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Hablamos de año cósmico cuando nos referimos al ciclo anual de un evento astronómico y no solamente a una fecha del calendario.
El calendario lunar del año cósmico conjuga en un mismo instrumento los ciclos de los dos astros más importantes para nosotros.
Hablamos de año cósmico cuando nos referimos al ciclo anual de un evento astronómico y no solamente a una fecha del calendario.
El calendario lunar del año cósmico conjuga en un mismo instrumento los ciclos de los dos astros más importantes para nosotros.
Hablamos de año cósmico cuando nos referimos al ciclo anual de un evento astronómico y no solamente a una fecha del calendario.
El calendario lunar del año cósmico conjuga en un mismo instrumento los ciclos de los dos astros más importantes para nosotros.
Marzo 2004 Artículo para la revista La Era Agrícola Hablamos de año cósmico cuando nos referimos al ciclo anual de un evento astronómico y no solamente a una fecha del calendario. El momento exacto del paso del Sol o la Tierra, lo cual es equivalente, por el equinoccio de primavera (encuentro de los planos de rotación y traslación de la Tierra) se toma como referencia para establecer el inicio de un ciclo del Sol llamado año trópico o año solar. El Sol inicia así su recorrido hacia el norte, el cual culminará en el Solsticio de Verano, en el mes de junio, para luego ir nuevamente al punto equinoccial, esta vez el Equinoccio de Otoño en el mes de septiembre, dirigiéndose luego hacia el Sur para culminar en el Solsticio de Invierno en el mes de diciembre, retornando desde allí nuevamente al equinoccio de primavera en el mes de marzo, para dar inicio a un nuevo año. Las estaciones nombradas corresponden al hemisferio norte de la Tierra. Para el hemisferio sur se invierte el orden. El calendario lunar del año cósmico toma esta referencia para conjugar en un mismo instrumento los ciclos de los dos astros más importantes para nosotros. De alguna forma esto puede mover nuestra conciencia para asimilar el equilibrio y el ritmo Licencia Creative Commons BY-NC-ND 4.0 de las dos polaridades básicas de nuestro ser, de cuya integración depende el despertar a nuestra naturaleza superior. Para trabajar conscientemente en esto es recomendable, el día de la Luna Nueva, especialmente desde 17 horas antes del momento exacto que aparece en el calendario, activar procesos de depuración interna, tanto físicos como psicológicos, como ayunos o terapias del perdón. Los días de Luna Llena son especiales para dedicar más tiempo a la meditación u otras prácticas que faciliten el despertar y expansión de la conciencia. Los equinoccios y solsticios nos dan impulso para plantear, evaluar o reorientar nuestros objetivos y metas. El realizar lo indicado facilitará la armonía e integración de nuestra energía individual con la del entorno geofísico – cósmico.