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I.E.S.

en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández”


Traductorado en Francés - Residencia de Traducción

Traductora residente: Melina Fried.


Solicitante: Dra. Ana Soledad Montero - Maestría en Análisis del Discurso
(Universidad de Buenos Aires).
Tutora de Residencia: Gabriela Villalba.
Texto original: Branca-Rosoff, Sonia (2007). “Approche discursive de la
nomination/dénomination”, en Cislaru, Georgeta et al. (eds.), L'acte de
nommer. Une dynamique entre langue et discours, París, Sorbonne Nouvelle, pp.
13-22.

– 2019 –

Enfoque discursivo de la nominación/denominación

Sonia Branca-Rosoff

Universidad Sorbonne Nouvelle - París 3

Las reflexiones sobre la nominación se remontan a los orígenes de la cultura


occidental, hasta confundirse, en el Génesis o en el Crátilo de Platón, con la propia
actividad del lenguaje. Posteriormente, las controversias parecen haberse centrado
en torno a la oposición entre los empiristas, para quienes el conocimiento acerca del
mundo ocupa un lugar primordial en el funcionamiento del nombre, y los que
insisten en la autonomía del léxico. Aunque el estructuralismo de inspiración
saussureana generó la impresión de que la lingüística dejaba de lado al referente, la
tesis empirista volvió a cobrar importancia a partir de las tesis de Putnam, quien
sostiene que la construcción del sentido de las palabras pasa por las relaciones
estereotípicas. Sin embargo, en esta publicación —que se origina a partir de los
trabajos de la red de investigación Nomination, de Montpellier y de París 3— los
debates se mueven en torno a las nuevas problemáticas de la construcción y la
estabilización del sentido en el discurso.

Nominación/denominación

Este volumen pone en diálogo múltiples perspectivas en torno a lo que B.


Bosredon, G. Petit e I. Tamba (2001: 5) llaman “hecho denominativo”: la semántica
de G. Kleiber, a la que remiten el propio término de “denominación”, el enfoque
discursivo al que hace referencia el término de “nominación” propuesta por P. Siblot
y la semántica indexical de P. Cadiot.
Estos enfoques tienen en común la ruptura con la teoría saussureana de los
valores diferenciales que se basaba en la postulación de sistemas lingüísticos
cerrados y en la exclusión del referente.1 Más allá de sus diferencias, critican el

1 Sobre la importancia de la relación entre el sujeto y el mundo, véase P. Cadiot e Y.-M.


Branca Rosoff, Sonia, “Approche discursive de la nomination/dénomination”, en Cislaru,
Georgeta et al. (eds.), L'acte de nommer. Une dynamique entre langue et discours, 2007, pp. 13-
22. Traducido del francés por Melina Fried en el marco de la Residencia de Traducción del
Traductorado en Francés del I.E.S.L.V. “J. R. Fernández”. 2019.

inmanentismo estructuralista, al recordar que la relación del lenguaje con el mundo


es constitutiva del proceso semiótico.
Sin embargo, a lo que remite la noción de denominación es a una descripción
del código lingüístico. G. Kleiber sustituye la teoría del valor con una semántica
referencial (que se alimenta a la vez de las problemáticas lógicas del lenguaje
natural, de los enfoques cognitivos de los psicólogos y de sus reflexiones personales
acerca del nombre propio). Extiende a los nombres en general el abandono del
enfoque saussureano que se había impuesto para los nombres propios a causa de la
ausencia de significado o, al menos, del carácter problemático de su significado: el
vínculo necesario entre el nombre propio y el referente proviene en este caso de un
acto de bautismo. Del mismo modo, G. Kleiber considera que hay que darle todo su
alcance al hecho de que un nombre común se impone sin discusión cuando un acto
denominativo2 lo convierte en el nombre de la cosa, en su nombre. De esta manera,
G. Kleiber (1984) opone rotundamente las unidades léxicas —palabras o lexías—,
codificadas e institucionalizadas, a los procedimientos composicionales, que
proporcionan una designación descriptiva de los referentes a los que apunta el
discurso. Estas designaciones no convencionales siguen siendo, en principio,
transitorias.
Aunque no defiende en absoluto las creencias ingenuas del sentido común
que consideran que las palabras son etiquetas, la importancia que otorga a la función
referencial del lenguaje lleva a G. Kleiber a privilegiar una visión en la que las
palabras aislables se relacionan con referentes también aislables:3 en sus ejemplos
favoritos, los nombres tienen la vocación de ser el nombre de las entidades a las que
se refieren, como lo demuestra su análisis de la metáfora como categorización
indebida en comparación con el sentido literal que sería la categorización de base
(Kleiber 1999).
Siguiendo a P. Siblot, los investigadores que escriben en este volumen
emplean el término “nominación” desde una perspectiva discursiva que dista
enormemente de una mirada taxonómica sobre las relaciones entre palabras
aisladas y cosas. Para ellos, el análisis semántico es inseparable de un análisis
discursivo, ya que solo en corpora construidos se pueden observar las huellas reales
de la actividad de nominación y mostrar que esta actividad no sirve tanto para
designar fragmentos de la realidad como para semiotizarlos en función de la
experiencia social de los locutores.
En esta segunda orientación, no se privilegia necesariamente el nivel léxico,
porque nombrar en el discurso a menudo implica usar nombres modalizados,

