma era poco más que una puta piedra, Sloane
Sutherland demuestra que estoy equivocado.
Sus palabras resuenan en mi cabeza hasta que mi imaginación me lleva a cada
posibilidad oscura y terrible. Mi corazón golpea cada hueso en su camino hacia el
piso. Todo lo que queda detrás es un espacio negro que arde más con cada latido hueco.
“Podría soportarlo”, dice. “Podría arreglármelas. Tenía un final a la vista. Y en cierto

modo estaba aprendiendo. Estaba aprendiendo a mantener mi ira y mi oscuridad bajo una
máscara para poder seguir adelante en el mundo. Así que mantuve la boca cerrada mientras
regalaba pedazos de mí mismo. ¿Pero sabes cuál es el único precio que no pude pagar?
pregunta mientras se detiene detrás de Thorsten. Su sonrisa ha desaparecido. Ella mira al
frente, sus ojos casi negros en la penumbra. Su voz es baja y llena de amenaza cuando
dice: "El precio que nunca pude pagar fue Lark".
El hielo infunde mis venas. Un escalofrío se extiende por mis brazos. Me corre por la
columna.
“Ella era la única persona que me importaba. Cuando descubrí lo que él le estaba
haciendo, lo que ella había estado ocultando, yo también me oculté un poco. Esa misma
noche que ella me confesó los pecados de otra persona, esperé en las sombras. Hice un
voto en la oscuridad. Que acabaría con todos los que pudiera encontrar como él. Que no
pararía hasta encontrar lo peor, lo más oscuro, lo más depravado, y los borraría del mundo,
uno a la vez. Y me prometí a mí mismo que nunca más dejaría que nadie lastimara a alguien
que me importaba”.
Los brazos de Sloane se levantan a cada lado de la cabeza de Thorsten, el mango del
cuchillo empuñado con ambas manos, su piel blanqueada sobre sus nudillos.
“Esta soy yo cumpliendo mi promesa”, dice.
La música va aumentando a través de los altavoces. Es una puta virtuosa, rodeada de
su obra maestra. Espera una sola palabra del hombre debajo de ella, esperando la nota
perfecta.
"Por favor"
Sloane hunde la espada en el estómago de Thorsten.
"Ya que lo pediste tan amablemente, derramemos juntos la suciedad de tus entrañas",
grita, arrastrando el acero afilado hacia arriba a través de su abdomen con la melodía de su
grito abrasador.
La sangre y las vísceras brotan de la línea recta tallada en la carne de Thorsten.
Respiraciones pesadas surgieron del pecho de Sloane mientras liberaba el cuchillo, un toque
carmesí que manchaba la alfombra con el giro de su mano. El gemido de Thorsten se hace
más lento hasta que queda en silencio bajo la mirada amenazadora y vigilante de Sloane, y
con unas cuantas respiraciones finales e irregulares, muere atado a su ornamentada silla.
Una carga eléctrica nos rodea. El aroma de la sangre caliente perfuma el aire. La luz de
las velas parpadea en la web. Cada detalle se agudiza, como si el
El universo se ha reducido a esta única habitación.

Y Sloane, la diosa del caos, en el centro de todo.
Hay un escalofrío en su espada. Mi mirada sigue un camino lento a lo largo de su brazo.
Sus hombros tiemblan, su atención se centra en algún recuerdo lejano traído demasiado cerca
de una superficie turbia desde otro lugar en el tiempo. Lo sé porque a veces también lo siento,
como lo siento en ella ahora. Está sangrando en sus ojos apagados.
No se debe confiar en ninguno de nosotros. Podría volverse contra mí mientras esté

atrapada en esta niebla letal. Pero cuando veo el primer temblor en sus labios mientras una
lágrima se desliza por su mejilla pecosa, sé que correría cualquier riesgo por Sloane.
Me acerco con pasos cuidadosos y medidos. Ella no se mueve mientras le rodeo la
muñeca con la mano y le quito el mango de la hoja. Lo dejé en el regazo ensangrentado de
Thorsten y ella ni siquiera se movió sobre sus pies, su mirada todavía atrapada en otro
momento del tiempo.
"Estas bien. Lark está bien —susurro mientras deslizo un brazo por su espalda. Cuando
Sloane no reacciona, también la rodeo con el otro brazo, hasta que queda enjaulada en mi
abrazo. "Lo hiciste bien."
No hay ningún cambio en ella, ni siquiera cuando aprieto mis brazos o apoyo mi cabeza
en su hombro.
"Yo también estoy bien", continúo. “Aunque podría necesitar un poco de antiácido.
Algo en ese aderezo dijon casero simplemente no sienta del todo bien.
No estoy seguro de qué podría ser”.
Sloane suelta una carcajada y apoya parte de su peso contra mi pecho. Dondequiera que
haya ido, sé en este momento que puedo traerla de regreso.
“David podría tener algunos consejos para mí. Parece que no tiene problemas con la
cena”.
"Es realmente malo, Rowan", dice dentro de mi camisa, con la voz apagada.
“Cuando fui a la cocina a buscar el plato, tenía media salchicha colgando de su boca”.
"Eso no suena tan mal..."

"Estaba crudo".
“Está bien, sí. Eso es bastante malo”. Me trago las incómodas protestas de mi estómago
y limpio las imágenes de mi mente con una profunda bocanada del aroma a jengibre de
Sloane. No quiero dejarlo ir, pero el tiempo siempre juega en mi contra cuando se trata de ella.
Funciona en mi contra casi tan fuerte como ella.

Sloane se tensa en mi abrazo y la dejo ir antes de que pueda alejarse.

"Probablemente deberíamos ver cómo está", digo, desviando mi atención cuando ella me mira
con una pregunta en el ceño fruncido.
"Sí, supongo que probablemente deberíamos hacerlo".
Sloane se mueve a mi alrededor, con la mirada baja mientras sale del comedor. Cuando le
ofrezco tomar el recipiente de metal, ella se niega, alegando que podría derramarlo en las
paredes y darle el doble de trabajo de limpieza, pero no creo que esa sea la razón completa.
Quizás simplemente se siente culpable por no haberme hablado antes de Thorsten. Quizás
necesite algo más en qué concentrarse. O tal vez, sólo tal vez, sea porque quiso decir lo que
dijo. Que ella
le importa.
Reflexiono sobre su razonamiento mientras sigo a Sloane por el pasillo, con el cuenco lo
más lejos posible de su cara sin correr el riesgo de derramarlo. Sus pasos se hacen más lentos
hasta que se detiene y se detiene justo antes del umbral de la cocina. Cuando me detengo a su
lado, ella me mira con una mueca, la nariz arrugada y unas pequeñas salpicaduras de sangre
salpican su mejilla como un eco carmesí de sus pecas naturales. Si pudiera, se lo tatuaría
directamente en la piel.
Jodidamente adorable.
"Está demasiado tranquilo", susurra. "No me gusta".
“Tal vez se alejó”.
"O tal vez esté en coma de carne".
"Cristo. Demasiado pronto."
Nos inclinamos hacia adelante y miramos por la puerta.

David está sentado en el mostrador, balanceando las piernas y con la mirada vacía mientras
se lleva a la boca lo que parecen ser galletas y helado de crema directamente del recipiente.
"Eso es un alivio", digo mientras dejo escapar el aliento.

"Está viviendo su mejor vida". Los hombros de Sloane caen y observa a David por un
momento antes de dirigirse a la habitación con pasos cuidadosos como para no asustarlo. Él
sigue su movimiento mientras ella se detiene en el fregadero para deshacerse del contenido del
recipiente antes de mojar todo con lejía, pero él no se mueve, solo sigue excavando lentamente
en medio litro de helado.
Me apoyo contra el marco de la puerta y me cruzo de brazos mientras observo a Sloane
trabajar en el fregadero. "¿Cuándo supiste quién era Thorsten?"
"Casi de inmediato". Se encoge de hombros, con la atención todavía centrada en sus manos
mientras lava el cuenco más a fondo de lo que probablemente sea necesario. “Hace unos años
oí hablar de un asesino caníbal en el Reino Unido que no había
surgió recientemente. Cuando Lachlan nos dio la ubicación y investigué desapariciones

cercanas, encajaban en el mismo perfil que las víctimas en su ubicación anterior.
Después de eso, revisé las compras de bienes raíces locales de los últimos años y,
bingo, lo encontré”.
"¿Consideraste en algún momento que podrías querer darme una pista sobre un
caníbal que nos invitó a cenar?" Pregunto.
Sloane se encoge de hombros, su atención todavía sin dirigirse a mí. "Tal vez.
Sobre todo sólo cuando te estaba quitando carne humana de la lengua. Hasta entonces
no, no puedo decir que lo haya hecho. Después de todo, insististe en llegar a mi invitación
a cenar.
"Cristo."
Ella se ríe, claramente encantada consigo misma. Sus ojos brillan de diversión
cuando se vuelve hacia mí mientras se seca las manos con una toalla de papel.
“Al final funcionó bastante bien, ¿no te parece?”
"No precisamente."
Sloane sonríe mientras se dirige hacia David, cuya concentración se ve consumida
por el helado que tiene en la mano. Ella me lanza una mirada insegura antes de
detenerse junto a sus piernas oscilantes. “Hola, David. Soy Sloane”, dice. Él no reconoce
sus palabras, solo la mira mientras se mete una cucharada de helado en la boca. "Tal
vez deberíamos tomar un descanso de la comida, ¿qué dices?"
La sonrisa de Sloane es dulce, sus movimientos fluidos y elegantes mientras agarra

la tina con una mano, la cuchara con la otra, y luego suavemente los quita del agarre de
David. Él no protesta y renuncia a ambos artículos a petición de ella.
"Bueno", dice mientras se acerca a mí, su hoyuelo es una sombra de diversión
contenida mientras mantiene sus ojos fusionados con la sencilla bañera blanca que tiene
en la mano. Todavía está leyendo la etiqueta casera cuando se detiene frente a mí.
"Quizás nunca vuelva a ver el helado de la misma manera".
"No quiero saber".
“Ingredientes: crema—”
"Sloane"
"Azúcar"
"Te lo ruego", digo, pero tan pronto como la palabra "suplicar" sale de mis labios, la voz de Sloane
La sonrisa se enciende. Mi estómago se revuelve de la manera más incómoda.
Sloane se aclara la garganta. “'Semen, ordeñado del diez al trece de abril'. Es un
sustituto interesante de la sal...
Paso a su lado y vomito en el fregadero al escuchar su risa traidora. Cristo, pensé que no
quedaba nada, pero me equivoqué. Me toma un largo momento recuperarme antes de poder
enjuagarme la boca y el lavabo, mi respiración y mi equilibrio son inestables.
“Dios mío. Qué maldito bicho raro”, digo mientras me limpio una fina película de sudor de la
frente y me giro para mirar a Sloane, que está parada junto a David con los brazos cruzados y una
sonrisa de comemierda en los labios.
"Sí, era extraño".
"Todavía no estoy seguro de si estoy hablando de Thorsten o de ti".
Sloane se ríe y se encoge de hombros. “Tal vez sea divertido ver al chico bonito perfecto
un poco desordenado para variar.
Mi mirada oscura sólo parece divertirla aún más. “Creo que ya has visto mucho de eso”,
respondo mientras los recuerdos del juego del año pasado salen a la superficie. Todavía puedo
recordar el toque de Sloane mientras vendaba mis nudillos ensangrentados, todavía puedo sentir
el calor de sus dedos en mi piel.
“Eso fue diferente”, dice. “Eras tú en tu elemento natural.
Esto es… definitivamente no es eso”.
Resoplo en señal de acuerdo, pero no digo nada más.
“Pero me debes un poco más por la victoria de este año”, dice Sloane mientras se acerca.
Le doy una mirada sospechosa mientras me apoyo contra el fregadero de acero inoxidable.
"¿Cómo te imaginas?"
“Salvarte de la asfixia, por un lado. Pensé que era un poco obvio”, responde encogiéndose
de hombros. Se detiene justo fuera de su alcance mientras se muerde el borde del labio inferior.
"Creo que necesito hacer un reclamo".
"¿Una reclamación?"
"Un reclamo de victoria".

"Espera", digo, sacudiendo la cabeza. “No hice ningún reclamo de victoria la última vez.
año cuando golpeé a ese pedazo de mierda por espiarte.
"Para ser justos, también me espiaste".
Me burlo, pero suena forzado. "No."
"¿No? Según lo recuerdo, estabas prácticamente contra la pared, así de fuerte me escuchabas
mientras me corría.
"Estaba escuchando a ese hijo de puta de corbata rosa excitándose contigo.
Así que no”.
"Claro", dice con una mirada fija. Se gira hacia David y lo observa durante un largo momento
antes de girar sobre sus talones y atacarme con ferocidad.
en sus ojos verdes y dorados. "David."

Mi mirada viaja hasta la expresión vacía del hombre que está sentado en
la mesa de preparación, sus piernas todavía moviéndose en círculos. "¿Qué hay de él?"
"Dale un trabajo".
Resoplé una carcajada. "Un trabajo." Otra risa fuerte sale de mi pecho.
antes de que la realidad se asiente. Habla jodidamente en serio. "¿Qué carajo?"
"Me escuchas. Un trabajo." Los ojos de Sloane se estrechan cuando sacudo la cabeza.
Ella da un paso más y me lanza una mirada asesina. "No podemos dejarlo así".
"Seguro que podemos. Debería alegrarse de que no se lo comieran. Está a salvo.

Esquivó una bala. O un tenedor —digo.
“Y ahora no tiene nada. Podrías darle un lugar para trabajar. A proposito."
“¿Te has dado cuenta que estamos en Calijodidafornia? Vivo en Boston, Sloane. ¿Cómo
diablos voy a llevarlo de aquí para allá sin levantar sospechas?
"No lo sé", dice encogiéndose de hombros, con expresión indiferente ante este dilema que
ha dejado en mi regazo. "Si nadie ha reportado su desaparición, podrías simplemente... llevártelo".
“No es propio de Winston. No puedo simplemente ponerlo en una jaula para gatos y traerlo
conmigo”.
Sloane suspira y trata de controlar una mirada que está desesperada por desatar. “En mi
investigación no encontré nada sobre una persona desaparecida que coincidiera con su
descripción en el área. Si Thorsten quería un sirviente a largo plazo, probablemente eligió a
alguien cuya ausencia nadie extrañaría. Podrías simplemente decir que es tu hermano. No es
que les vaya a decir nada diferente”.
"Esta es una idea épicamente mala, Blackbird".

“Entonces déjalo en el hospital y vete. Si su reaparición llega a las noticias, podrías
comunicarte con él y ofrecerte para tenderle una trampa. Sólo di que te conmovió mucho su
historia o algo así.
"No soy." Miro a David, quien me observa sin una chispa de interés o conciencia. "Sin
ofender, amigo".
Él no responde.
Paso una mano por mi cara y la inmovilizo con una mirada suplicante. “Mira, Blackbird, es
lindo lo que estás tratando de hacer por él. En realidad. Pero es una petición enorme y quizá esté
mejor aquí. Estoy seguro de que tiene familia.
en algún lugar, gente que necesita saber dónde está y que querrá cuidar de él. Ni
siquiera sabemos qué puede y qué no puede hacer ahora, gracias a ese cabrón de
Thorsten.
"Apuesto a que podría lavar los platos". Sin inmutarse, Sloane se aleja de mí y se
acerca a David. Su mano rodea su muñeca y él mira su toque. "Ven conmigo, ¿de
acuerdo?"
Con unos suaves tirones, David se desliza fuera de la mesa y sigue a Sloane. Les
dejo espacio para que se detengan cerca de mí en el lavavajillas comercial. Ella toma
algunos platos y se los entrega a David antes de guiarlo hacia el estante, su sonrisa
alentadora, ese jodido hoyuelo llenándome a partes iguales de calidez y consternación.
“¿Puedes ayudarme con los platos, David? Simplemente los pones en la rejilla y
luego los abres así”. Ella le muestra cómo abrir y cerrar la máquina independiente antes
de guiarlo para que llene el estante, lo cual hace un poco más rápido de lo que esperaba.
Él avanza con éxito todos los siguientes pasos con su aliento y, cuando finaliza el ciclo,
saca la vajilla limpia y la deja enfriar en la encimera. "Eso fue asombroso.
¿Ves, Rowan? No tuvo ningún problema”.

Resisto el impulso de gemir cuando la brillante sonrisa de Sloane se posa sobre mí. "Para
Dios mío. Pareces un niño pidiendo dulces”.
"¿Por favor? Súper por favor. Un gran placer extra con cerezas encima”, dice
mientras se detiene frente a mí. Sus delicadas manos se enroscan alrededor de mis
bíceps en un toque inusualmente hacia adelante, sus uñas de color rojo sangre como
garras contra mi piel. “Incluso te daré un reclamo de victoria para compensar lo del año pasado.
Lo que quieras."
Trago y resisto el impulso de atacarla o huir. Mis pies
Me quedo plantado mientras mis ojos se estrechan con escepticismo. "¿Lo que yo quiera?"
Ella asiente, pero frunce el ceño como si estuviera empezando a darse cuenta de
en qué se ha metido.
Mi lenta sonrisa es perversa. "Estás cien por ciento seguro de esto".
Su cara se arruga. Mi sonrisa se extiende.
David eructa.
Y así, mi sonrisa desaparece. “Maldita sea. Voy a arrepentirme de esto, ¿no?
Sloane rebota en su lugar.

“Voy a cobrar”, advierto.
"Lo sé."
"Y me estás ayudando a limpiar".

"Pensé que eso era obvio, ya que acabo de lavar tu cuenco de vómito".
Dejé escapar un suspiro largo y pesado. "Bien", digo con un gemido, y Sloane sonríe.
Ella rebota en su lugar. Incluso podría haber un chirrido. No creo haberla visto nunca rebotar
o chillar, y no estoy seguro de que se trate tanto de David como de convencerme de algo que
ella realmente, realmente
quiere.
"Gracias", respira.
De un salto, me besa en la mejilla.
Y luego ella desaparece, el eco de su toque se desvanece como si nunca hubiera sido
real, sólo imaginado. Pero creo que capto el rubor en su mejilla cuando se da vuelta. Creo
que me lo oculta mientras reúne suministros para empezar a limpiar. De hecho, lo sé. Está en
la tímida sonrisa que lanza en mi dirección antes de bajar la cabeza y salir hacia el comedor.
Se necesitan unas horas de limpieza para borrar nuestra presencia de la casa de

Thorsten. Cuando terminamos, mantengo a David ocupado en la cocina cargando los mismos
tres estantes de platos una y otra vez, y luego acompaño a Sloane afuera.
Nos quedamos en silencio, ambos mirando las pocas estrellas cuya luz atraviesa la
contaminación de la ciudad que se extiende más allá de las oscuras colinas. Hace sólo unas
horas sentimos como si el universo se hubiera derrumbado sobre nosotros. Todo su poder se
pulió en una sola espada. Y ahora somos un fugaz soplo de tiempo bajo la luz de las estrellas.
Es la voz de Sloane la que rompe la noche.

"Creo que ahora somos oficialmente mejores amigos", dice.
"¿Oh sí? ¿Quieres ir a hacer karate al garaje?
Sloane sonríe a sus pies. Su hoyuelo es una sombra a la luz del porche. Mi corazón
todavía da vueltas cuando su sonrisa se desvanece.
“Por cierto, mentí”, dice.
Desearía que me devolviera la mirada, pero no lo hace. Ella no puede hacerlo.
Entonces me tomo un segundo para memorizar los detalles de su perfil, porque sé que viene
la parte más difícil, tal como sucedió el año pasado, tal como sucedió en el
restaurante.
“¿Mentir sobre qué?” Pregunto.
La delicada columna de su garganta se mueve mientras traga.
Y luego gira la cabeza, lo suficiente para mostrarme sus ojos y una sonrisa melancólica
que se eleva en una comisura de sus labios, y el leve rastro de su hoyuelo aparece a la vista.
"Bostón. No estuve allí para una reunión”.

Sus palabras resuenan en mi cabeza, y antes de que pueda asimilarlas o preguntar qué
quiere decir, se sube el bolso al hombro y se aleja.
No sólo odio esta parte. Lo detesto .
“Nos vemos el año que viene, Butcher”, dice, y luego se mete en su coche y desaparece
en la noche.
Yo también mentí, quiero decir. Pero simplemente no tengo la oportunidad.
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SLOANO
"METRO tetas minerales”.
"¿En serio?"
"Más. Tetas."
Miro mi vestido negro y vuelvo a la pantalla del portátil donde Lark
tiene sus manos debajo de sus senos, empujándolos hacia arriba.
Un profundo suspiro pasa por mis labios. Mi corazón ha estado latiendo con fuerza durante la
última hora.
¡Y sólo piensa! Sólo queda otra hora.

Mi ritmo cardíaco se duplica.
"¡Hazlo a lo grande o vete a casa, Sloaney!" Lark suena a través del altavoz del portátil.
"¡Tetas!"
Un gemido conflictivo retumba en mi pecho. "Bueno…"
"¡Ese es el espíritu!"
Resoplo con una risa inestable y me dirijo a mi equipaje para coger lo que Lark llama el "vestido
de emergencia". Es un vestido de cóctel de terciopelo color sangre de inspiración vintage, que abraza
las curvas, con detalles de encaje festoneado negro que roza el escote escotado. Se adapta como
una segunda piel. Me cambio fuera de la vista de Lark y me pongo un par de simples zapatos negros,
contemplando mi reflejo en el espejo que llega hasta el suelo al lado del televisor. Me siento como
una pinup de película retro. Con una respiración profunda y un último deslizamiento de mis manos
sobre las ondas de la suave tela, salgo a la vista de la cámara.
“Ese es”, dice Lark con aplausos felices mientras salta en el borde de su cama en Raleigh.
"Cien por ciento. Cabello suelto. Haz algunas olas del viejo Hollywood. ¡Estrella de oro! ¡Dos estrellas
doradas! Uno para cada teta”.
Ella totalmente haría una estrella dorada en mis tetas si estuviera aquí en la habitación. Siempre
lleva consigo calcomanías de estrellas doradas, principalmente para los niños con los que trabaja
como musicoterapeuta cuando no está de gira actuando, pero no tiene miedo de mostrárselas a los
adultos también.
"¿Estás nervioso?" pregunta mientras recojo la computadora portátil y la llevo al baño para
poder comenzar con mi cabello.
"No, por supuesto que no", digo inexpresivamente mientras Lark levanta una ceja escéptica en la
pantalla. "Estoy jodidamente aterrorizado".
Y exitado. Y sacudido. Y un poco de náuseas.
Han pasado casi ocho meses desde que vi a Rowan en persona. Durante los primeros seis
meses hablamos casi todos los días, de una forma u otra.
A veces solo textos breves. A veces, simplemente un meme, un artículo que a la otra persona le
gustaría o un vídeo divertido. En ocasiones, eran videollamadas largas. Pero últimamente, desde
que ha estado trabajando en la apertura de un segundo restaurante, ha disminuido. Aunque respondo
de inmediato cuando me envía un mensaje, a veces le toma una semana enviar una respuesta breve.
Superficialmente me parece la situación ideal. Hay menos presión. No estoy acostumbrado a

tener gente cerca. Incluso cuando Lark y yo nos hicimos cercanos en el internado, me tomó mucho
tiempo sentirme cómodo con ella. Ella es algo así como Rowan en la forma en que me desgasta,
superando las defensas que he mantenido en torno a mi naturaleza solitaria. Su luz es imparable.
Atraviesa cada grieta. Y ahora, después de los años que han pasado desde que nos conocimos, la
extraño cada vez que se va.
Como lo extraño.
"Esas tetas lo dejarán anonadado", dice Lark.
Resoplé una carcajada. "No sería la primera vez". Mi sonrisa se desvanece rápidamente
mientras enchufo mi rizador y me paso un poco de crema para peinar por el cabello con los dedos.
"Necesito algo más que solo tetas".
"Tú también tienes asesinato, eso le gusta".
Pongo los ojos en blanco y la miro fijamente a través de la pantalla. “Senos más
Un asesinato no equivale a una relación, Lark. Esas matemáticas no son matemáticas”.
Nos quedamos en silencio mientras empiezo a hacer los primeros rizos. Está bromeando sobre
la parte del asesinato, por supuesto. Yo sé eso. Y sé lo que siento por Rowan.
Cuanto más hablamos, más reímos y jugamos, más no puedo imaginar mi vida sin él. Pero estoy
jodidamente asustado. Más miedo de querer algo más allá de una amistad con Rowan que de
cualquier otra cosa que haya hecho en mi extraña y poco convencional vida.
Realmente no hay mucho que me asuste, como si esa sensación se hubiera

embotado. Entonces, ¿por qué esto? ¿Por qué esto calienta mi piel, resbala mis
palmas y carga mi corazón con latidos galopantes?
Yo se porque.
Porque aparte de Lark, nadie se ha quedado. Ni siquiera mis padres.
¿Qué pasa si no valgo la pena conservarme?

"Oye", dice Lark, su suave voz es un salvavidas en la resaca de la oscuridad.
pensamientos. "Esto va a ser genial".
Asiento con la cabeza. Mis ojos permanecen fusionados con mi reflejo mientras enrollo otro rizo alrededor
del metal caliente.
¿Qué pasa si entendí todo mal? ¿Qué pasa si todo lo que siento está en mi
cabeza? ¿Qué pasa si me ha estado evitando? ¿Qué pasa si no soy digno de ser
amado? ¿Qué pasa si me pasa algo que no se puede solucionar? ¿Qué pasa si intento
hacer algo más con Rowan y lo arruino? ¿Qué pasa si no quiere volver a verme nunca
más? Podría irme ahora. ¿Qué si hago? ¿Y si, y si, y si…? “Sloane.
Sal de tu cabeza y habla conmigo”.
Las lágrimas me llenan los ojos cuando los bajo hacia la pantalla. me trago el
Dolor que se está acumulando en mi garganta.
“Tiene una gran vida, Lark. Muchos amigos. Tiene otro restaurante que está casi
listo para abrir. Tiene a sus hermanos. Yo sólo... Me encojo de hombros y paso el
pulgar por debajo de mis pestañas. "No sé si lo que tengo para ofrecer se compara
con todo eso, ¿sabes?"
"Oh, Sloaney." Lark se lleva una mano al corazón. Su labio tiembla pero pone una
expresión decidida mientras toma su computadora portátil y acerca la cámara a su
cara. "Escúchame. Eres increíble, Sloane Sutherland. Eres brillante, valiente y leal
hasta los confines de la tierra. Te propones algo y lo logras. Trabajas duro. Eres
gracioso. Me haces reír cuando creo que no puedo. Sin mencionar que estás muy
bueno. Hermosa cara. Tetas de estrella dorada.
Mi risa sale ahogada. Dejo mi rizador y me agarro del borde de la encimera

mientras sacudo la cabeza y trato de respirar para superar el escozor en mi
nariz.
“Tenías que encontrar consuelo estando solo porque no tenías otra opción.
Pero por mucho que te guste, también te sientes solo”, continúa Lark. “Sé que tienes
miedo, pero mereces ser feliz. Así que pon algo de esa valentía en
Úselo usted mismo para variar. Rowan tendría mucha suerte de tenerte.
Me muerdo el labio y me miro los nudillos blanqueados.

Lark suspira. "Sé lo que estás pensando, cariño", dice. "Está escrito por toda
la cara. Pero no eres digno de ser amado, Sloane. Porque te quiero . Y él también
podría hacerlo, si le das la oportunidad. Le dijo esas cosas tan dulces sobre ti al
tipo caníbal, ¿verdad?
“Sí, pero estaba cargado y no en el mejor espacio mental, ¿sabes? Además,
fue hace un año. Ni siquiera recuerda haber dicho esas cosas”.
"Tal vez sea así, pero él te pidió que vinieras hasta allí para verlo, ¿no?"
“Le debía una victoria. Además, es su cumpleaños dentro de dos días, realmente no podría
decir que no”.
"Cariño", dice sacudiendo la cabeza, "Rowan podría haber pedido
alguien más que lo acompañara si así lo deseaba. Él te lo preguntó”.
Tiene razón, podría haberle preguntado a otra persona. Cuando llamó el mes
pasado para reclamar la victoria que le debía desde West Virginia, dijo que quería
divertirse en la Gala anual Best of Boston, para variar. “Eres la única persona con
la que puedo divertirme de verdad ”, dijo cuando habló por FaceTime con la
solicitud.
Podría haber retrocedido. El momento no es el ideal: mañana a primera hora
tengo que salir para una reunión en Madrid. Pero no retrocedí.
Honestamente, me sentí aliviado de escuchar su voz después de semanas de casi
nada. Le dije que mantendría mi parte del trato y luego cambié mis vuelos para
poder ir a la reunión desde Boston en lugar de Raleigh.
Y ahora aquí estoy, preparándome para pasar la noche con Rowan, sin tener
idea de qué esperar.
Respiro profundamente y libero mi garra del borde del mostrador.
"Tienes razón."
"Lo sé. Normalmente lo soy”, dice. Encuentro la mirada de Lark a través de la
pantalla y ella me guiña un ojo. “Ahora peinate, maquíllate y diviértete. Te lo
mereces."
El beso que le lanzo a Lark es captado y ella finge presionarlo en su mejilla
antes de devolvérmelo. Me regala su sonrisa de megavatio y luego desconecta la
videollamada. Cuando ella se va, pongo algo de música, una lista de reproducción
de canciones de Lark mezcladas con otras que me recuerdan a ella. Y yo
piensa en ella. De todo lo que ella dijo. Cuánto más rica ha sido mi vida desde que ella pasó
a formar parte de ella.
Estoy lista para irme, sentada en el borde de la cama con una rodilla rebotando, cuando Rowan
me envía un mensaje de texto para decirme que está abajo, en el vestíbulo.
Una última mirada en el espejo y luego salgo por la puerta, con el bolso de mano
agarrado con fuerza. El viaje en ascensor es el más largo de mi vida.
Cuando finalmente se abre la puerta, él es lo primero que veo al otro lado del vestíbulo del
hotel, con su amplia espalda frente a mí y su cabeza inclinada.
Mi teléfono suena en mi bolso. Lo saco y leo el mensaje.
Seré el chico lindo con un traje negro.
Puedo ver eso. Pero no estoy seguro de cómo voy a evitar que
se te suba a la cabeza si te ves tan bien.
La cabeza de Rowan se levanta de golpe y se gira hacia mí. Es tan hermoso que me
roba el aliento de los pulmones. Lleva el pelo recogido hacia atrás, el traje perfectamente
confeccionado, los zapatos lustrados y su momentánea conmoción eclipsada por una brillante
sonrisa. Se guarda su teléfono en el bolsillo mientras cruza el vestíbulo a grandes zancadas,
sin apartar sus ojos de mí.
Cuando se detiene a mi alcance, sus ojos recorren cada centímetro de mi cuerpo,
absorbiéndome descaradamente. Siento su mirada en todos los lugares que toca. Mis labios,
rojo carmesí. Mi cabello, las ondas retenidas a un lado por un pasador brillante en forma de
estrella. Mi cuello, rociado con el perfume Five O'Clock Gingembre de Serge Lutens y
decorado con un sencillo collar de oro. Mis pechos, como era de esperar, y su atención
permanecen allí por un momento antes de bajar hasta los dedos de mis pies y volver a subir.
"Pareces..." Sacude la cabeza. Golondrinas. Se mueve sobre sus pies. “Te ves preciosa,
Mirlo. Estoy tan feliz de que estés aquí”.
Él cierra la distancia entre nosotros y me envuelve en un abrazo, y yo le devuelvo los
brazos, mis ojos se cierran mientras aspiro profundamente su aroma, salvia cálida, limón y
un toque de especias. Por primera vez en las últimas horas, mi corazón se desacelera a
pesar de que todavía golpea mis huesos con fuertes latidos. Hay algo en esto que me parece
extraño pero, de algún modo, correcto.
Rowan me libera de su abrazo pero sostiene mis brazos entre sus cálidas palmas. Y
luego los labios presionan mi cuello donde mi pulso se acelera.
Me quedo sin aliento cuando el beso dura un momento, el tiempo suficiente para grabarse
en mi memoria por la eternidad.
Hay una carga eléctrica en el aire entre nosotros mientras él se aleja para mirarme con una
sonrisa torcida. No tengo ni idea de cómo un hombre puede parecer tan engreído y al mismo
tiempo sonrojarse, pero es embriagador. "Habría besado tu mejilla", dice mientras sus dedos
trazan mi piel donde sus labios estaban presionados, "pero no quería arruinar tu maquillaje".
Mis labios se aprietan alrededor de una sonrisa que suplica ser liberada. Sé que puede ver
la forma en que mis ojos bailan con sorpresa y diversión. Se lo come. "¿Cuál es tu punto de
vista, chico bonito?"
"Para hacerte sonrojar, por supuesto." Me guiña un ojo y luego toma mi mano, aparentemente
sin tener idea de la cacofonía de pensamientos que se desata en mi cabeza con el simple toque
de su palma con la mía. "Vamos. El auto está esperando.
Vamos a pasar una noche divertida, Blackbird. Garantizado.”
Rowan nos guía hacia las puertas del vestíbulo y el camino circular donde está estacionado
un Escalade oscurecido, un conductor esperando junto a la puerta trasera del pasajero que abre
cuando nos acercamos. Rowan me sostiene la mano mientras subo al vehículo antes de que él
camine hacia el otro lado, y luego nos dirigimos al Hotel Omni Boston en el Seaport, el lugar de
celebración de la gala.
"Esto es muy elegante, carnicero", digo mientras paso la mano por el cuero.
asiento. "Podríamos haber tomado un Uber, ¿sabes?"
Rowan toma mi mano y la sostiene en el asiento vacío entre nosotros mientras trato de no
dejar que la sorpresa cruce mi rostro. "No llevaré a la chica más hermosa de la noche al evento
social del año en un puto Honda Accord".
"¿Qué le pasa a un Honda Accord?" Pregunto mientras una ráfaga de mariposas baila sobre
mi caja torácica. "Yo conduzco uno".
Rowan se burla y pone los ojos en blanco. “No, no lo haces. Conduces un BMW Serie 3
plateado”.
"Acosador".
"Por cierto, estás atrasado en un cambio de aceite".
"No soy."
"Mentiroso. El auto literalmente te ha estado diciendo 'cámbiame el maldito aceite,
paganos durante las últimas tres semanas”.
Solté una carcajada y golpeé a Rowan en el brazo. "¿Como sabes eso?"
Él sonríe y se encoge de hombros. "Tengo mis caminos". Su teléfono suena en su chaqueta

y suelta mi mano para leer el mensaje con el ceño fruncido. "De todos modos, pensé
Sería bueno derrochar para variar. Se siente como si hubiera estado atrapado con la cabeza gacha,
lidiando con un problema tras otro entre los dos restaurantes. Me vendría bien una noche divertida con
mi mejor amigo”.
Mi corazón da un vuelco en mi pecho como si de repente estuviera al revés. Como es todo . El
tomarse de la mano. El beso en mi pulso.
Quizás leí demasiado en estos pequeños gestos.
¿Qué pasa si todo lo que siento está en mi cabeza?
Me aclaro la garganta y enderezo la columna, cruzando ambas manos sobre el bolso brillante que
descansa en mi regazo. “¿Cómo te va con el nuevo lugar?”
Rowan inclina la cabeza de lado a lado, centrándose en la pantalla del teléfono mientras escribe
una respuesta. "No está mal. Un montón de trabajo. Todavía estamos en camino de lanzarlo en
octubre, pero las actualizaciones eléctricas han sido una mierda”.
“¿Cómo está David? ¿Aún te va bien?
Ante esto, suelta una carcajada y bloquea la pantalla antes de guardar el dispositivo en el bolsillo.
“Genial, en realidad. Le pedí a Lachlan que volviera a buscar recientemente informes de personas
desaparecidas que encajaran con su descripción, pero todavía no hay nada. Y David ha sido una gran
ayuda. Es constante con los platos. Confiable. Lo instalé en un nuevo hogar grupal desde la última vez
que hablamos; este lo trae y lo recoge para cada turno cuando uno de los miembros del personal de la
cocina no puede llevarlo. Funciona muy bien”.
"Me alegro", digo con una sonrisa mientras aparto las olas de mi hombro, un movimiento que
Rowan sigue con gran interés antes de fijar su mirada en las calles de la ciudad que pasan junto a su
ventana.
"Yo también. Al menos una cosa va bien en 3 In Coach. Parece como si todo lo demás hubiera
sido un circo sangriento en los últimos meses. Sé que es parte de la naturaleza del negocio: las cosas
simplemente se estropean y hay que arreglarlas. Las cosas inevitablemente salen mal. Simplemente…
parece mucho últimamente”.
Pongo una mano en la muñeca de Rowan y él mira hacia el punto de contacto antes de mirarme
a los ojos con el ceño fruncido. “Oye, al menos tienes este premio esta noche. Tercer año consecutivo,
¿verdad? Sé que ha sido una mierda gestionarlo, pero aún así lo estás haciendo bien”.
La expresión de Rowan se suaviza y, por primera vez, noto la sutil

indicios de estrés en su rostro, el indicio de círculos oscuros debajo de sus ojos.
“Y si algo realmente va mal, sé qué ayudará”, digo asintiendo sabiamente mientras su cabeza
inclina. Sus ojos se posan en mi hoyuelo y se estrechan. “Ensalada de ternera Niçoise.”
Rowan gime.
“Con aderezo casero de Dijon”.
"Mirlo"
“Y tal vez algunos…”
"No lo digas..."
"...galletas y helado de crema de postre".
Me toca las costillas y yo chillo un sonido que nunca antes había hecho.
"¿Sabes que no he podido comer helado desde entonces?" pregunta mientras me río
por la avalancha de golpes. "Me encantaba el helado, muchas gracias".
"No es mi culpa", jadeo cuando finalmente se rinde. "Solo me estaba asegurando

de que estuvieras informado de los ingredientes, en caso de que quisieras algo dulce
para seguir tu experiencia gastronómica única".
"Seguro. Muy creíble”.
El vehículo reduce la velocidad y gira hacia el lugar de descenso, deteniéndose
frente al edificio de cristal donde llegan otros asistentes a la gala con sus vestidos
relucientes y trajes elegantes. Tiro del dobladillo de mi vestido donde llega justo debajo
de mi rodilla, como si eso mágicamente lo alargara. El conductor tiene la puerta abierta,
esperando que acepte su mano y salga del vehículo, pero no lo hago.
"No es corbata negra", dice Rowan mientras su mano se desliza entre mi espalda y
el asiento para indicarme hacia la puerta. “Y te garantizo que podrías usar un saco de
papas y seguir siendo la mujer más hermosa aquí. El vestido es impresionante, Blackbird.
Perfectamente tú”.
Con una última mirada insegura a Rowan, tomo la mano del conductor y me deslizo
hacia el aire fresco, el aroma del mar se espesa en la brisa primaveral.
La mano de Rowan está en la parte baja de mi espalda tan pronto como salimos del
vehículo, y mi corazón salta a mi garganta y se queda allí con cada paso que damos.
El salón de baile está decorado con mantelería blanca brillante y coloridos centros
de flores tropicales, y encontramos nuestros asientos en el centro de la segunda fila del
escenario, que está enmarcado por luces en tonos de rosa intenso y azul.
Varios bares sirven bebidas y grupos de personas ríen y charlan cerca de sus mesas
mientras la música de fondo suena a través de los parlantes alrededor del perímetro de
la sala. Una banda coloca instrumentos en un escenario inferior al otro lado, donde una
pista de baile brilla bajo las tenues luces del techo.
Tomamos bebidas y nos relacionamos mientras nos abrimos paso entre la creciente
multitud que serpentea entre las mesas. Hay introducciones a Rowan's.
amigos y conocidos. Restauradores, abogados, deportistas profesionales.

Clientes regulares. Abanicos irregulares. Rowan está en su elemento, brillando, brillando más
que las salpicaduras de color que se mueven sobre su cabeza. Su sonrisa es fácil, su risa cálida.
Su energía es contagiosa. Aunque es capaz de matar a cualquiera de ellos sin remordimientos,
todavía tranquiliza a la gente y su máscara es infalible.
Puede que sea el elemento de Rowan, pero definitivamente no es el mío.

