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Español

Nuestra idea principal es relacionar un movimiento artístico que fue ligado a un proceso

global político subversivo ante las violencias coloniales de principio de siglo en adelante. La

relación del movimiento panafricanista caribeño, el black power movement, el movimiento de

“autenticidad” y “negritud” por los descendientes africanos en Europa y el movimiento de

liberación nacional que permitió los distintos procesos de descolonización africana. Aunque el

arte abarcó en todo su contenido mucho en estas luchas, acá nos centramos en la literatura. Para

ello, nuestra intención será poder abarcar -aunque superficialmente- tres temas literarios, los

cuales comparten las fuerzas intrínsecas de violencia colonial, patriarcal, clasista y racial.

En África el concepto de literatura está cargado por una herencia o influencia que abarca estas

tres raíces:

Los Valores Autóctonos: con el amplio espectro interseccional que abarcan culturas
milenarias que arrastran su bagaje propio, además del permeado por otras “convivencias” con los
que compartieron territorios, y muchas veces tan distintas entre sí en la historia africana, como
las que aportaron la antigua Kemet, Kush, Fatimi, Mande, Cartaginés, Ashante, Sokoto, etc. Que
dieron pie a las diversas cosmovisiones culturales y étnicas de la actual África. Además de los
valores nucleares, que a pesar de las distintas formas de agresión, hoy siguen latentes en muchos
aspectos de la cotidianidad cultural de muchos pueblos africanos y que han perdurado hasta este
instante; como el papel de la mujer en la trasmisión cultural e historia por los pueblos Amazigh y
Beduinos del norte, el papel del Djali (griot) como elemento de transmisión histórica y política
en el Sahel Occidental y Oriental, o el animismo y la particularidad poética de la religiosidad, el
hito del guerrero en la estructura social, o el harambel, como medio comunitario en muchas
regiones, principalmente Keniatas y Hausas, similar al sistema organizativo de “los Aures” del
Magreb como el “Aarch” Kabilio, y otros en el sur e índico.
El Islam: tras la ocupación arabista en el siglo VII. Aunque según fuentes del Corán, tras huir
Mahoma de oriente, es en el norte de África donde se desarrolla el islam como religión -como
ocurrió con el cristianismo (recuerda que el padre de la iglesia, San Agustín, o Agustin de
Hipona o Tagaste, era amasijo Tunecino), o el arrianismo, el adanismo, etc.-, el colonialismo
arabista como tal, es decir, la incursión cultural a través del movimiento político-religioso
imperialista omeya en Ifriquiya, por ejemplo -fueron varios-, a la resistencia Amazigh o la
protagonizada en el Sudán (del árabe Bilad as-Sudán “país de los negros”) no fue hasta el siglo
VIII, y desde esta se transmitieron los primeros aportes escritos en la literatura y la gran
influencia poética oriental tanto en lo estético como en el imaginario.
La Cultura Occidental desde la modernidad -tras las primeras incursiones comerciales, la
esclavitud, el colonialismo y la actual postcolonialidad neoliberal-, aunque en el Norte de África
es innegable el contacto siempre presente a través del comercio mediterráneo y del Sinaí, no es
hasta la modernidad donde arremete con fuerza en la totalidad de África y tras el colonialismo
cultural, político y religioso en el siglo XVIII de la mano estadounidense a través del estado
colonial de Liberia, hasta el repartimiento total de África a Europa en el siglo XIX. Las lenguas
coloniales transforman el imaginario, el relato y los medios de difusión, pero en el resurgir de los
procesos de liberación nacional ser.
Personajes

NELSON MANDELA
(Nelson Rolihlahla Mandela; Mvezo, Transkei, 1918 - Johannesburgo, 2013) Activista y político
sudafricano que lideró los movimientos contra el apartheid y que, tras una larga lucha y 27 años
de cárcel, presidió en 1994 el primer gobierno que ponía fin al régimen racista. El siglo XX dejó
dos guerras mundiales, los campos de exterminio y el terror atómico, pero también grandes
campeones de la lucha contra la injusticia, como Mahatma Gandhi o Martin Luther King. El
último y más carismático de ellos fue Nelson Mandela.

Como la de cualquier niño africano en las zonas rurales, la infancia de Nelson Mandela
transcurrió entre juegos y en estrecho contacto con las tradiciones de su pueblo. Hijo del jefe de
una tribu, se le puso de nombre Rolihlahla, que significa revoltoso, pero a los siete años, con el
fin de que pudiera asistir a la escuela metodista, fue bautizado con el nombre de Nelson en la
iglesia de Transkei; ya famoso, sus compatriotas lo llamarían Madiba, por el nombre de su clan.

Dos años después, a causa del fallecimiento de su padre, el pequeño Nelson quedó al cuidado
de un primo suyo, el gran jefe Jongintaba; con él que se aficionó a escuchar a los jefes tribales y
tomó conciencia del sentido de la justicia. Cumplidos los dieciséis años, pasó a formar parte del
consejo tribal; tres años después, en 1937, ingresó en el internado para negros de Ford Hare para
cursar estudios superiores.

Pero cuando en 1941 supo que el jefe Jongintaba había concertado para él un matrimonio,
Mandela resolvió abandonar su aldea y partió a Johannesburgo. Pobremente establecido en el
superpoblado suburbio de Alexandra, al poco de llegar conoció a Walter Sisulu, con quien trabó
una amistad que sería determinante en todos los ámbitos: influyó en sus ideas políticas, le ayudó
a conseguir trabajo y a finalizar sus estudios de derecho y le presentó a su prima Evelyn Mase,
con la que contraería matrimonio en 1944.
Mandela en la cárcel, poco antes de su liberación:
En 1962 viajó por diversos países africanos recaudando fondos, recibiendo instrucción militar y
haciendo propaganda de la causa sudafricana; a su regreso, Mandela fue detenido y condenado a
cinco años de cárcel. Mientras aún estaba en prisión, fue uno de los ocho dirigentes de la Lanza
de la Nación declarados culpables de sabotaje, traición y conspiración violenta para derrocar al
gobierno en el juicio de Rivonia (1963-1964), a cuyo término dirigió a los jueces un célebre
alegato final, lleno de firmeza y dramatismo, que no impidió que fuese condenado a cadena
perpetua. Pese a hallarse en cautiverio, ese mismo año fue nombrado presidente del Congreso
Nacional Africano.

