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Ansiedad

Soñar despierta es para mi fantasear con realidades paralelas, futuras, generalmente utópicas y
muchas veces sin sentido alguno. El soñar despierta permite acceder a los ideales propios, a
nuestros alter egos. Siempre he considerado esa capacidad como una ventaja, los que sueñan
despiertos tienen básicamente un super poder: ven más y mejor la realidad. Intentemos sacarnos de
la cabeza el concepto de “ver” que emplearía un positivista: “ver” como dirigir los ojos hacia los
objetos concretos, tangibles del mundo. Tampoco quiero llevarnos al extremo del misticismo, solo
explicar de que tipo de “vista” nos valemos para soñar despiertos: Vista como “VISIÓN”.
Visión:
1. Manera personal y particular de interpretar algo.
2. Capacidad para comprender las cosas acertadamente de modo que es posible prever algunos
acontecimientos, tomar decisiones acertadas.

(Definiciones extraídas de Oxford Lenguages)

Que hermoso es tener visión, imaginar, contemplar el infinito. Que increíble poder es aquel que nos
entrega esta capacidad. Tanto es el poder que nos entrega que, como todo poder, a veces se nos va
de las manos. Viajamos mediante nuestros pensamientos hacia todo lugar que queramos visitar, pero
¿es siempre “donde queremos ir”? Sucede también que el control de nuestros pensamientos se
desacopla y se une con algo más, ese “algo más” desconocido, pero que al tomar control de nuestra
mente nos vuelve obsesivos con ciertas imágenes, con ciertos futuros no conocidos. Entonces
aparece el miedo, el miedo, en primer lugar, al descontrol y en segundo lugar, el miedo a aquellas
realidades paralelas. La sensación de perder el control sobre nuestra propia mente se parece mucho
a la desesperación que puede producirnos un terremoto, o una ola que nos revuelca en el mar, la
impotencia y la vulnerabilidad que sentimos nos agobia y nos damos vueltas en la cama, fumamos
cigarrillo tras cigarrillo, comemos, intentamos meditar, nos mojamos la cara, pero nada parece
funcionar, el peso de los pensamientos es demasiado para levantarlo.
Ojalá los que tenemos el poder de la VISIÓN, tuviéramos también la capacidad de controlar esas
visiones, pero sucede muy a menudo que no es así. Somos, a veces, inventores de un virus sin cura.
Entonces, ¿de qué estoy hablando? Me parece que es necesario en este punto, explicitar que fue lo
que me llevó a la necesidad de poner en palabras este “problema”.
Sucedió anoche, desperté con un ruido y luego del ruido aparecieron las imágenes. Tortura,
militares, fascismo… Pero por sobre todo tortura, imágenes perturbadoras que logré dejar de ver
dos horas después. Los ojos se me cerraban de cansancio, pero, de la misma manera en que una
intoxicación no te deja dormir porque se te mueve la cama y tienes que levantarte a vomitar, así
mismo aparecía la escena una y otra vez cada vez que cerraba los ojos. Se mezclan en mí la realidad
y la ficción, las generaciones pasadas vivieron el terror en carne propia, pero algo sucedió que ahora
en mi mente la ficción de ese terror esta viva, se mueve y toma el control sobre mí. Es tanto el daño
que se hereda, quizás en los genes, no sé.
Así es como sucedió, y así es como sucede que la mente individual de cada uno, dándose las
condiciones propicias, nos juega malas pasadas y convierte el super poder en una enfermedad. Y es
así también como ocurre que no somos solo individuos aislados, como nos dijo Aristóteles,
participamos de un mundo social real con sucesos reales que determinan nuestras vidas concretas y
también nuestros pensamientos, nuestra visión. Entonces la enfermedad, o el super poder - según
como se le mire y en la ocasión que se le mire – es consecuencia no sólo de los vaivenes de nuestra
propia mente encerrada en si misma, es la realidad concreta la que nos da el material para soñar
despiertos. Concretamente hablando: Nuestra imágenes internas, nuestra ansiedad ante lo que
sucede o lo que puede suceder, el miedo y la desesperación están íntimamente ligados al mundo en
que vivimos, en conclusión: Resulta un alivio reconocer en nosotros el rol que juega la realidad, no
es necesariamente la mala medicación lo que no nos permite soñar despiertos sanamente y en paz.

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