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Este poema describe un sueño en el que el autor camina a través de un campo de lirios blancos y árboles misteriosos guiado por la luz de la luna, hasta llegar a un hogar donde escucha historias sobre bondad y gratitud. Al despertar, el autor siente gratitud por la belleza y enseñanzas del sueño.
Este poema describe un sueño en el que el autor camina a través de un campo de lirios blancos y árboles misteriosos guiado por la luz de la luna, hasta llegar a un hogar donde escucha historias sobre bondad y gratitud. Al despertar, el autor siente gratitud por la belleza y enseñanzas del sueño.
Este poema describe un sueño en el que el autor camina a través de un campo de lirios blancos y árboles misteriosos guiado por la luz de la luna, hasta llegar a un hogar donde escucha historias sobre bondad y gratitud. Al despertar, el autor siente gratitud por la belleza y enseñanzas del sueño.
Eran lirios blancos y de su pureza brotaba una sonrisa También estaba aquel misterioso árbol llevando la magia de lo desconocido De hojas alargadas, de cuya flor rosada nacía una estrella amarilla La luz de la luna reflejada en la vegetación me servía de guía Seguía el sinuoso camino mientras se hacía de día.
Mas tarde, un poco después del crepúsculo llegaba a un hogar
Me contaban historias sobre bondad y sobre un señor en el cielo Escuchaba atentamente, regocijándome en la enseñanza Dejando atrás la fatiga, con la mente serena Daba gracias por la fortaleza que en mi ser resuena. Nutriendo el alma con la esencia de la virtud Gratificante el alimento que cura cualquier inquietud.
Fascinado por el regalo de aquel sueño encantado
A cada lirio blanco y su sonrisa en el rocío Daba gracias por la pureza que llenaba el río. La luz de la luna, mi guía en la penumbra Una muestra de la bondad que en la oscuridad alumbra Un poema de gratitud, un canto a lo divino.