De la cárcel a la presidencia: Prisionero durante 27 años (1963-1990) en penosas


condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en
libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y
fuera del país, en una figura legendaria que representaba el sufrimiento y la falta de libertad de
todos los negros sudafricanos.

En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad si
aceptaba establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción
de independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento. Durante aquellos años su esposa Winnie
simbolizó la continuidad de la lucha, alcanzando importantes posiciones en el Congreso
Nacional Africano. El ferviente activismo de Winnie no estuvo exento de escándalos; años
después, ya en los 90, se vería envuelta en un polémico juicio en el que fue acusada de asesinato,
si bien salió absuelta.

Finalmente, Frederik De Klerk, presidente de la


República por el Partido Nacional, hubo de ceder
ante la evidencia y abrir el camino para desmontar la
segregación racial. En febrero de 1990 legalizó el
Congreso Nacional Africano y liberó a Mandela, que
se convirtió en su principal interlocutor para negociar
el desmantelamiento del apartheid y la transición a
una democracia multirracial; pese a la complejidad
del proceso, ambos supieron culminar exitosamente
las negociaciones. Mandela y De Klerk compartieron
el Premio Nobel de la Paz en 1993.
Albert Camus

(Mondovi, Argelia, 1913 - Villeblerin, Francia, 1960) Novelista, dramaturgo y ensayista


francés. Nacido en el seno de una modesta familia de emigrantes franceses, su infancia y gran
parte de su juventud transcurrieron en Argelia. Inteligente y disciplinado, empezó estudios de
filosofía en la Universidad de Argel, que no pudo concluir debido a que enfermó de tuberculosis.

Formó entonces una compañía de teatro de aficionados que representaba obras clásicas ante
un auditorio integrado por trabajadores. Luego ejerció como periodista durante un corto período
de tiempo en un diario de la capital argelina, mientras viajaba intensamente por Europa. En 1939
publicó Bodas, conjunto de artículos que incluyen numerosas reflexiones inspiradas en sus
lecturas y viajes. En 1940 marchó a París, donde pronto encontró trabajo como redactor en Paris-
Soir.

Albert Camus empezó a ser conocido en 1942, cuando se publicaron su novela corta El
extranjero, ambientada en Argelia, y el ensayo El mito de Sísifo, obras que se complementan y
que reflejan la influencia que sobre él tuvo el existencialismo. Tal influjo se materializa en una
visión del destino humano como absurdo, y su mejor exponente quizá sea el «extranjero» de su
novela, incapaz de participar en las pasiones de los hombres y que vive incluso su propia
desgracia desde una indiferencia absoluta, la misma, según Camus, que marca la naturaleza y el
mundo.

Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial se implicó en los acontecimientos del
momento: militó en la Resistencia y fue uno de los fundadores del periódico clandestino Combat,
y de 1945 a 1947, su director y editorialista. Sus primeras obras de teatro, El
malentendido y Calígula, prolongan esta línea de pensamiento que tanto debe al existencialismo,
mientras los problemas que había planteado la guerra le inspiraron Cartas a un amigo alemán.

Su novela La peste (1947) supone un cierto cambio en su pensamiento: la idea de la


solidaridad y la capacidad de resistencia humana frente a la tragedia de vivir se impone a la
noción del absurdo. La peste es a la vez una obra realista y alegórica, una reconstrucción mítica
de los sentimientos del hombre europeo de la posguerra, de sus terrores más agobiantes. El autor
precisó su nueva perspectiva en otros escritos, como el ensayo El hombre en rebeldía (1951) y en
relatos breves como La caída y El exilio y el reino, obras en que orientó su moral de la rebeldía
hacia un ideal que salvara los más altos valores morales y espirituales, cuya necesidad le parece
tanto más evidente cuanto mayor es su convicción del absurdo del mundo.

Si la concepción del mundo lo emparenta con el existencialismo de Jean-Paul Sartre y su


definición del hombre como «pasión inútil», las relaciones entre ambos estuvieron marcadas por
una agria polémica. Mientras Sartre lo acusaba de independencia de criterio, de esterilidad y de
ineficacia, Camus tachaba de inmoral la vinculación política de aquél con el comunismo. De
gran interés es también su serie de crónicas periodísticas Actuelles. Tradujo al francés La
devoción de la cruz, de Calderón de la Barca, y El caballero de Olmedo, de Lope de Vega. En
1963 se publicaron, con el título de Cuadernos, sus notas de diario escritas entre 1935 y 1942.
Galardonado en 1957 con el Premio Nobel de Literatura, falleció en un accidente de automóvil.

C
hinu
a
Achebe: (Ogidi, 1930) Novelista y ensayista nigeriano en lengua inglesa, de etnia y cultura ibo,
Chinua Achebe se inscribe en la primera generación de intelectuales africanos educados en su
patria. Su obra describe la irrupción de las costumbres y los valores occidentales en la cultura
tradicional africana, así como los conflictos de la sociedad poscolonial.

Su padre, perteneciente a la etnia Ibo, era profesor en una escuela misionera, y aunque trató
de inculcarle algunos de los valores de la cultura a la que pertenecía, también era un devoto
protestante, y en consecuencia lo bautizó con un nombre cristiano. Sin embargo, durante sus
años en la Universidad, Achebe renunció a su nombre inglés y adoptó el nombre indígena por el
que desde entonces se le conoce. Del mismo modo, su obra no se redujo a la simple imitación de
la literatura europea, sino que avanzó hacia la creación de nuevas formas literarias a partir de la
propia lengua inglesa. El resultado fue un inglés entreverado de habla africana, así como una
mezcla de lo real y lo mágico.

En la Universidad de Ibadán estudió primero Medicina y después Literatura, y más tarde pasó
a trabajar en la radio nigeriana, en la que hizo carrera. Con W. Soyinka, J. P. Clark, A. Tutuola,
E. Mphahlele y otros coetáneos fundó el célebre "Mbari Club", que llegó a ser un lugar de
animado debate cultural y del que nacería la editorial homónima. Fundó y dirigió la colección
"African Writers" del editor londinense Heinemann, que acogió las mayores obras literarias
africanas en lengua inglesa, y también dirigió la revista Okike.