Visetti, 2001.
2 Si bien G. Kleiber habla de “predicado de denominación” y de “contrato”, su interés no

radica en el acto primitivo que consiste en categorizar por primera vez a un referente con
un nuevo nombre. Se ocupa del resultado, y cuando analiza las relaciones de las palabras
entre sí, lo hace sacándolas de su contexto.
3 Incluso cuando el nombre puede estar modalizado (como cuando se habla de una especie
de X, mostrando con ello que el nombre del que disponemos no coincide con la cosa) y
aunque una semántica lo suficientemente sofisticada permitiría tratar las diferentes facetas
de las entidades.

2
Branca Rosoff, Sonia, “Approche discursive de la nomination/dénomination”, en Cislaru,
Georgeta et al. (eds.), L'acte de nommer. Une dynamique entre langue et discours, 2007, pp. 13-
22. Traducido del francés por Melina Fried en el marco de la Residencia de Traducción del
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metáforas o perífrasis, y sobre todo porque solo al entrar en relación con otros
términos del enunciado la palabra recibe una significación que desambigua la
polisemia.
Además, la referencia siempre es una actividad proyectiva: al elegir decir
fanáticos o creyentes, tren puntual o tren incómodo, el locutor construye un referente
distinto, y esto sorprende en particular respecto de las categorías sociales, objetos
de predilección de los analistas del discurso. Así, observar las nominaciones es al
mismo tiempo estudiar cómo el locutor contextualiza las unidades que está usando
y cómo, al hacerlo, expresa su posición sobre aquello de lo que está hablando y, de
esa manera, su propia “situación” en un contexto y un interdiscurso que se puede
interpretar socialmente.
La tarea del analista consiste en reconstruir esa dinámica y esclarecerla
adosándola a las praxis humanas, es decir, a los actos que realiza el hombre, ya sean
individuales o sociales, físicos o discursivos.4 De esta manera, las nominaciones
permiten acceder a las representaciones del mundo, pero no se puede separar esta
cuestión de las relaciones que mantiene el locutor con los interlocutores (presentes,
en la oralidad o virtuales, en la escritura). Se destaca entonces la importancia que
este segundo modelo le concede al dialogismo: en las palabras, subsisten el rastro
mnemónico más o menos sutil de los discursos que estas sirvieron para enunciar y
las reacciones al discurso que está siendo elaborado en relación con los discursos
que forman parte de la memoria del locutor (recuperación, oposición y marcado de
la discrepancia, transformación).5

Objetos variados

La introducción de Paul Siblot reubica la cuestión dentro de una perspectiva


amplia al insistir en la profunda no-autonomía de los sistemas léxicos y al rechazar
la reificación del signo que efectúa la vulgata estructuralista. Invita a un abordaje
metodológico de la cuestión del sentido que tenga en cuenta el entorno frástico,
textual, interdiscursivo, contextual y comunicativo en el que la actualización
produce el sentido registrado.
Los diez artículos que conforman el núcleo de esta obra exploran corpora
diversos (discursos de afásicos, corpora de prensa, cuestionarios, topónimos,
nombres de marcas, publicidades, etc.). Los artículos se apoyan en marcos teóricos
ya establecidos; sin embargo, la confrontación de los modelos de referencia con
datos empíricos variados abre las puertas a problemas interesantes en relación con

4 Habría que relacionar esta segunda corriente con las investigaciones del historiador-
lingüista J. Guilhaumou, que convirtió al acontecimiento en una dimensión central del
análisis del discurso (véase, en particular, Guilhaumou, 2002a, b, c).
5 Sin embargo, nominación y denominación, a veces son considerados sinónimos por

algunos investigadores como C. Blanche-Benveniste (1984). Otros utilizan alguno de los


términos con acepciones que no coinciden con la división que acabamos de mencionar. En
el marco etnometodológico, L. Mondada emplea denominaciones de manera englobante
para enfatizar el aspecto provisorio e inestable de su uso (véanse también Dubois y
Mondada, 1995, y Constantin de Chanay, 2001).

