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La persona de Jesucristo
CONSTANTINO Rmz-GARRIDO
Herder
A MIS MUY APRECIADOS COLEGAS Y COMPAÑEROS DE VIAJE,
DOCTORES EN TEOLOGÍA,
1 ª edición, 3ª impresión
ISBN: 978-84-254-2021-4
Depósito legal: B - 1 0 . 1 5 3 - 2 0 1 O
Printcd in Spain
Herder
www. herderedi torial .com
PREFACIO
aquel que vino a la historia y que ahora sigue viviendo junto a Dios y
esta obra, que pretende servir en último término a Jesucristo, que vive,
que pervive y que es una exigencia actual para nosotros. Es una obra
él. Pero yo creo que, por el plan y la intención de las únicas fuentes
quieren decimos realmente. Está bien claro que las fuentes se dirigen,
9
como destinataria, a la comunidad creyente, aunque cada una de ellas
necesitarían todavía una revisión crítica según todos los conocimien CAPITULO PRIMERO
caciones tan extensas y divergentes. Me he limitado a lo que yo creí l. Jesús de Nazaret - Jesús el Cristo (Jesucristo) . 16
reconocer como una visión sostenible, merecedora de consenso y que 2. El Evangelio . 26
contribuyera a avanzar en los conocimientos. Por tanto, la reducida 3. El «Evangelio en cuatro formas» . 32
CAPITULO SEGUNDO
siera menospreciar o prescindir de los numerosos trabajos de mis cole
10 11
CAPfruLO TERCERO
MATEO
3. La estructura del Evangelio de Juan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 334
CAPÍTULO CUARTO
EL EVANGELIO EN CUATRO FORMAS
l. La perspectiva fundamental .
203
l. Una imagen diferente de Jesucristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 422
l. El Enviado de Dios con el poder del Espíritu Santo . 203
l . La imagen en los Evangelios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 422
2. El proclamador del Evangelio de la gracia . 210
2. M odificaciones de la im agen m arquina d e J esús en Mateo 42 4
3. El Salvador, Mesías y Señor presentado a los judíos y a los
3. La im agen lucana de Jesús en co mparación on
c Marcos
griegos .
218
y M a t e o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 430
4. El Señor exaltado que por medio de la muerte y la
4. El paso a la cristología j oánica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 36
resurrección llegó hasta Dios . 229
11. La imagen homogénea de fe acerca de Jesucristo, subyacente en
5. El que conduce por el camino de la salvación . 241
las diversas proyecciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437
6. El Señor que viene de nuevo .
252
l. La co nvicción acerca de Jesús el Mesías . . . . . . . . . . . . . . . . 437
11. Algunos rasgos particulares .
267
2. L a fe en Jesús, el H j i o de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 39
l. La humanidad de Jesús .
267
3. Jesús, el q ue trae la salvación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 442
2. La acción de Jesús en favor de los pobres y de los
4. El enteramente Otro, el que da t estimonio entr e los
desgraciados · .
280
h ombres acerca de Dios y de su m ajestad . . . . . . . . . . . . . . 444
3. La atención prestada por Jesús a las mujeres . 291
111. La imagen de fe de los evangelistas acerca de Jesucristo en
4. El Jesús orante .
307
relación con el histórico Jesús de Nazaret . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 447
Perspectiva final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
4
CAPtrlJLO QUINTO
JUAN
12
13
CAPÍTULO PRIMERO
LA FE Y LA HISTORIA
pensar. Pero ninguna de esas influyentes ideas penetra tan hondo como
das en lo más íntimo e impulsadas hacia una nueva visión del mun
religión son los manantiales de los que fluyen las reflexiones y el afán
desde hace ya casi 2000 años mueve la vida intelectual, cultural y social
15
misma del cristianismo. Porque Jesucristo es una figura histórica que honor de «Jesús el Cristo» (Jesucristo). El nombre compuesto fue
sólo alcanzó su influencia universal mediante la fe en que él sigue en sus orígenes una confesión de fe: Jesús de Nazaret es el «Ungido»,
cado. Al problema de las relaciones entre el histórico Jesús de Naza fórmula de fe: «Cristo murió por nuestros pecados conforme a las
ret y el Cristo de la fe, que desde hace más de doscientos años, a par Escrituras, ... y se apareció a Cefas y después a los Doce» (lCor 15,3-5).
tir de la Ilustración, domina las investigaciones científicas y el debate Tal es el «evangelio», el mensaje de salvación que Pablo recoge
acerca de la fe, se dedica también la presente obra, aunque con un (lCor 15,ls) y proclama para la salvación de los hombres. Ésta, y sólo
nuevo enfoque, que parte de que no es posible conocer ni escudri ésta, es la historia íntegra de Jesús de Nazaret, la «Historia de un
él los evangelistas, cada uno de los cuales proyectó una particular ima rrollada en su cruz y en su resurrección desencadenó en la historia
que determina su vida y las mueve a realizar actos que cambian la faz
Una pregunta que siempre conmociona es la que pretende saber na. Cuando le llamamos el «fundador de una religión», eso no es más
quién fue el Jesús de Nazaret que aparece como figura histórica al que una caracterización muy externa y completamente insuficiente
comienzo de nuestra era. Tan sólo dos o tres años actuó en público, de su significado. Se le contempla entonces en una misma serie con
anduvo itinerante a través del pequeño país de Galilea, proclamó su otros «fundadores de religiones» como Moisés, Mahoma, Zaratustra
mensaje, el «evangelio», curó enfermos y realizó acciones asombro y Buda; pero no se capta la influencia viva que de él dimana y que
sas. Atrajo en tomo suyo a grandes niultitudes y reunió discípulos a sigue haciendo de él una figura inconfundible. Para ello son decisivas
de una familia de artesanos en la insignificante ciudad de Nazaret; des sías soberano (de un monarca), ni tampoco de un Mesías sacerdotal, sino que,
pués se acercó al Jordán e hizo que Juan el Bautista le bautizara. como lo prueba un abundante material sobre lo que era la unción, se entiende por
dicación era como una chispa que encendía la llama y que tuvo inmen scher; fundamentaltheologischer und systematischer Sicht (Düsseldorf 1985), esp.
Dios en favor de los hombres. Desde entonces obtuvo el título de viviente Christus praesens» (364).
16 17
ambas cosas: su actuación terrena, sus palabras y actos, y su suerte, la eso, a los testigos de la trasfiguración se les encarga que no digan nada
horrible muerte en la cruz, que -según la fe de sus adeptos- con a nadie acerca de aquella manifestación, hasta que el Hijo del hom
duce a la resurrección. Tan sólo las dos cosas juntas nos ofrecen una bre haya resucitado de entre los muertos (Me 9,9; Mt 17,9). El cami
imagen acertada de «Jesús el Cristo» (Jesucristo), porque el Jesús terre no hacia el sufrimiento y la muerte está inmerso en la luz de la resu
no no puede comprenderse sin el Cristo resucitado, y para la Iglesia rrección (Me 8,31; 9,31; 10,33). ¿No habrá que quitar el retoque de fe
primitiva el Crucificado y Resucitado no es otro que el Jesús de Naza que recubre la imagen de Jesús para ver así al verdadero Jesús histó
ret que actuaba en la tierra. Claro que en esta asociación entre la mani rico? En el fondo, todo el Evangelio de Marcos es un libro de «secre
festación histórica y la presencia suprahistórica captada en la fe y tas epifanías» (Martín Dibelius), en las que el Hijo de Dios se revela
que sigue actuando a través de los tiempos, hay una tensión: ¿cómo a la mirada de la fe y sólo a ella. Todo lo narrado y lo trasmitido se
puede hacerse que se unan y se ajusten los datos históricos, concretos encuentra tan densamente entrelazado con la respuesta de fe dada
y singulares, con la fe que descansa sobre un nuevo plano de com por la comunidad, que lo que sucedió antaño no es posible desligarlo
prensión? Para la fe está bien claro: «Jesucristo es el mismo ayer, hoy, de esa respuesta. Sin una actitud creyente y abierta, con la que una
y por los siglos» (Heb 13,8). ¿Pero Jesús el Cristo (Jesucristo) es el persona sabe que las palabras de Jesús están dirigidas a él, que com
mismo que el Jesús de Nazaret que aparece en los evangelios? ¿El prende que los actos de Jesús son actos que le afectan a él, que entien
Cristo proclamado es el mismo que el Jesús que proclamaba según los de el camino de Jesús hacia la pasión y la muerte como algo que le
evangelios? ¿Entre el Jesús que encontramos en los evangelios y el concierne a él y le impone una exigencia, sin esa actitud -digo- todo
Crucificado-Resucitado no hay un «ancho y feo foso», como se afir lo que los Evangelios narran acerca de Jesús permanecerá como una
ma desde los tiempos de la Ilustración? Es sorprendente que Pablo, cosa extraña, lejana, incomprensible. Sin la fe nos encontramos ante
que no conoció a Jesús según la carne, edifique toda su proclamación una barrera acústica, tropezamos con enigmas y oscuridades, como les
sobre el hecho de la cruz y la resurrección de Jesucristo, es decir, pue sucede a los discípulos según la exposición de Marcos, que no son capa
da arreglárselas casi sin echar una mirada retrospectiva al Jesús his ces de comprender y que, por su ceguera y sordera, son reprendidos
tórico. ¿No sucederá entonces que todo lo que podemos saber y que por Jesús, quien les dice que tienen un corazón endurecido (6,52; 8,l 7s ).
remos saber acerca de Jesús, quede absorbido por esa proclamación.. El que se acerca a Jesús con la fría distancia del historiador, no podrá
Durante siglos esto no fue ningún problema para la fe cristiana. de la fuerza radiante que de él dimana, del poder vivificador de sus
Lo que Jesús proclamó son las palabras del Hijo de Dios encarnado; palabras y actos, de la arrebatadora violencia de su pasión y muerte.
hay que aceptarlas y realizarlas como revelación divina en su senti Sin embargo, el empeño por conocer a Jesús en su manifestación
do manifiesto. ¿Pero su sentido será siempre tan claro? ¿ Y serán las histórica, por captar sus palabras y actos reales, no puede considerarse
palabras reales del Jesús histórico? ¿No surge con ello otra imagen de como un empeño desencaminado y errado. Si sólo existiera el men
Jesús, el cual vivió y actuó mucho más sencillamente como hombre saje del Crucificado y Resucitado, surgiría el peligro de una idealiza
entre los hombres de su tiempo? La «autoridad» de Jesús en sus dis ción de su persona, de una mitización, de una especulación intelec
cursos, en su exposición de la ley (Me 1,22; Mt 7,29), en el perdón de tual. La confesión de fe corre peligro entonces de perder el terreno
los pecados (Me 2,10), en la curación de enfermos (Me 1,27; 3,15; 6,7; firme bajo sus pies. La Iglesia primitiva fue plenamente consciente de
cf. 6,55s, etc.) es la autoridad del Exaltado a la derecha de Dios (cf ello. Porque ella quería precisamente trasmitir como encargo del Resu
Mt 28,18). Su acción de caminar sobre las olas (Me 6,45-52) y su tras citado lo que Jesús había proclamado y enseñado, a fin de ganar así
figuración en lo alto del monte (Me 9,2-10) se narran como historias para la fe en Jesús al mundo de las naciones. «¡Enseñadlas a guardar
de epifanía, detrás de las cuales se halla la fe en el Resucitado. Por todo lo que yo os he mandado!» (Mt 28,20). Jesús de Nazaret, el Cru-
18 19
cificado, era para ella el Mesías y el Señor (Act 2,36), y ningún otro. que por su esencia era individualista y negadora del mundo. La con
Y de ese Jesús, crucificado en tiempo de Poncio Pilato, se aguardaba cepción, impulsada por la «escatología consecuente» (Johannes Weiss),
el perdón de los pecados (Act 2,38; 3,18s; 13,38). exagera la orientación escatológica, correcta en sí, del reinado de Dios
Desde que se percibió aquel foso entre el Jesús que proclamaba reduciéndola a un límite temporal (algo que habría de suceder toda
y el Cristo proclamado, surgió el empeño por desligar a Jesús de Naza vía en tiempo de Jesús) y desestima la referencia colectiva de la pre
ret de todo recubrimiento dogmático y dejarlo al descubierto en su dicación de Jesús al pueblo de Dios y el carácter cósmico y universal
figura histórica. Basándose en las fuentes, y a pesar de su insuficien del reinado de Dios. Ahora bien, la ética de Jesús, de ingentes exi
cia, se quiso contemplar al Jesús «histórico» real y deslindarlo del Cris gencias, que sitúa sin miramientos al hombre en presencia de Dios,
to de la fe. Desde Hermano Samuel Reimarus, quien -<:orno autor Schweitzer la recogió vigorosamente y trató de realizarla en su pro
se halla detrás de la obra publicada por Gotthold Ephraim Lessing pia vida, viviéndola como médico de la selva virgen ( «el respeto a la
1778), se originó la «investigación sobre la vida de Jesús» y dominó La subsiguiente labor de investigación que edificó sobre las rui
todo el siglo XIX. Pero ésta no condujo a resultados convincentes, sino nas de la investigación sobre la vida de Jesús, no logró abrir el calle
tan sólo a diferentes imágenes de Jesús, determinadas subjetivamen jón sin salida. William Wrede vio en el Evangelio de Marcos el inten
te y proyectadas a base de presupuestos ideológicos. Este denodado to por equiparar al Jesús no-histórico con la convicción cristiana
4•
empeño de investigación tenía que fracasar, porque los Evangelios primitiva acerca de Jesús el Cristo, el Mesías e Hijo de Dios Con ello
no son escritos orientados predominantemente en sentido histórico, el «foso» se hizo aún más patente. Después, en la época que siguió a
sino que todo lo trasmitido históricamente lo integran en seguida en la la primera guerra mundial, apareció la visión de los Evangelios des
imagen de fe acerca de Jesús el Cristo (Jesucristo). El Jesús histórico de la perspectiva de la historia de las formas (Formgeschichte); se cre
está ligado a la confesión de fe en Jesús el Cristo. Albert Schweitzer yó que la mayoría de las palabras de Jesús habían sido plasmadas y
describió en una brillante exposición la historia de la Leben-Jesu-For modificadas por la fe de la Iglesia primitiva, y se pensó que la mayo
schung (La investigación sobre la vida de Jesús). En su consideración ría de los hechos referidos acerca de Jesús, especialmente los milagros,
final escribe lo siguiente: «Ya no existe el fundamento histórico del eran creaciones de la comunidad (Gemeindebildungen). Rudolf Bult
cristianismo, tal como lo presentaron la teología racionalista, la teo mann llegó al resultado de que el material narrativo había sido plas
logía liberal y la teología moderna, pero esto no significa que el cris mado legendariamente y que las historias acerca de Jesús tienen en
5•
tianismo haya perdido fundamento histórico ... Jesús es algo para noso parte su origen en el culto cristiano Sin embargo, Bultmann escribió
tros, porque una vigorosa corriente intelectual brotó de él y baña una obra acerca de Jesús, en la que toma como fundamento de su expo
también nuestro tiempo. Esta realidad no queda sacudida ni conso sición la proclamación efectuada por Jesús, tal como había sido reci
3.
lidada por el conocimiento histórico» Claro que A. Schweitzer mis bida y trasmitida con sobreformaciones por la comunidad. Acerca de
mo proyectó una imagen de Jesús que partía de que Jesús había espe la vida y de la personalidad de Jesús no podríamos saber ya prácti
6•
rado como inminente la llegada del reino de Dios: una imagen que no camente nada, porque las fuentes cristianas no se interesaron por ello
hace justicia a los textos. Jesús habría proclamado una «ética de inte
8
5. R. Bultmann, Geschichte der synoptischen Tradition (Gotinga 1970)
6 260-369.
3. A. Schweitzer, Geschichte der Leben-Jesu-Forschung (Tubinga 1951) 632;
(Investigación sobre la vida de Jesús, Valencia 1990). 6. R. Bultmann, Jesus (Tubinga 1926 y frecuentes reediciones [1970]) 1 1 .
20 21
Por otro lado dice Bultmann: «Aunque sabemos poco acerca de la vida lles. Se perfeccionaron los métodos de investigación. Se indagaron cri
y de la personalidad [de Jesús], sin embargo, de su proclamación sabe terios para reconocer la tradición auténtica acerca de Jesús y se entró
7•
mos lo suficiente para formamos de ella una imagen coherente» Él así en un terreno más firme para conocer las palabras y los actos de
entiende las enseñanzas éticas de Jesús como un llamamiento a una Jesús. La «pregunta aclaratoria acerca de Jesús» volvió a ocupar su
12•
nueva comprensión de la existencia, por la cual el hombre tiene que lugar legítimo
entenderse a sí mismo de manera nueva y diferente que hasta enton En esta situación de las investigaciones seguimos estando hasta
ces y tiene que saber que se le exige una obediencia radical. El rei el día de hoy. Se publican sin cesar libros y artículos que estudian el
nado de Dios es «un poder que determina por completo el presente, fenómeno del Jesús histórico, de su proclamación y de sus intencio
aunque es enteramente futuro. Determina el presente forzando al nes, y que con ello asocian la cuestión de saber cómo del Jesús histó
hombre a la decisión; el hombre, por su decisión, está determinado de rico salió el Cristo kerigmático, y cómo esa fe de la más temprana cris
una manera o de otra, como elegido o como réprobo, en toda su exis tología se desarrolló y se diferenció hasta llegar a etapas más
8.
tencia presente» Por impresionante que sea esta interpretación exis evolucionadas de la confesión cristológica. Una visión retrospectiva
tencial, sin embargo surgen dudas de si con ella se hace justicia a la de la investigación sobre Jesús desde 1950 hasta 1980 nos la propor
comprensión que Jesús tenía con arreglo a sus presupuestos judíos, cionan las recensiones de Werner Georg Kümmel sobre la extensa
principalmente en lo que respecta a la postura ante la ley judía, y tam bibliografía acerca de este tema, publicadas en la Theologische Rund
bién en lo concerniente al reinado de Dios. schau, que ahora se hallan recopiladas en un espléndido volumen'>,
Frente a la crítica radical contra la fiabilidad histórica de la tra La gran abundancia de publicaciones acerca de todos los aspectos del
dición acerca de Jesús se alzaron voces de contradicción, dentro mis Jesús de la historia es para él aterradora y apenas se puede abarcar
9•
mo de la escuela de Bultmann Ernst Kasemann ve acertadamente con la mirada. Pero más aterradora aún es la gran abundancia de opi
que «los evangelios refieren su kerigma, sea cual fuere lo que se pien niones que se contradicen unas a otras, que en muchos casos se exclu
sa de su origen, precisamente al Jesús terreno y le atribuyen consi yen mutuamente y que causan la impresión de ser un completo labe
14•
guientemente una autoridad insigne que es imposible ignorar. Por muy rinto de opiniones A pesar de todo, Kümmel no duda de la
intensamente que difieran sus concepciones de la historia de Jesús, posibilidad de valerse de los medios de la historia crítica para lograr
por muy profundamente que pueda estar oculta la verdadera historia acceso al Jesús de la historia. En el debate sobre los métodos y crite-
historia es a lo que debemos su aparición, bajo esa forma que se dis años 1950 y 1960. Véase la obra colectiva dirigida por H. Ristow y K. Matthiae,
tingue de manera tan característica del resto del nuevo testamento y Der historische Jesus und der kerygmatische Christus (Berlín 1960); véase además
Cristo kerigmático»!'. No es preciso que la sigamos en todos sus deta- tales de F. Hahn, F. Lentzen-Deis, F. Mussner); Schillebeeckx, Jesús (nota 2) 71-
91; R. Riesner, Jesus als Lehrer. Eine Untersuchung zum Ursprung der Evange
2
lien-Überlieferung (Tubinga 1984) 87-95; J. Gnilka, Jesús de Nazaret. Mensaje e
7. /bid. 14.
historia (Barcelona 1993) 35-40.
8. Ibid. 46.
9. E. Kasemann, El problema del Jesús histórico, en: Id., Ensayos exegéti 13. W. G. Kümmel, Jesus-Forschung (nota 1 1 ) . Entre tanto se han publicado
cos, Salamanca 1978, 159-187. más informes sobre investigaciones, en: Theo/ogische Rundschau 53 (1988) 229-
10. /bid. 168. 249; 54 (1989) 1-53; 55 (1990) 21-45; 56 (1991) 27-53; 391-420.
11. Este problema preocupó intensamente a los investigadores durante los 14. ]bid. 535.
22 23
ríos para la investigación sobre Jesús se eliminan enfoques equivo mento para la pregunta que propiamente conmociona: ¿ Quién es Jesu
cados, y las exposiciones unilaterales y tendenciosas se demuestran cristo para mí, para la comunidad de los creyentes, para todos los seres
insostenibles. Kümmel juzga en sentido positivo: a) Es verdad que no humanos? Desde ese punto de observación los evangelistas miran
puede escribirse una biografía de Jesús; pero podemos conocer que retrospectivamente al Jesús histórico y quieren hacer que resplan
los rasgos principales de la proclamación de Jesús se hallan en depen dezca el significado permanente de Jesús en sus obras y en su destino.
dencia de ideas fundamentales del judaísmo contemporáneo y en con No tienen un interés aislado por el Jesús histórico; su mirada está diri
frontación con ellas; además podemos conocer la viva oposición en la gida siempre al Cristo glorificado, al Señor permanente de su comu
que Jesús se vio envuelto con círculos dirigentes de su pueblo, y que nidad. Él es para ellos Jesús el Cristo, el Mesías prometido y el Hijo
finalmente condujo a su muerte violenta. b) Se perfila un consenso de Dios, y esto se hace patente en todas las historias acerca de Jesús.
acerca de que la proclamación de Jesús está dominada fundamental Martin Kahler, que con su obra Der sogenannte historische Jesus und
3
mente por la expectación de la llegada del reinado de Dios, cualquiera der geschichtliche, biblische Christus (1892; 1953) emprendió un enér
que sea la manera como se defina el presente y el futuro del reina gico ataque, aunque insuficiente, contra la investigación sobre Jesús
do de Dios. e) Finalmente, se reconoce ampliamente que la procla y contra la reducida mirada hacia el Jesús «histórico», escribe así:
mación de Jesús se asienta sobre una absoluta pretensión de autori «¿ Qué son los relatos en sí y qué son para nosotros, como ejemplos
dad, la cual se halla en conexión con el proclamado reinado de de cómo él solía actuar, de cómo era él, de cómo es él? En cada gota de
ha recibido, y de su propia autoridad que se fundamenta en Dios. de la misma manera, en cada breve historia encontramos la plena per
hacer realmente una aportación al conocimiento de la persona de Jesu Pero hay que decir más todavía: el Jesús histórico real se sustrae
cristo, dilucidando las circunstancias históricas de su aparición y de su a nuestra mirada y no puede captarse tampoco mediante la investi
actuación en público, haciendo resaltar cuál fue su proclamación en gación histórica crítica. Lo que sale de la investigación proyectada con
sus rasgos principales y presentando también la pretensión de Jesús un gran instrumental de métodos es un constructo logrado según pro
sús concebida críticamente, sino que se abre también una puerta hacia que resultan del todo insuficientes cuando se trata de una figura tan
la cuestión sobre el Cristo de la fe, aunque nada más. Porque el hecho extraordinaria como Jesús de Nazaret: una figura que sólo puede cap
de traspasar esa puerta es posible únicamente para quien, con la Igle tarse en la fe. Jesús no es precisamente una persona como César, Napo
sia primitiva, cree en la resurrección del Jesús crucificado. La pregunta león u otros grandes personajes de la historia universal que se encua
aclaratoria acerca de Jesús es imprescindible para la fe; es un funda- dran en el curso del acontecer del mundo. Jesús rompe y sobrepasa la
manca 1982) 27-53; K. Schubert, Die judischen Religionsparteien im Zeitalter Jesu, que afecta a todos los seres humanos, a la pregunta acerca del senti
en: Id., Der historische Jesus und der Christus unseres Glaubens (Viena 1962) 15- do de la existencia humana y de las tareas del vivir humano. Y lo hace
101; G. Baumbach, Jesus von Nazaretñ im Licht der judischen Gruppenbildung (Ber
lín 1971); J. Jeremias, Jerusalén en tiempos de Jesús (Madrid 1977); B. Reicke, Neu
17. M. Kahler, Der sogenannte historische Jesus und der geschichtliche, bibli
testamentliche Zeitgeschichte. Die biblische Welt 500 v. bis 100 n. Chr. (Berlín 1965);
sche Christus, obra publicada nuevamente bajo la dirección de E. Wolf (Munich
H. G. Kippenberg y G. A. Wewers, Textbuch zur neutestamentlichen Zeitgeschich
1953) 60s.
te (Gotinga 1979); J. Gnilka, Jesús de Nazaret (nota 12) 45-93.
25
24
desde una visión más profunda del anclaje del ser humano en Dios, de la actividad histórica de Jesús hasta su muerte: actividad que luego
la verdad que tiene su fundamento en Dios (Jn 18,37). El cristianis tiene su continuidad en la proclamación efectuada por la Iglesia? Esto
mo primitivo se halla plenamente imbuido de esta convicción. último podría ser lo acertado, de conformidad con otros pasajes en
Y, así, todos los textos que poseemos acerca de Jesucristo se asientan que se habla del «evangelio»; porque el evangelio ha de seguir pro
en el plano de una comprensión religiosa. Todos los evangelios, lo mis clamándose después de Jesús y ha de seguir estando activo (cf. 8,35;
mo que la literatura epistolar, presuponen este plano de comunica 10,29); ha de ser proclamado entre todas las naciones (13,10; cf. 14,9).
ción. Esto se ve ya en la índole de la exposición, en el genus literarium Finalmente, habrá que preguntarse si en lo de «el inicio» se conside
que los evangelistas utilizan para referir la actividad pública de Jesús. ra a Jesús como el proclamador del evangelio de Dios (cf. 1,14) (geni
Marcos, el evangelista más antiguo, comienza su exposición con Crucificado y Resucitado; ahora bien, como Pablo proclama el evan
las palabras: «Principio del evangelio de Jesucristo», o también: «Acer gelio en cuanto «servidor de Dios», se trata ciertamente del «evange
ca de Jesucristo». La adición de «el Hijo de Dios», incierta desde el lio de Dios» (1 Tes 2,2.8.9; Rom 1,1; 15,16; 2 Cor 11,7). Pero, dado que
punto de vista de la crítica textual, habrá que considerarla como ori el Evangelio de Marcos es el estrato más antiguo de la proclamación
ginal, porque Jesucristo --en el Evangelio de Marcos- destaca pre del evangelio, es obvio, si tenemos en cuenta 1,14, que hay que con
cisamente como «(el) Hijo de Dios». La voz de Dios que se escucha siderar a Jesús como el proclamador del evangelio de Dios, es decir,
19•
con ocasión del bautismo y de la trasfiguración testifica que Jesucristo como el proclamador de la llegada del reinado de Dios
es el Hijo de Dios (1,11; 9,7); los demonios le confiesan =-contra su Ahora bien, la palabra más esclarecedora en esta introducción del
voluntad y rechazándolo- como «Hijo de Dios (Altísimo)» ( 3 , 1 1 ; Evangelio de Marcos es «el evangelio», que permite reconocer la índo
5,7); en la parábola de los viñadores malvados, Jesús es el «hijo ama le, el género del escrito. Este término designa originalmente, junto con
do» (12,6); el centurión pagano le reconoce, después de la muerte el verbo «proclamar», la proclamación oral del mensaje de salvación,
18•
de Jesús, como «verdaderamente» el Hijo de Dios (15,39) Lo del y sólo por el epígrafe de Marcos y por la obra creada por él se con
«principio» del Evangelio es objeto de debate. ¿Se indicará con ello virtió en el concepto para designar a un género literario-", Con esto
el comienzo de la actividad pública de Jesús en asociación con Juan el toda la obra se halla bajo el signo de la llegada del reinado de Dios. El
18. En general, en las cristologías del NT suele dilucidarse la denomina 537; G. Dautzenberg, Die Zeit des Evangeliums. Mk 1,1-15 und die Konzeption des
ción de «Hijo de Dios» sin tenerse en cuenta especialmente a Marcos. Una pers Markusevangeliums: BZ 21 (1977) 219-234: 22 (1978) 76-91; H. Frankenrnolle,
pectiva especial la desarrolla Ph. Vielhauer, Erwdgungen zur Christologie des Mar Evangelium. Begriffund Gattung. Ein Forschungsbericht, SBB 15 (Stuttgart 1988)
Bultmann) {Tubinga 1964, 155-169: apoteosis del Hijo de Dios en el bautismo, pre 20. Cf. G. Strecker, Das Evangelium (nota anterior) 517-523. 524-531: P. Stuhl
sentación en la trasfiguración, entronización en la cruz. Es una perspectiva impug macher, Das paulinische Evangelium, en: id. {dir.), Das Evangelium und die Evan
nable. Sobre el conjunto véase la monografía de C. R. Kazmierski, Jesus the Son gelien (Tubinga 1983) 157-182; H. Merklein, Zum Verstandnis des paulinischen
of God. A Study of the Marcan Tradition and its Redaction by the Evangelist, Begriffs «Evangeliun», en: id., Studien zu Jesus und Paulus (Tubinga 1987) 279-
26 27
punto de partida para la exposición de Marcos sería la profecía que l. El «evangelio» no es una biografía de Jesús según el modelo de
aparece en Is 52,7: «¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del las vidas de personas ilustres escritas en la antígüedad-'; no es tam
mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia poco una producción literaria que pueda asignarse al género de las
salvación, que dice a Sión: "Ya reina tu Dios"!». Este mensajero que «memorias», en las cuales se recogían los recuerdos de la vida de gran
anuncia buenas nuevas es -para la Iglesia primitiva- Jesús, aun des varones; finalmente, no es tampoco el relato que enumera y ensal
que no es seguro que Jesús se haya presentado a sí mismo, a la luz de za las hazañas de «taumaturgos» (aretalogía). No es en absoluto una
21•
este pasaje de lsaías, como tal mensajero de buenas nuevas obra que pretenda glorificar al hombre Jesús. Es una «historiografía
Hay que tener en cuenta también otro pasaje donde el ungido kerigmática».
de Dios dice: «Él me ha enviado a anunciar la buena nueva a los po 2. El «evangelio» se propone mostrar la acción de Dios en Jesús
bres, a vendar los corazones rotos, a pregonar a los cautivos la libera y con Jesús: una acción que conduce a la liberación de los hombres de
ción, y a los reclusos la libertad» (Is 61,1). Este pasaje se cita en la su opresión interna y de su calamidad externa. Se trata del perdón
predicación de Jesús en Nazaret, mencionada en Le 4,18s, y resume de pecados, de la curación de enfermedades, de la victoria sobre pode
la actividad salvífica de Jesús. No es fácil dilucidar el origen y la his res dañinos y malvados (exorcismos de demonios). Todo lo que se
toria de las tradiciones en relación con el sustantivo «evangelio-F. hace tiene su origen en Dios; Jesús es sólo la representación de la
No se puede probar que el término dependa del lenguaje helenístico voluntad salvífica y del poder salvífico de Dios, el ejecutor del plan de
y romano (la veneración del soberano, el culto al emperador); lo que Dios, el brazo eficaz de su acción en el mundo.
se puede probar es la recepción cristiana del verbo, tomado del len 3. Por eso, no se traza tampoco una «imagen de la personalidad»
guaje del Deuteroisaías. Cualquiera que sea la manera en que se llegó de Jesús. No se nos dice nada sobre su apariencia externa. De vez en
a la recepción del concepto «evangelio», la aceptación de este térmi cuando se mencionan algunas emociones de Jesús (compasión, mise
no por Marcos tiene considerables consecuencias para la compren ricordia, ira), pero no para describirnos sus pasiones humanas, sino
sión de su obra. Ésta surgió en un tiempo en que la distancia tempo para poner de relieve la humanidad y la compenetración humana de
ral con respecto a la predicación de Jesús exigía una fijación para las Jesús, acordes con su misión. Él tiene misericordia hacia las perso
necesidades misioneras y catequéticas de la Iglesia primitiva. Esto se nas que se acercan a él con confianza; siente ira contra los que menos
efectuó en un texto que recopila las tradiciones acerca de Jesús y, al precian y tratan de reprimir su actividad salvífica. Él vino, no para lla
mismo tiempo, proyecta sobre ellas la luz de la fe en Cristo. Si quere mar a los justos, sino a los pecadores (Me 2,17), para salvar la vida y
mos comprender la índole específica de esa peculiar exposición lite no para destruirla (3,4).
raria, que estimuló e influyó también en los subsiguientes Evange 4. Se dedica especial atención a la pasión y muerte de Jesús. La
lios de Mateo, Lucas y Juan, entonces tendremos que aclarar todavía historia de la pasión se expone detalladamente (capítulos 14-15), en
lo siguiente: una forma pensada teológicamente según el modelo del justo que
Rezeption von les 52, 7 ybd 61,1 im Neuen Testament, durch Jesus und in den Tar 23. Ph.-L. Shuler, The Genre(s) ofthe Gospels, en: D. L. Dungen (dir.), The
gumim, en: H. Frankemolle - K. Kertelge (dirs. ), Vom Urchristentum zu Jesus, lnterrelations of the Gospels, Jerusalem Symposion (Lovaina 1990) 459-483, ha
FS J. Gnilka (Friburgo-Basilea-Viena 1989) 34-67. intentado recientemente probar de nuevo la afinidad del «evangelio» con las bio
22. Véase la monografía de H. Frankemolle, Evangelium (nota 19) grafías helenísticas; pero eso es cuestionable, véase la réplica de P. Stuhlmacher
28 29
aparece firmemente desde el principio (cf. 2,20) y domina de tal modo Hasta ahora no hemos contemplado más que el Evangelio de Mar
el pensamiento, que a los Evangelios podríamos llamarlos «historias cos. En los otros tres Evangelios, Jesús resalta con una acentuación
de la pasión con una detallada introducción-". distinta, con nuevos rasgos. La vida de Jesús se amplía en los antece
5. Con la mirada puesta en Jesús se asocia inmediatamente la mira dentes relatados por Mateo (Mt 1-2) y en la historia de la infancia
da puesta en la comunidad de fe, la cual sigue a Jesús en su camino. narrada por Lucas (Le 1-2) y halla una continuidad en las apariciones
Programáticamente, después del anuncio del camino de Jesús hacia del Resucitado. Cada evangelista da a la imagen de Jesús un colorido
su pasión y su muerte, se formula la exhortación: «El que quiera venir propio, según los presupuestos que condujeron a cada uno de ellos a
en pos de mí, ¡niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame!» (Me 8,34). la composición del correspondiente Evangelio, y según las propias
En este contexto Marcos menciona el «evangelio»: «El que pierda su inclinaciones que le impulsaron. En el diálogo con los contemporá
vida por causa de mí y del evangelio, la salvará» (8,35). El evangelio neos, en el entorno cultural se van formando determinados tipos de
es una interpelación dirigida a la comunidad, sobre todo en lo que res escritos evangélicos. No es lo mismo que la fe cristiana se exprese en
pecta a las exigencias morales que proceden de Jesús. un ambiente palestinense o en un entorno judeo-helenístico o en con
6. También queda integrado el culto de la comunidad. La Última tacto con el mundo pagano. Vamos a estudiar esos tipos de presen
Cena con la institución de la eucaristía (Me 14,22-25) es un importante tación de Cristo; para ello, los ejemplos más destacados son los cuatro
acontecimiento antes de la pasión: un acontecimiento que continúa en Evangelios. También tendremos en cuenta al Evangelio de Juan, al
la comunidad como conmemoración permanente de la muerte de Je igual que los Sinópticos, a pesar de que Bultmann quiere descartar
sús y como esperanza del cumplimiento en el reino de Dios. Asimismo, al Evangelio de Juan como fuente para conocer la proclamación de
la vida de oración de la comunidad fructifica mediante las palabras de Jesús". Prescindiendo de que en él pueden haberse conservado tra
26,
Jesús acerca de la oración que está segura de ser escuchada (11,23-25). diciones especiales acerca de la actividad de Jesús en el Evangelio
7. Repetidas veces se encuentran perspectivas sobre la venida del de Juan se refleja de manera propia la imagen de Cristo, y se pone de
Hijo del hombre (8,38; 13,26; 14,62), el cual -en la comprensión relieve de manera intensísima la autoridad que Jesús reclama para sí
de la comunidad- no es otro que Jesús. La perspectiva escatológica y se muestra el poder permanente de la palabra de Jesús para todos
es el complemento necesario de la actividad presente de Jesús; tan los creyentes. La actividad terrena de Jesús se halla integrada en una
sólo en el futuro se consuma el reinado de Dios. visión cristológica que hace que el Cristo glorificado realice ya en la
En conjunto se ve que el «evangelio» es un género de índole muy sos que sobrepasan con mucho las palabras pronunciadas antaño por
especial, difícilmente comparable con otras producciones literarias de Jesús. Los cuatro Evangelios no trazan «imágenes del personaje» Jesús,
aquella época. Emergió de la actividad de Jesús, nació del Espíritu de sino imágenes de fe, que, al contemplar retrospectivamente a Jesús,
Jesús, y se desarrolla con miras a Jesús, el terreno y el que sigue vivien retienen su actuación histórica y su camino hasta la cruz, y reflejan el
do junto a Dios y se halla presente en su comunidad. El evangelio esplendor del Resucitado y Glorificado.
no sólo mantiene el recuerdo de Jesús, sino que se rige por Aquel que
vino, no para hacer que le sirvieran, sino para servir y entregar su vida
25. Bultmann, Jesus (nota 6) 15.
como rescate por muchos (Me 10,45). En esta exposición, la figura de
26. Cf. C. H. Dodd, Historical Tradition in the Fourth Gospel (Cambridge -
Jesús no se hace comprensible sino en su entrega a los hombres, en
Nueva York 1963); B. Lindars, Behind the Fourth Gospel (Londres 1971); G. Schi
esa «existencia» de Jesús «en favor» de ellos.
lle, Traditionsgut im vierten Evangelium, en: «Theol. Versuche» 12 (1981) 77-89;
24. M. Kahler, Der sog. historische Jesus (nota 17) 60. (1981) 427-442.
30 31
3. EL «EVANGELIO EN CUATRO FORMAS» cuatro formas tiene el plan del Señor. Las diversas interpretaciones
Ireneo de Lyón (t 202) dice que los cuatro Evangelios canóni lios, son arbitrarias y no nos dicen gran cosa. La tradición posterior,
No habría ni más ni menos que considera a Juan como el águila que desde las alturas contempla
que esos cuatro Evangelios, lo mismo que hay cuatro regiones del cie toda la llanura, y a Marcos, como el león que con su vigorosa fuerza
lo en las que nos encontramos, y cuatro espíritus universales. La Igle representa la vida de Jesús, nos parece quizá más apropiada. Pero
sia está difundida por toda la tierra, y el Evangelio es la columna y esas interpretaciones simbólicas de las figuras de animales no son lo
fundamento de la Iglesia, el Espíritu de vida. En consonancia con ello, que interesa, sino la idea de que cada Evangelio contiene una deter
la Iglesia tendría cuatro columnas que desde todas partes irradian lo minada imagen de Cristo: una imagen que tiene algo que decirnos.
imperecedero y vivifican a los hombres. El Logos, el Fundador del Es el mismo Señor, a quien la Iglesia enseña, pero en cada Evangelio
mundo, que tiene su trono sobre los querubines, que mantiene la cohe desde una perspectiva particular. No podemos prescindir de ninguno
sión del universo y se manifestó a los hombres, nos proporcionó un de esos Evangelios; son vanos, indoctos y además temerarios los que
Evangelio en cuatro formas, que mantiene su cohesión en un solo Espí menosprecian la índole del Evangelio introduciendo más figuras de
28•
ritu. Luego Ireneo alude a la visión de Ezequiel acerca de los cuatro las mencionadas o menos figuras El servicio que Ireneo presta a la
seres vivientes, que tenían diferentes rostros: rostro de hombre, ros teología con esta fijación en los cuatro Evangelios es el conocimien
tro de león, rostro de toro y rostro de águila (Ez 1,10); son los cuatro to de que en los cuatro Evangelios Jesucristo está presente como el
querubines, tal como quedaron descritos en la visión del carro que sir centro, y sin embargo en cada uno de ellos resalta con una fisonomía
(Ez 10;14). Ireneo se refiere a los cuatro rostros de Ez 1,10 y atribu El Jesús histórico, del que parten todos los Evangelios y sobre
ye a cada evangelista una figura simbólica: a Juan la figura del león, a quien reflexionan desde un punto de vista pospascual, queda refle
Lucas la del toro, a Mateo la del hombre, y a Marcos la del águila. Por jado en los cuatro Evangelios de manera distinta en cada caso. Pues
tanto, su asignación difiere de la interpretación posterior, según la cual to que, según la comprensión de los evangelistas, no se puede separar
el león le corresponde a Marcos y el águila a Juan. Así que, partien al Jesús histórico del Cristo de la fe, la mirada de todos ellos se dirige
do de los cuatro Evangelios, que fueron recibidos en el canon del Nue hacia la figura total de Jesucristo, pero cada uno lo hace a su propio
vo Testamento, lreneo llega a una visión simbólica, en la cual el núme modo. Esto precisamente es lo que vamos a estudiar en la presente
ro «cuatro» se ajusta incluso al plan de Dios sobre los mundos, a los obra. Veremos hasta qué punto coinciden todas esas imágenes de Jesu
Con respecto a los símbolos de los cuatro evangelistas, el obispo No podemos partir de una imagen fija de Jesús, determinada por
de Lyón tiene su propia interpretación para cada uno de ellos: el la crítica histórica, ni contrastar con ella los retratos que los diversos
león (Juan) simboliza la fuerza activa, el poder de dirección en un evangelistas presentan de Cristo. Lejos de eso, tendremos que per
puesto regio; el toro (Lucas) se refiere a los sacrificios y al sacerdo manecer conscientes de que la imagen histórica de Jesús está deter
cio; el hombre (Mateo), a la manifestación humana; el águila (Mar minada ya por la distinta visión de Cristo. En los cuatro Evangelios
cos), al Espíritu que se difunde sobre toda la Iglesia. Los Evangelios se refleja de manera diferente Jesús de Nazaret, porque él está inte-
animales tienen cuatro rostros; cuatro formas tiene el Evangelio; 28. Adv. haereses 111, 1 1 , 9 (Harvey 11, 50-52) con ataques contra Marción,
que cercena el evangelio, y contra los Valentinianos, que se glorian de tener más
33
32
grado en una visión de Cristo que se alza para los evangelistas desde no se halla integrada en esa proclamación y se encuentra, por tanto,
Finalmente tendrá que probarse si el Evangelio en cuatro formas nocer todavía de un modo suficiente algunos rasgos históricos de la
se mantiene coherente en un único Espíritu. En esta labor se descu figura de Jesús; pero el determinar cuáles son no aparece como la tarea
brirán probablemente rasgos afines y tendencias divergentes. Allí más urgente para lo que nos proponemos.
podrá verse también una evolución progresiva de la cristología. Aho Queremos tener una visión de Jesucristo (Jesús el Cristo) en la pers
ra bien, ésta no se ha efectuado desligándose de la imagen del Jesús pectiva de fe de cada uno de los evangelistas, y comparar entre sí los
histórico, sino que ha influido en esa imagen y la ha hecho avanzar correspondientes esbozos. Naturalmente, en todo ello habrá que tener
debidamente. Así que se plantea de manera nueva el problema del en cuenta el gradiente de la historia de las tradiciones. El primer evan
«Jesús histórico» y del «Cristo de la fe»: la imagen de Jesús, super gelista, Marcos, proyectó una imagen de fe de Jesucristo, que sirvió ya
puesta por el Cristo de la fe, se representa de manera respectivamente de modelo a los otros sinópticos, Mateo y Lucas, y que contribuyó
distinta en cada uno de los Evangelios; el histórico Jesús de N azaret a plasmar de manera decisiva la visión de éstos. También Juan es incon
aparece -por la perspectiva cristológica- en forma respectivamen cebible sin el conocimiento de la tradición sinóptica; pero él se elevó
te distinta en cada uno de los Evangelios. Esto conduce a una in intensísimamente sobre ella y trazó una imagen de Jesucristo desarro
terpretación de la persona de Jesucristo, que sólo puede apreciarse llada de la fe en Cristo, que sobrepasa con mucho el terreno histórico,
como una totalidad. A esta imagen de Jesucristo reflejada en los cua y que evoluciona de su teología. El Evangelio en cuatro formas con
tro Evangelios se dirige nuestra atención. tiene una cristología estructurada cuádruplemente, que sin embargo no
De esta manera quedará clara la diferencia que hay entre nues abandona nunca el terreno del histórico Jesús de Nazaret.
