Implementar programas de
rehabilitación integral que
aborden las necesidades
individuales de los reclusos,
incluyendo educación,
capacitación laboral,
asesoramiento psicológico y
programas de reingreso
Abogar por prácticas disciplinarias
que sean justas y humanitarias,
evitando el uso excesivo de la
fuerza y promoviendo métodos de
resolución de conflictos más
constructivos.
Reforzar las leyes y normativas que
prohíben la tortura y los malos
tratos, asegurando la rendición de
cuentas para aquellos que violen
estas normas
Proporcionar oportunidades
educativas dentro de las
instalaciones penitenciarias,
incluyendo programas de
educación formal y educación
vocacional
El trato inhumano de los reclusos
Explorar y promover alternativas
a la prisión para delitos no
violentos, como programas de
libertad condicional, servicios
comunitarios y programas de
justicia restaurativa.
Fomentar la empatía y la
sensibilización en el personal
penitenciario, así como en la
sociedad en general, para cambiar la
percepción de los reclusos y
promover un enfoque más compasivo
hacia la rehabilitación y reintegración.
Mejorar las condiciones de vida en
las cárceles, garantizando
instalaciones seguras, limpias y
saludables
Proporcionar servicios de salud
mental accesibles y de calidad
dentro de las instituciones
penitenciarias, así como programas
de seguimiento después de la
liberación