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IES 9 Valles

Departamento de Filosofía 2º de Bachillerato

PSICOLOGÍA Tema 4
Mente/Cerebro/Memoria/Biología
Actividad Inicial.

a) La memoria es nuestro gran tesoro, porque gracias a la memoria somos lo que somos,
sabemos quiénes somos y nuestra vida adquiere el sentido de la continuidad. Pero, al mismo
tiempo, la memoria es mucho más que nuestro cofre íntimo y autobiográfico en el que
guardamos y escondemos con celo y encontramos con sorpresa lo dulce y lo amargo del
camino recorrido.

Nuestra memoria es también el gran océano de sapiencia que baña día y noche nuestras
vidas y nos trae y se lleva y nos devuelve una y otra vez con infinita diligencia olas cargadas
de nuestros conocimientos más diversos, de nuestros saberes más heterogéneos, que no han
de tener necesariamente el sabor de lo nuestro, de lo personal e intransferible, pero que nos
son tan necesarios para subsistir como el aire que respiramos.

Porque en nuestra memoria convive lo


personal y lo colectivo, lo particular y lo
público, lo cálido y lo frío de nuestras
experiencias: nuestras destrezas y habilidades,
la sabiduría que nos hace conocedores de los
principios fundamentales de la naturaleza, el
conocimiento de los otros.

Recuerdos, vivencias, saberes, conocimientos,


reglas, pericias, habilidades ... Todo eso y más configura el contenido de la memoria. Una
función, una facultad, un sistema vigoroso y débil al mismo tiempo, especialmente sensible a
los efectos de una multiplicidad de factores internos y externos, individuales y sociales, que
pueden desfigurar, alterar y distorsionar su contenido o bloquear sus rutas de acceso.

José M. Ruiz-Vargas, Claves de la memoria, Madrid, Trotta, 1997, p. 11

Preguntas

1. ¿Qué es la memoria? ¿Distintos tipos de memoria habitan diversas partes del cerebro?

2. ¿Recordamos un suceso completo y no sensaciones dispersas? ¿Recordar supone otorgar


significado a nuestras experiencias?

3. ¿Por qué todo el mundo se queja de su mala memoria y nadie de su propio entendimiento?
4. La memoria es la persistencia del aprendizaje en el curso del tiempo. ¿Hay sucesos y cosas
que se recuerdan mejor con el paso de los años?

b) Los recuerdos modelan nuestras acciones, nos acompañan y nos dan sentido del yo. Sin
recuerdos no sabría más quiénes somos, cómo fuimos alguna vez ni quiénes desearíamos ser
en un futuro memorable. Somos la suma de nuestros recuerdos. Nos proporcionan un
sentido privado y continuo del yo. Cambiar de memoria es cambiar de identidad. Aunque no
son esenciales para la supervivencia, enriquecen nuestra vida cotidiana. Los recuerdos
compartidos nos unen a nuestros seres queridos, vecinos y contemporáneos. Si perdemos la
memoria, quedamos a la deriva en un mundo ajeno.

Cuidado: los recuerdos pueden ser enajenados. La radio, la televisión y la prensa gráfica
suministran recuerdos nacionales comunes capaces de usurpar el lugar de un pasado propio.
Todo puede ser modificado. [...] Gracias a los ojos compuestos de los medios masivos de
comunicación, millones de
personas se alimentan de las
mismas imágenes, los
mismos eslóganes, la
misma historia y los
mismos mitos. ¿Qué
sucede entonces con las
memorias individuales?

Algunos rebeldes
rechazan esa
programación, o
prefieren la ideología de su
propio grupo. Pero la mayoría de las personas adoptan los valores e interpretaciones de los
hechos que les ofrecen los medios, sus vecinos o algún tirano carismático. La historia oficial
cambia con los valores de cada era, que en ocasiones pueden llegar a ser perversos.

[...] No obstante, si bien nadie es una isla, la mayoría somos penínsulas. Nuestras vidas no
tendrían sentido sin recuerdos personales sujetos como mariposas por alfileres sobre ese
fondo aterciopelado que es la historia social.

Diane Ackerman, Magia y misterio de la mente, Buenos Aires, El Ateneo, 2005, pp. 95-97

Preguntas

1. ¿La memoria es el soporte de nuestra historia biográfica y la reserva del saber acumulado a
lo largo de nuestra vida?

2. ¿Qué es lo que realmente recordamos? ¿Las cosas y los acontecimientos o sólo recordamos
recuerdos? ¿Debemos construir nuestra memoria?
3. Según Diane Ackerman, ¿por qué existen recuerdos enajenados? ¿La TV se dedica a
abotargar al espectador en lugar de despertarlo de su sueño?