34 35
CAPÍTULO SEGUNDO
MARCOS
presente capítulo.
37
l. LA DESCRIPCIÓN DE LA ACTIVIDAD DE JESÚS razón; la metáfora hace entrever el reino e Dios,
d qu e Jesús ha v eni
Después del bautismo en el Jordán y de la tentación en el desier (cf. 5, 1-10); p ero stas simbolizan los poderes del maligno,
é q ue impi
to, pero sólo después de ser encarcelado Juan el Bautista, aparece den el avance del reinado liberador q ue Jesús viene a instaurar. E n la
Jesús en público con un mensaje: «El tiempo se ha cumplido y el rei proclamación efectuada por Jesús e
s h alla presente el poder salvífi
no de Dios está cerca; arrepentíos y creed en el evangelio» (1,15). ca de D ios, como se h ace visible en forma realista por las expulsiones
él quería decir a los hombres. El verbo empleado para ello (K1'JpÚac11,tv)2 Jesús pone en marcha la p roclamación alvífica.
s É l q uiere llegar
recoge la predicación del Bautista (1,4.7), pero le da un nuevo conte con esta proclamación a todo el pueblo de Dios, e instaura para ello
nido: el «evangelio de Dios» acerca de la llegada súbita del reinado el grupo d e los Doce, acentuando así d e manera imbólica
s q ue el lla
de Dios. Esta proclamación heráldica sigue dominando la actividad de mamiento está dirigid o a todo Israel', Jesús envía al grup o d e los D oce
Jesús; esta acción de proclamar es la primera y la más importante tarea y les concede la misma autoridad para expulsar demonios ( 6,7). El
de Jesús. Cuando los discípulos quieren retenerle en Cafamaún, don p roclamador Jesús se preocupa de que su mensaje se difunda, de que
de él había curado muchos enfermos, Jesús les explica: «Vamos a otra las personas se conviertan y de q ue, en todo ello, se produzcan los sig
parte, a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para esto nos de las curaciones y de las expulsiones d e demonios (6, 1 3). Jesús
he venido» (1,38). «Y se fue a predicar en sus sinagogas por toda Gali se convierte en el i niciador de una predicación d e s alvación, qu e pri
lea, expulsando los demonios» ( 1 ,39) . Eso era lo que más le impor meramente se extenderá a Israel, el pueblo de Dios, pero que un dí a
taba, como vemos claramente por el hecho de que a los discípulos ll egará también a todas las naciones (1 3,10). E l proclamador Jesús no
recién reunidos, Jesús los envía con el mismo fin: quiere enviarlos «a se limi ta, s egún M arcos, a p roclamar durante su vid a t errena, sino qu e
predicar con poder para expulsar demonios» (3,14s). Es una predica hace que su pal abra siga resonando en el evangelio. E l evangelio retie
ción autoritativa, llena de poder, como lo demuestran dos hechos: la ne todo lo q ue sucedió en tiempo de J esús, incluida su muerte, que
acción de predicar va acompañada con la expulsión de demonios, y f orma parte de esa proclamación. En la unción en Betania, cuando la
Jesús instituye con este fin el grupo de los Doce. L as expulsiones d e mujer, con u gesto
s d e amor, ungió - sin saberlo-- el cuerpo de esús
J
está avanzando y venciendo a las f uerzas d el m aligno. aseg uro que en cualquier parte d el mundo donde se proclame el e v an
A continuación, en el enfrentamiento con los escribas, qu e expre g elio, será recordada esta mujer y lo qu e ha hecho» (14,8s). Ahí v emos
san la sospecha de q ue Jesús está poseído por B elzebú, el príncipe d e una comprensión de la proclamación que incluye en el evangelio el
hace ver claramente q ue ningún reino p uede subsistir cu ando está divi 3. Es verdad que con frecuencia se ha negado que Jesús instituyera el grupo
2. Cf. G. Friedrich en: ThWNT III (1938) 701-714; O. Merk en: Diccionario loh 1965) 138-152; G. Schmahl, Die Zwolf im Markusevangelium, TThSt 30 (Tré
Exegético del Nuevo Testamento (DENT) 1 (1996) 2314-2325 (a propósito de Mar veris 1974); K. Stock, Boten aus dem Mit-Ihm-Sein, das Verhiiltnis zwischen Jesus
cos: 2319ss).
und den Zwolf nach Markus, AnBib (Roma 1975).
38 39
destino de muerte de Jesús. Por el lugar que ocupa esta perfcopa al Lo que aquí se narra a modo de ejemplo experimenta su plena
comienzo del relato de la pasión, vemos que todo lo que se expone a realización en la proclamación universal del evangelio (13,10). El Je
continuación se sitúa a la luz de este anuncio. Todo lo que después se sús que proclama con sus palabras y sus acciones sobrepasa su pro
narra acerca de la pasión y muerte tiene un sentido más profundo y pia intervención histórica. En el espejo del Evangelio de Marcos, el
se integra en la predicación de la Iglesia primitiva. En la promesa elo Jesús que actúa en la tierra se halla asociado con el Cristo que, des
giosa que hace a la mujer, lo mismo que en las palabras acerca del Hijo pués de Pascua, sigue proclamando por medio de la Iglesia. Sin em
del hombre (14,21.41), Jesús se muestra como el que conoce cuál ha de bargo, Marcos sabe que Jesús, durante su vida, se limitó a Israel (cf.
ser su destino; él se convierte en el anunciador de su pasión. 7,27). El Jesús terreno se esfuerza por mantener en secreto sus cura
Hay también pasajes en los que no se habla de que Jesús y sus dis ciones milagrosas: un rasgo notable en comparación con las historias
cípulos proclamaran, sino de la acción de la proclamación efectuada de milagros que corrían por el mundo antiguo; pero el poder de su
por personas que habían sido curadas. Al leproso a quien Jesús ha proclamación es tan vigoroso, que con él se desencadena una histo
curado, le encarga que no diga nada a nadie (1,44). Pero él se va y ria de proclamación que, después de Pascua, se extenderá por todo
do Jesús cura al poseso de Gerasa y lo envía a casa, se nos dice que El tema de la proclamación de Jesús se centra, según Me l,14s, en
éste se marchó y anunció en la Decápolis lo que Jesús le había hecho el evangelio de Dios: el evangelio que consiste en pregonar la llega
(5,20). Después de la curación del sordomudo en la Decápolis, y a da del reinado de Dios. Esta idea no se desarrolla más concretamen
pesar de que Jesús se lo había prohibido expresamente, los testigos te en las ulteriores declaraciones que Jesús o sus discípulos hagan (1,39;
pregonan «con tanta mayor insistencia» lo sucedido (7 ,36). La impre 3,14; 6,12). Siempre que se presenta y se desarrolla en parábolas la
sión causada por estos actos de curación es tan extraordinaria, que no idea del reinado de Dios (capítulo 4), no se habla ya de la proclama
es posible mantener en silencio la noticia de lo sucedido. Y, así, Jesús ción efectuada por Jesús, sino de sus enseñanzas (4,1.2). Puesto que
no sólo con sus palabras sino también con sus actos milagrosos se con resalta extensamente la imagen de Jesús como el Maestro que impar
vierte en el proclamador, incluso en una región pagana. La curación te enseñanzas, tenemos que dedicar ahora especial atención a esta
Y el hecho de que el círculo de acción sobrepase los límites del pue 2. JESÚS Y SU ACTIVIDAD DE ENSEÑAR
enseñaba, y tan sólo una vez de que sus discípulos enseñaban (6,30),
4. Cf. K. Kertelge, Die Wunder Jesu im Markusevangelium. Eine redak pulos aparece como un encargo dado por Jesús. La imagen de Jesús
tionsgeschichtliche Untersuchung, StANT 23 (Munich 1970) 154-156; L. Schen como el Maestro se refuerza por la frecuencia con que la gente se
ke, Die Wundererzahlungen des Markusevangelium, SBB (s.a. [1974)); D.-A. Koch,
dirige a él llamándole «Maestro», tanto sus discípulos (4,38; 9,38;
Die Bedeutung der Wundererziihlungenfür die Christologie des Markusevange
10,35; 13,1) como también otras personas. Aquí el tratamiento co
liums, BZNW 42 (Berlín - Nueva York 1975) 91s: «Así, pues, según Marcos la
rriente de honor que se tributa a un maestro judío no aparece to
misión de la Iglesia (¡cf. Me 13,10!) está legitimada por Jesús mismo, sin que él
la hubiera puesto en marcha por sí mismo». Hay que tener en cuenta en general davía como un título restringido a los escribas que habían recibido
este aspecto de la teología de la misión. una formación especial, y es traducción del arameo rabbi o rabbu-
40 41
ni5• Puesto que en cuatro pasajes del Evangelio de Marcos se usa rriendo las aldeas (6,6). Enseña a un gran gentío, porque esas perso
este término en lugar del de «maestro» (9,5; 10,51; 11,21; 14,45), no nas eran como ovejas sin pastor (6,34), y enseña a gente que, vinien
habrá que considerar en general este tratamiento dirigido a Jesús do de Judea y de la otra orilla del Jordán, se apiñan alrededor de él
como una referencia especial a las enseñanzas impartidas por él. En (10,1). ¿Por qué en estos casos se habla de «enseñar» y no de «pro
la pregunta del hombre que inquiere: «Maestro bueno, ¿qué debo clamar»? Sospechamos que esto se halla relacionado con el hecho de
hacer para heredar la vida eterna?» (10,17), se reconoce como ense que la proclamación de Jesús acerca de la llegada del reinado de Dios
ñanza de Jesús la respuesta acerca de la observancia del comporta se convierte en una enseñanza que sigue resonando en la comunidad.
miento recto. Y lo mismo en la pregunta acerca de cuál es el mayor La proclamación de Jesús acerca de la salvación evoca preguntas que
mandamiento (12,32). En la aduladora pregunta de los fariseos y tienen actualidad en la vida de la Iglesia. Es especialmente significa
herodianos acerca del pago del tributo personal (12,14), y en la pre tiva la observación redaccional en 10,1: «Como tenía por costumbre,
gunta de los saduceos acerca de la resurrección de los muertos se puso entonces a enseñarles». Viene luego la controversia sobre la
(12,19), el tratamiento dado a Jesús no hace más que apoyar la in extensión de un certificado de divorcio, es decir, sobre la cuestión acer
tención de impulsarle a que dé una respuesta. De todos modos, del ca de si es lícito o no divorciarse (10,1-12). A continuación sigue la
tratamiento tributado a Jesús como «maestro» o «rabí» no se puede bendición de los niños, que es importante para saber cuál es ia situa
inferir en general que haya existido por parte de Jesús una previa ción de los niños en la comunidad (10,13-16). La extensa composición
función docente; se trata de un «uso que en buena parte no expresa sobre la riqueza y la pobreza (10,17-31) está dominada enteramente
una idea refleja»>, por el interés que la comunidad siente por la renuncia a la riqueza
7
La imagen del Maestro Jesús aparece sólo en primer plano, cuan y por la recompensa de la pobreza. Finalmente, después de insertar la
do se habla expresamente de la actividad de Jesús consistente en «ense predicción que Jesús hace de su pasión (10,32-34), y con ocasión del
ñar». Jesús enseña en la sinagoga (1,21; 6,2), en el templo (14,49), pero deseo manifestado por los hijos de Zebedeo de ocupar los primeros
también al aire libre a orillas del lago de Genesaret (2,13; 4,1) y reco- puestos en el reino de Dios, se dilucida el tema del dominio y del ser
6. F. Hahn, Christologische Hoheistitel. lhre Geschichte im frühen Christen «Maestro» de su comunidad; la imagen de Jesús se amplía para con
4
tum, FRLANT 83 (Gotinga 1963; 1974) 77. vertirse en la imagen de Cristo el «Maestro».
7. Con frecuencia se ha estudiado la imagen de Jesús como Maestro, cf.
La conexión con la proclamación del reinado de Dios aparece con
F. Normann, Christus Didaskalos. Die Vorstellung von Christus als Lehrer in der
especial claridad en la perícopa de la bendición de los niños: «El que
christlichen Literatur des ersten und zweiten Jahrhunderts, MBTh 32 (Münster de
no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él» (10,15). La
W. 1967), y más bibliografía mencionada en R. Riesner, Jesus als Lehrer, 74-79.
La obra más extensa es la de R. Riesner, quien se propone ofrecer una «investi comunidad, que debe admitir a los niños y aceptarlos en su seno («¡no
gación sobre el origen de la tradición de los evangelios» ( como dice el subtítu se lo impidáis!»), es la fase previa para el reino de Dios, el lugar don
lo). Es un trabajo orientado hacia la historicidad del Maestro Jesús y de su acti de se reúnen los candidatos al reino de Dios. Los niños, que según
vidad como Maestro en Israel, pero que no enfoca tanto la imagen del Maestro
un juicio decididamente positivo sobre la actividad docente del Jesús histórico: un 8. K.-G. Reploh, Markus - Lehrer der Gemeinde, SBM 9 (Stuttgart 1969)
juicio que en cuestiones de detalle suscitará alguna contradicción (véase el resu 173-210; R. Busemann, Die lüngergemeinde nach Markus 10, BBB 57 (Konigstein /
42 43
su índole, según su fe y su confianza filial e inmediata son llamados al que den los investigadores, habrá que tener en cuenta más que nada
reino de Dios, no deben quedar excluidos. Jesús los estrecha entre sus la referencia que en estas parábolas se hace a la situación de la comu
brazos y los bendice. La comunidad debe ser una familia de Dios; en nidad. En la exposición marquina de estas parábolas del crecimiento,
ella encuentran su hogar aquellos que han dejado casa, bienes y parien cualquiera que sea la manera y la ocasión en que Jesús las haya expues
tes por amor de Jesús y del evangelio, aunque todavía se hallen en to en su predicación, no puede desoírse la interpelación dirigida a la
persecuciones, y de este modo aguardan la vida eterna con Dios comunidad en su situación concreta .
prometido a los miembros de la comunidad. Los hijos de Zebedeo se la comunidad los obstáculos y los peligros que se oponen a la recepción
hicieron una idea errónea del futuro reino de Dios. Y se les enseña de la parábola, pero también quiere reforzar en la comunidad la con
que el camino que conduce a este reino pasa únicamente por la par fianza en que la palabra de Dios produce finalmente fruto maduro.
ticipación en los sufrimientos y en la muerte de Jesús. También la 2. Después de la parábola sobre la simiente esparcida a boleo,
exhortación a servir, que Jesús dirige a todos los discípulos, se pone Marcos introduce una reflexión sobre el sentido de hablar en pará
en la situación concreta del mundo: los poderosos del mundo subyu bolas ( 4,10-12): reflexión que, por el contraste mismo que se esta
gan con violencia a sus pueblos; pero para los discípulos rige una ley blece entre los discípulos, a quienes se ha confiado el misterio del rei
fundamental diferente: el que quiera ser grande, debe ser vuestro ser nado de Dios, y aquellos que están afuera, hace que veamos
vidor, y el que quiera ser el primero, debe ser el esclavo de todos abiertamente la referencia a la comunidad.
(10,43s). Con este fin se evoca el ejemplo de Jesús, que, en suprema 3. La «explicación» de la parábola (4,14-20), aceptada desde muy
disposición para el servicio, entrega su vida pos los muchos (10,45). pronto y que en su interpretación alegórica sobrepasa a la parábola
Lo que Jesús enseña se realiza en su propia persona. original, está determinada enteramente por el interés misionero y
Por tanto, Marcos no contempla a Jesús como proclamador de un parenético, que se suscitó en la comunidad pospascual.
mensaje abstracto, sino de un poder que irrumpe en la realidad terre 4. También las palabras acerca de la luz que debe estar sobre el
na y que exige también una correspondiente conducta y acción. Estas candelabro (4,21s), y del escuchar debidamente y con fruto (4,24s),
exhortaciones no se pronuncian sólo para los discípulos de entonces, están dirigidas a la comunidad que recibe el mensaje. En esta com
sino también para la comunidad posterior. El reinado de Dios debe posición de imágenes y de expresiones a modo de sentencias, que no
imponerse y acreditarse en la realidad de la Iglesia durante el tiempo resulta fácil de entender, el hilo conductor será la mirada puesta en la
que precede y que se encamina al fin. Si se tiene en cuenta esto, se comunidad. Ésta no debe arrinconar la luz que luce sobre ella con el
entenderá también a una luz nueva el lenguaje de las parábolas (capí mensaje y la doctrina de Jesús. Todo debe hacerse manifiesto y públi
tulo 4). Jesús congrega en tomo suyo a una gran multitud de gente y co: un llamamiento a la proclamación misionera'", El toque de aten-
quien dice, a su cátedra y enseña muchas cosas a la gente hablándo 9. La parábola se interpretó de maneras muy diferentes; se la llama la «pará
les en parábolas (4,ls). Es una imagen de la instrucción de la comu bola del sembrador» y luego se interpreta más concretamente refiriéndola en par
la de de la simiente que crece por sí misma (4,26-29) y la del grano de dades de sentido que se completan. La sentencia de la lámpara fundamenta «la
mostaza (4,30-32). Por muy diferentes que sean las interpretaciones proclamación cristiana primitiva, la cual --<:orno Jesús con su doctrina- está des-
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45
oldn q111 txhorta a escuchar (4,23), sirve de transición para la sen palpable el crecimiento del reinado de Dios. Lo que Jesús «enseña»
..... IOll'OI do la medida fijada, que originalmente fue independiente aquí se realiza en la Iglesia y es propaganda para que se acepte la pala
1 que probablomente se refería al juicio escatológico. Con la medida bra de Dios. «La causa de Jesús, el reinado de Dios que está cerca, se
repleta hay que escuchar, aceptar todo lo escuchado y reflexionar hace realidad con especial densidad en la palabra, no en un llamamiento
aohro la1 consecuencias (4,24s ). Aquí salta a la vista especialmente la abstracto a la fe.»
13
A los discípulos Jesús les explica todo lo que las
adaptación a la situación de la comunidad, si comparamos el texto en parábolas contienen. Y, aunque las parábolas están destinadas a que
cuestión con Mt 7,2 y Le 7,38. En los logia sinópticos afines no se habla se entienda el mensaje y las enseñanzas de Jesús, sin embargo no lle
de la medida del escuchar; ahora bien, para la comunidad una tarea gan a comprenderse sino cuando Jesús desvela su sentido (cf. 4,33s)
14•
prender cada vez más profundamente su sentido. A quien no escucha Por consiguiente, el «Maestro» Jesús recoge la proclamación del
rectamente se le escapará el sentido de las palabras; a quien las com reinado de Dios y la traslada al ámbito de la comunidad. Con esto
prenda, se le concederá la promesa de que Dios ha de recompensar Marcos sobrepasa el marco histórico y ofrece una imagen de Cristo
inmensamente la recta aceptación del mensaje. La sentencia de dos que hace visible en la palabra la presencia permanente de Jesús. Nos
facetas es un poderoso impulso; «se acentúa intensamente la res preguntaremos entonces si, según la perspectiva de Marcos, por el
ponsabilidad de los oyentes»!'.
«sembrador» no se contemplará a Jesucristo mismo; pero, como la
5. La parábola de la simiente que crece por sí misma sitúa a la mirada se dirige hacia el destino de la simiente y como el sembrador
comunidad en el tiempo del reinado de Dios que va creciendo por el aparece sólo al principio, esta interpretación no es segura. Ahora bien,
poder divino, y seguramente es también una advertencia contra la fal en la parábola, con lo del sembrador se puede aludir también a Jesús,
sa confianza en la propia actividad. La tierra produce por sí misma su de quien procede la palabra del evangelio, la cual sigue progresando
fruto, y llega alguna vez el tiempo de la cosecha 12•
en la Iglesia. En la explicación de la parábola, que conduce más inten
6. Finalmente, la parábola del grano de mostaza ofrece una pers samente aún al espacio de la comunidad, podría pensarse también en
pectiva -alegre con la alegría de la victoria- del reino de Dios con los proclamadores y misioneros del cristianismo primitivo, que siem
sumado ya universalmente. El reino de Dios es una entidad dinámica, bran la «palabra» (4,14); pero nuevamente esto no es más que una
que partiendo de pequeñísimos comienzos abarca a toda la Tierra: observación introductoria, y todo el interés se concentra en la acep
de nuevo una perspectiva de la misión de la Iglesia, en la cual se hace tación de la palabra y en las personas que, con su disposición, ofrecen
sugiere 4,24s, deben «creer en el futuro del reinado de Dios, y hacer que esta fe
sea la medida de su compromiso misionero» (ibid. 254). Cf. también Reploh, Mar 13. J. Emst, Markus. Ein theologisches Portrait (Düsseldorf 1987) 35.
kus (nota 8) 67-71.
14. Me 4,33-34a se halla en tensión con 4,34b, porque los oyentes no com
11. R. Pesch, Das Markusevangelium I 254. prenden las parábolas (cf. 4,lls) y Jesús tiene que desvelar a sus propios discípu
12. El tiempo de la cosecha no debe entenderse aquí, como en Joel 4,18 y en los el sentido de las parábolas. Habrá que distinguir entre la tradición (4,33-34a)
otros textos judíos, como el tiempo del juicio, sino como el tiempo de gozo (cf. 9,2; y la redacción (4,34b ). Gnilka, El Evangelio según San Marcos 1 (Salamanca 1992)
Sal 126,5s). Cf. J. Schmid, El Evangelio según San Marcos (Barcelona 1967) 150s; 222s, quiere asignar el v. 34a al evangelista, y los vv. 33 y 34b a una redacción
el grito de los segadores es un grito de júbilo, cf. J. Jeremías, Las parábolas de Jesús premarquina; pero el v. 34b delata ciertamente una tendencia marquina, cf. Km:'
10
(Estella 1992) 186. De manera distinta piensa Pesch, Das Markusevangelium I tfüav en 6,31; 9,2.28; 13,3. Cf. también H. Raosanen, Die Parabeltheorie im Mar
257s (la perspectiva del juicio). kusevangelium (Helsinki 1973) 48-64.
46 47
Acerca de la «enseñanza» de Jesús se habla varias veces en el mar 3. CURACIONES DE ENFERMOS Y EXPULSIONES DE DEMONIOS
mo tiempo entre ellos. Cuando la gente le oyó hablar en la sinagoga ba demonios (1,21-28), Marcos habla de curaciones de enfermos y
de Cafarnaún, «se admiraba de su enseñanza, porque los enseñaba menciona en primer lugar la curación de la suegra de Pedro, que es
con autoridad, y no como los escribas» (Me 1,22). Después de la expul sanada de la fiebre (1,28-31). Luego, en un sumario, habla de nume
sión de demonios, decía la gente: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nue rosas curaciones y expulsiones de demonios, después de trascurrido
va llena de autoridad! ¡Manda incluso a los espíritus inmundos y éstos el sábado (1,32-34). Aunque Jesús salió a proclamar, dirige constan
le obedecen!» (1,27). No se nos dice lo que Jesús enseñaba en la sina temente su atención a los enfermos: cura a un leproso (1,40-45) y a un
goga; sólo cómo la gente acogía sus enseñanzas. Son palabras pro paralítico (2,1-12), luego a un hombre que tenía una mano seca (3,1-
nunciadas con autoridad divina; una «nueva» doctrina. Esta impre 6). Después de la enseñanza en parábolas siguen diversos actos mila
sión de su «doctrina» se acentúa luego por las expulsiones de demonios, grosos: la tempestad calmada en el lago (4,35-41), la curación del pose
y más tarde también por el gesto con que Jesús expulsa del recinto del so de Gerasa (5,1-20), la curación de la mujer que padecía de hemorragias
templo a los comerciantes ( 1 1 , 1 8 ) . Al pueblo le gustaba escuchar a y la resurrección de la hija de Jairo (5,21-43). En un sumario se descri
Jesús, y entendían sus enseñanzas como algo que estaba en contra ben curaciones de enfermos en Genesaret (6,53-56), luego nuevamente
dicción con la manera de enseñar que tenían los escribas, como una la curación de la hija de la mujer sirofenicia (7,24-30) y la curación del
provocación (cf. 12,38). Por tanto, lo que Jesús enseñaba al pueblo en sordomudo (7,31-37). En Betsaida Jesús concede la vista a un ciego
las sinagogas y por todo el país, no hay que limitarlo a determinados (8,22-26). Después de la trasfiguración en el monte, Jesús cura al
temas, como sería, por ejemplo, la instrucción moral (cf. 6,2.6). Eran muchacho epiléptico (9,14-27). Camino ya de Jerusalén, en las cerca
«muchas cosas» las que él enseñaba a la gente en parábolas (4,2). El nías de Jericó, Jesús se apiada del mendigo ciego Bartimeo y hace que
Maestro Jesús se perfila precisamente por su contraste con las auto recobre la vista. Por tanto, las curaciones de enfermos se extien
ridades docentes judías. Él habla con autoridad absoluta, una auto den a lo largo de toda la actividad de Jesús hasta la entrada triunfal
ridad respaldada por Dios; y él llega a ser luego el Maestro de su comu en Jerusalén.
nidad, a la que instruye con la misma autoridad en cuestiones vitales Esas historias de curación, que Marcos recoge de la tradición,
para ella. El Jesús que enseñaba al pueblo de entonces pasa así a con contribuyen esencialmente a la imagen de Jesús. Él es el exorcista y el
vertirse, sin solución de continuidad, en el Cristo que habla a la comu terapeuta que, mediante la trasmisión de poder curativo, el contacto
nidad. Tan sólo así comprenderemos que el camino que conduce a sanador o remedios curativos, devuelve la salud a los enfermos. Aun
Jesús hasta la pasión y la muerte, sea designado como «instrucción» que los exorcismos y las terapias se hallan muy cercanos entre sí, sin
para los discípulos (8,31; 9,31). La «enseñanza» de Jesús abarca tam embargo «podemos diferenciar claramente entre lo específicamente
bién lo que los creyentes no llegarán a comprender sino después de exorcístico y lo específicamente terapéutico. La lucha y la trasmisión
16•
Pascua. . de poder curativo son cosa distinta» El poder curativo se describe de
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los enfermos y le pedían que les dejase tocar siquiera la orla de su precepto de silencio, precepto que la gente vuelve a no cumplir: «Cuan
manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.» De Jesús dima to más él insistía, tanto más ellos lo pregonaban» (7,36).
na poder sanador, como se ve ya en la historia de la mujer que padecía Una tendencia parecida se observa en la historia de la curación
de hemorragias. El sumario, que describe la actividad sanadora de Je del ciego de Betsaida (8,22-26). También en este caso Jesús saca al cie
sús en la región preferida, situada en la ribera noroccidental del lago go de la a l dea y efectúa la curación lejos de la presencia de gente.
de Genesaret, debe considerarse como expresión típica de la acti La curación se realiza gradualmente. El hombre puede ver ya a los
17•
vidad de Jesús Es un rasgo que se ha retenido de la vida de Jesús en hombres, pero «como árboles». Entonces Jesús vuelve a ponerle las
la tierra, y que le caracteriza como Salvador, como persona que res manos sobre los ojos, y el hombre es ya capaz de reconocerlo todo cla
taura la bendición de Dios para su creación y que trae consigo la era ramente. La curación progresiva, que Marcos recoge de la tradición,
mesiánica. Después de la curación del sordomudo en la Decápolis, la expresa quizá la gravedad del caso y el persistente poder de Jesús. Las
gente se queda profundamente asombrada y dice: «Todo lo ha hecho dos historias de curación tienen mucha afinidad: la curación se efec
bien. Hace oír a los sordos y hablar a los mudos» (7,37). Se trata aquí túa a solas, sin la presencia de gente, pero con una intensa actuación
de una cita combinada de Gén 1,31 LXX, donde Dios contempla la de Jesús mediante gestos y medios terapéuticos, y luego de nuevo una
obra de su creación y la considera «muy buena», y de Is 35,5s, donde protección de la persona curada contra la presencia de la multitud.
se describe la bendición de la era mesiánica. No puede desconocerse tampoco un sentido simbólico. Los discípulos,
Vista de este modo, Marcos consideró esta historia como signo del a quienes se ha echado en cara antes su ceguera (8,18), deben ser ca
19•
tiempo de la salvación: Dios quiere curar las dolencias y enfermeda pacitados progresivamente para la verdadera acción de ver La cura
des; pero para ello se sirve de este hombre, Jesús. Esto sucede incluso ción de su ceguera se efectúa en el día de la muerte de Jesús (8,31-32a)
en territorio pagano: todos los hombres deben ser partícipes de la nue y luego por su resurrección (9,9).
va creación del mundo. El gesto de levantar la mirada al cielo (7,34) Los preceptos de silencio (1,44; 5,43; 7,36) o el empeño de Jesús
muestra que la curación se efectúa únicamente por el poder de Dios; por permanecer oculto (5,19; 8,26), luego el quebrantamiento de estas
los contactos físicos visualizan el poder concedido por Dios a Jesús para órdenes y la difusión de la fama de Jesús como sanador milagroso,
suprimir las dolencias físicas. La apertura de los oídos se efectúa por ofrecen una perspectiva llena de tensiones: por un lado, los actos mila
medio de una palabra (effata, es decir, ¡á br et e !) , y al mismo tiempo grosos de Dios no deben tener publicidad como si se tratara de un per
se suelta la traba de la lengua. Con esta curación, aquel hombre pue sonaje milagrero; por otro lado, el efecto de ese acontecer oculto es
de oír y puede hablar; queda restaurado como persona y llega a ser tan grande, que la noticia del mismo no puede refrenarse. Ambas cosas,
capaz de una nueva vida 18• La curación, descrita según las prácticas según la visión del evangelista, tienen su fundamento en la actividad
curativas de aquel entonces, no presentan a Jesús como un taumatur salvífica de Jesús. «Por tanto, la prohibición de difundir el hecho y el
go mágico, sino como a quien administra los poderes curativos de Dios. incumplimiento de ese precepto no deben distribuirse entre la tradi
Por eso, como en el caso del leproso (1,44), oímos que Jesús impone un ción y la redación, sino que precisamente la acentuación simultánea
17. Sobre los sumarios de Me 1,32-34; 3,7-12; 6,53-56 cf. Kertelge, Die Wun
18. Habrá que tener también en cuenta la tendencia cristológica. K. Ker 19. Cf. Gnilka, El Evangelio según San Marcos 1, 367: «Es preciso aferrarse
telge, Die Wunder Jesu, 160, opina: «Con esto sucede ya en forma simbólica Jo que a Jesús si se quiere tener ojos que vean, si se quiere alcanzar la comprensión cre
Jesús ha de hacer, después de la resurrección {cf. 9,9), con sus discípulos y con yente de su palabra».
todos los creyentes». Pero esto no puede deducirse directamente de la narración. 20. Koch, Wundererziihlungen, 73.
50 51
pouta y exorcista (5,1-20) se halla dentro del horizonte de la actividad que es imposible para los hombres. Esto se confirma por la instruc
divina, que es oculta y misteriosa y que, no obstante, posee un inau ción dada a los discípulos. Jesús les dice: «Esta clase de demonios no
dito poder de irradiación. Las personas no pueden sustraerse a la puede ser expulsada sino con la oración» (9,29). Jesús se volvió a
impresión que causa la poderosa acción de Jesús, pero no la com Dios con una oración llena de confianza, que supera todas las obje
prenden y se escandalizan de ella (6,2s). Hay que investigar todavía ciones y barreras. La historia se traduce al horizonte pospascual de la
hasta qué punto lo característico de esa exposición se halla relacio comunidad, en la que se escuchan las palabras de Jesús acerca de la fe
nado con el «secreto mesiánico». que mueve montañas (Me 11,22-24: cf. Mt 17,19s). Las fuerzas salvífi
En cuanto a la actividad salvífica de Jesús, son muy significati cas de Jesús siguen actuando en la comunidad, si ésta se mantiene fir
vas algunas observaciones más. En el caso de la mujer que padecía de me en su fe llena de confianza.
hemorragias (5,25-34), Jesús está rodeado por un gentío que se apiña De una manera a su vez distinta se contempla la relación de una
en torno suyo. La mujer quiere beneficiarse en secreto de la fuerza persona, probada por el sufrimiento, con Jesús, en la curación del cie
sanadora que irradia de Jesús y toca su manto. Pero Jesús se da cuen go Bartimeo, en las cercanías de Jericó (10,46-52). Jesús no se sustrae
ta y pregunta quién ha hecho eso. Entonces se presenta la mujer, tem al grito que le pide misericordia. El ciego se dirige a Jesús con la fe en
blando de miedo, y le dice la verdad. Aquella mujer, muy asustada, que él es el Hijo de David, y Jesús se detiene y manda que le llamen.
que sabe que ha hecho algo que va contra la ley judía, comparece ante Es una imagen de la misericordia humana de Jesús, pero también de
Jesús, quien no la condena, sino que con cariño le dirige la palabra lla la fe requerida. Jesús le dice al ciego lo mismo que había dicho a la
mándola «hija», y eleva la fe mágica de esa mujer a un nivel más alto. mujer que padecía de hemorragias: «¡ Vete, tu fe te ha salvadol». Jesús,
La confianza en Jesús la «ha salvado» (5,34), la ha llevado con cuer de esta manera, atrae al hombre a la comunión con él, de tal modo
po y alma a la paz de Dios. En Jesús los poderes salvíficos de Dios que el hombre se adhiere a Jesús y le sigue por el camino que con
se hallan tan presentes, que incluso una fe no purificada conduce a duce a Jerusalén, es decir, por el camino que lleva al sufrimiento. Nue
sobre la fe y la curación. Los discípulos no habían sido capaces de li Son, pues, muy diferentes las conexiones en que se sitúan las cura
brar a ese desdichado joven de su grave enfermedad, que se explica ciones obradas por Jesús. Según sean las tradiciones disponibles, Mar
como posesión por un espíritu mudo (9,17). El padre desesperado se cos traza una imagen de Jesús, el exorcista y terapeuta, que hace resal
dirige a Jesús y le ruega: «Si algo puedes, [compadécete de nosotros y tar su poder, conferido por Dios, para sanar, pero también la cercanía
ayúdanos!». Pero Jesús le replica: «Dices que si puedo. ¡Todo es posi humana de Jesús y su calor en el encuentro con los que sufren. Hay
ble para el que tiene fe!», y entonces expulsa al demonio sordo y rasgos que recuerdan a los helenísticos «hombres divinos»; pero lo
mudo. Las palabras de Jesús difícilmente se entenderán de otra ma dominante es la relación de Jesús con Dios, su Padre, cuyo poder invo
nera que no sea la de que Jesús, con su inaudita confianza en Dios, ca él con una confianza ilimitada. La imagen de Jesús, sanador de
procede a la curación y exhorta al mismo tiempo al hombre a com enfermos, es muy rica en facetas, pero sirve en su totalidad para la
21•
partir con él esa confianza El poder sanador de Jesús tiene sus raí proclamación de la mesianidad de Jesús y de su condición de ser el
22. Sobre la fe en Marcos, véase la magna obra de To. Soding, Glaube bei
52 53
Hijo de Dios. El Jesús proclamador es también el que obra con poder vos tales poderes, porque en él se ha levantado de entre los muertos
y el que cura las heridas de la humanidad. Juan el Bautista, a quien Herodes había mandado decapitar (6,14-16).
También aquí los «actos de poder» son una expresión general y amplia
4. Acros DE PODER Y EPIFANÍAS el Bautista hubiera realizado tales actos; pero aquí evidentemente
Lo que generalmente se designa como «milagros sobre la natu reforzadamente a Jesús. Pero con esto no se añade ningún nuevo ras
raleza» comprende diversas historias que deben diferenciarse por su go a la imagen de Jesús. No se piensa tampoco en la resurrección
género: milagros de salvación (en Marcos, la salvación de la tempes de Jesús; según la opinión popular, Juan «ha resucitado de entre los
tad), milagros de donación (los milagros en que se da de comer a una muertos» en Jesús (6,14), sin que por eso haya que pensar en una resu
24•
gran multitud), epifanías (la trasfiguración en lo alto del monte y el rrección escatológica de los muertos Juan es un precursor de Jesús,
milagro de caminar sobre las aguasj-'. Cuando en el Evangelio de y según Me 9,13 puede ser consideradado como el Elías que habría de
Marcos se habla de «actos de poder» (6vváµet;) (6,2.14), se trata preceder al Mesías y que, con su suerte, señala anticipadamente la
de una expresión general para designar actos extraordinarios y que pasión y muerte pero no la resurrección de Jesús. El Juan el Bautista
aparecían como milagrosos, especialmente las curaciones y las expul que ha «resurgido» en Jesús realiza sus actos de poder en la tierra.
siones de demonios. Los habitantes de Nazaret, que adoptan una acti Ahora bien, en las historias de epifanía, detrás de la imagen del
tud escéptica e incrédula ante Jesús, se asombran de que se le haya Jesús terreno -lleno de poder- se trasparenta el Cristo resucitado.
concedido tal sabiduría ( en sus palabras) y de que, por la imposición Él es el Hijo de Dios, de lo cual Dios mismo da testimonio ya en el
de las manos de Jesús, sucedan hechos poderosos. Es la misma aso bautismo y luego en la trasfiguración. También el bautismo es una his
ciación entre la enseñanza con autoridad y las muestras de poder extra toria de epifanía, en la cual por medio de la teofanía divina se des
ordinario que la gente había observado en Cafamaún, después de la vela la esencia de Jesús. Según Marcos, este testimonio dado por Dios
enseñanza de Jesús en la sinagoga y de sus actos de expulsar demo al comienzo de la actividad de Jesús, el hecho de rasgarse (abrirse) los
nios (1,27). Los «actos de poder» a los que aluden los habitantes de cielos y de oírse la voz de Dios, es percibido únicamente por Jesús: Él
Nazaret se refieren a las historias de milagros narradas en el capítu ve el cielo abierto y al Espíritu de Dios que desciende sobre él como
lo 5: la expulsión del espíritu inmundo del endemoniado de Gerasa, una paloma; él escucha las palabras de Dios dirigidas a él: «Tú eres mi
la curación de la mujer que padecía de hemorragias y la resurrec Hijo amado, en ti me complazco» (1,9-11). Claro que la escena del
ción de la hija de Jairo. La fama de Jesús taumaturgo ha llegado has bautismo tiene al mismo tiempo la función de presentar ante la comu
ta Nazaret, su ciudad de origen. Jesús no fue capaz de realizar en ella nidad al Salvador enviado por Dios. Tan sólo en la trasfiguración en
actos de poder a causa de la incredulidad de sus moradores. Tan sólo lo alto del monte los discípulos presentes oyen la voz de Dios, que les
pone las manos sobre algunos enfermos y los cura. Esto, evidente habla expresamente señalándoles a Jesús: «[Escuchadle!» (9,7). Aquel
mente, no se considera una demostración especial de poder. Para Mar Jesús trasfigurado ante ellos, vestido con ropas resplandecientes y que
54 55
conversa con los personajes celestiales, es una imagen que señala anti a calmarse y libra a los discípulos de la situación apurada en que se
cipadamente hacia el Cristo resucitado. Es una visión del Cristo glo hallaban. Pero los discípulos están aterrorizados y no comprenden
rificado, proyectada retrospectivamente sobre la vida terrena de Jesús. el sentido del suceso, como había ocurrido ya con ocasión del milagro
¿Qué significa esto para la imagen de Jesús ofrecida por elevan de la multiplicación de los panes; su corazón está endurecido. Esta
gelista? En el Jesús que en la tierra proclama y enseña, cura y expul incomprensión de los discípulos forma parte del complejo del «secre
rrección. Su pasión y muerte es el presupuesto necesario, determinado También los milagros de la multiplicación de los panes deben con
por Dios, para la revelación de esa gloria. La actividad terrena de Jesús, tarse entre los actos de poder de Jesús. Jesús realiza un acto que tie
que es atacada y que se halla amenazada por los adversarios, está sien ne ya su modelo en la distribución de veinte panes de cebada a 120
do guiada ocultamente por Dios. Hasta qué punto la historia de la tras hombres por el profeta Elíseo (2Re 4,42-44 ). Jesús sobrepasa con
figuración se halla en el círculo de luz del Cristo resucitado, lo vemos mucho la multiplicación de los panes hecha por Elíseo, como lo mues
por el precepto de silencio que Jesús impone a los tres discípulos, cuan tran las elevadas cifras que se dan en ambos relatos. Aunque Marcos
do descienden del monte: no deben contar aquello a nadie «hasta que y Mateo presentan dos milagros de la multiplicación de los panes (Me
el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos» (9,9). Has 6,31-44 / Mt 14,15-21; Me 8 , 1 - 1 0 / Mt 15,32-39), el fondo de todo lo
ta entonces no puede ni debe revelarse la gloria de Jesús, desvelada constituye para ambos evangelistas la tradición de un solo aconteci
anticipadamente. La comunidad debe entender que en la actividad miento que ocurrió en un lugar apartado, y que en dos variantes sir
terrena de Jesús actúa su autoridad divina, pero que se halla aún bajo vió de fuente a Marcos (y consiguientemente a Mateo). Con ello estas
la cubierta que únicamente se levanta en la fe. historias entran en el sector de problemas acerca de la tradición his
Un acontecimiento parecido de epifanía se describe en la histo tórica y de su interpretación por los evangelistas. Habrá que contar
ria del milagro de que Jesús caminó sobre las aguas (6,45-52). La acción con que en el tiempo de la Iglesia primitiva, cuando ella recogió esta
de Jesús de caminar sobre las agitadas olas presenta intuitivamente el tradición y desde su perspectiva la hizo fecunda para su vida, a la tra
poder de Dios sobre los poderes de la perdición. Dios camina «sobre dición se le habían añadido diversos pensamientos y rasgos simbóli
las alturas del mar» (Job 9,8); él tiene su trono en la altura sobre todo cos. Todo esto no podemos dilucidarlo aquí; nos limitaremos única
el fragor de las olas (Sal 93,2ss); él es capaz de salvar de las aguas tur mente a la cuestión sobre qué es lo que las dos historias de la
bulentas (Sal 144,7). Esta superioridad de Dios sobre los poderes ame multiplicación milagrosa de los panes, presentadas por Marcos, apor
nazadores es trasferida ahora a Jesús. Él camina poderosamente sobre tan a la imagen de Jesús.
las olas, y su gesto de «pasar de largo» ante sus discípulos recuerda el Jesús aparece como un «hombre de Dios», a semejanza del pro
«pasar de largo» de la gloria de Dios ante Moisés (Ex 33,21-23) o ante feta Elíseo, a quien sobrepasa con mucho. El suceso milagroso lo rea
Elías (lRe 1 9 , l l s ) . El poder de Dios se muestra en la cercanía pro liza Jesús por el poder de Dios, como vemos por el gesto de Jesús de
tectora. Y, así, esta cristofanía se convierte al mismo tiempo en sal levantar los ojos al cielo (6,41) y por la bendición que pronuncia. En
vación para los discípulos. Jesús los alienta mediante la revelación que ambos relatos se pone de relieve que Jesús sintió compasión del pue
hace de sí mismo: «¡Soy yo! ¡No t e m á i s ! » . Sube entonces con ellos a blo, en el primer milagro de la multiplicación, porque aquellas per
la barca, y el viento se calma. El motivo de la salvación se escucha sonas eran como ovejas sin pastor (6,34), y en el segundo milagro, por
en la calma impuesta a la tempestad en el lago (4,39). También en esta que llevaban ya tres días con Jesús y no tenían nada que comer y
historia la Divinidad de Jesús penetra a través del velo del suceso exter desfallecerían en el camino de regreso (8,2s). Por tanto, los motivos
no. Para los discípulos, que creen ver en él a «un fantasma», Jesús se que se aducen para la iniciativa de Jesús son distintos en cada caso. Al
convierte en el Revelador, que con el poder divino obliga a las olas rebaño sin pastor, Jesús con sus enseñanzas le da una orientación y
56 57
una meta; el Maestro es también el Guía del pueblo de Dios. La cita de cansancio, y se halla ligada más intensamente a la situación de aquel
27,
puede estar tomada de Núm 27,17 o de Ez 34,5. En Núm 27 se nom entonces. Que sea la variante más antigua es dudoso a causa del
bra a Josué caudillo de la comunidad; en Ez 34 se deplora el fracaso horizonte helenístico. En 8,6 hay una alusión bastante clara al convi
de los pastores que ha habido hasta entonces, pero luego se promete te eucarístico, por las expresiones que en este texto se emplean. Tam
un buen pastor, un único pastor, que apaciente las ovejas. Dios mis bién la bendición y la distribución de los peces puede ser un recuer
mo le constituye como pastor: «A mi siervo David» (34,23). En el fon do de las comidas del Señor que se perpetúan en la eucaristía (cf. Jn
do de todo, es posible que Marcos haya pensado en el Mesías de la 21,12s). Entre las personas que vienen de lejos y que se reúnen con
casa de David. Después de la enseñanza, al atardecer, viene la comi los judíos para una comunión de mesa, se piensa quizás en los genti
da; también este gesto de dar de comer estaría inspirado en la com les, que son llamados al convite escatológico (Le 13,29). Luego, en la
pasión de Jesús. El motivo del milagro se escucharía ya en las pala celebración eucarística de la comunidad, se perfila ya el cumplimien
bras que sirven de transición para el relato: los discípulos no tenían ni to escatológico". Pero todo ello no son más que posibilidades de una
25
tiempo para comer, porque eran muchos los que iban y venían (6,31) • comprensión simbólica, que da colores más abundantes a lo que suce
A diferencia de los discípulos, Jesús no quiere hacer que esa gente dió en el desierto. Es difícil conocer exactamente el simbolismo que
se marche, sino que quiere darles de comer por sí mismo. La comida se quiere darse a ambas historias del milagro de la multiplicación de
describe en una pradera, que hace que el acontecimiento sea traspa los alimentos; pero las dos historias tienen su situación vital (Sitz im
rente para la comunidad posterior. El pueblo de Dios es el que se con Le ben) en la comunidad. Para Marcos, el Jesús que realiza en la tie
grega en grupos de comensales (de a 100 y 50 personas) y celebra con rra semejantes actos milagrosos se convierte en el Cristo pospascual
el Mesías una alegre fiesta. Es dudoso que se haga una alusión a la que se halla presente en la comunidad. Resalta la imagen de Jesús,
26;
eucaristía pero, como Jesús es el anfitrión, la mirada se dilata hacia el Salvador misericordioso que tiene compasión del pueblo y que es el
la comunidad a la que él concede sus dones. También los doce canas Señor que se preocupa de la comunidad.
tos que se mencionan a causa de los doce varones elegidos por Jesús
los rasgos simbólicos, que señalan hacia la comunidad de más ade 5. CONFRONTACIONES Y CONFLICTOS
fundo que desde luego los discípulos mismos no son capaces de enten Toda la actividad terrena de Jesús se halla entreverada de con
der; ellos no comprenden el sentido que tenía el milagro de la flictos con los dirigentes de su pueblo. Al comienzo mismo se han agru
multiplicación de los panes (6,52; 8,17-21). La incomprensión de los pado ya cinco «litigios» que iluminan la superioridad de Jesús sobre
discípulos recubre el gran milagro. Hay que comprenderla en el mar sus adversarios; más aún, que iluminan su soberanía en cuanto a la
29•
co del «secreto mesiánico». manera de juzgar y actuar (2,1-3,6) Con ocasión de la curación del
25. Schenke, Wundererziihlungen (nota 4), 218: «El hecho de que los discí refundidos secundariamente); A. Seethaler, Die Brotvermehrung-e-ein Kirchens
pulos, por la gran aglomeración de gente, no tuvieran ni tiempo para comer (cf. piegel?: BZ 34 (1990) 108-112.