Durante la guerra civil de Biafra se alineó al lado de su pueblo, es decir, a favor de Biafra;
salió destrozado de aquella terrible experiencia y, desde entonces, no volvió a escribir
prácticamente nada. Pasó varios períodos, algunos de ellos prolongados, en el extranjero, en la
Universidad de Massachusetts y en la de Connecticut. Enseñó literatura en la Universidad de
Ibadán y en la de Nsukka.

Achebe es no sólo uno de los fundadores del renacimiento literario nigeriano (que tuvo lugar a
partir de la década de 1950), sino uno de los mejores escritores en lengua inglesa y el más
conocido y más leído de los novelistas anglófonos africanos. Narrador de fuerte vena inventiva,
creador de un estilo sabiamente articulado sobre los idiomas, los proverbios y los ritmos de la
tradición oral ibo, examinó el pasado de su pueblo y lo representó encarnándolo en un clan y en
su historia, que se desarrolla en el vasto abanico de una trilogía épico-satírica.

En 1958 apareció el primer volumen de la trilogía, Todo se derrumba (Things Fall Apart),
que comienza en una época en la que los blancos aún no habían llegado al interior del país. La
novela se estructura en torno a la tragedia personal del héroe, el guerrero Okonkwo, quien,
debido a una serie de desgraciadas coincidencias y errores fatales, destruye su propia existencia y
acaba suicidándose.

Paralela a las vicisitudes de Okonkwo y entrelazada con ellas transcurre la historia del
poblado de Umuofia, con sus conflictos y sus problemas, sus ritos y sus celebraciones, sus
guerras y sus fiestas, y, finalmente, su enfrentamiento con el hombre blanco: misionero, soldado
o administrador. Okonkwo se derrumba, pero también se hunde Umuofia.

El segundo volumen en orden de lectura es Arrow of God (1964), aunque se publicó el


tercero. Aquí el hombre blanco ya se ha establecido en la región, en donde está organizando un
gobierno paralelo; la puesta en marcha de esta estrategia política coincide con la crisis personal
del sumo sacerdote Ezeulu con el poblado, y el resultado de todo ello es desastroso: ingleses y
africanos no se entienden, en el poblado se agravan trágicamente las venganzas personales y
Ezeulu se vuelve loco.
En la tercera y última parte de la trilogía, Ya no más paz (No Longer at Ease, 1960), el
protagonista, Obi, nieto del anciano Okonkwo, vive en la Lagos moderna, no sabe resistir a las
presiones y a la corrupción, y se arruina. El círculo se ha cerrado. Todas las fases de la historia
nigeriana se muestran según su modo de ser, con su fragilidad y sus debilidades, pero también
con sus características culturales. Con esta trilogía, Achebe devolvía un pasado a la memoria de
su pueblo, celebrando un rito pero también desplegando aquella acción didáctica que, a su juicio,
forma parte del deber del escritor.
A sus tres primeras novelas, Achebe añadió una cuarta, A Man of the People (1966), sátira
amarga de la Nigeria contemporánea, de la corrupción de sus gobernantes y de la incapacidad de
sus ciudadanos. Entre sus obras se encuentra un volumen de poesías, Soul Brother, (1971), la
colección de relatos Girls at War (1972) y una serie de ensayos bajo el título Morning Yet on
Creation Day (1975).
Su influencia sobre varias generaciones de lectores africanos ha sido enorme, pues les ha dado
el primer gran clásico de su tradición autóctona: una obra que apareció en el momento crucial del
nacimiento de los nuevos estados africanos y de la recuperación de sus tradiciones propias, en un
momento de fuerte crecimiento político y de extraordinaria intensidad cultural. Cabe citar
también Hormigueros en la sabana, de 1987.
Chimamanda Ngozi Adichie (Abba, Enugu, 15 de septiembre de 1977) es
una escritora, novelista y dramaturga feminista nigeriana. Nació en la aldea de Abba, quinta hija
del matrimonio de etnia igbo formado por Grace Ifeoma y James Nwoye Adichie. Pasó su
infancia en la ciudad de Nsukka, sede de la Universidad de Nigeria, en una casa que
anteriormente había habitado el célebre escritor Chinua Achebe. Su madre fue la primera
secretaria de admisiones de la Universidad de Nigeria donde su padre era profesor de estadística.
A los 19 años se trasladó a Estados Unidos con una beca de dos años para estudiar comunicación
y ciencias políticas en la Universidad Drexel, Filadelfia.
Posteriormente continuó sus estudios en la Universidad Estatal del Este de Connecticut, en la
que se graduó en 2001. Ha realizado asimismo estudios de escritura creativa en la Johns
Hopkins, Baltimore, y un máster de estudios africanos en Yale.