3
Branca Rosoff, Sonia, “Approche discursive de la nomination/dénomination”, en Cislaru,
Georgeta et al. (eds.), L'acte de nommer. Une dynamique entre langue et discours, 2007, pp. 13-
22. Traducido del francés por Melina Fried en el marco de la Residencia de Traducción del
Traductorado en Francés del I.E.S.L.V. “J. R. Fernández”. 2019.

la construcción de objetos. Enfrentarse con corpora permite reflexionar sobre la


existencia o no de un continuum entre lengua y discurso, a partir de las propiedades
de determinadas categorías como la de los nombres propios. Esto también permite
reflexionar concretamente sobre el papel del discurso: ¿cómo se articulan categorías
y palabras? ¿Qué operaciones discursivas permiten desplegar una categoría para
que pueda referirse a nuevos objetos? ¿Qué papel desempeña el contexto societal en
la especialización de una representación?
Dos colaboraciones se dedican a situaciones construidas y controladas por
los investigadores. En la primera, Thi Mai Tran observa el comportamiento de
afásicos a quienes se les propone una tarea metalingüística de denominación de
imágenes que obliga al paciente a enfocarse en la dimensión referencial. Los
resultados se analizan en el marco de la tipología de G. Kleiber. Las cosas que hay
que nombrar no se presentan como problemáticas. Lo que falta son las palabras.
Para sortear la falta de léxico, los pacientes producen designaciones variadas que
van desde términos genéricos hasta perífrasis –definitorias o no (“la casa del perro”
para cucha, “tengo el mismo en casa” para despertador)–, neologismos (“cuenta
minutos” para reloj de arena), etc. En el segundo artículo, el referente no es el punto
de partida. Por el contrario, se lo construirá a partir de las palabras que se emplean
para hablar de él. Gaëlle Delepaut et al. describen dos modos diferentes de
responder a una encuesta de la SNCF.* Cuando los clientes tienen juicios positivos
para expresar, se limitan a enumerar denominaciones, sin siquiera usar
determinantes (comodidad, velocidad); cuando su opinión es negativa, recurren a
estructuras complejas (le falta... un enchufe...). Las referencias teóricas provienen
nuevamente de G. Kleiber, trasladadas a otro marco de análisis.
La mayor parte de esta compilación se dedica a corpora “naturales” en el
sentido de que no resultan de la introspección del lingüista o de encuestas de
investigadores.
Dos artículos se centran particularmente en el estatus discursivo de los
nombres propios. Aunque en términos de lengua se pueda sostener al nombre
propio como una categoría vacía de sentido que etiqueta a particulares, en términos
de discurso, los locutores la usan porque esta categoría, al igual que las otras, es
portadora de “propiedades”. Jeanne Gonac'h estudia la redenominación de
odónimos (nombres de vías de circulación) que llevaron a cabo los municipios de
extrema derecha de Vitrolles, Marignane y Tolón. Estos municipios borraron los
nombres de figuras simbólicas de la izquierda tercermundista como Nelson Mandela
para reemplazarlos por referencias sistemáticas a la Provenza. De esta manera, el
artículo hace hincapié en las funciones “culturales, identitarias y políticas” que
hacen que los nombres propios sean recursos privilegiados para posicionarse
ideológicamente.6 En la misma línea, Bénédicte Laurent y Montserrat Rangel Vicente

*Société Nationale des Chemins de Fer, empresa estatal de ferrocarriles de Francia [N. de la
T.].
6 El artículo no menciona las particularidades lingüísticas de los nombres propios de lugar.
Para un análisis ejemplar que articule propiedades lingüísticas e interpretaciones
discursivas, véase G. Cislaru (2005) (aunque su objeto –los nombres de países en el discurso
de prensa– sea específico).