3,20), podría ser una sutil alusión anticipada al milagro de la multiplicación de los 28. Cf. Schenke, Wundererziihlungen, 296; más reservado es Seethaler, 109.
alimentos que se narra en los vv. 34-44, y, por tanto, podría caracterizar el milagro 29. La expresión fue introducida por M. Albertz, Die synoptischen Streit
como algo que se realiza por consideración con los discípulos». gespriiche (Berlín 1921). La amplitud de esta colección es discutida; cf. H.-W. Kuhn,
26. Gnilka, El Evangelio según San Marcos 1, 306. iiltere Sammlungen im Markusevangelium StUNT 8 (Gotinga 1971); W. Thissen,
58 59
paralítico (2,1-12), a quien Jesús asegura primero el perdón de los seca (3,1-6). En esa ocasión, Jesús mira con indignación a los adver
pecados, algunos escribas se escandalizan y piensan en su corazón: sarios que le estaban espiando, y se siente «apenado por la dureza del
«¿Cómo habla éste así? ¡Blasfema! ¿Quién puede perdonar pecados corazón de ellos». Cuando Jesús cura al hombre, los fariseos salen de
sino sólo Dios?». Pero Jesús, con la curación del paralítico, demues la sinagoga y se confabulan con los herodianos para dar muerte a Jesús.
tra que el Hijo del hombre tiene la autoridad para perdonar peca - Con ello se ha definido ya el curso que va a seguir en adelante
dos en la tierra. Desde luego, aunque los pensamientos de los escri la lucha de Jesús contra los adversarios obstinados y malvados. En esta
bas permanecen todavía ocultos en su interior, Jesús los descubre y el lucha Jesús se muestra como el campeón que lucha en favor de la volun
conflicto no estalla aún abiertamente, pero se abre camino. En el con tad santa de Dios y en contra de toda estrechez humana, como el pro
vite con los publicanos (2,15-17), los escribas del partido de los fari clamador de una nueva era (cf. 2,2ls) que exige una nueva manera
seos atacan ya a los discípulos de Jesús porque éste se sienta a la mesa de obrar. En la imagen de Jesús, a pesar de todo su amor a los peca
con publicanos y pecadores; pero Jesús justifica su conducta alegan dores, se observa también enojo y cólera contra los obstinados adver
do que él ha sido enviado a los pecadores, a quienes muestra la mise sarios que le atacan. El ataque contra Jesús se intensifica en el diálo
ricordia de Dios. En la cuestión del ayuno (2,18-22), los escépticos que go sobre Belzebú (3,22-30). Las expulsiones de demonios, realizadas
observan a Jesús y a sus discípulos se llegan a Jesús y le piden expli por Jesús con el poder de Dios, las imputan ellos al caudillo de los demo
caciones de por qué él y sus discípulos no ayunan, como hacen los dis nios, y tratan de poner a Jesús del lado de Satanás (cf. 3,26). Jesús refu
cípulos de Juan y los fariseos. Jesús los rechaza, refiriéndose al tiem ta su imputación y lo hace con claro poder del Espíritu, pero al mismo
po de salvación y de alegría que él ha venido a traer. Es notable la tiempo amenaza a todos los que de este modo blasfeman contra el Espí
perspectiva del tiempo en que el novio ha de serles arrebatado a los ritu Santo, asegurándoles que no obtendrán perdón jamás (3,28s ).
invitados a la boda (2,20). En el rechazo de los familiares, que por la fuerza quieren llevar a
Ésta es, en el sentido de Marcos, una primera mirada anticipada Jesús a casa porque creen que se ha trastornado (3,20s), y en la perí
a la pasión de Jesús y al cambio de la situación en que se encuentra la copa de Nazaret (6,l-6a), se descubre un nuevo rasgo en la imagen de
comunidad. Esta observación adicional es importante para Marcos, Jesús ofrecida por Marcos: Jesús es el incomprendido y el extraño
porque lleva del tiempo de la actividad terrena de Jesús al tiempo que incluso allá donde tendría que hallar acogida. Los parientes no com
sigue a la muerte de Jesús. Jesús abarca ya con su mirada el futuro y prenden la entrega y el sacrificio de Jesús en favor de los hombres,
ofrece una perspectiva profética del tiempo posterior a su pasión. En que llega hasta tal punto que ni él ni sus discípulos encuentran tiem
el conflicto por arrancar espigas (2,23-38) se trata de la cuestión del po siquiera para comer (3,20). Jesús se niega a su madre y a sus her
sábado. De nuevo Jesús justifica el comportamiento de los discípu manos y señala quiénes son su verdadera familia: aquellas personas
los y da una respuesta fundamental: «El sábado ha sido hecho para el que acogen sus enseñanzas y cumplen la voluntad de Dios (3,31-35):
hombre, y no el hombre para el sábado». Ahora bien, este dictamen, una visión de la futura comunidad de los creyentes. Esa extrañeza, esa
comprensible también para los judíos, lo pronuncia Jesús como el Hijo incomprensión se intensifica en el rechazo de Jesús por sus paisanos
del hombre, que actúa con plena autoridad en la tierra (cf. 2,10): «El en Nazaret. Se asombran, sí, de la sabiduría de Jesús y de los milagros
Hijo del hombre es señor también del sábado» (2,28). El conflicto se que hace, pero no llegan hasta la fe (6,1-6a). Jesús es el profeta menos
agudiza en la curación -en día de sábado- del hombre con la mano preciado en su patria, que no puede menos de extrañarse de la incre
dulidad de aquellas personas que se hallan tan cerca de él. Cada vez
según San Marcos 1, 139ss. la Iglesia primitiva se condensan ya en lo que Jesús experimentó en
60 61
la tierra. La teoría de las parábolas, a saber, que a los de «fuera» todo dilucida cuál es la actitud moral básica, y se encuadra de manera con
les resulta incomprensible ( 4 , l l s ) , es un espejo de las experiencias creta en la situación de la existencia humana. Para la imagen de Jesús
misioneras tenidas por la comunidad pospascual. esto significa que él queda perfilado -quizá como en ninguna otra
Se llega a nuevas confrontaciones en la cuestión de la pureza (7,1- parte- cual maestro de moral en confrontación con la comprensión
13). La acción ritual de lavarse antes de comer, que algunos discípu judía de la ley.
los de Jesús omiten, conduce a la desafiante pregunta de los escribas Después de la multiplicación de los panes en que se dio de comer
y fariseos de por qué los discípulos de Jesús no se atienen a la tradi a cuatro mil personas, los fariseos comienzan de nuevo a litigar con
ción de los antiguos. De ahí se desarrolla un debate fundamental acer Jesús. Exigen una señal del cielo, aunque los milagros obrados
ca de la observancia de los mandamientos y sobre la interpretación por Jesús debieran convencerlos de su misión. Quieren una confir
de los preceptos impuestos en el judaísmo antiguo con el fin de sal mación extraordinaria mediante una señal del cielo, cosa a la que Jesús
vaguardar la observancia de los mandamientos de Dios. Jesús ataca a se niega (8,11 - 13). Jesús no quiere nada con aquella generación incré
. los fariseos y los escribas, porque descuidan la solicitud y atención dula que no creería ni siquiera después de ver semejante señal: deja
a los padres basándose en que han hecho un voto de corbán, y menos a los fariseos y marcha en barca a la otra orilla. Entonces advierte a
precian así un riguroso mandamiento divino'", Pero, a pesar del vivo los discípulos que tengan cuidado con la levadura de los fariseos y con
ataque hecho por Jesús, no llegan a adoptarse medidas contra él. Toda la levadura de Herodes (8 ,1 5 ). La enemistad, ya declarada anterior
la composición de 7,1-23 está al servicio de un interés didáctico. Por mente, de esos dos grupos (3,6 ), que están movidos por malos senti
31,
eso, Jesús reúne a la gente y les habla unas palabras sobre lo que hace mientos (levadura) se va haciendo más peligrosa. Pero los discípu
impuro al hombre: nada de lo que entra en el hombre desde el exte los no co mpre n d en ni esa amena z a ni el espacio de protección y
rior puede mancharlo. Lo que sale de dentro es lo que contamina al bendición de Dios que se les ha asegurado mediante los dos grandes
hombre (7,15). La cuestión se ha desplazado a los mandamientos sobre milagros de la multiplicación de los panes ( diálogo sobre el pan y la
los alimentos. Después Jesús revela en privado (en la «casa»), a los levadura: 8,17 - 21) . También ellos corren peligro de perder la fe por
discípulos, el sentido del enigma (7,17-26). Es una instrucción para su manera terrena de sentir y por su falta de atención a los actos de
toda la comunidad acerca de los malos pensamientos y de las pasio Jesús: una advertencia dirigida a la futura comunidad.
nes que emergen del corazón. Por medio de este ejemplo didáctico se El conflicto agudo se desarrolla cuando Jesús se encuentra camino
palabras cada vez más claras Jesús anuncia que él ha de ser rechaza
30. El voto de corbán (7 ,10-12), por el cual un hijo podfa negar a sus padres el do por el Sanedrín, es decir, por el Consejo Supremo y la represen
derecho a disfrutar de los bienes de él, declarando que eran bienes prometidos a tación máxima del judaísmo, y que ha de ser entregado a los gentiles
Dios, es un ejemplo concreto del reproche lanzado por Is 29,13 LXX contra los fa
y éstos le matarán (8 , 31; 9 , 3 1 ; 10,33) . La confrontación, que hast a
riseos y los escribas: «Las doctrinas que enseñan, son preceptos humanos» (7 ,7). El
tal en Mc7 ,1-23. Que esa respuesta se derive de Jesús (especialmente 7,15), es posi 31. Así se entiende casi siempre en el judaísmo la metáfora de la levadura,
ble a pesar de la reelaboración redaccional. Cf. W. Paschen, Rein und Unrein, cf. H. Windisch en ThWNT 11 (1935) 904-908; P. Billerbeck, Das Evangelium nach
StANT 24 (Munich 1970), 177-187; W. G. Kümmel, Aussere und innere Reinheit des Mattháus, erlautert aus Talmud und Midrasch 1 (Munich 1922) 728s. En Marcos,
Menschen beilesus, en: Das Wort und die Worter, FS G. Friedrich (Stuttgart 1973) donde no se hace ninguna precisión de lo que es la «levadura», a diferencia de lo
35-46; J. Lambrecht, Jesus and the Law. An lnvestigation of Mark 7,1-23; EThL 53 que sucede en Mateo y en Lucas, habrá que pensar más que nada en la incredu
(1977) 24-52; H.-J. Klauck, Allegorie und Allegorese in synoptischen Gleichnistex lidad que insta al rechazo de Jesús y a la enemistad contra él, cf. Schenke, Wun
ten, NTA NF 13 (Münster 1978) 268s. Piensa de otra manera H. Raisanen, Jesus dererziihlungen (nota 4), 301-307; con razón el citado autor aplica esto a la situa
and the Food Laws. Reflection on Mark 7,15: JSNT 5 (1982) 79-100. ción actual de la fe de la comunidad (305-307).
62 63
entonces había sido verbal, se convierte en una amenaza para la exis to de la acción simbólica de Jesús con la higuera, este gesto se convierte
tencia de Jesús. Marcos interpreta el conflicto con el judaísmo por en una confirmación de que Israel es una higuera estéril, a saber,
medio de la maldición de la higuera, que luego se seca de raíz ( l l , 1 2 - por la conducta errada de la aristocracia sacerdotal dominante. Pero, al
14.20s). La extraña conducta de Jesús, cuando siente hambre y bus mismo tiempo, la mirada de Marcos se abre hacia la nueva comuni
ca higos en una higuera y la maldice por no encontrar frutos en ella, dad de culto. La cita de Is 56,7, que se añade con fines «didácticos»,
no puede explicarse históricamente y debe entenderse sólo en senti «Mi casa será casa de oración para todos los pueblos», dirige nuestra
32•
do simbólico Obrar un milagro para aplicar un castigo no es con mirada hacia la comunidad, que reúne en sí a los adoradores de Dios,
cebible según la mente de Jesús. Marcos no refiere el incidente para procedentes de todos los pueblos, incluidos los pueblos gentiles.
presentar a Jesús como juez castigador de Israel, sino para que la comu Esta idea se halla también en el fondo «logion del templo», trasmiti
nidad reflexione sobre el fallo de Israel, la higuera plantada por Dios, do en el relato de la pasión, el cual, con el anuncio de la destrucción
y saque las consecuencias que de ahí se deducen. Al regreso, cuando del templo, asocia la perspectiva de un templo diferente «no edi
pasan junto a la higuera ya marchita, Jesús exhorta a los discípulos a ficado por las manos del hombre» (14,58). A pesar de todas las incer
tener fe y a practicar la oración con la seguridad de ser escuchados tidumbres en cuanto a la interpretación del «logion del templo», cre
34•
(11,20-24). Ante el espectáculo de un Israel incrédulo y estéril, la comu emos que se piensa en la nueva comunidad de Dios Incluso en el
nidad cristiana debe depositar toda su confianza en Dios. El conflic relato de la purificación del templo, el Jesús marquino no se detiene
to con Israel, un conflicto que constituye una amenaza para la vida, en la crítica contra el judaísmo, sino que convierte esa escena en una
no se dirime en una confrontación humana, sino que se sitúa dentro profecía sobre la comunidad salvífica. La confrontación no es nunca
de las intenciones y de los planes de la voluntad soberana de Dios. para Marcos un simple acontecimiento de lucha, sino que es también
«¡Tened fe en Dios!» (11,22) es una exhortación a confiar en el poder la ocasión para que se escuchen las ideas y las intenciones positivas
Entre la maldición de la higuera y el hecho de que ésta aparezca Desde luego, los adversarios, los principales sacerdotes y los escri
marchita, Marcos sitúa la escena de la purificación del templo ( 1 1 , 1 5 - bas, reaccionan con dureza y de manera irreconciliable ante la purifi
19). Con ello, la escena se sitúa en el horizonte de la confrontación cación del templo. Buscan una posibilidad de dar muerte a Jesús (11,8).
con Israel y se caracteriza al mismo tiempo como un acto simbólico Los representantes del Sanedrín piden a Jesús que les explique qué
de Jesús. No hay que poner en duda que Jesús haya procedido así con derecho tiene él para hacer tales cosas. La pregunta acerca de la auto
tra los negocios del mercado establecido en el atrio de los gentiles. Es ridad (11,27-33) no la responde Jesús directamente, sino de forma
una acción de protesta contra las prácticas cultuales de fa jerarquía encubierta, formulando a su vez una pregunta: ¿De dónde procedía
32. Cf. G. Münderlein, Die Verfluchung des Feigenbaums: NTS 10 (1963/1964) kus (Gotinga 1975) 180. Según Pesch, Das Markusevangelium ll, 434, el nuevo
89-104; H. Giesen, Der verdorrte Feigenbaum - eine symbolische Aussage? Zu templo, no hecho por las manos del hombre, es el «templo mesiánico del fin de los
MK ll,12-14.20f. BZ 20 (1976) 95-111. tiempos»; de manera distinta piensa Gnilka, El Evangelio según San Marcos 11,
33. Cf. M. Trautmann, Zeichenhafte Handlungen Jesu. Ein Beitrag zur Frage 329, para quien se trata de la resurrección de Cristo. Ésta es la interpretación en
nach den geschichtlichenJesus, FrB 37 (Würzburg 1980) 119-128. Es digna de tener Jn 2,21, pero difícilmente en Me 14,58.
64 65
el bautismo de Juan: de Dios o de los hombres? Los dirigentes del de Jesús sobre sus adversarios, y también sus enseñanzas que han de
pueblo no se atreven a decir que el bautismo de Juan procedía del cie servir de orientación para la comunidad. La tendencia positiva apa
lo, porque no le dieron crédito. Jesús los atrapa en sus propias incon rece especialmente en el diálogo didáctico de Jesús con el escriba acer
secuencias: ¿No tendrían ellos que reconocer también que la autori ca del mandamiento más importante. Para Marcos no se trata de un
dad de Jesús procede de Dios? Pero no están dispuestos a hacerlo y litigio, sino de la instrucción fundamental sobre la realización cris
se cubren con el silencio. tiana de la vida, que capacita para el reino de Dios (12,34). Pero a
Después Jesús narra la parábola de los viñadores malvados (12,1-2). pesar de todo, viene inmediatamente a continuación la observación:
Es un claro ataque contra los dirigentes judíos, que persiguieron cons « Y nadie se atrevía ya a seguir preguntando a Jesús» (12,34c ). Con
tantemente a los siervos de Dios, maltratándolos y dándoles muerte. palabras de Jesús se decide todo. Acto seguido, Jesús plantea espon
Pero la historia se narra como una parábola que tiene su punto culmi táneamente la cuestión acerca del Mesías (12,35-27a), que hace ver
nante en el envío del Hijo y en su muerte violenta. Para la comunidad palpablemente a la comunidad que Jesús es más que el Hijo de David;
cristiana el sentido del relato está claro: la hostilidad de los dirigentes él es el «Señor», y Dios mismo le ha acreditado como tal.
empuja a Jesús, el «hijo amado», hacia la muerte; pero Dios da la viña Por tanto, la confrontación y los conflictos se extienden a lo lar
a otros viñadores, a saber, a la Iglesia cristiana. Dios hace que la pie go de todo el Evangelio, lo mismo que las curaciones y los actos mila
dra desechada por los judíos sea la piedra angular de esta comunidad. grosos, hasta que en el proceso ante el Sanedrín la insuperable opo
En esta situación de conflicto, revestida de parábola, el Jesús marqui sición entre Jesús y los dirigentes del judaísmo conduce a un estallido
no desvela los antecedentes y el trascurso del conflicto. Pero el evan abierto. En el solemne interrogatorio con que el sumo sacerdote pre
gelista se interesa también por la revelación cristológica de la persona gunta a Jesús si él es el Hijo del Bendito, Jesús responde con un sí
de Jesús: el Hijo amado, después de su muerte, es exaltado por Dios y claro: «Yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del
es convertido en la piedra angular de la nueva casa de Dios. Por esto, Poder y que viene entre las nubes del delo» (14,64). Ahora Jesús con
la historia es el punto culminante de la confrontación de Jesús con los fiesa abiertamente su mesianismo, que él eleva a un nuevo horizon
dirigentes judíos. Jesús lucha aquí en guerra abierta; sólo en la es te de comprensión mediante la continuación de sus palabras en las
cena ante el Sanedrín Jesús intensifica el ataque de los dirigentes que afirma que él es el Hijo del hombre que está sentado a la diestra
judíos hasta convertirlo en el interrogatorio directo por el sumo sa de Dios y que viene sobre las nubes del cielo. Es una formulación que
cerdote y en la confesión abierta de Jesús que reconoce su propia dig alude al Sal 110,1 y a Dn 7,13: dos pasajes que desempeñan un papel
35•
nidad como Mesías. Marcos dice expresamente, después de la narra importante en la cristología del cristianismo primitivo Por tanto,
ción de la parábola: «Se dieron cuenta de que Jesús había dicho la ante el Sanedrín Jesús reclama para sí las funciones que, en la Igle
parábola por ellos». Les habría gustado prender a Jesús, pero tenían sia primitiva, le son reconocidas como Exaltado junto a Dios e Hijo
miedo a la gente. del hombre que ha de venir un día con poder. Habrá que dudar de si
Lo que después se refiere en cuanto a litigios y diálogos didácti Jesús desafió de esta manera al sumo sacerdote, de si utilizó estas pala
cos (12,13-37a) nos permite, sí, seguir reconociendo la tensión exis bras; pero que él confesó con sus propios labios su función mesiáni
tente entre los grupos dirigentes y Jesús, pero no conduce a ninguna ca, eso permanecerá en pie como una probabilidad histórica. Es «la
situación amenazadora. Hay que tener también en cuenta que las cues
ción davídica del Mesías- servirán para la instrucción de la comu 8,38 par; 13,26 par; Mt 19,28; Jn 5,27; Act 1,7.13; 11,15; 14,14. A propósito de Sal
nidad. Estos diálogos se insertan aquí para exponer la superioridad 110,1 véase Hahn, Christologische Hoheitstitel, 126-132.
66 67
hora de la verdad», en la que Jesús no elude la pregunta del sumo Las confrontaciones y los conflictos con los hostiles dirigentes del
sacerdote, sino que expresa claramente la conciencia que él tiene de pueblo judío forman parte necesariamente de la imagen de Jesucristo,
36•
su propia misión Al mismo tiempo, en la respuesta de Jesús hay una porque conducen a la pasión de Jesús, que para Marcos es el punto de
densa amenaza con el juicio que el Hijo del hombre ha de venir a rea perspectiva hacia el que se encamina la historia de Jesús. Pero en esas
lizar. Jesús interpela directamente al sumo sacerdote y a los miembros confrontaciones se reconoce también la majestad de Jesús, que re
del Sanedrín reunidos y les dice: « Vosotros veréis». Se trata del desa chaza con superioridad todos los ataques y objeciones y, desde su ex
fío más fuerte que haya experimentado el judaísmo representado en clusiva sujeción a la voluntad de Dios, los desenmascara como pensa
el Sanedrín, el desafío que, a causa de la incredulidad judía, condu mientos humanos y demuestra que son cosa vana. Al Jesús que
cirá necesariamente al conflicto mortal. La reacción del sumo sacer proclama su mensaje de salvación y que en sus actos lo realiza, se aña
dote, que escucha en estas palabras una blasfemia contra Dios, es har de el Jesús luchador, que representa la causa de Dios, que menospre
to comprensible. cia y vence todas las resistencias, que lleva consigo a su comunidad por
Si preguntamos qué significa esa confesión ante el Sanedrín para el camino de la cruz, pero que -precisamente en su propia entrega a
la imagen de Jesús trazada por Marcos, habrá que decir: a) Para él Je la muerte- le asegura la victoria por medio de su propia resurrección.
36. August Strobel, Die Stunde der Wahrheit, WUNT 21 (Tubinga 1980)
69-71. 38. Pesch, Das Markusevangelium 11, 1-27, excursus: la historia premarqui
época temprana en la que Caifás desempeñaba todavía el cargo de interpretaciones de la teología de la pasión. Jesús es el «Hijo del hom
sumo sacerdote (lo desempeñó hasta el 37 d.C.), y habría ofrecido su bre» que tiene que «padecer mucho», que es «rechazado» por los ancia
correspondiente imagen de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. nos, los principales sacerdotes y los escribas, y que es entregado en
No puede dudarse de que Marcos recogió buena parte del material manos de los hombres (9,31), o -más claramente- que es entrega
de que disponía. Pero a pesar de las penetrantes investigaciones de do por los principales sacerdotes y los escribas y puesto a merced de
R. Pesch, sigue siendo discutible hasta dónde llega exactamente ese los paganos (10,33). Estos enunciados asociados con el título de «Hijo
material. Sobre todo se cuestionará la extensión de ese «evangelio de del hombre», adquieren una dimensión aún más profunda por las sen
39
la comunidad primitiva» haciendo que se remonte hasta la declara tencias acerca del Hijo del hombre insertadas en el relato de la pasión.
ción de Pedro en la que confiesa a Jesús como el Mesías (8,27-30). Pero Al anunciar la traición de Judas, dice Jesús: «El Hijo del hombre se
si Marcos, en su historia de la pasión, sigue un antiguo relato compues va, tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquel que entrega al Hijo
to en los primeros tiempos de la Iglesia primitiva, ello significa única del hombre!» (14,21). Todo, incluso el triste suceso de la traición por
mente que él se apropió de esta imagen de Jesucristo y la desarrolló de uno de los discípulos íntimos, está previsto en el plan de Dios. En el
manera correspondiente. Después contempla él la figura de Jesús a la huerto de Getsemaní Jesús dice a los demás discípulos que, en la hora
luz de esa descripción aparecida en época anterior a él. en que Jesús está luchando en su oración, duermen y no saben qué
respuesta dar: «Ha llegado la hora. Mirad, el Hijo del hombre va a ser
Para la imagen de Jesús tiene en primer lugar una importancia entregado en manos de los pecadores» (14,41). El fracaso de los dis
considerable la recogida de esa extensa historia de la pasión. Marcos cípulos, que resalta con mayor crudeza por la negación de Pedro, se
quiere presentar intuitivamente lo que ya se anuncia en las asechanzas halla en contraste con el Hijo del hombre, que conscientemente acep
e intenciones de dar muerte a Jesús por parte de sus adversarios (3,6; ta sobre sí el sufrimiento. Lo que ya se había escuchado en 10,45 como
8,15; 11,18; 12,12). Mientras que al principio se hace una advertencia actitud fundamental de Jesús, a saber, que él había venido para servir
contra los fariseos y los herodianos (3,6; 8,15), vemos que, después de y para entregar su vida en rescate por muchos (cf. también 14,24), tie
la purificación del templo, los actores son los principales sacerdotes y ne ahora su cumplimiento en el camino de Jesús hacia la muerte. La
los escribas ( 1 1 , 1 8 ; 14,1), una observación que responde mejor a la si divergencia consiste en que -aquí- el sufrimiento de Jesús se con
tuación histórica. Marcos considerará que la purificación del templo templa como el precio de la expiación en favor de muchos, pero tal
(11,15-19) fue el factor desencadenante para la decisión efectiva de pensamiento falta en la historia de la pasión, y en cambio -en ella
dar muerte a Jesús, para «buscar» una ocasión de «prender a Jesús con la pasión se representa sobre el trasfondo del Justo sufriente, es una
engaño» (14,1). Toda la historia de la pasión con el juicio nocturno divergencia que no altera la imagen que Marcos ofrece de Jesús que
contra Jesús, el proceso ante Pila to y la ejecución de la pena de muerte va hacia la muerte. Lo único que hace el evangelista es recoger de la
trascurre en consecuencia. Se han añadido relatos aislados que ayu tradición diversos rasgos de la teología de la pasión.
39. Cf. R. Pesch, Das Evangelium der Urgemeinde, Herder-Bücherei 748 (Fri de la pasión se formó de una fusión de historias particulares. Entre ellas se cuen
burgo-Basilea-Viena 1979). ta la historia de la unción, la cual, a causa de las palabras «Ella se ha anticipado
4
40. M. Dibelius, Die Formgeschichte des Evangeliums (Tubinga 1961) 178s, a ungir mi cuerpo para la sepultura», fue situada al comienzo de los sucesos de
considera la historia de la unción como un relato aislado que se sale del marco de la pasión.
70 71
En tercer lugar, hay que tener en cuenta el tránsito por el sufrimiento ta la necesidad de que uno entregue incluso la propia vida por Jesús
y la muerte hacia la resurrección. Esto corresponde a la imagen del Hijo y por el evangelio (9,3 5-38 ). El camino de Jesús hacia la muerte se
de Dios que actúa con plena autoridad, al Hijo amado, que Marcos pre convierte para la comunidad en el paradigma de la propia realización
sentó a los discípulos en lo alto del monte (9,7) y que, en la parábola de los de la vida. La comunidad, lo mismo que Jesús y con Jesús, ha sido pues
viñadores, Marcos hizo ver a los dirigentes judíos (que le rechazaban) ta en la situación del justo perseguido. En la segunda predicción de la
go (9,33-37). El que acoja a tal niño por amor de Jesús, acoge a Aquel
ción: ellos no deben contar a nadie lo que han visto hasta que el Hijo del
hombre haya resucitado de entre los muertos (9,9). Es un acontecimien que se hizo el servidor de todos. Después de la tercera predicción de
to que da al traste con las intenciones de los hombres, un acontecimiento la p asión, que describe más claramente aún el camino de afrenta
pectiva de la resurrección al cabo de tres días (8,31; 9,31; 10,34). A pesar los discípulos de Jesús: «El que quiera ser grande entre vosotros,
de la oscuridad que gravita sobre el acontecimiento de la pasión, existe la que sea vuestro se rvidor », y esto se fundamenta expresamente con
luz que irradia de la muerte de Jesús. El centurión pagano, que vio morir el ejemplo del Hijo del hombre, que entrega su vida como rescate
saje que el ángel dirige a las mujeres junto al sepulcro: «Buscáis a Jesús
que el camino de Jesús hacia la muerte compromete a la comuni
frimiento.
abandono de Dios, del que Jesús se lamenta a gritos en la cruz, brota la
ta visión de conjunto que aúna el sufrimiento de Jesús y el seguimiento bras de Jesús: Mt 16,24: «Sus discípulos»; Le 9,23: «Todos». Pero en los tres Sinóp
de los discípulos en el sufrimiento aparece ya claramente después de ticos se trasparenta intencionadamente una referencia a la comunidad. La multi
tud de gente (ox>..a<;), que en Me 8,34 se menciona junto a los discípulos, tiene tam
la primera predicción de la pasión: «El que quiera ser mi discípulo,
bién con frecuencia en otras partes una resonancia «eclesial», cf. 6,34; 7,14; 8,ls;
[niéguese a sí mismo, tome su cruz y s í game !» ( 8 , 34 ) . Es un llama
10,1; 11,18; 12,38a. En Mateo, los discípulos representan a la futura comunidad de
miento dirigido a toda la comunidad; Jesús llama a la multitud y a sus
los creyentes, cf. U. Luz, Die Iünger im Matthiiusevangelium: ZNW 61 (1971) 147-
41.
discípulos para que vayan a él Con otras sentencias se fundamen- 171, especialmente 159. Lucas, al referirse a «todos», distingue a los que quieren
antes.
41. Los Sinópticos indican de manera distinta los destinatarios de las pala-
73
72
moración y que por ella experimentaba constantemente la presencia munidad del templo por la comunidad salvífica de Jesucristo (184). Es
del Señor crucificado en su camino hacia el reino consumado (14,25). difícil el enunciado de que Jesús destruirá el templo hecho por la mano
La idea del reino de Dios y de su llegada, que Jesús -a pesar de su del hombre, porque con ello parece entenderse la destrucción del edifi
partida- vio acercarse de manera indudablemente palpable, mueve cio de piedra, del templo herodiano (cf 13,3). Esto podría haber origi
a la comunidad que tiene su mirada puesta en el Jesús crucificado y nado el malentendido de los testigos falsos. Según Vogtle, el derribo del
resucitado. En la víspera de su pasión, cuando el traidor mete ya su templo de Jerusalén debe entenderse también en sentido metafórico,
mano en el mismo plato que Jesús, y Jesús anuncia que el Hijo del como el cese -obrado por la muerte de Jesús- del viejo culto del tem
hombre va a ser entregado (14,18-21), la comunidad debe ser cons ple", un cese que se hace patente al desgarrarse la cortina del templo.
ciente de que ella no puede ser salvada más que por medio de la san Con esto se ha encontrado una interpretación homogénea de
gre de Jesús. Vive bajo la predicción de que todos serán dispersados, las palabras acerca del templo: en la muerte de Jesús, el viejo templo
pero también bajo la certeza de que Jesús volverá a verlos en Galilea (que simboliza el culto judío) queda destruido y, al mismo tiempo,
(cf. 14,27s), una perspectiva del acontecimiento pascual (16,7). En la se echan los cimientos del edificio de un templo diferente, de la nue
hora del Monte de los Olivos, a todos se les aplica la exhortación: va comunidad de salvación. Si Marcos entiende así la profecía acerca
«Velad y orad para que no entréis en tentación» (14,38). Todo se narra del templo en 14,58, entonces «acierta en el centro mismo del men
45•
con miras a la comunidad, la cual -lo mismo que Jesús- ha de pasar saje de salvación del Nuevo Testamento» La interpretación que
por la tentación y el sufrimiento. refiere esta profecía a la Iglesia, queda sugerida por las siguientes razo
Otra visión a través de la cual se perfila la comunidad, se encuentra nes: a) La palabra de la Escritura citada por Marcos con motivo de la
en las palabras relativas al templo, que los testigos falsos denuncian purificación del templo: «Mi casa será llamada casa de oración para
ante el Sanedrín para acusar a Jesús (14,56), pero que, según la com todos los pueblos» ( 1 1 , 1 7 ) , es una perspectiva que contempla ya la
prensión de Marcos, enuncian algo verdadero: Jesús, después de la des Iglesia universal, integrada también por los pueblos gentiles. b) La
trucción del viejo templo, edificará en poco tiempo otro templo dife metáfora del «edificio» de la comunidad se encuentra ya en los tex
42•
rente, no hecho por la mano del hombre A. Vogtle ha presentado una tos de Qumrán, y es perfectamente concebible que se aplicara a la
nueva interpretación, digna de ser tenida en cuenta 43• Aduciendo la es comunidad cristiana=. e) La conexión, estudiada por Vogtle, con los
cena descrita en 15,38 (el desgarramiento de la cortina del templo) sucesos que se produjeron a la muerte de Jesús ( el sol se oscurece, la
como escena interpretativa de 14,58, se declara abiertamente en favor cortina del templo se rasga, el centurión confiesa que Jesús es verda
de la interpretación referida a la comunidad salvífica, al relevo de la co- deramente Hijo de Dios), y que aparecen como una interpretación de
las palabras acerca del templo, hacen que sea muy probable la inter
ción en el escarnio que hacen de Jesús los que están al pie de la cruz (Me 15,29; 44. ]bid. 177, 180, 183.
Mt 27,40). La versión «Yo destruiré» (de manera diferente en Jn 2,19), que podría 45. /bid. 188.
ser la original, indujo a los testigos a dar una falsa interpretación. 46. Cf. lQS 5,5s; 8,7-10; lQH 6,25-28; 4QpSal 37: III, 16. Véase, a propósito,
43. Véase la comprensión marquina de las palabras acerca del templo en: J. Maier, Die Texte vom Toten Meer 11 (Munich-Basilea 1960), 93s; B. Gartner, The
U. Luz - H. Weder, Die Mitte des Neuen Testaments, FS. E. Schweizer (Gotinga Temple and the Community in Qumran and the New Testament, SNTSMS 1 ( Cam
1983), 362-383, obra reimpresa en: Id., Offenbarungsgeschehen und Wirkungs bridge 1965; G. Klinzing, Die Bedeutung des Kultus in der Qumrangemeinde und
geschichte (Friburgo-Basilea-Viena 1985) 168-188 (se cita según esta última edi im Neuen Testament, StUNT 7 (Gotinga 1971) 202-205. (F. García Martínez, Tex
ción). tos de Qumrán (Madrid
4
1993). N. del T.]
74 75
En conjunto, la imagen del Jesús perseguido, sufriente y mori problema. Trataremos de indagar el sentido y el alcance de esa desig
bundo es la forma en que la figura de Jesucristo se plasma como la de nación de majestad de Jesús en el ámbito del Evangelio de Marcos,
aquel a quien la Iglesia primitiva confiesa como el Crucificado y Resu pero en todo ello no podremos prescindir, claro está, de los antece
citado. En todo ello el énfasis recae sobre el acontecimiento de la cruz, dentes presupuestos en la tradición. Con arreglo a nuestro tema nos
con el que se coordina, desde luego, la resurrección como perspecti preguntaremos concretamente qué significa la designación de Jesús
va luminosa. El Resucitado sigue siendo para siempre «el Crucifica como «Hijo de Dios» para la imagen de Jesucristo en el Evangelio de
do» (Me 16,6). «El Hijo terreno de Dios, a quien Marcos presenta Marcos.
como el que enseña la voluntad de Dios y el que realiza actos pode La imagen de Jesús se halla imbuida profundamente de la idea de
rosos, es al mismo tiempo aquel cuya vida de servicio alcanza su pun la condición de Jesús como el Hijo de Dios. El título se menciona en
47
to culminante en la cruz.» pasajes importantes y se halla en la confesión del centurión pagano
II. PREDICADOS DE DIGNIDAD Y TÍTULOS DE JESÚS grafe ( 1 , 1 ) «Evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios» debe aceptarse
l. EL Hno DE DIOS de sospechar que lo de «el Hijo de Dios» es una categoría para inter
La designación de Jesús como «Hijo de Dios» aparece cinco ve de Dios» realiza Jesús su misión, y como Hijo de Dios soporta la terri
ces en el Evangelio de Marcos ( 1 , 1 1 ; 3,11; 5,7; 9,7; 15,39), y también en ble muerte en la cruz. Precisamente el camino hacia la cruz, excepto
1,1 con una variante textual no del todo segura. El espectro se amplía en las sentencias de «el Hijo del hombre» (véase infra 2), se dilucida
si se añade la parábola de los viñadores malvados, que alude a Jesús por la relación del «Hijo amado» con el Padre (12,6). En Lucas la con
como al «hijo amado» {12,6). Hay que tener también en cuenta la pre fesión del centurión al pie de la cruz dice así: «Verdaderamente este
gunta del sumo sacerdote, en la que a lo de ser «el Cristo» se añade lo hombre era justo» {23,47), aunque en él la última palabra de Jesús tie
de ser «el Hijo del Bendito». Finalmente, requiere también una dilu ne la forma de una oración dirigida al Padre: «Padre, en tus manos
cidación el pasaje de 13,32, aunque en él no se hable del «Hijo de encomiendo mi espíritu» (23,46). Mateo recoge la confesión: «Ver
Dios» sino --en sentido absoiuto-c- de «el Hijo»: «En cuanto al día y daderamente éste era (el) Hijo de Dios» (27,54) y acentúa la irradia
la hora {de la parusía), nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo ni el ción de poder del Jesús difunto mediante los grandes acontecimien
Hijo, sino sólo el Padre». Es indiscutible que Marcos tomó de la tradi tos cósmicos que se producen: se abren los sepulcros y salen de ellos
tulo cristológico", No podemos detenemos aquí a estudiar este difícil 333; E. Schweizer en: ThWBT VIII (1969) 367-392 (a propósito de Marcos: 380s);
47. J. D. Kingsbury, Jesus Christ in Matthew, Mark and Luke (Filadelfia go-Basilea-Viena 1975) 77-113; C. R. Kazmierski,Jesus, the Son of God. A Study
1981) 58. of the Markan Tradition and its Redaction by the Evangelist, FzB 33 (Würzburg
2
48. Entre la abundante bibliografía véase O. Cullmann, Cristología del Nue 1979); M. Hengel, Der Sohn Gottes {Tubinga 1975; 1977); Gnilka, El Evangelio
vo Testamento (Salamanca 1998) 351-390; Hahn, Christologische Hoheitstitel, 280- según San Marcos I, 70-73.
76 77
3. La derivación del «Siervo de Dios» en Is 42,1, defendida prin da de Dios se realiza descendiendo el Espíritu sobre Jesús. El Espí
cipalmente por Joachim Jeremias, trabaja con la tesis de que el «Sier ritu es la señal del Ungido por excelencia, del Mesías, que ha de po
vo», por el doble significado de xai� que quiere decir «siervo» e «hijo», seer en plenitud al Espíritu (Is 11,2; 61,1). También en el Cántico del
go, es posible, pero no explica la acentuada referencia a «el Hijo, el preferencia a la derivación del texto de Marcos a partir de Is 42,1. Pero
amado». Al menos, habrá que suponer entonces una intencionada ya no se trata del Siervo de Dios, a quien Dios ha elegido, sino del
modificación del texto del Antiguo Testamento por parte de Mar Hijo amado, que se halla en una relación especialmente estrecha con
cos, de tal manera que en el contexto marquino el «Siervo de Dios» Dios. En este lenguaje simbólico confluyen diversos motivos, que
adquiera un nuevo perfil. muestran a Jesús como el Mesías prometido en un sentido que sobre
4. La comparación con el acto de atar a Isaac para el sacrificio pue pasa todas las expectaciones. El Mesías davídico (Sal 2,7), tal como
de invocar en su favor el hecho de que se caracterice a Isaac como el los judíos lo esperaban cual libertador terreno, no basta para explicar
«hijo amado» (Gén 22,2: «el hijo único, a quien tú amas»). Es el hijo la cercanía en que Jesús se halla de Dios. Habla en contra de ello el
único, a quien Abrahán no está dispuesto a negar (Gén 22,12.16). Esta diálogo sobre la condición del Mesías como hijo de David en 12,35-
tipología de Isaac influyó en la cristología del cristianismo primitivo 37a. La afirmación de los escribas de que el Mesías es el hijo de David,
(Rom 8,32; quizá Me 12,6); pero ciertamente es discutible que se halle la recoge Jesús y, sirviéndose del Sal 110,1, desarrolla una dificultad
detrás de Me 1 , 1 1 . Si examinamos atentamente el texto con todos sus que brota de ese texto: David, que está lleno del Espíritu Santo, ¿cómo
elementos, entonces ninguno de los modelos o fuentes bastará para podrá llamar «Señor» a su hijo? No se discute que el Mesías sea hijo
explicarlo por completo y de manera homogénea=. Confluyen diver de David. Pero la contrapregunta de Jesús, que toma como punto de
sas reminiscencias de textos del Antiguo Testamento; la más marcada partida una aparente contradicción en la Escritura ( cuestión propia
de todas es la de Is 42,1; pero conducen a una imagen singularísima, de la Agadá), ofrece una visión de la imagen del Mesías que sobre
nueva y única en su género, del Hijo amado, que Dios eligió para sí. pasa con mucho la expectación judía. Jesús tiene una dignidad supe
rior, una cercanía mayor a Dios, y todo habla en favor de que, para
La escena del bautismo, tomada por Marcos de la tr.adición, con Marcos, detrás de todo ello vuelve a estar la idea del Hijo de Dios o
tiene otros dos rasgos que deben tenerse en cuenta. Jesús ve rasgarse del Hijo del hombre. Él es más que un rey teocrático; él es el que se
el cielo, y el Espíritu desciende como una paloma sobre Jesús. En Is sienta conjuntamente en el trono de Dios, el «Señor», tal como-e-des
63,19 se dice: «¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!». Es un aconteci pués de su resurrección- le venera la Iglesia primitiva.
do de una mesianología sumosacerdotal. disíaca se renueva (1,12s). La cercanía de Dios se muestra en el recha
52. J. Jeremías en: Id., Abba. El mensaje central del Nuevo Testamento (Sala zo que se hace del maligno, y eso es como un programa para toda la
manca 1993) 114-119; Id., Teología del Nuevo Testamento I: «La predicación de vida de Jesús. En la expulsión de los espíritus malignos y en la con
Jesús (Salamanca 1973) 71ss.
frontación con sus propios adversarios se acredita el don del Espíritu
53. Cf. Kazmierski, Son of God (nota 48), 61. Este autor supone que Me 1,9-
concedido a Jesús con ocasión de su bautismo por Juan el Bautista.