Trayectoria literaria: Los temas que trata Adichie en su obra van desde el feminismo a
la inmigración y del sexismo a la problemática racial. Su obra Todos deberíamos ser
feministas (We Should All Be Feminist) ha vendido más de medio millón de ejemplares. En
2003, mientras se encontraba estudiando en Connecticut, publicó su primera novela, La flor
púrpura (Purple Hibiscus), que fue muy bien recibida por la crítica y por la que recibió
el Commonwealth Writer's Prize for Best First Book en 2005.
La acción de su segunda novela, Medio sol amarillo (Half of a Yellow Sun, 2006), así titulada
en referencia al diseño de la bandera de la efímera nación de Biafra, se desarrolla durante
la guerra civil nigeriana. La obra, alabada, entre otros, por Achebe, obtuvo el Orange Prize for
Fiction en 2007.
En 2009 publicó una colección de relatos breves, titulada The Thing Around Your Neck.
Cuatro años más tarde lanzaba Americanah, que mereció el Premio del Círculo de Críticos
Nacional del Libro. Todos deberíamos ser feministas (We Should All Be Feminist) es su primer
ensayo. Su best-seller, Americanah (2013) será adaptado en miniserie coproducida por las
actrices Lupita Nyong'o y Danai Gurira. Actualmente vive en Nigeria, donde imparte talleres de
escritura creativa, y en los Estados Unidos.
Mariama Bâ: (Dakar, 17 de abril de 1929- 17 de agosto de 1981) fue una novelista,
profesora y feminista senegalesa. En su obra criticó especialmente las desigualdades entre
hombres y mujeres a causa de las tradiciones africanas. Nació en Dakar, Senegal en 1929 en una
familia rica. Su padre era un funcionario público. Después de la muerte prematura de su madre,
fue criada por sus abuelos en un ambiente tradicional musulmán. Esto hizo que desde muy
temprana edad se mostrara crítica con un sistema que la discriminaba por el simple hecho de
haber nacido mujer y le negaba una educación por la que tuvo que luchar, ya que sus propios
abuelos no creían que una mujer debiese recibir educación. Su padre, Amadou Bâ, fue Ministro
de Salud en el primer gobierno senegalés en 1957.
Estudió en una escuela francesa donde fue notable por sus resultados. Después de completar la
escuela primaria a los 14 años, estudió en la École normale de Rufisque en 1943 donde obtuvo el
título de enseñanza primaria en 1947. Ella enseñó durante doce años y luego pidió el cambio a la
Inspección Regional de Educación para la Salud.
De su primer matrimonio con Bassirou Ndiaye tiene tres hijas, y del segundo matrimonio con
Ablaye Ndiaye una hija; obtiene el divorcio de su tercer marido, el diputado y ministro Obèye
Diop, con quien tuvo cinco hijos. Como resultado de su experiencia matrimonial, Mariama Bâ se
comprometió con muchas asociaciones de mujeres en defensa de la educación y los derechos de
las mujeres. Con este fin, pronunció discursos y publicó artículos en la prensa local.
En 1979 publicó su primera novela en Nuevas ediciones africanas “Une si longue letrre” que
trata de las confidencias de una viuda senegalesa, Ramatoulaye, a su mejor amiga, Aïssatou,
divorciada, que ha dejado su país. Este libro muestra la ambición feminista africana emergiendo
frente a las tradiciones sociales y religiosas. Tan pronto como se publicó, la novela fue un gran
éxito de crítica y público; ganó el Premio Norma en la Feria del Libro de Frankfurt en 1980.
Además promovió los derechos de las mujeres, especialmente de las mujeres casadas. Hizo
discursos y escribió artículos sobre la vida de las mujeres, especialmente aquellas cuyas vidas
estaban en situación de desigualdad. Ella murió poco después de un cáncer, antes del
lanzamiento de su segunda novela, Una Canción Escarlata, que narra el fracaso de un
matrimonio mixto entre un senegalés y una francesa, debido al egoísmo del marido y diferencias
culturales.
Economía y Política

Desde un punto de vista económico, puede decirse que África es un continente aislado del resto
del mundo. Aunque existen excepciones notables, como la República Sudafricana, o la mayor
parte de los países del Magreb, prácticamente toda África se encuentra sumida en una grave
situación de atraso y subdesarrollo.

Un Continente Subdesarrollado.
Los países africanos, especialmente en la región subsahariana, carecen de infraestructuras de
transportes, de medios técnicos de producción, de industria y de sistemas financieros. Todo ello,
unido a la conflictividad derivada de la pobreza y de los enfrentamientos interétnicos, que a
menudo degeneran en guerras, da lugar a una situación perenne de miseria que afecta a una
buena parte de la población del continente.
Por sectores, el primario es el dominante, pero la producción se centra en los cultivos
de subsistencia y en los grandes monocultivos tropicales, principalmente cacao y café,
explotados con sistemas anticuados y de bajo rendimiento.
El secundario casi no existe, y el terciario comienza a desarrollar, en algunos Estados,
una incipiente infraestructura turística.

Recursos Naturales
La pobreza de África contrasta con la abundancia potencial de sus recursos. Definidos por
sectores, podemos destacar los siguientes:
 Alimentación: África cuenta con tierras fértiles, praderas propicias para la ganadería,
bosques y grandes bancos de pesca. La mayor parte de estos recursos están sobrexplotados o
concedidos a empresas extranjeras.
 Minería: en todo el continente abundan los yacimientos de minerales preciosos, diamantes,
metales y otros recursos similares. Sin embargo, salvo en la República Sudafricana, la
explotación mineral adolece de problemas similares a los de la agricultura.
 Energía: los países árabes, así como Nigeria y otros Estados del África negra, explotan sus
yacimientos de petróleo y gas natural. Los recursos hidráulicos, también muy importantes,
encuentran, no obstante, menor grado de utilización.
 Otros recursos: los paisajes, el exotismo, el legado cultural y natural constituyen recursos
importantes para el sector turístico. Algunos países, como Marruecos, Egipto o Kenia han
desarrollado una destacada industria de este tipo, pero en la mayor parte del continente
continúa sin explotarse.

Conflictos Interétnicos en África.


Las guerras civiles en África son comentario habitual en todos los medios de información. El
origen de estos enfrentamientos radica, en buena parte, en la división fronteriza del territorio
africano, heredada del reparto colonial del continente en el siglo XIX.
Las potencias europeas, al dividirse las zonas de influencia, no tuvieron en cuenta criterios
humanos o raciales: se limitaron a asegurarse la mayor y mejor cantidad posible de tierras y
recursos. El resultado de todo ello ha sido la creación de estados artificiales en los que conviven
etnias tradicionalmente enfrentadas, o en los que una determinada tribu queda dividida entre dos
o más países y lucha por reunificar sus territorios ancestrales.

Dependencia de las Antiguas Metrópolis.


A mediados del siglo XIX las potencias europeas (principalmente Francia y el Reino Unido), se
repartieron el territorio africano. Un siglo más tarde, toda África reclamó y obtuvo
paulatinamente su independencia.
Sin embargo, la emancipación ha sido, en muchos casos, puramente nominal. Varios países
europeos mantienen una nueva forma de control económico en sus antiguos dominios, y en
algunos casos incluso intervienen militarmente en situaciones de grave conflictividad interna.
La pobreza y la falta de estabilidad hacen que los gobernantes de numerosos Estados africanos
busquen apoyo exterior para sus políticas a cambio de importantes concesiones agrícolas,
pesqueras o mineras a empresas procedentes de Europa y Estados Unidos. Estas potencias, a su
vez, favorecen el establecimiento de Gobiernos-títere que beneficien a sus intereses.
El resultado es una creciente dependencia exterior, a menudo agravado por la deuda, y un
estancamiento económico que tiende a hacer perennes los conflictos y la pobreza.