Las conversaciones triviales suelen ser más fáciles para mí cuando estoy cazando, porque
tengo un propósito, un plan para atraer a alguien. Me resulta difícil relacionarme con personas
cuando sé que no son idiotas que merecen ser quitados de sus ojos. . Pero con Rowan parece
más fácil. Me ayuda a hacer las primeras conexiones con otras personas. Para encontrar un
terreno común. A tu nuevo álbum le está yendo muy bien. ¿Sabías que Sloane es amiga íntima
de Lark Montague? O Sloane irá a Madrid por la mañana para una reunión, ¿no estuviste allí el
año pasado? Y luego me pongo en marcha, integrándome como si fuera algo más que un
acompañante. Él me ayuda a alcanzar los límites de mi zona de confort sin llevarme al límite.
Y todo el tiempo, su toque gentil es un ancla. Mi espalda baja cuando estamos de pie. Mi
codo o mi mano cuando nos movemos. Y durante la cena continúa controlándonos a pesar de
que estamos sentados uno al lado del otro, con una sonrisa o una mirada o un solo dedo que se
desliza sobre el interior de mi muñeca. Cuando lo llaman por su nombre, sube al escenario y
recoge su trofeo en forma de lágrima de cristal al Mejor Restaurante durante la ceremonia de
premiación y aun así me encuentra con un guiño y una sonrisa torcida.
Y el dolor enterrado profundamente en mi pecho arde más con cada momento que pasa.
Cuando termina la cena, la banda empieza a tocar. Algunas personas migran a la pista de
baile, otras se quedan para charlar y socializar alrededor de sus mesas. Rowan se dirige al bar
para traernos otra ronda de bebidas y queda atrapado en una conversación en el camino.
Asimismo, me dejo llevar por las historias y anécdotas de nuestros compañeros de mesa que se
han quedado atrás.
Pero mis ojos se desvían hacia el hombre alto y hermoso que chupa todo el aire de
la habitación como un infierno.
Él conoce mis secretos más oscuros. Conozco el suyo. Podemos ser monstruos y tal vez no
merezcamos las mismas cosas que otras personas. Felicidad.
Afecto. Amar. Pero parece que no puedo detener lo que siento cuando miro cada faceta de
Rowan, desde su luz más brillante hasta su forma más profunda y más profunda.
oscuridad peligrosa. Quizás no lo merezco por las cosas que he hecho. Pero lo quiero.
Quiero más con él de lo que tengo.
De repente, me disculpo de la mesa y me abro paso hacia él antes de siquiera saber
lo que voy a hacer. Está de espaldas a mí, con mi copa de champán recién hecha en una
mano y una copa de whisky con hielo en la otra. Está hablando con una pareja y con otro
hombre, uno que me presentó como corredor de inversiones. Me detengo justo detrás de
él, y cuando hay una pausa en la conversación pongo una mano en la manga de Rowan,
mi mente aparentemente dividida en dos, como si me estuviera observando desde fuera
de mi cuerpo.
"Oye, lo siento", dice con una sonrisa tímida mientras me pasa la flauta. "Nos pusimos
a charlar sobre negocios".
"Por supuesto, no quise interrumpir". Empiezo a retirarme pero Rowan me agarra la
muñeca. Él dice algo acerca de que no es una interrupción, pero yo absorbo solo una o
dos palabras clave más allá de la música y la ensordecedora percusión de mi corazón.
Trago, mis ojos se clavan en sus labios antes de que finalmente logro levantarlos y
encontrar su mirada. "¿Quieres bailar?
Conmigo…?"
La sorpresa momentánea de Rowan se evapora cuando su atención se dirige a la
pista de baile, una chispa se enciende en sus ojos mientras sus labios se levantan en una
comisura. Me recuerda la sonrisita diabólica que tenía en casa de Thorsten cuando el
caníbal sugirió una visita al huerto de tomates. Cuando los ojos de Rowan se encuentran
con los míos una vez más, brillan. “Absolutamente”, dice. Saca mi bebida de la mano y
coloca nuestras bebidas en una mesa cercana antes de guiarnos entre la multitud.
A medida que nos acercamos a la pista de baile, la banda termina una canción y
comienza otra, el ritmo es más lento pero aún lo suficientemente enérgico como para ser
más que un baile arrastrado, el tono es romántico. Algunas personas salen a refrescar sus
bebidas. Otros forman parejas. Por un momento pienso que Rowan podría desviarse hacia
la mesa o darse la vuelta para evaluar mi reacción, pero no lo hace. Él avanza con mi
mano entre las suyas hasta que estamos en el suelo entre las parejas, uno frente al otro.
"Probablemente vas a ser irritantemente bueno en esto, ¿no?", digo mientras su mano
derecha se desliza por mi cadera, su izquierda sostiene mi mano derecha en alto, su
agarre cálido y firme.
Rowan me sonríe y comienza a guiarnos en movimiento. Nada lujoso, nada llamativo.
Simplemente sincronicidad, como si encajamos unos con otros, con la música. "Y aún así
serás mejor que yo en eso, ¿no?"
Sonrío y la sonrisa de Rowan se hace más brillante, luego levanto nuestras manos
unidas en una señal que él entiende. Me guía a través de un pequeño giro, dejándome salir
y acercándome con una risa. "Tal vez. O tal vez seamos iguales —digo, y le sostengo los
ojos todo el tiempo que puedo antes de que mi mirada se desvíe por encima de su hombro.
La canción continúa y siento cada pequeño cambio de movimiento y carga en el aire. El

agarre de Rowan sobre mi espalda se convierte en un abrazo. Mi mano en su brazo se mueve
para engancharse alrededor de su hombro. Su pecho toca el mío con cada inhalación.
Cuando su aliento calienta mi cuello, donde mis olas retroceden, mis ojos se cierran. Mi
cabeza se inclina. Quiero otro beso allí, justo donde se me acelera el pulso, para saber que
no es sólo un momento del pasado, una anomalía.
“Sloane…” dice cerca de mi oído mientras damos un giro gradual.

"Sí", susurro, esa simple palabra inestable en un aliento entrecortado.
"¿Estás listo para divertirte de verdad?"
Mis ojos se abren. La voz de Rowan es firme y clara. Tortuoso. No
como el mío, jadeante de miseria y deseos desenfrenados.
No digo nada mientras me alejo lo suficiente para mostrarle la confusión y las preguntas
alojadas en mi ceño fruncido. Esa sonrisa diabólica ha vuelto, escabulléndose por sus labios.
Una sonrisa de secretos.
“El hombre calvo con gafas y corbata roja. Deberias ser capaz de
Lo veo sobre mi hombro”, dice.
Mi mirada recorre la pista de baile y se posa en un hombre esbelto de unos cincuenta y
tantos años con un traje de diseñador bien cortado. Baila con una mujer de su edad, con el
cabello rubio recogido en un elegante recogido.
"Su nombre es Dr. Stephan Rostis". Los labios de Rowan rozan mi oído y luego susurra:
“Y él es un asesino en serie. Ha matado al menos a seis de sus pacientes durante sus quince
años en Boston. Quizás más cuando vivía en Florida.
Y podemos eliminarlo juntos. Esta noche."
Mis pasos se vuelven de madera y pequeños. Las piezas que había juntado en mi
cabeza de repente se separan y se reorganizan en otra imagen. Lo entendí todo mal. Estaba
sólo en mi cabeza.
Me equivoqué en todo.
Nuestros pasos se ralentizan y se detienen. Rowan se aleja y me mira, la emoción aún
radiante en sus ojos. “Tengo un gran plan. el nunca se queda
tarde en estas cosas. Podemos agarrarlo y regresar aquí sin que se note nuestra ausencia.
Coartada perfecta.
"Yo... um..." Los pensamientos mueren antes de aterrizar en mi lengua y me aclaro la
garganta para intentarlo de nuevo, esperando poder infundir en mi voz una fuerza que
simplemente no llegará. "Realmente no estoy vestida para la ocasión", digo, mirando el
terciopelo rojo que brilla bajo el destello de las luces.
"Yo haré todo el desorden".
Es la primera vez que se me ocurre que no me emocione la perspectiva de matar a otro
asesino. Supongo que no es lo que esperaba. No donde quería que fuera esta noche.
"Oye, ¿estás bien?" —Pregunta Rowan. "Pensé que el color de tu vestido era una broma
interna, ya sabes, rojo sangre y todo, pero me aseguraré de que no se dañe, por supuesto".
Mi corazón se arruga como papel aplastado en un puño.

“Pero si no quieres…” continúa, su voz se desvanece a medida que la preocupación y
tal vez la decepción pesan en cada nota. Parece darse cuenta de que no hemos estado
alineados en absoluto cuando dice: "Pensé que cuando dije que podríamos divertirnos un
poco, sabías a qué me refería".
“No, en realidad no entendí eso. Pero puedo verlo ahora”.
La pausa entre nosotros parece de mil años de duración. El pulgar de Rowan levanta mi
barbilla, mi atención sigue atrapada en mi vestido hasta que me veo obligada a mirarlo a los
ojos.
La confusión está grabada entre sus cejas. Su mirada recorre mi rostro—mi
mejillas sonrojadas y ojos vidriosos, mis labios formados en una línea tensa.
"¿Tú... no sabías a qué me refería?" él pide.
"Sorprendentemente, 'Quiero divertirme de verdad' no se traduce de manera confiable
en 'Quiero asesinar a alguien juntos', a menos que me haya perdido algo en Google
Translate".
“¿Y aun así viniste?”
Trago y trato de apartar la mirada, pero él no me deja. Está ocupando todo el espacio
en cada uno de mis sentidos, y no importa cuánto quiera ser absorbido por el vacío, Rowan
me ancla aquí mismo.
La claridad y la incredulidad se entrelazan en su expresión cambiante. el esta intentando
para volver a armar su propio rompecabezas roto, emergiendo una nueva imagen.
"Mierda..." Sus palabras susurradas son apenas audibles por encima de las voces y la
música que nos rodean, pero las siento, como si fueran espinas incrustadas en mi piel. Su
agarre en mi barbilla se reafirma y se acerca.
cerniéndose sobre mí, sus ojos saltando entre los míos. "Sloane", susurra.
"Realmente estás aquí".
No estoy seguro de lo que se supone que significa eso. Pero no pregunto. No cuando
su mirada se detiene en mis labios cuando se separan en una exhalación temblorosa. No
cuando su otra mano se levanta lentamente para barrer las ondas de mi hombro, sus dedos
son un murmullo eléctrico en mi piel mientras trazan la curva de mi cuello.
Se inclina más cerca. Sus ojos no dejan los míos. Sus labios están a sólo un hilo de
distancia...
Y entonces suena su teléfono con el sonido de una sirena.
"Joder", sisea, su maldición derramándose por mis labios. Él se aleja, el posible beso
se pierde en otra dimensión, otro Carnicero y Mirlo que finalmente chocan.
Pero en este ámbito, la mano de Rowan cae de mi cara mientras sus ojos se cierran.
Retira el teléfono y acepta la llamada.
"¿Qué es?" dice mientras intenta contener su suspiro de frustración ante la persona que
llama. “¿Qué quieres decir con 'explotó'…? Jesús, maldito Cristo. ¿Están todos bien…?
Rowan se pasa una mano por el cabello, el estilo recogido hacia atrás ahora despeinado.
Sus ojos se posan en mí con intensidad oscura y concentrada. "Estoy en camino. Compensa
las comidas que tengas que hacer”.
"Eso no sonó bien", digo con una sonrisa agridulce cuando él
desconecta la llamada.
"Tengo que ir. Ahora mismo. Lo lamento."
“Puedo venir y ayudar…”
"No", dice, su voz inesperadamente firme. Su mano encuentra mi brazo y lo sostiene,
una disculpa por su tono brusco. “El hornillo de la sección de pastelería literalmente explotó.
Gracias joder, nadie está herido. No te quiero cerca de eso. No puedo, Sloane.
Asiento y trato de sonreír. "Lamento que tu noche haya dado un giro".

"Yo también. Lo siento muchísimo”, dice con un profundo ceño entre las cejas mientras
sacude la cabeza. “Quédate y diviértete. Llevaré un Uber al restaurante y te enviaré un
mensaje de texto con los datos del conductor para que puedas regresar a tu hotel cuando
estés listo”.
Su mano se dobla sobre mi nuca y me da un beso en la frente. El toque resuena mucho
después de que sus labios desaparecen.
Me duele el pecho cuando da un paso atrás y deja caer su mano hacia
su lado. La sonrisa de Rowan es débil y tiene el ceño fruncido. "Adiós, mirlo".
"Adiós, carnicero".
Lo observo mientras retrocede, casi chocando con las parejas en la pista de baile, sus ojos
fusionados con los míos hasta que se obliga a girar. Y sigo mirando, con los pies clavados en el
suelo y las manos entrelazadas, una estatua entre las luces y el movimiento que se arremolinan
a mi alrededor.
Justo cuando llega a las puertas, Rowan se da vuelta. Sus ojos encuentran los míos. Le doy
una sonrisa fugaz. Se pasa una mano por la cara y deja una expresión feroz y decidida a su
paso. Da dos pasos en mi dirección pero se detiene abruptamente, sus hombros caen mientras
saca su teléfono del bolsillo de su chaqueta.
Con una última mirada derrotada en mi dirección, acepta otra llamada y gira sobre sus talones
para alejarse.
Cinco minutos más tarde, suena un mensaje de texto en mi teléfono con los datos de
contacto del conductor.
Me voy tan pronto como llega.
Cuando regreso al hotel, sigo mi rutina nocturna y me deslizo entre las suaves sábanas,
quedándome dormido casi al instante, como si mi cabeza y mi corazón hubieran corrido un
maratón. Me levanto justo antes de que suene la alarma, me voy cuarenta y cinco minutos
después de despertarme y me dirijo por el pasillo cubierto entre el hotel Hilton y el aeropuerto
Logan cuando suena el teléfono en mi mano.
Ya te extraño.
La emoción me obstruye la garganta. Miro la pantalla durante un largo momento antes de

escribir una respuesta.
Yo también te extraño.
¿Todavía estamos para agosto? No hay presión si no puedes, de verdad.

Sé que tienes muchas cosas que hacer.
Supongo que no podrá asistir. ¿Quién podría? Con un nuevo restaurante en construcción y
uno popular que parece estar desmoronándose, sería razonable esperar que quisiera un
aplazamiento de un año.
¿Estaría devastada? Seguro. ¿Pero lo entendería? Por supuesto.
Mirlo…
Los puntos de su respuesta entrante me mantienen inmóvil en la pasarela.

Yo mismo volaré este restaurante antes de que me lo pierda. Te

veré en agosto.
¡Y cambia tu aceite, maldito pagano!
Guardo mi teléfono en el bolsillo y me trago el ardor que me baja por la garganta, y luego sigo adelante,
listo para seguir adelante estos próximos meses. Quizás esté listo para intentarlo de nuevo.
¿Qué pasa si lo intento de nuevo?

Qué si hago.
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HUMANIDAD EROSIONADA
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SLOANO
CUATRO MESES DESPUÉS…
"Maldición . ¿Llego demasiado tarde? ¿Ganaste?"

Rowan me lanza una mirada fugaz mientras me acerco por el camino
desgastado, mientras el polvo cubre mis zapatillas con una película de color ruano. Tiene
los brazos cruzados sobre el pecho y las mangas de la camiseta presionan contra sus tensos bíceps.
Hay un destello de inquietud en sus ojos, su escrutinio cataloga los detalles de mi rostro
antes de volver a centrar su atención en lo que hay más allá de las colinas de hierba de la
pradera.
"No. No gané”.
"¿Qué estás haciendo?"
"Tratando de mentalizarme".
Mi cabeza se inclina con una pregunta, pero Rowan no me mira. Sigo su línea de
visión cuando me detengo a su lado.
"Vaya... Eso es sólo... ¡Ay!".
Observo la ruinosa casa de campo de Texas de dos pisos situada más allá de la
suave elevación de las colinas, dejando que mi mirada vague por la madera maltratada y
blanqueada del revestimiento, las ventanas destrozadas y tapiadas en el segundo piso.
Un agujero en el lado derecho del techo mira hacia el cielo como unas fauces gritando
llamando a la tormenta que oscurece el horizonte. Hay una variedad de basura en el patio
cubierto: sillas y cajas rotas, latas de diesel y herramientas, todos los artículos esparcidos
a ambos lados de un camino despejado que conduce a la puerta principal.
"Bueno... ese es un lugar hogareño", digo.

Rowan tararea una nota baja y pensativa. "Si por hogareño te refieres a una pesadilla,
estoy de acuerdo".
"¿Estás seguro de que está ahí?"
Una risa maníaca y un grito desgarrador de un hombre preceden al gruñido de una

motosierra que arranca dentro de la casa.
"Bastante seguro, sí".
Los gritos, las risas desquiciadas y el rugido de la motosierra rompen el aire que de
repente parece demasiado pesado, demasiado caliente. Mi ritmo cardíaco se dispara. La
sangre zumba en mis oídos, una percusión constante de la sinfonía de la locura.
"Podríamos simplemente ir a tomar unas cervezas", dice Rowan por encima del caos que emana
de la casa. “Eso es lo que hace la gente normal, ¿verdad? ¿Ir a tomar unas cervezas?
"Sí…"
Una parte de mí piensa que es una buena idea, pero no puedo negar la emoción que
inunda las cámaras de mi corazón con adrenalina. Harvey Mead es un bruto enorme, una
bestia de hombre, y quiero acabar con él. Quiero clavarlo al suelo de su casa de terror y
sacarle los ojos, sabiendo que soy yo quien le impidió quitarse otra vida. Quiero que sienta lo
que sintieron sus víctimas.
Quiero hacerlo sufrir.

Rowan suelta un profundo suspiro y me mira por encima del hombro. "No vamos a ir a
tomar unas cervezas, ¿verdad?"
“Claro que lo somos. Pero después."
Otro grito desesperado corta el aire, sorprendiendo a una matanza de cuervos y a un
buitre solitario del delgado bosquecillo a la izquierda del camino.
No van muy lejos, probablemente ya se dan cuenta de que los sonidos en la casa indican que
se aproxima una comida.
El tono de la motosierra aumenta y el grito se hace más débil. Hay una cualidad confusa
en la angustia que hay en ello. Una desesperanza. Este no es un grito que pide clemencia.
Esto es sólo dolor, poco más que un reflejo. La humanidad erosionada, despojada, reducida a
un animal atrapado en las garras de la angustia.
La risa maníaca de Harvey Mead muere. Los gritos de su víctima se van atenuando hasta
desvanecerse. La motosierra continúa, su tono sube y baja mientras trabaja, hasta que
finalmente termina también, cubriéndonos en un silencio absoluto.
"Nueva regla", digo mientras me limpio la grava de la garganta y me giro para mirar a
Rowan. Él me mira fijamente, con las mejillas sonrojadas y sus ojos azul marino ardiendo
como el núcleo de una llama de alcano. Aunque asiente, no puedo encontrar ninguna emoción
en su expresión, sus labios forman una línea sombría mientras un pliegue se profundiza entre
sus cejas. "Si lo atrapas primero, puedo tomar algo".
Rowan asiente de nuevo, sólo una vez. Su presencia sangra en mi espacio. Su

calor. Su olor. La salvia, la pimienta y el limón me envuelven.
“Sólo uno”, dice, con palabras crudas como si les hubieran desbridado los bordes. Me
quedo sin aliento cuando levanta una mano cruzada hacia mi pómulo y pasa su pulgar por mis
pestañas mientras mis ojos se cierran. Todo parece más vibrante en la oscuridad momentánea:
el silencio de la granja, el aroma de la piel de Rowan. Su toque gentil. El latido de mi corazón.
"Sólo uno", dice Rowan de nuevo mientras levanta la mano. Cuando abro los ojos, su mirada
queda atrapada en mis labios.
Mi voz es un leve susurro. “¿Sólo uno qué?”

"Sólo un ojo". Rowan aparta su mirada dura de mi rostro mientras se gira hacia la granja en
ruinas. “Quiero que sufra. Pero quiero que él vea cada momento”.
Asiento con la cabeza. Un relámpago ilumina el fondo negro de una tormenta que se acerca,
seguido un instante después por el estallido de un trueno. "No importa quién gane, nos
aseguraremos de ello".
Sacando mi espada de acero de Damasco de mi cinturón, me giro para caminar hacia la
casa, pero las yemas de los dedos de Rowan rozan mi antebrazo, su toque ligero como una
pluma enciende una corriente en mi carne que me detiene abruptamente. Nuestras miradas
chocan y mi corazón se pliega sobre sí mismo. Nunca nadie me había mirado así, con tanta
preocupación y miedo enjaulados. Y por primera vez, no es miedo de mí.
Es miedo para mí.
“Ten cuidado, mirlo. Yo sólo... Los pensamientos de Rowan se desvanecen con la repentina
brisa mientras mira hacia la casa. Sacude la cabeza, centra su atención en mis zapatillas sucias
antes de volver a mirarme. “Es un tipo grande. Probablemente esté excitado ahora mismo. No
corras ningún riesgo”.
Una media sonrisa dibuja una comisura de mis labios, pero no cambia nada en la expresión
severa de Rowan.
Una larga mirada. Uno contuvo el aliento. Un puñado de latidos y un relámpago.
Luego me alejo, los pasos de Rowan me siguen mientras caminamos.

nuestro camino a la casa de Harvey Mead.
El camino serpentea entre dos colinas bajas y se abre a un jardín de matorrales que rodea
los edificios. A la derecha de la casa, el terreno desciende hasta un barranco poco profundo de
arbustos y lo que debe ser un pequeño arroyo que probablemente no sea mucho más que un
hilo de agua bajo el sol de agosto. Entre la casa y el barranco hay un pequeño jardín rodeado de
alambre de gallinero y
amuletos tintineantes de vidrios rotos para ahuyentar a los pájaros. En la parte trasera izquierda
de la casa hay dependencias. Un gallinero. Un antiguo taller con techo bajo y plano. Un granero
que se erige como una fortaleza premonitoria entre la casa y la tormenta que avanza hacia
nosotros. Los restos esqueléticos de automóviles deformados y oxidados sobresalen entre los
troncos de fresno de Texas y sauces del desierto.
Me detengo al borde del patio. Rowan se detiene a mi lado. "Excelente
atractivo exterior —susurro.
“Mucho mejor de cerca. La cabeza de la muñeca realmente agrega carácter”, susurra,
señalando la cabeza decapitada de una muñeca Chatty Cathy de la década de 1950 que nos mira
fijamente desde el porche con ojos negros sin alma.
"Lo aceptaré si él lanza el..." Me inclino hacia adelante y entrecierro los ojos hacia un trozo de
pelaje gris atrapado debajo de una mecedora destrozada. "... ¿la... zarigüeya?"
"Iba a decir 'gato', pero seguro".
Me enderezo y me giro hacia Rowan con el puño entre nosotros.
"Sloane"
"Piedra Papel tijeras. El perdedor toma la puerta principal —digo con una sonrisa oscura.
Rowan me mira durante un largo momento antes de sacudir la cabeza con un suspiro de
resignación. Su puño finalmente encuentra el mío.
Contando silenciosamente hasta tres, tomamos nuestras decisiones, mis tijeras pierden ante
La roca de Rowan. Él frunce el ceño.
"Dos de tres", sisea, agarrando mi muñeca cuando empiezo a subir las escaleras.
“¿Por perder? De ninguna manera. Ve a la puerta trasera y disfruta de tu ventaja, bicho raro”.
Sonrío y arrugo la nariz como si no fuera gran cosa, aunque Rowan puede sentir mi pulso
acelerarse bajo su palma hasta que me libero.
No miro hacia atrás mientras me concentro en subir con vida los escalones de la entrada. Mi
pecho arde por volverme hacia Rowan, quedarme con él y cazar a su lado, pero no lo hago.
Cuando apoyo un tacón en las tablas agrietadas de las escaleras, veo a Rowan en la periferia
mientras finalmente camina hacia la parte trasera de la casa.
Con cada paso silencioso que doy, observo mi caótico entorno, con cuidado de no perder el
equilibrio o derribar algo. No se oye ningún sonido desde la casa, ni movimiento más allá de la
puerta mosquitera, ni sombras amenazadoras iluminadas por un relámpago. Las primeras gotas
de lluvia golpean el porche cubierto justo cuando llego a la puerta, rebotando en latas y escombros
en una melodía metálica.
Abro la puerta mosquitera lo suficiente para entrar, el silencioso chirrido del

bisagras oxidadas absorbidas por un trueno que hace retumbar las paredes.
El olor a comida, descomposición y moho se mezclan en un remolino que me provoca
náuseas mientras empiezo a caminar por un pasillo estrecho. A la izquierda se encuentra
una sala de estar, con muebles antiguos y elementos originales cubiertos por una película
de polvo. El papel tapiz de flores se despega de las paredes y revolotea con la brisa de la
tormenta mientras se abre paso a través de puertas abiertas y ventanas rotas. Hay un
cuerpo parcialmente momificado sentado en un sillón junto a la chimenea, con las piernas
cubiertas con una manta de ganchillo y una Biblia abierta en sus manos esqueléticas. Su
largo cabello blanco se eleva desde sus hombros, un juego de dentaduras postizas todavía
se adhiere a sus mandíbulas flojas.
“Supongo que la vieja mamá Mead”, le susurro mientras doy unos pasos cautelosos
hacia la habitación hasta estar frente a ella. "Apuesto a que eras una verdadera perra,
¿no?"
Saber que Harvey Mead sigue el camino desgastado de muchos otros asesinos en
serie con una fijación por una madre controladora, autoritaria y probablemente abusiva no
lo hace menos peligroso.
Pero ciertamente me da algunas ideas...
Me acerco y sonrío ante la piel correosa y los ojos hundidos del
mujer en el sillón. "Te veré pronto, mamá Mead".
Con un guiño, agarro con firmeza mi cuchillo y salgo de la habitación, dirigiéndome
Cruzando el pasillo llegamos a la escalera que conduce al segundo piso.
Los crujidos de los pasos quedan amortiguados por los truenos y la lluvia. Parece
imposible que la casa pueda estar tan desprovista de sonidos humanos después del brutal
asesinato que acaba de ocurrir, pero lo único que puedo escuchar es mi corazón y el
tormenta.
Cuando llego al rellano del segundo piso, la lluvia se hace más fuerte y su aroma
elimina el hedor del piso principal. Espero un momento, mirando, escuchando. Pero no
llega nada. No surgen pistas sobre el paradero de Harvey cuando me detengo ante la
entrada de un pasillo.
Empiezo a avanzar poco a poco.
Primero llego a un dormitorio lleno de cajas. Revistas. Periódicos.
Manuales amarillentos para coches y tractores. Dar un paseo por la habitación no proporciona ninguna
información que valga la pena.
Vuelvo a entrar al pasillo y me dirijo a la siguiente habitación, un baño con un lavabo
con pedestal roto y una cortina de ducha pegada al interior de una
bañera con patas, cuyo antiguo plástico blanco estaba manchado de moho negro. No hay
sangre en el suelo. Sin pistas. Sin olores ni sonidos inusuales.
La siguiente habitación a la que entro es el dormitorio principal. De todas las
habitaciones que he visto, esta es la más limpia, aunque sería exagerado llamarla prístina.
La ventana está cubierta de polvo y suciedad, pero no está rota. La cama es una sencilla
estructura de hierro forjado, las sábanas arrugadas y algunas prendas esparcidas por la
superficie y el suelo. Reviso la habitación, pero no hay ningún Harvey Mead aquí, así que
no me demoro y decido revisar sus escasas pertenencias una vez que esté muerto.
Salgo de la habitación.
El siguiente dormitorio está al otro lado del pasillo. El sonido de la lluvia cayendo sobre
los contenedores de metal amortigua mis pasos cuando entro en la pequeña habitación. Un
agujero en el techo se abre hacia el cielo y atraviesa las vigas destrozadas del ático.
Los relámpagos destellan sobre nuestras cabezas. La lluvia cae dentro de la casa para
llenar una serie de ollas de metal y recipientes de cerámica apretujados unos contra otros
sobre una lámina de plástico transparente que cubre el piso. Alrededor del borde del agujero
hay huesos que cuelgan de hilos de hilo húmedo como campanillas de viento. Las vértebras
se retuercen y chocan con la brisa, mientras riachuelos de agua brotan de sus cuerpos y
alas descoloridos.
Observo por un momento, reflexionando sobre la psicopatía del hombre que los colgó
aquí antes de salir de la habitación para dirigirme a la última puerta en el lado opuesto del
pasillo al final del pasillo.
Esta puerta está cerrada. Me quedo junto a él durante un largo momento con la oreja
pegada a la madera y la espada apretada con fuerza en la mano. Ningún sonido sale de
dentro. Tampoco sale ningún sonido de abajo, aunque no estoy seguro de poder escuchar
nada desde el piso inferior a menos que fuera una confrontación. El trueno ruge. La lluvia
golpea el techo formando cortinas ondulantes.
Una punzada de preocupación llena mi pecho por Rowan. Tal vez sea mejor que no lo
haya escuchado, pero tampoco he escuchado sonidos del sufrimiento de Harvey, y eso se
clava como una espina profundamente debajo de mi piel. A este paso no me importa quién
gane. Sólo quiero que Harvey muera.
Sacudo mis muñecas para dejar que la emoción, la tensión y el miedo se deslicen.
de mis extremidades, y luego agarro la manija de la puerta y la empujo para abrirla.
“¿Qué carajo…”
Esto no es lo que esperaba.
Tres monitores están sentados en un escritorio lleno de papeles y lápices sembrados.

Las pantallas muestran las imágenes de dieciocho cámaras. El granero. El taller. La puerta
de atrás. La cocina. Una habitación a oscuras donde no puedo distinguir ningún rasgo. Una
habitación muy iluminada donde yace un cuerpo desmembrado apilado sobre una mesa
cubierta de plástico, sangre y carne goteando sobre el suelo de baldosas.
Veo a Rowan entrando a la sala de estar.
Y entonces veo a Harvey, caminando por el pasillo hacia él.
La sangre se drena de mis extremidades. El hielo infunde mi piel.
"Rowan", susurro.
Grito su nombre mientras salgo corriendo de la
habitación... ...directamente hacia la bota de Harvey Mead.
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ROTO
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SLOANO
El agua cae sobre mi rostro palpitante. Las náuseas se arremolinan en mi estómago. La

sangre cubre mi lengua. El mundo gira a mi alrededor. Laminación. estoy rodando
bajando una colina empinada. Rodando y cayendo.
Aterrizo con un crujido demoledor en mi hombro izquierdo, el viento abandona mis pulmones a
través de un grito silencioso. Jadeo por aire que no sale. Mi pecho se agarrota. La lluvia y los destellos
de luz me ciegan mientras parpadeo hacia el cielo, las primeras respiraciones finalmente llegan a mis
pulmones aterrorizados.
Un par de botas aterrizan cerca con un fuerte golpe, acercándose para detenerse junto a mi
cabeza. La lluvia lava la sangre congelada del cuero negro. Abro la boca para gemir el nombre de
Rowan cuando una mano se enrosca en mi cabello y me aleja del reconfortante aroma de la tierra y la
hierba mojada.
Me encuentro cara a cara con Harvey Mead.
Riachuelos de agua caen en cascada desde su cabeza calva hasta gotear de su frente y caer
sobre su rostro inexpresivo. Él me mira fijamente. Vuelvo a mirar fijamente el abismo de sus ojos
oscuros.
Y luego le escupo en su jodida cara fea.
Harvey no me limpia la saliva. Me mantiene firme, dejando que la lluvia arrastre las rayas
ensangrentadas por su piel picada de viruela. Una lenta sonrisa hace que sus labios retrocedan para
revelar dientes cariados en una sonrisa que está inquietantemente desconectada del resto de su
máscara apática.
Me deja caer pero mantiene su agarre de mi cabello mientras arrastra mi cuerpo debilitado por el
costado de la casa. Me palpita la cabeza. Mi cara palpita. Las lágrimas pican mis ojos con cada tirón de
mi cabello, el dolor en mi hombro se irradia hacia mi cuello y hacia mi brazo inerte. Mis pies se arrastran
sobre la hierba, el barro y los escombros, pero no puedo ponerme de pie con la forma en que mantiene
mi cabeza gacha.
bajo. Lo rasco y golpeo su pierna con mi mano buena, pero es demasiado grande para sentir
el impacto de mi inútil pelea.
Nos detenemos ante unas puertas de sótano. Harvey abre un candado oxidado y pasa
la cadena por las manijas antes de abrir una puerta y arrojarme adentro.
Golpeé el suelo con un gruñido, mi primer aliento se llenó del olor a mierda, orina y
miedo.
El contenido de mi estómago se derrama por el suelo.
No es hasta que dejo de tener arcadas que me doy cuenta de que no estoy solo.
Alguien llora en la oscuridad.
“Adán”, dice una mujer entre gritos desolados. “Él mató a Adán. Yo h
lo oí. Él lo mató ”.
Ella mantiene la distancia, repitiendo sus palabras en un canto desesperado que se filtra
en cada grieta y grieta de mi pecho. Hermano, amante o amigo, quienquiera que fuera este
Adán, ella lo amaba. Y sé lo que es ser testigo del sufrimiento de alguien a quien amas.
Entiendo su dolor e impotencia mejor que la mayoría.
"Sí. Él mató a Adam”, respondo con respiración entrecortada y jadeante mientras saco
mi teléfono del bolsillo trasero. Zumba en mi mano con un mensaje, pero primero enciendo
la linterna y la apunto hacia el suelo entre la mujer desnuda y yo, agachada contra la pared
mientras ella retrocede ante la luz.
"Y les prometo que Adam será la última persona que Harvey Mead mate".
No estoy seguro de si eso le dará algún consuelo o un cierre. Tal vez algún día lo haga,
pero ahora mismo su pérdida es demasiado reciente y la herida demasiado profunda. Sus
sollozos silenciosos continúan mientras vuelvo mi atención a la pantalla cuando llega un
mensaje de texto.
sloan
SLOANO
RESPÓNDEME
¡¿DÓNDE ESTÁS?!
Los puntos de otro mensaje entrante empiezan a parpadear mientras escribo una
respuesta.
Estoy bien. Encerrado en el sótano. Lado derecho de la casa.

La respuesta de Rowan es inmediata.
Agárrate fuerte, amor. Ya voy.
Leí su mensaje dos veces antes de bloquear la pantalla y morderme el labio. Me pica la nariz.
Un dolor arde en mi pecho. Tal vez sea sólo una expresión irlandesa, pero todavía la escucho una y
otra vez en la voz de Rowan, como si estuviera aquí, en mi cabeza.
Agárrate fuerte, amor.

"¿Cómo te llamas?" —digo con voz ronca mientras vuelvo mi atención hacia la mujer que llora
y se acurruca contra la pared de ladrillos. Tiene más o menos mi edad, es delgada y está cubierta
de manchas de suciedad en su cuerpo desnudo.
"Soy otoño".
"Está bien, otoño". Dejo el teléfono para que la linterna apunte hacia el techo y empiezo a
desabotonarme la camisa. "Voy a darte esto pero necesito tu ayuda para quitármelo".
Autumn duda por un momento antes de acercarse con pasos vacilantes.

No hablamos mientras ella ayuda a pasar la tela sobre mi hombro dislocado, y aunque retrocede
momentáneamente cuando dejo escapar un grito de dolor, persevera para liberar la camisa de mi
cuerpo. La tela está empapada y embarrada, y puede que no la mantenga abrigada en el fresco
sótano, pero al menos estará cubierta.
Ella estaba apretando el último botón cuando un hacha atraviesa las puertas del sótano.
"Sloane", grita la voz desesperada de Rowan, por encima de la voz de Autumn.

Grito aterrorizado y el viento y la lluvia torrencial. "¡Sloane!"
Un dolor crudo se apodera de mi garganta. Mis ojos se llenan de lágrimas mientras agarro mi
teléfono y me acerco a las puertas. "Estoy aquí, Rowan—"
"Un paso atrás." Con unos cuantos golpes más, las puertas se astillan y caen al suelo.
oscuro con el candado y la cadena. La mano de Rowan aparece en la penumbra.
“Toma mi mano, amor”.
Debió haber habido escaleras aquí alguna vez, pero las quitaron, y tengo que saltar para
agarrar la palma de Rowan, resbalándome en el primer intento con la lluvia y el sudor en nuestra
piel. Se reposiciona para recostarse boca abajo, inclinándose más hacia la oscuridad.
“Ambas manos”, exige, ofreciéndome las palmas.

"No puedo."
Un relámpago ilumina el rostro de Rowan y lo graba en mi memoria para siempre. Sus

labios están entreabiertos y casi puedo escuchar la fuerte inhalación cuando su mirada se
fija en mi hombro deforme y mi camisa perdida.
Sus rasgos son angustia y furia pintados en luz y lluvia. Hermosa, inquietante y aterradora.
Rowan no dice nada mientras me alcanza. Cuando salto, me agarra la mano y la agarra
con fuerza, levantándome lo suficiente como para agarrarme del codo y sacarme del sótano.
Tan pronto como estoy en el suelo, quedo aplastada en su abrazo, temblando en sus
brazos. Le doy un puño a su camisa empapada. Su aroma me envuelve y quiero aferrarme
a este momento de consuelo, pero él nos obliga a separarnos para mirarme a los ojos.
"¿Puedes correr?" pregunta, examinando mi rostro. Sus ojos nunca se calman mientras
asiento, recorriendo mi expresión como si estuviera buscando la verdad. "¿Confías en mí?"
"Sí", digo, mi voz entrecortada pero segura.

“Voy a mantenerte a salvo. ¿Entender?"
“Sí, Rowan”.
Nos miramos por un último momento antes de que él tome el hacha y tome mi mano.
Vuelve a mirar hacia el sótano y parece que sólo ahora se da cuenta de que alguien más
estaba allí conmigo, a pesar de los continuos gritos y súplicas de Autumn para que la
liberaran.
“Quédate aquí”, dice desde el foso, sin admitir discusión a pesar de sus elevados
llamamientos. “Si te quedas callado y escondido, él pensará que ya has huido y dejará el
sótano en paz. Volveremos por usted tan pronto como esté hecho”.
"Por favor, por favor no me dejes..."

"Quédate aquí y cállate", ladra Rowan, y me arrastra sin volver a mirar hacia el sótano,
ignorando los gritos desesperados que siguen mientras corremos hacia la parte trasera de
la casa.
Nos detenemos en la esquina y hacemos una pausa mientras Rowan se inclina hacia
adelante para explorar el camino hacia el granero. Cuando parece satisfecho, aprieta mi
mano y se gira lo suficiente para mirarme por encima del hombro. Él asiente una vez y
apenas le devuelvo el gesto cuando nos lleva a través del patio trasero plagado de
escombros hacia el granero en descomposición. Primero ingresa a la estructura vacía a
través de la puerta abierta, con el hacha en alto, pero el edificio está vacío, aparte de las
herramientas, las palomas y un antiguo tractor John Deere. Sólo una vez que esté satisfecho de que es
Rowan me empuja más hacia adentro para detenerme contra una pared en un punto
equidistante entre las salidas delantera y trasera.
Los truenos hacen temblar las ventanas y las herramientas que cuelgan de las
paredes entabladas. Rowan deja caer su hacha al polvo con un ruido sordo. Hay un
momento de tiempo entre nosotros cuando simplemente nos miramos, ambos empapados
y cubiertos de barro y hierba.
Y luego sus manos están en mis mejillas para mantenerme firme, su aliento cálido
sobre mi piel mientras sus ojos recorren los detalles de mi rostro.
Un pulgar pasa por mi frente y hago una mueca. Un dedo sigue la curva de mi nariz.
Él traza mi labio superior y yo sollozo, el sabor de la sangre persiste en el fondo de mi
garganta.
"Sloane", susurra. No me corresponde a mí reconocerlo. Es la confirmación de que
estoy aquí, y real, pero rota. Rowan me mantiene cerca de la pared, siguiéndome con su
cuerpo, sus manos recorriendo mi cuello, levantando mi barbilla para revisar cada
centímetro de mi garganta en busca de heridas mientras tiemblo en la oscuridad.
"Tu camisa"
“Se lo di a la niña. Él no me tocó de esa manera”.
Los ojos de Rowan brillan cuando se encuentran con los míos. Él no dice nada en
respuesta, simplemente centra su atención en mi hombro herido, donde un moretón
enojado ya colorea la articulación con las primeras rayas de color púrpura. Con una cálida
palma en mi hombro bueno, me gira para que quede de cara a la pared. Evalúa la lesión
con un toque cuidadoso. Aunque trato de permanecer en silencio, un grito tenso todavía
se escapa cuando él mueve mi brazo de donde está pegado a mi costado.
"¿Puedes volver a colocarlo en su lugar?" Susurro cuando me gira para mirarlo.
una vez más.
“Puede que esté roto, amor. Necesitas un doctor."

Parpadeo para alejar las lágrimas repentinas que llenan mis ojos mientras Rowan se
arrodilla, inspecciona mis costillas y sigue cada una de ellas. Están doloridos por la caída,
pero no rotos. Rowan simplemente me ignora cuando trato de decirle eso, como si no
estuviera satisfecho hasta que revise cada uno de ellos pasando las yemas de los dedos
sobre el hueso. Cuando termina, sus manos descansan en mis caderas, un largo y tenso
aliento cubre mi vientre con un calor que siento hasta mi centro.
"Lo siento", susurra. Presiona su frente contra mi estómago, su
brazos envolviendo mis piernas para abrazarme.
Por un momento, no sé qué hacer. Estoy inmovilizada por la repentina corriente que
dispara a través de mi carne temblorosa. Cada exhalación contra mi piel hace que mi
corazón lata más rápido hasta convertirse en un martillo contra mis huesos. Y
luego mi mano se levanta, mi cuerpo toma el control sin mi mente, sabiendo algo que
no sé: que es lo más natural del mundo que mis dedos se deslicen en su cabello. Mis
uñas recorren el cuero cabelludo de Rowan y él suspira, presionando su frente con más
fuerza contra mi estómago mientras lo hago de nuevo y me pierdo en la cadencia de un
simple toque repetido.
El calor de su aliento sube desde mi ombligo, entre mis pechos, sobre mi corazón,
siguiendo mi pulso acelerado mientras Rowan se levanta lentamente de su rodilla
doblada. No puedo obligarme a quitar mi toque. Mis dedos se deslizan por su cabello
húmedo hasta que mi palma descansa sobre su mejilla y la barba incipiente que raspa
mi piel. Rowan se inclina hacia mi toque. Coloca su mano sobre la mía como si pudiera
desvanecerme si me suelta.
"Sloane", dice, con los ojos pegados a mis labios. Mi nombre es un susurro de
salvación y sufrimiento mientras lo dice nuevamente. Un trago espeso se desplaza en
la columna de la garganta de Rowan. "No puedo perderte".
"Entonces será mejor que me beses", le susurro.
Rowan me mira a los ojos. Sus manos calientan mis mejillas. Estamos a sólo un
soplo de distancia el uno del otro, y sé que todo cambiará una vez que sus labios toquen
los míos.
Y es verdad.
Todo se transforma con un beso.
Los labios de Rowan son suaves pero el beso es firme, como si en su mente no
hubiera lugar para la duda o la incertidumbre. Él sabe lo que quiere. Quizás lo ha
querido desde el principio. Quizás soy el único que necesitaba tiempo para recuperarse.
El calor entre nosotros aumenta con cada toque. Abro la boca cuando su lengua
recorre la comisura de mis labios, y con la primera caricia de la lengua de Rowan sobre
la mía, cada hilo de restricción entre nosotros se deshace.
Me pierdo en el deseo. Choca contra mí, como si siempre fuera
escondido detrás de un muro que se derrumba.
Y una vez que se desata, me consume.
La urgencia se hace cargo. La mano de Rowan se enrosca en mi cabello y me
aplasta contra él. Gimo cuando chupa mi labio inferior con su boca. Mi mano agarra la
parte posterior de su cuello y le clavo las uñas hasta que gruñe y mete su lengua
profundamente en mi boca, exigiendo más de un beso que ya ha provocado un infierno
de anhelo en mis venas.
Me olvido de quiénes somos. Donde estamos.
Por qué estamos aquí.
Un grito repentino nos hace separarnos instantáneamente para mirarnos el uno al otro con los
ojos muy abiertos y la respiración entrecortada. Las aterrorizadas súplicas de ayuda son ahogadas
por el sonido de una motosierra que cobra vida.
Nos asomamos lo suficiente entre las sombras para ver a Autumn correr a toda velocidad por el
costado de la casa, dirigiéndose directamente hacia el granero. Un segundo después, aparece Harvey,
persiguiéndola con la motosierra agarrada con ambas manos.
A pesar de su cuerpo pesado y en forma de bloque, él se acerca a ella mientras ella tropieza entre los
escombros con sus pies descalzos y sus piernas desnudas.
Nos volvemos a perder de vista y Rowan me lanza una sonrisa salvaje y devastadora.
"Vuelvo enseguida, mirlo".

