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LA HECHICERIA EN LA IGLESIA

HECHICERIA
La hechicería camina de la mano junto con la rebelión. Por lo que si encuentra una, de seguro,
allí también estará la otra.
La hechicería es un poder maligno que nubla la mente y el corazón para alejarnos de Cristo y
de su gracia, dejándonos con pura religiosidad o legalismo y confianza en sí mismos y no en
Cristo.
La hechicería es una obra de la carne porque con ella se rechaza el señorío de Cristo y se
reemplaza por una autoridad ilegítima para usar un poder ilegítimo. Como una obra de la
carne, todo creyente está expuesto a ella, si no depende de Dios.
Atrás de la manipulación, dominación e intimidación está la hechicería. Pues, son formas
ilegítimas de gobernar.
La manipulación dice: ”Te engañaré para que hagas las cosas a mi manera”
La dominación dice: “Te obligaré a hacer lo que yo quiero que hagas”
La intimidación dice: “Te atemorizaré para que hagas lo que yo quiero y como lo quiero”
La manipulación recurre a la seducción; la dominación, a la coerción y la intimidación a la
violencia.
Las personas que manejan a otras por medio del control y la dominación tienen problemas para
someterse a la autoridad de Jesucristo.
Cuando una persona gobierna por el temor y no por el amor, está gobernando por hechicería.
No se deje dominar por la rebelión, ceda el control de su vida y de todo lo demás a Cristo
Jesús.
Hay un espíritu inmundo que hace mucho daño a las congregaciones; me refiero al espíritu
jezabélico.
“Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice
profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación…”
(Apoc.2:20-23).
Lo primero que nos señala el texto acerca de este espíritu de hechicería es que se inmiscuye
en el ministerio profético. Es decir, tiene liderazgo; tiene facilidad de palabras; está relacionado
con el futuro; es convincente.
Lo segundo es que ataca a los auténticos siervos del Señor, seduciéndolos a participar de
actos idolátricos.
Lo tercero es que es soberbio, desafiante, usurpador, insensible y malévolo; por lo mismo, no
se humilla a Dios.
El nombre de este espíritu está inspirado en una mujer del AT que se llamó “Jezabel”; esposa
de Acab, rey de Israel. Pero, ella lo manejaba, usurpaba su poder y desde esa posición
privilegiada hacía uso de todos los medios a su alcance para lograr los caprichos de su
obstinación. Dominó a 450 profetas y a todo un pueblo, metiéndolos a la idolatría (1
Re.18:21-22). Intimidó a los ancianos de Israel. Persiguió al profeta Elías hasta lograr
deprimirlo, pues era una mujer despiadada. Mandó asesinar a Nabot, en fin, Jezabel fue una
hechicera de primera (1 Reyes 19 y 21).
El fin que este espíritu inmundo persigue en las congregaciones es establecer una religión con
las 4 “i”: ilegítima (usurpadora), inmoral, idólatra e intolerante. Su fruto es con las 4 “d”:
desánimo, depresión, desesperación, derrota (renuncia).
El espíritu de Lucifer, es otro espíritu inmundo muy fuerte que maneja desde antaño la
hechicería.
“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que
debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las
estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del
norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres
hasta el Seol, a los lados del abismo” (Isaías 14:12-15).
“En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina,
topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus
tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande,
protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego
te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se
halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y
pecaste; por lo qoe yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh
querubín protector” (Ezequiel 28:13-16).
“…he aquí un gran dragón escarlata… y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del
cielo, y las arrojó sobre la tierra.” (Apoc.12:3-4)
¿Por qué se enorgulleció Satanás y pecó?
Dada su brillante personalidad, impresionantes capacidades y grandes responsabilidades, pues
sólo la trinidad estaba por encima de él; pero, por debajo de él, habían millares y millares de
ángeles. Su posición y autoridad, por tanto, era altamente bendecida y privilegiada. Y también,
por ser el que estaba más cerca de Dios debía ser hermoso, sabio, perfecto y ungido. Además,
era el querubín principal, con acceso inmediato a la presencia de Dios teniendo la libertad de
entrar y salir, sin protocolo que cumplir. Por todo esto, seguramente recibía muchas
felicitaciones y admiración de parte de millares de ángeles. Así que, muy probablemente todo
este humo de halagos y bendiciones llenó su cabeza e hizo que cayera en un exceso de
confianza, perdiera el asombro, la sensibilidad y la conciencia de quién era él y quién era Dios.
Entonces, probablemente comenzó a imaginar que por todos sus dones, capacidades y servicio
también él algún derecho tenía de ser adorado; después, llegó a pensar que él era el único
digno de ser adorado, por lo que se dio a la tarea de hacer proselitismo a su favor, causando
división, inconformidad y rebeldía entre muchos ángeles, por lo que fue echado del cielo.
A parte del orgullo, ¿qué otra cosa le pudo haber ocasionado tal caída?