Legado del Colonialismo Europeo.


La ocupación europea es, en gran medida, responsable de los problemas actuales de África. La
actuación de los países europeos en África puede calificarse de auténtica rapiña, y no dejó tras
de sí ningún tipo de infraestructura, bien de equipo o conocimiento que hubiera podido servir
para un eventual desarrollo después de la descolonización.
De hecho, muchos países africanos sufren todavía las consecuencias devastadoras de las guerras
de independencia, ya que algunos países, como Portugal o Francia, no aceptaron de buen grado
la pérdida de sus antiguos imperios.

El legado de Europa en África no puede ser más negativo:


 Aculturamiento.
 Analfabetismo.
 Conflictividad social.
 Problemas raciales.
 Saqueo de los recursos naturales.
 Neocolonialismo económico que dificulta el
desarrollo.
La inserción de África en la economía mundial.
Para ubicar la posición de África en la economía mundial, debemos remitirnos al momento
histórico de formación del Sistema Capitalista Mundial (SCM). Es en ese momento cuando se
configura una determinada estructura de relaciones, la economía política de las cuales en buena
medida pervive hasta hoy (Ben Hammouda, 1999 y 2005).
Economía política de la extraversión africana.
La posición periférica de África en el SCM tiene como consecuencia fundamental que el
proceso de desarrollo inducido por dicha posición está orientado hacia el exterior. Por lo tanto
podemos hablar de la existencia de un modelo de desarrollo extravertido. Dicho modelo se
caracteriza por la especialización en uno o muy pocos productos, y la orientación exportadora de
su sector productivo “moderno”. Como reflejo de la especialización y la extraversión, se observa
el fenómeno de la desarticulación sectorial interna, que podemos definir como la escasa o nula
actividad en numerosos sectores productivos. En Martínez y Vidal (1995: 313), se distinguen tres
tipos de desarticulaciones:
a. Entre el sector productor de bienes de capital, y el sector productor de bienes de consumo,
generalmente con nula actividad en la primera.
b. Entre agricultura e industria, ya que la agricultura no cumple su papel de mercado de insumos
industriales y oferente de fuerza de trabajo.
c. Dentro de la industria, entre sectores proveedores de materias primas, bienes intermedios, y
sectores de producción final.
Los fuertes vínculos que se establecen a nivel estructural entre África y las metrópolis
centrales van más allá de lo puramente económico. La relación de dependencia que comporta el
modelo de desarrollo extravertido también se traduce en la extraversión de las estructuras
políticas africanas y sus instituciones: “para los estados africanos, sus relaciones exteriores –
especialmente con el mundo desarrollado- son centrales” (Peñas, 2000: 57) Efectivamente, los
estados africanos miran hacia el Norte, porque de allí procede su legitimidad política y su
viabilidad financiera.
Química.

Metalurgia del Hierro en África: Inicia en el África subsahariana abarca tanto los estudios
de la tecnología y la arqueología de la producción autóctona de hierro, como la comprensión del
papel que jugó la producción de hierro en las sociedades africanas antes de la colonización
europea.
La cultura Nok de Nigeria practicó la fundición de hierro desde el año 1000 a. C. El cercano
yacimiento de Djenné-Djenno del Valle de Níger entre Malí y Nigeria muestra evidencia de
producción de hierro de alrededor del 250 a. C. La tecnología se extendió por la expansión
bantú en África oriental y meridional durante los años 500 a. C- a 400 d. C- como se muestra en
la cultura Urewe.

África subsahariana: Los términos África negra y África subsahariana hacen referencia a
aquellos países del continente africano que no limitan con el mar Mediterráneo. También se
conoce como determinada zona geográfica ubicada al sur del desierto del Sahara. Sin embargo,
no se hace referencia a las divisiones políticas; el término refiere a aquellas partes del continente
africano habitadas mayoritariamente por personas de piel oscura, que comprenden
aproximadamente el 85 por ciento de su superficie total. Otra clasificación señala el Cáncer
como límite norte aproximado de África negra. Desde el punto de vista biogeográfico, se le
denomina región Afrotropical.
El hierro no era el único metal que se usaba en África; cobre y latón fueron también muy
utilizados. Sin embargo, la expansión constante del hierro significó que debió haber tenido
propiedades más favorables para muchos usos diferentes. Su durabilidad sobre el cobre significó
que se utilizó para fabricar muchas herramientas, desde piezas de cultivo hasta armamento. El
hierro se usó para adorno personal en joyería, impresionantes piezas de arte e incluso
instrumentos. Fue utilizado para monedas de diferentes formas. Por ejemplo, el penique
Kissi una forma tradicional de moneda de hierro utilizada para comerciar en África
Occidental. Son varillas de hierro retorcidas que van desde <30 cm hasta> 2 m de longitud,
debido a su escaso valor eran agrupados en paquetes, por lo general de 20 varillas. Las
sugerencias para sus usos varían desde las excrex transacciones maritales, o religiosa por su uso
en los entierros a grado tal que cuando uno de estos se rompía era considerado sin valor hasta
que un «zoe» (brujo) lo reparaba en una ceremonia especial, por lo que se le dio el apodo de
«dinero con un alma». Hay muchas formas diferentes de monedas de hierro, a menudo, según las
regiones, diferentes en forma y valor. El hierro no reemplazó a otros materiales, como la
piedra y herramientas de madera, pero la cantidad de producción y la variedad de usos
encontrados, en comparación, fueron significativamente más altos.

Descubrimientos Científicos: La navegación a vela y la rueda que revolucionaron las


comunicaciones son de origen africano. La ciencia natural es el producto de las necesidades
humanas. La necesidad de—a través de la observación—determinar cuáles plantas y animales
son comestibles, el reconocimiento de la armonía de los procesos naturales y de la ley de
analogía, que son parte de cualquier magia, marcan los principios de la ciencia.