Él pone una mano alrededor de mi nuca y presiona sus labios contra los míos en un último gesto.
beso rápido, y luego se suelta para recuperar su hacha del suelo.
"¿Qué estás haciendo?" Siseo.
Rowan apoya el mango del hacha contra su hombro y resopla ante
dándome un guiño. "Vengarse por lastimar a mi chica, por supuesto".
Los bordes duros de mi corazón se derriten un poco con esas palabras, y Rowan sonríe como si
pudiera verlo. Sin decir otra palabra, se da vuelta y se acerca a la puerta para agacharse detrás de un
conjunto de cajas de herramientas de metal mientras yo retrocedo hasta que estoy protegido por el
motor del tractor.
Un segundo después, Autumn entra corriendo al granero, dirigiéndose a la puerta trasera, cada
paso marcado por un gemido de pánico.
Harvey Mead entra corriendo a la habitación tras ella. Y todo lo que
Lo que sucede a continuación es en cámara lenta, una hermosa coreografía de venganza.
Rowan avanza. Balancea el hacha hacia arriba en un arco que llega tan bajo al suelo que levanta
el polvo. La hoja conecta con la motosierra en un golpe brutal. La cadena se desprende de la espada.
Golpea la cara de Harvey y éste deja escapar un rugido furioso. La máquina chisporrotea cuando la
deja caer y se detiene desorientado. Se lleva una mano a la cara ensangrentada por reflejo, sin darse
cuenta aún de que Rowan ya se está acercando a él para darle otro golpe.
El hacha le parte la rótula con un crujido húmedo. Harvey grita de dolor y

cae sobre su otra rodilla mientras Rowan saca la hoja del hueso.
"Veamos cuánto disfrutas esto cuando estás en el lado receptor".
Rowan grita, y antes de que Harvey pueda caer a su lado, Rowan lo patea en la cara, su talón hace
un ruido sordo cuando se conecta justo entre las espesas cejas de Harvey.
Harvey cae de espaldas, aturdido y gimiendo, apenas consciente. Su cabeza manchada

de sangre se tambalea de un lado a otro en medio de una nube de polvo.
Rowan se para junto a él y aprieta con más fuerza el mango del hacha. La rabia y la
concentración agudizan los rasgos de su hermoso rostro. La malicia brilla en sus ojos mientras
mira a su enemigo. "Esto va a ser jodidamente satisfactorio", dice, acercándose a Harvey con
una sonrisa letal. Él levanta el
hacha.
"Espera..." digo mientras me alejo de la seguridad del tractor. Rowan se detiene al

instante, aunque parece que necesita todo lo que tiene para hacerlo.
“No lo mates todavía. Me prometiste un turno”.
Una sonrisa oscura se cuela en mi cara mientras me acerco. Rowan examina mi
expresión con un parpadeo entre sus cejas, una pregunta silenciosa pasa entre nosotros y
yo respondo con una sonrisa más amplia.
"Pero siéntete libre de mantenerlo ocupado", le digo, y luego me dirijo hacia la casa.
Los gritos del otoño se han vuelto afortunadamente silenciosos en el torrente de la

tormenta que todavía llueve sobre nosotros. Será lento para ella caminar sin zapatos, pero
eventualmente encontrará ayuda si sigue el arroyo o regresa al frente de la casa para tomar
el camino que conduce al camino de grava.
Está a una distancia considerable de los vecinos más cercanos y la carretera no tiene mucho
tráfico, pero no podemos contar con que la lejanía juegue a nuestro favor. Sé que no podemos
quedarnos mucho tiempo.
El tiempo suficiente para divertirse un poco.
No me quedo en casa, trabajo rápido para recoger lo que necesito.
antes de regresar al granero.
Una serie de palabrotas me saludan mientras me acerco al viejo edificio. Rowan parece
divertido por el colorido vitriolo mientras clava una púa de metal en la mano de Harvey para
mantenerlo atrapado contra el suelo, un instrumento similar ya empala su otra palma. Rowan
está tan consumido por su trabajo que no me nota hasta que estoy en la puerta.
Le toma un segundo procesar lo que está viendo antes de soltar una risa incrédula.
Dejo lo que llevo con mi brazo bueno y me llevo un dedo a los labios en medio de un
ataque de risa. Las lágrimas se aferran a mis pestañas mientras la histeria amenaza con
consumirme. Estoy bastante satisfecho conmigo mismo, tengo que admitirlo. Esta podría ser
una de las mejores ideas que he tenido en mucho tiempo. Y quiero aprovechar al máximo el
impacto, así que con algunos movimientos entrecortados de la mano, logro
Comunicar que quiero que Rowan me bloquee de la vista de Harvey. Él asiente y se para entre
nosotros mientras maniobro a través de las sombras, acercándome con mi codiciado premio.
Cuando llego a los pies de Harvey, coloco mi pequeño regalo en sus tobillos y empiezo a
deslizarlo por sus piernas.
Harvey gime cuando le rozo la rodilla lesionada. Mira a lo largo de su cuerpo y se
encuentra con los ojos vacíos de su madre.
Harvey Mead deja escapar un grito ensangrentado.
"Has sido un chico terriblemente malo, Harvey", digo en mi mejor imitación de la voz de
una anciana mientras continúo deslizando el cadáver hacia la cara de Harvey.
Él lucha, tratando de patearlo, pero Rowan interviene y sujeta su pierna buena.
"Los buenos chicos no cortan a la gente con motosierras".

Otro grito desesperado. Está perdiendo la cabeza por completo y no puede hacer nada al
respecto.
Me tomo mi dulce, dulce tiempo. Disfruto cada segundo de la tortura de Harvey,
arrastrando lentamente a Mamá Mead por su torso mientras respiraciones forzadas salían de
su pecho. Su pulso late en su grueso cuello. Gotas de sudor cruzan su frente arrugada,
goteando por sus sienes mientras sacude la cabeza.
Mamá Mead y Harvey finalmente se encuentran cara a cara.
"Creo que mereces ser castigado".
"Esto es muy oscuro", dice Rowan detrás de mí, aunque no parece que se esté quejando.
"Cállate. Mamá Mead tiene algunas cosas que decir”. Empujo la cabeza del cadáver
mientras Harvey grita y se retuerce. La dentadura postiza se le cae de la boca y cae sobre su
rostro y él entra en otra dimensión de miedo. "Ups, mi error".
Dejo a Mamá Mead sobre su pecho para poder agarrar su frágil muñeca, manteniendo mi
brazo herido fuera del camino mientras Harvey intenta golpearla. Sus dedos curvos le acarician
la cara antes de que los enganche en la comisura de su boca. “Espera, hijo. Sólo quiero
arrastrarme dentro y echar un vistazo a mi alrededor”.
Harvey deja escapar un gemido quejumbroso.
Y luego jadea en busca de aire, lo traga como si no fuera a entrar, su rostro es una mueca
contorsionada.
"Uhh..."
Las venas de las sienes de Harvey sobresalen. Su carne se vuelve roja y luego
rápidamente pierde color. Sus labios se vuelven azules.
"Que…"
Un suspiro entrecortado sale de su pecho. Sus ojos se oscurecen. Sus pupilas se fijan
al techo y se dilatan.
“¿Acaba de sufrir un infarto?” —Pregunta Rowan. Se detiene en Harvey's.
cabeza inmóvil para mirar su rostro ensangrentado.
Mis hombros caen con decepción. "Esto no está nada bien, Harvey".
“Literalmente lo asustaste hasta la muerte. Deberias estar orgulloso."
"Tenía mucho más en mí". Le doy un empujón petulante a mamá Mead y ella se aleja
rodando del pecho inmóvil de Harvey. “¿Crees que deberíamos darle RCP?”
"Si quieres, pero yo te pido que no hagas el boca a boca".

"...Maldita sea".
Rowan sonríe cuando levanto la vista. Camina alrededor de la cabeza de Harvey y se
detiene a mi lado con la mano extendida. “Vamos, Mirlo. La adrenalina se acabará pronto y
ese hombro empezará a doler mucho. Será mejor que quememos el lugar y nos vayamos
antes de que ese pájaro encuentre la manera de ayudar. Luego ordenaré nuestras cosas en
el motel y nos pondremos en camino.
Coloco mi mano en la de Rowan y él me pone de pie. La cicatriz en su labio se aclara

un poco mientras me sonríe. Mi mirada recorre su rostro y quiero recordar cada detalle,
desde sus cejas oscuras hasta sus ojos azul marino y las líneas tenues en sus bordes,
hasta el pequeño lunar en su pómulo y el brillo de su cabello mojado. Sobre todo, quiero
recordar la calidez de su beso cuando presiona sus labios contra los míos.
Demasiado pronto, se aleja, pero no sin tomar mi mano mientras

nos lleva hacia la casa.
"En el camino", digo, sus palabras finalmente emergen de la bruma del
adrenalina. “¿En el camino hacia dónde?”
"Nebraska. Ver al Dr. Fionn Kane”, dice. "Mi hermano."
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IMPRESIONES
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SERBAL
S Loane duerme a mi lado en el asiento del pasajero, con una manta que robé del
hotel cubriendo su cuerpo, su cabello negro peinado sobre su hombro hinchado.
El tirante de su sostén sostiene una bolsa de hielo sobre la articulación, y aunque sé que probablemente
se derritió hace una hora, no he tenido el corazón para reemplazarla en caso de que la despierte.
Cuando la miro, parece que no puedo separar una emoción de las demás. Todos ellos se
entrelazan cuando pienso en Sloane Sutherland. El miedo se fusiona con la esperanza. Cuidar con
control, con envidia, con tristeza. Está jodiéndolo todo, todo a la vez. Incluso el deseo de apagar este
sentimiento se traba con la necesidad de nutrirlo. La totalidad de ello me devora.
Y sólo crece con cada momento que pasa. Sloane está presente en cada pensamiento. Cuando
estamos separados, su ausencia es una entidad. Me preocupo por ella. Sueño con ella. Y ayer casi la
pierdo. Matar nos une y es una compulsión sin la cual ninguno de nosotros puede vivir. Esta necesidad,
y ahora este juego entre nosotros, me consume tanto como ella.
Mis obsesiones me empujan a un precipicio del que estoy destinada a caer, y podría haber
No será el final de la caída una vez que lo haga.
Sloane se agita y gime, y mi maldito corazón comienza a desbocarse. Tal vez no ha parado desde
ese primer día en el pantano cuando salió del baño en Briscoe's, toda el cabello mojado y la piel
sonrojada y pecosa y esa camiseta de Pink Floyd atada a su cintura. Cada vez que pienso en ella, mi
corazón me recuerda que, después de todo, no estoy tan muerto por dentro como pensaba.
"Tranquilo, Blackbird", le digo mientras ella gime de nuevo, esta vez más como un gemido que me
araña las entrañas. Puse una mano en el muslo de Sloane, tal vez para tranquilizarme tanto como ella.
"Solo unas pocas horas más."
Se mueve y cada movimiento doloroso marca un pliegue en su piel hasta que cierra
los ojos con fuerza. La manta cae hasta su cintura cuando finalmente llega a una posición
más recta, pero no parece darse cuenta, y cuando se la vuelvo a levantar, me regala una
leve sonrisa agradecida. Le paso una botella de agua y un puñado de analgésicos antes de
que tenga la oportunidad de pedirlos.
“Me siento como en el infierno”, dice, con los ojos cerrados una vez más mientras traga
las pastillas. Cuando solo respondo con un hmm pensativo, ella me mira de reojo. "Puedes
decirlo".
"¿Que qué?"
"Que yo también luzco como el infierno".
Me río entre dientes y sus ojos se estrechan. "No estoy diciendo eso. De ninguna
manera. Miro hacia la carretera, saludando a una urraca que vuela sobre mí, tratando de
mantener mi atención en el horizonte a pesar de que el peso de la mirada penetrante de
Sloane en un lado de mi cara es como una marca caliente en mi piel. "¿Qué? Creo que
eres hermosa. Como una especie de diosa de la venganza cruel y endurecida por la batalla.
Sloane resopla. "Diosa de la venganza, mi trasero". Miro a tiempo para ver uno de sus
épicos ojos en blanco. Antes de que pueda detenerla, baja la visera y levanta la cubierta
del espejo.
Un chillido llena el pequeño hatchback.
"Serbal"
"No es tan malo, una vez que te acostumbras".
"¿Acostumbrarse a él? Hay una maldita huella de bota en mi cara”. Se inclina más
cerca del pequeño espejo y gira la cabeza de lado a lado mientras inspecciona los
moretones de las distintas marcas de pisadas en su frente y dos semicírculos negros debajo
de las pestañas inferiores. Cuando Sloane se vuelve hacia mí, tiene los ojos vidriosos por
las lágrimas no derramadas.
“Negrob—”
“No me hagas mirlo . Ese hijo de puta del cancan me golpeó la maldita frente. Incluso
puedo ver el logo de Carhartt en él”, dice, su voz adquiere un tono lloroso mientras se
acerca al espejo antes de volverse hacia mí, con una lágrima derramándose sobre sus
pestañas mientras se inclina sobre la consola central y señala el círculo en el centro de su
frente. "¿Ver? Justo ahí. Carhartt. ¿Por qué no pudo simplemente darme un puñetazo en la
cara como una persona normal?
“Probablemente porque no era una persona normal, amor. Pensé que la motosierra era una
gran pista”. Limpio una de sus lágrimas con mi pulgar. Su labio tiembla y quiero reír y quemar el
mundo simultáneamente hasta que encuentre una manera de resucitar a ese imbécil para que
pueda matarlo de nuevo. "No estará ahí para siempre".
“Pero tengo que ir al baño”, dice Sloane, logrando controlar su voz a pesar de que su rostro
sigue siendo la imagen de la angustia.
“¿Cómo se supone que voy a ir a algún lado sin llamar la atención?”
No me atrevo a ofrecer la opción de encontrar un arbusto privado al costado de la carretera
para agacharme detrás. Claramente ha llegado al límite de su estrés y no estoy interesado en
que me apuñalen mientras conduzco.
“Hay una parada de descanso en diez millas. Yo te solucionaré.
Sloane me observa durante un largo momento y, aunque su expresión todavía es cansada
y dolorida, se suaviza un poco antes de recostarse en su asiento.
"Bueno."
Me duele el pecho. Ella confía en mí.
Trago, arrastrando mi atención de nuevo a la carretera. "Bueno."
El silencio desciende mientras Sloane se muerde el labio inferior, mirando por la ventana
cómo pasan los campos de cultivo. Subo el volumen de la música ahora que está despierta con
la esperanza de que pueda calmarla cuando siento la tensión saliendo de su cuerpo inmóvil. A
veces, me siento como si tuviera algo salvaje a mi alcance cuando ella está conmigo. Ella es tal
como su apodo, lista para despegar con la primera ráfaga de viento. Nunca quise ganarme la
confianza antes que Sloane. Nunca me ha importado mantenerlo a nivel personal, no para nadie
más que para mis hermanos.
Y de repente, la confianza de Sloane es una de las cosas más importantes del mundo para mí.
Sé que si lo pierdo, nunca lo recuperaré.
Y eso me asusta muchísimo.
“¿Qué pasa si necesito cirugía?” Sloane susurra. Le ofrezco una sonrisa, pero eso no
parece tranquilizarla.
"Entonces te operarán".
"La gente hará preguntas".
“Mi hermano se encargará de eso. Pero ni siquiera sabemos si es
necesario. Veamos qué dice Fionn cuando eche un vistazo”.
Sloane suspira y pongo mi mano sobre la manta que cubre su muslo, sin estar segura de si
esto es demasiado cuando no sé dónde estamos. Pero su mano buena se desliza en la mía y mi
corazón salta a mi garganta con un fuerte latido.
Después de todo, no está tan muerto por dentro.
"¿Fionn también lo sabe?" pregunta, su mirada desviada de mí hacia la extensión

abierta de tierra y cielo.
“¿Sobre nuestros… pasatiempos? ¿Nuestro juego?" Ella asiente y le doy la mano.
apretón ligero. "Sí, él lo sabe".
“Pero él es médico. Nuestra idea de diversión es una especie de antítesis del trabajo de
su vida”.
Me encojo de hombros antes de asentir hacia el cartel de la próxima salida. La tensión
en su mano disminuye. “Digamos que mis hermanos y yo no tuvimos la educación más
convencional incluso después de que dejamos esa mierda de casa de mi padre. Entre la
crueldad de Lachlan y mi imprudencia, Fionn no tiene anteojeras cuando se trata de los
matices más oscuros de la vida. Ha elegido su propio camino como siempre esperábamos
que lo hiciera. Pero él acepta en lo que nos hemos convertido Lachlan y yo, tal como
nosotros lo aceptamos a él”.
“Tu camino”, dice Sloane. "¿Cómo lo encontraste?"
"¿Te refieres al restaurante?" Pregunto, pero cuando miro a Sloane, ella niega con la
cabeza y su mirada se centra en mi cara como si estuviera absorbiendo cada matiz.
“Después de que mi padre nos atacó por última vez, cuando Lachlan y yo lo matamos, me
di cuenta de que no sentía lo que probablemente debería sentir al hacer algo así. La mayoría
de la gente se sentiría culpable. Pero sentí una oleada de emoción cuando estaba
sucediendo. Logro cuando todo terminó.
Había paz al saber que nunca volvería. Y cuando poco después conocí a alguien que me
recordó a él, me di cuenta de que nada me impedía volver a hacerlo. Siempre había una
siguiente persona. Alguien peor. Con el tiempo, se convirtió en una especie de deporte:
encontrar a la peor persona que pudiera y borrarla del planeta para siempre”.
Sloane tararea una nota pensativa y vuelve la mirada hacia la gasolinera que tiene
delante. Quiero saber el mismo tipo de cosas sobre ella. ¿Cómo llegó a esto? ¿Qué pasó
antes y después de su primer asesinato? ¿Realmente no tiene a nadie más que a Lark?
Pero con Sloane, ya sé que ella comparte cuando está lista, no cuando se lo piden. Sólo
puedo esperar que ahora esté un poco más preparada.
Entramos en la gasolinera y estaciono lejos del edificio donde es menos probable que
la vean, apagando el motor antes de volverme hacia ella. "Te dejaré las llaves, por si acaso".
La mirada de Sloane se dirige al tablero y vuelve a mí. Algo se suaviza en el dolor que
aún abunda en sus ojos inyectados en sangre. "Bueno."
"Regresaré enseguida".
Ella asiente y yo asiento a cambio.

Intento pasar el menor tiempo posible en la gasolinera, recogiendo agua, refrescos y una
variedad de bocadillos, junto con algunas cosas que, con suerte, harán que Sloane se sienta
más cómoda. Me sorprende gratamente cuando el vehículo está donde lo dejé, Sloane observa
cada paso que doy desde detrás del parabrisas. Su respiración profunda y su sonrisa no pasan
desapercibidas cuando abro la puerta del pasajero.
"Pensé que esto era apropiado", digo. Saco la etiqueta de una gorra de camionero gris
desgastada antes de entregársela. "Me parece una tontería ", dice la escritura cursiva en el
frente.
"Exacto", responde, centrándolo en su cabeza antes de tomar el
A continuación le paso unos aviadores baratos, apretándolos en su mano buena.
"La siguiente parte probablemente va a doler muchísimo". Saco una camisa abotonada
de mi bolso y ella suelta un profundo suspiro, frunciendo el ceño ante la tela arrugada. "Lo
cortaremos cuando lleguemos a casa de Fionn".
Sloane no discute, solo mira su brazo herido que
yace inerte e inútil sobre la manta antes de asentir.
Primero quito la bolsa de hielo derretida de debajo del tirante del sujetador y observo
cómo sus ojos se cierran y su labio inferior se desliza entre sus dientes. Cuando tomo su mano
herida y paso la manga por su muñeca, deja escapar un gemido de dolor y un rubor sube por
su cuello hasta sus mejillas. Sigo adelante, aunque sé que soy yo quien la hace sufrir con sólo
ayudarla a ponerse una puta camiseta. Intento alejar la idea de que todo esto se debe a mí,
todo este estúpido juego, su hombro roto, su cara maltratada. Pero reprimo esos pensamientos
porque ella me necesita, y lo único que importa ahora es conseguir su ayuda.
Una vez que deslizo la camisa sobre su hombro malo, la tarea se vuelve más fácil.
Ella es capaz de girar su cuerpo lo suficiente como para meter su otro brazo sin demasiados
problemas, y luego me agacho para abrocharle los botones.
"Gracias", susurra entrecortadamente mientras empiezo a presionar el primer botón. Miro
su rostro, un bonito rubor ilumina sus mejillas bajo una fina película de sudor. "Eso apestaba".
"Lo hiciste bien", le digo. Mis dedos rozan su estómago cerca de su ombligo perforado
mientras paso el siguiente botón por el agujero. No fue mi intención tocarla, pero no me
arrepiento, especialmente cuando ella responde con un pequeño escalofrío.
Su piel expuesta se endurece, y cuando miro hacia arriba, los ojos color avellana de Sloane se
fusionan con los míos, su pulso zumba en su cuello mientras mi mirada cae hacia su garganta.
Soy apenas consciente de que mis dedos se están desacelerando alrededor del tercer botón,
la necesidad de tocar y saborear su piel embotando cualquier otro pensamiento detrás de una
nebulosa película de deseo. Mi polla se tensa contra mi cremallera y dejo que mi mirada
recorra la pendiente de su clavícula, descansando en la suave piel de su pecho mientras
sube y baja con respiraciones rápidas. Sigo la línea de su sujetador hasta donde se abre el
borde de la camisa, dejando al descubierto el satén blanco manchado.
Y luego me detengo en seco, todo el mundo estrechándose hasta la punta de su pezón.
Su pezón perforado .
Puedo distinguir claramente la forma de un corazón alrededor del pico firme y una
pequeña bola a cada lado.
Eso no estaba ahí la primera vez que nos vimos. Yo sé eso. Lo sé porque mi monólogo
interno estuvo marcado por las palabras "sin sostén" cada dos minutos desde el momento en
que salió del baño de Albert Briscoe.
Creo que mis manos han dejado de moverse. Realmente no puedo estar seguro. Solo
estoy mirando ese pequeño corazón mientras mi boca se seca y mi polla se pone dura como
una jodida piedra.
Un repentino movimiento rompe el hechizo cuando Sloane despliega el
gafas de sol con un chasquido de muñeca.
“¿Algo te llamó la atención, chico bonito?” ella pregunta.
Esos labios. Ese hoyuelo. Esa maldita sonrisa. Se pone las gafas de sol con un guiño
antes de que sus ojos color avellana desaparezcan detrás de los lentes espejados, y luego
pasa a mi lado, toda curvas y descaro mientras se baja la camisa lo suficiente como para
cubrir su sostén antes de alejarse tranquilamente hacia la gasolinera.
Maldita sea.
Me divertiré mucho castigándola.
Diez minutos más tarde, ella regresa al hatchback y yo todavía estoy sentado aquí con
una erección furiosa, inmerso en fantasías de cómo voy a torturarla para que me cuente todo
sobre esos piercings en los pezones. Mi polla no tiene esperanzas de calmarse con esa leve
sonrisa todavía plasmada en su rostro.
"¿Estás bien?" pregunta cuando se quita las gafas de sol y se desliza en el asiento del
pasajero. Sus ojos se posan en los míos mientras tira del cinturón de seguridad sobre su
cuerpo.
"Excelente. Sí. Simplemente genial."
"¿Seguro? ¿Quieres que conduzca un rato? Te ves un poco… distraído.
No quisiera que algo brillante llamara tu atención y nos ahuyentaras.
El camino."
Le lanzo una mirada furiosa mientras enciendo el motor y pongo la marcha. “Cristo vivo.
Déjame sobrevivir las próximas dos horas y luego tendremos algunas palabras”.
Y siento que eso es lo que apenas logro hacer. Sobrevivir.

Tan pronto como llegamos a la casa de Fionn, estoy listo para tomar un trago fuerte. Apenas
es mediodía. Le envío un mensaje de texto a mi hermano tan pronto como estamos estacionados,
pero él no responde, así que asumo que está inmerso en algo de su mierda de entrenamiento y
se dirige hacia el costado del vehículo para recoger a Sloane. Sus moretones se han oscurecido
y parece agotada, lo cual supongo que no es sorprendente, pero se resiste a cualquier queja
mientras la ayudo a salir del auto y subir las escaleras de la casa blanca y roja de Fionn en Cape
Cod.
Toco el timbre.
Esperamos.
Golpeo tres veces la puerta.

Esperamos más.
"Maldito Fionn", siseo. "Probablemente esté tocando Metallica a todo volumen en
sus auriculares mientras hace ocho mil burpees, ese pequeño idiota”.
Sloane me mira, su dolor ahora mezclado con preocupación. yo le doy a ella
Mi mejor intento de sonreír tranquilizadoramente antes de darle un beso en la sien.
“Él sabe que vamos a venir. Todo irá bien. No nos defraudará —digo mientras
Envuelvo una mano alrededor del pomo de la puerta.
Desbloqueado.
Pongo los ojos en blanco; de todas las personas, Fionn Kane debería saberlo mejor. "Para tal
"Un tipo inteligente, a veces es un jodido idiota".
La casa está en silencio cuando entramos. Es jodidamente pintoresco. Definitivamente Fionn
en su era pico 'Hallmark Sad Man Cinderwhatever', tal como dijo Lachlan. Incluso hay un tapete
de encaje en la mesa de café.
Avanzando más hacia la sala de estar, empiezo a dirigirme hacia la cocina, donde puedo ver
una puerta trasera que da al patio trasero. "Peckerhead", llamo a la casa silenciosa. "Deja de
hacer tonterías".
Algo me golpea en el cráneo. Las estrellas explotan dentro de mi visión.
"¡A la mierda esto, hijo de puta!"
El chillido de una mujer precede a un segundo golpe que me golpea la mano cuando la
aprieto en el punto dolorido en la parte superior de mi cabeza. Me las arreglo para agarrar el arma
y liberarla de sus manos. Sloane está gritando detrás de mí, una serie de 'whoa, whoa, whoas',
mientras empuño el garrote con una mano mientras trato de mantener a Sloane
detrás de mí con el otro. Excepto que el club no es realmente un club, sino… ¿una muleta…?
"¿Quién carajo eres?" —grita una mujer pequeña, de veintitantos años, de cabello oscuro,
cojeando en mi campo de visión mientras me golpea con la muleta que le queda. Se lo quito de la
mano y gira en espiral sobre la madera dura, pero el pequeño demonio logra mantenerse erguido.
Estoy a punto de golpearle el pecho con mi muleta en un intento de empujarla cuando ella saca un
cuchillo de caza detrás de su espalda, la hoja casi tan larga como su brazo. "Dije, ¿ quién carajo
eres?"
"¿A mí? ¿Quiénes carajo son...?

“¿Le hiciste eso en la cara?” ella gruñe. Apunta la punta de su espada entre Sloane y yo, quien
ahora está a mi lado con su mano buena levantada en un gesto apaciguador. "¿Tu hiciste eso?"
“No, Jesús…”
"Te cortaré"
“¿Qué tal si todos se calman? Creo que todo esto es un simple malentendido”, dice Sloane
mientras da un paso cuidadoso hacia la pequeña alma en pena. "¿Cómo te llamas?"
Los ojos oscuros de la banshee se dirigen a Sloane y se quedan allí. "Rosa."

"Rosa. Genial, está bien. Lindo. Soy Sloane.
"Pareces como si una de esas chicas te hubiera dado una patada en la cara en el callejón de
los payasos", dice Rose.
Sloane parpadea. Su boca se abre, luego se cierra y luego se abre de nuevo. “Yo…yo
Sinceramente, no tengo idea de lo que eso significa. Pero no lo hizo, lo juro”.
"Bien, claro". Rose se burla, sus ojos ponen los ojos en blanco casi tan bien como los de
Sloane. Ella da un paso cojeando hacia él, pero el yeso golpea el suelo y ella hace una mueca. “Él
simplemente te dio un codazo con el pie, ¿verdad? ¿Solo un toque de amor? No necesitas proteger
este pedazo de mierda, cariño. Le cortaré las pelotas”, gruñe, apuntando con la punta de su espada
hacia mí. Intento golpearlo con la punta de su muleta, pero ella esquiva mi golpe antes de que
Sloane se interponga entre ellos.
a nosotros.
"No realmente. ¿Ver? Logotipo de Carhartt. Justo ahí”, dice Sloane, levantando el ala de su
sombrero para señalar el círculo estampado en su frente. Agita su mano detrás de ella en la
proximidad general de mis pies. "Es más bien un tipo Converse".
"¿Dónde está el hijo de puta que te hizo eso en la cara?"

"Él está muerto."
"Entonces, ¿quién carajo es este maricón que roba muletas?"

"Él es Rowan", dice Sloane, haciéndome un gesto de nuevo. Rose entrecierra los ojos
como si fuera información insuficiente. “Él es mi pfr… chico. Chico. Un hombrechico. Estoy
con. Aquí."
Solté una carcajada mientras la cara de Rose se arruga. "Hombrechico", repito. "Muy
suave, Blackbird".
"Cállate", sisea Sloane mientras me mira por encima del hombro como si no estuviera
segura de si debería revelar los detalles de que Fionn es mi hermano. Levanto las cejas en
respuesta y cierro los labios. “¿Un poco de ayuda antes de que me apuñalen?”
Sacudo la cabeza. "Hombrechico cállate, según lo solicitado".

Sloane gime y pone los ojos en blanco avergonzando los esfuerzos anteriores de Rose.
Juro que sus ojos incluso van en diferentes direcciones antes de volverse hacia la mujer con
una espada en la cara. “Mira, necesito ayuda médica, obviamente. Fionn es médico, ¿verdad?
Resulta que también es el hermano de este ladrón de muletas.
La mirada sospechosa de Rose se interpone entre nosotros. Ella reflexiona durante un

largo momento antes de sacar un teléfono de su bolsillo, con su cuchillo todavía apuntando en
nuestra dirección y sus ojos desviándose de nosotros sólo el tiempo suficiente para seleccionar
un contacto al que llamar. Puedo escuchar el débil timbre cuando presiona el teléfono contra
su oreja, luego el saludo ahogado de mi hermano.
“Aquí hay una chica golpeada con un tipo alto que dice ser tu hermano. Me robó la maldita
muleta —gruñe Rose. Se queda en silencio mientras Fionn dice algo de fondo, y luego sus ojos
se fijan en mí como láseres. Ella señala con la barbilla una vez en mi dirección. "Está pidiendo
que confirmes tu apodo de infancia".
La sangre sale de mis extremidades mientras mi mirada se dirige a Sloane. Sacudo la

cabeza. "No."
Eso parece deleitar al gato infernal; la sonrisa de respuesta de Rose es jodidamente
salvaje. "Excelente. Luego te apuñalo en las pelotas.
"¿Sí? Cojea hasta aquí y pruébalo —gruño. Intento pincharla con el
extremo de goma de la muleta, pero Sloane lo rechaza.
“Por el amor de Dios, ustedes dos. Tengo un brazo destrozado aquí. Necesito un médico”,
dice Sloane, moviéndose de lado a lado por la cintura para mostrar su apéndice fláccido. Se
gira lo suficiente como para mirarme con un ojo de cachorro triste. Cuanto más me mira, más
se desmorona mi resolución. Su labio inferior sobresale
Hice un puchero, y aunque pueda ser falso, sé que estoy perdido.

“Ayúdame, hombrecito”.
Un largo gemido retumba en mi pecho mientras me paso una mano por la cara. "Mierda.
Bien." Ambas mujeres me miran con miradas fijas y sus cejas se arquearon con anticipación.
"Mierda parpadeante".
Están uno frente al otro. Hay un momento de bendito silencio.
Y luego un ataque de risas.
Rose le transmite mi respuesta a Fionn y lo escucho reírse en la línea antes de darle algunas
instrucciones breves y desconectar la llamada.
Se guarda el teléfono en el bolsillo y enfunda la espada mientras Sloane libera la muleta de mi
agarre y se la pasa.
Excelente. Estos dos serán mejores amigos ahora. Justo lo que necesito.
“Está bien, Mierda. Supongo que pasaste la prueba. Fionn volverá a casa en quince días
para solucionarlo.
"Espera un segundo. No nos has dicho por qué carajo estás aquí —digo.
mientras Rose dibuja una sonrisa desdeñosa en mis rasgos.
"Tal vez soy la chica de Fionn, el Sr. Hombrechico Flickashit".
Sloane suelta una carcajada. Tomo su codo bueno y la guio hacia el sofá mientras
Mantengo mi mirada fija en Rose. "Dios nos ayuda a todos."
Rose se aleja cojeando con sus muletas, murmurando algo sobre "peor que el circo", sea lo
que sea que eso signifique. La observo mientras se dirige a la mesa del comedor, y cuando estoy
satisfecho de que no nos perseguirá con una muleta y un cuchillo del tamaño de un machete,
vuelvo a centrarme en Sloane. La ayudo a arrastrar algunas almohadas debajo de su costado
izquierdo para que pueda encontrar una posición cómoda en el sofá mullido, pero sé lo que es
estar tan exhausto que estás desesperado por descansar, pero con tanto dolor que parece una
realidad lejana. . Cuando parece lo más tranquila que puede, me arrodillo frente a ella y le aparto
los mechones negros de la cara.
"¿Beber?" —Pregunto, y ella asiente, con los ojos entrecerrados por el dolor que se asienta.
mientras su adrenalina disminuye. "¿Qué deseas?"
El espacio entre sus cejas se arruga mientras sus bonitos ojos color avellana sostienen
el mío, su dolor tirando de mi pecho.
“Quiero…” Se detiene mientras sus ojos se alejan y regresan. Entonces aparece su hoyuelo.
Esa maldita cosa es como un faro de travesura. Apenas logro reprimir un gemido. "Quiero saber
cómo surgió el nombre Shitflicker".
"Sloane", le advierto.
“¿Fue tu propia mierda la que tiraste o la de alguien más? ¿Regularmente? Y como... ¿por
qué?
Su máscara diabólica falla cuando me inclino hacia adelante y apoyo una mano para
a cada lado de sus rodillas. "Tienes suerte de estar herido".
Sloane me da una pequeña sonrisa engreída. Joder, quiero tanto esa boca inteligente y
esos labios regordetes envueltos alrededor de mi polla que duele. "¿Oh sí?" ella gruñe. "¿Porque
eso?"
Me acerco aún más. Empuja hacia su espacio. Resiste el impulso de hundirse más
profundamente en los cojines mientras se le corta la respiración. Mi mano rodea su garganta, un
dedo a la vez presionando su piel, su pulso como música bajo mi palma. Ella se estremece
cuando mis labios rozan el caparazón de su oreja. “Porque te inclinaría sobre mis rodillas y te
azotaría ese perfecto trasero tuyo hasta que brillara.
¿Y luego quieres saber qué haría?
Ella asiente temblorosamente. Tres respiraciones desiguales. "Sí", susurra.
“Te daría una lección sobre el deseo. Sobre tener tantas ganas de correrte que tienes que
rogar para conseguirlo. Mi polla se endurece cuando la sangre de Sloane corre contra mis dedos.
"Y una vez que estuviera seguro de que habías aprendido esa lección, te enseñaría cómo querer
dejar de correrte con tanta fuerza que también suplicas por eso".
El pulso del colibrí de Sloane enciende mi sangre, su leve aroma a jengibre se ve empañado
por el sudor, la sangre y su miedo persistente. Me pregunto si se da cuenta de lo fácil que puedo
aplastar su delicada tráquea. Me pregunto si piensa en cómo está atrapada en las garras de un
asesino que es tan letal como ella.
"Estás temblando, pajarito."

En un instante de movimiento, la dejo ir y me alzo sobre ella. Mi polla pide alivio mientras
observo sus mejillas sonrojadas y su respiración rápida. Sus dedos rozan su cuello, un ligero
rastro de movimiento a través de su carne rosada como si extrañara mi toque.
Cuando sus ojos se encuentran con los míos, le doy una sonrisa oscura, llena de confianza.
Lleno de promesas. “Tal vez deberías empezar a practicar tu mendicidad, amor.
De lo contrario, puede que no te traiga una bebida.
El resoplido de Sloane al exhalar es respondido por mi guiño antes de darme vuelta y
alejarme. Es difícil no mirar atrás. Sloane, sonrojada y nerviosa, podría ser mi versión favorita
de ella hasta ahora.
Por supuesto, miro hacia atrás, porque no puedo evitarlo. Sólo una mirada.
Una sonrisa maliciosa que lanzo por encima del hombro y grabo la imagen de su deseo
manifiesto en mi memoria.
Cuando llego a la cocina, me tomo mi tiempo para buscar opciones de bebidas, decidiéndome
por la botella de bourbon Weller's Antique Reserve, no porque sea lo que realmente quiero, sino
porque es la botella de alcohol más cara de la casa y esa pequeña Mierda, Fionn merece que le
roben su costosa bebida después del fiasco del apodo. Rose está sentada a la mesa del comedor,
las luces atenuadas y una fila de cartas colocadas frente a ella.
"No te tomé por el tipo Solitario", le digo mientras dejo las gafas en el
mostrador y sírvase el primer trago. Su mirada hacia mí es fugaz.
"Tarot".
"Claramente", digo rotundamente. Su mirada se dirige hacia mí de nuevo, una leve sonrisa
asoma en una comisura de sus labios como disculpándose por perderse el chiste con su
concentración distraída.
“¿Quieres una lectura?”
“Pase duro. No le gusta tentar a fantasmas o algo así. No necesito más mala suerte”.
Rose se encoge de hombros y da vuelta una carta de su mazo. "Haz lo que quieras."
Ella examina las cartas. Una arruga se profundiza entre sus cejas mientras sus ojos pasan de
una a la siguiente. Se voltea otra carta con las orejas de perro, y su silencio se prolonga con su
evaluación de su significado oculto.
“Entonces…” digo, y ella no levanta la vista mientras gira otra carta. "Estás
¿Quedarte con mi hermano? ¿Cuánto tiempo llevan saliendo ustedes dos?
"No eran."
“Pensé que habías dicho—”
“—que '¿tal vez soy su chicachica?'” Rose no levanta la vista mientras resopla.
una risa. “Sí, 'Manguy' tampoco sonó muy sólido. Sin ofender."
Miro hacia donde Sloane está sentada en la sala de estar con el hombro izquierdo caído y la
concentración en el teléfono en equilibrio sobre su rodilla derecha. "Ninguna toma,"
Yo murmuro.
“¿Cuánto tiempo has estado…” sus ojos se apartan de las cartas y recorren a mí, y luego,
“suspirando…?”
Mi mano se desliza por mi cara mientras gimo. Algo me dice que no hay
engañando a Rose. "Un tiempo muy largo".
Rose mira sus cartas y asiente sabiamente. "Sí. Lo pensé mucho.
Bueno, en ese caso, de nada.
"¿Para qué?"
“Mi presencia fortuita en esta encantadora morada”, dice, señalando la sala de estar con una
mano. “Fionn tiene el dormitorio principal.
Tengo el primer dormitorio de invitados. Eso significa que tú, amigo mío, podrás
compartir la cama con tu chica de allí.
Un estallido de excitación y nervios inunda las cámaras de mi corazón. Me paso
una mano por el pelo y miro hacia Sloane mientras ella revisa su teléfono. No estoy
seguro si ella querrá eso. O si debería tomar el sofá. O si puedo obligarme a sentarme
en el sofá. O tal vez debería simplemente dormir en el suelo. Pero tampoco soy un
santo, así que no hay manera de que haga eso.
"Joder", susurro.
Rose resopla. "Exactamente. Dispara, hermano”.
Sacudo la cabeza y me río de la pequeña diablesa, pero su atención es absorbida
por las cartas esparcidas ante ella en forma de cruz a la izquierda y una línea a la
derecha. Su cabeza se inclina. Su frente se frunce. Sus dedos bailan sobre la fila de
imágenes, cuyo significado me resulta desconocido. "Entonces, ¿la metiste en toda
esta jodida situación de hombro y cara de huella de bota?"
“Yo… supongo. Sí."
“¿Algún tipo de… juego… que salió mal?”
La botella casi se me escapa de la mano. Lo dejo junto a los vasos y doy un paso
hacia la mesa. "¿Qué?"
“Un juego”, repite sin levantar la vista. Señala una tarjeta de un hombre que lleva
una corona y monta a caballo, con otra corona rodeando el poste en sus manos. Su
mirada recorre las cartas restantes. “Un juego de vida o muerte. Hay sufrimiento.
Secretos y engaños. Ilusiones”, dice con voz grave mientras su pulgar toca el borde de
una tarjeta cuyo título en la parte inferior dice 'La Luna'.
"Pensé que había aprobado una lectura", digo con una voz cautelosa que es poco
más que un susurro.
"Lo hiciste. Las cartas no estaban de acuerdo”. Rose se encoge de hombros. "Ellos hacen eso".
Me encuentro en el extremo opuesto de la mesa, con mis ojos fijos en Rose
mientras ella golpea con un dedo la carta superior de la fila de la derecha, un tictac
metronómico del tiempo.
“La Torre”, dice. Su dedo se posa sobre el relámpago dorado descolorido que cae
sobre una torre de piedra. "Destrucción. O liberación. ¿Qué significa para ti?"
Sus ojos son casi negros en la tenue luz cuando se posan en mí. Mi mente
Tambaleándome, mi única respuesta es un movimiento de cabeza.
“Una torre de piedra”, dice, sin mirarme mientras toca la tarjeta una vez. “Debería
ser fuerte. Pero construido sobre una base inestable, simplemente
Se necesita un rayo para derribarlo. Caos. Cambiar. Dolor. Y cuando tu mundo se