11 es un desarrollo en dos fases: primero a partir de Is 42,1; luego, a partir de Gn
Esta imagen del Hijo amado por Dios, del Hijo separado de todo mal
22; esto último no me parece tan seguro.
81
80
dueño de la viña, puso toda su esperanza; pero también a él le matan
y que resiste a todos los ataques de Satanás, la presenta Marcos ante
sus lectores al comienzo de la actividad pública de Jesús, y les pro los malvados arrendatarios de la viña, y le arrojan fuera de la viña,
55•
porciona con ello un punto de orientación para comprender las cura le arrojan fuera de Israel (12,8) En el Hijo y Heredero fallan los
habla de la siguiente manera: « [ S é quién eres: el Santo de Dios!» (1,24). rrección de Jesús; un milagro que Dios ha obrado y que es asombro
el Hijo de Dios entra en el misterio del sufrimiento y la muerte. No 55. El trasfondo de esos diversos envíos de mensajeros de Dios lo constitu
vemos que esta idea resuene ya en la voz de Dios con ocasión del bau ye la concepción deuteronómica acerca de la suerte violenta que sufren los pro
tismo; pero en la totalidad del Evangelio no debe excluirse la visión fetas, cf. O. H. Steck, Israel und das gewaltsame Geschick der Propheten, WMANT
Dios que fueron maltratados y muertos. Él es aquel en quien Dios, el dice acertadamente: el «Hijo» es el último mensajero escatológico de Dios antes
final (17).
54. O. Procksch en: ThWNT 1 (1933) 102, 28s.
83
82
de la generación del desierto (Ex 40,35 LXX). La voz de Dios tiene confiado «todo» al Hijo y el Hijo puede revelar al Padre «a quien quie
la misma autoridad que la que en el desierto hablaba al pueblo de Is ra» revelárselo, vemos que Me 13,32 establece una reserva, una con
rael; pero ahora señala hacia Jesús, hacia el Hijo amado, que es Reve siderable limitación. El conocimiento del tiempo de la parusía queda
lador, Guía y Maestro. reservado para el Padre. La expresión in crescendo «no la conocen los
Si vemos ahora en conjunto la imagen de Jesús que se deduce ángeles ni tampoco el Hijo» nos permite ver el aprecio en que se tie
de su predicación como Hijo de Dios, entonces reconoceremos en ella ne al Hijo; pero, así como corresponde únicamente a Dios el distri
rasgos de majestad, a saber, en la victoria sobre Satanás y en el poder buir los puestos en el reino de Dios (10,40), así el Hijo no tiene tam
sobre los demonios, pero reconoceremos también otros enunciados poco una visión del trascurso de los acontecimientos del fin. La
que reflectan sobre el camino de Jesús hacia el sufrimiento y la muer sentencia, que procede seguramente de una tradición anterior, que es
te. Jesús es el Siervo de Dios, que recorre obedientemente su cami ya premarquina, debe entenderse -en el marco del discurso sobre el
no como el Hijo amado de Dios. Él es quien en la muerte se revela fin de los tiempos- como contrapeso a la seguridad que se da en Me
como el Hijo de Dios y que en la más profunda aflicción de su huma 13,30: «No pasará esta generación sin que todo esto suceda». Está liga
nidad revela su oculta majestad y divinidad. La oración con que Jesús da a este contexto; pero conserva su propio peso. Habrá que pre
expresa el abandono en que se siente de Dios, se convierte en la cer guntarse cómo Marcos podrá compaginarla con su cristología del «Hijo
59•
teza de ser aceptado por Dios. La impresión dominante que el Evan de Dios», el cual está sumamente cerca de Dios No puede dejar de
Jesús vive de Dios: una cercanía que no desaparece ni siquiera en la y esta sentencia acerca del «Hijo». Pero es evidente que Marcos no
Desde luego, con esta imagen del Hijo de Dios, tan cercano a Dios, obediencia y amor a Dios el Padre.
se le distingue marcadamente del «Padre», que es el único que sabe sacerdote: «¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito?» (14,61s). Las dos
85
84
60.
rísima con Dios» Jesús responde afirmativamente al sumo sacer
es la de saber si Jesús reclamó para sí este título, y, en caso afirmati
dote; pero su respuesta corrige, al mismo tiempo, la idea judía acerca 63•
vo, en qué sentido lo entendió Porque hay una cosa sorprendente:
del Mesías: el Mesías es el Hijo del hombre que está sentado a la dies
las palabras acerca del Hijo del hombre se encuentran exclusivamen
tra de Dios y que viene sobre las nubes del cielo (14,62). Con ello el
te en labios de Jesús (con excepción de Act 7,56), nunca en una voz
«Hijo de Dios» aparece también a una luz distinta. Él es el Exaltado
de Dios o en la declaración de otras personas. Por eso, hay aquí un
junto a Dios y el Hijo del hombre que ha de venir de nuevo con poder.
campo para la investigación histórica, en el que hay que incluir tam
La cristología del Hijo de Dios se asocia con la cristología del Hijo del
bién la cuestión de saber cuáles son las palabras originales de Jesús, y
hombre.
cuáles las sentencias secundarias creadas en la comunidad. Sobre todo,
El título de «Hijo de Dios» completa para Marcos una visión sin
se desea determinar cuál es la comprensión de Jesús acerca de sí mis
tetizadora del Jesús que actúa en la tierra, que está dotado por Dios
mo que se oculta detrás de todo ello, o qué es lo que condujo a la Igle
de Espíritu y poder, y que a pesar de todo marcha obedientemente
sia primitiva a atribuir a Jesús esas palabras o a ponerlas en sus labios.
por el camino que le conduce a la cruz. En todos los ámbitos de acti
Para nuestra problemática, que es la de saber qué imagen de fe se deri
vidad (véase supra I) se hace visible el misterio del Hijo de Dios, uni
va de ellas para Marcos, queda en segundo plano la investigación his
do con Dios, aunque este misterio quede todavía encubierto y sea
tórica y de crítica literaria; porque hay una cosa de la que no se pue
incomprensible para los testigos. Todos los aspectos de la cristología
de dudar, y es que Marcos asoció el título con la persona de Jesús y se
marquina no pueden recogerse en este título; la cristología se asocia
lo refiere exclusivamente a él. Jesús es para él el Hijo del hombre, lo
también con otros predicados de dignidad, principalmente con el de
mismo que es el Hijo de Dios.
«el Hijo del hombre». Pero el de «el Hijo de Dios» puede conside
De ahí surgen otras cuestiones más: ¿por qué Marcos introduce
rarse como el corazón mismo de la apreciación marquina de Jesús.
esas sentencias del Hijo del hombre, si para él el misterio de la per-
3
2. EL HIJO DEL HOMBRE (Gütersloh 1963; C. Colpe en: ThWNT VIII (1969) 403481 (con abundante biblio
Junto al título de «Hijo de Dios», que dilucida la profunda unión schensohn und Messias: BZ 16 (1972) 161-187; 17 (1973) 52-66; J. Theisohn, Der
de Jesús con Dios, el título de «Hijo del hombre», como denomina auserwiihlte Richter. Untersuchungen zum traditionsgeschichtlichen Ort der Men
ra función (escatológica) de Jesús, acerca de su actividad presente y se abundante bibliografía en V. Hampel, Menschensohn und historischer Jesus. Ein
acerca de su pasión y muerte. Esta distinción tiene su razón de ser Rtitselwort als Schlüssel zum messianischen Selbstverstiindnis Jesu (Neukirchen
1990) 373-403.
y es importante, cuando se investiga sobre los antecedentes y la recep
63. Hampel, Menschensohn, investiga intensamente esta cuestión, deduce
ción de este título en la Iglesia primitiva, una problemática que nun
de Dn 7 (7-48) la concepción judía acerca del Hijo del hombre y estudia con pro
62.
ca llega a acallarse Otra cuestión que ocupa a los investigadores fundidad todos los logia sinópticos acerca del Hijo del hombre, con el res�ltado
de que Jesús esperó en primer lugar la entronización mesiánica como HIJO del
86
87
' .... • l•da H concentra esencialmente en la predicación «Hijo de cribas y finalmente será muerto (8,31). Va a ser «entregado» en manos
Dtol•? ¿Qui! ra�gos especiales aparecen en el «Hijo del hombre», y de los hombres (9,31), y en la tercera predicción de la pasión se des
por q u é ª?º tan importantes para Marcos en relación con su imagen criben más detalladamente las etapas del camino de sus sufrimien
de Jesucristo? ¿Cómo habrá que definir la relación entre «Hijo de tos (10,33s). Se presupone, por tanto, el kerigma cristiano primitivo
Dios» e «Hijo del hombre»?
acerca de la cruz y la resurrección de Jesús; pero por medio de la expre
Si consideramos en conjunto las sentencias que hablan del Hijo sión «el Hijo del hombre», que no aparece en el kerigma paulino, se
del hombre, entonces resaltan ya por su frecuencia numérica los enun sitúan de manera diferente los aspectos y los acentos. Parece que la
ciados acerca de su pasión y muerte; son ocho pasajes: 8,31; 9,12.31; primera predicción de la pasión en Me 8,31 representa una etapa toda
10,33.45; 14,21a.b.41. Pero estas palabras tienen también un gran peso vía más antigua en comparación con la fórmula de lCor 15,3-5
64•
La
P?� su contenido objetivo: se hallan bajo el «tiene que» del decreto expresión «rechazado» (a:n:oboKLµao0fívm) en Me 8,31 recuerda el Sal
divino (8,31; 9,12; 14,21a), que posee su fundamento en la Escritura 117 ,32 LXX, un pasaje que se cita en Me 12,10. La interpretación
(9,�2; 14,21a). La muerte del Hijo del hombre es el presupuesto nece del «rechazo» de Jesús con ayuda de esta palabra del salmo tuvo tam
sano para su resurrección, la cual se menciona siempre al final en bién cabida en otros lugares de la tradición de la Iglesia primitiva: Act
las tres predicciones de la pasión (8,31; 9,31; 10,33). Estos tres tex 4,11 (con otra traducción de «rechazado».e «menospreciado» como
tos, que estructuran también la subida de Jesús a Jerusalén, están orde en Me 9,12); lPe 2,7; cf. Rom 9,33. Por tanto, Marcos recoge proba
nados conscientemente, y por cierto en una línea ascendente que con blemente la metáfora de la piedra rechazada que llegó a ser la piedra
d�ce al aco�tecimiento de la pasión. Me 8,31 despliega -por decirlo angular, en la primera predicción de la pasión y la interpreta apli
ast- el kerigma; la segunda predicción de la pasión en Me 9 31 es una cándola al camino de Jesús hacia la muerte, un camino al que Dios
variante del círculo de imágenes de la «entrega», sea por obra del trai imprimió al poco tiempo un giro decisivo ( «al cabo de tres días»),
dor Judas Iscariote (Me 3,19; 14,10s.l8.21b.42.44), o bien por Dios mis haciéndolo que llegara a la victoria por medio de la resurrección de
mo (cf. 9,31 con con el contraste «en manos de los hombres»; 10,33; Jesús.
1�,41). E_s una palabra estilizada kerigmáticamente, que recoge deter Se puede sospechar entonces que el «Hijo del hombre», por inte
mmadas tdeas_de la Iglesia primitiva. La tercera predicción de la pasión grarse en este concepto el camino de Jesús hacia el sufrimiento y la
(10,33s) describe luego las distintas etapas en el camino hacia el sufri muerte (todavía no en la fuente Q), era importante para Marcos. Esta
miento y la muerte, de acuerdo completamente con los acontecimientos perspectiva de que Jesús tiene que morir según las Escrituras no resal
mismos descritos en la historia de la pasión.
ta de esta manera en el título de «Hijo de Dios». El que ha sido muer
En estas visiones anticipadas, de carácter sumario, se reconoce una to resucitará; esto se hace por obra de Dios y es «admirable a nues
cercanía con respecto a la fórmula cristológica de fe en lCor 15 3-5 tros ojos» (12,11). Estas palabras que Marcos presenta a continuación
por l? menos en cuanto a la estructura fundamental: «Murió seg� la¡ inmediata de la parábola de los viñadores tiene una función de puen
Escntura�, �esucitó �l tercer día según las Escrituras». Desde luego, te entre el «Hijo amado» y el «Hijo del hombre», el cual después de su
falta la adición «murió por nuestros pecados». «Resucitó al tercer día» muerte es resucitado por Dios. De este modo Marcos puede
se formula de manera distinta en 8,31 y 10,33: «Al cabo de tres días». asociar la idea del Hijo de Dios con la tradición acerca del Hijo del
La referencia a la sepultura y a las apariciones del Resucitado no hombre. El «Hijo del hombre» no es otro que el «Hijo amado»
sera rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los es- burgo-Basilea-Viena 1973) 170-204, esp. 184.
88 89
(et. 12,6-8). Jesús entra en un círculo trascendente de ideas que está hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡ Levantaos!
señalado por la expresión «el Hijo del hombre». ¡V amos! Y a está aquí el q ue me va a entregar» ( 1 4 , 4 1 s ) . Los enemi
Probablemente, detrás de Me 8,31 se halla la imagen del Justo gos d e Jesús son estigmatizados como «pecadores». A los criados envia
sufriente, que en la historia de la pasión resalta de manera tan clara. dos contra é l les di ce Jesús: «Habéis salido con espadas y palos a pren
Es verdad que la expresión «rechazado» no aparece en los textos d erme, como si fuera un ba n dido» (14 , 4 8 ) . El H ijo del hombre
del libro de la Sabiduría (capítulos 2-5), excepto en 9,4 («¡No me dese comi enza su camino de sufrimientos como el Justo perseguido a pesar
ches de entre tus hijos!»); pero hay textos afines que hablan del menos de su inocencia.
precio del justo por los malvados (3,10), del desprecio que éstos sien Pero se formulan también enunciados expresos de majestad acer
ten hacia la sabiduría y la instrucción (3 , 11), de la burla que hacen del ca del Hijo del hombre. A sí aparece clarísimamente en e l discurso
final del sabio (4 ,1 8). Los malvados dicen: «Condenémoslo ( al ju s sobre el fin de los tiempos, donde se habla de que, después de las con
to) a muerte ignominiosa, pues, según dice, Dios lo librará. Así pien m ociones y pruebas d el iempo que preceda, después de
t l a «gran tri
san, pero se equivocan» (2,20s ). Se ensalza la muerte de un justo; pero bulación» y de las señales cósmicas, los hombres verán venir al H j i o
no se le atribuye efecto expiatorio. Todo esto hace que la predicción del hombre sobre las nubes con gran pod er y gl oria ( 13,26). E stas pala
se. aproxi�� a la idea del justo sufriente, pero que es justificado por bras recogen la profecía de Dn ,
7 13 y la aplican a la figura individual
Dios. El Hijo del hombre tiene que «padecer mucho», una clara alu de Jesús. E sta aplicación a una figura individual ( a diferencia de la
sión al Sal 34,40: «Muchas son las desdichas del justo, pero de todas aplicación colectiva a los santos del
« Altísimo» en Dn 7 ,1 8.22 . 2 5 . 2 7)
66•
lo libra el Señor». El «díptico» del justo empujado por los malvados a se halla en armonía con otros textos apocalípticos Pero es difícil
la �uerte (2,12-20) y del justo que «en gloria celestial está en pie como enjuiciar este desarrollo desde el punto de vista de la historia de las
testigo �udo de c�rg� frente a los que antes le oprimieron» (5,1-7), religiones y de la historia de las tradiciones; es difícil la cuestión sobre
67•
se convierte en la lámina que representa la pasión, la muerte y la resu cómo se llegó a é l y cómo trascurrió este proceso E s improbable que
65•
rrección del Hijo de Dios Con ello se obtiene una línea de conexión Jesús haya recurrido directamente a la profecía de D aniel. Los otros
con la historia de la pasión, en la cual el modelo interpretativo lo ofre enunciados sobre el envío de los á ngeles y la reunión de los elegidos
ce el perseguido injustamente y el justo sufriente. desde los cuatro vientos ( 1 3, 2 7) presuponen una tradición ulterior
En la Última Cena Jesús predice que uno que come con él va a mente desarrollada. Pero la cita de Daniel era importante para la I gle
entr�g�rle, y esta aterradora realidad la comenta el evangelista con sia primitiva, a f in de fundamentar el título alegado por Jesús de ser
las siguientes palabras: «El Hijo del hombre se va, tal como está escri e l Juez fu turo, como v emos en la respuesta que da Jesús ante el ane
S
to �e él, pero ¡ay de aquel que entrega al Hijo del hombre! ¡Más le drín ( 1 4,62) . Por tanto, el recurso a Dn 7,13 se debe a la Ig lesia pri
vahera a ese hombre no haber nacido!» (14 , 21). En estas palabras se mitiva'", M arcos a ceptó conscientemente esta convicción cristiana pri-
mo, de uno de los «Doce». Pero este horror queda absorbido por el
66. Hen(et) 46; 48,2-7; 62,5-9.14; 63,11; 69,26-29; 4 Esd 13. Para el análisis e
pens�iento del Hijo del hombre, que recorre su camino según el plan interpretación de Dn 7 véanse los trabajos de P. Weimar, K. Müller y A. Deissler
de Dios. Después de la lucha que Jesús mantiene en su oración en Get en la Miscelánea de homenaje (Festschrift) a A. Vógtle, titulada Jesus und der
semaní, dice a sus discípulos: «Ha llegado la hora. Mirad, el Hijo del Menschensohn (1975) 11-91. Sobre la figura del Hijo del hombre o del Elegido,
o de otros títulos metafóricos véase Theisohn, Der auserwiihlte Richter (nota 62)
65. Cf. L. Ruppert, Jesus als der leidende Gerechte? Der Weg Jesu im Lichte 67. Véase la bibliografía mencionada en la nota 62, especialmente C. Col
eines alt- und zwischentestamentlichen Motivs, SBS 59 (Stuttgart 1972), la cita en pe en: ThWNT VIII, 422-433.
lap.24.
68. También Hampel, Menschensohn (nota 62) señala a propósito de Me
90 91
mltlva de que Jest1s es el Hijo del hombre aguardado en la apocalíp ción de Jesús en poder. El hecho de que el Hijo del hombre esté sen
tica. Jcmls, el Hijo del hombre, aparece en el contexto de Me 13 no tado soberanamente a la derecha de Dios, lo cual demuestra que ha
Nólo como el Juez futuro sino también como el Salvador que reúne a sido justificado por Dios, se hará patente entonces a todos los hom
sus elegidos. Los terribles acontecimientos cósmicos que se describen: bres (cf. 14,62). La resurrección y la parusía no quedan desligadas, sino
el sol se oscurecerá, se apagará el resplandor de la luna, las estrellas que -por la expectación de la cercanía- aparecen como íntimamente
69•
caerán del cielo, las fuerzas del cielo se tambalearán (13,24s), forman relacionadas, aunque no sean por eso identificadas
parte de las descripciones apocalípticas del tiempo que precede al fin Con el título de «el Hijo del hombre» obtiene Marcos una pers
(cf. Is 13,10; Ez 32,7s; Hen[et] 80,2-8; 102,2; 4 Esd 5,3-5; Sib 3,796-803). pectiva que hace que el camino de Jesús hacia la muerte desemboque
En 8,38 se menciona también a los ángeles como seres que acompa en la glorificación por medio de la resurrección, lo cual despeja la
ñarán al Hijo del hombre, y aquí se entienden más bien como ánge mirada para contemplar la venida escatológica de Jesús. Con ello sur
les del juicio (cf. Mt 13 ,4l s ). Es una sentencia contra los que «se aver ge una visión de la historia de la salvación que difícilmente aparece
gonzaron» de Jesús y de sus palabras, en medio de esta generación con el título de «el Hijo de Dios».
adúltera y pecadora, y se apartaron de él, y contra los que rechazaron Ahora bien, en el Evangelio de Marcos hay también pasajes en
al Hijo del hombre y Juez escatológico. Éste no es otro que Jesús, el los que se contempla al Hijo del hombre actuando ya en el momen
Hijo de Dios, ya que el Hijo d el hombre v end r á en la gloria de su to presente en la tierra. Cuando Jesús concede al paralítico el perdón
«Padre». Se trata de otro pasaje en el que la idea del «Hijo del hom de los pecados, cosa que algunos escribas consideran como blasfemia
bre» se halla asociada con la del «Hijo de Dios». contra Dios, Jesús afirma: «Vais a ver que el Hijo del hombre tiene en
En todo caso, el Hijo del hombre, en su parusía, aparece «con la tierra poder para perdonar pecados», y, como señal de esto, devuel
poder y gloria», con la fuerza de Dios que triunfa sobre todo y con luz ve al paralítico la salud (2 , lOs) . Por tanto, Jesús reclama para sí una
radiante. Con esto se marca un contrapunto al sufrimiento y a la muer autoridad que propiamente le corresponde a Dios. Teniendo en cuen
te del Hijo del hombre. Claro que en las predicciones de la pasión el ta que se trata de una confrontación con judíos incrédulos, recorda
giro decisivo que se menciona no es la parusía, sino la resurrección de remos aquellas palabras pronunciadas ante el Sanedrín, en las que
Jesús. La resurrección de Jesús es ya una revelación de su gloria, como Jesús anuncia su futura justificación y glorificación como el Hijo del
vemos por la descripción anticipadora de la resurrección, con motivo hombre. Pero lo peculiar es que Jesús reclama para sí, ya en la tierra,
de la trasfiguración, en la que Jesús se manifiesta con vestidos des la autoridad para perdonar los pecados. La perspectiva que domina
lumbradores (9,3). Entonces la parusía, a la que se orienta la proble el Evangelio de Marcos es que la majestad de Jesús irrumpe ya a tra
mática en el discurso sobre el fin de los tiempos, es tan sólo la supre vés de sus actos terrenos, a través de las enseñanzas que imparte con
ma revelación de la gloria alcanzada en la resurrección. La parusía es autoridad (1,22), a través de sus exorcismos y de sus curaciones (1,27.41;
69. Me 16,7: «Él va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, tal como os
14,�2: «Si lo juzgamos a partir de la predicación de Jesús, el logion no puede atri una referencia a apariciones del Resucitado. Desde luego, J. Jeremias, Teología
buirse en esta forma a Jesús mismo. Jesús, en otros lugares, no formulaba nunca del Nuevo Testamento (nota 52), 358s, entiende estas apariciones de Jesús como
afirmaciones apoyándose de manera precisa en el Antiguo Testamento. Esta mane el comienzo del eschaton: «Ellos vieron a Jesús con luz resplandeciente. Fueron ·
ra de hablar aparece, más bien, como típica de la Iglesia primitiva» (179s). Pero testigos de la entrada de Jesús en su reino. Esto quiere decir: experimentaron la
el citado autor mantiene una referencia al «Hijo del hombre»: «En labios del Jesús parusia» (359). Pero no era ésa la convicción de la Iglesia primitiva, la cual dis
histórico la expresión bar enasa es una clave para referirse al Mesías designado, tingue entre la resurrección de Jesús y la parusía. Cf. Gnilka, El Evangelio según
92 93
3,10.; !5,1-20, etc.). Aunque aquí no se habla del «Hijo de Dios», como De manera muy parecida se contempla también al Hijo del hom
sucede en las expulsiones de demonios (3,11; 5,7), sin embargo se pien bre en 2,28. En el litigio sobre la acción de arrancar espigas en día
sa en la misma cercanía en que Jesús se halla de Dios, una cercanía de sábado (2,23-26), Jesús sale en defensa de los discípulos y basa final
que se revelará plenamente con la venida del Hijo del hombre. Para mente su decisión con la frase: «El sábado ha sido hecho para el hom
Marcos no pueden separarse la imagen del que actúa en la tierra y la bre, y no el hombre para el sábado» (v. 2 7 ). Estas pa l a b ras funda
imagen del que ha de manifestarse en el futuro. mentales las omiten los otros dos Sinópticos y trasmiten sólo la
Marcos tomó de la tradición las palabras acerca de que el Hijo del sentencia final de que el Hijo del hombre es también señor del sába
hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados. Estas pala do. Aunque es posible que en la sucesión de las dos sentencias se refle
bras forman parte de la inserción que se hizo en la historia original je una argumentación en el sentido de que el «hombre» ( = el Hijo del
del milagro, la cual probablemente narraba con brevedad: «Jesús dice hombre) es también señor del sábado'", sin embargo no hay que dudar
al paralítico: Tus pecados te son perdonados (v. 5). Levántate, toma de que lo del «Hijo del hombre» lo entendía la Ig le s i a pr imiti v a
tu camilla y vete a tu casa» (v. 1 1 ) . La conducta singular de Jesús que, en sentido de un título, y así lo entendía también Marcos. Las pala
antes de curar al enfermo, le asegura el perdón (por Dios) de los peca bras se hallan en clara relación con 2,10 y acentúan la autoridad con
dos, va seguida por una reflexión sobre la autoridad de Jesús, el Hijo cedida al Jesús terreno. Él, como el intérprete plenamente autoriza
del hombre, reflexión que se presenta en una confrontación con algu do por Dios, está por encima de las interpretaciones judías del precepto
nos escribas (litigio). Ya en fase premarquina se habla aquí de la auto del sábado; él tiene autoridad divina no sólo para el perdón de los
ridad del Hijo del hombre. La palabras que aseguran el perdón de los pecados, sino también para dar instrucciones sobre la conducta moral
pecados (v. 5b) pertenecen todavía a la historia de la salud concedida (cf. 7,15).
a aquel hombre"; pero la interpretación que atribuye el origen de ese Hay otro pasaje más que relaciona íntimamente al Hijo del hom
perdón a la autoridad del Hijo del hombre nació de la imagen de Jesús bre con la actuación y el camino de Jesús en la tierra, a saber, 10,5:
existente en la Iglesia primitiva, y esa interpretación fue recogida por «Pues tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a ser
Marcos. El «Hijo del hombre» es un título cristológico de majestad y vir y a dar su vida en rescate por muchos». Lo de haber venido lo afir
forma parte del grupo de sentencias acerca del Hijo del hombre que ma también Jesús en 2 , 17, sin emplear el título del Hijo del hombre:
se encuentran principalmente en la fuente de logia y en el Evangelio «Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores». Pero en el pasa-
70. Cf. H.-J. Klauck, Die Frage der Sündenvergebung in der Perikope von der tir de la exousia de Jesús, y precisamente este sentido podría haberle dado acceso
Heilung des Geliihmten (Mk 2,1-12 parr): BZ 25 (1981) 223-248; Pesch, Das Mar a los litigios». K. Scholtissek, Die Vollmacht Jesu. Traditions- und redationsges
kusevangelium I, 160; K. Kertelge, Die Vollmacht des Menschensohnes zur Sün chichtliche Analysen zu einem Leitmotiv markinischer Christologie, NTA NF 25
denvergebung (Mk 2,10), en: Orientierung an Jesus (nota 64) 205-213, aquí 211. (Münster 1992) lo explica todo por la autoridad de Jesús y considera incluso las
Hampel, Menschensohn (nota 62) 192-197, defiende la homogeneidad de toda la palabras de Me 10,45 y 14,24, no como expresión de su humildad, sino de su pro
perícopa y dice que tiene su origen en Jesús. existencia llena de poder y autoridad (pp. 223-241). Esto no me parece a mí tan
71. Cf. l. Maisch, Die Heilung des Geltihmten, SBS 52 (Stuttgart 1971) 98s: seguro, véase mi recensión en BZ 97 {1993).
«La comunidad, con la inserción en la historia de los milagros, quiere hacer un 72. Así Pesch, Das Markusevangelium I, 185; Hampel, Menschensohn, 202s,
enunciado cristológico sobre la autoridad de Jesús. Como ejemplo especial se eli quien lo del «Hijo de hombre» en 2,28 lo entiende igualmente del hombre en sen
ge la autoridad de Jesús para el perdón de los pecados, porque ese perdón pre tido genérico; de manera diferente piensa Gnilka, El Evangelio según San Mar
senta intuitivamente de una manera especial la majestad divina de Jesús». Cf. tam- cos l, 144.
95
94
je lucano de 19,10 se introduce también en esta sentencia lo del Hijo V. Hampel, en su profundo estudio sobre Me 10,45, aboga por la uni
del hombre: «Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo dad de Me 10,45, que como logion uniforme habría sido añadido por
que estaba perdido». Si el Hijo del hombre era un título de majestad el redactor premarquino al v. 44, aunque desde luego «de manera des
servicio de criado se predica precisamente del Hijo del hombre, que El mismo Hijo del hombre es el que vino para servir y el que entre
está lleno de majestad». El título de Hijo del hombre «caracteriza la ga su vida por los muchos. Le 22,26s, donde la sentencia del servir se
plena autoridad de Jesús y acentúa con ello lo insólito de su acción en encuadra en la situación de la Última Cena y hace referencia actual a
la tierra, que fue la de servir- ".
la situación de la Iglesia primitiva, se deberá a la redacción lucana. La
¿Cómo se llegó a ello? La majestad del Hijo del hombre no se acción de Jesús de servir a la mesa es el punto de partida para la cele
encuentra aún manifiesta en la tierra. El Hijo del hombre es despre bración de la Cena por la comunidad. En Jn 13,1-10.14-18 esta idea
ciado y vejado. La humildad del Hijo del hombre se expresa tam se presenta intuitivamente en la acción de Jesús de lavar los pies, una
bién en aquellas palabras tomadas de la fuente de logia: «El Hijo acción que deja entrever su muerte. En Lucas la idea de la muerte de
del hombre no tiene donde reclinar la cabeza» (Mt 8,20 par. Le 9,58). Jesús se contiene ya en la institución de la Santa Cena, descrita con
Así que, a pesar de los predominantes enunciados sobre la majestad anterioridad (22,19s). Si la sentencia del rescate no fue acogida en el
del Hijo del hombre, había también enunciados sobre su condición texto lucano, eso puede deberse a la actualización de la sentencia
humilde en su actividad terrena. Entre ellos se cuentan también las del servir para los discípulos. Ahora bien, la sentencia marquina sobre
palabras sobre el servir en Me 10,45. Los actos de Jesús se presentan el rescate, que V. Hampel no quiere derivar de Is 53,10-12 sino de Prov
en ellas como modelo para los discípulos, a fin de que éstos renuncien 76,
21,18 y Is 43,3s tiene también una innegable afinidad con Me 14,24,
a querer dominar; pero esta actividad del Hijo del hombre consisten que son las palabras pronunciadas sobre el cáliz en la Última Cena,
te en servir, esta «pro-existencia» suya en favor de otros, no encuen de tal modo que puede inferirse una concepción común acerca de la
tra su verdadero cumplimiento sino en su muerte por los muchos, en muerte expiatoria y vicaria de Jesús. De cualquier manera que se haya
su entrega por la salvación de los hombres. Esto queda reservado para llegado a la formación de Me 10,45
77,
Marcos recogió en su teología
Jesús, y no es ya un modelo para los discípulos, sino más bien lo que sobre el Hijo del hombre la humildad terrena de Jesús, el Hijo del
hace posible su existencia como discípulos gracias a la obra salvífica hombre, y el efecto expiatorio de su muerte. Ambos elementos se
de Jesús 74•
hallan coordinados entre sí: «La entrega que Jesús hizo de sí mismo
Se discute si las palabras sobre el servir y las palabras sobre el res en su vida de servicio en la tierra, encuentra su expresión suprema y
cate constituyen una unidad original, o si las palabras sobre el resca más densa en la muerte de Jesús. E inversamente la entrega expiato
te formaron originalmente una sentencia independiente (cf. 1 Tim 2,5s ), ria que Jesús hace de sí mismo en la cruz, es preparada y sustentada
que sólo se unió secundariamente con las palabras sobre el servir. 78•
por toda la actividad de su vida consistente en servir»
73. K. Kertelge, Der dienende Menschensohn, en: Jesus und der Menschen 76. /bid. 326-333.
sohn, FS A. Vogtle (nota 62) 225-239; aquí 235; cf. Scholtissek, Die Vollmacht Jesu 77. Pesch, Das Markusevangelium 11, 162s, la atribuye a la primitiva comu
(nota 71) 234-238.
nidad helenística y judeocristiana; Hampel, Menschensohn, 339s, la considera como
74. Cf. Todt, Der Menschensohn (nota 62) 190: «No sólo hay que emular palabra auténtica de Jesús. Cf. también H. Patsch, Abendmahl und historischer
un modelo; sino que la conducta de Jesús I del Hijo del hombre hace posible lle Jesus (Stuttgart 1972) 170-180.
var a cabo esa inversión del hombre». 78. Kertelge, Der dienende Menschensohn (nota 73), 237. Sobre la inter-
96 97
La humildad terrena de Jesús, el Hijo del hombre, y el efecto expia te, como una simple adición al nombre). El testimonio más importante
torio de su muerte son enunciados nuevos en la cristología marqui es el de la confesión de Pedro: «Tú eres el Mesías» (8,29); pero Jesús
na del Hijo del hombre. El Hijo del hombre que según las prediccio prohibe a los discípulos que hablen a nadie acerca de él (8,30). Eviden
nes de la pasión recorre -como el Justo perseguido- su camino que temente Marcos quiere evitar una comprensión equivocada de la deno
le conduce a la muerte, entra en una perspectiva más amplia; es una minación de Mesías; ésta podría entenderse en un sentido terreno y po
mirada retrospectiva a su actividad terrena y una profundizada inter lítico, que no está en consonancia con la comprensión que Jesús tiene de
pretación de su muerte. Para Marcos, que había encontrado previa sí mismo de ser el Hijo del hombre que va hacia el sufrimiento y la
mente esta tradición, esto significa que el Hijo del hombre puede con muerte, como lo ilustra el áspero ataque de Jesús contra Pedro en 8,33.
templarse, en cuanto a su actividad terrena, no sólo en su majestad El simple título de «Mesías» no es suficiente para expresar lo que Jesús
(2,10.28) sino también en su humildad (10,45). Las tres dimensiones pretende ser. Mateo hizo posible la aceptación por Jesús de la confesión
de la idea del Hijo del hombre: su venida futura con poder, su cami de Pedro, añadiendo aquellas palabras: «el Hijo del Dios vivo» (16,16).
no a través del sufrimiento y la muerte, y su actividad presente en la Sorprende también en otros pasajes la reserva con respecto al tí
tierra, se hallan bien pronunciadas en Marcos; pero todo el centro de tulo de Mesías. En el diálogo sobre la condición de hijo de David
gravedad recae sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Mar (12,35-37), se sobrepasa marcadamente la expectación judía. En el
cos recogió esta imagen del Hijo del hombre que vive en la Iglesia pri discurso sobre el fin de los tiempos, Jesús advierte contra los seducto
mitiva, porque está en consonancia con su visión del Hijo del hombre res que con falsas palabras señalan hacia un mesías (13,21 ); en esos ca
terreno y luego exaltado (16,42) y reproduce el camino seguido por sos la imagen del mesías se contempla a una luz equivocada. La pre
Jesús.
gunta del sumo sacerdote de si Jesús es el Mesías, el Hijo del Bendito
3. ÜTROS PREDICADOS DE DIGNIDAD DE JESÚS cepción de «Mesías, Rey de Israel». Rechazan para Jesús ese título;
Además de los dos títulos de Cristo más destacados, que son el sacerdotes y los escribas expresa, no obstante, la dignidad de Jesús. Se
de «Hijo de Dios» y el de «Hijo del hombre», encontramos en Mar gún la concepción judía, el «Mesías» era el Hijo de David, el Rey de Is
cos otros predicados que en parte se hallan en relación con el de «Hijo rael, que vencería a los enemigos y que restauraría en justicia y santi
de Dios» y, en parte, proporcionan también aspectos nuevos. Vamos dad el reino de Israel (cf. SalSl 17 ,21.23-51 ). Por consiguiente, lo de
a enumerarlos aquí y a evaluarlos brevemente en cuanto a su impor «Rey de Israel» era un título de honor (cf. Jn 1,49; 12,13), mientras que
tancia para la cristología marquina. lo de «rey de los judíos» aparece a una luz ambigua. Ante Pilato acu
La expresión «el Mesías» no aparece con frecuencia; en sentido con un «¡sí!» (cf.14,62), aunque hubiera sido necesario precisar la res
estricto aparece únicamente en 8,29; 12,35; 13,21; 14,61; 15,32, y ade puesta. Pero como la pregunta --en labios del juez romano- se refie
más sin artículo en 9,41 y en el epígrafe 1,1 (en este caso, probablemen- re a una pretensión política, Jesús responde con una evasiva 79• A pesar
pretación. que hace referencia a la pro-existencia -llena de majestad- de Jesús, 79. Cf. Gnilka, El Evangelio según San Marcos 11, 351, habla de la «ambiva
en Scholtissek, Die Vollmacht Jesu, véase la nota 71. lencia del título».
98 99
de que Pilato está convencido de la inocencia de Jesús, se doblega ante mediante la cita de Zac 9,9, la entiende Marcos como un acto de majes
la voluntad de la muchedumbre, que pide que se ponga en libertad a tad que Jesús realiza conscientemente; pero no se desvelan sus pen
Barrabás y que exige la crucifixión de Jesús (15,7-15). Los soldados ro samientos asociados con ello. Y, así, lo de «el Hijo de David» queda
manos ultrajan a Jesús como a «rey de los judíos», y finalmente lo cru más bien en segundo plano.
cifican (15,16-20). El letrero fijado en la cruz indica cuál es su delito: él La superioridad de Jesús sobre David encuentra un eco en el liti
es el rey de los judíos (15,26). La interpretación errónea como rebelde gio sobre la acción de arrancar espigas en sábado (2,23-28). Porque
político hace que el título de rey sea inadecuado e inadmisible para entonces Jesús se basa en que David comió de los panes sagrados de
Marcos; el Crucificado es más para él: es el Hijo de Dios (15,39). la ofrenda e hizo que sus compañeros comieran también de ellos
b) El Hijo de David que estaba prohibido por la ley, ¡cuánto más derecho tendrá el Hijo
Ya hemos visto que el diálogo sobre la filiación davídica del Me minori ad maius). El Hijo del hombre es Señor del sábado; Mateo
sías (12,35-37) no cuestiona que el Mesías sea el Hijo de David, pero refuerza aún más esta idea: «Hay aquí algo más importante que el
hace que este título quede por detrás de la verdadera dignidad de Jesús templo» (12,6).
(como Hijo de Dios o como Hijo del hombre). La condición de «Hijo Si lo de «el Hijo de David» no es para Marcos un título adecua
de David», según la comprensión judía de aquel entonces, no era sufi do de Cristo, nos sorprende que Jesús acepte la ardiente súplica, for
ciente para el Jesús marquino. La relativización de la filiación daví mulada por dos veces, del ciego Bartimeo: «[Hijo de David, ten com
dica se observa también en otros pasajes. Con ocasión de la entrada pasión de mí!», y la escuche (10,48.49). A propósito de esto hay que
triunfal de Jesús en Jerusalén, el pueblo exclama: «¡Bendito el que tener en cuenta: a) El clamor a gritos del mendigo estaba enraizado
viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que viene, el de nues en la tradición, como nos permite ver el relato de Mateo, que amplía
tro padre David!» (ll,9s). el episodio refiriéndose a dos ciegos, que también claman a gritos (9,27-
Mateo no tiene dificultad en poner en labios del pueblo la excla 31). b) Jesús se encuentra camino de Jerusalén, en las cercanías ya de
mación: «¡Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en el nom la ciudad, y cuanto más se acerca a la capital donde ha de cumplirse
bre del S e ñ o r ! » ( 2 1 , 9 ) . Lucas habla del Rey que viene en nombre su suerte, tanto menos quiere él mantener oculto su secreto mesiáni
del Señor (Le 19,38). En Marcos las palabras se hallan formuladas con co. Al ciego que había sido curado no se le impone precepto alguno
mayor reserva; el pueblo dirige su esperanza hacia el reino que viene, de silencio, y Jesús se complace en que, en su entrada triunfal en Jeru
«el de nuestro padre David». Cuando Jesús acepta esa exclamación, salén, se aclame la llegada del reino del padre David. e) La exclama
la entiende como expresión del reino de paz que llega, el reino que se ción del hombre «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» es expresión
aguardaba del Mesías del linaje de David. Pero ni siquiera es seguro de la fe popular en el Mesías. Esta fe se puede interpretar, sí, de di
cómo el pueblo se imaginaba el futuro reino del Hijo de David; la ferentes maneras; pero Jesús puede enlazar con esa fe, de la misma
expectación del pueblo se mantiene en suspenso. Por la adición resal manera que le basta la fe «mágica» de la mujer que padecía de hemo
ta únicamente que se trata de un reino traído por Dios, de un reino rragias, para añadir a ella su comprensión -más profunda- de la fe,
que viene «de lo alto»: «¡Hosanna en las alturas!». Y conceder a esa mujer la curación (5,25-34). Con la exclamación del
Esto podía aceptarlo Marcos, cuando pensaba en el reinado de mendigo no se dice que Jesús acepte esta fe concebida en un sentido
Dios proclamado por Jesús; pero Marcos se negó a ofrecer una inter estrechamente teocrático.
pretación concreta del reino de David. La entrada triunfal de Jesús En general, lo de «Hijo de David» desempeña tan sólo un papel
a lomos de un borriquillo, que Mateo interpreta mesiánicamente secundario en la imagen de Jesús, tal como Marcos la contempla.