Salud: Si hay un ámbito del conocimiento donde esta actitud se manifiesta de forma
palmaria, sin duda es en el de la medicina. Nuestra cultura científica, forjada sobre la prosperidad
que dio a Europa la explotación colonial de África y América, aporta indiscutiblemente recursos
valiosísimos que pueden y deben utilizarse en la lucha del ser humano contra la enfermedad.
Pero ni son los únicos recursos disponibles ni sólo son aceptables aquellos que se adaptan a
nuestros criterios. En África, aunque ocultos mayoritariamente tras las secuelas del
colonialismo, existen conocimientos médicos atesorados a lo largo de una historia mucho
más larga que la europea y que pueden contribuir no sólo y en primer lugar al bienestar de los
africanos sino también al de toda la humanidad.

El concepto de medicina tradicional y sus relaciones con la medicina científica. Aquellos


conocimientos y prácticas útiles para preservar y mejorar la salud, que nacen de la cultura propia
de una determinada sociedad pueden considerarse medicina tradicional. El conocimiento
empírico de las propiedades curativas de las plantas, constituye en África la base de la
terapéutica tradicional. Como la constituye también, en buena medida, de nuestra denominada
medicina occidental o científica.

Nadie escribió su nombre pero fue una mujer “hierbera” quien a finales del siglo XVIII
reveló a la medicina científica la utilidad de la digital para combatir la hidropesía; hoy, los
principios activos de esta planta (Digitalis sp.) constituyen la base de los medicamentos
“científicos” más usados para combatir la hidropesía y la insuficiencia cardíaca que la provoca.
También la cultura popular africana ha nutrido nuestra farmacopea: algunos de los
antihipertensivos más usados surgieron de extractos de khella (Amni visnaga), planta usada
tradicionalmente en el norte de África; de la vinca de Madagascar (Catharanthus roseus)
obtenemos potentes antitumorales; del ciruelo africano (Pygeum africanum) elaboramos los
principales medicamentos para combatir la hiperplasia benigna de próstata basándonos en el uso
tradicional por parte de algunas etnias del centro y sur de África para tratar esta dolencia. Son
muchos los ejemplos que, como los citados, evidencian que también África y su cultura pueden
aportar a “nuestra medicina” conocimientos substanciales.
Tecnología.

El desarrollo y la revolución tecnológica en África: Buena parte del África está


progresando aceleradamente y su crecimiento económico se debe en gran medida a la aplicación
de tecnologías (de telecomunicaciones por ejemplo) y al crecimiento de la inversión. Según las
proyecciones del Banco Mundial para el crecimiento mundial, de las 20 economías de más
rápido crecimiento en el mundo actualmente, 11 se encuentran en África. Impulsados por la
proliferación del libre mercado, creciente industrialización y a la mejora en infraestructuras.
Aunque el crecimiento de África está lejos de ser homogéneo, muchos coinciden en que las
perspectivas para el futuro de este continente dependen en gran medida de la inversión en
tecnología.
Los próximos años serán clave para consolidar el desarrollo de las economías y empresas
africanas. Los factores más importantes serán la reducción en los costos de internet de alta
velocidad (la banda ancha consume alrededor de 30% de los ingresos de un hogar), el aumento
del uso de Smartphone en todo el continente y las innovaciones en la tecnología.
En África, más que en ninguna otra parte del mundo, la tecnología está mejorando la vida de
las personas, especialmente mediante los servicios y las aplicaciones móviles. Con
infraestructuras de telefonía de línea fija mínimas (casi imposibles por sus costos de inversión),
el continente le ha dado la bienvenida a la oportunidad de saltar de ‘cero comunicaciones’ a ser
un líder mundial en el desarrollo y la prestación de servicios móviles.
Un obstáculo que se enfrenta a la innovación tecnológica en África es la falta de electricidad,
que es tal vez la tecnología que marca la diferencia entre la Edad Media y el mundo
moderno. Por esta razón, en Lampadia hemos venido comentando la necesidad de que se dieran
mayores inversiones en la captura del CO2 de la atmósfera, pues el Áfrico estaba limitado al uso
de carbón para producir electricidad.
Los emprendedores de África no sólo aspiran a mejorar la vida de los ciudadanos de
este continente, sino también intentan exportar su tecnología. Tal es el caso de la innovadora
idea Ushaidi -significa “testimonio” en swahilí-, el cual es una plataforma tecnológica
desarrollada conjuntamente en Kenia, Ghana, Suráfrica, Malawi, Holanda, y Estados Unidos.
Este proyecto de software permite que cualquier ciudadano pueda distribuir datos mediante el
teléfono celular a través de SMS, correo electrónico o la web, y visualizarlos en un mapa o
cronograma.
Este proyecto se generó en el año 2008 tras la violencia generada después de las elecciones en
Kenia contando en ese momento con 45 000 usuarios. Se ha comprobado que este instrumento
tiene una relevante efectividad en situaciones de crisis, por lo que ha sido usado en los
terremotos de Haití y Chile, tan sólo un par de horas después de ocurrido el fenómeno sísmico.
Esta eficiente plataforma también ha sido utilizada para monitorear las elecciones de 2009 en
India, el seguimiento de la fauna en Kenia, así como para vigilar los crímenes en el metro de la
ciudad norteamericana de Atlanta, en Estados Unidos.
Hay pues una búsqueda incesante por insertar a la población africana en la vida económica a
través de las nuevas tecnologías.
Lo anterior demuestra como los negocios inclusivos, en este caso el desarrollo de tecnología
de punta, pueden mejorar los niveles de vida de la población en un entorno económico y
socialmente desfavorable. Este es un llamado a empresas líderes para que exploren
posibilidades de negocios innovadores en la base de la pirámide económica, en este enorme
segmento de la humanidad que representa 4 mil millones de habitantes, y que enfrenta
considerables necesidades no satisfechas pero que reclaman nuevos productos y servicios.
Educación Física.