desmorona a tu alrededor, la verdad se revela”.
“¿Y qué… crees que lo que le pasó es el rayo?”
Rose desvía la mirada hacia Sloane, un ceño pensativo cruza su expresión
antes de volver su atención a mí. "No sé. Quizás lo sea. O tal vez esa huelga aún
esté por llegar”.
Y aunque su mirada se desvía cuando Fionn entra por la puerta, las palabras
de Rose permanecen como ganchos de púas enganchados profundamente en mis
pensamientos. Se niegan a dejarme ir.
Hago presentaciones. Sigo los pasos para explicar lo que pasó, respondo
todas las preguntas de mi hermano mientras examina el hombro de Sloane. No
nos quedamos en la casa y, en veinte minutos, la recogeré para llevarla a la oficina
de Fionn. Pero cuando miro a Sloane, son las preguntas de Rose las que aún
permanecen. Quizás siempre estuvieron ahí.
¿Alguna vez realmente la liberé?
¿O seré su destrucción?
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REVELACIONES ROTO
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SLOANO
Mi cabeza descansa en el regazo de Lark mientras sus dedos pasan por mi cabello.
Se mece al ritmo de la melodía de su voz inestable. 'Nadie aquí puede amar o
entiéndeme…” canta. Su voz disminuye hasta convertirse en un zumbido tembloroso.
Sé que he hecho algo que nunca podré revertir. Algo que nunca querría hacer,
aunque la mayoría de la gente se arrepintiera. Pero yo no. Me siento aliviado.
Finalmente abrí la puerta donde un monstruo yacía haciendo sonar sus barrotes al
otro lado, rogando ser liberado. Ahora que salió, no hay forma de volver a cerrarlo.
Y no quiero.
"Mis padres arreglarán esto", susurra Lark mientras me besa el pelo. “Les diré
lo que hiciste por mí. Ellos nos ayudarán. Puedes venir a casa conmigo”.
Mis manos están mojadas. Pegajoso. Los elevo hasta convertirlos en una franja de luz de luna desde
la ventana. Están cubiertos de sangre carmesí.
Cuando bajo las manos, veo el cuerpo en el suelo. El director artístico del
Ashborne Collegiate Institute.
Y mi único deseo es que él resurja del más allá para poder hacerlo todo de
nuevo.
'Llegaré tarde esta noche...' canta Lark, 'Mirlo, adiós, adiós'.
"Blackbird", dice una voz diferente pero familiar. Salgo de la oscuridad de la
memoria y los sueños que nunca me abandonan. Cuando abro los ojos, Rowan está
allí, sentado en el borde de la cama. Su mano aparta el pelo de mi cara.
"Sólo una pesadilla".
Parpadeo y asimilo mi entorno desconocido. La luz se derrama desde el baño
privado para iluminar una parte de la habitación, decorada en tonos
de gris intenso y blanco y toques de amarillo que pierden su brillo alegre en la sombra.
Los momentos regresan a mí desde la neblina de fuertes analgésicos.
Recuerdos de agonía mientras Fionn giraba mi brazo. El dolor en los ojos de Rowan
mientras tomaba mi mano y me recordaba que debía respirar. El relieve del hueso
deslizándose de nuevo a su lugar. La forma en que Rowan apoyó su cabeza junto a la
mía cuando terminó, como si cada momento hubiera tallado un profundo corte en su corazón.
Cuando se levantó y me miró, había angustia y arrepentimiento en sus ojos, y no podía
decir cuál era peor.
E incluso ahora, todavía persisten en sus ojos.
"¿Qué hora es?" Pregunto mientras me siento un poco con un gemido. Me duele el
hombro, pero me resulta reconfortante tener el brazo cruzado sobre el cuerpo en
cabestrillo.
"1130."
"Me siento asqueroso", digo mientras miro mis mallas y la camisa de franela con
botones con la que acabo de dormir durante las últimas horas. No me he duchado en más
de un día, no desde la mañana de la casa de los horrores de Harvey. Es como si me
persiguiera a través de la película que cubre mi piel.
"Vamos." Rowan me ofrece una mano para ayudarme a sentarme. “Te prepararé un baño.
Podría aliviar algo del dolor”.
Me deja en el borde de la cama y se dirige hacia la franja de luz, como si supiera que
necesito un minuto para orientarme. Oigo chirriar el grifo y el agua corre hacia la bañera.
Durante un largo momento, me quedo en la habitación con poca luz hasta que venzo mi
inercia y me reúno con Rowan en el baño.
No digo nada mientras me detengo frente al tocador para mirar mi reflejo y trato de
contener las lágrimas a pesar del escozor en mis ojos y el nudo en mi garganta.
Moretones de color púrpura oscuro siguen la curva de mis ojos, la huella de la bota de
Harvey Mead aún más vibrante en mi piel que cuando la vi por primera vez en el auto. La
sangre seca todavía bordea los bordes de mis fosas nasales. Me duele la nariz y está
hinchada. Afortunadamente, sin embargo, todavía está en el lugar correcto. Lo cual es
bueno, porque ya parezco el jodido incendio de un contenedor de basura y no necesito
una nariz rota para sumarme al espectáculo de mierda actual.
"Listo", dice Rowan mientras cierra el agua del baño. Cuando no respondo, se acerca
y su reflejo se detiene en la periferia. No aparto los ojos de mi rostro arruinado. "Haré que
Rose te ayude".
"No", susurro. Las lágrimas se acumulan en la línea de mis pestañas a pesar de mi mejor esfuerzo por
mantenerlos a raya. "Tú."
Rowan no se mueve por un momento que se siente estirado. Cuando se acerca, se

detiene detrás de mí y el peso de su mirada pesa tanto sobre mi reflejo que puedo sentirlo a
través del cristal. "Hermoso."
Una risa incrédula que suena más a sollozo se escapa de mis labios. "Me veo como
una mierda", digo mientras cae la primera lágrima. Sé que no debería importarme tanto
como lo hago. Es sólo temporal. Dentro de unas semanas, esto no será más que un
recuerdo, probablemente incluso divertido. Pero el problema es que me importa , por mucho
que intente no hacerlo. Quizás simplemente estoy cansado por el dolor, el estrés y las horas
de viaje. O tal vez simplemente es difícil ver que mi vulnerabilidad no está atrapada sólo en
mi interior. Está mirando el mundo a todo color. Está mirándolo .
"Para mí eres hermosa", dice Rowan. Se acerca desde detrás de mí para quitar el
desgarro de mi piel con su pulgar. El siguiente paso de su caricia sigue al hematoma debajo
de mi ojo. “Ese color de ahí, ¿cuántas cosas se te ocurren que sean de ese color? Es raro."
Vuelve a rozar mi hematoma, su tacto es tan suave que no siento dolor. Mi labio tiembla
en el espejo. Más lágrimas brotan de mis ojos. "Berenjena", digo con voz trémula. "Es la
peor verdura".
La risa de Rowan calienta mi cuello y envía una corriente a través de
mi piel. "Que no es. El apio es la peor verdura”.
"Pero la berenjena es blanda".
“No cuando lo logre. Te prometo que te gustará”.
“Tengo cara de berenjena. Eso es básicamente una cara de idiota. Una polla blanda
cara con el logo de Carhartt”.
Rowan aparta el pelo de mi hombro y me da un suave beso en la mejilla. No tengo que
ver su reflejo para sentir su sonrisa mientras sus labios permanecen en mi piel. “Esto no
está teniendo el efecto deseado. Déjame intentarlo de nuevo”, dice con una cálida diversión
en su voz. Su otro brazo me rodea para desabrochar la primera de las dos hebillas de mi
cabestrillo. Mi mueca de dolor se encuentra con otro beso. “Ese color no me recuerda a la
berenjena, por si sirve de algo. Me recuerda a las moras. La mejor baya si me preguntas.
Me recuerda a los iris. Tienen el mejor aroma de cualquier flor. Me recuerda a la noche,
justo antes del amanecer. El mejor momento del día”. La otra hebilla se libera y cierro los
ojos contra el dolor mientras Rowan desliza el cabestrillo de mi
brazo.
"Pero"
“Eres todo lo mejor para mí, Sloane. No importa cuantos moretones

están en tu corazón o en tu piel”.
Cuando abro los ojos, no son mis marcas las que veo. No es la hinchazón ni los
rasguños ni la sangre. Es Rowan, sus ojos azul marino fusionados con los míos, su brazo
alrededor de mi cintura mientras su otra mano traza patrones lentos en mi piel.
Coloco mi mano buena sobre la suya, envuelvo mis dedos alrededor de sus nudillos
donde las cicatrices se entrecruzan sobre el hueso. Luego levanto su mano y cada matiz
de su expresión es absorbido por mi mirada atenta. Guío sus dedos hasta el botón
superior de mi camisa y dejo que mi mano descanse sobre el músculo tenso de su antebrazo.
No compartimos palabras entre nosotros. Sólo la conexión de nuestros ojos en el
espejo, una que no flaquea.
Rowan libera el primer botón. El segundo. El tercero. El cuarto está bajo en mi
esternón. El quinto revela mi abdomen superior. El sexto, la barra enjoyada en mi
ombligo. Todavía me sostiene los ojos mientras libera los botones séptimo y octavo. Un
trozo de piel en el centro de mi cuerpo brilla con la luz que nos baña desde arriba del
espejo.
Mi pulso late. Podría verlo en mi cuello si estuviera dispuesto a apartar la mirada.
Pero yo no. Sigo agarrándome mientras los dedos de Rowan se curvan alrededor de un
borde de mi camisa.
Lo abre, exponiendo mi pecho al aire cálido. Luego hace lo mismo con el otro lado.
Y todavía nuestras miradas permanecen fijas. No es hasta que trago y levanto las cejas
que finalmente deja que sus ojos caigan sobre mi cuerpo.
“Jesús…” susurra. “Sloane…”
Mi carne es un desastre de rasguños y moretones, todas las marcas más oscuras y
obvias que hace horas. Su mirada recorre cada centímetro de mi piel expuesta como si
fuera algo precioso pero dañado, una revelación rota. Puede que no sea como esperaba,
pero sé que me ha imaginado así antes, desnuda y vulnerable a su mirada, a su tacto.
Tal como lo he imaginado. Pero es diferente sentirlo en el pesado silencio que se extiende
entre nosotros. No podría haber esperado la forma en que mi sangre correría a través de
mi carne, o la forma en que el mundo entero se reduciría a este punto, este momento en
un espejo.
La mirada de Rowan se posa en mi garganta, sus ojos azul marino casi negros, sus
pupilas consumiendo el color hasta que sólo queda una fina banda azul. Traza una línea
por el centro de mi cuerpo, su atención es tan lenta y deliberada que se siente como un
toque contra mi piel. Fluye sobre las crestas de mi esternón. Gira hacia la izquierda y se
ralentiza sobre mi corazón. Calca el piercing de oro rosa.
rodeando mi pezón puntiagudo. Se me pone la piel de gallina en los brazos y tiemblo cuando su
mirada cruza mi pecho hacia el otro lado y el piercing a juego en mi pecho derecho.
“¿Algo te llamó la atención, chico bonito?” Yo susurro.

“Sí”, dice con voz dolorida. “Dios, sí, Sloane. Todos ustedes."
Rowan primero arrastra la camisa por mi brazo ileso, luego se toma su tiempo para sacarla
de mi hombro hinchado, sus ojos permanecen fijos en el reflejo de mi cuerpo. La tela se cae y
se acumula a mis pies. Respira profundamente antes de enganchar sus pulgares en la cintura
de mis calzas y colocarlos sobre mis caderas. Sus dedos se envuelven alrededor de mi tobillo
para levantar mi pie de las frías baldosas y liberar la tela de una pierna y luego de la siguiente.
Cuando se levanta en toda su altura detrás de mí, puedo ver cada respiración forzada en su
pecho, cada latido de su corazón mientras el pulso se acelera en su cuello.
"Necesito ordenar mis cosas", murmura, su voz baja y áspera, las palabras no están
dirigidas a mí. Me tiende una mano y la tomo. "Vamos. Al baño antes de que me muera.
Arrastro mis pies mientras él tira de mí hacia la nube de burbujas blancas.

brillando en la bañera. “¿Eso significaría que obtendría una victoria extra?”
"Estoy a punto de perder todos los juegos, Blackbird", se queja. "I
"No creo que tengamos que llegar al extremo de matarme todavía".
Nos detenemos en el borde de la bañera. Rowan sostiene mi mano buena mientras sumerjo
un dedo del pie en el agua tibia. Cuando doy mi primer paso, miro hacia arriba, esperando verlo
concentrado en los detalles de mi cuerpo. Pero no lo es. Sus ojos están fijos en los míos, con
una muesca entre sus cejas como si toda esta experiencia fuera insoportable.
"¿Estás bien?" Pregunto mientras me sostengo con su mano y coloco mi otro pie en el
agua para pararme en la pequeña bañera, mi leve sonrisa solo sirve para profundizar su ceño.
"No precisamente."
"Lo estás haciendo genial."
“¿No debería decirte eso?”
"Probablemente."
“Sólo entra, por el amor de Dios”.
"Estoy en."
Rowan se pasa la mano libre por la cara. "¿Cómo es que todavía tienes el
¿Tienes energía para enojarme?
“Siempre tengo la energía para eso. Tu sufrimiento es mi prioridad número uno”. Mi

sonrisa comienza brillante pero falla cuando la mirada de Rowan se desplaza de mí a la
esquina de la habitación como si no pudiera soportar mantener su atención en mi cara por un
momento más. "¿Qué es? Serbal…?"
“He estado sufriendo durante cuatro años, Sloane. Te lo ruego aquí. Métete en el maldito
baño.
Mis ojos no se desvían de su perfil mientras lentamente bajo al agua. Cada centímetro
que caigo, espero que me mire a los ojos, pero no lo hace, como si de repente no pudiera.
Como si se hubiera metido en una caja que no estaba allí hace un momento.
Me sumerjo hasta que las burbujas consumen mi pecho, solo mis hombros y la parte
superior de mi espalda son visibles por encima de su abrazo diáfano mientras me inclino hacia
adelante y abrazo mis rodillas. La larga exhalación de Rowan es inestable sobre mí.
Pasa un momento antes de que se agache a mi nivel. Mi mirada todavía está fusionada con
él y él todavía la evita.
Rowan toma una toallita de donde la colocó en el borde de la bañera para saturarla en el
agua de la bañera. Tiene cuidado de no tocarme debajo de la superficie. Retira el paño y lo
desliza sobre mi hombro ileso para limpiar la suciedad de mi piel con movimientos lentos, y
aunque me quedo completamente quieto afuera, mis pensamientos se agitan con la fuerza de
un huracán.
Trago, todavía incapaz de apartar la mirada de Rowan. mi voz suena

pequeño cuando digo: "¿Cuatro años?"
Los ojos de Rowan se oscurecen, su atención se centra en el movimiento de su mano
mientras pasa el paño por mi piel. No me roza con las yemas de los dedos, ni siquiera una
vez, a pesar de repetir el movimiento del paño hasta que el agua que contiene se enfría.
"Usted ya sabe. Te lo dije en casa de Thorsten.
Mi corazón da un vuelco. Rowan sumerge la tela a través de la nube de burbujas y la
mete en el agua, esta vez rozando mi cadera en un toque fugaz que podría haber sido
intencional. Antes de que pueda estar segura, la tela sale del agua y se desliza sobre mi
columna.
"Tú... ¿te acuerdas de eso?"
Rowan no responde. No creo que lo haga. Entonces, cuando sumerge la tela en el agua
por tercera vez, agarro su muñeca debajo de la superficie y finalmente sus ojos se encuentran
con los míos.
"Oye", digo con voz suave. "Estoy aquí."
"Sloane..." Rowan cierra los ojos con fuerza y respira profundamente como si esperara
eliminar el dolor. Cuando encuentra mi mirada, parece tan agonizado como hace un momento.
“Si te toco otra vez…” Sacude la cabeza. "Me costó todo lo que tenía para desvestirte sin
agacharte en el mostrador del baño y follarte hasta que me suplicaras que parara".
Mis mejillas se sonrojan, pero intento esbozar una sonrisa arrogante, una que sólo
oscurece la agonía en los ojos de Rowan. "No estoy seguro de ver el problema con esa idea
en este momento".
"Estás herido".
“Solo mi hombro. Y mi cara. Vale, también me duelen un poco las costillas, pero estoy
bien, de verdad. Peligros del trabajo, ¿verdad?
“Necesito cuidar de ti. Es mi culpa que seas así. El juego fue una idea tonta mía”.
“Oye, no eclipses el juego. Es lo más divertido que he tenido desde… tal vez desde
siempre. Desde que tengo memoria. Es lo que más espero cada año”, digo, la diversión se
desvanece de mi voz con cada palabra pronunciada a medida que la verdad sale a la
superficie. " Eres lo que más espero, Rowan".
Traga, su expresión es un fino velo sobre cualquier conflicto que lo esté devorando por
dentro. Cuando sacude la cabeza, el escozor de unas lágrimas repentinas y contenidas arde
en mi nariz. Quizás su sufrimiento no es lo que yo quería, por muy divertido que pareciera
hace apenas unos segundos.
"Quería jugar", continúo, mi voz aún segura aunque no creo que sea por mucho tiempo.
“Tenía miedo cuando empezamos, miedo de estar cometiendo un gran error. ¿Pero encontrar
a alguien que pudiera entenderme por todos los pedazos destrozados debajo de la máscara?
Yo necesitaba eso. Antes de que aparecieras, faltaba algo. Tú, Rowan. Se te extraña. Hiciste
que fuera seguro sentirte visto. Es seguro jugar en nuestros términos. Es seguro divertirse,
aunque nuestra diversión puede no ser la idea que todos tienen de un buen momento”.
Su mandíbula se aprieta, como si fuera una lucha no morder sus siguientes palabras.
“Ese es el problema, Sloane. No es seguro. Es lo más alejado de eso”.
Cuando abro la boca para discutir, Rowan me agarra la barbilla con la mano para atraparme
en su mirada severa. "Casi te pierdo", dice, cada palabra marcada por una pausa, como si
estuviera tratando de meter cada una de ellas en mi cabeza.
“Estoy aquí”, respondo con la misma cadencia. Mis dedos rodean los suyos, guiando su
palma hacia mi corazón para dejarlo plano contra el ritmo acelerado.
"Aquí mismo."
"Sloane"
Ya tuve suficientes palabras.
Cierro el espacio entre nosotros y presiono mis labios contra los suyos. Se detiene por la
sorpresa y aprieto su mano donde todavía está húmeda y caliente en mi pecho, mi lengua es
una demanda contra sus labios. Déjame entrar. Me doy cuenta en este momento de que
siempre he estado en los pensamientos de Rowan, en sus planes, tal vez incluso en su
corazón, y ahora me aterroriza que de repente pueda excluirme.
Él me devuelve el beso, pero se siente vacilante, como si estuviera tratando de retenerme.
lejos aunque no quiera.
Arrastro su mano por mi piel. Su respiración se estremece cuando me detengo en mi
pecho, el piercing en mi pezón descansa en el centro de su palma. Un gemido conflictivo
escapa al control de Rowan. Su mano presiona con más fuerza mi carne. Pero el beso todavía
no es el mismo que fue en el granero, no cuando sentimos que habíamos escapado de un
destino para caer en uno mejor.
Entonces muevo su mano. Lo acerco a mi esternón. Deslízalo por mi piel. Dejé que su
mano se deslizara en el agua, lenta y suavemente sobre mi ombligo. Sé que a él también le
gusta ese piercing. Pude verlo en sus ojos cuando me miró en el espejo.
Nuestro beso se rompe cuando sigo bajando. Su aliento inunda mis sentidos, el toque de
bourbon es un fantasma entre nosotros. Inspiro el aroma y lo atrapo en mis pulmones mientras
mi pulso zumba en mis oídos.
Presiono la palma de Rowan contra el vértice de mis muslos y la mantengo allí.
Él respira entrecortadamente.
"Sloane... es que..."
Mi mano se aleja flotando mientras lo dejo explorar. Sus dedos encuentran mi clítoris y el
triángulo que perfora allí y me muerdo el labio inferior ante el estallido de sensación. Luego
baja a los piercings simétricos de los labios exteriores, donde las barras de cada lado están
cubiertas con pequeñas bolas de titanio. Cuando llega al piercing en forma de horquilla, casi
vibra de tensión.
"Fuera del maldito baño", gruñe mientras agarra mi brazo bueno y me levanta. Una ola de
agua chapotea sobre el borde de la bañera y empapa la parte inferior de sus jeans, pero él no
parece darse cuenta.
"Pero acabo de entrar, según las instrucciones, debo añadir".
"No me importa".
Le doy una sonrisa inocente, una que me gana una mirada aguda y acalorada. "Pensé
que habías dicho que necesitabas cuidar de mí".
"Y eso es exactamente lo que voy a hacer".
En el momento en que mi segundo pie sale de la bañera y toca la alfombra del baño,
me levanta en sus brazos. No me da una toalla, no me envuelve en nada más que su abrazo.
Gordas gotas de espuma se deslizan de mi cuerpo y caen al suelo mientras empapo su
camisa.
Rowan abre la puerta con más fuerza de la necesaria y
camina hacia la cama.
"Pero no soy ningún maldito ángel, Sloane".
Me deja en el borde de la cama y se aleja. Su pecho lucha contra su camisa mojada
con cada respiración. Con los brazos cruzados, me mira fijamente desde donde estoy
sentado, con las piernas cruzadas y el brazo bueno agarrando el brazo herido contra mi
cuerpo mientras el agua enfría mi piel.
“Muéstramelo”, exige.
Mis cejas se levantan mientras mi corazón intenta golpear mis costillas. "¿Mostrarte?"
"Me escuchas. Levántate en esa cama, abre las piernas y enséñamelo”.

“Lo mojaré…”
Ni siquiera digo mi última palabra y él está en mi cara, apenas a una pulgada de
distancia, con sus manos a cada lado de mis caderas. “¿Parece que me importa un carajo?
¿ De verdad crees que me importa? Mi piel hormiguea como si suplicara su caricia, pero
estoy segura de que él lo sabe, puede sentirlo en cada respiración entrecortada que pasa
por mis labios. Tiene cuidado de no tocarme con nada más que el fuego que arde en sus
ojos. “Ya terminé de darle vueltas a esto, Sloane. Te he deseado durante cuatro años. Y me
vas a mostrar lo que me he estado perdiendo”.
Rowan no se mueve mientras descruzo lentamente las piernas y suelto el cuerpo para
sujetarme con la mano derecha. Me deslizo más arriba en la cama y él se cierne sobre mí,
sus puños empujados contra el borde del colchón y sus ojos clavados en los míos hasta que
parece satisfecho de que he llegado lo suficientemente lejos. Cuando me detengo en el
centro de la cama, Rowan se endereza y se cruza de brazos una vez más, con la mandíbula
apretada.
"Abre las piernas, Sloane".
Sus ojos permanecen fusionados con los míos mientras dejo escapar un suspiro inestable. Mi
talón izquierdo se desliza sobre el colchón, luego el derecho, mis rodillas todavía dobladas y la parte
superior de mi cuerpo apoyada en el colchón con el codo. Los ojos de Rowan todavía no se han ido.
mío a pesar de que estoy desnuda para él, como si se estuviera torturando a sí mismo, negándose su
deseo de mirar hacia abajo.
"Más amplio."
El calor aumenta en mi núcleo mientras separo las piernas un poco más. Un dolor se acumula
debajo de mis huesos, un vacío que ruega ser llenado. Cada exigencia que hace Rowan es combustible,
cada palabra incendiaria.
“Más amplio, Sloane. Deja de intentar esconderte de mí porque te lo prometo ahora, no va a
funcionar”.
Yo trago. Mis piernas se abrieron hasta el punto de sentir incomodidad.
Pasa un momento antes de que la mirada de Rowan se desvincule de la mía para viajar por mi
cuerpo. Lo siento en cada centímetro de carne, el peso de su deseo mientras viaja sobre mí, su cada
vez más fina moderación como fuego bajo mi piel. Su atención se centra en el vértice de mis muslos
mientras los músculos de sus antebrazos
tenso.
“El piercing del clítoris. Dime."

No levanta la vista cuando hago una pausa. Él simplemente espera, observa. "Tenía dieciocho
años", digo. “Era mi segundo piercing en el cuerpo, después del ombligo. Dolió, por supuesto, pero no
tanto como pensé. Una vez que sanó, ayudó, creo. Con orgasmos”.
"¿No pudiste llegar al orgasmo antes?"

"No sé. No tenía la situación correcta hasta ese momento.
Pero sentí que me dio el control”. Me quedo quieto mientras el músculo de la mandíbula de Rowan
salta. Sus ojos son oscuros, entrecerrados. Sabe lo suficiente sobre mi pasado como para cimentar las
lagunas de su conocimiento con su propia imaginación. “Los piercings en los labios que me hice
cuando tenía veinte años. Me gustó cómo se veía. Sé que son pequeños, pero de alguna manera me
recuerdan a una armadura. Quizás eso no tenga sentido”.
"Así es", dice mientras sus ojos se fijan en los míos.

Le doy una leve sonrisa que se desvanece en un instante. “La última, la horquilla, la compré unos
meses antes de conocerte. Simplemente me hizo sentir más seguro. Y pensé que a un socio también
le gustaría”.
Los ojos de Rowan son un vacío sin luz, su voz es profunda y áspera.
cuando dice: "¿Lo hicieron?"
Mi mirada recorre la habitación para aterrizar en las sombras. No lo miro cuando sacudo la
cabeza. "No sé. No he estado con nadie desde que te conocí”.
Esas palabras son recibidas con silencio. Quedan suspendidos en el aire. Consumen el
oxígeno de la habitación. Cuando mi mirada se levanta de las sombras, choca con la de
Rowan y lo veo, en el momento exacto en que detona su control.
“¿Por qué no?”, exige.
Sacudo la cabeza de nuevo.
"Ya te dije. Deja de esconderte. No va a funcionar conmigo, ya no. ¿Tu quieres esto?
¿Me quieres? Entonces dímelo, Sloane.
Los brazos de Rowan se separan de su pecho. Sus manos descansan sobre mis rodillas,
firmes en el temblor de mis huesos para capturar el cambio tectónico que me está destrozando.
“Dímelo, joder, para que sepas que cuando te arruine para todos los demás hombres, es lo
que pediste. Dime "
"Tú", digo. Cada respiración se estremece en mis pulmones. "Te conocí. No quería a
nadie más. Solo tu. Solo te quiero a ti."
No hay diversión ni alivio en sus ojos, sólo intensidad depredadora. Me mira como un
tigre miraría a un cordero.
Una comida para devorar.
El colchón se hunde cuando mueve una de sus piernas sobre la cama y luego la otra para
arrodillarse entre mis pantorrillas abiertas.
“Recuerda lo que acabas de decir cuando creas que no es posible que vuelvas. Porque
lo harás. Tenemos cuatro malditos años que compensar”.
Rowan se hunde entre mis muslos, sus callosas palmas envuelven mi tierna carne para
mantenerme completamente desnuda. Cada exhalación calienta la humedad acumulada en
mi entrada. Sus ojos todavía mantienen los míos a lo largo de mi cuerpo, una atracción
gravitacional de la que no puedo escapar. “Elija una palabra segura. Hazlo ahora."
Yo trago. Duro. "Motosierra".

Él suelta una carcajada, un estallido de calidez contra mi núcleo. “Qué apropiado, amor.
Ahora sé una buena chica y encuentra algo a lo que agarrarte…” dice, luego pasa una larga y
lenta lamida sobre mi centro. "...Porque estoy a punto de destruirte."
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DESASTRE HERMOSO
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SERBAL
Le dije que no soy ningún ángel.

No creo que ella me creyera.
Pero está a punto de descubrir que soy el diablo que nunca supo que necesitaba.
Paso mi lengua sobre la barra de metal curvada justo debajo de su clítoris mientras
mi pulgar rodea sus nervios sensibles con la presión suficiente para dejarla con ganas de
más. Sloane se levanta del colchón y jadea cuando succiono el piercing en mi boca. El
aroma de su excitación se mezcla con el jabón persistente en su piel. Ya estoy casi
enojado por la necesidad de hundirme en su intenso calor.
"Rowan", susurra. Mi mano libre se desliza por su cuerpo para jugar con el corazón
que rodea su pezón puntiagudo. Trazo las curvas y las bolitas en cada extremo de la barra
antes de darle un suave tirón que provoca un escalofrío. Su capacidad de respuesta me
hace sonreír, pero su moderación tiene que desaparecer.
"No entendí eso, amor." Me aferro a su clítoris y paso mi lengua por el capullo y la
barra de metal hasta que un fuerte gemido finalmente sale de sus labios.
"Así está mejor", digo cuando la dejo libre de mi boca.
“Nos oirán”, susurra. "Fionn y Rose."
"Bien. Les mostraremos cómo se hace. Dale a Fionn algo en qué pensar.
acerca de. Tal vez se recupere y haga algo con Rose.
Sloane suelta una risa que se convierte en un grito de placer cuando hundo mi lengua
en su coño para saborear su dulce y caliente excitación, dejando que cubra mis sentidos
y queme en mi memoria. Mis dedos trazan las filas simétricas de bolas y barras de titanio
que enmarcan su entrada y ella se retuerce antes de que arrastre mi lengua por sus labios
y regrese a su clítoris para sumergir un dedo en su interior.
coño. Tiene los ojos cerrados y la cabeza inclinada hacia atrás contra la almohada. Su mano
buena agarra un peldaño de hierro de la cabecera mientras se muerde el labio.
Mi dedo se curva para trazar un camino lento sobre sus paredes internas. Ella se retuerce
y hunde los dientes en su carne. Eso definitivamente no servirá. Le doy dos suaves palmadas
en el pecho en rápida sucesión y ella inmediatamente suelta su labio para respirar
necesitadamente.
"Todavía no puedo oírte".
"Rowan", gime ella.
Sloane se retuerce cuando le doy otra pequeña bofetada. Su coño empapa mi mano
mientras bombeo mi dedo con movimientos lentos. “¿Querías algo, Mirlo? Vas a tener que
hablar”.
"Más", dice, esta vez más fuerte. "Necesito más."
Agrego otro dedo y un gemido más fuerte se escapa de sus labios. Pero ella todavía se
está conteniendo. "Tendrás que hacerlo mejor que eso si quieres venir".
Un escalofrío recorre su cuerpo mientras soplo una fina corriente de aire sobre su carne
expuesta.
“Por favor, Rowan. Por favor”, dice con voz áspera.
"Te diré una cosa", digo. Ella se encuentra con mi mirada expectante, sus ojos llenos de
lujuria. “Ya que me lo pediste tan amablemente, te daré este y te dejaré venir. Pero será mejor
que encuentres rápido tu voz, pajarito. Porque apenas acabamos de empezar y seguiré así el
tiempo que sea necesario hasta que esté satisfecho de que no te escondes de mí. Al final de
esto, gritarás. Esa es una maldita promesa”.
Un gemido forzado se libera del pecho de Sloane.

Deslizo mi brazo libre debajo de sus caderas y levanto su trasero del colchón.
Y luego la devoro.
Bombeo mis dedos y los enrosco para acariciar la carne más sensible de su canal. Mi
lengua baila sobre su clítoris hasta que tomo su piercing entre mis labios y le doy un suave
tirón. Ella se resiste, gime y gime, pero Sloane no va a ninguna parte más que al límite. Y la
mantengo donde quiero durante el tiempo que quiero allí. Metí mis dedos profundamente y los
mantuve firmes, negándole el orgasmo que se estaba acumulando en su núcleo.
"Una cosa más, amor", digo mientras ella deja escapar un gemido petulante. "Mantén tus
ojos en mi."
Las pupilas hinchadas de Sloane se fijan en mi cara y sonrío.
"Qué buena chica".
Sin pestañear, chupo su clítoris con mi boca, presiono mis labios contra su carne, la
empujo para empujarla más cerca de deshacerse. Ella grita y aprieta con más fuerza la
barra de hierro de la cabecera. Su coño se ciñe alrededor de mis dedos y sonrío contra
su clítoris.
La dejé ir de nuevo.
"Ah, y otra cosa..."
"Rowan", ladra, y yo río con una risa oscura contra su piel. Mis ojos sostienen los de
ella mientras golpeo mi lengua con movimientos lánguidos contra el piercing triangular,
ganándome un escalofrío de necesidad. “Por el amor de Dios, por favor déjame venir.
No más "otras cosas". No más paradas”.
“No más parar”, repito. El brillo diabólico de mis ojos se encuentra con un destello
de cautela en los de ella. “Como desees, Mirlo. Me aseguraré de no parar, como se me
pidió”.
Por última vez, sello mi boca alrededor de ella, lamiendo, chupando y mordisqueando
hasta que es un desastre que se retuerce en mis manos, su excitación se extiende por
mi cara y la parte interna de sus muslos. Su coño palpita alrededor de mis dedos y se
deshace con un gemido estrangulado, con la espalda inclinada por las sábanas húmedas.
Mantengo la presión hasta que estoy segura de que se ha agotado cada segundo de su
placer, hasta que queda sin huesos y sin aliento.
Deslizo mi brazo debajo de ella para colocar mi palma sobre la suave piel de su
vientre mientras retiro mis dedos de su coño y me pongo de rodillas. Tal vez aún no se
da cuenta de cuánto tiempo estará a mi inexistente merced, pero al menos sabe que
aún no he terminado.
Me inclino sobre ella. Sus ojos permanecen fijos en mí mientras paso la punta de mi
dedo brillante por sus labios.
"Abre", ordeno. Ella lo hace, con la lengua presionada contra el labio inferior,
esperando. Pongo mis dedos sobre el calor resbaladizo y ella cierra sus labios alrededor
de ellos, llevándome directamente a algo que ya he imaginado muchas veces: la fantasía
de su boca cálida y húmeda alrededor de mi polla. "Chúpalo."
Los ojos de Sloane se cierran con un gemido que vibra en mis dedos mientras tira
con fuerza de la carne. Su lengua se arremolina sobre mi piel. Un escalofrío me recorre
y sus ojos se abren de golpe, entrecerrándose hacia mí, una sutil sonrisa llena sus
mejillas.
“Sabes lo que me haces, ¿no? Quieres torturarme tanto como yo a ti —digo mientras
libero mis dedos contra la succión de su boca.
"Tal vez", respira.

"Este es un juego que no ganarás, Blackbird". Le doy una sonrisa oscura mientras me
levanto de la cama.
Con una mano detrás de mis hombros, me quito la camisa y la tiro al suelo. Los ojos de
Sloane recorren mi cuerpo para observarme. Y la dejo. Lo agradezco jodidamente. A ella le
gusta recordarme que no deje que mi belleza se me suba a la cabeza, pero sé lo que soy y
el efecto que puedo tener. Soy músculos y cicatrices mezclados con guiones y remolinos de
tinta negra. De la misma manera que yo la miro y encuentro belleza en las marcas que solo
son temporales, ella me mira y sé que siente lo mismo. Hay arte en nuestras cicatrices. Hay
asombro en la forma en que podemos sanar.
“¿Algo te llamó la atención, niña bonita?”

La columna de su garganta se mueve mientras traga. Su mirada arrastra mi cuerpo
hacia arriba para chocar con el mío. "Sí. Todos ustedes."
"Oh, bien", digo mientras me desabrocho el cinturón y me desabrocho los jeans para
bajarlos junto con mis calzoncillos, liberando mi erección. Sus ojos se posan en mi polla
mientras la envuelvo con la palma de la mano para pasarla por mi longitud con un movimiento lento.
Ella se lame los labios. Puedo ver su pulso palpitar en su cuello, incluso en la penumbra. "No
quisiera que te decepcionaras".
Sloane suelta una risa incrédula. "Imposible." Y luego ella se encuentra
mis ojos, su expresión seria. "Eres hermosa, Rowan".
Esta vez es mi turno de sonrojarme.
Estoy seguro de que ella lo ve. Está en la forma en que su suave sonrisa parpadea y se
desvanece. Pero si cree que se supone que una sonrisa y los cumplidos hacen que las cosas
sean dulces, no funcionará.
Envuelvo una mano alrededor de su tobillo y la abro más mientras subo.
de nuevo a la cama. “¿Estás tomando anticonceptivos?”
"Sí", responde ella mientras un profundo sonrojo recorre su pecho. "Tengo un DIU".
"Bien." Hago una muesca en la cabeza de mi polla hasta su entrada y la hago rodar por
el piercing en forma de horquilla. Maldito infierno. Ella se sentirá como en el cielo, tal como
siempre supe que lo haría. "Porque voy a llenarte hasta que reboses de mi semen".
Mis ojos se cierran mientras paso la corona de mi erección sobre sus piercings en los
labios, hacia arriba por un lado y hacia abajo por el otro. Una respiración profunda e inestable
llena mis pulmones mientras me niego un momento más. Quiero saborear la anticipación.
La mano de Sloane encuentra mi muñeca y sus uñas se clavan en mi piel. Cuando abro
los ojos, encuentro la desesperación mirándome. Ella no quiere esto tanto como yo. Ella lo
necesita . "Fóllame, Rowan, por favor.
Destruyeme."
Mi control se rompe.
“Entonces mira hacia abajo. Mira lo bien que me tomas”.
Empujo hacia su intenso calor, lo suficiente como para que la coronilla quede envuelta
por su calor. Ella mira tal como le exigí, el aliento sale de sus pulmones.
Un gemido pasa por sus labios cuando me quedo quieto, toda mi atención centrada en la
forma en que su cuerpo se ajusta al mío, los piercings brillando tan bellamente en la tenue luz.
Deslizo mi polla un poco más profundamente y luego la retiro sólo un centímetro, su coño
apretado a mi alrededor. “Maldita sea, Sloane. Mira lo desesperado que está tu coño por
arruinarse. Tan jodidamente apretado que no quiere dejarme ir.
Con cada empujón superficial, empujo más profundamente, deteniéndome cada vez que
Sloane intenta echar la cabeza hacia atrás con un gemido. Quiero que ella mire. Para nunca
olvidar este jodido momento. Entonces espero. Cada vez que intenta apartar la mirada, cada
vez que el placer la aleja de mí, espero el momento oportuno hasta que su atención vuelve a
estar justo donde quiero. Sobre mí. Sobre nosotros. Y cuando finalmente permanece clavada
en el lugar donde se unen nuestros cuerpos, abro más sus piernas y empujo más
profundamente hasta que finalmente toco fondo, mis caderas al ras de su carne.
Me quedo allí, con las manos atadas a su cintura, mi mirada recorriendo desde donde
estoy enterrado profundamente en su coño hasta su hermoso y magullado cuerpo. Mi atención
se centra en su rostro y bebo cada cambio en su expresión mientras salgo hasta la punta de
mi erección para empujar hasta la base. El gemido de respuesta de Sloane es fuerte,
desesperado. Ella agarra la cabecera y lo hago de nuevo. Esta vez ella es aún más ruidosa.
"Esa es mi chica", digo, encontrando su mirada oscura y encapuchada con una sonrisa
libertina mientras me inclino hacia adelante. Mi mano rodea su garganta. “Sé tan ruidoso como
quieras. Todo el maldito vecindario podría oírte y a mí me importaría un carajo.
La golpeo con golpes largos y poderosos, mi polla rodando sobre ese piercing con cada
pase, volviéndome salvaje de deseo. Estoy inundado de ella.
Su olor y sus gemidos roncos. Su pulso mientras surge contra mi palma. La vista de su cuerpo
debajo del mío. La sensación de su coño apretado alrededor de mi polla. Ella está en todas
partes, en cada gota de mi sangre, en cada chispa de pensamiento, y quiero destruirla por
eso. Para destrozarla como
ella me ha roto. Porque ella me pone de rodillas. Quiero arruinarla para que sea mía, mi
hermoso desastre. Mi criatura salvaje. Mi diosa del caos.
Y me la follo como si eso fuera exactamente lo que voy a hacer.

Me meto en ella. Duro. Profundo. Implacable y despiadado. Ella lucha contra mi agarre
alrededor de su garganta, las venas sobresalen en líneas a lo largo de su cuello. Le cuento
todas las formas en que la voy a llevar. En su boca. En su coño perfecto. En su culito
apretado. La voy a llenar hasta estar en todas partes dentro de ella. Al igual que ella está
en todas partes en mí.
Y a ella le encanta.
Su excitación perfuma el aire. Ella pide más. Ella me ruega que no pare. Y no lo hago,
ni por un solo segundo. Firmo mi agarre alrededor de su garganta con una mano, presiono
mis dedos contra su clítoris en círculos con la otra y la golpeo, una y otra vez hasta que
grita mi nombre y aprieta alrededor de mi erección mientras se deshace. Y estoy justo
detrás de ella. Una corriente eléctrica recorre mi columna y mis bolas se tensan y me
derramo dentro de ella, temblando, mi corazón es un alboroto de tambores ensordecedores
en mis oídos. Empujo tan profundo como ella puede y disfruto el aleteo de su coño mientras
ordeña cada gota de
semen.
Quiero quedarme enterrado aquí, levantarla y presionar el cuerpo empapado de sudor

de Sloane contra el mío mientras me quedo dormido con su coño envuelto alrededor de mi
polla.
Y lo haré.
Más tarde.
Salgo lentamente, centímetro a centímetro, fascinado por la vista de nuestra brillante

excitación mientras cubre mi polla. El brazo de Sloane está sobre sus ojos mientras intenta
recuperar el aliento. Es adorable, de verdad. Probablemente ya piensa que la destruí.
Esta equivocada.
Me inclino y sello mi boca sobre su coño. Mis dedos trabajan su clítoris hinchado. Soy
recompensado con un grito de sorpresa de mi nombre mientras hundo mi lengua en su
canal pulsante.
"Serbal"
Sus músculos se contraen y nuestro semen inunda mi boca. Sonrío contra su carne
mientras recojo nuestro gasto en mi lengua.
Luego recorro todo su cuerpo.
Los ojos color avellana de Sloane brillan, los moretones resaltan los tonos verdes de sus iris
mientras bailan entre los míos. Creo que finalmente me estoy dando cuenta. Esto ni siquiera está
cerca de terminar.
Esto apenas ha comenzado.
Mi peso descansa sobre mis antebrazos mientras me coloco sobre ella. Le golpeo los labios
con un dedo.
Toca, toca, toca. Abierto.
Los labios de Sloane se abren. Escupo el semen en su boca que espera.
"Tragar."
Ella lo hace, sus ojos no dejan los míos, no hasta que aprieto mis labios contra los de ella.
Este beso es crudo. Ya no queda ninguna barrera entre nosotros. Es Sloane reducida a poco
más que deseo carnal. Así me he sentido tantas veces cuando estuve con ella. Como si estuviera
hecho de nada más que una necesidad desesperada. Nuestros dientes chocan. Muerde mi labio
inferior y un sabor a hierro se mezcla con los sabores de dulzura y sal.
"¿Lo pruebas, Blackbird?" Pregunto cuando me alejo lo suficiente como para ocupar todo el
espacio en su campo de visión.
"Sí", susurra.
"¿Sabes lo que es eso?"
Tiene el buen sentido de negar con la cabeza. Yo sonrío.
"Un aperitivo. Y ahora es el momento de un puto festín”.
Me deslizo hacia abajo por su cuerpo para acomodarme entre sus muslos temblorosos mientras
Desliza una mano debajo de su espalda para llevar su coño a mi boca.
Y tal como lo prometí, antes de que termine la noche, ella grita.
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SLOANO
No puedo dormir, aunque mi mente está más relajada que nunca y mi

cuerpo está agotado.
Podría tener algo que ver con la polla enterrada en mi coño.
Creo que podría quedarme dormido así, envuelto en los brazos de Rowan. Nunca ha
habido un lugar más seguro. Y me encanta la idea de quedarme dormido así, todavía
conectado de una manera que no quiero estar con nadie más.
Pero no puedo. Porque a pesar de lo cansada que estoy, lo quiero .
Desató algo en mí, abriéndome para revelar capas debajo que no sabía que existían.
No es que no haya tenido buen sexo antes, pero nada parecido a lo que fue con Rowan. Él
toma de una manera que es dar. Parece saber exactamente cuándo presionar y hasta dónde.
Y al final es ferviente. Desinhibido.