4
Branca Rosoff, Sonia, “Approche discursive de la nomination/dénomination”, en Cislaru,
Georgeta et al. (eds.), L'acte de nommer. Une dynamique entre langue et discours, 2007, pp. 13-
22. Traducido del francés por Melina Fried en el marco de la Residencia de Traducción del
Traductorado en Francés del I.E.S.L.V. “J. R. Fernández”. 2019.

examinan el acto de nominación a partir de los nombres de marcas. Muestran que


los nombres de productos se basan ya sea en el nombre de un creador con una
notoriedad que se destaque lo suficiente en el ámbito, ya sea en nombres de lugares
originalmente descriptivos o evocadores. Por lo tanto, este análisis le concede un
lugar importante al referente.
Un tercer artículo analiza también cómo las agencias de publicidad controlan
las nominaciones, pero a través del ejemplo de los nombres de los colores de moda.
Céline Caumon hace alusión a la intensa actividad neológica de una marca de
cosméticos que lanza cada año nuevos nombres de colores forjados por composición
como rosa Lolita. Estos nombres son a la vez designaciones que individualizan los
nuevos colores de moda y un proceso de categorización que debe volver más
atractivo el color. Al leer este artículo, pensamos en aquello que escribió M.
Pastoureau (1998: 11), quien consideraba que “un color que nadie puede nombrar
no tiene realidad social ni cultural. El color nombrado juega siempre un papel más
importante que el color percibido porque conlleva un poder semántico, simbólico,
afectivo y onírico mucho más fuerte”.
Varias investigaciones se centran en el discurso de prensa. Se trata, en estas
ocasiones, de cuestionar la inestabilidad semántica de significantes como velo,
inseguridad, [trabajador] intermitente.* Émilie Née, basándose en los artículos
publicados en Le Monde durante la campaña electoral francesa de 2001-2002,
muestra que el término inseguridad, constituido como una cuestión política,
funciona en realidad como denominación del referente “delincuencia”. El peso de
esta asociación dóxica es tal que la izquierda se vio forzada a referirse de manera
explícita a ella para tratar de rechazarla. Laura Calabrese, que trabaja sobre el paso
de ley de la laicidad a ley del velo, se pregunta acerca de los desplazamientos
metonímicos que hicieron posible utilizar el nombre de un objeto concreto como
palabra-acontecimiento.7 Julien Longhi elige apoyarse en el modelo de P. Cadiot y en
las nociones de doxa y de sentido común de G. Sarfati para dar cuenta de las
“dinámicas discursivas” que permiten pasar del potencial abstracto de la palabra
intermitente a su sentido en el discurso. En el nivel abstracto de los motivos, el
significante lo “estabiliza”, pero solo sirve como fondo, como material sobre el que
se producen operaciones de perfilado que permiten especificar una interpretación
(ya desde el nivel sintagmático de la combinatoria con una cabeza nominal, el
componente estatus de los trabajadores intermitentes se “perfilaría”, dejando de
lado el componente profesión). En definitiva, en el discurso, los lugares comunes de
la argumentación permiten precisar el tema. Françoise Dufour analiza, en un
período de tiempo prolongado y en diversos archivos, las condiciones lingüísticas e
históricas de surgimiento y evolución de la unidad léxica desarrollo, una noción-
concepto importante para las ciencias humanas y sociales, que durante mucho
tiempo estuvieron marcadas por el discurso sobre el progreso.8 La autora examina

*En francés, se utiliza intermittant como sintagma nominal [N. de la T.].


7 Categoría que la autora sitúa como prolongación de los trabajos de S. Moirand.
8 Véase Starobinski (1999) y, de modo más amplio, para la sociohistoria de las palabras

políticas, Tournier (1992, 1997, 2002).