100 101
c) El «Señor» d) El más Fuerte
La cosa es distinta con la denominación de Jesús como «Señor» Juan el Bautista anuncia ya al «más Fuerte» que viene detrás de
( Kúpw�). Este título tenía gran importancia para Marcos, como vemos él (1,7), y, según la comprensión marquina (cf. l,7b), por el más
por el diálogo acerca de la filiación davídica del Mesías, donde se decla Fuerte se entendería a Jesüs'". En 3,27 se designa a Jesús como el
ra, basándose en la cita bíblica del Sal 110,1, que Jesús es el «Señor» más Fuerte, que vence al fuerte (a Satanás o al príncipe de los demo
de David (12,36-37a). La cita explícita «Pongo a tus enemigos bajo tus nios). La idea se desarrolla en dos parábolas: Satanás no puede ex
pies» hace referencia al señorío y dominio del Exaltado. Éste tiene pulsar a Satanás, porque con ello destruiría su propio reino (3,23-
una posición de poder que se basa en su exaltación al lado de Dios. 26), y nadie es capaz de irrumpir en una casa, a saber, en donde se
En las partes narrativas vemos que varias veces se interpela a Jesús alberga un demonio, si no fuerza primero al señor de la casa. En el
como «Señor» o se le llama con ese nombre. No significa mucho que contexto se dice indirectamente que Jesús expulsa los demonios por
la mujer sirofenicia se dirija a él llamándole «Señor» (7,28). Pero es el poder del Espíritu Santo (cf. v. 29). Esta interpretación no sólo es
sorprendente el estilo narrativo antes de la entrada triunfal de Jesús importante para los exorcismos de demonios, sino también para la
en Jerusalén. «El Señor lo necesita (el borriquillo)» (11,3). En el frag imagen de Jesús que está detrás de todo ello. Desde el bautismo y la
mento narrativo afín, en que se habla de la preparación de la sala para tentación, Jesús posee el don del Espíritu Santo y, como Hijo de
la Última Cena, se dice: «Decid al dueño: el Maestro dice: "¿Dónde Dios, es superior a Satanás. Y, así, la denominación de «el más Fuer
está la sala en la que he de celebrar la cena de pascua con mis discí te» desemboca en la concepción, más amplia, de «Hijo de Dios».
ello se condensa al menos el alto aprecio hacia la condición de Jesús Tan sólo una vez Jesús habla de sí mismo como de un profeta, pero
como Señor. Es considerable el cambio que se efectúa de 5,19 a 5,20: únicamente al citar aquel proverbio: «No hay profeta sin honra sino
el que había sido curado debe contar a su familia lo que el Señor = en su propia tierra» (6,4). En este encuentro con sus paisanos de Naza
Dios había hecho por él, pero el hombre va y proclama lo que Jesús ret, Jesús se lamenta del menosprecio que le muestran. No preten
ha hecho por él. Lo que Dios, el Señor, ha hecho por él, se realiza en de, ni mucho menos, hacerse pasar por profeta, sino únicamente com
lo que Jesús ha hecho. Finalmente, en perspectiva escatológica, Jesús parar su propia experiencia con la de un profeta. Si la gente le tiene
se convierte en el Señor de la casa, de quien no se sabe cuándo va a por profeta (6,15; 8,28), esta idea no responde a lo que Jesús preten
llegar (13,35). de ser. En la escena de Cesarea de Filipo, cuando Jesús pregunta a sus
Todo esto no son más que luces laterales que iluminan la condi discípulos por quién le tiene la gente, él no está de acuerdo con que
ción según la cual Jesús es el «Señor». Es algo que sólo se consuma le consideren «como uno de los profetas»; él es más, y la respuesta de
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sus mandatos de mantenerlos en secreto, afirma Luz: «Lo que hay que Y, como este empeño tropieza con límites, puede que el resultado
mantener en secreto no es la mesianidad de Jesús o su condición de no sea uniforme. Se recomienda investigar por separado cada uno de
ser el Hijo de Dios, sino el suceso de los milagros de curacion-'". La los complejos del denominado secreto mesiánico, y sacar consecuen
cosa sería distinta en lo que respecta a los preceptos de guardar silen cias de todo ello.
co cristológico: los discípulos no comprenden, porque el misterio de En las curaciones hallamos tres veces preceptos de guardar si
Jesús no se les desvelará sino por medio de la resurrección'". H. Raisa lencio: 1,43; 5,43; 7,36. Habrá que incluir además 8,26, donde por
nen llega aún más adelante en su profunda obra titulada El secreto el contraste entre «le mandó a su casa» y «le dijo: No entres ni si
mesiánico en el Evangelio de Marcos. Ensayo de crítica de la redacción quiera en la aldea», se escucha la prohibición de dar publicidad.
(Das Messiasgeheimnis in Markusevangelium. Ein redationskritischer Claro que frente a esto se hallan no pocas historias de curaciones
91•
Versuch) (Helsinki 1976). Según este especialista, cada uno de los en las que no aparece ningún precepto de silencio Desde luego, en
diversos temas necesita una investigación aparte: la instrucción eso la mayoría de esas historias un precepto de silencio sería absurdo,
térica de los discípulos, los preceptos de silencio, las historias de cura porque se hallaba reunida una gran multitud (2,2; 9,14), porque en
ciones con sus preceptos de silencio, trasgredidos en parte y en par la sinagoga todos observaran a Jesús (3,1-6), porque se apiñaba un
te también no trasgredidos, los preceptos de silencio impuestos a los gran gentío (5,31), y porque muchas personas acompañaban a Je
demonios y los impuestos a los discípulos, y finalmente la incom sús (10,46). Pero en otras historias no sucede así. Evidentemente
prensión de los discípulos. La teoría de las parábolas la excluye del no se hablaba de ello en la tradición. Inversamente, podremos pre
secreto mesiánico porque pertenece a un contexto distinto y no pue guntamos si allá donde Marcos expresa una prohibición de dar pu
de entenderse como concepción de Marcos'", blicidad, no existirá ya un material procedente de la tradición. Los
En todas estas investigaciones, la cuestión acerca de la tradición preceptos de mantener en secreto se hallan atestiguados también
y de la redacción desempeña un papel considerable. Mientras que abundantemente en las historias antiguas de milagros, sobre todo
92•
antes se dedicaba gran atención a la redacción de Marcos, y a él se le en los efectuados según fórmulas mágicas G. Theissen llega a la
entendía como un teólogo que trabajaba de manera muy específica, siguiente conclusión: «Todos los preceptos de guardar silencio que
vemos que hoy día se siente de nuevo mayor inclinación a conceder se encuentran dentro de las historias de milagros, son tradicionales;
prioridad en su obra a la tradición, y a su sujeción a la tradición?", ... todos los que se hallan fuera de las historias de milagros son re
89. Das «Messiasgeheimnis», 51-53 y 160. gelista Marcos es un redactor conservador, que muy raras veces reelabora, amplía
90. Así, especialmente Pesch, Das Markusevangelium 11, 37: «Marcos no y enlaza mediante fragmentos que sirven de marco las tradiciones acerca de Jesús
construyó ninguna teoría del secreto, sino que únicamente completó los motivos recogidas en su Evangelio» (58). Desde luego, son impugnables los motivos con
que había encontrado ya previamente en sus tradiciones». En su obra titulada Das cretos que mueven a admitir la existencia del «Evangelio de la comunidad pri
Evangelium der Urgemeinde, Herder-Bücherei 748 (1979 y varias reediciones), en mitiva» (cf. la estructuración en grupos temarios, 89-91).
la que pretende entresacar de la segunda parte del Evangelio de Marcos un Evan 91. Me 1,29-31; 2,1-12; 3,1-6; 5,25-34; 7,24-30; 9,14-27; 10,46-52.
gelio de la Pasión, trasmitido por la tradición (8,27-16,8), escribe así: «Elevan- 92. Cf. Theissen, Wundergeschichten (nota 16) 144s.
106 107
te al misterio de la persona de Jesús, lo que no sucede nunca den b) Los preceptos de silencio en las expulsiones de demonios
El motivo tradicional del silencio lo recogió Marcos a fin de inter También en las expulsiones de demonios oúnos hablar de preceptos
pretarlo a su manera, como se ve por el hecho de que esas prohibi de silencio impuestos por Jesús a los que habitaban en los p osesos
ciones sean trasgredidas (1,45; 5,20). Aunque Jesús quería mantener ( 1,25 .34; 3 ,1 2 ) . De ordinario, tales preceptos de silencio se guardan.
su secreto, sin embargo no impedía que se publicara una curación ¿Por qué Jesús prohíbe que los demonios, que conocen que él es el
extraordinaria. Cómo llegó el evangelista a esta manera de ver las «Santo» (1,24) o el «Hijo de Dios» (3,11; 5,7), le den a conocer como
cosas, puede leerse clarísimamente en 7,36s: después de la curación tal? ¡Precisamente porque ellos conocen su misterio y Jesús no quiere
del sordomudo, la gente «tanto más la pregonaba»; estaban profunda que ese misterio se revele! Por tanto, Jesús quiere guardar su miste
mente asombrados y decían: Jesús «todo lo ha hecho bien. Hace oír a rio más profundo. Él es el oculto Hijo de Dios, que, desde luego, fue
los sordos y hablar a los mudos» (7,37). Este poder creador de Dios, presentado ya a los lectores creyentes por la voz escuchada en el bau
administrado por Jesús, se manifiesta en la curación de esa persona. tismo, pero que en la actividad terrena de Jesús permanece y debe per
El precepto de guardar silencio, que es quebrantado, sirve para hacer manecer oculto. Es el misterio mesiánico propiamente tal, que Mar
que resplandezca el poder de Jesús. Las trasgresiones de los precep cos ve realizado en la figura terrena de Jesús. La tensión que con ello
tos de silencio señalan hacia la mano del evangelista, al menos en 1,45 se origina entre la revelación de poder y el ocultamiento se manifies
y 5,20. Entonces el secreto mesiánico no reside en los preceptos de ta, para Marcos, en la imagen del Jesús terreno, y no puede borrarse.
hace patente en todos sus actos. Pero esta interpretación en el senti En dos pasajes se impone a los discípulos la prohibición de ha
do de una epifanía?' no puede aplicarse a todos los textos. Existe tam blar: en 8,30, después de la confesión de Pedro, y en 9,9, después de la
bién el misterio del Hijo del hombre, consistente en que él ha de sufrir trasfiguración. La confesión que hace Pedro de que Jesús es el Mesías
y morir, en que Jesús entonces no se revela precisamente en su gloria. no es suficiente para el Jesús marquino, porque el título de Mesías
Existe la prohibición de hablar de la gloria que se hace patente en la puede entenderse también erróneamente. Puede tratarse de la libera
trasfiguración, hasta tanto que el Hijo del hombre no haya resucita ción por obra de un soberano terreno y político, el «Hijo de David», el
do de entre los muertos (9,9). Aquí se presupone un proceso en la cual para Marcos necesita una interpretación que incluya su cercanía
revelación de Jesús, que es palpable todavía en las epifanías de las his- de Dios y su condición de ser «Señor» como corregente al lado de
torias de milagros. · Dios (cf. 12,35-37). Los hijos de Zebedeo se hallan también cautiva
94. Así particularmente Ebeling, Das Messiasgeheimnis (nota 82), cf. 171:
minante. Pero, por otro lado, no es aceptable sin más para Jesús. Por
«La idea dominante del evangelista es la oferta de salvación hecha por Dios en
eso, Jesús prohíbe su difusión entre el pueblo y comienza a continua
Cristo, que se hizo cierta por el hecho de la resurrección, y no una caracterización
ción a desvelar a los discípulos cuál es su verdadera mesianidad, el
del Jesús terreno o de sus discípulos según su condición física»; 178: «El Hijo de
Dios epifánico, no el Hijo de Dios oculto y velado, aparece ante los ojos del lector misterio del «Hijo del hombre», que según la disposición divina debe
en la misma medida en que, como tal, estaba vivo también para el evangelista». sufrir y morir. Detrás de la prohibición de hablar, se encuentra ya la
108 109
idea del Hijo del hombre, que es la que revela en toda su amplitud el so que se apodera de toda persona cuando sucede algo completamente
misterio de Jesús. extraordinario, algo que sobrepasa las dimensiones humanas. Pero
La segunda prohibición de hablar después de la trasfiguración de esto no conduce aquí a la fe en el Cristo de la epifanía, sino a un embo
Jesús, y que se hace a los tres discípulos que fueron los testigos de la tamiento culpable, como lo muestra la continuación del relato: «Pues
revelación de su gloria, se halla formulada también desde la perspec no habían entendido lo de los panes y su mente seguía embotada»
tiva pospascual. Tan sólo cuando el Hijo del hombre haya resucita (6 ,52). El milagro de que Jesús caminara sobre las aguas, lo mismo
do se desvelará su misterio. Se presupone que la comunidad ha expe que el milagro de la multiplicación de los panes, debía haberles
rimentado toda la extensión del acontecer asociado con el Hijo del conducido al conocimiento de quién era Jesús en realidad; pero ese
hombre: su pasión, muerte y resurrección (8,31). A partir de la resu conocimiento se cerraba para los discípulos porque su corazón esta
Evidentemente el narrador quiere impedir que se difunda únicamente La importancia de tal incomprensión de los discípulos resalta en
una imagen del Cristo glorificado marcada por la epifanía. Por tan el evangelista por el segundo pasaje, en el cual se muestra con cru
to, la prohibición de hablar permanece en el horizonte de la cristo deza cómo los discípulos no comprenden; se trata del diálogo sobre
logía del Hijo del hombre, tal como ésta se describe en 8,31. Pero, a el pan y la levadura (8,14- 2 1). Este diálogo realza con más claridad y
su vez, después de Pascua, debe imponerse la convicción acerca del acritud el embotamiento de los discípulos con ocasión del milagro de
Hijo del hombre que vendrá con poder ( cf. 8,38). Todo esto se dice la multiplicación de los panes. Los discípulos están preocupados ente
con miras a la comunidad creyente. Por tanto, esta prohibición de ramente por la idea de abastecerse de pan y no piensan en la situa
hablar tiene una función diferente a la que posee en los preceptos ción crítica en la que se encuentran, lo mismo que los fariseos y que
de guardar silencio en las historias de curación y en las expul Herodes por una actitud mala, la «levadura» de los fariseos y de Hero
siones de demonios. Tiene una intención de ocultación limitada tem des. Se trata supremamente de la incredulidad que nace del descono
de la montaña refleja una vez más el paso por el sufrimiento y la muer hombre que tenía la mano seca (3,5 ) , tienen un corazón endurecido
ción de hablar pertenecía ya a la perícopa tradicional de la trasfigura vientes seguidores del rey Herodes, están confabulados con ellos (3,6).
ción de los panes tendrían que haber abierto los ojos de los discípu
d) La incomprensión de los discípulos
los. Pero por la actitud que ellos adoptan actualmente, es de temer
que tienen ojos pero no ven, oídos pero no oyen. No comprenden nada
En algunos pasajes la incomprensión de los discípulos resalta de
111
110
las (4, 10. 34 ) , la necesidad de la oración y de una fe fuerte (9,28s) y
Pero ¿por qué insiste Marcos en la incomprensión de los discí
pulos? En realidad, se trata de un motivo tradicional. En la tempes sobre los acontecimientos que habrá que esperar al fin de los tiempos
tad del lago (4,35-41) Jesús reprocha a los discípulos su falta de fe, por ( 1 3 ,3 ) . Tales instrucciones esotéricas presuponen también, es verdad,
que no se dan cuenta que disponen del poder y de la ayuda de Dios. la falta de entendimiento, pero no un endurecimiento reprobable.
Las palabras enigmáticas de Jesús en 7,15, ellos no las comprenden En el caso de la incomprensión de los discípulos, habrá que dife
(7,17s). El sentido de las palabras de Jesús acerca de que el Hijo del renciar, pues, entre diversos motivos. La incomprensión -realzada
preguntarle (9,32). Su discusión sobre quién de ellos es el mayor ates muerte (8 ,32 ; 9,32) la encontró Marcos previamente en la tradición,
tigua lo mal que han entendido las enseñanzas de Jesús (9,33-35). Su pero la encareció. No se trata en todo ello de un cerrarse al camino
rechazo de un exorcista extraño va en contra de la intención de Jesús de Jesús hacia la muerte, que Marcos quiere acentuar vigorosamen
y revela que ellos tienen una manera diferente de sentir (9,38-40). Asi te con la mirada puesta en la comunidad llamada al seguimiento del
mismo, al impedir que los niños se acerquen a Jesús, demuestran que Jesús crucificado (8 ,34 - 3 8) . El precepto del silencio, impuesto a los
de Dios (10,13-16). No comprenden las cosas los hijos de Zebedeo, que hablen a nadie de lo que han visto hasta tanto que el Hijo del hombre
Todos estos rasgos de la imagen de los discípulos fueron trasmi intento de explicar el camino que por el sufrimiento y la muerte con
tidos ya por la tradición. Pero Marcos refuerza la falta de compren duce a la resurrección. Tan sólo con la resurrección de Jesús se pue
sión de los discípulos. Después de la parábola del sembrador, Jesús de entender el camino del Hijo del hombre a través del sufrimiento y
entonces todas las demás?» ( 4,13 ) . No logran entender el sentido de Se trata de un motivo cristológico que une al Jesús terreno con el Resu
tan intensamente acentuado, después de los milagros de la m ul ti pectiva del Glorificado y que ha de retornar con poder.
añaden a menudo en el Evangelio de Marcos (4,10.34; 7 , 17; 9,28s.33; tad de una manera oculta, con el motivo eclesiológico, que quiere con
acción. Se trata de un procedimiento redaccional que brota de una de sí mismo'". Finalmente, en las instrucciones esotéricas de los dis
mente podremos dudar de que esto se hace con miras a la comunidad, los discípulos Jesús les revela el sentido de sus palabras y, con ello,
silencio impuestos a los demonios, y, por otro, sirve para abrir ese mis-
Pero hay también enseñanzas sobre la interpretación de las parábo-
96. Cf. Reploh, Markus - Lehrer der Gemeinde, 76- 78, 81-86.
95. Cf. Reploh, Markus - Lehrer der Gemeinde (nota 8) 75-88.
113
112
99•
terio en la instrucción de la comunidad. El Hijo de Dios puede hacer encargarán de la instrucción de la comunidad Entonces esa ins
se epifánico únicamente a través de sus palabras y de sus actos; pero trucción forma parte de las enseñanzas esotéricas impartidas a los dis
cuando ésta acepta el camino del Hijo del hombre hacia la muerte y endurecimiento de los de fuera tiene un filo polémico contra las per
8,34-38). En este sentido, el secreto mesiánico que resalta en la incom comunidad. Mateo, que introduce el texto marquino del endureci
miento «por más que vean» diciendo «porque viendo no ven ... » (13,13),
prensión de los discípulos realiza una función dialéctica: el oculta
lo entendió acertadamente. La incredulidad es la manifestación (Mar
miento y la revelación se mantienen íntimamente entrelazados.
cos) o la causa (Mateo) de que no se comprenda. Por tanto, para la
comprensión del Jesús terreno, este texto singular insertado por Mar
e) La teoría acerca de las parábolas
cos no nos dice nada. La sentencia, insertada desde la perspectiva pos
97. Das Messiasgeheimnis, 54-67 (interpreta el «secreto» refiriéndolo a la dición de ser el Hijo de Dios han de ser silenciadas en parte, pero des
dignidad mesiánica de Jesús).
veladas en parte, entonces es que se entrecruzan diversas tendencias
98. Cf. Schuyler Brown, The Secretofthe Kingdom of God (Mark4:ll): JBL
en cuanto a la presentación. En las historias de milagros, los precep
92 (1973) 60-74. Le sigue Pesch, Das Markusevangelium 1, 240. Con razón hace
tos de silencio vienen dados previamente por la tradición, pero Mar
notar: «El término refleja el efecto de la misión; por eso, se ofrecía por sí mismo
cos los recoge y demuestra que son un medio inútil para ocultar la
para su inserción en Me 4» (234). Cf. también H. Raisanen, Die Parabeltheorie im
Markusevangelium (Helsinki 1973) 121-127 (concepción modificada de Mar majestad y el poder de Jesús. Los preceptos de silencio impuestos a
cos). De manera diferente piensa Gnilka, El Evangelio según San Marcos 1, 198- los demonios se hallan bajo el aspecto especial de que la filiación divi-
200: «El secreto de Marcos ha sido concebido cristológicamente (situación distinta
115
114
na de Jesús es un misterio que de momento debe permanecer ocul
rrección. Marcos posee fina sensibilidad para este proceso de reve El Evangelio de Mateo es mucho más extenso que el de Marcos.
lación en la historia de Jesús. Tomando elementos de la tradición y En las líneas principales de la actividad histórica de Jesús, Mateo sigue
fijando acentos propios, proyecta una imagen polifacética de Jesús muy de cerca al Evangelio de Marcos; pero el material de discursos
no del todo armónica. Supremamente su cristología se orienta por el está considerablemente ampliado, sobre todo por la utilización de la
«Hijo de Dios», que en los actos de Jesús se revela y se oculta al mis «fuente de logia» (O), que se infiere de Mateo y de Lucas. En la dis
mo tiempo, y por el «Hijo del hombre», que recorre su camino por posición de los complejos de discursos, principalmente en los cinco dis
el sufrimiento y la muerte hacia la resurrección, y que un día se mani cursos realzados por una observación final: el sermón de la Montaña
festará como el que viene con poder y gloria. La plena confesión no (capítulos 5-7), el discurso al enviar en misión a los discípulos (capítu
es posible sino en la muerte (15,39) o después de la resurrección (9,9). lo 10), el discurso sobre las parábolas (capítulo 13), las instrucciones
En la utilización de la tradición y de la interpretación cristológica, dadas a la comunidad (capítulo 18) y el discurso sobre el fin de los tiem
Marcos va por sus propios caminos, que no proyectan una imagen pos (capítulos 24-25), Mateo se muestra como «sistemático». Pero esto
compacta sino que hacen resaltar una visión muy estratificada. Con no debe llamamos a engaño el hecho de que Mateo, a pesar de todo,
ello quedan fijadas las lindes para la imagen de Jesucristo (Jesús quiere narrar una historia coherente de Jesús, que en él comienza ya
el Cristo), tal como ésta se refleja en el Evangelio de Marcos. No con el origen y el nacimiento (capítulos 1-2) y termina con las historias
obstante, podemos afirmar contundentemente que, para Marcos, el del sepulcro y las apariciones del Resucitado (27,57-28,20).
«Hijo de Dios» y el «Hijo del hombre» son las posiciones clave que Así pues, la vida y la actividad de Jesús se desarrollan dentro de
resultan decisivas para su comprensión cristológica. un marco bastante extenso, que amplía considerablemente el hori
Para él, Jesús fundó la Iglesia ( «mi Iglesia») y la edificó sobre Pedro
gidas por Mateo resalta con suficiente claridad para que parezca jus-
116 117
La mayor extensión del marco tiene la finalidad, más que nada, de
tificada la pregunta acerca de la imagen especial de Jesucristo, tal como
abrir la mirada para que contemple la significación de la persona
la contempla este evangelista. Claro que en todo ello hay que tener
de Jesucristo, tal como Mateo la ve, y para que la comunidad la com
en cuenta que Mateo ya tenía a la vista la imagen de Jesucristo traza
prenda.
da por Marcos (véase el capítulo segundo) y la recogió ampliamen
te. Tan sólo lo nuevo que añade y los acentos especiales que fija pue
den dilucidar lo específico de su imagen de Jesucristo. Para contemplar a) Los antecedentes históricos que conducen hasta el Salvador Jesús
hasta el mensaje de Pascua escuchado junto al sepulcro de Jesús: un tacaremos las obras siguientes: R. E. Brown, The Birth of the Messiah (Garden
enfoque que se mantiene en la predicación del cristianismo primitivo City/N.Y. 1977) 160-164 (sobre la tradición pre-mateica, con bibliografía);
trata de una ampliación «biográfica», aunque las historias de la infan otros (dirs.), Einheit in Vielfalt, Festgabe für H. Aufderbeck (Leipzig 1974) 256-169;
cia en Mateo, lo mismo que las que aparecen en Lucas, pudieran enten R. E. Brown, K. P. Donfried, J. A. Fitzmyer, J. Reumann, Mary in the New Testa
derse de esta manera. Pero según el plan total de esos relatos de fe, ment (Filadelfia - Nueva York etc. 1978) 83-97, 111-134; U. Luz, El Evangelio según
nadas ideas corrientes en la comunidad helenística y judeocristiana'. es ejemplar en todos los aspectos. No convence tampoco la interpretación de
que hay mujeres no judías, porque María no era extranjera. Es posible que se
presente «un matiz universalista» (Luz, El Evangelio según San Mateo l, 130s). Pero
l. La discusión se centra casi siempre en el nacimiento virginal. Con ello
lo mejor es admitir que Mateo quiso mostrar los caminos inesperados de Dios que
no se capta lo suficiente el sentido teológico que se halla detrás de tales exposi-
11 9
118
de Galilea, tienen un sentido de fondo y simbólico que hace que lo
En la sección 1,18-25, que es una explicación posterior del v. 16,
que sucedió durante la infancia sea una representación anticipada, lle
este misterio del origen de Jesús se revela a José en una visión en sue
na de presentimientos, de lo que ha de ser más tarde la suerte de Jesús.
ños, y en él se le revela también a la comunidad creyente. José pon
La llegada y el homenaje de los estudiosos del curso de los astros, a
drá al niño por nombre «Jesús» (es decir, Salvador), porque él ha de
los que se perfila como representantes del mundo no judío, es una
salvar al pueblo de los pecados. Pero es más todavía: él es el Emma
esperanzadora señal de la difusión del evangelio entre todas las nacio
nuel aguardado según la profecía de Isaías (7,14), el «Dios con noso
nes. Pero en la hostilidad, astucia y maldad del rey Herodes se hace
tros», que ha de permanecer junto a su pueblo y ha de protegerlo y
patente la fuerza de sentido contrario que brota de la incredulidad
guiarlo. Para Mateo esto es ya la señal del futuro pueblo de Dios, un
judía y que se hace sentir a lo largo de toda la historia de Jesús. A pesar
pueblo en el que Jesús estará presente (18,20) y activo hasta el final
de que el nacimiento del Mesías en Belén se hallaba atestiguado por
del mundo (28,20). Este hallarse «Dios con nosotros» que se realiza
las Escrituras (2,6), el niño con sus padres no encuentra allí morada
en Jesús se escucha ya al comienzo del Evangelio y se mantiene has
estable, sino que tiene que huir a Egipto.
ta el fin, pasando del pueblo de Dios del Antiguo Testamento al pue
3. El destierro a Egipto adquiere diversos rasgos de la historia de
blo de la alianza nuevamente constituido Con ello se traza una pers
Moisés. Tenemos en primer lugar el país de Egipto, que antaño había
pectiva ininterrumpida, que, desde luego, lleva en sí la tensión de que
concedido refugio a los israelitas, pero que luego llegó a oprimirlos.
Jesús tiene conciencia de haber sido enviado únicamente a las ove
En Egipto reinaba el faraón que quiso matar a los hijos varones de los
jas perdidas de la casa de Israel (15,24) y sólo a ellas envía sus discí
judíos, y ahora encuentra su viva imagen en la persona del rey Hero
pulos (10,Ss), pero que, como el Resucitado, encarga a los discípulos
des. Según la Agadá judía, tal como se lee en Josefo, uno de los escri
que proclamen la salvación para todas las naciones (28,19). Esto hay que
bas egipcios predice al faraón el nacimiento del niño israelita que algún
tenerlo en cuenta para conocer el horizonte judeocristiano y gentil
día habrá de destruir el reino de los egipcios, y que en cambio hará
cristiano en la historia de Jesús (véase 1, 2).
4•
que los israelitas sean poderosos Los estudiosos del curso de los
Pero Mateo no se detiene en la idea de que Jesús es el Mesías daví
astros, que aparecen en Mt 2, corresponden a los astrólogos de la tra
dico, el Redentor de los pecados y el «Dios con nosotros» enviado al
dición acerca de Moisés y el faraón. El faraón ordena arrojar al río y
pueblo, sino que en el capítulo 2, mediante el conjunto narrativo de
matar a todos los niños varones israelitas inmediatamente después de
los acontecimientos que tuvieron lugar después del nacimiento
su nacimiento. Pero Moisés se salva maravillosamente de la matan
de Jesús, nos hace ver ya anticipadamente cuál ha de ser la suerte de
za ordenada por el faraón, y el niño Jesús escapa de los esbirros gra
Jesús y el camino que él tiene que recorrer. Las historias (proyecta
cias a la intervención de Dios. Todo estos rasgos no dejan duda algu
das a modo de midrás) de la llegada de los estudiosos del curso de los
na de que el fondo de la narración de Mt 2 es la Agadá judía sobre
astros, de las asechanzas de Herodes, de la huida a Egipto, del asesi
5.
Moisés La huida y el regreso podrían haberse plasmado con arreglo
nato de niños en Belén y del regreso de los padres de Jesús a Nazaret
a Éx 4,19s, donde Moisés, ya adulto, regresa de Madián a Egipto por
orden del Señor, porque «han muerto todos los que atentaban contra
6•
la vida del niño» En el complejo narrativo de Mt 2, Jesús aparece
condujeron al nacimiento de Jesús del linaje de David, al nacimiento de Jesús del
seno de la Virgen; cf. Brown, Birth of the Messiah (nota anterior) 71-74.
121
120
como el nuevo Moisés, como el Mesías prometido. Él es el «Hijo de b) La ampliación del acontecimiento de Pascua
bién las desgracias que caen sobre Israel por perseguir al niño se repre Después de la crucifixión y del entierro de Jesús, Mateo amplía
sentan plásticamente en el llanto de Raquel por sus hijos (2,16-18). el relato marquino con acontecimientos que se produjeron junto al
La suerte sufrida por los niños de Belén es una visión anticipada de sepulcro y con apariciones del Resucitado (27,57-28,20). Lo que Mar
7•
la suerte que ha de sufrir Israel que rechaza a su Salvador El viaje cos sólo indica, se desarrolla más vigorosamente en Mateo, y el rela
y traslado a Nazaret se fundamenta con la cita de cumplimiento según to continúa hasta el espacio de la comunidad. José de Arimatea es,
la cual «Él será llamado nazoreo» (2,23), mantiene como «patria chi según Mateo, un discípulo de Jesús (27,57), y el sepulcro excavado en
ca» de Jesús la conocida ciudad de Nazaret y profundiza en la elec la roca, en el que se deposita el cadáver de Jesús, es un sepulcro nue
ción del lugar mediante una reflexión sobre el nombre de «nazoreo», vo, propiedad de esa persona. Después, a Mateo le mueve un interés
8•
entendido proféticamente apologético ante las sospechas suscitadas por los judíos de que se
En Mateo, las historias de la infancia de Jesús pretenden arrojar iba a robar el cadáver de Jesús: unas habladurías que perduran has
plena luz, ya al comienzo del Evangelio, sobre aquel a quien luego se ta los días mismos del evangelista (28,15). Se vigila el sepulcro, encar
va a presentar en su actividad y en su camino, y pretenden respon gando precisamente la vigilancia a un piquete de soldados romanos
der a la pregunta acerca de quién es Jesús, de dónde procede y cómo (27,62-66; 28,14). Este relato, del todo increíble históricamente, lo tie
nuevo y singularísimo, sino que es también el Salvador esperado por Los soldados que vigilaban el sepulcro se sintieron horrorizados por
los gentiles y perseguido en el judaísmo. La adoración de los estu la aparición del ángel y por el terremoto que la acompañó, y se «que
diosos de los astros (2,11) apunta anticipadamente hacia la adoración daron como muertos» (28,4); así que ya se habían marchado cuando
de los discípulos después de la resurrección (28,17). las mujeres llegaron. Pero a pesar de la forma como se representa la
escena del sepulcro, con el ángel que desciende del cielo (28,2-5),
7. a W. Rothfuchs, Die Erfüllungsszitate des Matthiius-Evangeliums, BWANT Mateo narra el anuncio del ángel de manera esencialmente idéntica
88 (Stuttgart etc. 1969) 62s. a la de Marcos: «Vosotras buscáis a Jesús, el crucificado ... No está aquí;
8. En lo esencial se proponen dos interpretaciones: una referencia al «renue
ha resucitado como dijo. Venid a ver el sitio donde yacía» (28,5s). Las
vo» (en hebreo, neer) de Is 11,1, pasaje que en el judaísmo se interpretaba como
mujeres reciben el encargo de ir enseguida a ver a los discípulos para
referido al Mesías, o una derivación de naztr, varón consagrado a Dios. Se discu
decirles que Jesús va delante de ellos a Galilea; «Allí le veréis» (28,7).
te a qué pasaje del Antiguo Testamento hace referencia Mateo. W. D. Davies y D.
C. Allison, The Gospel According to Saint Matthew 1 (Edimburgo 1988) 278-281, Para Mateo, todo esto es una referencia anticipada a la aparición
prefirieron derivar el término de nastr = el santo de Dios, según Is 4,3; pero a mí de Jesús ante los discípulos en el monte de Galilea (28,16). Las mujeres
me parece que es más obvio el pasaje de Is 11,1. Luz, El Evangelio según San Mateo
trasmiten el encargo sobre Jesús ( a diferencia de lo que se dice en Me
1, 182s piensa que «nazoreo» era una manera de designar a los cristianos en la
16,8) y, de camino adonde estaban los discípulos, tienen un encuentro
región de Siria. «Al retirarse a Nazaret, en la Galilea de los paganos, Jesús pasa
con el resucitado (28,9s). De nuevo les exhorta a decir a los discípulos
a ser el Na�wpai�, es decir, el «cristiano», el maestro y señor de la comunidad que
le sigue y que anuncia su mensaje a los paganos». que deben dirigirse a Galilea; «Allí me verán» (28,10). Estos repetidos
9. K. Stendahl, Quis et unde? An Analysis of Mt 1-2, en: Judentum, Urchris encarecimientos acentúan intensamente el reencuentro en Galilea; tal
tentum, Kirche, FS Joachim Jeremías (Berlín 1960) 94-104, pensaba que Mt 1
es la meta de las historias que siguieron a la resurrección. Todo se orien
responde a la pregunta sobre quién es Jesús, y que Mt 2, al ofrecer numerosos
ta hacia la aparición de Jesús a los discípulos, en la cual él se revela
datos geográficos, explica de dónde procede. Pero ambos capítulos presentan bien
como Aquel a quien se ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra,
a las claras la persona de Jesús, su origen, su significado mesiánico y su suerte. Cf.
Brown, Birth (nota 1) 50-54. Y quien envía a los discípulos para que vayan a todas las naciones.
122 123
rece claramente en el capítulo 12, y quiso crear un relato ininterrum
Con ello logra Mateo una concentración sobre la última gran esce
pido?" Me gustaría adherirme a la tesis de que el Evangelio de Mateo
na de la revelación, que representa plásticamente el camino del evan
pretende ser un libro narrativo, a pesar de que el evangelista, en los
gelio hacia todas las naciones, la difusión universal del mensaje de sal
14•
capítulos 5-12, se deja llevar más por intenciones didácticas Una vez
vación según las instrucciones de Jesús. Es un encargo dado a los once
que se comprende su voluntad de ofrecer la historia de Jesús en una
discípulos, que representan a los mensajeros de Jesús, un encargo dado
exposición continuada, siguiendo a Marcos en cuanto al encuadre prin
a toda la Iglesia. Con esto se abre de par en par la puerta para que
cipal, entonces se reconocen con mayor nitidez los perfiles y desa
la Iglesia continúe la actividad de Jesús. Mateo ve a Jesús -en su mani
rrollos de los diversos acontecimientos, y los grandes discursos que se
festación terrena y en su poder pascual- ordenado plenamente a la
hallan dispersos entre ellos. Claro que en todo esto hay que tener bien
Iglesia: a Jesús que sigue estando presente en la Iglesia y que per
presente, sobre todo en lo que respecta a los discursos, la orientación
vive en ella, que la domina y la estimula. A pesar de todo lo que le
del evangelista hacia la Iglesia del futuro. La actividad y el camino de
une con el Jesús terreno y le retrotrae hacia él, la mirada del evan
Jesús no terminan precisamente en la cruz y en la resurrección, sino
gelista se amplía para ver al Señor que se halla presente y sigue estan
que continúan en la vida de la Iglesia. De este modo, muchas de las
do entre los suyos con su palabra y sus actos de salvación. La historia
cosas que se dicen acerca de la actividad terrena y de la suerte sufri
terrena de Jesús se desenvuelve dentro del marco de la historia de
da por Jesús, adquieren un trasfondo claro.
la infancia del Mesías davídico y del «Dios con nosotros» y del acon
Jesús comienza su actividad en Galilea, cuando deja Nazaret para
tecimiento de Pascua que señala hacia el futuro. De ahí se despren
ir a vivir a Cafarnaün (4,13). Con anterioridad, en la historia de las
den consecuencias para la imagen de Jesús que Mateo desarrolla en
tentaciones (4,1-11) narrada según la fuente de logia, Jesús venció a
su Evangelio.
Satanás, que quiso provocarle en cuanto a su condición de Hijo de
dina al servicio de Dios. Desde este momento Jesús será el que actúe
La estructura de todo el material ofrecido por Mateo entre las
con plena autoridad y, no obstante, es el humilde Siervo de Dios que
historias de la infancia y los acontecimientos de Pascua es difícil de
proclama a los hombres la salvación de Dios y trae la salud a los enfer
ver y discutida'", ¿'frata el evangelista de ofrecemos un parangón con
mos y a los que sufren. La actividad de Jesús en Galilea, la región pro
el Pentateuco, marcado por los cinco grandes discursos?" ¿Quiso crear
metida proféticamente, la «Galilea de los gentiles», en la que res
una unidad literaria basada en relaciones numéricas y en estructuras
12 plandece la luz de Dios (4,13-17), irradia también sobre las regiones
quiásticas? ¿Recogió de Marcos el hilo de la narración, como apa-
125
124
colindantes que circunscriben el antiguo territorio de Israel (4,25)
15• le espían y difunden sospechas contra él, más aún, que quieren darle
La enseñanza impartida en las sinagogas, la proclamación del evan muerte (12,14). Todos esos acontecimientos han sido recopilados de la
gelio del reino de Dios y las curaciones caracterizan la actividad de tradición, y tomados en parte de Marcos y en parte de otras fuentes; no
Jesús en el sumario de 4,23-25, y luego nuevamente antes de ser envia podemos detenernos aquí a comentarlos, pero a mí me parece quema
dos los discípulos en misión (9,35). Se pone especial énfasis en las cura nifiestan la intención de esclarecer la confrontación cada vez mayor en
ciones de diversas enfermedades (4,27), y esta nota característica se tomo a Jesús, con su persona y su actividad. En todas partes se observa
extiende a lo largo de todo el Evangelio". Pero en primer lugar la perspectiva que contempla el tiempo de la Iglesia, en antítesis con el
tulos 5- 7), una gran composición de discursos que se nutre principal mando la nueva familia de Dios (12,46-50). En el centro se halla Jesús, el
ley judía y habla de la conducta moral que se exige a los discípulos. júbilo en 11,25-27), y el Siervo de Dios que no actúa ruidosamente en las
15. Cf. G. Lohfink, Wem gilt die Bergpredigt? Eine redationskritische Unter
17. Cf. R. Schnackenburg, «Siehe da mein Knecht, den ich erwiihlt habe... »
suchung von Mt 4,23 - 5,2 und 7,28f ThQ 163 (1983) 264-284; Id., Wem gild die
(Mt 12,18). Zur Heiltatigkeit Jesu im Matthiiusevangelium, en: L. Oberlinner y
Bergpredigt? Beitrtige zu einer christ/ichen Ethik (Friburgo-Basilea-Viena 1988)
P. Fiedler (dirs. ), Salz der Erde - Lich der Welt, FS Anton Vogtle (Stuttgart 1991)
15-38, especialmente 25-29.
203-222.
16. Cf. 4,24s; 8,16s; 9,35; 12,15; 14,34-36.
127
126
saduceos (16,1), y Jesús, al hablar de la levadura, dice que hay que te
A partir de este momento Mateo se atiene más de cerca al esque
ner mucho cuidado con la levadura de los fariseos y los saduceos
ma marquino. El rechazo de que Jesús es objeto en Nazaret (13,53-58),
(16,6.11), lo cual se interpreta como referido a las enseñanzas de esas
el juicio de Herodes sobre Jesús (14,1-2), la muerte del Bautista (14,3-
personas (16,12). Aquí vuelve a manifestarse la oposición frente al ju
12), quien para Mateo fue el predecesor de Jesús en el sufrimiento
daísmo dirigente, representado por los fariseos y los saduceos a pesar
(17 ,12s ), hacen que se vaya haciendo más aguda la situación amenaza
de las diferencias doctrinales que separan a unos de otros.
dora que se cierne sobre Jesús. Pero, después, el milagro de la multipli
El punto culminante de toda esta primera parte principal es la
cación de los alimentos para dar de comer a cinco mil personas en un
escena de Cesarea de Filipo, cuando Pedro confiesa que Jesús es
lugar solitario vuelve a hacernos ver en perspectiva la imagen del pue
el Cristo, el Hijo del Dios vivo, y recibe de Jesús la promesa de que él
blo de Dios que se está congregando (14,13-21). También en los rela
edificará su Iglesia sobre esa roca (16,13-20). No podemos detener
tos que vienen a continuación Mateo se atiene a la secuencia marqui
nos aquí a estudiar todas las cuestiones relacionadas con esta tradi
na. Claro que él fija acentos especiales. El milagro de Jesús caminando
ción de sentencias que procede de la comunidadmateica-", En lo que
sobre las aguas del lago ( 14 ,22-33) se convierte, con la escena de Pedro,
respecta a nuestro tema sobre la imagen de Jesucristo en Mateo, habrá
en una exhortación encarecida para que se supere la poca fe y se adore
que afirmar lo siguiente:
a Jesucristo como el Hijo de Dios. El.diálogo acerca de la pureza, a pro
pósito del lavado de las manos, se amplía hasta convertirse en una ins
l. Para Mateo, Jesús es el Mesías en el sentido singularísimo de
trucción sobre la verdadera moralidad que debe brotar del corazón
«Hijo del Dios vivo» y al mismo tiempo Hijo del hombre que recorre
(15,1-20). Jesús ataca a los fariseos, que son ciegos y guías de ciegos
su camino a través del sufrimiento y la muerte para llegar a la resu
(15,12-14), y advierte contra los malos deseos que impulsan a todos los
rrección, a la justificación y la glorificación por Dios (cf. 16.1 ).
pecados que se enumeran en el Decálogo (15,19). La mujer cananea,
2. Este Cristo, ya en su vida terrena, en la hora de Cesarea de Fili
que es pagana, implora para su hija la misericordia del Hijo de David y
po, se revela a Simón Pedro, su discípulo principal, como Hijo de Dios
no acepta la palabra de Jesús según la cual él ha sido enviado única
(16,17). El discípulo participa de manera especial en la revelación pro
mente a las ovejas perdidas de la casa de Israel (15,24-27). Los numero
metida por el Padre -en el Hijo- a los «pequeñuelos» (cf. 11,27),
sos enfermos que son curados a orillas del lago de Galilea (15,29-31)18
una revelación que aquí se atribuye directamente a la clemente y gra-
son señal de la misericordia de Dios, y las multitudes alaban «al Dios de
19•
ciosa manifestación efectuada por el Padre. ·
Israel» (15,31 ) Detrás de todo ello se reconoce la perspectiva judeo
3. Esta revelación del misterio de Jesús, que los discípulos no de
cristiana de Mateo. La exigencia de señales procede de los fariseos y los
ben difundir de momento (16,20), se halla dentro del horizonte del
129
128
parábola de los trabajadores de la viña (Mt 2 0 ,1-16) y la parábola de
acontecimiento pascual, en el cual Jesús se presentará a los discípulos
los hijos desiguales ( 21,28- 3 2 ) . Otros textos proceden de la fuente
como el que ha sido dotado de plena autoridad (28,18). El Jesús terre
de logia, por ejemplo, la parábola del banquete de bodas (22,1-14) o
no no es sino el Resucitado y el Glorificado. Las palabras dirigidas a
la parábola de los talentos ( 2 5 ,14 -3 0), pero con notable ampliación y
Pedro tienden un puente hacia la gran escena del Evangelio de Mateo,
trasformación. Mateo hace que el vaticinio sobre la destrucción del
la concesión de poderes a los discípulos y su envío al mundo.
templo (24,2) vaya precedido por otras palabras acerca de Jerusa
4. Jesucristo se asocia con su Iglesia, que recibe la autoridad de él
lén, tomadas de la fuente de logia (23,37-39).
para admitir a personas en el reino de Dios y que con el poder de atar
No es necesario que nos detengamos aquí a estudiar todas las cues
y desatar somete a la gente al señorío del Cristo exaltado. La Iglesia
tiones relacionadas con las fuentes y con la actividad redaccional de
no puede ser subyugada por el poder de la muerte (v. 18b ). Esta pers
Mateo. Es digno de tenerse en cuenta un gran discurso de impreca
pectiva armoniza con la imagen de Jesús que se traza en el Evangelio
ción contra los fariseos en el capítulo 23, que Mateo ha ampliado nota
de Mateo como Señor y futuro Juez.
blemente en comparación con Me 12,37b-40 y Le 20,45-47; cf, 11,4 5 -
5. La función de roca, prometida a Pedro, señala una especial voca
47.52. Este discurso lleva la marca especial de la mano del evangelista,
ción del apóstol (cf. 4,18; 10,2), que se remonta al tiempo de la vida
que en él amplía su crítica contra el judaísmo contemporáneo. Pero
terrena de Jesús, pero que no le saca del círculo de los que han sido
en este discurso, antes de los siete «ayes» (23,13-33), hay también algu
llamados a ser discípulos (10,2-5: 18,18). Por tanto, la imagen de Jesu
nas frases dirigidas directamente a la comunidad de los discípulos y
cristo abarca al Jesús que actúa en la tierra, constituido en poder en
que presentan ante los ojos de ella una imagen de Jesús que debe res
su resurrección, y que continúa en la Iglesia sus tareas de salvación.
plandecer ante la comunidad. « Vosotros, en cambio, no os dejéis lla
mar rabí, porque uno es vuestro maestro, y todos vosotros sois her
Con la escena de Cesarea de Filipo se realiza un cambio profun
manos. .. » Mediante su servicio humilde, Jesús se convierte en el modelo
do en el diseño del camino de Jesús. Este cambio queda marcado
y el maestro que todos deben emular (cf 20,26-28). La Iglesia a la que
lingüísticamente por la frase de 16,21: «Desde entonces comenzó Jesús
Jesús ha confiado su autoridad se convierte en una comunidad de her
a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y que tenía
manos, idea que se desarrolla aún más extensamente en las instruc
que sufrir mucho por causa de los ancianos, de los principales sacer
ciones dadas a la comunidad en el capítulo 18. Por consiguiente, la
dotes y de los escribas; que lo matarían y al tercer día resucitaría».
imagen de la Iglesia 'Se halla configurada enteramente según el para
Si se compara esto con lo que se dice en 4,17: «Desde entonces empe
digma de Jesús, que es quien la dirige.
zó Jesús a predicar ... », hay que reconocer un giro en la narración pues
En la doctrina Jesús sigue siendo el Maestro; pero su doctrina se
to conscientemente por Mateo. Aquí se halla un punto cardinal en
convierte en imagen concreta por medio de su vida, su servicio a los
la historia de Jesús, de tal manera que a partir de este momento se
pobres y a los que sufren, su renuncia al dominio y, supremamente,
observan estructuralmente dos grandes conjuntos formados por 4,17 �
131
130
evangelista ha continuado la historia de Cristo hasta los últimos días los «hermanos más pequeños» no se limita a los cristianos o a los misio
trascurridos en Jerusalén, y acto seguido viene la historia de la pasión neros cristianos, sino que hay que referirlo a todas las personas que
en los capítulos 26-27. padecen necesidad-'. Al juicio universal tendrán que someterse todas
Esta visión de conjunto, sumamente concisa, quiere mostrar el las naciones; a cada una de ellas el Hijo del hombre la retribuirá según
marco narrativo en el que Mateo encuadra su obra. Hay una intensi merezcan sus actos (16,27). En todo esto se está hablando también
ficación progresiva del conflicto con los sectores dirigentes del ju -y no menos-- a la Iglesia; pero el horizonte se amplía. Según hayan
daísmo, que rechazan a Jesús. Pero en medio de todo ello se va per sido las obras de misericordia, será la sentencia que se pronuncie sobre
filando la piedra angular Jesucristo, puesta por Dios y contra la cual todos, hayan conocido o no al Jesús terreno (cf. 25,44). «El tema es la
se desbaratan todos los ataques de los adversarios al tiempo que sur realización escatológica del orden de Dios para el mundo por medío.
