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Claves de la revolución industrial:

Durante la Primera Revolución Industrial, que se desarrolló aproximadamente


entre finales del siglo XVIII y mediados del siglo XIX en Inglaterra y se expandió a otras
partes del mundo, las fábricas eran sustancialmente diferentes de las instalaciones
industriales modernas.
En términos de tamaño y
estructura, las fábricas eran
relativamente pequeñas en
comparación con las instalaciones
contemporáneas. Estaban ubicadas
principalmente cerca de fuentes de
energía, como ríos, para
aprovechar la energía hidráulica.
Estos edificios, construidos
principalmente de ladrillo o
madera, constaban de varios pisos.
La energía utilizada en estas
fábricas provenía de fuentes
naturales, como la energía hidráulica y el vapor. Las ruedas hidráulicas y las máquinas de
vapor se empleaban para alimentar la maquinaria, que era una de las características
distintivas de la Revolución Industrial. Estas máquinas, como los telares mecánicos y las
máquinas de hilar, reemplazaron en gran medida el trabajo manual, incrementando así la
productividad.
Las condiciones laborales en las fábricas eran notoriamente duras y peligrosas.
Los trabajadores enfrentaban jornadas laborales extremadamente largas, que a menudo se
extendían de 12 a 16 horas al día, en espacios oscuros y abarrotados. La falta de
regulaciones laborales significaba que la seguridad y la protección de los trabajadores
eran mínimas. Niños y mujeres eran empleados en gran número debido a sus bajos
salarios y su capacidad para operar máquinas delicadas, lo que los hacía vulnerables a la
explotación. Los salarios en las fábricas eran generalmente bajos a pesar del aumento de
la productividad, y la competencia por el
empleo era alta, lo que permitía a los
empleadores mantener los salarios en niveles
reducidos. La contaminación del aire y del agua
era común en las áreas industriales debido a la
quema de carbón y la descarga de desechos
industriales en los ríos, lo que tenía un impacto
negativo en la salud de los trabajadores y en la
calidad de vida de las comunidades cercanas.
Además, se implementó una mayor división del trabajo en las fábricas, donde cada
trabajador se encargaba de una tarea específica, lo que aumentaba la eficiencia de la
producción, pero reducía la habilidad general de los trabajadores. Las fábricas también
proporcionaban viviendas a los trabajadores en forma de "casas de fila", que eran
pequeñas y a menudo estaban en condiciones precarias. Para mantener la puntualidad en
el trabajo, se establecieron sistemas de reloj, donde los trabajadores debían fichar o
registrar su asistencia a una hora específica. A medida que las condiciones laborales
empeoraban, surgieron sindicatos y movimientos obreros para luchar por mejores
salarios, condiciones de trabajo y derechos laborales, lo que finalmente llevó a reformas
laborales y leyes que protegían a los trabajadores.
La concentración de fábricas en áreas industriales condujo a un rápido crecimiento
de las ciudades, lo que a su vez trajo consigo desafíos de superpoblación, viviendas
inadecuadas y problemas de salud pública. La cultura laboral en las fábricas a menudo
promovía la disciplina y la obediencia, con reglas estrictas impuestas por los empleadores,
lo que limitaba la voz de los trabajadores en la toma de decisiones.
¿Por qué se dice que el hierro/acero y la industria textil son la clave de la Primera
Revolución Industrial?
El descubrimiento del acero, un material más resistente y versátil que el hierro,
desempeñó un papel significativo. El empresario británico Abraham Darby fue un pionero
en el uso del carbón mineral en la fundición del hierro, lo que permitió la producción de
acero en cantidades significativas. El acero se convirtió en un material esencial en la
construcción de maquinaria, herramientas y estructuras, impulsando la mecanización de
muchas industrias.
La industria textil, por su parte, lideró la adopción temprana de maquinaria
impulsada por la energía, como telares mecánicos y máquinas de hilar. Estas innovaciones
tecnológicas transformaron la producción textil al aumentar significativamente la
eficiencia y la velocidad de producción. El crecimiento de la industria textil satisfizo la
creciente demanda de una población en rápido crecimiento y redujo los costos de
producción.
Tanto el hierro/acero como la industria textil impulsaron el aumento de la
productividad en un espectro más amplio de industrias. La metalurgia avanzada permitió
la construcción de maquinaria resistente y duradera utilizada en diversas áreas, desde la
producción textil hasta la construcción de ferrocarriles y maquinaria pesada.

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