5
Branca Rosoff, Sonia, “Approche discursive de la nomination/dénomination”, en Cislaru,
Georgeta et al. (eds.), L'acte de nommer. Une dynamique entre langue et discours, 2007, pp. 13-
22. Traducido del francés por Melina Fried en el marco de la Residencia de Traducción del
Traductorado en Francés del I.E.S.L.V. “J. R. Fernández”. 2019.

las sucesivas reformulaciones parafrásticas del término, desde el famoso texto


escrito por Condorcet en 1794 que alude al “desarrollo de las facultades humanas”
hasta la formación discursiva postcolonial que reformula desarrollo desde una
perspectiva económica.
En contrapunto, un artículo ilustra el punto de vista de un lingüista sistémico.
Es interesante para la temática del coloquio que haya elegido referirse al espacio,
cuando sabemos que se trata de un eje central para articular la lengua con lo real.
Richard Huyghe trabaja de hecho con palabras con sentido descriptivo pobre (lugar,
sitio, emplazamiento) que tienen un amplio campo de aplicación referencial. Muestra
que el modelo de jerarquía léxica un X es un Y no se puede utilizar con estos términos.
Como podemos ver, se trabaja con datos de diverso orden. Aunque se
privilegia la escritura de prensa, el trabajo de publicistas o políticos agrega la
dimensión de una actividad de nominación llevada a cabo por profesionales, y las
investigaciones de G. Delepaut y T. M. Tran remiten a prácticas frecuentes en
psicología y en psicosociología en las que el investigador coloca a los sujetos en la
muy particular situación de la encuesta o en una situación intermedia entre la
experimentación y el ejercicio de rehabilitación: así, los pacientes de T. M. Tran no
manipulan objetos para hacer algo que tenga sentido en su vida cotidiana; ven
imágenes de objetos que se reúnen porque forman una serie y se les pide que
nombren una serie completa. También sería interesante saber si sus preferencias
denominativas varían en contextos cotidianos en función de las interacciones.
Toda división es caricaturesca, pero es sorprendente de ver cómo los trabajos
que se inscriben en la semántica referencial de G. Kleiber se orientan más bien hacia
la psicolingüística o la psicosociología. Los trabajos que se inscriben en el análisis
del discurso se abren hacia un análisis de la doxa. E. Née muestra que hasta los más
críticos deben someterse a las representaciones dominantes y que incluso un líder
de extrema izquierda como O. Besancenot no puede usar la palabra inseguridad sin
quedar atrapado por aquello de lo que la palabra era portadora, al menos durante el
año 2001. Esta segunda corriente de trabajos a menudo tiene una dimensión crítica
bastante fuerte: denuncian el espíritu de venganza agresivo y comunitarista de los
municipios de extrema derecha9 así como el neocolonialismo disimulado detrás de
la ideología del desarrollo, estudian formas modernas de precariedad, las
regresiones democráticas en nombre de la inseguridad o de la lucha contra el
fanatismo, o bien los procesos de manipulación del discurso del marketing.
Digamos de entrada que C. Caumon es prácticamente la única que asocia una
problemática del texto con un trabajo sobre la imagen... Incluso si el lingüista parece
estar mal equipado para abordar representaciones icónicas, probablemente se
beneficiaría si tomara más en cuenta este aspecto de los materiales con los que trata.
El rosa Lolita es sin dudas una categoría que se puede percibir, que no es necesario
construir discursivamente para que se la reconozca; sin embargo, el nombre va a
asociarla a valores culturales. El publicista comienza por anclarla en un color bien

9 Esto plantea la cuestión del recorte de los ámbitos de observación: ¿podemos ceñirnos a
los municipios de extrema derecha? ¿No habría que considerar en términos más dialógicos
lo que está en juego al atribuir un nombre dentro de una ciudad?

6
Branca Rosoff, Sonia, “Approche discursive de la nomination/dénomination”, en Cislaru,
Georgeta et al. (eds.), L'acte de nommer. Une dynamique entre langue et discours, 2007, pp. 13-
22. Traducido del francés por Melina Fried en el marco de la Residencia de Traducción del
Traductorado en Francés del I.E.S.L.V. “J. R. Fernández”. 2019.

conocido (rosa), antes de invitarnos metafóricamente a relacionar este rosa con


determinado tipo de mujeres-niñas, provocativas y seductoras.