4. ¿Nunca nos bañamos dos veces en la misma corriente de la conciencia? ¿El tiempo sólo nos
deja la presencia de lo que retiene la memoria?

Actividad Tema 4
Piense en su cerebro, ese brillante montículo de ser, ese congreso de células color gris
arratonado, esa fábrica de sueños, esa turba de neuronas a cargo de toda jugada, ese
inconstante campo de placeres, ese guardarropa de múltiples “yo” constreñido en el
cráneo como se apretuja la ropa en el bolso del gimnasio.
El cerebro es el domicilio de la personalidad. También un guardia severo, y de vez en
cuando, su propio tormento. Allí se atascan melodías pegajosas y se pelean los anhelos
entre sí. Con su ligero parecido a una hogaza de pan de campo, nuestro cerebro es un
atestado laboratorio químico animado por incesantes conversaciones neuronales. Es
taimado como un zorrino, todo un sabueso cuando de habladurías se trata, pero también
sensual, inteligente, juguetón y misericordioso.
El cerebro analiza, el cerebro ama, el cerebro detecta un suave aroma de pino y se
transporta a un verano de la niñez en los bosques del sur. Pero es silencioso, oscuro y
mudo. No siente nada, no ve nada. Su arte es el de trascender limitaciones sobrecogedoras
y sondear el mundo. El cerebro no es la mente, la mente habita el cerebro. Como un
fantasma en una máquina, según algunos. La mente es un espejismo reconfortante del
cerebro físico. Una experiencia, no una entidad.
Y, naturalmente, la mente no está sólo alojada en el cerebro. La mente refleja lo que el
cuerpo percibe y siente, se ve afectada por una caravana de encimas y hormonas. Cada
mente habita su propio universo privado, cambiante día a día según las peculiaridades de
la medicación, las emociones intensas, la contaminación, los genes u otros innumerables
cataclismos a medida del consumidor.
Diane Ackerman, Magia y misterio de la mente, Buenos Aires, El Ateneo, 2005, pp. 19-21

Reflexiona y responde

1. Resume las principales ideas del texto.

2. ¿La formación psicológica de hombres y mujeres depende de la organización del cerebro


y del sistema hormonal?

3. ¿El cerebro es un receptor pasivo de la información?

4. ¿El cerebro nos asegura que ningún peligro surja sin anunciarse, y ninguna oportunidad
nos pase desapercibida?

5. ¿Qué diferencias encuentras entre los hombres y las mujeres respecto a sus capacidades
cognitivas?

Los prejuicios en contra de la explicación biológica parecen tener sus raíces en las
ideologías igualitarias que confunden el concepto occidental de un mismo tratamiento
ante la ley —la aplicación social de la idea de que “todos los hombres han sido creados
iguales”— junto con la afirmación de que todo el mundo es esencialmente igual. Es
evidente que las personas no han nacido con la misma fuerza, altura, temperamento o
inteligencia. Simplemente es un hecho biológico que toda persona sensata no puede negar.
[…] La ideología igualitaria va más allá e insiste en que todas las personas serían iguales
si hubiesen tenido los mismos estímulos ambientales, es decir, si la crianza, la
alimentación, acceso a la educación, oportunidades, etc., fuesen exactamente las mismas
para todo el mundo (una situación imposible de lograr en la práctica, y por consiguiente
imposible de probar) estaríamos igualmente dotados.
Dejando de lado lo terriblemente aburridas que resultarían nuestras vidas, este argumento
está tan falto de sentido que es difícil adivinar cómo alguien podría ser capaz de
mantenerlo con cierta consistencia. La mayoría de nosotros hemos crecido con hermanos
y hermanas que han compartido aspectos de nuestro ambiente y, con todo, somos
bastantes diferentes. Todos nosotros tenemos amigos con antecedentes parecidos a los
nuestros y aun así, la diversidad de temperamentos, habilidades y ocupaciones son a
menudo muy grandes.
Se ha sugerido que una característica distintiva de las ideologías es su devoción por una
postura al margen de las evidencias (Hilborn). Sexismo, racismo e igualitarismo pueden
ser consideradas ideologías en la medida en que muestran su devoción hacia un sistema de
creencias carente de soporte empírico o experimental.

Doreen Kimura, Sexo y capacidades mentales, Barcelona, Ariel, 2004, pp.11-12

Reflexiona y responde

1. ¿Por qué la neuropsicóloga Doreen Kimura está en contra de la ideología igualitaria?

2. ¿Debemos buscar la excelencia en nuestra vida y no conformarnos con ser mediocres?

3. ¿Qué son los prejuicios y cómo podemos superarlos?

4. “Sexismo, racismo e igualitarismo pueden ser consideradas ideologías en la


medida en que muestran su devoción hacia un sistema de creencias carente de
soporte empírico o experimental”. ¿Estás de acuerdo?

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