24
ge el renovado pueblo de Dios (cf. 21,42-43). La akolouthia (o «secuen de la venida del Hijo del hombre.» Con esto se amplía la mirada
cia») de Marcos se va rellenando con material adicional que mues pasando del Señor de la comunidad al Juez y Rey cuyos dominios abar
tra a la Iglesia cuál es el camino hacia el futuro y cuál su responsabilidad can todo el mundo de los hombres. El Cristo resucitado y que ha de
(cf. las parábolas en 24,24-25,30). La descripción del juicio universal retornar asienta -al dictar sentencia- su señorío sobre todo el
(25,31-46) abre un horizonte universal, una visión del fin, cuando el cosmos.
Pero hay además unas ideas que completan la imagen mateica de 2. EL HORIZONTE JUDEOCRISTIANO Y GENTILCRISTIANO
Jesús. Cuando el Juez del universo dice: «Lo que hicisteis con uno DE LA HISTORIA DE JESÚS
entonces él se identifica con los pobres, los necesitados y los oprimi Ha sido motivo constante de irritación el observar en el Evan
dos, y lo hace en una forma que está preparada, sí, por la misericor gelio de Mateo no sólo una estrecha perspectiva judeocristiana sino
dia de Dios con los hombres, pero que alcanza un nuevo nivel por la también una amplia perspectiva gentilcristiana. La acentuada misión
vinculación con la figura histórica de Jesús mismo. En las personas de de Jesús y de sus discípulos hacia las «ovejas perdidas de la casa de
los necesitados encontramos al mismo Jesús y, por cierto, a aquel Jesús Israel» (10,6; 10,24), la afirmación encarecida de que Jesús no quie
que, durante su vida en la tierra, practicó y exigió la misericordia. El re suprimir la ley sino cumplirla (5,17), las citas de cumplimiento, que
futuro Juez del universo, que ha de retornar, no es sino aquel que en se basan desde luego en una lectura cristiana del Antiguo Testamen
otro tiempo realizó entre los hombres obras de misericordia. Lo de to; la denominada cláusula de fornicación (5,32; 19,9), que tiene en
cos y rabínicos. Cf. P. Billerbeck, Kommentar zum NT aus Talmud und Midrasch
IV (Munich 1928), excursus: «Die altjüdischen Liebeswerke», 559-610; A. Wtken 23. Cf. G. Gross, Die «geringsten Brüder» Jesu in Mt 25,40 in Auseinander
hauser, Die Liebeswerke in den Gerichtsgemalden Mt 25,31-46: BZ 20 (1932) 366- setzung mit der neueren Exegese: BiLe 5 (1964) 172-180; P. Christian,Jesus und sei
377; J. Friedrich, Gott im Bruder? Eine methodenkritische Untersuchung von Redak ne geringsten Brüder. Mt 25,31-46 redationsgeschichtlich untersucht, EThSt 12
tion, Überlieferung und Traditionen in Mt 25,31-46 (Stuttgart 1977) 164-171. Pero (Erfurt 1975); U. Wilckens, Gottes geringste Brüder-e-Zu Mt 25,31-46, en: E. Ellis
hay también analogías en textos egipcios y mandeos, cf. E. Brandenburger, Das E. Grasser (dirs.),Jesus und Paulus, FS W. G. Kümmel (Gotinga 1975) 363-383;
Recht des Weltenrichters. Untersuchung zu Matthdus 25,3-46, SBS 99 (Stuttgart Brandenburger, Recht des Weltenrichters (nota anterior), 128-131.
1980) 62-67. 24. Brandenburger, Recht des Weltenrichters (véase la nota 22), 108.
132 133
de la familia de David, delatan la tradición judeocristiana en que Mateo tado: Mateo sabía hebreo y era miembro del pueblo judío. En reali
se halla y a la que se aferra. Por otro lado, hay no pocos lugares que dad, no se puede negar este trasfondo judío, a pesar de algunas obje
judías («vuestra» sinagoga, 9,35; 23,34), un rechazo de los preceptos Ahora bien, de ahí se deducen consecuencias para la imagen matei
de la ley judía (15,1-9; 23,16-22.23s) y violentos ataques contra la con ca de Jesucristo. Jesús procedía del judaísmo y permaneció vinculado
sia, el «verdadero Israel» que debe producir sus frutos (21,43). El esla
25. Cf. P. Nepper-Christensen, Das Matthiiusevangelium - ein judenchris bón que lo une todo es Jesucristo, que cumple de manera nueva las
tliches Evangelium?, AThD 1 (Árhus 1954); Strecker, Weg der Gerechtigkeit, 15- antiguas promesas, sigue adhiriéndose a las exigencias de la ley e insis
35 ( «Los elementos helenísticos y no judíos de la redacción sugieren que el autor te en que no pasará ni la letra más pequeña de ella «hasta que todo se
pertenecía al cristianismo gentil», 34); R. Walker, Die Heilsgeschichte in ersten
cumpla» (5,18).
Evangelium, FRLANT 91 (Gotinga 1967) passim, especialmente 127-144: J. P.
Meier, Law and History in Matthew's Gospel, AnBib 71 (Roma 1976) 14-21; Id.,
The Vision of Matthew. Christ, Church and Morality in the First Gospel (Nueva
29. En estesentido se aduce, entre otras cosas: las filacterias, que en Mt 23,5
aparecen como estuches con oraciones que se hallan en los tefillín y evidentemente
York 1979) 17-25.
se entienden como amuletos (pero véase, a propósito, Davies-Allison, 17-19); la
26. U. Luz, El Evangelio según San Mateo 1, 86-90.
cita de Mt 21,5.7 entendida al pie de la letra; el hecho de evitar expresiones ara
27. !bid. 87; con más reservas se expresan Davies-Allison, 14-16; pero hacen
meas. Pero no se trata de pruebas decisivas.
notar: «Aun antes de Papías, nuestro evangelio fue considerado como un evan
30. En contra de R. Hummel, Die Auseinandersetzung zwischen Kirche und
gelio judío y como escrito por un judío» (17).
Judentum im Matthiiusevangelium, BEvTh 33 (Munich 1963) 28-33, 159s.
28. Matthew 1, 32-58.
135
134
Así que el Evangelio de Mateo se entenderá únicamente como no están vinculadas necesariamente a la historia del centurión:
una exposición de teología de la historia, que tiene como punto de «Muchos vendrán de Oriente y de Occidente y se sentarán con
partida la antigua comunidad judeocristiana, y que se va ampliando Abrahán, Isaac y Jacob en el banquete del reino de los cielos». Lo
hacia la comunidad predominantemente gentilcristiana. Los princi que originalmente fueron palabras de amenaza contra el Israel in
pios de este horizonte universal ya se encuentran claramente en las crédulo, se convierten en Mateo en palabras de promesa para los
palabras y los actos de Jesús. A partir del «documento de los oríge gentiles. El centurión pagano viene a ser el prototipo de los gentiles
33•
nes» ( 1 , 1 ) , que pone de relieve que Jesús tiene su origen en el pue creyentes, el «patriarca en la fe de los cristianos gentiles»
blo de Abrahán y que es descendiente del linaje de David, oímos La actividad terrena de Jesús queda limitada -Mateo lo sabe muy
hablar ya en el capítulo 2 de la prometedora llegada de sabios no ju bien- al territorio habitado por Israel. No obstante, Jesús extiende
díos dedicados a estudiar el curso de los astros (2,1-12), y luego se también sus viajes más allá de esas fronteras y llega a territorio paga
nos habla de la actividad de Jesús en la «Galilea de los gentiles» no, donde sucede el episodio de la mujer cananea que pide a Jesús que
(4,15). Todo esto, en el lenguaje de Mateo, son señales anticipadoras tenga misericordia de su hija poseída por un demonio. Tan sólo con
de la futura penetración del evangelio en el mundo no judío. Por la vacilación y resistencia accede Jesús a las súplicas de aquella mujer
«Galilea de los gentiles» se entiende propiamente un territorio de (15,21-28). Es una historia narrada ya por Marcos (7,24-30). Mateo,
Israel; pero «con esta designación veterotestamentaria Mateo inten en la respuesta a los discípulos que le apremian, añade aquellas pala
ta anticipar, en un segundo plano, aquello que la misión de Jesús de bras de Jesús: «He sido enviado sólo a las ovejas perdidas de la casa
sencadenó en la tierra: la llegada de la salvación a los paganos-". de Israel» (15,24), es decir, mantiene la perspectiva de 10,5b-6. Pero
Cuando, en la visión que José tiene en sueños se interpreta el nom luego, al ver la «gran fe de aquella mujer» (15,28), se siente movido a
bre de Jesús en el sentido de que «Él salvará a su pueblo de los pe hacer la curación. Vemos que ya en Marcos se trata de una excepción
cados», entonces --en este contexto-> se piensa primero en el pue en la actividad salvífica de Jesús, limitada al pueblo judío (Me 7,27:
blo de Israel; pero no es imposible que el evangelista tuviera en «Deja que primero se sacien los hijos»). Pero para Mateo es una his
mente el futuro pueblo de la salvación que abarca a todos los que toria parecida a la del centurión pagano y contempla también antici
32•
creen en Cristo Porque en la Última Cena, a las palabras del cáliz padamente la fe de los gentiles. En la región de Tiro y Sidón, la mujer
que hablan de la sangre «derramada por muchos», Mateo añade: pagana es una figura paralela a la del centurión de Cafarnaún. La
«para el perdón de los pecados» (26,28). Y esto, en la mente del misión entre los gentiles, que en su expansión hacia Oriente encuen
evangelista, no se limita sólo al pueblo judío. Después del Sermón tra una gran fe, se anuncia ya en las palabras y en los actos de Jesús.
de la Montaña, que se asienta en un horizonte judío, se narran los Por el contrario, el milagro en el que se da de comer a cuatro mil per
actos del Mesías, entre los cuales se halla la curación del criado del sonas (Mt 15,32-39 par. Me 8,1-10) no se interpretará como referen
centurión de Cafarnaún (8,5-13). A aquel hombre pagano se le ala cia a la comunión de mesa de Jesús con personas no judías, porque no
ba por su fe: Jesús no ha encontrado una fe así en Israel. Luego vie hay base alguna para ello en el texto. Más bien, se trata de una mira
nen unas palabras que en Lucas se hallan en otro lugar, es decir, que da anticipada a la celebración de la eucaristía por la comunidad, en la
judías'".
31. Luz, El Evangelio según San Mateo l, 239.
32. Cf. Davies-Allison, 210 (en contra de Luz). Aunque >..aóc:; designa gene
ralmente al pueblo de Israel, sin embargo podría ser que este término se enten 33. F. Schnider - W. Stenger, Johannes und die Synoptiker, BiH IX (Munich
diera aquí, al igual que en 4,16, como referido en el fondo al pueblo de Dios del 1971) 75-85.
136 137
La promesa hecha a Pedro por la que Jesús edificará su Iglesia que acoge a los pecadores «quebrantados» (v. 20), quien precisamente
sobre esta roca (16,18), tendrá también a la vista, según la perspecti con ello invierte el juicio de Dios «en victoria» y hace posible la voca
va de Mateo, las personas que más tarde se han de convertir del paga ción de los gentiles". La cita de cumplimiento es «una frase cifrada
nismo. Pero tal cosa no se dice expresamente. Señales más intensas que rebasa con mucho el contexto inmediato, pero que no se hace nun
de la afluencia de los gentiles se encuentran en la parábola de los viña ca explícita, para referirse en un lugar central a toda la historia de Je
dores malvados: Dios arrendará la viña a otros viñadores (21,44), y sús»37. Partiendo de la actividad sanadora de Jesús en el pueblo judío
en la parábola del banquete de bodas: el rey, decepcionado por el de aquel entonces, se abre la perspectiva sobre el mundo de los genti
rechazo de los que habían sido invitados en primer lugar, envía sus les, el cual, por sus obras de misericordia, puede esperar su salvación.
criados a las calles para que hagan venir a todos los que encuentren La visión que contempla cómo el mundo de las naciones se gana
(22,10). En el discurso acerca del fin de los tiempos se dice con toda para el evangelio encuentra finalmente su punto culminante en la apa
claridad: «Este evangelio del reino se anunciará en el mundo entero, rición de Jesús ante los discípulos en el monte de Galilea. El Resuci
como testimonio para todas las naciones. Entonces vendrá el fin» tado, a quien se ha dado todo poder en el cielo y en la tierra, encar
(24,14). En Mateo estas palabras, que aparecen ya abreviadas en Me ga a sus discípulos que vayan a todas las naciones y que hagan
13,10, se refieren acentuadamente al fin. A los «gentiles» se les men discípulos entre todas ellas (28,18s ). La «Galilea de los gentiles» (4,15)
ciona específicamente varias veces (10,18; 24,9.14). se convierte ahora en el lugar de origen de la misión entre los genti
El juicio universal, para el cual se reunirán «todas las naciones» les, y el pueblo que vivía en tinieblas y que vio una gran luz se dilata
ante el trono del Hijo del hombre (25,31-46), afectará a todas las per ahora para abarcar a todas las naciones, y a ellas se proclama el evan
sonas. A nosotros nos pareció que no estaba justificada una restricción gelio. Lo que ya resplandecía como promesa en la actividad terrena
con respecto a los gentiles, al hablarse de los que quedaban absueltos de Jesús, llega a ser realidad cierta en la misión de la Iglesia entre
por sus obras de misericordia y que de esta manera encontraban un ca los gentiles. Si se tiene en cuenta el «peso de popa» de la grandiosa
mino para la salvación (véase supra, p. 132). Que la mirada recae tam escena final, entonces parece como si el evangelista escribiera desde
bién sobre los gentiles se sugiere por otro pasaje reservado para Ma un punto de vista decididamente cristiano gentil. Pero eso sería ver
teo: la cita que habla del Siervo de Dios en 12,18-21. El pasaje las cosas de manera unilateral. Mateo tiene a la vista a la Iglesia uni
describe, según Is 42,1-4, la actividad callada y salvífica del Siervo de versal, integrada por judíos y gentiles.
Dios, quien precisamente por ello obtiene el veredicto divino, la acep Claro que sigue en pie la cuestión de por qué Mateo retiene los
35•
tación de las naciones en el juicio y la victoria de Dios En el contexto enunciados rigurosamente judeocristianos que se ponen en labios del
de Mt 12 la extensa cita ilumina la callada y nada provocativa actua Jesús terreno. Hay que explicar sobre todo la tensión entre las ins
ción del Siervo de Dios, a pesar de la hostilidad de los adversarios que trucciones dadas a los discípulos para que no vayan a los gentiles, no
traman su muerte (v. 14). Él es el Sanador de los enfermos (v. 15) y el entren en ninguna ciudad de samaritanos, sino que vayan a las ovejas
NF 34 (1990) 108-112. Esta autora cree que el segundo milagro de la multiplica Se han propuesto diversas tentativas de solución; entre otras, se atri-
ción de los panes es más original a causa de las cifras simbólicas que hacen refe
35. Tan sólo la última línea «En él pondrán las naciones su esperanza» está 36. Cf. Rothfuchs, Erfidlungszitate, 72-77; R. Schnackenburg, «Siehe da mein
tomada casi literamente de la LXX; el resto es un texto targumizado, visto desde Knecht... » (nota 17), concretamente 217-222.
una perspectiva cristiana; cf. K. Stendahl, The School of St. Matthew (Upsala 1954) 37. Luz, Das Evangelium nach Maahaus 11, 244; cf. también J. H. Neyrey, The
107-115. Thematic Use of lsaiah 42,1-4 in Matthew 12: Bib 63 (1982) 457-473.
138 139
buye el texto de Mt 10,5s a la tradición, y el de 29,29, al evangelista Esto significa para la imagen de Jesucristo: por un lado, Jesús es
38•
Mateo Ahora bien, Mt 28,16-20 contiene también seguramente el Enviado de Dios que -en el tiempo de su vida en la tierra- actúa
elementos de la tradición, por ejemplo, el poder concedido al Exal en Israel y entonces, con escasas excepciones, anuncia y trasmite a los
tado, la orden de bautizar, la promesa de la permanencia del Resu judíos la salvación de Dios; por otro lado, se va perfilando ya enton
citado'". Pero el envío en misión de los discípulos a todas las naciones ces el Salvador que, por su cruz y su resurrección, rompe el marco
corresponde, como se indicó anteriormente, a la tendencia de Mateo. judío y ofrece la salvación al mundo entero: ese Salvador tal como
Y, así, este evangelista dejó que aparecieran conjuntamente la misión lo confiesa la Iglesia judeocristiana y gentilcristiana en su actualidad.
del Jesús histórico a Israel y el encargo del Resucitado de llevar el Fue un desarrollo consecuente dentro de la historia de la salvación y
evangelio a todas las naciones. Surge al instante la sospecha de que que halla su expresión en el encargo misionero dado por el Resucita
Mateo establece una diferencia entre el tiempo terreno de Jesús y la do. El reinado de Dios, ofrecido a Israel y rechazado por sus princi
situación pospascual que ha cambiado ya por su resurrección y cons pales representantes, pasa ahora a un nuevo pueblo (21,43). Para Is
titución en poder". Y, sin embargo, Mateo no pretende retener como rael esto será una historia de perdición (cf. 23,34-36.37-39; 27,25); pero
un simple dato histórico la misión de los discípulos terrenos a Israel. la historia de la salvación tiene su continuidad en la persona de Jesús
En el «discurso de misión», en 10,1-42, se dilata la mirada para abar Y en la comunidad convocada por él. «Su continuidad reside única
car también la situación pospascual de la misión amenazada por las mente en el Señor de la vocación, en el Señor que actúa de manera
43
persecuciones (10,17s). La situación histórica «se ha hecho traspa inmutable.»
rechaza la oferta y renuncia a su prerrogativa, y esto sucede al final 3. LA IGLESIA COMO ESPACIO DE LA CONTINUADA ACTIVIDAD DE JESÚS
42•
de la vida de Jesús, entonces esa orientación queda superada» Mateo
ha tenido siempre en perspectiva a la Iglesia misionera. Las instruc Ya en Marcos pudimos observar que el Jesús que proclama y ense
ciones dadas por Jesús a los discípulos a quienes envía a Israel con ña está hablando a la futura comunidad y que, con sus instrucciones,
servan también su validez para el tiempo de la Iglesia después de Pas quiere mostrarle, en la situación en que ella se encuentra, cuál es la
cua, pero no con aquella limitación a Israel. recta conducta que se debe observar (véase el capítulo segundo, I, 2).
38. S. Brown, The Twofold Representation of the Mission in Matthew's Gos Y la muerte, se han hecho trasparentes para la comunidad. Lo que
pel: StTh 31 (1977) 21-32. Jesús dice y hace se ha transportado a la actualidad y es un constan
39. Cf. Strecker, Der Weg der Gerechtigkeit, 208-211.
te paradigma para la vida de los creyentes". Jesús no es sólo el que
40. a R. Bartnicki, Der Bereich der Tatigkeit de Iünger nach Mt 10,5b-6: BZ
actúa históricamente en la tierra, sino también el que, después de su
NF 31 (1987) 250-256, concretamente 254: «Habrá que asentir seguramente a la
J. P. Meier, Law and History (nota 25) 27-40: «Mateo, con plena conciencia, dis 43. Walker, Heilsgeschichte (nota 25), 117. Sobre la obra entera véanse las
pone una "economía" de la salvación: en primer lugar a los judíos, luego a los gen recensiones de G. Strecker en: ThLZ 94 (1969) 435-437, y de W. Trilling en: ThRv
65 (1969) 294-298.
tiles» (27).
41. Cf. F. Hahn, Das Verstandnis der Mission im Neuen Testament (Neukir 44. a D. Dormeyer, Die Passion Jesu als Verhaltensmodell. Literarische und
42. Strecker, Der Weg der Gerechtigkeit, 196. NTA NF 11 (Münster 1974) especialmente 269-287.
140 141
dad, y no como los escribas de ellos» (7 ,28s ). Jesús, con sus enseñan
muerte y resurrección, eleva constantemente su voz y por medio de
zas, y a pesar de atenerse a la ley y a los profetas (5,17-19), erige una
su ejemplo formula exigencias a la comunidad.
novedad mediante su interpretación de la ley, algo que desde enton
En Mateo esta perspectiva se refuerza y se lleva adelante. Jesús
ces permanecerá como instrucción normativa para la comunidad. El
pronuncia para el presente de la comunidad aquellas palabras: «No
Cristo resucitado ordena encarecidamente a los discípulos que ense
os dejéis llamar rabí, porque uno es vuestro Maestro, y todos vosotros
ñen a las naciones todo lo que él les ha confiado (28,20). La caracte
sois hermanos» (23,8). Los vv. 8-10 contienen una regla para la comu
rización redaccional de Jesús como «Maestro», q ue no es rara en ar
M
nidad cristiana, que en un triple enfoque rechaza cualquier preten
cos, se acrecienta en Mateo (8,1 9 ; 12, 3 8 ; 22 ,36) , y por dos veces se
sión de los discípulos de desempeñar un papel dirigente en la vida de
45. dirige la palabra a los discípulos para referirse a su «Maestro» (9,11 ;
la comunidad
17,24). Son pequeños indicios de lo importante que era para elevan
No deben dejar que les llamen rabí, padre o preceptor. El v. 10
gelista la figura de Jesús como Maestro (véase también 10 , 24s). El
podría ser una variante de tipo helenizante para cristianos gentiles=,
Maestro de su comunidad es también el modelo para la misma; las
Aunque el fondo del v. 8 lo puede constituir una palabra original de
p alabras que siguen a la sentencia sobre el único Maestro y que dicen:
Jesús, sin embargo el conjunto se halla formulado dentro del horizonte
«El mayor entre vosotros será vuestro servidor» ( 23,11 ) , recuerdan el
pospascual de la comunidad. Para Mateo, Jesucristo es el único Maes
texto de 20,27s, donde Jesús (el «Hijo del hombre») hace referencia
tro, que incluso en el ámbito de la comunidad sigue siendo la única
expresa a la entrega de sí mismo en servicio a los demás.
autoridad. Esta posición destacada se halla confirmada también por
Así, pues, Mateo vinculó aún más intensamente al Maestro»
«
otros pasajes, especialmente por el Sermón de la Montaña. Se encuen
Jesús con la comunidad, y le erigió ante ella como la única autori
tra reunida allí la multitud, pero los discípulos se acercan a Jesús, y él
dad. Jesús, de esta manera, no quiere imponer a la comunidad un
les «enseñaba» ( 5 , 1 ) . En las antítesis, en las cuales se recuerda lo
yugo insoportable (cf. 11 , 29s ; 23,4), pero sí obligarla a la observan
que se dijo a los «antepasados», aparecen siempre con énfasis aque
cia incondicional de las instrucciones que él ha dado. Tal es un ras
llas palabras:« ... pero yo os digo» (5,22.28.32.34.39.44). No se expre
go fu ndamental de este Evangelio. Lo que Jesús ha ordenado, se
sa entonces una opinión particular en cuestiones discutidas de la ley,
convierte en regla obligatoria para la comunidad. Se alaba como
como la que cualquier escriba podía manifestar, sino que se trata de
bienaventurados a aquellos que tienen hambre y sed de «justicia».
la única interpretación decisiva de la torá que se impone como nor
47• L a usticia, una palabra predilecta de Mateo, significa el esfuerzo
j
ma a los discípulos de Jesús
p or lograr el orden salvífico establecido por D ios, un orden q ue
Así lo confirma precisamente el resumen final: «La gente se que
hay que hacer realidad. S e alaba como bienaventurados a los per
dó admirada de su enseñanza, porque él les enseñaba con autori-
seguidos por causa de la justicia (5,10 ) . La justicia de los discípulos
das en la interpretación de la ley; pero no llegan a aquel autoritario «Pero yo os requerida por D ios (6,33). En todos los pasajes, la «justicia» no es
48•
digo» en labios de Jesús. Cf. E. Lohse, «lch aber sage euch», en: Id., Die Einheit un don de D ios, sino una conducta que se exige a los hombres
des Neuen Testaments (Gotinga 1973) 73-87; Luz, El Evangelio según San Mateo
I, 345: «La expresión introductoria para las antítesis es siempre una creación inde
48. Cf. B. Przybylski, Righteousness in Matthew and his World of Thought,
pendiente respecto a los paralelismos judíos, aunque exista una cierta afinidad con
MSSNTS 41 (Cambridge 1980); A. Sand, Das Gesetz und die Propheten. Unter-
la terminología exegética judía».
143
142
Así lo recalca Mateo intensamente a la comunidad. Frente a las munidad, conocido también como «reglamiento interno de Dios»
ma: «No todo el que me dice: [Señor, Señor! entrará en el reino de composición de discursos de Me 9,33-50, que está dirigida a Ios
los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los doce discípulos (Me 9,35), y la convierte en un discurso dirigido a
cielos» (7,21). La parábola final, que habla de la edificación de la la comunidad. En la estructura total del Evangelio, este discurso,
casa (7,24-27), acentúa que no sólo hay que escuchar las palabras después del Sermón de la Montaña, del discurso de misión y del
de Jesús, sino que además hay que ponerlas en obra. También la discurso sobre las parábolas, es el cuarto gran discurso, y está con
comunidad está expuesta a la sentencia judicial de Jesús (cf. 13,41- figurado enteramente con la mirada puesta en la comunidad pos
43.47-50; 22,11-14; 23,31-46). Cada uno tendrá que dar cuenta de lo pascual. Es notable por de pronto la agrupación en un discurso es
que haya hecho con los dones y capacidades que Dios le ha conce pecífico (véase el final en 19,1). Comprende en sí una perícopa
dido (25,14-30). Se exige vigilancia y buena disposición (24,43s.45- especial sobre el pago del tributo para el templo (17,24-27), que
51; 25,1-13). delata también el interés por la Iglesia. El discurso se halla intro
En la imagen de Jesucristo aparece aquí un nuevo rasgo en com ducido por la pregunta de los discípulos: «¿ Quién es el mayor en el
paración con Marcos. Mateo recoge en el discurso dirigido a la comu reino de los cielos?». La discusión de los discípulos sobre el orden
nidad (18,6-9) las serias advertencias, realzadas ya vigorosamente por jerárquico entre ellos (Me 9,33s) se sitúa dentro de una perspectiva
Marcos (9,43-48) contra las seducciones morales. Pero en el Evange más amplia. Se habla de la entrada en el reino de Dios, el cual, se
lio de Mateo es donde más extensamente se expone que Jesús es el gún Mateo, comienza ya de manera incipiente en la Iglesia'", Pero,
Señor que vela sobre la comunidad y que ha de pedirle cuentas. En para llegar a ser el mayor, hay que ser pequeño como un niño; el
el Evangelio de Mateo predomina la función judicial de Jesús, que que recibe a un niño de ésos o a un «pequeñuelo», probablemente
es el Hijo del hombre (cf. 24,50s; 25,lls.41-45). Esta acentuación se a un discípulo que se humilla a sí mismo, recibe al mismo Jesús
halla relacionada con la situación de la comunidad mateica, que en (18,5). Por tanto, Jesús -para la comunidad- se halla presente en
muchas cosas es todavía insuficiente y decepcionante; pero influye los niños o en los pequeñuelos; de ahí también la advertencia de
también en la imagen de Jesucristo. Mateo no vacila en amenazar con que hay que guardarse muy bien de dar escándalo (de incitar a la
13,42.50; 22,13; 24,51; 25,30). ¿No desaparece con ello la misericordia Id., Hausordnung Gottes. Eine Auslegung von Matthaus 18 (Düsseldorf 1960);
de Dios, proclamada por Jesús? Pero a los miembros de la comunidad W. Pesch, Die sogenannte Gemeindeordnung in Mt 18: BZ NF 7 (1963) 220-235;
Id., Matthdus der Seelsorger. Das neue Verstandnis der Evangelien dargestellt am
que hayan dado buena cuenta de sí, se les presenta también en pers
Beispiel von Matthaus 18, SBS 2 (Stuttgart 1966); E. Schweizer, Matthaus und sei
pectiva la recompensa, el banquete festivo con Jesús, la vida eterna
ne Gemeinde, SBS 71 (Stuttgart 1974) 106-115; l. Maisch, Christsein in Gemen
(19,29; 24,31; 25,10.21.23.34). schaft (Mt 18), en: L. Oberlinner y P. Fiedler (dirs.), Salz der Erde- Licht der
La continuada acción de Jesús en la comunidad es un tema Welt, FS A. Vogtle (Stuttgart 1991) 239-266.
que se expresa con muchísimo relieve en el discurso sobre la co- 50. Cf. R. Schnackenburg, Gro/3 sein im Gottesreich. Zu Mt 18,1-5, en:
suchungen zur Theologie des Evangeliums nach Matthiius, BU 11 (Ratisbona 1974) Sobre la relación Basileía-lglesia véase además 'Irillíng, Das wahre Israel, 143-163;
194-205; Luz, El Evangelio según San Mateo I, 315-317; Davies-Allison, Matthew A. Kretzer, Die Herrschaft der Himmel und die Sohne des Reiches, SBM 10 (Würz
144 145
apostasía de la fe) a uno de esos pequeñuelos «que creen en mí». tado, de que él estará con ellos todos los días hasta el final de este
Las sentencias que hablan del respeto a los pequeños y de que hay mundo (28,20). Jesucristo sigue actuando en favor de su comunidad,
que salvar a los extraviados (vv. 10-14), se hallan también dentro y lo sigue haciendo en ella y con ella.
de esta perspectiva. Jesús no quiere que «ninguno de esos peque La Iglesia, según Mateo, se hace cargo de la herencia de Israel,
ños» se pierda (v. 14). Pero luego la mirada se dirige a los herma el antiguo pueblo de Dios. La comunidad de los discípulos adquie
nos (y hermanas) que hay en la comunidad creyente. La comuni re los perfiles del que había sido hasta ahora el pueblo de Dios.
dad debe acoger al hermano pecador y tiene la autoridad para Recibe títulos de honor que hasta ahora reclamaba Israel para sí:
expulsar de su seno a los que no quieran arrepentirse. Detrás de la ella es la sal de la tierra, la ciudad sobre la colina, la luz del mundo
toridad de que dispone el Resucitado51. Jesucristo, lo mismo que se metáforas que, al menos en cuanto a la «sal» y a la «luz», se habían
la confirió a Pedro (16,19), ha conferido también a la Iglesia, edifi empleado para designar la posición de excelencia de Israel. El en
cada sobre la roca de Pedro, la facultad de decidir sobre el destino fático «vosotros sois» confiere ahora esos predicados de distinción
salvífico de los creyentes. Pero Jesús, como el Señor de la comuni a la comunidad de los discípulos de Cristo y, al mismo tiempo, re
dad, insta más bien al perdón de la culpa, como lo sugiere la ex chaza polémicamente las pretensiones de Israel. A los discípulos
hortación al perdón fraterno en 18,21-35. De todos modos, en estos perseguidos (cf. 5,lls) se les muestra su dignidad, y se les hace ver
versículos cortados a la medida de la situación actual de la comuni que son «sazón» para la vida del mundo y que tienen poder para
dad, se reconoce toda la autoridad de Cristo ejerciéndola en la co iluminar a todos los hombres, pero al mismo tiempo se les hace
munidad y a través de la comunidad. comprender la responsabilidad que tienen de hacer buenas obras.
La presencia de Cristo en la comunidad se ilumina, ademas, con La visión positiva que considera a la Iglesia como el «verdadero Is
unas palabras que aparecen exclusivamente en Mateo. En primer lugar rael»53, exige de ella una forma de acción que se sienta obligada por
se asegura que si dos miembros de la comunidad se ponen de acuer los mandamientos de Cristo. Las buenas obras deben ser vistas
do para orar pidiendo algo en común, el Padre celestial les concede por los hombres y deben contribuir así a la alabanza del Padre ce
rá lo que pidan (v. 19). Y después se indica la razón: «Porque donde lestial (5,16). Señala en la misma dirección una sentencia creada
estén dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» por Mateo que está dirigida contra los judíos dirigentes que recha
(v. 20). El punto culminante de toda la cadena de sentencias presen zan al último Profeta enviado por Dios, al «Hijo amado»: «Os
ta a Jesús como el Señor que intelectual y espiritualmente se encuen digo: Se os quitará el reino de Dios y se entregará a un pueblo que
tra en medio de ellos. Él es quien hace que el Padre celestial escu dé a su tiempo los frutos que al reino corresponden» (21,43). Jesús
che las oraciones. Él es quien une entre sí, protege y fortalece a los reconoce que hasta entonces el reinado de Dios se había instaura
hermanos que se hallan congregados en su Espíritu. Las palabras «en do sobre Israel; pero ahora se les va a quitar por el fallo que han
tituyen la seguridad concreta, ofrecida por las palabras del Resuci- 52. Cf. J. Soucek, Salz der Erde und Licht der Welt ThZ 19 (1963) 169-179;
M. Kramer, Ihr seid das Salz der Erde. .. ihr seid das Licht der Welt MThZ 28 {1977)
133-157; R. Schnackenburg, «Ihr seid das Salz der Erde, das Licht der Welt», en:
51. Cf. R. Schnackenburg, Das Vollmachtswort vom Binden und Losen, tra Id., Schriften zum Neuen Testament (Munich 1971) 177-200.
ditionsgeschichtlich gesehen, en: P.-G. Müller - W. Stenger (dirs.), Kontinuitiit und 53. Cf. Trilling, Das Wahre Israel, especialmente 141s, 212-214. Con mayor
Einheit, FS F. MuBner (Friburgo-Basilea-Viena 1981) 141-157: A. Vogtle, Ekkle nitidez aún se estudia la nueva comunidad salvífica en su relación con el antiguo
siologische Auftragsworte des Auferstandenen, en: Id., Das Evangelium und die Israel en Frankemolle, Jahwe-Bund und Kirche Christi (nota 3), también en lo que
Evangelien, KBANT (Düsseldorf 1971) 243-252. respecta al carácter de la obligación que recae sobre la Iglesia de Cristo, cf. 257,307.
146 147
tenido sus dirigentes y se va a entregar a otro pueblo, pero sólo a lo cual Jesús la ha escogido. Cristo actúa en la Iglesia, pero no sólo
condición de que este pueblo produzca también los frutos que de como dispensador de dones. Al final de la interpretación ofrecida en
En la explicación de la parábola de la cizaña entre el trigo (13,36- «¡El que tenga oídos, que oiga!». Es una dura perspectiva para todos
pone que el Cristo constituido en su poder sigue actuando. El Hijo del despeja también la mirada para ver la salvación de los justos, que res
hombre, que en Mateo es «el Señor del juicio que, por medio de la plandecerán como el sol en el reino consumado de Dios, en el reino
tiempos (Me 13) lo ha completado Mateo con tres parábolas que ilu
ción. Del «reino del Hijo del hombre» se eliminarán las cosas escan
diez jóvenes (25,1-13), que Mateo toma de una tradición especial. Esta
La Iglesia es el ámbito especial de la actividad de Cristo, pero no el
última parábola es tanto una advertencia como una promesa: las jóve
lugar exclusivo en que se consigue la salvación. La Iglesia no tiene
nes que no estaban preparadas quedan excluidas; mientras que las que
garantía de que sus miembros vayan a ser salvados. En el juicio uni
estaban preparadas entran juntamente con el esposo en la sala de
versal, personas que no conocieron al Hijo del hombre se contarán
bodas. La perspectiva de la parusía es una exhortación para la Iglesia
también entre los elegidos y salvos (25,37-40). Por eso, la Iglesia no
que tiene aún que dar buena cuenta de sí. El elemento impulsor, en
ocupa ningún puesto preferente entre los hombres; lo único que impor
todo ello, no es la expectación inmediata de la parusía. El momento
ta es cumplir la voluntad de Dios y de Jesucristo, principalmente el
de la parusía se deja en suspenso en Mateo lo mismo que en Marcos
mandamiento del amor. Pero la Iglesia, que se halla bajo el señorío
(cf. 24,42.44.50; 25,13), pero se sitúa más bien en la lejanía (25,5.19).
de Cristo y recibe de él la promesa de que las «puertas del abismo»,
Mateo, lo mismo que Marcos, deja que subsista la tensión entre la
los poderes de la muerte, no la harán perrecer (16,18) y que disfruta
expectación de la cercanía y lo imprevisible del fin (Mt 24,34-36 par.
de la constante asistencia de Cristo (28,20), está llamada de manera
Me 13,30-32). Por eso, hacia el final de su discurso sobre el fin de los
sumamente imperiosa a seguir el camino de Cristo, que conduce a tra
tiempos, Mateo incorpora la parábola de las sumas de dinero confia
vés de pruebas y sufrimientos. La Iglesia debe llegar a ser aquello para
das, que exhorta a obtener beneficios con las capacidades que Dios
54. Luz, Das Evangelium nach Matthaus 11, 339. sitúa al final la escena del juicio universal (25,31-46), que como nin
55. Cf. Strecker, Weg der Gerechtigkeit, 218s; J, Kingsbury, The Parables of
guna otra cosa recalca el llamamiento a practicar las obras del amor.
Jesus in Matthew 13 (Londres 1969) 97; A. Vogtle, Das christologische und ekkle
Para Mateo, Cristo sigue actuando en su Iglesia hasta su venida
siologische Anliegen von Mt 18,18-20, en: Id., Das Evangelium und die Evangelien
en gloria, sobre todo como llamamiento para que se haga realidad su
(nota 51) 253-272, aquí 261-271.
149
148
textos decisivos del bautismo, de la trasfiguración, del testimonio que
mensaje. Conforme a este objetivo concreto y práctico, que apremia
Jesús dio de sí mismo ante el Sanedrín, y de la confesión del centu
ba en vista de la situación existente de hecho en sus comunidades, y
rión. Tan sólo el de «Comienzo del Evangelio de Jesucristo, el Hijo de
conforme a sus cualidades personales como sobrio predicador de la
Dios» (Me 1,1) no aparece en Mateo, porque éste comienza su Evan
moral, Mateo dibuja a Cristo con vigorosas pinceladas como el Señor
gelio con la «genealogía» de Jesucristo y quiere narrar la historia de
del juicio, pero también como el Señor de la alianza que sigue estan
Jesús, Hijo de David e Hijo de Abrahán. Pero muy pronto se ve que
do con su comunidad, como «Dios con nosotros», en quien se cum
Mateo, en esa historia de la infancia ( o «evangelio preliminar»), tie
plen las promesas y expectaciones de la antigua alianza.
ne bien presente al Hijo de Dios. El niño nacido de María (1,16b) fue
engendrado por el poder del Espíritu Santo (1,20), es decir, ese niño
con otras denominaciones cristologicas=, Se recogen y se retienen los Diccionario exegético del Nuevo Testamento (DENT) 11, 1834.