Objetos pre-recortados/objetos sociales creados por el discurso

Un primer hilo de lectura consiste en reflexionar sobre el papel de los


referentes en las categorías de análisis empleadas por los investigadores.10 En el
caso de las especies naturales o de los artefactos como los nombres de calles o los
nombres de productos, se puede sostener que, en una cultura determinada, en una
época determinada, hay efectivamente algo parecido a un pre-recorte que precede
al discurso. Así, se puede discutir hasta el infinito acerca de cómo deberían
categorizarse los espacios urbanos (¿se trata de un distrito, de un barrio o de una
ciudad?, ¿de una rotonda o de una plaza?, etc.). Al menos, se presentan como
espacios aptos para ser individualizados por nombres propios. Los investigadores
que trabajan con este tipo de artefactos concretos orientaron sus investigaciones,
en todos los casos, hacia la comparación de paradigmas designacionales,
reveladores de posicionamientos ideológicos.
La propia existencia de referentes se vuelve absolutamente problemática
cuando se observan objetos sociales como la inseguridad, el velo, los trabajadores
intermitentes, el desarrollo. Los análisis se orientaron en torno a la búsqueda de
conexiones entre fenómenos del mundo real que permitieron agruparlos bajo estos
nombres, cuando se los podría haber pensado como separados.
Por ejemplo, cuando L. Calabrese comenta el sentido ampliado que transmite
velo mucho más allá del trozo de tela, despliega todos los hechos que llevaron a
proponer una ley sobre (el uso del) velo y todas las controversias que el uso del velo
generó en Francia. Lo que pasa a primer plano son todos los discursos sobre el velo
que tuvieron lugar en la sociedad francesa, que incluyen las relaciones que los
franceses mantienen con una religión nueva en el territorio nacional y que
convierten a este objeto en el símbolo de una amenaza a su identidad o, por el
contrario, de una violencia ejercida contra los musulmanes. Con este tipo de objeto,
nos vemos obligados a trabajar con los vínculos lógico-semánticos que se establecen
entre experiencias del mundo percibidas no como categorías estrictamente rígidas,
sino como estructuras con bordes difusos, construidas sobre criterios heterogéneos
que no tienen las características discretas que se observan en la polisemia común.
Podría pensarse que una vez que se calma la movilización histérica de la prensa en
torno a un hecho mediático, las cadenas de significación derivadas que se
impusieron van a desaparecer.
Aunque los artículos que manejan conceptos sociales parten de palabras o
lexías, todos insisten en la dimensión textual, al interesarse, como J. Longhi, por el
contexto cercano, pero sobre todo al considerar contextos más amplios, como F.
Dufour, con las reformulaciones parafrásticas, o como E. Née, que le otorga un lugar
importante a la correferencia y a la tematización. Por lo tanto, lejos de una
lexicología estática, buscan no sacrificar líneas de argumentos. Por lo demás, todos

10 Véanse los trabajos de O. Guérin (2003 y en prensa).

7
Branca Rosoff, Sonia, “Approche discursive de la nomination/dénomination”, en Cislaru,
Georgeta et al. (eds.), L'acte de nommer. Une dynamique entre langue et discours, 2007, pp. 13-
22. Traducido del francés por Melina Fried en el marco de la Residencia de Traducción del
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insisten en la capacidad de resemantización permanente de la lengua, en su


plasticidad.

¿Qué tipo de estabilización?

Designación pasajera o unidad estabilizada

Incluso si no es su objeto principal, varios artículos muestran la dificultad


para separar —cuando se trata de lexías— el nombre que ya está fijado en el código
lingüístico del sintagma sin autonomía léxica. Rosa Lolita ¿es una (futura) unidad de
la lengua o una designación efímera?
El problema es el mismo con los sentidos polisémicos. Por ejemplo, foulard*
se convierte en el nombre de una familia de acontecimientos vinculada con las
relaciones que mantiene la comunidad francesa con los grupos religiosos que lo
usan como emblema; sin embargo, una vez que haya pasado la emoción en torno a
estas cuestiones, esas significaciones se dejarán de lado. En tanto analista del
discurso, el autor del artículo reflexiona sobre las representaciones que transmite
esta palabra en 2006, pero no hay certeza de que estos hechos formen parte de los
diccionarios del futuro. ¿Significa esto que hay una constante inestabilidad de los
sentidos? M. Tournier (como P. Siblot, por cierto) denunciaba al diccionario como
un artefacto de lingüista que extrae palabras del discurso para fabricar una lengua
que no existe en ningún otro lugar y devolvía al analista al estudio dialógico de las
palabras inscritas en discursos.11 En sus investigaciones, un término es una
herramienta que permite la producción de sentido, pero solo a través del abuso —
si se lo reifica— se puede hablar de su sentido.