Dios nunca hace algo con malicia; El es perfecto, es amor, es justicia, es sabio y es bueno. De
modo que, cuando determinó hacer al hombre, decidió hacer un mundo digno, bueno y
maravilloso. Hizo un universo de seres vivos tan diversos en expresiones, funciones, colores,
tamaños, materia, sistemas, pero en armonía e interdependencia entre sí; todo lo hizo para el
hombre a quien lo hizo a su imagen y semejanza y lo puso como la corona de su creación y
como su administrador.
Hecho, por parte de Dios sublime; pero mal visto por Lucifer. Pues, lo tomó como algo negativo;
se sintió menos, rechazado y despreciado porque pensó que ahora el hombre sería el centro
de atención de Dios, o que ahora los demás ángeles llegarían a ser igualmente de importantes
que él al estarle sirviendo al hombre corona de la creación de Dios, y entonces de qué había
servido tantos “años” de estarle sirviendo a Dios con lo mejor de sus talentos y capacidades.
En otras palabras, cayó porque aparte de no poder con tanto orgullo y soberbia, admitió en su
interior un sentimiento de rechazo y de egoísmo que nunca se pudo quitar de encima.
Hoy, ese espíritu inmundo hace sentirse dueños a los administradores; indispensables e
irremplazables a los siervos, porque son vulnerables a los éxitos ajenos y fácilmente se
ofenden. Pero, los controla tanto que, no se quedan satisfechos hasta que logran vengarse de
Dios.
¿Qué aprendemos del auto-levantamiento y caída de Absalón (2Sam.13-20)? Aprendemos que
debemos seguir a las personas que Dios levanta porque a ellas, y sólo a ellas les da su
autoridad y su respaldo.
Absalón era hijo de David, y como tal gozaba de los privilegios de su casa; su apariencia era
agradable; pero, su corazón era malo, en él guardó rencor y odio contra Amnón, su medio
hermano, que había violado a su hermana Tamar. Por eso, en la primer oportunidad que tuvo
se vengó de él y huyó a Gesur. Absalón, dando por sentado el enojo y rechazo de David
(aunque David lloraba por él) cuando regresó y David lo perdonó, a la primera que tuvo lo
traicionó usurpando su influencia, pues se acercó a los líderes para ganar su simpatía y hablar
mal de su padre (de sus errores) y pedirles su voto para organizar una insurrección contra
David. Pero no lo logró, su final fue repentino y fatal (2Sam.18:19).
La hechicería visible es: la manipulación, intimidación y dominación. La hechicería discreta y
sutil es: el legalismo, culpa y condenación.
El hechizo es el poder de sacar del camino a una persona o grupo de personas, a través del
engaño de estar haciendo cosas buenas; pero si al final eso sirve de distracción u olvido de las
cosas que sí son esenciales o vitales, ahí hay obra de hechicería. Porque una persona
hechizada es una persona deslumbrada por cosas aparentes solamente, mas no verdaderas o
esenciales que no les permiten juzgar ni elegir correctamente, de modo que, desprecian los
beneficios de su herencia (Gál.3:1-5).
Un auténtico discípulo de Jesús es una amenaza al reino de las tinieblas, por eso, Satanás
manda sus agentes perversos a hechizarlo para que no vea ni valore el sacrificio de Jesús, es
decir, el poder de su sangre y de su resurrección. Sutílmente hace que el creyente sustituya el
poder y la gracia de Jesucristo por supersticiones, ritos, buenas obras, ética, psicología,
religión, etc. Cuando Satanás logra desviar al creyente de la gracia, inmediatamente lo
esclaviza a la carne, a la idolatría y al legalismo. Por lo que deja al creyente bajo maldición y ya
no sea una amenaza para él y para su reino.
¿Por qué muchas veces pasa que un cristiano que escucha una palabra que procede del
corazón de Dios, no responde a ella? Porque está hechizado.
Cuando un cristiano no es capaz de ver los beneficios de la cruz de Cristo para aferrarse sólo
de la gracia de Dios es porque Satanás lo ha hechizado para que no use el poder que le
corresponde como hijo y siervo de Jesucristo. Y ¿Cómo y con qué lo ha hechizado? Con algo
propio del cristianismo y de la doctrina; como por ejemplo, las buenas obras o la doctrina, en
especial, lo que tiene que ver con las formas o tradiciones. Satanás ha logrado poner a muchos
cristianos a la sombra de sus buenas obras, carisma, dones y servicio; y a otros, a estar
aferrados a sus reglas o doctrina inflexible, para que ya sea de una o de otra manera, Satanás
tenga a los cristianos bajo la ley y por lo tanto, bajo maldición y condenación.
Pero, los cristianos que hacen la obra de Dios dependiendo enteramente de la gracia de Dios,
ellos están viendo a la cruz de Jesús permanentemente y Dios les da su poder para que tengan
vida.

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