57. Kingsbury, Matthew, 45; cf. Id., The Title Son of David in Matthew's Cos
151
150
59•
proléptícamente la subida al monte de Galilea, en el cual el Resuci el Padre, que se realiza en el conocimiento óntico» Al «Hijo», por
tado declara ante los discípulos que tiene pleno poder y les ordena su relación con el Padre, se le contempla como Mediador de la reve
terminantemente que enseñen a las naciones todo lo que él les ha lación y de la salvación, y el Hijo adquiere así una significación sin-
encargado (28,18s). Mateo aclara y profundiza en la dignidad del Hijo . gularísima e insuperable para todos aquellos que no se confían a la
de Dios, que enseña, proclama y cura. A aquel que camina sobre las sabiduría de los hombres, sino que aceptan con fe la revelación que
aguas y que salva de su situación apurada a Pedro que titubea, se le viene de Dios y que se halla manifestada y garantizada en Cristo (cf.
tributa la confesión de los discípulos en la barca (y de la futura comu 11,25). En esta sentencia se dilucida la cercanía de Jesús con respec
nidad): «Verdaderamente eres Hijo de Dios» (14,33). La confesión de tos a Dios Padre, la unidad de función con él, el efecto que esto tie
Pedro, que reconoce a Jesús como el Mesías, se interpreta como la ple ne sobre los que creen en Cristo. No se añade entonces casualmente
na confesión de que Jesús es el «Hijo del Dios vivo» (16,16), tal como el «llamamiento del Salvador», por el que Jesús invita a cargar con su
la entiende la Iglesia pospascual. El Jesús terreno, reconocido ya por yugo y aceptar sus enseñanzas ( «aprender» de él), a fin de encontrar
los demonios como «Hijo de Dios» (8,9 según Me 5,7), se halla en cer así descanso para el alma, la verdadera y permanente felicidad (11,28-
expresión en el «clamor de júbilo» de Jesús, procedente de la fuente «Hijo de Dios» que se contempla, sí, en su majestad y unión con Dios,
los pequeños, dice así: «Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie La respuesta de Jesús al sumo sacerdote (26,63) está formulada de
61•
manera más reservada que en Marcos ( «Tú lo has dicho» ) Tal vez
conoce al Hijo sino el Padre, y al Padre no le conoce más que el Hijo
esto se halle relacionado con el hecho de que a Jesús, al pie de la cruz,
y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Este logion, que se halla
se le ultraja llamándole «Hijo de Dios». Los burlones dicen al pie de la
próximo a la cristología joánica (cf. Jn 10,14s), contiene dos enun
cruz: «¡Sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios!» (27,40). Desafían a Je
ciados esenciales acerca del «Hijo»: todo le fue entregado a él por el
sús con las mismas palabras que dijo el diablo en el desierto. De nuevo
Padre, y existe un conocimiento mutuo entre el Padre y el Hijo, el cual
se burlan los que por allí pasan: «Ha puesto su confianza en Dios; que
hace posible al Hijo trasmitir el conocimiento del Padre «a quien él
lo libre ahora, si es que lo quiere» (cita del Sal 22,9), y el ultraje se fun
quiera revelárselo». Lo que fue entregado al Hijo puede referirse a la
damenta con estas palabras: «Ya que decía: "Soy Hijo de Dios"»
plena autoridad del Resucitado sobre el cielo y la tierra (cf. 28,18) o
(27,43). Los burlones se atienen a la pregunta hecha por el sumo sacer
a la plena autoridad para trasmitir el conocimiento del Padre". Ambas
dote y quieren llevarla ad absurdum. El Justo sufriente soporta la bur-
cosas, la plena autoridad para la revelación, que seguramente ocupa
divina (cf. Jn 17,2), pueden hallarse asociadas entre sí en estas pala 59. Luz, Das Evangelium nach Matthaus 11, 212. El autor se vuelve contra la
bras de colorido sapiencial. El conocimiento mutuo entre el Padre y interpretación según la cual el Padre ha elegido al Hijo y los hombres tienen que
reconocer al Hijo.
el Hijo es una intimidad de amor, un conocimiento que llega hasta
60. Cf. C. Deutsch, Hidden Wisdom and the Easy Yoke, JStNT S 18 {Sheffield
una intuición óntica. Mt 11,27 «describe (entonces) la unio Jesu con
1987); M. J. Suggs, Wisdom, Christology and Law in Matthew's Gospel (Cambrid
153
152
62•
blos gentiles Detrás de esta figura se halla el Hijo de Dios, como se
la y demuestra así precisamente que es el Hijo de Dios. Nadie, ni el
ve claramente por las siguientes observaciones:
sumo sacerdote ni los burlones al pie de la cruz, es capaz de arrancarle
de la unión con Dios ( cf. Sab 2,16-18; 5,4s ). El último clamor de Jesús
l. El «Amado» percibe la voz que habla en el bautismo, y en la que
antes de expirar es en Mateo un segundo grito después de la oración de
expresamente se le llama «mi Hijo». El Siervo de Dios no es otro
Jesús en la que se lamenta de su abandono por Dios (27,50: p/alin).
que el «Hijo de Dios» en quien Dios se ha complacido.
Con más claridad que en Marcos se señala así la muerte de Jesús como
2. Él es el portador del Espíritu, el que en el Espíritu de Dios ex
un acto majestuoso de expirar, que se realiza con plena confianza en
pulsa demonios (12,28) y de este modo hace que el reinado de Dios
Dios. Así lo corroboran los sucesos especiales que se producen des
haga sentir su eficacia en el mundo. Él es el Ungido, a quien Dios ha
pués de la muerte de Jesús: el desgarramiento de la cortina del templo,
escogido para que cure las heridas de la humanidad. Esta imagen se
el terremoto, el que las piedras se resquebrajen y se abran los sepul
halla próxima a la del Hijo de Dios, sobre el que desciende el Espíri
cros y la confesión del centurión y de los soldados que montaban la
tu de Dios (3,16).
guardia (27,51-54). Frente a la burla por la impotencia de Jesús, se ma
3. A pesar de su acción salvífica, o precisamente por ella, Jesús
nifiesta de este modo la autoridad del Hijo de Dios, su poder que se re
sigue siendo el poderoso que anuncia a las naciones el justo juicio
vela en la muerte. Las señales cósmicas van más allá de las descritas
de Dios. Jesús, que viene en poder, es el Hijo del hombre (16,28; 19,28;
por Marcos. Jesús está camino de su reinado sobre el mundo y de su ac
24,30; 2 5 , 3 1 , etc.) que se identifica con el Hijo de Dios ( 1 6 , 1 3 . 1 6 ;
ción de consumar el mundo. Así se confirma con la grandiosa escena
26,63.64). Su autoridad viene del cielo, viene de Dios (cf. 21,23-27).
final (28,16-20). El envío de los discípulos a todas las naciones implica
Toda la incredulidad y todas las burlas que se le dirigen como a Hijo
a la Iglesia en el acontecer del mundo. El encargo salvífica que ella re
de Dios (27,40.43) se desmoronan a causa de Dios, que después de
cibe se convierte en suceso visible mediante la acción de bautizar en el
la muerte del Crucificado muestra ante el mundo que esta persona
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, un suceso del
precisamente es su Hijo (27,50-54). El Hijo de Dios, según Mateo, reú
que forma parte la misión del Hijo y del Espíritu Santo. El «Hijo»
ne en sí la imagen del Auxiliador y Salvador misericordioso -una
hace sentir su autoridad salvífica en el bautismo cristiano.
imagen de humildad- con la imagen de quien actúa poderosamen
Es peculiar la estimación de Jesús como el «Siervo» de Dios, una
te y viene con el poder de Dios y avergüenza y doblega a los enemi
estimación que no sólo se expresa en la escena del bautismo sino tam
gos -una imagen de majestad- . La oración de quien está colgado
bién en dos citas del Antiguo Testamento, presentadas por Mateo con
de la cruz (27,46) es escuchada, su clamor no suena sin ser oído (27,49).
mucho relieve. La primera cita, en 8,17, está relacionada con las cura
El drama de Jesús, el Hijo de Dios, a quien los enemigos dan muer
ciones que Jesús hace de enfermos, curaciones que en los sumarios se
te, da un giro decisivo y se convierte en el triunfo sobre esos enemi
extienden mucho más allá de lo que se dice explícitamente en el Evan
gos gracias a la intervención de Dios (cf. 21,33-44).
gelio (4,23s; 8 , 1 7 ; 9,35; 12,15; 14,34-36; 15,29-31). El Hijo del hom
bre toma sobre sí los sufrimientos de los hombres, «carga con ellos»
Hay que tener en cuenta otra cosa más. El drama de la salvación,
y los elimina. También la segunda cita, extensa, en 12,18-21, que una
que se realiza en el Gólgota, tiene su cumplimiento en la Iglesia, en el
versión targumizada presenta a Jesús como el Siervo o el Hijo (natc;)
pueblo de Dios: ese pueblo constituido por la muerte de Jesús, al que
amado, sobre el que se ha derramado el don del Espíritu Santo, se
no obstante, los fariseos se escandalizan (12,14). Jesús se apiada de los 62. Cf. R. Schnackenburg, «Siehe da mein Knecht... » (nota 17) 203-222. Véa
enfermos y de los abatidos; pero precisamente de esta manera él hace se además J. H. Neurey, The Thematic Use of Isaiah 42,1-4 (nota 37) (asocia la cita
155
154
es dado ahora el remado de Dios (21,43). El Hijo de Dios se convierte anuncia tan sólo una vez que el Hijo del hombre se avergonzará tam
para los que en él creen en el «Dios con nosotros», que se halla presen bién de él (8,38), esta amenaza se halla en Mateo detrás de muchas
te en medio de ellos (18,20) y los protegerá y dirigirá hasta el fin del palabras'".
para el Hijo de Dios, que vive en comunión sumamente íntima con el En segundo lugar, en Mateo se contempla más intensamente la
Padre y que continúa la obra de Dios. Él es quien, por su palabra y sus actividad terrena del Hijo del hombre, a la luz de los logia de Q. El
sacramentos, se halla muy cerca de la comunidad. Él es su único Maes Hijo del hombre suscita escándalo por su manera de vivir; le tildan de
tro (23,8), y continúa también en ella su actividad salvífica, si tomamos comilón y bebedor, le acusan de tener trato con publicanos y rameras
en serio lo que trasparentan las historias de curación. (11,19). Jesús desanima a un escriba con aquellas palabras: «Las zorras
tienen madrigueras y los pájaros del cielo nidos; pero el Hijo del hom
65.
bre no tiene donde reclinar su cabeza» (8,20) Y, sin embargo, él tie
b) El Hijo del hombre
ne autoridad para perdonar pecados en la tierra (9,6) y es el Señor del
El título de «Hijo del hombre» lo tomó Mateo del Evangelio de sábado (12,8). La imagen del Humilde, que ha venido únicamente para
Marcos y también de la fuente de logia, y en parte lo introdujo él mis servir y para entregar su vida (20,28), se asocia con la de Aquel que
mo, sobre todo en textos escatológicos (13,41; 19,28; 24,30; 25,31). ya en la tierra desvela su autoridad divina. Él es el Hijo del hombre
Lo que llama la atención, en primer lugar, en comparación con el pero que al final arrancará de raíz y castigará a los que sean única
Evangelio de Marcos es el énfasis que se da a la futura manifestación mente cizaña (13,40-42). La vida terrena del Hijo del hombre se orde
del Hijo del hombre, a la parusía, y al juicio sobre la Iglesia y el mun na hacia la recolección que habrá al final.
tancia que se da al segundo grupo de textos del Hijo del hombre, a En tercer lugar, Mateo extiende a la comunidad la actividad judi
la pasión, muerte y resurrección de Jesús, que son un decreto incom cial del Hijo del hombre. La Iglesia está expuesta también a la sepa
prensible de Dios, vemos que en Mateo se añaden unos diez pasajes ración entre buenos y malos. Así aparece claramente en la descrip
en los que la manifestación majestuosa del Hijo del hombre domina ción del juicio universal en 25,31-46, pero también en otros pasajes.
63•
l� mirada Esto tiene repercusiones sobre la imagen de Jesucristo. A quienes recurren a sus actos taumatúrgicos y a sus profecías pero
El no es sólo el que en lo oculto realiza sus curaciones milagrosas, sino no han producido los frutos correspondientes, les dice el Señor del jui-
fin «vendrá sobre esta generación» (cf. 12,45; 23,36; 24,34; 25,32s). do a las secciones un tanto extensas que se hallan en los fragmentos finales; esta
Puesto que es una generación malvada, incrédula y corrompida (16,4; intención la lleva él a cabo preferentemente con ayuda de palabras del Hijo del
hombre».
17,17), no podrá subsistir en el juicio (12,41s). Y, así, el discurso sobre
65. La interpretación es discutida. El escriba no es un discípulo como el otro
el fin de los tiempos se presenta más intensamente como un juicio divi
discípulo que quiere seguir a Jesús (8,21s). La palabra de la falta de hogar del Hijo
no amenazador (cf. 24,27s.30.37-39.48-51; 25,30). Mientras que, en
del hombre debe afectarle a él y a la comunidad. Cf J. D. Kingsbury, On Following
Marcos, a aquel que se avergüence de Jesús y de sus palabras se le Jesus: The «Eager» Scribe and the «Reluctant» Disciple (Matthew 8,18-22): NTS 34
{1988) 45-59 (56s: «Jesús le despide rotundamente», porque pretende ser discípulo
63. 10,23; 12,32; 13,41; 16,27(28); 24,27.30.37.39.44; 25,31. sin haber sido llamado).
156 157
todas las naciones. Como Resucitado, el Hijo del hombre alcanza la
cio: «¡Apartaos de mí, vosotros que practicáis la maldad!» (7,21-23).
meta _de su camino y llega a ser finalmente el Juez del universo (25,31-
A uno que no lleva traje de boda, se le arroja a las tinieblas de afue
33 ). El es el Cristo cósmico de la parusía (24,29-31).
ra ( 2 2 , 1 1 - 1 3 ) . Habrá que pensar que se hace referencia también a
Si echamos una mirada de conjunto al camino del Hijo del hom
miembros de la Iglesia en las figuras del mal administrador (24,48-51),
bre tal como lo describe Mateo, veremos que en él se contiene todo
de las jóvenes necias (25,8-12), del que entierra su talento (25,24-30),
lo que caracteriza al Cristo que actúa en la tierra, que camina a tra
según la advertencia dirigida a la comunidad. El Hijo del hombre, que
vés del sufrimiento y los oprobios, al Cristo resucitado, exaltado y que
reúne de los cuatro puntos cardinales a sus elegidos (24,31), sólo admi
viene para celebrar el juicio. Es un dibujo de Jesucristo, diseñado des
te en el reino de su Padre a los que han dado buena cuenta de sí y son
de la perspectiva de la teología de la historia, un dibujo «horizontal»
justos (13,43). Con esto el Hijo del hombre adquiere particular impor
en cierto modo, que conduce del tiempo a la eternidad, mientras que
tancia para su comunidad, a la que él constantemente estimula, exhor
el «Hijo de Dios» es el título que aparece en una confesión de fe, el
ta y acompaña por el camino que conduce al reino del Padre. En todos
68•
título que lleva inherente un elemento «vertical» Pero ambos títu
los textos del Hijo del hombre se observa la orientación eclesial=,
los se hallan estrechamente relacionados (26,63). El misterio del Hijo
hacia las naciones, sustentada por la presencia del «Dios con noso
tros» marcha hacia la consumación del eón, adquiere dimensiones uni c) El Hijo de David
versales. Se sobrepasa la misión del Hijo del hombre a las «ovejas per
El título de «Hijo de David» se limita a la actividad de Jesús en el
didas de la casa de Israel» y se convierte en una misión encaminada a
69•
pueblo de Israel, pero ocupa en ella un lugar destacado Por de pron
67. Opinión sostenida decididamente por J. Lange, Das Erscheinen des Aufers
68. Así, Luz, Das Evangelium nach Matthaus ll, 502; de otra manera carac
tandenen im Evangelium nach Matthiius, FzB 11 (Würzburg 1975) 179-237. La crí
teriza Kingsbury, Matthew 113-122, la diferencia entre ambos títulos: «Hijo de
tica de la interpretación referida al Hijo del hombre puede verse en A. Vogtle,
gelium, en: ZNW 59 (1968) 57-81; C. Burger, Jesus als Davidssohn, FRLANT 98
'Son of David' in Matthew's Gospel: JBL 95 (1976) 591-602; D . C. D uling, The The
entre otros, Frankémolle, Jahwe-Bund, 66s; A. Sand, Das Evangelium nach Matthiius
rapeutic Son of David: An Element in Matthew's Christological Apologetic, en :
(Ratisbona 1986) 598-602; Gnilka, Das Mauhausevangelium 11, 507s; Luz, Das
NTS 2 4 (1977/1978) 392-410; W. R. G. Loader , Son of David, Blindness, Posses
Evangelium nach Mattháus 11, 501: «Por tanto, Mateo conoce también al Hijo del
sion and Duality in Matthew, en : CBQ 44 (1982) 570-585 ; Luz, Das Evangelium
hombre que ha sido exaltado: no sólo habla de él en las palabras tradicionales
1 59
158
la ceguera de los fariseos, lo mismo que en otras ocasiones ( 1 5 , 1 4 ;
gico, se orientan hacia David ( 1 , 1 7 ) ; pero en la línea de las genera
23,16-26) se fustiga su ceguera.
ciones Jesús no se integra por una procreación natural, sino al ser adop
La curación tiene un sentido simbólico: el Hijo de David libera
tado por José (1,16.20), una adopción que le convierte en el Hijo legal
de la ceguera física y mental; los adversarios son cautivos de su pro
de David, sin que esto sea obstáculo para que Jesús tenga su origen
en Dios (1,18.20.23). De esta manera Jesús es incorporado al pueblo pia incomprensión y sólo pronuncian palabras absurdas. También el
da constancia en todo el Evangelio de Mateo. Él es el Rey salvífico, cándole como Hijo de David, es para Mateo una historia de curación
a los dirigentes (21,46). _ co y el Libertador descendiente de la estirpe de David (cf. SalSI 17,5.23-
25), los confronta Jesús con el Sal 110,1, donde David llama «Señor»
Lo más sorprendente es la asociación del título de Hijo de David
a su Hijo (22,41-46). Jesús es más que el Hijo de David; él es, en la
con las curaciones de enfermos, especialmente con las curaciones de
comprensión de Mateo, el Hijo de Dios 72. Con ello se restringe el sig
ciegos 7°. De la tradición premateica procede aquel clamor de los cie
nificado del título de «Hijo de David» para la comunidad cristiana.
gos de Jericó que pedían a gritos: «¡Señor, apiádate de nosotros, oh
Jesús es el Hijo de David que se manifiesta en Israel; él cumple las
Hijo de David!» (20,30.31). En Mateo se trata de dos ciegos, y en otro
esperanzas de salvación, especialmente en las curaciones; pero Jesús
pasaje distinto Mateo refiere el mismo clamor de dos ciegos que
no puede encerrarse en el estrecho marco de una expectación judía.
piden a gritos su curación (9,27-30). En la serie de los hechos del Mesí
En la secuencia del título de Hijo de David se perfila el camino que
as ( capítulos 8-9) Mateo no quiere omitir la curación de ciegos. En
va del Mesías judío al Hijo cristiano de Dios. El diálogo sobre el Hijo de
12,22s narra la curación de un poseso, que era ciego y mudo, y preci
David es el punto final de la perspectiva histórico-salvífica, que des
samente inmediatamente después reacciona la gente preguntándose
de el horizonte judío desemboca en el horizonte cristiano (cf. 1, 2). De
si Jesús es el Hijo de David. Esto se efectúa en confrontación con
todos modos, Mateo, por su origen judeocristiano, se aferra al título
los fariseos, que calumnian a Jesús diciendo que está poseído por Bel
72. Así Suhl en: ZNW 59 {1968) 57-61; de igual modo algunos comentarios
70. A propósito, véase especialmente Duling, también Loader (nota ante
recientes.
rior).
161
160
de «Hijo de David» y lo utiliza como punto de partida para designar Para la Iglesia primitiva, este Mesías que actuaba entre los ju
al Mesías cristiano. díos era «Aquel que había de venir», Aquel que se acredita por sus
actos. Juan el Bautista oye hablar de los «actos del Cristov", y Jesús,
Si el Hijo de Dios, el Hijo del hombre y el Hijo de David son las pre él y su predicación de la salvación (11,2-4). Nuevamente surge la ima
dicaciones cristológicas más destacadas en el Evangelio de Mateo, ha gen del Médico que se apiada y del Proclamador de la salud. En este
brá que preguntarse en qué relación se encuentran con ellas otros predi dibujo que hace de Jesucristo, Mateo permanece fiel a sí mismo, tam
cados como Mesías ( Christos ), Rey de los judíos (2,2; 27,11.29 ,37) o Rey bién en la cuestión acerca del Mesías. Teniendo en perspectiva el tiem
de Israel (27,42) y Kyrios. El «Ungido» ( Christos) es para Mateo la de po después de Pascua, en el cual Cristo sigue actuando entre los cre
yentes (cf. 18,6: «Los pequeños que creen en mí»), Mateo dirige
nominación sintetizadora, marcada por la tradición cristiana primitiva,
del Salvador oriundo de Israel y que recorre su camino a través de la también su atención a los que pretenden falsamente ser el Mesías y
cruz y de la resurrección. «Jesucristo» ( «Jesús el Cristo») se convirtió en que usurpan la autoridad de Jesús (24,5). El Cristo de la parusía se
el término fijo para designar a la figura singularísima de Jesús de Naza anuncia por la aparición de tales pseudocristos y pseudoprofetas
sías esperado, aunque en un sentido que sobrepasa todas las expectacio cristiana pospascual. El concepto de «el Cristo» o «el Ungido» se ha
David», él es el Rey del tiempo de la salvación (2,2.4), pero que no rei En la frecuente denominación de Jesús como el «Señor», habrá
de Jesús de ser Señor, sino el saber si Jesús puede ser el Hijo de David
Para Mateo el Mesías es más que el Soberano escatológico esperado por
según la concepción judía, siendo así que David le llama su Señor.
los judíos; es el Hijo del Dios vivo (16,16), el Exaltado a la diestra de
Dios mismo, el Señor, ha colocado a su diestra al Hijo de David y con
Dios (22,44), el Hijo del hombre que ha de venir sobre las nubes del cie
ello le ha concedido un rango singularísimo. Según la interpretación
lo (26,64). De este modo se sitúa al Mesías a la luz del Hijo de Dios y del
cristiana primitiva del Sal 1 1 0 , 1 , se expresa de esta manera la resu
Hijo del hombre. Él es una acomodación a las ideas judías y obtiene en
rrección y la exaltación de Jesús y, en último término, su condición de
la confesión cristiana de fe una nueva relevancia. El autor judeocristia
ser el Hijo de Dios o su posición como el Hijo del hombre (Me 14,62
no le hace entrar plenamente en el horizonte del cristianismo primitivo.
163
162
par.; cf. Act 2,32-35; Col 3,1; Ef 1,20; Heb 1,13; 8,1, y passim). H. Geist Mateo. Los títulos de «Mesías» y «Rey» se sitúan en el horizonte judío·
considera como no significativa la predicación de Kúpw� en el Evan para acentuar el cumplimiento de la esperanza de Israel y la supera
gelio de Mateo, a diferencia del uso del vocativo K ú p i e , y contradice ción de esa esperanza en Jesucristo. A lo sumo, la invocación de
así a la opinión de G. Bornkamm de que el título y la invocación de «Señor» marca un nuevo acento, que señala la autoridad descollante
Jesús como el Kúptog tienen el carácter de nombre de majestad divi del Hijo de Dios o la plena potestad del Hijo del hombre y que pre
na 76. Desde luego, habría que reflexionar también sobre el uso de senta ante los ojos de la Iglesia a ese Señor como su Señor (24,42:
24,37.39.44; 25,31). Apenas se observa nada de una locución predica 2. EL QUE CUMPLE LAS PREDICCIONES Y PROMESAS
gelio de Mateo, un vocativo que debe entenderse como interpelación Puesto que Mateo parte de un punto de vista judeocristiano y des
dirigida al Hijo del hombre. En algunos lugares, el vocativo K ú p r e está de él avanza hasta la perspectiva universal ampliada a los cristianos
asociado con el vocativo «Hijo de David» (9,27s; 15,22; 20,30s ), o apare gentiles (cf. I, 2), no nos sorprenderá que recoja profecías del Antiguo
ce una proximidad con respecto al título de Hijo del hombre (7 ,2ls; Testamento y las sitúe en la perspectiva cristiana pospascual. Mateo
25,11.20.22.24) o al del Hijo de Dios (8,25; 14,28.30, cf 33). Cuando los hace abundante uso de los pasajes bíblicos del Antiguo Testamento,
discípulos -no raras veces- se dirigen a Jesús llamándole «Señor», mucho más que Marcos 78• Todo el Evangelio de Mateo está impregna
habrá que ver en ello una expresión de respeto ante la majestad y la Di do de citas y alusiones a textos del Antiguo Testamento; por decirlo
vinidad de Jesús (8,21.25; 14,28.30; 17,4; 18,21), pero habrá que conside así, está saturado de la palabra de Dios que se encuentra en la Sagrada
rarlo también como el eco de la confesión de fe de la comunidad, influi Escritura, y se halla empapado plenamente de esa agua viva y vivifi
da ya quizás helenísticamente. El Kúpw� es el Señor de la comunidad cante. El que quiera ver en su conjunto esa abundante corriente, no
(cf. también 13,27; 25,37.44), el cual le impone exigencias (18,21), pero sólo tendrá que fijarse en las citas formales de la Escritura sino que de
también la fortalece en sus necesidades y tentaciones (8,25). Así que berá tener en cuenta también las numerosas alusiones, visibles en los
mediante el vocativo Kúpie se confirman en primer lugar los rasgos textos, que desvelan un trasfondo de imágenes y dicciones bíblicas 79•
que descubríamos ya en el título de «Hijo de Dios» y en el de «Hijo del Como sucedía ya en Marcos, el lenguaje bíblico empapa toda la expo
hombre»: la majestad de Jesús, su presencia viva, su asistencia hasta sición evangélica; pero en Mateo se siente mucho más. Son numerosas
el fin de los días. Desde luego, en la gran escena final no aparece la ex las cosas que Mateo toma ya de la tradición; pero acrecienta ese fondo
presión «Señor»; pero esta perspectiva de las cosas se confirma por me
dio del gesto de caer de rodillas y de adorar (28,17: npooxustv], que en 78. De una manera puramente externa, en la edición The Greek New Tes
todo el Evangelio de Mateo expresa una dignidad divina77. tament, de Nestlé-Aland, pueden verse resaltados en negrita unos 72 pasajes del
En general, los títulos de «Mesías», «Rey» y «Señor» no apor Evangelio de Mateo en los que hay citas y alusiones a textos del Antiguo Testa
mento (en Marcos los pasajes son 35). La mayoría de ellos corresponden al dis
tan muchas cosas nuevas a la imagen de Jesucristo en el Evangelio de
curso escatológico y a la pasión. Véanse las tablas en J. C. Hawkins, Horae Synop
2
ticae (Oxford 1968) 154-156. K. Stendahl, The School of St. Matthew (Upsala 1954)
76. Geist. Menschensohn (nota 66), 350-352. 47-142; R. H. Gundry, The Use of the Old Testament in St. Matthew's Gospel, NT.S
77. Cf. 2,2.11; 4,10; 8,2; 9,18; 14,33; 15,25; 20,20; 28,9; Cf. H. Greeven en: XVIII (Leiden 1967) 89-147.
ThWNT VI, 764s; J. M. Nützel, en Dic. exegético del Nuevo Testamento JI, 1200. 79. S. Gundry, Use of the O. T., 127-147.
164 165
que proporciona al evangelista una visión anticipada de la conversión
y lo refleja más intensamente. Los pasajes bíblicos que cita los ve cum
plidos en la vida, las obras y la suerte de Jesús, y los interpreta en con de los gentiles (8,11; 15,24-28; 24,14; 28,19). Con esto Mateo ve cum
obtiene un nuevo significado que supera al judaísmo, más aún, que 20). Después del Sermón de la Montaña (capítulos 5-7) y de las obras
pública de Jesús. Podemos considerar esto como un nuevo jalón (el ter
En primer lugar, Mateo destaca el origen y nacimiento de Je
cero) que, en la confrontación con los adversarios, descubre a la mira
sús, que prueban que es el Hijo de David y el «Dios con nosotros».
da la actividad callada y no obstante poderosa de Jesús. El misericor
El registro genealógico (1,1-17) culmina en el nacimiento de Jesús,
dioso Sanador de enfermos (12,17) no es reconocido, y su oculto poder
el Cristo, de María (1,16), un nacimiento que es obra de Dios por
salvífico, que se convierte en la esperanza para las naciones, no es vis-
medio del Espíritu Santo (1,18.20). En relación con esto se aduce
Miqueas 5,1-3 (2,6), y tres citas de cumplimiento se refieren a la él (3,10-12), ya que en la actividad terrena de Jesús no se hace visible nada de ello.
estancia en Egipto (2,15), al grito de dolor por la muerte de los ni La respuesta que -lo mismo que en la predicación de Jesús en Nazaret (Le 4,18s)-
ños de Belén (2,18) y al asentamiento en Nazaret (2,23). Para Ma remite a textos de lsaías, especialmente al anuncio de la salvación a los pobres,
parece ajustarse más bien a una reflexión de la comunidad. Por eso, no pocos espe
teo, la infancia de Jesús se halla atestiguada en sus rasgos impor
cialistas dudan de la historicidad de este episodio, et A. Vogtle, Wunder und Wort
tantes por la Sagrada Escritura.
in urchristlicher Glaubenswerbung (Mt 11,2-3 / Lk 7,18-23), en: Id., Das Evange
lium und die Evangelien (Düsseldorf 1971) 219-242; R. Pesch, Jesu ureigene Taten,
Un segundo factor clave se halla indicado por el comienzo de QD 52 (Friburgo-Basilea-Viena 1970) 36-44; A. George, Paro/es de Jésus sur les
la predicación de Jesús en Galilea. Precisamente esa región norteña, miracles (Mt 11,5.21; 12,27.28 et par.), en: J. Dupont (éd.), Jésus aux origines de
167
166
to. En el contexto oímos hablar de la decisión de los fariseos de dar nado por Dios). En todo ello Mateo se basa en la exposición hecha
muerte a Jesús (12,14), y de la calumnia esparcida por ellos de que Je por Marcos y, en parte, no hace más que intensificar y concretar las
sús expulsa los demonios por el poder de Belzebú, el príncipe de los citas bíblicas (el vino mezclado con hiel, 27,34; los ultrajes contra el
demonios ( 12,24 ). La cita de cumplimiento está adaptada a esta situa Hijo de Dios, 27,39.43) y el único elemento nuevo que introduce es la
c i ó n '" y presenta en el centro de la actividad de Jesús al Hijo de Dios, cita de cumplimiento acerca de las treinta monedas de plata (27,29s).
henchido por el Espíritu Santo (3,17), como el Señor y el Siervo de Cuando Mateo, en general, renuncia en la pasión a las citas de cum
Dios que trae eljuicio=. Va avanzando la separación entre los discípu plimiento, esto se debe a la tradición que él había encontrado ya pre
los de Jesús y los endurecidos adversarios, como lo atestigua también viamente y que se limita a recoger.
el hecho de que Jesús hable en parábolas (capítulo 13). La cita bíblica El cumplimiento de un último decreto divino se ve en la muerte,
acerca del endurecimiento, tomada de Is 6,9s (cf. Me 4,12), Mateo la sepultura y resurrección de Jesús. Lo que Jesús había predicho en
83•
ofrece también como cita específica de cumplimiento (13,14s ) los vaticinios de la pasión, a saber, que el Hijo del hombre iba a resu
Un cuarto giro lo representa la escena de Cesarea de Filipo, en la ficado, a quien se afrenta burlándose de que es «Hijo de Dios», demues
que Jesús revela a los discípulos su propio camino hacia el sufrimien tra ser el verdadero Hijo de Dios según la confesión del centurión y
to y la muerte (16,21). El camino hacia Jerusalén se describe con los de los soldados que con él montaban la guardia (27,54). Las mujeres
textos tradicionales acerca del Hijo del hombre (16,21; 17,22; 20,18s), que se hallan junto al sepulcro y a quienes se anuncia la resurrec
que fundamentan con esta profecía el decreto de Dios. Aquí Mateo ción del Crucificado, reciben el encargo de ir a Galilea (28,7.10). Se
renuncia a presentar sus propias citas de cumplimiento. Tan sólo con realza que Jesús había predicho la resurrección (28,6b) y el reencuentro
motivo de la 'entrada triunfal en Jerusalén, que se concibe como acción en Galilea (28,7c). Por tanto, junto al cumplimiento de la Escritura
pacífica del Hijo de David y Rey, encontramos de nuevo una cita de (26,31) aparece también el cumplimiento de las predicciones hechas
cumplimiento según Is 62,11; Zac 9,9 (21,4s). por Jesús. Aquel Jesús que va al sufrimiento y la muerte sabe muy bien
Un quinto complejo, que recurre a predicciones y cumplimientos con sus propias palabras. Éstas culminan en las palabras de autoridad
de la Escritura, se halla reunido en la historia de la pasión. Aquí se del Resucitado (28,16-20), que retienen e interpretan el acontecer del
dice ya con motivo del prendimiento de Jesús: «Todo esto ha ocurri cumplimiento que señala hacia el futuro de la Iglesia.
do para que se cumpla lo que escribieron los profetas» (26,56). En la Todo el camino de Jesús es una cadena de promesas cumplidas.
historia de la pasión, Mateo presenta alusiones a lo que se dice lite El principio fundamental de que la Escritura «tiene que cumplirse»
ralmente en la Escritura, como en 27,9s (las treinta monedas de pla (26,54.56) se confirma por medio de citas bíblicas en no pocos deta
ta), 27,34 (la bebida de vinagre), 27,35s (reparto de los vestidos), lles y en toda la línea. El verbo n>..r¡poüo0m, acentuado cristológica
27,39.43 (las afrentas) y 27,46 (la oración de quien se siente abando- mente, caracteriza al Evangelio de Mateo como libro de predicciones
81. Cf. J. H. Neyrey, Thematic Use (véase la nota 37). da en una trayectoria historicosalvífica que integra el acontecimien
82. Cf. Luz, Das Evangelium nach Matthaus 11, 250. to Cristo en la historia de Israel y que, además, pone de relieve que
83. Rothfuchs, Erfúllungszitate (nota 7), 23s, no cuenta Mt 13,14s entre las
todo lo que las Escrituras han anunciado debe contemplarse a una luz
citas de cumplimiento, por tener otra introducción verbal y por otras pecularida
nueva. Mateo escribe su Evangelio con la intención de que esto se vea
des (el texto se halla tomado enteramente de la LXX). Muchas veces se conside
así, como se confirma por las citas de cumplimiento.
ran estos versículos como una interpolación posterior a Mateo. En contra de
168 169
b) Las citas de cumplimiento utilización de la Escritura, hay una «escuela» de escribas cristianos
Las llamadas citas de cumplimiento, que se caracterizan por la ca87 o si las divergentes versiones del texto tienen su raíz en un am
fórmula introductoria «para que se cumpliera lo que se había dicho ... biente en el que se hablaba por igual en griego, arameo y hebreo
por medio del profeta» u otras expresiones por el estilo, han desper (Gundry). En consonancia con ello se define el sentido de las citas
tado la atención desde hace ya bastante tiempo". En sentido estric de cumplimiento. ¿Tienen una tendencia didáctica para la comuni
to, hay que tener en cuenta a este propósito los siguientes pasajes: dad cristiana, una situación vital (Sit: im Leben) litúrgica o intereses
1,22; 2,15.17.23; 4,14; 8,17; 12,17; 13,35; 21,4; 27,9. A ellos se añaden apologéticos frente al judaísmo?" Todos estos intereses entran en la
también otras expresiones en las que se habla del cumplimiento de cuenta, pero la tendencia principal debió de ser la cristológica. Escri
los escritos (de los profetas) (26,54.56) o se hace la siguiente refe bas judeocristianos habían reflexionado -antes ya de Mateo- so
rencia: «Pues así está escrito en el profeta» (2,5; cf. también 26,24.31 bre los pasajes bíblicos, y estos pasajes encontraron además, gracias
según Marcos )85. A causa de estas citas bíblicas introducidas por medio 89.
a Mateo, una orientación especial hacia la situación De este modo
de una fórmula (Formula-Quotations), se han planteado las siguien surgieron textos «targumizados», que, de manera parecida a como
tes preguntas: ¿La fórmula de introducción procede del evangelista, sucedió en Qumrán o entre los targumim, lograron una especial apli
o él la encontró ya previamente? ¿De dónde proceden esas citas bíbli cación para el uso cristiano.
cas que muestran diferentes relaciones con el texto masorético, con La intención cristológica aparece ya en la selección de las citas de
los targumim o con la Versión de los Setenta?86 cumplimiento, al menos en la historia de la infancia. Quieren mostrar
¿Cuál es el sentido de esos cumplimientos de la Escritura, que que el origen de Jesús se halla en Dios y hacernos ver su dignidad divi
permiten reconocer una reflexión sobre textos del Antiguo Testa na y mostrar el camino que él recorre pasando por Belén hasta llegar
mento (y que por esto se llaman también «citas de reflexión»)? La a Nazaret (2,6.23), pero que desde allí abarca todo el territorio judío
frase introductoria se atribuye casi siempre al evangelista, porque y, en parte también, el territorio de los gentiles (cf, 4, 1 4 - 16). Todo eso
sólo él era capaz de insertarla en el correspondiente contexto y por aconteció según el decreto divino y bajo la dirección de Dios, quien
que :7tArJPoüo0at es uno de los términos predilectos del evangelista. incluyó en sus planes la lamentación de Raquel por la suerte de sus
En cuanto al origen de las citas, algunos suponen que Mateo utilizó hijos ( 2 ,1 8) . La tendencia cristológica resalta con especial claridad en
una fuente, quizás una recopilación cristiana de testimonios; otros las dos citas orientadas hacia el Siervo de Dios (8 , 17 ; 12,17 - 21 ), que
atribuyen las divergencias textuales al evangelista, que modificó los contienen una sorprendente imagen de Cristo: el que actualmente
textos conforme a sus propias intenciones o los ajustó al correspon es el compasivo Sanador de enfermos y el que, por medio de su acti
diente contexto. No se puede decir con seguridad si, detrás de esta vidad callada y firme, hace que se produzca la victoria de Dios. La
Su propio excursus (185-195) trata también de problemas teológicos. Las citas 87. Cf. G. D. Kilpatrick, The Origins of the Gospel according to St. Matthew
85. Cf. Rothfuchs, Erfüllungszitate, 22, 31-33. 88. Cf. B. Lindars, New Testament Apologetic. The Doctrinal Significance of
86. Véanse las comparaciones precisas en Stendahl, School, 97-127; Gundry, the Old Testament Quotations (Londres 1961), passim, sobre las citas de cumpli
Use of the O. T., 89-107. En razón de las formas lingüísticas mixtas, Gundry abo miento, 259-265. «Las consideraciones apologéticas son un factor importante en
ga por un origen en Palestina, donde en aquel entonces se hacía uso del griego, todo ello» (259).
del arameo y del hebreo. 89. Cf. Luz, El Evangelio según San Mateo 1, 188s.
170 171
halla también detrás de 13,35. Jesús anuncia lo que había estado ocul
palabras finales, que están tomadas de la exclamación de los pere
to desde la creación; él es quien revela al entendimiento humano los
grinos en el Sal 118,26, deben entenderse seguramente como una ame
decretos encubiertos de Dios. Es una sintetizadora sentencia final
naza contra Israel, cuya casa quedará «desierta-'". En 27,25 hay unas
de la predicación en parábolas: una predicación que sólo es com
palabras que comprometen gravemente el pueblo de Israel. Frente a
prensible para los discípulos, a quienes Jesús desvela el sentido
la declaración que Pilato hace de su propia inocencia, el «pueblo»
(cf. 13,51s).
judío presente, en representación del judaísmo, acepta sobre sí la res
La selección de las citas de cumplimiento en la parte principal del
ponsabilidad: «¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»,
Evangelio causa una sensación de arbitrariedad. Mateo las introduce
una frase que Mateo entiende probablemente como una visión anti
tan sólo según la tradición disponible. Pero juntamente con las citas 91•
cipada de la catástrofe del año 70
de la tradición, trazan una imagen de Jesús en la cual incluso los por
Por todo esto podría uno entender las citas bíblicas como polé
menores se interpretan a la luz de la Escritura. Así, pues, las citas de
mica y apologética cristiana frente al judaísmo. En ese caso las citas
cumplimiento no son un nivel sustentador uniforme, pero sí referen
de cumplimiento serían una contribución a la defensa cristiana fren
cias a una comprensión cristológica global que resplandece en todo el
te al judaísmo. Pero una interpretación predominantemente apolo
Evangelio de Mateo.
gética (B. Lindars) no hace justicia a los testimonios bíblicos aduci
e) Las citas bíblicas y la relación de la comunidad cristiana con Israel se halla, sí, en contraste con la imagen judía del Mesías, pero que, más
alusión a la suerte corrida por los profetas, el homicidio del Hijo a Dieses Geschlecht wird nicht vergehen. Judentum und Kirche (Friburgo-Basilea
quien echan de la viña). El antiguo pueblo de Dios pierde su posi Viena 1991) 95s.
172 173
del rescate, se halla la profecía de Is 53,10-129'2. Aquí está la línea divi les. La índole de su predicación moral puede apreciarse aún más inten
soria entre el judaísmo y el cristianismo. La nueva comprensión de la samente en el Sermón de la Montaña. Es ya significativo que Mateo
redención y del Redentor ( 1 , 2 1 ) se adquiere por las palabras y los haya recogido en su Evangelio esa gran composición de sentencias,
hechos de Jesús, que presentan intuitivamente a la misericordia de que toma mucho material de la fuente de logia, que él utiliza en común
Dios como la razón originaria del acontecimiento de la salvación (9,13; con Lucas, pero que amplía considerablemente con tradiciones pro
12, 7). Lo que Jesús vive ejemplarmente en su proexistencia en favor pias que en parte son de origen judeocristiano. Al principio mismo de
de los hombres (20,28) se convierte en el pleno «sí» de Dios en la entre la aparición de Jesús en público, al comienzo de su actividad en Gali
ga de su Hijo, en la aceptación de su muerte expiatoria. Este aconte lea, una actividad que irradia luz con enseñanzas, proclamación y cura
cimiento de redención no es todavía un tema de reflexión tan'pro ciones ( 4,23-25), Mateo ofrece la gran composición de sentencias
funda como en Pablo y en Juan, pero encuentra una sólida base en que es el Sermón de la Montaña, concentrado en la idea de poner por
Mateo con sus citas bíblicas y sus alusiones a la Escritura. obra la justicia. Este Sermón falta en Marcos, pero se halla en el mis
A la luz de las citas bíblicas, la Iglesia cristiana se presenta a sí mo lugar en que Marcos describe el efecto de las enseñanzas de Jesús
misma como el giro historicosalvífico que pasa del reinado de Dios sobre el pueblo: él enseñaba como quien tiene autoridad y no como
prometido hasta entonces a Israel, al pueblo de la salvación escato los escribas (Me 1,22; cf. Mt 7,28s). Aunque Jesús proclama intensa
lógica constituido nuevamente por Dios (cf. 21,43). Este pueblo abar mente la salvación, que él asegura a las multitudes que le escuchan
ca también a las naciones gentiles, a las que Jesús integra en su visión (véanse las-Bienaventuranzas), él exige que se ponga en práctica una
del futuro. Sin embargo, el pueblo de Dios del Nuevo Testamento se justicia mayor que aquella a la que aspiraban los escribas y fariseos
encamina también hacia el futuro juicio, y en todo el Evangelio de por medio del cumplimiento de los preceptos (5,20).