Lengua y formación discursiva

¿Se puede reemplazar completamente la noción de lengua por unidades


discursivas correlacionadas con prácticas no discursivas de una manera más o
menos homológica? En cualquier caso, un hilo de lectura del coloquio podría
consistir en situar las intervenciones de acuerdo con su concepción de las formas de
cristalización, de sedimentación, que permiten a los locutores interpretar las
nominaciones que circulan.
R. Huyghe solo se preocupa por la lengua del lingüista, como sistema
independiente del querer decir de los hablantes que subyace a sus actividades de
producción (no se pregunta, por cierto, por cosas como si durante el desarrollo del
discurso el sujeto se ve desestabilizado/está alterado). Varios de los especialistas
del discurso sostienen que hay algo estable previo a los actos de nominación (o de
designación). Mencionaremos aquí solo a J. Longhi, que da lugar a una parte
estabilizada dentro de las unidades léxicas (aunque la abstracción de lo que se está
diciendo dificulta la delimitación de lo que constituyen las virtualidades del sentido

* En francés, foulard puede referirse tanto a un pañuelo como al velo islámico [N. de la T.].
11 Véase la etimología social, tal como la concibe M. Tournier (1992, 1997, 2002).

8
Branca Rosoff, Sonia, “Approche discursive de la nomination/dénomination”, en Cislaru,
Georgeta et al. (eds.), L'acte de nommer. Une dynamique entre langue et discours, 2007, pp. 13-
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de la palabra intermitente, su motivo). También debe señalarse que la polisemia de


inseguridad pone en juego las relaciones que unen el sentimiento con la fuente que
lo desencadena. Estas relaciones tienen que ver con el nivel abstracto de la lengua.
Tienen un sentido ontológico, independiente de los códigos lingüísticos, y no solo
una pertinencia precaria en un espacio-tiempo relativo. En cualquier caso, son
preexistentes a los enunciados que estudia E. Née.
Los praxemáticos buscan otras formas de estabilización: proponen volver a
la noción de “formación discursiva”, que permite relacionar los enunciados con sus
condiciones sociohistóricas de formación. Una formación discursiva determina lo
decible, escribían C. Haroche, P. Henry y M. Pêcheux (1971/1990: 148). De manera
simétrica, el sentido se constituye dentro de una formación discursiva y las palabras
cambian de sentido al cambiar de formación discursiva. Una formación discursiva
solo tiene un sentido si está “bordeada” (y, por lo tanto, definida) por lo que es
externo a ella, de modo que se pueden detectar puntos de enfrentamiento polémicos
en las fronteras. Es necesario entonces justificar las operaciones de corte que
permiten aislar formaciones discursivas.12 En cualquier caso, la noción de formación
discursiva, como la noción de lengua, es una construcción del investigador, y
podemos preguntarnos qué consistencia ofrece la noción de formación discursiva
postcolonial si la palabra desarrollo entra en configuraciones variadas (algunas de
las cuales pueden reactivar elementos de discursos anteriores) y que se modifican
sin cesar.

La actividad de nominación parece haber interesado a la mayoría de los


investigadores reunidos para este coloquio porque participa en la construcción de
representaciones que vienen a articularse con la experiencia de lo real. Uno de los
deseos que podemos formular para el futuro es que se desarrolle el diálogo con los
especialistas de las interacciones: es una de las carencias de este rico encuentro.
Sabemos que una de las tesis importantes del enfoque interaccionista13 es que las
significaciones se reconfiguran constantemente, tanto que no habría una
significación preexistente a los usos y, de manera más general, no habría “lengua”.
Estudiar intercambios en corpora variados permitiría situar mejor el intervalo de
variación semántica que se negocia en el discurso en relación con la especie/tipo de
estabilidad que requiere la posibilidad misma de negociar.14

12 J. Guilhaumou ha señalado en varios artículos que las tipologías son imposibles porque
rápidamente se pone de manifiesto que las formaciones discursivas están profundamente
intrincadas: no se pueden aislar bloques feudales, jacobinos, burgueses que sean
homogéneos.
13 Apothéloz y Reichler-Béguelin (1995), Dubois y Mondada (1995), Berthoud (1999).
14 “La ficción que parece ser la lengua, si se piensa que solo hay discursos, adquiere, de todas

formas, una especie de realidad porque los locutores se la adjudican. Sin esta realidad
adjudicada, las negociaciones (ya sean auto-negociaciones o negociaciones en interacción)
serían inexplicables” (Constantin de Chanay, 2005: 27).

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Branca Rosoff, Sonia, “Approche discursive de la nomination/dénomination”, en Cislaru,
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