Deportes:

Capoeira: A pesar de ser conocida internacionalmente gracias a las enseñanzas de los


maestros capoeiristas de Bahía (Brasil), incluimos la capoeira entre los deportes africanos más
por sus orígenes africanos que por su práctica en África, de donde parece que llega a América en
el siglo XVI.

La Capoeira Angola es considerada como uno de las manifestaciones del África Bantu en
Brasil. Algunos consideran que tiene su origen en el N'golo, rito iniciático de paso a la vida
adulta, en el que los jóvenes participantes demuestran sus habilidades para la lucha, recibiendo
como premio, aquel que más destaque en las mismas, el poder escoger esposa sin el pago de la
dote matrimonial.

Prohibida por los portugueses, por el peligro potencial que para ellos suponía, fue
transmitiéndose clandestinamente entre los esclavos, dando a los movimientos esenciales una
apariencia más de danza o juego que de lucha.

Capoeirista trata de componer con sus movimientos y los de su adversario, una unidad
estética, artística. Utilizando movimientos de ataque y defensa, intentando no golpear ni ser
golpeado, y siguiendo siempre el ritmo marcado por los cantos que le acompañan, obtienen
una expresión coreográfica equidistante entre el ballet y la lucha cuerpo a cuerpo.

En sus movimientos, que a veces parecen tomados de los animales salvajes, cuentan con
una gran libertad de recursos. Cada uno, tratará de demostrar su superioridad, confundiendo
a su oponente, con nuevos y sorpresivos peligrosos movimientos de ataque.
La sagacidad, la confianza en sí mismo, la lealtad, humildad y elegancia son algunos de los
factores que califican al buen Capoeirista, a quien se le exige un dominio de la cultura capoerista,
de sus tradiciones, de los cantos e instrumentos musicales que le acompañan.

Los capoeristas, colocados en círculo, deben armonizar el clima del juego de acuerdo con los
diferentes ritmos que interpreta la orquesta y con el sentimiento expresado por los versos que se
van cantando. La música es un elemento esencial en la capoeira. A través de ella el capoerista
expresa sus movimientos y sentimientos, integrando el cuerpo y la mente en el momento del
juego. Para marcar este ritmo se utilizan varios instrumentos presididos por el Berimbau y a
quien acompañan los demás.

Laamb: Es la lucha libre tradicional más popular en varios países del oeste africano (Senegal,
Benín, Nigeria, Costa de Marfil, Togo, Ghana, Burkina, Mali), A pesar de la popularidad del
fútbol, baloncesto y otros deportes importados, la lucha libre tradicional sigue siendo, en algunos
de estos países, el acontecimiento deportivo nacional más importante y moviendo mucho dinero
en torno a ella. Los campeones se convierten en personajes muy populares y se crean numerosas
canciones en su honor.

Hay dos formas de Laamb: en la primera se permite a los luchadores golpearse con sus manos
desnudas, golpes que pueden llegar a ser dolorosos; en la segunda, la lucha es más acrobática y
no se permiten los golpes. Vence el luchador que consigue tumbar de espaldas a su contrincante.

El Laamb es tanto una actividad física como espiritual. Los luchadores, antes del comienzo
del combate, llevan a cabo determinados rituales preparatorios, en público y en privado. Cada
luchador, independientemente de su fuerza y habilidad, se hace acompañar por un "marabout" o
director espiritual.

Durante la ceremonia, el luchador, acompañado por tambores y cantantes que, a veces,


danzan a su alrededor, dan varias vueltas a la plaza donde se celebrará el combate. Todos ellos
llevan en brazos y piernas varios tipos de amuletos que les protegerán contra los malos espíritus
y contra la brujería de otros luchadores. Esta parte previa al combate es celebrada por el público
con tanto interés como la lucha misma.
Lucha Nuba: En la provincia sudanesa de Kordofán, los Nuba practican diversos tipos de
lucha con ciertos ribetes religiosos (los combatientes se cubren de ceniza, símbolo de lo sagrado
para los nuba. El vencedor recibe una pequeña rama de acacia, que quema y guarda sus cenizas
en un cuerno). Los campeones de estos deportes se convierten en ídolos populares que dan
prestigio a la aldea a la que pertenecen. La habilidad y la fuerza, así como los triunfos en
combates dan la medida de la virilidad de los jóvenes. El cese de los trabajos agrícolas durante la
estación seca hace que sea durante este tiempo cuando más campeonatos se celebren.

Según la zona, predominan unos tipos de lucha u otros. Los más populares son los de lucha
libre, pero también subsisten otros más minoritarios como los que se hacen con garrotes, con
lanzas y escudos o el más peligroso de todos, que es la llamada "lucha de brazaletes", en el que
los luchadores van armados con un brazalete de latón abrochado al brazo derecho y con el que
intentarán derribar a su contrincante, golpeándole en la cabeza.

Lucha Surma: Después de la cosecha, los jóvenes Surma se juntan para una serie de luchas
con bastones, muy violentas, llamados Donga. Se lucha para demostrar la masculinidad, por
venganzas personales y para ganar a la esposa. Los 50 o más hombres que participan en cada
torneo representan pueblos diferentes. Los participantes, luchan de dos en dos y van quedando
eliminados hasta que quedan solamente dos luchadores, de los que saldrá el vencedor del torneo.
Fútbol.

La Confederación Africana de Fútbol (en francés, Confédération Africaine de Football,


en árabe, ‫ )اإلتحاد األفريقى لكرة القدم‬también conocida por su acrónimo CAF, es la confederación de
asociaciones nacionales de fútbol en África. Es el máximo ente de este deporte en el continente y
es una de las seis confederaciones pertenecientes a la FIFA. Fue fundada en 1957 y su sede
central se encuentra en la ciudad 6 de octubre(en las afueras de El Cairo), Egipto.
Un total de 54 asociaciones nacionales de fútbol pertenecen a la CAF, representando a todos
los estados independientes de África. El continente está dividido en seis zonas geográficas. Cada
zona tiene su propia confederación como la UFOA, la CECAFA o la COSAFA.
La isla francesa de Reunión es un miembro asociado no pleno de la CAF desde 1992, por lo
que sus selecciones no participan de la Copa Africana de Naciones, ni en las eliminatorias de la
Copa del Mundo, al no ser miembro de la FIFA al igual que Zanzíbar.

