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Ángel González

Camposanto en Collioure

Aquí paz, manos de obra barata, ejército


y después gloria. vencido por el hambre
—paz...—,
Aquí, otra vez desbandada de españoles
a orillas de Francia, cruzando la frontera, derrotados
en donde Cataluña no muere todavía —...sin gloria.
y prolonga en carteles de «Toros à Ceret»
y de «Flamenco's Show» Se paga con la muerte
esa curiosa España de las ganaderías o con la vida,
de reses bravas y de juergas sórdidas, pero se paga siempre una derrota.
reposa un español bajo una losa:
paz ¿Qué precio es el peor?
y después gloria. Me lo pregunto
y no sé qué pensar
Dramático destino, ante esta tumba,
triste suerte ante esta paz
morir aquí —«Casino
--paz de Canet: spanish gipsy dancers»,
y después...-- rumor de trenes, hojas...—,
perdido, ante la gloria ésta
abandonado —...de reseco laurel—
y liberado a un tiempo que yace aquí, abatida
(ya sin tiempo) bajo el ciprés erguido,
de una patria sombría e inclemente. igual que una bandera al pie de un mástil.

Sí; después gloria. Quisiera,


a veces,
Al final del verano, que borrase el tiempo
por las proximidades los nombres y los hechos de esta historia
pasan trenes nocturnos, subrepticios, como borrará un día mis palabras
rebosantes de humana mercancía: que la repiten siempre tercas, roncas.

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