Y ya lo quiero de nuevo, aunque nuestros anfitriones probablemente nos odiarían por
ello.
Cada vez que pienso en enfrentarme a Rose y Fionn mañana por la mañana, el calor
arde en mis mejillas. Éramos tan ruidosos. Nosotros dos. Grité el nombre de Rowan más de
una vez. Él rugió el mío mientras se corría en mi boca, mi cabello retorcido alrededor de su
puño.
Cuando finalmente le rogué que dejara de hacerme venir, abrazó mi cuerpo inerte y
agotado, apiló almohadas alrededor de mi brazo herido y luego se deslizó nuevamente
dentro de mi coño con el sonido de mi jadeo. Sentí la sonrisa en sus labios contra mi cuello
cuando susurré una maldición de incredulidad.
"Vete a dormir, Blackbird", dijo, luego me dio un beso en el cuello antes de apoyar la
cabeza en la almohada. “O no, depende de ti. Pero soy
Voy a dormir como una maldita piedra con mi polla enterrada profundamente en tu perfecto coño.
¿Cómo carajo se suponía que iba a dormir después de que él dijera eso?
Y ahora aquí estoy, desesperada por el movimiento, por la fricción, y no
queriendo despertar al hombre cuya polla está hasta las bolas en mi coño.
"Jesús", susurro.
Al principio pensé que se ablandaría y se soltaría, pero eso no ha sucedido. No estoy seguro de
cuánto tiempo ha pasado, tal vez veinte minutos, pero se siente como una puta eternidad. Si pudiera
moverme , obtener un poco de alivio de esta dolorosa necesidad entre mis muslos...
A este ritmo estaré despierto toda la noche.

No. Eso será una tortura. Lo cual probablemente le encantaría.
Una fina y determinada bocanada de aire pasa por mis labios.
Muevo mi brazo izquierdo a través del nido de almohadas hasta que puedo presionar mis dedos
contra mi clítoris con un suspiro de alivio. Me duele demasiado el hombro para moverlo con facilidad,
pero no es necesario que sea perfecto, no con la polla de Rowan llenando mi coño. Ya estoy a mitad
de camino, solo necesito un poco de presión.
Empiezo a girar mis dedos sobre el sensible conjunto de nervios, pasando mi tacto sobre mi
piercing mientras me muerdo el labio inferior. Un gemido pide liberarse. La humedad resbala mis dedos.
Mientras me toco, pienso en todas las fantasías de Rowan que susurró mientras me follaba: acerca de
llevarme a un lugar público, acerca de abrirme sobre una mesa en el restaurante y devorarme, acerca
de usar mi juguete en mi coño mientras se llena. mi culo con semen.
Un pequeño gemido se escapa de mis labios.

Me quedo quieto. Aguanto mi respiración. Nada cambia en el agarre de Rowan o en el
cadencia de sus exhalaciones. No hay indicios de que lo haya molestado.
Cuando estoy seguro de que nada ha cambiado, reanudo los círculos lentos.
"Sloane."
Me quedo completamente quieto, con el aliento atrapado en mis pulmones, mis dedos todavía
Presionado contra mi clítoris y piercing.
“Pareces estar tramando algo. ¿Quieres contarme sobre eso?
"Umm..."
Rowan se apoya en un codo para poder mirar hacia un lado de mi cara. "Pensé que habíamos
hablado de escondernos". Él mueve su otro brazo desde donde está alrededor de mi cintura y pone su
palma sobre mi codo. Me estremezco cuando sus labios rozan la cáscara de mi oreja. No necesito verlo
para saber que su rostro está iluminado con esa sonrisa burlona suya, la que usa tan a menudo cuando
estamos.
juntos. Él siempre está tratando de meterse bajo mi piel. Justo como ahora. Probablemente este
fue su plan desde el principio.
Resoplo, descontento.
Él ríe. “Tengo algunas ideas. Déjame darte mis teorías”.
Su palma se desliza por mi antebrazo, sobre mi muñeca, envolviendo mi mano.
Presiona mis dedos con más fuerza contra mi clítoris y cierro los ojos con fuerza mientras una
explosión de sensación me invade.
“Creo que no pudiste quedarte dormido. Estabas pensando en lo bien que se sentía que te
follaran como te merecías. Es cierto que probablemente fue un poco difícil conciliar el sueño con
mi polla alojada profundamente en tu codicioso coño, ¿no?
Rowan se retira lentamente y se desliza hacia adentro hasta que sus caderas quedan al ras de
mi trasero. Ya estoy temblando. Lo hace de nuevo y luego me muerde el lóbulo de la oreja, no lo
suficientemente fuerte como para dolerme pero con fuerza suficiente para hacerme jadear.
"Acabo de hacerte una pregunta, amor".
"Ssí", digo, y soy recompensada con un beso y una presión más fuerte de sus dedos contra
mi clítoris palpitante. "No podía dormir".
“¿Fue tan difícil?”
Sacudo la cabeza, aunque podría ser mentira. Si lo sabe, no me avisa.
“Creo que no podías sacarte de la cabeza todas las cosas que te dije que te iba a hacer. Te
has estado preguntando si eran sólo fantasías o promesas. Y cuando no podías parar, todas esas
ideas que pasaban por tu cabeza se convirtieron en necesidad. Necesitas que te follen, aunque
estés tan jodidamente cansado. Y necesitas saber qué es real”.
Él está en mi cabeza. Es aterrador y estimulante. he estado solo

por tanto tiempo. Y ahora está en cada pensamiento como si siempre hubiera estado aquí.
Tenía razón cuando dijo que ya no había forma de esconderse de él.
No sólo abrió mi jaula, la hizo añicos, y los primeros soplos de libertad arden en mis pulmones.
"Sí", admito, con más confianza esta vez. "Todo es verdad."

La larga exhalación de Rowan recorre mi hombro y me pone la piel de gallina. Sé, sin
preguntar, que se siente aliviado de no tener que obtener una respuesta de mi parte, que por
mucho que le confíe mi cuerpo, también le confío mis pensamientos, esperanzas y miedos.
“Quédate aquí”, exige presionando su mano hacia la mía para pedirme que siga adelante.
Se desliza fuera de mí y el colchón se hunde mientras él se aleja. Me giro lo

suficiente como para poder ver lo que hace mientras se dirige hacia nuestro equipaje.
Es la primera vez que veo su espalda, e incluso en la tenue luz del baño puedo ver
que su piel está marcada por varias cicatrices anchas y largas, pero algo más se
extiende sobre sus hombros.
Mi corazón se sube a mi garganta y amenaza con arrojarse sobre la cama.
"Serbal…"
Se detiene y gira la cabeza para mirar por encima de su hombro mientras yo me
siento y miro más de cerca la tinta negra que fluye sobre los gruesos músculos que
recubren su columna. Gira tanto como su cuello le permite seguir mi línea de visión,
pero sólo puede ver la punta de un ala.
"Es eso…? Acaso tú…?"
“¿Me tatué en la espalda el cuervo que dejaste en la mesa?” Su sonrisa es
provocativa, pero hay una pizca de timidez en ella cuando termina mi pensamiento.
"Sí. Parece ser el caso”.
Me trago el tornillo que amenaza con asfixiarme. "¿Por qué?"
Su sonrisa se hace más amplia y se encoge de hombros antes de darse la vuelta para revisar
una de las bolsas. Mi bolsa.
“Para empezar, no podía llevarme el original. Podría dañarse”. Deja escapar un
pequeño sonido de triunfo y me mira. Mi boca todavía está abierta con esta revelación
cuando observo lo que sostiene: mi consolador en una mano, mi botella de lubricante
en la otra. “Parece que todavía necesito aclararte algunas cosas”.
Rowan se acerca a la cama. Mi corazón rebota contra mis costillas como una bola
de billar.
"Giro de vuelta. De rodillas."
Yo trago. "Eres muy exigente".
Rowan sonríe. Le doy una última mirada acalorada antes de hacer lo que dice y
darle la espalda. "Ni siquiera finjas que no lo disfrutas", dice mientras se acerca detrás
de mí en la cama. Toma mi mano buena y la dobla alrededor de una de las barras
transversales de la cabecera, luego coloca mis caderas donde él quiere, empujando
mis rodillas más anchas con una de sus musculosas piernas.
“Tu coño te delata. Me está goteando, Sloane.
"Usted tenía razón. No eres un maldito ángel.
Desliza el juguete por mis labios y lo presiona contra mi entrada. "Ahí le has dado.
Y tú tampoco”. Lo guía hacia mi coño y lo vuelve a sacar con varios movimientos
superficiales antes de activar la vibración. "Te dije
Iba a follarte la boca y lo hice. Te dije que iba a comerte el coño en el restaurante como si
fuera la mejor comida que he probado en mi vida, y lo haré. Y te dije que te iba a llenar el
culo de semen mientras te follaba con un juguete. ¿Y sabes lo que pasó cuando dije eso?
"No", digo justo después de un grito ahogado mientras él trabaja el juguete con embestidas más profundas.
“Tu coño se agarró tan fuerte alrededor de mi polla que pensé que iba a explotar.
Estabas empapado. Goteando por tus muslos”. La tapa se abre de golpe en la botella. El
lubricante cae por mi trasero y sobre el agujero plisado.
"¿Has hecho esto antes?"
"Más o menos... fue al revés". Presiona su pulgar contra mi
agujero, masajeando el borde mientras continúa el ritmo del juguete.
"Y te encantó".
Asiento de nuevo. "Sí."
"Bien", es todo lo que dice, su tono definitivo mientras empuja su pulgar hacia
mi trasero con el sonido de mi jadeo.
Afloja mi apretado anillo de músculo, me relaja en la sensación hasta que lo empujo en
una silenciosa petición de más. Y luego su pulgar desaparece, reemplazado por la cabeza
lubricada de su pene mientras lo desliza sobre el estrecho agujero, presionándolo contra mí
hasta que supera la resistencia. Hace una pausa mientras respiro a través de la extraña
sensación de plenitud y luego realiza embestidas lentas y superficiales, cada una
profundizando un poco más contra la vibración del juguete.
"Ahora que hemos establecido que todo lo que te dije es una maldita promesa", dice
mientras intensifica el ritmo de sus embestidas, "probablemente deberíamos aclarar tu otra
pregunta".
Estoy temblando, sudando, perdida en alguna dimensión sin sentido donde lo único que
conozco es la sensación de intenso placer entrelazado con una pizca de malestar, pero lo
agradezco porque solo aumenta la neblina eufórica que me consume.
Rowan ha adquirido una cadencia ininterrumpida de embestidas profundas y no creo que
pueda recordar mi propio nombre, y mucho menos algo que dije hace unos minutos. “La
pregunta… ¿era…?”
Escucho la sonrisa en su risa resoplada. Jesús, maldito Cristo. Soy incapaz de articular
una frase simple y este hombre me está jodiendo sin descanso mientras probablemente sea
capaz de recitar toda la historia año tras año de las Guerras Napoleónicas.
Rowan se acerca, ralentiza sus embestidas y cubre mi espalda con el calor de su cuerpo.
Una de sus manos encuentra mi pecho y hace rodar mi pezón entre
Sus dedos mientras sopla una fina corriente de aire fresco a través de mi cuello para hacerme
estremecer. “Sobre el tatuaje, Sloane”, dice con voz empalagosa. "Me preguntaste por qué lo
compré".
Gimo cuando un empujón profundo me acerca a un intenso orgasmo que es
casi al alcance. “Cierto… uhh…”
"¿Alguna suposición?"
Mi frente presiona mi brazo mientras dejo escapar un grito ahogado. "…como yo…?"
"Porque me gustas '...?" Rowan suelta una risa incrédula. "Como.

Tú. En serio…? Cristo, Sloane. Eres jodidamente brillante, pero también la persona más
obstinadamente inconsciente que he conocido. ¿De verdad crees que simplemente me gustas
cuando enmarqué un dibujo que me dejaste en un trozo de papel que arrancaste de un
cuaderno? ¿Ese que lo colgué en la cocina para poder mirarlo todos los días y pensar en ti?
¿Crees que simplemente me gustas cuando me lo tatúo en la piel? Juego este maldito juego
todos los años y me arranco el corazón al verte alejarte, sólo para hacerlo todo de nuevo, ¿y
me gustas? ¿ Crees que simplemente me gustas cuando te follo así?
El ritmo se acelera. La palma caliente de Rowan acaricia mi pecho. el pistones

en mi. Grito su nombre y él me folla más fuerte.
“Mataría por ti, y lo he hecho. Lo haría de nuevo, todos los malditos días.
Me entregaría del revés por ti. Yo moriría por ti. No sólo me gustas, Sloane, y tú lo sabes.
Empujadas feroces me llevan al límite. Las estrellas se hacen añicos en mi visión.

Un sonido que nunca antes había hecho se derrama por mis labios mientras el orgasmo me
destroza.
No me deshago. Yo detono.
El brazo de Rowan rodea mi cintura y me abraza cerca mientras se corre, mi nombre se
apaga en mi corazón mientras truena en mis oídos.
Su respiración todavía es entrecortada, su pecho se estremece cuando apago el juguete.
y susurra contra mi cuello: "No sólo me gustas, ¿entiendes?"
Los dedos de Rowan trazan mi mandíbula, suaves y lentos, un toque en el que me inclino
cuando su palma se detiene para descansar contra mi mejilla. "Y tampoco te gusto
simplemente, ¿verdad?"
No es una pregunta. Ni siquiera es una exigencia. Es una necesidad ser liberado de una
lugar donde cree que ha estado solo.
La llave se desliza en la cerradura mientras las palabras de Lark resuenan en mi mente por encima del alboroto
de los latidos del corazón.
Para variar, aprovecha algo de esa valentía para ti.

Todos los qué pasaría si, los dejo a un lado. Todos menos uno.
"No", susurro. “Me gustas más que nada, Rowan. Pienso en ti todo el tiempo. Te extraño todos
los días. Apareciste en un momento y nada ha sido igual desde entonces. Y eso me asusta. Mucho."
Rowan me da un beso en el hombro mientras su pulgar se desliza por mi mejilla. "Lo sé."
"Eres más valiente que yo".

"No, Sloane", dice con una risita mientras se aleja. "Sólo soy
más imprudente, con menos sentido de autoconservación. Yo también tengo miedo”.
Observo cómo se baja de la cama para dirigirse al baño y regresa con la toallita y los pañuelos
de papel. Se toma el tiempo para limpiar mi piel con suaves caricias, su atención se centra en el
movimiento de su mano y su frente se arruga mientras parece sumido en sus pensamientos.
"¿De qué tienes miedo?" Pregunto cuando el silencio se alarga tanto que
siento como si estuviera tirando de mis huesos.
Rowan se encoge de hombros y no levanta la vista cuando dice: “No lo sé. Que me succionen
los globos oculares de la cabeza con una aspiradora industrial es una pesadilla recurrente. No
estoy seguro de cómo se me ocurrió eso”. Cuando le doy una palmada en el brazo, la máscara
estoica de Rowan finalmente se transforma en una leve sonrisa. Pero poco a poco se desvanece y
no responde hasta que desaparece. “Tengo miedo de que me destruyas. Yo destruyéndote”.
Dejo escapar un suspiro dramático. “Van directo a la destrucción, ¿eh? No son las cosas
fáciles que nos aterrorizan, como el hecho de que vivimos en diferentes estados, o que ambos
estamos muy ocupados en el trabajo, o que tengo un amigo y aparentemente tú sales con toda la
ciudad de Boston. No. Directo a destruir”.
Su sonrisa regresa, pero todavía puedo verla en sus ojos, cómo el miedo se aferra a sus
pensamientos y encuentra su camino hacia los míos también. “Ninguna de esas son cosas
insuperables. Simplemente tenemos que hacer lo que hace la gente normal. Hablar y esas cosas”.
"No tenemos un buen historial de cosas de gente normal". Señalo mi cara. "Prueba A.
Podríamos haber ido a tomar unas cervezas".
“Entonces seremos buenos en eso. Sólo tenemos que practicar”.
Parece bastante simple, ¿no? Práctica. Mejora un poco la mayoría de los días.
Un poco más fuerte. Es difícil imaginar cómo superar estos obstáculos que
Parecen montañas cuando estás parado a su sombra. Pero nunca escalaré si sigo quieto. Y
Lark tenía razón: me he sentido solo en las sombras.
Entonces sigo haciéndome la misma pregunta: ¿ Y si lo intento?

No dejo que mi mente divague hacia una respuesta. Porque la verdadera respuesta es, yo
no lo sé. Nunca antes lo había intentado y lo había dicho en serio, no así.
No respondas la pregunta. Sólo inténtalo.
Eso es lo que pienso cuando miro mi reflejo en el espejo del baño.
Es lo que pienso cuando vuelvo a la cama y Rowan me ayuda a ponerme una camiseta sin
mangas antes de volver a ponerme el cabestrillo. Es lo que pienso cuando me acuesto a su
lado. Él me mira abiertamente y yo le devuelvo la mirada. Sus párpados están pesados, como
los míos, pero se niega a apartar la mirada. Y sigo pensando, inténtalo.
Muevo mi brazo derecho debajo de mí y levanto un puño entre nosotros.
"Piedra Papel tijeras."
"¿Para qué?"
"Solo hazlo, niño bonito".
Me da una sonrisa sospechosa y luego encuentra mi puño con el suyo. A la cuenta de
tres, hacemos nuestra selección. Rowan apuesta por el rock. Voy con tijeras.
Ya sé que la piedra se elige la mayoría de las veces en los juegos de piedra, papel y
tijera. Lo busqué después de la primera vez que conocí a Rowan y él lo sugirió en caso de
desempate. Y ya sé que Rowan casi siempre elige el rock.
“¿Qué acabo de ganar?” él dice.

"Puedes preguntarme cualquier cosa y te responderé honestamente".
Sus ojos brillan en la penumbra. "¿En realidad?"
"Sí. Seguir. Cualquier cosa."
Rowan se muerde el labio mientras delibera. Le toma un largo momento resolver una
pregunta. “Ibas a irte cuando estábamos en Virginia Occidental y yo maté a Francis. ¿Por qué
no lo hiciste?
La imagen de Rowan arrodillado en el camino viene a mi mente. He pensado en ello
tantas veces, en la forma en que llovió golpes implacables sobre el hombre atrapado en las
garras de su locura. Yo había observado desde las sombras, y cuando Rowan redujo la
velocidad y se detuvo, retrocedí. Irse fue lo más inteligente. Estaba claramente desquiciado.
Peligroso. Me había agarrado por el cuello unos momentos antes y, aunque tenía miedo,
todavía confiaba en él. Una parte de mí sabía que me alejó de Francis y del auto.
para esconderme en las sombras. Y cuando todo terminó, mi mente me gritó que corriera, pero mi
corazón vio a un hombre destrozado en el camino, luchando por encontrarse en la bruma de la ira.
Y la primera palabra que salió de sus labios fue mi nombre.

No había retrocedido más de dos pasos. Ni siquiera me di la vuelta.
“Me llamaste. Sonó como una pérdida. Yo... Trago, y su toque me encuentra desde las
sombras, un rastro de calidez hormigueante que fluye por mi brazo y vuelve a bajar. “Sabía que no
querías simplemente que me quedara. Necesitabas que lo hiciera. Hacía mucho tiempo que no me
necesitaban así”.
Su suave caricia encuentra mi mejilla, en contraste con la violencia que dejó cicatrices en sus
nudillos esa noche. "Probablemente ya sea bastante obvio, pero me alegro de que te hayas
quedado".
"Yo también." Me inclino más cerca y presiono mis labios contra los suyos, saboreando su
aroma familiar y la calidez de su presencia. Cuando me alejo, digo: "¿Puedo hacerte una pregunta,
aunque acabo de perder piedra, papel o tijera?"
La risa de Rowan precede a un beso en mi sien. “Creo que puedo darte una
regalo de promoción. Aunque sólo uno”.
“Recuerdo que le susurraste algo a Francis antes de vencerlo. ¿Qué dijiste?"
La pausa de silencio entre nosotros se prolonga y por un momento creo que no va a responder.
Rowan desliza su mano debajo de mi almohada y me acerca hasta que mi cabeza descansa sobre
su pecho, los latidos de su corazón son un consuelo en la oscuridad.
“Dije lo mismo que te dije justo antes de matarlo”, dijo finalmente.

dice. "Que eres mía".
Cuando esa pieza del rompecabezas encaja en su lugar, me duele un poco, como si mi corazón
tuviera que romperse para dejar espacio para que encaje. No parece que pueda ser cierto, pero tal
vez Rowan realmente ha estado seguro de nosotros todo el tiempo, de lo que podríamos ser y de lo
que él quería. Estaba esperando pacientemente a que yo lo alcanzara.
Presiono un beso en su pecho y coloco mi mejilla sobre su corazón. "Sí. Supongo que soy yo."
Mis ojos se cierran y la próxima vez que los abro, la habitación queda bañada por la luz del
amanecer que se cuela a través de las persianas.
Todavía estoy envuelta en el abrazo de Rowan, sus piernas entrelazadas con las mías y su
brazo cruzado sobre mi cintura. Está profundamente dormido. Me tomo un momento para simplemente
Observo el movimiento de sus párpados y el constante ascenso y descenso de su pecho, y

luego me desenredo de sus extremidades y me deslizo lejos. Cuando termino en el baño, él
todavía no se ha movido, así que me visto en silencio y lo dejo dormir.
El aroma a café y masa azucarada me arrastra por el pasillo. Cuando llego al comedor,
Rose ya está allí, con su cabello oscuro recogido sobre su hombro en una trenza suelta y un
plato de waffles frente a ella. Ella levanta la vista cuando me acerco y me da una sonrisa
brillante, sus grandes ojos marrones me dan la bienvenida.
"Buenos días", dice ella. “Hay más en la cocina. Ayudar a sí mismo."

"Gracias. Y lo siento mucho”.
"¿Para qué?" Rose dice mientras toma un bocado de gofre. Su mirada se mueve alrededor
y me mira entrecerrando los ojos como si estuviera tratando de averiguar si le robé algo en la
noche.
"Por ser... ruidoso".
Rose simplemente se encoge de hombros y centra su atención en su plato de comida.
“Cariño, he vivido literalmente en un circo desde que tenía quince años. Podría dormir en el Tilt
aWhirl si fuera necesario”.
Resoplo y me dirijo a la cocina, sacando dos tazas del estante para llenarlas con café. "Lo
del callejón de los payasos de ayer tiene más sentido ahora".
“Bueno, sea lo que sea que estaba pasando”, dice con un guiño ridículo y exagerado
mientras la miro a través de la isla de la cocina, “no escuché nada. Pero él, por otro lado… se
ve un poco peor”.
Me giro cuando Fionn entra al comedor en pijama, con el pelo despeinado y los ojos
entrecerrados. Se dirige directamente al frigorífico y saca una botella de probióticos de una fila
en la puerta. Cuando miro a Rose, su sonrisa es malvada.
“¿Duerme bien, doctor?” ella pregunta. “Dormí como una piedra. Aunque no estoy seguro
de Sloane y Rowan”.
Fionn le da una mirada oscura. Pero también hay un calor acumulado en ello.
"Lo siento", digo, mis mejillas se calientan con fuego debajo de mi piel.
“Ha sido muy amable al acogernos sin previo aviso. No quisimos mantenerte al día con todo
uh... reprimido... um. Cosa."
“No te preocupes, Mirlo. Estará bien. El doctor Blueballs está un poco celoso”.
Rowan se acerca con un par de sudaderas bajas y nada encima más que una deliciosa extensión
de músculos y tinta. Mi sonrojo se calienta por segunda vez cuando él se detiene a mi lado para
darme un beso en la sien.
"Ponte una camisa, perdedor", se queja Fionn mientras Rowan le da una palmada en la espalda.
y lo empuja para agarrar la leche.
"¿Por qué? Creo que es bueno recordarles periódicamente que aunque
Si pasas horas al día haciendo burpees, todavía puedo patearte el trasero”.
Fionn parece querer discutir ese punto, pero su mirada recorre el cuerpo musculoso y lleno de
cicatrices de su hermano mayor antes de que parezca reconsiderar esa idea. "Pensé que había dicho
algo sobre tomar las cosas con calma", argumenta en cambio.
“Descansar. Nada de… deportes duros.
La sonrisa de Rowan es nada menos que diabólica. “No estábamos practicando deportes.
Estábamos teniendo sexo”.
Rose se ríe en la mesa y se mete otro bocado de gofre.
boca. "Asombroso. Amo a estos dos. ¿Pueden quedarse?
"No." Fionn mira a Rose y luego a Rowan antes de centrar su atención en mí, y su expresión
adquiere una cualidad de disculpa. "Lo lamento. En circunstancias normales, definitivamente. Pero
ese idiota de ahí”, dice, señalando con el pulgar a Rowan, “va a hacer de mi vida un infierno por el
apodo hasta que lo saque de su sistema. Necesito dormir por la noche. Y tu tambien. De hecho,
probablemente deberías ausentarte del trabajo un par de semanas hasta que se te quite el cabestrillo”.
“Aún me queda otra semana de vacaciones”, respondo. "No me he tomado ningún día por
enfermedad en casi dos años, así que no debería ser un problema".
“Voy a escribirte una nota del médico de todos modos, por si acaso. Quiero que uses el
cabestrillo tanto como puedas. Y programe un tiempo con un fisioterapeuta. Nada de levantar objetos
pesados, nada de deportes”, dice mientras lanza una mirada mordaz a Rowan. Cuando la mirada de
Fionn vuelve a mí, su ceño se arruga con preocupación. “¿Tienes a alguien que pueda ayudarte en
casa si lo necesitas?”
"Lo hace", responde Rowan antes de que tenga la oportunidad de mencionar siquiera el nombre
de Lark. "Ella me tiene."
Mi mirada salta entre Rowan y su hermano. La incredulidad, los nervios y la emoción se
entrelazan como una cuerda en mi pecho. “¿Vienes a Raleigh?”
Rowan deja su café en la encimera. Sus ojos azules sostienen los míos, la sombra del mar
profundo bajo el sol. No hay una sonrisa burlona que ilumine su
piel, ninguna sonrisa divertida que baila en sus labios cuando se acerca y se
detiene frente a mí. Observa el movimiento de sus dedos mientras trazan los
contornos de mi mejilla.
El resto del mundo desaparece.
"No, Sloane", dice. “Te llevaré a casa. A Boston”.
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RESERVAS
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SLOANO
"Ay dios mío. Eres tu."

Miro a mi derecha donde Lark está a mi lado, esperando que este sea
probablemente un momento de fangirl. Puede que Lark haya firmado con un sello
discográfico independiente más pequeño, pero todavía tiene muchos seguidores y no
sería la primera vez que la reconocieran mientras estábamos juntos.
Pero cuando vuelvo a mirar a Meg, la anfitriona, ella me está mirando directamente.
La llama envuelve mis mejillas. "Emm Hola…?"

"Lo siento mucho. Cuando viniste la última vez, me desvié por completo y olvidé
decírselo a Rowan. Los bonitos ojos azules de Meg se abren mientras niega con la
cabeza. "Todavía me siento terrible".
"Bueno, no había hecho una reserva, así que no tienes nada de qué disculparte".
"Pero tienes una reserva permanente en 3 In Coach", dice Meg con una sonrisa
dulce y cómplice. Saca una chincheta de su podio y me pasa una hoja de papel.
La tabla doce es PERMANENTEMENTE

RESERVADO
para: reserva bajo el nombre de Sloane
cualquiera
Sutherland
t t
una hermosa mujer de cabello negro y pecas, 5'8”,

color avellana
probablemente sola,
Los
ojos parecen como si quisiera correr.
tímido, informe a Rowan inmediatamente sobre

cualquier reserva con este nombre o sobre cualquier
huésped que se ajuste a esta descripción.
Y luego, en texto rojo como si se hubiera agregado en una fecha posterior:
INMEDIATAMENTE. NO ESTOY JODIENDO.
La palabra "INMEDIATAMENTE" está subrayada seis veces.

"Eso es tan lindo", dice Lark mientras apoya su barbilla en mi hombro y lee la nota,
señalando el texto rojo. “Parece que va a cortar gente por ti. Eso es tan Keanumántico”.
Resoplé y le devuelvo el papel a Meg. “En primer lugar, Keanumantic no es una palabra. En
segundo lugar, Keanu no corta a la gente de una manera romántica y que llame la atención”.
"Lo hace en John Wick".

"Seguro. Para un perro. Yo no llamaría a eso romance, Lark.
Lark se encoge de hombros antes de sonreírle a Meg. “Mesa para dos, por favor, para
Sloane Sutherland, una belleza de cabello negro, pecosa y de 5'8” que parece querer correr”.
Meg toma dos menús de su podio y sonríe mientras nos indica que avancemos. "Sígueme.
Le avisaré al chef que estás aquí tan pronto como estés sentado”.
Lark chilla y agarra mi muñeca mientras seguimos a Meg hasta la mesa en la que me senté
la última vez que estuve aquí hace más de un año. Probablemente pueda sentir mi pulso
golpeando su mano. Me quedé con Rowan durante dos semanas después de extender mi tiempo
libre en el trabajo como me había recomendado Fionn. Y esas dos semanas con Rowan
simplemente no fueron suficientes.
Mi cuerpo todavía estaba magullado y dolorido cuando me fui a Raleigh para empacar
mis cosas y alquilar mi casa amueblada. Hice arreglos en el trabajo para quedarme
completamente en casa y pasé las tardes y los fines de semana desmantelando la sala de
matanza de mi contenedor de almacenamiento que apenas he usado desde que comenzamos este juego.
Han pasado tres semanas desde que vi a Rowan, y mi corazón está casi a punto de estallar
en mi pecho a medida que pasan los segundos hasta el final de nuestra separación.
No sé si esto va a funcionar: vivir con él, trabajar desde casa todos los días, estar en
una ciudad nueva, tratar de convertir esta base que hemos convertido en algo más. Pero lo
voy a intentar.
“Estás muy emocionado”, le digo a Lark, tratando de desviar la atención de mi propia
anticipación mientras atravesamos el concurrido restaurante. Las prisas del almuerzo han
pasado, pero todavía hay más mesas llenas que vacías, aunque muchos de los clientes han
terminado los platos principales y han pasado a los postres.
"Claro que soy yo. Mi mejor amiga está enamorada y conozco a su hombre por primera
vez”.
Resoplé. "Nunca dije nada sobre el amor".
"¿No instalaste furtivamente una cámara de seguridad en la cocina?"
"Eso es acoso, no amor".
“Tomayto, tomahto. Y claramente él también te adora. Él conoce a mi bebé”, dice,
señalando la mesa mientras Meg coloca los menús sobre la mesa. “Una elección perfecta de
Sloaney. Protegidos y equidistantes entre las salidas”.
Oh, maldito Dios. Ella está en lo correcto.

Lark se desliza sobre el asiento acolchado y Meg desaparece para agarrar a Rowan de
la cocina, y yo sigo parada a un lado como un idiota, mirando la mesa como nunca antes
había visto una.
Reserva permanentemente el stand que sabe que le gustaría en su popular restaurante.
Le da una paliza a un emo pervertido por verte masturbarte. Le pide a un chico del vecindario
que te traiga comida.
¿A quién carajo estás engañando? A ti no te gusta más que este tipo.

La cabeza de Lark se inclina y aparece un pliegue entre sus cejas mientras su mirada
viaja por mi cara. “¿Estás bien ahí, Sloaney? Pareces destrozado”.
Estoy a punto de decir algo. Abro la boca, logro tartamudear el comienzo de una frase
que nunca se materializa. Muere en mi lengua cuando escucho el
El sutil acento irlandés se eleva por encima de las conversaciones de los comensales y el ruido de los
cubiertos en los platos y los vasos en las mesas.
"Mirlo", dice lo suficientemente alto como para transmitir el ruido. Cuando miro, pasa junto a las
mesas de los clientes, luciendo muy parecido a la última vez que vine a 3 In Coach, con su abrigo de
chef enrollado hasta los codos y un delantal blanco atado alrededor de su cintura. Pero esta vez, no
hay ninguna expresión de sorpresa, sólo una cálida sonrisa y sus brazos abiertos. "Ven aquí."
Miro a Lark y su sonrisa es eléctrica, sus ojos bailan. Ella mueve la cabeza en su dirección y
aunque sé que probablemente parezco un adolescente enamorado, no puedo evitarlo. Mi corazón late
con fuerza hasta mi garganta. Si fuera así, ya estaría corriendo en su dirección.
Puede que no corra, pero sigo caminando. Rápido.

Cuando nos encontramos en medio del restaurante, Rowan toma mi rostro entre sus palmas y se
toma un momento para absorber los detalles de mi rostro, como si estuviera saboreando cada matiz.
Está radiante, claramente en su elemento en este espacio, sus ojos brillantes y arrugados en las
esquinas con la amplitud de su sonrisa y la profundidad de su alivio.
El beso que compartimos no dura. Pero su calor sí lo hace, infundiendo cada célula.
con comodidad y la necesidad de más de lo que podemos soportar en este momento.
"Te ves mucho mejor", dice cuando se aleja.
Me encojo de hombros. "Aún me duele un poco, pero estoy llegando".
“¿El viaje estuvo bien?”
“Winston odió cada momento del viaje desde Raleigh. Creo que voy a escuchar su gruñido
mientras duermo durante una semana, pero se ha calmado ahora que está en tu lugar. Parece un poco
extraño, pero estoy seguro de que se adaptará en uno o dos días. Dejé mis cosas en el suelo de la
sala de estar, así que estoy noventa por ciento seguro de que mi gato habrá destrozado todo el
equipaje como represalia cuando regresemos.
"Nuestro lugar", corrige Rowan, y pasa un brazo sobre mi hombro para guiar nuestro camino de
regreso a la cabina. "Nuestro gato. No puedo esperar a ser influyentes en la arena para gatos juntos,
qué gran actividad secundaria. Seremos ricos”.
Resoplo y pongo los ojos en blanco. "Eres lo peor.
"Me amarás algún día".
Uno de mis pasos flaquea.
Hoy es ese día.
Quizás ayer también. Y el día antes de eso. De hecho, tal vez por un tiempo.
No puedo decir exactamente cuándo empezó, pero no creo que termine nunca.
Tomo la mano de Rowan sobre mi hombro en recuperación, la articulación todavía está
un poco sensible pero mejora cada día. Cuando lo miro, trato de reprimir una sonrisa pero fallo.
"Sí. Tal vez."
Rowan no me llama, no me pide más, pero sé que puede verlo en mí como si estuviera
escrito en la constelación de puntos de mi piel, incluso cuando intento apartar la mirada.
"Te lo dije", susurra mientras presiona un beso en mi sien.

Lark sale de la cabina y le da un abrazo a Rowan como si lo conociera desde hace años,
y los dos entablan una conversación tranquila desde el momento en que nos sentamos. Y
aunque pretendo estar inmerso en mi menú, no lo estoy. Estoy viendo a Lark y Rowan con el
corazón más lleno de lo que jamás pensé que podría estar. Las dos únicas personas que amo
en este mundo están sentadas una al lado de la otra, forjando los primeros momentos de una
amistad, una base que, con suerte, solo crecerá con el tiempo.
Puede que no tenga mucha gente, pero tengo a Lark y Rowan, y eso es suficiente.
Compartimos una comida juntos. Una botella de vino. Dividimos el filo de higos Napoleón
como postre y nos sentamos con nuestros cafés hasta que los últimos invitados se han ido y el
restaurante cierra para prepararse para el turno de cena.
No hay tregua en la conversación. No faltan las risas. Y cuando llega el momento de partir,
hacemos planes para reunirnos nuevamente durante los próximos días mientras Lark esté en
la ciudad: música en vivo, cenas fuera, tal vez un viaje en barco por el puerto. Mientras nos
dirigimos a la salida, Rowan me guiña un ojo, como si todo esto fuera parte de su gran plan
para atraer a Lark aquí.
Nos despedimos con un abrazo en la puerta y Rowan termina con una pegatina de estrella
dorada en la mejilla antes de que Lark se vaya bailando.
"Vamos, necesito tu ayuda", dice, tomando mi mano cuando Lark dobla una esquina dos
cuadras más abajo, en dirección a su hotel. Rowan me arrastra en la dirección opuesta. "Un
trabajo muy importante, Blackbird".
"¿Qué trabajo?"
"Verás."
“¿Vas a dejar esa pegatina en tu cara?”
Rowan se burla. "Por supuesto. Me hace más bonita”.
Cuatro cuadras y una vuelta después, Rowan me detiene. Aunque le pregunto qué está
haciendo y dónde estamos, evade mis preguntas. En lugar de responder, maniobra detrás de
mí para cruzar sus palmas sobre mis ojos antes de
me empuja hacia adelante. Estoy a punto de decirle que no voy a caminar por toda la
ciudad de Boston con los ojos vendados cuando nos guía hasta una parada y giramos a
la izquierda.
"¿Listo?" él pide.
Levanta sus manos de mis ojos.

Ante mí está el frente de un edificio de ladrillo donde un nuevo toldo negro con luces
tipo globo se extiende sobre un área para sentarse al aire libre que aún no tiene sillas en
la terraza recién pintada. El interior está terminado, los lujosos detalles de los muebles y
las mesas de madera oscura se mezclan con el ladrillo visto y estallidos inesperados de
decoraciones en azul verde azulado. Enormes helechos se agitan suavemente con la
brisa del sistema de aire acondicionado escondido entre la red industrial de vigas de
acero negro y conductos en el techo. Es hermoso y elegante, pero cómodo.
Y a lo largo de toda la fachada del restaurante, extendiéndose sobre la puerta y el

toldo, un enorme cartel escrito en letras mayúsculas.
Carnicero y mirlo.
“Rowan…” Doy un paso más cerca, mirando el letrero y el estilizado cuervo de hierro
forjado y el cuchillo de carnicero incorporados detrás de las primeras letras. "¿De verdad?"
"¿Te gusta?"
"Es increíble. Me encanta."
“Bueno, eso es un alivio considerando que estamos a dos semanas de la apertura.
Las reservas se completan después de Navidad. Habría sido incómodo cancelarlo”. Con
un destello de sonrisa, toma mi mano y me arrastra hacia la puerta donde un gran cartel
detalla la próxima gran inauguración y los detalles de contacto. La abre y sostiene la
puerta para que entre, el aroma de pintura fresca y muebles nuevos nos saluda. "Aunque
todavía necesito tu ayuda".
Mientras nos dirigimos hacia la cocina, Rowan señala detalles, decoraciones que
reflejan la influencia de sus hermanos, como la selección de bourbon de Weller detrás de
la barra para cuando Fionn venga a la inauguración, o los posavasos de cuero con la
marca que hizo Lachlan. Pero yo también estoy en todas partes . En la enorme ala de
cuero negro, las intrincadas plumas se extienden a lo largo de una pared sobre las
cabinas, el lugar exacto donde me gustaría sentarme. En las pinturas en blanco y negro
de cuervos realizadas por artistas locales, en cada una de ellas se incorpora un cuchillo
de carnicero o un cuchillo de carnicero.
No soy sólo yo. Somos nosotros.