Mateo se acentúa la obligación de cumplir las palabras de Jesús, que La imagen de este Jesús que exige y que desafía a los hombres,
deben traducirse en obras. Tan sólo en el juicio final se establecerá Mateo la presenta con tanta viveza a los ojos de todos, que hace inclu
la división entre los elegidos y acreditados y los que han fallado en so que el Resucitado diga a los discípulos: «Enseñadles a poner por
el servicio del amor (25,31-46). obra todo lo que yo os he mandado» (28,20), una clara referencia
continuada acción de Jesús (I, 3), se vio ya claramente que Jesús exi Las cuatro primeras bienaventuranzas prometen la misericordia
ge con rigor a la comunidad la observancia de sus enseñanzas mora- y la salvación de Dios a los pobres, a los afligidos, a los que renuncian a
92. Cf. J. Jeremias, Rescate por muchos (Me 10,45), en: Id., Abba. El men no son sólo los materialmente pobres, sino todos los que tienden a una
saje central del Nuevo Testamento (Salamanca 1993), 138-151, concretamente 149s;
determinada actitud'Ímte Dios: los que, a pesar de toda su pobreza y
K. Kertelge, Der dienende Menschensohn (Mk 10,45), en: R. Pesch y R. Schnac
aflicción, depositan gran confianza en Dios que sana los corazones
kenburg (dirs. ), Jesus und der Menschensohn, FS A. Vogtle (Friburgo-Basilea-Vie
quebrantados y que da ánimo y esperanza a los afligidos (Is 61,la).
na 1975) 225-239, especialmente 231s; Id., en: Diccionario exegético del NT (DENT),
11, 96-99. En lo que respecta a la derivación de Is 53, se muestra escéptico F. Büch Los «benignos», los que renuncian a la violencia, heredarán la tie
sel, en: ThWNT IV, 344s; pero véase Gundry, Use ofthe 0.T., 39s. rra, precisamente porque no emplean la violencia. Los hombres deben
174 175
«tener hambre y sed» de la justicia de Dios. Esto podría referirse sí Jesús. Esto se efectúa en las antítesis, que en todos los casos contra
a la justicia que procede de Dios; pero, de acuerdo con los demás pasa ponen la justicia requerida por Dios a la práctica de la ley que había
jes en que se habla de la justicia, sobre todo según el correspondien sido normal hasta entonces. Jesús y nadie más proclama autoritaria
te v. 10 (los que son perseguidos a causa de la justicia), habrá que pen mente y con exigencia ese cambio profundo de la conducta moral,
sar en la aspiración humana a observar la actitud exigida por Dios?'. esperado bajo el reino de Dios
Por tanto, en el primer grupo de las cuatro bienaventuranzas se Como introducción a la serie de las antítesis preceden cuatro ver
escucha ya el rasgo ético fundamental, el empeño que Dios espera de sículos que definen la actitud de Jesús ante la ley judía. La primera
los hombres por acercarse más a él y a su escala de virtudes. Esto se frase (5,17) desvela, por decirlo así, la conciencia que Jesús tiene de
aplica tanto más al segundo grupo de cuatro bienaventuranzas, el cual, su misión: Jesús no ha venido para suprimir la ley o los profetas, sino
lo mismo que el primero, culmina con la promesa del reino de Dios para cumplir. Él no quiere eliminar la ley, como quizás creyeron algu
(v. 3, cf. v. 10). El comienzo y el fin de toda la serie de sentencias se nos en la comunidad, sino «cumplir». Este :n>,:r¡p&om ha recibido dife
95.
refieren al reinado de Dios anunciado por Jesús, que hace irrupción rentes interpretaciones ¿Significa que se quiere realzar la ley en
ahora y que debe motivar el pensamiento y la acción de los hom su verdadero significado o completarla o perfeccionarla, como po
bres. Ahora hay que alabar como bienaventurados a los misericor drían ilustrarlo gráficamente la serie de las antítesis? ¿O lo de «cum
diosos, a todos los que tienen un corazón puro, a los que traen la paz plir» debe entenderse en un sentido historicosalvífico, como podrían
Y a los perseguidos a causa de la justicia. Son personas que han com sugerir las citas de cumplimiento? De todos modos, a lo de la ley se
prendido la voluntad de Dios de cambiar a los hombres. ha añadido «o los profetas». Con ello se introduce una perspectiva
Por tanto, quien acepta el mensaje de Jesús y trata de ajustarse profética que en la actuación de Jesús habría alcanzado su punto cul
a él, pertenece al grupo de los discípulos de Jesús. Son alabados minante. La línea profética resalta más intensamente todavía en la
acentuadamente ( «vosotros sois») como sal de la tierra y luz del mun declaración acerca de Juan el Bautista: «Todos los profetas y la ley
do. Pero en seguida se vuelve a la exhortación ética. Los hombres, al anunciaron esto hasta que vino Juan» (11,13). La secuencia «los pro
ver actuando así a los discípulos de Jesús, deben ver sus «buenas obras» fetas y la ley» muestra un orden distinto en comparación con Le 16,16.
rativo moral en la proclamación de la salvación. Y ahora a Mateo le mesas proféticas, contenidas también en la «ley»? ¿Será Jesús, para
96
apremia presentar gráficamente y concretar las exigencias morales de Mateo, el profeta del fin de los tiempos, según Dt 18,15?
93. Luz, El Evangelio según San Mateo, I, 294: «El término �lKULootMJ pue no se puede responder con total claridad. Algunas cosas señalan hacia
de e�tenderse en todos los pasajes mateanos como conducta humana, y en algu
un trasfondo tipológico. Jesús, lo mismo que Moisés, sube a un mon
nos tiene que entenderse así» (remite luego a 5,10 y 3,15). Así también G. Schrenk
te y proclama desde allí su interpretación de la torá judía (5,1, cf. 28,16).
en: ThWNT 11 (1935) 200s; G. Strecker, Die Makarismen der Bergpredigt: NTS 17
En la trasfiguración Moisés aparece junto a Elías y, según Mt 17,3 (a
(1970/1971) 255-275, aquí 264s, 272; A. Sand, Das Gesetz und die Propheten (Ratis
b_on_a 1974)_202; �rybylski, Righteousness (nota 48), 96-98, y la mayoría de los espe diferencia de Me 9,4), Moisés es mencionado en primer lugar. Pero
cialistas mas recientes, entre ellos también Davies-Allison, Matthew I, 452s. no se dice de qué hablaban con Jesús esos dos personajes celestiales.
94. �s «buenas obras» son para Mateo los actos morales que pueden desig
versión (3,�.10; cf. 21,19s41). Lo opuesto de las «buenas obras» que los discípulos 95. Cf. Davies-Allison, Matthew I, 485-487.
han de realizar, se ve claramente en las obras deficientes de los escribas y fariseos 96. Cf. W. D. Davies, The Setting of the Sermon on the Mount (Cambridge
177
176
La escena está al servicio de la glorificación de Jesús; él, lo mismo que sí la autoridad doctrinal de Moisés y Jesús no les discute tal autoridad.
Moisés y que Elías, pertenece al mundo celestial en el que ha de entrar Ni siquiera en este discurso polémico se ataca a Moisés sino que Jesús
después de su resurrección. La referencia a Moisés se refuerza con la dice al pueblo que debe obedecer todo lo que digan esos discípulos
voz de Dios: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, [escu de Moisés; pero no debe regirse por lo que ellos hagan. Este enjui
chadle!». Pues se trata de una cita indirecta de Dt 18,15: el profeta que ciamiento positivo de las enseñanzas de Moisés se halla en tensión con
Dios suscite de en medio de los hermanos «dirá a los israelitas todo el permiso dado por Moisés para extender un certificado de divor
lo que yo le mande» (18,18). El profeta escatológico prometido por cio a la mujer, y también con la advertencia contra la levadura de
Moisés es el que ha de decir al pueblo de manera plena y definitiva la los fariseos (16,6), que en 16,2 se interpreta expresamente como refe
palabra de Dios. ¿No es el Predicador del monte, que recoge las pala rida a las enseñanzas de los fariseos y los saduceos.
bras de la ley mosaica, pero que con su interpretación las sobrepasa A pesar de estas tensiones, no se impugna en general la autori
y las perfecciona? ¿No es el Profeta que en nombre de Dios encare dad de Moisés. Lo que irrita a Jesús es el mal uso de los mandamien
ce las prescripciones de la ley y las sobrepasa proféticamente'i'" tos de la ley originado por la práctica de los escribas, que con su inter
En un pasaje se rebaja la autoridad de Moisés. En la cuestión del pretación mezquina imponen a la gente cargas insoportables (23,4)
divorcio, cuando los fariseos alegan que Moisés les prescribió exten y les cierran la puerta de entrada al reino de los cielos (25,5.13). Menos
der a la mujer un certificado de divorcio, responde Jesús: «Moisés os precian lo más importante y de mayor peso en la ley: la justicia, la
permitió separaros de vuestras mujeres por la dureza de vuestro cora misericordia y la fidelidad (23,23; cf. Miq 6,8). La misma crítica se
zón, pero al principio no era así» (19,8). Por tanto, Jesús no se atiene expresa en el diálogo sobre lo que es puro e impuro (15,1-20). Los
aquí a lo preceptuado por Moisés, sino que se remonta a lo que fue la escribas anulan el mandamiento de amar a los padres al permitir que
voluntad original de Dios. Jesús se enfrenta críticamente con la auto los hijos, con el voto del corbán, consagren al templo los bienes con
ridad doctrinal de Moisés; sin embargo, no ataca a Moisés mismo. En que tenían obligación de socorrer a sus mayores. De este modo honran
la cuestión acerca de la resurrección, se cita la disposición dada por a Dios con los labios, pero su corazón está muy alejado de él (15,7-9).
Moisés acerca del matrimonio por levirato (22,24), sin que de ahí se Lo mismo se aplica a las prescripciones sobre los alimentos, acerca de
saquen consecuencias para la doctrina. Jesús no entra en el caso, sino las cuales Jesús asienta el principio fundamental: «Lo que entra por
que conduce a ver desde una perspectiva distinta la cuestión debati la boca no mancha al hombre; lo que sale de la boca, eso es lo que le
98.
da acerca de la resurrección de los muertos: Dios no es un Dios de mancha» (15,11) Este enunciado se interpreta luego refiriéndolo a
muertos sino de vivos. La mezquina argumentación de los saduceos, los malos pensamientos que emergen del corazón del hombre y a las
traída por los pelos, se desbarata por completo. Finalmente, en el dis acciones que de ellos brotan y que Mateo enumera con arreglo a
curso antifariseo tenemos aquella palabra según la cual los escribas y lo que dicen los Diez Mandamientos (15,19s).
fariseos se sentaron en la cátedra de Moisés (23,2). Reclaman para Por tanto, lo que interesa a Jesús es el acto moral, y habrá que pre
los criterios mosaicos quedan sobrepasados por la interpretación cristológico mesiá 98. Este masa/ de Me 7,11, que da una enseñanza fundamental, es de inter
nica ( «Mosaic Categories transcended», 93-108). «Pero es notable la restricción pretación muy discutida. ¿Se trata de palabras originales de Jesús? ¿Rechaza todos
con que se usan los motivos del Nuevo Éxodo y del Nuevo Moisés» (93). El autor los preceptos judíos relativos a la pureza? ¿Representa un nuevo principio de
piensa que Mateo presenta a Jesús como el que proclama en lo alto de un monte moral? Las palabras, sin suprimir la ley mosaica, podrían interpretarla y sobre
la ley del Mesías; pero evita designar a Jesús como «nuevo Moisés» (108). Sobre la pasarla de manera parecida a como se hace en el Sermón de la Montaña. Cf. R.
cuestión de la «ley del Mesías» en el judaísmo, cf. Billerbeck III, 577; IV!l, ls .. Schnackenburg, El Mensaje moral del Nuevo Testamento 1 (Barcelona 1989) 85s.
178 179
lo entiende Mateo, no se referirá al cumplimiento o práctica de las Muy próximos a la idea de practicar se hallan también los otros dos
acciones morales?", En 5 , 1 9 , a quien suprima uno de esos manda pasajes en los que se mencionan «la ley y los profetas». Después de la
mientos más pequeños y enseñe a los hombres a obrar de la misma «regla de oro», que exige que se trate a los demás como uno quiere
manera, se le contrapone a aquel otro que los practica y enseña a los que le traten a sí mismo, se dice: «Esto es la ley y los profetas» (7 , 12);
demás a practicarlos. Se discute si Mateo tiene aquí a la vista dife y después del mandamiento principal, que exige por igual el amor a
rencias de rango en el reino de los cielos. Yo pienso que se trata de Dios y el amor al prójimo, se dice: «De estos dos mandamientos depen
una formulación retórica que asegura que únicamente aquel que se den toda la ley y los profetas» (22,40). El énfasis recae en la práctica
acredite por la práctica de sus obras será partícipe del reino de Dios, del amor , y e sto es también como una clave para las antítesis que
pero que quiere excluir de él a quien no obre según sus enseñanzas'P'. comienzan con la exigencia del amor fraterno y de la reconciliación
Es difícil el texto de 5,18, donde Jesús -en una frase marcadamente (5,21-24) y terminan con el amor a los enemigos (5,43-48).
hiperbólica- acentúa que ni una j ota (la letra más pequeña) ni una Por tanto, si se pregunta si en la perspectiva de la historia de la
tilde (un simple rasgo caligráfico) de la ley dejarán de estar vigentes salvación, Jesús quiere llevar a la consumación la ley y los profetas,
mientras duren el cielo y la tierra. La ley seguirá estando en vigor, o si quiere «cumplirlos» en la práctica con su vida, sus enseñanzas y
incluso en sus más mínimos detalles, hasta el fin del mundo. Esta idea su conducta, entonces parece que ambos aspectos se hallan de algún
procede seguramente de un horizonte de pensamiento judeocristia modo en lo cierto. Jesús es el Cumplidor de las promesas del Antiguo
no, y Mateo la hace suya en este pasaje. Cuando después se añade Testamento, y en lo que él exige se da la superación y la consumación
«hasta que todo suceda», se piensa seguramente en todos los acon- de lo que se había exigido hasta entonces (5,48 ! ) . Ahora bien, este
1 1•
. tecimientos que han de suceder al fin (cf. 24,34) º Hasta entonces cumplimiento consiste en la práctica concreta del amor, de lo que él
la ley permanecerá en vigor y deberá cumplirse. mismo ha dado ejemplo. En la persona de Jesús se condensa, para
En la escena del bautismo, Juan quiere impedirselo, Jesús dice: Mateo, lo que había sido predicho por la ley y los profetas, lo cual se
«Es conveniente que cumplamos así toda justicia» (3,15); es difícil esclarece y corrobora por la práctica llevada a cabo por Jesús. Jesús,
entender tales palabras como no sean las del cumplimiento de la rec como el soberano y definitivo Intérprete de la voluntad de Dios, mues
ta conducta exigida por Dios. Juan vino «en camino de justicia» (21,32) tra también el camino para saber cómo hay que cumplir la voluntad
y Jesús va igualmente por este camino que exige obediencia a Dios. de Dios: no por medio de una enseñanza que no vaya más allá de pro
99. Así lo afirma con insistencia U. Luz, Die Erfüllung des Gesetzes bei sobrepasa todos los empeños legalistas de los escribas y fariseos (5,20).
Matthiius (5,17-20), en: ZThK 75 (1978) 398-435; Id., El Evangelio según San Mateo Sigue a continuación la crítica contra la ostentación de una justicia
1, 324-330. Pero él afirma: «Si se refiere primariamente a la obediencia y a la vida
legalista (6,1-18), contra una «hipocresía», que, a pesar de todas las
de Jesús, esto no significa que quiera desechar la idea de vaticinio» (330). Gundry,
apariencias externas, no puede ocultar la falta de vinculación con Dios,
Matthew, 80s realza más bien el cumplimiento de las profecías, pero «juntamen
Allison, 486s.
100. Luz, El Evangelio según San Mateo 1, 333s no se decide. Cree que en Allison, 495)? E. Schweizer, Matth 5,17-20. Anmerkungen zum Gesetzesverstand
tre los judeocristianos era posible también una postura «semiliberal», ya que no nis des Mattháus, en: Id., Neotestamentica (Zürich - Stuttgart 1963) 399-406, inter
propagaban la exclusión del reino de Dios sino tan sólo la asignación de puestos preta ttAT]péiiom en 5,17 en el sentido del cumplimiento historicosalvífico por la
inferiores. Pero parece que para Mateo mismo el v. 20 se refiere únicamente a la venida de Jesús ( 400), y la segunda oración de Ew� en el v. 18 en el sentido de
la nueva torá, que sigue practicándose en la comunidad (404s). Véase además Hüb
exclusión.
101. ¿Las dos oraciones de Ew� constituyen un paralelismo sinonímico (Davis- ner en: Diccionario exegético del Nuevo Testamento (DENT) II, 429.
180 181
el Padre. Se ataca también a las personas que en el exterior son como pretación más rigorista de la torá, a saber, la primera (el homicidio y la
mansas ovejas y en su interior son lobos rapaces (7,15). Mateo insis cólera), la segunda (el adulterio y los deseos del corazón) y la cuarta
te en que deben verse los frutos: «Por sus frutos los conoceréis» (7,20). (la prohibición del juramento), que podrían haber sido formuladas
En esto consiste la encarecida advertencia contra los pseudoprofetas, antitéticamente por Jesús, y las antítesis «secundarias», a saber, la ter
que dan tanto que hacer a la comunidad mateica. El evangelista some cera (el divorcio), la quinta (la prohibición de la venganza) y la sexta
te también a este juicio de sondeo a los miembros de la comunidad (el amor a los enemigos), que en Lucas no tienen forma antitética'?"
que quieren señalarse por medio de la profecía y de la realización Sin embargo, tal distinción es demasiado rígida y artificiosa. En
de actos extraordinarios (expulsiones de demonios) (7,22s). Lo deci todas las antítesis lo que le interesa a Jesús es hacer una confronta
sivo sigue siendo la práctica de las palabras de Jesús, que es lo único ción entre los mandamientos de la torá y sus propias enseñanzas. «En
que constituye un fundamento sólido contra las tormentas y los peli opinión de las antítesis, no es ya suficiente (como hasta entonces) el
gros a los que se ve expuesta la vida (7 ,24-27). La imagen del Maes precepto de la torá, sino que ahora lo decisivo es la enseñanza de Jesús.
tro de una justicia enraizada en Dios, de la que Jesús mismo da ejem Por tanto, las antítesis deben considerarse como superación de la torá,
plo con su vida, se destaca de toda piedad engañosa y de toda o bien -para ser más precisos- como mandamientos de Jesús que
arrogancia humana, que Jesús sabe descubrir con mirada penetrante. superan en radicalismo a la torá, pero no como mandamientos radi
103•
Por tanto, Mateo sitúa al Maestro de una justicia mayor en el contexto calizados de la torá» Mateo puso en forma antitética la tradición
de su época: el contexto judío y el contexto cristiano, y hace que sobre de Jesús acerca del «cumplimiento» de la ley y los profetas, quizá no
este trasfondo resuene de nuevo el mensaje liberador del amor. Son sólo las denominadas antítesis secundarias, sino también la tradición
dos perspectivas, primero frente a una insuficiente justicia judía basa de Jesús que aparece en las antítesis «primarias», es decir, tal vez plas
da en la ley, y luego frente a un rechazo de la ley, observable en las mó redaccionalmente toda la serie de antítesis'?'. De todos modos,
comunidades cristianas, o frente a una interpretación laxista de la ley. Mateo ha puesto de relieve la radicalización de la voluntad divina, una
Mateo tiene presentes tales actitudes erróneas y opone a ellas las pala radicalización reconocible en las diversas declaraciones de Jesús, fren
bras claras de Jesús. te a a la interpretación humana, y de este modo ha puesto bien a las
ción del reinado de Dios que está llegando ahora, frente a las cos
b) La índole de la justicia mayor exigida por Jesús
tumbres y a la práctica que había prevalecido hasta entonces. «La
Las antítesis explican cómo debe ser y cómo debe practicarse esa "acción" escatológica de Dios exige una nueva "reacción" del hom
justicia nueva y mayor. La cuestión principal que aquí se plantea no es bre, que fundamentalmente no podía fundamentarse en la autori
la de saber si Jesús encarece, y cómo lo hace, la observancia de la ley dad que la torá había tenido hasta entonces-l'".
atestiguada como Escritura, o si él sobrepasa esa observancia supri 102. H. Merklein, Die Gottesherrschaft als Handlungsprinzip, FzB 34 (Würz
2
miéndola. La cuestión principal es cómo Jesús confronta la conducta burgo 1981) 254-293; J. Lambrecht, [ch aber sage euch. Die Bergpredigt als pro
humana con la voluntad divina. Entre las seis antítesis se observan cla grammatische Rede Jesu (Mt 5-7. Lk 6,20-49) (Stuttgart 1984) 89-93.
(5,43s). De ordinario se hace distinción entre las denominadas antíte (1975) 50-63.
sis primarias que, por la comparación con Locas destacan como ínter- 105. Merklein, Gottesherrschaft, 257.
182 183
Esta confrontación de la voluntad y la conducta humanas con la ca jurídica grecorromana (Me 10 ,12). A mí me parece seguro que
voluntad de Dios fundamentada escatológicamente puede verse de Mateo tiene en cuenta las circunstancias judías, pero sin cuestionar la
106•
manera universal en los paradigmas de las antítesis. Cuando en la pri fundamental prohibición del divorcio hecha por Jesús En el mar
mera antítesis, a la prohibición del homicidio se le añade la prohibi co del Sermón de la Montaña, lo que le interesa a Mateo es encare
ción de la cólera (5,21s), entonces se descubre así cuál es la razón pri cer la responsabilidad del marido por la continuidad del matrimonio;
maria y el origen del homicidio. Puesto que las personas se inclinan a el marido no debe impulsar a su mujer a contraer nuevas nupcias, que
encolerizarse y a execrar a otras personas, se llega finalmente a la in para Jesús son ilegítimas. Aunque la antítesis tiene la apariencia de
tención de cometer un asesinato. Jesús quiere arrancar del corazón norma jurídica casuística, sin embargo es más que eso: es la abolición
toda esta peligrosa manera de pensar. Esto se ve con más claridad aún de un pensamiento legalista humano frente a las exigencias de Dios.
en la continuación del Sermón, que trata de la reconciliación con el Con sus palabras provocadoras, Jesús adopta una perspectiva profé
hermano (5,23s) o con el adversario en un proceso (5,25s). Con la mi tica, contemplándolo todo con la mirada puesta en la llegada del rei
107•
rada puesta en Dios, para quien es más importante la reconciliación nado de Dios «Precisamente de esta manera Jesús presenta a la
con el hermano que la ofrenda presentada en el altar, queda bien pa mujer como un ser humano ante los ojos del marido, como un ser
108•
tente que la medída con que Dios mide las cosas es completamente di humano para quien él ha de vivir con amor» Jesús rompe así las
ferente a la que rige de ordinario la conducta de los hombres. normativas legales para llegar hasta las disposiciones divinas, que son
to en el corazón) de poseer a otra mujer (5,27s), se pone otra vez al La orientación hacia la santidad y la inviolable dignidad de Dios
descubierto cuál es la raíz de semejante conducta. Dios ve el corazón aparece claramente en la prohibición del juramento (cuarta antítesis,
del hombre, que impulsa hacia el adulterio. Es verdad que en Dt 5,21 5,33-37). A Dios se le puede prometer algo bajo juramento sagrado;
se prohíbe ya el deseo de otra mujer y, por tanto, esta antítesis no es pero todas las fórmulas atenuadas de juramento, como las que de
una «intensificación de lo dispuesto en la torá»; pero Jesús conside sempeñaban un papel en la interpretación casuística de los rabinos
ra tan peligrosa la concupiscencia natural desenfrenada de otra mujer, (cf. 23,16-22), no tienen el peso de una promesa hecha a Dios bajo
que la realza específicamente como dirigida contra la voluntad de juramento. Ahora bien, como toda palabra pronunciada ante Dios
Dios. A continuación se formulan advertencias contra el ojo seductor debe llevar en sí la obligación absoluta de que sea «sí» o «no», el Ser
o contra la mano que impulsa al pecado (5,29s). Son advertencias que món de la Montaña prohíbe en absoluto el juramento, que podría reba
Mateo toma del contexto original sobre el escándalo, en Me 9,43-47, jar a Dios hasta el ámbito humano. Las formas sustitutivas, que evitan
y las aplica aquí al pecado sexual. Con severísimas palabras advierte la pronunciación del nombre de Dios (por el «cielo», por la «tierra»,
contra la cesión a los impulsos naturalmente fuertes que hay en el por «Jerusalén»), no hacen justicia a la excelsitud de Dios. El nombre
contradice directamente a una disposición de la torá (cf. 19,8s), tie kungen zu den matthiiischen Unzuchtsklauseln (Mt 5,32; 19,9), en: J. Zmijewski y
ne su fundamento en que el divorcio se opone a la voluntad original E. Nellesen (dírs.), Begegnung mit dem Wort, FS H. Zimmermann (Bonn 1980)
problemas de las diferentes formulaciones que se derivan del contexto de los discípulos a R. Schnackenburg (Würzburg 1974) 207-217.
judío («a no ser en caso de fornicación», 5,32; cf. 19,9) o de la prácti- 108. Merklein, Gottesherrschaft, 285.
184 185
de Dios no debe quedar deshonrado en modo alguno (segundo man cepto entre otros, sino el centro y la cima de todos los mandamientos,
damiento del Decálogo); Dios se halla absolutamente por encima de y conduce a la perfección-P",
las sutilezas humanas. Por tanto, la índole de la justicia exigida por Dios resalta en el
La quinta antítesis prohíbe la venganza y, por medio de los tres contraste entre la conducta humana diaria y la manera de actuar de
ejemplos de casos aducidos, se convierte en una exigencia especial Dios, que quiere establecer su reinado, pero sólo puede hacerlo en
para la sensibilidad humana (5,38-41). Al hombre le resulta obvia la contradicción con la conducta practicada en el mundo terreno. Esta
conducta que debe seguir, después de haber experimentado una injus completa alteridad de Dios en cuanto al ser y al obrar, que obliga al
ticia o de haber sufrido un acto de violencia; pero Jesús exige la no discípulo de Cristo, Mateo la pone de relieve en las antítesis. El rei
violencia, más aún, al malhechor hay que desarmarlo por medio de la nado de Dios sitúa el futuro como norma para el presente, sin tener
bondad, el mal hay que superarlo por medio del bien (cf. Roro 12,21 ). en cuenta para nada las dificultades y tensiones que de ello se deri
Como en los ejemplos aducidos no se habla sólo de la renuncia van. Por tanto, las exigencias de las antítesis siguen siendo algo utó
a la venganza, sino que se exige además que se sea condescendiente pico, difícil de realizar en el ámbito terreno del mundo. Pero Mateo
y que se dé más de lo que a uno le piden (v. 40), vemos que se añade quiere destacarlas como la inquebrantable voluntad de Dios.
una sentencia acerca de la acción de dar: «[Da a quien te pida, y no ¿Qué imagen de Jesús se deriva de ello? «El Jesús de las antíte
vuelvas la espalda al que te pide prestado!» (5,42). Mateo desligó estas sis es un Jesús mateico. El material que Mateo integró en 5,21-48 en
enseñanzas del contexto en que se hallaban en el discurso sobre el su retrato de Jesús, es la prolongación de la imagen que va apareciendo
111
amor a los enemigos en Le 6,27-36, y las plasmó en forma de una antí ya lentamente en 5,1-2.3-12.13-16 y 17-20 .» Jesús enseña a los hom
tesis específica. Tanto más vigorosamente se inserta entonces la sex bres un camino que se orienta únicamente por el nuevo orden esca
ta antítesis sobre el amor a los enemigos. Mateo enlaza con el man tológico, por la contradicción con las flaquezas e insuficiencias huma
damiento del amor al prójimo, al lado del cual sitúa (sin base en el nas. Pero es el camino que hace salir de la calamidad y de la falta de
Antiguo Testamento) el odio contra el enemigo. A esta tesis Jesús opo paz, de la aflicción y de la desesperación.
ne: «Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os
persiguen». El fundamento de estas palabras es la conducta de Dios, c) El amor como núcleo de la nueva justicia
que debe servir de modelo para los hombres. Dios actúa de manera
diferente que los hombres: él hace que su sol salga sobre malos y bue Lo que ya se reconocía en las antítesis y en las exhortaciones aso
nos, y él hace que llueva sobre justos e injustos. Esta sentencia sapien ciadas con ellas, se muestra en toda la obra del Evangelio de Mateo
cial, que argumenta basándose en que Dios gobierna el mundo'?", como el centro decisivo de todo esfuerzo moral: el amor a los hom
quiere presentar gráficamente la acción misericordiosa de Dios, que bres en virtud del amor recibido de Dios. Hemos contemplado ya el
obliga a los hombres a obrar exactamente de la misma manera. La crescendo que va del amor fraterno al amor de los enemigos. La insis
conducta habitual: amar a los que nos aman, saludar a los hermanos tencia que Mateo pone en el amor y la misericordia se hace patente
con quienes hemos intimado, hay que sobrepasarla con los ojos pues en algunas palabras especiales y en pasajes particulares del Evange
tos en Dios. Tan sólo así se llega a imitar el ejemplo de Dios, que es lio de Mateo. A la defensa de su atención cariñosa prestada a los «publi
santo y perfecto (5,48). «Mateo destaca con el término ,É>..Eto� la rele canos y pecadores», añade el Jesús mateico: «Entended lo que signi
vancia fundamental del amor a los enemigos. Este amor no es un pre- fica: misericordia quiero y no sacrificio» (9,13; cita de Os 6,6). La misma
109. Cf. D. Zeller, Die weisheltlichen Mahnsprüche bei den Synoptikem FzB 110. Luz, El Evangelio según San Mateo I, 438.
17 (Würzburg 1977) 104-110. 111. Lambrecht, /ch aber sage euch (nota 102), 95.
186
frase de la Escritura se cita de nuevo para disculpar que los discípu concepto, se piensa en la disposición para ayudar, en la bondad y en
los arranquen espigas en sábado (12,7). A los discípulos, que según el perdón.
las rigurosas normas de los escribas son profanadores del sábado, no Jesús se convierte en la imagen ideal de semejante acción miseri
se les puede acusar según Jesús: en el Antiguo Testamento se cono cordiosa. No es casual que Mateo recoja los clamores de las personas
cen ya excepciones de las prescripciones cultuales. Está el caso de afligidas que piden misericordia, clamores que Jesús escucha. Los gri
David, que, por tener hambre, comió él mismo y comieron sus com tos del ciego de Jericó (Me 10,47s): «¡Jesús, Hijo de David, ten com
pañeros de los panes sagrados de la ofrenda (12,3s), y está además pasión de mí!», se refuerzan en Mateo por el hecho de que son dos
el caso general de los sacerdotes que tienen permiso para no cum ciegos los que gritan (20,30s). Además, Mateo recoge adicionalmen
plir las prescripciones del sábado, porque tienen que ofrecer el sacri te en su sumario de historias de curaciones la curación de ciegos que
ficio del sábado (cf. 12,5; Núm 28,3s ). «Pues os digo que aquí hay algo se acercaron a él con la misma súplica (9,27-29). También la mujer
más importante que el templo.» A causa del v. 8 ( «El Hijo del hom cananea pagana suplica ardientemente a Jesús por su hija: «[Ten pie
bre es Señor del sábado»), este enunciado puede interpretarse como dad de mí, Señor, Hijo de David!» (15,22). Finalmente, Mateo pre
referido a Jesús, quien con ello hace valer su autoridad. Pero también senta la escena del desdichado padre del muchacho epiléptico, que
puede uno referirlo a la preceptuada misericordia, con lo cual el cur pide a gritos: «¡Señor, ten compasión de mi hijo!» ( 1 7 , 1 5 ) . A todas
so del pensamiento se hace más homogéneo'P, La superioridad de esas personas las cura Jesús; la imagen de Jesús, que aquí resplande
Jesús sobre el culto se muestra precisamente en que él exige y practi ce, marca también sus enseñanzas morales: [misericordia ante todo
La misericordia (e>,.EO�) y el ser misericordioso (eAeeiv) es en gene Tiene un valor especialísimo la parábola del siervo despiadado,
ral para Mateo la quintaesencia del amor que se pide al discípulo de trasmitida por Mateo en su material peculiar (18,23-35). Se caracte
Cristo. Se dice fundamentalmente en las bienaventuranzas: biena riza como la parábola de la basileia, y el rey que aparece en ella es una
venturados los misericordiosos, porque experimentarán (de Dios) figura que simboliza a Dios mismo. El rey quiere ajustar cuentas con
misericordia (5,7). La exhortación a amar a los enemigos, que en Lucas sus siervos: una visión del juicio futuro. Le presentan a un hombre·
se halla al final del mandamiento del amor a los enemigos: «Sed mise especialmente deudor, que le debe una suma enorme de dinero. Y
ricordiosos (otK'tipµove�) como vuestro Padre es misericordioso» (Le la sentencia que se pronuncia contra él ordena en primer lugar que se
6,36), Mateo la trasformó en una bienaventuranza y, al mismo tiem venda como esclavos a aquel hombre, a su mujer y a sus hijos, y que
po, hizo referencia a la misericordia de Dios en el juicio final. Con ello se confisquen todos sus bienes. Pero el siervo cae de rodillas y le supli
la exigencia adquiere mayor peso. El reproche más grave contra los ca que tenga paciencia. El señor se siente movido a compasión, le deja
escribas es que desatienden lo más importante que hay en la ley -la en libertad y le perdona la enorme deuda. Esto, por sí solo, sería un
justicia, la misericordia y la fidelidad- por sus rigurosos preceptos en paradigma de la inmensa bondad y misericordia de Dios; pero la his
tomo a la ley (23,23). La misericordia, a tenor de la misericordia que toria continúa y se convierte en una encarecida exhortación a per
se ha experimentado de Dios, se convierte en el criterio que rige una donarse unos a otros y a remitirse mutuamente todas las deudas. El
actividad concreta movida por el amor. Con una amplitud mayor del siervo con quien su señor ha sido clemente, exige a un consiervo suyo
una ridícula suma de dinero y hace que, por no poder pagarla, le metan
o «que Salomón»). al saberlo, monta en cólera y le reprocha: «¿No debías haber tenido
compasión de tu compañero, como yo la tuve de ti?» (18,33). Aquí 3. Las exigencias del Jesús terreno se entienden sólo a la luz del
aparece la palabra clave: misericordia (o compasión). En esa miseri Señor y Juez que ha de venir algún día. Adquieren todo su peso por
cordia se centra toda la historia. Esta palabra ( que no aparece en el la futura retribución que ha de tener lugar en el juicio. Entonces se
v. 34) es el filo de la narración. El castigo del hombre a quien se había descubrirá lo que todavía se halla oculto.
perdonado una gran deuda y que no tuvo misericordia de su con 4. Se exige primera y principalmente a la comunidad creyente que
siervo se convierte --en el sentido en que lo entiende Mateo- en una tenga conciencia de que está sometida a su Señor, que es el Hijo del
113•
advertencia de que no se abuse de la bondad de Dios hombre. En la comunidad se juzga a cada uno según sus propias obras
En la escena del juicio universal (25,31-46) no aparece la palabra (cf. 16,27). Pero también las otras personas está sometidas a la norma
clave, «misericordia». Pero las obras de caridad que se han agrupado y medida del amor, de tal manera que ante el tribunal de Dios todas
según la concepción judía presentan intuitivamente la misericordia o las personas son iguales. El horizonte universal, que surge ya en la
buenas acciones que se esperan de los hombres. Nuevamente se real fundamentación sapiencial del Sermón de la Montaña (5,45), se man
za, como en la parábola del siervo despiadado, el juicio que cae sobre tiene en la escena del juicio.
los que no tienen misericordia. Lo peculiar es que se acreditan como 5. La alteridad en cuanto a la manera de ser y de obrar de Dios,
hechas al Hijo del hombre las buenas acciones que se hicieron en favor la cual se opone a la conducta habitual del hombre, es transferida a
de los pobres, los necesitados y los encarcelados. Jesús es quien nos su representante y agente, a Jesús, el Hijo del hombre. Este Juez sor
sale al encuentro en el semejante, con quien debe cumplirse el manda prende y extraña profundamente a los hombres por su fallo judicial,
miento del amor fraterno. El prójimo o hermano, a quien Jesús ve en un fallo que ellos no esperaban. Es la manera diferente de ser del Dios
nuestro semejante, es un llamamiento al amor que debemos tributar a que ama, del Dios que se anticipa con su amor y que obliga a los hom
Dios, y que ha de mostrarse hacia los que padecen necesidad, con bres a amarse unos a otros.
Esto significa para la imagen de Jesucristo: ticar la venganza (5,38-42), de amar a los enemigos y a los malvados
l. Jesús es aquel que representa en su persona el amor y la mise (7,12), se sitúa dentro de la ética global del amor, y el mandamiento
ricordia de Dios; pues sólo porque él es quien ama, puede juzgar según principal pone el amor al prójimo al mismo nivel que el amor de Dios
la norma de que las obras de amor que se hicieron con los necesita (22,37-40). Lo que Lucas expone en la parábola del samaritano com
dos se le hicieron a él mismo. Su propio amor es el presupuesto para pasivo (Le 10,30-37) se contiene igualmente, en cuanto a la realidad
sus exigencias de amor. objetiva, en las enseñanzas éticas de Mateo. El samaritano hace lo que
2. Jesús exige obras de amor como expresión concreta de la justi el Jesús mateico exige de modo constante: misericordia con los
cia nueva y mayor. Lo que ya se expresó claramente en el Sermón de la que sufren alguna desgracia (Le 10,37).
mandamientos de Dios, eso mismo se confirma y encarece en la escena d) El juicio sobre los impíos y los que no tienen amor
haber dejado de prestar las ayudas concretas que se necesitaban. Pero ¿será posible afirmar que el amor es el rasgo fundamental
pretaciones distintas. Véase, además, en el apartado d). que llegar incluso a acoger en su reino a las personas que fallan, a
191
190
se ha recogido en el plan de Dios para la historia y debe valorarse
las que rechazan el mensaje de Jesús y a los pecadores empedernidos?
la heredera del antiguo pueblo de Dios, ella será medida con arreglo
cación de Juan el Bautista (21,31s), ¿no cabría esperar que Dios, en
a las mismas normas con que se midió al antiguo Israel. Aquel que en
una amnistía general (como quien dice), no excluyera de la salvación
esa comunidad se una con los impíos (7,23; 13,41) o no responda con
ni siquiera a los que se han cerrado a ella? ¿Acaso Jesús no murió pre
dad, Mateo sitúa junto al amor infinito de Dios el juicio que amenaza
l. El juicio según las obras lo tomó Mateo de la tradición de Jesús.
tes, cae en el juicio que comienza con la guerra de los judíos y la des
tema en la proclamación de la salvación. Pero el evangelio de la gra
salvación-l".
¿Habrá experimentado Mateo cómo se yuxtaponen la gracia ili
3. Desde su actitud crítica ante la parte incrédula del pueblo de
mitada e incondicional de Dios, tal como se proclama en la parábola
Israel, Mateo intensifica la afirmación del juicio sobre su pueblo. Pues
tros que se le habían enviado, toda la sangre derramada sobre la tie 116. Esta sentencia general, enunciada al fin y que no encaja ni con la his
toria de los vv. 1-10 ni con el hombre que no llevaba traje de boda (vv. 11-13), es
rra caerá sobre el Israel culpable (23,34-36). El juicio sobre Jerusalén
una aplicación típicamente mateica que advierte contra la falsa seguridad de la
se efectuará en un futuro determinado (cf. 23,37-39; 27,25). Ese juicio
salvación. Lo de «muchos» y «pocos», según la tendencia parenética (como en
un tono pesimista (cf. 4 Esd 8,1-3). Véase además M.-E. Boismard, Mu/ti sunt voca
114. Cf. M. Reiser, Die Gerichtspredigt Jesu, NTA NF 23 (Münster de W.
ti, pauci vero electi, en: RThom 52 (1952) 569-585; I. Daumoser, Berunfung und
1990) 183-250.
Erwdhlung bei den Synoptikern (Stuttgart 1955) 186-212.
115. Reiser, Gerichtspredigt (nota anterior), 314.
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192
Esta conexión entre la bondad graciosa y clemente de Dios y la
del hijo pródigo, y el juicio anunciado para los que no cumplan la
obligación moral se ilumina de manera especial en la parábola del sier
voluntad del Padre? Parece que en Mateo el amor inmensamente gran
vo despiadado (18,21-35). Lo peculiar de esta historia es el cambio
de del Padre se desvanece en el anuncio apocalíptico del juicio. Mateo
repentino y total que pasa de la extrema generosidad del Señor (a
proclama también la atención cariñosa de Jesús hacia los pecadores
quien en la introducción procedente de Mateo se le caracteriza como
(9,12s); él conoce la misericordia de Dios que se revela en Jesús (cf.
«rey») a la cólera y al castigo del siervo a quien había él perdonado
9,1-8). Pero exige la conversión como condición previa para entrar en
una enorme suma de dinero, y a quien después manda meter en pri
el reino de Dios (cf. 21,28-32). Pues bien, en la parábola del hijo pró
sión porque él a su vez no había perdonado a su consiervo una deu
digo se presupone también la conversión ( el regreso), pero el acento
da ridícula. Una comparación que nos deja atónitos, pero que pre
no recae sobre ella, sino sobre el hecho de que el Padre acepte incon
tende ser un ejemplo disuasivo. No se acierta con el punto clave de la
dicionalmente al hijo que se había extraviado. No sabemos si Mateo
parábola cuando se cercena el texto original'!".
encontró ya en su tradición todas las parábolas acerca de lo que se
Se trata de tres secuencias narrativas que se hallan íntimamente
había perdido (Le 15).
asociadas entre sí: la gracia concedida clementemente al gran deudor;
Mateo conoce la parábola de la oveja perdida, pero no la inter
la conducta del siervo, incomprensible ante la bondad que-él había
preta en el sentido del amor universal de Dios a los pecadores, sino
experimentado; el castigo dictado por el señor encolerizado. La denun
en el de la obligación de la comunidad de ir en busca de sus miembros
cia de los consiervos, que están irritados por la conducta de aquel hom
extraviados (18,12-14). El Padre celestial no quiere que perezca por
bre, es necesaria para llegar al reproche formulado por el señor
la tentación y la seducción ninguno de los «pequeños», de los discí
(v. 33). Se ve con toda claridad que el pequeño deudor suplica a su
pulos de Jesús (18,7-9). Pero aquel a quien no se logre ganar por la
acreedor con las mismas palabras que habían sido utilizadas por el
búsqueda solícita de la comunidad, será expulsado de ella (18,17). Para
gran deudor: «¡Ten paciencia conmigo y todo te lo pagaré!» (v. 29).
la participación en el reino de Dios se fijan universalmente condi
Luego, la tercera parte es la consecuencia: la cólera del señor y el cas
ciones relativas a la conducta moral: la solicitud por los consiervos
tigo de aquel siervo de corazón duro. El punto principal es el repro
(24,44-50), el conseguir ganancias con los bienes que a uno se le han
che del señor encolerizado: «¿No debías haber tenido compasión de
confiado (25,14-30), las obras de amor con los pobres y los afligidos
tu compañero, como yo la tuve de ti?», Tal es la lógica interna de la
(25,31-46). Pero hay que tener bien presente que todo eso sucede en
narración. Es una parábola escatológica que no sólo afirma la mise
el horizonte escatológico, con la mirada puesta en el juicio final. Siem
ricordia predicada en la actividad terrena de Jesús, sino que expone
pre que se habla de la gracia y del juicio, se trata de un contexto dis
pone de relieve no es ya la bondad de Dios que todo lo perdona, sino ga 1980) 210-218, hace que la parábola original concluya con el v. 30; el v. 33 no
la obligación que dimana de la gracia que se ha recibido de Dios. Pare hará falta ya narrarlo. El juicio que resalta según el v. 34, relativizaría la miseri
cordia anticipadora de Dios (215). De manera parecida, P. Fiedler, Jesus und die
ce incluso que, en la versión que Mateo ofrece del Padrenuestro, el
Sünder (Francfort del Main 1976) 197-199; W. Harnisch, Die Gleichniserzahlun
perdón hacia el prójimo pecador es la condición para obtener el per
gen Iesu. Eine hermeneutische Einführung (Gotinga 1985) 262. En contra, Reiser,
dón de Dios (6,14s). En realidad se presupone la misericordia de Dios
Gerichtspredigt (nota 114) 265-267). A. Weiser, Die Knechtsgleichnisee der synop
como tal, que es la que hace posible y da la motivación para el per tischen Evangelien, StANT XXIX (Munich 1971) 75-104, considera, sí, el v. 31 y
dón humano. El orante tiene que pedir el perdón de Dios, pero ase la forma concreta del v. 34 como una creación del evangelista (93), pero acentúa
que las tres partes de la narración se hallan tan coordinadas entre sí, que no se
gurando, eso sí, que él también ha perdonado a sus deudores la deu
puede desligar ninguna de ellas sin destruir todo el conjunto (90).
da (la culpa) (6,12).
195
194
también la consecuencia que se sigue de haber experimentado una to de los mandamientos de Jesús. La perspectiva del fin hace que resal
conducta misericordiosa. El castigo sumamente duro del siervo des te con más intensidad el Señor que ha de retornar algún día. El fin de
piadado (su entrega en manos de los torturadores) podría estar des los tiempos se dibuja como tiempo de impiedad y de enfriamiento del
crito con el colorido de las circunstancias de entonces. La última fra amor (24,12); pero Cristo sigue enseñando, exhortando y protegien
se: «Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial si no os perdonáis do en su Iglesia, y, mientras todas las naciones de la tierra se lamen
de corazón unos a otros», es la aplicación práctica hecha por Mateo. ten de terror, el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que reú
Se trata de una parábola que advierte de la «amenaza de perder la nan de los cuatro vientos a los elegidos (24,30s). La modificada visión
gracia» (E. Schweizer). de Jesucristo está determinada por la perspectiva judeocristiana y por
La figura del Juez que pide cuentas y retribuye impregna toda la la imagen de la Iglesia, en la que Jesucristo sigue estando presente y
exposición del Evangelio de Mateo. Sin embargo, no debemos perder continúa su obra (28,20).
vigilante y a estar dispuesta para obrar el bien, porque ella -en opi
del judaísmo ( cf. el «Hijo de David»). Mateo sabe que los textos del