Religión.

La religión en África tiene un carácter muy diverso. La mayor parte del continente profesa
religiones tradicionales africanas, englobadas dentro del impreciso grupo conocido
como animista.
El Islam tiene una presencia dominante en el norte, y destacada en el Sáhara,
el Sahel, África Occidental y África Oriental. El cristianismo monofisita, aunque más antiguo
que el Islam, quedó confinado a Etiopía. A partir del siglo XX adquirirán una creciente
importancia catolicismo y protestantismo.
Sin embargo tanto Islam como el cristianismo se encuentran en África con sincretismos más o
menos sectorizados como el kimbanguismo o la Iglesia Cristiana Celestial, que persisten y se
reproducen gracias a la fortaleza implícita de los conceptos de las religiones tradicionales. Las
religiones tradicionales africanas tienen una presencia destacada en América, especialmente
el Vudú en Haití, la religión Yoruba y las religiones del antiguo Reino del Congo en el Caribe y
en Brasil principalmente. Existen asimismo minorías hinduistas.
El cristianismo se ha convertido en la primera religión de África, por encima del Islam,
según un estudio presentado ayer por el sociólogo Massimo Introvigne durante un congreso
organizado por el Centro de Estudios sobre las Nuevas Religiones (CESNUR) en la universidad
de El Jadida, en Marruecos. Según los nuevos datos, los cristianos representan en la
actualidad el 46,53 por ciento de la población africana, con respecto al 40,46 por ciento de los
musulmanes y al 11,8 por ciento de los que siguen religiones africanas tradicionales, según
informa la versión digital del diario italiano La Stampa.

Dioses Africanos: La cultura Africana está compuesto por deidades provenientes del culto
yoruba, cuyo rito se ha ido expandiendo desde Nigeria hacia diferentes lugares del mundo. El
dios supremo y creador del universo es un ser único, pero con diferentes manifestaciones,
comprendidas en la trilogía Oloddumare, Olorun y Olofi. De este ser supremo partieron las
diferentes energías que gobiernan la naturaleza, y que están representadas por los diferentes
Orishás, deidades a las que se les rinde culto a través de ofrendas y sacrificios, y que son las
encargadas de mantener en armonía las diferentes fuerzas del universo, así como las relaciones
de los seres humanos entre sí y con la naturaleza.
Eshu: La tradición afirma que fue moldeado en arcilla por Obbatalá, y entregado a Orunmila
y su esposa, quienes durante doce meses posaron sus manos sobre el cuerpo de arcilla, hasta que
éste cobró vida. Su voracidad insaciable lo llevó a depredar animales, plantas y piedras, hasta
que intentó atacar a su padre, y éste lo cortó con su machete en doscientas una partes. Cada una
de ellas, era un nuevo Eshu. Para calmar la ira de su padre Orunmila, Eshu le ofreció cada una de
sus partes como un hijo, para que así pudiese consultarlas cuando le fuera necesario. Orunmila
accedió, pero además obligó a devolver todo lo que había sido devorado. Eshu obedeció a su
padre, y vomitó todo cuanto había depredado.

Obbatalá: Obbatalá es descendiente directo de Oloddumare. Es el creador del ser humano, a


quien modeló con arcilla, para recibir el soplo divino del Supremo Creador. Es un padre paciente
amoroso de su creación, dueño y regente del cuerpo humano y de todas sus partes, especialmente
la cabeza, donde habitan los pensamientos. Símbolo de la pureza, de la paz, se lo representa con
el color blanco, y su nombre significa “Rey de la pureza”.
Como padre de los hombres, y dueño de sus cabezas y pensamientos, es el encargado de
interceder entre éstos y cualquier Orishá. Celoso de la falta de respeto y las impurezas, no
permite que se desnuden en su presencia o que se realicen conductas impropias. Es representado
en la naturaleza a través de las montañas; sus picos nevados, blancos, e impolutos, simbolizan su
eterna pureza.
Olorun: Es la manifestación más concreta y sensible del “Dios Supremo” (la trilogía Olofi -
Oloddumare – Olorun), y es quien está en contacto directo con los hombres.
Es el dueño del cielo, su nombre significa “Señor del cielo”, entendiéndose como el más allá.
Representa la energía infinita vital de Dios, el calor del sol, la acción primera, el soplo de vida
que rige todas las cosas.
Es el creador del mundo y los seres humanos, las aguas, el aire, y toda la vida sobre la Tierra.
Dueño de la luz y los colores, es el creador del día y de la noche. Del mismo modo es la fuerza
universal que brinda el dinamismo de la vida.
Es omnipresente, está de día y de noche, aunque no pueda vérselo, por lo que no se le recibe,
sino que se le rinde un saludo con los brazos extendidos en alto, en dirección al sol, que
representa su energía infinita.

Oshun: Hija de Obbatalá y Yemanjá, Oshun es la deidad que representa la fecundidad, la


sexualidad y el erotismo. Orishá de temperamento alegre; simboliza el espíritu romántico, la calma, la
felicidad, y la sensualidad femenina.
A ella se le encomiendan las mujeres embarazadas, los fetos, y los niños recién nacidos; así como
aquellas mujeres que buscan fecundidad. Simboliza la maternidad, del mismo modo que la abundancia y
la riqueza. Es ama y dueña de las aguas dulces de los ríos, fundamentales para que se reproduzca la vida
en la tierra.

Shango: Es uno de los Osha principales, Orishá de la justicia, el trueno, el rayo y el fuego,
Shangó es una entidad querida y respetada por su rectitud, su criterio de justicia, su poder, y sus
decisiones acertadas. Es capaz de castigar a los ladrones, a los mentirosos, y a aquellos que
hacen el mal. Shangó es honesto en sus designios, firme, e inquebrantable.
Rey de Oyó, encargado de purificar y limpiar la sociedad por mandato de Oloddumare, es temido
por lo estricto de sus actos.
Guerrero impecable, fue amado y respetado por sus soldados, y temido por sus adversarios.
Expandió el imperio de Yoruba más allá de sus fronteras, y dirigió las batallas con ahínco.

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