Detengo a Rowan en el centro de la habitación. Sus ojos recorren mi
cara y hasta el cuello mientras un trago ardiente se desplaza por mi garganta.
“Tú…” es todo lo que logro decir. Hago un gesto entre nosotros y luego hacia la habitación.
"Este…?"
Rowan intenta contener la risa mientras una sonrisa de complicidad se cuela en sus labios.
"Elocuente. ¿Es esta otra situación de 'hombrechico'? No puedo esperar a escuchar lo que se te
ocurra, Blackb...
"Te amo, Rowan", dejo escapar. Me tomo solo un momento para registrar la sorpresa en la
expresión de Rowan antes de lanzarme hacia él, envolviendo su sólido cuerpo en mi abrazo. Su
corazón late con fuerza debajo de mi oreja mientras presiono mi cara contra su pecho.
Sus brazos me rodean, una mano se enrosca en mi cabello mientras me besa la coronilla.
“Yo también te amo, Sloane. Mucho, jodidamente.
Pero el restaurante probablemente fue una gran pista”.
Me río contra su pecho y muevo una mano entre nosotros para atrapar una lágrima antes
de que caiga. “Tengo esa vibra. No estoy seguro de qué me avisó. Podría haber sido el cartel de
delante.
Rowan se aleja y sus manos cálidas rodean mis hombros. Cuando me mira fijamente, veo
todo lo que siento reflejado en su leve sonrisa y sus ojos suaves. Hay un alivio al saber que
puedo amar y ser amado, después de años preguntándome si estaba tan destrozado que solo
había lugar para la venganza y la soledad en mi corazón. Y creo que también veo la liberación
de esa carga reflejada en los ojos de Rowan.
"Vamos", dice después de presionar un beso rápido en mis labios. "Todavía necesito tu
ayuda".
Rowan conduce a la cocina, donde los electrodomésticos comerciales nuevos y las
encimeras de acero inoxidable brillan bajo las luces empotradas en el techo recién pintado.
Primero se dirige a una fila de ganchos donde cuelgan delantales y me arroja uno antes de
desaparecer en un frigorífico.
"¿Que estamos haciendo?" Pregunto mientras regresa con los ingredientes apilados en una
bandeja que coloca en el mostrador junto a mí.
"Construyendo una nave espacial". Él sonríe cuando le doy una mirada fija.
“Cocinar, claramente. Todavía estoy afinando el menú del almuerzo para la semana de apertura.
Necesito tu ayuda para modificarlo”.
"Pensé que ya habíamos establecido que la cocina no es mi fuerte".
"No, establecimos que cocinas perfectamente bien, solo tenemos que hacerlo juntos".
Y lo hacemos.
Empezamos con cosas más sencillas, como preparar una vinagreta de vino tinto para
una de las ensaladas y preparar verduras para una sopa. Luego pasamos a cosas más
difíciles: lomo de cerdo con aros de chalota, un filete de salmón con salsa de crema.
Y ver a Rowan compartir su arte con tanta pasión y confianza es como inyectarme un
afrodisíaco directamente en mis venas. Mi deseo por él se vuelve más poderoso con cada
momento que pasa, y él está tan inmerso en lo que está haciendo que no parece notar
ninguna de las señales.
Sólo hace que lo desee mucho más.
Probamos los platos que creamos juntos y Rowan presiona la estrella dorada de su
mejilla en la parte superior de una página nueva en un cuaderno manchado y desgastado
donde anota ideas y comentarios sobre todo lo que hacemos.
Y luego declara que ha llegado la hora del postre, el plato donde más ayuda necesita. Cuando
trato de protestar diciendo que estoy lleno, él se ríe de mí.
"Sé que puedes tomar más", dice con una sonrisa, luego se aleja a grandes zancadas en
dirección al refrigerador.
Vuelve con otra bandeja de ingredientes, pero esta vez la pavlova, la crème brûlée y la
tarta de chocolate ya están hechas. Solo hay que armarlos con su presentación y salsas, lo
cual Rowan hace con rapidez y precisión antes de colocarlos frente a mí en el mostrador.
Luego da un paso atrás y deja que su mirada fluya a lo largo de mí. Lo siento en el centro de
mi cuerpo, como si él tirara de un hilo invisible que aprieta mi núcleo hasta que me duele.
"Mira hacia el mostrador y súbete el vestido, Sloane".

Mis bragas se humedecen instantáneamente, incluso antes de que mi cerebro haya
procesado completamente sus palabras, como si mi cuerpo supiera lo que está a punto de
suceder antes que mi mente. Respiro entrecortadamente y mi boca se abre de golpe, pero no
sé qué decir.
Rowan levanta las cejas y dirige la mirada hacia el mostrador. “¿Crees que no me di
cuenta de la forma en que te bajaste el vestido antes de inclinarte para mostrarme tus tetas
cuando estábamos haciendo esa salsa de vino blanco? Siempre me fijo en ti, Sloane. Ahora
haz lo que te dicen”.
Me estremezco al contener el aliento, agarro el dobladillo de mi vestido y lo arrastro por
mis muslos mientras me giro y me enfrento al mostrador de acero inoxidable, su borde pulido
frío contra mi piel caliente. La calidez de Rowan envuelve mi espalda mientras camina.
detrás de mí para pasar una palma callosa por mi pierna y por todo el globo de mi
culo.
Él tira mis bragas a un lado y mete su polla en mi entrada.

Luego se desliza dentro de mí con un solo golpe al sonido de mi jadeo.
Y luego se queda ahí, inmóvil, alojado hasta el fondo en mi coño.
Un gemido se atasca en el fondo de mi garganta. Mi clítoris palpita, pidiendo fricción, mi
coño desesperado por moverse. Intento avanzar y retroceder otra vez, pero no hay ningún lugar
adonde ir entre la fuerza inquebrantable de Rowan y el borde afilado del mostrador contra mis
caderas.
"No", me ordena cuando lo intento de nuevo. "Relájate, Sloane".
Un gemido ahogado pasa por mis labios. "¿Cómo carajo se supone que voy a hacer eso?"
Rowan se ríe entre dientes, desconcertado por el hecho de que el deseo me está
quemando, cada célula ardiendo con la necesidad de más de lo que él va a dar. "Sólo inténtalo.
Mira adónde te lleva”.
Mi pulso late a un ritmo galopante, mi respiración es temblorosa y desigual.
Cuando dejo de intentar moverme, Rowan apoya la barbilla en mi hombro y toma una cuchara
de postre.
"Qué buena chica eres, Blackbird", me susurra al oído mientras desliza la cuchara a través
de la crème brûlée y la lleva a mis labios entreabiertos. "Y las chicas buenas obtienen
recompensas".
El postre cremoso y la cobertura de tarta de frutos rojos aterrizan en mi lengua con una
explosión de sabor. Rowan permanece quieto mientras saboreo el sabor.
"¿Te gustó?" él pide.
"Ssí".
"¿Te falta algo?"
“Yo…” Joder, no lo sé. No puedo pensar con claridad con su polla gruesa y dura en mi
coño, mi excitación resbaladiza en mi entrada, mi clítoris exigiendo alivio. Cuando sacudo la
cabeza, parece entender que no quiero decir "no", pero que no puedo estar seguro.
"Cierra tus ojos. Intentar otra vez."

Hago lo que Rowan me pide y cierro los ojos. Los aromas de azúcar y bayas frescas
inundan mis fosas nasales, aromas que realmente no noté la última vez. Rowan pasa el borde
de la cuchara por mis labios para pintar mi piel rosada de sabor antes de abrirle.
"¿Qué saboreas?" Rowan susurra contra el caparazón de mi oreja.

"Crema. Vainilla. Azúcar caramelizada. Fresas y frambuesas”, respondo, con los ojos
todavía cerrados. Siento como si estuviera flotando, no fuera de mi cuerpo sino en lugares
dentro de él que nunca antes había visto o sentido. Hay otro reino dentro que ni siquiera sabía
que existía. Es como si estuviera desconectado del resto del mundo, pero más presente en él
que nunca. Cada sensación se vuelve más clara en ausencia de ruidos extraños.
"¿Qué falta?" Rowan lo intenta de nuevo.

"Nada. Pero…” Sacudo la cabeza. La mano de Rowan se desliza por mi brazo para
asegurarme que este lugar y mis palabras están a salvo con él. "Pero no es único".
“Tienes razón”, responde. Un beso indulgente permanece en mi cuello mientras su polla

se mueve dentro de mí. Noto cada movimiento que hace, desde la forma en que sus labios se
levantan de mi piel hasta el ascenso y descenso de su pecho contra mi espalda. “No es único.
Es como cualquier otra crème brûlée de la ciudad. Necesita algo diferente. Algo nuevo."
“Thorsten Harris probablemente sugeriría…”

"Mirlo", dice Rowan, reforzando su advertencia con un mordisco en el lóbulo de mi oreja.
"Ni se te ocurra terminar esa frase o tendrás que pagar un infierno".
Mis ojos permanecen cerrados mientras sonrío. "Me gusta tu versión del infierno".
“Dices eso ahora. Pero podría quedarme en este pequeño y apretado coño tuyo durante
horas, y creo que te sentirías diferente si pasara todo ese tiempo sin dejarte correrte. Rowan
mueve sus caderas, sólo un indicio de movimiento que enciende mi desesperación por más.
“Ahora sé mi pajarito bueno y nómbrame la fruta más aleatoria que puedas imaginar. Lo primero
que me viene a la mente”.
Realmente ni siquiera pienso en eso. Yo solo hablo. "Caqui."
Hay un momento de silencio. Rowan se relaja detrás de mí, como si la tensión reprimida
en su pecho se hubiera disipado.
"Sí. Caqui. Es una idea excelente, amor”.
Y luego se desliza fuera de mí.
Abro los ojos y me doy la vuelta mientras él da un paso atrás, metiendo su erección dentro
de sus calzoncillos antes de subirse los pantalones. Mi respiración se vuelve entrecortada
mientras lo observo. Hay calor y deseo en sus ojos, pero lo mantiene concentrado. No como
yo. Sé que mi desesperada necesidad de más está escrita en mi cara.
"Pensé que habías dicho que las chicas buenas obtienen recompensas", digo en voz baja
y ronca.
Una lenta sonrisa aparece en la comisura de los labios de Rowan, donde su cicatriz se
ilumina en una línea recta a través de su piel. "Tienes razón. Yo dije eso. Sal al restaurante y
siéntate en tu mesa”.
"¿Cual es mio?"
"Tu sabrás."
Me guiña un ojo y comienza a recoger los ingredientes no utilizados en la bandeja. Miro
por un momento antes de que él asienta hacia la puerta y me diga que estará allí tan pronto
como termine.
Me dirijo al espacio con poca luz y hacia las cabinas debajo del ala negra montada en la
pared. Cuando miro entre la entrada principal y el letrero de la salida de emergencia junto a los
baños y la puerta de la cocina, es obvio cuál elegiría: la cabina que se encuentra justo debajo
del vértice del ala extendida.
Cuando me deslizo sobre el asiento, hay una línea de texto en cursiva simple.
escritura, grabada en la superficie de la madera. "El stand del mirlo", dice.
Mi dedo recorre cada letra mientras miro el espacio y asimilo cada detalle desde este
punto de vista. Todavía estoy absorbiendo el calor que se extiende por mis venas cuando
escucho el silbido de la puerta de la cocina.
"Pensé que te había dicho que te subieras a la mesa", dice Rowan mientras camina en mi
dirección. Miro de él a las ventanas que bordean el frente del restaurante y de regreso. La
anticipación corre por mis venas en un torrente de adrenalina.
"Pero"
“Vamos, Sloane. Ahora."
El fuego se arrastra bajo mi piel mientras hago un gesto hacia el frente del restaurante.
Rowan se detiene junto al reservado con una expresión severa que indica que claramente no
está dispuesto a aceptar ninguna protesta que esté a punto de hacer, aunque eso no me
impedirá discutir. "Acabo de ver a una mujer pasar con sus compras", digo. “Ella no quiere ver
eso. Nadie hace."
"Por supuesto que lo hacen. E incluso si no lo hicieran, hay un detalle importante que
quizás te estés perdiendo: yo no. Maldito. Cuidado. Entonces, ¿estás usando tu palabra de
seguridad?
"No."
Las manos de Rowan presionan la superficie mientras se inclina más cerca, inmovilizándome.
con una mirada inquebrantable. "Entonces súbete a la maldita mesa, Sloane".
Subo a la superficie con la espalda hacia la fila de ventanas mientras los latidos del
corazón zumban bajo mi piel, manteniendo mis ojos en él todo el tiempo.
Cuando estoy acomodado, Rowan se desliza sobre el banco acolchado hasta que está
directamente frente a mí. Mi mirada está atrapada en la suya, nuestra conexión intacta,
ninguno de los dos se mueve. Parece disfrutar que esté esperando sus instrucciones tanto
como yo disfruto obedeciéndolas.
"Súbete el vestido hasta la cintura", dice, con los ojos oscuros y llenos de lujuria. Hago
lo que dice, pero me tomo mi tiempo, arrastrando el dobladillo por mi piel. "Abre bien las
piernas".
La mirada de Rowan permanece fijada en mis bragas húmedas y en el contorno de
mis piercings debajo de la tela mientras abro mis muslos tanto como me lo permiten mis
caderas. Agarra mis rodillas y me lleva un poco más cerca del centro de la mesa.
“¿Recuerdas lo que te dije?” Pregunta, sin apartar la vista del vértice de mis muslos.
Asiento con la cabeza. “Que me ibas a devorar en una mesa del restaurante”.
“Maldita sea, Blackbird. Y esta es una comida por la que me he estado muriendo.
Rowan estira mis bragas hacia un lado, baja la cabeza y se da un festín.

No estaba mintiendo. Podría haber gente caminando. Podrían estar mirando por la
ventana. Podrían estar en la mesa de al lado y a él no le importa. Devasta mi coño como
si fuera la última comida que tendrá. Él prodiga atención a cada piercing y chupa mi
clítoris. Sumerge su lengua en mi coño y gime. Aprieta sus dedos sobre mis muslos en un
agarre doloroso que sólo aumenta mi deseo.
Y si alguien está mirando, tampoco me importa.

Agarro el cabello de Rowan con un puño apretado y lo sostengo contra mí para
aplastar mi coño contra su cara. Soy recompensado con un gruñido gutural y dos dedos
hundidos en mi coño, el ritmo inmediato y su toque experto me empujan más cerca de
deshacerme. Mi trasero chirría contra la madera mientras él avanza y me consume, en
cuerpo y alma.
Me desmorono con un grito del nombre de Rowan, empapando sus dedos, cubriendo
su cara. Y no me deja tiempo para recuperarme del intenso orgasmo antes de arrastrar
mis bragas por mis piernas y tirarlas al suelo. En el momento en que se van, se baja los
pantalones y los calzoncillos y se desliza dentro de mí.
"Joder, Sloane", dice con el primer empujón completo. Ya puedo decir que no pasará
mucho tiempo antes de que me desmorone por segunda vez. “Te he extrañado muchísimo.
Ha sido un infierno aquí sin ti.
"Estoy aquí", susurro. Paso mis dedos por su cabello con una mano y deslizo mi toque debajo de
su chaqueta de chef para trazar los músculos de su espalda con la otra. Se inclina lo suficiente como
para pasar la gruesa tela sobre su cabeza y presiono mi tacto en cada músculo tenso y cicatriz irregular.
Rowan pasa un brazo por mi espalda y me levanta de la mesa, sin romper nunca nuestra conexión
mientras me tira hacia abajo para sentarme a horcajadas sobre él en el banco.
"Vas a tomar mi polla lo más profundo que puedas. Vas a montarlo como quieras hasta que te corras
por completo. Y estas tetas", dice mientras desabrocha la parte de atrás de mi vestido y baja el escote
junto con las copas de mi sujetador, "vas a hacer rebotar estas malditas y gloriosas tetas en mi cara".
Agarro la parte superior de la cabina con una mano y con la otra me inclino más para guiar mi
pecho hacia su boca que espera. Chupa mi pezón y pasa su lengua por el piercing, su gemido es una
vibración en mi carne mientras pellizca el otro hasta alcanzar un pico firme.
Me deslizo sobre su erección, llenándome con su longitud. Quiero que este placer dure. Quiero
saborear cada golpe largo de su polla, cada roce de mi clítoris contra su carne mientras lo tomo
profundamente, cada toque de mis piercings contra los nervios sensibles. Pero él me lleva hasta el
límite con sus besos en mis pechos y las demandas sucias que hace cada vez que emerge de mi piel.
Así es, cariño, llévame más profundamente en ese pequeño y apretado coño. Vas a estar goteando mi
semen por esos bonitos muslos durante todo el camino a casa.
Mi orgasmo destroza mi visión con un estallido de estrellas mientras cierro los ojos y grito. Me
rompo cuando Rowan empuja hacia arriba, golpeando aún más profundamente mientras se derrama
dentro de mí, sus manos agarradas con fuerza a mis caderas mientras me sujeta sobre su polla
palpitante. Nuestras frentes están juntas, nuestra respiración compartida, nuestras miradas fusionadas.
Cuando finalmente salimos de la niebla eufórica, sonrío y trazo las mejillas de Rowan con las yemas
de mis dedos.
"Yo también te extrañé".
Rowan suspira y me doy cuenta de que es la primera vez que lo veo realmente relajado desde
que regresé. Pone un beso en la punta de mi nariz. “Vayamos a casa y hagamos esto de nuevo. Y una
y otra vez y otra vez”. Él guía mis caderas hacia arriba hasta que se desliza libremente, su semen
goteando por mi entrada.
"¿Servilleta?" Pregunto mientras lanzo una mirada hacia mis piernas.
Rowan traza una línea a lo largo de la parte interna de mi muslo. Dos dedos recogen el riachuelo
lechoso y se deslizan hasta mi coño, sus ojos ya oscurecidos por el deseo mientras observa mi
reacción.
"Joder, no", dice con voz áspera mientras me mete con los dedos el semen con
empujones lentos. Me estremezco y gimo, mi carne sensible ya está desesperada por más.
"Quise decir lo que dije. Volverás a casa con ese desastre en los muslos, pajarito.
Después de un último y profundo empujón y un movimiento de su pulgar sobre mi

clítoris que me hace jadear y agarrar su hombro, retira sus dedos y los levanta hacia
mis labios para chuparlos hasta dejarlos limpios. Cuando está satisfecho, me guía
suavemente hasta el final de la cabina y se coloca la ropa en su lugar antes de seguirme.
Nos quedamos de pie por un momento, tomados de la mano, mirando el espacio y

las ventanas donde afortunadamente nadie se ha detenido a mirarnos en nuestro
santuario, el que siempre parece rodearnos cuando estoy a solas con Rowan. Dejo que
mis ojos recorran el espacio, y cuando mi atención fluye en su dirección, siento la
mirada de Rowan presionando mi rostro como una suave caricia.
"Estoy tan feliz de que hayas vuelto, Blackbird", dice mientras me atrae hacia su
pecho y me rodea la espalda con sus brazos.
Cierro mis ojos. Nos movemos en nuestro abrazo, moviéndonos juntos como dos sombras oscuras.
criaturas entrelazadas, que fluyen con la corriente del mundo que nos rodea.
"No voy a ir a ninguna parte", susurro. "Sólo estoy en casa contigo".
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TORRE
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SERBAL
Siento como si hubiera caminado por el infierno durante las últimas dos semanas para llegar a este
momento exacto: la noche del estreno de Butcher & Blackbird.
Hemos tenido los dolores de crecimiento normales previos al lanzamiento. Problemas con el
sistema POS. Problemas con proveedores. Las cosas habituales, pero nada importante, sólo un
montón de mierda que se suma. Pero 3 In Coach ha sido otra bestia completamente diferente.
Roturas de equipos. Problemas eléctricos. Electrodomésticos defectuosos. Es como un dolor
interminable en mi trasero, cuando debería estar funcionando sin problemas. He tratado de ignorar
muchos de los problemas para mantenerme concentrado, pero el estrés sigue ahí y ni siquiera ha
habido tiempo para desahogarme como lo haría normalmente el Carnicero de Boston. Si pudiera
elegir un objetivo fácil como un traficante de drogas de mierda, sé que me sentiría mucho más a
gusto. Simplemente no hay tiempo.
Pero gracias a Dios, la única luz brillante es Sloane.
Si le molestan mis largas horas de trabajo o mi cansancio y estrés, no lo deja ver. Sé que está
preocupada por mí, pero no hay irritación ni demandas de más atención y presencia de la que
puedo brindarle en este momento. De hecho, parece estar prosperando, aunque me cueste creerlo.
"Me siento terrible, que hayas venido hasta aquí, cambiando tu vida y yo apenas estoy aquí",
dije mientras miraba a través de la oscuridad hacia el techo cuando nos acostamos en la cama
hace dos noches. Pero lo que no dije fue lo preocupado que me siento constantemente de que esto
no esté saliendo como lo imaginé. He deseado a Sloane durante años, y ahora que finalmente está
aquí, me corroe el hecho de que tal vez no le esté dando lo que necesita. ¿Qué pasa si llego a
casa todas las noches para sacar suficiente estrés de mi sistema como para poder quedarme
dormido pero sin dar nada tangible a cambio? ¿Es eso lo que estoy haciendo?
"Estoy feliz", respondió ella simplemente, como si fuera obvio. “Me gusta la soledad, Rowan. Me
siento seguro cuando estoy solo. Tal vez no siempre con ese bolso de piel que parece querer destrozarme
la cara”, había dicho mientras agitaba una mano hacia la puerta del dormitorio, “pero aparte de Winston,
esto es bueno para mí. No me siento solo. De hecho, es la primera vez en mucho tiempo que no lo hago”.
Ella me había dado un beso en la mejilla como si estuviera recalcando su punto y luego se quedó
dormida como siempre lo hace, descansando sobre mi corazón. Pero me quedé despierto mucho después
de eso, con una sola pregunta dando vueltas en mi mente: ¿ Qué pasa si ella está mintiendo?
Respiro hondo y me vuelvo a centrar en la tarea que tengo entre manos, es decir, no quemar el foie
gras frito para los aperitivos mientras Ryan, el maître d', entra a la cocina para comprobar el tiempo de los
aperitivos. Dos minutos. Dos minutos y los primeros invitados estarán comiendo en Butcher & Blackbird.
Dos minutos para que el siguiente paso en mi carrera se haga realidad.
Coloco el foie gras sobre el brioche tostado preparado por la souschef, Mia. Aliñamos cada plato,
cinco en total, y los colocamos en el pase para el camarero que ya está esperando, y de inmediato pasamos
a emplatar los siguientes pedidos que ya se están cocinando.
Luego tomamos nuestro paso.
Sopas. Aperitivos. Ensaladas. Rápido y ágil. Plato tras plato. Sigo vigilando los números de las mesas,
pero no hay diecisiete, y esa mesa está reservada permanentemente para Sloane.
Miro el reloj montado en la pared.

Siete cuarenta y dos.
Una punzada de preocupación golpea mis costillas y me retuerce las entrañas. Llega cuarenta y dos
minutos tarde.
“¿Está Sloane aquí?” Pregunto cuando Ryan entra a la cocina con uno de los
servidores.
"Todavía no, chef".

"Maldito Cristo", siseo.
Mia se ríe a mi lado en la línea. “Deje a un lado el acento irlandés, chef.
Simplemente llega tarde”.
"Ella nunca llega tarde", ladro con una mirada furiosa.

"Ella estará aquí, no te preocupes".
Quiero llamarla, pero no puedo parar, ni siquiera para revisar mi teléfono. Estoy en medio de la
primera ronda de platos principales y van llegando más aperitivos a medida que el restaurante se
llena al máximo.
Mi corazón se clava en mi pecho y se ahoga en mi garganta.
Esto no es propio de ella.
Ella estaba mintiendo. Ella es jodidamente miserable aquí.

Ella se ha ido.
Algo ha pasado. Ha tenido un accidente. Está herida, lastimada o jodidamente arrestada. Ella
se marchitará en un lugar como la prisión. Eso sería peor que la muerte para una mujer como Sloane.
¿Puedes imaginarlo? ¿La tímida y mordaz Sloane Sutherland, rodeada de gente las veinticuatro
horas del día, sin poder encontrar nunca un espacio seguro donde esconderse?
“Hola chef. Sloane está aquí”, dice uno de los camareros casualmente mientras recoge dos
platos principales del pase. Ella se aleja rápidamente con los platos antes de que pueda liberar mi
aluvión de preguntas con el aliento que he estado conteniendo.
Pero es suficiente alivio para revitalizar mis esfuerzos y recargar mi creciente concentración.
El equipo y yo analizamos el servicio y presto especial atención a la mesa diecisiete, sin saber
cuál de los seis pedidos de esa mesa es el de ella.
Y luego el ataque disminuye gradualmente, y cuando finalmente pasamos a los postres, me quito el
delantal de la cintura, agradezco a mi trabajador personal de cocina y me dirijo al frente de la casa.
Sonrisas, aplausos y rostros medio borrachos y saciados me saludan cuando entro al comedor,
pero mis ojos inmediatamente encuentran a Sloane sentada rodeada de mis hermanos, Lark, Rose
y mi amiga Anna, con quien parece estar cada vez más cerca. Ryan me pasa una copa de champán
mientras otros camareros flotan de mesa en mesa, entregando copas de cortesía a los clientes.
“Muchas gracias por venir esta noche”, digo mientras levanto mi copa para brindar. Mi mirada
recorre la habitación y se fija en el Dr. Stephan Rostis, que está sentado en una mesa con su esposa
antes de que me obligue a apartar la mirada. Joder, eso realmente me alegraría la noche para cortar
ese imbécil. Mi sonrisa se ilumina ante el pensamiento. “Sin su apoyo de 3 In Coach, esta próxima
empresa de Butcher & Blackbird no habría sido posible. También quiero agradecer a mi personal
dedicado y trabajador, que ha hecho un trabajo increíble no sólo esta noche, sino también en el
período previo a la apertura”.
Los aplausos se elevan a mi alrededor mientras cambio mi atención a la mesa de Sloane. Ella
se sienta entre Rose y Lark, quienes hicieron el viaje para la noche del estreno,
mis hermanos en cada extremo del banco curvo. “Gracias a mis hermanos Lachlan y Fionn, sin
quienes sé que no estaría aquí. Puede que nos importemos una mierda, pero ellos siempre me han
apoyado. Sabéis que os amo, muchachos”.
Rose se acerca a Fionn y le susurra algo al oído. Sonríe mientras hace un movimiento rápido
con el índice y el pulgar.
“Bueno, en cierto modo te amo. Realmente te tolero la mayor parte del tiempo.
Especialmente tú, Fionn”, aclaro ante el sonido de una risa.
Luego vuelvo mi atención hacia Sloane.
Está tan jodidamente hermosa con ese vestido que usó la noche de la gala Best of Boston,
con su cabello oscuro recogido sobre un hombro en brillantes ondas.
La luz de las velas de las pequeñas danzas votivas baila en sus ojos color avellana mientras sonríe.
Nadie me ha mirado nunca como ella lo hace, con una embriagadora mezcla de orgullo y secretos
que sólo nosotros compartimos. El resto de la habitación desaparece mientras me sumerjo en ella
por un momento.
Cuando hablo, es sólo con ella.
"Para mi hermosa novia Sloane", digo mientras levanto mi copa en su dirección. “Gracias por
confiar en mí. Por aguantar mi mierda. Por aguantar la mierda de mis hermanos ”. La multitud se ríe
y la sonrisa de Sloane se amplía mientras el sonrojo le sube por el cuello. “Cuando era joven,
coleccionaba todos los amuleto de la suerte que podía encontrar. Llevaba una pata de conejo a
todas partes. No le preguntes a Fionn de dónde lo saqué, nunca se callará”, digo, y la risa nos rodea
de nuevo. Pero Sloane no se ríe, solo muestra una sonrisa melancólica mientras permanece
enganchada al pasado debajo de mis palabras. “No podía entender por qué esos talismanes nunca
cambiaron mi suerte, así que dejé de creer. Pero ahora lo sé. Estaba guardando todo para
conocerte, Blackbird”.
Sus ojos brillan mientras presiona un beso en la punta de sus dedos y lo ofrece al espacio
entre nosotros en una palma hacia arriba.
"Para Butcher & Blackbird", digo mientras levanto mi copa. La multitud hace eco de mi brindis
y bebemos, el aplauso que sigue alivia mis preocupaciones reprimidas sobre nuestro éxito.
Dedico tiempo a controlar a los invitados, la mayoría de los cuales han sido clientes habituales
de 3 In Coach y se les dio preferencia en la lista limitada de reservas para la noche de apertura. La
emoción me sigue de mesa en mesa. Están entusiasmados con todo, desde el diseño interior hasta
los cócteles y el menú de la cena. Sé que es un ganador. Lo puedo sentir en mis huesos.
Y tal vez toda esta locura de los últimos meses valga la pena.
La última mesa en la que me detengo es la cabina debajo del centro del ala del cuervo.
"Estoy orgulloso de ti, pequeña mierda", dice Lachlan mientras cruza una mano tatuada sobre mi
nuca y presiona su frente contra la mía, tal como lo hemos hecho desde que éramos niños. "Lo hiciste
bien."
“Sí, no eres tan malo. Supongo que te retendremos”, dice Fionn mientras me da una palmada en el
hombro más fuerte de lo necesario. Rose permanece sentada con su pierna todavía atrapada en un
yeso, así que me inclino para darle un beso en cada una de sus mejillas. Anna me da una sonrisa
radiante y un breve abrazo antes de regresar a su conversación con Rose, la pequeña alma en pena
entreteniendo la mesa con sus interminables historias de la vida en el circo. De parte de Lark, es un
abrazo feroz y una serie de cumplidos efervescentes mientras Lachlan la mira con expresión molesta.
Cuando finalmente llego a Sloane y me deslizo junto a ella en la cabina acolchada, una combinación de
alivio y cansancio atraviesa la máscara que siento que he estado usando durante demasiado tiempo.
Ella me rodea con sus brazos mientras apoyo mi barbilla en su hombro y paso una mano por el suave
terciopelo que cubre su espalda.
"No eres sólo una cara bonita", dice Sloane mientras yo resoplo en sus brazos.
“Es asombroso, Carnicero. Es perfecto. Y lamento haber llegado tarde”. Vuelve sus labios hacia mi oído
y luego susurra: “Fue culpa de Lachlan y Lark. Creo que se conectaron, pero estoy confundido, porque
parece que se odian.
"De alguna manera, nada de eso parece una sorpresa considerando que Lachlan está involucrado",
respondo antes de besar su cuello y retroceder lo suficiente para ver sus ojos. Ella sonríe cuando paso
mis dedos por su cabello. “Debería decir 'salgamos de fiesta una vez que todos se hayan ido y podamos
hacer apuestas sobre si volverán a ligar o no', pero en realidad sólo quiero robar tu ereader y
acurrucarme en la cama con algún pirata. porno y luego quedarme dormido durante mil años”.
Sloane pone los ojos en blanco y mira hacia otro lado mientras yo sonrío. “Necesitas ponerte al día.
Ahora estoy en la obscenidad del autoestopista”.
"Entonces déjame prestado tu lector electrónico".

"Vete a la mierda", dice, y presiona sus labios contra mi mejilla antes de meterse debajo de mi
brazo y entrelazar sus dedos entre los míos. "De una manera amorosa, por supuesto".
Me acomodo el tiempo suficiente para sentir la calma de su toque y la compañía de

familiares y amigos antes de regresar a la cocina, ayudando a Mia y al equipo a preparar la cena
para que la comparta el personal. Y luego, el torbellino de caos que anhelo y en el que prospero
disminuye, dejando paz a su paso.
Ya es más de medianoche cuando Sloane y yo llegamos a casa, y siento como si apenas
estuviera en la cama antes de quedarme dormido.
La mañana siguiente es domingo, técnicamente mi día libre, aunque normalmente termino
trabajando de alguna manera. Sloane ya está despierta, con el café preparado, el portátil abierto
y los ojos fijos en la pantalla mientras se mete Froot Loops en la boca. Winston se sienta en el
extremo opuesto de la mesa, mirándola fijamente como si intentara comunicar telepáticamente
sus juicios latentes. Lo levanto mientras paso y él gruñe mientras lo dejo caer al suelo.
"¿Qué carajo estás comiendo?" Pregunto mientras toco su pulso mientras continúo mi viaje
hacia la bendita máquina de café.
“Cheerios teñidos individualmente, claramente. Me llevó toda la mañana”, gruñe.
Sonrío, aunque ella no lo ve. "Esa boca inteligente se aprovechará tan pronto como tome
cafeína".
"¿Me estás amenazando con pasar un buen rato?"
“Más bien promete. Y hablando de pasarlo bien —digo, sirviendo el resto del café en la taza
más grande que tengo antes de empezar a preparar una nueva—, ¿viste al Dr. Rostis allí anoche?
“Oh, lo hice, sí. No tuve oportunidad de hablar con él. Tal vez deberíamos incluirlo en el
juego del próximo año en lugar de reclutar a Lachlan para identificar un objetivo”.
Una punzada de preocupación sacude mi cuerpo con un escalofrío. Todavía veo a Sloane
atrapada en el sótano de la casa de Harvey Mead, con la huella de su bota como una marca roja
de enojo en su rostro, y sangre goteando de sus fosas nasales bajo la lluvia. El relámpago sobre
su hombro deforme todavía está vivo en mi mente. Sueño con ese momento con demasiada
frecuencia. Me persigue, joder. “O tal vez en lugar de un partido competitivo este año, podamos
jugar juntos. Podríamos cazarlo como equipo”.
Sloane suelta una risa burlona. "¿Tienes miedo de perder de nuevo, niño bonito?"
"Tengo miedo de perderte."

Entonces Sloane se vuelve hacia mí y una mirada escrutadora recorre mi rostro. Su mirada
se suaviza hasta convertirse en algo parecido a la lástima. Probablemente se deba a la oscuridad
Círculos debajo de mis ojos y mi cabello desordenado y una barba incipiente más larga de lo habitual.
Cataloga cada detalle antes de sentarse en su silla. “Rowan, estaré bien. Esto es lo que
hacemos. Lo que pasó con Harvey fue mi propio error por descuido”.
“¿Por qué lo hiciste?” Yo presiono. Yo ya sé la respuesta. Ella sabe que sí.
Sloane traga. "Porque pensé que vendría por ti".

Me dirijo hacia la mesa y ella me abre un brazo, envolviendo mi cintura con su calidez
y apoyando su cabeza contra mi costado cuando me detengo a su lado.
“No quiero parar”, digo. "Pero hay mucho más riesgo cuando trabajamos unos contra otros
que juntos".
"Es cierto, pero también es muy divertido cuando te pateo el trasero".
Un suspiro sale de mis pulmones, un atisbo de frustración en una bocanada de aire.
“Sloane, no puedo soportar preocuparme por ti en este momento. No creo que pueda
soportar ese estrés encima de todo lo demás. Apenas puedo llevar una vida normal y
cotidiana contigo, y mucho menos eso.
Sloane se pone rígida contra mí. Me doy cuenta de que eso sonó duro cuando no era
mi intención. Estoy tan jodidamente cansado, y la preocupación constante por arruinar
esta nueva vida está manifestando exactamente lo que no quiero que suceda: arruinarla
de verdad.
"Lo siento, amor. No quise decir eso por la forma en que salió”.
"Está bien", dice, pero el brillo en su tono resulta forzado.
"No, en serio. No eres una carga, si eso es lo que piensas.
"Está bien", dice de nuevo mientras me lanza una breve sonrisa antes de volver a
centrar su atención en su computadora portátil. "Lo entiendo. Sin embargo, todo tu arduo
trabajo ha valido la pena. Las críticas iniciales de la noche del estreno son geniales”.
Acerca la computadora para que pueda ver las reseñas que ha estado leyendo. Pero
me toma un momento centrar mi atención en lo que ella está tratando de mostrarme. No
sé si presionarla sobre esta obvia desviación, o si hacerlo hará que retroceda aún más. Al
final, me imagino que es probable que empeore las cosas si abro mi boca sin cafeína
sobre el tema, así que le aprieto el brazo y leo las reseñas por encima del hombro. Puede
que sean tempranos y un poco parciales, ya que la mayoría provienen de clientes
habituales y leales, pero por los detalles y el entusiasmo puedo decir que hemos tenido un
buen comienzo. Y mientras Sloane señala pasajes y comentarios particulares, sé que ella
también está orgullosa de ello, incluso si mis palabras acaban de provocar un dolor que
no era mi intención.
“¿Qué tienes planeado para la mañana?” pregunto cuando hemos leído

a través de algunas revisiones juntas.
“Creo que me reuniré con las chicas para tomar un café. Sería bueno verlos unas
cuantas veces más antes de que se vayan de la ciudad”, responde Sloane, pero algo en la
forma en que lo dice me hace pensar que se trata de un plan improvisado que se le ocurrió
para salir del apartamento. “Después de eso, tal vez haga algunos recados, no estoy
seguro. ¿Qué pasa contigo?"
“Tengo que ir al 3 In Coach cuando termine el brunch. Jenna envió un mensaje de
texto diciendo que habían tenido algunos problemas con una de las campanas extractoras”.
Dejé que mis dedos se deslizaran por el cabello de Sloane, las ondas aún débiles de la
noche anterior. “¿Qué tal si nos vemos allí a las cuatro? Entra por atrás, por la cocina.
Podemos ir a algún lugar y tomar una copa”.
"Sí. Eso suena bien." Sloane se levanta y me da una breve sonrisa cuando se gira en
mi dirección, pero hay una tensión en ella antes de que me dé un beso en la mejilla y lleve
su plato vacío a la cocina. “Será mejor que me prepare”.
Con un último destello de sonrisa, Sloane levanta a Winston y desaparece por el
pasillo con el gato gruñendo en sus brazos.
Contemplo seguirla a la ducha. Tal vez debería presionarla contra las frías baldosas y
enterrarme en su intenso calor y besar cada gota de agua de su rostro hasta que sepa sin
lugar a dudas que no es una carga. Pero yo no. Me preocupa que cuando ella necesite o
quiera espacio, no lo pida y yo la presione demasiado. La alejaré.
Apoyo mi frente entre mis manos y me quedo así por un largo rato, pensando en todas
las cosas que deberíamos discutir esta noche cuando podamos relajarnos con un par de
tragos. Encontraremos una mesa privada en un bar tranquilo y hablaremos del asunto tal
como acordamos en casa de Fionn. Y luego regresaremos a nuestra casa y la conversación
de esta mañana será simplemente otro ladrillo en los cimientos de una vida que estamos
construyendo juntos.
Cuando Sloane aparece por el pasillo con la piel enrojecida por el calor de la ducha y
el pelo húmedo, yo todavía estoy en la mesa, con una segunda taza de café casi terminada.
"A las cuatro en el restaurante, ¿sí?" Pregunto mientras me levanto de mi silla.

Ella asiente, su sonrisa es brillante, pero la tensión que no puede ocultarme
restos. "Voy a estar allí."
Y aunque me da un beso de despedida, me dice que me ama y sonríe por encima del
hombro mientras se va, esa fina máscara aún permanece para seguirla hasta la puerta.
"Maldito idiota", me digo a mí mismo mientras me paso una mano por el pelo y
déjate caer en el sofá.
Inventé este jodido juego por capricho sólo para mantenerla cerca, y ahora le doy
la impresión de que creo que todo esto es sólo un dolor gigante en mi trasero. Y lo que
es peor, creo que tenerla en mi vida es una jodida carga.
Que no es. Es lo más alejado de ello. Simplemente no puedo soportar la idea de

perderla, que es exactamente lo que va a pasar si no me ordeno y hablamos de esto.
Entonces eso es lo que resuelvo hacer.

Levanto mi trasero y voy al gimnasio al final de la calle, luego vuelvo a tomar una
ducha. Dedico algún tiempo a buscar algunas ideas para el menú de Nochevieja, para
el que todavía faltan unos meses, pero sé que aparecerán rápidamente.
Winston vigila mientras yo hago algunas tareas domésticas, preparo el almuerzo y le
doy un trozo de tocino que no se ha ganado, porque es un poco idiota. Luego me dirijo
al 3 In Coach, dándome el tiempo suficiente para llegar allí después de que todo el
personal se haya ido para poder ver si este ventilador es algo que puedo arreglar yo
mismo antes de que llegue Sloane.
Entro por la puerta trasera y desactivo la alarma, luego me dirijo por el pasillo
oscuro y sin ventanas hasta la cocina.
Todo está impecablemente limpio, todos los utensilios, ollas y sartenes donde
deberían estar para el almuerzo del martes, cuando el restaurante volverá a abrir.
Mientras escaneo el área de preparación, mi mirada se fija en el boceto enmarcado que
cuelga en la pared, el que Sloane me dejó el primer día que llegó. Una leve sonrisa
pasa por mis labios al recordar el rubor en su piel y la pánico en sus bonitos ojos. Fue
la primera vez que realmente me permití creer que ella podría querer algo más que una
amistad, pero no sabía cómo lograrlo.
Un ruido repentino procedente de un rincón oscuro me sobresalta y me giro para

ver a David sentado en la silla de acero que le preparamos junto al lavavajillas.
"Jesús, maldito Cristo", siseo mientras me doblo por la cintura y golpeo mi corazón
con una mano mientras sus cámaras se inundan de adrenalina. “¿Qué diablos sigues
haciendo aquí?”
David no me contesta, por supuesto. No ha dicho una sola palabra desde que lo
encontramos en la mansión de Thorsten. Su mirada vacía queda atrapada en el
suelo mientras se mece a un ritmo lento en su silla, algo que parece hacer en las raras
ocasiones en que está agitado.
Camino hacia él y me inclino lo suficiente para examinar su rostro inexpresivo. Parece
calmarse un poco cuando pongo una mano sobre su hombro caído. Nada más parece estar
mal en él.
“Gracias a Dios que vine, amigo. Odio la idea de que pases la noche aquí.
Lo dejo para que mire el horario de turnos en la pizarra. Hay una nota para que el
cocinero Jake lleve a David a casa después del brunch. Jake es nuestro miembro más nuevo
del personal aquí, se mudó de Seattle hace seis meses, y hasta ahora no ha sido más que
confiable, así que este nivel de cagada es inusual y definitivamente es algo por lo que le daré
una mierda el martes.
Cuando tengo a David sentado con un vaso de agua, me concentro en la tarea que tengo
entre manos y acciono el interruptor de los ventiladores. Uno de ellos no enciende. No hay
mucho que pueda ver con el filtro que protege el mecanismo de la vista, así que recojo mis
herramientas de la oficina y me dirijo al panel eléctrico para cortar la energía de esa sección
de la cocina. Una vez que desmantelé la carcasa, no me lleva mucho tiempo encontrar la
fuente del problema: un cable desconectado. Se necesita un poco de manipulación para
volver a armar todo, pero es un trabajo bastante sencillo y lo termino todo unos minutos antes
de las cuatro en punto.
“Vuelvo enseguida, David”, digo, frunciendo el ceño mientras se reanuda su suave y

metronómico balanceo. "Voy a encender el disyuntor, y tan pronto como llegue Sloane, te
llevaremos a casa, ¿de acuerdo?"
No sé cuánto comprende. Nada cambia en su
comportamiento.
Sacudiendo la cabeza, me doy la vuelta y recojo mis herramientas para guardarlas en la

oficina. Con un movimiento del interruptor de la cocina en la caja de interruptores, vuelvo a
encender los ventiladores.
Cuando vuelvo a la cocina y rodeo los fogones, me detengo en seco.
La fría boca de un arma presiona el centro de mi frente.
Una risa profunda y la voz suave y desconocida del hombre que sostiene la Glock chocan
con el pánico que inunda mis venas. “Bueno, bueno”, dice. "El carnicero de Boston".
Levanto las manos mientras el cañón presiona con más fuerza mi cara en señal de advertencia.
“Y tu pequeño Orb Weaver también estará aquí en cualquier momento. Por muy tentadora
que suene esa fiesta de tres, realmente me gustaría pasar un buen rato.
juntos, solos tu y yo. Entonces, vas a hacer que se vaya”.

Una llave se desliza en la cerradura de la puerta trasera mientras el clic del
seguro se libera en el arma que apunta a mi cara.
"Si no lo haces, la mataré", susurra, dando un paso atrás hacia las sombras que
envuelven la esquina de la habitación. Mueve el arma y apunta hacia la puerta del
pasillo, por la que Sloane atravesará en cualquier momento. "Y disfrutaré cada
segundo de hacerte mirar".
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LLAVES
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SLOANO
Introduzco mi llave en la cerradura de la entrada de servicio de 3 In Coach y empujo la

pesada puerta de acero hacia las sombras del pasillo. Cuando lo meto en mi bolsillo,
mantengo mi mano alrededor del frío metal. Aparte de la del apartamento de Lark, nunca
antes había tenido la llave de otra persona. Sabiendo lo mucho que significa el restaurante
para Rowan y sus hermanos, el metal estriado me parece sagrado. Me gusta sostenerlo
contra mi palma, para saber que también significo algo para Rowan, lo suficiente como
para que quiera que comparta este lugar con él.
Sé que Rowan ha estado increíblemente estresado con todo lo que está pasando.
Lo he sentido encerrado de vez en cuando, y cada vez que le preguntaba al respecto,
decía que sólo quería dejar los problemas en el trabajo y olvidarse de ellos por un tiempo.
Eso tenía sentido y he tratado de crear para él el mismo lugar seguro que él siempre ha
creado para mí. Nuestro pequeño reino donde el mundo exterior desaparece por un
tiempo. Pero esta mañana fue la primera vez que sentí que la imagen cambiaba de una
manera que me retorció el estómago y el corazón se me subió a la garganta. Hasta ahora
no me había preguntado si el peso que lo pesa soy yo.
Tengo que seguir recordándome que debo confiar en su palabra, que no quiso decir
eso de esa manera, a pesar de que mis inseguridades siguen dando vueltas en mi cabeza
como insectos repiqueteando contra paneles de vidrio. Si dijo que no soy una carga,
entonces está siendo honesto… ¿verdad? Todos decimos cosas que no queremos decir.
Solo tomará uno o dos días agitarlo y las cosas mejorarán una vez que Butcher &
Blackbird esté completamente en funcionamiento.
Presiono la tecla con más fuerza en mi palma. Es una prueba. Él y yo no somos
temporales. Nuestras circunstancias lo son y pasarán con el tiempo.
"Rowan", llamo mientras me acerco a la cocina. “Encontré este lugar en línea que se ve muy
bien, con un patio en la azotea. Quizás podríamos…"
Mi voz se apaga cuando entro a la habitación.
Rowan está de pie con las manos apoyadas contra el borde de la encimera de preparación
de acero inoxidable, los hombros tensos y la cabeza inclinada. Cuando su mirada choca con la
mía, está atormentada por la oscuridad y la derrota.
"Qué ocurre…?" Pregunto mientras me detengo y lo observo. Mi corazón se acelera de
preocupación. Cada chispa de intuición me dice que todo esto está muy mal. “¿Pasó algo con el
restaurante? ¿Estás bien?"
Empiezo a acercarme a él, con la mano levantada para tocar su brazo, pero él se endereza
abruptamente y retrocede fuera de su alcance. Mis pies se detienen instantáneamente. Mi ritmo
cardíaco se duplica.
"¿Estás bien?" Pregunto de nuevo.
Su voz no contiene amabilidad, ni calidez, ni siquiera familiaridad cuando habla.
dice: “No, Sloane. No estoy bien."
Se me hace un nudo en la garganta ante las palabras que quiero decir. El calor estalla debajo
de mi piel, quemando cada centímetro de mí desde adentro hacia afuera. Mi mirada salta entre
los confines de la mirada oscura y aguda de Rowan, sus bordes rayan en lo letal. "¿Qué está
sucediendo?"
"Lo que pasa es que tienes que volver a casa".
"Está bien... conseguiré un Uber—"
"No. A Raleigh. Necesitas regresar a donde perteneces”.
“Yo no…” un repentino estallido de emoción me ahoga la garganta. Me arde la nariz.
Un escozor inunda mis ojos. "No entiendo."
Rowan se pasa una mano por el pelo y aparta la mirada antes de dar otro paso hacia atrás,
claramente agitado porque me estoy quedando aquí. Estoy desesperada por dar un paso más
cerca, simplemente tocarlo y detener lo que sea que sea antes de que todo se desintegre en mi
mano como un castillo de arena arrastrado hacia el suelo.
mar.
"¿He hecho algo? Si hice algo, tienes que decírmelo. Podemos hablarlo”.
Se pellizca el puente de la nariz mientras un suspiro de frustración se vacía de sus pulmones.

“No hiciste nada , Sloane, esto simplemente no está funcionando. Y necesito que te vayas”.
“Pero… pensé que habías dicho que haríamos lo que hace la gente normal. Hablad unos con
otros. Hazlo funcionar."
“No somos 'gente normal', Sloane. No podemos pretender ser algo que no somos.
Ya no. Te dije esto allá por el día diez de abril. Dije que nunca quise ser como los demás”.
Sacudo la cabeza, tratando de abrirme camino a través de la confusión y entrar en mi

recuerdos. “No recuerdo…”
“Décimo o decimotercero. Lo que sea. Es tal como te dije en el auto camino a la gala.
Ya entonces dije que el restaurante era lo único que tenía sentido en mi vida. Pero no
importa. Lo que importa es que hay algunas cosas que nunca podremos tener. Nunca
podré tener una vida normal. Tú tampoco puedes. Somos monstruos en este mundo”.
Sé que no soy una persona normal, pero no me siento un monstruo. Me siento como
un arma. La justicia final en nombre de quienes no pueden hablar, castigando a quienes
no merecen el indulto. Pero tal vez Rowan tenga razón. Tal vez me he estado engañando
a mí mismo acerca de mi reinado de venganza, y soy tanto el monstruo como la presa
que cazamos.
Estoy atrapado en estas preguntas cuando Rowan deja escapar un suspiro de
frustración, como si esto le estuviera quitando demasiado tiempo. El dolor se retuerce y
arde en mi pecho.
"Mis restaurantes son lo único que realmente importa", dice, señalando hacia el
comedor antes de presionar con el dedo el mostrador de acero inoxidable. “Necesito
mantener mi concentración aquí. Intentar tener ambos lugares y una relación no es
factible para mí. Entonces necesitas irte. Vete a casa."
La dura mirada de Rowan no cesa. Perfora justo en lo más profundo de mí. No
flaquea cuando la primera lágrima cae de mis pestañas y dibuja una línea caliente en mi
mejilla. Ni siquiera parpadea cuando los siguientes le siguen rápidamente.
"Pero... te amo, Rowan", le susurro.
Rowan no es cálido, ni amable, ni nada más que frío y clínico cuando dice: “Crees
que sí, pero no es así. Porque no puedes”.
Mi mente está dando vueltas. Mi corazón se está convirtiendo en cenizas. Una parte
de mí quiere correr tanto como él quiere. Corre y corre hasta que ya ni siquiera sé dónde
estoy. Hasta que no pueda sentir este dolor.
Pero planto mis pies.
"Iré, si eso es lo que quieres", digo, con voz tensa y pequeña. "Pero necesito que me
digas algo primero, por favor".
"Qué."
"Necesito saber por qué no soy digno de ser amado".
Es la primera vez que veo el más mínimo indicio de vacilación en Rowan desde que
entré en esta cocina. Pero en un instante se lo traga.
Y no llega nada más.
Mi ira se expande bajo el peso de esta implosión de pérdida. "Dime."
No me encuentro con nada más que una mirada oscura y sin luz. Las lágrimas inundan mi
visión hasta que apenas puedo ver a Rowan a través del velo acuoso.
“Solo sé honesto conmigo. ¿Por qué no puedes amarme? ¿Que pasa conmigo? Dime
"
"Porque eres un maldito psicópata, por eso".
Las palabras de Rowan me golpearon como una bofetada. Las lágrimas cesan. Mi
respiración se detiene. Mi corazón destrozado. Incluso el tiempo. El momento de silencio
entre nosotros se siente eterno, un dolor grabado en lo que queda de mi alma, sus
palabras marcadas allí para siempre. Sé que en un instante me seguirán, un fantasma que
nunca me soltará.
Rowan junta sus manos en puños apretados mientras se inclina un poco más cerca,
como si intentara forzar esta revelación a través de mis ojos y dentro de mi cerebro.
“Matas gente, les cortas pedazos y haces un espectáculo elaborado al colgar un mapa
loco que nadie puede descifrar excepto tú.
Luego les arrancas los jodidos ojos y los conviertes en adornos. Sé que no soy un puto
santo, pero esa mierda es una locura de otro nivel. Eso es lo que te pasa, Sloane. Estás
desquiciado. Vas a estrellarte y arder.
Me llevarás contigo si dejo que esto continúe. Así que tienes que irte.
Doy un paso vacilante hacia atrás, luego otro, y otro. La incomodidad se registra por
primera vez en mi mano y me doy cuenta de que he estado agarrando la llave del
restaurante con tanta fuerza que se me ha clavado en la piel. Lo saco de mi bolsillo y miro
fijamente la plata que descansa sobre las marcas rojas en mi palma.
Mi mirada se eleva, no hacia Rowan sino hacia el boceto que dibujé el año pasado.
Está enmarcado cerca de la puerta del frente del restaurante, justo donde Rowan puede
verlo mientras trabaja, donde está a salvo del calor y la humedad de la cocina. Justo como
pensé que estaba seguro en su piel. Como si estuviera a salvo en su corazón.
Pero yo no.
Cuando mi atención se centra en Rowan, le sostengo los ojos por última vez.
Me doy solo un suspiro para recordar cada detalle de su hermoso rostro. Sus labios
carnosos. Esa cicatriz que desearía poder besar. Sus ojos azul marino, a pesar de que su
mirada me atraviesa.
En el siguiente suspiro, giro mi mano y dejo que la llave se deslice de mi piel y caiga al suelo.
No digo nada más mientras giro sobre mis talones y dejo a 3 en clase turista.
Corro todo el camino de regreso a su apartamento. Doce cuadras. Tres tramos de escaleras.
Sólo cuando saqué las llaves de mi casa del bolsillo y entré en la sala de estar en un amasijo de
sudor y respiraciones irregulares que me permití llorar de nuevo.
Soy un maldito psicópata.

Pensé que era como yo. Pensé que éramos iguales. Puede que haya comenzado con un
juego, pero incluso desde el principio parecía mucho más.
Como si finalmente hubiera encontrado un alma gemela. Todos estos años, estas experiencias
locas, el anhelo y la soledad del intermedio, pensé que se sumaban a algo más brillante en nuestro
horizonte. Nos estábamos acercando, ¿no?
Es lo que me permití creer.

¿Cómo pude haber estado tan equivocado todo este tiempo?
Amo a Rowan. Hasta mi jodido núcleo. Amo el futuro que vi con él, y ahora él me lo arrancó de
las manos.
¿Y si esto fuera siempre lo que estuviera esperando al otro lado de la montaña? ¿Sólo un
acantilado irregular por el que caer?
Me toma un largo momento darme cuenta de que me he movido del centro de la habitación al
sofá de Rowan. No sé cuánto tiempo llevo sentado. Ni siquiera sé cuánto tiempo ha pasado desde
que llegué. Siento como si mi cabeza estuviera rellena de algodón, una barrera borrosa entre mis
pensamientos y el mundo.
Parpadeo y miro a Winston, que está sentado frente a mí en la mesa de Rowan.
silla favorita, sus ojos eran una franja amarilla en su lujoso pelaje gris.
“Probablemente eres incluso más psicópata que yo. Llevas el nombre de un jodido gato no
muerto —le digo al felino mientras otro estallido de lágrimas sube por mi garganta. Lanzo un saludo
derrotado en dirección a Winston antes de dejar caer mi cabeza entre mis manos y sollozar . “Así
que sí, lo entiendo totalmente con toda esa mirada de muerte que tienes, pero aún así te subes a
un maldito avión y vienes conmigo porque que me condenen si vuelvo a Raleigh. solo."
Lloro un torrente de lágrimas que parece interminable hasta que algo suave roza mi mano. Mis
palmas húmedas se deslizan por mi cara y Winston me mira fijamente, su suave ronroneo es un
gruñido de consuelo. Cuando levanto mi brazo, él se sube a mi
regazo y se acuesta. “Entonces, admito que soy un psicópata y ¿ahora quieres que seamos
amigos? Supongo que eso sigue”.
Nos sentamos así hasta que mis lágrimas finalmente disminuyen, solo el gato y yo y la
vibración de su ronroneo contra mis muslos. Y después de un largo rato, cuando el conocimiento
de que Rowan podría regresar en cualquier momento devora mis pensamientos lo suficiente
como para dominarlos, dejo al gato a un lado y me levanto.
“Si nos subimos a un avión, lo haremos luciendo atractivos. Y no me refiero a un incendio
de basura”, le digo a Winston mientras él me mira fijamente, aparentemente descontento porque
su cálida cama humana se ha movido.
Me dirijo a la ducha, le subo el volumen hasta que esté hirviendo. Cada uno de los
productos de Rowan se va por el desagüe, porque mi maldita energía psicópata es real en los
momentos en que no soy un desastre engreído y sollozante. Luego me seco el pelo, me maquillo
y me prometo no volver a llorar para no arruinar el mejor trabajo de delineado que he hecho en
mucho tiempo. Incluso me puse unas pestañas postizas, porque a la mierda. Si voy a ser un
psicópata, seré el psicópata más sexy que el Aeropuerto Internacional Logan haya visto jamás.
Por supuesto, parte de esa perseverancia desaparece cuando reservo el próximo vuelo
fuera de la ciudad y empaco mis cosas.
Cuando llamo a Lark, mi determinación casi ha desaparecido.
"Oye, Gold Star Boobs, ¿cómo estás?" pregunta, su voz es un repique de campanas.
Una respiración profunda fluye por mi nariz. “Eh. He estado mejor."

"¿Por qué? ¿Qué pasó?"
"Rowan", digo, parpadeando para contener las lágrimas. "Él rompió conmigo."
"¿Qué?" Hay un largo período de silencio. Asiento, aunque sé
Lark no puede verme. "No…"
"Sí."
Un sonido de angustia se filtra en la línea desde el final de la llamada de Lark.
Cualquier pegamento que mantenga mi corazón lo suficientemente unido como para seguir
latiendo se suaviza con el sonido de la angustia de Lark por mí. Puntos irregulares de dolor me
atraviesan de adentro hacia afuera, marcando músculos y huesos.
"Él no podría haber... No puedes hablar en serio..." susurra Lark.
"Desafortunadamente, muy en serio", respondo, poniendo el teléfono en el altavoz mientras
me siento en el sofá y coloco a Winston en mi regazo. “Acabo de reservar un vuelo de regreso
a Raleigh. Quiero salir de Boston inmediatamente. ¿Puedo quedarme en tu casa un rato hasta
que averigüe qué carajo hacer con los inquilinos de mi casa?
"Por supuesto. Siempre. Tan largo como tu quieras. Envíame un mensaje de texto con
los detalles de tu vuelo y cambiaré mi vuelo para que podamos partir juntos”. Una serie de
juramentos e incredulidad fluyen de Lark mientras le envío un mensaje de texto con mi
número de vuelo. Cuando salen los detalles, repite la información antes de soltar un largo suspiro.
“Oh cariño, tiene que haber algún tipo de error. Ese hombre te ama ”.
Mi risa resoplada es amarga y sardónica. “Eso es lo que pensé también. Pero dejó
bastante claro que no es así. Soy un "maldito psicópata", aparentemente, y por lo tanto no
puedo amar ni ser amado. Supongo que eso no es noticia. Resulta que soy demasiado
psicópata incluso para él.
“¿Eso es lo que te dijo? ¿Y no le arrancaste los ojos y los tiraste al inodoro?
Una leve sonrisa pasa por mis labios y se desvanece tan rápido como
aparece. "Probablemente debería haberlo hecho".
"¿Que mas dijo el?"
"No sé, algunas cosas raras", respondo, tratando de recordar los detalles recientes que
ya parecen confusos bajo el dolor. “Dijo que tenía que irme a casa, y al principio pensé que
se refería a aquí, al apartamento. Pero luego dijo 'no, a Raleigh'. Cuando le pregunté por
qué, al principio no me dio ninguna razón, solo que no funcionaba entre nosotros y que los
restaurantes tenían que tener prioridad”.
"Pero pensé que estaba funcionando".

"Yo también." Toco el pelo de Winston, repitiendo cada palabra de nuestra ruptura,
aunque daría cualquier cosa por olvidarlas todas. “Le pedí que lo hablaran juntos. Eso fue
algo que dijo en casa de Fionn, que hablaríamos de cosas como lo hace la gente normal”.
"Eso me parece razonable y bastante no psicópata".

"Sí. Mismo. Luego dijo algo un poco extraño”. Mi ceño se frunce cuando abro la función
de búsqueda en mi pantalla de inicio y escribo la palabra "lobby". Aparece un mensaje de
Rowan como una de las opciones y lo presiono para abrir su texto. “Dijo que 'nunca quiso
ser como los demás'. Afirmó específicamente que me lo había dicho de camino a la gala
Best of Boston el diez de abril.
"Está bien... ¿qué tiene de extraño eso?"

“No recuerdo que haya dicho eso. Jamas. Y la gala no fue el día diez”.
Lark hace una pausa. Probablemente esté pensando que he perdido la cabeza, y puede que
tenga razón. “¿Quizás se equivocó en la fecha?”
“Pero la gala fue dos días antes de su cumpleaños, el día veintisiete.

¿No crees que es un poco extraño que no lo recuerde?
“Cariño, no lo sé. Si está en medio de una ruptura y obviamente
"Estresado por la mierda del restaurante, es posible que se haya equivocado en las fechas".
“Supongo, pero luego se corrigió y dijo el decimotercero. Es la forma en que lo dijo, la
forma en que lo puso todo junto. Fue extrañamente específico”, respondo, hojeando los
mensajes que él y yo compartimos en esas fechas. “Dijo algo más sobre nuestra conversación
en el auto camino al evento, que 'el restaurante era lo único que tenía sentido en su vida'.
Pero estoy seguro de que nunca dijo eso”.

“Cariño, Sloane, te amo. Te amo más que a nadie, cariño, pero es posible que él no
recuerde todos los detalles. Quiero decir, claramente está jodido de la cabeza si va a entregarte,
así que quién sabe qué está pasando arriba, ¿sabes?
Lark sigue hablando, explicando todas las teorías razonables de por qué podría haber
dicho lo que dijo.
Pero no escucho una palabra mientras empujo al gato de mi regazo y me pongo de pie.
Porque estoy mirando un mensaje de texto que le envié a finales de marzo, el mismo día
que me llamó y me pidió que fuera su cita para los premios.
¿Crees que esta gala tendrá buffet de helados? Si es así,

probablemente debería hacerles saber que sólo se acepta
semen recién ordeñado.
Mi sangre se convierte en fragmentos de hielo en mis venas.

Recuerdo haber sostenido esa tina blanca en mis manos en la cocina de Thorston mientras
Le leí la etiqueta casera a Rowan.
Del diez al trece de abril.
Sé lo que dijo camino a la gala. Lo recuerdo tan claramente como recuerdo la calidez del
beso que me había presionado en el cuello en el vestíbulo, el cosquilleo de electricidad en mi
piel cuando tomó mi mano sobre el asiento de cuero durante el viaje. "Al menos una cosa va
bien a las 3 en Coach", me dijo. 'Las cosas inevitablemente salen mal. Simplemente... parece
mucho últimamente.'
Lark sigue hablando cuando digo: "Tengo que irme" y luego desconecto la llamada.
Mis dedos están fríos y entumecidos cuando abro la aplicación de la cámara.
instalado en la cocina del restaurante.
Se me revuelve el estómago al ver los detalles en la pantalla.
“No…” Las lágrimas inundan mi visión. "No no no…"

Me aferro a mi corazón mientras se hace añicos por segunda vez. La sangre sale de
mis extremidades. Los bordes de mi visión se oscurecen y cierro los ojos con fuerza.
Un sonido de angustia pasa por mis labios mientras mis rodillas se doblan y mi teléfono se
cae de mi mano. Sé que el horror que acabo de ver es real. Pero no hay tiempo para
desmoronarse.
¿Qué pasa si no eres lo suficientemente rápido?
No respondo esa pregunta. No puedo. Lo único que puedo hacer ahora es intentarlo.
Me trago la lanza del dolor y me estabilizo para dar una vuelta en medio de la
habitación. Mi mirada se posa en mi estuche de cuero donde guardo mi bisturí entre lápices
y borradores.
Con las manos temblorosas, tomo mi teléfono y marco a la persona que llama
desconocida, un contacto cuyo nombre nunca ingresé en mi teléfono. Él contesta al
segundo timbre.
"La Dama Araña", dice Lachlan. "¿Cuál es la ocasión?"
"Necesito un favor. Urgentemente —respondo mientras saco mi maletín de la mesa
auxiliar y camino hacia la puerta. "Tienes todo el tiempo que me lleve correr doce cuadras".
"Suena divertido. Me gusta el reto. ¿Qué necesitas?"

“Te diré lo que sé”, digo, bajando ya las escaleras de dos en dos.
"Y me vas a dar todo lo que puedas encontrar sobre David Miller".
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FINURA
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SERBAL
El borde afilado de la mandolina descansa contra la parte interna de mi

antebrazo, entre las cuerdas que me atan a la silla. Mis palmas miran hacia
arriba en puños cerrados, mis uñas cortas se clavan en mi carne mientras me
preparo contra el dolor que ya he soportado y el que está por venir. Respiraciones
entrecortadas salieron de mi pecho y aprieto los dientes. Sé lo que está por
pasar. La sangre ya brota de otras dos heridas y esta vez está decidido a
obtener el corte perfecto.
La hoja se clava en mi piel y la desprende de la carne que hay debajo.
Me trago un grito mientras David empuja hacia abajo para resistir mi inútil lucha y desliza
la mandolina hacia mi codo hasta que corta una fina tira de mi piel. Arroja la herramienta
ensangrentada sobre el mostrador de preparación, donde se detiene junto a su arma.
Luego arranca el trozo de piel de mi brazo con un tirón despiadado mientras el sonido
de mi llanto angustiado llena la habitación.
"Sabes, desarrollé un gusto por esto en Thorsten's", dice David mientras se acerca
hasta que ocupa todo el espacio en mi visión. Agarra mi cabello con una mano y tira mi
cabeza hacia atrás para sonreírme. Sus ojos una vez vacíos ya no están jodidamente vacíos.
Están hambrientos. Y están clavados en mí. "¿Tú también desarrollaste el gusto?"
La sangre gotea sobre sus dedos debido a la piel cortada apretada entre ellos. Me
revuelvo en mi silla pero no puedo escapar de su agarre.
"Sólo un pequeño mordisco", dice.
Aprieto mis labios con fuerza. Un gruñido ahogado de protesta vibra en mi garganta
mientras me unta los labios con la piel ensangrentada.
"¿No?"
Su falso puchero se convierte en una sonrisa de reptil.

La lengua de David se desliza entre sus dientes y coloca la piel sobre ella como un
velo, extendiéndola para que la vea. Cierra sus labios alrededor de él, lo deja moverse
contra su sonrisa triunfante.
Luego lo chupa con la boca.
Con los ojos cerrados, sus mandíbulas se mueven lentamente, como si saboreara cada bocado mientras
lo rueda entre los dientes.
Su audible trago me revuelve el estómago.

“Qué manjar. Es muy raro”. Se vuelve hacia la mesa y arrastra una botella de Pont
Neuf por el mostrador de acero inoxidable. "¿Sabes qué más es raro?"
Mi respuesta es sólo respiraciones entrecortadas.

"Una mujer como Sloane", dice David.
Voy a estar jodidamente enfermo.
Nunca, nunca me he sentido así. Como si tuviera un hoyo vacío en el estómago.
Como si estuviera cayendo en ello desde adentro hacia afuera. Tan indefenso. Tan
jodidamente desesperado. Esa mirada en sus ojos cuando le dije que no la amaba, me
persigue cada vez que respiro. Esas malditas lágrimas me destrozan.
"No mucha gente haría lo que ella hizo por mí", dice David mientras hace girar el
sacacorchos en la botella. Chirría con cada movimiento metronómico de su mano. “Pero
claro, esa es su manera, ¿no? Así como protegió a esa amiga suya, la chica Montague.
Qué extraño cómo esa maestra desapareció repentinamente de su internado, ¿no crees?
La gente tiene una forma curiosa de desaparecer cómodamente entre los Montague.
"Déjala en paz", grité.

“Aunque cuando indagué y indagué y indagué en busca de respuestas, parecía que
ya había rumores sobre las cosas que les hizo a las chicas allí.
Cosas terribles. Cosas depravadas. Cosas desviadas. Pero al menos hizo algo bueno :
creó el Orb Weaver. Un hermoso monstruo”.
El corcho se desprende de la botella.
Su voz gotea con fingida inocencia cuando David dice: "¿Crees que
¿Ella querría hacer esas cosas desviadas y depravadas conmigo?
Mi visión se enrojece de rabia mientras me revuelco en la silla. "Déjala en paz", gruño.
David suspira mientras se sirve una copa de vino. “No creo que ella
quiere tampoco. Pero la obligaré ” .
Estallo dentro de mis ataduras, desquiciado. Salvaje. Loco.
Pero no voy a ninguna parte.
“Tal vez me tome mi tiempo”, continúa mientras desenrolla el corcho de la espiral de

metal. “Haz que confíe en mí. Tal vez incluso logre una semirecuperación milagrosa. Ya
sabes, no tanto como para que todavía no tire de sus pequeñas fibras negras del corazón,
sino lo suficiente como para que pueda convencerse a sí misma de follar con un hombre
lobotomizado. O tal vez ya he agotado toda mi paciencia.
He estado esperando este momento durante tanto tiempo, ¿sabes? Tal vez la siga hasta el
154 de Jasmine Street. Podría entrar a su casa y llevarle una bolsa para perros. Dale de
comer pequeños pedazos de ti y luego fóllala hasta que la destroce, hasta que no sea más
que otro trozo de carne pulverizada y ensangrentada destinada a la basura.
Se acerca hasta estar justo frente a mí, su mirada fija en su vino mientras lo agita en la
copa y luego toma un sorbo.
“De cualquier manera”, dice mientras una sonrisa se cuela en sus labios, “el sonido de su
súplica será una hermosa sinfonía. Una obra maestra."
Mi garganta se atasca. Me arden los ojos.
Sé que no hay forma de razonar con él. No hay trueque. Tengo
nada que ofrecer. Pero lo intento de todos modos.
Para ella.
“Por favor, por favor, déjala en paz. Si quieres suplicar, te lo suplicaré. Si quieres dinero
puedes tener todo lo que tengo. Si quieres cortarme en mil pedazos, puedes hacerlo. Haz lo
que quieras conmigo. Por favor, déjala en paz. Por favor."
David se acerca más. Sus ojos recorren cada centímetro de mi rostro. "Por qué habría
hacer eso, cuando pueda tenerlos a ambos?
Un destello de movimiento. Plata en la penumbra.
El dolor estalla en mi muñeca y la agonía se derrama de mis labios. Miro hacia el lugar
donde el sacacorchos está enterrado en mi carne, retorciéndose con cada latido de mi corazón.
"El Pont Neuf", dice David mientras sostiene su vaso debajo de mi brazo atado. La sangre
gotea en el vino. “Es bonito, pero un poco soso para mi gusto. Me gusta algo con mucho
cuerpo”.
Deja el sacacorchos en mi brazo mientras toma un largo sorbo. Cuando los ojos de David
se fijan en los míos, están nublados, entrecerrados. Su lenta sonrisa es exultante.
"Mucho mejor", susurra, y mezcla el vino y la sangre antes de beber más. “Ese pequeño
sabor a hierro realmente añade otro
dimensión a la mezcla. Por más insoportable que fuera ese viejo charlatán pretencioso, debo
admitir que Thorsten realmente tenía razón. ¿Y toda esta charla?
Bueno... me ha dado hambre. Apuesto a que tú también estás hambriento”.
David se vuelve hacia el mostrador donde yace la mandolina en un
Mancha de sangre en el acero inoxidable.
Es la cara de Sloane la que veo cuando apoyo la barbilla en el pecho y cierro los ojos. Son
sus lágrimas las que siento cuando el sudor se desliza por mi rostro hasta caer sobre mi regazo.
Pienso en lo jodidamente hermosa que era cuando le dije que no la quería, su piel radiante por el
dolor de mis palabras. Vi su corazón romperse y torcí ese cuchillo para nada. Porque nunca podré
salvarla. No de esto. No de él.
Sólo puedo esperar que desaparezca como sé que puede hacerlo. ellos camino
debería haberlo hecho, desde el primer momento en que la dejé salir de esa jaula.
Estoy pensando en el primer día que la conocí en el pantano cuando noto que David se
queda quieto en la periferia.
Cuando aparto la mirada de mi regazo, él todavía está de pie en la mesa donde está la
mandolina, pero su postura es diferente. Rígido. Tenso. Da un giro lento dándome la espalda, con
la cabeza inclinada a lo largo de la mesa de preparación a su izquierda y luego el mostrador a su
derecha.
"¿Buscando algo?" dice una voz desde las sombras.
Conmoción y confusión. Desesperación y miedo. Todo choca contra mi pecho
Cuando Sloane sale a la luz, con el arma de David levantada en su mano.
Ella es tan jodidamente hermosa. Muy valiente. El arma no oscila en su mano mientras la
mantiene apuntada hacia él y camina hacia adelante para detenerse lo suficiente a un lado para
que pueda verla claramente. Su piel brilla con una ligera capa de sudor. Los ojos color avellana
bordeados con delineador negro y pestañas espesas se mueven hacia mí.
Su rostro es inexpresivo mientras observa mi brazo ensangrentado y la
sacacorchos incrustado en mi muñeca.
Ella mira a David. Una lenta sonrisa se dibuja en sus labios.
"Hola David. Estoy muy feliz de que finalmente tengamos la oportunidad de hablar”, dice.
Y luego baja el arma.

"Me preguntaba cuándo finalmente harías tu movimiento".
Su sonrisa adquiere un tono oscuro. Un borde afilado . Uno que se desliza justo entre mis
costillas.
Sloane no me mira. Ni siquiera una mirada en mi dirección. Mantiene toda su atención en
David, calidez y asombro en sus ojos, ese maldito
Haz un hoyuelo con una sombra junto a sus labios.

Quiero arrancarle la maldita piel.
“Admiro tu trabajo”, dice. “El asesino de South Bay. Te asumo
Te hiciste amigo de Thorsten mientras estabas en Torrance, ¿verdad?
David sonríe antes de llevarse la copa a los labios y tomar un largo sorbo de vino,
luego la coloca en el mostrador junto a la mandolina y se cruza de brazos. “Entonces, me
has estado acosando. No puedo decir que esté del todo sorprendido”.
Sloane se encoge de hombros. "Me gusta saber quién está fuera de casa".
"Lo sé. He estado acechando por mi cuenta. soy consciente de la
calibre de la presa que cazas. Estás aquí para matarme”.
“Si lo fuera”, dice mientras levanta el arma y examina el cañón, “ya lo habría hecho”.
David deja que su mirada recorra el cuerpo de Sloane. Hay un destello en sus ojos,
un destello de todas las cosas que quiere hacerle, todos sus deseos depravados. “Estaba
viendo tu pequeño momento especial con este imbécil hace un par de horas, no lo
olvides. Reconozco el dolor cuando lo veo. Se podría decir que es mi especialidad”.
"Y fue una actuación muy convincente, ¿no?" Sloane se encoge de hombros y
mantiene el dedo en el gatillo mientras apoya el codo contra la cadera y apunta el arma
hacia el techo. "Yo también te he estado observando".
“Las pequeñas mentiras te atraparán en una red, Orb Weaver. Deberías saberlo
mejor que nadie”, dice David a través de la sonrisa oscura y depredadora que se dibuja
en sus labios. “Apagué las cámaras de seguridad”.
Aunque David se acerca un poco más a ella, Sloane permanece relajada.
Nada en su postura cambia cuando dice: “Tsk, tsk, David. No debes haber contado todos
los feeds de vídeo. ¿Ese de ahí? dice mientras apunta con la Glock a una cámara en la
esquina de la habitación que apunta hacia nosotros, con la luz roja aún encendida. "Esa
es mía. He estado observando todo el tiempo”.
La sonrisa de David desaparece cuando se da cuenta de que ella tiene razón.
La sonrisa de Sloane es triunfante mientras le guiña un ojo. "Como dije. Si quisiera,

lo haría”.
En un movimiento rápido, apunta con el arma a David, con el cañón apuntando a su
frente. Se pone rígido y deja caer los brazos.
“Pow, pow, pow”, dice en ritmo entrecortado. Su sonrisa se extiende ante
ella baja el arma a su lado. "Es una broma."
Sólo puedo ver el perfil de David, pero él no puede ocultar ese brillo en sus ojos.
Está jodidamente embelesado.

Y Sloane se lo come, su rostro se ilumina con una sonrisa indulgente. "Acaso tú
¿Hacerte amigo de Thorsten para encontrarme? pregunta con una coqueta inclinación de cabeza.
“Más bien me gusta defenderme. Tenía la idea de que algún día vendrías a buscarme.
Pensé que si me hacía amigo de alguien como nosotros, podría tener un amortiguador cada
agosto cuando la gente de nuestra… naturaleza… tiende a terminar muerta.
Por supuesto, Thorsten no sabía que lo estaban persiguiendo, así que sugerí que podía fingir
ser su jodido sirviente por la noche mientras él se rascaba la picazón con la aparición fortuita de
dos víctimas aparentemente perfectas. David toma un trago y la estudia antes de apoyarse en
el mostrador. "Ya sabes lo que dicen: el trabajo en equipo hace que el sueño funcione".
Sloane se alegra. "En efecto. Pero a veces lleva un tiempo encontrar el equipo adecuado”.
David inclina su vaso en su dirección. "Muy cierto."

“Mirlo…” digo.
Ella suspira y me clava una mirada apagada. "Deja ya con el 'Mirlo'".
"Sloane, amor, por favor..."

"¿Amar?" La cabeza de Sloane se inclina. Sus ojos son negros en la penumbra.
"Amar…? ¿De verdad pensaste que eso era? Tú mismo lo dijiste: soy un maldito psicópata,
¿recuerdas? Un monstruo. Esto no es amor. Es aburrimiento. Es competencia. Y por lo que
parece”, dice mientras deja que su mirada viaje desde el sacacorchos hasta el goteo constante
que fluye hasta el charco de sangre en el suelo, “ya he ganado”.
Sacudo la cabeza. Mi voz es sólo un susurro ahogado cuando digo: "Te va a hacer cosas
brutales, Sloane".
“Oh, ¿te refieres a que tal vez se pondrá poético mientras me golpea las pelotas hasta el
fondo del culo? ¿Es ese el tipo de cosas en las que estás pensando? Sloane pone los ojos en
blanco. "Creo que he demostrado que puedo manejar eso".
Cada dolor en mi cuerpo es eclipsado por el de mi pecho mientras mi corazón se incinera.
Ella ve cómo sucede, igual que yo lo hice con ella. Pero no siento ni la más mínima pizca de
remordimiento o arrepentimiento, sólo disgusto en la forma en que su labio se curva antes de
apartar la mirada.
La expresión de Sloane se suaviza cuando sus ojos se elevan hacia David. "Sabes, tengo
muchas ganas de destrozar la ciudad, si entiendes lo que quiero decir", le dice con un guiño.
Su sonrisa devuelta es voraz.

Les ruego, pero es como si no pudieran oírme. Se agitan en mi silla, pero no lo hacen.
ver.
Las lágrimas me queman los ojos. Sé lo que le hará, mi hermosa Sloane.
Él la destruirá. Quítale pedazos. Cómelos delante de ella, tal como él lo hizo conmigo. Y
tantas otras cosas horribles, espantosas y jodidamente monstruosas que no puedo soportar
imaginar, pero las imagino de todos modos.
Incluso si él la deja salir viva de esta habitación, nunca sobrevivirá a la noche.
"¿Qué tienes en mente?" pregunta David.

“¿Qué tal si terminamos aquí y nos divertimos un poco? Tengo algunas ideas. Quizás
Kane Atelier sería un buen lugar para empezar”.
La bilis se revuelve en mi estómago cuando David sonríe y levanta su vaso. "Para salir
por la noche en la ciudad". Se bebe el resto del vino ensangrentado y deja el vaso vacío
sobre la mesa de preparación.
"Aquí, ten esto." La mano de Sloane se levanta como si estuviera atrapada en cámara
lenta, su palma abierta y la Glock descansando sobre ella como una ofrenda. "Realmente no
me gustan las armas".
Los ojos de David brillan con anticipación mientras alcanza el arma, con la mirada fija
en el premio mortal.
En el momento en que sus dedos rozan la empuñadura de la pistola, el otro brazo de
Sloane se mueve en un corte hacia arriba. Hay un destello plateado, algo escondido en su
mano.
David retrocede por reflejo. La sangre salpica la Glock mientras cae al suelo. Se lanza
hacia ella con la otra mano, pero Sloane es demasiado rápida. Su golpe hacia abajo le corta
la otra muñeca. David ruge de frustración, pero el gruñido se convierte en un gemido de dolor
cuando ella le patea la pierna y lo hace caer de rodillas.
Mientras él cae, su bisturí lo espera.

Se desliza en la muesca en el hueco de su garganta, con el borde afilado apuntando
hacia arriba. El peso de David divide la carne en dos a lo largo de su garganta mientras
Sloane sostiene la espada con firmeza entre sus manos.
Se detiene contra la punta de su barbilla, profundamente contra el hueso.
David tose con un gorgoteo desesperado a través de la rendija abierta. Una ráfaga de
sangre salpica el rostro de Sloane. Ella no parpadea mientras deja que su mirada recorra
cada detalle de su dolor y furia, su sonrisa oscura y triunfante mientras sus ojos apagados le
devuelven la mirada.
“Realmente no me gustan las armas”, dice y le agarra el pelo con fuerza. Ella
libera la hoja con la otra mano. "Demasiado alto. Sin delicadeza”.
Ella le clava el bisturí en el ojo. El grito de David no es más que un
chisporroteante ráfaga de spray carmesí.
Luego lo deja caer al suelo.
La sangre se esparce en un charco espeso sobre las baldosas. Sloane está de
espaldas a mí mientras observa los movimientos desesperados de David lentos y quietos,
e incluso cuando se detienen, ella permanece allí, mirándolo como si necesitara estar
segura de que no se levantará de nuevo.
"¿Estás bien?" Pregunta sin darse la vuelta, su voz es un poco ronca.
Examino mi brazo sangrante, donde la piel ha sido despellejada de la carne palpitante

que hay debajo. Mi mejilla y mis costillas palpitan donde recibí sus primeros golpes. El
sacacorchos todavía hace tictac con el latido acelerado de mi corazón, pero probablemente
parece peor de lo que es.
“No me importaría levantarme de esta silla, pero sí. Estaré bien."
Sloane asiente y luego se queda en silencio, con la mirada todavía fija en el cuerpo
en el suelo.
“Sloane…”
Ella no se mueve.
"Sloane, amor..."
"No."
"Um... ¿Mirlo?"
Aún nada.
“…¿Melocotones?”
Su cabeza se inclina hacia un lado y me mira fijamente por encima del hombro. Pero
también hay lágrimas allí, corriendo a través de la sangre salpicada por sus mejillas. "Te
dije que te cortaría si me llamabas así otra vez".
"Mirlo lo es". Le doy una débil sonrisa. Hay preocupación en sus ojos mientras me
mira, pero también duele, y eso consume mi alma. "Amo"
"Cállate", espeta, y saca su teléfono del bolsillo. Un latido después, el sonido de su
timbre precede a la voz de mi hermano.
"Bien hecho. Mi amigo Conor está justo afuera. ¿Quieres que entre? pregunta
Lachlan.
"No. Gracias por enviar refuerzos”.
"¿Estás bien?"
"Seguro." Sloane me mira por encima del hombro. Las lágrimas todavía llenan sus ojos, a
pesar de que la mirada que me da es jodidamente letal. “Tu hermano imbécil necesita… piel.
También me vendría bien ayuda con la limpieza”.
Lachlan se ríe. “Fionn ya está en camino. Conozco a algunas personas para la limpieza;
dame una hora para eso. Conor vigilará la puerta hasta que lleguen. Hay una pausa y cuando
Lachlan vuelve a hablar, su voz es suave y seria. "Gracias por cuidar de mi hermano, Sloane".
“Cerrar sesión en mi transmisión de video. No quiero que mires por si cambio de opinión y
lo mato yo mismo”.
"Hazme un favor y dale un gran beso descuidado", dice Lachlan.
Ella responde con un gruñido ofendido y desconecta la llamada antes
arrojando el teléfono sobre la mesa de preparación con un sonido metálico.
Entonces se vuelve hacia mí, con los ojos llameantes y los brazos cruzados. "Cuento esto
como una victoria".
"Eso es justo."
“Para mí son tres. Lo mejor de cinco”.
"Merecido. Totalmente."
"Y todavía estoy muy enojado contigo".
"Lo entiendo, amor".
"Quiero apuñalarte".
“Sí, eso tiene sentido. Por favor, no mi polla. O mis pelotas. O mi cara bonita”.
Los labios de Sloane tiemblan. Su expresión dura se desmorona y se recupera hasta

convertirse en una máscara estoica, sólo para caer por segunda vez. Las manchas y rayas rojas
en su cara son tan dolorosamente hermosas, sus lágrimas tan jodidamente agonizantes. "Me
rompiste el corazón."
“Lo sé, amor. Lo lamento. Lo siento mucho. Sabes que sólo lo hice para alejarte de él, ¿no?
Tenía que sacarte de aquí o te iba a matar”.
Las lágrimas en los ojos de Sloane cambian y brillan mientras se acumulan en la línea de sus pestañas.
"No soy desagradable". Señala con su dedo ensangrentado en mi dirección, puntuando cada
palabra. "Soy jodidamente adorable".
Estoy desesperado por tocarla, aunque sea por un momento, como si ver que está bien no
fuera suficiente. “Amor… por favor… solo déjame levantarme de esta silla para que podamos
hablar apropiadamente”. La frente de Sloane se arruga mientras intenta aferrarse a su ferocidad
y falla, y cuando le doy una pequeña sonrisa, no puede evitarlo: su mirada cae hacia mi cicatriz
y permanece allí. “Vamos, Mirlo.
Déjame levantarme para poder demostrarte que te amo en pedazos. Tal vez también lleve
ese botiquín de primeros auxilios que está junto a la puerta, si no te importa”.
Su mirada feroz regresa.
“O simplemente me desangraré en el suelo, eso está bien… pero levantarme de la silla
seguiría siendo un as. Preferiblemente sin apuñalar”.
Después de otro largo momento de vacilación, se acerca y comienza a soltar los nudos,
primero los que unen la silla al poste de soporte del mostrador y luego los que rodean mis
extremidades. La última cuerda que cae al suelo es la que ata mi muñeca empalada al
reposabrazos.
Salgo de la silla en el instante en que desaparece.
El dolor se ve atenuado por la necesidad cuando libero el implemento y agarro a Sloane
mientras ella retrocede, aplastándola contra mí en un abrazo desesperado. Y agradezco a
todos los dioses a los que nunca rezo cuando envuelve mi cuerpo con sus brazos. Entierra su
rostro en mi pecho y humedece mi camisa con todos los miedos que ha mantenido enterrados.
“Pensé que era demasiado tarde”, dice una y otra vez. “Lo siento mucho, Rowan. Me
tomó demasiado tiempo descubrir tus pistas”.
Tomo su rostro entre mis palmas y miro fijamente sus grandes ojos color avellana. Un
dolor me ahoga la garganta mientras saboreo este momento de simplemente mirarla, de sentir
su calidez contra mi piel. Estuve tan cerca de perderlo todo. Pero ella está aquí, con su aroma
a jengibre y su delineador de ojos negro esparcido en rayas por su piel, sus pecas salpicadas
de motas de sangre. Las arrugas se alinean en su frente y su ceño fruncido mientras su
mirada salta entre la mía.
Ella nunca ha sido más hermosa.
“No es demasiado tarde, Mirlo. Justo a tiempo."
Intenta sonreír, pero no lo logra. Su hoyuelo es sólo una leve depresión en su piel. Y sé
que las mentiras que le dije son las más peligrosas, porque utilicé como arma sus verdaderas
inseguridades. Incluso si sólo los dijera para salvarla, cortes como esos todavía son profundos
y sanan lentamente.
Bajo la cabeza y sostengo sus ojos, manteniendo su rostro firme entre mis palmas.
“Nunca has sido desagradable. Estabas esperando a alguien que te ame por lo que eres , no
por lo que quieren que seas. Puedo hacerlo, si me dejas”. Presiono mis labios contra los de
ella y pruebo la sal y la sangre, pero me alejo antes de que el beso se profundice. “Te adoro,
joder, Sloane Sutherland.
Te quise desde ese primer día en Briscoe's. Te he amado durante años.
No voy a parar. Jamas."
La mirada de Sloane cae hasta mis labios y permanece allí. Ella asiente.
“Puede que seas una psicópata”, le digo con una sonrisa mientras entrecierra los ojos,
“pero tú eres mi psicópata y yo soy tuyo. ¿Entiendo?"
Cuando levanta los ojos de mis labios, finalmente sonríe. "Sigues siendo el peor".
"Y todavía me amas".

"Sí", dice ella. "Sí."
Sloane se pone de puntillas y cruza sus manos alrededor de mi nuca, acercándome
hasta que su frente presiona la mía, su aliento es una caricia dulcemente perfumada
en mis labios.
"Realmente lo creo", susurra. “Y tendrás que intentarlo
Es más difícil que eso deshacerse de mí, porque no voy a ir a ninguna parte”.
"Yo tampoco, Sloane".
Cuando Sloane acerca mis labios a los suyos, lo sé. Lo siento en cada latido que
palpita en mi carne viva y sangrante. Que el mundo podría girar en todas direcciones y
hacer añicos todas las realidades, pero no hay otra vida que la que elegimos construir.
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PIGMENTO
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SLOANO
"Vamos a llegar tarde", dice Rowan. Pero a él no le importa. No precisamente.

Porque sus manos están entrelazadas en mi cabello y su cabeza está
Echó hacia atrás mientras me trago su polla.
“Jesús, Sloane. ¿Cómo eres tan jodidamente bueno en esto?
Tarareo mi satisfacción en su carne y ahueco sus pelotas con mi mano libre
mientras hundo mis dedos en mi coño con la otra. Cuando gimo de nuevo, él mira
hacia abajo, con los ojos negros de deseo.
"Joder, me encanta verte tocarte", sisea. Mis ojos se cierran mientras hago girar
mi toque sobre mi clítoris. Hilos precum a través de mi lengua.
"Será mejor que te esfuerces, porque estoy justo al límite y tenemos que irnos".
Ralentizo el movimiento de mis dedos, deslizo mis labios hasta la coronilla de su

erección y sonrío.
Mi insolencia es recibida con un gruñido. La mano de Rowan se dirige a mi
garganta y capta la risita que suplica ser liberada.
“¿Estás siendo un mocoso?” pregunta mientras paso mi lengua por la parte inferior
de su erección y lo inmovilizo con mis ojos más inocentes. Su mano se aprieta.
"¿Has olvidado la última vez que fuiste un mocoso?"
Me encojo de hombros, aunque ciertamente no lo he olvidado. Cuando decidí
presionarlo e ignorar la mayoría de sus órdenes mientras montaba su polla hace unas
semanas, me secuestró cuando regresaba a casa después de tomar unas copas con
Anna, me vendó los ojos y me ató a una mesa en el restaurante para comer. una
gama completa de delicias de mi cuerpo desnudo. Me presionó durante horas,
rociando salsa de caramelo sobre mis pezones para chuparlos mientras
Me jodió, goteando crema batida fría sobre mis piercings genitales antes de lamerlos para limpiarlos.
Cada vez que le pedí clemencia, él se reía.
"Las chicas buenas obtienen recompensas", dijo mientras bajaba la vibración del tapón anal
que había empujado en mi trasero después de atarme. Redujo el ritmo de sus embestidas mientras
empujaba dentro de mí, alejándome del borde del orgasmo. "Los mocosos reciben castigo".
Se deslizó fuera de mí, se masturbó hasta que roció su semen en cálidos chorros sobre mi
pecho y luego comenzó todo de nuevo.
Probablemente tuvo el efecto contrario al que pretendía, porque pasé el mejor momento esa
noche.
“¿Esa es tu respuesta?” dice ahora, con sus ojos letales y oscuros. “¿Solo un encogimiento de
hombros? Eso me parece bastante malcriado”.
Suspiro y lamo hasta llegar a la coronilla de su erección mientras ahueco sus pelotas.
"Podría haber mentido sobre la hora de la cita", respondo mientras acaricio la longitud de su
polla y prodigo la punta con una lamida arremolinada. "Tenemos una hora extra".
Mis ojos permanecen fundidos en el rostro de Rowan mientras esta información se instala en su
cerebro inundado de endorfinas.
"Oh, gracias a la mierda", dice finalmente, y se sumerge en el calor de mi boca. "Ven o te juro
por Dios que te llevaré a alguna cabaña remota y te castigaré durante tres días".
Rowan Kane, siempre amenazándome con pasar un buen rato.

Afloja su agarre en mi garganta pero me mantiene firme mientras me arrodillo ante él y tomo su
polla lo más profundo que puedo. Golpea el fondo de mi garganta y mis sonidos confusos y ahogados
estimulan el ritmo de sus embestidas. Con la otra mano, hundo mis dedos en mi coño hasta que
quedan cubiertos por mi excitación y el semen que ya derramó dentro de mí antes.
Mis dedos resbaladizos se retiran y luego muevo mi toque hacia Rowan, encontrando el borde
plisado de su trasero. Se estremece mientras masajeo el apretado anillo y luego empujo un dedo
hacia adentro.
"Oh, mierda, Sloane..."
“¿Estás usando tu palabra de seguridad?”
"Joder, no".
Sonrío y agrego un segundo dedo, acariciando suavemente hasta que encuentro el toque que
lo hace temblar. "Qué buen chico", arrullo, mi tono empalagoso. "Y los buenos chicos obtienen
recompensas".
Mis labios se sellan alrededor de su polla y la chupo.

Un sonido desinhibido de placer retumba en el pecho de Rowan mientras lo
follo con mis dedos y me trago su erección. Con la otra mano, rodeo mi clítoris,
acercándome al orgasmo que sé que me exigirá. Y cuando siento su cuerpo
tensarse, eso es exactamente lo que hace. Demandas.
"Blackbird, será mejor que vengas ahora mismo porque me estás matando y te
juro por el puto Dios..."
Me desmorono con su polla hundida en el fondo de mi garganta, mi gemido es
una vibración que rodea su longitud.
Sus palabras me enojan cada vez.
Un suspiro después, Rowan gruñe mientras su semen caliente inunda mi boca.
Trago cada gota y prolongo su placer hasta que estoy segura de que se ha agotado,
una fina capa de sudor brilla sobre su pecho desnudo con su respiración temblorosa.
"Tenemos que irnos", digo con una sonrisa tortuosa mientras retiro los dedos.
de su culo. "Vamos a llegar tarde."
Rowan me lanza una mirada fija que no dura y luego me da un beso.
frente antes de limpiarnos, vestirnos y salir corriendo por la puerta.
Cada paso que damos bajo el cálido sol de junio hace que mi corazón palpite,
no de ansiedad, sino de emoción. Si Rowan está nervioso, no lo deja ver.
Cuenta una historia animada sobre Lachlan de cuando eran adolescentes mientras
caminamos por las calles de la ciudad, con los dedos entrelazados y la otra mano
alrededor de la cicatriz más grande en la superficie interna de su antebrazo. La
noche que sucedió, Fionn trató meticulosamente la herida y usó Dermagraft para
reemplazar el tejido faltante, y Rowan fue diligente en cuidarla desde esa noche. Y
pronto, la cicatriz se transformará en algo hermoso.
Le encantará. Sé que lo hará.

Nos detenemos en Kane Atelier de camino a nuestra cita y entramos en la
tienda con el aroma del cuero y el sonido de la música indie. Reprimo una sonrisa
mientras me pregunto si Lachlan alguna vez escucha la música de Lark, y cuando
miro a Rowan a mi lado, creo que él podría estar preguntándose lo mismo.
“Viejo idiota. ¿En que estas trabajando?" Rowan dice mientras Lachlan aleja su
desgastada silla giratoria de su escritorio y arroja lo que parecen anteojos para leer
junto a la piel que está tallando.
“Alforjas personalizadas para la Harley de un motero. Si yo no pudiera patearte
el trasero, él con gusto lo haría por mí”, responde Lachlan. "Y yo sólo soy
dos años mayor que tú, imbécil”.

“Entonces, ¿por qué llevas gafas de viejo? Parece que estás a punto de hacer un
crucigrama y quedarte dormido en tu sillón reclinable LaZboy”.
Rowan dice con un guiño.
"Vete a la mierda. ¿Qué quieres, maldito imbécil?
"En realidad soy yo, tengo una pequeña petición", digo mientras doy un paso más hacia el
atrevido hermano mayor de Rowan.
"Ah, la dama araña, viene a pedirme un favor", dice Lachlan con una sonrisa tortuosa
mientras se recuesta en su silla.
"En realidad, estoy pidiendo un favor".
"¿Ah, de verdad? ¿Qué favor es ese?
"Salvar a tu hermano pequeño".
“Si no recuerdo mal”, dice Lachlan, golpeándose la barbilla con uno de sus dedos anillados,
“ayudé a limpiar la bastante desordenada escena del crimen antes de borrar cualquier registro
de la existencia de un tal David Miller de los anales de la historia de los asesinos en serie.
Entonces yo diría que estamos empatados. De nada."
Pongo los ojos en blanco y Rowan sonríe a mi lado. "Bien. Un favor para Lark
Montague en ese caso”.
Hay un momento de vacilación antes de que Lachlan diga enfáticamente: "Joder, no".
"Vamos", respondo, mi voz roza una súplica quejumbrosa mientras doy un paso más hacia
mí. “Lark se mudará a Boston la misma semana que nosotros estaremos fuera. Ayúdala a llevar
sus cosas a su nuevo apartamento, por favor.
Ella no tiene mucho”.
"¿Por qué no tiene mucho?" Pregunta Lachlan, con el ceño fruncido y la voz severa.
Rowan y yo intercambiamos una mirada fugaz y confusa antes de volver a centrarme en
Lachlan.
"Um, ella viaja ligera, ¿supongo...?"
La mirada de Lachlan se oscurece como si fuera información insuficiente antes de suavizar
su reacción bajo una máscara de apatía. "Bien. Pero no esperes que me quede cuando esté
terminado”.
"Por supuesto que no."
"Y no voy a mostrarle la ciudad ni ninguna mierda".

"Absolutamente no."
“No somos amigos. Ella no puede llamarme para pedir… leche.
“Está bien… le haré saber que no te llame para pedir leche. Hecho."
Lachlan gruñe. Sonrío.
"Gracias", digo mientras me acerco y le doy un abrazo. Ya sé que

no regresará. "No te arrepentirás".
"Sí, lo haré."
"Bien entonces."
Le doy un beso en la mejilla sin afeitar al son de la voz de Rowan.
Resopló encantado y luego retrocedió.
“Gracias por eso, Bellend. Tenemos que correr”, dice Rowan con una sonrisa burlona y
Lachlan regresa con una mirada fija, pero aun así se levanta de su silla.
Nos acompaña fuera del estudio y nos lleva a la calle, y hacemos planes para reunirnos para
cenar la próxima semana antes de que presione su frente contra la de Rowan como siempre lo
hace. Y luego nos vamos, dirigiéndonos a nuestra cita de la mano, tomándonos nuestro tiempo
para disfrutar de nuestra sencilla compañía y la creciente emoción por lo que está por venir
mientras nos dirigimos hacia nuestro destino.
La pequeña campana de latón suena en la parte superior de la puerta cuando entramos a Prism
Tattoo Parlor.
Laura, la dueña de la tienda, nos saluda calurosamente y le da a Rowan un formulario de

consentimiento para que lo complete mientras ella y yo ultimamos los detalles sobre el diseño
que le di, nuestras voces en silencio para que Rowan no pueda escuchar los detalles. Cuando
todo está firmado y el diseño impreso en el papel de transferencia, Rowan toma asiento en la
silla de Laura.
"Lo siento, Butcher, pero no confío en ti tanto como podría arrojarte", le digo mientras me
pongo detrás de él para bajarle una venda sobre los ojos. Laura sonríe mientras prepara el
brazo de Rowan y transfiere la plantilla a lo largo de su cicatriz.
“Me hieres”, dice.
"Correcto", resoplé. “¿Me seguiste o no durante tres días en
¿California sólo para poder hacer trampa y ganar un juego?
“No hice trampa. Y además, perdí. Miserablemente, debo añadir. Todavía no puedo comer
helado”.
Sonrío y me siento a su lado para poder ver cómo Laura comienza a trazar las primeras
líneas negras en su piel. “Tal vez iniciemos un programa de desensibilización para usted. Tengo
algunas ideas”.
"Ahora estas hablando."
Tarda unas horas, pero la imagen cobra vida en el brazo de Rowan, un diseño que hice yo
mismo y trabajé con Laura para perfeccionarlo de modo que cubriera sus cicatrices y se ajustara
a los contornos de su musculatura. Y en poco tiempo, está limpiando el tatuaje nuevo, limpiando
el exceso de tinta y los puntos de sangre para revelar la imagen final. Compartimos una sonrisa
brillante en Rowan's.
cuerpo, de un artista a otro, mientras nos acribilla con preguntas que no

respuesta.
“Está bien, chico bonito. Es hora de comprobarlo —digo mientras Laura toma uno
de los bíceps de Rowan y yo agarro el otro. Lo guiamos para que se ponga de pie y
lo acercamos a un espejo de cuerpo entero. Me paro junto a él mientras Laura le quita
la venda de los ojos y él ve por primera vez el tatuaje que abarca todo el largo de su
antebrazo.
"Mierda", dice, sin apartar la vista del diseño mientras se acerca al espejo y gira
el brazo de un lado a otro. Absorbe cada detalle, tanto en el espejo como directamente
en su brazo, su mirada aguda rebota hacia mí cada pocos segundos. "Es increíble,
mirlo".
Las plumas negras del cuervo brillan con toques de índigo, y sus ojos son
opalescentes y de otro mundo cuando mira a lo lejos. Se encuentra sosteniendo un
cuchillo de chef pulido y un reflejo brillante en la hoja. Detrás del pájaro y su percha
afilada hay un fondo de salpicaduras parecidas a graffitis en ráfagas de colores
vibrantes.
"Los colores son épicos, Laura", dice, mirándola con una sonrisa apreciativa.
Ella sonríe. "Gracias, pero tu chica aquí es a quien se le ocurrió

él. Simplemente le di vida a su diseño”.
Laura le entrega el dibujo de referencia en su iPad, el original que le envié hace
dos meses cuando Rowan sugirió por primera vez cubrir las cicatrices. Él mira la
imagen y traga. Le toma un largo momento antes de volver su mirada hacia mí.
"¿Color?" él pide. Señala la imagen sin apartar sus ojos de los míos. "¿Tu hiciste
esto?"
Me encojo de hombros, el comienzo de un dolor formándose en mi garganta cuando capto la indirecta.
de un brillo vidrioso en sus ojos. "Sí. Supongo que sí”.
Rowan le devuelve el iPad a Laura y me abraza con fuerza, con la cara enterrada
en mi cuello. No dice nada durante un largo rato. Él simplemente aguanta.
"Coloreaste", susurra, pero todavía no lo suelta.

Sonrío en los brazos de Rowan. “¿Qué puedo decir, Carnicero? Supongo que me
lo sacaste”.
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DESPLUMADO
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"Sabes , Blackbird, aunque lo sugerí, honestamente no pensé

que disfrutaría cazar juntos tanto como lo haría compitiendo".
contra ti —digo mientras limpio mi cuchillo de carnicero con un paño blanqueado.
Sloane se ríe pero no se da vuelta, ya que está demasiado concentrada en las láminas de
muselina teñida de colores que une al hilo de pescar con pegamento.
“Haré una suposición. ¿Es porque tu parte favorita no es matar, sino darme cuerda?
"Más o menos". Sonrío cuando ella me lanza una mirada burlona por encima del hombro,
y luego bajo mi mirada hacia los pequeños golpes en la hoja afilada que tengo en mis manos.
Deslizo mi tela en una pasada más sobre el borde antes de dejar el cuchillo a un lado con mis
otras herramientas. Una sierra para huesos. Cortadoras de carne. Y mi favorito, un cuchillo Ulu
de acero de Damasco que Sloane me regaló de Etsy para mi cumpleaños. “Pero lo disfruté.
Mucho. Me gusta trabajar contigo”.
“A mí también me gusta trabajar contigo. Creo que deberíamos atrapar juntos al Fantasma
del Bosque el próximo año, aunque técnicamente gané, porque soy el ganador final, en caso
de que lo hayas olvidado. Y probablemente mereces un segundo premio de todos modos, ya
que esta vez ni siquiera vomitaste”, dice mientras levanta la mano para señalar los globos
oculares que cuelgan con hilo de pescar sobre el Dr.
La cabeza de Stephan Rostis. "Ve tú."
"Nunca voy a olvidar eso, ¿verdad?"
“Probablemente no, no”.
Mientras Sloane continúa pegando sus últimas secciones de tela precortada, yo trabajo en
mis preparativos finales. Y luego simplemente me siento y miro a mi Blackbird, que ya no
empuña su arte en monocromo, sino en vibrante tecnicolor.
Cuando termina, retrocede y examina el lienzo detrás del cuerpo. Las tres capas de su red
se mezclan con explosiones de color. Tonos de verdes joya en una sola capa. Blues en otro.
Rojos y morados en la horma, cada uno teñido meticulosamente por su propia mano. Es una
instalación impresionante que irradia como paneles de vidrieras desde el cuerpo suspendido, con
los brazos y las piernas extendidos. Levantarlo de las paredes y el techo ha sido mi mayor
contribución, además de cortar algunos trozos de carne selectos para los adornos de piel de
Sloane que ella ha cosido dentro de las capas de filamento y muselina. ¿Pero el arte? Eso es
todo ella.
"Hermosa, Sloane", digo.

"Gracias", responde cálidamente, pero no se da vuelta, o lo haría.
Veo que no estoy mirando su lienzo, sino a ella.
Mientras su mirada permanece fija en las capas de color, cambio las listas de reproducción
en mi teléfono. “El FBI va a estar jodidamente confundido. Estás evolucionando, no involucionando.
Y no estoy seguro de que finalmente se den cuenta de que las redes son mapas ahora que hay
colores involucrados”.
"Uno pensaría que ayudaría", dice después de una pequeña risa, luego sacude la cabeza y
se encoge de hombros.
“Sin embargo, una cosa se ha mantenido bastante constante...”
"¿Qué es eso?"
Asiento con la cabeza hacia el cuerpo cuando Sloane se gira hacia mí. La pregunta en sus
ojos rápidamente se disuelve en sospecha. Cuando cruza los brazos sobre el pecho, levanto las
manos en señal de disculpa, aunque no me arrepiento en absoluto de lo que voy a decir. Y ella lo
sabe.
"Qué", dice rotundamente.
Señalo al médico no tan bueno, cuya sangre corre por su rostro en
rayas de secado. “Agujero del ojo izquierdo. Siempre un poco cortante”.
Sloane suelta una carcajada, pero se desvanece cuando me encojo de hombros. Una pizca
de duda dibuja una arruga entre sus cejas. "No lo es."
"Lamento decir que lo es".
"Estás tan lleno de mierda".
Arrastro mi escalera frente al cuerpo y hago un gesto hacia él. "Ver por ti mismo."
Los labios de Sloane se abren y sus mejillas se sonrojan por la creciente frustración.
Jodidamente adorable. ¿Sloane nerviosa con las plumas erizadas y las garras listas?
Esa es siempre mi versión favorita. Y saboreo cada momento, de ella
Una mirada feroz a sus pasos decididos mientras pisa fuerte hacia la escalera para ver más de
cerca.
"Rowan Kane, maldito bicho raro con esta mierda del agujero del ojo izquierdo, nohago
golpeyoplu"
Su tangente furiosa se detiene en seco cuando observa el agujero sangriento, luego me mira
y luego vuelve a mirarme. Aunque logro contener una risa, no puedo ocultar la diversión en mis
ojos, no en ella.
"¿Qué carajo es eso?" pregunta, señalando el rostro del médico muerto.
“No lo sé, Mirlo. Quizás deberías comprobarlo. A menos que…"
"¿A menos que?"
"No eres aprensivo, ¿verdad?"
Ante esto, su risa se libera, aunque es breve e insegura. “¿Cómo está el helado estos días,
Carnicero? ¿Ya conseguiste hacer algunas galletas con crema?
"Ay, Blackbird", digo con una mano sobre mi corazón. Truena debajo
mi palma. "Herido, una vez más."
Sloane sonríe, su hoyuelo sobresale junto a su labio, y luego se concentra en el rostro sin
vida frente a ella, los ojos bordeados de sangre y los rasgos relajados. Lleva sus dedos
enguantados a la cuenca del ojo izquierdo y saca un pequeño paquete redondo envuelto en cinta
adhesiva.
"¿Ver?" dice mientras equilibra el misterio en su palma y desciende.
la escalera. “Desplumado. Lo saqué de allí”.
"Lo hiciste. Casi como si hubieras hecho esto antes. Desplume de nivel élite”.
Se detiene frente a mí, sus ojos brillan de diversión mientras
atado entre los míos. "¿Qué es esto?"
"Creo que el truco con un regalo suele ser abrirlo", le digo mientras le doy un beso en la
frente en respuesta a que ponga los ojos en blanco. Toma el pañuelo que le ofrezco y comienza a
limpiar la sangre de la cinta. “Pero asegúrate de limpiarlo todo. Documentos importantes en el
interior.”
El rostro de Sloane se arruga y sus bonitos ojos color avellana se estrechan mientras intenta
Conciliar mis palabras con el pequeño tamaño del paquete. "Documentos…?"
“En realidad, documentos que cambian vidas . Entonces sí. Ten cuidado."
Con una última mirada sospechosa en mi dirección, Sloane cambia su atención a la bola de
cinta adhesiva y limpia cada ondulación del celofán hasta que queda libre de sangre. Una vez
terminado, retira las tiras de plástico pegajoso y deja cada una a un lado hasta que pueda
desplegar la capa exterior de papel protector.
Dentro hay una servilleta de papel doblada. Y dentro de eso, otro regalo grabado.
“Dios mío, Rowan. ¿Guardaste esto...? pregunta con una risita de incredulidad
mientras lee mi letra garabateada debajo del logo de un cono de helado derritiéndose
en la servilleta.
Enfrentamiento anual
de agosto de Butcher &
Blackbird 7 días Desempate por piedra,

papel y tijera
Al mejor de cinco El ganador se lleva
el Fantasma del bosque “Espera un segundo”, le digo cuando ha leído cada línea
en voz alta. “Le falta algo. Déjame eso por un segundo mientras desenvuelves el otro”.
"¿Qué estás haciendo, bicho raro?"

“Tal vez quiera sonarme la nariz con esta pieza tan sentimental de
tejido. Sólo entrégalo, Blackbird”.
Sloane se ríe y sacude la cabeza con confusión, pero me pasa la servilleta y yo
tomo mi bolígrafo de al lado de mis herramientas para escribir una nueva línea, mientras
la mira furtivamente para vigilar su progreso mientras se desenvuelve. el otro regalo.
Como lo ha hecho cada momento que he estado con Sloane, mi corazón late con fuerza
todo el tiempo, como si fuera a liberarse de su jaula de huesos.
Cuando está a punto de sacar el último trozo de cinta adhesiva del envoltorio que
rodea el regalo, coloco mi mano sobre la de ella, con la servilleta doblada entre mis
dedos. Si puede sentir un temblor en mi carne, no lo dice.
"Lo arreglé", digo, mis ojos se dirigen a la servilleta. "Lee eso primero".
Ella sostiene mi mirada por un momento antes de tomar el papel y lo desdobla, con
movimientos cuidadosos y lentos. Observo cómo sus ojos recorren las palabras.
Sus labios se aprietan. Cuando lo lee en voz alta, su voz es inestable.
“Cásate con Sloane Sutherland y ámala para siempre, si ella te lo permite”, susurra.
Esos grandes ojos color avellana están llenos de lágrimas cuando me mira. Retiro
la servilleta. Saca el último trozo de cinta adhesiva de la tela negra y lo desdobla para
revelar el anillo de compromiso, un zafiro gris azulado engastado en oro con delicadas
hojas que suben hacia la piedra.
Y me arrodillo.
Sloane traga. Un estallido de nervios inunda mis venas y estoy a punto de lanzarme
a todas las cosas que quiero decirle cuando ella dice: "¿Acabas de
¿Proponer matrimonio en una servilleta con un anillo que le metiste en el ojo a un chico?
Parpadeo. Mi boca se abre. No sale nada por un momento que se siente.
aproximadamente tan largo como la eternidad.
"Sabes, parecía muy lindo en mi cabeza, pero en retrospectiva... ¿tal vez es demasiado?"
Ella niega con la cabeza.

"¿No es suficiente?"
Lo sacude de nuevo, algunas lágrimas escapan de sus pestañas.
"¿Solo bien?"
"Es jodidamente perfecto", solloza.
“Oh, gracias a Cristo”. Un largo suspiro sale de mis pulmones mientras presiono mi palma contra
mi pecho. Pongo mi mano sobre la de ella, el anillo agarrado en su agarre tembloroso. “Pensé por un
minuto que lo había jodido todo”.
Sloane emite una especie de chillido ahogado. Ella comienza a rebotar. Primero
Solo pequeñas sacudidas, pero se hacen más grandes con cada segundo que pasa.
"Pareces emocionada, amor".
Un sonido ininteligible y confuso escapa de sus labios.
“Shh. El hombre está tratando de proponerle matrimonio aquí”.
"Serbal"
“Sloane Sutherland, mi hermoso mirlo. Desde el primer momento en que te conocí, cambiaste el
curso de mi vida. No recuerdo nada divertido, emocionante o nuevo sin ti. No recuerdo sentir nada más
que entumecimiento hasta que irrumpiste en mi mundo en tu pequeña y apestosa jaula de pastas orzo
—digo, sonriendo cuando su risa se libera en medio de sus lágrimas.
Mi agarre se reafirma alrededor de su mano temblorosa. “No puedo imaginar el futuro sin ti en él. Y no
quiero, nunca. Así que cásate conmigo, Sloane, y viviremos aventuras locas para siempre, nos
joderemos, seremos mejores amigos, haremos kárate en el garaje, haremos el amor todos los días y
envejeceremos juntos.
Porque no puedo imaginar a nadie con quien preferiría pasar todos esos momentos que a ti”.
Le quito el anillo y lo sostengo en la punta de su dedo.

“¿Qué dices, Mirlo? ¿Quieres casarte conmigo?"
Las lágrimas corren por sus pecas mientras asiente, su voz tensa cuando dice las palabras que he
estado esperando escuchar durante meses, tal vez incluso años. “Sí, Rowan. Por supuesto que me
casaré contigo”.
Deslizo el anillo en su dedo y ella no hace más que mirarlo antes de lanzarse hacia mí, casi
tirándome al suelo mientras me agarra la cara.
entre sus palmas y acribilla mi piel con sí susurrados y besos desesperados.
"Te amo, Butcher", susurra Sloane cuando se aleja para mirarme a la cara. Luego inclina
su boca hacia la mía.
No hace falta que lo diga, porque lo siento en cada toque y mirada ponderada. Sangra en
el beso que presiona contra mis labios, como si viviera en su lengua cuando pasa sobre la mía.
Pero esas palabras todavía se hunden en mi pecho, otra capa de una base inquebrantable.
Sloane ralentiza nuestro beso y cuando nos separamos, toma mi mano para ayudarme a
ponerme de pie. Tan pronto como me levanto, me arrastra hacia el pasillo oscuro que conduce
a la salida de la cocina y a la colección de autos caros del médico. "Ahora vayamos a hacer
karate al garaje".
"Por 'kárate' ¿te refieres a que te inclinaré sobre el capó del Doctor?"
¿El Porsche de Stephan y follarte a ciegas hasta que me ruegues que pare?
Sloane lanza una sonrisa maliciosa por encima del hombro. Su hoyuelo aparece junto a su
labio mientras me guiña un ojo y me lleva hacia las sombras. “Sígueme y descúbrelo, niño
bonito”.
Quizás tenía razón. No somos personas normales. Somos monstruos.
Pero si somos monstruos, prosperaremos en la oscuridad.
Juntos.
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EPÍLOGO
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EL FANTASMA
La ciudad me da asco.
El olor del mar contaminado. Escape de un autobús que pasa. El aliento de la gente que
derrama sus pensamientos pútridos en el aire vil. La ciudad es un pozo negro de decadencia.
Ahora bien, los hombres de Sodoma eran sumamente malvados y pecadores contra el Señor.
Me trago el disgusto por este ambiente que me ha envuelto durante la semana pasada. Mi mirada se
desplaza de un extremo de la calle al otro, pero siempre regresa a la puerta al otro lado de la calle y a la
curva de letras doradas en el cristal.
La alarma de mi reloj suena. Las doce del mediodía.

Señor, te pido que tus bendiciones sean derramadas sobre mí, tu humilde servidor. Levanta mi mano
contra mis adversarios. Devuélveles toda maldad e injusticia que hayan cometido contra mí, tu fiel discípulo.
Amén.
Abro los ojos y retomo mi vigilia desde el patio del café. Mi té se ha enfriado y el libro que tengo ante
mí sigue sin leerse. Mis dedos tamborilean al ritmo de la música que resuena en mi cabeza. Un himno,
uno que mi madre solía cantar.
Deja que los pecadores sigan su camino,
y elijan el camino de la muerte . La
puerta se abre al otro lado de la calle. Un hombre alto y de constitución atlética la mantiene abierta
para una mujer de cabello negro azabache. Su mirada se dirige a su entorno.
"The Killers", dice su camiseta negra.
Mi sangre se calienta.
Pero yo, con todas mis preocupaciones,
Se apoyará en el Señor;
Lanzaré mis cargas sobre su brazo y
descansaré en su palabra.
Cuando salen a la acera, la pareja se gira para hablar con otro hombre que se queda atrás en
el umbral de la puerta. Tatuajes negros cubren sus manos y sus musculosos brazos. No es tan alto
como el primer hombre, pero tiene una constitución más poderosa. El protector. El luchador. Lo
puedo decir: la forma en que se para, la forma en que sonríe, la disposición enroscada en cada
movimiento. Una serpiente, siempre lista para atacar.
Intercambian palabras que no puedo oír, sonrisas que no puedo sentir. El segundo hombre
pone su mano sobre el hombro del primero. Sus frentes se juntan antes de separarse. Luego, el
primer hombre se aleja de la mano de la mujer. Él le da un beso en la sien y ella sonríe. Los veo
caminar por la calle y doblar la esquina. Durante un largo momento, mi mirada permanece allí,
atrapada en su ausencia, como si persiguiera sus pasos, un fantasma acechando en sus sombras.
Me acomodo más profundamente en mi silla. Vuelvo a centrar mi atención donde es necesario.

ser.
En Kane Atelier.
Busco su bendición cada mediodía, y
pago mis votos por la noche.
Rowan Kane se llevó a mi hermano.
Y prometo tomar el suyo.
¡¡Muchas Gracias Por Leer!! Sigue pasando las páginas para ver por primera vez Leather & Lark,
libro 2 de la trilogía Ruinous Love que seguirá el viaje de Lark Montague y Lachlan Kane hacia el
amor. Y para ver un capítulo extra picante de Rowan y Sloane, ¡haz clic en el enlace a continuación!
Capítulo de bonificación de Carnicero y mirlo: “Skullduggery”

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CUERO Y ALONDRA
Este es un primer adelanto de la historia de Lachlan y Lark: ¡una comedia romántica oscura, de
odio a amor, matrimonio de conveniencia! Avance sujeto a cambios. Fecha de lanzamiento por
confirmar.
LACHLAN
Lark y Sloane intercambian una especie de conversación silenciosa.

Sloane levanta una ceja.
Los ojos de Lark se estrechan.
Sloane suspira y se encoge de hombros.
Y entonces Lark empuja su asiento hacia atrás. Ella se pone de pie y la sube.
ridículo bolso vagabundo colgado del hombro.
“Tengo que correr”, dice mientras les dirige una sonrisa brillante como un láser a Sloane y
Rowan. Cuando cae sobre mí, esa sonrisa se siente como si pudiera cortarme la piel. "Te veo
en casa."
Y luego ella sale de Butcher & Blackbird, su energía siguiéndola como un cometa.
Rowan se ríe y sacude la cabeza antes de tomar un sorbo de su bebida.

"A menos que quieras sacarla de la cárcel bajo fianza, será mejor que vayas a buscar a tu
esposa".
Me recuesto en mi silla y golpeo el vaso con el anillo de mi dedo índice mientras trato de
no mirar hacia la puerta. Mi atención se centra en Sloane, quien enmascara su sonrisa con un
bocado de comida.
Una sensación de hundimiento cubre mi pecho. "¿En que estas?"
"Ve a buscarla antes de que apuñale a Claire, maldito", dice.

"No... ella..." Miro hacia la puerta y luego a Sloane, con los ojos llenos de chispas.
"Qué…?"
"Escucha", dice, apoyando la palma de su mano contra la mesa cuando finalmente
me mira a los ojos. Ese hoyuelo ensangrentado aparece junto a su labio. Es como su
batiseñal para hacer travesuras. “Lark Montague puede ser linda como un botón, toda
una mierda de animadora brillante y feliz , pero la perra es una maldita psicópata
disfrazada. La amo hasta la muerte y más allá, pero psicópata”.
Todavía no puedo conciliar sus palabras con la mujer que creo conocer. “¿Ese
Lark… musicoterapeuta, cantautor, felizfelizalegríaalegría Lark…?
¿Me estás diciendo que tiene una vena psicópata...?
Ambos ríen. Maldita risa.
"Lachlan", dice Sloane, sacudiendo la cabeza, "ella no sólo tiene una
racha. Tiene todo un desfile de psicópata brillante”.
Rowan apunta su tenedor hacia ella. “Una vez colocó una bomba de purpurina en
mi auto para cuando hice llorar a Sloane y le dije que se fuera a casa. Gasté mucho en
detallar el auto y todavía encuentro brillo a diario”.
“Cuando estábamos en el internado, una chica llamada Macie Roberts llamó a una
de las amigas de Lark 'un cubo de semen asqueroso'. Entonces Lark entró en la
habitación de Macie y pasó una noche entera escribiendo 'Soy un cubo de semen
zorra' con pintura para tela en literalmente cada prenda de ropa que tenía Macie,
incluso su ropa interior”.
“Cuéntale sobre las lentejuelas”.
“¿Lentejuelas?” Pregunto mientras los dos se ríen.
Las cejas de Sloane se arquean mientras empuja un poco de comida alrededor de
su plato. “Hace unos años, Lark vivía con su novio de entonces, un chico llamado
Andrew. Un fin de semana, mientras Lark estaba fuera de la ciudad, él y su amiga
común Savannah se juntaron en el apartamento de Lark y Andrew”, dice mientras una
marea irracional de ira me recorre y vuelve a salir. “Un par de semanas después, Lark
irrumpió en la casa de Savannah mientras dormía y deletreó 'perra infiel' en la cara
con Gorilla Glue y lentejuelas. Robó la botella de quitaesmalte de Savannah, su
teléfono y su computadora, por lo que no tuvo más remedio que salir y comprar más
para quitarse el pegamento. Incluso una vez que desaparecieron las lentejuelas, aún
se podían ver las marcas. Fue bastante impresionante”.
No puedo negar que me encanta la audacia de ese plan. Casi sonrío, pero luego
capto el intercambio de una mirada oscura entre Sloane y Rowan. "Qué
¿Lo es?"
"Bueno... Lark no confirmará ni negará su participación, pero dos meses después,

Andrew murió en un extraño accidente con fuegos artificiales".
“¿Lark… mató a alguien…? ¿ Esa Alondra?
Sloane se encoge de hombros.
"No sé por qué sigues sentada aquí cuando probablemente le esté cortando la cara
a Claire para convertirla en una cometa, pero supongo que es el dinero de tu fianza".
Rowan dice, y en un instante estoy a mitad de camino hacia la puerta, mi silla hace un
fuerte ruido detrás de mí mientras se inclina con la fuerza de mi urgencia.
El sonido de la risa de Rowan y Sloane me sigue hasta la calle.
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Capítulo 1 ­ Ichi­go, Ichi­ee

Capítulo 2 ­ Diversión y juegos

Capítulo 7 ­ Era del cubismo

Capítulo 8 ­ Bajo el cristal

Capítulo 13 ­ Explosión erosionada por

Capítulo 16 ­ Revelaciones rotas

Capítulo 17 ­ Hermoso paraíso de

Ser un asesino en serie que mata asesinos en serie es un gran hobby…

No puedo lidiar con esta mierda.

Y como mi suerte es la peor, él, por supuesto, es deslumbrante.

He oído hablar de todos esos nombres, aunque no se lo voy a decir .

Me encojo de hombros. "Creo que suena como un superhéroe tonto".

Bien podría seguir adelante.

"Tomar una ducha. Te buscaré algo de ropa. Luego quemaremos la casa”.

Rowan abre la puerta y extiende una mano hacia las sombras de mi

"Estás enfermo", le digo.

Probablemente justificado, considerando todo.

Me encojo de hombros y tomo un sorbo de mi cerveza, y observo en silencio cómo su mirada se

Es prudente tener cuidado.

“Entonces…” Me aclaro la garganta con la esperanza de que mi voz no se quiebre. La frente

Asiento con la cabeza. "Lo entiendo."

Puede que yo sea la única persona que lo haga.

" Sabes totalmente quién soy".

“Querido Cristo, detente”.

"Tu deseo es mi comando."

"Estaba bromeando, psicópata..."

"Rowan..." La mano de Sloane se lanza y rodea mi muñeca, dejando huellas dactilares

“¿Algo anda mal, Mirlo?”

"No lo creo, carnicero".

"¿Cómo sabes que por eso lo elegí?" —Pregunta Sloane.

"Tal vez tenía buenos ojos".

Desde el momento en que nos conocimos, ella despertó mi curiosidad, avivando

No fue una matanza agradable. No fue elegante. No hubo nada escenificado o

Un hmm pensativo sale de los labios fruncidos de Sloane. "Estoy desanimado".

"Lo estuve siguiendo durante dos años".

Resoplo y Sloane me regala una sonrisa radiante. "Culpa mía."

Te enviaré un mensaje de texto con los detalles el sábado.

Supongo que tendrás que confiar en mí...

Eso suena tonto.

¡Y diversión! *Jadea* sabes cómo divertirte, ¿verdad…?

Mi cara BONITA, ¿quieres decir?

¡Sábado! ¡Mantén tu teléfono a mano!

No me di cuenta de lo mucho que esperaba este juego hasta que

Coloque el recipiente vacío sobre el mostrador con un ruido sordo.

"¿Qué hay de malo en ser impulsivo?"

"Supongo", digo encogiéndome de hombros. Dejé la hoja en el soporte del instrumento

Me río disimuladamente mientras Lark se ríe de su broma, el brillo de su luz brillante

"Jesús, Sloane", dice Lark, su risa oscura burbujea a través de la línea.

Sí, no podría estar más de acuerdo.

Mi hermano Lachlan va a dibujar con un sombrero. Nos enviará un mensaje de

Tienes una ventaja ridícula.

Mi sonrisa se extiende. La paliza desesperada de Michael Northman y

No te conozco lo suficiente como para confiar en ti. Y si descubro que te

Tal vez… ¡pero al menos piensas que soy bonita!

Estoy a punto de dejar el teléfono y concentrarme en mi cautivo cuando suena en mi mano un

Ivydale, Virginia Occidental.

Y buena suerte, señora araña globo ocular, o como diablos te llames.

¿Ver? Te lo dije. Nos vemos en Virginia Occidental, Blackbird.

Dejé las pinzas a cambio del bisturí ensangrentado.

Capítulo 1 Ichigo, Ichiee

Capítulo 2 Diversión y juegos

Capítulo 7 Era del cubismo

Capítulo 8 Bajo el cristal

Capítulo 13 Explosión erosionada por

Capítulo 16 Revelaciones rotas

Capítulo 17 Hermoso paraíso de

¡Y diversión! Jadea sabes cómo divertirte, ¿verdad…?